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Se convocan las ayudas para compensar los daños causados por el lobo y el jabalí en los cultivos y en el ganado

La Xunta de Galicia convocó hoy las ayudas para paliar los daños que provocan el lobo y el jabalí sobre el sector agroganadero, dotadas de un presupuesto global de 2,06 millones de euros. Estos incentivos podrán solicitarse a partir de mañana, 18 de enero. En concreto, el Diario Oficial de Galicia publicó, por un lado, la orden en la que se establecen las bases reguladoras de las subvenciones para paliar los daños producidos por el lobo y se convocan para 2024. Con un presupuesto asignado de 612.724 euros, estas ayudas van dirigidas a los propietarios de ganado afectado por ataques de estos animales y que se comuniquen en el teléfono 012 entre el 1 de octubre de 2023 y el 30 de septiembre de 2024. Con carácter general, las cuantías de las ayudas variarán en función de las especies afectadas y de su edad, oscilando entre los 37,7 euros de un ejemplar de ganado ovino/caprino adulto de 6 años o más y los 2.598,7 euros de una res bovina de raza autóctona de entre 2 y 6 años. En todo caso, estos importes se calcularán en base al baremo establecido en la propia orden, pudiendo incrementarse en un 10% en el caso de aquellas explotaciones en las que se tenga comprobada la aplicación de medidas preventivas de manera favorable. La orden recoge también la posibilidad de sufragar los gastos veterinarios de las reses que resulten heridas; los gastos de eutanasia acreditados, de ser necesaria esta medida; y los abortos que sufran las reses, a consecuencia del acto de depredación. Esta convocatoria incluye también un importe adicional, en concepto de lucro cesante, para el ganado bovino y ovino-caprino reproductor de carne y leche (hembras), que oscilará entre los 9,1 euros (en el caso de una cabra hembra adulta de entre 1 y 6 años) y los 1.803,1 euros (para vacas de entre 2 y 6 años).

Medidas frente al impacto del jabalí

Por otra parte, hace falta subrayar que hoy también se publicó en el DOG otra orden de ayudas dotada de 1,44 millones de euros con el fin de paliar las consecuencias y el impacto que causan las incursiones del jabalí sobre los cultivos agrícolas. En este caso, se subvencionarán los daños producidos por esta especie entre lo 11 de octubre de 2023 y el 10 de octubre de este año y la cuantía máxima a la que podrán optar los afectados será de 2.750 euros por explotación, variando el importe en función de la superficie dañada. Por último, hace falta indicar que hoy también se publicó una nueva convocatoria de ayudas por parte de la Vicepresidencia Segunda e Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda destinadas a prevenir los daños producidos por determinadas especies de fauna silvestre, concretamente, el lobo, el jabalí y el oso. En este caso, el presupuesto global previsto suma 1,51 millones de euros con el siguiente detalle. La mayor partida, 1 millón de euros, se reserva para la adquisición y mantenimiento de perros protectores y defensores del ganado, pastores eléctricos y cercas móviles de malla electrificada frente al lobo. En el caso del jabalí, la dotación de la convocatoria asciende a 490.000 euros, y para prever los daños ocasionados por el oso, el presupuesto es de 20.000 euros, partidas destinadas, en ambos casos, a sufragar la compra de pastores eléctricos. En cuanto a los importes, los límites establecidos en la propia orden son de hasta 300 euros por perro protector adquirido y de 200 euros para mantenimiento —con un límite de 3 animales por explotación—; un máximo de 600 euros para la compra de hasta 3 pastores eléctricos; y hasta 800 euros por explotación para la compra de, como mucho, 8 mallas electrificadas. Estas ayudas para la prevención de los daños que causan el lobo, el oso y el jabalí en las explotaciones agrícolas y ganaderas de la Comunidad podrán solicitarse a partir de mañana y hasta el próximo 19 de febrero.

FRUGA apunta que el problema con el jabalí no se puede dejar en manos de las asociaciones de caza

La Federación Rural Galega (FRUGA) muestra su preocupación por la dejadez de funciones por parte del Gobierno gallego poniendo en manos de las asociaciones de caza el control del jabalí. Apuntan a la aparición de daños sobre la actividad primaria y también a cuestiones de alarma social, seguridad vial y protección civil, entre otras. Acusan a la Xunta de tomar decisiones de “oídas” o por las noticias de los medios de comunicación, “es decir, sin ningún rigor científico”. Recuerdan además, que el anuncio de la Consellería de Medio Ambiente de emergencia cinegética afecta al 80% del territorio gallego, un total de 37 comarcas. FRUGA dice no tener ninguna constancia de la existencia de la realización de un censo de la población de jabalí, ni de su estructura piramidal de edades, entre otros aspectos muy importantes como las edades de reproducción de las hembras. La Federación declara llevar años insistiendo para la realización de estudios de este tipo. En un comunicado emitido a los medios, desde FRUGA dicen ser conscientes de que existe un grave problema social, económico e incluso ecológico con esta especie, y evidentemente dejar la solución de este problema en manos de un colectivo que emplea la caza como deporte o afición, “no parece lo más idóneo, serio y riguroso”. De esta manera, el ejecutivo gallego estaría obviando toda la responsabilidad propia de la administración, e incluso como si los propios cazadores fueran los responsables de este grave problema del medio rural y en ámbitos más urbanos. De esta manera, quieren hacer un llamamiento a los cazadores para que no participen en este “ridículo esperpento al que nos tiene acostumbrados la Xunta de Galicia con este tema”. FRUGA entiende que los cazadores pueden ser unos grandes colaboradores pero nunca pueden ser los responsables de llevar a cabo el control de una posible “plaga”. Sin embargo, no sería la primera vez, ya que en el año 2019 la Xunta también realizó una declaración de Emergencia cinegética “y cuatro años después estamos viendo claramente que fue un fracaso total y absoluto”. Aparte, llama la atención que esta medida se tome a mediados de septiembre cuando gan parte de los frutos están recogidos, por lo que ven esta medida como populista y con propósitos electorales ante la cercanía de las elecciones al Parlamento de Galicia. Para finalizar, desde FRUGA reclaman que la Xunta no haga renuncia de sus responsabilidades, ejerza sus competencias y proceda a acometer la realización de un estudio para conocer la situación de la población y todos aquellos aspectos que ayuden a tomar decisiones objetivas. También piden que en caso de ser necesario, la Xunta tenga la valentía política para la declaración de plaga del jabalí.

¿Puede solucionar la declaración de emergencia cinegética el problema del jabalí?

La expansión del jabalí en Galicia ha llevado en los últimos años a un problema que ya presenta difícil solución. A falta de estudios concretos de su censo, las cifras de daños confirman la dimensión del problema. El jabalí genera en la comunidad alrededor de 4.000 avisos de daños en el campo al año al teléfono 012 y unos 10 siniestros diarios en las carreteras. A eso hay que unirle la alarma social que crean las incursiones de la especie en las ciudades y villas, con esporádicos ataques a personas. Para enfrentar la situación, la Consellería de Medio Ambiente ha publicado hoy en el Diario Oficial de Galicia la tercera declaración de emergencia cinegética del jabalí, que abarca 37 comarcas y 248 ayuntamientos. Es la declaración de emergencia más ambiciosa a nivel territorial y abre la puerta a la caza sin límite de la especie durante todos los días de la semana hasta el 25 de febrero, con inclusión de métodos no convencionales, como el uso de visores nocturnos, detectores de movimiento o comederos de atracción. Con todo, la declaración de emergencia cinegética genera escepticismo tanto entre organizaciones agrarias como entre los propios cazadores. Desde el campo se considera la declaración de emergencia cinegética un parche, pues existe la convicción de que la caza social, la tradicional herramienta de gestión de la fauna salvaje, ya es insuficiente para enfrentar el problema. Entre tanto, los cazadores recuerdan que las declaraciones de emergencia cinegética pasadas apenas sí lograron resultados adicionales en algunas zonas concretas, pues los Tecores carecen en general de capacidad y tiempo para aumentar el esfuerzo tradicional de caza con días y batidas a mayores. ¿Qué cuestiones es precieso tener en cuenta para abordar el problema del jabalí?. Por parte de las organizaciones agrarias, pedimos la opinión de Jacobo Feijoo, y por parte de los cazadores, de Antonio Mota, de la Unión de Tecores de Galicia.
Jacobo Feijoo. Responsable de desarrollo rural de Unións Agrarias

“No se le puede pedir a la caza social que arregle el problema, la Xunta tiene que ser la directora de orquesta”

“Llevamos tres declaraciones de emergencia cinegética del jabalí y probablemente habrá una cuarta, una quinta y una sexta, porque esto no es una solución”, opina el responsable de Desarrollo Rural de Unións, Jacobo Feijoo. “Es cierto que tenemos que reinvindicar el papel de la caza social como una herramienta de gestión de la fauna y del propio equilibrio ecológico, pero lo que no podemos es pedirle a los cazadores que arreglen un problema de tal dimensión. Necesitamos que la Xunta actúe de directora de orquesta y planifique los controles de población de la especie”, defiende Feijoo. Sobre los 4.000 avisos de daños que el agro comunicó el año pasado a la Xunta, Feijoo opina que es la "punta del iceberg". "Hay mucha gente que no llama porque los daños comunicados ya exceden la cuantía de la ayuda que le pueden pagar, o bien porque se cansan de la situación o dada la reiteración de daños, sólo llaman puntualmente". Planificación de objetivos Desde la perspectiva de Unións Agrarias, es preciso que la Administración coordine con los Tecores unos objetivos y plazos de animales a abatir, en función de un plan técnico. “En general, estamos teniendo buena coordinación con los Tecores cuando les comunicamos la existencia de daños y la necesidad de controles, pero en los casos en que esa colaboración no exista, si la Administración detecta que un Tecor no cumple con unos objetivos que se marquen, quizás sea preciso llevar allí cazadores de otras zonas”, valora Jacobo Feijoo. Jaulas capturadoras de grupos familiares La organización agraria considera también imprescindible el uso de jaulas capturadoras de mayor dimensión a las que se están empleando en la actualidad, de cara a la captura de grupos familiares completos, sobre todo en zonas en las que la caza no es viable, como pueden ser las áreas de viñedo del Ribeiro.
Antonio Mota. Unitega

