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Validan con éxito en Galicia un test rápido de preñez a partir de muestras de leche

Persoal do CIAM recollendo mostras de leite nunha das gandarías participantes. Foto: CIAM/LIGAL El Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM-AGACAL) y el Laboratorio Interprofesional de Análisis de la Leche (LIGAL) están validando un test rápido, que a partir de las muestras que rutinariamente recoge el LIGAL, permite también detectar con un amplio porcentaje de acierto la preñez de las vacas. El ensayo se realiza dentro del proyecto europeo Climate Neutral Farms, coordinado en España por el CIAM-AGACAL. El test, que de momento se está realizando de forma experimental, se prevé que entre a formar parte de la oferta de servicios del LIGAL a las ganaderías en un futuro dependiendo de la demanda existente. “El objetivo de este test es reducir los días abiertos involuntarios, que según los estudios realizados en España en ganaderías de vacuno de leche, se sitúan entre el 10 y el 12% de las vacas inseminadas, pero con una amplia variación entre ganaderías, desde el 3,5 hasta el 26,3%, lo que representa una importante pérdida económica para las granjas”, explica César Resch Zafra, investigador del CIAM-AGACAL.

Resultado de preñez en 24 horas

El diagnóstico de preñez en laboratorio con muestra de leche se basa en la detección de presencia de glicoproteínas, un tipo de proteína asociado a la gestación. El protocolo que se sigue por parte del CIAM-AGACAL y del LIGAL en las granjas que participan en el estudio es el siguiente: Técnicos del CIAM visitan las granjas cada cuatro meses y, de acuerdo con el ganadero, seleccionan las vacas a muestrear entre aquellas supuestamente diagnosticadas con preñez positiva: Vacas a entre 28 y 90 días desde la inseminación (aproximadamente el 15% de las vacas adultas en una ganadería de vacuno de leche). Posteriormente se recoge una muestra de leche de cada animal (50 ml) y se envía al laboratorio para su análisis por el LIGAL que en 24 horas entrega al ganadero el resultado del test de preñez, además del los resultados de análisis físico químico de la leche.

Alta fiabilidad del test

Fonte: CIAM/ LIGAL La fiabilidad del test es muy elevada. De las 541 muestras que se analizaron el test de preñez en leche detectó que en 22 casos (el 6,1%) las vacas no estaban preñada. A continuación, se realizó de nuevo la comprobación en granja por parte de veterinarios sobre esos animales y el porcentaje de acierto fue del 100%. El test también detectó 14 casos de vacas de preñez dudosa, que tras el pertinente contraanálisis en la explotación concluyó que 10 estaban preñadas y 4 estaban vacías. En cuanto a los 505 casos de vacas que el test diagnosticó como positivas a preñez, en el análisis posterior acertó en 498, mientras que 7 no lo estaban, lo que se puede explicar por vacas que abortaron un día o dos antes, y que por tanto aún tenían presencia de glicoproteína en leche. “El test está funcionando muy bien, es eficaz, rápido y asequible y supone un importante avance para reducir el número de días abiertos involuntarios en ganaderías de vacuno de leche, y por tanto ayuda a mejorar la eficiencia y rentabilidad de la granja”, concluye César Resch.

Las ganaderías españolas de vacuno de leche sólo emiten 1 kg de CO2 por cada litro de leche producida

Las ganaderías españolas de vacuno de leche emiten de media 1,1 kilogramos de dióxido de carbono (CO2) por litro de leche producido, en la media de países del entorno como Francia, aunque con una importante variación entre granjas, en función de la eficiencia en el manejo de la explotación, e independientemente del sistema (vacas en pastoreo, en régimen semiextensivo o en intensivo). Las emisiones de CO2 de la producción láctea supondrían alrededor del 1% del total de la economía española.  Esta es la principal conclusión de los primeros resultados de Climate Neutral Farms, un proyecto europeo liderado en España por el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM-AGACAL), en el que se miden las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de 135 ganaderías de vacuno de leche. El estudio, que comenzó en 2022 y que continuará este año, es uno de los más rigurosos realizados hasta ahora, tanto por la representatividad (además del CIAM, participan algunas de las principales industrias lácteas españolas, además del LIGAL, entre otras), como por la fiabilidad del sistema de medición de las emisiones, CAP´2ER, el referente en Francia y en otros países. “Hemos comparado los resultados de las granjas con los que ofrecen otros programas que están en uso y coinciden, lo que evidencia la consistencia y homogeneidad de los datos”, explica César Resch, investigador del CIAM, que presentó los resultados obtenidos hasta ahora por Climate Neutral Farms en una jornada celebrada en ganadería A Esperanza (San Sadurniño- A Coruña), una ganadería de vacuno de leche gestionada por la Cooperativa Agraria Provincial de A Coruña. “El objetivo del proyecto es, en primer lugar, medir de forma rigurosa las emisiones de gases de efecto invernadero de las ganaderías de vacuno de leche de España y a partir de aí proponer medidas para reducirlas, dentro de la estrategia europea de lograr para 2030 la neutralidad de emisiones de CO2”, añade el investigador.

“La clave para reducir la huella de carbono es utilizar los recursos del entorno de la forma más eficiente posible”

Los técnicos del proyecto visitan las granjas seleccionadas midiendo en boca las emisiones de metano de las vacas -la principal fuente de emisiones y analizando todos los datos que inciden en las emisiones. Como se demuestran en estas dos gráficas, la variación entre explotaciones es muy notable: Entre los 0,570 kg de CO2 por litro de leche producido del 10% de granjas que menos dióxido de carbono emiten a los 1,47 kg de las menos eficientes. Las principales variaciones se deben, como se recoge en la siguiente tabla, a la compra de alimentos (las que producen su propia comida contaminan menos), a la fermentación entérica de las vacas (en la que influye especialmente la digestibilidad de la ración) y al secuestro de carbono que se realizan en la granja (a través sobre todo de praderas permanentes) y que compensan de media el 15% de las emisione de GEI de una ganadería. “Hay ganaderías con bajas emisiones y con altas tanto en pastoreo ecológico, como en estabulación intensiva o semiextensivo, lo que nos lleva a concluir que todos los sistemas de manejo del ganado son buenos y que la clave está en hacer un buen manejo. Es decir, cuanto mejor utilicemos los recursos de nuestro entorno como ganaderos para producir más con menos, más eficientes seremos y menos emisiones tendremos, independientemente del sistema”, destaca César Resch.

Eficiencia en el uso del nitrógeno

En este sentido, otro parámetro que están analizando en el proyecto Climate Neutral Farms es la eficiencia en el uso del nitrógeno; es decir, cuantos litros de leche se producen en cada ganadería estudiada en relación a las unidades de nitrógeno que se introducen tanto a través de la fertilización como de la alimentación comprada. “La eficiencia media del uso del Nitrógeno en el grupo de 80 granjas validadas en toda España es del 35%, pero con una importante variación entre el 64% de las mejores y el 14% de las que registran peores datos”, explica el investigador del CIAM. No obstante, sí se detectan variaciones en función del sistema de manejo, siendo las más eficientes las extensivas, seguidas de las intensivas, y en último lugar las que optan por un sistema mixto.
 

Jornada de presentación de resultados en ganadería A Esperanza

El pasado 27 de febrero se celebró en Finca A Esperanza, en San Sadurniño (A Coruña), una jornada de presentación de resultados del proyecto Climate Neutral Farms, en la que participaron unas 40 personas, entre técnicos, investigadores y ganaderos. La jornada comenzó con una presentación de la Cooperativa Agraria Provincial da Coruña y de la Granxa da Esperanza; a continuación se realizó una visita a la granja, en la que se conocieron las medidas que aplican para la reducción de emisiones. Posteriormente, se organizó un grupo de trabajo para proponer distintas medidas a aplicar para reducir los GEI en ganaderías de vacuno de leche, para finalizar con una comida en la propia ganadería. En el proyecto Climate Neutral Farms participan el CIAM-AGACAL, el LIGAL, las industrias lácteas Leche Río, Central Lechera Asturiana, Leche Pascual, Nestlé, Queserías Entrepinares, Danone, así como Caixa Rural Galega, Alltech y Agronovo Ecoloxía.

Anexos:

Las mejores variedades de maíz para esta campaña: resultados de los ensayos de Mabegondo

El Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM) acaba de publicar la actualización para el año 2024 de los ensayos sobre el valor agronómico de las variedades comerciales de maíz forrajero en Galicia, una referencia que sirve de ayuda a la hora de escoger las variedades que mejor se adaptan a cada zona con vistas a la campaña de siembra que comenzará en las próximas semanas. Se trata de un análisis comparativo anual que se realiza desde el año 1999 con el objetivo de evaluar el rendimiento y calidad de las variedades comerciales más utilizadas en la comunidad. Los ensayos se hicieron en cuatro comarcas: Sarria, Trasdeza, Ordes y A Mariña lucense. En los campos de cultivo se utiliza un diseño en bloques a boleo con tres repeticiones, con una densidad de 90.000 plantas/ha. Se recogió cada variedad en el momento en que la línea de leche estaba a 1/3-1/2 del ápice (grano pastoso-vítreo) y se analizó la parte verde de la planta y las espigas por separado.

Variedades con un año de evaluación, con menor fiabilidad:

Variedades con dos o más años de evaluación, mayor fiabilidad:

Recomendaciones para elegir una variedad

A la hora de elegir una variedad, desde el CIAM recomiendan que lo primero que tenemos que tener en cuenta es el ciclo que resulte más adecuado al clima de la zona. En este sentido aconsejan que:
  • Si sabemos la fecha de siembra y sumamos los días que aparecen en la columna “Días S-C”, tendremos la fecha probable de recogida para una zona fría del interior.
  • Si es una zona cálida habrá que restarle 15 días.
  • También es importante la disponibilidad de maquinaria para esa fecha.
Dentro del ciclo elegido, desde el CIAM recomiendan escoger aquellas variedades que reúnan las dos condiciones siguientes al mismo tiempo:
  • Un elevado índice productivo (IP) (cuanto mayor sea el dato de la columna IP, mejor)
  • Una elevada calidad (cuanto mayores sean los datos de las columnas ESPIGA, DMO y PB, mejor).

Descarga aquí la actualización correspondiente al año 2024 del Valor Agronómico de las Variedades Comerciales de Maíz Forrajero en Galicia

   

Manual de Manejo para Ternera Gallega Suprema: Claves para conseguir buenas conformaciones y niveles de engrasado

