“El precio de la electricidad en la tarifa de precio variable, siempre fue una opción muy interesante y hacía una media anual por debajo de los precios fijos del mercado libre”: Antón Duarte, asesor energéticoDurante mucho tiempo, una de las principales ventajas de la tarifa regulada eran los precios según las variaciones del mercado. Se presentaba como una alternativa muy competitiva, resultando más económica que los contratos de precios fijos del mercado libre . “El precio de la electricidad en la tarifa de precio variable, siempre fue una opción muy interesante y hacía una media anual por debajo de los precios fijos del comprado libre”, explica Antón Duarte, asesor energético autónomo. Durante los años 2019 y 2020 estos precios fueron a la baja. Sin embargo, como se preveía para el segundo semestre del 2021, en estos últimos meses los precios de la electricidad se dispararon, con máximos históricos que incluso hicieron duplicar los importes de las facturas. “Este último año cambió todo por problemas con el abastecimiento del gas, que prácticamente hicieron multiplicar el precio de la luz por dos”, indica Duarte. En este tipo de tarifas, llamadas 2.0 TD, el consumidor paga la luz a precio de mercado, de manera que hay variaciones de precio cada hora, además de existir 3 períodos de consumo horario. El precio puede ser al alza o a la baja en función del mercado y la demanda. El hecho de estar regulada por el Estado hace que este tipo de tarifas casi no permitan mecanismos de regulación del precio, sino que están sujetas en todo momento a las variaciones del mercado, uno de los principales inconvenientes en momentos de subidas. Además, solo las comercializadoras llamadas de referencia (las grandes compañías multinacionales), son las únicas que pueden ofrecer este tipo de tarifa, ofreciendo una gestión y atención al cliente deficiente, al no tener interés en comercializar este tipo de tarifa.
Por primera vez en el 2021, en la tarifa regulada por el gobierno se estableció la posibilidad de realizar contratos con precios fijosLa tarifa regulada de Precio de último recurso o PVPC (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor) solo es aplicable hasta 10 kw por potencia contratada, por lo que muchas de las granjas ya no pueden acceder a ella al precisar de una potencia mayor. Existen dos modalidades en función de las necesidades del consumidor: precio variable según mercado o fijo. Así, la tarifa regulada por el Gobierno también ofrece la posibilidad de establecer contratos con un precio fijo, en semejantes condiciones a las que tienen las compañías del comprado libre, pero fijado por el Estado. “En el 2021 fue la primera vez que se ofreció la posibilidad de fijar el precio con la tarifa regulada, aunque con precios altísimos”, detalla Duarte. Así, a modo de ejemplo, a finales de enero en las distintas franjas horarias que se establecen a lo largo del día, en las tarifas fijas marcadas por el gobierno estipulaban los períodos punta (las franjas horarias más caras) a 46 céntimos el kilovatio/hora, en los períodos suelo a 37 cént/ kWh y a 34 cént/ kWh en el períodos valle (noches, festivos y fin de semana).
En las tarifas de mercado libre con precio fijo, las compañías establecen limitaciones máximas en los precios y suele haber una permanencia mínima de un añoEs habitual que este precio hizo, estipulado por la compañía eléctrica, tenga una permanencia mínima de 12 meses, aunque también hay pequeñas comercializadoras que evitan establecer esta condición en el contrato. Este tipo de tarifas permite a las compañías fijar limitaciones máximas del precio, para garantizar al cliente que, pese a los incrementos del precio de la energía, el precio del kWh no sobrepasará ese precio tope fijado con anterioridad. También existe la posibilidad de aglutinar los precios de todos los períodos horarios, en uno solo. Es decir, contratar un único precio del kWWh para las 24 horas del día, para facilitar el uso de la energía sin tener en cuenta los horarios de la tarifa. - Precio indexado. En esta modalidad puede contratarse cualquier tipo de potencia y distintas tarifas. Más allá de la limitación de la potencia contratada en la tarifa regulada, la principal diferencia entre estas dos modalidades es que en el precio indexado se establece un pequeño margen comercial, que son los honorarios de la comercializadora eléctrica y que normalmente van sumados al precio del kWh. Este margen es público y conocido por el consumidor. Se estipula como un margen comercial entre el precio puro de la electricidad en el mercado y el precio final de cada kWh que paga el consumidor. En función del consumo eléctrico de la granja, este margen comercial podrá ser más o menos ajustado. Por ejemplo, en el caso de una ganadería con un consumo anual de 100.000 kWh, el margen para la comercializadora podría establecerse en 0,005 euros por kWh y terminar pagando por estos gastos de gestión unos 500 euros al año y al mismo tiempo disponer de un servicio de asesoramiento y gestión directa. “De este modo, se pagarían esos 500 euros a mayores de la tarifa regulada por el gobierno, pero se ganaría en gestión y trato directo con el cliente”, explica Duarte. -Tarifa plana mensual. En este tipo de oferta se pacta una cuota mensual fija según el consumo anual de los últimos 12 meses. En los últimos meses de contrato se hace una regularización, de manera que si se excede el consumo calculado en un principio, los kWh consumidos por encima del contratado se pagan mucho más caros de lo normal. Por otro lado, en los modelos de mercado libre, el asesoramiento energético se vuelve un valor añadido. “Este servicio, que por mi parte presto gratuitamente al usuario, sirve para ofrecer una mejor atención al cliente en general, desde la contratación, a tener un mayor control de la facturación, optimizar la tarifa o potencias, búsqueda de tecnologías y subvenciones para energías renovables, aplicación de bonificaciones, cambios administrativos o para resolver posibles trámites o problemas que pueda haber con la compañía distribuidora”, explica Duarte.
