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El Plan Renove incorporará ayudas para maquinaria de mantenimiento de las cubiertas vegetales

«Con las cubiertas vegetales en el viñedo también se buscan vinos de más calidad»


Miguel Soares es técnico comercial de Zona Agro, una empresa que lleva colaborando desde hace muchos años con Fertiprado, líder en la producción de semillas de pratenses.

En este vídeo explica cuáles son las principales preocupaciones y objetivos de viticultores y bodegas a la hora de implantar cubiertas vegetales en los viñedos, como son controlar malas hierbas, mejorar la fertilidad del suelo,  incrementar su biodiversidad y, por supuesto, incrementar la calidad de los vinos. 

Sogevinus: «Con las cubiertas vegetales los suelos aguantan mejor la sequía y evitamos escorrentía»

Marcio Nóbrega, es responsable de viticultura en Sogevinus, uno de los grupos bodegueros más importantes de Portugal, con 250 hectáreas de viñedo en la región vitícola del Douro, caracterizada por sus pendientes y viticultura en bancales.

En esta bodega llevan desde el año 2006 trabajando con Fertiprado para implantar cubiertas vegetales en sus viñedos. Con esta técnica consiguen mejorar la estructura del suelo, incrementar la biodiversidad y reducir los abonos de síntesis, ya que las leguminosas de las mezclas pratenses que emplean fijan nitrógeno atmosférico. Además, están viendo también resultados muy positivos en la mejora de la capacidad de los suelos para retener agua, reducir la escorrentía y resistir mejor las períodos de sequía, algo clave en un escenario de cámbio climático.

Quinta das Arcas, un bodega portuguesa con más de 200 hectáreas de viñedos que apuesta por las cubiertas vegetales

Luis Miguel Landreiras, es responsable de viticultura en Quinta das Arcas, una bodega con cerca de 200 hectáreas de viñedo en la región de los Vinhos Verdes de Portugal, a lo que suma más de 40 hectáreas de viticultores colaboradores.

«En esta bodega defendemos que un suelo con cubierta vegetal es un suelo más productivo, mejoramos la estructura del suelo, al tiempo que reducimos el uso de herbicidas y de aboos de síntesis», destaca el técnico.

En este sentido, cuentan con la colaboración de Fertiprado,  empresa líder en producción de semillas de pratenses, que también les ofrece un asesoramiento técnico a lo largo de todo el proceso.

¿Cómo afecta la nueva Pac a la viticultura?

“Tendremos una PAC más verde y sostenible. Esta nueva Política Agraria Europea, asentada en el Pacto Verde y en la estrategia del Campo a la mesa ha venido para quedarse, a pesar de que afrontemos otras dificultades en el continente como ha sido la Guerra de Ucrania, que afecta de forma directa también a la agricultura y ganadería comunitaria”. Así de rotundo se muestra Alejandro García, experto en Política Agraria Europea, que es a la par también agricultor, y participó recientemente en el I Foro sobre Uva y Vino celebrado en Cenlle (Ourense). La última reforma de la PAC, que ha entrado en vigor este mismo año y que se mantendrá hasta 2027, ha introducido nuevos cambios en materia de sostenibilidad ambiental que afectarán también en la gestión de los viñedos. En el caso de las viñas afectarán a cuestiones como la limitación en el uso de productos fitosanitarios o el fomento de prácticas con las que procurar una producción más respetuosa contando con cubiertas vegetales o espacios que sirvan de refugio a la fauna y flora, entre otros aspectos. Alejandro García durante su participación en el Foro Uva y Vino, celebrado en Cenlle.

Hacia una producción más sostenible

La nueva PAC se ha marcado unos objetivos de sostenibilidad de cara a los próximos años que afectarán a la gestión que se realiza a diario de los viñedos, tal y como señala el experto. Uno de los objetivos es la reducción del 50% del uso de fitosanitarios. Entre ellos, y a pesar de tratarse de un producto incluido dentro de los autorizados en los viñedos en ecológico, se establece una nueva limitación al uso de cobre en las viñas. Existe un límite anual de 4 kilos por hectárea, de manera que no puedan sobrepasarse los 28 kilos por hectárea en 7 años. Con la vista puesta en reducir en un 20% el uso de fertilizantes de cara a 2030 también en los viñedos se deberá de controlar el aporte que se realiza de nitrógeno y fósforo, teniendo en cuenta la presencia de estos elementos ya en el agua que se emplea para regar, como señala el experto. La nueva PAC lleva también parejo la reducción del uso de antimicrobianos en un 50% y promover el uso de energías renovables. Las ayudas van a estar también orientadas a reducir la huella ambiental de la viticultura. Así, la agricultura e industria alimentaria (el viñedo y la bodega) van a ir unidos para lograr un menor impacto. Teniendo así los viñedos una nueva oportunidad para compensar las emisiones generadas en la bodega.
"Dentro de las posibilidades de cada tipo de cultivo y zona debería trabajarse con el objetivo de lograr una producción de residuo cero"
Además, en este contexto camino a una producción más sostenible, se pretende que el 25% de la superficie agrícola sea ecológica. García alerta sobre las dificultades que puede suponer este objetivo, pudiendo reducirse la demanda de los productos ecológicos al incrementarse demasiado la oferta, lo que podría producir una caída de los precios y que decaiga su rentabilidad. Así, el experto aboga más por una producción ‘residuo cero’. “Dentro de las posibilidades de cada tipo de cultivo y zona debería trabajarse con el objetivo de lograr una producción de ‘residuo cero’, pero hay que tener en cuenta, por ejemplo, que la necesidad de tratamientos fitosanitarios en viñedo varía mucho de las zonas de Galicia a las de otras regiones del centro de España. Aún así, haciendo bien las cosas se puede lograr una viticultura residuo cero”, valora. Otro de los retos que plantea la nueva PAC y que afectan directamente al sector del vino tiene que ver con los fondos europeos reservados a la promoción de los productos. “En estos momentos en Europa están teniendo dudas sobre promover una bebida alcohólica, ya que están viendo el vino simplemente como una bebida alcohólica más y no como un alimento o parte de la cultura”, apunta García. En este sentido, leyes como la aprobada en Irlanda sobre el nuevo etiquetado de las bebidas alcohólicas, con advertencias sobre su consumo, pueden tener un impacto directo también en el vino y en la postura de la Comisión Europea.

La estructura de la nueva PAC y el viñedo

La nueva PAC establece dos pilares de ayudas. Por una parte se establecen las ayudas directas, independientes del volumen de producción, llamadas ayudas básicas a la renta, con una condicionalidad reforzada, una ayuda redistributiva de las pequeñas explotaciones y ayudas a jóvenes, además los ecoesquemas. El segundo pilar se centra en medidas de desarrollo rural, para zonas con ciertas limitaciones y en el que se incluye el programa sectorial del vino.
“Es muy importante que no se deje de prestar atención a la oportunidad que ofrecen los ecoesquemas y no se menosprecien”
En este primer pilar, las ayudas básicas a la renta constituyen el 60% de las ayudas que recibe el viticultor. El viñedo se establece como superficie para recibir esta aportación. Mientras, los ecoesquemas suponen un 23% de la ayuda de la PAC. “Es muy importante que no se deje de prestar atención a la oportunidad que ofrecen los ecoesquemas y no se menosprecien”, recomienda.