“Tres días de caza a la semana son suficientes, la solución no es aumentar los días de caza, hay que hablar y consensuar acuerdos”

La declaración de emergencia cinegética, que abre la puerta a cazar en batida cualquier día de la semana, previa comunicación, es una medida que los cazadores consideran “de cara a la galería”. “En plena temporada de caza, tres días de caza a la semana (jueves, sábados y domingos) y los festivos son suficientes. Abrir el melón a batidas los lunes, martes, miércoles o viernes nos parece desproporcionado, es una cortina de humo”, valora Antonio Mota, secretario de la Unión de Tecores de Galicia (Unitega). Como elemento positivo, Mota señala que algunas posibilidades que introduce la declaración de emergencia cinegética, como el uso de visores nocturnos, pueden ser parte de la solución. “En Portugal vemos que están funcionando, por lo que de cara al futuro, los visores pueden ser interesantes, siempre y cuando se haga un uso seguro”. Disponibilidad de los cazadores y seguridad en el rural La ampliación de días de caza es una decisión a la que Mota le ve poco recorrido, no solo por las dificultades de disponibilidad de las cuadrillas para buscar días adicionales de caza. Mota incide en especial en la cuestión de la seguridad. “En el monte y en el campo hay más gente, aparte de los cazadores. Es bueno que los días de batidas de caza sean los habituales, los conocidos por los vecinos, para evitar situaciones de riesgo” -valora-. “Otra cosa son las esperas, que ya se podían hacer todos los días”, recuerda. Evitar un segundo conflicto en la caza En relación a las demandas que llegan de las organizaciones agrarias, Mota señala que en general hay entendimiento con ellas cuando se sientan a hablar, pero advierte de posibles conflictos adicionales. “Si hablan de llevar cazadores de una zona a otra, estaríamos probablemente creando tensiones y conflictos donde no los hay. Tenemos ya un problema, que es el del jabalí, no creemos otro nuevo”, cuestiona. “Hay que decir también que llevamos dos temporadas en que no percibimos un aumento de las peticiones de batidas excepcionales. Quizás el problema del jabalí se haya estabilizado y no vaya a más, que es algo que ya está pasando en otras autonomías, como Aragón. Carecemos de estudios detallados de la población de la especie, pero quizás su curva de crecimiento se esté parando, si no doblando”, sopesa Antonio Mota. Afrontar situaciones concretas: el caso del Ribeiro, Ribeira Sacra y Monterrei Mota es partidario de afrontar los casos de zonas concretas con problemas. Reconoce que el jabalí, y también el corzo, son un problema en zonas de viñedo como el Ribeiro o la Ribeira Sacra, “y probablemente lo vayan a ser también en Monterrei”, apunta. “Son zonas en las que creció la superficie de viñedos y donde, al ser una superficie agrícola intensiva, no se caza. Por tanto, ahí la caza no es una solución, habrá que valorar otras medidas”, subraya. Comarcas vitícolas como el Ribeiro presentan la singularidad de numerosos núcleos de población rodeados de viñas, en los que por las características del entorno, habitado y con plantaciones y personas trabajando, la caza no es posible. Sobre la opción de que se empleen jaulas para la captura de los ejemplares en las comarcas vitícolas, Mota señala que es una posibilidad que Medio Ambiente descarta. “Quizás sea una medida efectiva, pero en las reuniones Medio Ambiente considera inviable esa medida por los altos costes de gestión que le ve. No es solo colocar las jaulas, es luego gestionar como residuo los ejemplares que se capturen”, señala Mota. Como vía para definir soluciones, Mota es partidario de sentarse a hablar para llegar a acuerdos. “El lugar podría ser una comisión parlamentaria, con intervención de todos los colectivos implicados”, apunta.

Claves de la declaración de emergencia cinegética

El Diario Oficial de Galicia publica hoy cuatro resoluciones de Medio Ambiente, una por provincia, con las correspondientes declaraciones de zonas de emergencia cinegética. Estas son las claves de la medida: - Se permite abatir o capturar jabalís sin límite de ejemplares, prioritariamente hembras adultas y subadultas. También se permite abatir crías y hembras seguidas de crías. - En los Tecores, las cacerías correspondientes a jornadas que no estén aprobadas en el plan anual deberán ser comunicadas previamente a la jefatura territorial competente en caza. - En las zonas libres de caza, las cacerías estarán sujetas a autorización y deberán pedirse con 10 días de antelación. Hasta el 6 de enero, se podrán autorizar cacerías los lunes, martes, miércoles, viernes y sábados, siempre que no sean festivos. De 7 de enero a 25 de febrero se excluyen los sábados. - En la modalidad de espera, pueden agruparse en una sola comunicación varias jornadas, debiendo indicarse expresamente las coordenadas de los puestos fijos que se vayan a ocupar. - En los Tecores, se podrá autorizar a los propietarios de los terrenos afectados a realizar personalmente, o mediante terceros, esperas, con autorización del titular del aprovechamiento cinegético. - Se permite el uso de visores ópticos durante las esperas nocturnas, así como fuentes luminosas. También el uso de dispositivos electrónicos, como detectores de movimiento o controladores de horas de paso, para la posterior realización de esperas nocturnas. - En los cultivos donde haya daños, se podrán disponer cebaderos con grano o frutos, con el objetivo de aumentar la eficacia de los controles. Del mismo modo, se permite la captura en vivo de los jabalís, con posterior sacrificio de los ejemplares, de acuerdo con el procedimiento establecido por la Consellería de Medio Ambiente.

Piden a la Xunta que extreme el control de la fauna salvaje ante la llegada de la enfermedad hemorrágica epizoótica

Unións Agrarias insta a la Xunta de Galicia a extremar el control de la fauna salvaje "ante la inminente llegada a Galicia de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE)", una dolencia vírica que desde su llegada a España en noviembre de 2022 se ha extendido sin control en dirección sur-norte; y que a día de hoy se encuentra ya a las puertas de Galicia. La organización agraria advierte de que "entre 2.000 y 3.000 euros de gasto está suponiendo la EHE a las ganaderías de las zonas afectadas por una dolencia que es transmitida por mosquitos y que afecta especialmente a rumiantes silvestres como ciervos, gamos o corzos". Esta enfermedad está presente hoy en 11 provincias de la Península y que se ha localizado ya en Salamanca. Ante esta situación, Unións Agrarias apela a la responsabilidad de la Xunta de Galicia e insta a la Consellería de Medio Ambiente a "actuar con premura y adelantarse a la aparición de brotes en la cabaña ganadera gallega". En concreto, la organización agroganadera incide en la necesidad de incluir el riesgo sanitario para el ganado doméstico como un factor determinante a la hora de calcular las densidades de fauna cinegética en los ecosistemas y los cupos de caza; e incide en el papel fundamental de esta actividad como un elemento fundamental de gestión para el mantenimiento y la preservación de la sanidad animal. Asimismo, Unións Agrarias insta a la administración a "actuar con previsión para no dejar a las ganaderías en la estacada en el caso de la aparición de la EHE en las explotaciones gallegas". En ese sentido, la organización reclama apoyos económicos para el tratamiento, así como la indemnización de los animales muertos. "Las explotaciones de vacuno en extensivo son las que hasta ahora están sufriendo las consecuencias de una dolencia que también infecta a ovejas y cabras aunque, en el caso del ganado ovino y caprino, cursa sin manifestaciones clínicas", explican. Por último, desde Unións inciden en que "a día de hoy el control de la transmisión y, por ende, las medidas cinegéticas, son la única medida preventiva posible para el control de una dolencia para la que no existe vacuna, y que cursa con fiebre, debilidad, pérdida de apetito y del instinto de huida, abortos o mortandad de animales recién nacidos".

Galicia renuncia a abatir lobos, mientras Asturias y Cantabria actúan para reactivar las extracciones

