Es necesario que cada ganadero escoja el sistema más adecuado para la producción de terneros en su zona para obtener unos canales con alto valor comercial a un coste de producción rentable“Es necesario que cada ganadero elija bien el sistema más adecuado para la producción de terneros en su zona y/o condiciones particulares para obtener unas canales con alto valor comercial a un coste de producción ajustado”, insiste. “Para conseguir una buena calidad de la canal es necesario realizar un buen acabado de los terneros con un mínimo de dos meses de suplementación con pienso, de este modo obtendremos unas canales más homogéneas y de mejor calidad”, afirma el Manual, en la línea de lo aprobado por el Pleno del Consejo Regulador de la IGP. Se considera imprescindible una finalización de los terneros
Sea cual sea el sistema productivo, los animales deben finalizar su período de cría suplementando la alimentación con pienso dos meses antes del sacrificio“En animales de raza rubia gallega, criados siguiendo las especificaciones de la IGP, se comprobó que una alimentación exclusiva en base a pasto y ensilado de hierba no permite alcanzar un nivel medio de una clasificación 2 de grasa. De este modo, para que animales de 10 meses de edad tengan grasa en su canal, es necesario forzar su alimentación”, justifica.
Un mayor contenido graso de la carne mejora su calidad organoléptica, ya que produce una mayor intensidad de sabor, jugosidad y ternuraTeniendo en cuenta los resultados alcanzados en los ensayos llevados a cabo en el CIAM, “en la carne de aquellos animales que consumieron pastos y forrajes se observó una proporción más elevada de ácidos grasos saludables, como por ejemplo el ácido linolénico, frente a los que consumieron cereales, que presentaron un mayor contenido de ácidos grasos saturados”, indica el Manual. Uno de los factores que más influye en la calidad organoléptica de la carne es el tiempo de maduración de la canal en la cámara de refrigeración. Aunque es algo ajeno al ganadero y al sistema de manejo, es importante tenerlo en cuenta por la gran influencia en la ternura de la carne. A lo largo del proceso de refrigeración tiene lugar el ablandamiento de la carne, debido a la degradación progresiva de las fibras musculares. Se recomienda un mínimo de 7 días en cámara para obtener una merma significativa en los parámetros de dureza de la carne.
La industria requiere canales con cierto grado de engrase para evitar el endurecimiento de la carne en la cámaraLa industria requiere canales con cierto engrase, pues la cobertura grasa de la canal la protege del frío en las condiciones de la cámara de refrigeración. La grasa actúa como aislante térmico y la temperatura post-sacrificio baja más lentamente, protegiendo a la canal del fenómeno conocido como acortamiento de las fibras por frío, que da lugar a un endurecimiento de la carne. Dentro de Ternera Gallega Suprema los terneros que manifiestan una mejor conformación son los criados en sistemas de alimentación con dietas más intensivas, principalmente aquellos que incluyen concentrados en la dieta. Del mismo modo, los que presentan un mayor engrase son los terneros estabulados.
Los sistemas de producción con estabulación de los terneros permiten obtener unos mayores niveles de engrasadoEl nivel de engrasado depende de la dieta, fundamentalmente del nivel de energía ingerida, pero siendo el engrasamiento una característica de los animales adultos (aquellos que han llegado a la madurez sexual), “las canales de los animales de Ternera Gallega Suprema suelen tener niveles de engrase bajos o medios, incluso en los sistemas que utilizan más cantidad de concentrados”, reconoce el Manual.
El Manual deja la puerta abierta a hacer la finalización de los terneros con pienso en la pradera, mediante su acorralamiento, sin necesidad de estabularCon todo, el Manual encargado por la Xunta abre la puerta a que este aporte de concentrados pueda hacerse en la pradera. “En los sistemas extensivos, o incluso en algunos semiextensivos, es recomendable disponer de instalaciones en las que poder realizar un acabado de los terneros los meses previos al sacrificio. Si no se dispone de ellas, se aconseja realizar dicho acabado acotando el espacio disponible para los terneros, favoreciendo así la iniciación en el consumo de concentrados o cereales para un correcto acabado previo al sacrificio”, indica. Para este acorralamiento en la pradera, el Manual recomienda la separación efectiva mediante cierres de malla. “Los cierres de malla son útiles cuando se quiere hacer un cebo de terneros en parcelas, pues en el momento del destete los animales tienden a buscar a las madres y un cierre de hilos puede no ser suficiente para mantenerlos recluidos”, argumenta. Instalaciones para cebar a los terneros
Los terneros cebados en interior dispondrán de un mínimo de 2,2 metros cuadrados de espacio por animalA partir de los 6 meses de vida, los animales estabulados conjuntamente no superarán las 40 cabezas. Para los menores de 6 meses, el número de animales por lote no superará los 50. Con la nueva legislación aprobada hace un año y que entrará en vigor entre 2025 y 2030 en función del tamaño de la explotación y de su sistema productivo, los emparrillados estarán prohibidos si cubren el 100% de la superficie. Por lo menos la zona de descanso deberá mantenerse libre de parrillas, debiendo tratarse de un suelo uniforme con un material para la cama que permita tener limpios y secos a los animales. La pendiente del suelo no podrá superar el 5% para cumplir con los requisitos fijados por la IGP en su Protocolo de Bienestar Animal. Más de la mitad de la carne amparada por la IGP Tenera Gallega pertenece a la categoría Suprema (53% de las canales y de las toneladas certificadas en el año 2021).
La categoría Suprema supone la mitad de la producción dentro de la IGP Ternera GallegaEl documento destaca que “las ganaderías de Suprema desarrollan un importante papel en la gestión y mantenimiento del paisaje y en la prevención de incendios forestales en una gran parte del territorio de Galicia, especialmente en las áreas de montaña”. Sistemas de manejo y rendimientos
El sistema intensivo con el ternero estabulado permite obtener canales y carne de gran calidad, así como elevados pesos al sacrificio
Para que los terneros puedan consumir suficiente cantidad de pienso en los dos meses de finalización es imprescindible iniciar la adaptación con tres meses de antelación disponiendo de comederos selectivos en el pasto“El principal problema de este sistema es el reducido engrasamiento de las canales al tratarse de dietas menos ricas en energía que utilizando concentrados, por eso es necesario la suplementación con piensos durante los dos meses anteriores al sacrificio”, asegura el Manual, que también establece que “para que los terneros puedan consumir suficiente cantidad de pienso en los dos meses de finalización es imprescindible iniciar la adaptación a este alimento con tres meses de anterioridad, disponiendo de comederos selectivos en el pasto”. “De esta manera conseguiremos canales mejor conformadas y con un grado de engrase superior”, concluye. Otra opción por la que optan algunas ganaderías en extensivo es vender los terneros al destete, como pasteros, con destino posterior a cebaderos, aunque en este caso los animales pierden la certificación de Suprema al cambiar de explotación. Limitar el acceso del ganado a los cursos naturales de agua El Manual hace hincapié también en otros aspectos, como los de carácter sanitario y de bioseguridad. En este sentido, recomienda “limitar el acceso del ganado a cursos naturales de agua (fuentes, riachuelos, ríos, etc)”, haciendo hincapié “en la limpieza y desinfección de los bebederos” y en la necesidad de “asegurar un suministro constante de agua”, que debe ser potable o estar clorada. El agua es un elemento esencial para el desarrollo de todas las funciones vitales del ganado bovino, siendo especialmente necesaria en el período de lactancia. Las necesidades diarias se sitúan entre 5 y 15 litros en los becerros, de 15 a 35 litros en las novillas y de 30 a 60 litros en las vacas adultas, en función de la época del año y el estado del pasto. En cuanto a la ingesta de alimento, como norma general una vaca come cada día entre el 1-3% de su peso vivo expresado en kg de materia seca. A modo de ejemplo, una vaca de 600 kg necesitará cada día entre 9 kg (cuando están secas) hasta 15 kg de materia seca (en pico de lactancia) de forraje en función de su estado productivo.
