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Las ganaderías españolas de vacuno de leche sólo emiten 1 kg de CO2 por cada litro de leche producida

Las ganaderías españolas de vacuno de leche emiten de media 1,1 kilogramos de dióxido de carbono (CO2) por litro de leche producido, en la media de países del entorno como Francia, aunque con una importante variación entre granjas, en función de la eficiencia en el manejo de la explotación, e independientemente del sistema (vacas en pastoreo, en régimen semiextensivo o en intensivo). Las emisiones de CO2 de la producción láctea supondrían alrededor del 1% del total de la economía española.  Esta es la principal conclusión de los primeros resultados de Climate Neutral Farms, un proyecto europeo liderado en España por el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM-AGACAL), en el que se miden las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de 135 ganaderías de vacuno de leche. El estudio, que comenzó en 2022 y que continuará este año, es uno de los más rigurosos realizados hasta ahora, tanto por la representatividad (además del CIAM, participan algunas de las principales industrias lácteas españolas, además del LIGAL, entre otras), como por la fiabilidad del sistema de medición de las emisiones, CAP´2ER, el referente en Francia y en otros países. “Hemos comparado los resultados de las granjas con los que ofrecen otros programas que están en uso y coinciden, lo que evidencia la consistencia y homogeneidad de los datos”, explica César Resch, investigador del CIAM, que presentó los resultados obtenidos hasta ahora por Climate Neutral Farms en una jornada celebrada en ganadería A Esperanza (San Sadurniño- A Coruña), una ganadería de vacuno de leche gestionada por la Cooperativa Agraria Provincial de A Coruña. “El objetivo del proyecto es, en primer lugar, medir de forma rigurosa las emisiones de gases de efecto invernadero de las ganaderías de vacuno de leche de España y a partir de aí proponer medidas para reducirlas, dentro de la estrategia europea de lograr para 2030 la neutralidad de emisiones de CO2”, añade el investigador.

“La clave para reducir la huella de carbono es utilizar los recursos del entorno de la forma más eficiente posible”

Los técnicos del proyecto visitan las granjas seleccionadas midiendo en boca las emisiones de metano de las vacas -la principal fuente de emisiones y analizando todos los datos que inciden en las emisiones. Como se demuestran en estas dos gráficas, la variación entre explotaciones es muy notable: Entre los 0,570 kg de CO2 por litro de leche producido del 10% de granjas que menos dióxido de carbono emiten a los 1,47 kg de las menos eficientes. Las principales variaciones se deben, como se recoge en la siguiente tabla, a la compra de alimentos (las que producen su propia comida contaminan menos), a la fermentación entérica de las vacas (en la que influye especialmente la digestibilidad de la ración) y al secuestro de carbono que se realizan en la granja (a través sobre todo de praderas permanentes) y que compensan de media el 15% de las emisione de GEI de una ganadería. “Hay ganaderías con bajas emisiones y con altas tanto en pastoreo ecológico, como en estabulación intensiva o semiextensivo, lo que nos lleva a concluir que todos los sistemas de manejo del ganado son buenos y que la clave está en hacer un buen manejo. Es decir, cuanto mejor utilicemos los recursos de nuestro entorno como ganaderos para producir más con menos, más eficientes seremos y menos emisiones tendremos, independientemente del sistema”, destaca César Resch.

Eficiencia en el uso del nitrógeno

En este sentido, otro parámetro que están analizando en el proyecto Climate Neutral Farms es la eficiencia en el uso del nitrógeno; es decir, cuantos litros de leche se producen en cada ganadería estudiada en relación a las unidades de nitrógeno que se introducen tanto a través de la fertilización como de la alimentación comprada. “La eficiencia media del uso del Nitrógeno en el grupo de 80 granjas validadas en toda España es del 35%, pero con una importante variación entre el 64% de las mejores y el 14% de las que registran peores datos”, explica el investigador del CIAM. No obstante, sí se detectan variaciones en función del sistema de manejo, siendo las más eficientes las extensivas, seguidas de las intensivas, y en último lugar las que optan por un sistema mixto.
 

Jornada de presentación de resultados en ganadería A Esperanza

El pasado 27 de febrero se celebró en Finca A Esperanza, en San Sadurniño (A Coruña), una jornada de presentación de resultados del proyecto Climate Neutral Farms, en la que participaron unas 40 personas, entre técnicos, investigadores y ganaderos. La jornada comenzó con una presentación de la Cooperativa Agraria Provincial da Coruña y de la Granxa da Esperanza; a continuación se realizó una visita a la granja, en la que se conocieron las medidas que aplican para la reducción de emisiones. Posteriormente, se organizó un grupo de trabajo para proponer distintas medidas a aplicar para reducir los GEI en ganaderías de vacuno de leche, para finalizar con una comida en la propia ganadería. En el proyecto Climate Neutral Farms participan el CIAM-AGACAL, el LIGAL, las industrias lácteas Leche Río, Central Lechera Asturiana, Leche Pascual, Nestlé, Queserías Entrepinares, Danone, así como Caixa Rural Galega, Alltech y Agronovo Ecoloxía.

Anexos:

El Gobierno analizará el contenido en carbono de los suelos agrícolas para evaluar si se cumplen los objetivos de la PAC

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación analizará el contenido de carbono en los suelos agrícolas del territorio español para determinar su capacidad de secuestro, y establecer las bases del futuro sistema de certificación de créditos, cuya nueva legislación ha sido presentada por la Comisión Europea. Los trabajos se prolongarán, en su primera fase, hasta marzo de 2024. El contenido en carbono en los suelos en España es el más bajo de Europa, especialmente en las regiones del centro y sur, y no tanto en Galicia y en la Cornisa Cantábrica. Reconocer sus características y parámetros es importante para contribuir al futuro desarrollo de la actividad agraria. Los análisis permitirán conocer su fertilidad, su capacidad de retención de agua, y favorecerán la lucha contra el cambio climático. El ministerio ha ampliado el ámbito de la Encuesta de Superficies y Rendimientos de Cultivo de España (ESYRCE) con el fin de darle más valor añadido, pues ya no solo tendrá información sobre rendimientos y superficies, sino que incorporará datos de calidad del suelo. Esta encuesta proporciona información precisa sobre las superficies cultivadas en España, los rendimientos obtenidos, y variables descriptivas de la actividad agraria como las técnicas de manejo del suelo o la tipología de riego con la que se cuenta, para comparar los rendimientos por cultivos y zonas. Ahora, además, permitirá conocer el contenido en carbono de los suelos, e incorporará la información a la herramienta digital. Debido al amplio tamaño muestral de esta encuesta, se analizarán cada dos años los suelos de 16.000 parcelas agrícolas repartidas por todo el territorio. Esta muestra permitirá tener datos significativos y robustos para todas las regiones, usos del suelo o técnicas de manejo de éste, entre otros. Además, al estar incluida en ESYRCE permitirá conocer aspectos como la relación entre técnicas de manejo del suelo, contenido en carbono y rendimientos obtenidos.

Evaluar la efectividad de los ecoesquemas de la nueva PAC

Con ello, el proyecto tiene como objetivo evaluar si las nuevas prácticas agrícolas y ganaderas como la agricultura de conservación, las cubiertas vegetales en los cultivos, las rotaciones con especies mejorantes o el pastoreo extensivo, contribuyen a mejorar el contenido en carbono de los suelos agrícolas, y a reducir la erosión y mejorar su fertilidad. Desde el Ministerio de Agricultura destacan que “los trabajos proporcionarán una información muy valiosa para todos los agricultores en el ejercicio de su actividad en un ámbito tan importante como es la agricultura de carbono. Por eso, la finalidad de los trabajos que ahora se inician no es solo proporcionar la fotografía más completa que se pueda tener sobre el estado actual de los suelos agrícolas, sino repetirlos cada dos años para analizar su evolución”. El operativo de recogida de muestras involucra a más de 200 agentes de campo especialistas. Los agricultores cuyas parcelas vayan a ser muestreadas recibirán en los próximos días una notificación informativa sobre los trabajos, por si quieren personarse durante los mismos. La toma de muestras no ocasionará ninguna molestia ni afección a la actividad, dado el pequeño volumen de suelo que se extrae (alrededor de 1,5 kg de suelo por parcela). Los agricultores recibirán gratuitamente los resultados correspondientes a sus parcelas. El proyecto forma parte de los trabajos de evaluación de los resultados de la aplicación de la nueva Política Agraria Común (PAC), que ha comenzado a aplicarse este año.

Jornada el próximo martes en el CIAM sobre como mejorar la sostenibilidad de las ganaderías de vacuno de leche

El próximo martes, 19 de septiembre, se celebrará en el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM) una jornada sobre como mejorar la sostenibilidad económica y medioambiental de la ganaderías de vacuno de leche. La jornada se enmarca dentro del proyecto Climate Neutral Farms, de la Agenda H2020, un proyecto europeo en el que participan ganaderías e industrias lácteas de la Unión Europea y que en España tiene como socio a la Xunta de Galicia, a través de la Agencia Gallega de la Calidad Alimentaria (AGACAL). El objetivo de Climate Neutral Farms es buscar soluciones a nivel local para lograr que las granjas de vacuno de leche sean climáticamente neutras, es decir con un balance 0 de emisiones de gases de efecto invernadero, al tiempo que se busca mejorar su resiliencia o capacidad de adaptación al cambio climático. La asistencia a la jornada es gratuíta previa inscripción enviando un correo a ciam.cmr@xunta.gal Este es el programa: 10:30     “Perspectivas de la producción de leche en Nueva Zelanda bajo las nuevas restricciones medioambientales”. Francisco Sineiro, profesor de Economía Agraria en la Escola Politécnica Superior del campus de Lugo (USC). 11:45     “Aplicación y resultados del progama Bas Carbone en Francia”. Solenn Challali, técnica de Institut de l´Élévage (IDELE) de Francia. 13:00     “Proyecto Climate Neutral Farms”. César Resch/Adrián Botana, investigadores del CIAM: ·         Resultados y acciones llevadas a cabo en ClieNFarms en el año 2022 ·         Ensayo con aceites esenciales para la reducción de la emisión de gases entéricos en vacuno de leche ·         La producción de leche y las emisiones de gases efecto invernadero

Reducir la huella ambiental de las granjas, uno de los retos de la nueva PAC

La nueva Política Agraria Común (PAC) tiene entre sus objetivos principales reducir la huella ambiental de las granjas, tanto en lo referente a emisiones de gases de efecto invernadero como en lo relativo a la conservación de la biodiversidad. Hablamos con uno técnico y un ganadero en ecológico sobre estas cuestiones.

