Archives

Xan das Bouzas, una ganadería mixta con vacuno de leche y carne, ovino y caprino y caballo de monte

Las vacas de leche de la explotación pastando en las fincas que están más próximas a la explotación

En Curros, perteneciente a la parroquia de Santa María Maior (Mondoñedo), los terrenos son pendientes, lo que limita su uso para los cultivos agrícolas y la mecanización. Pero son aptos para el pastoreo, que es la base del manejo y la alimentación que hacen en la ganadería Xan das Bouzas.

Esta explotación, que combina ganado vacuno de leche y de carne, caballos de monte y ganado ovino y caprino, está regentada en la actualidad por Alba Recalde y Moisés García, dos jóvenes que cuentan aún con la ayuda de los padres de Moisés, María José y Luciano.

Trabajan 200 hectáreas de terreno, el 65% en propiedad y el 35% en alquiler y la superficie de pastoreo está repartida por hasta 5 ayuntamientos diferentes: Mondoñedo, Lourenzá, Riotorto, Abadín y Trabada.

Muchas fincas tienen una pendiente pronunciada y solo nos valen para pastar con el ganado

La mayor parte de las fincas tienen una pendiente pronunciada, que condiciona su manejo. “Muchas fincas no nos valen para siega, porque no valen para andar con los tractores; lo que hacemos es pastarlas con el ganado que tenemos: vacas, yeguas, cabras y ovejas. Tenemos un poco de todo”, aclara Alba.

“Lo que come el caballo no lo come la vaca”

Vacas y caballos de monte en los pastos del alto de la sierra

Una de las características de esta explotación es precisamente esa, su diversidad de animales. Además de ser una ganadería mixta de vacuno, con 30 vacas de leche (más 12 novillas de recría) y 160 vacas de carne (más los terneros y 25 novillas de recría) en un CEA y en otro, de modo monte, otras 90 vacas; tienen también a mayores 35 ovejas, 30 cabras y 300 yeguas y caballos.

Manejar tanto ganado en una superficie tan dispersa es bastante complejo y trabajoso, reconocen. “Estás pendiente del ganado todos los días a todas horas. Somos 4 personas trabajando a tiempo completo para la explotación”, cuenta Alba.

Somos 4 personas trabajando a tiempo completo para la explotación

Para facilitar los movimientos entre las diferentes parcelas, cuando se trata de fincas distantes, disponen de un camión para el transporte del ganado. “Intentamos no concentrar muchas cabezas en la misma finca para que no precisen tanto manejo, pero aun así necesitan manejo igual”, asegura.

Ganado en el monte abertal

Una de las charcas de agua que tienen en el monte para que beba el ganado. Cuando en verano achican por la sequía suben el agua para ellas en cisternas para rellenarlas

Parte del ganado (alrededor del 50% del censo) pasta en el monte abertal. Son vacas y yeguas adaptadas a la climatología de estas zonas altas y también a este tipo de pasto y que manejan en conjunto.

En invierno las yeguas y las vacas castigan mucho el monte y hacen que el pasto vaya mejorando

“Las yeguas abren el monte para las vacas. La vaca no come lo que come la yegua, comen hierbas más blandas. Los caballos de monte solo comen tojo y hierbas duras; ayudan a tener el monte limpio, porque ningún otro animal come lo que ellos comen, y de este modo hacen que ese pasto vaya mejorando”, explica.

Una parte del monte abertal es propio de la ganadería (unas 100 hectáreas) y otra parte comunal, aunque de los cuarenta y pocos comuneros de la parroquia solo cuatro o cinco casas tienen ganado en el monte. “Somos pocos los vecinos que aprovechamos el monte, pero de cara a hacer la PAC nosotros solo podemos declarar 4 hectáreas”, aclara.

Petición de quemas controladas

Una de las zonas de monte que se ha ido cerrando de vegetación, donde sería necesaria una quema para regenerar el pasto

La alimentación de las vacas y caballos del monte consiste en el pastoreo de la vegetación espontánea, tanto tojo como herbáceas, pero en la medida en que el tojo envejece su digestibilidad y aprovechamiento disminuye y la proporción de herbáceas también.

“Solicitamos en el mes de diciembre para poder hacer quemas controladas en las zonas de monte con más vegetación, que no son tractorables, aunque no tenemos aún ninguna respuesta. Si en otros lugares se hacen, no vemos el motivo por el que aquí no se podrían hacer también. Nosotros intentamos hacer desbroces donde se puede, pero hay sitios donde con el tractor no entras y corres mucho riesgo. Hay zonas en las que si no nos dan las quemas como alternativa es imposible entrar allí y se acaban volviendo improductivas, porque hay tojos que ahora ya no los comen las yeguas”, relata.

Intentamos hacer desbroces, pero hay sitios donde con el tractor no entras y corres mucho riesgo

“Por culpa de la maleza perdemos zonas productivas y con el tamaño de explotación y número de cabezas que tenemos necesitamos superficie que produzca. Además, de este modo hay más riesgo de incendios», dice Alba, que defiende la utilidad de las quemas controladas para la regeneración del monte para lograr un control efectivo del matorral en combinación con el ganado.

Ataques del lobo

El último ataque del lobo causó bajas en el rebaño de ovejas

El principal depredador del ganado del monte es el lobo. “El 45% de las bajas que tenemos hoy son por causa del lobo. En los últimos tiempos en esta zona ha aumentado mucho la presencia del lobo y sus ataques. Si no fuese por el lobo una yegua puede vivir entre 18 y 20 años”, cuenta Alba.

A mayores de las bajas directas, los ataques también provocan abortos y otros problemas reproductivos. “La yegua que pierde a su cría tiene más dificultades para empreñar por el estrés que le provoca el enfrentarse al lobo para intentar defenderla. Además, una yegua que pare hoy a los 9 días puede volver a empreñar si está con el garañón. Pero durante esa gestación si hay un ataque del lobo al grupo lo más probable es que aborte”, dice.

Si no se toman medidas con el lobo las yeguas, y el ganado del monte en general, corren mucho peligro de desaparición

“Las potras casi todas las criamos, porque con tanta baja las necesitamos para reposición. Si no se toman medidas con el lobo las yeguas corren mucho peligro de desaparición, al igual que el resto del ganado del monte. Y cuando se den cuenta y tomen medidas puede que ya sea tarde”, alerta Alba.

El lobo nos mata el 45% de las yeguas y el 40% de las ovejas. No es un problema menor

El rebaño de ovejas es también otro de los afectados por los frecuentes ataques del lobo. “En el último ataque de lobo que tuvimos nos mató 15 cabezas de ovino en dos días. Y eso que teníamos cierre de malla”, relata.

Entre 400 y 600 euros por potro

Entre las 300 yeguas cuentan con 54 de pura raza gallega

Para el lobo, los potros son una presa más fácil que los terneros, por lo que la presencia de caballos en el monte reduce los ataques al ganado vacuno. “Mientras hay potros no comen a los terneros y es cierto que el valor de los potros es menor que el de los terneros, pero cuando acaban los potros después comen también a los terneros”, matiza Alba.

“Los potros que sobreviven los vendemos a través de Puraga, los que son de pura raza galega, y el resto los llevan tratantes”, cuenta. Los precios dependen de la calidad de los animales y de su peso y oscilan entre los 3 y los 4 euros el kg canal. “El precio mejoró mucho, aunque en la actualidad haya bajado algo, pero podía ser una carne mucho más valorada”, defiende.

El precio ha mejorado mucho en los últimos años, aunque ahora haya bajado algo, pero falta que la carne de caballo sea más valorada

El peso de los potros oscila entre los 80 kg de los del monte a los 300 kg de las razas de mayor tamaño, que tienen cerradas en fincas más bajas. La edad oscila entre los 9 meses y el año, mientras que en los de pura raza gallega está entre los 7 y los 8 meses.

“A los caballos del monte nunca les damos suplemento, solo controlamos que tengan agua. Desde mi punto de vista si les damos suplemento no nos rendiría tenerlos, no me parece viable”, detalla. Este año tuvimos un verano duro, apretó la sequía y no había mucha agua. Tenemos unas balsas hechas y llevamos agua para ellas con cisterna para que puedan beber”, explica.

«El ganado del monte es difícil de controlar, ya que el monte abertal es una extensión grande y sin cierre. Cuando hacemos movimientos necesitamos tener caballos de montura para dirigir y guiar el ganado”, cuenta.

Aumento de superficie y mantenimiento de las vacas de leche

Tienen mastines como perros de guardia para defender al ganado de los ataques del lobo

Hace 8 años, cuando Moisés y Alba comenzaron a trabajar en la ganadería familiar, era más pequeña. Al ir aumentando las cabezas de ganado fueron incrementando también la superficie. “Con nuestro sistema de manejo, si aumentas los animales tienes que aumentar también el terreno”, dice Alba.

Trataron de buscar zonas más bajas, como el valle de Lourenzá, donde los inviernos son más suaves. “Las vacas de leche, cuando las secamos, las llevamos para allí”, explica.

A pesar de aumentar al número de cabezas sobre todo en las vacas de carne, no quisieron abandonar la producción de leche. Las 30 vacas que ordeñan les garantizan unos ingresos estables todos los meses, mientras que en las de carne “si se muere la cría perdiste la ganancia de todo el año”, razona.

Las vacas lecheras están día y noche fuera; sólo entran al establo para ordeñarse y comer el silo y el pienso

De las vacas de leche se encargan sobre todo Alba y María José. La alimentación es a base de pastoreo, suplementado con silo de hierba y concentrado. “Están fuera día y noche, solo entran para ordeñarse y comer el pienso y el silo”, indica. Están certificados en pastoreo y bienestar animal y entregan la leche en este momento a Lactalis.

En las vacas lecheras trabajan con las razas frisona y con la montbeliard y en las de carne con rubia gallega, asturiana, limusín o angus. En cuanto a los toros, la mayoría son limusín, buscando sobre todo facilidad de parto.

“La bajada del ganado para San Lucas es algo muy bonito de ver, pero da mucho trabajo”

Alba, a caballo durante los trabajos para bajar la manada para las San Lucas del año pasado

Además de la vertiente productiva, el manejo del ganado caballar tiene en Galicia una parte cultural, vinculada a labores como la rapa o a ferias anuales como As San Lucas.

“Si las San Lucas siguen manteniendo su esencia tradicional con los caballos como protagonistas es por gente como nosotros. Si los ganaderos no bajásemos los caballos del monte habría las orquestas y los puestos ambulantes, pero no habría la feria. Se perdería igual que se fue perdiendo en muchos otros sitios”, razona Alba.

Lo que da vida a las San Lucas es el caballo, pero solo tres explotaciones bajamos ya ganado del monte para la feria

Solo tres ganaderías hacen a día de hoy la bajada del ganado desde el monte hasta el campo de la feria. El domingo anterior juntan el ganado. Es un trabajo complicado y muchas veces dificultado por la niebla densa habitual en el alto de O Fiouco o en Campo do Oso. “Tienes que estar adaptado a andar en el monte con los caballos para juntar el ganado. Nos ayuda mucha gente, porque una manada de 300 animales no se guían entre cuatro”, cuenta.

“La bajada del ganado para As San Lucas es muy bonito de ver, pero da mucho trabajo. Nos dan una pequeña ayuda por bajar el ganado, se estableció en los últimos 5 años, pero la bajada a nosotros nos supone mucho trabajo. Además, tenemos pérdidas, porque hay abortos, ya que las yeguas sufren”, explica.

Mantener las tradiciones

Rapa das bestas en el curro de Campo do Oso

“Trataremos de seguir luchando para que nos valoren”, dice Alba. “Si todos tiramos la toalla y no hubiese gente como nosotros no se mantendrían las tradiciones. Somos una de las explotaciones más grandes de esta zona, nadie aquí tiene tantos caballos como nosotros. Hacemos dos rapas, una en Campo do Oso y otra privada en la manga que tenemos nosotros”, cuenta.

Relevo asegurado

Logotipo de la explotación

Xan das Bouzas es a día de hoy una de las ganaderías más grandes de la comarca de A Mariña y Moisés y Alba destilan pasión por lo que hacen, un entusiasmo que supieron trasmitir a sus hijos. Porque a pesar de su juventud (él tiene 34 años y ella 27), esta pareja de ganaderos vislumbra ya el relevo generacional que está por venir, el de su hijo Íker, que tiene ahora 11 años y es un apasionado del ganado.

“O mucho me engaño o va a seguir con la ganadería”, dice orgullosa su madre. Sofía, su hermana, tiene ahora 4 años, la misma edad con la que Íker comenzó a bajar a caballo a As San Lucas.

Patologías más comunes del ganado equino en Galicia y medidas de prevención

Herminio Pose es especialista en équidos y asesora tanto a ganaderías de cría como a explotaciones de caballo de monte El veterinario Herminio Pose Nieto, especialista en caballos, habló esta semana en la Reunión de Otoño organizada por la Sociedad Gallega de Pastos y Forrajes en Mondoñedo de las enfermedades más comunes del ganado caballar en Galicia, de su tratamiento y de las medidas preventivas y de manejo a adoptar en las ganaderías para evitarlas o minimizar sus efectos. “No se trata de patologías que sean específicas de nuestra comunidad o que se den solo en el ganado equino gallego, pero las hay con mayor incidencia en Galicia por la climatología, el tipo de suelo, aspectos culturales, etc”, explicó Herminio. En la mayoría de los casos, se trata de enfermedades que no se llegan a curar, sino que la aplicación de tratamiento veterinario una vez aparecen los primeros síntomas sirve para reducir sus efectos y aminorar su avance y el empeoramiento del estado clínico del animal.
Hay enfermedades que se evitan con el manejo
Por eso, este especialista en ganado equino hizo hincapié en la necesidad de la prevención para evitar su aparición y dio consejos útiles y prácticos a los ganaderos asistentes a las jornadas. “Son enfermedades que se evitan con el manejo”, insistió, dado que tanto la RAO-EPOC como la laminitis están relacionadas con aspectos de alimentación (hongos en el primer caso y exceso de hidratos de carbono en el segundo) y la dermatitis y la piroplasmosis a la presencia en el ambiente de insectos transmisores (mosquito y garrapata, respectivamente). Menor incidencia en los caballos de monte Herminio está considerado uno de los veterinarios que más sabe de caballos en Galicia. Su empresa, Serveteq, cuenta en el ayuntamiento lugués de O Corgo con instalaciones destinadas a clínica y a la reproducción de caballos pura sangre. Además, es autor de un libro sobre los curros tradicionales que hay en la comunidad y fue uno de los responsables en su día del impulso al caballo de pura raza gallega a través de lo que hoy es Puraga. Y como buen conocedor de esas dos realidades, destaca la mucha menor incidencia de estas enfermedades en los caballos salvajes. “Los caballos de monte tienen una alta rusticidad y logran convivir con las garrapatas sin que los mate, cuando un caballo pura sangre inglesa que le pica una garrapata y desarrolla la enfermedad de la piroplasmosis puede morir en 5 días”, ejemplifica. Del mismo modo, dice, “a los caballos de monte no les afecta habitualmente ni la RAO-EPOC ni la laminitis porque no comen hierba seca ni pasto vigoroso”, aunque matiza que “un caballo de monte si un día se escapa y entra en un pasto bueno, en media hora comiendo puede tener una laminitis por disbiosis de la flora intestinal, igual que un caballo que se sale del establo y come mucho pienso o grano, compara”.  