La condición corporal de las vacas no es estática a lo largo del año, debiendo ser recuperada en épocas de menor demanda nutricionalEl crecimiento del becerro durante la gestación no es lineal, sino que se acelera en los últimos meses, por lo que es importante que en ese período la vaca esté bien alimentada. En el momento del parto la vaca no debe estar muy delgada (con una condición corporal media, de 2,5 sobre 5), ya que sino tendrá una baja producción de leche, un mayor riesgo de ciertas enfermedades metabólicas y una demora en la reaparición de los celos. Tampoco debe estar muy gorda, pues aumentan las complicaciones en el parto, así como el riesgo de ciertas enfermedades metabólicas. Gestión de la superficie forrajera
No se debe entrar a pacer una finca hasta que la altura de la hierba no sea de 20 cm y debe sacarse el ganado al llegar a los 10 cmLa calidad del pasto presenta un máximo valor en primavera, disminuye con el espigado de las gramíneas en verano, y vuelve a aumentar con el rebrote de otoño. Lo ideal es poder adaptar los momentos de máximas necesidades de los animales con los momentos de máxima calidad de los pastos. Debido a la estacionalidad climática que presenta Galicia, el crecimiento de la hierba no es homogéneo a lo largo del año. Existen marcadas diferencias en las distintas zonas de Galicia, dependo fundamentalmente del nivel de sequía en verano (más acusado en el sur de Lugo y Ourense) y del frío del invierno (más acusado en la montaña lucense y ourensana), lo que obliga a las explotaciones a conservar una parte de la hierba, fundamentalmente la que sobra en primavera.
En las zonas de climatología suave será suficiente con reservar el 25% de la superficie de pasto para hacer forraje“En los lugares de inviernos suaves y veranos más húmedos será suficiente reservar alrededor de un 25% de la superficie disponible para guardar en forma de forraje, mientras que en aquellas localizaciones con inviernos duros y veranos secos puede ser necesario reservar hasta el 50% de la superficie”, estima el Manual. El momento de realizar el ensilado es uno de los puntos más importantes a tener en cuenta para conseguir forrajes de alta calidad. Debe hacerse antes del espigado de las gramíneas, ya que éste provoca una bajada notable de la calidad nutritiva de las plantas. La hierba debe estar además bien seca, con un grado de humedad entre el 10 y el 15% para evitar la proliferación de hongos.
El ensilado debe hacerse antes del espigado de las gramíneas, puesto que el nivel de proteína de las plantas cae a la mitad y también desciende su digestibilidadEl silo de hierba para vacas de carne debería llegar al 12% de proteína con un 65% de digestibilidad, pero si la hierba se ensila espigada el nivel de proteína cae hasta el 6-7% y la digestibilidad al 50%, con lo que ese forraje no llegaría para cubrir las necesidades nutricionales de los animales y perderán condición corporal. En cuanto a la hierba seca, para conseguir que sea de buena calidad deberá hacerse del rebrote de una pradera que haya sido pacida o segada para silo en primavera. Si se hace con la hierba ya espigada, la calidad del forraje no será óptima y deberá emplearse únicamente como suplemento, propone el Manual. Efectos del cambio climático
Es necesario un cambio de estrategia en la conservación de los forrajes, pasando de hacer silo para el invierno a hacer silo para suplementar la alimentación durante la sequía del veranoEl cambio en las temperaturas irá acompañado de una modificación en las precipitaciones. Si bien no se espera una fuerte reducción de la lluvia total, sí que se prevé una notable variación en su distribución a lo largo del año. De este modo se esperan unos inviernos húmedos, como es habitual, pero unos veranos mucho más secos y cálidos en toda Galicia.
La mejor época para sembrar praderas es a finales del verano para que la germinación tenga lugar con las primeras lluvias del otoño“En las zonas secas del sur de Galicia, para la implantación de praderas, se emplearán de forma predominante mezclas compuestas por dactilo y festuca, dejando el raigrás inglés en menor proporción. En cuanto a las leguminosas, serán mayoría aquellas especies anuales (trébol subterráneo, migueliano, persa, vesiculoso). Por el contrario, en zonas húmedas del centro y norte predominará el raigrás inglés y las leguminosas plurianuales de clima húmedo (trébol blanco, violeta, persa)", destaca.
Lo ideal sería que los becerros, solamente con la leche, pastos y forrajes, presenten una ganancia media de peso vivo previa al destete superior a 1 kg/díaAsimismo, afirma que “hace falta tener unas praderas y forrajes de calidad para poder aprovechar el potencial lechero de las vacas, y para que cuando los terneros empiecen a pastar lo hagan con un alimento de calidad”. “Lo ideal sería que los becerros, solamente con la leche, pastos y forrajes, presenten una ganancia media de peso vivo previa al destete superior a 1 kg/día”, calcula. Razas recomendadas En cuanto a las razas, seis de cada 10 canales certificadas son cruces, con una presencia importante de la raza rubia gallega dentro de los animales puros, sobre todo como vacas nodrizas. El Manual considera que “la elección de la raza es un elemento más que puede incidir en la rentabilidad de la explotación”. Debido “a su superioridad productiva”, el documento recomienda “utilizar preferentemente” las razas rubia gallega, limusina, blonde de Aquitania y Asturiana de los Valles “en las zonas donde se pueda disponer de praderas de buena calidad”.
Las Morenas Gallegas son razas autóctonas que no han sufrido un proceso de selección, se consideran muy rústicas y se recomiendan en zonas de montePor el contrario, “en zonas de monte con hierba de baja calidad o donde se utilice el matorral como fuente de alimentación” destaca que “las Morenas gallegas (cachena, caldelá, frieiresa, limiá y vianesa) presentarán una mejor adaptación debido a su mayor capacidad de consumir este tipo de pasto”. Manejo reproductivo
Es necesario planificar los partos para desestacionalizar la producción y mejorar la rentabilidad de las explotacionesEn consecuencia, concluye el documento, “es necesario desestacionalizar la época de partos de una parte de las explotaciones hacia los meses de otoño (septiembre, octubre, noviembre y diciembre) para conseguir un doble objetivo: por un lado asegurar un flujo continuo y homogéneo en la oferta de animales de Suprema al mercado a lo largo de todo el año y, por otro, mejorar la rentabilidad de las explotaciones derivada de la posibilidad de obtener unos mayores precios de venta”.
La primera cubrición de las novillas se realizará en torno a los 16-18 meses de edad, teniendo lugar el parto a los 25-27 mesesEl documento asegura que “la observación de los celos es fundamental para descartar patologías reproductivas que suponen pérdidas económicas directas e indirectas en las explotaciones” y propone el uso de tratamientos hormonales que sincronizan la ovulación, “permitiendo de esta manera programar los partos homogéneamente a lo largo del año, evitando así una agrupación excesiva de los mismos en los meses de primavera”, dice. Esta práctica no está permitida, sin embargo, en producción ecológica. En caso de utilizar la monta natural, una práctica habitual sobre todo en las ganaderías extensivas de mayor tamaño, los partos tienden a acumularse en los meses de primavera. Según los datos facilitados por la IGP, en los meses de primavera nacen unos 9.500 becerros al mes, mientras que en los meses de otoño el número de nacimientos baja hasta los 4.900 al mes.
Para evitar la concentración de partos en primavera con la monta natural es necesario separar el toroEn las explotaciones que disponen de semental, se recomienda tener un toro por cada 30-40 vacas, cuando se trate de monta continua a lo largo del año. “En la mayoría de los rebaños de Ternera Gallega Suprema se emplea la monta natural sin agrupación de partos, dejando el toro todo el año con las vacas. Esto representa, a priori, una ventaja de cara a un manejo más sencillo, pero tiene graves inconvenientes”, asegura el Manual, que añade al problema de la concentración de partos un peor aprovechamiento del pasto, “derivando en una falta de pasto de calidad hacia los últimos meses antes del destete, cuando el ternero aprovecha mejor la hierba”. El momento idóneo para los partos La agrupación de partos, considera el documento, “es una medida primordial para adaptarse a las condiciones del mercado así como a los requerimientos nutricionales del ganado, de manera que coincida el pico de producción de hierba con momentos de altas necesidades del rebaño”.
