El purín es un recurso de las granjas que conviene optimizar para ganar en rentabilidad. Así lo ven en Transfober, una firma gallega especializada en la gestión del purín que se distingue por su método de trabajo. La empresa se ha orientado en los últimos años a aumentar la eficiencia de las aplicaciones de purín, de manera que se eso se traduzca en mayor calidad de forraje, mayores producciones y ahorro de abonos químicos para las granjas.
“Una de las claves está en acompasar la planificación de siegas y siembras con las aplicaciones de purín. Siempre buscamos una buena coordinación con las ganaderías, ya que para nosotros lo más importante es cumplir con los tiempos y dar un buen servicio”, explican en la dirección de la empresa.
El trabajo en campo se inicia con un análisis a pie de fosa de los nutrientes del purín, mediante un conductímetro. Esos datos permitirán conocer los nutrientes que se aplican en cada parcela. “Sabiendo las necesidades que tiene el cultivo y los nutrientes que aporta el purín, puedes afinar más en el abono químico que precisas. Incluso tenemos experiencias de ganaderías con las que trabajamos que ya están abonando parte de las praderas solo con purín, con el consiguiente ahorro de costes”, explica el director de Transfober, Marcos Mata.
Sistema
Para agilizar la gestión del purín, Transfober trabaja con un sistema de camiones rígidos que transportan el purín de la fosa hasta las parcelas de aplicación. En la entrada de la parcela, se trasvasa el purín a la cisterna del tractor, que procederá a la aplicación por medio de un inyector de patines. Solo en las fincas más próximas a la fosa, trabajan directamente con el tractor y la cisterna.
La precisión de las aplicaciones es uno de los objetivos de base de Transfober. Para ello, el tractor está dotado de GPS y la cisterna de caudalímetro, lo que permite hacer aplicaciones de diferentes volúmenes de purín en función del mapa de rendimientos de la parcela, en el caso en que la ganadería cuente con esos datos.
Desde hace años, Transfober hace ya todas las aplicaciones de purín con un inyector de 15 metros de ancho, un método que consideran que aporta mejoras, con independencia de que haya casos para los que no se adecúe. “En tiempo de aplicación, nos lleva el mismo tiempo o menos. En resultados, es un método que animaría a probar, para que cada uno hable en base su experiencia”, valoran.
De cara al futuro, Transfober proyecta incorporar un NIR en la cisterna de aplicación, un sistema de análisis del purín que le permitirá suministrar automáticamente a las granjas los datos exactos de nutrientes aplicados en cada parcela.
También valoran dotarse de un inyector de discos, una tendencia, la del inyector de discos, que comprobaron que está dando buenos resultados en otros países, no sólo a nivel agronómico, sino también en la alimentación animal. “Hay estudios que indican que mejora la apetencia de los silos de hierba para las vacas, con el consiguiente aumento de la ingesta de materia seca”, señala Marcos.
“Tenemos mucho contacto con empresas de servicios y fabricantes de otros países de Europa, como Alemania, y ellos tienen dos cosas muy claras. Primero, que el purín es un recurso de las granjas que hay que optimizar para ganar en rentabilidad. Y segundo, que hay que emplearlo de una manera sostenible ambiental y socialmente; hacer las cosas bien y sin molestar a nadie, en definitiva”, concluye Marcos Mata.
Esa es la línea de trabajo que está también consolidando Transfober en Galicia. “Ahí hay que destacar la implicación de todo nuestro equipo humano, que trabaja en el día a día en el campo. Tenemos un equipo con talento, mentalizado en hacer las cosas bien y que participa en la toma de decisiones sobre las mejoras a introducir”, resume Marcos.
“Buscábamos colaborar en la digitalización del sector, pensando especialmente en las pequeñas bodegas, que tienen mayores dificultades para acceder a esta tecnología”“Viniot es un servicio pensado sobre todo para las pequeñas bodegas, que tienen más dificultades para acceder y conocer este tipo de tecnología. Con este proyecto se busca colaborar en la digitalización del sector”, explica Rocío Pena, de la firma Aimen y coordinadora del proyecto.
Han desarrollado una red de sensores IoT y un prototipo de una cámara multiespectral para monitorizar el viñedo en parámetros de interés como la madurez o el riesgo de enfermedadesTanto la cámara multiespectral como la red de sensores IoT forman parte de un sistema multiespectral en el que también se integra un sistema de gps para geolocalizar las imágenes, así como receptores que recogen los datos de la red de sensores repartidos por el viñedo y un sistema para procesar la información, además de un sistema de almacenamiento y alimentación. Este sistema multiespectral permite elaborar mapas sobre la situación de viñedo, que han desarrollado como una aplicación web. “El objetivo es hacer un mapa lo más preciso posible para que los viticultores puedan tener información sobre el estado del viñedo a la hora de tomar decisiones como la vendimia, la aplicación de tratamientos fitosanitarios o conocer el estrés hídrico de la planta”, detallan desde el consorcio Viniot.