Los ecoesquemas en el viñedo

En los cultivos leñosos se establecen varios tipos de ecoesquemas y para acceder al cobro de estos no es preciso tener derechos de ayuda básica a la renta. El propietario cobrará por toda la superficie de viñedo en la que establezca estas medidas. -Cubiertas vegetales. Se trata de establecer y mantener una cubierta vegetal, bien sea espontánea o sembrada, durante todo el año. Está prohibido aplicar ningún tipo de fitosanitario sobre la cubierta, a no ser que se declare un problema sanitario en el viñedo. A partir del 31 de marzo se puede desbrozar para establecer un mulching para proteger el suelo. En Galicia, las cubiertas vegetales en viñedos pueden llegar a suponer entre 113 o 165 euros por hectárea. “Si se presenta un número de elevado de solicitudes estas cuantías pueden situarse como mínimo entre los 69 y 113 euros y si no se tramitan muchas solicitudes esta cantidad puede incrementarse a 238 o 272 euros por hectárea”, explica García. -Cubierta inerte. A diferencia de las cubiertas vegetales, esta consiste en triturar los restos de poda. Se puede elegir un modelo u otro, no se puede contar con cubiertas vegetales e inertes en el mismo viñedo. A las cubiertas inertes les corresponde una aportación menor que las cubiertas vegetales, por lo que el experto, teniendo en cuanta también que en Galicia predominan ya estas cubiertas vegetales, recomienda que los viticultores gallegos opten por cubiertas vegetales, unha elección que debe marcarse ya en las solicitudes de la PAC. -Espacio de biodiversidad. Son espacios que sirvan de reserva y refugio para la fauna (aves e insectos) y flora, creando zonas de gran biodiversidad.

El cuaderno digital en el viñedo

Otra de las novedades que trae pareja la nueva PAC es el cuaderno de campo digital. En los cultivos leñosos, los propietarios con 10 hectáreas de viñedo o 5 hectáreas en regadío, estarán obligados a cubrir el cuaderno digital a partir del 1 de septiembre de este mismo año. Deberán incluir ya los datos referidos a cuestiones como las cubiertas vegetales o inertes. García recuerda que esta herramienta será fundamental para el control efectivo y la reducción del uso de fitosanitarios y fertilización, al quedar constancia del producto adquirido y el plan de abonado. “Tendrá que cuadrar la superficie que se maneja con la cantidad de producto que se compra y se aplica y con las necesidades del viñedo. Ya no se podrá tratar o abonar por intuición o porque el vecino lo está haciendo. Todo debe estar justificado”, concluye García.

«Las cubiertas vegetales en viñedo favorecen que el suelo infiltre y retenga mejor el agua»

Quinta de  Ventozelo es una bodega perteneciente al grupo Gran Cruz, la mayor empresa exportadora de vino de Oporto. Está situada en el Val do Douro, una región vitícola carectizada por la viticultura en pendientes y por las elevadas temperaturas y sequía en los meses de verano.

Tiago Maia, responsable de Quinta de Ventozelo, explica que realizan siembras de cubiertas vegetales con semillas de Fertriprado entre las líneas de vides desde el año 2005, con buenos resultados. «Hay numerosas ventajas de estas cubiertas vegetales, entre las que destacaría la reducción importante de la erosión, y por tanto de la pérdida de suelo y nutrientes, especialmente en las viñas en pendiente, y también el aumento de la biodiversidad, con mucha más fauna auxiliar, tanto de insector polinizadores como incluso de especies de pájaros como la perdiz», destaca.

El responsable de Quinta de Ventozelo reconoce que «es cierto que las cubiertas vegetales tienen un coste de mantenimiento, pero las ventajas son mucho mayores que los inconvenientes». El manejo es sencillo: «Hay que realizar una serie de cortes, en función de las precipitaciones, para manejar bien la cubierta». «La siembra -añade- también fue sencilla: en el caso de Quinta de Ventozelo pasamos la escarificadora, a continuación realizamos la siembra manualmente y luego realizamos un pase de rodillo triturador de vides, con unas pesas encima para enterrar bien la semilla. En cuanto al abono, solamente utilizamos superfosfato de calcio como fertilizante de cobertera».

En cuanto al temor a que las cubiertas vegetales compitan por el agua con la viña, Tiago Maia asegura que «es infundado, pues lo que favorecen son una mayor infiltración y capacidad de retención de agua en los suelos». «Nunca noté ningún déficit hídrico anormal en la viña debido a estas cubiertas vegetales», destaca.

Esto es así gracias a que Fertiprado  dispone de mezclas biodiversas con variedades de ciclos muy cortos que permiten implantar cubiertas vegetales que no hacen competencia hídrica con el viñedo e incluso mejoran su resistencia a la sequía en una zona como el Valle del Duero.

«Fertiprado nos ofrece asesoramiento contínuo para manejar bien las cubiertas vegetales en viñedo»

María José Moutinho es técnica de Viticultura de la bodega Aveleda SA. situada en la región de los Vinhos Verdes, en el Norte de Portugal.  Destaca de Fertiprado su amplio catálogo de semillas, «lo que nos permite lograr el objetivo que nos marquemos en determinada viña o en determinadas particularidades de las uvas de una viña». «Es decir, si queremos mejorar el vigor de la vid o quitarle vigor, si queremos que las cubiertas tengan una o varias floraciones a lo largo del año…etc», explica.

Además, destaca también  «el servicio técnico que nos ofrece Fertiprado, con un asesoramiento permanente que nos permite lograr los objetivos marcados».

Cubiertas vegetales: Una “revolución” en las viñas

Muchas de las prácticas tradicionales de mantenimiento del suelo en las viñas son ahora consideradas insatisfatórias por no garantizar sostenibilidad, y por eso desaconsejadas. Hay que encontrar nuevas soluciones!

El número siempre creciente de hectáreas de viña donde ya fueron sembrados cubiertas vegetales muestra bien que los viticultores son sensibles a este tema y reconocen las múltiples ventajas de estas cubiertas.

La compañía Fertiprado, gracias a su espíritu innovador y fiel al compromiso de estudiar y utilizar la mejor genética vegetal, ha desarrollado nuevas mezclas adecuadas a la necesidad de implantar prácticas de cultivo sostenibles en la viña. En la elaboración de estas mezclas de semillas el concepto adoptado es el de la biodiversidad orientada.

Hablamos de biodiversidad porque se crea un armonioso ecosistema compuesto por múltiples especies. Y orientada porque no es fruto del azar, sino que cada una de las especies y variedades fue escogida para integrar la mezcla y cumple un objetivo. Así, son mezclas para cubiertas vegetales en viñedos que cumplen un doble propósito: Viables y sostenibles desde un punto de vista técnico y económicamente rentables para los viticultores.

Actualmente Fertiprado dispone de una gama completa de mezclas para cubiertas biodiversas plurianuales (FERTICOVER). Más recientemente ha desarrollado también la gama de revestimientos de cobertura anual. Se trata de un nuevo concepto de “Cubiertas funcionales” (Gama PROTERRA) que utiliza varias especies de gramíneas y leguminosas juntamente con otras especies menos conocidas como las mostazas, los nabos, la facélia y el heno griego. Este concepto de “cubierta verde anual” es ya una herramienta importante en la gestión del suelo de las viñas posibilitando que todos los años se pueda escoger la cubierta vegetal que mejor se adapta a las necesidades de la parcela.