Estrategias para reducir los gases de efecto invernadero a nivel de granja

Gregorio Salcedo es investigador del CIFP La Granja de Cantabria Las emisiones de gases de efecto invernadero que genera el sector productor de leche en Galicia representan solo un tercio de las que provocan los incendios forestales, pero el foco social está cada vez más centrado en la actividad ganadera. Esto obliga a las granjas a empezar a tener en cuenta índices de contaminación y a adoptar medidas correctoras para bajarlos. “Hasta ahora medíamos la eficiencia desde el punto de vista de la producción animal o vegetal, pero hoy en día cuando hablamos de eficiencia tenemos que tener en cuenta también los índices medioambientales”, afirma Gregorio Salcedo, investigador del CIFP La Granja de Cantabria, centrado desde 2006 en aspectos como la huella de carbono.
Hasta el momento medíamos la eficiencia desde el punto de vista de la producción, pero ahora debemos tener en cuenta también los índices medioambientales
Dentro de un proyecto llevado a cabo por el INIA se estudiaron 54 explotaciones de la cornisa cantábrica, desde Galicia hasta Navarra, distribuidas en 5 categorías: ecológico, pastoreo convencional, ensilado de hierba, ensilado de maíz y ensilado de hierba y maíz. En función de cómo expresemos la huella de carbono (por litro de leche, por UGM o por hectárea) salen mejor o peor paradas los distintos tipos de explotaciones. Según los resultados del estudio y expresada por litro de leche, la huella de carbono para una explotación ecológica es de 1,30 kilos de CO2; 1,15 en caso de ganaderías con sistema de pastoreo convencional; 1,01 para alimentación con silo de maíz y de hierba; 1,12 sólo con silo de hierba; 0,97 para las explotaciones basadas exclusivamente en silo de maíz. “El maíz es un alimento que reduce el metano bastante, pero al mismo tiempo necesita insumos para producirlo”, indica Gregorio.

Balance de entradas y salidas

La huella de carbono es un indicador de conjunto que cuantifica las emisiones de los tres principales gases de efecto invernadero: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O). En una granja, el consumo de energía fósil es una de las principales fuentes de CO2, el CH4 procede principalmente de la fermentación entérica de los rumiantes y el N2O de los fertilizantes y el manejo del purín. Se expresan en kilos de CO2 equivalentes, de forma que un kilo de metano equivale a 28 de CO2 y uno de óxido nitroso a 298 kg de CO2.
La compra de alimentos representa el 20% de la huella de carbono para las explotaciones de la cornisa cantábrica
La ganadería, al igual que otras actividades, consume recursos naturales y genera gases de efecto invernadero. Pero al mismo tiempo, también aporta a la sociedad servicios ecosistémicos, como paisaje y biodiversidad, además de secuestro de carbono. “Este aspecto es muy importante de cara a los ecoesquemas de la PAC”, destaca Gregorio, que participó en las últimas Jornadas organizadas por Africor en Lugo.  
A medida que compramos más forraje y más concentrado aumenta la emisión; la soja lleva tras de si casi 3 kilos de CO2 por litro de leche
Los resultados indican que la emisión de metano entérico representa el 43,1% del total de gases de efecto invernadero de las 54 granjas estudiadas; el manejo del purín el 20,4%; la compra de insumos para alimentación animal el 19,6%; el uso de la energía el 11,1%; los fertilizantes el 4,1%; y los consumibles (plásticos, medicamentos, etc) el 1,75%. “Este tipo de mediciones sirve para comparar explotaciones y para analizar globalmente las tendencias en los procesos de producción”, afirma Gregorio. “Al final, donde el ganadero puede actuar es en el manejo del purín y en los alimentos, que representan el 40% de la huella de carbono de las explotaciones”, indica.

¿Cómo reducir el metano entérico y el óxido nitroso?

Un aumento de la digestibilidad de los forrajes contribuye con un mayor porcentaje de ácido propiónico, que actúa como sumidero de carbono reduciendo la formación de metano. También ayuda sustituir parte del ensilado de hierba por ensilado de maíz y optar por el pastoreo, porque la proteína que tiene el pasto es mucho mayor a la del ensilado. El procesado del grano aumenta su digestibilidad y reduce la emisión de metano. En cuanto a la fibra, es necesaria para favorecer la rumia, “pero sin pasarse”, para evitar también la formación de metano, indica Gregorio.
Es recomendable ajustar la proteína bruta de la ración a las necesidades productivas, evitando su excreción en forma de urea
En cuanto a la formación del óxido nitroso, prácticamente todo viene de la fertilización, tanto orgánica como inorgánica, así como de los restos de las cosechas. “Cuanta menos proteína coma la vaca, menos emisión de óxido nitroso va a tener y cuanto más pastoreo, mejor por la filtración propia de la orina, que reduce la actividad de la ureasa”, explica. Del mismo modo, también se debe restringir el pastoreo en condiciones de anoxia, así como la aplicación de purín. Ajustar la dosis de abonado a las necesidades del cultivo y utilizar fertilizantes que inhiban la actividad de la ureasa es también recomendable.
Cosechar la hierba por la tarde aumenta los azúcares, reduce la excreción de nitrógeno y las pérdidas de amoniaco y óxido nitroso
Las sugerencias para mitigar la emisión de óxido nitroso pasan también por la incorporación de leguminosas, porque tienen mayor digestibilidad y requieren de menor fertilización. “La dieta modifica la composición química del purín y la emisión de gases de efecto invernadero durante el almacenamiento y posterior aplicación, por lo que suministrar proteínas ajustadas a las necesidades de la vaca reduce el amoníaco y la posterior emisión de óxido nitroso en el estiércol”, indica.

Manejo del rebaño

“Seleccionar animales con alta eficiencia alimenticia reduce el metano y creo que es algo que se debería incluir en los programas de selección genética”, defiende Gregorio. El aumento de la productividad animal por unidad de producto (litros de leche o kilos de carne por materia seca ingerida), así como la reducción de la tasa de reposición, mejoran la huella de carbono de la granja. Reducir los animales improductivos y aumentar su vida útil; mejorar la detección de celos y establecer límites mínimos de productividad en la explotación serían otras de las estrategias a adoptar.
Por cada litro de más que consumimos de gasóleo estamos emitiendo entre 76 y 96 kilos de CO2
A nivel de alimentación, reducir la compra de forrajes externos mediante mejoras nutricionales de los forrajes propios, no esperando a la madurez para su aprovechamiento, puesto que de esta forma requerirán mayor aporte de concentrado, y aumentar la superficie por UGM serían estrategias a adoptar. “Deben adoptarse aquellas medidas que mejor se adapten a cada explotación, porque todo es imposible”, indica Gregorio.

Comparación con otros países

Los datos por comunidades autónomas del estudio del INIA del año 2015 reflejan una huella de carbono media en Asturias de 1,05 kilos de C02 por litro de leche; 1,06 en el caso de Galicia; 1,10 en Navarra y 1,31 en Cantabria. “Comparados con el resto de países del mundo no estamos tan mal ni somos tan malos productores, aunque los datos son mejorables y hay prácticas que conviene modificar”, asegura Gregorio. Los datos a nivel internacional en las principales zonas productoras de leche del mundo varían en función del sistema de producción. Países como Nueva Zelanda, Irlanda o Uruguay, que basan la producción de leche en el pastoreo, mantienen niveles que van desde 0,81 a 1,19; mientras países más intensivos, como EEUU, se sitúan en 0,92 debido a la mayor producción por vaca.

Relación directa entre eficiencia medioambiental y rentabilidad económica

El objetivo final de las recomendaciones que Gregorio Salcedo realiza es implantar estrategias potenciales de mitigación de los gases de efecto invernadero a nivel de granja que contribuyan al mismo tiempo a mejorar la economía de las explotaciones de producción de leche. “Al final las emisiones las vamos a convertir en euros, porque el nivel de emisiones está también relacionado con los resultados económicos de la granja. Por cada quilo de CO2 que emiten las vacas los costes aumentan 0,114 €/kilo”, asegura, en base a un estudio de 173 ganaderías de Cantabria realizado en el año 2018 que correlaciona claramente huella de carbono y coste de producción.
Hacemos muy buena leche pero hay mucho que mejorar en el proceso
“Hay una relación bastante directa entre el metano y la eficiencia de utilización del nitrógeno recuperado en leche. Cuanto más metano se produce por litro de leche, menor eficiencia”, indica Gregorio, que sin embargo asegura que “el metano sería parte de la solución, no un problema, porque es un gas de vida corta (10-12 años de permanencia en la atmósfera) que por medio de reacciones oxidativas se convierte en CO2, capturado después por las plantas a través de la fotosíntesis e ingerido de nuevo por la vaca en forma de carbono”.

Principales recomendaciones

¿Cómo se trabaja en el campo para reducir la huella ambiental de las granjas?

La Unión Europea se marca el objetivo, dentro de su estrategia del Pacto Verde Europeo, de lograr en el 2050 una Europa climáticamente neutra, es decir que no emita CO2, en todos los sectores, entre ellos la producción de alimentos.