La inclusión del lobo en el Listado de Especies en Protección Especial (Lespre), a partir de septiembre de 2021, complicó el control de lobos en zonas con elevados daños al ganado. Hasta aquel momento, entre Asturias y Cantabria venía ejecutándose la extracción anual de alrededor de 40 lobos, bien por medio de actuaciones de los agentes ambientales, bien por la caza del cánido en batidas de jabalí que tenían permitido abatir lobos. Desde 2021, ambas comunidades trabajan para reactivar las extracciones, que se esperan inminentes. La actual normativa que protege al lobo establece que las comunidades autónomas podrán autorizar extracciones “cuando no exista otra solución satisfactoria”. Es decir, la normativa permite los controles si se demuestra que en una zona con elevados daños al ganado, las explotaciones afectadas por ataques habían aplicado adecuadamente medidas preventivas o de protección del ganado, y estas resultaron ineficaces”. La autorización se hará siempre con el matiz de que la extracción “no afecte negativamente al estado de conservación favorable de la especie”. El caso cántabro Sobre esa base, Cantabria procedió a autorizar en junio del 2022 extracciones de lobos en áreas problemáticas, si bien la medida fue luego suspendida de manera cautelar por el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, previa denuncia de un colectivo ambientalista. El caso se cerró finalmente en el mes de mayo del 2023, desestimando el Tribunal la denuncia contra la autorización de extracciones, por lo que se espera que el Gobierno cántabro vuelva a decretar autorizaciones de extracción en las próximas semanas. El sector agrario de la comunidad advierte de que los daños del lobo sobre el ganado se dispararon en el último año, pues hubo más de 2.400 reses muertas en el 2022, según los datos oficiales, cuando en el 2020 habían sido poco más de 1.800. Así las cosas, las organizaciones agrarias instaron esta primavera al Ministerio de Transición Ecológica a agilizar los informes preceptivos que tiene que emitir sobre la petición de autorizaciones de extracciones. Son informes no vinculantes, pero en tanto no estén emitidos, el Gobierno cántabro se ve imposibilitado de decretar las autorizaciones. Asturias En Asturias, el Gobierno regional aprobó también la extracción de lobos en el Parque Nacional de Picos de Europa en verano del 2022, si bien el proceso está retrasándose por choques entre el Gobierno asturiano y el Ministerio de Transición Ecológica, que demanda garantías adicionales que demuestren que la extracción no afectará negativamente a la conservación de la especie. Entre tanto, está aumentando la conflictividad social, llegándose al punto de que aparecieron dos cabezas de lobo en la puerta de un Concello el mismo día de la visita al consistorio del presidente regional. En Picos de Europa, los datos del Parque Nacional revelan que hasta el 2021 venían abatiéndose una media de 8 lobos al año, lo que se estima que era un 20% de la población del Parque, sin que se detectara un empeoramiento de los censos de la especie. Sí que se reconoce que con extracciones del 30% de los ejemplares, la especie veía reducida ligeramente su reproducción, pero se indica que esa situación se recuperaba en solo dos campañas, por lo que se concluye que el lobo tiene una alta resiliencia y capacidad reproductiva, lo que permite compatibilizar las extracciones con la conservación de la especie. Situación en Galicia El caso de Galicia es distinto, pues en la práctica la caza legal del lobo apenas era operativa en la comunidad. Sólo se permitía la caza del lobo en batidas específicas por daños, con escasos resultados. Entre el 2010 y el 2020 se abatieron 11 ejemplares en 60 batidas permitidas por daños al ganado, según los datos de la Xunta. ¿Por qué ese escaso control del lobo en Galicia?. Las dificultades que tiene la caza del lobo en batidas específicas, pues se trata de un animal muy esquivo, junto con la contestación animalista que tuvo alguna de las batidas por daños organizadas, hacían que hubiera pocas solicitudes de control de daños de la especie cada año. En el sector, se da cómo probable una importante caza furtiva o control furtivo con métodos ilegales, como venenos, como principal vía de control poblacional de la especie. Con el aumento de protección de la especie, las batidas ya no parecen una opción, si bien sí sería posible que Galicia pusiera en marcha protocolos como los establecidos en Asturias o Cantabria. En el caso cántabro, el Gobierno decretó que las extracciones autorizadas de lobos deberían ser ejecutadas por agentes del medio natural, bien en esperas -que pueden ser nocturnas, con uso de focos, visores nocturnos y productos atrayentes-, bien en batidas, con un máximo de 10 agentes armados y 30 participantes colaboradores (no armados), previamente autorizados. Consultada por Campo Galego, la Consellería de Medio Ambiente confirma que descarta aplicar controles del lobo en Galicia.

El agro demanda controles y apoyo a medidas preventivas eficaces

El sector agrario en Galicia es partidario de que la Xunta proceda a ejecutar controles en situaciones de daños reiterados en los que se demuestre un censo elevado de lobos en la zona. “En Galicia, la caza nunca fue un instrumento de control poblacional del lobo, pero sí que es necesaria para ejecutar controles en zonas de elevados daños sobre el ganado, donde hayan fallado los métodos preventivos”, valora el responsable de Desarrollo Rural de Unións Agrarias, Jacobo Feijoo. “Estamos viendo zonas, como la Mariña lucense o las Mariñas coruñesas, en las que las muertes de ganado y perros se producen en tierras cerca de las zonas habitadas. Esa situación hay que gestionarla, pues el lobo también es un riesgo objetivo para las personas, sobre todo niños o personas mayores. En el pasado hubo muertes por ataques de lobos en Galicia -la última en los años 80- y si perdemos un instrumento de control para alejar al lobo del ser humano, estamos jugando a la ruleta rusa”, sostiene Jacobo Feijoo. Los problemas con el lobo se dan en un ciclo en el que las políticas europeas promueven la extensificación del ganado, lo que aumenta los riesgos de daños a los animales. “Aparte de los controles, es preciso gestionar suficientes ayudas para métodos de prevención y actualizar los criterios de indemnización, pues hay muchos animales, como terneros pequeños o caballos que quedan fuera de las ayudas porque no se encuentran los cuerpos. Hay que buscar un sistema para compensar esas pérdidas, ya que los daños del lobo en Galicia están muy subestimados”, cuestiona. En Galicia, en el último año Medio Ambiente computó 2.436 reses muertas, una cifra similar a la cantabra, que tiene cuatro veces menos lobos que Galicia. Apoyos suficientes y con plazos de ejecución razonables Joan Alibés, ganadero de ovino y asesor especializado en la prevención de ataques de lobo, es de la opinión de que los controles del lobo no son una solución, si bien considera que si otras comunidades tienen capacidad para hacerlos, Medio Ambiente tendría que seguir ese camino. “Si el gran caballo de batalla de la Consellería era que el Lespre no permitía extracciones y otras comunidades actúan para hacerlas, habría que concluir que los controles pueden hacerse pero que en Galicia no se quieren hacer”, valora. La prioridad de acción para Joan Alibés pasa por destinar fondos suficientes para las medidas de prevención, con plazos de ejecución razonables. “Sería preciso, por ejemplo, un sistema de convocatoria bianual de ayudas, pues estos últimos años, cuando Medio Ambiente resuelve las ayudas de prevención, en la parte final del año, los ganaderos se ven sin plazo para la compra de mastines. Y peor es el caso de aquellos que quieren ejecutar un vallado fijo, pues no hay tiempo material en el plazo que deja la Consellería”, concluye. Alibés incide además en la necesidad de un asesoramiento especializado en la prevención de daños del lobo y lamenta que la Xunta haya renunciado a los 4,3 millones de euros que el Gobierno central tenía previsto destinar a medidas de prevención de daños en Galicia. La decisión de la Xunta de no firmar la estrategia del lobo del Gobierno central la dejó fuera del reparto de apoyos.

Las ayudas por los daños causados por el lobo y el jabalí podrán pedirse a partir de hoy

La directora general de Patrimonio Natural, Belén do Campo, visitando una explotación de bovino en Rodeiro Este jueves salen publicadas en el DOG dos órdenes de ayudas para, por un lado, implantar medidas preventivas frente al lobo, el oso y el jabalí en explotaciones ganaderas, agrícolas y de autoconsumo, con una dotación de 1,06 millones de euros; y por otro, para contribuir a los costes derivados de la instalación de vallas fijas para proteger al  ganado de los ataques del lobo, una línea a la que se destinarán 400.000 euros. A partir de este viernes y durante el plazo de un mes, las ganaderías podrán acogerse a estas nuevas convocatorias de ayudas, gracias a las cuales la Xunta movilizará en 2023 algo más de 1,4 millones de euros solo para apoyar al sector en la implantación de medidas efectivas que protejan sus propiedades del impacto causado por la fauna silvestre con la que comparten el territorio.
El plazo para solicitar las ayudas es de un mes
En concreto, entre las medidas de prevención subvencionables está la adquisición y mantenimiento de perros para proteger y defender el ganado (hasta 300 euros por ejemplar y 200 euros para gastos de alimentación, con un límite de 3 perros por explotación); la compra de pastores eléctricos (hasta 600 euros para comprar como máximo 3 pastores); y la instalación de cercas con mallas electrificadas (8 mallas y 800 euros por explotación).
Se subvencionan un máximo de 3 perros, 3 pastores eléctricos y 8 mallas electrificadas por explotación
Además de las subvenciones para prevención que se convocan en el DOG de este jueves, en el mes de diciembre se publicó otra orden de ayudas para compensar los daños ocasionados por el lobo, con un presupuesto reservado de 646.000 euros, la misma cuantía que en 2022. Medidas preventivas e indemnizaciones frente a los jabalís En el caso de las medidas frente a los jabalís, el pasado 21 de diciembre también se convocó la orden de subvenciones para paliar el impacto de este tipo de incursiones en los cultivos agrícolas ligados a explotaciones profesionales y a propiedades particulares, con un presupuesto inicial de 1,45 millones de euros.
La cuantía máxima de la ayuda por daños del jabalí será en esta ocasión de 2.750 euros por explotación, 250 euros más que en la convocatoria anterior
Se subvencionarán los daños producidos por esta especie entre el 11 de octubre de 2022 y el 10 de octubre de este año y, como principal novedad, la cuantía máxima de la ayuda será en esta ocasión de 2.750 euros por explotación, es decir, 250 euros más que en la convocatoria anterior. Al presupuesto destinado por la Xunta para indemnizar a los afectados por las incursiones del jabalí en sus cultivos hay que sumar también los 286.000 euros reservados para prevenir o minimizar los daños dentro de la orden de ayudas que se publicó hoy en el DOG.