Obstrucción recurrente de las vías aéreas (RAO - EPOC)

La obstrucción recurrente de las vías aéreas o asma es un mal frecuente en Galicia. Se trata de una enfermedad que afecta a las vías respiratorias por la aspiración de las esporas de hongos hacia el pulmón. “El caballo puede comer y aspirar al mismo tiempo, por lo que aspira las esporas hacia el pulmón, lo que le provoca una tos irritativa seca. El animal no tiene fiebre, ni apatía ni deja de comer, pero al toser se van rompiendo las paredes de los alveolos, por lo que los caballos pierden capacidad pulmonar y rendimiento respiratorio y con el paso del tiempo veremos que se cansa más. Cuando la enfermedad está muy avanzada dejan incluso de comer para centrarse en respirar”, relata Herminio. Los primeros síntomas para detectar RAO-EPOC en una yegua o caballo son un moco muy pegajoso que sale por la boca desde la tráquea, la dilatación de los orificios nasales, lo que provoca que la nariz si arruge, y la aparición de una línea marcada en el tórax por el efecto repetitivo de toser. El riesgo de la hierba seca “El problema en Galicia es la hierba seca, existe muy buena calidad de forraje desde el punto de vista del valor nutritivo pero tenemos una mala conservación, por nuestras condiciones de humedad en invierno. Aunque la cojamos con buen presecado y secado, tenemos humedades ambientales muy altas (de hasta el 85% de humedad relativa) a partir de noviembre. La hierba seca absorbe esa humedad, fermenta y cría hongos que el caballo aspira”, indica el veterinario de Serveteq.
Mojar la hierba seca para que no suelte tantas esporas no soluciona el problema y no se deben usar escaleras para colocar el forraje
No se deben emplear escaleras para colocar la hierba seca o cualquier otro tipo de forraje, ya que el caballo con la cabeza levantada aspira más esporas; es preferible que la coma en el suelo, “porque el caballo está diseñado para pacer, es decir, de comer con la cabeza baja”, dice. “La hierba seca en sí no es mala para el ganado equino, la que se produce en verano se puede dar sin problema hasta el otoño, pero a partir de noviembre, cuando llega el invierno y viene el mal tiempo no se debe seguir dando”, insiste.
La hierba seca no es mala para los caballos, pero en Galicia tenemos una imposibilidad para garantizar una buena conservación debido al alta humedad ambiental
“Es nefasto acumular la hierba seca de un año para otro, porque son dos años criando hongos y esa hierba seca vieja tampoco vale para la cama, porque aunque no la coma el caballo aspira igual esos hongos”, añade Herminio. Por eso, en los meses de invierno recomienda sustituir la hierba seca cosechada en Galicia por hierba seca o paja de Castilla. “Pero no sirve traer un tráiler y almacenarla aquí, porque coge igual humedad, hay que ir trayéndola a medida que se va consumiendo”, advierte. Alfalfa en rama también se puede dar, pero poca cantidad, porque tiene mucha proteína.
La hierba seca ensilada en rollos es una buena opción para darle a los caballos
Otra opción para sustituir la paja o la hierba seca es el silo, pero tiene que ser muy seco. “El silo de trinchera muy húmedo es malo para el ganado caballar pero el silo con un buen presecado es bueno. Herminio recomienda hacer microsilos con rotoempacadoras de tambor variable, de manera que se hagan fardos de pequeño tamaño adaptados al número de animales de la explotación. “El silo se debe consumir una vez abierto en un máximo de 5 o 6 días”, indica. También es una buena solución el conocido como henolage, es decir, un rollo de hierba seca envuelto en plástico como si fuese un rollo de silo. “No es lo mismo que tapar los rollos de hierba seca con una lona, algo que es muy perjudicial, porque crea condensación por debajo del plástico y provoca más humedad”, dice. Pero para poder meter la hierba seca en el típico plástico de microsilo tiene que ir bien seca, “porque si va húmeda ni ensila ni se conserva bien”, explica. Ese tipo de hierba seca ensilada no tiene ácido butílico, por lo que no huele tanto como el de trinchera. Establos poco ventilados y con estiércol Otro factor que agrava los problemas de asma de los caballos es tenerlos en establos poco ventilados. “En Galicia tenemos la manía de meter el caballo en establos hondos y sin ventilación y como queremos hacer estiércol para la huerta dejamos una capa de estiércol importante en la cama. Todo eso es una bomba de relojería, un caldo de cultivo perfecto para esta patología”, asegura. Por tanto, el principal consejo que da Herminio, además de no darle hierba seca vieja o que haya cogido la humedad del invierno, es “sacar a los caballos de los zulos”. El establo del caballo tampoco debe estar al lado del estercolero o del pajar. “La obstrucción recurrente de las vías aéreas es una enfermedad de manejo, porque como no saquemos al caballo de las condiciones que le provocan ese mal va a seguir evolucionando. El tratamiento con antiinflamatorios y brondolilatadores sirve para aliviar sus efectos, pero esta enfermedad no la curamos, lo máximo que podemos hacer y pararla en el momento en el que la hemos cogido”, aclara.

Laminitis o caballo entrepechado

La laminitis es una enfermedad metabólica por toxinas fruto de la alimentación. También es conocida como caballo entrepechado o abierto de los pechos, aunque es un concepto erróneo, “porque el mal está en las manos y no en el pecho”, aclara Herminio. Puede afectar a las cuatro extremidades, aunque empieza normalmente por las manos del animal (patas delanteras). Afecta al casco y sobre todo al hueso de la tercera falange.
Las toxinas generadas en el estómago se acaban acumulando en los cascos provocando la rotación del hueso de la tercera falange
Tiene también una incidencia especial en Galicia a consecuencia de la alimentación. “La idea común y totalmente generalizada, pero errónea, es que un prado con muy buena hierba es lo ideal. Pero el vigor del pasto lleva a que tenga muchos hidratos del carbono, que en exceso son malos para el caballo. El caballo primero come todas las puntas de la hierba, que es donde hay más hidratos de carbono y las bacterias del estómago no son capaces de procesar todos esos hidratos, por lo que se generan unas toxinas que se van acumulando en los cascos y cortan el riego sanguíneo de los vasos sanguíneos del casco, el tejido se muere y afecta al tendón que sujeta la tercera falange, que se rota y acaba clavándose en el casco”, indica. Una vez que se da la enfermedad, al igual que a RAO-EPOC, es incurable. “Se intenta sobrehidratar al animal para que se eliminen las toxinas, pero los caballos con laminitis quedan siempre con secuelas”, asegura Herminio.
Al igual que el asma, la laminitis es una enfermedad incurable
Si la rotación del hueso de la tercera falange es superior a 6 grados se clava el hueso y la banda coronaria queda dañada, por lo que se crean surcos divergentes de crecimiento en el casco, que tarda 8 meses en crecer en su totalidad, porque crece más por atrás que por delante. “A consecuencia del dolor provocado por la laminitis, el caballo cambia la postura, al echar los pies para delante para apoyarse lo menos posible en las manos”, explica. De ahí esa sensación de que el mal está en el pecho. Parcelar en primavera y otoño “La toxicidad de un producto está siempre en función de la dosis. El pasto tierno no es malo, pero depende del que coma”, matiza Herminio. Por eso, recomienda siempre parcelar superficies grandes con líneas de pastor en primavera y otoño e ir abriendo poco a poco para evitar que la yegua o el caballo ingiera una excesiva cantidad de hidratos de carbono, que luego será incapaz de digerir.
A los caballos les cuesta habituarse a nuevos alimentos, no hay que preocuparse si el primer día come menos
“Hay que reducir la carga de hidratos de carbono que se produce cuando la hierba crece tan rápido, pero en verano o invierno, cuando el pasto ya ha perdido la fuerza, se pueden abrir superficies más amplias. Sin embargo, en primavera o en el rebrote del otoño no se puede dejar un solo animal en una hectárea de terreno”, indica.  

Dermatitis inmunomediada o pica pica

La dermatitis inmunomediada, también conocida cómo pica pica o rasquiña en Galicia, se desencadena por un mosquito culicoide que es picador-chupador. A través de su saliva, que irrita la zona de la picadura para que aumente el riego sanguíneo y poder chupar de este modo más sangre, provoca irritación y comezón y el caballo busca rozarse donde sea o incluso tirarse al suelo para aliviar el picor. “Los mosquitos se dan donde hay zonas de riachuelos, aguas estancadas, pinares, estiércoles o purines”, recuerda Herminio, por lo que se deben evitar estas localizaciones en los meses de mayor presencia del insecto, como puede ser durante el verano. “Luces ultravioletas, repelentes de insectos, darle ajo picado en la ración para que lo expulse por el sudor y actúe como repelente natural, azufre, etc. Hay miles de remedios, pero la solución es variar el entorno en el que está el caballo”, insiste.
No existe ningún tratamiento que cure la enfermedad y la vacuna solo es efectiva en un 20% de los casos
En cuanto a los tratamientos una vez aparece la dermatitis, “existen muchos productos pero ninguno es bueno, se puede tratar con corticoides para aplacar el sistema inmune pero no curamos la enfermedad y las vacunas funcionan solo en un 20% de los casos y son caras”, reconoce.  

Piroplasmosis o mal de la garrapata

La piroplasmosis o mal de la garrapata, está provocada por la infestación con un parásito, el protozoo Babesia caballi, que se transmite a través de la picadura de una garrapata. “La garrapata es el taxi en el que viaja esa bacteria de caballo en caballo. Es un parásito de la sangre que rompe los glóbulos rojos, provoca anemia y hace que el caballo se muera”, advierte Herminio.
Los caballos pueden ser portadores sanos del parásito sin tener síntomas, hasta que los protozoos comienzan a multiplicarse en la sangre del animal
Los caballos pueden ser portadores sanos del parásito sin tener síntomas, hasta que los protozoos comienzan a multiplicarse en la sangre del animal. Los síntomas más leves son fatiga o pérdida de peso y apetito, comunes a otras enfermedades, por lo que su detección no es fácil en ocasiones. Algo distintivo en la piroplasmosis es la decoloración amarilla de las mucosas. “El cambio climático está haciendo que haya una alta proliferación de garrapatas y que las haya todo el año”, alerta el veterinario de Serveteq. El protozoo Babesia caballi solo se transmite a través de la saliva de la garrapata, por lo que los caballos infectados no contagian. Las zonas de monte o matorral, así como los lindes de las parcelas, son lugares con mayor presencia de garrapatas.

Los beneficios del caballo como reductor de biomasa a coste cero en la semana de los grandes incendios en A Mariña

La Reunión de Otoño de la SGPF se hizo coincidir con las San Lucas, que se celebran esta semana en Mondoñedo Las San Lucas, la feria de ganado más antigua que se conserva en Galicia, con más de 800 años de historia, se celebran hasta el domingo en Mondoñedo. En ellas el caballo tiene un especial protagonismo. Aprovechando esta cita, la VIII Reunión de Otoño de la Sociedad Gallega de Pastos y Forrajes analizó durante dos jornadas, este lunes y martes, el papel del caballo en la conservación del medio natural. En sus conclusiones, la asociación que reúne a técnicos y ganaderos para el fomento del pastoreo en Galicia, quiso destacar los beneficios del caballo como “reductor de biomasa a coste cero” y el hecho de que “el caballo criado en libertad precisa de pocos cuidados pero vincula al propietario con el monte”. Pocos días después del gran incendio producido este fin de semana en A Mariña, que quemó más de 2.000 hectáreas de monte en los ayuntamientos de Trabada y Ribadeo, los asistentes a las jornadas destacaron que “los pastizales evitan o cortan fuegos al romper la continuidad del monte y el espacio forestal, algo que no sucede en masas continuas de eucalipto como las que hay en ayuntamientos como el de Trabada”, el más afectado por el fuego, y aseguraron que “el incendio de este fin de semana en A Mariña se apagó porque llovió, pero pudo ser uno de los mayores fuegos de la historia de Galicia”, concluyeron.

Jornadas sobre el caballo y la conservación del medio natural el 16 y 17 de octubre en Mondoñedo

La Sociedad Gallega de Pastos y Forrajes (SGPF) organiza para los próximos 16 y 17 de este mes su reunión de otoño en la villa lucense de Mondoñedo coincidiendo con las San Lucas, la feria de ganadería caballar más importante y antigua de Galicia.. En este sentido, la reunión centrará sus jornadas en "El caballo y la conservación del medio natural", y se celebrará en el Pazo de Santomé. La participación en la reunión es gratuíta pero es preciso inscribirse antes del 13 de octubre, indicando día e intención de almorzar o no, llamando a los teléfonos 686620154 (Eloi) o 628713263 (Victor). El coste de la comida será de 20 Euros. En esta jornada colaboran con la SGPF el Ayuntamiento de Mondoñedo, Vicepresidencia de la Diputación de Lugo, CIAM-AGACAL, PURAGA y la Asociación As San Lucas Aquí puedes ver el programa completo:

Vuelve la feria caballar de las San Lucas, en Mondoñedo, del 17 al 22 de octubre

El Salón de Actos del Pazo de San Marcos acogió  la presentación de la 867 edición de As San Lucas de Mondoñedo, que cuentan una edición más con el apoyo de la Vicepresidencia de la Diputación de Lugo con una aportación de 20.000 euros. En el acto intervinieron la diputada de Cultura Iria Castro, el diputado de Medio Rural Daniel García, el presidente de la Asociación As San Lucas, Miguel Paz, y el concejal de Cultura de Mondoñedo, Alberto García, y contó con la presencia del concejal del BNG en Mondoñedo Eloi Cabanas y del jefe territorial de Política Social de la Xunta de Galicia, Javier Vázquez. Iria Castro destacó “la raíz ganadera y popular de las San Lucas, que se vienen celebrando desde 1156 y que recoge el poso cultural y social de siglos de relación con el caballo y con el medio natural” e hizo hincapié en la “espectacularidad con la que esa tradición se refleja en la tradicional bajada con los caballos, que abre las fiestas”. La responsable provincial  valoró “el trabajo de la organización” y reafirmó  “el compromiso de la Vicepresidencia de la Diputación de Lugo para colaborar con el tejido asociativo y con los ayuntamientos en citas como estas que ponen en valor la tradición ligada al rural y a la ganadería”. La bajada de los caballos a Mondoñedo en la víspera de las San Lucas abrirá el programa de la Feria, que se extende el 17 al 22 de octubre. 500 animales de ganaderías mindoniense bajarán de los montes próximos hasta la ciudad, pasando por el barrio de los Molinos, la calle San Roque, la Fonte Vella y la Plaza de la Catedral (lunes 17, 18.45 horas) para finalizar en el Campo da Feira, donde, al día siguiente, se celebrará la Gran Feria Tradicional de Ganado Caballar. Alrededor del caballo, se desarrollará una amplia agenda, con la entrega de los premios las ganaderías participantes en la bajada y en la feria (martes 18, 13.30 horas),  la segunda edición del Concurso de Andadura de Caballo Marchador Gallego, con la colaboración de Puraga, en el recinto de la granja (martes 18, 16.30 horas), el espectáculo de doma nocturna, con especialistas en doma internacionales (jueves 19 y viernes 20, 21.00 horas) y certámenes morfolóxicos, exhibiciones de doma y certámenes de andadura a lo largo de las jornadas del sábado 21 y el domingo 22. Miguel Paz, presidente de la organización, destacó que “el objetivo es que todas las personas amantes de los caballos puedan disfrutar de una u otra manera de las San Lucas”. En la presentación se dio cuenta también del programa musical con un concierto de Xosé Manuel Budiño (sábado 22, 22.00 horas) y verbenas durante todos los días de las fiestas.

Los cambios en el manejo de los caballos salvajes pueden limitar sus efectos positivos sobre la biodiversidad

Un artículo derivado del proyecto ‘Life in Common Land’ publicado en la revista ‘Biodiversity and Conservation’ afirma que los caballos salvajes son indispensables para la biodiversidad de las montañas gallegas. Esta pieza, firmada por Laura Lagos y Jaime Fegúndez, investigadores del Centro Interdisciplinar de Química y Biología de la UDC, concluye que los cambios en los sistemas de manejo de estos herbívoros “pueden limitar su efecto positivo sobre la biodiversidad e incluso podría desembocar en un problema ambiental de gran magnitud”, señalan los investigadores. El informe científico destaca que “los espacios abiertos de las montañas de Galicia están cubiertos, en gran parte, por hábitats naturales reconocidos por la Unión Europea y su existencia y pervivencia depende de la presencia del caballo salvaje”, al tiempo que destaca el potencial de estos animales debido “a su adaptación para el aprovechamiento de brezales y turberas”. Laura Lagos y Jaime Fagúndez explican que “a través de la dieta, el caballo salvaje limita el desarrollo de la vegetación y favorece que sobrevivan especies de plantas sensibles”. Entre las nuevas prácticas que están alternando el comportamiento de los grupos de herbívoros están “la construcción de cierres que limiten en exceso el uso libre del espacio, así como la rotación forzada para intensificar el aprovechamiento, o la transformación de la vegetación natural en praderas de pasto mejoradas”, avanzan Lagos y Fegúndez. Esto genera consecuencias, como “el mayor tamaño de los animales frente a una menor ocupación de la superficie de campeo, y el desequilibrio en la organización espacial de las manadas, provocando un solapamiento entre ellas y aumentando la presión por herbivoría”, destacan. Este proyecto tuvo una duración de cinco años, desarrollándose en el espacio Rede Natura 2000 Sierra del Xistral, en el norte de la provincia de Lugo. El trabajo también presenta datos recogidos en el marco del proyecto del Grupo Operativo de Innovación Soluciones innovadoras para la gestión y valorización del sistema tradicional de caballos salvajes en el monte, que se desarrolló nos Montes de Sabucedo, en Pontevedra. En total, los científicos marcaron 29 yeguas, aprovechando la captura de los animales que realizan sus propietarios en los curros anuales.