La nueva Política Agraria Común (PAC) que se aplicará entre 2023 y 2027 tiene también presente estos desafíos y quiere contribuir a apoyar la innovación en el sector en este campo. Las limitaciones, y también las penalizaciones, a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, uno de los principales gases causantes del cambio climático, van a llegar a la granjas, tanto de producción de leche como de carne.

La agricultura y ganadería juegan un papel fundamental para alcanzar la neutralidad del carbono en el territorio de la UE en 2050

La nueva PAC mira hacia el pastoreo, no solo por ser una vía para lograr la reducción de las emisiones, sino porque es además una forma de aumentar la materia orgánica y la capacidad de sumidero de carbono atmosférico en el suelo. La ganadería extensiva, la agricultura de conservación (con siembra directa), la rotación de cultivos y las cubiertas vegetales son métodos para incrementar la captura de carbono.

El papel fundamental del asesoramiento

Con la lupa de la emisión de gases de efecto invernadero puesta sobre el sector agroganadero, los productores están haciendo esfuerzos por reducir la huella ambiental de sus explotaciones, un camino largo que se está empezando en Galicia de la mano de los técnicos que asesoran a las granjas en su día a día y que están llamados a tener un papel destacado en la nueva PAC.

El reforzamiento de los AKIs, nomenclatura con la que la Política Agrícola Común designa todo el entramado de ayuda externa a las explotaciones, tanto de carácter público como privado, es precisamente uno de los elementos novedosos para el nuevo periodo de ayudas europeas que comienza en el 2023.

El reforzamiento de los AKIs es uno de los elementos novedosos para el nuevo periodo de ayudas europeas que comienza en el 2023

Habrá fondos comunitarios para la puesta en marcha de un sistema de asesoramiento técnico profesional como el que ya existe en otros países, como Irlanda, por medio del Teagasc. Del buen aprovechamiento de estos fondos dependerá en buena medida el avance en la eficiencia y las buenas prácticas medioambientales de las granjas en lugares como Galicia.

Fondos de la PAC para incentivar el cambio de modelo productivo

Con el objetivo de avanzar en una producción de alimentos más respetuosa con el medio ambiente y hacia una agricultura y ganadería que ayuden a mitigar el calentamiento global, la Unión Europea se propuso que la nueva Política Agrícola Común, que estará en vigor en el período 2023-2027, incentive determinadas prácticas beneficiosas con el clima y el paisaje, que serán definidas por cada Estado miembro.

En el caso español, la propuesta de ecoesquemas, de adopción voluntaria por parte de agricultores y ganaderos, define 7 prácticas concretas que serán subvencionadas mediante ayudas adicionales. Los ecoesquemas, también llamados eco-regímenes, dispondrán de un presupuesto anual de 1.107 millones de €, equivalente al 23% del presupuesto de las ayudas directas.

El ecoesquema sobre pastoreo extensivo fomenta esta práctica sostenible de gestión de la tierra y captura de carbono

Una de estas prácticas que se quiere fomentar desde la PAC es el aumento de la capacidad de sumidero de carbono de los pastos mediante el impulso al pastoreo extensivo. Las cubiertas vegetales, la siembra directa y la rotación de cultivos son otras de las prácticas que se priman.

En concreto, el pastoreo se pagará en Galicia a 62,16€ por hectárea y la rotación de cultivos a 92,22€ por hectárea. A partir de 65 hectáreas de pastos y 30 hectáreas de cultivo se cobrará solo el 70% del importe del ecoesquema. La carga ganadera deberá situarse entre 0,4 y 2 UGM por hectárea y deberá realizarse el pastoreo con animales propios durante un mínimo de 90 a 120 días al año.

Portugal es, junto con Nueva Zelanda, de los países productores de leche en el mundo con menor huella de carbono

En Portugal, donde una parte importante de la leche se produce en base a pastoreo, caso por ejemplo de las Azores, la huella de carbono se sitúa en 0,89 kilos de CO2 por litro de leche, por debajo de los niveles existentes en Galicia y dentro de las recomendaciones establecidas por el Panel Intergubernamental de la ONU para el Cambio Climático, aunque la creciente intensificación de la producción láctea portuguesa en los últimos años supone un riesgo también de incremento notable en las emisiones.

¿Qué es la huella de carbono?

Luis Cortiñas es asesor ganadero y experto en gestión medioambiental, un campo en el que lleva más de 15 años trabajando. “En sí misma la huella de carbono es la expresión de una cierta contaminación del aire. Mide la emisión de tres gases: CO2, metano y óxido nitroso. Pero la huella ambiental de una granja, además de la huella de carbono, incluye también la huella hídrica y la afectación sobre la biodiversidad. A día de hoy la huella de carbono es quizás la más solucionable por la tecnología y el conocimiento, y para arreglar la huella de carbono no debemos estropear las otras dos”, defiende.

A veces por emitir menos metano podemos estar aumentando la emisión de óxido nitroso

“No veo coherencia en lo que se está haciendo, porque para arreglar la huella de carbono no puedes cargarte las otras dos, la huella hídrica y la biodiversidad, ni podemos fomentar la liberación de óxido nitroso para reducir la de amoniaco, porque 1 kilo de óxido nitroso son 298 kilos equivalentes de CO2, no son los 25 del metano”, ejemplifica.

No se están teniendo en cuenta estas cosas, dice, y existe un cierto “tabú” a la hora de hablar de la huella de carbono de las granjas. “Lo primero que hay que hacer para poder mejorar es medir la realidad de partida, pero aquí este es un mundo que aún está empezando”, asegura.

Un 40% de emisiones por encima de las recomendaciones de la ONU

Luis realiza certificaciones y auditorías y ayuda a las granjas a mejorar en este campo. Reconoce que el sistema oficial de cálculo penaliza a las explotaciones gallegas, al tener solo en cuenta la huella de carbono y no el uso de los recursos hídricos o la generación y mantenimiento de la biodiversidad.

Somos una potencia en materia hídrica y en biodiversidad pero oficialmente no se tiene en cuenta

“Los datos que salen están siendo malos, de 1,4 kg de CO2 por litro de leche. La ONU nos asignó un máximo de 1 y no se está cumpliendo. Estamos un 40% por encima de lo asignado por el Panel Intergubernamental de la ONU para el Cambio Climático”, admite.

Nuestra principal responsabilidad con el planeta es producir comida, no capturar carbono

Luis es partidario de no obsesionarse con esas cifras, porque, dice, “en Galicia estamos en un lugar en el que si haces las cosas bien es fácil estar por debajo de 1”. Además, defiende, “secuestrar carbono hoy es una actividad industrial y no debemos obsesionarnos en competir con eso; nuestra principal responsabilidad con el planeta es producir comida, no capturar carbono”.

El cálculo que hace es que “con la producción de leche de una hectárea deberíamos satisfacer la demanda de 32 personas durante todo el año, eso equivale a unos 6.500 litros por vaca. El que no llegue a ese nivel de producción no está haciendo las cosas bien, por muy poco carbono que emita”, argumenta.

Mayor autosuficiencia alimentaria

Solo por respirar una vaca emite 2,3 toneladas de CO2, a lo que habría que añadir las actividades asociadas de manejo y alimentación. Luis explica que “en lo que nosotros producimos tenemos buena huella de carbono, pero tenemos tal dependencia de los insumos externos que es muy difícil reducir la huella total de la granja”.

Un kilo de soja brasileña trae una huella de 3,70 kg de CO2

“El problema de la soja no son los kilómetros, ni lo es el flete; es la producción. La soja brasileña, que es nuestra gran fuente de suministro, tiene una huella enorme, porque las tierras de la Amazonía son pobres y hay que abonar para producirla. La soja producida en EEUU en buena tierra, no tiene esa huella. Pero 1 kg de soja brasileña trae una huella de 3,70 kg de CO2, eso no lo tienes en un kilo de hierba, por eso si yo uso 12 o 13 kilos de materia seca de concentrado en la ración, es muy difícil bajar de 1,40 kg de CO2 por litro de leche”, indica.

Del mismo modo, dice, el maíz es un cultivo emisor. “Estamos emitiendo 300 kg de CO2 por hectárea de superficie de maíz forrajero cultivada (70.000 en Galicia), cuando en el prado son 600 kg de captura anual por hectárea, una captura natural en base a la microbiota del suelo”, detalla.

Una hectárea de maíz emite 300 kg de CO2 mientras una de prado captura 600 kg

Luis advierte de que “la capacidad de desestocar es el doble de la de estocaje” y llama la atención sobre determinadas prácticas perjudiciales, como dejar vacías las tierras del maíz. “El manejo de la tierra no se hace muchas veces con criterios agronómicos, sino mecánicos. Al dejar la tierra descubierta emito emisiones pero, sobre todo, me quedo sin tierra. El daño que estamos haciendo es brutal, porque estamos dañando la estructura del suelo”, asegura.

Cambios en la alimentación y el rebaño

Dentro del paquete de medidas a aplicar en una ganadería para reducir la huella de carbono es necesario trabajar en distintos ámbitos. “Son cosas muy transversales y cada técnico en lo suyo va a tener que aplicarlo, pero por lo general no hay un cuerpo técnico formado en estos aspectos”, dice Luis, que asegura que “un tercio de las acciones tienen coste cero, es cuestión de cambiar hábitos, y en otro tercio lo que gastas, lo recuperas, es una inversión rentable”.

Es necesaria formación técnica para mejorar el pastoreo y reducir la huella de carbono

La primera de las medidas que propone es basar la producción de leche en los prados para ganar autosuficiencia alimentaria. “Una hectárea de prado permanente produce más proteína que una hectárea de soja”, asegura Luis, que defiende que la pradera debe producir, al menos, 6,5 toneladas de materia seca al año, y que esta cantidad sea la totalidad de la fibra y el 90% de la energía y la proteína que necesita la granja (para 1,2 UGM).