El jabalí se adelanta a la campaña del maíz

Las altas temperaturas registradas este verano están haciendo que los ciclos del maíz se adelanten en muchas zonas. Con todo, en la mayor parte de las plantaciones aún está por criar la espiga. Pese a eso, ya se están produciendo importantes daños del jabalí en distintos puntos de Galicia. En muchas de las parcelas afectadas, aun estando cerradas con hilos del pastor eléctrico, el cerdo bravo está causando igualmente estragos. La Mariña Lucense es una de las zonas más afectadas por los ataques del jabalí. “El maíz aún casi no tiene espiga con granos y las manadas de jabalís están causando grandes danos”, explican desde la cooperativa Os Irmandiños, integrada en Clun. Precisamente en ayuntamientos como Ribadeo o Trabada están detectándose parcelas arrasadas ya por la fauna salvaje. “Este año los ataques están siendo mucho peores que en otras campañas”, señala José Ramón Loza, responsable del área de cultivos de la cooperativa Os Irmandiños.
“El maíz aún casi no tiene espiga con granos y las manadas de jabalís están causando grandes daños”: José Ramón Loza, de Os Irmandiños
En esta zona ya habían tenido daños del jabalí durante la siembra, aunque puntuales y habían conseguido atajarlos con distintas medidas realizadas por los cotos de caza. Ahora apuntan que están sufriendo daños muy severos. Más hacia el interior de la provincia, en parcelas de Castro de Rei también están acusando daños provocados por la incursión de manadas de jabalís. En algunos casos, los daños se produjeron en fincas que ya acusaban importantes dificultades por la sequía y que ya dan totalmente por perdidas tras pasar los jabalís por ellas. Daños en una finca de maíz en Castro de Rei (Lugo). En la provincia de A Coruña, en ayuntamientos como Lousame, la incidencia del jabalí dejó daños importantes ya en la siembra y ahora vuelven a tenerlos. Es el caso por ejemplo de Henrique Laranga que en esta campaña tuvo que sembrar de nuevo 4 hectáreas de maíz, con el gasto que eso implica. En algunos casos incluso tuvo que resembrar hasta 4 veces el maíz. “El maíz que no me comió en la siembra es el que está viniendo más temprano y el que me está comiendo ahora. Lleva ya más de 1,5 hectáreas de daños”, apunta el ganadero.
Ganaderos de Lousame tuvieron que sembrar varias veces las parcelas y ahora tienen ya más de una hectárea de maíz nuevamente afectado por el jabalí
Aunque están autorizadas batidas para este fin de semana, apuntan que llegan tarde, ya que hay muchas fincas con muchos daños, en una campaña en la que la producción ya está siendo menor por la sequía. Insisten en que las acciones preventivas deberían llevarse a cabo más ajustadas a los calendarios de las cosechas y siembras, para que resulten más efectivas. “El jabalí está siendo una plaga, aunque no quieran reconocerlo”, valora el ganadero. También en el Deza están registrándose ya daños en parcelas de maíz, al que aún le falta tiempo para madurar. En Lalín detectaron daños incluso en fincas que estaban cerradas con el pastor eléctrico. Al igual que los ganaderos de la costa lucense, reclaman acciones para controlar la fauna. Esta zona está siendo muy castigada por la sequía y los daños del cerdo bravo reducen una cosecha que ya se espera muy inferior a la de otros años. Solo por la sequía se estima que la cosecha se reduzca en más del 40% en la comarca, a lo que se añaden ahora los daños causados por el jabalí. Prados con daños por el jabalí en Cervantes.

Arrasa con las praderas en Os Ancares

Aunque en los meses centrales del verano es habitual que casi no haya daños del jabalí, en la zona de Os Ancares están sufriendo importantes daños en las praderas ya en los últimos meses. José Manuel Rodríguez, ganadero de Cervantes, registró importantes pérdidas en sus prados ya desde junio. “Ya no se esconden nada. Estamos cansados de ver los jabalís junto al rebaño, por entre las vacas”, apunta el ganadero. En los prados donde tiene algo de riego los daños se prolongan todo el año.
“Además de los daños que te hace en la hierba, tuve que segar con la máquina pequeña, con lo que me lleva más tiempo y las vacas no pacen allí por mucho tiempo”: José Manuel Rodríguez, ganadero de Cervantes
Esta campaña, José Manuel tuvo importantes daños en las praderas que tenía para seco, lo que le ocasionó recoger menos cantidad de forraje del que contaba, en un año en el que el aprovisionamiento de forraje es fundamental, dados los altos costes que está teniendo el pienso. Al margen de coger menos hierba, los estragos del jabalí en los prados también llevan parejo mayor carga de trabajo para el ganadero. “Además de los daños que te hace en la hierba, tuve que segar con la máquina pequeña, con el que me lleva más tiempo y las vacas no pacen allí por mucho tiempo”, explica. José Manuel ya dio cuenta este año de 20.000 metros cuadrados de praderas afectadas, aunque reconoce que es más superficie la dañada. “Muchas veces son daños pequeños en un prado y en otro, y solo acabas por poner aquellas fincas en las que hay más destrozo, pero al final todo suma. Vas reduciendo de un lado y de otro y cuando te das cuenta te quedas con menos hierba de la que precisas”, argumenta el ganadero, que tiene un rebaño de unas 60 cabezas de ganado de carne. Como él, ganaderos de Os Ancares llevan tiempo reclamando medidas que les ayuden a paliar los daños de la fauna salvaje, dado que muchas acciones de control están limitadas al encontrarse en plena Red Natura y Reserva de caza. “No están haciendo batidas, aunque lleguen a estar autorizadas y los que pagamos siempre somos los ganaderos. Cada vez quedamos menos y de este modo no va a quedar nadie con ganado”, señala.

Instalación de jaulas-trampa

Desde organizaciones como Unións Agrarias apuntan que está habiendo una mayor sensibilidad y entendimiento entre cazadores, ganaderos y agricultores, lo que está dejando una mayor colaboración a la hora de organizar batidas por daños en aquellas zonas afectadas. Con todo, desde Uniones siguen insistiendo en la importancia de contar con más medidas para el control de la fauna salvaje, tal y como habían recogido en la Iniciativa Legislativa Popular que habían presentado al Parlamento Gallego y que fue rechazada por el gobierno autonómico. En este mismo mes, desde Unións remitieron de nuevo a la Consellería de Medio Ambiente una petición para el uso de jaulas-trampa para el control de los jabalís en aquellas zonas con mayor incidencia. Solicitan cambios en la gestión de este método, ya que en la actualidad es el ganadero o agricultor quien debe hacerse cargo del animal que cae en la jaula, lo que está suponiendo un importante gasto para los productores, al tiempo que limita su uso “Mientras obliguen a los ganaderos a asumir la gestión de los animales que caen, no se utilizarán. La tutela de estos animales debe ser de la Xunta y debe haber unos protocolos estrictos del manejo de este método, por lo complejos que son para que resulten efectivos”, señala Jacobo Feijoo, responsable de Desarrollo Rural en Unións. Tal y como señalan desde Unións, el empleo de jaulas-trampa está siendo un método empleado en zonas como Extremadura para reducir los daños en plantaciones y con el que están logrando resultados exitosos al conseguir eliminar las manadas de esa zona. Desde Uniones también temen que la incidencia de los fuegos forestales provoque movimientos de las manadas de jabalís y que puedan incrementarse los daños en zonas que en otras campañas tenían una menor carga de esta fauna.

Ultiman un protocolo para instalar jaulas trampa de jabalí en áreas urbanas y periurbanas

La Consellería de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda ultima un nuevo protocolo, en colaboración con los Ayuntamientos, para controlar las poblaciones de jabalí en zonas urbanas y periurbanas mediante la adopción demedidas preventivas y de control alternativas a las acciones cinegéticas.medidas preventivas y de control alternativas a las acciones cinegéticas. Una de las iniciativas previstas es la colocación de jaulas trampa en lugares estratégicos y que suelan frecuentar estos animales. Además, el plan incluye posibles actuaciones sobre el territorio, como desbroces, para hacer que estas áreas resulten hábitats menos favorables para el asentamiento del jabalí. El objetivo de la iniciativa es reducir de forma efectiva y segura el número de ejemplares y avistamientos de esta especie silvestre en zonas próximas a las ciudades o a núcleos de carácter urbano y periurbano, en las que no está permitida la actividad cinegética y donde la presencia de jabalís suele generar una notable alarma social. Buscan evitar la aparición de posibles enfermedades y reducir los daños ocasionados y los accidentes de tráfico a través de una gestión que permita armonizar los métodos de control poblacional de la especie con los criterios de conservación. El plan de acción se llevará a cabo en colaboración con los ayuntamientos y se articulará a través de la firma de un convenio marco al que se podrán ir adhiriendo de forma individual los municipios interesados donde la presencia de esta especie en el entorno de las ciudades genera problemas de seguridad ciudadana e incluso de salud pública.
La Consellería asumirá la instalación de las jaulas y la mitad de los gastos ocasionados por la retirada de los ejemplares que resulten capturados
A falta de que se concrete el acuerdo con los Ayuntamientos, la Consellería asumirá la instalación de las jaulas y la mitad de los gastos ocasionados por la retirada de los ejemplares que resulten capturados. Los ayuntamientos, por su parte, asumirán el resto de los costes y deberán comprometerse a mantener limpias de maleza las zonas periurbanas y movilizar a la Policía Local para realizar los controles necesarios.

Las primeras trampas

Ferrol y su entorno será la primera zona donde se ponga en práctica esta medida, de carácter pionero en áreas urbanizadas, pero que ya se puso en marcha con buenos resultados en algunas explotaciones agroganaderas de distintos puntos de Galicia. Las jaulas trampa contarán con un cebo para atraer hasta ellas a los jabalís que frecuentan el entorno de la ciudad. La Xunta y el Ayuntamiento ultiman los detalles del convenio, en el que se fijarán los compromisos económicos y técnicos que asumen ambas partes con el objetivo de establecer un control efectivo de las poblaciones de jabalí dentro del término municipal. De hecho, como indicaron desde la Xunta, personal de la Consellería mantiene contactos con técnicos de Ferrol para definir y poner a disposición aquellas zonas y terrenos que se consideran más adecuadas para colocar estos dispositivos, una medida que tendrá que venir reforzada desde el Ayuntamiento con acciones encaminadas a reducir las condiciones de refugio que ofrecen determinadas zonas urbanas y periurbanas para el jabalí. La principal actuación consistirá en rozar el matorral nos terrenos rústicos —de uso agrícola el forestal—, y en su caso urbanos, con la limpieza de las fincas y de los espacios de encame que convierten al entorno ferrolano en una de las áreas urbanas de Galicia con una mayor presencia de estos animales.