Los sistemas de manejo empleados en Galicia para la cría de terneros dentro de Ternera Gallega Suprema son muy diversos. Eso hace que las calidades de las canales obtenidas sean dispares. Esta realidad ha llevado a la Xunta a encargar la elaboración de un Manual de Manejo, redactado en base a los ensayos llevados a cabo en el CIAM de Mabegondo con animales de raza rubia gallega. La elaboración de este manual surge de una de las conclusiones de la Estrategia de dinamización del sector cárnico de Galicia 2022-2030, que destaca la necesidad de mejorar los aspectos técnicos de los sistemas de producción de vacas nodrizas y de sus terneros, con el objetivo de garantizar la mejora de la calidad de la canal y de la carne de los animales amparados por la categoría emblema de la IGP. El documento pretende servir como guía para los ganaderos acogidos a la certificación Ternera Gallega Suprema, ofreciéndoles orientaciones y recomendaciones de prácticas agroganaderas que les permita alcanzar buenos resultados técnicos y económicos, consiguiendo a través de esas pautas de manejo y de alimentación unos canales más homogéneos en cuanto a la conformación y a la calidad de la carne resultante. “El desafío para el ganadero es producir carne de alta calidad a un precio rentable, debiendo ser conocedor de la influencia que tienen los factores controlables por él (raza, peso, sexo, edad, alimentación, etc) en el producto final”, destaca el Manual.
Es necesario que cada ganadero escoja el sistema más adecuado para la producción de terneros en su zona para obtener unos canales con alto valor comercial a un coste de producción rentable
“Es necesario que cada ganadero elija bien el sistema más adecuado para la producción de terneros en su zona y/o condiciones particulares para obtener unas canales con alto valor comercial a un coste de producción ajustado”, insiste. “Para conseguir una buena calidad de la canal es necesario realizar un buen acabado de los terneros con un mínimo de dos meses de suplementación con pienso, de este modo obtendremos unas canales más homogéneas y de mejor calidad”, afirma el Manual, en la línea de lo aprobado por el Pleno del Consejo Regulador de la IGP. Se considera imprescindible una finalización de los terneros Clases de conformación de la canal según la metodología SEUROP (Fuente: MAPA) Buena parte de este Manual de Manejo, de más de 60 páginas, está centrado en la alimentación del ganado, apostando en el caso de los terneros por una suma de leche materna, pasto y concentrado en la fase final previa al sacrificio. “Sea cual sea el sistema productivo, los animales deben finalizar su período de cría suplementando la alimentación con pienso dos meses antes del sacrificio”, asegura el documento.
Sea cual sea el sistema productivo, los animales deben finalizar su período de cría suplementando la alimentación con pienso dos meses antes del sacrificio
“En animales de raza rubia gallega, criados siguiendo las especificaciones de la IGP, se comprobó que una alimentación exclusiva en base a pasto y ensilado de hierba no permite alcanzar un nivel medio de una clasificación 2 de grasa. De este modo, para que animales de 10 meses de edad tengan grasa en su canal, es necesario forzar su alimentación”, justifica. Clases de engrasamiento de la canal según la metodologia SEUROP (Fuente: MAPA) Según el Reglamento de la IGP, las clasificaciones mínimas para que una canal pueda ser certificada dentro de la categoría Suprema son conformación S, E, U, R y O+ con niveles de engrase 2, 3 y 4 (únicamente en el caso de las hembras). En el año 2021 la mayoría de las canales presentaron una clasificación 2 de engrase y U y E de conformación.
Un mayor contenido graso de la carne mejora su calidad organoléptica, ya que produce una mayor intensidad de sabor, jugosidad y ternura
Teniendo en cuenta los resultados alcanzados en los ensayos llevados a cabo en el CIAM, “en la carne de aquellos animales que consumieron pastos y forrajes se observó una proporción más elevada de ácidos grasos saludables, como por ejemplo el ácido linolénico, frente a los que consumieron cereales, que presentaron un mayor contenido de ácidos grasos saturados”, indica el Manual. Uno de los factores que más influye en la calidad organoléptica de la carne es el tiempo de maduración de la canal en la cámara de refrigeración. Aunque es algo ajeno al ganadero y al sistema de manejo, es importante tenerlo en cuenta por la gran influencia en la ternura de la carne. A lo largo del proceso de refrigeración tiene lugar el ablandamiento de la carne, debido a la degradación progresiva de las fibras musculares. Se recomienda un mínimo de 7 días en cámara para obtener una merma significativa en los parámetros de dureza de la carne.
La industria requiere canales con cierto grado de engrase para evitar el endurecimiento de la carne en la cámara
La industria requiere canales con cierto engrase, pues la cobertura grasa de la canal la protege del frío en las condiciones de la cámara de refrigeración. La grasa actúa como aislante térmico y la temperatura post-sacrificio baja más lentamente, protegiendo a la canal del fenómeno conocido como acortamiento de las fibras por frío, que da lugar a un endurecimiento de la carne. Dentro de Ternera Gallega Suprema los terneros que manifiestan una mejor conformación son los criados en sistemas de alimentación con dietas más intensivas, principalmente aquellos que incluyen concentrados en la dieta. Del mismo modo, los que presentan un mayor engrase son los terneros estabulados.
Los sistemas de producción con estabulación de los terneros permiten obtener unos mayores niveles de engrasado
El nivel de engrasado depende de la dieta, fundamentalmente del nivel de energía ingerida, pero siendo el engrasamiento una característica de los animales adultos (aquellos que han llegado a la madurez sexual), “las canales de los animales de Ternera Gallega Suprema suelen tener niveles de engrase bajos o medios, incluso en los sistemas que utilizan más cantidad de concentrados”, reconoce el Manual. Número de canales certificados en el año 2021 según el nivel de conformación y engrasamiento Para una misma edad y raza, las hembras tienen un potencial de crecimiento menor que los machos pero, por el contrario, presentan un nivel medio de engrase más elevado. “El acabado de los animales con cebo de concentrados a libre disposición durante 60 días antes del sacrificio mejora de manera significativa el engrasadp”, asegura el documento. “En los sistemas extensivos, el reducido engrasamiento de las canales, hace necesario complementar la alimentación de los terneros con piensos durante los dos meses anteriores al sacrificio”, concluye el documento, en la misma línea de la modificación aprobada recientemente en el Reglamento de la IGP Ternera Gallega.
El Manual deja la puerta abierta a hacer la finalización de los terneros con pienso en la pradera, mediante su acorralamiento, sin necesidad de estabular
Con todo, el Manual encargado por la Xunta abre la puerta a que este aporte de concentrados pueda hacerse en la pradera. “En los sistemas extensivos, o incluso en algunos semiextensivos, es recomendable disponer de instalaciones en las que poder realizar un acabado de los terneros los meses previos al sacrificio. Si no se dispone de ellas, se aconseja realizar dicho acabado acotando el espacio disponible para los terneros, favoreciendo así la iniciación en el consumo de concentrados o cereales para un correcto acabado previo al sacrificio”, indica. Para este acorralamiento en la pradera, el Manual recomienda la separación efectiva mediante cierres de malla. “Los cierres de malla son útiles cuando se quiere hacer un cebo de terneros en parcelas, pues en el momento del destete los animales tienden a buscar a las madres y un cierre de hilos puede no ser suficiente para mantenerlos recluidos”, argumenta. Instalaciones para cebar a los terneros Las tolvas selectivas de cereal son una alternativa a la estabulación de los becerros en climas suaves Según el Protocolo de Bienestar Animal de Ternera Gallega, en caso de hacer el cebo estabulando a los terneros la superficie por animal no será menor de 1,8 m2 para animales menores de 6 meses, ni menor de 2,2 m2 para animales de más edad.
Los terneros cebados en interior dispondrán de un mínimo de 2,2 metros cuadrados de espacio por animal
A partir de los 6 meses de vida, los animales estabulados conjuntamente no superarán las 40 cabezas. Para los menores de 6 meses, el número de animales por lote no superará los 50. Con la nueva legislación aprobada hace un año y que entrará en vigor entre 2025 y 2030 en función del tamaño de la explotación y de su sistema productivo, los emparrillados estarán prohibidos si cubren el 100% de la superficie. Por lo menos la zona de descanso deberá mantenerse libre de parrillas, debiendo tratarse de un suelo uniforme con un material para la cama que permita tener limpios y secos a los animales. La pendiente del suelo no podrá superar el 5% para cumplir con los requisitos fijados por la IGP en su Protocolo de Bienestar Animal. Más de la mitad de la carne amparada por la IGP Tenera Gallega pertenece a la categoría Suprema (53% de las canales y de las toneladas certificadas en el año 2021).
La categoría Suprema supone la mitad de la producción dentro de la IGP Ternera Gallega
El documento destaca que “las ganaderías de Suprema desarrollan un importante papel en la gestión y mantenimiento del paisaje y en la prevención de incendios forestales en una gran parte del territorio de Galicia, especialmente en las áreas de montaña”. Sistemas de manejo y rendimientos Proporción de los principales alimentos del ternero según su sistema de producción El Manual, encargado por la Consellería a la Fundación Juana de Vega y elaborado por técnicos del CIAM y asesores privados, distingue cuatro sistemas de manejo diferentes dentro de las explotaciones inscritas bajo la etiqueta Ternera Gallega Suprema:
  • Intensivo: El ternero permanece siempre estabulado mientras que la vaca sale a pacer por el día y vuelve a casa por la noche para darle de mamar. “Este manejo permite unos crecimientos elevados de los becerros, pues tienen poco gasto energético debido a la falta de movimiento. Trabajando con razas carniceras es posible obtener, a los 10 meses de edad y con un consumo de concentrado de entorno a los 1.000 kg, canales de 280-300 kg”, destaca el documento, en base a los ensayos realizados en el CIAM de Mabegondo con rebaños de vacas nutrices de raza rubia gallega.
El sistema intensivo con el ternero estabulado permite obtener canales y carne de gran calidad, así como elevados pesos al sacrificio
  • Semiintensivo: La principal variación de este sistema con respecto al anterior es que el becerro normalmente nace en el exterior y pasa los primeros meses de vida (1 a 3) en el pasto. Posteriormente, el terneros se mete en el establo y pasa a recibir el manejo intensivo.
“Tanto este sistema como el anterior son característicos de explotaciones de tamaño pequeño o mediano (<50 vacas), siendo muy trabajoso practicar este manejo en explotaciones a partir de una determinada dimensión”, reconoce el Manual.
  • Semiextensivo: En este caso, las vacas y los becerros permanecen juntos en todo momento como mínimo, hasta los 7 meses de edad. La vaca y el ternero pueden estar siempre en el exterior o entrar en el establo en invierno, dependiendo de cada explotación. El destete tiene lugar entre los 7-8 meses y, posteriormente, se realiza un cebo (normalmente en el establo) de 2-3 meses con pienso a libre disposición.
Es frecuente utilizar un comedero selectivo para que los terneros se vayan adaptando al pienso antes de la fase de cebo, o para suplementarlos en épocas del año de menor disponibilidad de alimento. En este caso, las razas de orientación cárnica permiten obtener a los 10 meses de edad y con consumos de concentrados de 400-600 kg, canales con pesos entre 200-250 kg. Estos rendimientos dependen de múltiples factores, como son la raza, la época del año, el tipo de suplementación, la productividad de las praderas, etc.
  • Extensivo: En el sistema extensivo la vaca y el becerro están siempre en el exterior, alimentándose del pasto y de forraje que se suministra en las parcelas durante el invierno. “Lo más habitual es vender los terneros directamente del pasto, o con una pequeña suplementación de pienso con comedero selectivo, aunque normalmente dan lugar a canales pequeños y poco engrasados”, destaca el Manual.
“Con este sistema se obtienen canales de 170-190 kg a los 10 meses de edad, siempre que los terneros tengan pasto o forraje de calidad disponible y crezcan a un ritmo aceptable. El sistema extensivo es el más sensible a las variaciones climáticas y de productividad de las praderas, alcanzando mayor importancia el buen manejo de las mismas”, añade.
Para que los terneros puedan consumir suficiente cantidad de pienso en los dos meses de finalización es imprescindible iniciar la adaptación con tres meses de antelación disponiendo de comederos selectivos en el pasto
“El principal problema de este sistema es el reducido engrasamiento de las canales al tratarse de dietas menos ricas en energía que utilizando concentrados, por eso es necesario la suplementación con piensos durante los dos meses anteriores al sacrificio”, asegura el Manual, que también establece que “para que los terneros puedan consumir suficiente cantidad de pienso en los dos meses de finalización es imprescindible iniciar la adaptación a este alimento con tres meses de anterioridad, disponiendo de comederos selectivos en el pasto”. “De esta manera conseguiremos canales mejor conformadas y con un grado de engrase superior”, concluye. Otra opción por la que optan algunas ganaderías en extensivo es vender los terneros al destete, como pasteros, con destino posterior a cebaderos, aunque en este caso los animales pierden la certificación de Suprema al cambiar de explotación. Limitar el acceso del ganado a los cursos naturales de agua El Manual hace hincapié también en otros aspectos, como los de carácter sanitario y de bioseguridad. En este sentido, recomienda “limitar el acceso del ganado a cursos naturales de agua (fuentes, riachuelos, ríos, etc)”, haciendo hincapié “en la limpieza y desinfección de los bebederos” y en la necesidad de “asegurar un suministro constante de agua”, que debe ser potable o estar clorada. El agua es un elemento esencial para el desarrollo de todas las funciones vitales del ganado bovino, siendo especialmente necesaria en el período de lactancia. Las necesidades diarias se sitúan entre 5 y 15 litros en los becerros, de 15 a 35 litros en las novillas y de 30 a 60 litros en las vacas adultas, en función de la época del año y el estado del pasto. En cuanto a la ingesta de alimento, como norma general una vaca come cada día entre el 1-3% de su peso vivo expresado en kg de materia seca. A modo de ejemplo, una vaca de 600 kg necesitará cada día entre 9 kg (cuando están secas) hasta 15 kg de materia seca (en pico de lactancia) de forraje en función de su estado productivo.
La condición corporal de las vacas no es estática a lo largo del año, debiendo ser recuperada en épocas de menor demanda nutricional
El crecimiento del becerro durante la gestación no es lineal, sino que se acelera en los últimos meses, por lo que es importante que en ese período la vaca esté bien alimentada. En el momento del parto la vaca no debe estar muy delgada (con una condición corporal media, de 2,5 sobre 5), ya que sino tendrá una baja producción de leche, un mayor riesgo de ciertas enfermedades metabólicas y una demora en la reaparición de los celos. Tampoco debe estar muy gorda, pues aumentan las complicaciones en el parto, así como el riesgo de ciertas enfermedades metabólicas. Gestión de la superficie forrajera Se deben proporcionar sombras a los animales en extensivo “Para un mejor resultado económico de las ganaderías, en todos los sistemas es necesario aprovechar al máximo los recursos forrajeros de los que se dispone, mejorando las praderas tanto en su composición como en el manejo del pastoreo”, concluye el Manual. El destino fundamental de la superficie agraria en las explotaciones de producción de carne es el pasto permanente. El documento recomienda hacer pastoreo rotacional con un tiempo de pastoreo de tres días como máximo en cada parcela, dejando una altura del pasto de salida de 10 cm para preservar el rebrote de la hierba.
No se debe entrar a pacer una finca hasta que la altura de la hierba no sea de 20 cm y debe sacarse el ganado al llegar a los 10 cm
La calidad del pasto presenta un máximo valor en primavera, disminuye con el espigado de las gramíneas en verano, y vuelve a aumentar con el rebrote de otoño. Lo ideal es poder adaptar los momentos de máximas necesidades de los animales con los momentos de máxima calidad de los pastos. Debido a la estacionalidad climática que presenta Galicia, el crecimiento de la hierba no es homogéneo a lo largo del año. Existen marcadas diferencias en las distintas zonas de Galicia, dependo fundamentalmente del nivel de sequía en verano (más acusado en el sur de Lugo y Ourense) y del frío del invierno (más acusado en la montaña lucense y ourensana), lo que obliga a las explotaciones a conservar una parte de la hierba, fundamentalmente la que sobra en primavera.
En las zonas de climatología suave será suficiente con reservar el 25% de la superficie de pasto para hacer forraje
“En los lugares de inviernos suaves y veranos más húmedos será suficiente reservar alrededor de un 25% de la superficie disponible para guardar en forma de forraje, mientras que en aquellas localizaciones con inviernos duros y veranos secos puede ser necesario reservar hasta el 50% de la superficie”, estima el Manual. El momento de realizar el ensilado es uno de los puntos más importantes a tener en cuenta para conseguir forrajes de alta calidad. Debe hacerse antes del espigado de las gramíneas, ya que éste provoca una bajada notable de la calidad nutritiva de las plantas. La hierba debe estar además bien seca, con un grado de humedad entre el 10 y el 15% para evitar la proliferación de hongos.
El ensilado debe hacerse antes del espigado de las gramíneas, puesto que el nivel de proteína de las plantas cae a la mitad y también desciende su digestibilidad
El silo de hierba para vacas de carne debería llegar al 12% de proteína con un 65% de digestibilidad, pero si la hierba se ensila espigada el nivel de proteína cae hasta el 6-7% y la digestibilidad al 50%, con lo que ese forraje no llegaría para cubrir las necesidades nutricionales de los animales y perderán condición corporal. En cuanto a la hierba seca, para conseguir que sea de buena calidad deberá hacerse del rebrote de una pradera que haya sido pacida o segada para silo en primavera. Si se hace con la hierba ya espigada, la calidad del forraje no será óptima y deberá emplearse únicamente como suplemento, propone el Manual. Efectos del cambio climático Efectos del cambio climático: variación esperada en la producción de hierba a lo largo del año en kg de MS/ha/día “Galicia dispone de un clima privilegiado para la producción forrajera”, destaca el documento, que alerta sin embargo de la necesidad de adaptación de determinadas prácticas de manejo “al contexto de cambio climático actual”. “Se espera un incremento de las temperaturas máximas y mínimas diarias, principalmente en verano, así como una notable merma de los días de helada (mínimas por debajo de 0ºC). Este cambio será mucho más acusado en aquellos puntos más fríos de la montaña ourensana y lucense”, pronostica el Manual.
Es necesario un cambio de estrategia en la conservación de los forrajes, pasando de hacer silo para el invierno a hacer silo para suplementar la alimentación durante la sequía del verano
El cambio en las temperaturas irá acompañado de una modificación en las precipitaciones. Si bien no se espera una fuerte reducción de la lluvia total, sí que se prevé una notable variación en su distribución a lo largo del año. De este modo se esperan unos inviernos húmedos, como es habitual, pero unos veranos mucho más secos y cálidos en toda Galicia. Ejemplos de mezclas para siembra de praderas en zonas secas y húmedas de Galicia “Todos estos cambios no son homogéneos en todo el territorio, en la zona norte de las provincias de Lugo y de A Coruña se están suavizando mucho los inviernos, con el aumento de la producción de los prados en esta época; en cambio, los veranos se están endureciendo, con unas temperaturas extremadamente altas. Esto requiere de un cambio de estrategia en la conservación de los forrajes, pasando de hacer el silo para el invierno a hacer el silo para suplementar la alimentación durante la sequía del verano. Por el contrario, en las zonas sur de la provincia de Lugo y en Ourense, que ya de por sí tienen una marcada sequía estival, deberán introducir cultivos forrajeros de invierno para incrementar las producciones en primavera, junto con una adaptación de las especies herbáceas en las nuevas praderas sembradas”, recomienda el documento.
La mejor época para sembrar praderas es a finales del verano para que la germinación tenga lugar con las primeras lluvias del otoño
“En las zonas secas del sur de Galicia, para la implantación de praderas, se emplearán de forma predominante mezclas compuestas por dactilo y festuca, dejando el raigrás inglés en menor proporción. En cuanto a las leguminosas, serán mayoría aquellas especies anuales (trébol subterráneo, migueliano, persa, vesiculoso). Por el contrario, en zonas húmedas del centro y norte predominará el raigrás inglés y las leguminosas plurianuales de clima húmedo (trébol blanco, violeta, persa)", destaca.