Dado que para el cómputo como sumidero de carbono debe tratarse de una pradera de más de 6 años, es necesario trabajar con resiembras para reimplantar un tipo u otro de hierba en función de la finca y el momento en el que se va pacer. “Al prado están pidiéndosele unas funciones nuevas, de captura de carbono, que van más allá de producir hierba, y las semillas comerciales actuales no sabemos cómo se comportan en ese largo plazo”, afirma.

Hay que adelantar la edad del primer parto e ir a vacas que duren más años produciendo en el establo

El siguiente paso sería manejar bien el pastoreo, para lo cual dice, es necesaria formación técnica. “Hay que llevar un control de lo que come la vaca, porque si no pace lo suficiente hay que ir la suplementar en el pesebre”, explica. En este sentido, valora el hecho de que se haya bajado dos puntos el valor de la proteína bruta en las dietas de leche, optimizando de este modo la parte nitrogenada de la ración. La inclusión de aceites esenciales y taninos pueden ayudar en la asimilación de lo ingerido, pero Luis aclara que “una vaca que pace ya los toma ella misma”.

A nivel de rebaño, “hay que ir a vacas que duren más”, dice. “Hay nuevos índices técnicos, como el de litros por día presente, que tienen que ser una referencia. Una producción de 12 litros por día presente hacen falta solo para no pasarse del kilo equivalente que aconseja el Panel climático de la ONU. El primer parto tiene que ser antes, por lo que hay que hacer bien la recría y empreñar antes a las terneras, y los días de secado hay que reducirlos, para que haya pocos días oscuros. Una vaca que solo produce la mitad de los días que pasa en la granja no es eficiente”, asegura.

No es normal que se abone en función de la capacidad del tanque de purín

Otra gran vía para la reducción de la huella de carbono de las granjas de leche es el almacenaje de purín y estiércol. Para eso, las instalaciones deben ser las adecuadas. “No es normal que se abone en función de la capacidad del tanque de purín. A la hora de fertilizar, lo primero es optimizar bien lo que yo tengo”, insiste Luis.

A nivel energético, propone adaptar la potencia del tractor a la necesidad del trabajo. “¿Para qué voy a quemar 20 litros de gasóleo si lo que estoy haciendo lo puedo hacer con la mitad?”, dice. “La huella de carbono lo que detecta precisamente son las ineficiencias del ciclo energético”, concluye.

El ejemplo del sello de certificación climática Bas-Carbone en Francia

Luis Cortiñas asegura que el nivel de concienciación de los ganaderos gallegos con la reducción de la huella de carbono es aún bajo. “Mientras eso no sea trasladado al recibo de la leche es difícil convencer a la gente”, reconoce. Y piensa que “va a ser más una presión comercial que de la PAC” la que haga avanzar en este ámbito.

El bajo nivel de concienciación ambiental de los ganaderos es una de las barreras con las que se encuentran los técnicos que asesoran a las granjas en Galicia

En Galicia las demandas del consumidor en los aspectos ambientales son aún incipientes, pero en otros países europeos condicionan en muchos casos las decisiones de compra. En Francia en el año 2000 se creó la asociación Bleu Blanc Coeur, reconocida por los Ministerios de Agricultura y de Medio Ambiente y de la que hoy forman parte más de 4.000 granjas que tienen una huella de carbono inferior a 0,8 kg de CO2.

El propio gobierno francés puso en marcha hace tres años el sello de certificación climática Bas-Carbone, que busca identificar en el mercado los productos que contribuyen a la captura de carbono y a la lucha contra el cambio climático, primer paso para recompensar a esos productores por su labor.

“En zonas con mucha carga ganadera habrá problemas para echar el purín cuando se apruebe el nuevo Decreto”

La reducción y uso racional de fitosanitarios y fertilizantes son dos aspectos en los que la normativa europea se ha ido endureciendo en los últimos años. Hace una década se introdujo la obligatoriedad del cuaderno de fitosanitarios que cada explotación debe cubrir, donde se anota el nombre del producto y la finca y fecha en la que fue aplicado.

El incumplimiento de la normativa, en aspectos como el de las franjas de protección a cauces de agua, está considerada una falta grave, llevando aparejado en algunos casos incluso la pérdida de la totalidad de la anualidad de la PAC.

En los últimos años se han llevado a cabo también distintas revisiones de las normativas de ordenación ganadera, con nuevas normas para las explotaciones porcinas (RD 306/2020) y avícolas (RD 637/2021). Se prepara también una para el ganado vacuno que se encuentra aún en plena tramitación.

Las nuevas normas de ordenación ganadera y gestión de los estiércoles y purines están siendo herramientas claves para reducir las emisiones de gases contaminantes en el sector agroganadero

Todos estos cambios normativos buscan la reducción de las emisiones de amoniaco en la granja con estrategias centradas en la nutrición, el alojamiento de los animales y el almacenamiento del estiércol y el purín producido. En este ámbito, otro cambio legislativo que se espera es la entrada en vigor antes de final de año del Decreto de Nutrición Sostenible de Suelos Agrícolas, en tramitación por parte el Ministerio, lo que obligará a la realización de analíticas y a disponer de Planes de Abonado.

“En muchos casos en este momento se está abonando sin tener una analítica de suelos previa pero a partir de la entrada en vigor del Decreto habrá que tener analítica de todas las fincas, aunque no tiene por que ser el mismo año en todas”, explica Elena Piñeiro, presidenta de la Asociación de Asesores Rurales de Galicia.

En este momento se está abonando en la mayoría de los casos sin tener una analítica de suelos previa

Desde esta Asociación defienden un modelo de asesoramiento a las granjas público-privado, con participación de organismos de carácter oficial y entidades de acompañamiento privadas, para que la realización de los planes de abonado no caiga en las manos de las empresas comercializadoras de abonos.

Problemas para echar el purín por los topes por hectárea

Elena advierte de que en zonas donde hay mucha concentración ganadera, “habrá problemas para poder cumplir con los límites máximos que fija el nuevo Decreto por falta de superficie disponible donde echar el purín”.

El nuevo Decreto se espera antes de final de año, implicando cambios importantes en la gestión del purín. “Desde el momento en el que tengas que decir en que fincas echas el purín vas a tener unas concentraciones máximas, pudiendo echar en una finca más o menos purín en función del cultivo que tengas en ella”, explica.

El límite será de 250 kg de nitrógeno en fincas de maíz y 200 kg en praderas de menos de 5 años

Por ejemplo, el límite será de 250 kg de nitrógeno y 100 kg de fósforo por hectárea y año para maíz forrajero y 200 kg de nitrógeno y 100 de fósforo en pradera de menos de 5 años. “En las zonas de concentración ganadera no va a haber tierras suficientes y va a haber problemas serios para poder echar el purín. Es más condicionante el fósforo a día de hoy que el nitrógeno, porque los suelos en Galicia tienen ya una concentración muy alta”, afirma Elena.

Por eso, recomienda a las granjas que se encuentren en esta situación optar por sistemas de separación y tratamiento del purín, como los instalados en explotaciones de la zona de A Terra Chá como SAT do Ferreiro, Casa Carballo o SAT A Vereda.

“Convencer al ganadero a veces no es fácil”

La UE obliga a reducir un 16% las emisiones de amoniaco a partir de 2030. Para cumplirlo, el Gobierno español estableció una reducción del 45% para el amoniaco procedente de la producción de leche y una parte importante de esas emisiones se originan en el almacenaje y aplicación del purín, algo que en parte se resolvería con la separación de la fracción sólida de la líquida.

“La parte sólida tiene muchos beneficios porque es un estiércol distinto al tradicional, porque al pasar por el separador queda un material que tú extiendes en la tierra fácilmente y la liberación de los nutrientes es lenta, por lo que los lixiviados son prácticamente inexistentes, porque los nutrientes están en fase sólida. Se nota en la cosecha, porque todo lo que echas se aprovecha, esa es la diferencia”, afirma.

Se separa la fase sólida y se pasa por un tambor que la higieniza para poder usarla en la camas de las vacas

La fase líquida podría emplearse para regar con ella. “Tiene muy poca fibra y puede echarse incluso cuando el maíz está nacido, porque no se pega a la hoja”, dice. Pero a pesar de a las ventajas que tiene el sistema de separación, “a veces convencer al ganadero no es fácil”, asegura Elena.

La Xunta regula la comercialización del carbono capturado en los montes para frenar la especulación