Eslovenia, donde la ganadería cuida del paisaje y atrae turismo

¿Qué desafíos comunes encaran las granjas extensivas de Eslovenia, Francia y Galicia?. Ese es el punto de partida del proyecto europeo PastorEA, en el que participan centros de formación agraria de los tres países. En el marco de la iniciativa, un grupo de una docena de técnicos y ganaderos gallegos, coordinados por la EFA Fonteboa, acaba de visitar granjas de pastoreo en Eslovenia para conocer cómo trabajan. Los acompañamos y conocemos sus impresiones. Lo primero que llama la atención de la ganadería en Eslovenia es que es percibida en el propio país como un factor clave para la conservación de la naturaleza y el desarrollo local. En una de las zonas más turísticas del país balcánico, en el parque nacional Triglav, en plenos Alpes, subrayan el importante papel que juegan las alrededor de 500 pequeñas granjas que mantienen actividad en el interior del parque: “Los pastos, que suman un 10% de la superficie del parque -más de 8.000 hectáreas de un total de 83.000-, son fundamentales para la conservación de la biodiversidad. Su abandono y transformación en matorral es un serio problema”, reconocen. Vacas en pastos del valle. Las montañas eslovenas se caracterizan por un mosaico ordenado en el que se combinan tierras de cultivo, bosques y pueblos. En los valles, los asentamientos, con una cuidada arquitectura tradicional, se rodean de praderas y tierras de cultivo, que dan paso a extensos bosques de coníferas y frondosas caducifolias en el inicio de las laderas de montaña. En la parte superior de las sierras, donde acaba el arbolado, en el entorno de los 1.500 metros de altitud, aparecen de nuevo los pastizales, normalmente de propiedad comunal, que son aprovechados desde la primavera hasta inicios del otoño. Eslovenia es, junto con Finlandia y Noruega, uno de los Estados de la UE con mayor porcentaje de superficie forestal, pues un 58% de su territorio son bosques, pero la conflictividad entre usos de la tierra aparenta escasa, salvo el hecho de que en teoría, por ley, no se permite el pastoreo bajo arbolado, una práctica que de autorizarse, podría contribuir al control del matorral y a reducir el peligro de posibles incendios, como reconocen los propios técnicos eslovenos. Ovejas en un cierre de montaña. Pastizales en alta montaña Una práctica singular de la ganadería de los Alpes eslovenos es el mantenimiento de la trashumancia estacional. Buena parte del ganado sube en conjunto de los valles a la montaña a partir del mes de abril, ascendiendo alrededor de mil metros de altitud. Atrás quedan los prados del valle que rodean los pueblos, donde en verano se recogerá la hierba seca y se harán silos para alimentar los animales en invierno. En el alto de la montaña, se conserva mientras un sistema de cooperación vecinal para el cuidado del ganado. En función de los animales que tiene cada granja en la montaña, los ganaderos se reparten en turnos para cuidar y ordeñar las vacas. Las comunidades disponen allí de establos e instalaciones idóneas en común, incluyendo queserías, en las que maestros queseros pasan el verano para elaborar piezas tradicionales con la leche ordeñada cada día. Dimensión y actividades complementarias Las granjas eslovenas son en general de pequeño tamaño, con un promedio de 7,5 hectáreas de tierra y 6,9 vacas. Con frecuencia, son granjas que trabajan con varias especies de animales (vacas, ovejas, cabras y también caballos), lo que les permite un aprovechamiento mayor de los distintos tipos de pasto. El pequeño tamaño de las granjas se compensa con frecuencia con la ocupación de los ganaderos en trabajos complementarios, como por ejemplo en servicios públicos, en trabajos forestales o en actividades turísticas, de gran importancia en el país.

Tres preocupaciones comunes: depredadores, cambio climático y relevo generacional

El viaje de la delegación gallega sirvió para conocer las particularidades de las granjas en Eslovenia, pero también para constatar algunos problemas comunes que comparten con Galicia, como la protección del ganado frente a los ataques de depredadores, el impacto del cambio climático o el relevo generacional. Relevo generacional Matevz Gartner, en la quesería de su granja. El promedio de edad de los ganaderos en Eslovenia es de 57 años. Cómo atraer a la gente joven para que vea en la ganadería una actividad de interés, complementaria a otras ocupaciones, es una de las preocupaciones de los centros de formación agraria de Eslovenia. Durante el viaje, se visitaron granjas gestionadas por ganaderos jóvenes, como la de Matevz Gartner, en Bohinj, que hace cuatro años se incorporó a la ganadería familiar de 15 vacas simmental. Se trata de una granja que transforma en quesos toda su producción, alrededor de 80.000 litros / año, y en la que trabajan tres personas de la familia, si bien una de ellas, la hermana de Matevz, compagina esa labor con un trabajo a media jornada en servicios turísticos. Depredadores y fauna salvaje Eslovenia, un país de 20.000 kilómetros cuadrados, equivalente a dos tercios de Galicia, tiene presencia estable de cuatro depredadores que tienen cierto impacto en la ganadería: oso pardo, lobo, chacal dorado y lince boreal. El que más preocupa, por la dimensión de las pérdidas que está causando en los últimos años, es el lobo. Desde 2018, hay dos grupos familiares estables de lobos en el parque nacional Triglav, en tanto otras áreas de Eslovenia también se ven afectadas por daños desde hace más de una década. La Administración indemniza a los ganaderos por las pérdidas confirmadas, pero no siempre es posible recuperar los cadáveres, pues en la montaña, lo habitual es que animales como ovejas y cabras pasten en verano de manera libre, sin vallados ni control humano, más allá de periódicas visitas a la semana y de collares GPS en parte del ganado. Igual que en Galicia, un sentimiento habitual entre los ganaderos eslovenos es que frente al lobo, la mejor solución pasa por su caza controlada, para la que pueden pedir permiso en caso de daños.
"Tenemos presupuesto para financiar la estancia de pastores en la montaña, pero es un trabajo para el que es complicado encontrar gente" (Parque Nacional Triglav)
La Administración trata de promover también medidas de prevención, si bien cambiar las prácticas no es sencillo. “Contamos con presupuesto para financiar la estancia de pastores durante el verano en la montaña, pero nos encontramos con que no hay nadie que quiera pasarse todos los meses de la primavera - verano cuidando el ganado en la montaña”, explican en el Parque Nacional Triglav. Los centros de formación y de investigación abogan además por el uso de mallas eléctricas para la defensa del ganado, que se combinan en ocasiones con perros de defensa. Es un tipo de manejo al que no estaban habituadas las granjas eslovenas, pero el asentamiento de poblaciones estables de lobo lleva a que se esté avanzando en esas líneas de prevención. Otro serio problema provocado por la fauna salvaje es el de los ciervos, pues su pastoreo en las praderas le provoca importantes pérdidas a las granjas. Cambio climático Eslovenia es un país caracterizado por un importante volumen de lluvias y nevadas invernales, si bien durante el verano, los episodios de sequía están agudizándose, lo que afecta a los pastos y también a los bosques, donde el escarabajo de la corteza está causando una alta mortandad en las masas de coníferas.

¿Qué es lo que más os llamó la atención de las ganaderías en Eslovenia?

Integrantes de la delegación gallega y eslovena durante las visitas de campo en Eslovenia. Le preguntamos a los participantes de la delegación gallega que se desplazó a Eslovenia sobre sus principales impresiones. Varias son las cuestiones comunes que apuntaron, como las sinergias entre conservación de la naturaleza, ordenación del territorio y ganadería. - Jorge Filgueiras y Teresa Molina (Ganadería Roidiz, As Pontes): “A nosotros nos impactó la creación de economía a pequeña escala a través de la diversificación y de la revalorización del producto por venta directa. Otra cuestión que destacaríamos es cómo supieron sacarle valor a un parque nacional como medio de vida; hay un cuidado del paisaje y una estruturación del terreno que repercute en bienestar para la gente. Y una última cosa a destacar es el apoyo que le dan a los ganaderos”, concluyen. - Pablo Lúgaro (Agacal, Medio Rural). “Lo que más me sorprendió fue comprobar cómo en Eslovenia saben bien de la importancia del ganadero para la conservación del paisaje y el desarrollo del turismo”. - Sergio García (Agaca): “Destacaría el sistema que tienen de agrupación de vacas de leche en alta montaña, que es gestionado de manera cooperativa por los ganaderos, con turnos para el cuidado de las vacas y para ordeñarlas”. - Isabel Gómez (Traloagro, Friol): “Vimos que hay un especial cuidado de las granjas de leche en la zona del parque nacional, que es una cuestión que llama la atención, y también son singulares las grandes superficies que emplean en la montaña y el tipo de manejo”. - Yolanda Gómez (Teixeiro e Pistón, Becerreá): “En comparación con Galicia, sorprende lo bien ordenado que está el territorio a nivel de campo y bosques, así como lo cuidados que tienen los pueblos a nivel urbanístico”. - Amaia Santamarta (Ovica): “Para mantener la actividad, combinan la ganadería con el medio natural y con el patrimonio (arquitectura tradicional, etc.). La combinación de esos tres elementos es una fortaleza. También el énfasis que hacen en el apoyo a los productos alimentarios locales”. - Joan Alibés (Beealia): “Las ganaderías en Eslovenia tienen problemas semejantes con el lobo a los que pueden tener las granjas gallegas, pero aquí tienen ayudas agroambientales específicamente para la convivencia con el lobo, como por ejemplo un pago por hectárea manejada con cierres eléctricos. Se percibe también un decidido apoyo de la Administración del parque nacional en favor de los ganaderos”. Un momento de una visita a pastizales de montaña. - José Gil (EFA Fonteboa): “Es un país donde consiguieron involucrar a las granjas en su parque nacional. Vimos que no prevalece el turismo o la conservación de la naturaleza sobre la ganadería, sino que hay un equilibrio y un apoyo a las granjas, que son capaces de vivir con poca estructura”. - Santiago Crecente (Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo): “Las granjas eslovenas tienen sus particularidades, pero son homologables a otras de Galicia. Quizás lo que más me haya llamado la atención sea el manejo del bosque porque no vimos en ningún momento grandes superficies cortadas a mata rasa. Se hacen talas menos masivas, lo que mejora el paisaje y representa una inversión en el turismo”. - Rosa Leis (EFA Fonteboa): “Destacaría cómo son capaces de mantener la actividad de granjas tradicionales, pero a la vez generar rentas complementarias con otras actividades asociadas, como el turismo, que a nivel de desarrollo local es importante. Vimos también que hay sensibilidad con producir de una manera ecológica, sea con certificación o sin ella”. - Xan Pouliquen (Xestión Agrogandeira e Natureza): “Me sorprendió el nivel de conservación de una agricultura tradicional que podemos llamar ecológica, respetuosa con el ambiente y ecológicamente funcional. También la imagen que se nos transmitió sobre el diálogo entre turismo y ganadería”. Encuentro con el responsable de una ganadería de ovino dependiente de la Universidad.