La gestión del ganado en la parroquia de Boimente: 250 yeguas y 250 vacas para 1.000 hectáreas de monte comunal

Caballos en el curro de Candaoso, en el monte comunal perteneciente a la parroquia de San Andrés de Boimente En el año 1984 los vecinos de la parroquia de Boimente, en Viveiro, solicitaron una ayuda para la reparación del Curro de Candaoso, donde cada primer domingo de julio se celebra una de las tres rapa das bestas que aún quedan en la comarca de A Mariña. Aquella actuación fue el punto de partida para la recuperación de los usos ganaderos tradicionales del monte. “Nos ofrecieron participar en el programa de mejora de pastos en comunidades de montes y fue cuando hicimos la siembra de las praderas”, explica Antonio Yáñez Rúa, uno de los siete ganaderos que quedan en la parroquia y miembro de la junta directiva de la CMVMC Buio y Lerín. Es una de las más grandes de esta zona de A Mariña, con 1.002 hectáreas. De ellas, 300 son prados y 681 mantienen uso mixto forestal y ganadero (100 hectáreas son bosque de robles y 581 pinar pastoreado).
Los pinos están en retroceso y tenemos problemas con los eucaliptos por la competencia que ejercen sobre los pastos para el ganado
Esta zona de la costa norte gallega está orientada al Cantábrico, lo que hace que los montes de Boimente sean muy batidos por los vientos del noreste. De hecho, en terrenos de la comunidad de montes hay instalado un parque eólico con 9 aerogeneradores. La labor del ganado en la implantación de las praderas Vacas paciendo en el monte comunal de la parroquia de San Andrés de Boimente con los molinos de viento al fondo Como es habitual en amplias zonas de la sierra de O Xistral, los suelos en esta zona son de turba y 21 de las hectáreas del monte comunal están ocupadas por una mina de turba. Por esta composición del terreno, los suelos son muy ácidos y con baja fertilidad inicial. Este hecho condicionó la siembra inicial de las praderas en el otoño de 1984. La vegetación existente, de carácter acidófilo, estaba formada por sedio (agrostis curtisii) como vegetación dominante y diferentes especies de brezo, uz y tojo.
Los suelos son de turba, muy ácidos y con baja fertilidad inicial
Se hizo un desbroce inicial y luego un gradeo de discos, con alguna quema superficial, con cierto peligro por tratarse de suelos turbosos donde se corre el riesgo de que el terreno arda durante meses. Entre las tareas que la comunidad debe hacer en el momento actual está la corrección de la acidez del suelo. "Tenemos que encalar de manera moderada, porque tratándose de suelos de turba y al tener poco aluminio, las necesidades de cal son menores que en otro tipo de suelos", explica Antonio.  Miembros de la Comunidad de Montes durante la rapa del año 2000. Antonio, de pie el segundo por la izquierda En el primer proyecto se actuó sobre unas 200 hectáreas y en una segunda fase sobre las 100 restantes. Se llevó a cabo un encalado con 4.000 kg/ha de caliza molida y se abonó el terreno con 600 kg/ha de 8-24-16. Para la fertilización del año siguiente se aplicó un abono complejo 15/15/15 con una dosis de 400kg/ha. “Al principio, en los primeros años, carecíamos prácticamente de ganado y a causa de la baja carga de animales las praderas se fueron degradando y volviendo a estar dominadas por el agrostis, pero en la medida en que fuimos aumentando el número de animales y realizando rotaciones en el pastoreo, los pastos se fueron recuperando”, explica Antonio.
Los pastos bajo arbolado fueron hechos por el ganado a lo largo de estos 38 años
En los 38 años que llevan hechas, las praderas nunca fueron renovadas. Se mantienen productivas y en buen estado gracias a la presencia del ganado, que se encargó de esparcir las semillas del raigrás y el trébol blanco hacia otras zonas, como por ejemplo cebajo de los pinares, que hoy en día tienen también aprovechamiento ganadero. “La zona arbolada también encampiza y produce pasto porque son los propios animales los que se encargan de extender la pradera hacia la zona forestal”, asegura. La comunidad de Boimente participa, junto a otras 10 de los ayuntamientos de Xove, Ourol, Muras, O Valadouro y Abadín, con las que comparte los montes de la Sierra de O Xistral, en el proyecto europeo Life on common Land, que estudia precisamente los beneficios del ganado en el cuidado del territorio. Vacas y caballos En el monte comunal de Boimente hay caballos pura raza gallega y cruzados En los montes de Boimente hay vacas y caballos. “Las yeguas son de la comunidad de montes y las vacas se gestionan individualmente”, explica Antonio. La comunidad es propietaria de 250 yeguas y sus crías. “Las yeguas son esenciales para mantener el matorral controlado y la calidad del pasto y nos evitan tener que hacer desbroces”, cuenta. Las vacas, sin embargo, son de propiedad individual. “En Boimente quedamos 7 ganaderos activos, con un total de 250 vacas en el monte vecinal. Las plazas son de 20 vacas, pero hay quien cede plazas”, dice.
La carga ganadera se sitúa en 0,6 UGM por hectárea y la superficie está dividida en 7 parcelas
Con todo, una de las cláusulas establecidas para este traspaso de derechos es que ambos tienen que vivir en la parroquia. “No se pueden ceder a ganaderos de fuera de la comunidad, especialmente por el control sanitario”, detalla Antonio. La carga ganadera se sitúa en 0,6 UGM por hectárea, adecuada al potencial del monte y a las necesidades de los comuneros. Las 300 hectáreas están divididas en 7 parcelas. “Comenzamos con 3 parcelas pero reducimos superficie para tener el monte más controlado”, argumenta. Los beneficios del arbolado para el ganado Pinar pastoreado, que sirve de refugio para el ganado, que a su vez ayuda a extender e implantar la pradera Tanto los caballos como las vacas están todo el año fuera, excepto por enfermedad o cesárea. “El pinar es un buen protector para los animales en los días más duros del invierno porque la sensación de frío en el monte es muy elevada por culpa de la niebla”, cuenta. Pero la mayoría de los pinos son viejos y es necesario proceder a su sustitución para garantizar abrigo en los próximos años.
Es una zona batida por los vientos del noreste y con una sensación térmica baja
La Comunidad de Boimente cuenta con un plan de ordenación y gestión del monte que se encuentra en estos momentos a la espera de aprobación por parte de la Consellería de Medio Rural para poder iniciar los trabajos de tala y repoblación.

“Las vacas van poco al monte por el problema del lobo”

La explotación familiar de Antonio, Yáñez y Cuadrado SC, está formada por un rebaño de vacas de raza rubia gallega y cruces con limusín. “El número de animales que podemos tener es muy dependiente de los pastos comunales, porque la competencia de los eucaliptales reduce mucho las posibilidades de acceder a fincas para cultivo y pastoreo en la zona”, lamenta. Las vacas solo comen hierba y silo como suplemento en invierno, mientras que los becerros maman hasta los 7 meses. Una vez destetados entran a un alojamiento habilitado como cebadero hasta los 10 meses.
Los terneros entran en el cebadero desde los 7 hasta los 10 meses y el 20% de las hembras quedan para recría
“No concentro los partos, miro de tener terneros todo el año, por lo que dependiendo de la época del año y de la disponibilidad de pasto están más tiempo en el prado o entran antes al cebadero, pero las madres pacen en las fincas de alrededor para que así puedan seguir mamando hasta los 7 meses”, explica. Instalaciones para llevar a cabo el cebo final de los terneros El 95% de los terneros los venden como Ternera Gallega Suprema, con un peso canal de los machos entre 220 y 260 kilos y entre 180 y 200 en las hembras. En el cebadero separan las hembras de los machos y el 20% las dejan para recría. También ceban algún macho de más edad para un carnicero local, al que se los venden con 16 meses como Añojo y un peso de unos 400 kilos canal. “Esos terneros a veces quedan más tiempo fuera en el prado”, cuenta.
Cuando tengo muchos terneros para cebar les doy hierba verde para ahorrar en concentrado
El consumo medio de concentrados por animal de Suprema, sacrificados a los 10 meses de edad, es de unos 460 kilos. “Les doy una ración diaria, no les doy a discreción, para tener más controlado el gasto. Cuando tenía muchos para cebar les daba hierba verde todos los días para ahorrar en concentrado, porque el precio del pienso se ha incrementado en 110€ por tonelada en el periodo de un año. Lo de la hierba verde me iba bien, pero había que segarla por la mañana y recogerla por la tarde para dársela, para que no se me descompongan, porque sino no asimilan el concentrado como deberían”, indica Antonio. Ataques del lobo Collar GPS instalado en un potro de la comunidad La sierra de O Xistral y los territorios que se encuentran en su zona de influencia es una de las zonas de Galicia con mayor presencia de lobo y donde los ataques al ganado son constantes. Además de los efectos sobre la merma de la cabaña equina, la presencia del lobo condiciona lo manejo del ganado vacuno. “Las vacas van poco al monte por el problema del lobo”, indica Antonio.
En el recuento realizado en el mes de enero echaron en falta varias yeguas y 5 potros
En colaboración con la empresa gallega Innogando el pasado mes de abril comenzaron un proyecto de investigación para la detección de los ataques del lobo en el ganado caballar en extensivo. Se colocaron 50 collares a yeguas y potros de los que, a partir de ahora, se tendrá toda la información de localización GPS y actividades en tiempo real.
En colaboración con la empresa Innogando, en el mes de abril instalaron 50 collares GPS a yeguas y potros para detectar ataques a través del movimiento de la manada
En los montes de Boimente las manadas de caballos de pura raza gallega y cruzados viven en condiciones de semilibertad. Normalmente estás manadas están separadas para evitar cruces no deseados y poder de este modo criar en pureza racial los caballos de pura raza gallega. Un par de veces al año, en el mes de enero y en el mes de julio para la rapa, recogen todo el ganado, se hace un recuento de los animáis y de sus crías (en el recuento del mes de enero echaron en falta varias yeguas y más de 5 potros por ataques del lobo), se desparasitan, se identifican con su respectivo microchip y se mira que los animales estén en buenas condiciones para volver al monte.

Como hacer praderas en el monte con mínimo laboreo usando el ganado

Alejandro Salvatierra, junto a su rebaño de vacas caldelás en A Pontenova Como en muchos otros ayuntamientos gallegos, A Pontenova sufre desde hace años un proceso de abandono agrario y cierre de explotaciones que está contribuyendo a la forestación de las tierras pero que también abre nuevas posibilidades.  Alejandro Salvatierra y su pareja, Ana Martínez, no se conforman con esta situación y tratan de revertir el abandono apostando por el ganado autóctono en extensivo, logrando hacer del despoblamento una oportunidad. “Tenemos ganado en todos los pueblos alrededor de A Pontenova: en Santalla, en Vilaxe, en Teixidais, en Neipín y en Vilaméa. La gente se va haciendo mayor y lo va dejando y vamos cogiendo nosotros las fincas”, explica Alejandro, que participó en la última reunión de primavera de la Sociedad Gallega de Pastos y Forrajes, dedicada a los sistemas de producción de carne resilientes a las crisis. Una explotación adaptada a las dificultades de la montaña La explotación de Ana y Alejandro es una explotación adaptada a las dificultades de la montaña, tanto climatológicas como orográficas, de pendientes y desniveles. “En nuestra zona las dificultades del terreno son evidentes. Además, está la competencia del eucalipto”, afirmó. Alejandro nació en Ferrol, hijo de una funcionaria y un trabajador de Fenosa. “Yo no estaba predestinado a esto, pero siempre me sentí atraído por lo que hacían mis tíos en A Mariña”, reconoce. El tío de Alejandro, Pepe Salvatierra, fue técnico de Extensión Agraria y luego jefe de explotación del CIAM.
En algunas zonas los suelos son tan pobres que ni para eucaliptos valen, pero sí para prados
Alejandro se formó en las escuelas de Sergude y Ponteareas y trabajó en explotaciones de leche hasta que en el año 2001 alquiló tierras en la parroquia de Álvare, en A Pastoriza, y tras incorporarse, comenzó con un rebaño de 186 ovejas. “Conviene comenzar poco a poco, para ir adquiriendo experiencia y competencia en un trabajo que exige muchos conocimientos”, asegura. En el año 2014 Alejandro se trasladó a Neipín y comenzó a diversificar el ganado para adaptarse a un terreno de montaña con mucha pendiente repleto de tojos y uces adaptadas a estos suelos pobres. “Algunas zonas ni para eucaliptos valen, pero sí para prados”, asegura Alejandro. Amansar el monte sin meter palas y tractores Pradera establecida con mínimo laboreo, a base del trabajo del ganado Ana se había incorporado a la explotación en el año 2009 comprando 7 vacas caldelás en Maceda y Petín. Buscaban ganado autóctono adaptado a las dificultades del terreno y capaz de contribuir a domesticar el monte. “Nosotros amansamos sin meter un tractor ni una pala, va amansando el ganado, pero eso lleva más tiempo que si fuese mecánicamente”, explican. “Metemos primero cabra o caballo, dependiendo del tipo de broza que haya. La cabra, por ejemplo, solo come el tojo cuando es joven, el viejo no lo come. Después desbrozamos y abonamos y vamos introduciendo las vacas hasta que logramos el pastizal”, detallan.
Tienen distintos tipos de ganado que se complementan entre sí
La suya es una explotación ganadera compleja, con distintos tipos de ganado que se complementan entre sí en un sistema integral en el que cada especie tiene su función. “Las cabras son animales que fomentan mucho la aparición de trébol. De haber cabras en el monte a no haberlas hay una diferencia bestial en el engorde de las vacas”, ejemplifica Alejandro. “Comenzamos con cero hectáreas de tierra en propiedad” Ana y Alejandro llevan dedicados a la ganadería extensiva más de 10 años, en los que se han ido haciendo con algunas tierras y montes para trabajar en este sistema que necesita, por encima de todo, de superficie. Pero ellos, comenzaron “con cero hectáreas de tierra en propiedad”, explican.
En una década llevamos metidos unos 200.000 euros en fincas, que fuimos juntando a base de comprar y permutar con otros vecinos
La familia de Ana era casera en Neipín y en el 2016 lograron adquirir la propiedad en la que llevaban dos generaciones de caseros y donde en este momento están rehabilitando la casa. Al mismo tiempo, fueron comprando en la zona otros lugares con fincas que llevaban en algún caso 30 años abandonadas. De uno de esos lugares que compraron se quedaron con las fincas y los montes para hacer praderas para el ganado y vendieron la casa para la puesta en marcha de un alojamiento de turismo rural, para con ese dinero seguir financiando la compra de más superficie. Fincas a más de 20 kilómetros Rebaño de oveja gallega en una pradera situada a 18 km de Neipín Así, comprando y permutando, fueron poco a poco haciéndose con parte de la base territorial que hoy tienen. Son unas 60 hectáreas en propiedad, situadas todas en el entorno de Neipín. “En una década llevamos gastado alrededor de 200.000 euros en fincas y casas y también cambiamos mucho con los vecinos para juntar y poder ir reuniendo parcelas”, explican. El resto, las fincas cedidas o arrendadas, están distribuidas tanto por el ayuntamiento de A Pontenova como por el municipio vecino de Taramundi, ya en Asturias. En total, declaran en la PAC 80 hectáreas, aunque el ganado pastorea mucha más superficie, aclaran, ya que hay personas que les ofrecen gratuitamente fincas ubicadas incluso a más de 20 km de Neipín.
Movemos el ganado a medida que van acabando el pasto y procuramos que sea adecuado para el tipo de rebaño que lo va pacer
“Movemos el ganado a medida que van acabando el pasto y procuramos que sea adecuado para el tipo de rebaño que lo va pacer”, explica Alejandro. Por su sistema de manejo, los cierres son otra de las bases de la explotación. “Los tenemos de todo tipo, desde mallas metálicas a hilos o mallas electrificadas”, detalla. Caballos, vacas, ovejas y cabras La base de la explotación de Ana y Alejandro es la diversificación, con distintos tipos de ganado de distintas razas pero donde cada una tiene su función. La cabaña ganadera actual está formada por 70 yeguas de cría, mayoritariamente de raza caballo gallego de monte; 50 vacas, mayoritariamente de raza caldelá, pero también rubia gallega y vianesa; 20 novillas y tres toros (caldelá, charolés y rubio); 160 ovejas de raza gallega (también los machos); y 28 cabras.
Las cabras son animales que fomentan mucho la aparición de trébol
En este momento raramente ceban terneros para sacrificio, sino que los machos cruzados se venden directamente del pasto a las explotaciones de cebo y las terneras las venden para vida. “Otra de nuestras actividades es adquirir ganado flaco y barato, tanto vacas como yeguas o cabras, y engordarlas para luego venderlas para vida a otras explotaciones”, explica Alejandro. Las yeguas Las yeguas son hoy una parte esencial del negocio de la explotación. Mantienen los pastos en buen estado, controlan lo que rechazan las vacas y las ovejas y abren zonas de matorral con tojo. Su coste de alimentación es bajo, destaca Alejandro. “Nos ofrecen pastos para ellas en muchos sitios, a veces son grandes extensiones pero en lugares distantes”, cuenta. En este momento hay una fuerte demanda de este tipo de ganado, tanto para vida como para carne y “los precios son buenos”, reconoce.
Son socios de Boaga, Acruga, Puraga y Asovega
Explica que hace unos años, a raíz de la exigencia del microchip, bajó mucho el número de caballos que había en los montes y alerta del descenso en picado de la población de caballo gallego, que pasó de 23.000 ejemplares a tan sólo 9.000 en este momento. “Pienso que estamos en un momento en el que tenían que apostar por él desde la Administración. La Xunta tiene que tener claro que dónde hay caballo hay vida y darse cuenta de que no hay mejor solución para los montes para atajar el problema de los fuegos”, afirma Alejandro.
La Xunta tiene que tener claro que dónde hay caballo hay vida y tenía que apostar por él porque no hay mejor solución para el problema de los fuegos
“Pero el caballo hay que profesionalizarlo”, dice, “no sirve tenerlo de cualquier manera, hay que atenderlo y hacer manejo igual que se hace con las vacas”, defiende. Y explica que el caballo lleva cuatro o cinco años siendo rentable y los potros se están vendiendo por encima de los 250 euros. Las potras nuevas las baja para las fincas más próximas, al lado de las casas, para evitar los ataques del lobo, aunque esto no es garantía al 100%. “De vez en cuando tenemos algún ataque, incluso al lado de las casas”, cuenta. Luego, al segundo año ya las sube para el monte.
En este tipo de explotaciones los perros de manejo y de protección de los rebaños son esenciales
Reconoce que “el lobo es un problema” pero dice que para él “el problema principal es que la gente no se da cuenta de que con el modo intensivo, tanto en la ganadería como en lo forestal, estamos cargándonos el ecosistema”. “No me preocupa que se planten los eucaliptos en el monte, lo que no quiero es que se planten en los prados”, dice. “El eucalipto no fija población, por mucho que nos lo quieran vender”, añade. Razas autóctonas Carga de terneros pasteros cruzados vendidos a finales del mes de mayo de este año Alejandro defiende la apuesta por las razas autóctonas que hace en su explotación y está tratando de mejorar genéticamente la cabaña mediante la selección. Corrupio, el toro caldelá, procede del Centro de Testaje y en la explotación cuenta con vacas que lleva a concursos como los que se celebran en Silleda, Lugo y O Valadouro. Por ejemplo, Cabana fue varias veces campeona de Galicia. Tiene más de 20 años. “El ganado a nosotros nos dura muchos años”, confiesa.
En el rebaño de vacas hacen cruce industrial en las crías para vender pero las madres las mantienen puras
La caldelá, dice, es muy buena raza, porque “pare de casi cualquier toro y es una vaca muy criadora. Hay que apostar por estas razas para después poder meter toros cárnicos y no tener problemas”, asegura. Para hacer los cruces cuentan con un toro charolés y para mantener la pureza de la recría con un caldelá y otro rubio. “Apostamos por cruces con las razas autóctonas para los terneros pero las madres que queden puras”, insiste.
La gente pone otras razas porque quiere el dinero rápido, pero nuestra ganadería no tiene problemas de enfermedades o complicaciones, que pienso que al final es de lo que se trata
“Haciendo selección se va mejorando la cabaña, pero la gente quiere el dinero rápido, por eso va a otras razas”, asegura. Alejandro, sin embargo, valora otros factores. “Nuestra ganadería no tiene problemas de enfermedades o complicaciones, que al final es de lo que se trata; la vaca lo que tiene que hacer es parir todos los años y no dar problemas”, dice. Explica que en las caldelás “no hay complicaciones en los partos” mientras en el otro rebaño, el de rubia gallega, “siempre hay más problemas”, reconoce.

