Archives

Este miércoles comenzarán a venderse las primeras piezas de la IGP Pan Gallego

La Xunta anuncia que el próximo miércoles 9 de marzo comenzarán a venderse las primeras piezas bajo la indicación geográfica protegida (IGP) Pan Galego en un total de 44 establecimientos de 14 panaderías, repartidos por toda la comunidad. El acto central de esta salida oficial al mercado tendrá lugar ese mismo día en el molino de Cuíña de Lalín, uno de los inscritos en los registros de la IGP, y podrá seguirse también por streaming a través del canal de Youtube de la Agencia Gallega de la Calidad Alimentaria (Agacal). La jornada estará presidida por el director de la Agencia, José Luis Cabarcos, que intervendrá asimismo en una mesa redonda en la que también participarán Miguel Calvo, de la Asociación de Productores de Cereal Galego (Procegal), Luis Urquijo, del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo, y Ángeles Romero, de la Cátedra del Pan de la Universidad de Santiago de Compostela. El objetivo final es poner en valor la IGP que persigue proteger el pan de trigo elaborado de manera tradicional en Galicia.
El acto oficial para comunicar el inicio de las ventas tendrá lugar en el molino de Cuíña de Lalín y podrá seguirse por streaming a través del canal de Youtube de la Agencia Gallega de la Calidad Alimentaria
Las 14 panaderías inscritas que podrán comercializar el producto en un total de 44 puntos de venta desde el próximo 9 de marzo han superado todos los controles previos, garantía del cumplimiento de los requisitos establecidos en el pliego de condiciones para la elaboración de Pan Galego. Así, distribuirán el producto envasado e identificado con una etiqueta numerada en la que figurará el logotipo de la indicación geográfica protegida, asegurando su trazabilidad en todo momento. A la venta en establecimientos de las cuatro provincias En concreto, las panaderías autorizadas están emplazadas en las localidades coruñesas de Carral, Oleiros, Curtis, Cerceda, Mesía y Coristanco, así como en la ciudad de Lugo y en el ayuntamiento lucense de Palas de Rei. En la provincia de Pontevedra, se localizan en Vigo y en los municipios de Vilanova de Arousa y A Estrada, mientras en Ourense se encuentran en Allariz y en San Cristovo de Cea.
Se mantiene abierto el plazo para que se registren en la IGP tanto los productores de trigo autóctono, como los molinos y panaderías interesados en acogerse a este nuevo sello de calidad
En la actualidad se siguen tramitando más solicitudes recibidas para inscribirse en el registro del Consello Regulador, por lo que en breve aumentará el número de panaderías y puntos de venta autorizados a distribuir Pan Galego con todas las garantías para los consumidores. Asimismo, se mantiene abierto el plazo para que se registren en la IGP tanto los productores de trigo autóctono, como los molinos y panaderías interesados en acogerse a este nuevo sello de calidad.

Elaborado como mínimo con un 25% de trigo autóctono

La calidad diferencial del producto amparado bajo la IGP Pan Galego se debe a su origen, a las características de sus ingredientes y a su forma de elaboración, requisitos todos ellos recogidos en el pliego de condiciones de la IGP aprobado por la Unión Europea. En lo que respecta a los ingredientes, debe emplearse harina de trigo de la que, como mínimo, el 25% procederá de trigos de variedades autóctonas de Galicia entre las que destacan el callobre y el caveiro (“trigo país”). También agua, masa madre (llamada también formento, requento o lévedo), sal común y, opcionalmente, lévedo biológico.
Puede presentarse en 4 formatos diferentes: bollo, rosca, torta y barra
El Pan Galego puede presentarse con cuatro formatos diferentes: bollo o hogaza, rosca, bolla o torta y barra. El sabor intenso a trigo con un punto ligeramente ácido y muy aromático, así como su corteza crujiente y la miga de textura esponjosa y alveolado abundante, son solo algunas de las señales de identidad de este producto tan característico de la cultura gastronómica gallega.
Se permitirá para la venta el corte de las piezas de más de kilo y medio en la propia panadería, siempre que se haga en presencia del cliente
El consumidor podrá comprar Pan Galego en los puntos de venta registrados en la indicación geográfica. Mientras las piezas inferiores a 1.500 gramos serán expedidas, envasadas y etiquetadas en piezas enteras, en formatos superiores se permitirá el corte en la propia panadería, siempre que se haga en presencia del cliente. Eso sí, antes de su fraccionamiento, la pieza deberá estar correctamente identificada. Además incluirá el logotipo de la IGP y el número de serie específico en su correspondiente etiqueta.

La Xunta estudia la creación de un polígono agroforestal de 100 hectáreas de cereal en Xunqueira de Ambía

Reunión del conselleiro y la directora de AGADER con el alcalde de Xunqueira de Ambía El conselleiro del Medio Rural, José González, ha mantenido esta semana una reunión de trabajo con el alcalde de Xunqueira de Ambía, José Luis Gavilanes, para conocer las demandas y necesidades de los habitantes de este ayuntamiento ourensano relacionadas con el campo. En la reunión también participó la directora general de la Agencia Gallega de Desarrollo Rural, Inés Santé. En el encuentro, el conselleiro y el regidor acordaron estudiar la posibilidad de implantar un polígono agroforestal con el fin de dedicarlo la cereal para la Indicación Geográfica Protegida Pan Galego. Así, se decidió que por parte de la Consellería, técnicos de este departamento de la Xunta se desplazarán a la zona seleccionada para buscar áreas con cierto nivel de abandono, con el fin de situar el polígono, que podría tener una superficie de unas 100 hectáreas, según las primeras estimaciones, y que se localizaría en la parroquia de Sobradelo. En este sentido, José González señaló que la puesta en marcha de este instrumento, que contempla la Ley de recuperación de la tierra agraria de Galicia, contribuirá a la generación de riqueza y a la fijación de población, además de suponer un avance en la anticipación a los incendios forestales, al ejercer estos cultivos de cortafuego natural frente a los incendios. Recordó además que los polígonos agroforestales constituyen una de las principales herramientas contempladas en la nueva norma y explicó que esta figura voluntaria tiene por objeto la vuelta a la producción de grandes áreas de tierra con buena capacidad productiva que han alcanzado, con el paso del tiempo, estados de abandono o infrautilización.
El municipio se beneficiará de una aportación de más de 36.000 euros para mejorar sus viales, dentro del plan extraordinario de reparación de caminos de A Limia impulsado por la Xunta
Por otra parte, en la reunión también se abordó la mejora de las infraestructuras rurales del municipio y, en este sentido, el titular de Medio Rural puso en valor a inclusión de Xunqueira de Ambía, en el marco de la estrategia para A Limia, en el plan extraordinario de reparación de caminos, dotado con un total de 600.000 euros este año. Así, este ayuntamiento se beneficiará de una aportación de algo más de 36.000 euros para mejorar sus viales. A través de este programa se repararán caminos empleados, fundamentalmente, por los agricultores y ganaderos de esta comarca ourensana.

Panadería Concha, el origen del afamado pan de Ousá

Tania Pazos con su abuela Concha y con Alba, que le ayuda a hacer el pan que después Fran reparte
"Toda la familia somos panaderos. La que empecé fui yo en el año 85 y hoy hay 3 generaciones haciendo pan en 3 panaderías distintas", resume Concha Pérez. A sus 72 años le sigue gustando estar en la panadería, aunque la que ahora lleva el negocio es su nieta Tania. "La nieta hace tan bien el pan como yo, le da al horno muy bien y le gusta innovar y probar cosas buenas. Lo que hay que respetar es la calidad", asegura Concha. Un consejo que su nieta acoge de muy buen grado. "El pan de Ousá solo lleva harina de trigo, de maíz o de centeno del país, harina de fuerza, fermento, agua y sal. Y luego cuatro horas mínimo entre amasar, levedar y hornear", resume Tania. Son los secretos para lograr un producto que sabe al pan de las abuelas, en este caso al que Concha hacía en el horno de leña de la casa para después vender en la Plaza de Abastos de Lugo.
Conservar la calidad y tratar bien el producto son los consejos que Concha da a su neta
"Hace 36 años cuando yo empecé no había pan de Ousá en ningún lado. Empecé en un horno pequeño haciendo 30 bollos para vender en la Plaza en Lugo. En Ousá había muy buen trigo y ese año había habido mucha cosecha y se había empezado a hacer pan para vender", recuerda. Harina gallega Hoy las tierras de la familia no producen trigo ni centeno, pero siguen comprando a productores de la zona para garantizar el origen y la calidad de la materia prima. “No trabajamos con trigo de fuera, lo compramos a productores de la Terra Chá o de Lugo y se muele en molinos tradicionales de piedra como los Molinos de Oleiros de Vilalba o los de Harinas La Lucense en Lugo. El centeno o el maíz igual, es también gallego. Viene de Pontevedra, de Harinas Reyes”, detalla.
Hacen pan de trigo del país, de centeno 100% y de maíz 100%, de mezcla de trigo y maíz y de trigo y centeno con un porcentaje del 50% de cada harina
Con esas materias primas Panadería Concha elabora distintos tipos de panes tradicionales, tanto por su forma (bollo de 1 kilo y de medio kilo, rosca de medio kilo y chapata de 1 kilo y de medio kilo) como por el tipo de harina (de trigo gallego, de maíz o de centeno 100%, de mezcla 50% trigo y 50% maíz y de mezcla 50% trigo y 50% centeno). “El pan que lleva solo harina de maíz 100% es apto para personas intolerantes al gluten”, destaca Tania.
El pan de maíz solo lo hacen por encarga, al igual que las empanadas
A mayores, esta chica que nació haciendo pan, está imprimiéndole nuevos aires al negocio, con un pan de uvas pasas y nueces que está teniendo muy buena aceptación. Hacen también bollos preñados y empanadas de dos tamaños con relleno de liscos (chorizo y panceta), atún, bacon con queso o manzana. Elaboración sin prisas El de esta panadería es un pan hecho sin prisa. Es el otro gran secreto, junto con el de la harina. Tania y Alba, la empleada que le ayuda en el obrador, le dan al pan, en cada una de las fases del proceso, el tiempo que necesita. Solo de amasado, en la vieja amasadora que había comprado su abuela Concha en sus inicios y que, como ella, sigue en activo, es hora y media. Luego la masa tiene que levedar antes de ser cortada y cocida en el horno de leña, el mismo que había montado su abuela hace 18 años.
Son cuatro horas como mínimo entre amasar, levedar y hornear
“Este es un pan artesano porque todo el proceso es artesanal, nosotros cortamos a mano la masa, pesamos a mano y llenamos el horno con la pala de madera también a mano”, destaca Tania. Por la semana hacen unas 350 piezas cada día y los fines de semana el doble, lo que requiere varias hornadas. Por eso, al contrario que la mayoría de panaderías, cuecen por las tardes. “Cada hornada lleva cuatro horas y de otro modo no conseguiríamos llegar con el pan a tiempo”, explica.
Al contrario que la mayoría de panaderías, cuecen por la tarde
Sin embargo, estar hecho del día anterior no resta calidad al producto final. “Este pan está inmejorable al día siguiente porque tiene una conservación larga, como el que antes se hacía en las casas. Aguanta cuatro días sin ningún problema”, destaca Tania. Clientes fieles Por eso muchos de los clientes de esta panadería llevan pan para varios días o incluso semanas. “Tenemos clientes que vienen de lejos y que llevan para todo el mes porque lo congelan y se les mantiene perfectamente”, explican.
No hacemos reparto, viene la gente a comprarlo aquí al horno
Tal es la fama del producto que Panadería Concha no hace reparto por las casas, sino que los clientes acuden a comprar directamente al horno. Venden también en una tienda tradicional en Melide y desde hace cuatro años, poco después de que Tania cogiese las rentas del negocio, en los supermercados Gadis de Vilalba, As Pontes y Guitiriz. El que se encarga de llevar el pan a los supermercados es Fran, que junto a Alba son los dos empleados que tiene Tania. Pero esta joven de solo 23 años y que tomó el relevo sin siquiera cumplir los 18 tiene claro que el aumento de la demanda no puede hacerles perder las características que hacen reconocible a su pan. Pan y queso  Con Tania, que nació viendo hacer pan a su abuela, la tradición del pan de Ousá está a salvo. Es uno de los productos que distingue al ayuntamiento de Friol. El otro es el queso. Cada año (desde hace 28) se organiza una feria (la del año pasado y la de este tuvieron que ser suspendidas por culpa de la pandemia sanitaria del coronavirus) que pone en valor estos dos productos locales.
Yo nací haciendo pan, porque venía del colegio e iba para el horno
Pero el maridaje del pan y del queso de Friol es tan bueno que Tania optó también por exportarlo más allá de las fronteras gallegas. Junto con Lácteos Conchy, una quesería familiar de Friol, llevan todas las semanas pan y queso hasta Ponferrada e incluso hasta Madrid. “En Madrid no hay esto”, destaca Tania. Es lo que le dicen sus clientes cuando prueban su pan.

