En una década han duplicado la producción y profesionalizado la gestión para ganar en eficienciaDe forma paralela, la granja fue tecnificándose hasta convertirse en una moderna explotación dotada con sistemas de toma de datos, pero que conserva en uso todavía construcciones con más de 50 años de antigüedad, que han ido adaptándose y modernizándose. “Aprovechamos todo lo que había y fuimos ampliando. Aquí puede verse la historia de la ganadería en Galicia: el establo más antiguo es el que está al lado de casa y el más moderno el que está más alejado”, detalla.
Veíamos que para poder continuar en la actividad teníamos que seguir creciendo y modernizándonos“La última nave, construida en 2018, la hicimos porque veíamos que si queríamos vivir con cierta dignidad todos los que estábamos aquí metidos, tanto nosotros como los trabajadores, necesitábamos tener comodidad y confort. Y el volumen lo que te da es la capacidad de poder contratar más trabajadores y organizar turnos de otra manera”, explica. De mano de obra familiar a depender de personal contratado Pero aumentar de tamaño significa pasar a depender de mano de obra externa, algo que no abunda. “Yo creo que la dificultad para conseguir mano de obra, sobre todo cualificada, es un problema muy serio a día de hoy en las ganaderías”, reconoce. Ante esta carencia generalizada de formación entre la mano de obra disponible en el mercado laboral, apuestan por la formación y la cualificación en la propia granja. “Tienes que optar por contratar mano de obra sin cualificar y formarla tú. A nosotros aquí nos gusta hacer cursos de formación para nuestros empleados. Hemos hecho cursos de inseminación, de manejo de terneras, de técnicas de ordeño. Aquellos aspectos que tenemos interés en mejorar buscamos a alguien que sepa realmente del tema para que nos forme aquí en la propia explotación, para que sea también una formación adaptada a las condiciones que tenemos aquí en la granja”, cuenta.
Solemos hacer cuatro o cinco cursos de formación al año en la propia explotación para mejorar en distintos aspectos que consideramos necesariosManuel reconoce que no es habitual en el sector ver este tipo de iniciativas pero él considera la formación como un aspecto básico para mejorar el funcionamiento de su granja. “Es cierto que muchas veces tienes la sensación de que estás formando a gente que a lo mejor dentro de poco se te marcha, pero por eso no vas a dejar de formarla. Para mí es una satisfacción ver como evolucionan de forma positiva nuestros trabajadores”, argumenta. Tecnificación de la granja para reducir necesidades de personal Junto a la formación continua, la estabilización del personal es otra de las prioridades de esta explotación. “Este es un trabajo monótono, de sábados, de domingos y de festivos y hay que lidiar con todos esos inconvenientes”, admite. En este momento esta ganadería cuenta con 5 empleados además de Manuel y se han apoyado en la mejora de las instalaciones para poder ganar calidad de vida. “Estuvimos estudiando las distintas tecnologías que había disponibles y que nos podían permitir modernizar la granja y al final nos quedamos con las que nos podían permitir ser más eficientes y hacer el trabajo de forma más cómoda. Tal como tenemos hoy la explotación, dos personas son suficientes para atender el día a día de la granja”, indica.
Hay una necesidad evidente de mano de obra en las explotacionesEsas dos personas no necesariamente tienen que ser las mismas por la mañana y por la tarde. De hecho, en Finca Cabreira trabajan con un sistema de turnos de mañana y tarde que permite a sus trabajadores realizar jornada continua y librar dos días a la semana, bien jueves y viernes o sábado y domingo. Paso de tres a dos ordeños
Hicimos una apuesta por las calidades al pasar de entregar a Leche Celta a hacerlo a EntrepinaresCon la vuelta a dos ordeños han perdido producción, pero han reducido también las necesidades de mano de obra de la granja. “Estábamos en 43 litros con 3 ordeños y ahora nos cuesta trabajo mantenernos en 37 litros, pero hemos pasado de un porcentaje del 3,40 de grasa a 3,80 y del 3,30 a 3,40 de proteína”, detalla. Segundo objetivo: ganar superficie agraria
Siembran 60 hectáreas a maíz en rotación con raigrás y guisante“La falta de superficie es para nosotros un condicionante. Si pudiésemos disponer de fincas útiles de tamaño grande y a poder ser cerca de la explotación nuestras condiciones de producción serían muy diferentes, pero aquí la media de superficie por finca está entre 1 y 2 hectáreas”, explica. A mayores del pequeño tamaño de las parcelas está el problema del jabalí. “Nos hace grandes destrozos, es muy desesperante”, afirma. Con esos condicionantes, no logran ser autosuficientes en materia de alimentación. “Maíz compramos algo todos los años, no mucho, pero procuramos acabar la campaña con todos los silos llenos, por lo que compramos en finca lo que nos falta para completarlos, porque eso es siempre una garantía, te da tranquilidad para todo el año. Dependiendo de la cosecha podemos comprar entre un 5 y un 15%. Este año compramos poco porque nos sobró del año anterior y al final la campaña fue mejor de lo que se esperaba y fuimos salvando”, cuenta. Uno de los motivos para no verse afectados por la sequía fue haber labrado temprano. “Somos siempre de los primeros en sembrar en esta zona; ponemos ciclos 500”, explica. Parte del trabajo agrario lo hacen ellos mismos. “Nosotros aramos y sembramos el maíz pero después contratamos todo el trabajo de ensilado. Teníamos un tractor y una serie de maquinaria que seguimos usando, pero posiblemente cuando cumpla su vida útil no volvamos a comprar otra para centrarnos en atender al ganado”, indica. Sala de ordeño de 40 puntos
Ordeñan a las 7 de la mañana y a las 6 de la tarde. Acaban en hora y mediaAl tener el ganado dividido en tres lotes y una sala de ordeño con una capacidad importante reducen la presencia de las vacas en la sala de espera. “Nuestra idea era ordeñar muy rápido para no estar molestando mucho tiempo a las vacas. En una hora y media acabamos de ordeñar las 180-190 vacas que tenemos normalmente en producción”, explica.
La maquinaria del sistema de ordeño está en un túnel bajo la propia sala para evitar que los equipos se mojen y se estropeenPara el almacenaje de la leche disponen de un tanque vertical de 30.000 litros y la maquinaria de la instalación de ordeño está en un túnel bajo la propia sala, lo que evita que las bombas se mojen, se ensucien y averíen. “Arriba sólo están las pezoneras, de esta forma evitamos que el resto del sistema se estropee. Tuvimos que hacer algo más de obra a la hora de montar la sala pero esa inversión la vamos a recuperar en la duración de los equipos”, asegura Manuel. Apoyarse en asesoramiento externo Aunque afirma que “todos los gallegos llevamos en nuestro ADN el manejo de la vaca”, Manuel es de los que se deja asesorar porque considera importante contar con apoyo externo de carácter profesional, destacando el gran nivel de los técnicos que ayudan en el día a día a las explotaciones en Galicia. Trabajan con Seragro para nutrición, calidad de la leche, reproducción y podología y de la gestión de la granja se encarga la Cooperativa Agraria Provincial de A Coruña. “Aquí cualquier cambio que se hace es consultado para que las distintas decisiones que tomamos cuenten con un aval técnico detrás”, reconoce.