De fácil siembra y rápida implantación, rápidamente la cubierta vegetal queda lista a cumplir sus propósitos. Estas son las ventajas de las cubiertas vegetales para viñedo que ofrece FERTIPRADO:

-La capacidad de controlar otras plantas adventicias por competición y alelopatia, reduciendo o eliminando la necesidad de utilización de herbicidas o de laboreo del suelo.

-La fijación simbiótica de nitrógeno atmosférico, disminuyendo significativamente los costes que supone el aporte de abono químico. La fabricación, transporte y aplicación de abonos nitrogenados es realizada a través de las raíces de las propias plantas leguminosas.

-El aumento de las poblaciones de insectos y aves predadoras que actúan contra algunas plagas y enfermedades. La menos incidencia de enfermedades lleva a la reducción de la aplicación de fitosanitarios.

-La menor necesidad de utilización de herbicidas, abonos y fitosanitarios disminuye el uso de maquinaria agrícola y la consecuente excesiva compactación del suelo. Cuando es necesaria la circulación de máquinas esta es facilitada por la existencia de cubierta vegetal.
-El aumento de la materia orgánica y de la fertilidad, mejorando la estructura del suelo. También aumenta la capacidad de infiltración y retención de agua.

-La reducción de la pérdida de agua por evaporación. La incidencia de los rayos solares pasa a ser sobre la cubierta vegetal. Esta cubierta aumenta la disponibilidad de agua para la viña.

-La fuerte disminución de pérdidas de suelo y nutrientes por arrastre y erosión. Las plantas (incluyendo sus raíces) evitan estos fenómenos.

-La recuperación de las poblaciones de insectos polinizadores y auxiliares proporcionada por la diversidad de flores de estos revestimientos.

-El beneficio para el enoturismo. Los interlineados floridas revolucionan el paisaje de los viñedos. No es por casualidad que hayan sido usadas fotografías de estas en campañas de marketing para comunicar el compromiso de la viticultura con las generaciones venideras.

En resumen, la biodiversidad orientada cumple uno o varios objetivos: gestión del suelo, control de plagas, atracción y abrigo de insectos auxiliares, biofumigación y hasta franjas multi-funcionales. Los impactos positivos de las cubiertas vegetales biodiversas cuando están correctamente orientadas, rebasan, con mucho, los límites del terreno donde están instalados. Son parte de una viticultura moderna, regenerativa, aliada con la sostenibilidad y a la mitigación de las alteraciones climáticas.

Foto: Fertiprado

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Joel Presa / Jorge Ramos Pinto

Sogrape, el mayor grupo vitícola portugués, apuesta por las cubiertas vegetales de Fertiprado para mejorar sus viñedos

Sogrape, el mayor grupo vitícola portugués, con presencia también en España como propietario de Bodegas LAN en La Rioja y de Bodegas Santiago Ruiz en Rías Baixas, apuesta por las cubiertas vegetales de Fertiprado para mejorar sus viñedos.

Joâo V. Porto, director de Viticultura de SOGRAPE, expica que «desde el año 2003 comenzamos a trabajar con Fertiprado, empresa referente en semillas pratenses, porque buscábamos una solución para una viticultura más sostenible, en concreto sembrando cubiertas vegetales biodiversas entre las líneas de vid».

Además, destaca que «Fertiprado nos ofrece diferentes soluciones para los viñedos de las distintas regiones en las que SOGRAPE está presente; por tanto con una variedad importante de climas y de suelos, a los que se deben adaptar las cubiertas vegetales».

En todo caso, Joâo V. Porto, subraya que «además de por su oferta de semillas, lo que más valoramos de Fertiprado es su asesoramiento, de forma que siempre tenemos a disposición un técnico que nos ayuda a encontrar buenas soluciones para nuestras necesidades, y así cumplir nuestros objetivos y afrontar los desafios futuros para los sostenibilidad de la viticultura». “De esta forma, a día de hoy Fertiprado, más que un subministrador lo consideramos un socio de SOGRAPE», concluye.

Claves para gestionar las cubiertas vegetales y optimizar sus beneficios en los viñedos