"Una de las opciones más recomendables en estos momentos pasa por contratar una tarifa con precios fijos, pero sin permanencia para poder ajustarlo en un futuro a corto plazo"A aquellos consumidores que a finales del verano decidieron contratar una tarifa de mercado libre, con precios fijos, puede que no les esté resultando desfavorable, pero ya está habiendo compañías que están rompiendo con estos contratos por las pérdidas que le están repercutiendo o no están aplicando los precios pactados. “De hecho desde que comenzó esta crisis energética, en España entraron en quiebra 12 comercializadoras, mientras que en Alemania ya van 38”, indica el asesor. “En mi opinión, lo mas seguro en estos momentos, sería pactar con una comercializadora no convencional, un precio fijo temporal, con vista a volver a la tarifa regulada en el caso de contratar menos de 10 kw de potencia, a un precio indexado o a un precio fijo menor que el inicial, dependiendo de cada punto de suministro y por supuesto, cuando la situación del mercado energético tienda a estabilizarse”, recomienda el asesor. Es preciso tener presente que el cambio a la tarifa regula solo se podría hacer en aquellos casos que precisen una potencia menor de 10kW y previa notificación. Además, a veces en la práctica existen trabas por parte de las grandes compañías eléctricas para permitir volver al mercado regulado. También hay quien apunta a que la opción más recomendable pasa por mantenerse en el mercado regulado, a la espera de una estabilización del precio de la energía. “Las grandes compañías están haciendo contratos a varios años a precios competitivos para poder lograr clientes. Hace falta tener presente que en estos momentos más del 60% de los españoles están ya en el mercado libre, cuando hace unos años apenas había clientes en este. Una vez que el 80% de los clientes estén en el mercado libre y con tarifas planas, seguro que la luz bajará”, apunta José Antonio Diéguez, presidente de Ventonoso, colectivo especializado en la gestión eléctrica.
El Instituto Energético de Galicia ha publicado las bases reguladoras para la concesión de ayudas orientadas a la renovación de electrodomésticos y a la implantación de domótica energética en los hogares. Las ayudas deberán tramitarse a través de las entidades colaboradoras. El plazo de solicitud comenzará el 1 de julio y acabará el 30 de septiembre o cuando se agoten los fondos, por lo que es conveniente hacer la solicitud en los primeros días de plazo.
La dotación prevista para financiar la convocatoria es de 1,7 millones de euros, de los que 1,3 millones corresponden al plan renove de electrodomésticos y 400.000 euros a domótica energética. El 40% de los fondos estarán reservados para beneficiarios que tengan la condición de consumidores vulnerables.
La cantidad subvencionable será como máximo de un 25% del precio del electrodoméstico para el consumidor general, de un 50% para el consumidor vulnerable y de un 75% para el consumidor vulnerable severo. Para el consumidor general se establece un máximo de 150 euros por frigorífico – congelador, y de 100 euros por congelador o lavavajillas.
En domótica energética, se establece un máximo de 500 euros para un proyecto de monitorización térmica (sensores de temperatura, humedad, CO2 y/o radón). La misma cantidad se se opta por un proyecto de monitorización eléctrica (medidores de consumo, racionalizadores de potencia, fotocélulas y programación de encendidos, etc.).