Se debe planificar la producción, concentrando los partos en función de los períodos de mejor producción forrajera así como del precio de venta de los animalesEl momento idóneo de los nacimientos dentro de esta planificación varía en función de la zona. “En la costa o en áreas no montañosas con un clima más favorable pueden agruparse los partos en otoño, con el inconveniente de que las máximas necesidades del rebaño tendrán lugar en invierno pero con la ventaja de que los terneros dispondrán de abundante hierba de calidad cuanto tienen entre 7 y 9 meses de edad”, sin que esto excluya la necesidad de suplementarlos igualmente con pienso, defiende el Manual.
En los sistemas extensivos el momento del parto influye en el ritmo de crecimiento de los terneros, pues depende del valor nutritivo de la hierba que pacen e influye en la producción de leche de las madresPor el contrario, insiste, “los partos de primavera son muy frecuentes en explotaciones extensivas con monta natural pero económicamente no son tan rentables porque las necesidades máximas del rebaño se presentan en los meses del verano y el otoño, cuando hay poca disponibilidad de pasto, mientras en primavera la vaca parida ve estimulada su producción láctea cuando el ternero aún no es capaz de consumirla en su totalidad”, asegura.
Mediante el Real Decreto 554/2019 (modificado en 2021) se creó el actual programa voluntario de IBR en EspañaEn este momento en España no existe un plan nacional de control de IBR que especifique las pruebas de diagnóstico a utilizar, los pasos a seguir y objetivos a alcanzar, la certificación de las granjas y las condiciones para la adquisición y mantenimiento de las diferentes calificaciones. Es decir, cada comunidad autónoma puede desarrollar sus propios programas. Unificar esos criterios es el objetivo del Programa Nacional contra IBR que se prevé obligatorio a partir de 2025. De programa voluntario a obligatorio “La situación epidemiológica de la enfermedad en España es endémica en las zonas de mayor densidad de ganado, con una seroprevalencia en rebaños de carne y leche del 60% y entre el 25 y el 40% de los animales, aunque la situación varía notablemente entre comunidades autónomas”, explica la jefa del servicio de Epidemiología del Ministerio de Agricultura.
La enfermedad es endémica en las zonas de mayor densidad de ganado“En Europa, países como Alemania, Dinamarca, Suiza, Austria, Suecia, Noruega y Finlandia han sido ya declaradas zonas libres de IBR. En España a día de hoy el 90% de las explotaciones están encuadradas en la categoría IBR0, es decir, no están aplicando un programa de erradicación de la enfermedad, pero queremos avanzar. Es necesario bajar el nivel de prevalencia, porque una vez presentemos el programa a la Comisión Europea sólo hay 6 años para declararse libres”, aclara Elena.
Una vez presentado el programa nacional a la Comisión Europea hay que lograr declararse libres en 6 añosEl Ministerio de Agricultura ha creado un Grupo de Trabajo sobre IBR en el que participan las comunidades autónomas y distintos agentes. “Es muy importante la implicación del sector, porque sin esa implicación el programa no tendría éxito, pero las organizaciones del sector están de acuerdo”, asegura. Distintas velocidades El Ministerio prevé distintas velocidades para la consecución de los objetivos que se fijen en el nuevo Real Decreto en función de la situación de cada comunidad autónoma y del nivel de prevalencia de la enfermedad en cada zona. “El programa voluntario en algunos casos no ha funcionado y tenemos el obligatorio a la vuelta de la esquina. Andalucía, Galicia y País Vasco son las comunidades que van más avanzadas en el programa, pero no hay información en otras comunidades que no han hecho prácticamente nada”, lamenta la responsable del Ministerio.
Algunas comunidades van más avanzadas que otras y podrán declararse libres de IBR antes, igual que ocurre con la tuberculosisPor eso, se prevé que si una comunidad avanza más rápido que las demás pueda declararse libre de IBR, al igual que está sucediendo ahora con otras enfermedades como la tuberculosis. De las 135.532 explotaciones existentes en España (alta en REGA) hay calificadas 104.883 ganaderías, de las que unas 5.000 serían IBR4 (negativas a gE) e IBR4+ (negativas a gB). De ellas, unas 1.600 están en Galicia. Discrepancias en la clasificación de explotaciones
Galicia tiene un gran número de explotaciones calificadas como IBR2 que el Ministerio clasifica como IBR0“Tenemos que llamar a las cosas todos de la misma manera y para ello habrán de definirse unos requisitos comunes para encuadrar a una ganadería en uno u otro nivel, sin perder la referencia de la reglamentación europea”, indica Elena. Para ser calificada como IBR4 la explotación no puede haber tenido casos positivos en los últimos 12 meses ni haber vacunado a ningún animal en los últimos 2 años. Estar declarada libre de IBR tiene ventajas para las ganaderías a la hora de comercializar sus animales, ya que una explotación IBR0 solo podrá vender a otra explotación IBR0, mientras una explotación IBR4 podrá vender su ganado a ganaderías encuadradas en cualquier categoría, con la ventaja que esto supone a la hora de comercializar animales, que alcanzarán un mayor valor en el mercado. Estrategia de vacunación Prácticamente en todas las comunidades autónomas hay ya implantadas ayudas para control frente a IBR: 14 de ellas dan algún tipo de ayuda para vigilancia de la enfermedad y 6 comunidades subvencionan la vacunación. Sin embargo, existen discrepancias en cuanto a las estrategias de vacunación seguidas.
El Ministerio nunca ha creído en dar ayudas a las vacunas, como hace Andalucía“En algunas regiones se vacunan todas las explotaciones y en otras, como en Galicia, se vacuna en función de la prevalencia, vacunando sólo las explotaciones con una prevalencia superior al 10% medida en el tanque de leche”, explica Elena, que avanza que “la idea del Ministerio es no subvencionar vacunas, sino la toma de muestras y los kits de diagnóstico”. Restricción de movimientos La jefa del servicio de Epidemiología del MAPA reconoce que se han detectado algunos problemas y dificultades para la implementación de un Programa nacional obligatorio y reconoce que “quizás haya que flexibilizar algunas medidas en el caso de las explotaciones pequeñas”. “Va a haber problemas en la restricción de movimientos, pero no se ha establecido todavía si se impedirá sólo vender para vida pero no enviar a matadero o cebadero, o si se inmoviliza la explotación para todo tipo de movimientos”, indica.
Puede que sea necesario establecer alguna transitoria para el movimiento de animales, porque sino el impacto puede ser tremendo“Podrían establecerse algunas medidas con carácter transitorio en cuanto a los movimientos entre explotaciones, porque sino el impacto puede ser tremendo”, admite. Podrían establecerse excepciones en el caso de envío de animales desde ganaderías IBR4 a centros de recría, donde habitualmente se vacuna, y su posterior regreso a la granja de origen, sin que esta pierda la condición de libre de IBR. Es probable que se permitan también los movimientos entre instalaciones del mismo propietario, como ocurre en porcino, donde existe también la figura de las agrupaciones de granjas, una flexibilización pensada en este caso para ganaderías que realizan la recría en otra nave distinta a la de producción, algo cada vez más habitual en explotaciones lácteas a medida que van creciendo. El ejemplo de Aujeszky en porcino La rinotraquis infecciosa bovina (IBR) tiene semejanzas con la enfermedad de Aujeszky en porcino. Se trata también en este caso de una infección viral altamente contagiosa que afecta al sistema nervioso central y produce afecciones respiratorias en cerdos adultos. Su control ha sido una prioridad en los últimos años para las autoridades sanitarias y a día de hoy la mayoría de granjas de porcino están libres de esta enfermedad, por lo que el ejemplo de Aujeszky podría servir a la hora de adoptar medidas contra IBR.
