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El 14% de las granjas que abandonan la actividad quiere forestar las tierras

El 18% de las ganaderías de leche de Galicia tiene entre sus planes aumentar la base territorial para la producción de forrajes, si bien la falta de tierras en las comarcas con más explotaciones y los usos alternativos de la superficie agraria, como el forestal, dificultan ese propósito. Entre las granjas que tienen intención de abandonar la actividad, algo más de la mitad, el 56%, manifiesta que quiere arrendarle o cederle las tierras a granjas en activo, pero un 14% se decanta por su forestación, según un estudio coelaborado por el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo. La forestación de tierras agrarias con eucaliptos o pinos está prohibida en Galicia, si bien sí hay posibilidades de plantación de frondosas caducifolias en determinadas condiciones. Desde el sector agrario, se calcula que en Galicia se forestaron en los últimos años más de 30.000 hectáreas agrarias con eucalipto de una forma irregular. El incumplimiento de la normativa sobre forestación de superficie agrícola, una queja recurrente de los ganaderos, genera una competencia directa con el uso agrario de la tierra que continúa sin resolver. Las propias granjas gallegas que quieren abandonar la actividad reconocen en un 14% de los casos que la forestación es el destino más probable para sus tierras. Esa situación se da también en Asturias, con un 23% de ganaderías con ese propósito, pero contrasta con los casos del País Vasco (0%), Navarra (0%) o Cantabria (3,9%). Previsiones de abandono En Galicia, un 30% de las ganaderías de leche manifestaba en los años 2013-2014 su previsión de cesar la actividad. Ese escenario se daba principalmente entre las ganaderías de menor dimensión, pues entre las más dimensionadas, con más de 175.000 kilos de producción, alrededor del 90% tenía vocación de continuidad. Galicia es la comunidad del norte de España donde más granjas tenían previsto abandonar. Si en Galicia eran el 30%, en Asturias el porcentaje se situaba en el 3,5%, en Navarra y el País Vasco era también inferior al 10%, en tanto en Cantabria estaba en el 18%. Esa mayor incidencia del abandono en Galicia se atribuye al mayor porcentaje de granjas de escasa dimensión. Desde que se realizó el estudio de campo (2013-14) hasta mediados del 2016, cuando el estudio se finalizó y publicó, un 14% de granjas de la Cornisa Cantábrica abandonó la actividad. Alternativas y actividades complementarias De entre las explotaciones que tenían previsto abandonar, hay alrededor de un 37% en Galicia que se plantean la producción de vacuno de carne como actividad alternativa. También el 2,8% de las ganaderías en esa situación barajaba la huerta como posibilidad. En el resto de la Cornisa Cantábrica, las alternativas que se presentan a la producción láctea son el vacuno de carne en Cantabria (36%) y el ovino en Navarra (14%). En las explotaciones que tenían previsto continuar la actividad, parte de las granjas gallegas manifestaban interés en diversificar su trabajo en cuestiones como la huerta (9%), la producción de quesos (14%) o el vacuno de carne (9%).

¿De qué se queja el agro ante el Valedor do Pobo?

El Valedor do Pobo ha recibido en los últimos dos años un centenar de denuncias relativas al sector agrario y forestal. Las quejas ante el Valedor revelan algunos de los focos de conflictividad que existen en el rural. La cuestión estrella en los últimos dos años en las reclamaciones del sector agrario se refiere a problemas ligados al ámbito forestal. La mayoría de las denuncias apuntan a incumplimientos de las distancias del arbolado a núcleos de población o trasladan casos de forestación ilegal de tierras agrarias. La normativa autonómica obliga a mantener sin pinos y eucaliptos los 30 metros del monte limítrofes con viviendas, suelo de núcleo rural o urbano, en tanto que los primeros 50 metros deben estar desbrozados antes del 30 de junio de cada año.
En caso de edificaciones sin licencia municipal, el propietario forestal tendrá derecho a indemnización por la tala de árboles
A este respecto, el Valedor recuerda que la Lei de Prevención de Incendios añade un matiz importante a tener en cuenta. En caso de construcciones sin licencia municipal, el propietario de los terrenos forestales tendrá derecho a indemnizaciones por pérdidas y lucro cesante a cargo del propietario del terreno edificado. Se señala también que en ese caso, es obligación del propietario del terreno edificado el desbroce del espacio perimetral a su construcción, debiendo permitírsele servidumbre de paso para ejecutar esos trabajos. La retirada de los árboles, en cambio, corresponderá al propietario de los mismos. Concentraciones parcelarias Otro de los asuntos que motivan reclamaciones frecuentes desde el rural son las concentraciones parcelarias. El Valedor do Pobo reconoce que hay una lentitud de los procesos y ha urgido en el pasado a la Xunta a agilizar la ejecución de los trabajos. En cualquier caso, el organismo confía ahora en que la Lei 4/2015 de Mejora de la Estructura Agraria de Galicia contribuya a reducir el problema. El Valedor recuerda casos como el de la parcelaria de Biduído - Bugallido, en Ames (A Coruña), iniciada en el 1991 y que estaba aún sin finalizar a finales del 2015. La relación de problemas que se le trasladan al Valedor se completa con cuestiones como los daños de la fauna salvaje en el campo, las deudas de montes vecinales con la Administración o problemas derivados del retraso o denegación de ayudas agrarias.