Han logrado desarrollar modelos fiables en variedades concretas para evaluar el grado de madurez, pero buscan modelos que integren distintas variedadesAdemás, han prestado atención a otros factores como el estrés hídrico de los viñedos o analizado cuestiones como la madurez para ayudar en la toma de decisiones en la vendimia. “En el primer años hemos conseguido un modelo robusto en cuanto a madurez por variedad, pero hemos seguido trabajando porque nuestro objetivo es lograr un modelo que pueda integrar a distintas variedades”, explica Nicolás Saurin, investigador del Instituto Nacional de Investigación Agronómica de Francia (Inrae). En cuanto al estrés hídrico, han logrado un modelo que integra ya diferentes variedades y tras realizar las primeras pruebas en laboratorio en macetas, se encuentran en plena fase de validación en planta.
La gestión de viñedos a través de dron se está asentando en Galicia de la mano de Vitidron, una empresa de servicios que le ofrece a bodegas y viticultores una nueva herramienta para la toma de decisiones. Su fuerte lo sitúan en la anticipación a los problemas, pues las cámaras especiales de sus drones logran detectar lo que el ojo humano no ve a simple vista, como puede ser el inicio de un estrés hídrico, la falta de vigor o la presencia de enfermedades fúngicas.
“Nuestro trabajo consiste en volar el dron sobre el viñedo con una cámara multiespectral para obtener imágenes de alta precisión. Esas imágenes, que tienen una precisión de muy pocos centímetros por pixel, son procesadas posteriormente por nuestro software propio, específico para viticultura, que incluso cuenta con la ayuda de la Inteligencia Artificial, y a partir de ahí definimos un informe claro para el cliente, con datos precisos, mapas e imágenes, que entregamos en menos de 24 horas”, explica el director de Operaciones de Vitidron, Federico Enguix.
El servicio está pensado para hacer un seguimiento de los viñedos a lo largo de todo el ciclo del cultivo, desde marzo hasta la vendimia. “Nuestra recomendación es efectuar al menos un vuelo mensual y en los meses más delicados, como pueden ser junio y julio, incluso vuelos cada 15 días”, señala Federico. Ese seguimiento permite hacer una comparación de la evolución del viñedo y anticiparse a los problemas, con el consiguiente ahorro de dinero, tiempo, y disgustos.
Durante la campaña 2021, en un verano muy cálido, el estrés hídrico de las plantas fue uno de los puntos clave de control. “En viñedos como los de Rías Baixas, que normalmente no tienen riego artificial, comenzamos a detectar la carencia de agua antes de que hubiese síntomas visibles en el viñedo, lo que permitió a los clientes anticipar medidas. También tuvimos un caso de un viñedo que tenía riego artificial en el que detectamos problemas de estrés hídrico en solo una parte. Entonces se comprobó que el problema residía en que una sección del sistema de riego estaba taponada”, recuerda el director de operaciones de Vitidron.
El servicio se orienta a viñedos de cierta extensión, 5 – 10 hectáreas, o que tienen difícil acceso, como es el caso de la Ribeira Sacra
Vitidron orienta su servicio a bodegas y a plantaciones con una cierta extensión mínima, en el entorno de las 5-10 hectáreas. “En un viñedo pequeño se puede hacer un seguimiento cotidiano simplemente andándolo, pero en superficies de mayor dimensión eso no es viable. Para superficies grandes, o de difícil acceso, como son las de la Ribeira Sacra, con el dron logramos hacer una radiografía precisa y rápida del viñedo a un coste asequible”, -valora Federico-. “Nuestra experiencia nos dice que estamos contribuyendo a mejoras claras de la producción en cuanto a cantidad y calidad de las uvas”, concluye.
De cara al futuro, la empresa valora ampliar su gama de servicios. A mayores de la línea de viticultura de precisión, Vitidron sopesa realizar aplicaciones aéreas con drones, si bien las actuales restricciones legales a este tipo de vuelos han aplazado por el momento ese paso.
Más información de Vitidron
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No tenía ni idea de campo, pero soy un entusiasta de las máquinas y empecé a ver que tecnología se podía utilizar"Vinimos de Barcelona y no tenía ni idea de campo, pero soy un entusiasta de las máquinas. Yo fui autodidacta y empecé a ver qué tecnología se podía utilizar. Quería ser más eficiente y más preciso en las siembras, el abonado y los tratamientos", explica Marcos. Pero las herramientas con las que contaba no le servían para eso. "No tenía nada, sólo un tractor sin GPS, pero no tenía automatización, ni conectividad, ni tampoco datos de cosecha", explica. Así que decidió invertir. Pero no lo hizo al uso, sino que se compró una estación meteorológica, un dron, software para interpretar datos y maquinaria agrícola para realizar las labores en el campo capaz de trabajar a partir de ellos.