Las decisiones importantes que tomamos en nuestra explotación siempre van de la mano de los técnicos que nos asesoranLos insumos los compran a la cooperativa El Plantel, ubicada en Pederne y formada por 200 socios de la comarca de Betanzos, que les proporciona también el servicio de carro mezclador. “Lo hacen de una forma rápida, económica y eficiente y es una carga de trabajo que estamos delegando en ellos y que nos permite a nosotros tener más tiempo para centrarnos en otras cosas”, argumenta. En vacas de producción tienen tres lotes: postparto, vacas adultas y primerizas. “Jugamos con alimentación diferenciada en cada uno de los lotes en función de sus necesidades y de lo que esperamos obtener, con menor ingesta y una comida más enriquecida en posparto; más ingesta en vacas adultas y menor ingesta en primer y segundo parto”, explica. Reducción del consumo energético
El sector lácteo tiene todo el futuro del mundo pero para eso las granjas deberemos superar nuevas exigencias“Es evidente que hay futuro en este sector y yo creo que este trabajo será más respetado de lo que es hoy, aunque para ello habrá que superar toda una serie de nuevas exigencias a nivel de PAC, de purines o de bienestar animal”, asegura.
La forma de trabajo en la granja fue cambiando y nos hemos ido adaptando a esta nueva tecnología que nos ayuda a tomar decisiones en el día a díaAconsejados por los técnicos que asesoran a la granja en materia de nutrición y reproducción decidieron sustituir los podómetros por collares de monitorización. “Hicimos dos grupos de animales de los cuales queríamos recibir información, por un lado preparto, vacas secas y postparto y por otro lado las novillas”, explica. “Lo que noto muchas veces en nuestra explotación es que los ganaderos nos dedicamos continuamente a apagar fuegos inmediatos del día a día, cuando deberíamos dedicarnos a tener un objetivo claro a más largo plazo. Este tipo de tecnología es útil para apagar fuegos, pero te ayuda sobre todo a tomar decisiones a más largo plazo”, valora.
Instalar el sistema integral de monitorización ha sido un cambio estratégico en nuestra granjaA nivel de gestión de la granja, la información que aportan los collares en materia de nutrición y bienestar ayudan al ganadero a tomar decisiones, por ejemplo a la hora de establecer las rutas y horarios del robot encargado de arrimar la ración o para saber si es necesario instalar sistemas de enfriamiento que reduzcan el estrés por calor del ganado. “Instalar el sistema integral de monitorización fue un cambio estratégico en la granja. Estábamos en un momento delicado, con problemas que desaparecieron bastante rápido, pero echo de menos un programa que unifique todos los datos y que lo sepa manejar todo el mundo”, concluye. Cambio de podómetros a collares Trabajan con tecnología de Allflex para la toma de datos. “Ahora mismo tenemos los collares en los grupos más críticos, que son vacas que se van a secar, vacas secas, postparto y celos de novillas, pero nuestra idea es ir sustituyendo los podómetros, a medida que se vayan gastando, por collares”, avanza.
En novillas los collares los usamos para detectar celos y en vacas secas para evitar posibles patologías“La ventaja del collar es que es más eficiente en detección de celos y nos da información adicional que el podómetro no nos da, por ejemplo en rutinas de grupo, ingesta, tiempo de descanso, rumia, que combina en forma de gráficas muy fáciles de entender y que permiten tomar decisiones en el día a día”, destaca. “En las novillas los collares los queríamos básicamente para detectar celos, porque aunque ya estábamos trabajando con podómetros, nos obligaba a que el animal tuviese que pasar por un punto en concreto para descargar la información”. El receptor estaba situado en uno de los bebederos, pero al disponer de más de uno, se creaban distorsiones en la detección, algo que los collares solucionan, porque no trabajan con la necesidad de que el animal pase por un lugar en concreto”, explica. Datos dos meses antes del secado selectivo En cuanto a las vacas en lactación, empiezan a tomar datos dos meses antes del periodo de secado. “Dos meses antes del secado el software va cargándose de datos y facilitándonos información”, indica. “En las vacas secas no teníamos ninguna información de ellas más que el ojo del ganadero y muchas veces cuando nos dábamos cuenta de que había un problema ya era una patología avanzada que requería en algunos casos el uso incluso de antibióticos, por lo tanto, para nosotros era fundamental tener datos de este lote de vacas secas”, insiste. En esta explotación de Irixoa realizan secado selectivo, con lo que han reducido considerablemente el uso de antibióticos. “Seragro nos envía mes a mes las directrices sobre qué vacas secar y con qué y no tenemos habitualmente problemas, aunque el verano pasado sí notamos el estrés por calor en el ganado y nos estamos planteando instalar ventiladores, porque tuvimos pérdidas de ingesta y producción, bajó la fertilidad y las mamitis clínicas se dispararon”, reconoce. En el lote de vacas secas, donde los animales pasan un máximo de dos meses, están también las novillas próximas al parto. Tras parir pasarían al lote de posparto, con capacidad para 40 animales. “Son las vacas que tenemos que vigilar más y también son las que ordeñamos primero y a medida que van entrando vacas paridas vamos sacando las que llevan más tiempo”, explica. Detección precoz de enfermedades postparto “Antes de disponer de los collares el seguimiento a las vacas paridas era manual. “Cogíamos a todas las vacas que parían y las mirábamos cada dos días, cubriendo a mano una tabla con información sobre su estado de salud, lo que suponía mayor carga de trabajo y menor fiabilidad de los datos, al depender de la subjetividad del observador. Nos surgían dudas sobre si la vaca rumiaba o no y sobre si las heces estaban bien o no”, ejemplifica. “No era una información objetiva y no nos permitía tener un criterio claro de cuándo llamar al veterinario o no”, indica. “Ahora podemos centrar nuestra atención únicamente en los animales que realmente lo necesitan, porque el software nos saca un listado de las vacas que tienen algún problema. Al resto de las vacas ni las molestamos. Llamamos al veterinario sólo para que venga a ver ese animal en concreto y lo que hacemos es revisar con el veterinario delante del ordenador toda esa información y esos datos del estado del animal que nos aporta el sistema antes de ir a ver a la vaca y diagnosticar la enfermedad y si es pertinente darle un tratamiento. Muchas veces el programa te está dando alertas antes de que la vaca manifieste síntomas o una bajada de la leche, como ocurría antes, y en ese momento con un tratamiento preventivo estamos evitando ya el problema”, valora. Tras aplicar el tratamiento necesario, el sistema permite también realizar un seguimiento y comprobar la evolución día a día del animal. “Eso nos aporta una gran satisfacción, de ver que esa vaca ha sido cogida a tiempo y hemos podido salvarla”, razona. Mejora de los índices reproductivos Con 220 vacas y 175 novillas, la mejora de la fertilidad del rebaño era otro de los objetivos de esta explotación con la instalación de tecnología de monitorización del ganado. “Los collares, frente a los podómetros, nos han permitido una mayor detección de celos y una mejora en materia de fertilidad. Lo más importante es que nos dice cuál es el momento óptimo de la inseminación, algo importante al utilizar semen sexado, que son dosis de toros de alto valor genético y con un coste elevado”, aclara Manuel.