A través de medidas severas de bloqueo de granjas se ha logrado un control muy rápido de la enfermedad de Aujeszky en cerdosEn Aujeszky, por ejemplo, se ha logrado un control muy rápido de la enfermedad en la cabaña ganadera al implicar el bloqueo de la granja tanto para venta como para compra de animales. Pero en este momento no está decidido si una explotación IBR0, además de no vender, no podrá comprar tampoco animales. Por analogía con Aujeszky en porcino, donde las explotaciones clasificadas como nivel 0 no pueden realizar ningún tipo de movimiento de animales, las granjas no diagnosticadas o con casos positivos a IBR podrían tener restricciones severas.
Debido a la restricción de movimientos será necesaria una mayor autosuficiencia en la recríaDe hecho, de aplicarse este mismo criterio al ganado vacuno afectado por IBR, muchas explotaciones se verían gravemente afectadas. En el caso de ganaderías lácteas, por ejemplo, obligaría a una mayor autosuficiencia en la recría e implicaría también cambios en la venta de terneros con destino a cebaderos. Las explotaciones de carne, más reticentes muchas veces a la eliminación de animales positivos, se verían afectadas en sus movimientos de ganado, tanto en la compra de machos para sementales o becerras y novillas de recría como en la venta de animales para vida a otras explotaciones. En principio, en explotaciones positivas se permitiría únicamente la salida con destino a matadero o cebadero. Abordaje conjunto con DVD El Ministerio está estudiando un posible abordaje conjunto dentro del Programa nacional contra IBR con otra enfermedad habitual en las ganaderías: la Diarrea Vírica Bobina. “A lo mejor es una buena oportunidad para trabajar conjuntamente en ambas enfermedades”, opina Elena.
Puede ser una buena oportunidad para empezar a trabajar también en materia de Diarrea Vírica Bovina“Aunque lo estipulado en el nuevo Real Decreto para BVD quizás sea más de mínimos que en el caso de IBR, si no empezamos ahora con BVD nos va a pasar lo mismo que con IBR, porque ya hay países que están empezando a aplicar programas oficiales contra BVD”, argumenta la jefa del servicio de Epidemiología del MAPA.
La prueba de Seroneutralización (SN) es menos sensible que la ELISA y se usa para confirmación de positivos en animales no vacunados“Tuvimos un problema de falsos positivos con un determinado kit de diagnóstico (ELISA gE de INGENASA), que es el adquirido por el Ministerio para distribuir entre los laboratorios de referencia de las comunidades autónomas. Por eso, cuando hay dudas se hace un segundo test con otro kit de otra casa comercial”, explica. Mejora de los kits comerciales Estos kits comerciales de diagnóstico facilitados por el Ministerio no convencen a algunas comunidades autónomas, como Galicia o País Vasco, que han optado por el kit de IDEXX. Desde el Laboratorio Central de Veterinaria se ha estado trabajando conjuntamente con la casa fabricante para mejorar la especificidad de estos test, primero con el punto de corte y después con el diluyente y Azucena asegura que “el test actual es mucho mejor que el de hace 3 o 4 años”.
Los kits comerciales de diagnóstico facilitados por el Ministerio no convencen a comunidades autónomas como Galicia o el País VascoEl protocolo de actuación ante falsos positivos establece que en explotaciones con historial negativo en el que aparece un animal positivo se realiza un segundo test de confirmación con otro kit comercial y en caso de no obtener resultados concluyentes se repite la prueba a los 28 días, ante el temor a posibles reacciones cruzadas con el herpesvirus tipo 2, que podría interferir en los resultados. Entre las funciones del Laboratorio de Algete está precisamente la de confirmar los resultados positivos o dudosos obtenidos por los laboratorios oficiales de las comunidades autónomas. “La toma de muestras adecuada es el primer paso fundamental para hacer un diagnóstico adecuado. Recomendamos congelar y descongelar las muestras, no analizarlas hasta que pasen 24-48 horas tras la recogida y separar el muestreo de la vacunación de IBR al menos 4 semanas”, explica.
En caso de duda, lo indicado es realizar una nueva toma de muestrasEn determinadas circunstancias es difícil acometer el sangrado de todos los animales. “A veces nos encontramos con problemas para hacer los tests a la bajada de animales de los pastos comunales, porque todos los animales bajan a la vez y se hace inviable poder realizarlos todos. Habrá que flexibilizar fechas”, reconoce. Prohibición de las vacunas no marcadas El test ELISA es la técnica recomendada para la detección de respuesta inmunitaria porque la técnica de sueroneutralización (SN) no permite diferenciar entre animales vacunados e infectados.
La prueba de Seroneutralización (SN) no permite discriminar entre anticuerpos vacunales y de infecciónPor esa razón, desde diciembre de 2019 se han prohibido las vacunas no marcadas y todos los animales vacunados antes de esta fecha con vacuna convencional han tenido una moratoria de 4 años para someterse a las pruebas oficiales, que finaliza este año. “En octubre de 2023 finaliza el plazo para eliminar del muestreo los animales vacunados y pensamos que eso puede suponer un problema”, asegura jefa de servicio de Virología del Laboratorio Central de Veterinaria. Brotes asintomáticos Las vacunas marcadas, utilizadas actualmente, permiten diferenciar en las pruebas realizadas al ganado los casos positivos que se deben al virus de los que se deben a la vacuna. Sin embargo, vacunar no es la solución definitiva, ya que no evita por completo el riesgo de contagio, aunque en caso de que ese animal se infecte y desarrolle la enfermedad excretará menos virus, por lo que el riesgo de diseminación del virus a otros animales de la explotación disminuye.
Sólo la eliminación de los animales positivos garantiza que no se disemine la enfermedad por la explotaciónUna vez contagiado el virus, el periodo de incubación es corto, entre 2 y 4 días, y la profilaxis se logra con el sacrificio de los animales positivos y la vacunación de los que hayan estado en contacto con ellos. En muchas granjas se están detectando actualmente brotes asintomáticos, debido a que un animal que es seropositivo cada vez que en él se reactiva el virus responde de forma asintomática, es decir, no existe tos ni lagrimeo, aunque está diseminando igualmente la enfermedad.
Cuando te dedicas a la ganadería hay que introducir leguminosas en las praderasEn el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo llevan varios años estudiando distintas alternativas para los cultivos de invierno en Galicia, comparando los resultados de las diferentes mezclas de gramíneas y leguminosas. Juan enumera los beneficios de sembrar especies mejorantes en las praderas desde el punto de vista agronómico (el terreno queda mejor preparado y es más fácil de trabajar; salen menos malas hierbas, por lo que son necesarios menos herbicidas; y se logra un aporte extra de nitrógeno para el siguiente cultivo, que redunda en una mayor producción); pero también desde el punto de vista nutricional, al lograr mayor contenido en proteína en la ración.