El proceso para convertir el monte abandonado en pastizales

Cultivo de centeno en el monte para aprovechar en pastoreo La explotación de Alejandro y Ana es un ejemplo en la gestión del monte con ganado, tanto en la transformación a pastos como en su gestión. Están en un grupo de whatsapp en el que hay 30 ganaderos, muchos chicos jóvenes, y su modo de trabajar sirve de ejemplo para muchos de ellos. También para Europa. De la mano de Rosa Mosquera su modelo fue puesto de ejemplo en la UE y su explotación forma parte de Afinet, una red europea de investigación sobre los sistemas silvopastoriles en el que participa el Campus Terra de Lugo de la Universidad de Santiago.
Sigue el modelo de la carga instantánea, que consiste en introducir un alto volumen de animales para que pasten la parcela lo antes posible y de manera inmediata retirar el ganado
El proceso para convertir el monte en pastizal es progresivo y calculado: primero consiste en pisar con vaca y caballo, que come además los tojos; el segundo paso es introducir la cabra para que desbroce y luego entrarían las vacas y ovejas a pacer. “Las cabras son animales que fomentan mucho la aparición de trébol. De haber cabras en el monte a no haberlas hay una diferencia bestial en el engorde de las vacas”, explica. Lo primero, pisar el tojo En invierno tiran rollos de forraje monte abajo para obligar al ganado a pisar as zonas de tojo “Tenemos fincas que son un peñasco, que era monte con tojos de 3 metros de altura y que en 6 años son pradera”, dice Alejandro satisfecho. La dureza orográfica de una zona alta como es Neipín añade dificultad al proceso. “Castigamos el tojo a base de pisarlo con las yeguas y con las vacas. Les tiramos rollos de silo monte abajo por el medio de los tojos en invierno para alimentar a las vacas y que sigan pisando y a las yeguas les damos una de cal y otra de arena, si están un tiempo en el monte pisando una zona donde no hay mucho que comer luego las llevamos a un prado para que engorden y se recuperen, nunca les dejamos adelgazar del todo”, relata.
En el monte tiene que haber que comer, porque por muy cachenas que sean las vacas, por ejemplo, tojos no comen
“En el monte tiene que haber que comer, tiene que haber pasto, porque por muy cachenas que sean las vacas, por ejemplo, tojos no comen. No sirve decirles a los chicos jóvenes que se incorporan que echen las vacas para el monte sin más. Hay que hacer gestión y manejo porque tiene que haber que comer”, argumenta. Quemas controladas Quema controlada realizada en marzo de 2021 para transformar el matorral en pastizal A veces, para ayudar a la implantación de praderas recurren a quemas controladas del matorral que son realizadas durante el otoño o la primavera por personal especializado del Servicio de Defensa Contra Incendios de la Xunta.
Estas zonas de pastizales son una barrera natural contra el fuego al crear discontinuidad en las masas forestales
Una vez quemado el matorral, establecen distintas estrategias, bien creación de praderas o bien cultivo de centeno para aprovechar en pastoreo. Estas zonas de pastizales son una barrera natural contra el fuego, al crear discontinuidad en las masas forestales y actuar de cortafuegos en caso de incendio. “Yo no soy un ganadero, soy un productor de hierba” Praderas recuperadas en el monte. Apuestan por variedades de hierba que aguantan bien la sequía y el pastoreo A pesar de tener un número importante de cabezas de ganado de varias especies, Alejandro no se considera ganadero sino que se define como labrador. “Yo no soy un ganadero, soy un productor de hierba, que después administro con el ganado como mejor me conviene. Mi premisa es adaptar el ganado al terreno, no al revés, adaptar el terreno al ganado”, asegura. En definitiva, el objetivo sería “lograr una pradera productiva con el menor gasto posible porque si lo que dan las vacas lo gastas todo en las vacas mal negocio haces”, razona. “Nosotros abaratamos costes a base de andar con el ganado. Solo damos a las vacas 3 meses de silo de hierba, en diciembre, enero y febrero, que es cuando están en los patios para que descansen las fincas”, explica. Pastoreo rotativo “No tenemos más de tres días el ganado en las parcelas para que no coman el retoño que comienza a salir y en invierno tenemos patios para que no sigan machacando las fincas y puedan recuperarse”, explica. Defiende que “el pastoreo rotativo es la única manera de que las fincas produzcan porque sino se machacan mucho”. Sigue el modelo de la llamada carga instantánea, que consiste en tener mucho ganado en poco espacio para que pasten esa superficie lo antes posible, en el menor tiempo, y de manera inmediata retirar la carga ganadera para que rebrote la pradera y se recupere. “Para las praderas es tan malo el sobrepastoreo como dejarlas mal pacidas”, dice.
Para las praderas es tan malo el sobrepastoreo como dejarlas mal pacidas
Este sistema lo aplica a todas sus parcelas. “En las fincas que recuperamos en el monte hacemos igual, cerramos y parcelamos para poder rotar”, explica. Este método también le ayuda en el control de las malas hierbas. “Si tienes el ganado mucho tiempo acaba castigando a las buenas hierbas pero si lo mueves y lo rotas mucho salen menos hierbas malas”, dice. No emplean ni herbicidas ni pesticidas para controlar las malas hierbas. “Lo hacemos todo manual, yo soy muy artesanal”, bromea. Necesidad de árboles y sombras En verano el ganado necesita sombras. Alejandro defiende la plurifuncionalidad de los montes, con capacidad para acoger ganado y su coexistencia con los árboles. “Neipín está orientado al sur, necesitamos sombras. Cuando arreglamos monte vamos dejando árboles para que den sombra y para mantener la capa freática más arriba”, explica. Otra de las dificultades de trabajar estas zonas en pendiente es el mantenimiento de la pradera. “Hay que tener mucho ojo con el sobrepastoreo en fincas muy pendientes donde está el peñasco muy arriba, pero al no mover la tierra cuando viene la sequía aguanta más la pradera”, explica.
No me preocupa que se planten los eucaliptos en el monte, lo que no quiero es que se planten en los prados
Trabajan con variedades de hierba que aguantan bien la sequía, como el datilo, que además resiste el pastoreo intensivo. “Es malo de implantar, pero cuando logras implantarlo aguanta bien el pastoreo”, dice. Hace también trashumancia. “Movemos bastante el ganado tanto dentro de las parcelas como de una finca a otra. Subimos el rebaño en verano a las zonas altas, a 1.000 metros de altitud, a la sierra que está frente al Bosque de la Reigada, uno de los bosques autóctonos más grandes de la Red Natura, y lo bajamos en invierno a las fincas que están en el fondo del valle. Son tres horas caminando con el ganado para cambiarlo”, detalla. Un cambio en la orientación de la PAC Alejandro defiende un cambio de orientación en la PAC que prime modelos de ganadería extensiva frente a un modelo intensivo de producción. “Debían apoyar más a los que hacemos una ganadería más respetuosa y cuidamos de los ecosistemas, pero el problema es que Europa sigue apostando por el sistema intensivo porque los que trabajamos de otro modo no interesamos, porque somos más autosuficientes y generamos menor volumen de negocio, porque no gastamos tanto abono, maquinaria, semen, empresas asociadas y de servicios, etc, por eso no interesamos”, se queja. Aún recuerda cuando se excluyó el pasto arbustivo de la PAC. “Para nosotros fue un palo, perdimos de golpe las subvenciones y estábamos tan desanimados que estuvimos a punto de dejarlo todo, pero al final nos sirvió para reorientar la explotación hacia un modelo sostenible menos dependiente de las ayudas”, asegura.

Amanei SC, apuesta por la raza vianesa en la montaña de Lugo

Amaro López, con su ganado de raza vianesa en Córneas (Baleira) El ganado y el monte forman parte de la vida de Amaro López. Tiene una empresa de desbroce y trabajos forestales y mantiene una explotación con 50 reproductoras de raza vianesa. Compatibilizar las dos actividades requiere buscar facilidad de manejo. Fue lo que le llevó a cambiar las vacas de raza rubia gallega, parda y asturiana por animales más autónomos y que necesitaran menos atenciones. "Yo lo que peco es de tiempo, porque a mayores tengo tractores para desbroce de monte. Di en las vianesas por problemas de partos que tenía con el ganado de las otras razas, y para no tener que meterlas y sacarlas de la cuadra, porque esta es una zona de difícil orografía", explica.
Me quedé con la vianesa porque la cachena da menos producción, pero la caldelá me gusta también mucho
Se decantó por la raza vianesa y fue el primero que las trajo para la montaña de Lugo. "Cambié en el 2006, comencé con 7 que fui a buscar a Vilardevós y luego seguí comprando y recriando de las mías. En poco tiempo monté la cabaña actual, que está formada por 50 madres", cuenta. Tres lotes de animales Amaro, moviendo uno de los tres lotes en los que tiene dividido el ganado para cambiarlo de parcela El ganado está dividido en tres lotes para hacer más fácil su manejo. "Tengo tres grupos distintos de animales para no tener que rotar tanto en las fincas y en invierno tener los puntos de comida con menos animales", explica Amaro. "Además, si las tienes todas juntas y hay un problema, es más difícil de ver y para mover el rebaño junto es más complicado, lo ideal es en grupos de 14 o 15 animales", argumenta.
Mover el rebaño junto es más complicado y si hay un problema es más difícil de ver
"Las muevo por la carretera, con una persona delante y otra detrás simplemente por los coches, porque ellas me siguen a mí. El manejo ahora es fácil, pero al inicio cometí errores, porque al ser el primero y el único que las tenía en esta zona no tenía de donde copiar. Estas vacas hay que tratarlas con mucho cariño, como a todas, pero a estas quizás más porque tienen un instinto más nervioso", considera. 36 hectáreas de superficie "Las atiendo yo solo y por manejo podría tener más ganado, pero no tengo más por problemas de superficie, porque no veo viable alquilar fincas", asegura Amaro. La ganadería dispone de 36 hectáreas de praderas, algunas de ellas pastizales hechos en el monte, y declara 4 hectáreas de pasto arbustivo. La superficie está conformada por 15 parcelas de diferentes tamaños. "Tengo 12 hectáreas juntas en lo alto del monte y 16 en otra finca, pero después también hay parcelas pequeñas", detalla.
Tengo varios puntos donde darles de comer en invierno para no deshacer los prados y quiero poner agua en todas las fincas
En invierno, de noviembre a marzo, el ganado está en unas zonas de comederos alimentadas con silo de hierba y paja. "Si las tienes en los prados te los destrozan y luego tardan más en dar en primavera", argumenta Amaro. Renueva las praderas menos pendientes cada 5 o 6 años para incrementar su producción y la calidad del pasto. "Roturo, encalo y hago la siembra con mezcla de raigrás inglés, raigrás italiano y trébol. En las zonas más duras echo algo de festuca, que aguanta bien la sequía, pero datilo aquí no hace falta echar", explica.
En invierno necesita tres rollos de silo y una alpaca de paja a la semana
Para favorecer el rebrote de la hierba abona con purín todos los años y encala cada dos, además de emplear abono de síntesis en grano en algunas parcelas. En primavera, cuando tiene excedente de hierba, hace rollos de silo, entre 200 y 250 al año. "Hierba seca no hago, porque da trabajo y porque hacer una hierba seca de buena calidad es difícil. Compro paja de cebada de Castilla, porque es difícil encontrar paja buena de avena seca. La que viene sin desgranar, semiseca, es muy buena, pero se va de precio", detalla. 5 caballos para domesticar el monte Los caballos son de pura raza gallega Con el paso de los años en esta zona de la montaña se dejó de echar cereal y se hicieron praderas. Amaro incluso roturó zonas de monte para hacer prados. "Ahora están en buenas condiciones, pero antes era monte cerrado y muchas veces en esas zonas aún se da de todo menos hierba", admite. El proceso para transformar los matorrales en praderas comienza con un desbroce mecánico y la introducción posterior de caballos para en último término meter las vacas a pastar. "Ahora que ya está domesticado invierto el orden, primero meto las vacas y después los caballos para que coman los brotes del tojo pero a veces aún hay que ayudar algo con desbroce mecánico al final", explica.
Tengo prados que antes eran monte cerrado
Los caballos son de pura cepa gallega y su manejo es fácil. "Los caballos sí que no me dan trabajo ninguno, los llamo con el pitido del coche y ya casi se cambian solos de finca", asegura Amaro. En la zona comienza a haber algo de lobo y, de hecho, el año pasado le llevó una potra. "Otros años también tuve problemas con las vacas, un año me mató cuatro terneros y otro año dos", cuenta. Un pequeño cebadero para los terneros Después de mamar unos seis o siete meses en las madres, los terneros son finalizados con paja y pienso Amaro se incorporó en el año 1996 a la ganadería familiar de sus padres y en el 2001 montó un pequeño cebadero donde ahora solo ceba sus terneros. Fue el origen de la actual explotación y de donde toma su nombre: Ganados Amanei SC. "Cuando cogí la explotación en el 96 pasé de 6 vacas que había a 15 que me exigían para la incorporación. Mi padre me decía que estaba loco, que dónde las iba a mantener, porque antes no había medios para hacer las cosas como se hacen hoy y en esta zona las tierras se dedicaban más a sembrar centeno y las vacas pacían algo de hierba por la mañana y por la tarde se llevaban a las uces al monte. Después en invierno las mantenían con cereal dentro de casa", recuerda.
Los machos alcanzan los 240 o 250 kilos canal y las hembras están entre los 200 y los 220 kilos
La finalización de los terneros la hacen en la actualidad con paja y con pienso. "No programo los partos, pero la mayoría se dan en primavera. Los terneros están mamando 6 o 7 meses, hasta septiembre más o menos, y luego los encuadro y los tengo hasta que alcanzan cierto grado de engrase y un nivel óptimo de finalización para ir saliendo al mercado", explica. Los machos alcanzan los 240 o 250 kilos canal y las hembras están entre los 200 y los 220 kilos. "A partir de eso las terneras ya engrasan de más", asegura. Comercializa directamente a restaurantes y particulares Amaro no sacrifica por edad, sino por nivel de engrasamiento, los machos con 240 kilos y las hembras con 200 Tiene un sistema de comercialización propio, en el que sacrifica y distribuye directamente la carne, tanto a restaurantes como a particulares. "Mato siempre en Castro, transporto los animales yo directamente", cuenta. Suministra a tres restaurantes de la zona: Mesón Catro Ventos, de A Fonsagrada; Restaurante Moneda, de O Cádavo; y Casa Cazoleiro, de Meira. "Había más interesados en comprarme pero no me comprometí con ellos por no tener suficiente abastecimiento", explica.
A la hora de sacrificar Amaro prima la calidad de la carne sobre el rendimiento cárnico
La relación de Amaro con sus clientes se basa en la confianza, ya que él prima la calidad de la carne sobre el rendimiento cárnico. "Normalmente no miro ni la edad ni el peso, me da igual matar a los 12 o a los 16 meses si el animal está bien para sacrificar", dice. Vende también a particulares, con lo que logró suplir en parte la caída de la demanda de la hostelería a consecuencia de las restricciones en los momentos más duros de la pandemia sanitaria del coronavirus. "A los particulares tienes que llevarle las canales despiezadas y me da más trabajo", admite. En los últimos dos años ha sido mucho trabajo para poco provecho, dice, porque el precio de la carne se redujo y el del pienso aumentó de manera notable. "Al tener un sistema de comercialización propio dependiente en gran medida de los restaurantes, a mí esta circunstancia del coronavirus me afectó mucho", asegura. Animales muy longevos Amaro vende también mucho para vida, tanto recria como vacas. Cuatro o 5 hembras las recria para él todos los años y otra docena y media las vende para otras explotaciones. Los animales de raza vianesa criados de este modo, en extensivo, duran mucho, por lo que las necesidades de reemplazo propias no son muchas. "El año pasado mandé a matadero dos vacas con 22 años, una que no empreñaba y otra con problemas por tener las ubres muy grandes, pero tengo todavía varias con 18 años", detalla.
Los problemas de partos desaparecieron al pasarme a la raza vianesa. Tengo tres toros, uno en cada lote y empreñan y paren solas
Con cada lote de vacas nodrizas tiene un toro, siempre el mismo por grupo, sin mezclarlos. "Hasta el tercer o cuarto partos los dejo siempre, luego los cambio", explica. El veterinario solo pisa la explotación para hacer las recetas para los productos desparasitantes y poco más. "Aquí no hay ni diarreas ni enfermedades respiratorias y al pasarme a la raza vianesa los problemas de partos que había antes desaparecieron", asegura.