Los collares te dan más seguridad a la hora de utilizar semen sexadoEn el establo construido por sus suegros en 1997 tienen el lote de primerizas, con 70 animales, y las novillas, divididas en dos lotes: las que están para inseminar y las ya preñadas. Colocan los collares para detectar el celo en novillas de cara a la primera inseminación, que realizan a los 12 meses si el animal cumple las condiciones corporales necesarias, situándose la media de la granja al primer parto en 21 meses. “Los collares nos ayudaron a mejorar bastante en ese aspecto”, asegura. Programa de genómica
Ponen semen sexado en la mayor parte de las novillas, salvo las descartadas tras el test genómico, y en el 40% de las vacas“Pensamos que este programa nos va a permitir un avance muy rápido, porque te centras solo en aquellos animales que te interesa, descartando el resto, permitiéndonos corregir errores que la genómica te identifica y que a lo mejor no eras capaz de ver con el pedigree. Ahora solo usamos semen sexado y de carne y podemos optar a toros de élite que solo entran en este programa”, destaca. Rentabilizar los machos En la antigua sala de ordeño han habilitado un espacio para tener los machos de cruces cárnicos con azul belga. “Estas dosis cuestan tres veces más que una dosis normal de azul belga pero son animales que en cebadero tienen un comportamiento superior a los otros en conversión cárnica, unos 300 gramos al día más de ganancia de peso. Tenemos ya dos cebaderos interesados en trabajar con nosotros”, indica.
Los machos son encalostrados y reciben los mismos cuidados que las hembras, no hacemos distincionesSu intención es poder comercializar directamente sus machos, mediante acuerdos estables con estos cebaderos, ofreciéndoles animales con un óptimo crecimiento y que esto redunde también en unos mayores ingresos para la granja. “Estamos analizando cual es el mejor momento para la salida de los animales, tanto para el cebadero como para nosotros, y posiblemente sea después del destete. Haríamos esa labor al cebadero”, añade. Los machos son encalostrados y amamantados con los mismos protocolos que las hembras, sin hacer distinciones en los cuidados. “Hemos trabajado con Xesga en un procedimiento serio de desinfección de los boxes que nos ha obligado a hacer alguna inversión en cañones de espuma y cada 3 días se cambian todos los calderos, se desinfectan y quedan colgados del revés para que sequen. Procuramos ser metódicos pero con un sistema muy simple para que se haga y se cumpla”, indica. Pasteurizador para el calostro y la leche
Disponen de calostro congelado que aplican con sonda (4 litros) a las terneras recién nacidasTienen también un taxi que pasteuriza la leche para suministrar a las terneras a la temperatura y condiciones higiénicas idóneas, así como lavavajillas para los biberones una vez realizada cada toma. A los tres meses empiezan a destetar. “Tenemos un procedimiento bastante claro para todo el proceso de amamantado, identificando las tomas con cintas de color verde (un biberón de 3 litros por la mañana y por la tarde), azul (un biberón de 4 litros por la mañana y por la tarde), de nuevo verde y finalmente amarillo (un biberón de 3 litros solo por la mañana) previo ya al destete”, detalla. Realizan el proceso completo de recría en la propia granja, para lo que han tenido de reformar distintas naves, tanto antiguos establos como almacenes y otras dependencias para acoger a los animales con la mayor comodidad posible. “La recría requiere espacio”, afirma Manuel. Ese será el próximo objetivo de Finca Cabreira.
‘Soy ingenier@… Y ahora que?’. Ese era el título de una de las mesas redondas de la Semana Forestal organizada en la Escuela de Enxeñería Forestal de Pontevedra y es también una de las inquietudes más frecuentes entre los estudiantes del grado. Conversamos sobre las salidas profesionales de la carrera con Verónica Santiago Corral, una de las ingenieras participantes en la mesa redonda, y con Carmen Becerra Pereiro, estudiante de último curso de la Escuela y presidenta de la delegación de alumnos que organizó las jornadas.
– Comencemos hablando sobre que fue lo que os encaminó en su día a los estudios de Ingeniería Forestal.
Verónica: Cuando tuve que decidir qué estudiar, lo que más me atrajo en un inicio de la profesión es que te permite estar en contacto con el medioambiente, desarrollar proyectos en el monte, al aire libre, que era algo que personalmente me gustaba.
Carmen: Yo cuando acabé Bachillerato, la verdad es que quería estudiar Enfermería, pero como no me dió la nota, al final opté por hacer un ciclo formativo de salud ambiental, que era algo que iba encaminado a la cuestión sanitaria, pero también al medioambiente, que era algo que me gustaba en mi tiempo libre. Después de hacer ese ciclo, acabé tirando más por el lado ambiental. El hecho de poder trabajar en contacto con la naturaleza me parece muy atractivo.
– La Ingeniería Forestal ofrece a grosso modo dos orientaciones profesionales, una más ligada al mundo forestal y otra más a la parte industrial. ¿Cuál es la tendencia entre el alumnado?
Verónica: En mi promoción, prácticamente todas las personas fuimos por la parte forestal, no sé si porque veíamos que podría haber trabajo más inmediato, pero lo cierto es que la parte de la industria no resultaba tan llamativa. También porque de aquella la industria se relacionaba más con la contaminación ambiental, que es algo que no atrae de inicio, pero que al final precisamente puede ser lo contrario. Tú puedes entrar en la industria para mejorar esos procesos que ahora tienen impacto en la sociedad.