De los tréboles hay mucho que estudiar aún y es necesario aprender a trabajar con ellosPero con las leguminosas, dice, “es necesario aprender a trabajar con ellas”. En los últimos años el CIAM ha estado realizando ensayos con leguminosas anuales en distintas zonas de Galicia, como en la finca de Mabegondo o en la del Pazo de Cartelos (Carballedo), perteneciente a la Fundación José Luis Taboada, donde se probaron distintas mezclas de tréboles para comprobar su implantación y rendimiento: trébol migueliano, también llamado balansa; trébol resupinatum (persa); trébol maral (trifoliun suaveolens o trébol resupinatum de hoja grande) y trébol encarnado. “Según en que zonas de Galicia, se dan mejor unos tréboles que otros. El trébol maral, por ejemplo, tiene capacidad de rebrote, pero es tardío, por lo que se implanta mejor en Mazaricos que en zonas del interior”, asegura Juan. Mezclas de tréboles y gramíneas
Los tréboles funcionan mejor mezclados con raigrás híbrido, porque se evita el lavado del suelo cuando llueveAdemás de las diferencias en la implantación, la preparación del terreno debe ser también diferente cuando se siembran solo gramíneas que cuando se aportan mezcladas con leguminosas. “El trébol obliga a preparar mejor el terreno para la siembra y después hay que pasar siempre un rulo. El raigrás, cuando se siembra solo, va creando una especie de fieltro en el suelo que impide la contaminación por piedras y cenizas cuando ensilas la hierba, algo que no sucede en el caso del trébol”, indica. Cereal con leguminosa
La veza sativa es más digerible que la villosa pero tiende a tumbarse y necesita un cereal (triticale, cebada, avena) como tutorJunto con la veza, otra de las leguminosas empleadas en las mezclas con cereal es el guisante. “La clave está en la proteína. Se ponen estos cultivos porque vas a un solo corte y logras un contenido proteico más elevado. En raigrás si vas a dos cortes puedes igualar la cantidad de proteína, pero los costes se duplican”, razona. Labrar sin abonar De cara a la siembra del cultivo de invierno no es imprescindible abonar las tierras. Es más, puede ser incluso contraproducente. “En los ensayos que realizamos hicimos laboreo y sembramos sin abonar en fondo, aprovechando únicamente los excedentes de la fertilización con purín en el cultivo del maíz (entre 50 y 60 metros cúbicos por hectárea). En el purín una cuarta parte del nitrógeno que aporta quedaría para el año siguiente, porque se corresponde con la mineralización de la materia orgánica. Por la composición habitual del purín en Galicia, unos 25 kg de nitrógeno por hectárea quedan para el siguiente año, que es lo que se necesita para el arranque de las leguminosas. Y no hay que pasarse de 25 kg/ha de nitrógeno porque sinó se perjudica el desarrollo del rizobium”, advierte el investigador del CIAM.
El momento de abonar en cobertera está determinado en función de la temperatura del suelo (entre 8 y 10 grados)Sería conveniente, eso sí, aplicar una fertilización después en cobertera, de unos 50 kg de nitrógeno por hectárea. “Cuando el cultivo empieza a desarrollarse sería el momento de aplicar esta fertilización con abono químico convencional o incluso purín, pero depositado en el terreno. La leguminosa tiende a crecer cuando la temperatura del suelo está entre 8 y 10 grados. Según las zonas, esto se produce a finales del invierno o comienzos de la primavera; en el interior de Galicia suele coincidir a primeros o mediados de marzo”, ejemplifica. La fecha de abonado marca también el momento de segar, pues habría que cortar dentro de los 40 días posteriores. Sembrar en octubre o en enero? Hay ganaderías que optan por retrasar la siembra del cultivo de invierno al mes de enero, para evitar la presencia de malas hierbas, algo que Juan solo recomienda en determinados casos. “La implantación de las leguminosas es lenta y eso hace que si tenemos en el suelo un banco de malas hierbas salgan y se desarrollen antes. Sembrando el cultivo de invierno en enero evitaríamos esta competencia, pero hay que tener en cuenta que las leguminosas en general son bastantes sensibles al frío. El guisante, por ejemplo, es sensible a la humedad excesiva y al frío”, alerta, de ahí que debamos considerarlo.
Las leguminosas son bastante sensibles al frío, por lo que si en la zona hay heladas es preferible no esperarPor eso, si en la zona hay heladas en enero y febrero, recomienda sembrar el cultivo antes, en otoño, sin esperar a los meses de invierno. “En zonas donde no hay heladas, puedes sembrarlo más tarde, pero en zonas donde hiela es preferible sembrar en otoño, para que cuando vengan las heladas ya esté implantado. La leguminosa cuando nace es extremadamente sensible, a medida que ya tiene 3 hojas aguanta mejor las heladas”, explica. Un único corte en abril Las mezclas con leguminosa tardan más en desarrollarse que cuando se siembra solo raigrás. El punto de crecimiento lo marca la temperatura del suelo (por encima de 8-10 grados), que es cuando se activan las bacterias (rizobium) y la planta aprovecha el nitrógeno atmosférico y crece más. “Las leguminosas se quedan paradas a la espera del buen tiempo. Los tréboles si hay lluvias, frío o encharcamiento no crecen. Con el guisante pasa algo parecido. Son cultivos de implantación lenta y que dependen de la temperatura del suelo para crecer y desarrollar todo su potencial”, indica Juan.
Las leguminosas se quedan paradas a la espera del buen tiempo. Son de implantación lenta y dependen de la temperatura del suelo para crecerEl ensilado, mediante uno solo corte, depende de la zona y de cómo haya venido el tiempo. “El momento de segar es cuando comienza la floración de las leguminosas, que en un año normal podría estar en torno al 15-20 de abril en zonas como Mazaricos, pero en zonas interiores viene un poco más tarde”, explica. “Si viene mal tiempo y no da crecido tienes que meter nitrógeno extra, mediante abono químico, pero en ese caso no estaríamos aprovechando la función de las leguminosas como fijadoras de nitrógeno ambiental”, dice. Rendimientos En los ensayos realizados en Cartelos en el año 2021 con una mezcla de raigrás híbrido y tres tréboles anuales y una fertilización de 60 metros cúbicos de purín por hectárea previos en el cultivo del maíz más un abonado de cobertera con tres dosis diferentes de abono químico en el mes de marzo, se lograron los siguientes rendimientos:
Introduciendo trébol mezclado con el raigrás obtienes un 40% más de proteína por hectárea en el forraje e incrementas un 5% la proteína bruta en la raciónPero además de la cantidad de forraje obtenido, el investigador del CIAM pone el énfasis en la calidad del ensilado. “En una pradera de raigrás solo, con los mismos 50 kg de nitrógeno por hectárea sacas 400 kg de proteína por hectárea, mientras que con la mezcla con leguminosas obtienes 577 kg por hectárea de proteína, un 40% más”, compara. El porcentaje de incremento depende del nivel de implantación de las leguminosas. “Cuanto mejor se implanten más proteína vas a tener después en el silo, pero hay que tener en cuenta que el raigrás tiene un 6% de proteína frente al 11% de los tréboles. Si vas a más de un corte en el raigrás se incrementaría la proteína, pero los costes de siega, recogida y ensilado también son mayores”, razona. Mejora en el siguiente cultivo La ventaja de introducir una leguminosa de invierno es que el suelo queda más abonado y en mejores condiciones para recibir el siguiente cultivo. “Las raíces y la parte aérea no segada quedan en el terreno, se descomponen y aportan nitrógeno. La cantidad se cuantifica entre 40-100 kg de nitrógeno por hectárea dependiendo de la implantación de leguminosa”, explica Juan.
Las leguminosas pueden llegar a fijar en el suelo a mitad del nitrógeno que necesita el maízEsa fijación de nitrógeno supone un ahorro considerable en fertilizante, o bien un extra de cosecha, debido al plus de abonado. “El maíz es vicioso en nitrógeno, cuanto más le aportas más crece, y tener ese nitrógeno almacenado en el suelo supone una gran ventaja a nivel de toma de decisiones”, considera. Por eso, en función de la estrategia que adopte el ganadero (ahorrar en abono o recoger más forraje) se puede variar o no la fertilización del maíz tras el cultivo de invierno con leguminosa.