La cubierta vegetal en los viñedos es una de las formas para combatir la erosión de los suelos, uno de los grandes desafíos de la viticultura actual, aunque esta no es la única ventaja que ofrece. El doctor e investigador del Instituto Agro, situado en Montpellier (Francia), Léo García, proporcionó algunas claves sobre el manejo y los beneficios de la cubierta vegetal en el viñedo durante el Seminario Internacional de Viticultura: Avances y desafíos coyunturales organizado por Vitivin, la plataforma online especializada en ofrecer contenido para profesionales del sector vitícola. Tal y como señala García, las cubiertas vegetales son una alternativa en zonas en las que, tras fuertes lluvias gran cantidad de tierra de los viñedos es arrastrada, lo que supone un problema grave en viticultura. También son una vía para mejorar la calidad del suelo (matera orgánica, actividad biológica, ciclo de nutrientes) y afrontar los problemas derivados del cambio climático y los episodios de sequía cada vez más recurrentes. “El sur de Francia, España o el sur de Chile estamos en el mismo barco para afrontar esos problemas de sequía en el viñedo”, valora García. Es preciso tener presente que, comparado con otros cultivos, los viñedos también están sometidos a una gran presión por el uso de fitosanitarios. Además, suele procederse a realizar mucho deshierbado mecánico de manera que los suelos quedan desnudos. El investigador señala tanto las ventajas que ofrecen las cubiertas vegetales como los inconvenientes que puede acarrear en determinados momentos para el viñedo. García insiste en la importancia de tener todos los aspectos en cuenta y ajustar la estrategia a desarrollar en el viñedo, es decir no escoger una estrategia fija, ya que esa pauta puede no funcionar bien todos los años.
A pesar de las ventajas que pueda proporcionar las cubiertas, García recomienda una estrategia variable, que permita manejar las cubiertas en función de los objetivos del viñedo y del clima
“Una estrategia fija deja grandes variaciones entre los años de cultivo de manera, que en ocasiones se pueden lograr resultados positivos para índices medioambientales como la escorrentía, pero otros se verá afectada la calidad y la producción. Por eso, es fundamental adaptar la estrategia, lo que permitirá lograr buenos resultados en ambos aspectos al ajustar el manejo de la cobertura (la siembra, la destrucción o el mantenimiento de la cobertura) en función de las necesidades del viñedo en cada campaña”, concreta el investigador. Servicios para el suelo y la vid Ante estos retos de la viticultura, las cubiertas vegetales, se presentan como una alternativa a tener en cuenta. Se trata de cultivos de servicio, es decir no son cultivos comerciales, ya que no se cosechan ni se venden. Estas cubiertas ayudan a mejorar las propiedades de los suelos. “El objetivo de las cubiertas es prestar servicios ecosistémicos para el agricultor y para la sociedad. Son una palanca para la protección, conservación y restauración del suelo en el viñedo”, explica el investigador.
“El objetivo de estas cubiertas es prestar servicios ecosistémicos para el agricultor y para la sociedad. Son una palanca para la protección, conservación y restauración del suelo en el viñedo”
A la hora de evaluar el impacto que las cubiertas vegetales tienen en el viñedo, García detalla que optar por ellas en lugar de labrar el suelo contribuye a controlar el rendimiento de las cepas, a la vez que aporta una mayor biodiversidad y actividad biológica de los suelo. “Esta es una función muy importante teniendo en cuenta que en viticultura el suelo es el elemento central a la hora del identificativo del terroir, así como de todas las denominaciones de origen protegida”, detalla el experto. Las cubiertas juegan un papel muy importante en la conservación del suelo, al ser un mecanismo para el control de la erosión, contribuir a mejorar las condiciones físicas del terreno y a lograr un balance de agua y depuración y mejorar la infiltración de agua. “Las cubiertas aportan estabilidad estructural, de manera que evita que las partículas del suelo se dañen, así como que el suelo esté demasiado compactado, ya que reducen la densidad aparente”, explica el investigador. Como demuestran algunos estudios, al salir del invierno hay más agua en el suelo en aquellos viñedos que han tenido una cobertura vegetal durante el invierno, se debe en gran medida a que se frena la escorrentía del agua. Agua disponible en viñedos con cubierta vegetal (verde) y suelo desnudo (azul). Datos Sergio Ibáñez Pascual Además, son herramientas para incrementar la fertilidad del suelo (“abonos verdes”) y que permiten la captura de carbono. Contar con cubiertas vegetales es una herramienta que ayuda a la degradación de pesticidas y plaguicidas.
“Los viñedos con cobertura vegetal tienen menos daños de mildiu, con menos daños tanto en la hojas como en el racimo”
Optar por cubiertas vegetales también ayuda a la regularización del vigor de la vid y del microclima dentro de sus hojas, e incluso pueden ser un aliado en el tratamiento de enfermedades fúngicas, plagas y enemigos naturales del viñedo. “Estudios como el desarrollado por el profesor Héctor Valdés Gómez muestran que los viñedos con cobertura vegetal tienen menos daños de mildio, con menos daños tanto en las hojas como en el racimo”, detalla García. La competencia que ejerce la cubierta vegetal provoca que el viñedo tenga menos vigor, de modo que el microclima que existe dentro de las hojas es menos favorable también para el mildiu. Como señala García, es preciso tener presente que las cubiertas vegetales también pueden aumentar la humedad del aire en el viñedo, lo que favorece los ataques de hongos, de ahí que sea fundamental el manejo de la cubierta. No es un efecto directo, pero la cobertura vegetal también contribuye a la biodiversidad general de los viñedos, lo que favorece la presencia de especies animales como los murciélagos, que son enemigos naturales de algunas de las plagas que afectan a la vid. “Tener biodiversidad además de la riqueza natural puede ser una vía de ahorro de costes en tratamientos y por lo tanto de ganar dinero en el viñedo”, explica el investigador. En algunas regiones vitícolas, las cubiertas vegetales de los viñedos son aprovechadas para la producción de forrajes para ovejas, lo que abre una vía para la diversificación en el campo. Además, las cubiertas también pueden contribuir a incrementar el atractivo turístico de los viñedos al crear paisajes con un alto valor estético. Competencia por el agua y nutrientes El investigador Léo García incide en tener presente no solo las ventajas que proporcionan al viñedo y al ecosistema las cubiertas vegetales sino también los efectos contraproducentes que puede generar, de manera que pueda hacerse un balance de los pros y contras que ofrecen. La competencia por el agua es uno de los principales inconvenientes de las cubiertas vegetales. Los trabajos realizados por el investigador Florian Celette en 2005 demuestran que la cobertura vegetal permite retener el agua en invierno y evitar las escorrentías. Si bien, estas mismas cubiertas pueden favorecer el secado del suelo en épocas como verano, al existir una mayor competencia por el agua entre la viña y el resto de vegetales que crecen. Así, aunque es favorable contar con una cobertura vegetal debe valorarse que puede competir directamente con la viña por el agua, dependiendo del periodo de presencia de la cobertura vegetal.
“El portainjerto es una de las cuestiones a tener en cuenta en el futuro en los viñedos para adaptarse a retos como las consecuencias del cambio climático”
El rendimiento de los viñedos es uno de los factores determinantes tanto para los viticultores como para los investigadores y las cubiertas vegetales también pueden influir. Según distintas investigaciones, los portainjertos sensibles o con una sensibilidad media a la sequía tienen un rendimiento más bajo con la cobertura vegetal que con el suelo desnudo. Sin embargo, si el portainjerto es resistente a la sequía, hay estudios que avalan que el rendimiento puede ser más alto con cobertura vegetal o bien no hay cambios en comparación con suelos desnudos. “El portainjerto es una de las cuestiones a tener en cuenta en el futuro en los viñedos para adaptarse a retos como las consecuencias del cambio climático”, explica el investigador.
“Contar con una cubierta vegetal a veces mejora el rendimiento y otras influye negativamente”
La calidad y la cantidad de uvas también puede verse afectada o mejorada por la existencia de una cobertura vegetal. “Contar con una cubierta vegetal a veces mejora el rendimiento y otras influye negativamente”, comenta el investigador. La cobertura vegetal también puede competir directamente por otros nutrientes como el nitrógeno del suelo. Es importante identificar los períodos críticos para los servicios ecosistémicos. Dependiendo del período del año y del estado fenológico del viñedo interesarán unos servicios u otros. Así, durante los períodos de lluvia es muy importante controlar la erosión, pero cuando la vid necesita nitrógeno es muy importante contar con nitrógeno y agua. “Hay distintos períodos de absorción del nitrógeno en la vid y hay que ser muy preciso en cuanto a las dinámicas de mineralización del nitrógeno para que pueda estar disponible para la vid cuando lo necesita. Así, principalmente alrededor de la floración.
Las cepas que sufren estrés hídrico o por escasez de nitrógeno en la floración pueden sufrir pérdida de rendimiento no solo ese año sino también al siguiente
La floración es un período muy importante. Se ha demostrado que las cepas que sufren estrés hídrico o por escasez de nitrógeno en la floración pueden sufrir pérdida de rendimiento no solo ese año sino también al siguiente. Cubiertas vegetales en viñedos..Foto: Sergio Ibáñez Pascual
Aprovechar las ventajas que ofrecen las cubiertas vegetales Para conseguir un óptimo aprovechamiento de la cubierta vegetal en el viñedo, García recomienda prestar especial atención a la elección de la especie o especies de la cubierta. Se puede optar por sembrar determinadas especies o aprovechar los servicios ecosistémicos que prestan las cubiertas espontáneas, hierbas que crecen de manera natural sin necesidad de sembrarlas. “En función de las especies que tenga la cubierta obtendremos unos servicios u otros en nuestro viñedo”, concreta. Las especies tienen diferente eficacia para limitar la erosión del suelo, así especies como Thymus serpylloides o la Salvia lavandulifolia evitan en gran medida la escorrentía, mientras otras especies como la Lavandula stoechas, conocida popularmente como tomillo borriquero, no consiguen suavizar la erosión. Lo mismo ocurre con el aporte de nitrógeno. También se observan variaciones si se opta por cubiertas diversas o si por el contrario se escoge una única especie. Las leguminosas son una alternativa muy interesante para aportar nitrógeno. “Particularmente en los suelos vitícolas que no tienen mucha materia orgánica o nitrógeno mineral, las leguminosas van a desarrollarse y crecer mejor, siendo más interesantes para el viñedo sobre todo al inicio de esta práctica”, concreta García.
En función de las especies de la cubierta se obtienen unos servicios u otros en el viñedo, por eso muchos viticultores optan por cubiertas diversas, ya que es un método de conseguir esos servicios
Las mezclas multifuncionales muchas veces son interesantes, ya que prestan más de un servicio al viñedo. “Muchos viticultores optan por cubiertas diversas por la seguridad que les ofrece contar con más de una especie para conseguir esos servicios”, explica el investigador. Equipos utilizados para la siembra de la cubierta en viñedos. Foto: Sergio Ibáñez Pascual A la hora de sembrar las cubiertas, muchos viticultores optan por la siembra directa. Hay incluso viticultores que han desarrollado sus propias sembradoras adaptando sus equipos de fertilización, de manera que logran labrar y sembrar la tierra al mismo tiempo. Es un sistema que funciona bastante bien tal y como reconoce el investigador. En la siembra también es preciso un ajuste de la tasa de cobertura en la parcela. Se puede optar por una cobertura total del viñedo o solo en determinados espacios, bien sea entre calles o en la propia hilera del viñedo. El rendimiento y el vigor de la vid están relacionados con el porcentaje de cobertura vegetal de la parcela, tal y como demostraron los investigadores Delpuech y Metay en 2018. “Sin cobertura vegetal el rendimiento es máximo y cuánto más se incrementa la cubierta vegetal más se reduce tanto el rendimiento como el vigor. Si bien es cierto, tras varios años este efecto puede que no se note”, especifica García. Otro de los aspectos a tener en cuenta en el manejo de las cubiertas vegetales es la fecha y la destrucción utilizada. García se encuentra en estos momentos inmerso en una investigación sobre estas cuestiones. Están empleando tres métodos: segadora y cultivo del suelo, o bien utilizando la segadora sin labrar el suelo o destruyendo la cubierta con el rollo. Además ha probado a destruir esta cubierta tanto al final del invierno como en la brotación de la vid. Los primeros resultados obtenidos en 2020 y aún pendiente de nuevos datos, indican que “dependiendo de la herramienta y de la fecha de destrucción se pueden obtener resultados diferentes para el viñedo para manejar la maleza, el agua del suelo u otros factores determinantes para el viñedo”, indica el investigador.

