Se analizó la biodiversidad en dos ganaderías ecológicas de producción de leche y dos de carneLos datos obtenidos durante la fase de investigación para la realización del estudio permiten concluir que “estos espacios productores de alimentos son al mismo tiempo grandes reservorios de biodiversidad”. Expresada en hectáreas de biodiversidad por hectárea de cultivo, las 4 explotaciones superan el umbral mínimo de 0,5 ha de biodiversidad por ha de SAU.
Ser positivos con la biodiversidad no nos hace más ineficientes desde el punto de vista de la sostenibilidad económica o socialEl peso de la superficie de pradera en las explotaciones de ecológico ayuda a alcanzar estos niveles positivos. Con todo, existe margen de mejora en los setos y cierres vegetales de las parcelas. “La dimensión de los setos es muy inferior a otras zonas ganaderas de Europa. El reparto de la tierra en Galicia no admite esas dimensiones de setos, pero favorece la conexión de los espacios de biodiversidad entre sí”, aseguran sin embargo los autores del trabajo. Sin competencia por los recursos entre el ganado y el ser humano El estudio incide en varios aspectos clave que constituyen los pilares básicos en los que se sustenta la ganadería ecológica (calidad ambiental y desarrollo sostenible, salud y bienestar animal, y calidad de productos) y en varias de las normativas que influyen directamente en este tipo de explotaciones. Destaca que las cuatro explotaciones analizadas “basan la alimentación de su ganado en fibras no asimilables por el ser humano”, por lo que no se da “competencia por los recursos entre ganado y personas”.
Las explotaciones analizadas reflejan el papel positivo que ejerce el ganado en el territorio“El ganado, con un manejo correcto, mantiene la durabilidad del suelo ayudando a la calidad de las aguas. Las explotaciones analizadas reflejan el papel positivo que ejerce el ganado en el territorio. La actividad ganadera genera y preserva los hábitats y los recursos alimentarios para la fauna, además de ser imprescindible para mucha flora”, concluye el estudio encargado por el Craega. Por su parte, Francisco López Valladares, presidente del Craega, indicó que “la producción de ganado ecológico representa una alternativa a la progresiva intensificación de la producción animal convencional” y el director general de la Agencia Gallega de Calidad Alimentaria (Agacal), José Luis Cabarcos, clausuró el evento destacando en su intervención la evolución positiva de la agricultura ecológica en Galicia en los últimos años (en la última década la superficie ecológica creció en Galicia un 198%, pasando de 15.242 ha en el año 2012 a 45.626 ha en el año 2022), así como la importancia de la Ley de la Calidad Alimentaria para el futuro del sector.
La agricultura se enfrenta a enormes desafíos, como es el cambio climático, la escasez de recursos naturales y la necesidad de producir más alimentos para una población en crecimiento exponencial.
Frente a estes desafíos Bayer, en línea con su compromiso con la sostenibilidad, ha presentado este martes en Rías Baixas un proyecto de fomento de la biodiversidad en las bodegas Mar de Frades, uno de los referentes en esta denominación de origen.
La iniciativa busca contribuir a la biodiversidad en sus viñedos. Para ello el proyecto cuenta con la colaboración de técnicos de campo de Mar de Frades, un grupo de expertos en biodiversidad de una consultora medioambiental – Biodiversitynode-, el distribuidor local Agroquimicos Carballa y la responsable de ventas de Bayer en Galicia, Montse Vázquez.
En este sentido, Reinaldo Pereira, responsable de activación de campañas de Bayer en Portugal y Galicia, destaca que “con estos proyectos bajo el concepto Baydiversity podemos avanzar con medidas efectivas que realmente puedan preservar y fomentar la biodiversidad en explotaciones agrícolas garantizando la sostenibilidad medioambiental, la sostenibilidad económica del agricultor y la sostenibilidad social del medio rural”.