“Ensuciar las manos con la tierra es un trabajo digno que tiene un gran valor”

Paula Oliveira es licenciada en estudios portugueses y lusófonos por la Universidad Nova de Lisboa, tiene un master en gestión cultural (Universidad de Alcalá, Madrid) y cuenta con una amplia trayectoria profesional como gestora cultural en grandes ciudades del país vecino, como Lisboa o Braga, pero en el 2014 decidió regresar a la aldea de su madre, en Cabril (Montalegre), a escasos kilómetros de la frontera con Galicia, para iniciar un proyecto ligado a la tierra. Nacida en Lisboa, de pequeña Paula ya había vivido en Cabril de los 10 a los 15 años, y se decidió a volver atraída por la potencialidad que veía en el patrimonio cultural y natural del lugar, que pertenece al Parque Nacional Peneda - Gerês. Tras asentarse en Cabril, Paula inició un proyecto de ecoturismo en el que destaca su esfuerzo por recuperar las culturas tradicionales del lino, del centeno y del burel, un tejido de lana caracterizado por su resistencia. Hablamos con ella sobre todo este proceso, en el que contó con la colaboración e implicación de la comunidad local. - ¿Cómo te decidiste a regresar a Cabril, después de tantos años lejos? - Hubo un tiempo en el que yo permanecí lejos de aquí, la casa tampoco tenía buenas condiciones y había otras prioridades; hasta que hice un master en la Universidad de Alcalá que era sobre gestión de proyectos culturales. Una de las partes del master trataba sobre patrimonio natural. Yo ya había trabajado con proyectos artísticos y culturales, pero nunca con el patrimonio natural, y siempre que estaba estudiando esto, lo asociaba a Cabril. Recuerdo que después del master, cuando entré en Cabril y miré esto todo, dije ‘Guau!’, esto es un patrimonio gigante, pero la vida continuó, yo estaba trabajando con proyectos en un museo cerca de Lisboa, pero vino la crisis y aquel proyecto se paró. Con la crisis, yo tuve que cambiar de vida, vivía en una ciudad, tenía muchos gastos, estaba con mi hijo y decidí venir para el Norte, no inmediatamente para Cabril porque es un lugar lejano, donde era dificil encontrar trabajo. Entonces fui para Braga, que era una ciudad en la que yo ya había vivido y tenía amigos.
Hace 7 años este proyecto parecía un gran sueño, un imposible. Muchas ideas de negocio ciertamente se perdieron, pero muchas otras se realizaron y otras aparecieron
Fui entonces para Braga y encontré allí un trabajo temporal, hasta que llegué a un punto en el que comencé a pasar más tiempo en Cabril, comencé a mirar las cosas y a percibir que podía desarrollar aquí mi propio proyecto, un proyecto que yo tendría que ejecutar y buscar mi propia financiación. Comencé entonces con ese diseño, con ese plan, hace 7 años. En aquella altura, parecía un gran sueño, una gran locura, un imposible. Y bien, ciertamente muchas ideas de negocio fueron perdidas, pero muchas otras se realizaron y otras aparecieron después de estar el proyecto en marcha. Paula Oliveira, en Cabril. - ¿Cuáles fueron tus primeros proyectos de negocio en Cabril? - Mi primer objetivo fue a crear un ‘hostel’ (albergue). En aquel momento estaba el inicio de los hostels en Europa y pensé para esta casa un hostel. Diseñé el proyecto, estaba todo planificado. Sólo que después requería muchos gastos, con licencias y con la obra. Precisaba mucho dinero solo para aquello y yo no tenía dinero. Por tanto, lo descarté. Después, pensé en aquello que yo tenía y que podía optimizar. Pensé en la quinta de la Albaleda, un terreno que tenemos donde podía encajar un ‘glamping’. Glamping es un tipo de campismo con más confort, con más glamour, por eso se llama glamping. Lo proyecté, hice todo, pero el Parque Nacional no lo permitió porque el terreno está en una zona en la que no son permitidos emprendimientos turísticos.
Antes de hacer lo que fuera que hiciese, también quería percibir si yo encajaba con este cambio de vida
Por tanto, llevé dos grandes bofetadas y a partir de ahí comencé a poner las cosas en términos prácticos. Pensé en animación turística, yo tengo formación como guía turística y comencé a trabajar en ese sentido. Creé un espacio durante cuatro años, que era para mí un espacio de experiencia, un espacio de ensayo. Antes de hacer lo que fuera que hiciese, también quería percibir si yo cuadraba con esta vida, con este cambio de vida. Durante cuatro años, mi plan era tener mis animales, mis caballos y hacer animación turística. ¿Cuál fue el problema?. El problema fue que estamos en un sitio, en una parroquia que aunque esté totalmente dentro del Parque Nacional y sea el Gerês, no es un Gerês conocido, no es un Gerês turístico. No tiene unidades hoteleras, no tiene turistas. Ese era el problema, ¿cómo es que yo hacía animación turística sin personas?. Y era muy difícil en aquella altura que las personas viniesen para acá y encontraran servicios. Entonces yo tenía que ofrecer alojamiento y ahí comencé a pensar en crear un alojamiento. No ‘hostel’ porque era muy honeroso, así que comencé a alquilar cuartos. Inicialmente la casa es grande, mi madre vive en la planta baja y el primer piso estuvo vacío muchos años hasta yo venir para acá. En un principio, pensaba que no lo iba a abrir a personas de fuera porque es el espacio de la familia, tiene nuestras cosas y es nuestra intimidad. Solo que llegué a un punto en el que no tenía otra alternativa y tuve que hacer esa experiencia. Este proyecto fue y continúa siendo prueba y error, aprendizaje y mejoras, intentar transformar las dificultades en oportunidades, como en el fondo pienso que son todos los proyectos que están en crecimiento. - ¿Cómo te organizaste para ofrecer este primer servicio de animación turística? - Yo tenía, aparte de la casa y de la quinta, un espacio que se llama el Abrigo de la Garrana, al pie del parque de campismo que hay en Cabril. Es un espacio en el que tenía una caballeriza y unos barracones, hasta entonces abandonados, y también una cocina y una huerta. En aquel tiempo recibía a personas voluntarias que me ayudaban y los turistas que venían podían estar con los animales y salíamos de allí para hacer caminatas. Fue todo muy experimental y de test de mi capacidad porque en el fondo todo giraba en torno a mí. Yo dije, voy a hacer esto todo y al fin de un tiempo voy a ver lo que resulta y lo que no resulta, y en esa altura enfocarme. Valle de Cabril, en el Parque Nacional Peneda - Gerês, al final del verano. - ¿Qué valoración haces de aquel primero proyecto como guía turística? - Con ese proyecto conseguí tener una experiencia e ir analizando con los pocos clientes que tenía si verdaderamente a ellos les gustaba lo que yo promovía. Porque el turista que venía para el Gerês era un turista de masas que ocupaba las unidades hoteleras que existen en Vila do Gerês durante los meses de julio y agosto y después desaparece y nadie lo ve. Por tanto, el turismo que yo siempre quise fue un turismo de experiencia, de naturaleza, de ecoturismo, y que las personas experimenten la vida rural, perciban la historia y se encuadren con las personas, con la comunidad y con el paisaje. Y no aquel turista que viene, se da unos baños y se va, sin añadir ningún valor a su experiencia.
El turista que venía al Gerês era un turista de masas en julio y agosto, pero yo siempre quise promover un turismo de naturaleza en el que las personas experimenten la vida rural, perciban la historia y se encuadren con las personas y con el paisaje
Verdaderamente, el turista que yo buscaba es un nicho de personas muy pequeño y no están aquí al lado ni saben que yo existo aquí. Entonces esa fue mi gran cuestión. ¿Cómo es que yo voy a resolver esto, como voy a llegar al otro lado del mundo, a otros países y atraer personas a esta esquina de Portugal en la que estoy. La realidad con la que me encontré es que vinieron muchos turistas de otros países, de Alemania, de Holanda, de Inglaterra, incluso de Nueva Zelanda, que ya repitieron la experiencia de venir, o de Tasmania. Para mí, son países con paisajes y culturas extraordinarias. Entonces, ¿cómo es que ellos aprecian venir aquí?. Ahí me di cuenta de que mi idea tenía sentido. Hace dos años, mi periodo de experiencia en el abrigo acabó, mis animales fueron para la quinta y yo me enfoqué más en el espacio de la casa y en el de la quinta. - Fue entonces cuando comenzaste a trabajar en la recuperación de la cultura del lino. ¿Cómo surgió esa iniciativa? - Pues fue un día que estaba yo allá en el abrigo, donde tenía la huerta, y apareció un amigo de aquí de la aldea con el que comparto muchas ideas, y él me dijo que yo precisaba una actividad con un carácter más anual y que el lino era una buena opción. Hay una historia del lino en Cabril, todas las casas trabajaban el lino, hay mucho trabajo que puede ser recogido y que puede ser hecho en ese sentido y yo, en aquella altura, pensé ‘una cosa más para añadir a tantas otras’. No sabía nada del lino, pero aquella idea quedó allí y yo hablé con una señora mayor a la que le compro el heno para los animales. Le pregunté qué era lo que ella sabía del lino y ella quedó muy sorprendida por abordar esa cuestión. Ella me dijo ‘eso da mucho trabajo...’ Y aquello andaba en mi cabeza, pero no era un objetivo porque ya tenía muchas tareas. Entonces, poco a poco fui hablando con más personas, fueron explicándome el proceso todo. Son inmensas fases con inmensos instrumentos, todo palabras nuevas. La única cosa relacionada con el lino que yo conocía era el fuso, la roca, la estopa y el telar. Del resto más nada, y había muchas cosas nuevas que aprender, pero el tema era realmente interesante. Por mi formación académica, a mí me gustaba investigar, escribir, recuperar memorias de la cultura, así que el lino fue ganando en interés para mí hasta que decidí sembrar mi primer lino hace cuatro años. Para eso, le pedí ayuda a las señoras de Cabril, ellas me ayudaron a sembrar el lino y aún me acompañan en muchas cosas. Paula en el trabajo del lino, en su telar. - ¿Tu idea era conectar esta cultura tradicional del lino con el turismo? - En el inicio, y aún se mantiene mucho a pesar de que surgieron otras líneas de trabajo, la idea era realmente crear un producto de turismo creativo, que es algo que ahora también entró en moda. Se trata de que los turistas vengan para tener una experiencia y partir con nuevos conocimientos. Puede ser por ejemplo poner las manos en la masa y aprender a hacer pan. Se trata de tener una experiencia que sea algo más que simplemente visitar un sitio y acabó.
En el inicio, la idea con el lino era crear un producto de turismo de creativo
Por tanto, ese era en el fondo el foco del negocio, era hasta aquí porque ya hubo otros cambios. Porque con lo que aconteció este año con la pandemia, todo esto fue aguas abajo. No es posíble un trabajo en común como el que hemos hecho con el lino, que es espadulado un día en la era, con toda la gente trabajando en conjunto para conseguir tener el lino listo para hilar, eso no fue posible, entonces hay que procurar buscar otra forma de ganar dinero con el lino. Fue por eso que yo monté un taller online del lino, para intentar llegar al público. - ¿Qué resultado tuviste con el taller online del lino? - Pues en un inicio volví a tener la misma dificultad que tenía con la experiencia de animación turística. Esto es muy bonito pero nadie sabe que yo estoy aquí. Cómo se lo cuento yo a las personas?. El taller online del lino lo pensé cómo una fuente de ingresos que me cubriera un tiempo porque yo en marzo no sabía cuándo podría abrir el alojamiento, estaba todo muy incierto. Pensé en hacer una experiencia internacional, pero eso implicaría que yo tendría que trabajar también en inglés y podía ser demasiado y que yo no lo consiguiera. Por tanto, opté por hacer la experiencia sólo en portugués. Toda vez que yo ya tenía esas dificultades de cómo le voy a decir al mundo que estoy aquí, cómo voy a comunicar, el año pasado me inscribí en octubre en un curso de marketing online, que fue mi salvación. Fue una inversión grande, pero fue sin duda mi salvación porque sin esas herramientas yo estaría completamente perdida. Desde que comencé a trabajar con el marketing online, tanto con el alojamiento como con el taller, no sólo vienen aquí más personas, sino que vienen más tiempo y compran más servicios, no compran sólo el alojamiento, compran otras experiencias y la alimentación de la quinta. Trabajo comunitario con el lino en Cabril. / Cedida. - ¿Qué experiencias les ofreces a las personas que están viniendo a Cabril? - Desde caminatas, como la ruta de las cascadas de Cabril, hasta experiencias como la de ‘Pastor por un día’, en la que acompañamos un pastor de cabras o vacas en alta montaña y pasamos un día conociendo cómo es la vida del pastor. Tenemos también la experiencia de la quinta, con la huerta y con los animales, donde vamos cuidar de la quinta y cogemos lo que nos es posible coger. Esta actividad de la huerta funciona muy bien por ejemplo para las familias con niños. - ¿Qué cultivas en la huerta? - La huerta tiene un poco de todo, tengo patata, patata dulce, berenjenas, tomate, zanahoria, melón, coliflor, frambuesas, cebolla, ajo francés... Mucha variedad, poca cantidad pero mucha variedad. No hago producción para venta. La idea desde el inicio es vender directamente en el plato, hago comidas para la gente aquí alojada. Este año por primera vez conseguimos no comprar legumbres, no comprar cosas de la huerta. En términos de negocio es ventajoso, da trabajo, pero en calidad de comida y como experiencia para el cliente, vale la pena el esfuerzo. Sientes la diferencia en el sabor de los alimentos. También ya tengo gallinas, huevos… Compro la carne y el pescado, algo de arroz, algunas cosas, pero gran parte es biológico y producción nuestra. Hoy por hoy, mi trabajo está enfocado en crear condiciones en la quinta para desarrollar más experiencias. Aquí en la casa tengo un atelier para el lino, en el espacio de la cocina, pero quiero un espacio mayor en el que pueda recibir personas. Imagina que vas a la quinta y puedes sembrar allí el lino, hacer todas las fases del lino allí, quedar a tejer... También quiero tener allí ovejas y hacer el esquilado... Por ahora tengo caballos, burros y gallinas, pero no tengo ovejas. - A mayores del lino, te introdujiste también en el trabajo del burel, un tejido resistente hecho de lana que se empleaba tradicionalmente para las capas de los pastores. ¿Cómo está siendo este nuevo proyecto? - El burel vino cuándo yo comencé a pensar desde un punto de vista más amplio en la cultura tradicional de la región del Barroso, que tiene muchos aspectos, pero yo para no desenfocarme elegí tres: el lino, la lana y el centeno, y en fases fui introduciendo cada uno de ellos. Porque son proyectos que precisan mucho tiempo. Primero, para la recogida de toda la información, de todos los procesos, después para ejecutar esos mismos procesos, para tener la experiencia y entender si, en el fin, yo soy capaz de hacer todo el ciclo y tener el resultado. Lo que parecía una locura hace cuatro años atrás son cosas que ya se concretaron y que realmente funcionan. Incluso este año hice el burel, el año pasado lo había intentado pero no lo había conseguido, pero este año sí hice todo. Fui para el pisón -un ingenio hidráulico al pie del río- y yo había dicho que quedaba allí 48 horas, que son las necesarias para hacer una tela de burel. Quedé finalmente cuatro días porque el pisón es viejo y tiene inmensos problemas, pero lo hicimos y ya sirvió cómo test de la experiencia de turismo, porque hubo personas que, en una escala pequeña, pagaron para estar allí. - En cuanto a la recuperación del cultivo del centeno, se trata de una iniciativa promovida por el monte vecinal (baldío) de Cabril. ¿Qué es lo que estáis haciendo? - Este es un proyecto que efectivamente es promovido por el baldío, que tiene una capacidad mucho mayor de implicar a la comunidad; yo colaboro como gestora del proyecto. Nosotros el primer año hicimos una actividad de formación, una vez más recoger y compartir el conocimiento de las personas más viejas, que enseñaron cómo se hace todo. Que no es sólo mallar el centeno, es necesario sembrar, que es algo hecho en alta montaña, y proteger el cultivo. Hubo aquí mucha historia, mucha cultura, mucho saber hacer. Es extraordinario.
