Revalorizar la patata de A Limia apostando por la calidad y por el origen, y suprimir intermediarios a través de la venta directa. Con esta idea echó a andar hace tres años Patatas Ama, una iniciativa de venta directa de patatas a través de internet, directamente del agricultor al consumidor.
“Estaba cansado de ver el maltrato a esta comarca, vendiendo patata como de A Limia que en realidad no lo es y con unos precios al agricultor que hay años en que no cubren los costes de producción. Por eso decidí dar el paso y vender directamente mis patatas al consumidor final”, explica Amador Díaz Penín, un agricultor de Piñeira (Xinzo de Limia) que decidió poner en marcha esta iniciativa de venta directa.
“Empecé con la web hace tres años -explica-, cuando estábamos vendiendo las patatas por debajo de los costes de produción, y para poner esta iniciativa en marcha me fijé en la venta online de naranjas, un negocio que también partió de los agricultores para revalorizar su producto y lograr unos precios justos para el productor y para el cliente”.
Amador Díaz Penín cultiva 12 hectáreas de tubérculo, en las que en un año normal cosecha unos 400.000 kilos. El 90% es de variedad Agria, que vende casi en su totalidad directamente a la industria para frito, y el 10% restante es de la variedad Kennebec, la tradicional patata blanca para cachelos, que es la más demandada para la venta directa a través de su página web.
“La mejor publicidad es el boca a boca de los clientes”
La valoración de estos tres años no puede ser más positiva: “La gente respondió de forma maravillosa, y no sólo mantengo los clientes sino que los sigo aumentando”. La pasada campaña vendió más de 12.000 kilogramos, y su objetivo es duplicar las ventas en cada campaña.
“La mejor publicidad es el boca a boca de los clientes. Si llega una caja a Barcelona, a los dos o tres días viene un nuevo pedido cerca de esa dirección”, asegura con orgullo.
Al vender exclusivamente las patatas que él produce, los tubérculos están disponibles para el cliente de octubre a mayo, aunque a medio plazo se marca cómo objetivo construir una cámara de frío para alargar el período de venta.
Una caja de 20 kilos por 19 euros en cualquier punto de España
¿Y cuál es el tipo de cliente de Patatas Ama? “El 90% de los clientes son gallegos que están fuera, con una edad media 58 años. Intento tener una comunicación directa con ellos y que te agradezcan la calidad de la patata que le mandas es una satisfacción tremenda”, reconoce Amador.
Y no menos importante, ¿Cuál es el precio y el formato en el que están disponibles las patatas? Este agricultor vende sus tubérculos en cajas de 10 y de 20 kilos y dos variedades: Agria y Kennebc. La caja de 10 kilos sale a 12 euros, IVA y gastos de envío incluidos, y la de 20 kilos sale a 18 euros en la Agria y a 19 euros en la Kennebec, una variedad que concentra el 90% de las ventas. “La caja de diez kilos la piden la primera vez, para probar, pero luego el 98% me pide ya caja de 20 kilos, y a veces varias”, explica.
Las patatas las envía por servicio de transporte y en 24 horas o menos están en casa del cliente.
La venta directa llevó a que volviera a recoger las patatas a mano y a no utilizar herbicidas
La venta directa de sus patatas llevó a Amador Díaz Penín a hacer cambios en el cultivo para mejorar la calidad de su producto. “Volví a plantar la variedad Kennebec y la recojo a mano, porque es muy sensible a los golpes que le da la máquina cosechadora. Tiene un coste añadido, pero supone mayor calidad. También una vez sembradas hacemos labores de acaballonamiento y aramos dos o tres veces para no utilizar herbicidas. Y seguiremos introduciendo cambios con el fin de que las patatas sean de la mejor calidad”, asegura.
Además, de la venta directa de cajas, Amador Díaz Penín también envía regularmente sacos de patatas a una taberna gallega de Cartagena, así como a particulares que demandan cantidades importantes para todo el año. Este pasado mes de octubre también empezó a realizar envíos de sus patatas envasadas en bolsas de 3 kilogramos para una tienda gallega de Madrid. “Es una experiencia nueva y de momento los clientes están respondiendo bien y puede llegar a ser un mercado importante”, asegura.
De cara al futuro, Amador Díaz Penín está convencido de que “en 5 años crearé un puesto de trabajo para una persona haciendo cajas de patatas”. “La mayor dificultad es llegar al cliente, pero también digo que mis patatas, cuando un alguien pide una caja y las prueba queda enganchado, porque a los 15 o 20 días repite”, concluye.