Más concretamente, una de las acciones que se está realizando al amparo de este proyecto tiene lugar en el viñedo Pazo do Monte, y consiste en fomentar la presencia de quirópteros (murciélagos) con dos objetivos: Mejorar la calidad y biodiversidad del hábitat y realizar un control biológico de dos plagas que sufre el viñedo, como son el mosquito verde y polilla del racimo.
Además, el proyecto contempla también la restauración del propio pazo que, si se hace adecuadamente, puede servir como refugio de diferentes especies de murciélagos.
“Otra medida de gran importancia sería recuperar la cubierta vegetal en lindes y caminos para reducir la erosión por escorrentía superficial y atraer insectos polinizadores, así como otros insectos que sean enemigos naturales del mosquito verde y de la polilla del racimo. También se contempla la instalación de rampas antiahogamiento en la balsa de riego del viñedo, una instalación donde se han producido muertes de zorros y jabalíes”, avanza el representante de Bayer.
Estos son algunos de los ejemplos de medidas que se están implementando en los viñedos de las Bodegas Mar de Frades con el objetivo innovar en la forma de producir uva, promoviendo la fauna y la flora, para lograr así una viticultura en perfecto equilibrio con el medio ambiente. “Una restauración ecológica y paisajística del entorno que permite mejorar la salud de ecosistema y, además, hacer frente a plagas en el viñedo”, concluye Reinaldo Pereira.
#BayDiversity
Para hacer frente a la enorme pérdida de biodiversidad, la nueva PAC debe contribuir a alcanzar el objetivo global de asignar a esta cuestión el 7,5 % del gasto anual en el marco del marco financiero plurianual (MFP) en el 2024 y el 10% en 2026 y 2027. Por esto, es necesario que los Estados miembros expliquen en sus planes estratégicos de la PAC cómo están mostrando esa mayor ambición para la consecución de los objetivos ambientales fijados por la Unión para el 2030, establecidos en la Estrategia de la granja a la mesa y en la Estrategia de biodiversidad de la UE.
La estrategia de la granja a la mesa establece el deber de reducir la dependencia de dos productos químicos, como fertilizantes y pesticidas artificiales, para frenar y revertir el descenso de las poblaciones de insectos y aves.
El nuevo Reglamento de la PAC destaca el valor de la superficie forestal para la fijación del carbono, la regulación del ciclo hidrológico y también la biodiversidad, sobre todo cuando ese uso es predominante en el paisaje, como ocurre en Galicia, destacando la relevancia que tiene realizar “planes de ordenación forestal sostenible que presten la debida atención al almacenamiento de carbono y a su absorción de la atmósfera, al tiempo que refuerzan la protección de la biodiversidad”.
Galicia también destaca por tener un paisaje en mosaico, con usos agrícolas mezclados con otros aprovechamientos forestales (vegetación fluvial de ribera, líneas arbóreas en los cierres de las fincas), pero también setos, muros de piedra, márgenes, etc. que proporcionan unos hábitats variados para una rica biodiversidad, sin necesidad de habilitar “márgenes florales sin cultivar” que no tienen sentido en Galicia, pero sí en otras zonas del Estado español.
Estos servicios ecosistémicos que presta el paisaje gallego no deben penalizar a los agricultores, tal y como establece el nuevo Reglamento comunitario, que establece el deber de prestar una “ayuda específica para compensar las desventajas derivadas de la implantación de la Red Natura 2000, y de la Directiva 2000/60/CE. Marco del agua”.
En Galicia, el país de los dos “mil ríos”, existe una gran superficie de vegetación de ribera, donde no se puede cultivar, que el nuevo reglamento PAC señala claramente como un aprovechamiento beneficioso para la calidad del agua, y para la biodiversidad. En esta misma línea, el nuevo Reglamento de la PAC debe tener, como mínimo, el 4% de la superficie agraria dedicada a usos no agrícolas (setos, muros de piedra, lindes arbóreos/vegetación de ribera, humedales, charcas, etc, (Buena Condición Ambiental 8 de la nueva “condicionalidad reforzada”).