Con el raigrás solo el terreno queda más compacto y es más difícil de trabajarSegún el tipo de terreno, la disponibilidad de nitrógeno puede ser mayor o menor, pero la dosis recomendada para el maíz puede ser establecida en función de los rendimientos esperados. “En base al rendimiento (proteína) se tienen unas extracciones de nitrógeno u otras. Si espero un rendimiento para el ciclo que he sembrado de 15 toneladas de materia seca por hectárea (7% de proteína), las extracciones serán de 170 kg de nitrógeno por hectárea, por lo que el nitrógeno disponible (en el suelo más el aportado) debe ser superior a esa cantidad”, ejemplifica Juan. En base a ese cálculo, para hacer una correcta fertilización sería necesario conocer el nitrógeno mineral presente en el suelo al inicio del cultivo y el que se genera por mineralización de la materia orgánica. Este nitrógeno mineral puede ser importante cuando se cultiva previamente una leguminosa o cuando se incorpora al terreno un cultivo como abonado en verde. “Además, agronómicamente, de cara al laboreo, al introducir leguminosas el terreno queda más mullido, por lo que es más fácil de trabajar”, concluye el investigador del CIAM.
“Las condiciones meteorológicas excelentes de aplicación del zurro serían con una elevada humedad relativa del aire -con llovizna, al amanecer o incluso al atardecer-, viento en calma, y bajas temperaturas”En condiciones adversas, con tiempo seco, altas temperaturas y fuerte viento no es recomendada la aplicación. Así, “haciendo una simulación de aplicación de purín con el modelo Alfam, para un purín aplicado sin enterrar, su aplicación con malas condiciones en comparación con una realizada en buenas condiciones supone que la pérdida de nitrógeno amoniacal se reduce de un 100% a un 58%, lo que nos permite lograr una mayor disponibilidad de este nutriente por el cultivo”, explica María Isabel García.
“El programa nos muestra una salida que son los metros cúbicos necesario de zurro por hectárea que tendríamos que aplicar para satisfacer las necesidades de nitrógeno, fósforo y potasio de la pradera” (María Isabel García)Una vez seleccionado la dosis de purín (m3/ha) el programa indica las unidades fertilizantes de nitrógeno (kg/ha de N), de fósforo (kg/ha de P2El5) y de potasio (kg/ha de K2Lo) que faltarían por aportar a la pradera, cantidades que pueden ser suministradas seleccionando un fertilizante mineral del listado que se muestra. La fertilización de establecimiento tiene como objetivo generar un contenido base de nitrógeno, fósforo y potasio para la pradera, y asimismo, acercar estos nutrientes a capas más profundas del suelo. Hace falta tener en cuenta que las necesidades de las praderas varían en función de la producción y de la fertilidad del suelo, “en un suelo con un nivel medio en fósforo y potasio, en establecimiento lo que se recomienda es aplicar unas 40 unidades fertilizantes, 100 de fósforo y 150 de potasio por hectárea, para una producción estimada de 10 toneladas de materia seca por hectárea y año”, detalla María Isabel García. La fertilización anual de las praderas tiene que aportar lo que la pradera extrae en los años sucesivos a la implantación, las necesidades anuales variarán según el tipo de manejo: pastoreo, ensilado (1 corte), ensilado (2 cortes), la composición de la pradera (% de leguminosas), la producción esperada y el nivel de fertilidad del suelo. “Siempre se recomienda tener los suelos con un nivel de fertilidad medio”, aclara María Isabel García. Para niveles de fertilidad medios en fósforo y/o potasio el programa RAX da unas recomendaciones y, si existen unos niveles bajos en uno de los nutrientes, el programa recomienda una cantidad ligeramente mayor “para evitar inmovilizaciones, de tal forma que se alcance un suelo medio de forma progresiva”. Por lo contrario, si existen niveles altos en uno de los nutrientes, el programa recomienda cantidades menores para utilizar los nutrientes que ya tenemos disponibles en el suelo.
“En períodos largos, las producciones de materia seca y extracción de nitrógeno pueden ser semejantes o superiores a aquellas resultantes de la utilización de fertilizante mineral” (María Dolóres Báez)La evolución de materia orgánica presente en el suelo, a lo largo del tiempo, varía con la aplicación de purines con respeto al uso de abonos minerales, principalmente en la capa de 0 a 10 centímetros del suelo, manifestando un mayor crecimiento en aquellos campos abonados con purines. Igualmente, es necesario llevar a cabo “técnicas para reducir la volatilización de amoniaco, como puede ser una correcta aplicación de los purines mediante cisternas con inyectores”, afirma la María Dolóres Báez.
El altramuz se presenta como una fuente de obtención de proteína vegetal y que también tiene en cuenta la nueva PACLa nueva PAC y los ecorrégimenes también buscan favorecer la rotación de los cultivos, introduciendo especies mejorantes como las leguminosas y en las que se incluye el altramuz, lo que puede suponer un pago de más de 80 euros por hectárea. “El altramuz tiene raíces profundas y pivotantes, que le permiten tener una alta resistencia a la sequía. Emplearlo como abono verde permite mejorar en gran medida a capacidad de infiltración de la tierra”, explicaba el ingeniero agrónomo del Ciam Luis Urquijo durante su participación en las jornadas sobre este cultivo organizadas por el propio centro y que tuvieron lugar en Lalín (Pontevedra). Del altramuz puede aprovecharse tanto su grano, para alimentación humana o animal; como toda la planta, para abono verde o forraje. El altramuz es también un aliado para la recuperación de suelos erosionados. El precio medio del cultivo de este grano en 2022 se estimó en 450 euros por tonelada, duplicando casi su valor con respeto del 2010, cuando rondaba los 230 euros, según los datos manejados desde el Ministerio de Agricultura.
En función de la zona en la que se cultive y del tipo de suelo que haya es recomendable emplear una especie u otra, y realizar la siembra en primavera o en otoñoEsta leguminosa suele sembrarse en otoño, y a finales de febrero se produce la floración, que durará hasta mayo. “También se están logrando buenos resultados con siembras primaverales realizadas en aquellas zonas más frías”, explica Urquijo. En función de cuándo se realice la siembra también varía la cantidad de semilla a utilizar. En las siembras de invierno, en zonas cálidas, se recomienda emplear unas 20 plantas por metro cuadrado. Mientras, si la siembra se realiza en primavera, en zonas frías, se incrementa el número de semillas hasta las 50 plantas por metro cuadrado. El investigador también recomienda que la tierra esté bien arada, para evitar la costra superficial que puede dificultar la germinación. También recomiendan realizar la siembra a una profundidad de entre 1 y 5 centímetros y dejar una distancia entre hileras de entre 15 y 60 centímetros. Urquijo también apunta que para lograr un rendimiento de entre 3 a 4 toneladas por hectárea suele ser habitual realizar un abonado de 0-60-80 (N – P2O5P2o5- K2O). La maduración del grano estará condicionada por las altas temperaturas y la seca.
La rotación de cultivos como el trigo, la colza o la patata contribuye a una producción más sana al reducir la incidencia de Antracnosis, principal patologíaUno de los mayores problemas de este cultivo en Galicia parece ser la Antracnosis, que aparece diseminada en la siembra y acaba causando podredumbre en la planta y en el fruto. Uno de los métodos para reducir la incidencia de esta dolencia fúngica es usar semilla libre de patógenos y producida en regiones secas o semiáridas, y contar con semilla certificada. Otro método es la rotación de cultivos. “Hacer una rotación de cultivos como altramuz, trigo o centeno, colza y patatas es una manera de reducir la incidencia de este patógeno”, explica el ingeniero agrónomo. Con todo, en todas las siembra realizadas en el Ciam no tuvieron que echar mano de fungicidas. Tampoco emplearon herbicidas para el control de hierbas de competencia puesto que fue un ensayo ecológico y hicieron un control mecánico con grade de púas, un método que le sirvió para su control. “Es recomendable pasar la grade cuando la planta tiene unas 8 hojas, es decir con una planta de 3 meses, ya que de hacerlo antes, se termina por arrancar un importante número de plantas, ya que aún son muy pequeñas”, detalla el investigador.