Carmen: En la actualidad la situación es la misma. La mayoría del alumnado opta por la parte más forestal, pero mucha gente es consciente de que probablemente acabe trabajando en la industria, que es donde estamos viendo que en estos momentos hay más demanda de trabajo. A la hora de estudiar, quizás la parte de explotación forestal resulte más interesante o más fácil.
– En los últimos años cobraron importancia los posgrados, como complemento al grado de Ingeniería. ¿Cómo os planteáis esa opción en la actualidad, Carmen, y cómo era esa opción cuando tú estudiaste, Verónica?
Verónica: Cuando yo estudié, un camino tradicional era completar la formación de Ingeniería Tecnica Forestal con la licenciatura en Ingeniería de Montes, pero yo me quedé con la Ingeniería Forestal. Me planteé hacer Ingeniería Industrial, pero después llegué a la conclusión de que no era mi camino. Sí cursé asignaturas de industriales para formarme en la parte mecánica, e hice un master en dirección de recursos humanos, además de formarme en seguridad laboral.
Carmen: Hoy en día todos somos conscientes de que tras acabar, vamos a tener que mantener una formación continua porque la evolución tecnológica y digital nos va a obligar a eso. Partiendo de esa base, hay gente que quiere acabar el grado de Ingeniería y ya ponerse a trabajar, y hay personas que se plantean estudiar un master, bien el tradicional de Ingeniería de Montes u otros más específicos, ligados con la digitalización, la programación informática u otras líneas.
– ¿Cuáles son en la actualidad las perspectivas laborales de la profesión y cómo eran cuando tú acabaste en el 2002, Verónica?
Carmen: Todo el mundo nos dice que hay mucho trabajo, pero al final nosotros tampoco sabemos muy bien dónde tenemos que buscarlo porque si miras en Infojobs, salen dos ofertas y te piden x años de experiencia. Pero la gente del sector te dice que hay trabajo. Hay también estudiantes que tienen salidas claras, bien porque tienen un aserradero en la familia o porque se quieren enfocar a buscar trabajo en una empresa concreta.
Verónica: En mi época, el tema laboral prometía muy bien, pero éramos más de un centenar de personas por clase. El director de la Escuela de aquella nos decía que nos iban a venir a buscar, pero la realidad fue que nos cansamos de esperar. Yo por mi parte, al ser de Ferrol, una ciudad orientada al naval, no tenía en mi entorno perspectivas de trabajo forestal. En aquel momento hice una formación en delineación, que me abrió las puertas a trabajar en ingeniería y me sacó un poco del forestal tradicional.
Al final, mi camino fue entrelazando la parte de la industria con la del medioambiente. En la parte profesional, siempre tuve la inquietud de hacer cosas diferentes, me van los retos, no estar toda la vida haciendo una misma tarea, sino avanzar.
– Verónica, tu trayectoria profesional es singular, ya que trabajas en un puesto que a priori poca gente relacionaría con la ingeniería forestal. Explícanos qué haces.
Verónica: Soy la coordinadora de responsabilidad social empresarial (RSE) de Teiga TMI (ahora dentro del grupo Voltan, y ganadora del premio pyme RSE 2021 nacional de la Camara de Comercio), que es una empresa de montaje mecánico y eléctrico que opera con distintas industrias (energética verde, alimentaria, gas&oil, entre otras). Desarrollo la parte ambiental, con proyectos de RSE, y coordino áreas de calidad, medioambiente y seguridad laboral. Es un trabajo con múltiples facetas, participo en la parte de I+D+i, gestiono la parte social y laboral de los trabajadores…
– Eres ingeniera, pero en definitiva, tus funciones van mucho más allá.
Verónica: Sí, porque yo detecté en lo que soy buena. Soy buena coordinando, desde montar un proyecto de I+D+i hasta coordinar la presencia en una feria y ponerme en detalle con el stand, puedo estar con todo.
Carmen: Para mí lo más difícil es encontrar en qué eres buena, y que además te guste, porque al final hace el trabajo mucho más fácil.
Verónica: Esa es la clave. En mi caso, tardé muchos años en saber lo que se me daba bien. Lo hacía de manera consciente pero no sabía explicitarlo. Si averiguáis en qué sois buenas y lo explotáis, de ahí al infinito.
– Carmen, ¿y a ti en que área te gustaría trabajar en el futuro?
Carmen: Yo estoy en un punto en que todas las asignaturas de la carrera tienen partes que me gustan, entonces no estoy cerrada a nada. Por ejemplo, ahora estoy haciendo el trabajo fin de grado sobre sistemas Lidar y teledetección, con una parte informática que me gusta. También me gusta el trabajo en el campo de los incendios forestales, y en industria hay aspectos que me atraen y no cierro puertas. Pienso que es algo positivo.
– Una última cuestión, los estudios de Ingeniería Forestal atraen en general a un porcentaje mayor de hombres que de mujeres. ¿Cómo veis ese panorama?
Carmen: Pasa en todas las ingenierías, pero es una situación incluso más acusada en otras que en la Forestal. Quizás tengamos interiorizado que es una profesión más masculina, no sé el porqué.
Verónica: Es un debate que tenemos siempre. Cuando hablas de altos cargos en el mundo de la ingeniería forestal, normalmente siempre son hombres. Entonces, no se identifica a la mujer como una profesional de éxito en este campo.
Carmen: De hecho tengo compañeras que tienen esa preocupación: ‘Voy a salir de aquí con veintipocos años y voy a ser mujer en un sector mayoritariamente masculino y con clientes que, en algunos casos, van a tener una mentalidad digamos de antes. ¿Me van a tomar en serio?, ¿voy a llegar y poder decir lo que hay que hacer?’.
Verónica: También hay que incidir en que toda esta situación está cambiando gracias a iniciativas como el programa ElasXeranSector, en el que yo misma participo. La iniciativa fue promovida por la Axencia Galega da Industria Forestal y está facilitando que mujeres referentes del sector se visibilicen como profesionales de éxito. Esperamos que así sea más fácil atraer nuevas vocaciones.
La Escuela de Enxeñería Forestal de Pontevedra acogió días atrás un ciclo de conferencias, talleres y mesas de debate bajo el paraguas de la Semana Forestal, organizada por la delegación de alumnos en colaboración con el propio centro.
La Semana Forestal abordó los distintos campos de trabajo de la profesión, así como las salidas profesionales que ofrecen los estudios de Ingeniería Forestal. Durante las jornadas, quedó claro el gran abanico de campos en los que puede trabajar un ingeniero forestal. A la hora de buscar personal, los profesionales que participaron destacaron que más allá de los currículos académicos, las empresas se fijan en cuestiones como los intereses de la persona, su trayectoria o la proactividad que demuestre.