Montes de Cedeira: un ejemplo de uso público y multifuncional del monte

Los Montes de Cedeira son un conjunto de terrenos de titularidad pública de alrededor de 2.000 hectáreas y situados en la Serra da Capelada. Constituyen un conjunto de elevado valor paisajístico, medioambiental y de aprovechamiento multifuncional del monte. En total, este espacio forestal comprende cuatro áreas: el Monte Capelada y el Monte Couce, que abarcan un total de 1.585 hectáreas, de las que 760 están arboladas, 291 son pastos y el resto monte bajo; el Monte Lume, con una extensión de 360 hectáreas, de las que 259 son de monte arbolado, 68 hectáreas son de pastos y el resto monte bajo, y el Monte Braxe, que comprende un total de 145 hectáreas, de las que 100 están arboladas, 10 a pasto y las 35 restantes son monte bajo. Los montes Capelada, Couce y Lume son propiedad del Ayuntamiento de Cedeira y fueron declarados de utilidad pública en el año 1901. El monte de A Braxe es de titularidad de la Xunta de Galicia y también está en proceso para ser declarado de utilidad pública. Las masas forestales de todos ellos son propiedad de la Administración autonómica, que también asume su gestión.
“Fueron declarados de utilidad pública en el año 1901”
Debido a las especiales condiciones geológicas de la zona -la Serra da Capelada es uno de los pocos entornos de Galicia en los que el suelo está formado por rocas ígneas básicas, en este caso del Complejo del Cabo Ortegal -, una de las especies forestales que mejor se adaptó al terreno fue el Pino Radiata o de Monterrey, que ocupa la mayoría del espacio arbolado. En los últimos años se realizó una plantación de alrededor de 35 hectáreas de frondosas caducifolias, como roble, castaño o abedul. Esta repoblación se realizó tras el paso de la ciclogénesis explosiva Klaus, que el 23 de enero de 2009 arrasó alrededor de 200 hectáreas de masas arbóreas sólo en estos montes. Aprovechamiento de los pastos y valores culturales y medioambientales Las alrededor de 370 hectáreas de pastos son aprovechadas por los vecinos de la zona para la cría de ganado vacuno y caballar en extensivo. La gestión de los pastos se realiza a través de un total de 8 Sociedades Agrarias de Transformación (SAT) y, en el caso del Monte Lume, a través de una Sociedad Cooperativa Limitada. Además de su aprovechamiento ganadero, los Montes de Cedeira tienen un alto valor cultural y medioambiental. Así, en su perímetro se encuentran los restos de varios elementos del patrimonio arqueológico y lugares de peregrinación religiosa como la Capilla de Santo André de Teixido o los cruceros de Teixedelo y del Campo dos Carrís. La presencia de hábitats singulares como turberas o brezales llevó a la Unión Europea a incluir buena parte del Monte da Capelada y del monte de A Braxe dentro de la Zona de Especial Conservación (ZEC) Costa Ártabra, integrada dentro de la Red Natura 2000.
“Estos montes cuentan con unas 370 hectáreas de pastos”
Por otra parte, los Montes de Cedeira también cuentan con diversas rutas de senderismo y de cicloturismo. La presencia de setas, especialmente boletus y níscalos, hacen también de este entorno un lugar concurrido por los aficionados a la micología. Además, en el monte de la Braxe se celebra cada año a tradicional Rape de las Bestias, evento que supone un importante atractivo turístico. Gestión Forestal En cuanto a las masas forestales, las primeras plantaciones en los montes Capelada y Couce se realizaron en los años 40 del pasado siglo por parte del Patrimonio Forestal del Estado. Con la llegada de la autonomía, la Xunta de Galicia asumió la gestión y la propiedad de las masas arboladas, mientras que, en el caso de los Montes de A Capelada, Couce y Lume, el terreno siguió en manos del ayuntamiento de Cedeira. De este modo, y conforme a los acuerdos del consorcio creado en el año 1941, de cada corta de madera realizada el consistorio cedeirés recibe el 57,5% del valor de venta, y a la administración gallega le corresponde el 42,5% restante. En el caso del monte de A Braxe todos los ingresos por la venta de madera son para la Xunta de Galicia, administración gestora y propietaria de las masas forestales y del propio monte. Los tres montes cuentan con un proyecto de ordenación forestal, desde el año 1998, en el caso de los Capelada y Couce. En este año 2016 se están iniciando los trámites para las revisiones de los planes especiales, con la finalidad de ajustar el Plan de Ordenación a la situación real del terreno.
 “Las talas de Pino Radiata son cada 40 años”
Además, estas masas forestales están incluidas desde el año 2003 en el Sistema de Gestión Forestal Sostenible de la Xunta de Galicia y toda la madera que se corta se vende con el sello de sostenibilidad PEFC. También es de destacar que el monte de A Braxe cuenta desde el año 2008 con un huerto de semilla MFR (Material Forestal de Reproducción) de categoría controlada -azul- de Pinus Pinaster con pies conseguidos a través de selección genética y con una garantía de superioridad comprobada en ensayos. Se trata de la categoría más alta existente y en Galicia sólo existen otros dos huertos de semilla de categoría semejante. El equipo de personal de la Consellería de Medio Rural que gestiona los montes de Cedeira está dirigido por José Manuel Zapata Fernández, técnico del Distrito Forestal 1 de Ferrol, y cuenta con 2 cuadrillas, 1 tractor, 1 peón especializado y 1 agente. Los trabajos que realizan van desde la regeneración de las masas forestales, labores de prevención contra el fuego y contra las plagas (desbroces, uso de trampas para capturar insectos....etc), labores de silvicultura (podas altas, medias y bajas) o talas de madera, tanto claras como talas finales. También se ocupan del mantenimiento de infraestructuras, fundamentalmente los cierres perimetrales temporales en zonas reforestadas con frondosas para evitar que el ganado las dañe, así como del mantenimiento de 4 puntos de agua. En cuanto al aprovechamiento maderero, los períodos de tala de Pino Radiata en estos montes rondan los 40 años, pero, tal y como advierte José Manuel Zapata, “la catástrofe del Klaus arrasó con muchos árboles adultos, por lo que decidimos dejar de cortar durante unos años masa adulta de pino para no romper el equilibrio de edades”. Un monte sin fuegos gracias a la buena gestión y al aprovechamiento multifuncional En cuanto a las principales amenazas de estos montes, la procesionaria del pino es uno de las principales, y ya obligó a talar algunas plantaciones. Por lo que respecta a los incendios, las labores de prevención y la buena gestión están dando sus frutos: “En estos montes, afortunadamente, no hay fuegos. Los últimos importantes fueron a mediados de los años 70 y en el 2001 hubo un pequeño conato de incendio”, destaca José Manuel Zapata. En este sentido, el pastoreo del ganado cumple un papel muy importante en las labores de prevención, así como un importante ahorro económico. “El ganado ha controlado el monte bajo y al estar en una extensión tan grande nos ahorra mucho dinero en tareas de desbroce mecánico. En las repoblaciones de frondosas, donde tenemos vallado para que no acceda el ganado, tenemos que desbrozar con regularidad y eso tiene un coste”, subraya el representante de la Consellería de Medio Rural. En definitiva, los Montes de Cedeira constituyen un ejemplo de aprovechamiento multifuncional del monte de manera sostenible, lo que redunda en beneficio de toda la sociedad.
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Gando cabalar no monte Capelada

Sube la superficie de matorral, bajan cultivos y arbolado

La progresiva pérdida de tierras agrarias en Galicia constituye un problema del que ya venía advirtiendo el sector en los últimos años. Ahora se sabe que la comunidad no sólo pierde superficie de cultivos. También disminuyen las masas forestales productivas. El que sale ganando es el matorral, es decir, superficies que fueron cultivos o arbolado y que quedan abandonadas, según revela un sistema creado por la Consellería de Medio Ambiente para seguir la evolución de los usos del territorio. La aplicación permite analizar los cambios de las principales coberturas en el periodo 2005-2011 y se espera que para final de año estén disponibles ya los datos del 2014. Durante los seis años que van del 2005 al 2011, el Sistema de Seguimiento de la Evolución del Uso y Ocupación del Territorio muestra que los cultivos disminuyeron en 4.159 hectáreas y el arbolado en 15.376 hectáreas, en tanto el matorral aumentó en 34.078 hectáreas. También las coberturas artificiales crecieron en 3.290 hectáreas. El Sistema, que es de acceso libre, permite hacer consultas online de diversas formas. Pueden localizarse las zonas con una cobertura específica, consultar la ocupación de un determinado punto del territorio en diferentes fechas o valorar la evolución de las principales coberturas. Ordenación del territorio La intención de la Consellería de Medio Ambiente es que la aplicación permita un mayor conocimiento sobre los usos del suelo, una información que se considera clave para procesos de ordenación del territorio o para estudios ambientales. “Los cambios en el territorio pueden tener repercusión en aspectos tan significativos como el abastecimiento de comida, la salud humana, la biodiversidad, la regulación del clima o en los recursos hidrológicos”, se valora desde la Consellería. Fuentes de información El Sistema de Seguimiento de la Evolución del Uso y Ocupación del Territorio recopila numerosas fuentes de información. Permite consultar el Sistema de Información de Ocupación del Suelo en España (SIOSE) hasta el 2011 e incluye otra información geográfica sobre el territorio gallego relacionada con esta temática, como el Mapa de Coberturas y Usos del Suelo de Galicia del año 2000, el Corine Land Cover 1990, 2000 y 2006 (Instituto Geográfico Nacional), el Mapa de Cultivos y Aprovechamientos de España 1980-1990 y 2000-2010 (Ministerio de Agricultura) y el Mapa de Capacidad Productiva del Suelo de Galicia. Esta última capa de información, junto con las herramientas de comparación visual entre mapas -el llamado 'Comparador de mapas- permite, por ejemplo, superponer el uso actual de una zona con la capacidad del territorio para dar soporte a ese uso, posibilitando, entre otras cosas, evaluar el impacto que supone la utilización del suelo. Existe además la posibilidad de visualizar simultáneamente y de una manera sencilla la misma zona en dos mapas de uso. El sistema también suministra información sobre paisaje, tanto del Catálogo de los Paisajes de Galicia como de otros estudios previos sobre el paisaje gallego, y está preparado para la incorporación de las futuras actualizaciones del Catálogo, lo que permitirá el seguimiento de la evolución de las unidades y los tipos de paisaje de Galicia.