13 kilómetros de cierres muy cuidados

Hace dos años la empresa de pastores eléctricos Ion le premió por la calidad de sus cercados Mantener un buen sistema de cierre electrificado y en condiciones óptimas es una de las claves para el funcionamiento de una explotación como la de Amaro, que hace un par de años fue premiado por la empresa gallega de pastores eléctricos Ion por la calidad y cuidado de los cierres de esta explotación. En total, sus fincas suman 13 kilómetros de cierre perimetral, en los que va mezclando varilla de hierro y estacas de madera, con dos o tres líneas de hilo, dependiendo de la zona. "No descarto tener que poner 3 hilos en todo el perímetro exterior por el tema de que no entre el jabalí. Para el ganado con 2 sería suficiente y de esa forma además para limpiar es más fácil porque no hay que estar tan encima", razona.
Para el ganado con dos hilos de pastor sería suficiente, pero para que no entre el jabalí son necesarios tres
"Si tienes los cierres en buenas condiciones, fuera de momentos puntuales de más trabajo, con una hora diaria tienes atendido el ganado", asegura. La tarea de vigilar y limpiar los cierres es continua. "Mucha gente va a pasear por el tema del colesterol, pues yo de paso llevo algo en la mano y además de caminar voy limpiando", bromea.

Finca Enxebreza, la apuesta por la raza salers en un latifundio en Vilalba de 1.200 hectáreas

Xabier, con sus vacas de raza salers en Vilapedre (Vilalba) En un país donde abunda el minifundio y escasea el relevo generacional, juntar 1.200 hectáreas de terreno en una única pieza es una absoluta rareza. Y que estén dirigidas por un joven de tan sólo 22 años, más. Por eso esta explotación es un caso único en Galicia. Pero Finca Enxebreza, ubicada en la parroquia de Vilapedre, en Vilalba, tiene también otra peculiaridad: cuenta con ganado de raza salers, muy poco frecuente aún en nuestra comunidad. "En mi caso yo me hice ganadero porque quise, fue por vocación. Mi familia, por parte de mi padre, no son agricultores, pero en casa siempre hubo algo de ganado porque un tío de mi abuela tenía explotación. A mí me gustaban mucho los caballos pero nunca pensé poder llegar a vivir de esto", asegura Xabier, que pasó de jinete de saltos en concursos de hípica a ganadero en la finca más grande de Galicia. "Esta finca la había tenido alquilada hace años Coren y después una persona de Jaén pero cuando quedó libre, hace ahora cuatro años, me decidí a cogerla", cuenta.
La finca pertenece a un fondo de inversión que lleva comprando terrenos rústicos en Galicia desde 1981. Excluyendo algunas CMVMC, se trata de la mayor extensión en una sola pieza de toda Galicia
La superficie que maneja este chico se extiende desde la llanura de Vilapedre hasta el alto de la Sierra de O Xistral y pertenece a un fondo de inversión gestionado por la empresa Piccolo Rancho. Llevan comprando fincas rústicas en Galicia desde el año 1981 y son hoy por hoy de los mayores terratenientes de la comunidad, aunque luego no explotan directamente las propiedades que poseen, sino que las arriendan a personas como Xabier para que las trabajen. Con sólo 18 años dejó la carrera para hacerse ganadero En enero del 2017, con 18 años cumplidos solo dos meses antes, este joven de Goiriz dejó la carrera de Administración de Empresas y se incorporó a la actividad agraria. "Había empezado ADE en Lugo, pero no me gustaba, así que dejé la carrera y me fui a trabajar a Alemania de jinete, porque mientras estudiaba al mismo tiempo también competía en concursos de saltos de hípica que se celebraban por distintos lugares de España y de Europa y había coincidido que en esa época me había muerto el caballo y aquí no tenía opción de competir", explica.
Xabier, que competía en concursos hípicos de saltos por distintos lugares de España y Europa, se marchó a trabajar como jinete a Alemania mientras esperaba por la finca
A la vuelta de Alemania, donde pasó medio año, mientras no conseguía la finca de Vilapedre, Xabier se apuntó en la EFA Fonteboa al Ciclo Superior de Ganadería y Asistencia en Sanidad Animal para adquirir los conocimientos técnicos necesarios para hacerse cargo de una explotación como la que pretendía montar. "Más allá de la importancia de la formación en sí, me sirvió para conocer a mucha gente y para hacer muchos contactos con personas todas vinculadas con el campo", valora. "Los primeros años son muy complicados" El primer obstáculo al que Xabier se tuvo que enfrentar para cumplir su sueño de ser ganadero fue al de ir al banco a pedir el dinero para arrancar de cero una explotación. Y más aún del volumen y las dimensiones de esta. Tenía que alquilar la finca, por la que paga una cantidad importante, comprar el ganado y adquirir la maquinaria mínima imprescindible para hacer el trabajo.
Tuvo que alquilar la finca y comprar el ganado y la maquinaria necesaria para trabajar
"No fue fácil, y menos teniendo solo 18 años, pero con el respaldo de la familia pude lograr la financiación necesaria", cuenta. Ese endeudamiento aún se sigue notando, pero cuatro años después Xabier está contento con la decisión que tomó. "Los primeros años son muy complicados porque hay muchos gastos", evidencia. Una ganadería con más de 500 cabezas La superficie donde Xabier tiene su explotación podría considerarse el mayor latifundio de Galicia Cuando Xabier se hizo cargo de la finca, ya había ganado en ella, pero él prefirió quedarse solo con el terreno y los caballos. "Aquí había vacas cruzadas y caballos, pero yo cuando alquilé la finca compré sólo los caballos y después fui metiendo el resto del ganado", cuenta Xabier. En el primer año, el 2017, tuvo solo caballos, una manada de unas 230 cabezas, la mayoría pura raza gallega, pero al siguiente año, en el 2018, ya completó la cabaña con vacas.
Xabier tiene 150 vacas de raza salers, 130 cachenas y más de 200 yeguas
La explotación está hoy dividida en dos partes: en la zona baja, donde cuenta con prados divididos en parcelas, hay ganado de raza salers que trajo de Francia, y en la parte alta, una zona mayoritariamente de monte, conviven las yeguas con vacas de raza cachena. En total supera las 500 cabezas de ganado. "No pensaba tampoco llegar a esto, pero una cosa lleva a la otra", dice.

Salers, una raza cárnica e lechera de origen francés

En los pastizales más bajos, unas 200 hectáreas de terreno ubicados a una altitud de unos 480 metros, Xabier introdujo vacas salers, una raza de origen francés aun poco frecuente en Galicia. "Cuando hice el estudio de las distintas razas era la que más se adaptaba a lo que yo quería, teniendo en cuenta mi sistema en extensivo y esta cantidad de animales, para evitar problemas, porque sabía que el manejo lo iba a tener que hacer yo solo y estas vacas son muy dóciles y paren solas. También son muy fértiles, muy duras para el invierno y con un buen rendimiento cárnico. Fue la raza más completa que encontré", asegura.
Fue la raza más completa que encontré para mi sistema de manejo en extensivo con esta cantidad de animales
La salers es una raza de ganado originaria del Cantal, en el macizo central de Francia. Son animales rústicos y fuertes de gran tamaño pero, al mismo tiempo, las vacas de raza salers destacan por su nobleza y docilidad, además de por su facilidad de parto y su producción de leche, por lo que está considerada una de las mejores vacas nodrizas, capaz de destetar los terneros con un peso elevado sin alimentación complementaria gracias a la cantidad y calidad de su leche, con un gran contenido en proteína. De hecho, en Francia se siguen empleando animales salers para la producción de leche e incluso existe una Denominación de Origen específica de queso que emplea ganado de esta raza, la DOP Traditiion Salers. Cruces con charolés para incrementar el rendimiento cárnico Una vaca salers, en primer plano, y, detrás suya, uno de los 5 toros charoleses de Finca Enxebreza Esta raza está presente hoy en grandes regiones con ganadería extensiva del mundo, como Norteamérica, Australia o Europa del este, pero es aún poco frecuente en Galicia. "Yo las fui a ver a una ganadería de Samos que también las tiene", explica Xabier. Su buena fertilidad asegura una cría cada año y la facilidad de parto permite no estar pendiente de los nacimientos, ya que se trata de vacas autónomas que paren solas.
La raza salers cuenta con una capa gruesa y pelo denso, por lo que soporta bien grandes variaciones de temperatura
Hasta ahora, al haber muchas novillas entre el rebaño, Finca Enxebreza empleaba también toros salers, ya que es recomendable que el primer parto de las primerizas de esta raza sea en pureza, pero a partir de ese primer parto han comenzado ya a cruzarlas con charolés, buscando de este modo un mayor rendimiento cárnico. "Estas vacas no son culonas, por eso les meto un toro charolés, para que les aporte lo que les falta a ellas", razona.
Cualquiera de las razas que tengo paren sin ningún tipo de ayuda, tanto las cachenas como las salers
Comparativamente con otras razas, en los terneros salers puros el rendimiento es algo menor que en los limusín, pero en los cruzados con charolés se logra superar el rendimiento del limusín, asegura. Para hacer los cruces Xabier tiene en este momento 5 toros charoleses dentro del rebaño, mezclados con las madres y sus crías. El ganado está todo en un único lote y no hace agrupación de partos, por lo que el manejo se limita a la alimentación. "Cualquiera de las razas que tengo paren sin ningún tipo de ayuda, tanto las cachenas como las salers, por lo que únicamente hay que encargarse todos los días de la alimentación", explica. Alimentación y supervisión de los cierres Tanto el cierre perimetral como las divisiones interiores de la finca son de malla sin electrificar Las 200 hectáreas de pastizales que ocupa el ganado salers están divididas en parcelas de entre 10 y 25 hectáreas y cuando se va agotando el pasto en una el rebaño al completo va cambiando a la siguiente, rotando de esa manera en las fincas. "Son animales que aprovechan muy bien el pasto", asegura. En primavera, cuando el ganado no es capaz de consumir todo el pasto, hacen rollos de silo con los que suplementan la alimentación durante los meses del invierno o en las épocas en las que escasea la cantidad de hierba en los pastizales.
El ganado está en uno único lote y va rotando por parcelas de distinto tamaño, de entre 10 y 25 hectáreas
Además de pagar el alquiler de las 1.200 hectáreas y hacer frente al gasto de adquisición del ganado, Xabier compró también la maquinaria imprescindible para los distintos trabajos. "Tengo un tractor, una desbrozadora de martillos y otra de cadenas, un camión de transporte para el ganado, un todoterreno y un cuad para ir a verlo a los prados y una pala para clavar las estacas", enumera.
Xabier se encarga de manejar el ganado él solo, aunque con la maquinaria o trabajos en los que se requiere más de una persona le echa una mano su tío Miguel
Aunque el perímetro de la finca estaba ya cerrado, igual que las divisiones interiores, la supervisión de los cierres y el desbroce son dos de las labores que más trabajo les da. "Hubo que ir repasando y arreglando mucho el cierre", explica. Se trata de un cierre de malla sin electrificar ("sería legal y económicamente imposible hacerlo de otro modo", aclara Xabier). Los postes para sujetar la malla son de madera y la pala que tienen para clavar las estacas es de cadenas, porque hay zonas de monte que tienen pendientes pronunciadas. Ternera Gallega no permite marcar el ganado salers dentro de la IGP Xabier vende sus terneros de raza salers cuando tienen 4 o 5 meses. "Los vendo como pasteros para cebaderos de fuera de Galicia, porque Ternera Gallega no tiene catalogada esta raza en la IGP", lamenta. "Si los marcase Ternera Gallega los cebaría yo mismo, porque los tendría con las madres hasta los 7 meses y los haría de Suprema, pero así no porque no hay comercialización para ellos dentro de Galicia", añade.
Si los marcase Ternera Gallega los cebaría yo como Suprema, pero así no porque no hay comercialización para ellos dentro de Galicia
Es una carne de muy buena calidad, dice, con un nivel de infiltración de grasa semejante al de la cachena, pero en animales de mucho mayor peso, y considera que la poca valoración actual en el mercado gallego de esta raza está motivada por el desconocimiento. "En Francia, donde tienen muchas razas, hay mucho ganado de este, pero por aquí no. Pasa un poco como cuando vino la raza limusin o la blonde", razona.
Es una carne de gran calidad con un nivel de infiltración de grasa semejante al de la cachena
Aún sin el valor añadido que supondría cebar sus propios terneros, Xabier logra obtener un buen rendimiento económico a sus terneros por el precio que alcanzan. "Las vacas normalmente cuanto más cárnicas, peor son para el tema de la leche, pero estas dan mucha, así que los terneros cuando los mando tienen un tamaño y un peso muy bueno, no son como un blonde pero casi", dice.