¿Cómo combinar el desarrollo de las granjas de leche con una mayor sostenibilidad ecológica?

Las granjas gallegas de leche se enfrentan a una serie de desafíos medioambientales que se pueden encuadrar en cuatro puntos principales: tierras, gestión de purines, calidad de las aguas y fauna salvaje. Sobre esos cuatro elementos ha girado un debate organizado por el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo en el marco del proyecto europeo ‘Dairy for future’. El primer objetivo del debate fue analizar los desafíos a los que se enfrentan las granjas gallegas de leche en materia de medioambiente. La segunda cuestión abordada fue la de cómo enfrentar esos retos sin mermar el desarrollo económico de las explotaciones y su competitividad en el contexto europeo. Para dar respuesta a ambas cuestiones, participaron en el debate una veintena de profesionales del sector, entre ellos ganaderos, técnicos, representantes de cooperativas y organizaciones agrarias, investigadores y personal de la Administración. Resumimos a continuación, en vídeo y texto, las principales conclusiones del debate, que aportó una visión de la situación gallega en el ámbito del proyecto ‘Dairy for future’, que es el espacio atlántico europeo, donde se encuentran las principales regiones productoras de leche de Europa.

1) La singularidad gallega: menos disponibilidad de tierras para alimentar al ganado

Galicia se sitúa en el ‘top ten’ de las regiones productoras de leche de Europa, pero tiene un claro handicap, en comparación con las demás regiones, para poder seguir creciendo de forma sostenible: la falta de tierras para producir forrajes y cereales con los que alimentar al ganado. Concentración del vacuno lechero en el territorio En la comunidad, el sector lácteo fue desapareciendo de un número cada vez mayor de ayuntamientos, quedando concentrado en un reducido número de comarcas. De manera paralela, el número de explotaciones es cada vez menor, mientras que la producción de leche fue aumentando. Intensificación del sistema productivo Las granjas fueron creciendo en superficie agraria, pero no al ritmo que crecen en número de animales. Eso implica un aumento de carga ganadera y una mayor dependencia de los alimentos comprados. Dificultades para extensificar la producción. - No hay territorio apto para hacer pastoreo, motivado por la pequeña dimensión y distancia de las parcelas a los establos. - Las marcas de pastoreo de la industria no se perciben como realmente de pastoreo. A mayores, se observa que es un sistema del que sólo se benefician las industrias, sin repercutir apenas en las granjas. - Tal y como están planteados hasta el momento en la nueva PAC los ecoesquemas ligados a pastos y siega, muchas granjas de leche no podrían acceder a ellos, entre otras cuestiones por una carga ganadera superior a la exigida. - Existen problemas en las declaraciones de la PAC en el caso de los pastizales de las comunidades de montes, lo que viene motivado por la falta de planes de ordenación de los montes. Superficie agraria útil de las grandes regiones europeas productores de leche. / Fuente: Eurostat. Plantaciones forestales en tierras agrícolas Las plantaciones forestales en tierras agrícolas compiten por el escaso suelo de aptitud agraria que tenemos en Galicia. Autorizaciones de granjas sin tierra (porcino, aves) Están autorizándose ganaderías sin tierra de porcino y aves, que compiten por el suelo agrícola, pues precisan esas tierras para cumplir con los planes de gestión de purines.

¿Que se puede hacer para mejorar la base territorial de las granjas?

  • Ordear el territorio, con una visión de mosaico.
  • Cartografiar, clasificar y proteger los suelos de aptitud agraria de Galicia por ser estratégicos para la soberanía alimentaria del país.
  • Proteger zonas aptas agronómicamente para la producción de leche en base a forrajes
  • Recuperar tierras abandonadas, por ejemplo, el Valle de Lemos.
  • Ordenar conjuntamente el suelo agrario para todos los tipos de explotaciones (granjas de aves y cerdos).
  • Deslocalizar granjas de zonas donde la carga ganadera ya es elevada.
  • Incentivar la implantación de granjas en zonas con un número bajo de granjas.
  • La tierra que esté sin utilizar debería pasar al Banco de Terras.
  • Modificar la Ley de herencias para priorizar el uso agrario de las tierrras y su no parcelación.
  • Limitar el tamaño de las explotaciones por aspectos medioambientales (macrogranjas).

2) ¿Sobran purines en las granjas de leche?

Según el Balance de Nitrógeno de la agricultura española, publicado por el Ministerio de Agricultura, se deduce que en las explotaciones gallegas se emplean aproximadamente 17.000 toneladas de abono mineral nitrogenado, que podría prácticamente ahorrarse con una buena gestión del purín. Existe, por tanto, un amplio margen de mejora para cumplir sin problemas con las exigencias medioambientales de Europa, en especial con la estrategia De la granja a la mesa, que busca reducir las pérdidas de nutrientes en un 50% para el año 2030, y con el Acuerdo de París, por el que se pactó la merma de las emisiones ligadas al cambio climático. La reutilización de purines como abono en la propia explotación es un claro ejemplo además de economía circular, que pone en valor la ganadería ligada la tierra, como es el sistema de producción del vacuno en la España húmeda. La utilización de purines contribuye también a aumentar la materia orgánica en el suelo, lo que potencia el papel de la agricultura como sumidero de carbono. En el marco de la iniciativa ‘4 por mil’, se pretende aumentar anualmente un 4 por mil el contenido de carbono en el suelo. Valoraciones sobre el volumen de purines en las granjas gallegas - El purín no es un residuo, sino un abono orgánico que no sobra en las granjas de vacuno de leche, lo que se comprueba porque se siguen utilizando una gran cantidad de abonos químicos. - Se confunde a menudo el exceso de purín en las explotaciones con la falta de capacidad de almacenamiento de las fosas, que es el factor que puede provocar la mala gestión de los purines con su uso a deshora. Lo ideal es que los purines se apliquen en el momento oportuno en el que lo precisan los cultivos, en primavera fundamentalmente. - Muchas fosas están aún sin cubrir, por lo que se pierde capacidad de almacenamiento, haciendo menos eficiente su gestión. Se aumenta el gasto de gasoil y el tiempo en el transporte. - Por estas razones, las plantas de tratamiento de purín no se perciben cómo necesarias para las explotaciones de leche gallegas. - Las granjas gallegas en general tienen capacidad de aplicar en su base territorial todo el purín que producen. Nitrógeno disponible en el purín por hectárea de superficie agraria. Galicia (en color diferencial) está a la cola. Lideran el ranking Cataluña, Navarra, País Vasco y Andalucía; en tanto Cantabria, Galicia, Asturias y Castilla y León tienen menor disponibilidad. ¿Cuáles serían los efectos de la prohibición del plato aspersor? - Muchas granjas podrían desaparecer, sobre todo las más pequeñas, debido a la necesidad de cambiar de cisterna, y en muchos casos también de tractor, para poder incorporar los nuevos aperos de aplicación. - Pueden surgir problemas de desgaste de los trituradores-distribuidores en las granjas que usan camas de arena.

¿Qué se puede mejorar en la gestión de los purines?

  • Aprovechar posibles apoyos públicos para el redimensionamento de las fosas existentes, gestión comunitaria y la cubrición de las fosas. En especial conviene tener en cuenta las ayudas previstas en el Real Decreto por el que se establecen las bases reguladoras para la concesión de ayudas estatales destinadas a la ejecución de proyectos de inversión dentro del Plan de Impulso de la Sostenibilidad y Competitividad de la Agricultura y Ganadería (III), en el marco del ‘Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia’.
  • Hacer obligatorias estas medidas de redimensionamento y cubrición de las fosas a las explotaciones con una cierta dimensión (nº de UGMs) y dependiendo de la pluviometría de la zona. Se tendrá que tener en cuenta también la edad de los titulares de las granjas para valorar los problemas de amortización que se habían podido ocasionar.
  • Aprovechar la nueva PAC para crear medidas de asesoramiento para la gestión del purín como abono, tal y como se contempla en el borrador de ecoesquema de plan de gestión de nutrientes.
  • En ese sentido, el proyecto ministerial de Real Decreto sobre la Nutrición de Suelos Agrarios se percibe como una amenaza, ya que el Real Decreto impondría en España unas condiciones obligatorias que en otros países son subvencionadas cómo medidas agroambientales. Así, por ejemplo, en Irlanda, la aplicación del purín con aperos de baja emisión está subvencionado con 1, 25 euros por m3 aplicado. Desde la entrada en vigor del Real Decreto, además, se anularía la posibilidad de obtener fondos del ecoesquema de nutrición sostenible.
  • La prohibición del plato debería ir ligada a las granjas de mayor dimensión y carga ganadera, para que la medida sea proporcional.
  • Habría que contemplar la posibilidad del uso del plato invertido en las granjas que hagan una buena gestión del purín, de manera integral y ligada a la base territorial.
  • Existen otras prácticas agrarias, tanto o más efectivas que los aparatos de baja emisión, adaptadas a las granjas de la España húmeda. En todo caso de nada vale comprar esos aparatos si las fosas no están dimensionadas suficientemente o cubiertas, ya que se seguiría echando el purín en épocas inadecuadas.