Selección de reproductoras para garantizar que las madres cuentan con aptitud lechera para amamantar a los becerros al menos hasta los 7 meses

A lo largo del Manual de Manejo se insiste en varias ocasiones en que “la raza elegida, o las vacas seleccionadas dentro de la raza, tengan una producción láctea suficiente para amamantar al becerro hasta los 7 meses de edad”. Este carácter, dice, “será más importante cuanto más extensivo sea el sistema de manejo”. “Es fundamental que las vacas nodrizas tengan una producción de leche que permita el amamantamiento hasta los siete meses de vida del becerro, ya que en caso contrario el ritmo de crecimiento se verá mermado, su potencialidad de crecimiento desaprovechada, y habrá que recurrir la concentrados si la leche es un limitante antes de tiempo”, defiende.
Lo ideal sería que los becerros, solamente con la leche, pastos y forrajes, presenten una ganancia media de peso vivo previa al destete superior a 1 kg/día
Asimismo, afirma que “hace falta tener unas praderas y forrajes de calidad para poder aprovechar el potencial lechero de las vacas, y para que cuando los terneros empiecen a pastar lo hagan con un alimento de calidad”. “Lo ideal sería que los becerros, solamente con la leche, pastos y forrajes, presenten una ganancia media de peso vivo previa al destete superior a 1 kg/día”, calcula. Razas recomendadas En cuanto a las razas, seis de cada 10 canales certificadas son cruces, con una presencia importante de la raza rubia gallega dentro de los animales puros, sobre todo como vacas nodrizas. El Manual considera que “la elección de la raza es un elemento más que puede incidir en la rentabilidad de la explotación”. Debido “a su superioridad productiva”, el documento recomienda “utilizar preferentemente” las razas rubia gallega, limusina, blonde de Aquitania y Asturiana de los Valles “en las zonas donde se pueda disponer de praderas de buena calidad”.
Las Morenas Gallegas son razas autóctonas que no han sufrido un proceso de selección, se consideran muy rústicas y se recomiendan en zonas de monte
Por el contrario, “en zonas de monte con hierba de baja calidad o donde se utilice el matorral como fuente de alimentación” destaca que “las Morenas gallegas (cachena, caldelá, frieiresa, limiá y vianesa) presentarán una mejor adaptación debido a su mayor capacidad de consumir este tipo de pasto”. Manejo reproductivo Esquema de organización de partos de otoño en vacas nodrizas “El manejo reproductivo actual de las ganaderías certificadas dentro de Ternera Gallega Suprema provoca que los partos se concentren en los meses de primavera y los becerros salgan al mercado de diciembre a marzo, cuando el precio de venta es menor”, asegura el Manual. Por el contrario, afirma, “en el segundo semestre del año hay escasez de carne certificada de Suprema”.
Es necesario planificar los partos para desestacionalizar la producción y mejorar la rentabilidad de las explotaciones
En consecuencia, concluye el documento, “es necesario desestacionalizar la época de partos de una parte de las explotaciones hacia los meses de otoño (septiembre, octubre, noviembre y diciembre) para conseguir un doble objetivo: por un lado asegurar un flujo continuo y homogéneo en la oferta de animales de Suprema al mercado a lo largo de todo el año y, por otro, mejorar la rentabilidad de las explotaciones derivada de la posibilidad de obtener unos mayores precios de venta”.
La primera cubrición de las novillas se realizará en torno a los 16-18 meses de edad, teniendo lugar el parto a los 25-27 meses
El documento asegura que “la observación de los celos es fundamental para descartar patologías reproductivas que suponen pérdidas económicas directas e indirectas en las explotaciones” y propone el uso de tratamientos hormonales que sincronizan la ovulación, “permitiendo de esta manera programar los partos homogéneamente a lo largo del año, evitando así una agrupación excesiva de los mismos en los meses de primavera”, dice. Esta práctica no está permitida, sin embargo, en producción ecológica. En caso de utilizar la monta natural, una práctica habitual sobre todo en las ganaderías extensivas de mayor tamaño, los partos tienden a acumularse en los meses de primavera. Según los datos facilitados por la IGP, en los meses de primavera nacen unos 9.500 becerros al mes, mientras que en los meses de otoño el número de nacimientos baja hasta los 4.900 al mes.
Para evitar la concentración de partos en primavera con la monta natural es necesario separar el toro
En las explotaciones que disponen de semental, se recomienda tener un toro por cada 30-40 vacas, cuando se trate de monta continua a lo largo del año. “En la mayoría de los rebaños de Ternera Gallega Suprema se emplea la monta natural sin agrupación de partos, dejando el toro todo el año con las vacas. Esto representa, a priori, una ventaja de cara a un manejo más sencillo, pero tiene graves inconvenientes”, asegura el Manual, que añade al problema de la concentración de partos un peor aprovechamiento del pasto, “derivando en una falta de pasto de calidad hacia los últimos meses antes del destete, cuando el ternero aprovecha mejor la hierba”. El momento idóneo para los partos La agrupación de partos, considera el documento, “es una medida primordial para adaptarse a las condiciones del mercado así como a los requerimientos nutricionales del ganado, de manera que coincida el pico de producción de hierba con momentos de altas necesidades del rebaño”.
Se debe planificar la producción, concentrando los partos en función de los períodos de mejor producción forrajera así como del precio de venta de los animales
El momento idóneo de los nacimientos dentro de esta planificación varía en función de la zona. “En la costa o en áreas no montañosas con un clima más favorable pueden agruparse los partos en otoño, con el inconveniente de que las máximas necesidades del rebaño tendrán lugar en invierno pero con la ventaja de que los terneros dispondrán de abundante hierba de calidad cuanto tienen entre 7 y 9 meses de edad”, sin que esto excluya la necesidad de suplementarlos igualmente con pienso, defiende el Manual.
En los sistemas extensivos el momento del parto influye en el ritmo de crecimiento de los terneros, pues depende del valor nutritivo de la hierba que pacen e influye en la producción de leche de las madres
Por el contrario, insiste, “los partos de primavera son muy frecuentes en explotaciones extensivas con monta natural pero económicamente no son tan rentables porque las necesidades máximas del rebaño se presentan en los meses del verano y el otoño, cuando hay poca disponibilidad de pasto, mientras en primavera la vaca parida ve estimulada su producción láctea cuando el ternero aún no es capaz de consumirla en su totalidad”, asegura.

“La intención del Ministerio es pasar a un programa nacional obligatorio frente a IBR en 2025”

Un foro celebrado en el CIAM de Mabegondo reunió en junio a especialistas del Ministerio de Agricultura, entre ellos Elena García, y de distintas comunidades autónomas con veterinarios de ADSG y de las oficinas agrarias comarcales La rinotraquis infecciosa bovina (IBR) está ampliamente extendida entre la cabaña ganadera. A pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años, la situación en comunidades como Galicia dista mucho de permitir su erradicación a corto plazo, mientras a nivel europeo países como Alemania han sido ya declarados libres de IBR. Ante esta realidad, el Ministerio de Agricultura pretende dar un paso adelante con un programa obligatorio de control de la enfermedad, lo que implicará un mayor esfuerzo por parte de las ganaderías. Elena García Villacieros, jefa del servicio de Epidemiología del Ministerio de Agricultura, participó recientemente en una jornada técnica organizada en el CIAM de Mabegondo, donde avanzó algunos de los cambios que se avecinan en el control de esta enfermedad.
Mediante el Real Decreto 554/2019 (modificado en 2021) se creó el actual programa voluntario de IBR en España
En este momento en España no existe un plan nacional de control de IBR que especifique las pruebas de diagnóstico a utilizar, los pasos a seguir y objetivos a alcanzar, la certificación de las granjas y las condiciones para la adquisición y mantenimiento de las diferentes calificaciones. Es decir, cada comunidad autónoma puede desarrollar sus propios programas. Unificar esos criterios es el objetivo del Programa Nacional contra IBR que se prevé obligatorio a partir de 2025. De programa voluntario a obligatorio  “La situación epidemiológica de la enfermedad en España es endémica en las zonas de mayor densidad de ganado, con una seroprevalencia en rebaños de carne y leche del 60% y entre el 25 y el 40% de los animales, aunque la situación varía notablemente entre comunidades autónomas”, explica la jefa del servicio de Epidemiología del Ministerio de Agricultura.
La enfermedad es endémica en las zonas de mayor densidad de ganado
“En Europa, países como Alemania, Dinamarca, Suiza, Austria, Suecia, Noruega y Finlandia han sido ya declaradas zonas libres de IBR. En España a día de hoy el 90% de las explotaciones están encuadradas en la categoría IBR0, es decir, no están aplicando un programa de erradicación de la enfermedad, pero queremos avanzar. Es necesario bajar el nivel de prevalencia, porque una vez presentemos el programa a la Comisión Europea sólo hay 6 años para declararse libres”, aclara Elena. 
Una vez presentado el programa nacional a la Comisión Europea hay que lograr declararse libres en 6 años
El Ministerio de Agricultura ha creado un Grupo de Trabajo sobre IBR en el que participan las comunidades autónomas y distintos agentes. “Es muy importante la implicación del sector, porque sin esa implicación el programa no tendría éxito, pero las organizaciones del sector están de acuerdo”, asegura. Distintas velocidades El Ministerio prevé distintas velocidades para la consecución de los objetivos que se fijen en el nuevo Real Decreto en función de la situación de cada comunidad autónoma y del nivel de prevalencia de la enfermedad en cada zona. “El programa voluntario en algunos casos no ha funcionado y tenemos el obligatorio a la vuelta de la esquina. Andalucía, Galicia y País Vasco son las comunidades que van más avanzadas en el programa, pero no hay información en otras comunidades que no han hecho prácticamente nada”, lamenta la responsable del Ministerio.
Algunas comunidades van más avanzadas que otras y podrán declararse libres de IBR antes, igual que ocurre con la tuberculosis
Por eso, se prevé que si una comunidad avanza más rápido que las demás pueda declararse libre de IBR, al igual que está sucediendo ahora con otras enfermedades como la tuberculosis. De las 135.532 explotaciones existentes en España (alta en REGA) hay calificadas 104.883 ganaderías, de las que unas 5.000 serían IBR4 (negativas a gE) e IBR4+ (negativas a gB). De ellas, unas 1.600 están en Galicia. Discrepancias en la clasificación de explotaciones Uno de los aspectos que deberá abordar el Programa nacional contra IBR es la unificación de criterios en la clasificación de las explotaciones, ya que en la actualidad se utilizan clasificaciones diferentes en las distintas comunidades autónomas.
Galicia tiene un gran número de explotaciones calificadas como IBR2 que el Ministerio clasifica como IBR0
“Tenemos que llamar a las cosas todos de la misma manera y para ello habrán de definirse unos requisitos comunes para encuadrar a una ganadería en uno u otro nivel, sin perder la referencia de la reglamentación europea”, indica Elena. Para ser calificada como IBR4 la explotación no puede haber tenido casos positivos en los últimos 12 meses ni haber vacunado a ningún animal en los últimos 2 años. Estar declarada libre de IBR tiene ventajas para las ganaderías a la hora de comercializar sus animales, ya que una explotación IBR0 solo podrá vender a otra explotación IBR0, mientras una explotación IBR4 podrá vender su ganado a ganaderías encuadradas en cualquier categoría, con la ventaja que esto supone a la hora de comercializar animales, que alcanzarán un mayor valor en el mercado. Estrategia de vacunación Prácticamente en todas las comunidades autónomas hay ya implantadas ayudas para control frente a IBR: 14 de ellas dan algún tipo de ayuda para vigilancia de la enfermedad y 6 comunidades subvencionan la vacunación. Sin embargo, existen discrepancias en cuanto a las estrategias de vacunación seguidas.
El Ministerio nunca ha creído en dar ayudas a las vacunas, como hace Andalucía
“En algunas regiones se vacunan todas las explotaciones y en otras, como en Galicia, se vacuna en función de la prevalencia, vacunando sólo las explotaciones con una prevalencia superior al 10% medida en el tanque de leche”, explica Elena, que avanza que “la idea del Ministerio es no subvencionar vacunas, sino la toma de muestras y los kits de diagnóstico”. Restricción de movimientos La jefa del servicio de Epidemiología del MAPA reconoce que se han detectado algunos problemas y dificultades para la implementación de un Programa nacional obligatorio y reconoce que  “quizás haya que flexibilizar algunas medidas en el caso de las explotaciones pequeñas”. “Va a haber problemas en la restricción de movimientos, pero no se ha establecido todavía si se impedirá sólo vender para vida pero no enviar a matadero o cebadero, o si se inmoviliza la explotación para todo tipo de movimientos”, indica.
Puede que sea necesario establecer alguna transitoria para el movimiento de animales, porque sino el impacto puede ser tremendo
“Podrían establecerse algunas medidas con carácter transitorio en cuanto a los movimientos entre explotaciones, porque sino el impacto puede ser tremendo”, admite. Podrían establecerse excepciones en el caso de envío de animales desde ganaderías IBR4 a centros de recría, donde habitualmente se vacuna, y su posterior regreso a la granja de origen, sin que esta pierda la condición de libre de IBR. Es probable que se permitan también los movimientos entre instalaciones del mismo propietario, como ocurre en porcino, donde existe también la figura de las agrupaciones de granjas, una flexibilización pensada en este caso para ganaderías que realizan la recría en otra nave distinta a la de producción, algo cada vez más habitual en explotaciones lácteas a medida que van creciendo.  El ejemplo de Aujeszky en porcino La rinotraquis infecciosa bovina (IBR) tiene semejanzas con la enfermedad de Aujeszky en porcino. Se trata también en este caso de una infección viral altamente contagiosa que afecta al sistema nervioso central y produce afecciones respiratorias en cerdos adultos. Su control ha sido una prioridad en los últimos años para las autoridades sanitarias y a día de hoy la mayoría de granjas de porcino están libres de esta enfermedad, por lo que el ejemplo de Aujeszky podría servir a la hora de adoptar medidas contra IBR.
A través de medidas severas de bloqueo de granjas se ha logrado un control muy rápido de la enfermedad de Aujeszky en cerdos
En Aujeszky, por ejemplo, se ha logrado un control muy rápido de la enfermedad en la cabaña ganadera al implicar el bloqueo de la granja tanto para venta como para compra de animales. Pero en este momento no está decidido si una explotación IBR0, además de no vender, no podrá comprar tampoco animales. Por analogía con Aujeszky en porcino, donde las explotaciones clasificadas como nivel 0 no pueden realizar ningún tipo de movimiento de animales, las granjas no diagnosticadas o con casos positivos a IBR podrían tener restricciones severas.
Debido a la restricción de movimientos será necesaria una mayor autosuficiencia en la recría
De hecho, de aplicarse este mismo criterio al ganado vacuno afectado por IBR, muchas explotaciones se verían gravemente afectadas. En el caso de ganaderías lácteas, por ejemplo, obligaría a una mayor autosuficiencia en la recría e implicaría también cambios en la venta de terneros con destino a cebaderos. Las explotaciones de carne, más reticentes muchas veces a la eliminación de animales positivos, se verían afectadas en sus movimientos de ganado, tanto en la compra de machos para sementales o becerras y novillas de recría como en la venta de animales para vida a otras explotaciones. En principio, en explotaciones positivas se permitiría únicamente la salida con destino a matadero o cebadero. Abordaje conjunto con DVD El Ministerio está estudiando un posible abordaje conjunto dentro del Programa nacional contra IBR con otra enfermedad habitual en las ganaderías: la Diarrea Vírica Bobina. “A lo mejor es una buena oportunidad para trabajar conjuntamente en ambas enfermedades”, opina Elena.  
Puede ser una buena oportunidad para empezar a trabajar también en materia de Diarrea Vírica Bovina
“Aunque lo estipulado en el nuevo Real Decreto para BVD quizás sea más de mínimos que en el caso de IBR, si no empezamos ahora con BVD nos va a pasar lo mismo que con IBR, porque ya hay países que están empezando a aplicar programas oficiales contra BVD”, argumenta la jefa del servicio de Epidemiología del MAPA. 