Tenemos corrales en alta montaña en los que se cultivaba el centeno. Hubo aquí mucha historia, mucha cultura, mucho saber hacer. Es extraordinario
Nosotros tenemos los corrales en la sierra, en alta montaña. Son privados, pero lo que sucedía era que están abandonados desde hace muchos años. Estaban cercados por muros de piedra suelta, pero los muros cayeron y estaban degradados. Entonces, lo primero que hicimos fue la recuperación de los muros. Comenzamos con un corral e hicimos esa recuperación también como taller de capacitación, de aprender y enseñar cómo se recupera. Este año que pasó ya sembramos otro corral, ya recuperamos y sembramos dos corrales. Es poca superficie, pero crea una diferencia de paisaje en la montaña importante, y también tiene un valor ambiental. El año pasado vimos conejos y perdices comiendo el centeno. En el fin, en julio - agosto, el centeno es cortado y es mallado en la sierra. La tradición en estas aldeas del valle, que están a unos 300 metros de altitud, es que las personas fueran a pie para la cima, a 1.000 metros, y todos los portes eran a pie porque allá no hay nada. Al acabar la malla, venían todos para abajo, cargaban todo para abajo y aquí las mujeres en la cocina tenían una cabra lista para que comiese toda la gente. Venían muy cansados, pero había una fiesta, con música. Nosotros quisimos recrear eso, el acarreo, y el segundo año ya la hicimos con alrededor de 80 personas. Este año hubo que hacerlo con limitaciones, como es lógico. - En muchos de tus proyectos, como el lino y el burel, destaca también la implicación de la comunidad. ¿Cómo estás logrando esa participación de las personas? - En el fondo, yo pedí ayuda. Yo pedí ayuda y las personas más mayores, las que guardan memoria de los procesos, también quedan contentas de que haya quien se interesa por eso y que pueda tener continuidad. En el caso del pisón, está parado, en decadencia, porque tiene que trabajar y no trabaja. Y su propietario, el señor Francisco, fue extraordinario, porque todo el trabajo que tuvimos que hacer fue un trabajo duro y nunca yo sentí que él mirara para mí y pensara ‘esta mujer está loca y no lo va a conseguir’. Por el contrario, este año él ya me confió el pisón para poder trabajar. Es un trabajo físicamente duro, un trabajo de hombres, porque el burel hasta ir al pisón es hecho por las mujeres, pero después es un trabajo de hombres, pero se hace. Pienso que debí ser la primera mujer ‘pisoeira’ de Portugal (risas). El señor Francisco siempre me apoyó e incluso está contento y me permite que yo trabaje. Yo no hago nada sin su consentimiento, obviamente, pero siento que estoy en casa, que tengo esa puerta abierta. Paula está recuperando la producción de burel 100% artesanal. / Cedida. Pero también hay muchas otras personas que en el inicio decían que era una locura que alguien como yo, supuestamente formada, instruída, con recorrido académico, con algunos cargos de responsabilidad, fuera a ensuciar las manos con la bosta de los animales, en la tierra. Eso en el inicio era extraño, pero ellos comprendieron que ese trabajo lo hago porque es un trabajo digno y de mucho valor, y entonces ellos colaboran mucho, mucho. - Por tu parte, también se puede decir que estás devolviendo parte de lo que recibes a través de tu colaboración con la escuela y con los hogares de personas mayores. Cuéntanos esa parte de tu trabajo. - Con los hogares ahora no por la pandemia, pero sí hacía. Con las escuelas, todos los años desde hace seis años hago dos actividades por trimestre, siempre relacionadas con la cultura tradicional, con el medioambiente y la defensa del bosque. Este año será diferente, pero haremos cosas online. También hacemos actividades en verano con ellos con el lino y con la lana. En las vacaciones, hicimos la siembra del lino y cada uno llevó una semilla plantada a casa. Y ellos quedaron bastante orgullosos de saber y de poder hablar con los abuelos acerca de eso. Porque hoy por hoy hay un gran vacío entre los abuelos y los nietos en cuanto que... Incluso yo habiendo nacido en la ciudad, tenía una relación de haber acompañado a mi abuela. Hoy los chavales están en el campo, pero no viven en la aldea porque no acompañan a los abuelos en las tareas. Entonces hay muchas cosas que ellos no saben, incluso en relación al bosque. Porque no se valora, no se le da importancia a eso. Y los pequeños cuando perciben la historia y ellos trabajan, les gusta mucho hacerlo. Es un día diferente, de un aprendizaje diferente, de una manera lúdica. - Tú volviste a vivir a Cabril hace 7 años. ¿Cómo encontraste la comunidad de Cabril? - La parroquia son 15 aldeas, con cerca de 500 residentes. Continúa habiendo escuela primaria con los niños, también un preescolar. La tendencia de la gente joven es la de irse, a excepción de algunos pocos a los que les gustan los animales, que tienen animales, vacas, cabras, que gustan de esta vida del campo y que procuran formas de continuar aquí, pero la mayor parte se quiere ir y emigra porque tienen familiares emigrantes. Hay mucha gente que va para Braga, una ciudad que está próxima, y que puede venir los fines de semana, pero la población de Cabril es sobre todo una población envejecida. - ¿Qué balance personal haces de todos estos años de esfuerzos y trabajo por desarrollar tu vida en Cabril?. ¿Piensas que valió la pena? - Una de las cosas que yo aprendí es que desistir no es una opción. Personalmente, tienes que encontrar una solución, a veces tienes que recular un poco y todo lo que hiciste hasta allí tiene que ser puesto de un lado y procurar otras formas. Pero desistir no, yo siempre lo tengo muy presente y durante mucho tiempo hice ese test de percibir si esta es una opción o no, si es un camino o no, pero cuando ves los resultados, cuando ves las personas que te acompañan, ves turistas de Nueva Zelanda que regresan a Portugal y quieren venir aquí otra vez, a este espacio, con tanto que hay para conocer en el mundo... Entonces dices, esto tiene algún valor, y te enfocas a ese apoyo en el fondo.
Desistir no es una opción. Personalmente, tienes que encontrar una solución, a veces tienes que recular un poco y todo lo que hiciste hasta allí tiene que ser puesto de un lado, pero desistir no
Si te enfocas en las cosas que fueron mal, que hiciste mal, pierdes energía. Ese no es el camino. Hay días malos que sientes que esto acaba aquí, la historía acaba aquí, pero en esa altura en que estás muy cansada y sin fuerza, yo opté por ir a dormir y recuperar. La parte difícil fue poner la máquina a funcionar. Esa parte está hecha, ahora está andando y todo es continuar. Es un trabajo gratificante, ves personas implicadas, nuevos proyectos, veo otras personas jóvenes queriendo invertir... Durante estos años, también tuve muchas dudas, sobre todo hace cuatro años, Mi hijo fue a vivir a Lisboa con el padre y a partir de ahí mis dudas personales fueron aun mayores. Porque yo pensé, por qué no vuelvo para Lisboa, procuro un trabajo en Lisboa y estoy cerca de mi hijo. Puedo ganar allí bien dinero y hacer mi vida como gestora de proyectos sin tener que trabajar 14-15 horas todos los días del año, pues es preciso estar aquí a diario por causa de los animales. Todo eso era así, pero yo decidí, voy a quedar y voy a continuar a hacer este trabajo en cuanto tenga placer en el y perciba que es posible. Llegado aquí, yo estoy en esta fase de continuar el proyecto. La prueba de que es posible yo ya la tengo, claro que voy a tener que continuar dedicándole mucho tiempo, pero ya sé también que tengo que tener más disciplina y enfocar las cosas, no ser tan dispersa. Paula ante su casa, en Cabril. - ¿Satisfecha entonces del rumbo que tomaste, tras los primeros proyectos fallidos del ‘hostel’ y del glamping? - Para mí, era mucho más fácil en el inicio pedir un crédito, construir el ‘hostel’ y fiar mi cabeza toda dentro de un proyecto de masificación turística, si yo tuviera en vista que el único beneficio fuera el dinero. Pero yo entiendo que hay muchos más valores que son igualmente importantes y en el mundo actual, tienen más sentido. La idea, siempre presente y que torna este proceso más demorado, tiene que ver con la sostenibilidad y tiene que ver con el uso correcto de los recursos, tiene que ver con las relaciones que se crean en la comunidad, con la riqueza que se crea en el entorno porque el turismo es un sector muy desgastante del territorio y lo que yo pretendo no es eso, sino que los recursos puedan llegar a mis nietos como llegaron a mí de mi abuela.
La idea siempre presente tiene que ver con la sostenibilidad, tiene que ver con el uso correcto de los recursos y con las relaciones que se crean en la comunidad
- Hablabas también de que tu trabajo está siendo bien valorado por los turistas. Háblanos de esa parte, de la recepción que están teniendo las experiencias que ofreces para conocer y vivir Cabril. - En general, las personas valoran mucho este trabajo. Cuando pones empeño y amor en las cosas, las personas lo perciben, lo valoran y lo apoyan. Claro que no son todos porque no son todos iguales. Hay personas que quieren venir y que yo no puedo aceptar porque entiendo que no valoran este tipo de turismo ni están preparados para este proyecto. Parte de mi tiempo, de mi trabajo es dedicado a la comunidad, a la escuela, a los hogares, es trabajo de responsabilidad social y eso tiene que estar en mi proyecto y las personas tienen que percibir que si vienen aquí no están pagando un alojamiento, están pagando una contribución para el desarrollo local. Hay muchas personas que no tienen esa sensibilidad y entonces este no es el sitio para estar ellos. Hay también gente que alquila un cuarto y a la hora de hacer la reserva no lee lo que está escrito. Yo coloqué los servicios de alojamiento en Airbnb y siempre fue muy importante decir claro que es lo que yo ofrezco y lo que yo no ofrezco. Ya sucedió este año con personas que reclamaron porque no hay televisión y yo siempre digo que no hay televisión ni habrá televisión mientras yo estea en mi juicio perfecto. Si vienes aquí, no precisas televisión. El tema es… Recuerdo ahora a un profesor alemán que vino y pidió comer con nosotros en la casa, y comió conmigo y con mi madre y él estaba maravillado. Decía, ‘tengo una experiencia fantástica para contar a mis amigos, de todo esto, de la vida de casa, del ritmo rural’. Esa es la experiencia que me gusta transmitir. Cuando tienes una guía, ella te orienta en ese sentido, no es sólo llevarte a que conozcas un lugar, te crea condiciones para que lo hagas de forma agradable, para que te sientas bien y conozcas historias sobre las personas y lugares.
Ser pastor es un trabajo solitario que poca gente te agradece. El hecho de que nosotros los apoyemos con la experiencia ‘Pastor por un día’ ayuda a que se sientan valorados
Por ejemplo, la experiencia del pastor, nosotros vamos a acompañar el pastor todo un día, valorizamos su trabajo. Él hace eso todos los días, es un trabajo solitario, muy difícil, cada vez hay menos pastores. Y nosotros optamos por hacer una contribución y valorar su trabajo, no solo económicamente. Vamos a estar un día con él. El problema del rural y de la desertificación pasa también mucho por la autoestima. Es un trabajo solitario que muy poca gente te agradece. Nosotros necesitamos un médico cuando estamos enfermos, precisamos de un arquitecto cuando queremos hacer la casa, pero necesitamos un agricultor al desayuno, a la comida y a la cena. Y nadie valora a un agricultor como valora a un médico o a un arquitecto. Lo que sucede sobre todo en las generaciones más jóvenes es que ellos no quieren ser agricultores, no quieren ser pastores más, quieren una vida de valor. Y el hecho de dar esta contribución y de valorar a esa persona ayuda a que la gente joven quede en el territorio, que ellos vean que les gusta estar aquí, que este es su lugar, que tienen una forma de vida que les da lo suficiente para vivir, para tener una familia. No tenemos todos que estar en ciudad, donde tenemos más dificultades para tener calidad de vida. Porque para tener calidad de vida en la ciudad precisas de mucho más dinero y aquí consigues tener calidad de vida con poco dinero y tienes en tu entorno otras cosas. Hablando de mi caso personal, el hecho de haber ido, regresar y sentirme bien aquí, percibir que tengo herramientas, oportunidades para vivir aquí me permite quedar. Mi madre en algún momento, cuando yo regresé, pensó que el dinero que invirtió en libros y en la enseñanza era dinero malgastado, ahora pienso que ya no piensa así. Pero no fue dinero malgastado, todo es importante, es muy importante también salir de aquí para formarse, muy importante. - En cuanto a las culturas tradicionales que estás recuperando en tus proyectos, la del lino y la del burel, ¿piensas que pueden tener nueva vida, que son tejidos artesanales que pueden tener un mercado? - Pienso que sí, volvemos a la misma cuestión. Hay muchas personas que valoran este tipo de materiales y comprenden su importancia, que están dispuestas a pagar. Con el lino, mi voluntad para mí es ensayar otras componentes más artísticas. Personalmente, me interesa tener el hilo, pero no estoy muy interesada en tejer telas de lino. Puedo eventualmente vender el hilo a otras personas que tejan y que valoren el lino, pero yo personalmente estoy interesada en cosas más artísticas. Esto también es bonito porque a mí me gusta mucho la tradición pero también la innovación y probar nuevas cosas. El lino era una producción muy importante en Cabril. Había grandes campos de liñares y pozos propios para el lino, gente que venía de fuera a comprar. Hay gente que me ha dicho que el lino era el oro de Cabril, entonces en el lino estoy enfocada en mi comunidad más próxima y en crear fórmulas de tener personas que colaboren conmigo y que perciban una remuneración por eso. En cuanto al burel, el burel fue candidato a las siete maravillas. La tradición del burel no es sólo una tradición del Barroso, de Montalegre, es igual en la Serra da Estrela o en el Miño. También allí hay pisones, pero no trabajan. Ahora queda solo burel industrial, no hay burel artesanal. Mi objetivo es darle continuidad a esto y crear un burel artesanal, 100% hecho en Montalegre. - Desde la perspectiva económica de tu proyecto, también son importantes los talleres de lino. ¿Estás encontrando personas interesadas en aprender el trabajo del lino? - Hay muchas personas interesadas en aprender. Cuando hice el lanzamiento online del taller del lino, es todo un proceso, una estrategia de marketing. Era mi primera vez y decidí hacer una tertulia online de lino a través del Facebook. Estaba nerviosa, después pensé, una amiga aparece seguro. Por tanto, vamos a tener una conversación y me enfoqué de hablar de uno para uno, no en pensar que iba a tener una platea de gente y que después estuviera la platea vacía. Entonces apareció gente en la tertulia a un nivel inmenso, yo creo que había pensado 40 minutos y estuve más de una hora. En el fin, cuando desconecté, tenía 1.000 visualizaciones, para mí esperaba una amiga… Después yo pasé para un taller con inscripción y me enfoqué a trabajar para el grupo que estuviera interesado en aprender, sólo en el mercado portugués. Habría también un mercado internacional muy fuerte... - Estás con proyectos muy interesantes que darían para hablar el día todo, pero vamos a ir concluyendo… ¿Quieres decir alguna cosa más como conclusión? - Estos años han sido un camino con altos y bajos muy marcados. Sin el apoyo de la familia y de los amigos no sería posible continuar este trayecto. Pienso que cada vez más el tema de la sostenibilidad es fundamental en la manera como nos comportamos como ciudadanos y consumidores. Es una cuestión bien definida por la Unesco en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que tienen que ser palancas importantes para proyectos como el mío.