Cachenas y caballos en la parte alta

En inverno suplementa la alimentación a base de pasto con forraje que recoge en la primavera La finca, que arranca en la parte baja de la parroquia de Vilapedre, se extiende hasta lo alto de la sierra, en pleno Xistral, con una zona de monte que está, en su parte más alta, a más de 1.100 metros de altitud. Esta zona está formada por otras 200 hectáreas de pastizales de montaña, donde Xabier tiene un rebaño de 130 vacas cachenas, y unas 800 hectáreas de monte, en las que están los caballos.
El próximo año Xabier tiene pensado iniciar el proceso de conversión a ecológico para estas 1.000 hectáreas
La zona está atravesada por numerosos riachuelos, por lo que tanto estas parcelas donde están las cachenas y los caballos, como las de la parte baja donde se encuentran las vacas salers, cuentan con agua corriente de manantiales para beber los animales. El año que viene Xabier ha pensado iniciar el proceso de conversión a ecológico en estas 1.000 hectáreas, de manera que la producción tanto de potro como de terneros de raza cachena pueda estar certificada por el Craega, una opción que descarta, sin embargo, para las 200 hectáreas que pastorea el ganado salers, tanto por el sistema de abonado que utiliza en estas fincas, como porque al no cebar él a los terneros no obtendría rendimiento a la certificación.
Los terneros de raza cachena los vende a particulares y los potros a una sala de despiece de Asturias
Al contrario de lo que hace con los terneros salers, en el caso de los de raza cachena, Xabier sí que los vende ya directamente a clientes finales. "Sacrifico con 7 o 8 meses, con una media de 100 o 110 kilos canal, por lo que es una carne muy tierna porque los terneros están hasta ese momento mamando en las madres. Vendo sobre todo a particulares. Yo lo que hago es ponerles el animal en el matadero y ellos pagan al matedero los gastos de sacrificio y despiece y recogen después ya allí la carne", explica. En cuanto a los potros, los lleva a una sala de despiece de Asturias que trabaja con carne de caballo. La incertidumbre de la futura PAC La crisis provocada por la covid-19 ha afectado de lleno al sector del vacuno de carne y aunque Finca Enxebreza no vende a la hostelería, acabó notando también las consecuencias. "El precio de la carne está más bajo en general y aunque yo no lo noto directamente porque no cebo a los terneros, sí que lo acabo notando indirectamente. Y en el caso de la cachena, ha bajado también la demanda de particulares, porque la gente no tiene dinero y compra otra carne más barata, de pollo o de cerdo, antes que de ternera", argumenta Xabier. Si el precio de la carne no sube, dice, "tienen que seguir incentivándonos con subvenciones porque sino muchas explotaciones no serían rentables", afirma. Pero la incertidumbre de la próxima PAC es otra de las incógnitas a las que se enfrentan en estos momentos los ganaderos de vacuno de carne. "Para mí sería positivo que se eliminase el derecho de las personas jubiladas a cobrar la PAC y también que se primase más el modelo extensivo, pero no sé qué pasará finalmente, porque por ejemplo los pagos por derechos ya los han bajado y yo he comprado muchos, porque a una persona que se incorpora no le dan derechos para tanto terreno y tuve que comprar", explica.

"Con la prohibición de cazar al lobo a lo mejor salvamos una especie, pero igual perdemos a muchas otras"

Ocho mastines cuidan de las vacas frente al lobo, un método de protección que con los caballos no es efectivo Xabier es en este momento el mayor productor de caballo de pura raza gallega y también el ganadero más joven dentro de Puraga, la asociación que engloga a los productores de caballo gallego. Cuenta con unas 120 yeguas de esta raza que en otro tiempo poblaba buena parte de los montes y sierras de Galicia pero que ha visto en los últimos años como su cabaña iba mermando a medida que los ataques del lobo se iban multiplicando. "Bajó mucho el censo y aún va a bajar más como esto siga así", pronostica. Este joven escribía hace unos días en su facebook una reflexión sobre el lobo que se ha convertido en viral. En ella comenzaba contando su historia y, tras relatar los problemas que le causan los ataques del lobo en su manada de caballos, pedía a la Administración medidas efectivas para hacer compatible la pervivencia del lobo y la de los ganaderos porque, argumenta, "el culpable no es el lobo ni los ecologistas".
El monte de Vilapedre pertenece ya a la Sierra de O Xistral y los ataques son continuos porque es una zona en la que hay mucho lobo y como cada vez somos menos ganaderos, los que quedamos lo sufrimos más
Para tratar de defender su rebaño de los continuos ataques del lobo que se producen en esta zona Xabier tiene mastines con el ganado, en concreto tres en las praderas de la parte baja con las vacas salers y cinco con las cachenas en los pastos de la zona más alta. Pero esta solución, que mitiga los daños, no sirve para los caballos. "Están tan asustados que hasta les escapan a los perros del miedo que tienen, cuando ven un perro huyen como si hubiesen visto al lobo", cuenta. Su ganado está todo en extensivo a una altitud que va de los 480 a los 1.100 metros Los daños por los ataques son muy cuantiosos, tanto a nivel productivo como del freno que supone al crecimiento de la explotación. "Yo tan sólo estoy sacando el 30% de la producción de potros y la manada de yeguas no aumenta porque la recría la mata el lobo. Cada vez quedamos menos ganaderos y la población de lobo aumenta. Si nada cambia, los pocos ganaderos jóvenes que quedamos vamos a tener que cerrar las explotaciones, porque el banco no perdona una letra del crédito. Todo cansa, y solo con ilusión no puedes hacer viable un proyecto", dice.
Tan sólo estoy sacando el 30% de la producción de potros y la manada de yeguas no aumenta porque la recría la mata el lobo
Pero más allá de las pérdidas económicas, lo que más le duele a Xabier es la impotencia que siente al ver a sus animales atacados por el lobo. "Es desesperante llegar a donde están tus yeguas y verlas asustadas, vivir con la impotencia de ver como desaparecen los potros, con la incertidumbre de no saber cuantos faltarán mañana y con la frustración de saber que muchos de los que has visto hoy no llegarán al invierno. A mí se me va el alma a los pies. Como a muchos compañeros que ven lo mismo cada día con terneros, vacas, ovejas o corderos", cuenta. Control de las manadas, una posible solución En la zona también es abundante la presencia de jabalíes, que provocan daños en las praderas Xabier aboga por hacer compatible la presencia en el territorio de la fauna salvaje con la del ganado y la actividad agroganadera y, para eso, reclama medidas para hacer efectivo el control de las distintas especies, como el lobo o el jabalí. "Jabalí también hay bastante por aquí, pero al no echar maíz y ser tanta extensión de prados, no lo notas tanto. Nuestro principal problema es el lobo", cuenta.
No se trata de erradicar el lobo, un animal maravilloso del que solo en Galicia hay hoy cuatro veces más ejemplares que en toda Francia, pero tampoco se puede dejar desprotegidos a los ganaderos hasta ahogarlos
"No sé cuál es la solución, pero pienso que sería bueno controlar la población de lobos, con un censo mínimo, el que tenga que ser, eso podría ayudar. No se trata de erradicar el lobo, un animal maravilloso del que solo en Galicia hay hoy cuatro veces más ejemplares que en toda Francia, pero tampoco se puede dejar desprotegidos a los ganaderos hasta ahogarlos", argumenta. "Lobos tiene que haberlos pero no tenerlos por gusto. Si los mantuviesen ellos, los que dictan las leyes, no tendrían tantos, pero como los mantenemos nosotros, los ganaderos, prohíben cazarlos, así cualquiera", enfatiza.
En medio de la finca hay un núcleo de casas y un bosque de robles, es un sitio ideal para tener un rebaño de 500 cabras sin trabajo de ningún tipo pero no las tengo por el lobo
Por eso, no está de acuerdo con la decisión de prohibir la caza del lobo al norte del río Duero, aprobada recientemente por el Gobierno estatal. "A lo mejor salvamos una especie, que es el lobo, pero igual perdemos muchas otras: caballos, ovejas, cabras... En estos montes, además de caballos, antes había también muchas cabras y en medio de la finca hay un núcleo de casas y un bosque de robles, es un sitio ideal para tener un rebaño de 500 cabras sin el más mínimo trabajo pero no las tengo por el lobo", asegura. Las ayudas no solucionan el problema La finca está equipada con pasos canadienses en sus accesos principales Xabier considera que las ayudas establecidas por la Administración para paliar los daños a los ganaderos de los ataques del lobo no son la solución. "La mitad de los daños no los cobras porque no encuentras a los potros muertos, tienes que demostrar que fue el lobo y luego esperar dos años para cobrar. Así que si encuentras un hueso o una piel ya no llamas para dar parte, porque sabes que no te lo van a aceptar como prueba del ataque y ya ni te molestas en tener que atender a los de la Xunta el día que vienen y ponerte a cubrir los papeles", dice.
Muchas veces se encuentras un hueso o una piel ya no llamas porque sabes que no te lo van a aceptar como prueba del ataque, así que no te molestas en tener que atender a los de la Xunta y ponerte a cubrir los papeles
Para solventar este hecho, que dificulta las indemnizaciones en estos casos, este ganadero propone a la Xunta que, en el caso de los ataques a caballos, se haga una estimación de los daños en función del número de cabezas reproductoras que tenga cada ganadero. "Como en la mayoría de los casos los ataques a potros se producen en grandes extensiones de monte, resulta muy difícil encontrar el cadáver y muchas veces cuando llegas a él ya casi no quedan restos. Pero este problema se resolvería si se hiciese un cálculo aproximado de los animales devorados cada año. Es decir, si un ganadero tiene 100 yeguas y calculamos que el 80% llegan a parir cada año, si al final de la temporada solo sobreviven 30 potros, está claro que los 50 potros restantes han sido comidos por el lobo en el monte, aunque no seas capaz de encontrar sus cuerpos", razona.  Pero aunque con estos cambios en los criterios de asignación las ayudas resultasen efectivas y cubriesen realmente los daños, piensa que no resolverían el problema de fondo. "La realidad es que cada vez hay más lobos y menos ganaderos y por mucho que nos pagaran no estaríamos haciendo nada, porque lo único que estaríamos haciendo sería retrasando la solución y aumentando el problema, porque el número de lobos seguiría aumentando y los ataques también", considera. No al enfrentamiento entre ecologistas y ganaderos Este joven ganadero se considera un defensor de los animales y, por lo tanto, también del lobo. "Quiero aclarar que estoy de acuerdo con la gente que defiende al lobo porque no veo esto como una cuestión de bandos. Como amante de los animales que soy, que me levanto cada día por su bienestar, no voy a dejar que me coloquen enfrente de ecologistas y animalistas. Yo entiendo que el lobo no es el culpable, él se tiene que alimentar y luchar por su supervivencia. El culpable no es el lobo ni los ecologistas. Para mí, los que fallan son los gestores de la Administración que elaboran y aplican leyes sin salir de sus despachos", dice.
El culpable no es el lobo, los que fallan son los gestores de la Administración que dejan a los ganaderos desprotegidos
Por eso, les pide a los que elaboran esas leyes "que pongan unas botas y vengan al campo a ver con sus ojos cuál es la realidad", solicita. "Solo le pido a la Administración un poco de empatía y de consideración con los productores, que lo único que queremos es poder trabajar", concluye.