“El diagnóstico es complicado; hemos tenido problemas de falsos positivos”

Otro de los aspectos que deberá abordar el Programa nacional contra IBR es definir la estrategia de diagnóstico. Como enfoque general se acepta que la infección por el virus IBR queda confirmada por un resultado serológico positivo. “Por tanto, la prueba de Enzimoinmunoanálisis (ELISA) se puede considerar suficiente”, asegura Azucena Sánchez Sánchez, jefa de servicio de Virología del Laboratorio Central de Veterinaria, ubicado en Algete (Madrid), que fue designado en 2019 Laboratorio Nacional de Referencia, tratando con ello de armonizar los métodos diagnósticos y resultados.
La prueba de Seroneutralización (SN) es menos sensible que la ELISA y se usa para confirmación de positivos en animales no vacunados
“Tuvimos un problema de falsos positivos con un determinado kit de diagnóstico (ELISA gE de INGENASA), que es el adquirido por el Ministerio para distribuir entre los laboratorios de referencia de las comunidades autónomas. Por eso, cuando hay dudas se hace un segundo test con otro kit de otra casa comercial”, explica. Mejora de los kits comerciales Estos kits comerciales de diagnóstico facilitados por el Ministerio no convencen a algunas comunidades autónomas, como Galicia o País Vasco, que han optado por el kit de IDEXX. Desde el Laboratorio Central de Veterinaria se ha estado trabajando conjuntamente con la casa fabricante para mejorar la especificidad de estos test, primero con el punto de corte y después con el diluyente y Azucena asegura que “el test actual es mucho mejor que el de hace 3 o 4 años”.
Los kits comerciales de diagnóstico facilitados por el Ministerio no convencen a comunidades autónomas como Galicia o el País Vasco
El protocolo de actuación ante falsos positivos establece que en explotaciones con historial negativo en el que aparece un animal positivo se realiza un segundo test de confirmación con otro kit comercial y en caso de no obtener resultados concluyentes se repite la prueba a los 28 días, ante el temor a posibles reacciones cruzadas con el herpesvirus tipo 2, que podría interferir en los resultados. Entre las funciones del Laboratorio de Algete está precisamente la de confirmar los resultados positivos o dudosos obtenidos por los laboratorios oficiales de las comunidades autónomas. “La toma de muestras adecuada es el primer paso fundamental para hacer un diagnóstico adecuado. Recomendamos congelar y descongelar las muestras, no analizarlas hasta que pasen 24-48 horas tras la recogida  y separar el muestreo de la vacunación de IBR al menos 4 semanas”, explica. 
En caso de duda, lo indicado es realizar una nueva toma de muestras
En determinadas circunstancias es difícil acometer el sangrado de todos los animales. “A veces nos encontramos con problemas para hacer los tests a la bajada de animales de los pastos comunales, porque todos los animales bajan a la vez y se hace inviable poder realizarlos todos. Habrá que flexibilizar fechas”, reconoce.  Prohibición de las vacunas no marcadas El test ELISA es la técnica recomendada para la detección de respuesta inmunitaria porque la técnica de sueroneutralización (SN) no permite diferenciar entre animales vacunados e infectados.
La prueba de Seroneutralización (SN) no permite discriminar entre anticuerpos vacunales y de infección
Por esa razón, desde diciembre de 2019 se han prohibido las vacunas no marcadas y todos los animales vacunados antes de esta fecha con vacuna convencional han tenido una moratoria de 4 años para someterse a las pruebas oficiales, que finaliza este año. “En octubre de 2023 finaliza el plazo para eliminar del muestreo los animales vacunados y pensamos que eso puede suponer un problema”, asegura jefa de servicio de Virología del Laboratorio Central de Veterinaria. Brotes asintomáticos Las vacunas marcadas, utilizadas actualmente, permiten diferenciar en las pruebas realizadas al ganado los casos positivos que se deben al virus de los que se deben a la vacuna. Sin embargo, vacunar no es la solución definitiva, ya que no evita por completo el riesgo de contagio, aunque en caso de que ese animal se infecte y desarrolle la enfermedad excretará menos virus, por lo que el riesgo de diseminación del virus a otros animales de la explotación disminuye.
Sólo la eliminación de los animales positivos garantiza que no se disemine la enfermedad por la explotación
Una vez contagiado el virus, el periodo de incubación es corto, entre 2 y 4 días, y la profilaxis se logra con el sacrificio de los animales positivos y la vacunación de los que hayan estado en contacto con ellos. En muchas granjas se están detectando actualmente brotes asintomáticos, debido a que un animal que es seropositivo cada vez que en él se reactiva el virus responde de forma asintomática, es decir, no existe tos ni lagrimeo, aunque está diseminando igualmente la enfermedad.

Beneficios de la introducción de especies mejorantes en las praderas

Pradera mixta de raigrás y trébol en la Finca de Cartelos, en Carballedo (Lugo), en un ensayo del CIAM El otoño es el momento idóneo para sembrar nuevas praderas o renovar las existentes. Bien sea para pasto o para ensilado, las leguminosas son una buena opción. La implantación suele ser mejor que en primavera, además de coincidir con la rotación habitual en Galicia con el cultivo del maíz. Este año, después del ensilado del maíz, muchas ganaderías tendrán que variar su estrategia para cumplir con lo exigido en la nueva PAC, lo que supone una oportunidad para mejorar algunas prácticas. “Dejar la tierra sin cultivar en invierno agronómicamente no es recomendable, habría que sembrar un cultivo de invierno cuando se coseche el maíz. Lo recomendable es introducir un cultivo regenerador y mejorante del suelo y cuando te dedicas a la ganadería lo que hay que introducir son leguminosas”, insiste Juan Valladares, investigador del CIAM.
Cuando te dedicas a la ganadería hay que introducir leguminosas en las praderas
En el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo llevan varios años estudiando distintas alternativas para los cultivos de invierno en Galicia, comparando los resultados de las diferentes mezclas de gramíneas y leguminosas. Juan enumera los beneficios de sembrar especies mejorantes en las praderas desde el punto de vista agronómico (el terreno queda mejor preparado y es más fácil de trabajar; salen menos malas hierbas, por lo que son necesarios menos herbicidas; y se logra un aporte extra de nitrógeno para el siguiente cultivo, que redunda en una mayor producción); pero también desde el punto de vista nutricional, al lograr mayor contenido en proteína en la ración.
De los tréboles hay mucho que estudiar aún y es necesario aprender a trabajar con ellos
Pero con las leguminosas, dice, “es necesario aprender a trabajar con ellas”. En los últimos años el CIAM ha estado realizando ensayos con leguminosas anuales en distintas zonas de Galicia, como en la finca de Mabegondo o en la del Pazo de Cartelos (Carballedo), perteneciente a la Fundación José Luis Taboada, donde se probaron distintas mezclas de tréboles para comprobar su implantación y rendimiento: trébol migueliano, también llamado balansa; trébol resupinatum (persa); trébol maral (trifoliun suaveolens o trébol resupinatum de hoja grande) y trébol encarnado. “Según en que zonas de Galicia, se dan mejor unos tréboles que otros. El trébol maral, por ejemplo, tiene capacidad de rebrote, pero es tardío, por lo que se implanta mejor en Mazaricos que en zonas del interior”, asegura Juan. Mezclas de tréboles y gramíneas Independientemente de la variedad escogida, el trébol funciona mejor mezclado con una gramínea, que aporta el contenido de azúcares suficiente para una buena conservación del silo. “Además, en los estudios que hicimos vimos que había que introducir un raigrás porque la implantación de los tréboles es lenta; el que mejor funciona es el raigrás híbrido”, explica. “Si después del maíz siembras solo trébol, como tarda en implantarse, si vienen lluvias se lava el terreno. Mezclado con el raigrás, sin embargo, se evita la escorrentía, porque el raigrás al mes ya tiene el desarrollo suficiente para frenar el efecto de lavado del suelo por la lluvia”, detalla.
Los tréboles funcionan mejor mezclados con raigrás híbrido, porque se evita el lavado del suelo cuando llueve
Además de las diferencias en la implantación, la preparación del terreno debe ser también diferente cuando se siembran solo gramíneas que cuando se aportan mezcladas con leguminosas. “El trébol obliga a preparar mejor el terreno para la siembra y después hay que pasar siempre un rulo. El raigrás, cuando se siembra solo, va creando una especie de fieltro en el suelo que impide la contaminación por piedras y cenizas cuando ensilas la hierba, algo que no sucede en el caso del trébol”, indica.   Cereal con leguminosa Mezcla de veza, raigrás y avena El CIAM también hizo ensayos con veza, una leguminosa cada vez más frecuente en Galicia tras el maíz en combinación con cereal de invierno. “Se probaron mezclas de veza villosa con tréboles y raigrás. La veza villosa es menos digestible que la sativa, pero la sativa tiende la tumbarse y necesita un cereal (triticale, cebada o avena) como tutor”, indica Juan.
La veza sativa es más digerible que la villosa pero tiende a tumbarse y necesita un cereal (triticale, cebada, avena) como tutor
Junto con la veza, otra de las leguminosas empleadas en las mezclas con cereal es el guisante. “La clave está en la proteína. Se ponen estos cultivos porque vas a un solo corte y logras un contenido proteico más elevado. En raigrás si vas a dos cortes puedes igualar la cantidad de proteína, pero los costes se duplican”, razona. Labrar sin abonar De cara a la siembra del cultivo de invierno no es imprescindible abonar las tierras. Es más, puede ser incluso contraproducente. “En los ensayos que realizamos hicimos laboreo y sembramos sin abonar en fondo, aprovechando únicamente los excedentes de la fertilización con purín en el cultivo del maíz (entre 50 y 60 metros cúbicos por hectárea). En el purín una cuarta parte del nitrógeno que aporta quedaría para el año siguiente, porque se corresponde con la mineralización de la materia orgánica. Por la composición habitual del purín en Galicia, unos 25 kg de nitrógeno por hectárea quedan para el siguiente año, que es lo que se necesita para el arranque de las leguminosas. Y no hay que pasarse de 25 kg/ha de nitrógeno porque sinó se perjudica el desarrollo del rizobium”, advierte el investigador del CIAM.
El momento de abonar en cobertera está determinado en función de la temperatura del suelo (entre 8 y 10 grados)
Sería conveniente, eso sí, aplicar una fertilización después en cobertera, de unos 50 kg de nitrógeno por hectárea. “Cuando el cultivo empieza a desarrollarse sería el momento de aplicar esta fertilización con abono químico convencional o incluso purín, pero depositado en el terreno. La leguminosa tiende a crecer cuando la temperatura del suelo está entre 8 y 10 grados. Según las zonas, esto se produce a finales del invierno o comienzos de la primavera; en el interior de Galicia suele coincidir a primeros o mediados de marzo”, ejemplifica. La fecha de abonado marca también el momento de segar, pues habría que cortar dentro de los 40 días posteriores. Sembrar en octubre o en enero? Hay ganaderías que optan por retrasar la siembra del cultivo de invierno al mes de enero, para evitar la presencia de malas hierbas, algo que Juan solo recomienda en determinados casos. “La implantación de las leguminosas es lenta y eso hace que si tenemos en el suelo un banco de malas hierbas salgan y se desarrollen antes. Sembrando el cultivo de invierno en enero evitaríamos esta competencia, pero hay que tener en cuenta que las leguminosas en general son bastantes sensibles al frío. El guisante, por ejemplo, es sensible a la humedad excesiva y al frío”, alerta, de ahí que debamos considerarlo.
Las leguminosas son bastante sensibles al frío, por lo que si en la zona hay heladas es preferible no esperar
Por eso, si en la zona hay heladas en enero y febrero, recomienda sembrar el cultivo antes, en otoño, sin esperar a los meses de invierno. “En zonas donde no hay heladas, puedes sembrarlo más tarde, pero en zonas donde hiela es preferible sembrar en otoño, para que cuando vengan las heladas ya esté implantado. La leguminosa cuando nace es extremadamente sensible, a medida que ya tiene 3 hojas aguanta mejor las heladas”, explica. Un único corte en abril Las mezclas con leguminosa tardan más en desarrollarse que cuando se siembra solo raigrás. El punto de crecimiento lo marca la temperatura del suelo (por encima de 8-10 grados), que es cuando se activan las bacterias (rizobium) y la planta aprovecha el nitrógeno atmosférico y crece más. “Las leguminosas se quedan paradas a la espera del buen tiempo. Los tréboles si hay lluvias, frío o encharcamiento no crecen. Con el guisante pasa algo parecido. Son cultivos de implantación lenta y que dependen de la temperatura del suelo para crecer y desarrollar todo su potencial”, indica Juan.
Las leguminosas se quedan paradas a la espera del buen tiempo. Son de implantación lenta y dependen de la temperatura del suelo para crecer
El ensilado, mediante uno solo corte, depende de la zona y de cómo haya venido el tiempo. “El momento de segar es cuando comienza la floración de las leguminosas, que en un año normal podría estar en torno al 15-20 de abril en zonas como Mazaricos, pero en zonas interiores viene un poco más tarde”, explica. “Si viene mal tiempo y no da crecido tienes que meter nitrógeno extra, mediante abono químico, pero en ese caso no estaríamos aprovechando la función de las leguminosas como fijadoras de nitrógeno ambiental”, dice. Rendimientos En los ensayos realizados en Cartelos en el año 2021 con una mezcla de raigrás híbrido y tres tréboles anuales y una fertilización de 60 metros cúbicos de purín por hectárea previos en el cultivo del maíz más un abonado de cobertera con tres dosis diferentes de abono químico en el mes de marzo, se lograron los siguientes rendimientos:
  • Sin abonado en cobertera = 4,7 toneladas de materia seca por hectárea
  • Con 50 kg de nitrógeno por hectárea = 5,8 toneladas de materia seca por hectárea
  • Con 100 kg de nitrógeno por hectárea = 6,3 toneladas de materia seca por hectárea
“Cuanto más abonas más se incrementa el rendimiento, pero habría que ver si compensa desde el punto de vista económico pasar de una determinada cantidad, porque con 50 kg de nitrógeno por hectárea tenemos unos rendimientos superiores a si metes 0 kg pero similares estadísticamente a si metes 100”, argumenta Juan.
Introduciendo trébol mezclado con el raigrás obtienes un 40% más de proteína por hectárea en el forraje e incrementas un 5% la proteína bruta en la ración
Pero además de la cantidad de forraje obtenido, el investigador del CIAM pone el énfasis en la calidad del ensilado. “En una pradera de raigrás solo, con los mismos 50 kg de nitrógeno por hectárea sacas 400 kg de proteína por hectárea, mientras que con la mezcla con leguminosas obtienes 577 kg por hectárea de proteína, un 40% más”, compara. El porcentaje de incremento depende del nivel de implantación de las leguminosas. “Cuanto mejor se implanten más proteína vas a tener después en el silo, pero hay que tener en cuenta que el raigrás tiene un 6% de proteína frente al 11% de los tréboles. Si vas a más de un corte en el raigrás se incrementaría la proteína, pero los costes de siega, recogida y ensilado también son mayores”, razona. Mejora en el siguiente cultivo La ventaja de introducir una leguminosa de invierno es que el suelo queda más abonado y en mejores condiciones para recibir el siguiente cultivo. “Las raíces y la parte aérea no segada quedan en el terreno, se descomponen y aportan nitrógeno. La cantidad se cuantifica entre 40-100 kg de nitrógeno por hectárea dependiendo de la implantación de leguminosa”, explica Juan.
Las leguminosas pueden llegar a fijar en el suelo a mitad del nitrógeno que necesita el maíz
Esa fijación de nitrógeno supone un ahorro considerable en fertilizante, o bien un extra de cosecha, debido al plus de abonado. “El maíz es vicioso en nitrógeno, cuanto más le aportas más crece, y tener ese nitrógeno almacenado en el suelo supone una gran ventaja a nivel de toma de decisiones”, considera. Por eso, en función de la estrategia que adopte el ganadero (ahorrar en abono o recoger más forraje) se puede variar o no la fertilización del maíz tras el cultivo de invierno con leguminosa.
Con el raigrás solo el terreno queda más compacto y es más difícil de trabajar
Según el tipo de terreno, la disponibilidad de nitrógeno puede ser mayor o menor, pero la dosis recomendada para el maíz puede ser establecida en función de los rendimientos esperados. “En base al rendimiento (proteína) se tienen unas extracciones de nitrógeno u otras. Si espero un rendimiento para el ciclo que he sembrado de 15 toneladas de materia seca por hectárea (7% de proteína), las extracciones serán de 170 kg de nitrógeno por hectárea, por lo que el nitrógeno disponible (en el suelo más el aportado) debe ser superior a esa cantidad”, ejemplifica Juan. En base a ese cálculo, para hacer una correcta fertilización sería necesario conocer el nitrógeno mineral presente en el suelo al inicio del cultivo y el que se genera por mineralización de la materia orgánica. Este nitrógeno mineral puede ser importante cuando se cultiva previamente una leguminosa o cuando se incorpora al terreno un cultivo como abonado en verde. “Además, agronómicamente, de cara al laboreo, al introducir leguminosas el terreno queda más mullido, por lo que es más fácil de trabajar”, concluye el investigador del CIAM.