La comercialización del carbono almacenado en los montes se ha convertido en los últimos años en un aprovechamiento forestal de gran atractivo. El sistema beneficia tanto a comunidades de montes y propietarios forestales, que pueden vender parte del carbono atmosférico capturado en sus montes, como a aquellas empresas e instituciones que quieren compensar voluntariamente su huella climática con la compra de ese carbono. El problema radica en determinadas empresas que operan como intermediarias entre unos y otros, pues en ocasiones se estaban quedando con porcentajes de hasta el 50% del valor del carbono. En un intento de frenar ese escenario de especulación, la Xunta ha decidido regular la comercialización del carbono capturado en los montes a través de la Lei de acompañamento dos presupostos, que previsiblemente se aprobará antes de fin de año en el Parlamento gallego. La normativa propuesta por la Administración busca dotar de mayor transparencia al sistema. Cualquier cesión o venta de carbono que decida una comunidad de montes tendrá que ser aprobada en asamblea por la mayoría de los comuneros, que deberán representar al 50% de la comunidad en primera convocatoria o al 30% en segunda. Se exigirá además que la asamblea tenga a su disposición un informe económico que analice las obligaciones que el negocio jurídico supone para la comunidad, especialmente en lo referido al periodo de conservación de la masa, así como una justificación de que el precio propuesto responde a valores de mercado. En cuanto a los negocios jurídicos formalizados por las comunidades de montes antes de la entrada en vigor de la nueva normativa, la Xunta señala que deberán considerarse actos de disposición, por lo que, en caso de que no fueran refrendados en asamblea por las mayorías pertinentes, serán nulos, sin perjuicio de la posibilidad de que puedan someterse a la aprobación de la asamblea, aprobación que tendrá efecto desde el momento de su adopción. La nueva regulación establece igualmente que, en el caso de los montes de gestión pública, la cesión de derechos de carbono tendrá que contar con la autorización previa de la Administración y formalizarse en escritura pública, que deberá ser inscrita en el Registro General de Montes Vecinales en mancomún. La Xunta obligará a que los acuerdos incluyan además estipulaciones en caso de que el cesionario venda los créditos de carbono a un tercero, en el sentido de que la comunidad de montes tendrá derecho a percibir parte del precio de transmisión que se establezca. El periodo contractual no podrá ser superior a 30 años, excepto en los casos en que los años asociados al turno de tala de la especie principal sea superior. Otra de las cuestiones que tendrán que aclarar los contratos es que sucede en el caso de un incendio forestal o de otra causa de fuerza mayor que impida que la masa forestal capture el carbono proyectado. Funcionamiento del sistema En España, el Decreto de Huella de Carbono (2014) estableció por el momento dos vías para proyectos de absorción y compensación de emisiones en los montes: la forestación de superficies que hayan estado desarboladas desde 1989 o la restauración de montes afectados por incendios forestales. En ambos casos, propietarios y comunidades de montes pueden inscribir sus proyectos de forestación en el Registro de Absorciones de CO2 del Ministerio de Transición Ecológica. El sistema representa así una oportunidad para financiar la restauración forestal de montes, pues las empresas interesadas en compensar sus emisiones pueden presentarle ofertas por ese carbono a los propietarios. De este modo, el mercado de carbono se configuró como un recurso de gran interés para el propietario, pues cada tonelada de carbono tiene un precio de mercado que ronda los 20 – 30 euros. Si se tiene en cuenta que cada hectárea inscrita puede absorber alrededor de 250 – 350 toneladas, en función del tiempo de permanencia de la masa y de la densidad de plantación, los ingresos que puede generar el carbono rondan en la práctica una media de alrededor de 6.000 - 7.000 euros por hectárea. El problema radica en la aparición de empresas intermediarias que, en ocasiones, se reservaban hasta el 50% del valor del carbono del monte. De cara a proteger los derechos de las comunidades de montes y propietarios, la Consellería de Medio Rural incluso baraja aprobar modelos tipo orientativos de contrato, de utilización voluntaria.

Registro autonómico de proyectos de carbono

En paralelo a una mayor regulación sobre las compras ventas del carbono forestal, la Xunta proyecta crear un Registro de CO2 alternativo al del Ministerio, asumiendo así sus competencias en la materia. En concreto, el borrador de la Lei de acompañamento dos presupostos establece que “la Xunta de Galicia podrá articular un sistema de créditos de carbono de carácter voluntario con un registro en el que se podrán inscribir aquellas personas titulares de los derechos derivados del aumento de carbono almacenado gracias sus actividades. Este sistema servirá de nexo entre titulares y aquellas personas, de naturaleza física o jurídica, que deseen comprar créditos, bien como intermediarios o bien como agentes finales, con el fin de reducir o hacer nulas sus emisiones”. Las comunidades de montes y propietarios que deseen inscribir proyectos en el sistema de créditos de carbono de la Xunta de Galicia deberán cumplir, cuando menos, con los siguientes requisitos: - Disponer de un instrumento de ordenación forestal aprobado por la Administración. - Realizar tomas de parcelas de muestreo de inventario forestal, de forma complementaria a los requisitos establecidos en el Decreto 52/2014 de ordenación y gestión de los montes. - Estar sujetos a auditorías continuadas y permitir la entrada al personal responsable del sistema de créditos de carbono de la Xunta, así como cooperar con ellos en lo que sea necesario a fin de dotar de la mayor transparencia al sistema, en particular en la detección de posibles casos de doble contabilidad en materia de créditos de carbono en Galicia. - Permanecer en el sistema al menos los años que corresponda el turno de tala de la especie principal de la masa.
Fe de erratas: En un inicio se informó de que la cesión de derechos de carbono tendrá que contar con autorización previa de la Administración, pero eso sólo aplica en el caso de los montes de gestión pública. https://www.campogalego.es/como-funciona-el-mercado-de-carbono-en-el-monte-gallego-luces-y-sombras/

Jornada formativa sobre la huella de carbono de la actividad agraria

El Sindicato Labrego Galego tiene abierta la inscripción en la formación online “La Huella de Carbono en la Actividad Agraria”, que tendrá lugar los días 11, 17, 18 y 24 de octubre. Docentes: -Gregorio Salcedo (profesor de nutrición animal) -José Taboada (CMVMC de Vincios) -Ana Rodríguez y Andrés Castro (especialistas en PAC del SLG) -Cesar Rech (Investigador de Mabegondo) Fechas y horario: 11, 18 y 24 de octubre (15:30h. a 18:30h.) 17 de octubre (16:00h. a 19:00h.) INSCRIPCIONES en el formulario: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSefgbl8B6oUj69UDPWBDJM1fRkgmLspH5-gidvoxTelz2v4RA/viewform Información: 981 554 147 / nacional@sindicatolabrego.gal

Medir y reducir las emisiones, los nuevos horizontes de la ganadería de vacuno de leche

En la Unión Europea se están desarrollando una serie de estrategias para dar de comer al mundo de una manera más sostenible, una cuestión que involucra a la agricultura y a la ganadería para rediseñar sus sistemas productivos. En el camino a la adopción de esta nueva perspectiva, ¿cómo se puede lograr la sostenibilidad en el negocio lácteo? Responsabilidad social, viabilidad económica y gestión medioambiental son los tres puntos entre los que se articula la respuesta, tal y como se puso el pasado miércoles en la jornada online ‘La huella de la agricultura y la ganadería en la alimentación’, organizada por Alltech

Claves para la mitigación de carbono en la ganadería

La tecnología aparece, de nuevo, como un ingrediente fundamental “pero en el futuro no es suficiente con aplicarla, sino que es necesario formar alianzas tecnológicas para conformar líneas estratégicas entre empresas y productores”, señala Xoán Rodríguez, director técnico de vacuno de leche en Alltech Spain. “La ganadería actual tiene que afrontar una serie de amenazas y dificultades, pero en ese contexto, las personas que la gestionan tienen que tener una inteligencia, es decir, ser flexibles y coger esto como una oportunidad; si nos exigen y nos aprietan por otro lado, hace falta interpretarlo como una oportunidad”, explica Rodríguez. Al respeto, las emisiones de una granja son el eje fundamental sobre el que la normativa pretende actuar. Es aquí donde cobran utilidad a tecnología y las herramientas que ofrece para “medir, predecir y reducir los índices técnicos de una granja en materia de cultivo, ganado, dieta, deyecciones y producción”, señala Xoán Rodríguez. “Las mediciones no se hacen con ningún tipo de aparato, sino que se hacen por estimaciones indirectas con herramientas competentes que tengan en cuenta el análisis de ciclo de vida, es decir, contemplando, no solamente lo que ocurre en la granja, sino todo aquello que la rodea”, apunta. Emisiones de la granja lechera. Fuente: Alltech

¿Por qué es importante medir?

“Hoy en día existen dos tipos de presiones sobre las emisiones de una granja: por la vía de las ayudas y el propio mercado. En la primera, hace falta tener en cuenta que con el apoyo de los Estados Miembros, las subvenciones de la nueva PAC irán vinculadas con los índices de una granja. En la segunda, el mercado exigirá una certificación de impacto medioambiental de los productos; de hecho, en el caso de Reino Unido, cadenas como Lidl o Aldi comunicaron que comenzarán a trabajar con esto hacia finales de este año”, destaca Xoán Rodríguez. En cualquiera caso “es fundamental tener una calidad de medición, pero hay que trabajar en estandarizar los criterios, puesto que, hoy en día, a pesar de que existen herramientas con un mayor y un menor nivel de agregación, lo fundamental es tener un criterio adecuado a la hora de hacer las estimaciones indirectas de las emisiones, y tener claro que es lo que hay que tener en cuenta”, señala Rodríguez.
“El mercado exigirá una certificación de impacto medioambiental de los productos; Lidl o Aldi comunicaron que comenzarán a trabajar con esto hacia finales de este año” (Xoán Rodríguez)

¿Como se pueden bajar las emisiones en una granja?

En esta tarea hace falta tener un punto de vista ‘poliédrico’, así lo define Xoán Rodríguez, donde la nutrición ocupa un lugar central debido a la carga de emisiones, tanto entéricas como aquellas que provienen de la aplicación de fertilizantes sobre cultivos para ganado. En su entorno, se sitúan otros aspectos importantes como la salud, el bienestar animal, la adaptación de la estrategia reproductiva, las deyecciones, la reducción de estrés o la producción forrajera. Reducción de las emisiones en forma poliédrica. Fuente: Alltech En cuanto a la producción forrajera, es necesaria la aplicación de buenas prácticas agrarias. Por eso, la valorización de las deyecciones como fertilizante, o la caracterización del ensilado y su manejo en el día a día puede mejorar la digestibilidad y, asimismo, minimizar las mermas, permitiendo una alimentación de precisión. Por otra parte, en cuanto a la salud, “hay que utilizar programas efectivos de vacunación, de control de la mastitis o de podología. En esta línea, para contribuir a la reducción de las emisiones es fundamental cuidar del bienestar del animal, y procurar reducir el estrés por calor”, subraya Rodríguez. “Un punto importante y polémico actualmente es la adaptación de la estrategia reproductiva; los animales evolucionaron y no podemos manejar la reproducción de las vacas en el s. XXI con los mismos criterios del s. XX; por esto, tiene que haber una gestión individualizada de los animales de acuerdo con el número de lactancia, con la productividad, con la persistencia de la lactancia o con su salud y condición corporal. En paralelo, es fundamental tener un programa excelente de cría y recría”, detalla el director de vacuno de leche de Alltech Spain.