Comuneros de O Valadouro denuncian continuos ataques del lobo a su ganado

La Comunidad de Montes de Santo Tomé tiene unas 80 yeguas Yoel Pena es un joven de 20 años que tiene 70 vacas y 30 caballos en el monte comunal de Santo Tomé, en el ayuntamiento de O Valadouro. Ha perdido un potro el pasado domingo y pone voz a un problema recurrente en los últimos años para todos los ganaderos y todas las comunidades de montes de O Xistral: el importante incremento de los ataques del lobo al ganado. "No conseguimos recriar potras para madres porque nos las mata al lobo y las yeguas viejas van muriendo, por eso cada vez somos menos los que tenemos caballos en el monte", afirma Yoel. Pertenece a la CMVMC de Xestaca y Grandavella, una de las cinco que hay en el ayuntamiento de O Valadouro (además de la de Santo Tomé y Recaré están las de O Cadramón, Frexulfe, Alaxe y Vilacampa). Entre todas manejan una superficie de unas 5.000 hectáreas de monte comunal y todas tienen el mismo problema para mantener a salvo sus rebaños. Las comunidades de Frexulfe, Vilacampa y Santa Cruz, colindantes con Santo Tomé también tienen vacas y potros en el monte y también han sufrido bajas en los últimos meses. "En Frexulfe y en O Cadramón ya van varias terneras. Las vacas defienden más a las crías, se agrupan mucho y para que les cojan una ternera ya tienen que ser varios lobos. Las yeguas, en cambio, se espantan, se marchan y dejan al potro solo", explica Yoel.
La de Xestaca y Grandavella es una de las 5 comunidades de montes que hay en el ayuntamiento de O Valadouro
Estos ataques, que antes eran más frecuentes en las zonas altas de O Pereiro y O Cadramón, se dan cada vez más también en las zonas más próximas a las casas. Es un problema recurrente motivado por diversos factores, entre ellos el incremento de la población de lobo en Galicia en los últimos años y el descenso de la población de ganado, sobre todo caballos, en los montes. La sierra del Xistral, que comparten ayuntamientos como el de O Valadouro, Muras o Abadín, es una de las zonas de Galicia con mayor presencia del lobo y los daños a los ganaderos son constantes. La preocupación es importante y ha sido capaz de poner de acuerdo en más de una ocasión a sus regidores, de colores políticos diferentes, para demandar de la Administración medidas efectivas para el control de la población de lobo y la minimización de los daños que provoca, lo mismo que reclaman ganaderos como Yoel. Geolocalización mediante GPS La comunidad de Santo Tomé maneja unas 200 hectáreas de monte, de las que 40 están la pradera y el resto son pasto arbustivo. En la actualidad solo cuatro vecinos tienen caballos en el monte y alguno más vacas de carne. En total suman unas 80 yeguas y 170 cabezas de ganado vacuno. Como en otras muchas comunidades de montes de Galicia, el lobo está causando en los últimos años importantes estragos en esta cabaña ganadera. Hasta el punto de que no logran reponer las bajas naturales con los nacimientos que se producen a lo largo del año. "El 80% de las yeguas empreñan y paren cada año, eso en nuestro caso serían unas 50 o 60 crías, pero con suerte solo logramos que sobrevivan 3 o 4 potras cada año y con eso no logramos reponer, hubo un año que incluso tuvimos que comprar recría porque solo había quedado una", describe Yoel.
El lobo antes mataba en las zonas altas, en las cumbres, pero en las zonas bajas las yeguas lograban sacar las crias adelante, ahora ya no
Muchas de las bajas no las pueden ni denunciar porque los ataques del lobo se producen en zonas inaccesibles, así que simplemente las crias desaparecen y se enteran cuando faltan en los recuentos. Y eso que en la CMVMC de Xestaca y Grandavella cuentan desde hace 3 o 4 años con dispositivos GPS para geolocalizar el ganado. "Tenemos los caballos divididos en 8 manadas y en cada una de ellas tenemos una yegua con un collar GPS que se actualiza cada hora y que te da la ubicación", cuenta. Fue de este modo como el domingo pasado encontró malherido de muerte un potro de 5 meses. En otras ocasiones no tienen tanta suerte. "Muchos no se ven porque el monte es muy grande, falta el potro pero no consigues encontrado. Si el ataque se produce un día de niebla o en un lugar inaccesible y no encuentras el animal no puedes ni denunciar el caso", se queja. En esta ocasión los técnicos de la Xunta que acudieron al lugar certificaron que el ataque se debió al lobo y Yoel pudo tramitar la correspondiente solicitud dentro de las ayudas previstas para paliar los daños de la fauna salvaje. "La indemnización no resuelve el problema" Imagen de las heridas provocadas por el lobo que causaron la muerte el domingo a un potro de 5 meses En este caso Yoel probablemente recibirá una indemnización (no sabe cuándo, porque en la convocatoria del 2019, por ejemplo, se agotó el crédito, y muchas solicitudes fueron denegadas por culpa de eso, aunque la Consellería de Medio Ambiente estuvo en los días previos a las elecciones comunicando a los afectados que se habilitarán fondos extra), pero la cantidad que pueda recibir no cubrirá ni con mucho el valor del animal, tasado en unos 500 euros. Además, advierte Yoel, "las indemnizaciones no resuelven el problema, porque lo que se necesitan son potros para mantener la cabaña, de poco sirve que te los paguen cuando te los mata al lobo, yo lo que quiero es verlos crecer". "Yo no tengo nada en contra de los lobos, tienen también una función natural para regular otras especies, pero hay que controlar la población, sino aumenta el lobo y se acaban las yeguas", añade.
Yo sé que tiene que haber lobo, pero tiene que haber medidas de control de la población porque estan acabando poco a poco con la ganadería
El incremento en la población de lobo en O Xistral, igual que en otras zonas de Galicia, es algo que constatan las comunidades de montes del lugar. "Hace dos años un día de nieve de invierno vimos 7 juntos. Lobo hubo siempre, pero antes mataba en las zonas altas, en las cumbres, y en las zonas bajas se lograba el ganado. Ahora también ataca en zonas bajas y poco a poco está acabando con la ganadería, porque cada vez somos menos los que tenemos ganado y por eso los ataques los sufrimos también siempre los mismos y cada vez en mayor número", razona. "Si desaparecen los caballos tendrán que mandar cuadrillas con desbrozadoras" Entre las medidas previstas en el Plan de Gestión del Lobo en Galicia están incluidas las batidas, pero su efectividad es muy baja. "A nosotros nos autorizaron una batida el año pasado a finales de agosto pero no dimos con ellos. Fue una cacería controlada y autorizada por la Xunta", explica Yoel. En las distintas parroquias del ayuntamiento de O Valadouro hay aún medio centenar de familias con ganado en el monte, tanto vacas como caballos. Los caballos no dan una rentabilidad muy alta (aunque la cotización de la carne de potro ha subido en los últimos años y se paga en este momento a los ganaderos entre 2 y 2,20 euros el kilo), pero en muchos casos se mantienen por tradición familiar.
El potro ha subido en los últimos años y se paga en este momento a los ganaderos entre 2 y 2,20 euros el kilo pero su función va más allá de la meramente económica
Además, la función de las yeguas en el monte no es tan sólo económica. "Hacen un trabajo impecable porque regulan las brañas y ayudan a mantener los pastizales donde pacen las vacas. Pero cada vez hay menos caballos y el monte está más a bravo. Esto es una cadena, el lobo no deja que haya recría, por lo que cada vez hay menos ganado en el monte y crecen los tojos. Y eso perjudica al conjunto de la población. El Xistral es un paisaje precioso del que todo el mundo presume, la Xunta, el Estado, la Diputación, pero el Xistral se mantiene así por la presencia del caballo en el monte y eso es algo que no le cuesta un duro a la Administración. Si el caballo desaparece tendrán que mandar cuadrillas de gente con desbrozadoras", advierte Yoel. El Xistral, una de las reservas de caballos Pura Raza Galega Potros en el curro de Santo Tomé El caballo de Pura Raza Galega mantiene una población estable, con ciertas oscilaciones, rondando entre los 1.200 y los 1.450 ejemplares, la mayor parte de ellos, hembras. La sierra de O Xistral, que comparten ayuntamientos como O Valadouro, Abadín, Muras u Ourol, es una de las zonas de Galicia donde se mantiene la presencia de caballo gallego gracias al trabajo, en la mayoría de los casos, de las comunidades de montes. La de Xestaca y Grandavella tiene censados una docena de caballos de pura raza gallega. El resto son caballos de monte autóctonos mezclados con otras razas. Los caballos pasan todo el año paciendo libres en el monte, aunque vigilados por sus dueños, que solo los cogen para desparasitar y para hacer el censo anual.
O Xistral es un paisaje del que todo el mundo presume, la Xunta, el Estado, la Diputación, pero O Xistral se mantiene así por la presencia del caballo en el monte y eso es algo que no le cuesta un duro a la Administración
La rapa das bestas que tiene lugar en el curro de Santo Tomé y que tradicionalmente se celebra el primer domingo de agosto sirve para identificar a las potras nacidas en el último año y para separar a los potros, que luego son vendidos. A las madres y a los garañones se les cortan las crines y se desparasitan para que engorden. Este año la situación generada por el coronavirus impedirá hacer la rapa con público, como todos los años, y acompañada de las habituales actividades complementarias, como feria, juegos y concursos. Mas sin esa componente lúdica la rapa será necesaria igual. "La haremos nosotros sin público, rapar y desparasitar a los animales hay que hacerlo igual, así que reuniremos a los caballos un día y les haremos los tratamientos", cuenta Yoel, que junto a otros jóvenes de la parroquia, como Pedro o Christian, organizan todos los años la rapa de Santo Tomé.

Los ataques se han multiplicado desde el año 2015

Evolución del número de denuncias de ganaderos por ataques del lobo en Galicia (Medio Ambiente) En los últimos 5 años los avisos por daños causados por el lobo sobre el ganado se han duplicado, pasando de 618 a 1.396 el año pasado, según los datos facilitados por la Xunta. A consecuencia de estos ataques, en el último año se habrían producido en Galicia 2.321 muertes de animales, de los que 957 serían ovejas, 707 vacas, 441 caballos y 216 cabras. Por provincias, la de Lugo concentra la mayor parte de los ataques y de los daños, con más de las mitad de los avisos (800) y 1.136 cabezas de ganado fallecidas. La sierra de O Xistral concentra buena parte de los ataques, con más de 300 avisos solo en la primera mitad del año.
El hecho de que cada vez haya más lobos y menos ganado multiplica los ataques
Cada vez son más los ganaderos que adoptan medidas de prevención, como la presencia de mastines, pero eso no impide que los ataques crezcan año tras año. El hecho de que cada vez haya más lobos y menos ganado en los montes multiplica los ataques, incluso en praderas de zonas bajas próximas a zonas habitadas. Una especie presente en el 94% del territorio gallego Área de distribución del lobo estimada en Galicia según el último censo de población, empleando solo los indicios encontrados (izquierda) y teniendo en cuenta además los datos de ejemplares marcados y la distribución espacial de las manadas (derecha) "El área de distribución de la especie estimada utilizando, además de los indicios encontrados, los datos de áreas de campeo y presencia de manadas reproductoras, supone un 94% del territorio gallego, englobando su distribución a totalidad de Ourense, el 98% de la provincia de Lugo, el 95% de A Coruña y el 74% de Pontevedra. El lobo prácticamente solo está ausente en las áreas urbanas de las grandes ciudades y la periferia de las mismas, así como algunas áreas costeras del norte de A Coruña, Lugo y Pontevedra", admite la Consellería del Medio Ambiente en el último censo sobre la presencia del lobo en Galicia, realizado en el año 2015.
La Xunta identificó en el último censo del año 2015 un total de 90 manadas de lobos, 21 más de las localizadas en el 2003
Las escuchas y seguimientos permitieron identificar la presencia de 90 manadas reproductoras en el territorio gallego, frente a las 68 del anterior censo realizado, en el año 2003. Son manadas estables aunque con gran movilidad, cubriendo cada una una amplia zona de territorio. Son compartidas con otras comunidades autónomas y con Portugal un total de 14 manadas (el 15%): con Asturias 3,con Castilla y León 6 y con Portugal 5. "Los resultados de este trabajo confirman que la presencia del lobo es generalizada en todo el territorio gallego. Respeto de los censos previos realizados (año 2003), en los que se estimaba una población de 68 manadas de lobos, de manera general, se puede concluir que las poblaciones de lobo en términos generales se mantienen e incluso experimentaron un cierto aumento en Galicia en los últimos 15 años", concluye el informe de la Xunta de Galicia.

Baroña, la comunidad de montes que implica a sus vecinos

En la parroquia de Baroña, en Porto do Son (A Coruña), la Comunidad de Montes gestiona unas 875 hectáreas de terrenos vecinales. En los últimos años están impulsando un aprovechamiento multifuncional del monte, donde los rendimientos de esta masa forestal vayan más allá de la madera. En la actualidad es una de las comunidades de montes de Galicia que se mantiene más activas, promoviendo también actividades sociales, comerciales y culturales en sus bosques. "Buscamos la implicación de todos los vecinos en el monte y para eso no bastaba con que mantuviésemos un aprovechamiento forestal, precisábamos buscar otros usos y beneficios intangibles para que los comuneros se sintiesen vinculados con su monte", explica Ovidio Queiruga, que lleva como presidente de la comunidad de montes casi 11 años.
"Precisábamos buscar otros usos, a parte del forestal, para que los comuneros se sintiesen vinculados con su monte"
Aprovechamiento resinero de los pinos, diverso ganado en el monte, un coto micológico o un colmenar son algunos de los proyectos que están impulsando y que comienzan a traducirse también en rendimientos económicos para los 184 comuneros que conforman la entidad vecinal. Además, su trabajo en el monte deja también beneficios a los visitantes y vecinos de la zona que se acercan a estos espacios naturales. Los trabajos de silvicultura son una de las labores que afrontan desde la comunidad de montes.

Crear empleo en el monte

Con un presupuesto anual que se sitúa entre los 250.000 y los 280.000 euros, derivados también de la instalación de dos parques eólicos y de un puesto de vigilancia de Salvamento Marítimo, que suponen un 35% de los ingresos;  la comunidad de montes lleva años apostando por la creación de empleo vinculado al monte. "Invertimos los beneficios en el monte y en crear empleo, como ya hicieron las anteriores directivas. Siempre ha sido una prioridad", detalla Queiruga.
La comunidad de montes emplea a 10 personas durante todo el año
Comenzaron empleando a dos trabajadores y hoy cuentan con una cuadrilla de 10 personas que se centran tanto en trabajos de silvicultura como en el cuidado del ganado. Además, las perspectivas son seguir contratando más personal en cuanto vayan incrementando el número de cabezas de ganado caprino y vacuno. "Es cierto que nosotros tenemos una importante fuente de ingresos en el monte con los parques eólicos y con el puesto de vigilancia, pero aun así estamos intentando que el monte también produzca otros beneficios a los vecinos", indica.

Alternativas a la tala de las masas forestales

En los terrenos vecinales cuentan con una importante masa forestal, casi el 60% está repoblado con pino, de la variedad pinus pinaster, a los que se suman también un pequeño eucaliptal, situados ambos en las zonas de mayor altitud, donde otras especies tienen dificultades para salir adelante. "En las zonas altas, los suelos son muy ácidos y rocosos, con lo que estamos muy limitados para introducir otras especies, por lo que continuaremos con el pino", explica Queiruga.
"Los planes forestales están muy enfocados a una producción forestal y casi van en contra de un monte multifuncional"
El año pasado aprobaron el tercer Plan Forestal de la comunidad, una herramienta que no está resultando muy operativa para la comunidad. "Los planes forestales están muy enfocados a una producción forestal y casi van en contra de un monte multifuncional como el que nosotros queremos", explica. Tampoco están siguiendo las recomendaciones de los turnos de tala previstas por el precio que le ofrecen de la madera de pino. "Tras el cierre de la industria transformadora en la comarca, ya casi no quedan aserraderos en el Barbanza; y el precio de la madera de pino se ha depreciado mucho en la zona", detalla, al tiempo que recuerda el gran potencial que tenían en el área costera con la fabricación de cajas para el pescado. Este bajo precio ha motivado que en los últimos 5 años solo hayan hecho las talas de obligado cumplimiento en las franjas de seguridad o aquellas que son necesarias para la mejora de la masa forestal, como podas o claras. Prefieren posponer las talas finales esperando que la cotización de la madera se recupere. "No puedes terminar vendiendo una masa de 30 años por unos precios que ni se quiere compensan los gastos que ocasiona volver a plantarla", critica. En la masa forestal cuentan, además, con el sello de certificación PEFC y esperan conseguir próximamente el FSC. Esperan que el precio de la madera de pino se recupere para realizar las talas finales. En vez de las talas, en los últimos años procuraron un aprovechamiento resinero para la masa forestal de pino y se han convertido en los primeros productores de resina de Galicia. Este es el tercer año que llevan a cabo esta práctica en unos 16.000 pinos con los que esperan conseguir unas 50 toneladas de resina, superando a las más de 40 toneladas que el año pasado enviaron para la planta de Resinas Naturales, situada en Segovia. "Al tercer año es cuando el pino comienza a producir en gran cantidad, ya que en los primeros años los árboles se retraen", concreta.
Son el primer productor de resina de Galicia. Este año esperan recoger unas 50 toneladas de resina en 16.000 pinos
A la par del aprovechamiento resinero, tanto en las masas de pino como en zonas de frondosas han habilitado un coto micológico. "Delimitamos y registramos unas 100 hectáreas de monte para fomentar la producción micológica", apunta Ovidio. Mientras que para los comuneros su acceso es gratuito, el resto de personas que quieran recoger setas en este espacio deben contar con un carné de recolector de setas, que tiene un coste anual de 10 euros y que permite acceder en la temporada. "Lo recaudado con esta cuota se reinvierte en el propio coto, como en la reparación del cierre o en tratamientos de micorrizado para favorecer el crecimiento de setas", detalla. En estos montes abundan los boletus y el níscalo, pero también hay otras especies como la lengua de vaca o la cantarela. La delimitación del coto micológico se encuadra dentro de un proyecto más ambicioso que pretende la comercialización de las setas de manera deshidratada, que aún está pendiente de desarrollar en los próximos años. A la par, ya han llevado a cabo rutas micológicas para divulgar el conocimiento de las especies con mayor presencia. La comunidad cuenta con un rebaño de más de un centenar de caballos que viven en los montes.

El ganado en el monte

La comunidad de montes también lleva años contando con una manada de caballos que contribuye al mantenimiento del monte. Los primeros animales de pura raza gallega llegaron a Baroña en el 2008. "La vegetación que más abundaba en nuestros montes eran los tojos, por eso nos decidimos a inicialmente meter caballos", apunta Ovidio. En estos años han ido sumando al rebaño también caballos de vecinos que ya no podían seguir a cuidándolos y hoy en día la mayor parte de los 120 animales que tienen son mestizos, aunque la Asociación de Criadores de Caballo de Pura Raza Gallega (Puraga) ha acreditado que cuentan con 35 caballos de pura cepa.
"En la Sierra del Barbanza siempre hubo lobo, tenemos que convivir con él"
Para facilitar el manejo del ganado tienen cierres electrificados y van cambiando los animales de zona para asegurarle alimento durante todo el año y que se mantengan sólo con lo que produce el monte. Así, optimizan el aprovechamiento de la vegetación que los caballos hacen, consiguiendo que limpien más. Además, con este sistema de rotación intentan reducir los riesgos de ataques de la fauna salvaje. "En la Sierra del Barbanza siempre hubo lobo, tenemos que convivir con él", indica. Por este motivo, cuando hay cría traen los caballos para zonas más bajas para intentar reducir los ataques a los potros. "Tenemos siempre algunas bajas, pero por el momento son asumibles", detalla. Este sistema, que no supuso una gran inversión, les permite reducir el riesgo de accidentes en carreteras con los caballos así como que estos causen daños con incursiones en fincas. "Por el momento nunca hemos tenido accidentes con nuestros caballos, pero de pasar cuentan con un seguro, además de estar identificados con una chapa para que todo el mundo sepa que son de la comunidad de montes", detalla.
Cuentan con unos 120 caballos en el monte y este año comenzarán a comercializar chorizos de carne de potro
Mientras que las hembras las emplean para recría, los machos los comercializan. En los últimos años también comenzaron a sacrificar algún ejemplar para degustar en juntas de los comuneros. "Al principio había muchas reticencias al consumo de esta carne, pero ahora va ganando aceptación", explica. También comenzaron a elaborar chorizos de carne de potro que este año comercializarán. Esperan también elaborar otros embutidos, pero la tramitación de las licencias está siendo dificultosa. "La Xunta no hace diferencias para pequeñas industrias, tanto le da que sólo vayas a poder elaborar 1.000 chorizos que que hagas 3.000 al día, con lo que la tramitación burocrática es muy complicada para los pequeños", indica. Junto con los caballos, en el monte tienen también, desde el año pasado, un rebaño de 75 cabras y esperan llegar a contar con cerca de 150 animales. Por el día, el ganado está custodiado por perros mastines, mientras que a la noche permanece estabulado en establos que fueron acondicionados por el personal de la mancomunidad utilizando edificaciones abandonadas o en desuso. "Aprovechamos antiguas instalaciones que ya estaban en el monte dándole una nueva utilidad", detalla. Para complementar la alimentación del ganado han sembrado maíz del país ecológico. "Procuramos una crianza tradicional y ecológica, sin químicos, para conseguir una carne de calidad", apunta. La comunidad pertenece también a la Asociación de Criadores de Ovino y Caprino de Galicia
Han introducido cabras para conseguir reducir la vegetación en algunas zonas y este año también incorporaron vacas cachenas
Esta primavera también incorporaron un pequeño rebaño de vacas cachenas donadas por una comunidad de montes de Ribadeo, que evidencia la colaboración que existe entre estas entidades. "Ellos están ahora comenzando con otro aprovechamiento de los montes centrado en la cría de cerdo celta por lo que ya no precisan ese ganado vacuno por el tipo de vegetación que tienen y nos han dado 6 vacas y 1 buey", explica. Están preparando nuevas zonas de pastizales para el ganado vacuno. En el plan silvopastoral desarrollado por la comunidad de montes de Baroña ya habían programado la introducción de diferente ganado en función de cómo fuese transformándose la vegetación. "Ahora tenemos más zonas de pastizales, por lo que ya podemos ir introduciendo ganado vacuno", argumenta. Hace dos años también incorporaron un colmenar, después de realizar unas jornadas divulgativas para acercar la apicultura a los vecinos. Comenzaron con unas 15 colmenas y ahora se sitúan en las 30. Por el momento, el colmenar tiene como finalidad potenciar la polinización en vez de estar orientado a una producción melífera, por lo que la miel que recogen la reparten entre los comuneros, aunque no descartan hacerlo en un futuro.

