El último boletín de avisos de la Estación Fitopatolóxica de Areeiro, dependiente de la Deputación de Pontevedra, valora en general un buen estado sanitario del viñedo, a unas pocas semanas de la vendimia. Las lluvias registradas en la última semana apenas tuvieron repercusión en el desarrollo de enfermedades fúngicas.
En cuanto al mildiu, el nivel de riesgo es bajo, si bien conviene mantener la vigilancia en las viñas que hayan tenido daños importantes esta campaña, pues si las plantas sufrieron cierta pérdida de hoja y estrés hídrico, podrían ver reducida su eficiencia fotosintética, afectando a la maduración de la uva.
En fincas con elevada presencia de manchas de mildiu, será conveniente aplicar un tratamiento cúprico después de la vendimia, en cualquier momento antes de la caída de la hoja, para reducir el nivel del inóculo de cara a la próxima campaña.
En oidio, Areeiro detectó escasos síntomas y, en cualquier caso, ya con la uva en envero y maduración, no se espera afección sobre la cosecha.
Botritis
La presión por patógenos de pudrición de los racimos fue reducida hasta ahora. Sin embargo, con el aumento de azúcares en la uva, hay más probabilidad de que se instale en los racimos con heridas o en las variedades sensibles.
Como aún restan varias semanas para la vendimia, podrían registrarse episodios de condiciones favorables para la botritis, por lo que conviene mantener la alerta. En caso de que fueran precisos tratamientos, hay antibotríticos registrados con un plazo de seguridad de 14 días. Si el viticultor trabaja para una bodega con fecha límite para sulfatar la viña, deberá consultar con los técnicos de la bodega.
Areeiro recomienda que, con carácter general, el último tratamiento se aplique 21 días antes de la vendimia
En tratamientos estándar para condiciones ambientales favorables, se recomienda que la última aplicación sea 21 días antes de la vendimia.
Cuando sea posible, en fincas de reducida superficie y con variedades especialmente sensibles a la botritis, conviene retirar los granos rotos por las lluvias. De esta manera, se limitan las posibilidades de podredumbre de la uva por patógenos en las heridas.
En variedades propicias para la enfermedad, también habrá que hacer un especial seguimiento de las perforaciones ocasionadas por la polilla del racimo (Lobesia botrana). Los umbrales de tolerancia para esta plaga son de un 5-8 por ciento de uva afectada en variedades no sensibles a la botritis y del 3-5 % en las variedades más susceptibles.
Enfermedades de la madera
Las condiciones meteorológicas del verano fueron muy favorables a la exteriorización de los síntomas de las enfermedades de la madera, por lo que es interesante marcar los pies y zonas afectadas, de cara a practicar una poda específica sobre ellos.
Conviene recordar que la poda es uno de los medios de dispersión de los patógenos que causan las enfermedades de la madera, por lo que tras podar los bacelos con enfermedades de la madera, habrá que desinfectar las herramientas de poda con agua oxigenado o líquidos desinfectantes.