Jornada el próximo martes en el CIAM sobre como mejorar la sostenibilidad de las ganaderías de vacuno de leche

El próximo martes, 19 de septiembre, se celebrará en el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM) una jornada sobre como mejorar la sostenibilidad económica y medioambiental de la ganaderías de vacuno de leche. La jornada se enmarca dentro del proyecto Climate Neutral Farms, de la Agenda H2020, un proyecto europeo en el que participan ganaderías e industrias lácteas de la Unión Europea y que en España tiene como socio a la Xunta de Galicia, a través de la Agencia Gallega de la Calidad Alimentaria (AGACAL). El objetivo de Climate Neutral Farms es buscar soluciones a nivel local para lograr que las granjas de vacuno de leche sean climáticamente neutras, es decir con un balance 0 de emisiones de gases de efecto invernadero, al tiempo que se busca mejorar su resiliencia o capacidad de adaptación al cambio climático. La asistencia a la jornada es gratuíta previa inscripción enviando un correo a ciam.cmr@xunta.gal Este es el programa: 10:30     “Perspectivas de la producción de leche en Nueva Zelanda bajo las nuevas restricciones medioambientales”. Francisco Sineiro, profesor de Economía Agraria en la Escola Politécnica Superior del campus de Lugo (USC). 11:45     “Aplicación y resultados del progama Bas Carbone en Francia”. Solenn Challali, técnica de Institut de l´Élévage (IDELE) de Francia. 13:00     “Proyecto Climate Neutral Farms”. César Resch/Adrián Botana, investigadores del CIAM: ·         Resultados y acciones llevadas a cabo en ClieNFarms en el año 2022 ·         Ensayo con aceites esenciales para la reducción de la emisión de gases entéricos en vacuno de leche ·         La producción de leche y las emisiones de gases efecto invernadero

El cebo con forrajes de novillos cachenos se demuestra más rentable que la dieta convencional

El Centro de Investigaciones y Experimentaciones Agrarias de Mabegondo (Ciam) acogió una jornada técnica en la que se presentaron los resultados de un estudio sobre alimentación alternativa para el cebo de animales de raza cachena. En esta jornada mostraron los datos sobre el cebo de novillos, becerros castrados, después de que ya presentaran el año pasado los resultados obtenidos para las novillas y los terneros. En este estudio contemplan las diferentes franjas de edad y también están pendientes los resultados del vacuno mayor, las vacas de descarte. Durante la jornada se presentaron los análisis nutricionales de los alimentos proporcionados a los novillos de raza cachena. La técnica del Centro de Investigaciones y Experimentación Agrarias de Mabegondo Carmen Montes ofreció a los asistentes los resultados de la producción de calidad de la carne de esta raza autóctona. El estudio incluyó 16 novillos, que fueron sacrificados a los 26 meses y que estuvieron en cebo 138 días. “El objetivo de este estudio es demostrar la viabilidad económica de proporcionar una dieta forrajera a los animales, que resulte también más sostenible y saludable frente al cebo tradicional, sin que las características de la carne se vean afectadas”, explica Teresa Moreno, investigadora del departamento de Carne del Ciam. Esta dieta alternativa se basa en forrajes y pasto. En concreto la alimentación de estos novillos se basó en proporcionarle silo de maíz mezclado con girasol, aceite de girasol y silo de girasol, además de harina de maíz que complementaban con el pastoreo en distintas fincas del Ciam. Mientras, el cebo convencional se realiza con pienso y hierba seca. El estudio mostró que esta alternativa a base de forraje resulta más económica que la convencional, sin que eso suponga cambios destacados en la calidad de la carne. Los costes de la alimentación convencional supusieron 3,59 euros por animal y día, mientras que la dieta forrajera quedó en 0,91 euros por cabeza. En el caso de los animales alimentados con la dieta convencional, el consumo fue de 8,976 kilos de materia seca por animal al día y en los novillos a los que se le proporcionó forraje la ingesta fue de 8,446 kilos de materia seca. Así, el índice de conversión fue de 11,89 en la dieta convencional y de 25,48 para los animales alimentados con la dieta alternativa.  Los animales alimentados de manera convencional tuvieron un peso vivo ligeramente superior y en la canal, el estado de engrase, conformación y peso de la canal fría también fueron superiores a los animales de cebo forrajero. Mientras, que los de cebo forrajero tuvieron un rendimiento de canal significativamente superior. “No hubo diferencias muy significativas entre los animales, ni en el peso vivo ni en el canal y se conservó la calidad de la carne, incluso se consiguieron valores más favorables en la calidad nutricional de la carne de los animales alimentados con el cebo forrajero”, explica Moreno. Así, en la calidad organoléptica de la carne, no existen diferencia significativas relacionadas con el tipo del cebo, aun a pesar de las mínimas diferencias en el porcentaje de grasa intramuscular. En la calidad nutricional, el cebo forrajero proporcionó un mayor contenido de ácidos grasos monoinsaturados y omega6, lo que la convierte en una alternativa más saludable. En el estudio también participa el Centro Tecnológico de la Carne, que se centra en la maduración de esta carne de vacuno. Además, el estudio también cuenta con la participación de la empresa Proxecto Miña Terra. La jornada incluyó unha degustación de distintos cortes de carne de cachena. La jornada finalizó con una demostración de corte de carne y degustación de carne de cachena, que se incluye dentro de las iniciativas para darla a conocer. En la jornada participó también el director de la Agencia Gallega de la Calidad Alimentaria, José Luis Cabarcos, así como el alcalde de Abegondo, José Luis Santiso.

Recomendaciones de fertilización en praderas: el uso del programa RAX y la aplicación de purines

El Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo desarrolló la aplicación RAX, a partir de la cual se pueden calcular las dosis de purín necesarias para utilizar como fertilizante orgánico en praderas. El uso del purín ofrece amplias ventajas, como son una mejor gestión de los residuos de las ganaderías y una fertilización menos dependiente de abonos minerales. Además, hace falta tener en cuenta que tiene unos efectos positivos a largo plazo para el suelo y el cultivo. Las cantidades resultantes recomendadas por las aplicaciones RAX varían en función de la composición de los purines (contenidos de nitrógeno, fósforo y potasio, o NPK) y de los contenidos de fósforo y potasio de los suelos. Aplicación RAX para La fertilización de praderas. Fuente: CIAM Estas y otras cuestiones se abordaron en el CIAM, en la última jornada técnica sobre mejora en la fertilización de las praderas. Durante la cita, también se mostraron las claves para lograr la eficiencia de la utilización del nitrógeno del purín, las técnicas más idóneas para su aplicación, así como los resultados en diferentes campos de ensayo. Esta actividad fue realizada en el marco del ‘Plan de transferencia para o apoio ás actividades de demostración e de información ao agro galego 2022’, cofinanciado con el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) en el marco del PDR de Galicia 2014-2020.

Gestión eficiente en la incorporación del purín y los programa RAX de praderas

“Las praderas constituyen un gran sumidero de carbono por una menor labranza del terreno, lo que permite la estabilización de la materia orgánica aportada al suelo con purines y estiércoles, debido a un gran desarrollo radicular y una gran biomasa residual. Esto contribuye a la sostenibilidad ambiental de los sistemas de producción de vacuno y, asimismo, el mayor contenido en materia orgánica en los suelos de las praderas tiene otros beneficios añadidos, como el incremento de la fertilidad y de la biodiversidad del suelo”, afirma la investigadora del CIAM María Isabel García. El nitrógeno aplicado en las praderas se puede disminuir con la presencia de especies de leguminosas que contribuyen a la fijación de nitrógeno. Además de esto, “es necesario incrementar la eficiencia de utilización del nitrógeno del purín evitando la volatilización del nitrógeno amoniacal, donde influye desde la técnica de aplicación, al punto y a las condiciones meteorológicas en las que se realiza”, amplía la investigadora. Estas circunstancias son consideradas por los programas RAX para calcular la eficiencia en el uso del nitrógeno, bien mediante una tabla o de una manera más precisa, a través del modelo de simulación Alfam. Las eficiencias son mayores con el enterrado, lo ideal sería hacerlo en el momento de la aplicación, y si no es posible, en menos de cuatro horas; en las aplicaciones de cobertera el momento más adecuado es a finales de invierno. En cuanto a las condiciones meteorológicas para su aplicación lo excelente sería hacerlo con una elevada humedad relativa del aire -con llovizna, al amanecer o incluso al atardecer-, viento en calma, y bajas temperaturas. Tractor con cisterna con inyectores de purín
“Las condiciones meteorológicas excelentes de aplicación del zurro serían con una elevada humedad relativa del aire -con llovizna, al amanecer o incluso al atardecer-, viento en calma, y bajas temperaturas”
En condiciones adversas, con tiempo seco, altas temperaturas y fuerte viento no es recomendada la aplicación. Así, “haciendo una simulación de aplicación de purín con el modelo Alfam, para un purín aplicado sin enterrar, su aplicación con malas condiciones en comparación con una realizada en buenas condiciones supone que la pérdida de nitrógeno amoniacal se reduce de un 100% a un 58%, lo que nos permite lograr una mayor disponibilidad de este nutriente por el cultivo”, explica María Isabel García. Reducción de 100% al 58% en función de la aplicación del purín. Fuente: CIAM El Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo introdujo recientemente una nueva mejora en la aplicación RAX disponible en su web: el cálculo de la eficiencia del nitrógeno aplicado con los purines a partir del modelo Alfam. Las aplicaciones RAX de fertilización de establecimiento y de fertilización anual en pradeiras, a partir de ciertos parámetros, hacen una recomendación de las cantidades necesarias para una correcta fertilización. Las dosis varían en función del suelo, del tipo de zurro -de vacuno o porcino-, y de su contenido en nutrientes. Por este motivo “es necesario hacer un análisis de laboratorio del suelo, y conocer la composición química del purín”, afirma María Isabel García. Los programas RAX, “permiten varias opciones para introducir los valores de nutrientes de los purines: da pie a poner unos valores medios tanto para porcino -permitiéndonos diferenciar si es de cebo o de gestación lactancia- como para vacuno; se pueden añadir los valores resultantes de una analítica de laboratorio, o bien, hacer una estimación a partir de la medida de su densidad y conductividad”, especifica la investigadora del CIAM. Una vez introducidos todos los parámetros necesarios y presionando sobre “obtener recomendación” de la una salida. “En este punto daños, por una parte, cuantas unidades fertilizantes de nitrógeno, fósforo, potasio y nitrógeno amoniacal hay en un metro cúbico de zurro; luego nos dicen a cuanto equivalen los nutrientes de 10m3 a precio de fertilizantes simples, y después, nos dan un resumen de los datos que metemos sobre analítica de suelo”, señala María Isabel García. “El uso del modelo Alfam nos indica la eficiencia de utilización de ese zurro bajo las condiciones aplicadas. Esa cifra será mejor cuanto más se aproxime a 1. Por último, el programa nos muestra una salida que son los metros cúbicos necesarios de purín por hectárea que tendríamos que aplicar para satisfacer las necesidades de nitrógeno, fósforo y potasio de la pradera”, afirma la investigadora.
“El programa nos muestra una salida que son los metros cúbicos necesario de zurro por hectárea que tendríamos que aplicar para satisfacer las necesidades de nitrógeno, fósforo y potasio de la pradera” (María Isabel García)
Una vez seleccionado la dosis de purín (m3/ha) el programa indica las unidades fertilizantes de nitrógeno (kg/ha de N), de fósforo (kg/ha de P2El5) y de potasio (kg/ha de K2Lo) que faltarían por aportar a la pradera, cantidades que pueden ser suministradas seleccionando un fertilizante mineral del listado que se muestra. La fertilización de establecimiento tiene como objetivo generar un contenido base de nitrógeno, fósforo y potasio para la pradera, y asimismo, acercar estos nutrientes a capas más profundas del suelo. Hace falta tener en cuenta que las necesidades de las praderas varían en función de la producción y de la fertilidad del suelo, “en un suelo con un nivel medio en fósforo y potasio, en establecimiento lo que se recomienda es aplicar unas 40 unidades fertilizantes, 100 de fósforo y 150 de potasio por hectárea, para una producción estimada de 10 toneladas de materia seca por hectárea y año”, detalla María Isabel García. La fertilización anual de las praderas tiene que aportar lo que la pradera extrae en los años sucesivos a la implantación, las necesidades anuales variarán según el tipo de manejo: pastoreo, ensilado (1 corte), ensilado (2 cortes), la composición de la pradera (% de leguminosas), la producción esperada y el nivel de fertilidad del suelo. “Siempre se recomienda tener los suelos con un nivel de fertilidad medio”, aclara María Isabel García. Para niveles de fertilidad medios en fósforo y/o potasio el programa RAX da unas recomendaciones y, si existen unos niveles bajos en uno de los nutrientes, el programa recomienda una cantidad ligeramente mayor “para evitar inmovilizaciones, de tal forma que se alcance un suelo medio de forma progresiva”. Por lo contrario, si existen niveles altos en uno de los nutrientes, el programa recomienda cantidades menores para utilizar los nutrientes que ya tenemos disponibles en el suelo.