La lucha contra el fuego en el monte: silvicultura y vigilancia

Uno de los aspectos que más preocupa en la gestión de las comunidades de monte es la prevención de fuegos forestales y, en su caso, están haciendo importantes esfuerzos en varias líneas de trabajo que buscan no sólo proteger las masas forestales sino los núcleos de viviendas. Así, la parroquia cuenta con una zona productora, situada en las zonas de mayor altitud, y un espacio de conservación de la vegetación autóctona en las cercanía de las aldeas. Además, están trabajando para incrementar los cortafuegos para conseguir mejorar la protección que ofrecen en caso de fuegos. "En los montes del Barbanza, con la incidencia del viento del noreste, las franjas de protección de 20-25 metros no son efectivas para frenar el avance del fuego, sólo para proteger los equipos de extinción", explica Queiruga. Por este motivo están trabajando para contar con dos grandes cortafuegos naturales de entre 50 y 100 metros de ancho, proyectando una discontinuidad horizontal que sea más efectiva.
Preparan 2 grandes cortafuegos naturales que contribuyan contra el avance de los fuegos y cuentan con una patrulla vecinal de vigilancia
Uno de estos cortafuegos serán pastizales que prepararán este mismo año para incrementar el alimento para el ganado y mediante un convenio con la Xunta, por lo que será la empresa Tragsa la que se encargue de prepararlo. El otro cortafuegos natural está situado siguiendo el trazado de la línea de alta tensión que transcurre por la parroquia. "Aprovechamos la franja de seguridad que hay en estas líneas y llegamos a los 50 metros con la plantación de frondosas", detallan desde la comunidad de montes. Cuentan con diversa maquinaria pesada para afrontar los trabajos de silvicultura en las masas forestales. En la prevención del fuego, cuentan también con una amplia red de puntos de agua para afrontar la extinción. Además, en los últimos años también activaron una vigilancia vecinal de los montes en el período estival. Coordinados con el Distrito IV del Barbanza y con las Fuerzas de Seguridad del Estado, organizan turnos de patrullas por el monte que se prolongan hasta el otoño, ya que en los meses finales del verano se incrementa el riesgo de fuegos. "Es una herramienta disuasoria, ya que cuanta más gente haya por el monte menos probabilidad hay de que los enemigos del monte vengan a prenderle fuego", apunta. Los trabajos de silvicultura del monte que realizan desde la comunidad también son fundamentales en estas tareas de prevención. Cuentan con maquinaria pesada como tractor, grúa, desbrozadoras o retroescavadora que le facilitan la gestión del monte. Entre los trabajos de silvicultura y las vigilancias consiguieron que los incendios estén teniendo una baja incidencia en sus montes en los últimos años. Uno de los últimos fuegos que se produjo en la zona fue el que se inició en el Castro de Baroña en el 2017 y que arrasó unas 1.000 hectáreas en Porto do Son, pero que en los montes de Baroña sólo se quemaron unos 2.000 metros cuadrados. "En ese caso, los vientos del noreste llevaron las llamas hacia los montes limítrofes, por eso no ardió más aquí", detalla.
Proponen actividades lúdicas en el propio monte para acercar a los vecinos a estos espacios.

El valor cultural y social del monte

Los montes de Baroña son además un espacio donde se localizan numerosos restos arqueológicos. Al margen del propio Castro de Baroña, se contabiliza un gran número de petroglifos, un atractivo que también están fomentando desde la comunidad de montes. "Hace años los restos arqueológicos se veían como algo negativo por parte de muchos de los comuneros, por las limitaciones que provocan en el uso del monte, sin embargo estamos trabajando en su puesta en valor y ya se están viendo como algo positivo por la mayoría", concreta Queiruga. Este cambio lo han conseguido acercando el conocimiento sobre estos restos a los vecinos tanto con rutas arqueológicas como con la publicación de un libro-guía sobre los petroglifos de la parroquia editado por la comunidad de montes y que contribuye a difundir este patrimonio. "Muchos comuneros pasaron de no saber de la existencia de estos restos y no valorarlos a querer mostrárselos a sus nietos", explican desde la comunidad de montes.
"Muchos comuneros pasaron de no saber de la existencia de estos restos arqueológicos y no valorarlos a querer mostrárselos a sus nietos"
Así, esta transformación sobre el papel de la conservación de los restos arqueológicos propició también una estrecha colaboración con Patrimonio para la catalogación de los nuevos hallazgos que se van produciendo. Con todo, en la zona aún se producen episodios puntuales donde se pone en riesgo este patrimonio, como una saca de madera con vehículos pesados en un de los acceso del Castro de Baroña que se denunciaba en días pasados. "No se trata de que la gente que tiene madera en esa zona no pueda cortarla, ni venderla, sólo es preciso hacerlo de la manera adecuada para evitar los daños en el patrimonio", explica Queiruga. Las rutas nocturnas para conocer los petroglifos son algunas de las actividades que organizaron en los últimos años para difundir el patrimonio de la parroquia. Además de la conservación de los restos arqueológicos, desde la comunidad de montes también afrontaron la excavación de los restos de una antigua capilla y la restauración de 7 molinos de agua en el río Santomé. "El año pasado celebramos allí la primera feria de artesanía y oficios tradicionales, con la intención de acercar la gente a esta zona del monte y que se recuerden las historias vividas en otros tiempos, cuando los molinos estaban en funcionamiento", apunta. Al margen de estas iniciativas, la comunidad se ha convertido en un dinamizador de la vida social y cultural de la parroquia de modo que se organizan un amplio abanico de actividades solicitadas por los comuneros. Además, llevan a cabo acciones de colaboración con el Ayuntamiento de Porto do Son y con diferentes colectivos como los cazadores del Tecor de Porto do Son, para fomentar la mejora cinegética con la creación de biotopos de conejos y faisanes, así como con clubes de ciclismo y senderismo de la zona o con la comunidad educativa y entidades de cuidado de personas con discapacidad. "Para nosotros es muy importante que todo el mundo esté implicado con nuestros montes", concluye Queiruga.

El resurgir del caballo gallego como gestor del monte

En los años 70, los últimos datos oficiales apuntaban a que Galicia contaba con 22.000 caballos bravos en los montes. Hoy, según indican los expertos, este número se ha reducido y se estima que quedan alrededor de la mitad. Aun así, se trata de la población de caballos en semilibertad más importante de Europa.
Galicia cuenta con la población de caballos salvajes más importante de Europa
"Es un valor en sí mismo contar con una población tan destacada de caballos en libertad, pero no se valora como debiera", indica Laura Lagos, investigadora de la Universidad de A Coruña y que participó en el proyecto GOI Bestas, un estudio de tres años que precisamente busca la puesta en valor de estos animales desde distintas perspectivas. Una manada de caballos bravos en montes gallegos. // Foto. Laura Lagos. ¿Qué aporta contar con caballos en el monte? La presencia de caballos en el monte se ha visto reducida en los últimos años principalmente porque fueron abandonándose muchas de las prácticas que implicaban a estos animales, así como por el envejecimiento de la población, la despoblación que afecta al rural gallego o distintas trabas administrativas, como apuntan los expertos. "Se fueron perdiendo algunos de los usos que tenían estos caballos como los trabajos agrícolas, su uso en desplazamientos o el aprovechamiento de las crines. Hoy en día sólo se conserva la venta de potros, que además tienen un precio muy bajo, lo que hace poco rentable la actividad. Pero los caballos o garranos tienen un gran potencial para otros aprovechamientos", indica Laura Lagos.
"Los caballos gallegos son grandes consumidores de tojo. Hace diez años nadie lo valoraba, pero cada vez más comunidades de montes se interesan por su uso
Tal y como recoge esta investigación, los caballos bravos pueden tener aún hoy en día un papel destacado para la gestión de los montes. El caballo gallego tiene una alimentación equilibrada a base de tojos y herbáceas, por lo que contribuye a reducir y mantener controlada la biomasa. "Los caballos gallegos son grandes consumidores de tojo", apunta la investigadora Laura Lagos. De hecho, en el proyecto, gracias al empleo de herramientas de seguimiento, consiguieron conocer las áreas de campeo en las que permanecen los caballos, lo que les dio también información sobre la dieta. Esta observación les permitió determinar que en zonas como Sabucedo, una manada de 10-20 caballos se mantiene fiel a un área de campeo que puede abarcar entre 200 y 500 hectáreas. Estos datos no implican que la biomasa esté totalmente controlada con este número de animales, puesto que como explica Lagos, las áreas de campeo de las manadas muestran cierta superposición. Área de campeo de caballos en los montes de Sabucedo, A Estrada. // Laura Lagos. Así, por ejemplo, en los montes de Sabucedo, hoy se contabilizan alrededor de 255 caballos adultos en un área de más de 3.000 hectáreas en la que, aunque contribuyen enormemente, no son suficientes para mantener controlada la vegetación. "Haría falta una mayor densidad de población y hay que tener en cuenta que antes estos montes también estaban aprovechados por otras especies", concreta la investigadora. La eficiencia de estos animales a la hora del control de la biomasa los convierte en un aliado en la prevención de incendios forestales al contribuir a mantener los montes más limpios. "Hay que tener en cuenta que el caballo no sólo come los brotes de los tojos sino la madera", apunta la investigadora. Por eso, el empleo de caballos para los desbroces, a la par de ser un método más sostenible, permite ahorrar costos. "Hace 10 años no se contemplaba como una alternativa pero ahora cada vez hay más interés por parte de comunidades de montes que ven en el caballo una alternativa", concreta la investigadora. Esta tendencia a recuperar el uso del caballo se está sintiendo también en Europa, donde cada vez se dan más pasos para la puesta en valor de estos animales. Los caballos bravos son grandes consumidores de tojos, tanto de brotes como de la madera. // Foto: Laura Lagos. A la par del control de la biomasa en el monte, el Centro de Investigaciones Agroforestales de Mabebongo (Ciam), que fue una de las partes implicadas en el proyecto, ahondó sobre las ventajas que supone la presencia de caballos para la regeneración de los pastos de montaña. Según las observaciones de los investigadores, en aquellas praderas dedicadas a la alimentación del ganado vacuno donde los caballos pacieron durante el invierno, el rebrote del pasto es más exitoso, puesto que los caballos hacen un mejor aprovechamiento. En esta línea, ya se están dando las primeras experiencias de regeneración de la pradera con caballos en los montes del Xistral, (Lugo). Asimismo, el caballo salvaje también es un aliado para el ganado vacuno frente a la fauna salvaje, puesto que su presencia en los montes reduce la incidencia de los ataques de los lobos sobre becerros y vacas.
Los caballos bravos son fundamentales para la conservación de hábitats de interés comunitario como son los brezales húmedos
Los caballos juegan también un papel fundamental para la conservación de hábitats de interés comunitario como son los brezales húmedos, según apunta el investigador de la Universidad de A Coruña Jaime Fagundez. "Los caballos son indispensables para una buena conservación de estos espacios en Galicia, por lo que la administración debería valorarlo para favorecer la presencia de caballos en los montes", indica. Otro de los valores de los caballos salvajes es su atractivo turístico y etnológico. "Aparte de los curros, que sirven como una cita turística de acercamiento a estos animales, el turismo de naturaleza y observación de los animales en su espacio natural también podría ponerse en valor y aprovecharse", añade Lagos.

 Herramientas para mejorar su manejo en el monte

Uno de los animales con el collar de localización que probaron en el proyecto. // Foto: Laura Lagos. El proyecto GOI Bestas se llevó a cabo durante los últimos tres años impulsado por la Asociación Rapa das Bestas de Sabucedo, la Universidad de A Coruña, la Agencia Gallega de Calidad Alimentaria (AGACAL) y la firma 3edata. Además, también colaboraron otras entidades involucradas en la cría de caballos salvajes en Galicia como la Asociación de Ganaderos de Caballos de A Groba y la Comunidad de Montes de Carballo, lo que permitió lograr información directa y de utilidad sobre estos animales. En el marco del proyecto GOI Bestas, que contó con financiación europea, estatal y autonómica, se probaron diferentes herramientas para mejorar el manejo en el monte. "Cada vez quedan menos 'besteiros' y el manejo de los animales se hace más difícil, por eso también intentamos estudiar alternativas que puedan facilitar el control de las manadas" apunta Laura Lagos. Una de las herramientas que probaron fue el empleo de collares de localización de los animales por GPS. Según la experiencia en el monte, los collares pueden emitir la posición de los animales y transmitirla al móvil cada hora, con lo que las baterías de los dispositivos aguantarían un año. Esto facilita la labor a la hora de buscar las nuevas crías o para tener controlada la manada y evitar que accedan a zonas donde puedan causar problemas, como huertas y prados o carreteras. "Tener los animales localizados de este modo permite reducir los riesgos y aporta información sobre las rutinas y movimientos de los caballos", concreta la investigadora. Basta con colocar un collar por manada, aunque como señala la experta, es preciso conocer bien la manada para seleccionar el animal al que se le coloca. En su experiencia con los collares apenas registraron incidentes y elaboraron un manual práctico de recomendaciones para aquellas personas interesadas en probar el sistema. Localización de caballos en los montes mediante el uso de drones. // Foto: Laura Lagos. El uso de los drones fue otra de las herramientas que probaron tanto para controlar las manadas e intentar cambiarlas de sitio como para su localización en el monte. "Es muy importante no abusar del empleo de los drones para mover las manadas, ya que los animales pueden terminar por acostumbrarse, por lo que sólo se debe hacer en casos muy puntuales", advierte Lagos. Además, dentro del proyecto, la empresa 3edata y la Universidad de A Coruña estuvieron trabajando en la elaboración de una herramienta digital, basada en la cartografía de hábitats, que permita hacer una clasificación del tipo de vegetación. Esta catalogación puede ser de utilidad para la introducción de manadas de caballos o para determinar las áreas en función del riesgo de incendio.
Buscaban alternativas al marcado de los caballos en caliente que fueran más visibles y menos agresivas para el animal
Junto a estos avances, desde el CIAM también llevaron a cabo una investigación sobre las alternativas que se presentan para diferenciar los caballos en el monte y poder identificar a que propietario o comunidad pertenecen. Hasta ahora, la marca más empleada está siendo la realizada con un hierro caliente. El estudio buscaba no sólo una marca más visible sino también una alternativa menos agresiva para el caballo. Evaluaron la colocación de crotales o las marcas en frío, mediante el empleo de nitrógeno líquido, pero las primeras evaluaciones determinan que ninguna de las alternativas resulta más viable a la marca en caliente. Dado que los caballos emplean las orejas para comunicarse, el uso de los crotales es una opción que no convence porque puede interferir en el comportamiento de los animales. Tampoco el marcaje en frío resultó mejor opción, puesto que aunque implica una reducción del dolor al animal, conlleva un mayor tiempo de inmovilización para un correcto marcaje, según documentaron otras investigaciones.