¿Qué especies emplear para tener cubiertas vegetales en el viñedo?

Cepas en hileras entre campos verdes o llenos de color. Esta es la estampa cada vez más recurrente de los viñedos en las distintas regiones vitivinícolas y se debe a la apuesta de los viticultores por las cubiertas vegetales. Optan por plantar o simplemente dejar crecer la vegetación que aflora entre sus cepas en lugar de combatirla con herbicidas o el laboreo. Son una opción que ofrece protección frente a la erosión y las escorrentías, mejora las propiedades físicas del suelo, ayuda en el control de plagas y es una alternativa sostenible con el medio ambiente y con la que se puede lograr también un ahorro de costes. Ante estas ventajas, muchos viticultores optan por este tipo de cubiertas. Una vez decididos por esta opción, cabe preguntarse, cuáles son las especies que mejores resultados ofrecen en el viñedo Sergio Ibáñez Pascual, investigador del Instituto de Ciencias de la Vid y del Viñedo (ICVV) de La Rioja, ofrece algunas recomendaciones a tener en cuenta a la hora de diseñar una cubierta vegetal en el viñedo. Buena parte de sus conclusiones se basan en las investigaciones realizadas en este centro mixto de investigaciones que integra el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a la Universidad y al gobierno de Lana Rioja. Ibáñez compartió estas indicaciones en la jornada digital “Cubiertas vegetales en viñedos con restricciones hídricas” organizada organizada por la Asociación de Técnicos en Viticultura de Castilla y León (Atevical) con la colaboración de la Escuela Universitaria de Ingeniería Agrícola. Cuberta vexetal espontánea nun viñedo vello de Garnacha na Serra de Gredos, Ávila.