Un mensaje bueno para los agricultores sería no fijarse en la potencia del tractor"Hay gente que invierte en caballos, pero la maquinaria debe estar dimensionada. Mi tractor tiene 155 caballos, es de los más pequeños de la zona", explica. Su razonamiento: "¿para qué invertir ese dinero en una cuestión mecánica pudiendo dedicarlo a tecnología?", razona. "Es un error gastar el dinero en la potencia del tractor, no hay que invertir en caballos sino en tecnología de otro tipo que nos permite a los agricultores ser más eficientes y productivos", afirma. Una agricultura más respetuosa con el medio ambiente
Tras cuatro años produciendo en ecológico se pasaron de nuevo a convencional para aumentar la rentabilidadSin embargo, no querían desperdiciar las mejoras en la calidad del suelo que habían logrado en esos cuatro años. "Decidimos pasarnos a convencional pero siendo lo más respetuosos posible con el medio ambiente. Nuestro objetivo era optimizar el rendimiento y reducir la huella ambiental", explica. Mejores rendimientos Cuatro años después de haberse hecho cargo de la explotación familiar, Marcos ha logrado ambos objetivos. Por un lado, ha conseguido aumentar un 42% los rendimientos en cereales, pero reduciendo un 86% la utilización de fitosanitarios, un 30% los abonos y un 27% el gasóleo usado en el tractor.
Desde que ha cogido la explotación familiar ha conseguido aumentar en más de un 40% los rendimientos productivos en trigo y cebadaLa cosecha de trigo, por ejemplo, ha pasado de 4.948 toneladas en 2016 a 7.050 en 2020, lo que supone un incremento del 42%, un crecimiento similar al obtenido en el resto de cultivos, como la cebada, que ha pasado de unas 4.000 toneladas a unas 6.500. Comercializan la producción a través de una cooperativa de la zona, la Sociedad Cooperativa Cerealista Valdorba. "Es lo menos arriesgado", dice. Rotaciones con leguminosas
Disponen de 220 hectáreas de superficie y los principales cultivos son trigo, cebada, avena y leguminosasOtra de las técnicas que están implementando es la siembra directa. "Recogemos los guisantes y picamos los restos para abono verde y hacemos siembra directa encima de la leguminosa con muy buenos resultados. Este año esa ha sido la mejor parcela con diferencia", asegura.
Siembran cada año una cuarta parte de la superficie de cultivo con guisante, veza o habas y el 7% que valora la PAC queda a barbecho con cubierta vegetal de forrajePicar paja o usar abonos orgánicos son otras técnicas de agricultura biodinámica que emplean para mejorar la estructura de la tierra. De hecho, mantienen a barbecho con cubierta de forraje un 7% de la superficie para cumplir con las exigencias de la PAC y dejan un margen de 2 metros en ríos y cauces fluviales. Abonado variable
Sus próximos pasos irán encaminados a un mayor cuidado de la fertilidad y la estructura del suelo, mediante la agricultura de conservación a través de siembra directa, con dosificación variable y abonado localizadoSu método de fertilización consiste actualmente en un abonado variable basado en mapas de cultivo sobre resultado de rendimiento de cosechas en la parcela, fertilizando más aquellas zonas que tienen más potencial para obtener mejores rendimientos. "Potenciamos las buenas zonas con más nitrógeno, aquellas en las que el cultivo va a tener capacidad para aprovecharlo, y echamos menos fertilizante en otras, porque el exceso de nitrógeno no sirve para abonar y obtener más producción, se pierde y acaba en los ríos y arroyos", explica.
Sólo en el último año ha logrado reducir un 8% los abonos y obtener un 16% más de cosecha"Yo tenía una abonadora manual y cuando le apliqué la apertura variable esa inversión se amortizó en el primer año. Y una vez amortizada te genera un beneficio a largo plazo", valora en cuanto a la relación coste-beneficio de aplicación de la tecnología. De esta forma, abonando sólo lo necesario en cada caso, en función de la potencialidad de cada suelo, en el último año ha conseguido reducir un 8% el uso de abonos pero sacando un mayor rendimiento a la tierra, con un incremento del 16% en la cosecha. Herbicida sólo si es necesario
No me gusta usar glifosato. Controlamos las malas hierbas con mecanización, hacemos siembra tardía y estamos empezando a hacer siembra directa después de leguminosa y nos funciona muy bienEl uso racional de fitosanitarios es otro de los cambios que se avecinan a corto plazo, impulsados desde la UE, ya que al igual que sucede en la ganadería con la eliminación de la aplicación de antibióticos con carácter preventivo a la aparición de enfermedades en el ganado, la agricultura también camina hacia una limitación de los tratamientos previos a la aparición de plagas y malas hierbas. La Gestión Integral de Cultivos, algo a lo que obliga una normativa europea desde 2015 y que Marcos ya realiza, implica vigilar mucho más a las plantas para estar atentos a la aparición de posibles plagas o enfermedades para poder tratarlas con el producto adecuado en su momento justo.