3) Calidad de las aguas

Galicia es la única región entre las 80 primeras productoras de leche de Europa que no tiene zonas vulnerables declaradas por la contaminación de nitratos procedentes de fuentes agrarias. En todo el Estado, además de Galicia, son Asturias y Cantabria las únicas comunidades que no tienen zonas vulnerables. Es un escenario diferencial de la España húmeda, en comparación con las zonas dedicadas a la ganadería intensiva, tal como se puede visualizar en el siguiente Mapa de Zonas Vulnerables publicado en España. Mapa de zonas vulnerables a nitratos en España. El paisaje de la España húmeda caracterizada por la estructura en mosaico, de pequeñas parcelas irregulares, donde se intercalan setos, árboles, muros de una piedra o vegetación de ribera con la superficie agraria, tiene un gran valor ecológico para el control de la erosión, regulación del ciclo hidrológico, filtración de nutrientes y calidad del agua. Algunos países y regiones europeas productores de leche, contemplan incluso medidas agroambientales para estos elementos del paisaje, como es el caso de Irlanda;
  • Márgenes de vegetación de ribera sin cultivar (euros por metro): a) 3 metros: 0.90 euros b) 6 metros: 1.20 euros. c) 10 metros: 1.60 euros. d) 30 metros: 3.60 euros.
  • Mantenimiento de cierres tradicionales de piedra: 0.70 euros.

Los bosques de ribera, una oportunidad perdida en la actual PAC

Los elementos característicos del paisaje de la España Húmeda, anteriormente mencionados, no están recogidos en la legislación española de la PAC, y sí en los demás países, en los que son considerados cómo ‘Superficies de elevado valor ecológico’ (SIES), contemplados en el reglamento europeo de la PAC. Por tanto, la regulación española de la PAC perjudica al mantenimiento de elementos del paisaje que contribuirían a mejorar la calidad de las aguas.
Capa de recinto considerado como no admisible (forestal), cuando es claramente vegetación de ribera (SIE) que protege las aguas del río Anllóns. / Imagen del Sixpac.

4) La difícil convivencia con la fauna salvaje

El debate de la mesa de fauna salvaje se centró mayoritariamente en dos animales, el jabalí y el lobo. El jabalí es un animal que causa grandes pérdidas año tras año a los ganaderos de vacuno de leche, causando daños en fincas sembradas a maíz, tanto cuando el maíz es pequeño (obligan a los ganaderos a resembrar) como cuando ya está espigado. También ocasiona grandes daños en prados y praderas, tanto después de sembrarlos como en los ya establecidos. A mayores, el jabalí puede ocasionar problemas sanitarios, pues es un vector de la tuberculosis. Si llegase a España la peste porcina africana, la situación se convertiría en muy preocupante para el sector porcino. Por otra parte, el lobo puede ocasionar problemas, sobre todo a las ganaderías que tienen las novillas de menos de un año, ya que puede atacarlas. En menor medida, se habló de otros animales, como el cuervo, que causa daños en el maíz, tanto arrancando y comiendo los granos cuando están saliendo como comiendo las mazorcas después. También de los corzos, que pueden ser vector de tuberculosis, o de las palomas torcaces, que cuando entran en los alojamientos ganaderos/silos, pueden causar daños y/o transmitir enfermedades con sus deyecciones.

Propuestas para afrontar los daños

  • Hacer un censo actualizado del número de animales (y mantenerlo actualizado). Con los censos actualizados ya se pueden diseñar, desde Galicia, planes transparentes de gestión integral de las poblaciones, tanto de jabalís como de lobos.
  • La financiación de cierres perimetrales, pastores eléctricos y su mantenimiento, ayudaría a la convivencia con el jabalí y el lobo. En el caso del lobo, también serían adecuadas ayudas para comprar y alimentar mastines. Esto podría articularse a través del Plan de Desarrollo Rural.
  • Después de invertir en gestión y prevención, los daños que no se consigan evitar, deberían ser abonados por la Xunta como responsable civil subsidiaria.
  • Se apuntó la idea de la creación de un fondo de la Xunta que garantice el pago de ayudas a aquellas granjas que sufran daños por la fauna salvaje, este fondo garantizaría el cobro de estas ayudas, y no tendría que estar supeditado a la cuantía de la línea presupuestaria aprobada cada año.
  • Ya que los ganaderos que viven en zonas donde hay poblaciones de jabalís y lobos soportan una carga económica y de trabajo extra, podría ser adecuada una compensación por la convivencia con estos animales.

Los daños del jabalí en el campo derivan en una campaña de denuncias en el juzgado

Las pérdidas que causa el jabalí en el campo continúan sin tener una solución clara. Medio Ambiente destinó este año 1,5 millones de euros a cubrir los daños del animal en maíz, huerta, praderas y otros cultivos, con un máximo de 2.000 euros por explotación, pero desde el sector ven los apoyos insuficientes. “Las pérdidas superan los 12 millones de euros al año, según nuestros cálculos”, cuestiona el secretario xeral de Unións Agrarias, Roberto García. Así las cosas, después de años de búsqueda de soluciones, Unións Agrarias anuncia una campaña de denuncias en el juzgado contra los Tecores de caza. "Las indemnizaciones de la Xunta cubren alrededor de 8.000 metros cuadrados de una parcela de maíz, pero hay casos de productores que suman 5 o 6 hectáreas de daños. Siempre que un afiliado quiere presentar denuncia, le damos apoyo y en los dos últimos meses obtuvimos varias sentencias positivas en el juzgado" -detalla García-. "Por tanto, ante la falta de otras alternativas, vamos a entrar en una estrategia de judicialización del problema", declara. La organización agraria es consciente de que los Tecores carecen de capacidad económica para afrontar la dimensión de los daños, pero adopta este camino como manera de presión a la Administración. "La Consellería vive en una dinámica de espera, sin mover ficha. No entendemos que por la mañana la conselleira se lleve las manos a la cabeza por el lobo y que por la tarde mire para otro lado con los daños del jabalí. Desde Unións le dimos cobertura a las demandas de la conselleira ante Madrid por el lobo, pero también apelamos a ella para que busque soluciones para el problema del jabalí", argumenta el secretario xeral de Unións. Desde la óptica de la organización agraria, la prioridad pasa por una estrategia pública para reducir las poblaciones de la especie. "El siguiente paso, una vez reducido el censo y cuando haya un volumen de daños razonable, sería indemnizar todos los daños que se produzcan", valoran. "Estamos ante una plaga que tiene que gestionar la Administración. A nivel judicial, la responsabilidad es de los Tecores porque en su día no hubo consenso para cambiar la Lei de Caza, pero la responsabilidad moral de actuar es de la Xunta", defiende la organización agraria, que aboga por un plan de control acompañado de medidas disuasorias, como el establecimiento de puntos de alimentación provisionales durante las épocas de siembra del maíz. Ante la falta de censos de la especie, Unións echa mano de la estadística de siniestros en carretera para dar cuenta de la espiral de expansión en la que parece haber entrado el jabalí: "En el 2014 hubo 1.500 accidentes de tráfico causados por el jabalí. Cinco años después eran más del doble, 3.200", concluyen. Desde otras organizaciones del campo, como Agromuralla, advirtieron también recientemente de un aumento de daños del jabalí que calificaban de "bestial". Agromuralla pidió que la Xunta actuase "contra la plaga" reduciendo las poblaciones de la especie, pues considera que las medidas adoptadas en los últimos años no fueron efectivas.

Balance de la declaración de cuatro comarcas en emergencia cinegética

La visión del campo contrasta con la de la Administración. Medio Ambiente ve encaminada la solución del problema y defiende las actuaciones realizadas en los últimos años, en especial la declaración de cuatro comarcas en emergencia cinegética en otoño del 2019. Esa declaración, que afectó a las comarcas del Eume (A Coruña), Deza (Pontevedra) Terra Cha (Lugo) y Viana (Ourense) permitió aumentar los días de caza, eliminar los cupos de captura y establecer otras facilidades para los cazadores, como la reducción del número mínimo de personas por batida o el empleo de otras modalidades de caza. "Los Tecores de todas estas comarcas cumplieron con su parte e hicieron un esfuerzo adicional de control de daños" -defendió recientemente en el Parlamento la directora xeral de Patrimonio Natural, Belén do Campo-. "Fruto de estas medidas, pasamos de 910 avisos por daños en el campo en la campaña 2018-2019 en estas comarcas a 642 avisos en la campaña 2019-2020. Hubo una reducción del 29,4%". Los datos esgrimidos por la directora xeral fueron cuestionados en el Parlamento por el diputado del Bloque Xosé Luis Rivas "Mini", quien apuntó que "los avisos no funcionan, pues la gente está cansada de llamar al teléfono 012 para hablar con una máquina", criticó. "Mini" entiende que "hay Tecores y tecores": "Es cierto que por ejemplo en Castro Dozón (Deza) cazaron 160 jabalís en una campaña, pero al lado de ese, hay otros tecores en zonas de incidencia de daños que igual capturaron 0 piezas" -sostiene-. "La cuestión cinegética no funciona. Es necesario un Plan de Gestión serio que combine distintas medidas". El diputado del Bloque, por último, manifestó su temor a que en un futuro la gran presencia de la especie en Galicia se convierta en un problema en caso de que la peste porcina africana llegue a España, si bien por el momento la enfermedad está expandida sólo en países del Este de Europa, estando el foco de Bélgica -el más cercano-, aparentemente a raya, según destacó la directora xeral de Patrimonio Natural.