Estrategia ICL para abonado de cereal en siembra, cobertera y aplicaciones foliares

Para realizar una estrategia de abonado correcta en el cultivo del cereal, es fundamental, en primer lugar, analizar el comportamiento de nuestros suelos agrícolas y sus reacciones naturales, analizando la aportación de nitrógeno y fósforo al suelo mediante abonos orgánicos ‘versus’ la aportación con fertilizantes minerales. El primer paso para obtener una buena producción es analizar los suelos y ver sus carencias ante las demandas del cultivo.

Así, por ejemplo, en Castilla y León encontramos suelos con ph muy básico, con mucho calcio, poco fósforo disponible, bajos de materia orgánica, con riesgo de erosión y carencias de hierro, azufre y otros nutrientes. En Galicia, en cambio, la norma será la carencia en calcio. Por tanto, es importante conocer las carencias para poder nutrir los suelos de acuerdo con las mismas y según las necesidades concretas de cada cultivo: no es lo mismo fertilización que nutrición precisa.

Siembra
Desde ICL Specialty Fertilizers se apuesta por el uso de fertilizantes de liberación controlada (CRF), que se aportan de forma localizada junto a la semilla, con un porcentaje encapsulado tanto de nitrógeno como de fósforo. Es muy importante que el nitrógeno dure hasta la aplicación de la cobertera y, también, evitar que el fósforo aplicado no se bloquee en el suelo por un pH elevado.

Para ello, ICL dispone de diversas tecnologías de encapsulado para sus abonos de liberación controlada, como son Poly-S, Resin o E-Max, que permiten elegir la forma de liberación y longevidad más adecuadas, según las necesidades del cultivo, fecha de plantación y tipo de suelo.

Detalle de los microgránulos en la raíz del cereal.

Para un buen abonado del cereal, es recomendable utilizar en la época de siembra formulaciones de ICL altas en nitrógeno y fósforo, como Agromaster Start Mini (21-21-5+Mg), Agromaster Start (23-25-5) y Agromaster Start (15-46-0), que ofrecen de 2 a 3 meses de longevidad y todos ellos con el nitrógeno y el fósforo parcialmente encapsulados al 100%, para evitar su pérdida y bloqueo en el suelo.

En cuanto a las dosis a aplicar, en el caso de los fertilizantes de liberación controlada y aplicados de forma localizada, tipo Agromaster Start, se pueden reducir las dosis hasta los 50-75 kg/ha, gracias a la eficiencia del fertilizante CRF. El aplicar estas dosis bajas en siembra nos permiten mejorar la condicionalidad y poder incrementar nuestras unidades fertilizantes de cara a la cobertera.

Aplicación de cobertera
En los meses de enero y febrero es la hora de incorporar la cobertera del cereal y para ello también podemos utilizar la gama Agromaster, que nos ayudará a realizar una cobertera eficiente en la aplicación del nitrógeno en la fase de ahijamiento del cereal, gracias a la liberación controlada del nitrógeno, en sus diferentes formas, ureica, amoniacal y nítrica.