Un dato no vale lo suficiente si no sabes interpretarloLa clave está en tomar decisiones acertadas. "Un dato no vale lo suficiente si no sabes interpretarlo. Una cosa no quita la otra: puedes tener mucha tecnología de toma de datos pero lo que te da la información final y te permite tomar una decisión es su interpretación", asegura. Conducción autónoma
Hay legislación obsoleta que supone un freno a la introducción de mejoras en el campo. Aunque el tractor realice todas las tareas de forma autónoma, tienes que ir sentado al volante igualmente, ya que en caso de levantarte el tractor se detieneLa automatización de las tareas en campo, con el autoguiado, el giro automático en cabeceros y el diseño de trayectorias óptimas, ha permitido a Marcos reducir un 20% los solapes y optimizar un 30% el uso del tractor. Por ejemplo, en 2019 en 16 horas de trabajo y un consumo de 291 litros de gasóleo logró trabajar una superficie de 29,3 hectáreas, mientras que en 2020 en el mismo tiempo y con el mismo consumo de combustible trabajó 38,3 hectáreas.
Al pisar menos el terreno compactas menos el sueloLa mejora de trayectorias, sumado a la aplicación localizada de abono y herbicida, le ha permitido reducir las horas de trabajo (hasta un 60% menos de tiempo total en realizar las distintas labores) y usar un 27% menos de combustible, lo que, además del ahorro económico, equivale, en su caso, a 3,3 toneladas menos de CO2 emitidas a la atmósfera. Al mismo tiempo, se producen también ventajas a nivel del terreno. "Abono aplicas solo donde necesitas fertilizar y fitosanitarios sólo donde necesitas tratar y al pisar menos el terreno compactas menos el suelo", razona. Estación meteorológica propia
La estación meteorológica nos costó 3.000 euros, pero si aplicas un herbicida y no te funciona porque las condiciones climáticas no son las idóneas pierdes mucho más dinero que todo esoLa estación meteorológica le costó 3.000 euros, pero considera que es una inversión muy rentable. "Si aplicas un herbicida y no te funciona porque las condiciones climáticas no son las idóneas pierdes mucho más dinero que todo eso", argumenta. "La estación meteorológica nos permite ser mucho más precisos en las aplicaciones y tratamientos y escoger condiciones idóneas de humedad, temperatura y velocidad del viento para pulverizar", añade. Ahora pretende incorporar un mayor número de sensores climáticos, añadir sensores de suelo y mejorar la detección de malas hierbas a través de drones, así como avanzar en el big data y el desarrollo de algoritmos. Apoyo institucional efectivo La transición hacia la agricultura de precisión obliga a replantear el actual modelo de ayudas públicas y subvenciones a la agricultura. "Yo no he tenido ayudas de ningún tipo para incorporarme, porque no se adaptaban a mis necesidades. Las ayudas deben ser acorde a lo que necesita cada agricultor, no con carácter genérico y que a veces te obligan a sobredimensionarte", denuncia.
Cuando empecé hace cuatro años no tenía nada: tenía un tractor sin GPS, nada de automatización ni conectividad, y ni siquiera tenía datos de cosechaPara jóvenes como Marcos, la tecnología no es algo extraño, pero la brecha digital que sufren todavía hoy las zonas rurales impide en muchos casos usar las nuevas herramientas en todo su potencial. "La cobertura de internet es básica. Si tú tienes un tractor 4G y no tienes conectividad nunca podrás hacer una agricultura 4.0", evidencia. La gestión de las Administraciones públicas debe facilitar las infraestructuras de banda ancha necesarias pero su labor debe centrarse también en la formación. "Yo he sido autodidacta y he dedicado muchísimas horas a formarme y estudiar la tecnología disponible y en muchos casos es un prueba y error, así es como vas avanzando". Finalmente, Marcos alerta sobre la avalancha de tecnología. "No toda la tecnología es útil, hay que analizar cuál es la que a ti te va a suponer una mejora. Y necesitamos que la tecnología sea sencilla e intuitiva", reclama.