Iniciativas de empresas para reducir las emisiones

Durante la jornada ‘La huella de la agricultura y la ganadería en la alimentación’ representantes de diferentes empresas transmitieron la importancia que se le está dando en la agroindustria al balance de las emisiones. “Aplicamos una estrategia integral con la finalidad de reducir las emisiones, tomando medidas en materia de producción forrajera, en las ganaderías, y en el ámbito industrial”, señala el director de compras y desarrollo de negocio de Covap Emilio de León. “En la producción forrajera sustituimos una parte del ensilado de maíz y desarrollamos un cultivo que se adapte a las necesidades del terreno, en nuestro caso, al Valle de los Pedroches, un territorio seco. En cuanto a las granjas, comenzamos a hacer mediciones de los factores de emisión y establecemos herramientas de mejora. Por último, en el campo industrial, estamos buscando el residuo que generamos para valorizar el máximo posible; en estos momentos estamos en el 85%, y en leche en el 95%. Además, planeamos varios proyectos de energías renovables y de tratamiento de las deyecciones”, detalla de León. Igualmente, el resto de empresas siguen trabajando bajo el mismo objetivo de reducir las emisiones, aunque no sin dificultades. “Estamos intentando reducir algo difícil de medir, hay que partir de la base de que el correcto es decir que podemos estimar las emisiones, y la primera dificultad al respeto es que existen muchas herramientas para hacerlo y no todas coinciden, por lo que hace falta tratar de armonizarnos en este sentido. Otro de los inconvenientes con los que nos encontramos es que esto es algo nuevo, y los ganaderos están pasando a ser gestores medioambientales”, concreta el responsable de aprovisionamiento lácteo de Nestlé España Javier Gómez. Del mismo modo, siguen trabajando en la puesta en marcha de iniciativas para avanzar cara los nuevos requerimientos medioambientales. “En las 230 granjas con las que colaboramos en la cornisa cantábrica pautamos una serie de medidas en torno a la reducción de metano entérico mediante plantas de biogas y la incorporación de ciertos aditivos; también introducimos producción de legumbres, fuera del maíz, y procedemos a una fertilización de precisión”, detalla Gómez. Por su parte, el coordinador del grupo de innovación de campo del Grupo AN, hizo especial alusión a las complicaciones que este compromiso ambiental tiene que sortear. “En esta conversión tenemos que darles a los ganaderos una buena formación y sobre todo mantener un discurso armonizado, trasladando efectivamente que es lo que se les quiere pedir y de qué manera lo pueden dar”.

Nuevas prioridades en la UE

La agricultura de carbono es un concepto con el que la Unión Europea se está familiarizando cada vez más, y se traduce como la captura de dióxido de carbono de los suelos agrícolas, pero incluye muchos aspectos, desde la gestión de los almacenes de carbono hasta los flujos de gases y gases de efecto invernadero en las explotaciones agrícolas. “Según el comunicado de la Comisión Europea de Agricultura y Ganadería del pasado diciembre de 2021, el objetivo que se pretende es conseguir un modelo de negocio ambiental que recompense a los gestores de la tierra por la mejora de las prácticas, resultando en el secuestro de carbono en los ecosistemas y la reducción de la liberación de carbono a la atmósfera”, amplía la subdirectora de cultivos herbáceos del Ministerio de Agricultura Paz Fentes. De este modo, la nueva Política Agraria Común se aplica en base a la consecución de esos objetivos, pero ¿cómo se encaja la agricultura de carbono en la nueva PAC?” La mitigación del cambio climático aparece como el objetivo específico número 4, por el cual, “un mínimo del 25% de los pagos directos deben dedicarse a los ecoesquemas; un mínimo del 35% del Feader debe tener una finalidad medioambiental y climática; establece indicadores de impacto y de resultado, y de seguimiento de la aplicación de la PAC, relacionados con carbono y suelos”. “Todos los pagos directos están fundamentados en el cumplimiento de una línea de base, la condicionalidad -que se refuerza-, y que incluye una serie de condiciones agrarias y medioambientales dentro de las cuales hay muchas que tienen que ver con la agricultura de carbono, por ejemplo, la Becam 1, sobre mantenimiento de pastos y destinada a evitar la reconversión del terreno a otros usos”, recalca Fentes. Una cuestión interesante con la que se pretende contribuir a mantener una estrategia de reducción es “la puesta en marcha de un marco de medición mediante una aplicación, en la cual, el ganadero introduciendo una serie de datos pueda estimar las emisiones de la ganadería; estamos trabajando para desarrollar algo así y facilitar la adopción de medidas en las granjas”, detalla Leonor Algarra, subdirectora de medios de producción ganaderos en el Ministerio de Agricultura.

Jornada online sobre la huella de carbono de la agricultura y la ganadería

El Grupo Alimentario de Innovación y Sostenibilidad (GIS) organiza el próximo 21 de septiembre a las 11:00 horas la jornada titulada “La huella de la agricultura y la ganadería en la alimentación”. Ricardo Migueláñez, coordinador del GIS, será el encargado de dar la bienvenida a la jornada. La inauguración correrá a cargo de Paz Fentes, Subdirectora de Cultivos Herbáceos e Industriales y Aceite de Oliva del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). Asimismo, Fentes será la encargada de llevar a cabo la ponencia titulada “La agricultura de carbono en Europa”. De la mano de Xoan Rodríguez, director técnico de Vacuno de leche en Alltech Spain, los asistentes conocerán las “Estrategias de mitigación de la huella de carbono en ganadería” Por último, tendrá lugar una mesa redonda titulada “Balance de emisiones agrícolas y ganaderas”, moderada por Manuel Laínez, director del INIA. Representantes del sector de la agricultura y la ganadería formarán parte de esta mesa, tales como Emilio de León. director de Compras y Desarrollo de Negocio de COVAP; Javier Gómez, responsable del aprovisionamiento lácteo de Nestlé España; Sergio Menéndez, coordinador del Grupo de Innovación de Campo del Grupo AN; y Leonor Algarra, Subdirectora de Medios de Producción Ganaderos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). Las inscripciones en el webinar pueden realizarse a través de este enlace: https://register.gotowebinar.com/register/7932740424087110928 Más información: info@gisalimentario.es | 91 721 79 29  

¿Cuál es la huella de carbono y la huella hídrica de producir un litro de leche en Galicia?

Este martes por la mañana tuvo lugar en Santiago de Compostela la jornada Sostenibilidad, Huella de Carbono y Huella Hídrica en la producción de leche, organizada por la Asociación Gallega de Cooperativas Agroalimentarias (AGACA). En ella fueron presentados resultados del proyecto “Mejora de la competitividad de las explotaciones de ganado vacuno lechero mediante asesoramiento para la reducción de la huella de carbono y la huella hídrica” iniciado en 2018, en el cual participó la Universidad de Santiago de Compostela (USC). En el proyecto se efectuó la medición de la huella hídrica y la huella de carbono en 100 explotaciones gallegas productoras de leche, con un promedio de 88 vacas en fase productiva. Ricardo Rebolledo, ingeniero industrial en la USC, explicó que mediante la metodología de análisis de ciclo de vida se halló que el promedio de los indicadores ambientales evaluados (huella de carbono y huella hídrica) fue de 1,42 kg de CO2 equivalente por litro de leche (en tanque frío de explotación) para la de carbono, en el promedio de la Unión Europea, situada en 1,4 kg, y de 1,33 m3/l en cuanto a la hídrica, también en la media comunitaria. En cuanto a fuentes de impacto, las cargas ambientales principales son, para la huella de carbono, las emisiones de campo (fertilizantes y piensos) y, para la huella hídrica, la alimentación del ganado. Un fenómeno que se observa, además, es que a mayor producción de leche, menor huella de carbono: “Se mejora el rendimiento de la producción de leche, considerando los mismos niveles de emisón y consumo, mejora mi indicador de huella de carbono y agua. En ambas huellas la emisión está ligada a emisiones de campo, aunque en el caso de la hídrica tienen mayor impacto los piensos”, precisó el investigador de la USC. Rebolledo indicó que las granjas analizadas tienen un valor de eficiencia próximo al 100% (58 tienen un valor del 100% y las restantes se sitúan mayoritariamente entre el 80% y el 100%).

Buenas prácticas para reducir la huella de carbono y hídrica en la producción de leche:

-Control de enfermedades para reducir la necesidad de recría y aumentar la producción vitalícia: El 20% de las pérdidas de productividad animal están estrechamente relacionadas con la enfermedad. -Uso eficiente del agua: Instalar sistemas de recuperación, utilizar sistemas de limpieza de agua a presión e instalar colectores para recoger y reutilizar las aguas pluviales. -Producción de biogás separando la parte sólida de la líquida del purín. -Mejorar la calidad de los alimentos de las vacas mediante: Mejora de la calidad de los forrajes, empleando trigo o cebada en lugar de paja, sorgo, maíz, piensos secos o residuos de cultivos. Apuesta por los sucedáneos de los alimentos: bagazo de cerveza... Promover el contenido proteico de la colza, un cultivo local, en comparación con la soja. -Gestión del abono y de los fertilizantes químicos: Adaptar su aplicación según las necesidades del suelo, realizando análisis periódicos del mismo. Uso de leguminosas (guisantes, tréboles...etc) para fijar nitrógeno y reducir la necesidad de fertilización nitroxenada a partir de estiércoles y fertilizantes de origen mineral. -Mejorar la gestión ambiental de las granjas mediante: Formación y sensibilización del personal Revisión periódica de equipos Plan estratégico de reducción de insumos, en especial abonos químicos y piensos.

Tendencias de futuro para reducir la huella de carbono e hídrica por litro de leche:

-Empleo de complementos alimenticios -Alimentación de precisión, ajustándola en cantidad y tipo de alimentos (especialmente en el caso del concentrado) al estado productivo de cada animal. -Uso de inhibidores: Afecta directamente a los microorganismos del rumen para evitar la producción de metano -Resistencia a las enfermedades, mediante la mejora genética.