Efectos a largo plazo de la aplicación de purín en el suelo y el cultivo

El uso de purines tiene un gran valor fertilizante en las tierras de cultivo, principalmente en el caso del de vacuno. Este último, respeto a la fertilización mineral con NAC, “mejora las propiedades químicas del suelo provocando un aumento en los contenidos de materia orgánica, carbono y nitrógeno en la capa de 0 a 10 centímetros en el suelo, y con una tendencia a incrementar los stocks de carbono sobre capas más hondas, comprendidas entre los 0 y los 90 centímetros”, destaca la investigadora del CIAM María Dolóres Báez. Del mismo modo, Báez expone que “con ambos tipos de zurro se observa un incremento del pH respeto a la fertilización mineral con NAC, además de un aumento en las bases del complejo de cambio y una merma de la saturación por acidez con el consiguiente ahorro en la aplicación de encalantes”. Además, en mediciones hechas en Mabegondo, se observa que considerando períodos largos, como puede ser tres años “las producciones de materia seca y extracción de nitrógeno pueden ser semejantes o superiores a aquellas resultantes de la utilización de fertilizante mineral”.
“En períodos largos, las producciones de materia seca y extracción de nitrógeno pueden ser semejantes o superiores a aquellas resultantes de la utilización de fertilizante mineral” (María Dolóres Báez)
La evolución de materia orgánica presente en el suelo, a lo largo del tiempo, varía con la aplicación de purines con respeto al uso de abonos minerales, principalmente en la capa de 0 a 10 centímetros del suelo, manifestando un mayor crecimiento en aquellos campos abonados con purines. Igualmente, es necesario llevar a cabo “técnicas para reducir la volatilización de amoniaco, como puede ser una correcta aplicación de los purines mediante cisternas con inyectores”, afirma la María Dolóres Báez.

Claves para el cultivo del altramuz en Galicia

La subida de los costes de los forrajes y piensos sumado a la preocupación por incorporar cultivos forrajeros con los que reducir los gastos de las ganaderías y el impacto ambiental están abriendo la puerta tanto a nuevas especies como a algunas que ya se habían cultivado en Galicia, pero que habían ido quedando en desuso. El altramuz (Lupinus) es una de las alternativas que se está valorando y sobre las que trabajan en el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (Ciam), en A Coruña, con el objetivo de ofrecer las claves sobre su cultivo a los productores que deciden apostar por ella. El altramuz tiene un alto contenido en proteína, de entre el 30 y el 50% en especies como el Lupinus albus, conocido como altramuz blanco. Este es uno de los ejes que puede impulsar la recuperación de su cultivo en España, ya que además de ser una fuente de proteína para alimentación animal, la nueva PAC contempla ayudas para la producción sostenible de proteínas de origen vegetal, con aportaciones que pueden llegar a ser de entre 80 a 100 euros por hectárea y sin tener que emplear semilla certificada.
El altramuz se presenta como una fuente de obtención de proteína vegetal y que también tiene en cuenta la nueva PAC
La nueva PAC y los ecorrégimenes también buscan favorecer la rotación de los cultivos, introduciendo especies mejorantes como las leguminosas y en las que se incluye el altramuz, lo que puede suponer un pago de más de 80 euros por hectárea. “El altramuz tiene raíces profundas y pivotantes, que le permiten tener una alta resistencia a la sequía. Emplearlo como abono verde permite mejorar en gran medida a capacidad de infiltración de la tierra”, explicaba el ingeniero agrónomo del Ciam Luis Urquijo durante su participación en las jornadas sobre este cultivo organizadas por el propio centro y que tuvieron lugar en Lalín (Pontevedra). Del altramuz puede aprovecharse tanto su grano, para alimentación humana o animal; como toda la planta, para abono verde o forraje. El altramuz es también un aliado para la recuperación de suelos erosionados. El precio medio del cultivo de este grano en 2022 se estimó en 450 euros por tonelada, duplicando casi su valor con respeto del 2010, cuando rondaba los 230 euros, según los datos manejados desde el Ministerio de Agricultura. Gráfico. Evolución del precio del altramuz en España entre los años 2009 y 2019. Fuente: MAPA.

¿Una alternativa para Galicia?

Aunque el altramuz se ha cultivado en zonas de Lugo, su presencia es mínima en Galicia e incluso se ha reducido mucho desde los años 60 en regiones como Extremadura, Andalucía o Castilla y León, principales productores españoles y donde se había cultivado desde los años 30. Esta reducción de la superficie dedicada a su cultivo se debió en especial al bajo precio de la soja, que pasó a convertirse en una alternativa más rentable en la alimentación. Sin embargo, el incremento del valor que experimentaron los cereales como la soja en el último año, derivado de la guerra de Ucrania, vuelve a poner sobre la mesa al altramuz. Granos de altramuz. Uno de los aspectos por los que se presenta como una alternativa a producir en Galicia es su alta tolerancia a las heladas (entre -6º y -9º), aunque como recuerda Urquijo, durante la floración es más sensible. La temperatura de crecimiento óptima se sitúa entre los 15º y los 25º. Además, tampoco requiere gran aport de agua, lo que permite que se pueda cultivar en zonas con una pluviometría mínima de unos 350 milímetros al año, precisando el mayor aporte durante la floración y el cuajado de las vayas. Así, segundo apuntan desde el Ciam en base a diferentes estudios realizados por otros investigadores, para un rendimiento de unas 4 toneladas por hectárea se precisarían entre 400 y 500 milímetros de agua al año, una cantidad muy por debajo del registrado en todas las localidades gallegas. Además es una especie que se adapta a diversos suelos, en especial se da en suelos ácidos o neutros, por lo que también resulta viable de cultivar en Galicia.“Es un cultivo que también está adaptado para suelos pobres y dependiendo del pH de la tierra puede emplearse una especie u otra”, detalla el investigador. Así, el altramuz amarillo (Lupinus luteus) se da bien en suelos más ácidos y pobre, pero tiene menor resistencia a las heladas y al frío que otras variedades. Mientras, el altramuz blanco (Lupinus albus) requiere suelos más fértiles y menos ácidos.
En función de la zona en la que se cultive y del tipo de suelo que haya es recomendable emplear una especie u otra, y realizar la siembra en primavera o en otoño
Esta leguminosa suele sembrarse en otoño, y a finales de febrero se produce la floración, que durará hasta mayo. “También se están logrando buenos resultados con siembras primaverales realizadas en aquellas zonas más frías”, explica Urquijo. En función de cuándo se realice la siembra también varía la cantidad de semilla a utilizar. En las siembras de invierno, en zonas cálidas, se recomienda emplear unas 20 plantas por metro cuadrado. Mientras, si la siembra se realiza en primavera, en zonas frías, se incrementa el número de semillas hasta las 50 plantas por metro cuadrado. El investigador también recomienda que la tierra esté bien arada, para evitar la costra superficial que puede dificultar la germinación. También recomiendan realizar la siembra a una profundidad de entre 1 y 5 centímetros y dejar una distancia entre hileras de entre 15 y 60 centímetros. Urquijo también apunta que para lograr un rendimiento de entre 3 a 4 toneladas por hectárea suele ser habitual realizar un abonado de 0-60-80 (N – P2O5P2o5- K2O). La maduración del grano estará condicionada por las altas temperaturas y la seca.
La rotación de cultivos como el trigo, la colza o la patata contribuye a una producción más sana al reducir la incidencia de Antracnosis, principal patología
Uno de los mayores problemas de este cultivo en Galicia parece ser la Antracnosis, que aparece diseminada en la siembra y acaba causando podredumbre en la planta y en el fruto. Uno de los métodos para reducir la incidencia de esta dolencia fúngica es usar semilla libre de patógenos y producida en regiones secas o semiáridas, y contar con semilla certificada. Otro método es la rotación de cultivos. “Hacer una rotación de cultivos como altramuz, trigo o centeno, colza y patatas es una manera de reducir la incidencia de este patógeno”, explica el ingeniero agrónomo. Con todo, en todas las siembra realizadas en el Ciam no tuvieron que echar mano de fungicidas. Tampoco emplearon herbicidas para el control de hierbas de competencia puesto que fue un ensayo ecológico y hicieron un control mecánico con grade de púas, un método que le sirvió para su control. “Es recomendable pasar la grade cuando la planta tiene unas 8 hojas, es decir con una planta de 3 meses, ya que de hacerlo antes, se termina por arrancar un importante número de plantas, ya que aún son muy pequeñas”, detalla el investigador. Instante de la intervención del ingeniero agrónomo, Luis Urquijo en las jornadas celebradas en Lalín.

La experiencia del Ciam

En el Ciam ya habían llevado a cabo pruebas para incluir el altramuz en las rotaciones con otros cultivos de grano en el año 1993 y en el 2013. Más recientemente iniciaron un estudio en rotación con el trigo Rumbo durante la campaña 2019- 2020, sin emplear abono, herbicidas o fungicidas. Consiguieron un rendimiento de 4 toneladas por hectárea y una calidad de proteína de 39,5%. “Alternar en ese terreno con el altramuz permitió lograr un rendimiento del trigo superior, en concreto de 1.100 kilos más, consiguiendo un incremento del 48% si se compara con monocultivo de trigo”, explica el ingeniero agrónomo.
Alternar el altramuz con el trigo les permitió incrementar la cosecha de trigo casi un 50% que el monocultivo del cereal
Ya durante la campaña 2021- 2022 realizaron pruebas con el altramuz blanco alternando con tres variedades de trigo: Rumbo, Estoril y Orden Dorado, sin tampoco abonar, emplear herbicidas ni fungicidas. Además realizaron siembras tanto en octubre, como en febrero y marzo. De las tres variedades, los mejores resultados los alcanzó la variedad Rumbo, sembrada a mediados de octubre. En concreto, con esta variedad de altramuz se consiguió un rendimiento de 3.109 kilos por hectárea, con un aporte de proteína del 40,6% y sin casi incidencia de antracnosis (6,5%), mientras que en otras variedades y fechas esta afección llegó a ser del 31 o 20 %, en el caso del Estoril. Resultados de producción del 21-2022. Así, como destaca Urquijo, en base a las investigaciones realizadas, esta es una alternativa a tener en cuenta en Galicia. “El altramuz tiene un alto potencial productivo en Galicia, de entre 2 a 4 toneladas por hectárea, y un alto porcentaje de proteína (entre un 38 y un 42%), además de mejorar el suelo y su fertilidad”, destaca el ingeniero agrónomo.
Instante del debate que cerró las jornadas sobre el altramuz celebradas en Lalín, en el que participaron parte de los ponentes.

 El altramuz, desde distintos ejes

En las jornadas también se abordaron otros aspectos sobre el altramuz que resultan de interés a la hora de valorar su cultivo en Galicia. Así, el investigador Fernando Almeida ratificó los buenos resultados que ofrece para combinar con cultivos como el trigo, en base a las investigaciones que llevó a cabo, logrando también mejores resultados con esta leguminosa que con el monocultivo del cereal. Por su parte, José Manuel Mateos-Cañero, un destacado conocedor del cultivo del altramuz por los años que lleva comercializando esta semilla, apuntaba el potencial de esta leguminosa. “Del altramuz se aprovecha todo, y aunque ha sido despreciada, en zonas de Galicia puede llegarse a conseguir un 40% de aporte de proteína”. A la hora de valorar el cultivo de altramuz, Extremadura se convierte en un referente, no solo por la importancia que ha tenido allí esta leguminosa sino porque allí están desarrollando el único programa de mejora realizado en España y cuentan con un banco de germoplasma con más de 2.000 ecotipos, de los cuales más de 150 proceden de Galicia, tal y como señalaba Antonio García, uno de los investigadores del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (Cicytex) donde se desarrollan estos trabajos y que también participaron en las jornadas con una conexión por videoconferencia. Abrir la puerta a un aprovechamiento del grano del altramuz en Galicia destinado a la alimentación animal es uno de los objetivos que los ponentes y asistentes consideran fundamental. En este sentido, desde Piensos del Sil, Manuel Fernández apuntaba la viabilidad del empleo de este grano para la elaboración de raciones y fórmulas de pienso, pero el reto pasa por conseguir una oferta estable de este grano para que se pueda comenzar a valorar en firme por parte de las industrias.

Altramuz, un aliado para la producción de trigo autóctono en Galicia

El altramuz (Lupinus albus L.) lleva tiempo asentado en Galicia y es un cultivo adaptado a las condiciones  edafoclimáticas de Galicia. “Es fácil encontrar altramuz silvestre en suelos ácidos de las cuatro provincias”, apunta el ingeniero agrónomo Fernando Almeida, que participó recientemente en las jornadas sobre esta leguminosa celebradas en Lalín, con la organización del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM) y la empresa gallega de semillas Sementares S.L. Pero a pesar de estar adaptada al territorio, el altramuz apenas se cultiva en Galicia y por tanto, tampoco se están aprovechando las ventajas que puede ofrecer esta leguminosa. La creciente demanda asiática de proteína vegetal para la elaboración de piensos está acaparando la producción de soja de los principales países productores americanos, por lo que cada día resulta de mayor interés la producción propia de proteginosas en Europa. Una posibilidad es el altramuz, que se sitúa al nivel de la soja, con un aporte del 40% de proteína. “Países como Australia, Canadá o Chile son referencias en la producción de esta leguminosa. La creciente demanda internacional de proteína vegetal de calidad constituye una oportunidad de mercado que debemos aprovechar”, apunta Almeida. Al margen del aporte de proteína, el altramuz es una leguminosa con una alta digestibilidad, alto valor energético y bajo contenido en grasa. Almeida, que acaba de presentar su investigación de doctorado centrada en analizar la rotación sostenible de cultivos con el trigo autóctono (Triticum aestivum L.), apunta los buenos resultados que ofrece el altramuz dulce en especial con este cereal. Alternar el cultivo de trigo y altramuz permite incrementar la producción de trigo, al tiempo que se reduce el gasto necesario en fertilizantes por el aporte que proporciona al suelo esta leguminosa.
Alternar el cultivo de trigo y altramuz permite incrementar la producción de cereal y reducir el gasto en fertilizantes
Parcelas de ensayo de altramuz y trigo.