Abonos foliares
Desde febrero hasta mayo son fechas para la aplicación de los herbicidas selectivos en cereal. Para ello debemos recurrir a los abonos foliares como Agroleaf, que nos ayudarán a tener un mejor efecto del herbicida, a evitar el estrés provocado en el cereal por el herbicida selectivo y nos ayudarán a cubrir las carencias del cultivo, mejorando su ahijamiento y crecimiento hasta el estadio de hoja bandera.

Los abonos foliares Agroleaf, tienen diferentes formulaciones para satisfacer nuestras necesidades en el cultivo, siendo probados con diferentes herbicidas y fungicidas en el cereal. Pueden consultar las tablas de compatibilidad en el catálogo general de agricultura de ICL.

Para realizar aplicaciones de fertilizante soluble en los cultivos extensivos y cereal, puede recurrir a nuestra gama de solubles Nova.

Más información en la web de ICL.

El trigo del país doblará su producción con la IGP Pan Galego

Parcela sembrada con trigo callobre a punto de ser recogido Era uno de los distintivos de calidad más esperados para los productos agroalimentarios gallegos. Después de 20 años de trabajo y trámites burocráticos, la aprobación definitiva de la Indicación Geográfica Protegida Pan Gallego abre nuevas oportunidades para la producción de trigo de las variedades autóctonas callobre y caaveiro. Las dos asociaciones que hay produciendo a día de hoy trigo gallego (Triaga y Procegal) han ido aumentando progresivamente en los últimos años su número de socios y las hectáreas plantadas, a medida que las panaderías han ido apostando por el cereal autóctono como señal distintiva para la diferenciación de su producto en el mercado. Los productores de pan, agrupados en la Federación Gallega de Panaderías (Fegapán) esperan poder usar el distintivo de la nueva IGP lo antes posible, una vez que la Agencia Gallega de Calidad Alimentaria (Agacal), encargada de la certificación del pan amparado bajo el sello de calidad, culmine con los aspectos técnicos para la implantación de la nueva IGP. "Estamos trabajando ya en colaboración con Agacal en el Reglamento y en la constitución del Consejo Regulador provisional para que la IGP comience a funcionar a lo largo del 2020", explica César Manuel Fieiras, presidente de Fegapán, que aglutina desde el año 1979 a las asociaciones provinciales de fabricantes de pan, y que hace unos meses reclamaba "sembrar Galicia de trigo y centeno autóctonos". Garantir la trazabilidad de la finca a la mesa El grupo de panaderías Da Cunha, con 150 empleados y con mercado a nivel autonómico y estatal, fue pionero en la utilización de trigo del país y en el impulso a la producción de cereal autóctono. "Llevamos 30 años apostando por el trigo autóctono y hay ya un camino andado, tanto por parte nuestra como también de otras empresas como Calfensa", afirma Fernando Almeira, técnico del grupo Da Cunha. La empresa de Carral logró en los últimos años poner en marcha los distintos procesos necesarios para implementar la trazabilidad del pan hecho con trigo caaveiro desde la finca en la que es sembrado hasta la mesa del consumidor. Tiene acuerdos con productores a los que facilita la semilla y garantiza la recogida de toda su producción. Dispone además de instalaciones para moler el cereal en las que mediante molinos de piedra logran incorporar a la harina tanto el interior del grano como la parte fina de la cubierta. Esa materia prima es empleada tanto por Da Cunha como por otras panaderías integradas en Fegapan a las que es vendida.
Esperan que la producción de semilla llegue a duplicarse en el plazo de dos años
Da Cunha cuenta también desde el año 2017 con la empresa Semillas Sietes, que actúa como entidad multiplicadora de semilla certificada. En el 2019 produjeron 70 toneladas de semilla certificada R1 y R2 a partir de la semilla base producida por el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM). Esa semilla multiplicada es después comercializada a agricultores de las cuatro provincias gallegas para su cultivo. Fernando espera "ampliar ostensiblemente" en 2020 el volumen de semilla certificada R2, la usada mayoritariamente por los productores de cereal gallegos, lo que implicaría incrementar considerablemente también las hectáreas sembradas y la producción final alcanzada, que podría duplicar la actual en un plazo de dos años. La producción se concentra en As Mariñas, Xinzo, Val de Lemos y A Terra Chá Para promover la producción agrícola de trigo gallego, el grupo Da Cunha impulsó la creación de una asociación de productores, Triaga, con implantación en las cuatro provincias gallegas. Con todo, la producción actual de trigo caaveiro se concentra fundamentalmente en dos docenas de ayuntamientos de las provincias de A Coruña, Ourense y Lugo. As Mariñas en A Coruña (sobre todo en Laracha, Carballo, Ferrol y Carral), la comarca de Xinzo de Limia en Ourense y las de A Terra Chá y el Val de Lemos en Lugo son las principales zonas productoras de Galicia.
Triaga, promovida por Da Cunha, que compra toda su producción, reune a 60 agricultores de toda Galicia. En Vilalba hay otra asociación más pequeña, Procegal, con una docena de productores que comenzaron a labrar trigo autóctono hace 3 años
Triaga reune en este momento a unos 60 productores y Procegal, la otra entidad que aglutina a agricultores de cereal autóctono, junta a una docena en ayuntamientos de A Terra Chá. En conjunto sumarían unas 500 hectáreas labradas este año (450 Triaga y 50 Procegal). Luis Urquijo, investigador encargado del mantenimiento del Banco de Germoplasma de cereales de invierno del CIAM, añade a esas 500 hectáreas de semilla autóctona certificada caaveiro y callobre otras 1.000 o 1.500 hectáreas de otras variedades panificables tanto autóctonas como foráneas desperdigadas por toda Galicia. Incremento de valor en toda la cadena Una de las claves para que la superficie de trigo se amplíe en los próximos años está en el aumento de la demanda y en el reparto del incremento de valor del producto en todos los eslabones de la cadena. "Estamos seguros de que el consumidor le dará el visto bueno al nuevo pan certificado dentro de la IGP y eso tiene que servir para lograr valor añadido para todos, desde el panadero al agricultor, para que eso repercuta en el incemento de la siembra de trigo del país", defiende Carlos Fieiras.
El precio del trigo autóctono para pan es de unos 40 céntimos por kilo, el doble de lo que se paga a los productores de trigo destinado a la fabricación de pienso para alimentación del ganado
Es algo en el que concuerda Fernando Almeira, que considera que ese crecimiento tiene que ser acompasado. "El cultivo de trigo gallego dependerá de como vaya tirando el mercado, porque no podemos producir más harina autóctona de la que demandan las panaderías", dice. Da Cunha garantiza a salida de toda su producción a aquellos agricultores con los que tiene acuerdos. El precio para el trigo del país es mayor que para el trigo de variedades foráneas y puede rondar los 40 céntimos por kilo, el doble que lo que se paga por un trigo cosechado para hacer pienso para alimentación del ganado. Carlos reconoce que el incremento de rentabilidad para el productor es una de las premisas para que se labre más trigo autóctono. "Para lograr diferenciar el pan hay que trabajar desde el origen. La nueva IGP no supone grandes cambios en la forma de elaborar, únicamente en el deber de usar como mínimo una cuarta parte de harina de variedades autóctonas y yo espero que eso ayude a impulsar el cultivo en fincas paradas, a medida que las panaderías se vayan sumando a hacer las cosas por el libro, lo que no sabemos es lo rápido que va a ser ese camino", dice. Ayudas para preparar las fincas Este panadero, con uno de los de los obradores más antiguos de Lugo, Panadería Raposo, aplica la misma receta para otros cereales como el centeno. "La mayor parte de los panaderos que hacemos pan de centeno empleamos centeno foráneo porque en Galicia se cosecha muy poco", afirma.
La superficie total destinada en Galicia a cultivo de trigo, tanto para pan como para pienso, rondaría las 16.000 hectáreas, pero muchas fincas que están abandonadas servirían para sembrar tanto trigo como centeno
En total, sumando el destinado a producción de harina para pan y el que tiene uso forrajero y para alimentación de ganado, las hectáreas destinadas a cultivo de trigo en Galicia rondarían las 16.000, aunque la superficie susceptible de acoger nuevas producciones de trigo seria mucho mayor. La directora de la Cátedra del Pan y del Cereal de la USC, María Ángeles Romero, aseguraba hace un año en esta entrevista en Campo Gallego que "hay muchas tierras con características edafológicas y climáticas idóneas para el cultivo de cereal que están abandonadas desde hace muchos años, y que podrían recuperarse para cultivar trigo o centeno", afirmaba.
Para aumentar el cultivo de cereal en Galicia Fegapán propone habilitar una línea de ayudas para desbroces para reducir de este modo los costes de la primera siembra en fincas que llevan tiempo paradas
El presidente de Fegapan propone que se habilite desde las Administraciones públicas una línea de ayudas que sirva para impulsar el cultivo sobre todo en fincas que llevan mucho tiempo paradas y que precisan trabajos previos de acondicionamiento. "Cuando las parcelas llevan muchos años abandonadas es necesario desbrozarlas, con lo cual se incrementan los costes de producción, lo que hace que la gente no vea clara la viabilidad en muchos casos. Si se redujesen esos costes iniciales de la primera siembra quizás se animase más gente a echar trigo o centeno en tierras que están sin uso a día de hoy", argumenta. "Podría ser una alternativa para el campo, porque entran miles de toneladas continuamente de trigo de fuera y una parte podríamos suplirlo con trigo gallego. Las variedades autóctonas tienen características muy válidas para hacer pan, aunque es cierto que para elaborar bien se necesita mezclarlo con otro trigo", explica Carlos, que defiende el uso de semilla certificada porque "ofrece garantías a los panaderos a la hora de hacer el pan con ella". Otro de los problemas que limita la producción de trigo es que muchos agricultores no cuentan con la infraestructura necesaria para el almacenamiento del grano, por lo que dependen de que haya salida para toda la producción en el momento de la recogida. "No está esa parte del ciclo bien finalizada a día de hoy. Hay que dar garantías al productor para que sepa que tiene la recogida garantizada en el momento en el que cosecha el cereal", defiende el presidente de los panaderos gallegos. Evitar el fraude La IGP Pan Gallego obliga a usar un 25% de variedades o ecotipos autóctonos y fija el modo de elaborar desde el amasado hasta que el pan sale del horno. Los panaderos esperan de este modo poder acabar con el fraude que se estaba produciendo, sobre todo fuera de nuestra comunidad, donde se estaba comercializando incluso pan congelado con el nombre de pan gallego. "Pensamos que la IGP será útil para evitar el fraude que se está dando fuera de Galicia, donde se estaba usando el nombre de pan gallego sin sello y sin estar producido en Galicia", asegura Fernando Almeira. "En colaboración con la USC y con el CIAM, estamos trabajando para poder certificar la harina de trigo caaveiro en el saco a través del análisis genético y microscópico", explica.
Los panaderos gallegos consideran "ambiguo e insuficiente" el Real Decreto sobre calidad del pan aprobado en el mes de mayo a nivel estatal
El distintivo de calidad para el pan gallego podría suplir las carencias de la normativa actual, de reciente aprobación pero insuficiente para diferenciar el alto nivel del pan producido en Galicia. "La IGP servirá para apuntalar la imagen de calidad del pan artesano gallego, que no puede depender de legislaciones como el Real Decreto aprobado en el mes de mayo a nivel estatal, que resulta ambiguo e insuficiente para el pan gallego, necesitado de protección y de una norma más estricta y rigurosa que aclare de forma eficaz al consumidor ante qué producto se encuentra”, opina Carlos Fieiras.