Ante esta nueva regulación de la PAC, existe un auténtico reto técnico para identificar los cientos de miles de recintos agrarios que cuentan con estos «elementos del Paisaje (EP)», dada la extraordinaria parcelación de la superficie que tenemos en Galicia.
Este reto técnico debería ser considerado «no como un problema», sino como un patrimonio natural y cultural ejemplar, que debe ser conservado por su valor para proporcionarle a la sociedad en general servicios de los ecosistemas, como evitar la erosión del suelo, fijar carbón o filtrar el nitrógeno, el fósforo y otros productos químicos para evitar la contaminación de las aguas. Además cumplen una función en la biodiversidad y en la calidad paisajística, lo que redunda en el mayor atractivo turístico que tiene Galicia.
En el ANEXO III del nuevo Reglamento y dentro del ámbito específico de la biodiversidad, podemos destacar, por su relevancia en Galicia:
BCAM 4 Creación de franjas de protección en los márgenes de los ríos.
BCAM 8 Porcentaje mínimo de por lo menos el 4% de la tierra de cultivo de las explotaciones agrarias dedicada a superficies y elementos no productivos.
Se establece una lista de posibles ámbitos de actuación, de los que destacamos en materia de biodiversidad los siguientes:
• Mejora de la protección de la biodiversidad: especies y hábitats de interés para la Comunidad, destacando las especies de polinizadores silvestres.
• Mejora de la prestación de servicios relacionados con los ecosistemas: porcentaje de terrenos agrícolas cubiertos con elementos paisajísticos.
• Aumento de la agrobiodiversidad en los sistemas de cultivo.
Por su relevancia para Galicia, y dentro del aspecto de la mejora de la biodiversidad, destacan estos eco-régimenes, con sus correspondientes prácticas:
• Agricultura de Carbono y Agroecología: Pastoreo extensivo, siega y biodiversidad en las superficies de pastos húmedos
P1: Pastoreo extensivo
P2La: Islas o espacios de biodiversidad
P2B: Siega sostenible
• Agroecología: Espacios de biodiversidad en tierras de cultivo y cultivos permanentes
P5: Espacios de biodiversidad (TC y CP);
Reforzar la protección del medio ambiente es uno de los objetivos principales para la nueva PAC, que entrará en vigor el 1 de enero del 2023. Una de las vías para conseguirlo es preservar la biodiversidad, de ahí que pasen a incluirse nuevas exigencias en este sentido para las explotaciones agrarias. Así, tanto en las Buenas Condiciones Agrarias y Medioambientales (llamadas BCAM) como en los ecorrégimenes se reservan diferentes porcentajes de la superficie manejada por las ganaderías para favorecer la biodiversidad.
Las Buenas Condiciones Agrarias y Medioambientales forman parte de la condicionalidade de la PAC a partir del 2023, por lo que las explotaciones tendrán que cumplir con sus principios para evitar penalizaciones en las ayudas.
• BCAM 1. Mantenimiento de los pastos permanentes (a nivel de región agrícola). La UE verificará anualmente que no se reduzcan en más de un 5%.
• BCAM 2. Protección de zonas húmedas y turberas, que no se podrán desbrozar.
• BCAM 3. Prohibición de quema de residuos vegetales en la superficie afectada por la condicionalidad, excepto por razones fitosanitarias.
• BCAM 4. Creación de franjas de protección de 5 metros en los márgenes de los cursos de agua, en los que no se podrán aplicar fertilizantes, fitosanitarios ni segar.
• BCAM 5. Gestión del laboreo para evitar la erosión. No se podrá labrar en el sentido de la cuesta en terrenos que superen el 10% de pendiente.
• BCAM 6. Cobertura mínima del suelo en períodos y superficie sensibles.
• BCAM 7. Rotación de cultivos.