Plantaciones forestales en tierras agrarias: situación actual y propuestas

El abandono de la actividad productiva en el sector agroganadero de Galicia, así como la despoblación rural y la falta de relevo generacional en las explotaciones en las últimas dos décadas, está llevando a un serio problema de abandono de tierras agrarias, que ante la falta de una expectativa de puesta en cultivo, en unos casos quedan abandonadas a la dinámica del matorral y del fuego, y en otros se están plantando con especies forestales. En amplias zonas de Galicia, sobre todo en el interior de las provincias de Lugo y Ourense, este problema no sólo afecta a tierras de vocación agraria en general, o cualificadas cómo “suelos rústicos de especial protección agropecuaria”, sino que incluso afecta a zonas de concentración parcelaria, que llevan años totalmente abandonadas sin ningún tipo de aprovechamiento racional. Hay polémicas recientes como el incendio de más de 2.500 ha el año pasado en Cualedro, Ourense, sobre terrenos de concentración totalmente abandonados al matorral. Y también ahora propietarios del Valle de Lemos, donde están abandonadas las tierras de regadío más importantes de Galicia tras las de A Limia, acaban de protestar por las restricciones para plantar distintas especies forestales en las sus fincas de concentración abandonadas. Recordar que sólo en las 32.000 hectáreas del Valle de Lemos, con regadío y rotaciones, sería posible producir forraje para alimentar 120.000 vacas de leche, un tercio de la cabaña ganadera de leche de Galicia. Esta problemática se da igualmente en zonas de marcada vocación agraria y con necesidad de incorporar tierras a las explotaciones ganaderas para poder alimentar de una manera competitiva sus cabezas y con baja huella de carbono, como en las comarcas del Deza en Pontevedra, Ordes, Bergantiños y las Mariñas coruñesas en A Coruña, y en la Mariña lucense. El Eucalyptus Nitens está incrementando la forestación de tierras agrarias en el interior de Galicia En la actualidad la llegada al sector forestal gallego de la especie de Eucalyptus nitens, más adaptado a las condiciones climatológicas de la Galicia interior que el Eucalyptus globulus, está siendo un nuevo factor de presión sobre la forestación de tierras agrarias que van cesando en la producción agraria, o que hasta ahora estaban abandonadas sin aprovechamiento. Hay por lo tanto causas concurrentes tanto en la Galicia interior, como en la costera, que hacen que exista una presión social para forestar tierras agrarias, generando problemas en algunas comarcas de posibilidad de acceso a la tierra para la ampliación de la base territorial de las explotaciones, y en otras comarcas, donde no existe esa demanda de tierra agraria, se da una situación de hecho de cambio de uso del suelo como un intento de los propietarios de las tierras de poner en valor unos terrenos que llevan abandonados, incluso décadas, y totalmente improductivos. La solución del problema no es fácil. Tienen razón los agricultores y ganaderos que se quejan de la forestación de tierras agrarias en las comarcas de alta demanda, y pueden tener razón quien se queja igualmente de no poder plantar parcelas en zonas donde no hay demanda de tierras por parte de la agricultura y la única salida productiva y el abandono al matorral sine die. El verdadero punto de discusión sería lcómo echar a andar las más de 600.000 hectáreas abandonadas en Galicia, a la dejadez, al fuego recurrente, donde “quemamos” anualmente desde hace más de 20 años, más de 120 millones de euros al año en extinción de incendios sin resolver el problema y por otra parte importamos anualmente más de 600 millones de euros en productos alimentarios. Sobre la necesidad de ordenar el espacio agrario y forestal, y de hacer que se cumplan las leyes vigentes en cada momento, no debería de haber discusión alguna. ¿Que dice nuestra normativa forestal vigente? La aprobación de la Ley 7/2012, de 28 de junio, de Montes de Galicia, supuso un primer intento de ordenar este tipo de plantaciones. Así en sus artículos 60, 61, 62 y 67, regula aspectos varios como los cambios de uso forestal a agrícola, de uso agrícola a forestal, y regula al mismo tiempo las condiciones que deben de cumplir las repoblaciones forestales. Así, según se establece en esta Ley, ya no es legal de ningún modo forestar ningún terreno con clasificación, sobre todo de uso agrario, con pinos o eucaliptos, bajo ningún supuesto. Se autoriza no obstante a plantar especies frondosas caducifolias, bajo ciertos supuestos generales (que linden con terrenos forestales, o que constituyan enclaves de hasta 5 ha en superficie arbolada), y siempre y cuando los terrenos agrarios a forestar pasen previamente al Banco de Terras por un período mínimo de dos años. Si en esos dos años no hubo ninguna solicitud de arrendamiento para el uso agrario del terreno, quedaría abierta la posibilidad de plantarlo forestalmente, pero siempre con especies frondosas caducifolias.
 “La Ley de Montes prohíbe claramente la forestación de tierras agrarias”
El incumplimiento de estas normas sería considerado “falta grave” en el Artículo 129, y pasaría a ser sancionable con multas desde 1001 euros hasta 100.000 euros. Igualmente la Ley 7/2012 de Montes de Galicia autoriza a plantar especies forestales para la producción de fruto, sin casi restricciones (sí sería posible forestar un prado con castaños o cerezos injertados para fruto, sin pasar por el Banco de Terras). ¿Por que no tiene efectos la Ley de Montes? Las disposiciones de la Ley 7/2012 de Montes de Galicia no están surtiendo el efecto deseado en la ordenación del espacio rural, en la dinamización de la plantación de frondosas, y no está disuadiendo a los propietarios de la plantación de superficies agrarias con especies forestales no autorizadas. Las causas son las siguientes: 1º Hay una dejación total de la Consellería de Medio Rural en el caso de forestaciones no autorizadas con pinos y eucaliptos en terrenos agrarios. No se actúa de oficio, y se espera a que haya denuncias expresas, entre vecinos, fuente segura de conflictividad social, que siempre es indeseable. Y que en muchos casos finalizan en fuegos.
 “Hay un total dejadez de la Consellería con las plantaciones no autorizadas”
2º No se está siguiendo el protocolo de puesta a disposición de los terrenos abandonados en el Banco de Terras. La gestión del Banco de Terras es un fracaso sin paliativos. No está dinamizando la puesta en producción de terrenos agrarios abandonados, y en concreto no está siendo eficaz para poner en producción (ni siquiera en oferta y disponibilidad) las miles de hectáreas de concentración parcelaria abandonadas en Galicia. Es ilusorio pretender sin más que las aproximadamente 200.000 hectáreas agrarias sin uso de Galicia se den de alta en el Banco de Terras. Las consecuencias son: 1º En las comarcas donde hay demanda de tierras agrarias para el aumento de la base territorial de las explotaciones, se está creando un problema de acceso a la tierra de las explotaciones viables, y un conflicto por el uso del espacio agroforestal. 2º En las comarcas donde no hay salida agraria para los terrenos agrarios, se están poniendo en valor tierras mediante uso forestal, sin encaje legal, lo que va a obligar a sancionar a los propietarios, además de obligar a levantar las plantaciones ilegales, como exige la Ley 7/2012 de Montes.