Conclusiones:

-La huella de carbono aumenta a medida que disminuye el nivel de producción de leche, lo que muestra un sobredimensionamiento en el aprovechamiento de los recursos que consumen las pequeñas explotaciones ganaderas. -Se constató que en ambas huellas, la mayor parte de las cargas ambientales podrían estar asociadas a emisiones del campo, compra de piensos e insumos agrícolas para los campos. Reducir estos imputs contribuiría en una granja a reducir también su huella de carbono e hídrica. -Para la huella hídrica , la mayoría de los impactos podrían estar asociados la el tipo de ingredientes utilizados en el pienso adquirido , destacando el alto valor reportado para la cebada.

Elevada capacidad de las granjas gallegas de vacuno de leche para secuestrar carbono en el suelo

Por su parte, María Rosa Mosquera (catedrática de producción vegetal de la USC), indicó que la agrosilvicultura es clave para mantener y mejorar el carbono orgánico en el suelo. En concreto, fue analizada la presencia e influencia de superficies de pastos, frutales y forestal en las 100 granjas. Mosquera indicó la elevada capacidad de las explotaciones de Galicia para secuestar carbono, dado que la mayoría de las analizadas declaraba contar con alguna de las superficies, y recomendó la creación de planes de gestión adaptados al clima y cultivos de cada zona, además de encaminar las granjas hacia los pastos permanentes para alimentación del ganado, teniendo en cuenta no sólo el secuestro de carbono sino también la reducción de costes en mano de obra y compra de proteína, además de reducir el volumen de purines. Por otra parte, Victorio Collado, técnico de Ganadería de Cooperativas Campo-alimentarias de España, explicó carbon farming, mejores técnicas disponibles y posibles herramientas para controlar huella de carbono en el sector lácteo. María Luz Macho, subdirectora general de Meteorología y cambio climático, presentó diferentes herramientas y sistemas para calcular huella de carbono en las explotaciones y Lorenzo Bonoldi, de Nutralia Solutions, presentó Rumitech como caso de éxito en la reducción de la huella de carbono. Un momento da xornada Además, fue presentado el proyecto europeo GO-GRASS, en el que participa AGACA, cuyo objetivo es poner en valor los pastos y encontrar nuevos usos para la hierba (como camas y concentrado de proteína orgánica para animales, biochar y papel). La jornada forma parte del proyecto “Mejora de la competitividad de las explotaciones de ganado vacuno lechero mediante asesoramiento para la reducción de la huella de carbono y la huella hídrica”, en el marco del Programa Operativo de Inclusión Social y Economía Social, gestionado por la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES). Cuenta con el cofinanciamiento del Fondo Social Europeo, mediante la convocatoria de subvenciones dirigidas a entidades y empresas de la economía social para el desarrollo de proyectos destinados a la creación de empresas y entidades de la economía social o a la mejora de la competitividad y el apoyo a la consolidación empresarial de estas.

Agaca presenta o martes un estudo sobre pegada de carbono e hídrica das ganderías galegas de vacún de leite

El próximos martes 12 de julio tendrá lugar la jornada Sostenibilidad, Huella de Carbono y Huella Hídrica en la producción de leche, organizada por la Asociación Gallega de Cooperativas Agroalimentarias (AGACA).Será en el Hotel HUECA Puerta del Camino (Santiago de Compostela), de 09:00 a 17:30h. La primera ponencia se centrará en la presentación de los cálculos de la huella de carbono y la huella hídrica de 100 explotaciones del sector vacuno de leche, a cargo de Gumersindo Feijóo, catedrático de Ingeniería Química de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), entidad que colaboró con AGACA en el estudio. La jornada continúa con una ponencia sobre agrosilvicutura para mejorar el carbono en el suelo (a las 11:15h.) y otra sobre carbon farming (a las 12:00h.), y con la presentación del proyecto europeo GO-GRASS en el que participa AGACA, que busca nuevos usos para la hierba, tales como briquetas, biochar, camas y concentrado de proteína para animales y papel (a las 12:45h.). Por la tarde, de 16:00 a 17:30, las intervenciones se centrarán en la previsión, cálculo y reglamentación del cambio climático y en estrategias para reducción de huella de carbono. La Conselleira de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda, Ángeles Vázquez, y el director general de Ganadería, Agricultura e Industrias Agroalimentarias de la Consellería de Medio Rural, Silvestre Balseiros, participarán en la jornada. La iniciativa forma parte del proyecto “Mejora de la competitividad de las explotaciones de ganado vacuno lechero mediante asesoramiento para la reducción de la huella de carbono y la huella hídrica”, en el marco del Programa Operativo de Inclusión Social y Economía Social, gestionado por la Confederación Empresarial Española de lana Economía Social (CEPES). Cuenta con la cofinanciación del Fondo Social Europeo, mediante la convocatoria de subvenciones dirigidas la entidades y empresas de la economía social para el desarrollo de proyectos destinados a la creación de empresas y entidades de la economía social o a la mejora de la competitividad y el apoyo a la consolidación empresarial de estas.

Las granjas de vacuno de leche más eficientes son las que menos contaminan

Granjas más competitivas, sostenibles y resilientes en la producción de leche. Ese el objetivo principal del proyecto Dairy for future, en el que participan ganaderos e investigadores de 5 países del área Atlántica, en concreto de Irlanda, Reino Unido, Francia, España y Portugal. Esta semana, algunos de los investigadores involucrados en esta iniciativa internacional ponían en común aquellos aspectos sobre los que tendrán que hacer hincapié las granjas del futuro para afrontar los retos que se le plantean al sector. Esta jornada online ha reunido a buena parte de los profesionales involucrados en el proyecto que han aportado estrategias y presentado los resultados de algunos de los trabajos desarrollados en granjas en le marco de este proyecto. Entre los aspectos analizados se encuentran las consecuencias derivadas del cambio climático. La reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en las granjas es ya una preocupación de las ganaderías, puesto que uno de los objetivos marcados en las políticas europeas es conseguir un balance neutro de emisiones en la producción de alimentos. Conocer el impacto que las emisiones tienen en la granja puede resultar clave a la hora de trazar estrategias para reducirlas, tal y como coincidieron en señalar varios expertos. Los costes de producción, la innovación en el manejo y gestión de la ganadería o la necesidad de fidelizar al consumidor son otros de los retos que se trataron durante la jornada y que resultan transcendentales para las ganaderías tanto a corto como a largo plazo.

Ganaderías sostenibles ambientalmente

Conseguir la sostenibilidad ambiental en la granja es uno de los objetivos marcados dentro de las políticas del Pacto Verde Europeo. Lograr ganaderías con una producción más eficiente puede ser una de las vías para reducir el impacto ambiental tal y como apuntaron diferentes expertos en la jornada. Los esfuerzos que están realizando las granjas por reducir estas emisiones queda patente en los datos manejados en un estudio realizado en Reino Unido, en el que se constata una reducción del 19% de las emisiones de gases de efecto invernadero producidos por las granjas inglesas entre 2007 y 2017.
“Si se mejora la productividad y eficiencia en la granja podríamos reducir las emisiones de carbono”: Jude Capper, investigadora del Reino Unido
Parece haber una cierta correspondencia entre la producción de leche y las emisiones de carbono. Así, contar con animales más productivos ayuda a reducir el impacto ambiental tanto de la producción de leche como de carne. “Si se mejora la productividad y eficiencia podríamos reducir las emisiones de carbono. A medida que baja el rendimiento lácteo las emisiones de carbono suben”, explica Jude Capper, una de las investigadoras del Reino Unido que participó en la sesión. “No es que se esté promoviendo una mayor la producción. Hay que comprender las peculiaridades de los sistemas y mejorar las granjas, pero no hay un sistema que sea ideal para todos”, reconoce Capper. Correlación negativa entre la producción de leche y las emisiones de carbono en distintos países. [En verde la producción de leche. En amarillo las emisiones de carbono.] Gráfico elaborado por Jude Capper.En esta misma línea se presentan los resultados de los trabajos de investigación realizados con ganaderías gallegas desde el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM) para evaluar la relación entre el manejo del rebaño y la huella de carbono. El estudio, presentado en días pasado en el CIAM, demuestra que existe una relación entre las emisiones y la gestión de las granjas y el estiércol, así como la superficie de estas granjas, de modo que aquellas granjas que compran mucho pienso tienen mayor huella de carbono que aquellas que compran menos.
“El reto es seguir produciendo leche produciendo forraje abundante y de calidad”: César Resch, doctor e investigador del CIAM
“No se trata de los concentrados que le damos a los animales sino de la eficiencia de la granja, la ingesta de concentrado y la producción de leche. El reto es seguir produciendo leche a base de producir forraje abundante y de calidad”, apunta el doctor e investigador responsable César Resch. Las investigaciones sobre la huella de carbono y el amoníaco desarrolladas por la investigadora Marion Sorley del departamento de Agricultura de Irlanda (Teagasc) también señalan la importancia de controlar la eficiencia del pienso y del forraje para mitigar las emisiones de carbono en la granja. Aunque también es muy importante tener presentes las emisiones de estiércol. Además, y aunque el amoníaco no es un gas de efecto invernadero, apunta a la necesidad de abordar desde un punto de vista agrícola su gestión para reducir el impacto ambiental de las ganaderías.

