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Verica S.C.: Confort animal y bienestar laboral

Os tres socios de VERICA SC: Verónica, Carolina e Enrique Verica S.C., situada en el ayuntamiento de A Pastoriza, es una granja de vacuno de leche que centra la producción del rebaño de más de 280 vacas holstein en conseguir altos porcentajes de grasa y proteína. Del mismo modo, la calidad de vida es fundamental para los 3 socios de esta ganadería, que reparte las tareas diarias en dos turnos de trabajo.  Esta sociedad ubicada en el lugar de Os Poles, en la parroquia de Aguarda, es una de las muchas explotaciones que sitúan a A Pastoriza como el segundo ayuntamiento en cuanto a vacuno y producción de leche en Galicia. Y es que la ganadería es la principal actividad económica de este municipio, como en buena parte de la comunidad.

Buscando mayor calidad de vida el trabajo se organiza en dos turnos 

En el mes de julio 2015 llegaron las primeras vacas a las nuevas instalaciones, luego de la unión de las dos explotaciones que Verónica y Enrique llevaban de manera independiente. En el momento de constitución de la sociedad sumaron un tercer miembro, Carolina, dando lugar a Verica S.C. El plantel actualmente está formado por estos 3 integrantes más 2 empleados, repartiendo las tareas en dos turnos de trabajo, desde las 6:30 y hasta las 21:30 que finaliza el segundo grupo.  A pesar de la juventud de esta sociedad, debido al progresivo aumento de animales, ya fue necesaria una ampliación de las instalaciones, con 28 cubículos a mayores y alquilando una granja próxima para albergar parte de la recría. “Comenzamos con las vacas que teníamos más unas 45 que fuimos comprando y a día de hoy estamos en 280 animales en total, unas 152 en ordeño y 20 secas”, explica Enrique sobre la evolución de la sociedad.  La cabaña ganadera está dividida en varias naves. En primer lugar, las vacas en producción están en las instalaciones nuevas que a su vez se dividen en dos lotes, separando a las vacas de primera lactación en un ala de la nave y el restante en la otra. Esta construcción también alberga a la recría hasta el momento del destete, con una zona de boxes individuales y dos zonas colectivas en las que permanecen hasta cumplir 2 meses de edad, momento en el que alcanzan un peso en torno a los 90 kilos. En esta construcción hay una zona para partos. Una vez las terneras son destetadas pasan por dos naves en alquiler hasta el momento del parto en el que regresan a la nave principal, llegando con un promedio de 22 meses de edad.  Para la alimentación es preciso realizar diariamente 5 carros, de los que se encarga una empresa externa. Dos para la recría, uno para las secas y otros dos para las vacas en lactancia. Esta última mezcla está formada por 30 kilos de silo de maíz, 14 de silo de hierba, 2 de alfalfa y 12 de concentrado. A lo largo del día se arrima varias veces la ración con un arrimador autopropulsado para que siempre haya a disposición alimento fresco.

“Nos interesan las calidades, tenemos una producción con 4.27% de grasa y 3.67% de proteína”

Fruto de esta alimentación y de una cuidada selección genética, la producción diaria por animal se sitúa en 36 litros con unas calidades de 4.27% grasa y 3.67% de proteína, realizando el ordeño dos veces al día. “Vendemos la leche a una quesería que demanda sólidos por lo que es en esa línea en la que centramos nuestra producción y no nos preocupamos únicamente por tener litros. Genéticamente siempre seleccionamos semen positivo en calidades pero sin descuidar volumen, ubre, patas o longevidad”, explica Enrique acerca de su rebaño.  La necesidad de reducción de antibióticos hace que las explotaciones estén trabajando en prevención. En este sentido, en Verica S.C. explican que “tenemos un protocolo de vacunación tanto de las terneras al nacer cómo de las vacas en lactación para reducir problemas y, de este modo, el uso de antibióticos. Para el secado, en la mayoría de casos empleamos un tapón y puntualmente hacemos tratamiento en aquellas vacas con mayor recuento celular”. 