Alternar el altramuz con el trigo les permitió incrementar la cosecha de trigo casi un 50% que el monocultivo del cerealYa durante la campaña 2021- 2022 realizaron pruebas con el altramuz blanco alternando con tres variedades de trigo: Rumbo, Estoril y Orden Dorado, sin tampoco abonar, emplear herbicidas ni fungicidas. Además realizaron siembras tanto en octubre, como en febrero y marzo. De las tres variedades, los mejores resultados los alcanzó la variedad Rumbo, sembrada a mediados de octubre. En concreto, con esta variedad de altramuz se consiguió un rendimiento de 3.109 kilos por hectárea, con un aporte de proteína del 40,6% y sin casi incidencia de antracnosis (6,5%), mientras que en otras variedades y fechas esta afección llegó a ser del 31 o 20 %, en el caso del Estoril.
Alternar el cultivo de trigo y altramuz permite incrementar la producción de cereal y reducir el gasto en fertilizantes
La rotación con altramuz también reduce la incidencia de enfermedades y la competencia de malas hierbas, incrementando la rentabilidad del cultivo de trigoLa rotación con esta leguminosa también contribuyó a una reducción de enfermedades y malas hierbas. “El monocultivo de cereal aumenta la presión de las plantas adventicias de similar ciclo vegetativo”, explica Almeida. Por otro lado, para reducir la competencia del altramuz con otras especies, el ingeniero recomienda realizar siembras tardías, puesto que en las siembras tempranas está más expuesto a la competencia. Además, recomienda utilizar entre 30 y 35 plantas de altramuz por metro cuadrado. Calidades del trigo En paralelo al aumento de rendimientos, la rotación con altramuz permitió la mejora en parámetros de calidad del grano, como el peso hectolitro, con incrementos entre el 7 y el 13%, así como el peso de 1.000 semillas con aumentos del 12 al 15%. Al igual que ocurre con el rendimiento, son cifras más altas que las que se habían observado en otros trabajos de investigación similares. En concreto, supone un 2,43% más que en otros ensayos. Al margen de las mejoras de la producción, otra de las ventajas que presenta la rotación con determinadas variedades de altramuz es que permiten activar el fósforo en terrenos con una elevada concentración de aluminio, de manera que el fósforo queda disponible para el cultivo siguiente, es decir para el trigo. “Las raíces proteoides de los altramuces blanco y amarillo permiten su desarrollo en suelos donde el fósforo se encuentra insoluble y queda inmovilizado por la presencia de aluminio. En Galicia, por desgracia, tenemos muchos suelos con estas características”, explica Almeida.
El altramuz moviliza el fósforo del suelo, dejándolo disponible para siguientes cultivos
“En las superficies con caballos y cabras a porcentaje de mato se mantuvo en un 20%, mientras que en las parcelas no pastoreadas alcanzaba el 80%” (Santiago Crecente)“Estos experimentos nos permitieron determinar que el pastoreo con estas especies puede ser una medida eficaz en la reducción del riesgo de incendios y en su intensidad”, avanza Crecente. Asimismo, el técnico del CIAM añade que “esta investigación fue llevada a cabo entre el CIAM de Mabegondo en colaboración con el Centro de Investigación y Formación Agrarias de Cantabria, el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Alimentario de Asturias, y el Centro Tecnolóxico da Carne”. El proyecto demostró que tanto caballos como cabras fueron eficaces en la reducción de matorrales, pero desde el CIAM observaron diferencias en la vegetación en los terrenos controlados con caballos frente a los de las cabras. “Por ejemplo, el ganado caprino fue muy eficiente en el control de la silva y en el rebrote de árboles y arbustos, mientras que el equino demostró mayor eficiencia en el tojo”, explica Santiago Crecente. Cercas frente al lobo Por otra parte, la Estación Experimental Marco da Curra está participando en otro proyecto sobre “la eficacia de distintos tipos de cercas en la protección contra el lobo”, afirma Crecente. “Para esto diseñamos tres cercas experimentales, y de cada uno, hicimos 10 repeticiones en diferentes ganaderías de Galicia”, avanza.
Los mataderos buscan kilos, lo que hace que el rendimiento económico para los productores de cachena sea bajoPero el alto índice de conversión de esta raza haría factible un cebado semejante al que se aplica de manera habitual a otras razas cárnicas, lo que mejoraría notablemente el peso de los animales sacrificados. “Para el abandono del estado de peligro de extinción de estas razas es imprescindible que su producción alcance un rendimiento económico idóneo”, asegura Teresa Moreno, investigadora del departamento de Producción Animal del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo y coordinadora de un proyecto en el que también colaboraron sus compañeros Santiago Creciente y Carmen Calvo y cuyos resultados fueron presentados este jueves.
Para la recuperación de la raza es imprescindible que su producción alcance un rendimiento económico idóneoAdemás, las conclusiones del estudio demuestran que la raza cachena, por su maduración temprana, es apta para un engorde final que mejora la calidad de la canal en cuanto a conformación y engrase manteniendo las características organolépticas propias. Cambio de orientación productiva de las explotaciones Las características productivas de la raza cachena permiten su cría en terrenos abruptos y con pocos recursos herbáceos debido a la rusticidad y a la gran adaptación al medio. Su morfología de tamaño medio la hace más idónea para su manejo en extensivo.
Las vacas cachenas tienen una grande facilidad de parto y son reproductoras con muy buenas cualidades maternales, permitiéndoles amamantar a las crías hasta el destetePor eso, la orientación productiva actual de la mayoría de las explotaciones de raza cachena es la producción de carne de bajo coste a partir de una alimentación basada en el amamantado y el aprovechamiento del pasto herbáceo y arbustivo de praderas y zonas de monte. Necesidad de un cebo final Sin embargo, su ritmo de crecimiento, más moderado, hace que sea recomendable un remate final con concentrados para incrementar su rendimiento cárnico y la calidad de la canal, algo que no están haciendo la mayoría de las ganaderías.
El índice de conversión de la raza cachena es más alto que el de otras razas de referencia, como la rubia gallega"Lo que estamos viendo a nivel productivo es que nos encontramos con canales muy pequeñas y con poco peso pero es una raza que tiene un índice de conversión muy bueno y que con poco que la alimentes consigues finalizaciones muy buenas. Lo que pasa es que estamos acostumbrados a verla en el monte comiendo casi cualquier cosa", argumenta Teresa. Optimización del pasto y la leche materna Pero esta investigadora, que lleva años estudiando la raza y en contacto con los productores de cachena, afirma que "está habiendo un cambio en los últimos años porque de ser una raza que estaba en el monte comiendo lo que había, están surgiendo productores con un sistema mejorado y más profesionalizado", dice.
Lo ideal sería que los partos fueran en otoño para tener a los terneros con las madres hasta finales de mayo para que llegaran al cebo en mejores condicionesPor eso, considera que "con un manejo del rebaño que permita un mejor aprovechamiento del pastoreo y de la lactancia materna y con un cebo adecuado estos productores obtendrían resultados mucho más favorables para ellos a la hora de la comercialización de la carne".
Los terneros se cebarían durante los 3 meses del verano, por lo que podría hacerse al aire libreLo ideal, dice, sería una adaptación del sistema natural de cría en extensivo con una concentración de partos en otoño para lograr una mayor producción láctea de la madre y un alargamiento de la lactancia gracias al mayor aprovechamiento del pasto de primavera tanto por parte de las madres como de los propios terneros para, una vez destetados en el mes de mayo, pasar a un cebo intensivo que se podría llevar a cabo al aire libre durante los tres meses de verano. Una raza delicatesen
La cachena es una raza de maduración temprana que acumula mucha grasa infiltrada que hace que la carne sea muy jugosa"Al ser una raza de maduración temprana en comparación con la rubia gallega, que es todo lo contrario, una raza de maduración lenta, a nivel de calidad de la carne nos encontramos parámetros muy beneficiosos porque son animales que acumulan mucha grasa y grasa infiltrada y eso hace que tenga a nivel organoléptico características de jugosidad y textura con muy buena aceptación por parte del consumidor", destaca. La importancia del control de enfermedades Uno de los aspectos destacables en los que Teresa Moreno hace hincapié es en la necesidad de concienciar a los productores de los beneficios de mejorar el estado sanitario de los rebaños y el control de enfermedades infecciosas como IBR, paratuberculosis o neosporosis.