Afrontar los costes de producción

Contar con ganaderías más eficientes también contribuye a reducir los gastos de producción ya que como apuntaban los investigadoras Laura Shewbridge-Carter del departamento escocés de agricultura (SRUC) y Mark Topliff del departamento de Desarrollo de la Agricultura del Reino Unido (AHDB), “aquellas granjas con mayores gastos no son las que tienen un mayor margen de beneficio”.
“Tener más vacas en la granja no siempre resulta un incremento del margen neto”: Laura Shewbridge-Carter, investigadora del SRUC
Los investigadores apuntaron a que los modelos de pastoreo se presentan como los sistemas con unos menores costes de producción frente a las ganaderías estabuladas, en base a un trabajo en el que analizaron la gestión y gastos de granjas en pastoreo, híbridas y estabuladas. De nuevo, la eficiencia de la ganadería será clave. “El hecho de tener más vacas en la granja no siempre resulta un incremento del margen neto”, indican. Además cuestiones, como tasa de sustitución o la edad del primer parto afectan directamente a la eficiencia financiera de la granja. “Contar con animales eficientes en la granja permite reducir la superficie de suelo y las necesidades de agua de la ganadería, lo que lleva también a una reducción de las emisiones y a un ahorro en los costes de producción”, explica la investigadora Jude Capper. Otro de los factores estudiados por Shewbridge-Carter y Topliff ha sido el gasto de las ganaderías en mano de obra. En este sentido, se observan grandes diferencias entre los países. Mientras en las granjas de regiones como Las Azores (Portugal) tienen un gasto mínimo en personal debido al propio sistema, ya que predomina el pastoreo, Francia se sitúa como el país con mayor inversión destinada al personal de la granja. “En Francia tiene un coste significativo el personal: con un gasto de 20 euros por hora a los empleados”, señalan.

Innovación adaptada a las necesidades del sector

Otro de los aspectos que están abordando en este proyecto son los Sistemas de conocimiento e innovación agrícola, conocidos como AKIS (por su acrónimo en inglés). En este campo se ha experimentado en los últimos años una transformación, pasando de un modelo lineal, en el que las innovaciones y estrategias salían de los centros de formación, pasaban por las oficinas agrarias y llegaban a los ganaderos como usuarios finales. “Ahora ese enfoque lineal ha cambiado y los granjeros son ya parte activa de esa toma de decisiones y transmisión de conocimientos desde el comienzo”, explica Liz King investigadora del AHDB.
“Los granjeros son ya parte activa de la toma de decisiones y transmisión de conocimientos en las estrategias innovadoras para el sector”: Liz King, investigadora del AHDB
Los ganaderos han pasado a colocarse en el centro de las estrategias, pasando a un modelo circular de confianza del granjero en el que también se tienen en cuenta otros elementos que influyen en la gestión de la granja y en el desarrollo de la actividad ganadera para proponer estrategias innovadoras. Además, se ha visto una transformación en el perfil del ganadero que influye directamente en el desarrollo de las innovaciones para el sector. “Cada vez las personas que entran en el sector son más tecnificadas y esperamos que entren más mujeres”, valora Liz King. El investigador Jean-Baptiste Dollé, del departamento de Agricultura francés (Idele) incide también en la importancia de involucrar a los productores en el desarrollo de estrategias. “Debemos involucrar a los ganaderos para que entiendan el papel que desempeñan en la lucha contra el cambio climático y la reducción de las emisiones. Debemos concienciar a los ganaderos de que se trata de un tema complejo para que los ganaderos adquieran nuevas prácticas”, señala.
“Debemos involucrar a los ganaderos para que entiendan el papel que desempeñan en la lucha contra el cambio climático y la reducción de las emisiones": Jean- Baptiste Dollé, investigador del Idele
En esta línea, en Francia han desarrollado una herramienta, la Cap2er, para evaluar los diferentes procesos de las granjas francesas, de modo que se estime la huella de carbono y se puedan plantear estrategias adaptadas para reducir las emisiones. Ahora se encuentran ya desarrollando una versión europea, tras solicitárselo varios países. Además, trabajan ya en un sello para certificar esta reducción de CO2. “Hemos creado una metodología para cuantificar y certificar estas reducciones de CO2. Es una herramienta esencial”, detalla Dollé. Están ya en proceso de certificación 1.300 granjas. De hecho, en Francia buscan una reducción de la huella de carbono de entre 15 y el 20% equivale a 300 o 400 toneladas CO2 por granjas en un período de 5 años. Para lograrlo plantean 40 prácticas de mitigación de las emisiones entre las que se encuentran cuestiones como la mejora genética de los cultivos, la mejora de la fertilidad de los suelos o la conservación de la biodiversidad.

Prácticas sencillas para reducir la huella de carbono en las ganaderías de vacuno de leche

Las limitaciones, y también las penalizaciones, a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, unos de los principales gases causantes del cambio climático, van a llegar también a la ganadería de vacuno de leche. La Unión Europea se marca dentro de su estrategia del Pacto Verde Europeo lograr en el 2050 una Europa climáticamente neutra, es decir que no emita CO2, en todos los sectores, entre ellos la producción de alimentos. En este contexto, el proyecto europeo Dairy for Future (D4F), coordinado en Galicia por la Agencia Gallega de la Calidad Alimentaria (AGACAL), acaba de presentar los resultados de un estudio, realizado en 80 granjas del Arco Atlántico Europeo, para medir la huella de carbono en las ganaderías de vacuno de leche y las formas de reducirla. El Doctor César Resch Zafra, investigador del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM) y coordinador en Galicia del proyecto, avanzó que “el objetivo de este estudio fue determinar que prácticas son más determinantes, algo que en este momento está en debate, para calcular las emisiones de dióxido de carbono de una granja de vacuno de leche, de cara a poder cuantificarlo y establecer medidas para reducir esa huella de carbono”. “Donde sí hay consenso es en que la unidad de medida debe ser en kilogramo de CO2 equivalente por litro de leche corregido”, añadió.

A menos carga ganadera menos emisiones de CO2

Uno de los factores que se analizaron fue la relación entre la carga ganadera, medida en cabezas de ganado por hectárea de superficie, y relacionándolo también con el porcentaje de novillas de reemplazo. Para eso, se ordenaron los resultados obtenidos en las 80 granjas en función de su carga ganadera de mayor a menor, resultando cuatro grupos en base a este parámetro. En cada grupo realizaron el promedio de porcentaje de novillas de reemplazo, resultando el cuadro siguiente.

Carga ganadera y porcentaje de novillas de reemplazo:

Fonte: Dairy For Future Siguiendo la misma metodología que en el caso anterior vemos que si agrupamos por emisiones de CO2 equivalente resulta el siguiente cuadro cuando la variable medida en el grupo es la carga ganadera.

Carga ganadera y emisión de carbono equivalente por litro de leche corregida:

Fonte: Dairy For Future “La conclusión clara es que a mayor carga ganadera más emisiones de carbono tendrá una granja de vacuno de leche. Y también que a mayor porcentaje de reposición, más emisiones, por lo que tendremos que procurar incrementar la longevidad de las vacas, con mayores producciones vitalicias, reducir el número de novillas e incrementar la Superficie Agraria Útil (SAU) de las granjas para así tener ganaderías con menor índice de emisión de carbono equivalente”, explica César Resch.

Cuanto más coste la ración de las vacas mayores serán las emisiones de CO2

Otro aspecto que se analizó en el proyecto Dairy For Future fue la relación que existe entre el coste de lo que comen las vacas (mayor o menor cantidad de pienso, de forrajes ensilados y de pasto o hierba en verde) y las emisiones de carbono.

Gasto en alimento por litro producida y emisión de carbono equivalente: 

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Fonte: Dairy For Future

Los resultados reflejan que las emisiones de CO2 por litro de leche se duplican según el coste de la alimentación de las vacas: 0,98 para las más basadas en pastoreo y 1,75 para las que emplean más pienso.

En este sentido, César Resch destacó que “el factor a controlar son los gramos de concentrado por litro producida, teniendo cómo objetivo de 200 a 250 gramos por litro de leche. Para que este objetivo sea factible económicamente necesitamos forraje en cantidad y calidad”. “El reto tecnológico está en producir 40 litros de leche con 9 kilos de concentrado y no con 12 o 14 kilos como está sucediendo en muchas granjas de vacuno de leche de España, algo que es inviable del punto de vista medioambiental y también económico con los precios actuales de las materias primas”, advirtió.

Las emisiones de CO2 por litro de leche producida parecen no tener relación con el sistema de producción que se utilice

¿Las vacas en pastoreo emiten menos CO2 que las que están estabuladas y reciben una ración unifeed? Para responder a esta pregunta el estudio analizó la relación entre el sistema de producción de las 80 granjas analizadas (desde las exclusivamente a pastoreo de Irlanda, semiextensivo en la Bretaña francesa a las ganaderías en las que las vacas están estabuladas y son alimentadas con forrajes ensilados, pasando poco tiempo en pastoreo).

Sistema de producción y emisión de carbono equivalente:

Fonte: Dairy For Future “No encontramos diferencias en las emisiones de CO2 por litro de leche corregida. La clave es que nosotros manejemos el sistema y que no sea el sistema el que nos maneje a nosotros”, destacó el coordinador del proyecto.

A mayor coste de producción de una granja.....mayores emisiones de CO2

Fonte: Dairy For Future Otro factor que analizó el estudio de Dairy for Future fue la relación entre lo que le cuesta a una ganadería producir un litro de leche y las emisiones de CO2 equivalentes. En este sentido, y como era de esperar, las del grupo que tienen mayores costes de producción, en torno a 0,37 euros el litro, son las que emiten más kilogramos de CO2, unos 1,41 kg por litro de leche corregida, mientras que las que registran menor coste, 0,20 euros por litro de leche, también emiten menos, sobre 1,29 euros el litro, algo que se relaciona fundamentalmente con la mayor eficiencia en la utilización de los recursos de la granja, nombradamente concentrados, abonos orgánicos e inorgánicos y forrajes entre otros.

Conclusiones:

-Las emisiones de gases de efecto invernadero son un buen indicador de la eficacia de uso de los recursos. -La precisión, independientemente del sistema (pastoreo, estabulación con ración unifeed, semiextensivo..), parece clave para controlar las emisiones de gases de efecto invernadero. -La emisión de GEI es un indicador de la salud económica de la granja, ya que se vincula con los costes de producción. -Para controlar las emisiones de CO2 es clave tener en cuenta: -El porcentaje de recría. -La cantidad de abono inorgánico que se emplea. -El uso adecuado del concentrado
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