La pasada campaña de maíz fue de récord con cerca de 70 mil kilos de promedio 

La parte agrícola de la explotación gira en torno a dos cultivos principales, raygrass en invierno y maíz en verano. “Trabajamos unas 70 hectáreas en las que hacemos rotación de maíz con hierba. Progresivamente, con el aumento de ganado fuimos aumentando las tierras a maíz y a día de hoy estamos en unas 50 hectáreas. Este es el cultivo principal y sacamos buenos rendimientos en cuanto a producción y calidades. La campaña 2023 fue muy buena, sacamos cerca de 70 mil kilos de promedio por hectárea y nos va a sobrar pero preferimos ir con algo de margen. La superficie restante permanece a prado y cada año quedan en descanso diferentes fincas. Hacemos un único corte de hierba a finales de abril para sembrar lo antes posible porque, aunque en esta zona tenemos días de niebla y nubes en verano, de este modo el cultivo sufre menos la sequía”, explica Enrique.  Para el trabajo agrícola, al igual que para la elaboración de la mezcla diaria, en Verica S.C. contratan gran parte de los trabajos agrícolas para agilizar en momentos clave del año. Enrique se encarga de “sembrar la hierba, juntar o enhilerar buena parte de las fincas, pero después el grueso del trabajo de las tierras lo contratamos a empresas de servicios agrícolas. Tendríamos que hacer una fuerte inversión en maquinaria para encargarnos nosotros de todo el trabajo de las tierras además del tiempo que requiere”, reconoce.  El futuro de esta sociedad pasa por “adaptarse a los tiempos pero valoramos mucho tener calidad de vida. No consideramos aumentar en gran medida o hacer cambios estructurales siempre y cuando no sean necesarios para la viabilidad de la empresa. Desde hace un año nos organizamos en dos turnos de trabajo, rotando de manera semanal”, explica Enrique con la mirada puesta en el futuro. Esta organización permite que cualquier problema se identifique inmediatamente al haber alguien en la explotación durante más horas al día. Desde las 6.30 que entra el primero turno hasta las 21.30 hay alguien trabajando en Verica S.C.  Nave coa recría

‘Nutri-score’, un semáforo dietético en el etiquetado de alimentos que genera recelo en España

En las últimas semanas se ha vuelto a avivar el debate en torno al sistema de etiquetado frontal Nutri-score, que el gobierno español pretende incorporar a los alimentos en los primeros meses de este 2021. La valoración que algunos alimentos básicos de la dieta mediterránea o atlántica obtienen con los parámetros de este sistema está suscitando las críticas y recelos de los expertos en nutrición.
El sistema Nutri-score plantea un sistema de colores y letras para clasificar los alimentos.

Un semáforo nutricional

El sistema Nutri-score es un etiquetado utilizado en países como Francia o Bélgica que se focaliza en la cantidad de calorías, azúcares, sodio y grasa saturada que contiene el alimento. Es un algoritmo que atribuye puntos positivos y negativos en relación con la cantidad de estos nutrientes en una suerte de semáforo nutricional, de 5 colores (del verde al rojo) y 5 letras (de la A a la E). De esta manera, los alimentos clasificados con las letras A y B (en color verde) serían los más saludables, mientras que la letra E y D (en color rojo y ámbar) se encontraría entre los más perjudiciales. Se trata de un semáforo similar al utilizado en otros ámbitos, como a la hora de evaluar la eficiencia energética de los aparatos eléctricos.
Uno de los ejemplos más comentado en los últimos días está siendo el caso del jamón ibérico, valorado según este sistema como menos saludable que los refrescos por su contenido en sal y grasas, sin llegar a tener en cuenta otros factores que son determinantes, según los expertos, a la hora de clasificar un alimento. También el aceite de oliva se ha encontrado en una situación similar, lo que ha motivado que desde el Ministerio de Consumo anunciasen ya que quedará fuera, ya que el algoritmo no recoge sus beneficios nutricionales.
“Es necesario mejorar los criterios nutricionales de implantación de Nutri-score en España”: Ascensión Marcos, presidenta de Fesnad
Este lunes, la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (Fesnad) ha presentado en un webinar las principales conclusiones del análisis de este sistema de etiquetaje. Aunque el colectivo se muestra a favor de un etiquetado frontal que muestre al consumidor información clara sobre el valor nutricional de los alimentos, el sistema Nutri-score tampoco ha convencido a los nutricionistas. “Es necesario mejorar los criterios nutricionales de implantación de Nutri-score en España”, explica la doctora y presidenta de Fesnad, Ascensión Marcos Sánchez. Sus principales deficiencias: no es todo lo claro que debiera a la hora de ofrecer información nutricional y tampoco se adapta a la dieta mediterránea, según ha reiterado la experta. “El etiquetado frontal debe ser comprensible, práctico, neutral y adaptado a los hábitos alimentarios y las guías alimentarias de la población a la que va dirigido, y esto no ocurre con Nutriscore”, detalla Marcos.
Critican que el algoritmo enmascara los puntos desfavorables, lo que genera dudas al consumidor
El cálculo del algoritmo que guía Nutri-score es uno de los puntos más conflictivos de este sistema. “El cálculo se realiza a partir de la cantidad de energía y de algunos nutrientes por 100 gramos o 100 mililitros y del porcentaje de presencia de ciertos alimentos, sin considerar la porción ni la frecuencia”, detalla la presidenta de Fesnad. Además, “el algoritmo no está bien ponderado, y la presencia de algunos puntos favorables enmascara los puntos desfavorables, lo cual no es científicamente razonable y genera dudas al consumidor”, indica Marcos.