Las jornadas contaron con la intervención de numerosos profesionales del sector privado y también del sector público, pues participaron representantes de la Consellería de Medio Rural y por parte de XERA, Axencia Galega da Industria Forestal, hubo colaboración de la iniciativa #ElasXeranSector, que trata de visibilizar el papel de la mujer en el mundo forestal.
La formación en apicultura no es un ciclo formativo que esté regulado en España, en otros países síY ya por último, hacer alguna estancia con algún apicultor profesional. La gente pide cursos de perfeccionamiento y mucha práctica y eso no existe. La formación en apicultura no es un ciclo formativo que esté regulado en España, en otros países sí. Yo lo que le recomiendo a esa gente es que se saque un billete de avión e irse a visitar explotaciones profesionales y a trabajar gratis y ahí es donde se van a curtir y tener esa práctica que están buscando. Los cursos son clases teóricas y haces algunas prácticas, pero no estás en el día a día de una explotación apícola. Esa sería la última fase que debería hacer una persona que se quiera formar de verdad para vivir de las abejas, viajar todo lo posible y ver las distintas formas de hacer apicultura que existen. – Eso ha sido precisamente lo que tú has hecho, con estancias en Francia, Inglaterra y Suecia. ¿Hay mucha diferencia de la apicultura que se hace aquí a la que se hace en otros países? – Sí, hay bastante diferencia: tipos de colmenas empleadas, floraciones diferentes, materiales distintos. Es que prácticamente todo es diferente. Me llamó la atención la cantidad de maneras que hay de hacer la misma cosa y como los apicultores se han ido adaptando a su zona y son capaces de sacarle partido a cosas que a lo mejor de primeras parecen imposibles.
En Suecia, donde el clima es muy complicado, supieron adaptarse a esa circunstancia y logran sacar tantos kilos de miel como nosotrosSon países muy diferentes, imagínate en Suecia, donde el clima es muy complicado, pero luego estás allí y ves que también sacan miel, y hacen tantos kilos como nosotros en muchos casos. Se adaptan los materiales y los tamaños, el papel de la selección genética, que es muy importante, pero al final la gente logra sacarle partido a las condiciones que tiene, y eso es lo que más me impresionó. Por eso lo que hay que hacer es conocer todas esas realidades y formas de trabajar y adaptarlas a nuestra zona, pensando qué podemos aprovechar y qué no. – En el curso de iniciación que impartiste este otoño en Monforte asegurabas que tan importante es conocer a las abejas y a las colmenas como el entorno en el que las vas a poner. – El entorno botánico es clave para planificar tu temporada, no es lo mismo estar en una zona de costa llena de eucaliptos que estar en una zona de alta montaña con monte más raso, los tiempos para los distintos trabajos y tratamientos son diferentes. Conocer en qué entorno te encuentras te ayuda a saber por ejemplo cuando dividir, poner alzas o tener que alimentar. – ¿Qué recomendación darías para la elección del emplazamiento? – Una genérica sería que su exposición sea sur-sureste; que tenga zonas de sombra cuando el sol está en su punto más alto, sobre todo en verano, algo importante tanto para las colmenas como para el apicultor; que no sea un terreno encharcadizo pero que tenga fuentes de agua próximas, como un río o un arroyo; que tenga acceso fácil con vehículo hasta el propio colmenar, en especial se quieres tener un número importante de colmenas.
No es lógico poner tus abejas del lado de las del vecino, aunque desde el punto de vista legislativo está permitido, pero la floración es la que es y tocaremos a menos– ¿Y en cuanto a la configuración del colmenar? – Se están poniendo de promedio 40 colmenas por apiario, lo que nos limita no es tanto la superficie destinada a las abejas, porque las colmenas ocupan poco, como el espacio necesario para entrar y salir con el coche, donde girar con el remolque, etc. Esas cosas hay que pensarlas a la hora de instalar las colmenas. – ¿Y se debería estudiar qué otros apicultores hay en la zona o cuántas colmenas hay ya instaladas? – Efectivamente, si un vecino tiene las colmenas en un lugar lo lógico no es poner las tuyas en la finca de al lado, aunque desde el punto de vista legislativo está permitido, pero obviamente la floración es la que es y si saturamos una zona tocamos a menos. Pienso que en Galicia hay monte de sobra como para repartirlas un poco más.
Hay zonas que están ya muy saturadas y eso es preocupante. En Galicia hay monte de sobra como para repartirlas un poco más– En los últimos años hubo bastantes incorporaciones de personas a la apicultura en Galicia. ¿Consideras que aún hay capacidad para que el sector siga creciendo o piensas que ya hay zonas que comienzan a estar en cierta medida saturadas de colmenas? – Yo pienso que hay capacidad para seguir creciendo sobre todo desde el punto de vista de la profesionalización pero es cierto que hay zonas que ya están muy saturadas y eso es preocupante, porque mucha de esa saturación es debida a apicultores que a lo mejor no están ni siquiera dados de alta ni inscritos, no tienen los conocimientos para mantener las colmenas en un estado sanitario mínimo y eso afecta directamente sobre los que realmente sí que quieren tenerlas cuidadas.
Considero que se debería meter mano para controlar las colmenas que hay sin registrar y que son un foco de contaminación grandísimo porque no se encuentran en un mínimo estado sanitarioPor lo tanto, considero que sí que se debería meter mano en eso de alguna manera y hacer un control porque eso es un foco de contaminación grandísimo que afecta a esa otra gente que vive de las colmenas. Hay que recordar que es obligatorio darlas de alta, tanto para los apicultores profesionales como para los aficionados. Y tú puedes tener muy controladas a tus colmenas, pero si el vecino no las tiene hay pillaje, hay deriva, hay transmisión entre colmenares. Si el vecino está a tope de varroa aunque tú trates, estarás unos días sin varroa, pero la recontaminación es inminente. Entonces si eres profesional y te pasa eso es lógico que protestes y con razón. – Hace unos años el perfil del apicultor era lo de una persona jubilada o de cierta edad. ¿Ha ido mudando eso? ¿Cómo ves el sector a día de hoy en cuanto a relevo generacional? – Por la gente que viene a los cursos de formación, hay muchas personas jóvenes. Eso es importante porque es gente más abierta a coger los nuevos conocimientos que intentamos transmitir, porque sí que es cierto que hasta hace unos años era un sector bastante envejecido el de la apicultura en Galicia. No quiere decir que esa otra gente más mayor no sepa o no tenga experiencia, pero sí que es cierto que ya se mantienen en lo que hacen habitualmente todos los años, tienen menos ganas de aprender y aplicar nuevas técnicas o tratamientos, porque lo llevan haciendo así, de esa manera, toda la vida y no les apetece cambiar ahora. Es entendible. – ¿Es difícil vivir profesionalmente de las abejas? – No es difícil pero sí que te tienes que concienciar de que es un trabajo diario y por momentos del año también va a ser un trabajo duro y muy físico. Sí que se puede vivir perfectamente de las abejas pero no es tan fácil como a lo mejor la gente piensa. Hacen falta muchos cuidados y mucho control, mucha formación. – ¿Es más cuestión de volumen o de diversificación para conseguir ese objetivo de vivir de la apicultura? – Bajo mi punto de vista un apicultor debe considerar la diversificación, porque de las abejas se pueden sacar muchos productos: miel, polen, propóleo, material vivo en forma de enjambres y reinas. Si solo te dedicas a la miel vas a precisar muchísimas colmenas para sacar un rendimiento económico mínimo, pero si empiezas a diversificar y a cada colmena le sacas miel, polen, propóleo y por ejemplo un enjambre, ahí le estás sacando mucho más partido y de esa manera vas a poder bajar considerablemente el número de colmenas necesarias.