Posibles vías de solución

A corto plazo y de manera inmediata: Claro está que tiene que haber un cambio de actitud total por parte de la Consellería de Medio Rural. Se deben de girar órdenes expresas a los Distritos Forestales, para que se deje de hacer la vista gorda en estos casos, y se exija un estricto cumplimiento de la Ley a los propietarios forestales, de manera que la administración actúe de oficio. Mientras la Ley esté vigente, la hay que respetar, y no es admisible que los encargados de hacerla cumplir, miren para otro lado. En el medio plazo: Ante el fracaso del modelo actual que intenta articular el uso del espacio rural, que no logra resolver los conflictos agroforestales en las comarcas donde hay demanda de suelo agrario, y no logra dinamizar la puesta en valor de los terrenos agrarios donde no hay demanda actual de suelos agrarios (dando cómo única salida viable la forestación ilegal, ya que las frondosas caducifolias no son atractivas en estos momentos para los propietarios), hay que tomar decisiones y mudar de modelo. Este nuevo modelo debe de ser pactado, contar con un amplio consenso, y tener vocación de futuro. Tres nuevas iniciativas para desarrollar: 1º. Desarrollar un marco legal eficaz para la movilidad de tierras y con rango de Ley. El actual sistema es una brindis al sol, una simple declaración de intenciones. Hay que concretar. No val con declarar que toda Galicia tiene que estar limpia, y que el propietario que no lo haga será sancionado. Ese es el marco actual y no funciona. Lo que se propone es la creación de la figura de Polígono Agrario para generar riqueza estructural, desarrollo y empleo. Igual que existe el marco legal para el desarrollo urbanístico de polígonos de viviendas o de polígonos industriales, hay que crear el marco legal para el desarrollo agrario.
“La creación de polígonos agrarios ayudaría a poner en valor a tierra”
A diferencia de los polígonos industriales o urbanísticos, donde siempre hubo un motor e interés especulativo, estos se crearían para generar riqueza apuntada y actividad. En estos polígonos no cabría la posibilidad de un propietario de quedarse al margen: o produce, o arrienda o cede al Banco de Terras. Recordemos que en la costa levantina se desarrollaron polígonos especulativos de viviendas con todos los informes de la Comisión en contra y aquí tenemos para estos “polígonos agrarios” todos los pronunciamientos favorables de la Comisión Europea. Habría una declaración de “Polígono Agrario” en un perímetro de actuación y a partir de ahí las tierras que estén incluidas, o bien producen, o bien se ceden obligatoriamente al Banco de Terras para su arrendamiento con seguridad jurídica, tanto para el propietario cómo para el arrendatario. Este marco legal tiene que tener necesariamente rango de Ley. Y empezar por las zonas de concentración abandonadas. De un total de unas 800.000 ha agrarias, desde el inicio de las concentraciones parcelarias en Galicia se hicieron más de 700 concentraciones parcelarias con un total 350.000 hectáreas . En el año 2011 había en Galicia 170 procesos de concentración parcelaria abiertos con un coste de 200 millones de euros para un total de 157.000 hectáreas y 120.000 propietarios en 89 ayuntamientos de las cuatro provincias gallegas. 2º. Crear una figura temporal que permitan los cultivos energéticos en tierras agrarias sin demanda agraria y tras pasar por el Banco de Terras. La actual Ley 7/2012 de montes, como se ha analizado, no da salida a tierras agrarias en las zonas donde no hay demanda de terrenos para actividad agraria (caso del interior de Ourense, por ejemplo). Una salida podría ser la creación de un “Registro temporal de cultivos energéticos en suelos agrícolas”. La idea sería autorizar en estas comarcas sin demanda agraria, el aprovechamiento forestal, o de cultivos energéticos, en suelos agrícolas, siempre con un Plan de Gestión, en el que se indique la rotación del cultivo forestal o energético (10 años, 14 años, 20 años.). Y una vez finalizado el ciclo, vuelve al Banco de Terras y vuelve a estar disponible para uso agrario. Si no se solicita, se volvería a abrir la posibilidad de uso temporal forestal el energético, de nuevo con un Plan de Gestión autorizado. Quedaría claro que la vocación del terreno es agrícola, que el uso forestal sería temporal, y que debería revisarse al finalizar el ciclo de rotación de años que se hubiese fijado para las talas de biomasa. Cualquier cosa eres mejor que la plantación ilegal de Eucalypts Nitens mientras la administración mira para otro lado, y se niega a actuar de oficio para hacer cumplir la Ley. Y cualquier cosa eres mejor que tener miles de hectáreas sin otra salida que el fuego. Además, parte de estos cultivos se podrían integrar en ese 15% de superficie que tenemos que cumplir conforme al greening de la PAC, o combinarse con filtros verdes. 3º. No hacer nada y seguir como estamos. En este caso, puestos a subvencionar es mejor subvencionar billetes de avión para la juventud. Pero sólo de ida.

¿Qué cambia en el agro con la nueva Lei do Solo de Galicia?

La nueva Lei do Solo de Galicia (Lei 2/2016), en vigor desde marzo, introduce cambios en los usos agrarios y forestales en el rural. Una de las mayores novedades radica en que se veta la ampliación de granjas en suelo de núcleo rural, en tanto en suelo rústico continúan los mismos criterios a la hora de autorizar ampliaciones. En cuanto a los usos agrarios y forestales sobre suelo rústico, en los Concellos con un Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) ya aprobado o en tramitación, no cambia nada. En aquellos Concellos sin PGOM aprobado ni en tramitación en la fecha de entrada en vigor de la Ley sí habrá significativas modificaciones.
Hay un centenar de Concellos en el rural sin Plan Xeral que acometerán su planeamiento con las directrices de la nueva Lei
En la actualidad, hay más de un centenar de Concellos del rural sin PGOM. Estos municipios podrán optar por dotarse de un Plan General convencional o, siempre que el Concello no supere los 5.000 habitantes, de un plan básico municipal, de tramitación más sencilla. Repasamos la normativa que ya estaba vigente y las novedades que introduce la Lei do Solo en el agro con la ayuda del responsable de Desenvolvemento Rural de UniónsAgrarias, Jacobo Feijoo. Tipos de suelo en el rural y usos En general, el suelo del rural se divide en suelo rústico y suelo de núcleo rural. La figura del suelo rústico puede llevar incorporada a mayores una especial protección, agraria, forestal, de aguas, costas, infraestructuras, paisajística, patrimonial o natural. Las de mayor relevancia para el sector son las protecciones agraria y forestal, ya que regulan la convivencia en el territorio de estos dos tipos de uso, en ocasiones en conflicto.
En suelo rústico de especial protección agropecuaria está prohibida la plantación de pinos y eucaliptos
De acuerdo con la normativa que ya estaba vigente y que continúa sin cambios, en el suelo rústico de especial protección agropecuaria está absolutamente prohibida la plantación de pinos o eucaliptos. Sólo se podrían plantar directamente especies forestales destinadas a la producción de fruto (castaños, nogales, cerezos). Para plantar otras frondosas (robles, fresnos, abedules, etc.), únicamente se podría si se meten las fincas durante dos años en el Banco de Terras y en ese plazo nadie las pide en arrendamiento. En cuanto a los suelos de especial protección forestal, según la Lei de Montes de Galicia (Lei 7/2012), se pueden pasar a uso agrario cuando se cortan menos de 5 hectáreas de pinos, eucaliptos o frondosas menores de 10 años, o hasta 15 hectáreas si el terreno está a matorral o con mimosas. El propietario tendrá que comunicar el cambio de uso a Medio Rural, pero en estos casos no precisará de autorización. Lo que sí necesitará siempre es un informe de impacto ambiental para la Consellería de Medio Ambiente.
Para transformar suelo de protección forestal en agrario, es necesario un informe de impacto ambiental
La necesidad del informe de impacto ambiental para pasar un suelo de forestal a agrícola constituye un trámite que es considerado excesivo por el sector agrario. Contrasta esa exigencia con la impunidad que se percibe en el rural en torno a la forestación ilegal de tierras agrarias. Novedades ¿Cuáles son entonces los cambios y novedades que implicará la entrada en vigor de la nueva Lei do Solo? Pues va a depender básicamente de si existía en los Concellos un PGOM aprobado o en tramitación a fecha del 6 de marzo de 2015. Asimismo, hay novedades en los suelos de concentración parcelaria y en los montes vecinales en mancomún. Desglosamos a continuación cinco cuestiones a tener en cuenta.

1) Usos del suelo rústico en Concellos sin PGOM aprobado ni en tramitación

En municipios sin Plan General en vigor a día de hoy, el Concello, a través del PGOM o plan básico municipal, será el que fije el suelo rústico, sin asignarle ningún rango de especial protección. Después, sobre ese suelo rústico será la Xunta la que especifique cuál es suelo rústico de especial protección agropecuaria -reservado para usos agrarios-, y cuál es suelo rústico de especial protección forestal, reservado para usos forestales. Como novedad, la Xunta dejará parte del suelo simplemente como suelo rústico, sin asignarle por tanto ninguna especial protección adicional.
La Xunta dejará parte del suelo sin especial protección, lo que le permitirá mayor flexibilidad de usos al propietario
Sobre este suelo rústico, sin especial protección, el propietario tendrá margen para decidir si lo dedica a usos agrícolas o forestales, sin más limitaciones que las que pueda establecer la legislación sectorial existente. Esta clasificación permitirá una mayor flexibilidad para que el propietario valore el uso más conveniente del suelo en aquellos casos en los que la Administración no vea de interés reservarlo para usos agrarios o forestales. Las actuales catalogaciones del suelo rústico como de especial protección agraria o forestal venían generando problemas en las ocasiones en que la clasificación no se correspondía con los usos reales del suelo. Había por ejemplo parcelas arboladas que se clasificaban como de especial protección agropecuaria, con los conseguintes problemas para los propietarios. Pese a las polémicas, Unións recuerda que la protección del suelo agrario era la única defensa del sector frente a la plantación masiva de prados , pastizales y tierras de labor que cesaban en la agricultura.