• BCAM 8. Porcentaje mínimo (4%) de la superficie agrícola dedicada a superficies o elementos no productivos.
• BCAM 9. Prohibición de convertir los pastos permanentes de importancia ambiental en zonas de Red Natura.
• BCAM 10. Fertilización Sostenible.
En este nuevo marco, como señalan desde el sector de la investigación, Galicia puede salir beneficiada, dadas las propias características de la ordenación tradicional del territorio en la comunidad. En una región con un importante minifundismo, aún presente en buena parte de los municipios, y con gran diversidad de suelos y paisajes en mosaico, las políticas que buscan conservar esta identidad pueden convertirse en un aliado para los productores, mediante la “remuneración de un servicio ecosistémico” del mantenimiento del paisaje y la biodiversidad.
“En Galicia estamos perdiendo, por el abandono y por usos indebidos del suelo, la sabiduría que tenía el paisaje tradicional, que ofrecía una mayor resiliencia contra los fuegos, erosión y plagas (fauna útil), incluyendo una mayor biodiversidad” (Juan Castro, investigador del Ciam)
“En Galicia teníamos un paisaje que estaba a la vanguardia en biodiversidad, tal y como ya recogieron expertos como el geógrafo francés Abel Bouhier en los años 70, dando cuenta de la variedad del paisaje gallego, que incluye desde campos, terrazas o zonas húmedas…”, detalla el investigador Juan Castro, que trabaja en el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (Ciam).
A la hora de preservar la biodiversidad, ganaderos y agricultores, como gestores activos del territorio, tienen la oportunidad de incluir prácticas que favorezcan una mayor presencia de fauna y flora diversa. Un ejemplo de posibles acciones son las que recoge la Guía para la conservación de la biodiversidad agraria de Galicia (Junta), cuya elaboración dirigió el investigador Juan Castro. Entre las medidas que propone la guía, algunas de las principales a tener en cuenta son las siguientes:
• Mantener una adecuada carga ganadera, de manera que se evite agotar los recursos naturales.
• Contar con árboles autóctonos dispersos en la zona de pasto. Es una práctica que hasta ahora penalizaba a la hora de tramitar la PAC, pero en el nuevo ciclo de la PAC hay la oportunidad de incluir estos árboles como elementos singulares del paisaje, de manera que contabilicen dentro de las superficies no productivas (BCAM 8).
• Conservar las setos y los cierres tradicionales son también cobijo para la fauna, al servir de refugio para reptiles, polinizadores o pájaros.
El investigador Juan Castro incide en que las setos son una alternativa para mejorar la biodiversidad en las cercanías de las ganaderías de vacuno intensivo, que en comparación con las de pastoreo, tienen más dificultades para incorporar este tipo de prácticas. Así, la colocación de setos vegetales en las proximidades de las fosas del purín o a modo de cierre de los patios del ganado puede favorecer la presencia de mayor fauna, así como proteger al ganado del viento.
• Respetar los márgenes de los cultivos, con franjas sin trabajar.
• Disponer de charcas bien gestionadas.
En Galicia, asesores y ganaderos llevan años apostando de una manera activa por la conservación de la biodiversidad, de forma pareja a la actividad agraria que desarrollan. Las buenas prácticas introducidas suelen ser estrategias de ‘ganar – ganar’, pues muchas de las acciones suponen mejoras para las ganaderías, a parte de favorecer al medio ambiente. Conocemos la experiencia de técnicos y entidades que colaboran en la materia con explotaciones agrarias, así como ejemplos de buenas prácticas.
La Asociación de Custodia del Territorio colabora activamente con ganaderos de diversas comarcas de Lugo para promover este tipo de acciones, con proyectos adaptados a la realidad del campo. Un ejemplo son las iniciativas que desarrollan con Joan Alibés, técnico y ganadero de ovino y caprino, y con Quico Ónega, también ganadero de ovino e investigador en la Universidad de Santiago.