Se puede vivir perfectamente de las abejas, pero si solo sacas miel vas a necesitar muchísimas comenas; si diversificas con polen, propóleo y venta de enjambres o reinas reduces considerablemente el número de colmenas necesarias para obtener un rendimiento económico mínimo– Cuestiones como la selección y la mejora genética, ¿están al alcance de un pequeño apicultor o es algo reservado únicamente a apicultores profesionales? – Todos sin quererlo seleccionamos cuando dividimos. Cuando escoges una colmena para dividirla y desprecias a las demás ya estás seleccionando. La selección al fin y al cabo es suprimir lo que no nos interesa, por lo tanto está al alcance de cualquiera. Otra cosa es la inseminación instrumental, para lo cual ya se precisa mucha más formación, mucha experiencia y mucha práctica, pero lo que es seleccionar un pequeño apicultor lo puede hacer. Sí que es cierto que conocimientos básicos de genética no hay mucha gente que los tenga, de genética en abejas, que no es lo mismo que en otros seres vivos. – ¿Y bajo qué criterios, según tu punto de vista, se debería seleccionar en Galicia? – Como tenemos que comer, el primer criterio tiene que ser el de la producción, lógicamente. El segundo criterio podría ser la sanidad, en general colmenas que sean muy limpiadoras y muy higiénicas, que tengan esa capacidad, y el tercero, por cuestión de manejo, miraría la mansedumbre. Y también es muy importante aquellas colmenas que no enjambren. Serían los cuatro criterios a tener en cuenta, bajo mi punto, de vista, para la selección de las colmenas a multiplicar. Hay muchos más, pero como principales me quedaría con esos cuatro.
Hay ciertos tratamientos que no están permitidos legalmente en España a día de hoy y la gente los está utilizando igualmente– La varroa sigue siendo uno de los principales problemas sanitarios. En los últimos años están surgiendo avances en cuanto a tratamientos. ¿Cuesta que la gente se decida a aplicarlos? – Sí, cuesta y sobre todo hay un problema grande porque hay ciertos tratamientos que no están permitidos legalmente en España a día de hoy y la gente los está utilizando, en muchos casos sin formación, por lo que está poniendo en riesgo su salud por un lado y a sus abejas por otro, porque si tú compras un producto que no está certificado, que no está acreditado por la Agencia del Medicamento para usar en abejas, en este caso te estás poniendo en riesgo tú y tus abejas. Luego también hay muchos productos que hay que valorar en qué concentraciones se están vendiendo ilegalmente en tienda, porque nadie te garantiza que sea la idónea. Por el contrario, cuando aplicamos un tratamiento que está etiquetado y que está autorizado por la Agencia del Medicamento para abejas tú sabes que la concentración que aparece en el prospecto es la concentración que trae, por tanto no tienes más que seguir esas indicaciones y sabes que lo estarás haciendo correctamente. Pienso que falta concienciación sobre lo que podemos provocar en las colmenas si aplicamos un tratamiento sin control y nos equivocamos en cuestiones como la dosificación. Los nuevos tratamientos, sobre todo los que hay ahora en ecológico, los hay que saber aplicar, no sirve decir los aplico como leí en internet. Hay que saber cuándo aplicarlos y cómo aplicarlos para que sean efectivos. En cuyo caso sí que funcionan bien.
Está claro que la velutina ha venido para quedarse. Cuanto antes aprendamos a manejarla mejor para todos porque erradicarla va a ser ya imposible– En cuanto a la avispa velutina, ¿consideras que es una plaga incontrolable ya y que tenemos que aprender a convivir con ella? – Está claro que la velutina ha venido para quedarse. A día de hoy no está aún en toda Galicia pero es solo cuestión de tiempo. Entonces, con la velutina cuanto antes aprendamos a manejarla mejor para todos porque va a ser imposible ya erradicarla de nuestro medio ambiente. De momento en alta montaña es un problema que no tenemos pero alguna que otra ya empezamos a ver, es cierto que no tienes la carga que hay en la costa, pero pienso que es cuestión de tiempo que nos afecte también. – ¿Qué consejos darías a aquellos otros apicultores que la están sufriendo en mayor medida? – A día de hoy tenemos básicamente tres cosas para combatirla y reducir sus efectos en los colmenares: tenemos el trampeo, tenemos las arpas eléctricas y tenemos los frontales que se ponen en la piquera. No queda más que seguir investigando e ideando nuevos métodos. Líneas futuras como la de las feromonas que atraigan a los machos, por ejemplo, para impedir que fecunden a las reinas, son líneas interesantes.
Desde Monforte se imparten los cursos de Aptitud Empresarial Agraria en la modalidad de teleformación para más de 400 alumnos de toda Galicia– ¿Qué papel consideras que deberían tener los Centros de Formación y Experimentación Agroforestal en la formación agraria en Galicia? – En el CFEA de Monforte de Lemos en concreto nos dedicamos a dar los cursos de Aptitud Empresarial Agraria en teleformación a unos 400 alumnos cada año, es la sede central, por así decirlo, para toda Galicia con ese cometido específico. Es básicamente a lo que nos dedicamos en Monforte, pero en otros CFEA también tienen ciclos de FP, tanto medios como superiores, en ámbitos como el agrario o el forestal. Me parece que debería concentrarse la formación agraria en este tipo de centros porque tienes la infraestructura y la explotación, por lo que considero que se debería incrementar el papel protagonista de los CFEA en la formación agraria y dejar para los institutos otro tipo de formación.