Mejorar los criterios nutricionales

Otro de los aspectos en los que inciden desde Fesnad a la hora de valorar este sistema es el hecho de que se evalúe con criterios distintos los alimentos y las bebidas. Además, tampoco se considera el grado de procesamiento de los alimentos, lo que deja con mejores puntuaciones a elaboraciones procesadas frente a alimentos frescos o incluso que un mismo alimento obtenga igual puntuación aún cuando ha sido sometido a algún proceso que altera su valor nutricional. "Observamos que los anacardos naturales tenían la letra C, pero los fritos también tenían la C", indica la doctora. Los nutricionistas también cuestionan que el sistema Nutri-score no distingue la calidad y procedencia de la proteína de los diferentes alimentos. Tampoco diferencia la cantidad y calidad de la grasa presente, ya sean ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados. Los lácteos son otros de los alimentos en los que el sistema Nutri-score no llega a valorar el aporte nutricional y los beneficios de la grasa láctea, de este modo siempre obtienen una mejor valoración los productos desnatados. “Este sistema no considera el valor esencial de minerales, vitaminas, ni de otros compuestos bioactivos, con funciones fisiológicas imprescindibles para una buena nutrición”, señala Marcos.
Nutri-score tampoco tiene en cuenta la cantidad de nutrientes en su conjunto, solo estima los ingredientes
Fesnad también apunta que otro inconveniente de este sistema es que no valora la cantidad de nutrientes en su conjunto, sino solo de los ingredientes. Además, este semáforo nutricional tampoco aporta información detallada que pueda ajustarse a las necesidades de determinados grupos de población española, con carencias nutricionales. En base al análisis del etiquetado Nutri-score realizado desde la Federación de Nutrición proponen realizar algunas mejoras en el algoritmo para que se incluyan aspectos como la valoración del equilibrio social, económico y medioambiental del producto, así como la frecuencia con la que debe aparecer en la dieta ese producto. Introducir algunos cambios sobre los elementos de cálculo del etiquetado podría mejorar la puntuación de algunos alimentos como el aceite sin necesidad de excluirlos del Nutri-score, tal y como apuntan expertos como el consultor en regulación alimentaria, Antoni García Gabarra. Este especialista aboga además por un sistema unificado en Europa, siguiendo el ejemplo de EEUU que cuenta con un sistema único para todos sus estados.
Proponen implicar a profesionales de la salud, productores, administración y consumidores antes de implantar este sistema
Por su parte, desde el Fesnad reclaman además, que antes de implantar este sistema de etiquetado se realice un trabajo previo en el que se involucre tanto a profesionales de la salud, como a productores alimentarios, desde agricultores y ganaderos a la industria, además de la administración y los consumidores. Marcos incide en la importancia de desarrollar campañas de educación nutricional de forma continuada “para lograr que el consumidor sea capaz de tomar decisiones informadas con el fin de realizar la compra y el consumo de alimentos y bebidas más saludable”, concluye.