El trabajo del CIAM, una labor básica

Tabla comparativa de las características alveográficas de las dos variedades de trigo autóctono Que haya hoy trigo gallego en el mercado depende críticamente de que Mabegondo siga suministrando semilla de base. Desde el 2002 en el CIAM se empezó a hacer un banco de germoplasma tanto de trigo autóctono, que cuenta en la actualidad con 194 variedades, como de centeno autóctono, con 88 variedades. Gracias al trabajo de investigadores como Luis Urquijo, en el 2006 se registró la variedad comercial de trigo autóctono Callobre, con la que se trabajó todos estos años en una transferencia desde el CIAM hasta las panaderías, y en el 2015 se registró la variedad de conservación de trigo autóctono Caaveiro. Son las dos variedades certificadas que se están plantando en las fincas de los productores que en los últimos años apostaron por el cultivo de cereal autóctono.
La variedad caaveiro tiene más fuerza panadera que la callobre y también un mayor rendimiento en la parcela, con una producción que puede llegar a los 3.800 kilos por hectárea
Entre los años 2008 y 2017 se recogieron muestras de distintas parcelas y de ensayos realizados con las dos variedades inscritas hasta el momento para analizar la calidad alveográfica del trigo autóctono gallego, realizándose 164 analíticas de trigo callobre y 47 de caaveiro. Los resultados indican que la proteína del caaveiro y del callobre está de promedio por encima del 14,5%. En lo que se diferencian sin embargo las dos variedades es en la fuerza panadera, que es mejor en el caaveiro (179 julios frente a los 102 del callobre). "Es lo que permite que el pan suba. Esa es la principal ventaja del caaveiro sobre el callobre y también su mayor rendimiento en la parcela, que se constata en un 30-40% más de producción, llegando a los 3.800 kilos por hectárea en los ensayos realizados en los años 2016 y 2019, a lo que se añade también el hecho de que el caaveiro también tuvo menor encamado en las parcelas en las que se probó, tanto en A Pobra do Brollón como en Xinzo", explica Luis Urquijo, que reconoce que la mejora tanto en producción en campo como en el resultado final a la hora de ir al horno de la variedad caaveiro frente a la callobre está animando a los agricultores a sumarse al proyecto para producir trigo de esta variedad para las panaderías gallegas.

Registro de tres nuevas variedades en 2020

Luis Urquijo, explicando uno de los ensayos realizados en la Finca Robles de A Pobra do Brollón, perteneciente al CIAM El CIAM sigue trabajando en varios ámbitos en relación al trigo autóctono. Más allá de seguir produciendo semilla base para multiplicar y posteriormente sembrar con ella las fincas, tienen prácticamente finalizado el proceso para seguir ampliando el abanico de variedades disponibles. De hecho, según explica el responsable del banco de germoplasma de cereales de invierno, quieren registrar en 2020 tres nuevas variedades de conservación (Miño, Riotorto y Arzúa), que están listas ya para hacer la solicitud de registro en el mes de agosto. Son similares a la variedad caaveiro en cuanto a fuerza panadera y también en productividad (entre 3.000 y 4.000 kilos por hectárea).
El CIAM trabaja en un programa de mejora genética para lograr un acortamento del 30% del tallo para reducir los problemas de encamado
Las cinco variedades con las que se está trabajando (Callobre, Caaveiro, Miño, Riotorto y Arzúa) son de talle alto y tienen un problema de encamado que juega en su contra. Por eso, el CIAM tiene en marcha también un programa de mejora en el que están intentando reducir la altura del tallo, con un acortamento del 30% en altura, logrando así un tallo más grueso y más fuerte que el que había en el caveiro y callobre, y ganar al mismo tiempo de este modo en productividad al reducir las pérdidas en campo a la hora de la recogida. La altura del tallo es un problema en cuanto al aprovechamiento del grano, sin embargo, resulta ventajoso en el aspecto relativo al aprovechamiento forrajero de la paja. La altura de la planta también favorece el combate natural de las malas hierbas por asombramiento.

El proyecto de una panificadora para celíacos, premio de la Cátedra del Pan

El proyecto de una panificadora acaba de conseguir el primer puesto de la segunda edición de los Premios de la Cátedra del Pan y del Cereal de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), promovida en colaboración con el Grupo Dacunha. El proyecto fue presentado por Roberto López Toja, graduado en Ingeniería Agrícola y Agroalimentaria en la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería. La propuesta empresarial conllevó un premio en metálico de 1.000 euros y la posibilidad de firmar un contrato laboral en el Grupo Dacunha. El proyecto fue presentado bajo el título 'Panificadora de pan precocido congelado para celíacos, producción de 4.000 kilos día, situada en el polígono de Alvedro'. En esta propuesta se aportaban alternativas para sortear las limitaciones propias de las personas que sufren intolerancia al gluten, que en Europa supone ya el 1% de la población. La iniciativa premiada tiene en cuenta rigurosos mecanismos de control durante todo el proceso de elaboración del pan, desde a molienda del cereal, la fase de amasado del pan, cocido y distribución. El proyecto integra además una serie de técnicas innovadoras aplicadas al método tradicional de panificación, como es el empleo de masa madre, al tiempo que documenta al por menor pautas de máximo respeto a parámetros relacionados con la seguridad y la salud, residuos de construcción o planos en los procesos de construcción y edificación de la industria.

El consumo de pan en la población sénior

El segundo de los premios del certamen, dotado de 500 euros, recayó en un trabajo sobre la ingesta de pan entre la población sénior. El graduado en Nutrición y Dietética Javier Cancela Rodríguez realizó una radiografía de esta franja de la población a través de 150 encuestas personales sobre los hábitos de consumo de pan, así como los cambios en la alimentación o sobre el conocimiento que tienen de la composición de este alimento y su valor nutricional. El trabajo de campo permite constatar el desconocimiento entre la población de más edad de la relación entre hidratos de carbono y salud. Aun así, más del 80% de los consultados estima que no es preciso eliminar el pan de la dieta para adelgazar. La continuidad del pan en la mesa está garantizada para más del 90% de las personas encuestadas, que también reconoce un empeoramiento del sabor y de la textura de este producto alimenticio. La población sénior se decanta por el pan tradicional frente a los precocidos, concluye este estudio, que cifra en 82,33 gramos diarios el consumo medio de pan.

Cultivo del cereal a la sombra

El tercer premio otorgado en esta convocatoria por la Cátedra del Pan y del Cereal Dacunha de la USC, un galardón dotado con 250 euros en metálico, recayó en el también graduado en Ingeniería Agrícola y Agroalimentaria Rafael Abad Trasancos. El trabajo presentado evaluó el desarrollo de distintas especies y variedades de cereal bajo diferentes condiciones de sombra.
Evalúan cereales como el maíz, el trigo o el centeno para emplearlos en sistemas agroforestales para obtener forrajes
Abad Trasancos evalúa en este estudio el efecto que produce la sombra proyectada del extracto arbóreo sobre el desarrollo de cultivos de cereal, implantados en las calles que separan las líneas de arbolado. En el trabajo se evaluaron diferentes variedades de especies como el maíz, el trigo o el centeno, para seleccionar las más acaídas para la implantación de un sistema agroforestal con ellas. En las conclusiones, el ingeniero indica que el centeno tiene una menor capacidad para espigar en condiciones de sombra que el trigo y que el maíz, lo que se debe a su notable capacidad para crecer en menos tiempo, lo que lo hace más interesante para su empleo como forraje en los sistemas agroforestales.

Los panaderos gallegos piden “sembrar Galicia de cereal autóctono”

Los panaderos del mundo conmemoran el 16 de octubre el Día Mundial del Pan, una fecha que la Asociación Provincial de Fabricantes de Pan de Lugo (AFAPAN) y la Federación Gallega del Pan (FEGAPAN) quieren aprovechar para dejar constancia de su deseo y trabajo en pro de “sembrar Galicia de cereal autóctono”, cuyo cultivo actual “no cubre la demanda existente”. El colectivo empresarial de panaderos lucenses, que lleva años apostando por el respeto a la tradición y a la elaboración artesanal del pan en Galicia como vehículo para “conservar y garantizar la calidad del producto”, busca ahora “incentivar de forma decidida el cultivo de cereal autóctono certificado (fundamentalmente trigo de las variedades callobre y caaveiro y centeno del país) en el rural gallego”, según explica el presidente de AFAPAN, César Manuel Fieiras, que ha asumido también recientemente la presidencia de la Federación Gallega.
La producción actual de trigo y centeno del país no es suficiente para cubrir la demanda existente
Igualmente, señalan que promover este tipo de cultivos es una forma de facilitar “el desarrollo económico y social del medio rural gallego, con beneficios claros e inmediatos para las zonas donde se produzcan estas siembras, y con la posibilidad real de contrarrestar la rápida despoblación de estos territorios y de luchar contra la España vaciada”. Las asociaciones del pan gallegas destacan que se sienten “muy orgullosas del camino recorrido hasta el momento, que ha llevado a que el pan gallego sea considerado como uno de los mejores del mundo”, gracias al apego a la tradición y al soporte de entidades como la Xunta de Galicia a través del personal de la Consellería de Medio Rural, “que lleva tiempo asesorando y apoyando al colectivo en demandas concretas”. Recuperar la materia prima autóctona frente a la que viene de fuera No obstante, creen que todavía “queda mucho por hacer”, y que en ese camino “recuperar y poner en valor lo nuestro, la materia prima autóctona, frente a lo foráneo, es la forma más inteligente de apuntalar el futuro del sector porque tenemos un producto único e imposible de imitar en otras latitudes y con otras fórmulas de trabajo e ingredientes”.
Quieren que haya una formación teórico-práctica reglada, en forma de FP dual, que permita la transmisión de conocimientos y técnicas de los panaderos tradicionales gallegos a los jóvenes que se incorporen al sector
La patronal de los panaderos considera que “la siembra de cereal autóctono en Galicia es la mejor manera de mantener e incluso mejorar la calidad del pan”, siempre de la mano “del saber hacer, el conocimiento y la experiencia de los actuales panaderos del país”. En esta línea, AFAPAN Y FEGAPAN también trabajarán por conseguir en Galicia “una formación teórico-práctica reglada, a través de una formación profesional dual, que garantice la transmisión de esta tradición y experiencia de los panaderos tradicionales gallegos a jóvenes que se incorporen a esta profesión”. "Un superalimento imprescindible en cualquier dieta" El Día Mundial del Pan se celebra todos los 16 de octubre, como fecha elegida por la Federación Internacional de Panaderos (UIB) para promover el consumo del pan por los beneficios y las propiedades nutritivas que posee. Afapan y Fegapan recuerdan además en el Día Mundial del Pan que “el pan no solamente es un alimento básico, sino que sus propiedades nutricionales, si se sigue un método de elaboración artesanal, lo transforman en un superalimento imprescindible en cualquier dieta saludable”.
"El Real Decreto estatal aprobado en mayo resulta ambiguo e insuficiente para el pan gallego, que necesita una norma más estricta" (César Manuel Fieiras, presidente de FEGAPAN)
AFAPAN es la asociación más representativa del sector de panaderías en la provincia de Lugo. Trabaja constantemente por la mejora del colectivo en su conjunto con iniciativas para aumentar la calidad de sus productos y mejorar su comercialización y promoción. Por su parte FEGAPAN aglutina a las asociaciones provinciales de panaderías de Galicia desde 1979, y su directiva trabaja en estos momentos con nuevos y variados objetivos, que pasan por apuntalar la imagen de calidad del pan artesano gallego, “que, entre otras cuestiones, no puede depender de legislaciones como el Real Decreto aprobado en el mes de mayo a nivel estatal, que resulta ambiguo e insuficiente para el pan gallego, necesitado de protección y de una norma más estricta y rigurosa que aclare de forma eficaz al consumidor ante qué producto se encuentra”.