En caso de incumplimiento del registro de la jornada laboral las sanciones van desde los 626 euros a los 6.250A las dificultades para encontrar personal, recurrentes en la mayoría de las granjas, se añade ahora el hecho de tener que cuadrar los horarios y tener en cuenta cuestiones como los periodos de descanso, que se hacen difíciles de cumplir en momentos como las campañas de ensilado o siembra o incluso por problemas sobrevenidos dentro de la propia jornada laboral común (las vacas no son máquinas que se puedan apagar a una determinada hora e incluso a alguna puede que hasta le dé por ponerse a parir justo cuando teóricamente finalizaría la jornada laboral). En muchos casos, pues, el cumplimiento estricto del Real Decreto de control horario hizo aumentar las necesidades de personal en las explotaciones. Es el caso de la SAT Os Penedos, ubicada en una de las parroquias más lecheras de Galicia, la de Álvare, en el ayuntamiento de A Pastoriza. Esta explotación familiar, formada por 5 socios trabajadores, contaba hasta ahora con un empleado, que reforzaron con otro a mayores para poder cumplir con las exigencias de la nueva normativa. "Tuvimos que hacerlo para ajustarnos a la jornada laboral, porque no solo cuentan las horas efectivas de trabajo que se realicen en el día, sino que también hay que tener en cuenta los periodos mínimos que deben pasar entre una jornada y la siguiente", explica Manolo Eiros, uno de los miembros de la SAT. "Tienes que cumplir con los descansos, los empleados tienen que tener un mínimo de 12 horas de descanso entre la hora de salida y la de comienzo y eso a veces es difícil en este sector", añade su cuñado Manuel Penedo, también socio de la explotación. "Esto es igual que los camioneros, vamos a tener que ponerles tacógrafo a los trabajadores en las granjas", bromea. Jornada continua SAT Os Penedos quiere hacer las cosas bien y cumplir con las nuevas exigencias legales. "Si te dicen que hay que ir por aquí hay que procurar ir lo más recto posible", defiende Manolo. Con la incorporación del segundo empleado quieren hacer turnos de trabajo, de manera que uno de ellos trabaje por la mañana y el otro por la tarde y organizarlos en función de los horarios de ordeño, que hacen a las 7 de la mañana y a las 6 y cuarto de la tarde. Aunque la obligación de fichar no afecta a los socios de la SAT, que quedan excluidos expresamente del deber de control horario en el propio Real Decreto, esas mejoras en las condiciones laborales las quieren tanto para el personal contratado como para ellos mismos. "Queremos seguir creciendo hasta que nos permita vivir con unas jornadas laborales como las que hay en otros sectores. Es la única manera de que la gente se anime a seguir. En nuestro caso, aquí en esta explotación hay relevo, pero si las condiciones son peores que las de los otros sectores tarde o temprano estás condenado a cerrar porque la gente se cansa", razona.
"Los empleados, para que te duren, tienes que cuidarlos", dice Manolo.Los turnos de trabajo y descanso que tienen les sirven para librar como mínimo un día a la semana. "Descansamos un matrimonio el sábado y el otro el domingo, vamos rotando y cuando te toca librar el sábado libras también el viernes por la tarde", explican. "Los trabajadores libran como nosotros, el mismo número de días, porque lo que no quieras para ti no se lo pongas al empleado. Los obreros para que te duren tienes que cuidarlos", asegura Manolo. Mejora de las instalaciones
Emplean cama fría de compost para algunos de los lotes de recría y paja para las secasEn el caso de la recría, las condiciones del suelo son distintas para cada uno de los cinco lotes en los que la tienen dividida en función de los espacios de los que disponen para ellas. Así, las terneras pequeñas están hasta el destete, mientras están en la amamantadora, en paja, que cambian cada 3 días. Entre los 3 y los 8 meses pasan a cama fría de compost, con buenos resultados. "Solo tuvimos una cojera desde hace un año y eso sin sulfatar ni baño de pies ni nada. El compost funciona bien, pero tenemos excesiva carga de animales para el espacio que tenemos y no seca tan bien, sobre todo en invierno", reconocen. Después pasan a arena reciclada y más tarde, entre los 13 y los 15 meses están en colchoneta. "Es un sistema que no me gusta nada y no recomiendo a nadie", dice Manolo. De los 15 meses al parto pasan nuevamente a cama fría de compost, que fresan todos los días. Ajustar el tamaño de la explotación al personal disponible
Para poder aumentar su producción gastaron 150.000 euros en cuota, que fueron comprando hasta multiplicarla casi por diezEl crecimiento fue una constante en esta granja desde que constituyeron la SAT hace ya 20 años. "Antes ordeñábamos 40 vacas. En el 98 hicimos la sociedad y el primer establo para 92 vacas. Luego fuimos comprando cuota de otras explotaciones para poder seguir creciendo. Nosotros teníamos 221.000 litros en el 98 cuando empezamos y acabamos cuando desaparecieron las cuotas con 2.100.000 litros después de meter más de 150.000 euros en cuota", recuerda Manolo. Una ampliación cada tres años desde el 2005
Negocian la venta de la leche en conjunto con la vecina SAT Os ForosVenden hoy un promedio de entre 240.000 y 250.000 litros al mes, que entregan la Lactalis. "Éramos ya clientes de Lauki y seguimos en Lactalis cuando el grupo Besnier compró Lauki", explica Manolo. Negocian la entrega de la leche en conjunto con la vecina SAT Os Foros. Limitados por la escasez de superficie Otro de los condicionantes con los que se encuentran para seguir ampliando es la escasez de superficie disponible en esta zona. "Estamos limitados por la propiedad, en esta zona se paga mucho la tierra", explican. Llegan a pagar hasta 500 euros por hectárea de alquiler al año por la competencia que hay entre las distintas explotaciones existentes en esta parroquia.
En Álvare llegan a pagarse 500 euros al año de alquiler por hectáreaSAT Os Penedos dispone en este monento de 80 hectáreas de superficie, 70 de ellas en rotación anual de maíz y raigrás. "Hasta ahora nos llegó la superficie que tenemos, solo compramos el concentrado y la paja para las secas y la recría", indica Manolo. Hacen ellos mismos todos los trabajos agrícolas, excepto el picado, para lo cual no disponen de la maquinaria necesaria. Ensilan en la explotación y disponen de carro mezclador propio para hacer las distintas raciones de alimentación. Elaboran cuatro distintas, una para las vacas de leche, otra para las secas y dos diferentes para la recría. "Hasta los 3 meses están en la amamantadora, a los 90 días se destetan y comen hasta los 6 meses la ración de producción. Luego les hacemos raciones específicas para ellas, una para cuando tienen entre 6 y 15 meses y otra distinta de los 15 meses hasta el parto", explica Manolo. En conjunto hacen 5 carros al día porque "a las vacas en producción les hacemos dos veces al día", cuenta.