2) Usos del suelo rústico en Concellos con PGOM aprobado o en tramitación en marzo del 2016

En los Concellos que ya tuvieran su PGOM aprobado o en tramitación, la clasificación del suelo rústico continúa como antes, según el Plan General vigente. Es decir, que hasta el momento de la revisión del PGOM, lo que puede llevar muchos años, estos Concellos seguirían con la actual delimitación de suelos de especial protección agropecuaria y forestal hecha por el Concello en su momento.

3) Usos del suelo en los terrenos de concentraciones parcelarias

Los terrenos que estén en concentración parcelaria quedarán clasificados automáticamente como suelo rústico de especial protección agropecuaria. ¿Podrían plantarse con especies forestales? Desde Unións Agrarias entienden que no, salvo que así lo reconozca y autorice el plan de cultivos de la concentración.

4) Usos del suelo en comunidades de montes vecinales

En Concellos aún sin PGOM, los terrenos de las comunidades de montes vecinales se catalogarán siempre como suelo rústico de especial protección forestal. ¿Qué sucede entonces con los usos agrarios y ganaderos en los montes vecinales? En Unións Agrarias advierten de posibles conflictos, si bien entienden que los planes de ordenación de cada comunidad de montes podrán regular estos usos. El sector espera a que salga adelante el decreto de aplicación de la Lei do Solo, un documento de alrededor de 400 páginas que estuvo recientemente a exposición pública, para comprobar si se resuelven estos vacíos legales.
El sector espera a que salga adelante el decreto de aplicación de la Lei do Solo, de 400 páginas, para ver si se resuelven los vacíos legales
El responsable de Desenvolvemento Rural de Unións, Jacobo Feijoo, considera que son precisos ajustes legislativos para clarificar la situación y aportar seguridad jurídica tanto en el caso del uso del suelo en concentraciones parcelarias como en montes vecinales. “De lo contrario, habrá casos que finalicen en los juzgados y se legislará en la práctica a base de sentencias judiciales”, advierte.

5) Ampliación de explotaciones agrarias existentes

En suelo de núcleo rural, no se permitirá en ningún caso la ampliación de granjas, que era una posibilidad que sí permitía la anterior Lei do Solo, del 2003.
"Propusimos que se mantuviese la posibilidad de ampliar granjas en núcleo rural, pero la Xunta se negó" (Jacobo Feijoo, Unións)
“Es una decisión que tiene la lógica de sacar la producción del entorno de las casas, pero por otro lado Galicia es como es, con la producción ganadera organizada normalmente en torno a las viviendas. También convivimos ya con una ordenación sectorial que regula determinadas cuestiones, como puede ser el alejamiento de las explotaciones de porcino” -valora Jacobo Feijoo.- “Entonces, desde nuestro punto de vista, es una decisión equivocada”. “Propusimos que la normativa continuara como hasta ahora y conseguimos que así se lo recomendara el Consello Económico e Social a la Xunta de Galicia, pero finalmente en el trámite parlamentario no se tuvo en cuenta esa propuesta”. En suelo rústico, pero fuera del núcleo rural, las autorizaciones de ampliaciones continúan como hasta ahora, con los límites de volúmenes que marcaba la anterior Lei do Solo.

«Los incendios en Galicia se dan en zonas muy concretas para las que hay que buscar soluciones»

La Asociación Forestal de Galicia, una de las principales organizaciones de silvicultores de la comunidad, acaba de celebrar recientemente su XXIX asamblea anual, en la que se hizo un balance de actividades y se intercambiaron inquietudes en torno a la gestión del monte. El director de la Asociación, Francisco Dans, aborda en esta entrevista las que considera principales preocupaciones de los propietarios forestales, así como algunos de los grandes temas de la política forestal del país, caso de los fuegos y de la ordenación de usos de la tierra. - En Galicia llevamos 25 años de una política contraincendios que no termina de atajar el problema de los fuegos forestales. A mayores, el dispositivo de extinción consume más de 100 millones de euros anuales. ¿Cree que hay vías alternativas para afrontar el problema? - Tenemos similares estrategias en el tratamiento de los incendios desde hace 25 años y quizás sea el momento de analizar si la estructura y el procedimiento de prevención y extinción de incendios es el correcto. ¿Podemos mantener esta estructura de extinción o hay que poner el foco en determinadas cosas y tratar de aminorar el gasto en incendios? Es una pregunta que pienso que cualquiera puede compartir. El problema de los incendios, además, a diferencia de los años 80 o 70, está ahora muy focalizado. Hay dos Galicias a grandes rasgos, la atlántica y forestal, bien gestionada, y la mediterránea, que es donde se dan los mayores problemas de abandono y también de fuegos. En los 80 teníamos incendios en toda Galicia; ahora se focalizan año tras año en los mismos sitios. ¿Qué diría la opinión pública si los accidentes de tráfico se concentraran año tras año en los mismos puntos de las carreteras?
"Hay que tomar medidas extraordinarias para que las zonas de máxima actividad incendiaria dejen de serlo"
- ¿Piensa entonces que los incendios no están condenados a ser la plaga bíblica de cada verano, sino que tienen solución? - Claro que tienen solución. Tenemos localizadas desde hace 15 años las zonas de máxima actividad incendiaria; así que habrá que tomar medidas extraordinarias para que dejen de serlo, con todos los medios que tiene la Administración a su alcance, sean de prevención, de extinción o de control policial. Es difícil de comprender que a la vuelta de 15 años de saber esto sigamos en las mismas. Tenemos que trabajar entre todos para cambiarlo. También hay que destacar que hay miles de parroquias en toda Galicia con mucho monte y que no tienen incendios o que los tienen de una manera asumible. - Más allá de los incendios, las empresas madereras y las propias organizaciones de propietarios estáis siendo bastante críticas con las políticas forestales de la Administración autonómica. - Ser crítico es una actitud positiva, se trata de vigilar como evolucionan las cosas. Nuestra visión es la siguiente. Hicimos una política forestal a finales de los años 80 del siglo pasado y con ese impulso se llega hasta hoy en día sin que en todo este tiempo se haya hecho un análisis objetivo y real de la consecución de logros, procedimientos empleados, etc. Mientras tanto, se sigue legislando y se siguen haciendo normativas. Pensamos que es el momento de ver qué hicimos, qué conseguimos, adónde tenemos que ir y cómo tenemos que hacerlo. Ese es el asunto.
"Pensamos que es el momento de ver qué hicimos en política forestal, qué logramos y adónde tenemos que ir"
- El grupo de trabajo sobre el Plan Forestal que constituisteis las organizaciones del sector y la Xunta, ¿podría ser un cauce adecuado para esta cuestión de estrategia forestal? - Es una buena oportunidad para que se puedan recabar conclusiones de todas las organizaciones que estamos trabajando en el mundo forestal. Pensamos que podemos lograr una revisión del Plan Forestal concordante con los intereses de Galicia en general. Lo que sucede es que se trata de una revisión que llega con retraso y que el proceso aun se dilatará un tiempo. - En cuanto a las preocupaciones más a pie de monte de los propietarios forestales. ¿Qué cuestiones destacaría? - Una preocupación clara es que en Galicia, igual que en el resto de España, se produjo un aumento en los últimos 15 años en cuanto a las inversiones de los propietarios forestales, lo que generó más existencias de madera en el monte. Esto, que en sí mismo es una cosa positiva, puede tener consecuencias negativas si la demanda de la sociedad y de la industria forestal no crece en las mismas proporciones. Tenemos la sospecha de que podemos vernos con una despensa de madera que no se va a poder vender, con los consiguientes problemas de sanidad vegetal, envejecimiento de las masas y, sobre todo, con una fuerte caída de los precios. Para nosotros, aquí sólo hay una dirección. Innovar en materia de productos forestales y aumentar el consumo de madera, un material renovable, ecológico y con muchas posibilidades.
"Tenemos la sospecha de que nos podemos ver con una despensa de madera en el monte que no se va a poder vender"
- La mayor demanda y los mayores precios se registran ahora en la madera de eucalipto para pasta de papel. ¿Es quizás el mercado con mejores perspectivas para el propietario? - Hay que reflexionar sobre este tema. Si nos fijamos en nuestro entorno, no es que se instalen más fábricas de pasta de papel, sino que cierran. Asistimos hace poco al cierre de Ence en Huelva, que tuvo gran repercursión en el mercado; y de Sniace en Santander. Nosotros, sin embargo, seguimos invirtiendo en eucalipto para pasta de papel de manera creciente y además, en parte del territorio, con una especie poco recomendable para pasta, como el nitens, que es un eucalipto menos aprovechable que el globulus. Entonces, la pregunta es si nos vamos a enfrentar a la vuelta de la esquina con una sobreoferta de eucalipto que no sabremos dónde colocar. - Otro mercado en desarrollo, ahora hablando del pino, es el de la biomasa. ¿Qué perspectivas hay en la venda de madera para pellets destinados a la combustión en calderas? - El mercado de la biomasa es un mercado incipiente que tiene mucho recorrido en la medida en que se invierta en calderas de biomasa y se vayan sustituyendo las instalaciones de combustibles fósiles. Parece que es un proceso encarrilado, pero en cualquier caso, no es una solución al problema. La biomasa va a aprovechar una fracción del árbol, pero no el árbol entero. La parte de mayor valor del árbol es en la que tenemos más preocupación.