La selección

Cuando comenzaron a emplearse las cubiertas vegetales en viñedos se optaba por sembrar mezclas comerciales utilizadas para jardinería o incluso para campos de fútbol. Hoy en día, sobre todo se emplean leguminosas, gramíneas y crucíferas. “Es fundamental que la elección del tipo de cubierta se haga en función del objetivo que buscamos con ella”, explica Ibáñez.
La elección del tipo de especies para la cubierta vegetal debe ajustarse a los objetivos que se pretendan lograr. Cada variedad puede proporcionar diferentes ventajas
Así, el primer paso es tener claro qué buscamos al sembrar o dejar que crezca una cubierta vegetal espontánea en nuestros viñedos. Inicialmente se asocia este opción como una solución para evitar o reducir el riesgo de erosión en aquellas parcelas con pendientes pronunciadas al estar en laderas de montañas, pero las cubiertas vegetales pueden proporcionar otros beneficios al viñedo. Son una alternativa para suministrar abono en verde, ayudar a limitar el rendimiento de la vid y su vigor o pueden convertirse en un método de biofumigación para algunas plagas. Estos son solo algunos ejemplos de los usos que proporciona la cubierta y la elección de una especie u otra permite sacar mayor partido a estas ventajas. La cubierta vegetal espontánea, siempre y cuando cumpla con los objetivos que queremos, es la opción más recomendable, ya que es la alternativa más sencilla y económica, al no ser necesario sembrarla. Además, estas cubiertas espontáneas también aportan una mayor biodiversidad al viñedo. “No siempre la vegetación espontánea se ajusta a nuestros intereses, ya que pueden aparecer especies que no nos interesan, con lo que es más difícil mantenerla”, apunta Ibáñez. Cubierta vegetal espontánea en la que predominan las gramíneas, apenas hay especies de hoja ancha invasoras. A la hora de escoger las especies de vegetación a sembrar también es importante tener en cuenta factores edafoclimáticos de la parcela, ya que pueden convertirse en un impedimento para el desarrollo de determinadas cubiertas. La edad del viñedo, la posibilidad de riego y el manejo que se quiera hacer de la cubierta son aspectos determinantes a tener en cuenta. Conseguir una buena implantación, así como una mínima invasión a corto plazo o lograr que estos espacios se mantengan con sus propias semillas, sin necesidad de resembrar cada año son otros de los factores valorados para implantar determinadas especies.
La cebada es una de las alternativas más populares, aunque requiere un mayor número de siegas que otras especies
Una de las primeras opciones que se proponen para sembrar como cubierta vegetal es la cebada, tanto por el precio económico de la semilla como por la facilidad de encontrar este cereal. “Es una opción muy a valorar, ya que se logra una implantación muy buena, aunque al ser una especie anual tiene el inconveniente de que es preciso sembrar todos los años”, detalla el investigador. También es cierto que poco a poco se opta por otras alternativas debido a la gran cantidad de biomasa que genera. “La cebada, así como la avena o el triticale, todas ellas especies agrícolas, son muy vigorosas, lo que hace difícil su manejo”, concreta Pablo González Cristóbal, técnico de la firma Zulueta Corporación, especialistas en céspedes y cubiertas vegetales. Para solventar tener que resembrar cada temporada, también se opta por especies similares como el Bromus catharticus, conocida popularmente como cebadilla por sus similitudes con la cebada, pero con una capacidad de siembra más alta y con un ciclo más corto, lo que puede resultar interesante para tener una menor competencia. Una de las opciones empleadas por sus buenos resultados es la festuca ovina. Otras especies populares para utilizar como cubiertas son las festucas, que tienen un ciclo más largo. “Por nuestra experiencia recomendaría la Festuca ovina, dada su adaptación, capacidad de autosiembra y por su poca competencia”, detalla Ibáñez. En las gramíneas, otra de las opciones es el Lolium perenne (Raygrass), con un ciclo más largo que las festucas. La Vulpia myuros tiene una gran capacidad de autosiembra y un ciclo corto que se adapta muy bien. Uno de los mayores inconvenientes de esta especie es el elevado coste de la semilla y que resulta difícil de encontrar. “Últimamente la única forma de encontrarlas es a través de importación, procedentes de California”, apunta. Dadas las dificultades para conseguir las semillas de Vulpia, pero los buenos resultados que ofrece, en el ICVV están probando especies similares a la Vulpia como la Brachypodium distachyum. Esta variedad no alcanza más de 20 centímetros de altura a diferencia de otros Brachypodium y cuenta con una capacidad de autosiembra alta. “Llevamos aún poco tiempo probándola con bodegas que colaboran con nosotros, pero los resultados son interesantes”, comenta el investigador.
La Vulpia, la Festuca, el Bromo y el Raygrass ofrecen una buena capacidad de autosiembra y un importante ahorro económico y energético
Tanto la Vulpia, como la Festuca, el Bromo y el Raygrass ofrecen una buena capacidad de autosiembra y un importante ahorro económico y energético. Además, la Festuca y el Ryagrass de ciclo largo son también una opción para controlar los altos rendimientos y vigor del viñedo. Mientras, la cebada, la Vulpia así como la veza, todas ellas de ciclos cortos o medios, permiten limitar el rendimiento y vigor sin comprometer la acumulación de fotoasimiladores en la baya. En las cubiertas con gramíneas es conveniente no desbrozar hasta que la planta haya espigado y se haya producido el resemillado, hacia final de junio. “De esta forma se acumulan reservas (carbohidratos) en las plantas a nivel radicular y el rebrote otoñal es más potente”, explica el técnico especialista en cubiertas de viñedos de la firma Zulueta Corporación. Los tréboles, como el persa, son alternativas interesantes por su capacidad de cubrir el solo. El Trifolium resupinatum (trébol persa) es otra de las alternativas que han estudiado en el ICVV. Es una variedad bastante rústica, adaptada a suelos con un Ph por encima de 8,5 y casi no es preciso recurrir a la siega. “El problema que vimos es que después de los 3 años de implantación, en algunos casos ya tras el primer año, hay una invasión grande de otras especies, por lo que se hizo necesario volver a sembrar”, indica Ibáñez. Una opción que proporciona un gran efecto tamizante en los suelos del viñedo es el Medicago truncatula y al ser una especie rastrera no es preciso segarla. En el ICVV han hecho este año sus primeros estudios con esta variedad en colaboración con las Bodegas Dinastía Vivanco y los resultados han sido muy favorables, aunque están pendientes de comprobar la capacidad de autosiembra de esta especie. Esta bodega estaba interesada en probar especies que pudieran utilizar en la línea de siembra para evitar el uso de herbicidas. “La mayor dificultad es realizar la siembra en esta zona, ya que, por el momento, no hay maquinaria para afrontar este trabajo”, explica. El Trifolium fragiferum (trébol fresa) es otra de las especies que se está utilizando para plantar en la línea de siembra del viñedo. De hecho, el centro de experimentación e investigación en viticultura y enología de Navarra, el Evena, ha llevado ya a cabo estudios sobre su uso como cubierta al pie de las cepas con buenos resultados, puesto que destaca por su capacidad para cubrir el suelo. Cubierta vegetal de veza. Si el objetivo es que la propia cubierta vegetal sirva como abonado de invierno, una de las mejores alternativas es la veza. “Dada la cantidad de biomasa que genera la veza no tiene sentido emplearla como cubierta si no se busca un aporte al suelo”, valora el investigador. Al igual que ocurre con la cebada o la avena, la veza requiere un mayor número de siegas. Además, es preciso tener presente que la veza es proclive a la invasión de flora espontánea, con lo que a corto-medio plazo pierde el carácter de cubierta monoespecífica. La veza, al igual que el medicago y el trébol pueden mejorar los niveles de nitrógeno en el suelo.   Características agronómicas de las principales especies empleadas para cubiertas en viñedo.
Las bodegas también están empleando cubiertas florales, que son un atractivo en sí y que proporcionan una mayor biodiversidad.

Cubiertas variadas

En los últimos años se están probando mezclas con aquellas especies que han aportado buenos resultados de forma individual. “Con estas mezclas conseguimos mejorar la biodiversidad y lograr diferentes objetivos al combinar las especies”, indica Ibáñez. Una de las mezclas que han probado con buenos resultados es la formada por dos leguminosas y dos gramíneas. En concreto, esta composición se basa en: 35% de Esparceta, 25% Trifolium fragiferum, 15% Raygrass y 25% Festuca ovina.
“Si la mezcla de especies está bien diseñada no compite con el cultivo de la vid, sino al contrario. Puede mejorar el desarrollo de las cepas y la calidad en la producción de la uva”: Pablo González, técnico de Zulueta
La presencia de unas especies u otras también está condicionada por el vigor de la viña o la fertilidad del suelo. Tal y como explica el técnico Pablo González, la proporción de leguminosas en una mezcla no debe superar el 20%, y su recomendación pasa porque se encuentre entre el 5 y el 10%. “Si la mezcla de especies está bien diseñada no compite con el cultivo de la vid, sino al contrario. Puede mejorar el desarrollo de las cepas y la calidad en la producción de la uva”, comenta. Así, aconseja utilizar mezclas polifitas, formadas a base de gramíneas y leguminosas pratenses en proporciones equilibradas según sus diferentes características, a fin de aprovechar sus distintas cualidades. Cada vez más comienzan a verse bodegas que han apostado también por incluir cubiertas llenas de color, al sembrar flores en las cubiertas espontáneas o al combinarlas con otras especies que cultivan. Uno de los mayores inconvenientes de estas alternativas es el coste de la semilla. Si bien, se han convertido en un atractivo para el enoturismo. Los estudios realizados en el ICVV con cubiertas florícolas a base de Caléndula officinalis, Centaurea cyanus, Cosmos bipinnatus o Papaver californicum, entre otras; demuestran que es una forma de incrementar de forma rápida la fauna auxiliar, por la gran cantidad de polen que ofrecen, lo que ofrece una mayor capacidad de proliferación de enemigos naturales frente a las plagas que afectan al viñedo. Además, la combinación adecuada puede proporcionar una floración escalonada que abarque de julio a septiembre.