“En los primeros seis meses del año se impartió el curso de fitosanitarios a unas 41.000 personas, cuando en un año normal son sobre 7.000"Esta situación de elevadísima demanda, sobre todo en los meses de enero y febrero, llevó a la Consellería a organizar una amplísima oferta de cursos de fitosanitarios. Sirva como ejemplo, que la Consellería en estos primeros meses del año ya atendió s 8.200 solicitudes de carnés de fitosanitarios. Y a esto tenemos que sumar las entidades colaboradoras de la Consellería que impartieron en el primer semestre cursos de fitosanitarios, sobre todo el de nivel básico, a 32.500 personas. En total estamos hablando de que en los primeros seis meses de este año en Galicia se impartió el curso de fitosanitarios a casi 41.000 personas. Las previsión para el resto del año es que esta avalancha inicial de solicitudes vaya a la baja. Esta avalancha de solicitudes llevó a un lógico retraso en la expedición del carné, a pesar de que hubo un refuerzo del personal. Ante esta situación y para agilizar los procedimientos, la Consellería autorizó la renovación automáticamente del carnet de nivel básico sin necesidad de hacer un curso, aunque también se les va a ofrecer información para la actualización de conocimientos. Y para la gente que hizo el curso de nivel básico pero aun no ha expedido el carné, con el certificado de haber superado el curso y de haber solicitado el carné puede comprar productos fitosanitarios mientras no se le expida. Esperamos que en un par de meses normalicemos la situación en los plazos de expedición. En un año normal la Consellería de Medio Rural viene expidiendo entre 6.000 y 7.000 carnés de fitosanitarios pero este año esperamos finalizarlo expidiendo más de 50.000.
“Mientras no se nos indique lo contrario, expediremos el carné a las personas que hicieron el curso en León”¿Cuando se pondrá en marcha a plataforma online de la Consellería para renovar automáticamente los carnés de fitosanitarios? Ahora para el carné básico ya no es necesario realizar un curso, como sí lo es para el de nivel cualificado. Ya está todo preparado para lanzar esa plataforma, que incluirá un curso de autoavaliación de carácter formativo y voluntario para que la gente que quiera renovar el carné de nivel básico pueda actualizar sus conocimientos. ¿Va la Consellería a expedir los carnés de fitosanitarios para todas las personas que hicieron el curso de fitosanitarios en León con la empresa Rabcor, a la que la Junta de Castilla y León le retiró la licencia para impartir estos cursos tras un supuesto fraude? Desde la Consellería en principio, y si no hay nada que nos indique lo contrario, los cursos realizados en esta empresa tienen validez, tanto los realizados antes como después de la intervención del Seprona -a mediados de febrero-. A día de hoy a la Consellería no se le comunicó nada por parte de la autoridad competente en el sentido de que no sean válidos, y por lo tanto siguen teniendo validez los cursos superados y tienen derecho a la obtención del carné. Y las personas que aún no recibieron el carné, pueden comprar los fitosanitarios con el certificado de haber superado el curso y de haber solicitado el carné.
“En los cursos de incorporación cada vez hay gente más joven”A parte de esta formación reglada, la Consellería también ofrece formación continua en manejo de fitosanitarios, así como en bienestar animal y en cursos de aptitud empresarial agraria, este último pensado sobre todo para las personas que se quieran incorporar profesionalmente al sector agroganadero. Esta formación continua la impartimos en los centros dependientes de la Consellería (Pedro Murias, Monforte de Lemos, Sergude , Becerreá y Guísamo). En la provincia de Ourense estamos también ofreciendo esta formación a través de la EVEGA y las Oficinas Comarcales Agrarias (OAC), al igual que en el resto de Galicia. Por último, la oferta formativa de la Consellería se completa con las acciones de transferencia tecnológica, que van desde talleres de aplicación de nuevas tecnologías, a técnicas de cultivo...etc. ¿Cuál está siendo la evolución de la demanda de formación agroganadera y forestal en Galicia? Hay un incremento de la demanda de formación, sobre todo en la formación continua, mientras que en los ciclos formativos se mantiene más estable. Detectamos sobre todo un incremento de la demanda en los cursos de aptitud empresarial agraria y notamos una reducción de la edad media del alumnado, con más gente joven que se incorpora, lo cual es algo positivo. ¿Cuáles son planes de la Consellería para los centros de Monforte y el de Pedro Murias, que ya no ofrecen ciclos formativos? En estos dos centros se está reforzando lo oferta de cursos de fitosanitarios, y también se están impartiendo los cursos de aptitud empresarial agraria. Por otra parte, y en colaboración con la Consellería de Economía, Empleo e Industria, en esos dos centros vamos a empezar a impartir en este año los certificados de profesionalidad para el sector agroganadero, que van a ser una vía alternativa a los ciclos formativos de 2.000 horas y a los cursos de aptitud empresarial.
“En los centros de Monforte y en el de Pedro Murias vamos a empezar este año a impartir los certificados de profesionalidad”Estos certificados de profesionalidad están dirigidos sobre todo a agricultores y a ganaderos en activo pero que no tienen una titulación oficial, y con horarios más adaptados a su actividad. La oferta será también más variada, para áreas como la agricultura ecológica, aprovechamientos forestales, apicultura, ganadería ecológica, auxiliares de explotaciones ganaderas...etc. Y tendrán un reconocimiento oficial por parte de las empresas. La duración de estos certificados pueden ir desde las 300 hasta las 600 horas, dependiendo un poco de los módulos que se impartan del certificado. Estamos barajando ofertar el certificado de profesionalidad en cursos de dos años, repartiendo los módulos, y con horarios más flexibles y adaptados a la actividad del alumnado. Además, los certificados de profesionalidad disponen de un sistema de promoción entre los distintos niveles de cualificación para poder acceder a ellos. Así, en el nivel de cualificación 1 no se exige ninguna titulación académica para poder entrar, mientras que en los ciclos formativos sí que se les exige al alumnado tener la ESO. Una vez superado el certificado de profesionalidad nivel 1 se puede ir mejorando el nivel de cualificación profesional hasta llegar al nivel 3 de cualificación dentro de una misma área de formación. ¿Cobrará cada vez más peso el certificado de profesionalidad a la hora de acceder a las ayudas de incorporación, en detrimento del curso de aptitud empresarial agraria? Son dos visiones distintas. El certificado está más enfocado al manejo de la explotación en un sentido más práctico, incluso de transformación de los productos agroganaderos, mientras que el curso de aptitud empresarial tiene un enfoque más de gestión, de cómo hacer más competitiva y rentable económicamente la explotación. En cuanto a las ayudas de incorporación, se pide una formación oficial y reconocida, por lo que un certificado de profesionalidad será totalmente válido.