Ensayos para lograr variedades de maíz para panificar

Firma del convenio entre la USC, el CSIC y la panadería Da Cunha La Cátedra del Pan y del Cereal Da Cunha de la USC y el CSIC están impulsando el cultivo de variedades autóctonas de maíz aptas para panificar mediante un acuerdo que contempla dos parcelas experimentales en Lugo y Ourense. La Cátedra del Pan y del Cereal Da Cunha, promovida por la USC y el grupo de panaderías Da Cunha, colaborará con la Misión Biológica de Galicia, dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas en el desarrollo del proyecto de investigación Variedades autóctonas de calidad para la obtención de pan de maíz de calidad, según se recoge en el acuerdo firmado esta semana por el rector de la USC, Antonio López Díaz, la directora de la Misión Biológica de Galicia ( MBG-CSIC), María Elena Cartea, y el gerente y propietario del grupo Da Cunha, Manuel Da Cunha. El objetivo de esta línea de colaboración, que “constituye un ejemplo de transferencia de conocimiento hacia sociedad”, destacó el rector Antonio López, pasa por avanzar en la promoción y en el desarrollo del cultivo y de los usos del maíz producido en Galicia. Este ambicioso cometido rige las diversas actuaciones científicas y tecnológicas contempladas en el plan de trabajo establecido en este acuerdo entre la Cátedra del Pan y del Cereal Da Cunha de la USC y el CSIC y cuyo objetivo último es lo de favorecer y potenciar el cultivo de maíz panificable. Los primeros pasos a seguir pasan por la elección y posterior establecimiento de dos parcelas de ensayo en zonas diferenciadas de las provincias de Lugo y Ourense. Una vez seleccionados los emplazamientos, el grupo empresarial Da Cunha en colaboración con los agricultores propietarios procederá a realizar las instalaciones necesarias para que las parcelas de ensayo se aproximen en la medida del posible a las plantaciones de maíz tradicionales, aunque con un diseño apto para la toma de datos (crecimiento del maíz, siguiendo su fenología, así como otros parámetros relacionados con las sensibilidades a plagas, enfermedades o datos de producción) y otras labores experimentales, una tarea de la que se ocupará personal de la Misión Biológica de Galicia. En una fase posterior se procederá a la aportación de la semilla de dos ecotipos (Tuy y Rebordanes), previamente seleccionados por la MBG-CSIC. A estas semillas se les añadirá adicionalmente dos variedades comerciales de maíz de referencia y con las que ya trabaja en la actualidad el grupo Da Cunha, que se encargará también de los procesos de molido y de la propia elaboración de la harina, así como del amasado y la cocción del pan.

Piornedo recupera la malla comunitaria del centeno para arreglar sus pallozas

El principal núcleo de pallozas, palleiros y hórreos techados con paja en los Ancares está en Piornedo (Cervantes, Lugo), un pueblo que cuenta con cerca de una veintena de construcciones con cubiertas de centeno. El mantenimiento de todas esas instalaciones tradicionales, aparte de trabajoso, es caro y cuenta con escasos apoyos institucionales, lo que obligó a los vecinos a organizarse para buscar soluciones. Cinco casas del lugar crearon la asociación ‘Teitos de Piornedo’, con la que quieren promover la conservación de las pallozas. Estos días han celebrado su primera malla conjunta. El colectivo, integrado por familias que tienen construcciones con ‘teitos’ de paja, sembró en conjunto dos fincas de centeno con el objetivo de hacerse con paja para el arreglo de las pallozas. Este año tomaron el cultivo como una primera prueba experimental, con diversas variedades cultivadas en menos de una hectárea, en la búsqueda de la paja más idónea para los techos. Para el año prevén cuando menos doblar la superficie y afinar en las variedades a cultivar. La experiencia se confirmó positiva, a pesar de los problemas derivados de las continuas incursiones del jabalí, que se no se daban frenado ni siquiera con pastores eléctricos convencionales. De cara a la próxima campaña, valoran la colocación de mallas con pastor, a fin de reducir daños. Todo el centeno cosechado se malló este fin de semana con una máquina antigua adquirida por los propios vecinos, una malladora Campeva que localizaron en Zamora y que sacaron de la jubilación. Fue una jornada completa de malla. Primero se separó la paja del grano y después se escolmó, una tarea que consiste en pasar la paja por un ‘peine’ metálico para eliminar hierbas y pajas dobladas, seleccionando el colmo, que es la paja que se utilizará para los techos.
Galería de imágenes
Procesado do centeo na malladora para separar grao e palla.
“El balance es muy positivo. Este es el primer año que la asociación hace la malla, y aunque no logramos mucha paja, alrededor de unos 80 colmos -manojos de paja seleccionada-, dimos un primer paso para implicarnos en la conservación de las pallozas y hórreos”, explica Isolina Rodríguez, de la asociación Teitos de Piornedo. “La cuestión es que desde el año 2010, la Xunta se desentendió del mantenimiento anual de los ‘teitos’. Nosotros estamos dispuestos a poner de nuestra parte, aunque lo que podamos hacer nosotros claramente es insuficiente”, valora. Si se tiene en cuenta que el precio de renovar un metro cuadrado de teito ronda los 150 euros, y que hay vecinos con más de 300 metros cuadrados de ‘teitos’, se entiende el calibre de las tareas a acometer. “Nuestra idea es ir renovando pequeñas partes de las cubiertas cada año, dándole la vuelta a la palloza hasta volver a comenzar. Es como se hizo siempre y evita tener que sustituír todo un teito de golpe, lo que es muy complicado y caro”, expone Isolina. Situación en la comarca Las dificultades de conservación de las pallozas explican una práctica habitual en la comarca, el teitado de las antiguas pallozas con uralita, a fin de evitar su pérdida completa. “Es una solución provisional que evita que se pierda la construcción, aunque no es lo ideal, reconoce Isolina Rodríguez. El Centro de Desarrollo Rural de los Ancares está tratando de recuperar pallozas y hórreos abandonados o teitados con uralita en distintos pueblos de la sierra, un esfuerzo que ya está dando sus primeros frutos. En Piornedo sólo tienen una palloza tejada con uralita, aunque hay otras con techos de centeno que presentan una conservación deficiente. La asociación Teitos de Piornedo engloba por el momento a cinco casas que se comprometieron en el mantenimiento de sus techos. El objetivo del colectivo es implicar a todos los vecinos, aunque no es fácil. “Hay gente mayor o que vive fuera o que no puede afrontar el mantenimiento de las pallozas, así que hay algunas pallozas en mal estado”, reconoce Isolina. Tras la malla del pasado fin de semana, las familias integrantes de la asociación podrán acometer pequeñas renovaciones en sus techos. “Cada metro cuadrado requiere de 3 o 4 colmos, así que no podremos hacer mucho, pero es un comienzo”, destaca Isolina. Usos del grano y venta El otro fruto de la malla, el grano, se dedicará en parte a elaborar pan y empanada para una celebración comunitaria, a la que la asociación invitará también a personas próximas que colaboraron en la malla. Está previsto además que un colaborador elabore una cerveza artesana con centeno de Piornedo, y el grano restante se venderá. “Es un grano de calidad, cultivado en ecológico, aunque no tenemos la certificación. Serán algo menos de 200 kilos y estamos abiertos a su venta a las personas interesadas”, explica Isolina Rodríguez.

«La recuperación de las pallozas y hórreos puede ser una vía para que se vuelva a cultivar centeno»

Junto con la biodiversidad de sus montes, las pallozas y los hórreos con tejado de paja, las cabañas con loseta o los setos tradicionales son parte del atractivo y singularidad de los Ancares. Sin embargo, muchas de estas construcciones singulares se están perdiendo a día de hoy en las aldeas de la montaña lucense. En el Centro de Desarrollo Rural (CDR) de los Ancares tienen claro que la conservación de este patrimonio es una vía para revitalizar los núcleos rurales y una manera más de contribuir a fijar población. Por eso, focalizaron esfuerzos en hacer posible la recuperación de estas construcciones.
En los últimos tiempos arreglaron el tejado de paja de un hórreo y el de piedra de un antiguo molino
En los últimos tiempos consiguieron que se restaurase el tejado de paja de uno de los hórreos situados en la aldea de Castelo de Frades, en la parroquia del Cerexeido, en Cervantes (Lugo), así como el de losetas de un antiguo molino al que ya se le había derribado el techo. Las dos actuaciones fueron financidas con las ayudas que la Consellería de Medio Ambiente destina para inversiones no productivas con objetivos agroambientales dentro de espacios de la Red Natura 2000, cofinanciadas con el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader). Estas ayudas conservan una línea que gestionan los ayuntamientos, pero se abrió otra línea para que pudieran solicitar las ayudas los propietarios particulares.

Una oportunidad para recuperar cultivos

Colocación de la paja en un hórreo restaurado en los Ancares. La restauración de construcciones tradicionales como los hórreos o pallozas, con techos de paja, es también una oportunidad para recuperar oficios tradicionales, como el de techador, o el cultivo del centeno, cuya paja se emplea en las cubiertas. "Nos volcamos en la recuperación de estas construcciones porque es una manera de crear nichos de empleo", apunta David López, ingeniero forestal que colabora directamente con el CDR y que se encargó de gestionar e informar sobre estas ayudas a los vecinos. Techar de nuevo con paja, después de que muchas de estas construcciones hayan sido techadas de manera provisional con chapas metálicas para evitar que se derribasen, supone también un reto, ya que el cultivo del centeno ha casi desaparecido de estas zonas. "Recuperar estas construcciones puede ser una manera de que se vuelva a cultivar centeno u otras variedades de cereal en campos abandonados y que supondrían una discontinuidad en la actual expansión del matorral, reduciendo la combustibilidad de los ecosistemas", indica el ingeniero.
En los Ancares el cultivo del centeno esta prácticamente perdido y escasea la paja para los tejados
David también apunta a que se pueda establecer una colaboración con otras entidades como el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (Ciam), donde llevan tiempo conservando en su banco de germoplasma diferentes variedades de cereal. "Nosotros estaríamos muy interesados en disponer de semilla de centeno autóctona, y podríamos reproducir e incrementar las reservas varietales y aprovechar la paja, que es lo que precisamos para los tejados", refiere David. La escasez de esta paja es tal que para la recuperación del hórreo de la aldea de Castelo de Frades la paja vino desde Astorga. "En los Ancares este cultivo está casi prácticamente perdido", apunta el ingeniero. De hecho, con la intención de contar con paja para restaurar los tejados, en O Piornedo la Asociación 'Techos de Piornedo' sembró dos fincas de centeno. Pero la escasez hace que para techar se procure la paja en otros lugares. "Un techador muy activo, que es el único que prácticamente techa en este territorio, está barajando la posibilidad de traer la paja desde Polonia", indica López.

Un oficio tradicional, con escaso relevo generacional

Otra de las dificultades que se encuentran para llevar a cabo la recuperación de estas construcciones, sobre todo de aquellas como los hórreos y las pallozas, con tejado de paja, es encontrar quien domine este oficio. Juan González Abella, de la empresa Construpiedra Burbia S.L., es uno de los pocos techadores que queda en esta zona y que gusta de recuperar este patrimonio. Escolares en un taller sobre los techos de paja. El hecho de que apenas se hagan tejados de paja condiciona que muchos de los que conocían cómo colocar la paja hayan optado por dedicarse a otros trabajos. Además, "colocar, prensar y atar la paja al techo es un trabajo duro", apunta David. En este oficio también hay poco relevo generacional y con la intención de mostrarle el oficio a los más jóvenes, la Asociación El Teixeiro de Piornedo, con la ayuda de Construpiedra Burbia S.L., organizó una sesión con escolares de los colegios de Cervantes y Navia de Suarna para que conociesen cómo se construyen estos tejados.

