Recomendaciones para realizar el desmochado o descornado del ganado
El descornado y el desmochado son prácticas relativamente frecuentes en el ganado vacuno. Los principales motivos de dichas prácticas son que los animales sin cuernos resultan más fáciles de manejar y son potencialmente menos peligrosos tanto para las personas como para los otros animales.
Además, los animales sin cuernos requieren menos espacio de corral y de comedero que los animales con cuernos. Sin embargo, según las condiciones en que se realice y el método que se elija el sufrimiento para el animal varía notablemente.
En este sentido, Xavier Manteca, catedrático del departamento de ciencia animal y de los alimentos de la Universidad Autónoma de Barcelona, explicó en el II Fórum Bayer Vacuno de Leche, celebrado el pasado mes de octubre en A Coruña cuales son los procedimientos que permiten que la ternera tenga el menor sufrimiento posible durante este proceso de descornado o desmochado.
Como punto de partida, explicó que los procedimientos más usados actualmente son el desmochado por cauterización mediante un quemador, el desmochado químico mediante la aplicación de una sustancia cáustica y el descornado por amputación. Mientras que el desmochado suele realizarse durante las primeras 4-6 semanas de vida del animal -se recomienda realizarlo antes de los 2 meses-, cuando los botones de los cuernos tienen entre 5 y 10 mm de longitud, el descornado se realiza cuando el cuerno ya está formado.
“La práctica aconsejable es siempre desmochar, pues descornar es mucho más doloroso para el animal. Y en cuanto al método, se aconseja la cauterización, pues presenta menos riesgo de lesiones. Además, en el método químico la pasta que se utiliza precisa tiempo para actuar, con lo que si se aplica mal puede provocar dolor a posteriori, a parte de que si los terneros están en grupo puede acabar en lugares insospechados”, explicó Xavier Manteca.
En los tres casos son prácticas dolorosas para los animales, aunque la intensidad varía notablemente según el procedimiento. Los indicadores de dolor en el comportamiento del animal van desde echarse y levantarse, sacudir la cola, la cabeza y las orejas, dar patadas, rascarse y disminuir la ingesta.
A nivel fisiológico el dolor del animal se refleja en un incremento del cortisol -la hormona del estrés- en sangre, en saliva, y en aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria.
Desmochado por cauterización
El desmochado por cauterización causa cambios de conducta indicativos de dolor tanto durante el procedimiento como después del mismo y dichos cambios se mantienen durante un período de unas 4 horas. El desmochado por cauterización daña la piel alrededor de los botones de los cuernos con una herida razonablemente superficial. Se suele observar en el animal un aumento en la frecuencia de la conducta de acicalamiento durante e inmediatamente después del desmochado por cauterización.
El desmochado por cauterización causa un ligero aumento de la concentración plasmática total de cortisol, que alcanza un nivel máximo a los 30 minutos y regresa a los niveles pre-tratamiento entre 2 y 4 horas después.
Desmochado químico
La respuesta al desmochado químico es diferente, porque el ternero no suele dar muestras de dolor durante el procedimiento. No obstante, una vez finalizado el procedimiento se observan cambios de conducta indicativos de dolor que pueden prolongarse unas 3 o 4 horas. Además, la sustancia cáustica puede causar lesiones profundas en el animal que ha sido desmochado e incluso en otros animales como consecuencia del contacto físico entre animales.
El desmochado químico causa un aumento de la concentración plasmática de cortisol durante la hora siguiente a la aplicación del material cáustico, y regresa a niveles pre-tratamiento entre 4 y 24 horas después.
Descornado por amputación
El descornado por amputación causa cambios de conducta durante el procedimiento y durante las 6-8 horas posteriores al mismo. La amputación afecta a la piel, al hueso y en ocasiones al seno frontal, causando lesiones más profundas y extensas.
El descornado causa un aumento inmediato de la concentración plasmática de cortisol, que alcanza su nivel máximo a los 30 minutos después del tratamiento y regresa a niveles pre-tratamiento entre 5 y 9 horas después.