“Una primera acción en las dos ganaderías fue la de habilitar pequeñas charcas de riego, un elemento muy propio del paisaje tradicional gallego, pero que con la ganadería intensiva y el abandono se fue perdiendo”, explica Martiño Cabana, biólogo colaborador de la Asociación. Así, en el caso de la ganadería de Quico, optaron por recuperar una antigua charca, proporcionando al mismo tiempo una zona para que las ovejas pudiesen beber y un espacio idóneo para la recuperación de anfibios.
En la ganadería de Joan Alibés no disponían de antiguas charcas, por lo que optaron por su construcción, de manera que se trata también de un charco de mayor profundidad, que sirve de hábitat a otras especies, al tiempo que hace de reserva para otros pequeños encharcamientos próximos.
Otra de las acciones que llevaron a cabo es la construcción o recuperación de setos, bien sean con vegetación, bien antiguos muros de piedra de junta seca. “Se le da muy poca importancia, pero las setos y los muros tradicionales son muy relevantes para la conservación de la biodiversidad, ya que permiten habitar una gran variedad de especies”, concreta el biólogo.
Este tipo de acciones de la Asociación Gallega de Custodia del Territorio suelen complementarse con iniciativas paralelas, como la colocación de nidos y cajas refugio para aves y murciélagos. Ambas son medidas que favorecen la presencia de depredadores naturales para muchas de las plagas que afectan directamente a las praderas, con lo que el beneficio es de nuevo mutuo: para el medio ambiente y para la ganadería.
Las prácticas de las ganaderías en custodia agraria del territorio cumplen así ya con mucha parte de los requisitos ambientales mínimos que marca Europa, la llamada condicionalidad reforzada de la PAC (conservación de zonas húmedas y de márgenes fluviales, mantenimiento de setos, etc.). Alibés percibe también ayudas agroambientales de la PAC por el mantenimiento de los pastos permanentes en sus tierras.
Desde el sector señalan que sería interesante que zonas húmedas, setos o márgenes fluviales se puedan detallar en las solicitudes de la PAC de cada explotación, a fin de que puedan entrar en el cómputo de los elementos no productivos, que tienen que sumar un mínimo del 4% de la superficie (BCAM 8).
“Para que los elementos singulares del paisaje se puedan incluir en las solicitudes, tendrían que aparecer en la cartografía del Sixpac. Debería existir o bien un sistema para incluirlos, o bien que aparecieran mapeados por defecto en el Sixpac” -valora Joan Alibés-. La otra alternativa sería la presentación de alegatos al Sixpac por parte del productor interesado en incluir esos elementos.
Otro caso de introducción de buenas prácticas ambientales en el campo es el que viene desarrollando en los últimos años el guardia fluvial Eloi Rodríguez en colaboración con ganaderías de las comarcas agrarias de A Barcala, Xallas o el Sar, en la provincia de A Coruña.
El mantenimiento de márgenes de ribera sin trabajar es una práctica que Eloi reivindica como muy beneficiosa para la biodiversidad.
Este tipo de manejo, que ya venían desarrollando algunas granjas, formará parte desde el 1 de enero del 2023 de la condicionalidad reforzada de la PAC, que obliga a los productores a dejar una franja de 5 metros sin trabajar desde los márgenes fluviales.
Eloi Rodríguez valora como positivo ese cambio acordado por Europa, pero apunta que sería preciso que venga acompañado de modificaciones en Galicia en la delimitación de los recintos PAC, pues hasta ahora los márgenes fluviales se computaban como forestales, de manera que eran superficies que no se incluían en las solicitudes de la PAC de las explotaciones.
Al igual que en los márgenes fluviales, la recuperación de zonas húmedas como humedales, que en ocasiones sufren transformaciones con la actividad agroganadera, es otra de las buenas prácticas que Eloi trata de fomentar, pues los humedales, a parte de favorecer mayor biodiversidad, representan una fuente de recargo de agua para los acuíferos y capturan carbono atmosférico.