Trigo y altramuz, buenos compañeros

Una de las principales ventajas que proporciona rotar el cultivo de altramuz con trigo es el incremento de la producción del cereal, en especial en las variedades autóctonas gallegas, como Callobre o Caveeiro. Así, mientras que con el monocultivo del cereal acaba por reducirse la producción al tercer año de cosecha, si se alterna con altramuz la producción llega a ser más del doble. En concreto, según los estudios realizados por Almeida en parcelas de Carral (A Coruña), rotar altramuz con trigo autóctono ha permitido obtener hasta un 62% más de rendimiento que en monocultivo, lo que es también superior a las cifras alcanzadas en otros trabajos de investigación, donde se lograba un incremento del 50%, como las experiencias realizadas en los últimos años en el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM).
La rotación con altramuz también reduce la incidencia de enfermedades y la competencia de malas hierbas, incrementando la rentabilidad del cultivo de trigo
La rotación con esta leguminosa también contribuyó a una reducción de enfermedades y malas hierbas. “El monocultivo de cereal aumenta la presión de las plantas adventicias de similar ciclo vegetativo”, explica Almeida. Por otro lado, para reducir la competencia del altramuz con otras especies, el ingeniero recomienda realizar siembras tardías, puesto que en las siembras tempranas está más expuesto a la competencia. Además, recomienda utilizar entre 30 y 35 plantas de altramuz por metro cuadrado. Calidades del trigo En paralelo al aumento de rendimientos, la rotación con altramuz permitió la mejora en parámetros de calidad del grano, como el peso hectolitro, con incrementos entre el 7 y el 13%, así como el peso de 1.000 semillas con aumentos del 12 al 15%. Al igual que ocurre con el rendimiento, son cifras más altas que las que se habían observado en otros trabajos de investigación similares. En concreto, supone un 2,43% más que en otros ensayos. Al margen de las mejoras de la producción, otra de las ventajas que presenta la rotación con determinadas variedades de altramuz es que permiten activar el fósforo en terrenos con una elevada concentración de aluminio, de manera que el fósforo queda disponible para el cultivo siguiente, es decir para el trigo. “Las raíces proteoides de los altramuces blanco y amarillo permiten su desarrollo en suelos donde el fósforo se encuentra insoluble y queda inmovilizado por la presencia de aluminio. En Galicia, por desgracia, tenemos muchos suelos con estas características”, explica Almeida.
El altramuz moviliza el fósforo del suelo, dejándolo disponible para siguientes cultivos
Diferencias entre parcelas en las que se ha realizado un monocultivo de trigo y en las que se ha rotado con altramuz,. En el tercer año, la rotación ofrece mejores resultados. De esta manera, combinar el cultivo de altramuz y trigo autóctono también supone un ahorro en fertilizantes. En los ensayos realizados por Almeida, su cultivo se hizo sin necesidad de ningún tipo de fertilización química. “El altramuz amarillo y el blanco son dos cultivos para los que, en muchos casos, no sería preciso el aporte de nitrógeno y fósforo al suelo. El Rhizobium -complejo de bacterias fijadoras del nitrógeno atmosféricos, asociadas al altramuz- y las raíces proteoides permiten su desarrollo sin dichos aportes”, detalla el ingeniero agrónomo.

Portugal, el primer mercado para el altramuz gallego

Uno de los retos que se presentan para el aprovechamiento del altramuz en Galicia es conseguir una salida comercial para su producción. Pese a las ventajas que ofrece su cultivo para la producción de trigo, se busca que no se convierta en un año sin rendimiento para los productores. El altramuz dulce puede aprovecharse para la alimentación animal (y humana), bien sea como forraje o en grano para la elaboración de piensos, pero por el momento en Galicia apenas se está comercializando para estos fines, como señalaron en Lalín los distintos expertos que participaron en la jornada sobre el altramuz. “Estamos buscando una salida para la producción que se está realizando en Galicia en mercados próximos como el portugués”, señala Almeida. Así, más 15 de productores se han agrupado esta campaña para producir altramuz de grano dulce en diferentes zonas de Galicia y comercializar su producción en el país vecino. Más allá de otros condicionantes, la disposición de una producción estable es uno de los factores que determinan el interés de las industrias de piensos por este grano. De ahí que como señalaba Almeida, sea interesante que más productores vayan incorporando este cultivo para abrir un mercado también gallego. Por otro lado, la creciente demanda de proteína vegetal de calidad para alimentación humana es otra oportunidad de mercado con alto valor añadido.

Rotaciones alternativas del trigo

En su investigación doctoral, Almeida, en colaboración con la USC el CIAM, ha analizado además otras rotaciones de trigo autótoctono representativas en Galicia, incluyendo sistemas convencional y ecológico. En concreto, se estudió la inclusión de cultivos como la patata, el maíz forrajero o la colza. En esta comparativa, alternar el trigo autóctono, bien sea en convencional o en un cultivo ecológico, con la colza resultó la mejor opción desde un punto de vista ambiental en cuanto a su impacto en los suelos, al analizar parámetros como la toxicidad o la eutrofización. En el otro lado, rotar trigo con maíz forrajero o patata tiene un alto impacto ambiental, tanto por la emisión destacada de amoníaco al aire, en el caso del maíz; como la lixiviación de nitratos que puede producirse con las patatas. Como mejor opción económica de estas tres, se valoró la rotación trigo autóctono - patata.

El ganado extensivo se posiciona como herramienta clave contra los incendios en la montaña gallega

El Courel sufrió el pasado verano el mayor incendio forestal de la última década en Galicia, con más de 11.700 hectáreas afectadas y una aldea arrasada por el fuego. El incendio llevó por delante más de 7.000 hectáreas de matorral y alrededor de 4.000 hectáreas arboladas, principalmente pinares pero también tocó algún soto de castaños y zonas de frondosas. El avance de las llamas sólo se detuvo por completo en los pastos y prados, como constataron las ganaderías y vecinos de la comarca. El papel que juegan los pastizales como cortafuegos naturales posiciona a la ganadería extensiva como una herramienta clave para enfrentar los grandes incendios, unos incendios que en los últimos años se ven favorecidos por fenómenos meteorológicos extremos derivados del cambio climático (sequías prolongadas, tormentas secas, etc.). Para divulgar esa potencialidad de la ganadería extensiva, la Sociedade Galega de Pastos e Forraxes acaba de organizar una jornada en el Courel en la que se presentaron las experiencias de distintos productores de la comarca. El Courel, como otras zonas de montaña del interior de Lugo y Ourense, sufrió en las últimas décadas una pérdida progresiva de la actividad ganadera. Sólo desde 2006 al 2020, la comarca perdió alrededor de un 9% de sus pastizales y tierras agrarias, un declive muy superior al de otras áreas rurales del sur de Lugo fuera de la montaña. Ese escenario es un problema, sobre todo en el contexto de grandes incendios como el del Courel de este verano. Pero también presenta oportunidades, pues existe territorio en el que se pueden poner en marcha nuevos proyectos de ganadería extensiva. Jornada de la Sociedade Galega de Pastos en Seoane do Courel. / Imagen: SGPF. La jornada del Courel reunió a distintos productores de ganaderías tanto de la comarca como de zonas próximas, que contaron su experiencia. Fue el caso de José Antonio Vilariño, que gestiona una ganadería caldelá en Seceda (Folgoso do Courel) y Quiroga, de Lorena Rego (Folgoso) o de Alejandro Salvatierra (A Pontenova). El ganado, además de su interés económico como actividad laboral, genera también gran interés en los pueblos de la zona por su efecto de protección de las aldeas frente el fuego. En la jornada, se contó la experiencia que vienen de iniciar los vecinos de Vieiros (Folgoso do Courel) para mantener con ganado ovino los prados del entorno de las viviendas. Otra aldea que se beneficia de la actividad ganadera es Parada dos Montes (A Pobra do Brollón), en la que los prados que gestiona la única ganadería del lugar fueron decisivos para evitar que el fuego del verano llegara a las casas. “Nosotros habíamos tenido ya cerca un incendio en el 2017 y a partir de ese momento decidimos desbrozar todos los años las fincas del entorno del pueblo. ¿Qué sucedió?. Que al cabo de un par de años nos dimos cuenta de que ese sistema no era sostenible, pues todos los años había que pagar para el desbroce, y en muchos casos había que pedirle a vecinos que vivían fuera que pagaran su parte”, cuenta Marcos Ferreira, uno de los vecinos del lugar. “Entonces fue cuando vimos que lo más sencillo sería controlar el matorral con el ganado” -señala Marcos-. “Coincidió esa fase con el lanzamiento de la figura de aldeas modelo por parte de la Xunta, y a través de convertirnos en aldea modelo, tuvimos apoyo para cercados y para transformar las tierras del entorno de la aldea en zonas de pasto. Ahora, con la aldea modelo, los vecinos que cedieron sus tierras, en vez de pagar por el desbroce, incluso cobran un pequeño alquiler que abona la ganadería”. De cara al futuro, para atraer nuevos proyectos ganaderos para las aldeas del Courel, Marcos señala que, aparte de zonas de pasto, es fundamental ofrecer condiciones atractivas a nivel de calidad de vida. “Se precisan servicios como buenos accesos, internet o saneamiento”, destaca.

La altura del matorral se reduce un 90% en las zonas controladas por el ganado

El papel del ganado para el control del pasto arbustivo (matorral) es una cuestión que se pone de manifiesto tanto en las experiencias de las ganaderías como en las investigaciones que se han desarrollado en las últimas décadas. Uno de los últimos ensayos lo hizo el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo en la Finca Marco da Curra (Monfero, A Coruña) en el periodo 2018-2021. Sobre parcelas de pasto arbustivo que se desbrozaron, se instalaron dos ensayos, uno con caballos de pura raza gallega y otro con cabras. En ambas parcelas se mantuvieron además jaulas de exclusión, en las que no podían entrar los animales, para comparar la evolución del matorral en las zonas pastoreadas y en las excluidas del pastoreo. El resultado fue el previsible. En las zonas sin pastoreo, aumentaron las especies arbustivas y la altura del matorral, mientras que en las zonas pastoreadas, el matorral se mantuvo bajo y aumentaron las especies herbáceas. En números, al final del proyecto, desarrollado entre 2018 y el 2021, las zonas sin pastoreo acumulaban una biomasa de materia seca equivalente a unos 12.000 Kg. / hectárea, en tanto en las zonas pastoreadas, la biomasa se limitaba a alrededor de 400 Kg. / hectárea, según detalló en la jornada del Courel el investigador Santiago Creciente. En ambos casos, las tierras habían sido desbrozadas antes del inicio del proyecto. Los resultados de la investigación de Marco da Curra son similares a la experiencia de ganaderías de la montaña gallega, así como a investigaciones anteriores, en las que se constataba que en las parcelas pastoreadas la altura del matorral quedaba en el entorno de los 15-20 centímetros, frente a los 1,5 – 2 metros de media que llegaba a alcanzar en parcelas sin presencia del ganado. De cara al futuro, Marco da Curra tiene previsto continuar con esta línea de proyectos. La intención es que el próximo ensayo sea una experiencia de pastoreo mixto, con cabras y caballos en las mismas parcelas (de forma secuencial o no), pues eso permitiría un mejor control de todo el matorral. Los caballos suelen dejar las silvas sin consumir, mientras que las cabras dejan los tojos, por lo que al combinar ambas especies, se logra un mejor control de silvas y tojos, así como del resto del matorral. En retama y piorno, tanto caballos como cabras se demostraron efectivos en su control, igual que en el brezo, que crece algo más con los caballos.
https://www.campogalego.es/la-gente-quiere-ganado-para-proteger-las-aldeas-del-fuego/

Finca Marco da Curra, manejo de ganadería extensiva en montaña

La Finca Marco da Curra es una estación experimental dependiente del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM). Ubicada en Monfero (A Coruña), cuenta con una extensión de 180 hectáreas en media montaña, en las que investiga sobre líneas de manejo con la ganadería extensiva. Entre los últimos proyectos llevados a cabo, está uno sobre control de la matorralización del monte con diferentes tipos de ganado, así como otro sobre la defensa del ganado contra el lobo. “Estamos ante un suelo característico de montaña, con muchas pendientes, pedregoso y difícil de trabajar. Por esto, introducimos especies como el caballo, de los cuales hay 60 ejemplares de Pura raza galega, cruzados e hispano bretones, mientras que en las zonas más pastables, hay unas 70 cabezas de vaca rubia galega, 250 ovejas, y en un número más reducido, cabras de raza autóctona Cabra galega”, detalla Abelardo Nimo, director del CIAM. El mantenimiento de toda la superficie lo llevan 7 personas que están contratadas para atender "el manejo de los animales, el control de las cercas, y las necesidades de los proyectos de investigación, entre otras”. Líneas de investigación A finales del año 2021 se finalizó un proyecto de investigación que consistió en el desarrollo de experimentos enfocados a evitar la matorralización del territorio “que es un problema que se extiende por todo el norte peninsular”, afirma Santiago Crecente, técnico del CIAM. “Aquí uno de los experimentos que hicimos se centró en observar la eficiencia de los caballos y de las cabras para el control de diversas especies de mato. Lo que observamos fue que, después de 3 años de pastorear una superficie inicialmente dominada por matorral y que fue desbrozada, la superficie cubierta se mantuvo en un 20%, mientras que en las parcelas de control que no fueron pastoreadas el porcentaje aumentaba hasta el 80%”, amplía.
“En las superficies con caballos y cabras a porcentaje de mato se mantuvo en un 20%, mientras que en las parcelas no pastoreadas alcanzaba el 80%” (Santiago Crecente)
“Estos experimentos nos permitieron determinar que el pastoreo con estas especies puede ser una medida eficaz en la reducción del riesgo de incendios y en su intensidad”, avanza Crecente. Asimismo, el técnico del CIAM añade que “esta investigación fue llevada a cabo entre el CIAM de Mabegondo en colaboración con el Centro de Investigación y Formación Agrarias de Cantabria, el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Alimentario de Asturias, y el Centro Tecnolóxico da Carne”. El proyecto demostró que tanto caballos como cabras fueron eficaces en la reducción de matorrales, pero desde el CIAM observaron diferencias en la vegetación en los terrenos controlados con caballos frente a los de las cabras. “Por ejemplo, el ganado caprino fue muy eficiente en el control de la silva y en el rebrote de árboles y arbustos, mientras que el equino demostró mayor eficiencia en el tojo”, explica Santiago Crecente. Cercas frente al lobo Por otra parte, la Estación Experimental Marco da Curra está participando en otro proyecto sobre “la eficacia de distintos tipos de cercas en la protección contra el lobo”, afirma Crecente. “Para esto diseñamos tres cercas experimentales, y de cada uno, hicimos 10 repeticiones en diferentes ganaderías de Galicia”, avanza. Cierre de malla contra el lobo renovado en la Finca Marco da Curra Hace falta añadir que años atrás Marco da Curra tuvo ataques de lobo recurrentes, una cuestión que los llevó a la utilización de perros de defensa. “Aquí hubo ocasiones de fuertes ataques pero con la introducción de mastines criados correctamente, con una adecuada fase de socialización, vimos reducidos ampliamente los daños; aun así, lo ideal sería hacer una mezcla de las dos medidas de prevención, esto es, una correcta construcción de los cierres y disponer de perros de guardia con el ganado”, aconseja Santiago Crecente.