"Hay un excedente de tierras agrarias que no se pueden forestar y que están quedando abandonadas"

La legislación que restringe la forestación de tierras agrarias es otra de las cuestiones que Francisco Dans considera como una preocupación generalizada de los propietarios forestales. "Está dándose un proceso de 'selvatización' y abandono del territorio porque hay un excedente de tierras agrícolas que no se está absorbiendo. El problema radica en que el propietario no sabe que hacer con esas tierras, ya que las leyes no sólo no tratan de dar soluciones sino que dificultan que el mercado se regule y que esa tierra pueda cambiar de uso". - Es una visión muy distinta de la que predomina en el sector ganadero, que siempre insiste en la necesidad de más tierras y en la progresiva pérdida de superficie agraria. - El abandono de tierras puede verlo cualquiera. ¿Cuál es la mayor demostración de que una tierra perdió su uso? Que aparezca plagada de matorral. Esta situación se da en toda Galicia, salvo en zonas de gran potencia forestal como Ortegal o el sur, con el pino. Paralelamente a ese abandono, nos encontramos con que a mucha gente se le está obligando en toda Galicia a eliminar zonas forestadas porque esas tierras tienen la clasificación de protección agropecuaria. Reciben una multa y tienen que quitar las plantaciones. Nosotros estamos de acuerdo en una norma, pero tiene que haber flexibilidad y vamos a abordar este tema con la Xunta. Si no se puede mantener un uso agropecuario de la tierra, hay que poder transformarlo en forestal en determinadas condiciones.
"Si no es posible mantener el uso agropecuario de una tierra, hay que poder transformarlo en forestal en determinadas condiciones"
- El abandono no es exclusivo de las tierras agrarias. También parte del monte está sin gestión, lo que deriva en una queja recurrente de la industria forestal, como es la falta de madera de calidad en el monte. - Eso no es cierto. Muchos montes de pino de propietarios particulares y también muchos montes vecinales, algunos conveniados con la Administración, tienen unos cuidados y una silvicultura que yo calificaría de buena. Estamos comenzando a cortar ahora madera que fue podada, que no tiene nudos y con unas condiciones estructurales estupendas. Estamos viendo unas piezas de coníferas como nunca se vieron en Galicia, de madera excepcional. El problema que teníamos hasta ahora es que para hacer madera de sierra de pino hay que hacer claras en el monte, cortar lo delgado, lo que no sirve. Pues bien, ¿por qué no se hace? Porque esa madera no tiene precio y al propietario le cuesta dinero hacer ese tipo de claras. ¿Por qué pasa esto? Porque hay exceso de madera. - ¿Esa es la madera que podría tener salida para biomasa? - Puede tener salida para biomasa o para la industria del tablero. El problema es movilizar esa madera y para movilizarla hay que tener precio. Si después de 15 años de plantación, hacer una clara cuesta dinero, el propietario piensa que es mejor dejar la madera en el monte.
"Las Sofor son una figura bien trabajada, pero tienen un coste económico alto y un régimen fiscal mejorable"
- La creación de una figura que permita agrupar el minifundio forestal, de manera que mejore su gestión, es una reivindicación tradicional del sector. ¿Cómo valora la figura de las Sociedades de Fomento Forestal (Sofor)? - Como idea en abstracto, nadie tiene dudas. Es una herramienta que, de funcionar, podría ayudar a reducir el abandono y a mejorar la gestión del monte. La figura de la Sofor hay que decir además que jurídicamente es una figura bien trabajada. En la práctica, nosotros estamos promoviendo una Sofor y lo que observamos es que todo el proceso tiene un coste económico alto; es complicado. En segundo lugar, una vez que la Sofor esté en funcionamiento, como sociedad pensamos que debería tener un régimen fiscal mucho mejor que el que tiene. Un tercer punto a considerar sería la apertura de la Sofor a otras vías, por ejemplo, a patrimonios familiares. Repartir en una herencia todas las parcelas entre la familia es una solución mala. Es hacer minifundio del minifundio. ¿Por qué no posibilitar que se hereden acciones y no parcelas? Son cosas que deberían estar trabajadas.