¿Cómo influyen las cubiertas vegetales en el rendimiento y la calidad de la uva?

Las cubiertas vegetales están implantándose cada vez más en el viñedo como una alternativa sostenible al uso de herbicidas que, asimismo, contribuye a mejorar la calidad del suelo y a equilibrar el rendimiento y el vigor de la vid, mejorando al mismo tiempo la calidad del mosto y del vino producido. En este sentido, Sergio Ibáñez Pascual, investigador del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV), expuso los resultados de diversos ensayos de cubiertas vegetales en viñedo, realizados en este centro mixto de investigación que integra al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a la Universidad de La Rioja y al Gobierno de La Rioja. Lo hizo en Monterrei (Ourense) en una jornada organizada por la Estación de Viticultura y Enología de Galicia (EVEGA) sobre “Mantenimiento del suelo del viñedo: alternativas al uso de herbicidas”. A este respecto, expuso los resultados de 5 años de investigaciones en la Finca institucional “La Grajera”, perteneciente al Gobierno de La Rioja. Se trata de una finca con viñedo en vaso, de la variedad Tempranillo, con cepas plantadas en el año 1994. Se ensayaron cinco tipos de tratamientos en este viñedo: - Laboreo, por tanto sin cubierta vegetal - Cubierta Espontánea - Cubierta Sembrada - Laboreo-Espontánea, tratamiento mixto en el que se combinaron estas dos alternativas a cada lado de la línea de plantación - Laboreo-Sembrada, tratamiento mixto que alternaba laboreo y cubierta sembrada, del mismo modo que el anterior Según Ibáñez, “los datos que estudiamos del período 2005-2020 confirman que la cubierta vegetal produce una mejora en la acidez y en el color de mostos y vinos”. Los resultados más significativos de los distintos parámetros que se analizaron se muestran a continuación: Diferencias en parámetros vegetativos y productivos:

1) Componentes del rendimiento:

La producción unitaria del viñedo (kg de uva por cepa) disminuyó una media del 30% por efecto de las cubiertas totales y entre un 6-9% en los tratamientos mixtos (laboreo más cubierta espontánea y laboreo alternado con cubierta sembrada). Figura 1. Rendimiento Unitario (kg uva/cepa) Por su parte, el peso del racimo y el peso de la baya han sido los parámetros que más han influido en las variaciones del rendimiento por efecto de la cubierta vegetal, originando valores más bajos en ambos casos. Figura 2. Peso del racimo (g) Figura 3. Peso de 100 bayas (g)

2) Evaluación de la superficie foliar:

En lo que corresponde a los parámetros vegetativos de la cepa, las cubiertas vegetales en los viñedos ocasionaron: -Una disminución de la superficie foliar -Un menor desarrollo de brotes secundarios o nietos -Una Relación más baja, con respecto al laboreo, entre el Índice de Área Foliar (LAI) y la Superficie Foliar Expuesta (SFE), expresados ambos como unidades de superficie foliar (m2) por unidad de superficie de suelo (m2), expresando así una menor superposición foliar y una mejor exposición de los racimos. -En definitiva, posibilitan mejorar las condiciones microclimáticas para la planta. Figura 4. % LAI correspondiente a nietos Figura 5. Relación LAI/SFE

3) Microclima en la zona de los racimos:

Las cubiertas vegetales permitieron mejorar el microclima en la zona de los racimos, con respecto al laboreo, gracias a: -Un aumento de la temperatura en esta zona debido al incremento de la porosidad de la vegetación, manteniéndose esta diferencia más acusada en torno al mediodía solar. -Una mayor amplitud térmica, siendo éste un indicador importante en la calidad de los vinos, relacionado con la acumulación de sustancias polifenólicas. -Una disminución de la humedad relativa, con los efectos favorables que ello conlleva con respecto a la sanidad vegetal, que también ha sido más evidente en el periodo comprendido entre las 10 y las 14 horas solares. Figuras 6 y 7. Temperatura media en la zona de racimos por periodos, considerando 24 h y la franja 10-14 h.s. Año 2010 Figura 8. Amplitud térmica media por periodos. Año 2010 Figuras 9 y 10. Humedad relativa media en la zona de racimos por periodos, considerando 24 h y la franja 10-14 h.s. Año 2010

Diferencias en los parámetros de calidad del mosto y del vino:

1) Graduación:

El grado probable y el grado alcohólico han aumentado ligeramente por efecto de la cubierta vegetal, posiblemente debido a la disminución del rendimiento unitario generado por la cubierta. Figura 11. Grado probable del mosto (%vol.) Figura 12. Grado alcohólico del vino (%vol.)

2) Variaciones en la acidez:

Se ha detectado un incremento del pH, como indicador de la acidez real de mostos y vinos, asociado a los tratamientos con cubiertas. Figuras 13 y 14. pH del mosto y del vino Por su parte, el aumento del contenido en potasio (K+), otro de los componentes que participa en la acidez de la uva, ha sido el principal condicionante de la pérdida de acidez de mostos y vinos en los tratamientos con cubierta vegetal, influyendo en menor medida los contenidos de los principales ácidos orgánicos de la uva: ácido tartárico y ácido málico. Este incremento en potasio ha podido ser debido a la variación producida en la relación fuente (superficie foliar)/sumidero (racimos) como consecuencia de la acción de la cubierta. Figura 15. Contenido en potasio en el mosto (ppm)

3) Contenido en sustancias polifenólicas:

Los tratamientos con cubierta vegetal han promovido un aumento del contenido en antocianos y polifenoles, debido a factores que han favorecido la acumulación de estas sustancias como: un estrés hídrico moderado, un incremento en la relación hollejo/pulpa en la baya, un microclima más favorable en la zona de racimos y un rendimiento unitario moderado. De esta manera, se ha visto incrementado el color de los vinos y su intensidad. Figura 16. Contenido en antocianos en el vino (mg/l) Figura 17. Índice de Polifenoles Totales del vino (IPT 280) Figura 18. Intensidad de color del vino

4) Valoración organoléptica:

El panel de cata ha manifestado una preferencia general hacia vinos procedentes de cubierta vegetal, siendo el mejor valorado el tratamiento con cubierta vegetal sembrada, en 3 de los 4 años de estudio, y resultando el tratamiento con cubierta espontánea el que obtuvo mejor resultado en la añada del 2007. Por su parte, los vinos procedentes de tratamientos mixtos no han obtenido este comportamiento intermedio que han ofrecido para otros parámetros anteriormente expuestos, sino que han adoptado un posicionamiento variable. En cualquier caso, los tratamientos labrados han obtenido la peor puntuación en la mitad de las campañas tratadas. Figura 19. Valoración organoléptica. Puntuación total (metodología a partir de una modificación de la ficha INDO que establece mayor puntuación para los vinos peor valorados y viceversa)

¿Cuál es la cubierta vegetal adecuada para mi viñedo?