Agromuralla advierte de importantes daños provocados «por la plaga de los jabalíes» en las tierras del maíz

Daños provocados por los jabalíes en tierras sembradas estos días con maíz en la zona de Palas de Rei La asociación de ganaderas y ganaderos Agromuralla exige a la Xunta de Galicia que, "en el ejercicio de sus competencias y responsabilidades", adopte "medidas contundentes y definitivas para acabar con la plaga de los jabalíes". Agromuralla, que considera al jabalí "una auténtica plaga", pide a la Xunta que así la declare y actúe contra ella "al igual que lo hace contra otras plagas, como la de la avispa velutina, la polilla guatemalteca de la patata o la avispilla del castaño". Agromuralla asegura que "la invasión es bestial y ya se están produciendo daños en las tierras recién labradas de maíz". "El número de jabalíes es tal que no esperan ni siquiera a que el maíz esté nacido para ir a él, sino que siguen los surcos para desenterrar los granos justo después de la siembra", denuncian. "Lo que los ganaderos labramos por el día lo desentierran los jabalíes por la noche; perdemos la semilla, el abono y el trabajo. Si ya estamos teniendo esta cantidad de daños a estas alturas no quiero ni pensar lo que ocurrirá cuando el maíz eche la espiga y se acerque al momento de la recogida", asegura Roberto López, presidente de Agromuralla. Levantando la siembra Numerosos ganaderos de las provincias de Lugo y de A Coruña que han comenzado en las últimas semanas a labrar el maíz en sus tierras están sufriendo los "ataques" del jabalí a los cultivos, obligando en muchos casos a volver la resembrar las fincas y provocando cuantiosos daños y pérdidas económicas a las explotaciones, denuncia Agromuralla, que recuerda que el cultivo de una hectárea de maíz cuesta de media unos 1.200 euros.
Lo que los ganaderos labramos por el día lo desentierran los jabalíes por la noche; perdemos la semilla, el abono y el trabajo
En Galicia se siembran unas 70.000 hectáreas de maíz forrajero cada año, lo que representa el 60% de este cultivo en el conjunto del Estado. El maíz es, junto con la hierba, la principal fuente para la alimentación del ganado, siendo la producción de forrajes propias para autoabastecimiento de las granjas una de las vías para el incremento de la rentabilidad de las explotaciones.
La única manera que tenemos de abaratar los costes de producción las ganaderías de leche es produciendo nuestros propios forrajes, pero el jabalí es un obstáculo importantísimo
"La única manera que tenemos de abaratar los costes de producción las ganaderías de leche es produciendo nuestros propios forrajes, pero el jabalí es un obstáculo importantísimo. Provoca daños gravísimos en los cultivos y ensilados de peor calidad, lo que nos obliga a comprar insumos, multiplicando así los gastos, más aún en un año de subidas en los costes de los cereales y las materias primas, que se ha materializado en una escalada del 40% del precio del maíz y un 30% el de la soja", detalla Roberto López. Las medidas actuales son insuficientes La asociación de ganaderas y ganaderos acusa a la Xunta de "no tomarse en serio el problema" y llevar años "no haciendo caso a las quejas del sector agroganadero ante unos daños que van a más cada año". "Le pedimos a la Xunta que actúe porque las medidas establecidas en este momento son claramente insuficientes para el control de la plaga. No puede quedar exclusivamente en manos de los cazadores la responsabilidad, la Administración también tiene que implicarse", defiende Agromuralla.
Las batidas que se hacen no llegan y las cantidades indeminizatorias son ridículas
"La Xunta hizo caso omiso a las advertencias de los ganaderos, no actuó a tiempo y ahora el problema está descontrolado. Medio Rural tira balones fuera hacia Medio Ambiente y tanto una como la otra consellería se lavan las manos", asegura Roberto López, que considera que "no se trata solo de un problema de los ganaderos, sino de una plaga que afecta al conjunto de la sociedad tanto porque los jabalíes provocan accidentes de tráfico y son uno de los principales factores de siniestralidad vial en las carreteras como por el riesgo de transmisión de enfermedades, como la peste porcina africana", indica. Fondo de Compensación de Daños La Ley de Caza de Galicia, Ley 13/2013, establece la responsabilidad compartida de Tecores y Administración autonómica en los daños que causa la fauna salvaje. El protocolo actual fija dos vías de actuación: por un lado la autorización de esperas y batidas por parte de los Cotos de Caza en aquellas zonas con daños recurrentes y, por otro, las indemnizaciones por daños en base a la convocatoria abierta hasta final de año (Orden de 17 de diciembre de 2020 por la que se establecen las bases reguladoras de las ayudas para paliar los daños producidos por el jabalí en los cultivos agrícolas). Sin embargo, estima Agromuralla, "las batidas que se hacen son claramente insuficientes y las cantidades indeminizatorias son ridículas, debiendo tener una cantidad mínima de superficie dañada para que te reconozcan el derecho", explican. El protocolo consiste en avisar al 012 para que vengan los técnicos de Medio Ambiente a levantar acta pero muchas veces los destrozos se siguen produciendo una vez valorada el acta de inspección de daños.
Si ya estamos teniendo esta cantidad de daños a estas alturas no quiero ni pensar lo que ocurrirá cuando el maíz eche la espiga y se acerque al momento de la recogida
La Administración gallega tiene el deber de compensar los daños a los ganaderos, ya que el artículo 62.4 de la Ley establece que "la Xunta de Galicia, en el ejercicio de las competencias que le son propias, constituirá un Fondo de Corresponsabilidad para contribuir a la prevención y compensación de los daños que causan las especies cinegéticas en las explotaciones agrarias" y detalla que "este fondo se nutrirá con las aportaciones de la Administración autonómica". Comederos en los montes y ordenación del territorio Más allá de estas ayudas por daños, Agromuralla solicita que se adopten medidas preventivas, a las que la propia Ley hace referencia, como por ejemplo la creación de comederos en los montes para reducir la bajada de jabalíes a las zonas de cultivo, u otras de carácter estructural que tienen que ver con la ordenación del territorio y el abandono de fincas agrarias, lo que provoca en este momento que los jabalíes dispongan de lugares donde esconderse cerca de las casas y las parcelas.
Le pedimos a la Xunta para que actúe, no puede quedar exclusivamente en manos de los cazadores la responsabilidad de controlar la plaga
Agromuralla acusa además a la Xunta de "provocar con su inacción el enfrentamiento entre ganaderos y cazadores". "La sociedad rural ya está suficientemente fragmentada, y cuestiones como esta provocan el enfrentamiento de los vecinos, ya que obligan a las explotaciones a reclamar contra los Tecores, es decir, reclamar contra los vecinos, o incluso en muchos casos, cuando los ganaderos son también miembros de los cotos de caza, a reclamar contra sí mismos. No se les puede trasladar la responsabilidad de control de una plaga como es hoy el jabalí exclusivamente a los cotos de caza", considera Roberto López.

Los perros sueltos se convierten en un foco de daños para la ganadería de ovino y caprino

La Asociación de Criadores de Ganado de Ovino y Caprino de Galicia (Ovica) alerta sobre los problemas que está causando la presencia de perros sueltos a los rebaños de ovejas y cabras. En los últimos tiempos detectaron un incremento de los incidentes, que en los casos más graves acaban por suponer la pérdida de las crías más jóvenes. Los ataques también generan otros problemas como lesiones o episodios de estrés para el ganado e incluso la muerte de ejemplares adultos por complicaciones derivadas de los ataques o al ser atacados en momentos como el parto. "Es un problema que está afectando a buena parte de nuestros socios de muy distintas zonas de Galicia, tanto en áreas próximas a núcleos rurales como en lugares más lejanos, pero a los que la gente acude a pasear con sus perros y estos van sueltos", apuntan desde la asociación. Así, estos ataques se están produciendo en parcelas cerradas donde el ganado permanece pastando y en las que los perros irrumpen o asustan a los animales. La presencia de perros suelto también está suponiendo, en ocasiones, enfrentamientos con los perros de muchas ganaderías de ovino y caprino. "Muchas veces la gente desconoce lo importantes que pueden llegar a ser los perros de la ganadería para la gestión del ganado y para prevenir ataques de la fauna salvaje", apuntan desde la asociación de criadores. En este sentido, para lograr un mayor entendimiento, en otras comunidades autónomas, tanto la Administración como diferentes colectivos incluso han impulsado campañas con carteles informativos que avisan de la presencia de estos perros y de su papel en el cuidado de las ganaderías de ovino y caprino. Desde Ovica señalan que este tipo de estrategias puede ayudar a favorecer la convivencia entre las ganaderías de ovino y caprino y los propietarios de los perros. Uno de los carteles empleados en zonas ganaderas de otras comunidades para informar de la presencia de perros en las ganaderías de ovino y caprino.

Documentar el ataque

Junto con los ataques, los ganaderos también tienen que hacer frente a la complejidad que supone en muchos casos documentar y acreditar las incursiones en la parcela. Mismo en aquellos casos en los que los perros causan bajas entre las crías, resulta difícil al tratarse de animales de tan pequeño tamaño, en muchas ocasiones es muy difícil o incluso imposible, conseguir localizar restos del animal en la parcela. Esta situación se suma a las dificultades que los ganaderos están teniendo para documentar los ataques de la fauna salvaje, como el lobo o el zorro, en los que es imprescindible una localización de los restos para lograr optar a una compensación por parte de la Administración. "Los ganaderos están teniendo que afrontar procedimientos muy estrictos para documentar los ataques y luego perciben ayudas que no son suficientes para afrontar las pérdidas", detallan desde Ovica, a la par que solicitan procedimientos que se ajusten más a la realidad de este tipo de ganaderías.

Critican el recorte de ayudas por daños de la fauna salvaje

Unións Agrarias considera escasas las ayudas destinadas por la Consellería de Medio Ambiente para enfrentar daños en el campo por la fauna salvaje. En total, la organización señala que la Consellería destina 2,6 millones de euros para cubrir tanto daños (2 millones de euros) como medidas de prevención, “lo que representa un 12% menos que el pasado año”. “Es una partida escasa que no significa más que un parche a una situación que está totalmente desmandada”, valora Unións. La organización agraria considera prioritario afrontar el control de las poblaciones de jabalí y lobo, pues entiende que los daños evidencian el progresivo aumento de las mismas. También advierte Unións de la conveniencia de tener controladas las poblaciones de jabalí para el caso de que llegue la peste porcina africana a España. Para su control, Unións subraya la importancia de la caza y llama a no limitar el esfuerzo de caza debido a un menor número de días hábiles, “pues se podría dar lugar a situaciones insostenibles en muchas comarcas”. Otra cuestión que se critica desde el sector es el retraso en el pago de las ayudas, ya que hay ganaderos con daños por fauna salvaje denunciados en el 2019 que aún no percibieron las correspondientes indemnizaciones.