La movilidad de tierras en Galicia, 10 veces inferior a la francesa

Buena parte de la superficie de las explotaciones agroganaderas que dejan la actividad se pierde para la agricultura, mayormente porque se forestan o quedan abandonadas. En Galicia, la superficie agraria útil se redujo en una cuarta parte en los últimos 30 años, un proceso que no consiguió frenar la puesta en marcha del Banco de Terras. Un informe del Laboratorio del Territorio analiza la movilidad de tierras en Galicia y concluye que es diez veces inferior a la francesa o a la italiana. El Parlamento de Galicia volvió debatir ayer sobre cómo ponerle freno a la pérdida de tierras agrícolas. El aprovechamiento de la tierra en Galicia se presenta como un problema complejo. El debate político y del sector agrario parte de la base de que resulta necesario que la superficie agrícola de las explotaciones que abandonan sea transferida a agricultores y ganaderos activos, bien vía arrendamiento, bien vía venta. Sin embargo, esa movilidad de las tierras está dándose de manera muy reducida.
El grado de transferencia de parcelas presenta una gran diversidad. En Ourense y Pontevedra es menor
El informe 'Propiedad, movilidad de tierras y valorización territorial', elaborado por el Laboratorio do Territorio (Universidade de Santiago), concluye que en Galicia sólo hay una tasa de transferencia de la superficie agraria del 0,10% año, diez veces inferior a la tasa francesa o italiana. El problema, a mayores, va unido a altos precios medios de 1,5 euros por metro cuadrado en caso de venta, una cotización ligeramente superior a la media española y equiparable a la de Reino Unido o Dinamarca. Mientras tanto, la pérdida de superficie agraria útil (SAU) en Galicia no para. Si en el periodo 1985-2005 se redujo en 145.000 hectáreas, desde aquella hasta hoy se perdieron en torno a 120.000 hectáreas. Debate en el Parlamento El problema de la falta de SAU volvió ayer al debate parlamentario, tras la reciente aprobación de la Ley de Mejora de la Estructura Agraria de Galicia. Desde la oposición se entiende que la aprobación de leyes o instrumentos como el Banco de Terras son insuficientes si no van acompañados de recursos y medios. El Bloque presentó una proposición no de ley por la que demandaba una actitud más proactiva de la Xunta en la movilización de tierras y también apuntaba la posibilidad de una ley que ordenara los usos de la tierra en la comunidad. La propuesta de la diputada nacionalista Tareixa Paz fue apoyada por los otros grupos de la oposición, Alternativa Galega de Esquerda y PSdeG. "Este es un problema complejo que no se soluciona con leyes", valoró al diputado socialista Pablo García. "Hay multitud de casos de tierras agrarias que se abandonan y que se plantan con eucaliptos, incluso cerca de las aldeas, sin que se haga nada para evitarlo”, criticó García, una queja compartida por los otros grupos.
"Saben de sobra que la permisividad de la forestación de tierras agrarias no es cierta" (Isabel García, grupo popular)
El grupo popular, sin embargo, entiende que las medidas en vigor, como el Banco de Terras o la Ley de Mejora de la Estructura Agraria, son suficientes. "Las actuaciones que demandan ya se están realizando", sostuvo a la diputada Isabel García. "Saben de sobra que la permisividad de la forestación en tierras agrarias no es cierta. Estamos tramitando sanciones y expedientes día a día", aseguró. Los datos de Medio Rural indican que la Consellería puso 44 sanciones al año por forestación de tierras agrarias desde el 2009, si bien desde el sector agrario se advierte de que la Administración sólo actúa cuando hay denuncias previas, pero no de oficio. Diferencias por comarcas La movilidad de superficie agraria en Galicia se presenta en general baja, aunque existen escenarios diversos dentro de Galicia. El documento 'Propiedad, movilidad de tierras y valorización territorial', elaborado por el Laboratorio do Territorio (USC) en colaboración con la Fundación Juana de Vega y con el Banco de Terras, revela que hay grandes diferencias entre las distintas comarcas. En las provincias del norte, A Coruña y Lugo, las transacciones son mucho mayores que en Ourense y Pontevedra.
Un informe del Laboratorio do Territorio (USC) sugiere la creación de unidades comarcales del Banco de Terras
El mayor nivel de movilidad está asociado a comarcas con un sector agrario potente, en tanto aquellas con mayor absentismo y mayor parcelación, registran menos transacciones. En cuanto a los precios, en un marco de precios elevados, las cotizaciones más bajas se registraron en Lugo y las más altas en las Rías Baixas y en el entorno de las siete grandes ciudades, en parte por posibles expectativas de urbanización. Recomendaciones para la mejora de la movilidad El informe del Laboratorio do Territorio, concluido a finales del pasado año, también hace una serie de recomendaciones para la mejora de la movilidad de tierras. La mayoría de las acciones que propone el documento apuntan en la dirección de la potenciación del Banco de Terras, un organismo para el que incluso se sugiere la creación de unidades territoriales a nivel comarcal -apoyándose en organismos ya existentes-, dada la particularidad de problemas que se da en cada comarca. Entre las acciones propuestas por el documento, figuran las siguientes: - Caracterizar la aptitud productiva de la tierra agraria y su estado actual, especialmente aquella infrautilizada. Se trata de que aflore el "capital muerto". - Aumento y refuerzo de los servicios de intermediación en el mercado de tierras rústicas. Debe mejorarse la información sobre la oferta y su difusión a los posibles interesados. - Promoción de servicios de asesoramiento específicos para los nuevos emprendedores agrarios que compaginen búsqueda de tierras con el apoyo al desarrollo del plan de negocio agroganadero o agroalimentario. - Potenciar instrumentos como las permutas o la reorganización de usos. Son acciones que permiten superar en parte algunas limitaciones estructurales (como tamaño y forma de la parcela) sin acometer grandes procesos de reforma. - Abordar los conflictos por concurrencia de usos en tierras rústicas, en especial en las zonas de mayor demanda y en las de mayor aptitud productiva, donde en ocasiones los usos forestales y urbanísticos compiten con el agrario.

El sector forestal demanda una fiscalidad atractiva para el monte

Gestionar el monte a menudo no es fácil. Producciones a largo plazo, plagas o malas situaciones del mercado de la madera son algunos de los factores que condicionan la rentabilidad de la inversión en el monte. El conjunto del sector forestal, desde organizaciones de propietarios a colectivos de empresas y técnicos, ha emplazado al Gobierno a poner en marcha incentivos fiscales que premien la gestión forestal sostenible, de manera que se reduzca el abandono del monte y se favorezca la creación de empleo y riqueza. La propuesta del sector, suscrita entre otros colectivos por la Confederación de Organizaciones de Silvicultores de España, a la que pertenece la Asociación Forestal de Galicia, trata de que la Ley de Montes, ahora a debate en el Senado, incluya incentivos fiscales que favorezcan a los propietarios que decidan invertir en el monte. "La gestión sostenible y activa del monte hace posible que disminuya el riesgo de incendios forestales, plagas y enfermedades, lo que garantiza una mejor conservación de los montes", destacan los colectivos del sector forestal en nota de prensa. Biomasa Otra de las demandas de los colectivos de propietarios forestales y de otros agentes del sector, como la Asociación de Empresas de Valorización de la Biomasa (Avebiom), pasa por solicitar del Gobierno el fomento de la producción y consumo de madera y de los productos de la madera, "incluido el uso energético de la biomasa forestal".

La forestación de tierras agrarias apenas mejora el suelo

Una tesis doctoral realizada por Féliz Zorita analizó cómo cambian los suelos agrarios cuando son forestados con distintas especies. La principal conclusión de su trabajo es que la calidad del suelo apenas mejora con la forestación. Se produce un leve aumento de materia orgánica en el horizonte superficial del suelo, pero se trata de un cambio poco significativo, según el investigador, que realizó su tesis en el Instituto de Investigaciones Agrobiológicas (Santiago), un centro dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (Csic). La tesis, dirigida por Carmen Trasar Cepeda (CSIC), Fernando Gil Sotres (USC) y Carmen Leirós de la Peña (USC), obtuvo un apto cum laude. La investigación examinó los cambios que se producen en el metabolismo del suelo, estimado a través de la modificación de la actividad de diferentes enzimas (hidrolasas y oxidoreductasas). Esos cambios son variables y no siempre en la misma dirección, por lo que la forestación no muestra beneficios evidentes desde un punto de vista medioambiental, al menos en los primeros quince años tras producirse la misma.
La investigación examinó 35 suelos forestados en el Ulla y en el Tambre y los comparó con sus adyacentes agrícolas
El estudio de campo se llevó a cabo entre 2009 y 2012 en diferentes puntos de las provincias de A Coruña y Pontevedra, principalmente en las cuencas del Ulla y del Tambre. En primer lugar, se realizó un estudio general en el que se analizó la capa superficial (0-10 cm) de 35 suelos forestados. Estos tenían características diferenciadas (especies forestales caducifolias y perennifolias), edades diferentes (entre 4 y 15 años), diferente posición fisiográfica (ladera o fondo de valle) y distinto manejo (limpieza o no de la biomasa y de los restos vegetales sobre la superficie de los suelos). Los resultados obtenidos en los suelos forestados se compararon con los obtenidos en sus correspondientes suelos de cultivo de referencia, que eran suelos agrícolas adyacentes a los forestados. “De un modo general, la forestación tiende a incrementar el contenido en materia orgánica de los suelos, aunque este incremento no fue significativo. Por otra parte, la mayoría de enzimas incrementaron su actividad en relación a la de los suelos de cultivo de procedencia. El tipo de árbol empleado en la forestación, el manejo de los suelos y el contenido en materia orgánica de los suelos agrícolas de origen fueron los factores que más influyeron en la modificación del comportamiento”, concluye el investigador.