Las cubiertas vegetales están implantándose cada vez más en el viñedo como una alternativa sostenible al uso de herbicidas que, asimismo, contribuye a mejorar la calidad del suelo y a equilibrar el rendimiento y el vigor de la vid, mejorando la calidad del mosto y vino producido. En este sentido, Sergio Ibáñez Pascual, investigador del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV), expuso los resultados de diversos ensayos de cubiertas vegetales en viñedo, realizados en este centro mixto de investigación que integra al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a la Universidad de La Rioja y al Gobierno de La Rioja. Lo hizo en Monterrei (Ourense) en la jornada organizada por la Estación de Viticultura y Enología de Galicia (EVEGA) sobre “Mantenimiento del suelo del viñedo: alternativas al uso de herbicidas”.

Desventajas del laboreo y los herbicidas:

Actualmente la mayor parte de los viñedos en España gestionan el suelo mediante laboreo en la calle y aplicación de herbicida en la línea de plantación, con el objeto de evitar la implantación de vegetación espontánea (malas hierbas) que compitan por agua y nutrientes con la vid y favorecer la retención de agua. Sin embargo, tal y como advirtió Sergio Ibáñez Pascual, el laboreo presenta importantes desventajas para la estructura y fertilidad del suelo, especialmente en zonas en pendiente. En concreto: -Favorece la formación de suela de labor. -Favorece la degradación de la estructura por debajo del perfil labrado. -Favorece la erosión al disgregar las partículas de suelo. -No es sencillo obtener la estructura granular deseable, pues a veces con el laboreo se producen terrones muy grandes o excesivo desmenuzamiento. Esto se debe a que cuando se realiza la labor la tierra no está en tempero. - Puede destruir las raíces superficiales de la vid. - Presenta riesgo de heridas en el tronco de las plantas por golpes con las cuchillas o púas. -En ocasiones la labor entre cepas es complicada. - Existe un difícil tránsito de maquinaria en épocas lluviosas, lo que impide realizar la labor. -Se genera un alto consumo energético de combustibles fósiles (algo cada vez más importante debido a la creciente importancia de la huella de carbono en las producciones alimentarias). El uso de herbicidas, además de su aplicación conjunta con el laboreo, también viene siendo una práctica frecuente, desde los años 60 del siglo pasado, especialmente en viñedos de difícil orografía en los que es complicado emplear maquinaria para labrar. Sin embargo, tal y como puso de manifiesto el investigador del ICVV, los herbicidas tienen las siguientes consecuencias negativas: -Formación de costra superficial -Degradación de la estructura de los 3-4 primeros centímetros del suelo -Problemas de erosión en viñedos con pendiente fuerte -Contaminación de suelos y acuíferos, especialmente por el uso de herbicidas residuales. -Riesgos de fitotoxicidad -Exigen conocimiento de las malas hierbas y de las materias activas empleadas, así como de su reglamentación

Ventajas de las cubiertas vegetales:

El uso de cubiertas vegetales en viñedo, ya sean en toda o en parte de la plantación vitícola, se ha ido extendiendo en los últimos años al presentar las siguientes ventajas agronómicas y medioambientales: -Protección contra erosión y escorrentía, diversos estudios han acreditado una reducción de la pérdida de suelo con cubiertas de entre un 34 y un 82% según las especies. La escorrentía también se reduce entre un 22 y un 77% según las especies. -Las cubiertas vegetales incrementan el contenido de materia orgánica del suelo, lo que mejora las propiedades físicas del mismo: aumentan índices como la estabilidad de agregados, la densidad aparente, la porosidad, la infiltración y la capacidad almacenamiento agua. -Mejoran la estructura del suelo al presentar un mayor contenido de materia orgánica y un incremento de la actividad microbiana unidos a una menor costra superficial.

Viñedo con escorrentía antes y después de utilizar una cubierta vegetal: 

-Reducen riesgo de suela de labor al limitar el laboreo y mejorar la estructura del suelo. -Posibilidad tránsito de maquinaria en épocas lluviosas. -Control de plagas natural: mayor diversidad biológica y equilibrio entre plagas y depredadores. -Se incrementa la capacidad de secuestro de CO2 atmosférico: por ejemplo, se calculó que las cubiertas vegetales en la finca La Grajera (Logroño, La Rioja), permitieron secuestrar 9,31 toneladas de CO2/ha (Fernández, 2011). -Viñedos con mayor sostenibilidad ambiental: las cubiertas vegetales mejoran las interacciones entre la agricultura y el medioambiente. -Mayor sostenibilidad económica: se reducen los costes ambientales y los costes energéticos, así como una menor necesidad de operaciones en verde, como podas o despuntes (Ingelmo, 1998).

Inconvenientes de las cubiertas vegetales:

No obstante, Sergio Ibáñez Pascual también advirtió de que el empleo de cubiertas vegetales también presenta inconvenientes. En concreto: -Problemas derivados de un exceso de competencia, sobre todo hídrica, por lo que es necesario controlar la intensidad y el momento de la competencia. Se hace por tanto necesaria la siega, más o menos intensa según la especie de la cubierta vegetal, para que no compita por agua y nutrientes con la vid de una forma excesiva o en periodos inadecuados (envero y maduración). -Disminución del desarrollo de superficie foliar de la vid. -Riesgos de maduración óptima en caso de estrés hídrico severo. -En situaciones extremas, la competencia de la cubierta vegetal incluso puede poner en juego la perennidad de las cepas -A día de hoy existe un conocimiento limitado de especies herbáceas para cubiertas vegetales en viñedo.

¿Cuáles son las cubiertas vegetales más adecuadas?

El ICVV dispuso una colección de cubiertas vegetales en viñedo en la Finca Valdegón (Agoncillo, La Rioja) que ha permitido, a través de distintos ensayos realizados, elaborar unas recomendaciones sobre cómo se comporta cada especie herbácea en viñedo y adaptarla así a los objetivos que se buscan. Eso sí, debe tenerse en cuenta que los resultados deben interpretarse relativamente, puesto que son obtenidos con las condiciones climatológicas de La Rioja:

Conclusiones:

Como conclusiones, el investigador del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) de La Rioja destaca que: -Las cubiertas vegetales constituyen una herramienta útil, en el marco de una viticultura de calidad, sostenible y respetuosa con el medio ambiente, para equilibrar el desarrollo vegetativo y productivo del viñedo, favoreciendo a su vez una mejor exposición y microclima de los racimos y logrando aumentar la calidad de los mostos y vinos elaborados. - Tenemos que adaptar las cubiertas a nuestro entorno de tal forma que: - Se recomienda, como norma general, elegir cubiertas temporales con especies de ciclo corto y con capacidad de autosiembra. - Tener en cuenta que la cubierta espontánea es una alternativa sencilla y económica. - No olvidar que una cubierta mixta, alternando calles con laboreo y calles con cubierta, podría ser una opción válida para aprovechar las ventajas tanto del laboreo como de la cubierta vegetal. -Aunque el ICVV quiere ampliar ensayos que combinen estrategias de cubiertas con riego, las primeras experiencias son positivas en la mejora de la acidez y en el color de mosto y vino. - Es muy importante, escoger la especie para la cubierta según el objetivo buscado, que no tiene por qué ser el mismo para todos los viñedos. -Destacar el Proyecto CUVEGENAT, como una propuesta innovadora en el estudio de la cubierta como estrategia para el control biológico por conservación, que permite incrementar la fauna auxiliar beneficiosa para el viñedo.