“Sería interesante que las ganaderías de cachena cebaran los terneros para mejorar los rendimientos cárnicos”

Uno de los lotes de terneros cebados en las instalaciones del CIAM dentro del proyecto de investigación La raza cachena, originaria de la zona montañosa transfronteriza que ocupa el parque natural del Xurés, que comparten municipios ourensanos y portugueses, se encuentra en proceso de recuperación desde el año 1990. En la actualidad el censo total de animales está compuesto por 4.607 cabezas, de las que 3.174 son reproductoras repartidas por las 166 ganaderías que trabajan con esta raza, que tienen una media de 27 cabezas. La calidad de la carne de cachena está haciendo que sea cada vez más demandada por el consumidor pero la mayoría de las explotaciones hacen una cría en extensivo de los animales en terrenos de monte y venden los terneros sin un periodo de cebo de finalización, por lo que el menor peso de las canales en los mataderos hace que el rendimiento alcanzado por los productores sea bajo.
Los mataderos buscan kilos, lo que hace que el rendimiento económico para los productores de cachena sea bajo
Pero el alto índice de conversión de esta raza haría factible un cebado semejante al que se aplica de manera habitual a otras razas cárnicas, lo que mejoraría notablemente el peso de los animales sacrificados. “Para el abandono del estado de peligro de extinción de estas razas es imprescindible que su producción alcance un rendimiento económico idóneo”, asegura Teresa Moreno, investigadora del departamento de Producción Animal del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo y coordinadora de un proyecto en el que también colaboraron sus compañeros Santiago Creciente y Carmen Calvo y cuyos resultados fueron presentados este jueves.
Para la recuperación de la raza es imprescindible que su producción alcance un rendimiento económico idóneo
Además, las conclusiones del estudio demuestran que la raza cachena, por su maduración temprana, es apta para un engorde final que mejora la calidad de la canal en cuanto a conformación y engrase manteniendo las características organolépticas propias. Cambio de orientación productiva de las explotaciones Las características productivas de la raza cachena permiten su cría en terrenos abruptos y con pocos recursos herbáceos debido a la rusticidad y a la gran adaptación al medio. Su morfología de tamaño medio la hace más idónea para su manejo en extensivo.
Las vacas cachenas tienen una grande facilidad de parto y son reproductoras con muy buenas cualidades maternales, permitiéndoles amamantar a las crías hasta el destete
Por eso, la orientación productiva actual de la mayoría de las explotaciones de raza cachena es la producción de carne de bajo coste a partir de una alimentación basada en el amamantado y el aprovechamiento del pasto herbáceo y arbustivo de praderas y zonas de monte. Necesidad de un cebo final Sin embargo, su ritmo de crecimiento, más moderado, hace que sea recomendable un remate final con concentrados para incrementar su rendimiento cárnico y la calidad de la canal, algo que no están haciendo la mayoría de las ganaderías.
El índice de conversión de la raza cachena es más alto que el de otras razas de referencia, como la rubia gallega
"Lo que estamos viendo a nivel productivo es que nos encontramos con canales muy pequeñas y con poco peso pero es una raza que tiene un índice de conversión muy bueno y que con poco que la alimentes consigues finalizaciones muy buenas. Lo que pasa es que estamos acostumbrados a verla en el monte comiendo casi cualquier cosa", argumenta Teresa. Optimización del pasto y la leche materna Pero esta investigadora, que lleva años estudiando la raza y en contacto con los productores de cachena, afirma que "está habiendo un cambio en los últimos años porque de ser una raza que estaba en el monte comiendo lo que había, están surgiendo productores con un sistema mejorado y más profesionalizado", dice.
Lo ideal sería que los partos fueran en otoño para tener a los terneros con las madres hasta finales de mayo para que llegaran al cebo en mejores condiciones
Por eso, considera que "con un manejo del rebaño que permita un mejor aprovechamiento del pastoreo y de la lactancia materna y con un cebo adecuado estos productores obtendrían resultados mucho más favorables para ellos a la hora de la comercialización de la carne".
Los terneros se cebarían durante los 3 meses del verano, por lo que podría hacerse al aire libre
Lo ideal, dice, sería una adaptación del sistema natural de cría en extensivo con una concentración de partos en otoño para lograr una mayor producción láctea de la madre y un alargamiento de la lactancia gracias al mayor aprovechamiento del pasto de primavera tanto por parte de las madres como de los propios terneros para, una vez destetados en el mes de mayo, pasar a un cebo intensivo que se podría llevar a cabo al aire libre durante los tres meses de verano. Una raza delicatesen Al acto de este jueves en el CIAM acudieron ganaderos que ya tienen la raza cachena o están interesados en ella La cachena es una raza poco estudiada aún desde el punto de vista científico y de la que no había hasta ahora datos de ganancias medias diarias con pesajes y control de la ingesta así como sobre la influencia de la dieta en la calidad de la canal y de la carne desde el punto de vista del análisis físico-químico y nutricional y del perfil lipídico de ácidos grasos.
La cachena es una raza de maduración temprana que acumula mucha grasa infiltrada que hace que la carne sea muy jugosa
"Al ser una raza de maduración temprana en comparación con la rubia gallega, que es todo lo contrario, una raza de maduración lenta, a nivel de calidad de la carne nos encontramos parámetros muy beneficiosos porque son animales que acumulan mucha grasa y grasa infiltrada y eso hace que tenga a nivel organoléptico características de jugosidad y textura con muy buena aceptación por parte del consumidor", destaca. La importancia del control de enfermedades Uno de los aspectos destacables en los que Teresa Moreno hace hincapié es en la necesidad de concienciar a los productores de los beneficios de mejorar el estado sanitario de los rebaños y el control de enfermedades infecciosas como IBR, paratuberculosis o neosporosis.
En Galicia, muy pocas ganaderías de cachena forman parte a día de hoy de Asociaciones de Defensa Sanitaria y llevan a cabo protocolos de control de enfermedades
"Es muy importante en esta raza el tema sanitario porque son animales que están fuera y la IBR está bastante extendida", indica. Iván Mato, técnico de vacuno de Laboratorios Hipra, insistió también en esta idea en su ponencia sobre las enfermedades infecciosas del ganado vacuno en extensivo, que despertó gran interés entre los ganaderos presentes. Les explicó que a partir de 2023 va a ser obligatorio a nivel nacional que todas las razas hagan control de IBR, dado que otros países europeos, como Alemania, Holanda o Francia tienen mucho más avanzado el control de la enfermedad.
A partir de 2023 serán obligatorios en todas las ganaderías controles de IBR, una enfermedad bastante extendida en la cabaña cachena gallega
Los animales que participan en el ensayo fueron adquiridos ya destetados en distintas explotaciones gallegas. Eran terneros que estaban en el monte, por lo que lo primero que se les hizo al llegar al CIAM fue someterlos a un periodo de cuarentena y realizarles una serie de controles sanitarios y protocolos de vacunación. "Durante la etapa de cebado vimos que a los terneros que vienen con algún tipo de enfermedad o llegan más desfavorecidos desde el punto de vista sanitario les cuesta más engordar y su ganancia de peso es menor", evidencia Teresa. Cuatro categorías de animales Este proyecto piloto, denominado Optimización de la dieta de cebo en las diferentes categorías de la raza cachena, está liderazgo por Miña Terra y el Agacal-CIAM y financiado con fondos Feader y busca fomentar entre los productores gallegos de cachena el hábito de cebar a sus animales. Por eso, ganaderos de cachena de toda Galicia fueron invitados a participar este jueves en la presentación de las conclusiones del estudio y en la visita posterior a las instalaciones del CIAM donde se está procediendo al cebo de los animales. El proyecto se inició en 2021 con el objetivo de estudiar el efecto de dos tipos de cebo (convencional a base de pienso y hierba seca y forrajero con una ración formada por grano de maíz dulce y silo de cereal más oleaginosa) en las diferentes categorías de animales de raza cachena (terneros de entre 10 y 12 meses de edad, novillos castrados machos de menos de 48 meses de edad, novillas hembras de menos de 48 meses de edad y vacas de desvieje de más de 5 años) sobre los parámetros productivos y las características de la canal así como sobre la calidad organoléptica y nutricional de la carne.
El estudio iniciado en terneros se ampliará a novillos machos y hembras y la vacas de desvieje
En este momento se concluyó la primera fase del estudio, con el cebo de dos lotes de terneros, que se llevó a cabo entre los meses de octubre y enero en las instalaciones del CIAM. El cebo se prolongó durante 100 días y se realizó a cubierto al coincidir con los meses de invierno y poder tener un control más preciso de la ingesta de los animales. A continuación se iniciará el ensayo en las siguientes categorías, comenzando por las novillas hembras, que serán cebadas fuera, al aire libre, con el objeto de adaptarse más al sistema de manejo y al modo habitual de trabajo de las explotaciones de raza cachena existentes en Galicia.

"Buscamos una ración para cebar los terneros a base de forrajes cultivados en la propia explotación"

Uno de los lotes fue alimentado con pienso y hierba seca (izquierda) y el otro con una ración forrajera (derecha) Javier Blanco es veterinario y forma parte del proyecto Miña Terra, una iniciativa puesta en marcha por técnicos y productores para dar difusión a las razas autóctonas y a los sistemas extensivos de producción. Pretenden servir de nexo de unión entre investigación, producción y cliente final, aportando datos técnicos a toda la cadena, desde los ganaderos a los consumidores. Esa labor de promoción ya han comenzado a hacerla a nivel de hostelería, con datos sobre las características físico-químicas y organolépticas de la carne, y buscan hacerla también entre los ganaderos, aportando pautas sobre manejo y alimentación en base a los resultados obtenidos en distintas investigaciones. Javier está colaborando con el proyecto que está llevando a cabo el CIAM con el asesoramiento en materia nutricional en la elaboración de las raciones para el ganado y explica los motivos de haber optado por probar una dieta a base de forrajes y comparar los resultados con otra basada en el tradicional sistema de cebo con pienso y hierba seca.
En la promoción de esta raza deben primar los parámetros de calidad de la carne y de sostenibilidad de las explotaciones, porque es una especie que optimiza los recursos disponibles en su entorno
"Con los altos precios que están teniendo hoy los piensos, buscamos una ración para cebar a los terneros a base de cereales, leguminosas y oleaginosas que puedan cultivar las propias explotaciones para abaratar costes", cuenta. Pero más allá del ahorro económico, está también buscar la coherencia para las ganaderías de razas autóctonas en extensivo. "No se trata solo de buscar sistemas que compitan con el pienso, es importante también la percepción del cliente final de este tipo de carne, que valora la calidad del producto y también el modo de producción, es decir, que la ganadería sea autosuficiente y sostenible", añade. Potenciar el cultivo de maíz y el cereal con leguminosa para el vacuno de carne Esta ración alternativa al pienso estaría formada por grano húmedo de maíz y silo de cereal (triticale, avena, centeno o cebada) con leguminosa (veza o guisante), más un aporte de aceite de linaza o de pipa de girasol. "La diferencia es que la linaza sería un insumo que las ganaderías tendrían que comprar mientras que el girasol podrían cultivarlo también ellas mismas", explica Javier. Se pretende potenciar el maíz para alimentar al vacuno de carne y la rotación con cereal más leguminosa como cultivo de invierno. En función de las zonas se harían diferentes mezclas buscando aquellas más idóneas. "Las explotaciones de cachena tienen normalmente poca carga ganadera y bastante superficie, mucha de ella de monte, pero casi todas tendrían 4 o 5 hectáreas buenas para hacer una rotación anual de maíz con cereal de invierno y sin embargo no lo están haciendo", argumenta.
La ración alternativa al pienso sería más barata pero exigiría un mayor tiempo de cebado para alcanzar resultados equiparables
La ración está pensada para ser elaborada mediante carro mezclador o dispensación manual por parte de los ganaderos, aunque en el caso del ensayo llevado a cabo en el CIAM se preparó ya mezclada en rollos de silo individuales para facilitar su manejo y el control de la ingesta, lo que encareció notablemente su coste final. Conclusiones del estudio De la comparación de los resultados obtenidos con las dos raciones empleadas para el cebo de los dos lotes de animales en estudio se concluye que la ración con pienso permite obtener unos mejores resultados productivos. "El grupo en base a pienso tuvo ganancias más elevadas (0,92 kilos/día frente a 0,78) y resultados de peso canal (105,25 kilos frente a 94,75) y rendimiento canal (48% frente a 46%) también mejores", explica Teresa.
La canal de los terneros de raza cachena se caracteriza por un rendimiento cárnico del 48%, con unos porcentajes del 66% en el cuarto trasero, que es donde se encuentran las piezas de mayor valor comercial
“La ración forrajera, tal como fue elaborada, exigiría más tiempo de cebo para igualar los resultados de la ración con pienso. De otro modo, deberíamos concentrar más la ración forrajera, aumentando la proteína bruta y disminuyendo la fibra bruta, para lograr un mayor rendimiento productivo”, indica. "Los animales comieron menos de lo estimado pero convirtieron muy bien. Nos quedamos cortos con la proteína, tanto en la ración de pienso como en la de forraje, en la que habría también que subir la energía para logar una mayor concentración de la ración", detalla Javier. Concentrar la ración forrajera El cebo fue intensivo, con alimentación a demanda durante 3 meses, cuantificando los kilos de ingesta: 5,17 kg/ternero/día (4,58% MS) en el caso de la dieta con pienso y 12,2 kilos (3,54% MS) en el caso del rollo de forraje. El peso vivo medio en el inicio del ensayo (terneros machos de 8 meses de edad) era de 125 kilos y el resultado alcanzado tras 100 días de cebo fueron 218 kilos de peso vivo en el lote de pienso y 207 kilos en el lote con forraje.
Hay que modificar la ración forrajera con un planteamiento diferente, incrementando la materia seca y la proteína
Se hicieron pesadas de cada animal cada 15 días para cuantificar las ganancias de peso y los índices de conversión y una vez sacrificados se realizó también una comparación de la clasificación de las canales en el matadero y una comparativa de las analíticas realizadas a la carne, un aspecto en el que colaboró el Centro Tecnológico de la Carne. Niveles de grasa infiltrada "La calidad de esta raza es muy apreciada por el consumidor por su gusto característico, proporcionado principalmente por atributos de jugosidad y ternura debido a su alto contenido en grasa intramuscular, que además se encuentra bien distribuida e infiltrada", explica Teresa.
Los contenidos de grasa infiltrada fueron ligeramente mayores en el caso del cebo con pienso
Los niveles de grasa intramuscular, que se mueven en la categoría ternero entre 1,5 y 2% en la raza cachena frente a niveles inferiores al 1% en el caso de la rubia gallega, son los que determinan la textura de la carne, medida como fuerza necesaria o resistencia al corte. Perfil lipídico No se observaron diferencias significativas en la clasificación de la canal ni en la calidad físico-química de la carne entre las dos dietas, pero sí en lo tocante a la composición de ácidos grasos de la carne. “Deberíamos emplear en la ración forrajera semilla de linaza en vez de pipa de girasol, que tiene un perfil de ácidos grasos saturados mayor”, considera Teresa.
La relación omega6/omega3 es más favorable cebando con forrajes que con concentrado
La cría y la alimentación natural en extensivo favorecen un nivel elevado de ácidos grasos cardiosaudables (omega3, omega6 y CLA) y la relación omega6/omega3 es más favorable en el caso del cebo a base de forrajes con respecto al cebo con pienso, puesto que el concentrado se caracteriza por tener un alto contenido en omega6 y un bajo contenido en omega3.