La certificación forestal crece en Galicia un 80% en los últimos 5 años

La facturación del sector forestal gallego se desplomó desde el inicio de la crisis, en el 2007, en torno a un 30 por ciento; pero las empresas madereras fueron sin embargo capaces de aumentar sus exportaciones en los últimos años. Esa aparente contradicción de subir en las ventas al exterior en plena caída del mercado doméstico se explica en parte por el impulso que está registrando en Galicia la certificación forestal, una herramienta clave para el acceso de la madera y de la pasta de papel a los mercados internacionales. En los últimos 5 años, la superficie forestal certificada en la comunidad creció en un 80%. En Galicia operan dos sistemas de certificación forestal, el PEFC, consolidado desde hace más de una década, y el FSC, que está experimentando una fuerte expansión en los últimos años. Entre las dos marcas suman en la actualidad alrededor de 180.000 hectáreas certificadas en la comunidad, cuando hace poco más de 5 años, a finales del 2009, rondaban las 100.000.
El eucalipto es el punto fuerte de la certificación forestal. Ence paga más la madera PEFC y FSC
Los sistemas de certificación forestal tratan de garantizar una gestión del monte que sea ambientalmente sostenible. Los propietarios que quieren certificar sus montes deben contar con un plan de gestión validado bien por el sistema PEFC, bien por el FSC, y someterse a auditorías de cumplimiento. Esa certificación forestal permite que las empresas madereras y de pasta de papel puedan comercializar luego sus productos con los sellos PEFC o FSC, que en un inicio representaban un 'plus' de marketing y que hoy en día son ya una obligación para acceder a buena parte de los mercados internacionales. Sobreprecio en el eucalipto Para el propietario, la certificación forestal representa inicialmente un coste, si bien a la hora de la venta de la madera, el certificado suele generar un valor añadido que supera al gasto previo. Ence, por ejemplo, paga un sobreprecio por la tonelada de eucalipto certificada con FSC de 6,5 euros y de 2,75 para la certificada con PEFC (según las últimas tarifas publicadas en su web, correspondientes al 2014). El eucalipto para pasta de papel es precisamente el punto fuerte de la certificación forestal, tanto en Galicia como en el resto del mundo. El sistema FSC calcula que el 39% de todas las compras de madera certificada a nivel mundial la realizan las empresas papeleras, en tanto otro 25% se correspondería con las firmas de tableros y aserrado. "El eucalipto podemos decir que es el producto estrella de la certificación forestal, pero en Galicia también trabajamos en pinos y en otras especies como abedules, castaños o robles", explica Marcos Estévez, técnico de FSC en Galicia, que ayer intervino en una jornada organizada por FSC en Santiago para promover la certificación forestal. Montes de gestión pública La mayor parte de la superficie forestal certificada se corresponde en Galicia con montes gestionados por la Xunta de Galicia a través de convenios o consorcios con comunidades de montes vecinales. De las 180.000 hectáreas certificadas en la comunidad, alrededor de 100.000 hectáreas son montes de gestión pública con el sistema PEFC. Las otras 80.000 hectáreas se reparten entre montes vecinales y pequeños propietarios particulares, 55.000 hectáreas en el sistema PEFC y 29.000 en el FSC.
Galicia es la quinta comunidad del Estado en hectáreas certificadas
Los grupos de gestión forestal promovidos por las asociaciones de propietarios forestales y por las industrias experimentaron un especial impulso en los últimos años, con casos en los que incluso se promueve la doble certificación PEFC y FSC. En PEFC se pasó de unas 100.000 hectáreas certificadas en el 2009 a unas 155.000 en la actualidad, en tanto en FSC de las 2.000 hectáreas certificadas en el 2009 se llegó a las 29.000 del 2015. Galicia es la segunda comunidad en certificación FSC en España, sólo por detrás de Andalucía. Ranking español En global, en la suma de las hectáreas certificadas con PEFC y FSC, Galicia se sitúa en el ranking español como quinta comunidad, con un 12% de su superficie arbolada bajo sistemas de control. En España, sobresale el caso de Castilla y León, con alrededor de un 40% de su superficie forestal certificada, un porcentaje similar a la marcada en 2009 como objetivo para Galicia por la patronal gallega de empresas de la madera, Confemadera Galicia, que considera insuficientes los avances experimentados en los últimos años, sobre todo en cuanto a la certificación de montes de gestión pública. Cadena de custodia Los sistemas PEFC y FSC, además de auditar la gestión del monte, también operan a nivel industrial de cara a garantizar la trazabilidad de la madera empleada. En Galicia, hay 199 industrias que cuentan con el certificado PEFC y otras 114 que disponen del certificado FSC para la cadena de custodia.

El Parlamento pide regular las nuevas plantaciones de eucaliptos 

La Comisión de Agricultura del Parlamento de Galicia aprobó hoy con los votos del Grupo del Partido Popular una iniciativa que insta a la Xunta de Galicia a “reglamentar las nuevas plantaciones de eucaliptos en terrenos forestales, para que, de una manera ordenada, se pueda aprovechar este recurso”. Ángel Camino Copa, el diputado del Partido Popular que defendió esta proposición no de ley, reconoció que la LeI de Montes no se está aplicando en lo relativo a las reforestaciones y nuevas plantaciones de eucaliptos. En concreto, advirtió de que “en ayuntamientos de la provincia de Lugo, se está observando en estos últimos tiempos una proliferación importante de plantaciones de eucaliptos en zonas en las que antes no existían, con un cambio en el entorno y en el paisaje que, según consideramos, no debería producirse, y para lo cuál sería necesaria impulsar una regulación precisa”. Prohibir las plantaciones de eucaliptos en la Montaña de Lugo y en la provincia de Ourense Para eso, defendió “una ordenación en el territorio de este recurso, que compatibilice esos intereses económicos con los usos del territorio y el paisaje, llegando incluso a prohibir las repoblaciones de eucaliptos en aquellos ayuntamientos para los que no existan modelos silvícolas orientativos -la Montaña de Lugo y la provincia de Ourense- al fin de promover y asegurar la demanda que los mercados gallegos necesitan de otras especies (roble, castaño, pino,...), aunque su rendimiento no sea a corto plazo”. Sin embargo, el texto aprobado rebaja sensiblemente esta demanda y se limita a pedirle a la Xunta que “regule las nuevas plantaciones de eucaliptos”, sin hablar de prohibición.
El eucalipto pasó de ocupar el 2,79% de la superficie forestal en los años 80 a más del 20% en la actualidad
El diputado popular recordó que, según los datos del último inventario forestal 2008-2010, de los 1,4 millones de hectáreas forestadas que tiene Galicia, 288.000, el 20,57%, están con eucalipto. En el inventario 1986-1990 esa especie ocupaba solamente el 2,79% de la superficie forestal gallega y en el siguiente inventario ya ocupaba el 12,27%. La oposición critica que la iniciativa no resuelve el problema La oposición votó en contra la de la proposición no de ley del Grupo Popular por considerar que resulta ineficaz y no resuelve la problemática de la expansión del eucalipto, fundamentalmente a tierras agrarias. Para Tereixa Paz, del BNG, “la única regulación posible del eucalipto es la que establezca que no se extienda más en el territorio gallego, que no haya dependencia de ENCE y que ordene la desaparición de los eucaliptos en tierras con aptitud agraria”, unos argumentos con los que coincidieron los portavoces de AGE y del PsdeG-PSOE. AGACA propone que cooperativas y sindicatos denuncien los casos de forestación de tierras agrarias Por otra parte, el gerente de AGACA, Higinio Mougán, planteó hoy durante unas jornadas sobre el sector lácteo la posibilidad de una acción coordinada entre distintas organizaciones del sector, como cooperativas y sindicatos, para denunciar los casos de forestación que les comuniquen. La propuesta surgió en vista de la necesidad de más SAU para las explotaciones ganaderas y de que se está detectando un problema de forestación de tierras agrarias, fundamentalmente con eucaliptos. Además, desde AGCA se percibe que no hay iniciativa pública de la Xunta para actuar de oficio ante unas ilegalidades que, en el contexto del rural gallego, es complicado que sean denunciadas por un ganadero ya que supondría un enfrentamiento directo con sus vecinos infractores.