En Galicia, muy pocas ganaderías de cachena forman parte a día de hoy de Asociaciones de Defensa Sanitaria y llevan a cabo protocolos de control de enfermedades"Es muy importante en esta raza el tema sanitario porque son animales que están fuera y la IBR está bastante extendida", indica. Iván Mato, técnico de vacuno de Laboratorios Hipra, insistió también en esta idea en su ponencia sobre las enfermedades infecciosas del ganado vacuno en extensivo, que despertó gran interés entre los ganaderos presentes. Les explicó que a partir de 2023 va a ser obligatorio a nivel nacional que todas las razas hagan control de IBR, dado que otros países europeos, como Alemania, Holanda o Francia tienen mucho más avanzado el control de la enfermedad.
A partir de 2023 serán obligatorios en todas las ganaderías controles de IBR, una enfermedad bastante extendida en la cabaña cachena gallegaLos animales que participan en el ensayo fueron adquiridos ya destetados en distintas explotaciones gallegas. Eran terneros que estaban en el monte, por lo que lo primero que se les hizo al llegar al CIAM fue someterlos a un periodo de cuarentena y realizarles una serie de controles sanitarios y protocolos de vacunación. "Durante la etapa de cebado vimos que a los terneros que vienen con algún tipo de enfermedad o llegan más desfavorecidos desde el punto de vista sanitario les cuesta más engordar y su ganancia de peso es menor", evidencia Teresa. Cuatro categorías de animales Este proyecto piloto, denominado Optimización de la dieta de cebo en las diferentes categorías de la raza cachena, está liderazgo por Miña Terra y el Agacal-CIAM y financiado con fondos Feader y busca fomentar entre los productores gallegos de cachena el hábito de cebar a sus animales. Por eso, ganaderos de cachena de toda Galicia fueron invitados a participar este jueves en la presentación de las conclusiones del estudio y en la visita posterior a las instalaciones del CIAM donde se está procediendo al cebo de los animales. El proyecto se inició en 2021 con el objetivo de estudiar el efecto de dos tipos de cebo (convencional a base de pienso y hierba seca y forrajero con una ración formada por grano de maíz dulce y silo de cereal más oleaginosa) en las diferentes categorías de animales de raza cachena (terneros de entre 10 y 12 meses de edad, novillos castrados machos de menos de 48 meses de edad, novillas hembras de menos de 48 meses de edad y vacas de desvieje de más de 5 años) sobre los parámetros productivos y las características de la canal así como sobre la calidad organoléptica y nutricional de la carne.
El estudio iniciado en terneros se ampliará a novillos machos y hembras y la vacas de desviejeEn este momento se concluyó la primera fase del estudio, con el cebo de dos lotes de terneros, que se llevó a cabo entre los meses de octubre y enero en las instalaciones del CIAM. El cebo se prolongó durante 100 días y se realizó a cubierto al coincidir con los meses de invierno y poder tener un control más preciso de la ingesta de los animales. A continuación se iniciará el ensayo en las siguientes categorías, comenzando por las novillas hembras, que serán cebadas fuera, al aire libre, con el objeto de adaptarse más al sistema de manejo y al modo habitual de trabajo de las explotaciones de raza cachena existentes en Galicia.
En la promoción de esta raza deben primar los parámetros de calidad de la carne y de sostenibilidad de las explotaciones, porque es una especie que optimiza los recursos disponibles en su entorno"Con los altos precios que están teniendo hoy los piensos, buscamos una ración para cebar a los terneros a base de cereales, leguminosas y oleaginosas que puedan cultivar las propias explotaciones para abaratar costes", cuenta. Pero más allá del ahorro económico, está también buscar la coherencia para las ganaderías de razas autóctonas en extensivo. "No se trata solo de buscar sistemas que compitan con el pienso, es importante también la percepción del cliente final de este tipo de carne, que valora la calidad del producto y también el modo de producción, es decir, que la ganadería sea autosuficiente y sostenible", añade. Potenciar el cultivo de maíz y el cereal con leguminosa para el vacuno de carne Esta ración alternativa al pienso estaría formada por grano húmedo de maíz y silo de cereal (triticale, avena, centeno o cebada) con leguminosa (veza o guisante), más un aporte de aceite de linaza o de pipa de girasol. "La diferencia es que la linaza sería un insumo que las ganaderías tendrían que comprar mientras que el girasol podrían cultivarlo también ellas mismas", explica Javier. Se pretende potenciar el maíz para alimentar al vacuno de carne y la rotación con cereal más leguminosa como cultivo de invierno. En función de las zonas se harían diferentes mezclas buscando aquellas más idóneas. "Las explotaciones de cachena tienen normalmente poca carga ganadera y bastante superficie, mucha de ella de monte, pero casi todas tendrían 4 o 5 hectáreas buenas para hacer una rotación anual de maíz con cereal de invierno y sin embargo no lo están haciendo", argumenta.
La ración alternativa al pienso sería más barata pero exigiría un mayor tiempo de cebado para alcanzar resultados equiparablesLa ración está pensada para ser elaborada mediante carro mezclador o dispensación manual por parte de los ganaderos, aunque en el caso del ensayo llevado a cabo en el CIAM se preparó ya mezclada en rollos de silo individuales para facilitar su manejo y el control de la ingesta, lo que encareció notablemente su coste final. Conclusiones del estudio
La canal de los terneros de raza cachena se caracteriza por un rendimiento cárnico del 48%, con unos porcentajes del 66% en el cuarto trasero, que es donde se encuentran las piezas de mayor valor comercial“La ración forrajera, tal como fue elaborada, exigiría más tiempo de cebo para igualar los resultados de la ración con pienso. De otro modo, deberíamos concentrar más la ración forrajera, aumentando la proteína bruta y disminuyendo la fibra bruta, para lograr un mayor rendimiento productivo”, indica. "Los animales comieron menos de lo estimado pero convirtieron muy bien. Nos quedamos cortos con la proteína, tanto en la ración de pienso como en la de forraje, en la que habría también que subir la energía para logar una mayor concentración de la ración", detalla Javier. Concentrar la ración forrajera
Hay que modificar la ración forrajera con un planteamiento diferente, incrementando la materia seca y la proteínaSe hicieron pesadas de cada animal cada 15 días para cuantificar las ganancias de peso y los índices de conversión y una vez sacrificados se realizó también una comparación de la clasificación de las canales en el matadero y una comparativa de las analíticas realizadas a la carne, un aspecto en el que colaboró el Centro Tecnológico de la Carne. Niveles de grasa infiltrada
Los contenidos de grasa infiltrada fueron ligeramente mayores en el caso del cebo con piensoLos niveles de grasa intramuscular, que se mueven en la categoría ternero entre 1,5 y 2% en la raza cachena frente a niveles inferiores al 1% en el caso de la rubia gallega, son los que determinan la textura de la carne, medida como fuerza necesaria o resistencia al corte. Perfil lipídico
La relación omega6/omega3 es más favorable cebando con forrajes que con concentradoLa cría y la alimentación natural en extensivo favorecen un nivel elevado de ácidos grasos cardiosaudables (omega3, omega6 y CLA) y la relación omega6/omega3 es más favorable en el caso del cebo a base de forrajes con respecto al cebo con pienso, puesto que el concentrado se caracteriza por tener un alto contenido en omega6 y un bajo contenido en omega3.