Patrimonio por recuperar

Además de abrir la puerta a la recuperación del cultivo de cereales y de mantener oficios tradicionales, la recuperación de estas construcciones está siendo una manera de dinamizar la actividad y la vida de estas aldeas además de ofrecerle mejoras a los habitantes y luchar contra lo abandono. "Hay que facilitarle las cosas a la gente para que no decidan marcharse", apunta David. Conjunto etnográfico de alto valor compuesto por palloza y hórreo en Vega do Seixo, en Cereixedo, Cervantes. Junto con el hórreo de Castelo de Frades,  también se recuperó un antiguo molino con tejado de losetas y trabajan en una recopilación de construcciones localizadas en distintas aldeas que podrían recuperarse. "Históricamente se centraron los esfuerzos en dos núcleos, en O Cebreiro y en O Piornedo, ahora bastante mermados, pero quedan muchas construcciones por recuperar que pueden ser útiles para los vecinos en otras muchas aldeas", apunta López. Buena parte de los hórreos se usan por los vecinos a modo de despensa donde conservan las cosechas: cereales, patatas, habas u otras legumbres.
Buena parte de los hórreos se usan por los vecinos a modo de despensa donde conservan las cosechas
Uno de los núcleos donde contemplan que se podrían recuperar hórreos y pallozas es el de Deva, donde ya sólo queda un vecino, que cuenta con una ganadería de vacuno. "El trabajo que está haciendo este vecino por la conservación del paisaje y de la biodiversidad es muy importante, toda vez que además ahí no cabe la mecanización de los trabajos por la dificil orografía del terreno con elevadas pendientes, por lo que supone un gran esfuerzo conservar los prados. Además su ganado convive con el oso y el lobo sin ningún tipo de problema gracias al esfuerzo de aplicar medidas preventivas a los posibles daños", reconoce el ingeniero.

Recuperar setos y sotos

A parte de las restauraciones del patrimonio también se llevaron a cabo actuaciones para mejorar prados de siega. En este caso, las actuaciones se centraron en mejorar las estructuras tradicionales de riego así como el mantenimiento o mejora de las setos en las lindes de las fincas y la eliminanción de mato invasor. "Estas actuaciones deberían contemplar mejoras en la estructura completa del riego de lo contrario los resultados están muy condicionados al no poder mejorar todo el sistema y limitarse a una finca en concreto", explica David. También estaba prevista otra actuación para la mejora de un soto, cuya partida había sido aprobada pero que finalmente rechazaron puesto que los plazos de la convocatoria no se ajustaban a los trabajos a hacer. En concreto, se pretendía realizar una poda que, para poder justificar la ayuda debía realizarse en pleno verano, la peor época para estos trabajos en los castaños, existiendo riesgo de que secaran, lo que motivó que se renunciara a la partida.
El tejado de paja suele ser preciso renovarlo cada 20 o 25 años.

La falta de información, uno de los mayores obstáculos

Pese a que en buena parte de las aldeas hay construcciones tradicionales que recuperar, apenas se están llevando a cabo restauraciones. Así, desde el Centro de Desarrollo Rural de los Ancares se centran en informar a los vecinos y propietarios de las ayudas disponibles para poder asumir estas actuaciones de restauración y conservación tanto del patrimonio como del hábitat."Nosotros actuamos como informadores directos porque ningún organismo público se preocupa por informarlos y desconocen este tipo de oportunidades", indica López. La gran dispersión de los núcleos rurales, la distancia a los organismos públicos, la ausencia de transporte público y el envejecimiento de la población de estas zonas también son factores que limitan que los propietarios tengan conocimiento de las ayudas y en muchos casos las soliciten.
La falta de información y la dispersión de las aldeas dificulta que los propietarios soliciten las ayudas para las restauraciones
"Es una población muy dispersa y que no está al tanto de estas subvenciones porque no pueden estar desplazándose continuamente a núcleos más grandes para informarse y aquí no les llega este tipo de información sobre ayudas de las que pueden beneficiarse", explica el ingeniero. También la complejidad del proyecto que deben presentar o el hecho de que deban adelantar los costes de la rehabilitación son otros de los obstáculos que detectaron desde la asociación. "Buena parte de los propietarios de estas construcciones son gente que no tiene una gran liquidez como para afrontar los pagos por adelantado que implican y que tampoco están acostumbrados a este tipo de gestiones económicas, que le resultan complejas", apunta López.

Cultivos alternativos para el pago verde de la PAC (VI): el centeno

El centeno es uno de los cultivos de más arraigo en la historia de Galicia, tanto para la alimentación humana como del ganado. Hoy en día su cultivo retrocedió mucho, aunque se mantiene en las zonas de montaña, sobre todo para alimentación animal. Los requerimientos del pago verde de la PAC abren una oportunidad para este cultivo.

Calendario de siembra:

Requerimientos edafoclimáticos y de fertilización:

El centeno es el cereal de invierno más rústico, resistiendo bien el frío y los períodos secos, siendo poco exigente en precipitaciones, por lo que se cultiva en climas muy diversos, desde los templados a los semiáridos. El centeno es un cultivo de suelos pobres y poco fértiles, propios de climas templados, donde a menudo consiste la única alternativa de cultivo de cereal, aunque prefiere los suelos profundos. A efectos de cálculo de fertilización, las producciones medias de grano de centeno están comprendidas entre las 4 y las 6 toneladas por hectárea. Para un suelo con niveles medios de fósforo y potasio y para una producción estimada de 5 tn/ha de grano de centeno, deben aplicarse sobre 100 kg/ha de Nitrógeno, 65 de fósforo y 90 kg de potasio. El abonado de fondo incluirá todo el fósforo y el potasio, y un 25-30% del nitrógeno. El resto se aplica entre el ahijado y el encañado. Si la finalidad es obtener forraje, para una producción de 5 toneladas de materia seca por hectárea de forraje al inicio del espigado, la recomendación es aplicar 100 kg de nitrógeno, 60 de fósforo y 130 kg de potasio. El abono nitrogenado se repartirá en un 30% en la siembra y un 70% en la salida del invierno.
“Se debe evitar el exceso de abonado nitrogenado”
El centeno es más sensible al encamado que el trigo y el triticale, por lo que no se debe superar nunca los 150 kg de nitrógeno por hectárea. Con respeto a la acidez del suelo, se recomienda tener un suelo con menos de un 10% de aluminio. Para dosis de encalado consultar el díptico “La fertilización de los cultivos”.

Variedades:

Se debe tener en cuenta la precocidad. Las variedades más tardías son las más idóneas para el aprovechamiento forrajero, ya que desarrollan una mayor biomasa y permanecen más tiempo en estado vegetativo para que puedan ser pastoreadas. Se deben elegir variedades que se adapten bien a las condiciones agroclimáticas de la zona de siembra y la fecha de aprovechamiento que deseamos realizar.

Siembra y preparación del suelo:

El laboreo tradicional consta de una labor profunda, a 20 o 30 centímetros, para alzar la tierra, enterrando los restos del cultivo anterior, y una labra superficial con una fresa, con un cultivador o una grade de discos en pase cruzado, para enterrar los fertilizantes y obtener una cama de siembra idónea. Para obtener un buen nacimiento, se necesita sembrar en un lecho fino y húmedo. La preparación del terreno será más cuidadosa cuanto más tarde se realice la siembra. Una mayor simplificación la proporcionan las máquinas combinadas, que realizan varias labores en un mismo pase, o la siembra directa, en la cual no se realiza laboreo, y tan sólo se aplica un herbicida total contra las malas hierbas, seguida de la siembra con una sementadora especial.
 “Se recomienda realiza la siembra entre el 15 de octubre y el 15 de noviembre”
El momento de la siembra es esencial para conseguir una buena producción. Por tanto, se recomienda en altitudes bajas realizar las siembras entre lo 15 de octubre y el 15 de noviembre, ya que las siembras más tardías podrían mermar los rendimientos o producirse daños por heladas en estado de plántula. Si el destino es para aprovechamiento por pastoreo, la siembra se adelantará lo máximo posible. La maquinaria que se debe utilizar en la siembra es una sementadora de líneas, con separación entre 12 y 17 centímetros y profundidad de 2 a 4 centímetros. La dosis de semilla recomendada es de 250 semillas por metro cuadrado. En el caso de centenos híbridos, la dosis de siembra recomendada es de 150 semillas por metro cuadrado. Estas dosis pueden variar según el tipo de suelo, climatología de la zona, ciclo de la variedad elegida y momento de la siembra, que afectará al nivel de ahijado de la variedad. Las dosis de siembras tempraneras siempre serán menores que las tardías. Si la siembra se realiza la voleo, la dosis tendrá que incrementarse en un 25-30%. Utilización de herbicidas: No se utilizan regularmente herbicidas en el centeno, ya que su precocidad y alto ahijado hacen que se defienda muy bien de las malas hierbas y, además, hay muy pocos herbicidas autorizados para gramíneas (Clortolurón 25% + Diflufenican 4%+ Pendimet 30%, fenoxaprop-p-etil). Para el control de las malas hierbas de hoja ancha están autorizados los siguientes: bentazona 48, bromoxinil, carfentrazona etil, fluroxipir 20, tribenuron, bromoxinil + MCPP, tifensulfuron metil 50+ tribenuron metil 25. Lo más importante es eliminar la competencia en los primeros meses.

Manejo fitosanitario: enfermedades y plagas

El centeno, aunque es menos sensible que la cebada y el trigo, puede verse afectado por las siguientes enfermedades: oídio, septoria, roya del tallo, roya de la hoja, roya amarilla, rincosporiosis y cornezuelo. Para el tratamiento de las enfermedades foliares se puede aplicar los siguientes fungicidas autorizados: ciproconazol y mancoceb. Centeno espigado También pueden afectarle los siguientes hongos del suelo: pie negro, mal de pie y mancha oval. Para evitar las enfermedades del suelo l mejor son las rotaciones de cultivos. Con respeto a las plagas, puede haber ataques de pulgones en las hojas, tallos y espigas. En este caso, si el ataque es severo, se pueden aplicar los siguientes insecticidas autorizados: esfenvalerato 5% y lambda Cihalotrin 10%. Más raros son los ataques de mosquito del trigo y los céfidos.

Cosecha, rendimiento y valor nutritivo:

Por su precoz crecimiento otoñal e invernal el centeno es un excelente cultivo forrajero de invierno cuando se aprovecha para pastoreo en estado de hoja, sobre todo en zonas frías, donde es más idóneo que la avena. De este modo, produce un forraje abundante, desde mediados de invierno hasta bien entrada la primavera, muy palatable y de buena calidad (es el cereal con más porcentaje de proteína en estado de hoja). Cuando encaña, se endurece rápidamente y baja su palatabilidad. Aprovechamiento para ensilado en verde: También puede ser segado para forraje verde o ensilado. En este caso, el rendimiento que produce está entre las 8 y las 12 toneladas de materia seca por hectárea, con datos de ensayos en el CIAM y abonado nitrogenado bajo. Generalmente, su uso principal es para la cosecha de grano seco para añadir como pienso a la ración de los animales. En este caso, el rendimiento suele estar entre las 4 y las 6 toneladas por hectárea. El valor nutritivo y el rendimiento varían con la época de corte, fertilidad del suelo y variedad. En la siguiente tabla se muestran los parámetros de valor nutritivo observados en ensayos llevados a cabo en el CIAM, en los cuáles el forraje de centeno se cosechó para ensilar en estado fenológico de inicio del espigado, en siembra a finales de noviembre (300 semillas por metro cuadrado) y con baja fertilización nitrogenada.

Estado fisiológico

Materia Seca

Proteína Bruta

<amp-ad width="300" max-height="300" layout="responsive" type="adspeed" data-zone="78935" data-client="18217"> <div placeholder>Loading ad.</div> <div fallback>Ad could not be loaded.</div> </amp-ad>

DMO 

Inicio espigado

20

<amp-ad width="300" max-height="300" layout="responsive" type="adspeed" data-zone="78936" data-client="18217"> <div placeholder>Loading ad.</div> <div fallback>Ad could not be loaded.</div> </amp-ad>

12

75

Descarga aquí el díptico sobre el cultivo del centeno elaborado por el Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo (CIAM).

<amp-ad width="300" max-height="300" layout="responsive" type="adspeed" data-zone="80038" data-client="18217"> <div placeholder>Loading ad.</div> <div fallback>Ad could not be loaded.</div> </amp-ad>