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En España entran cada día 20 cisternas de leche y nata de Portugal y Francia

Evolución de las importaciones de productos lácteos desde la desaparición de las cuotas lácteas (Fuente: DataComex) El estancamiento de la producción láctea española y el mantenimiento de precios elevados durante el año 2023 (53,05 céntimos de media en España frente a los 46,97 céntimos de precio medio de la UE en el conjunto del año) han hecho que las importaciones de leche líquida se hayan disparado en el último ejercicio, al tiempo que las de queso también se han mantenido altas, contribuyendo a generar excedentes en las queserías españolas y gallegas. Los datos de comercio exterior del 2023 muestran un fuerte incremento de entradas de leche líquida y de nata, que superaron la barrera de las 200.000 toneladas, algo que no sucedía desde el fin de las cuotas lácteas en el año 2015. Las casi 550 toneladas diarias (20 cisternas) que entraron por la frontera en 2023 suponen casi una cuarta parte más (23,5%) de las que llegaron en 2022.
Por primera vez desde el final de las cuotas lácteas, el año pasado se superaron las 200.000 toneladas de leche y nata importadas
Pero a pesar del aumento de las entradas de leche, en el conjunto de los 12 meses del 2023 el mayor volumen de importación de productos lácteos en España corresponde al queso, seguido de la leche y la nata, la leche en polvo, el suero y la mantequilla. Importaciones de productos lácteos por categorías desde la desaparición de las cuotas lácteas (Fonte: DataComex) Sumando todas las categorías, el total de lácteos importados el año pasado ascendió a 945.758 toneladas, 74.457 más que en el ejercicio anterior (un 8,5% más), que sumado al incremento del 2022 (123.823 toneladas, un 16,5% más) supone un aumento del 25% en los últimos dos años.
España vuelve a los niveles del año 2015, con casi un millón de toneladas de productos lácteos importados
En conjunto, las cerca de un millón toneladas de productos lácteos importadas el año pasado superan levemente las cifras del año 2015, si bien la distribución entre categorías ha variado sustancialmente en estos años, con un descenso del 40% en las importaciones de leche y nata y un incremento en términos similares de queso, mantequilla y leche en polvo. Entrada de 8,5 cisternas de leche diarias de Portugal y 7,4 de Francia A pesar de esta tendencia creciente a la importación de productos industriales más elaborados, los mayores precios medios pagados durante el año 2023 en España con respecto al resto de países europeos han animado en el último año las importaciones de leche y de nata. En el conjunto del año habrían entrado casi 40.000 toneladas más que el año anterior, en el que a su vez ya habían entrado 30.000 toneladas más que en 2021. Desde el final de las cuotas lácteas la entrada de leche líquida en cisternas se había reducido a más de la mitad, pero en 2022 volvió repuntar con fuerza, una tendencia que continuó en 2023.
Leche Celta (Lactogal) cambió en sus bricks el sello PLS, que certifica el origen español de la materia prima, por el marcado UE para facilitar traer leche de Portugal
Las más de 200.000 toneladas importadas equivalen a unos 20 camiones diarios cruzando la frontera, de los que 8 proceden de Portugal y 7 de Francia, es decir, entre estos dos países suman tres cuartas partes del total. Si en las importaciones de queso mandan Holanda y Alemania, en lo que se refiere a la entrada de leche líquida, sigue mandando Portugal, con 83.069 toneladas entre enero y diciembre del año pasado, un 9% más que en todo el 2022 (76.179) y casi tres veces más que en el año 2019 (30.338).
La entrada de cisternas de leche procedente de Francia se incrementó un 22% el pasado año y las procedentes de Holanda casi se duplicaron
Francia, recuperó el pasado año el protagonismo perdido en cuanto a la llegada de cisternas de leche se refiere, con 70.632 toneladas, un 22,3% más que en el 2022, favorecido por los menores precios de la leche en origen en el país vecino. También se incrementó de manera muy considerable a llegada de leche y nata desde los Países Bajos, pasando de 15.804 toneladas a más de 28.657. Otros países con menor peso tradicionalmente en las importaciones de leche también aumentaron sus cifras en el último ejercicio. Así, aunque con menores registros en comparación con Portugal, Francia u Holanda, Irlanda e Italia también están incrementando su peso en la leche importada (Irlanda duplicó sus envíos de leche y nata el año pasado e Italia los triplicó).
Casi la mitad de las importaciones de leche francesa se produjeron en los meses de la primavera
La región de la Europa central, en la que se encontrarían países como Alemania, Holanda y también Francia o Irlanda, es el principal área productora de leche europea, acaparando 2 de cada 3 litros ordeñados en la UE, y también la principal zona exportadora hacia los países deficitarios del sur de Europa, como es el caso de España. El importante incremento de producción en algunos de estos países en 2023 favoreció las exportaciones, y el diferencial de precio a respecto de lo que se estaba pagando en España por el litro de leche en origen, que llegó a ser de 10 céntimos en primavera y se moderó hasta el entorno de los 5 céntimos en otoño, incentivó las compras de leche de la industria española en estos países. Por ejemplo, en primavera entró mucha leche de Francia, con precios sensiblemente inferiores a los que se estaban pagando aquí. Casi la mitad de las 70.632 toneladas de leche llegadas del país galo el año pasado vinieron en los meses de la primavera (en concreto, de marzo a junio 33.248 toneladas).
La caída de la producción en Europa y la igualación en los precios podría frenar las importaciones en 2024
Pero en este momento la situación ya es distinta y podría limitar las importaciones en 2024. Por un lado porque la condición excedentaria de los países centroeuropeos está moderándose por una caída en la producción que está siendo acusada en los casos de Alemania u Holanda, que venían de subidas del 3% el año pasado. Por otro lado, porque los precios se están igualando, más aún con las bajadas apuntadas por la industria en España para la renovación de contratos en esta primavera.

Más de 30.000 toneladas mensuales de queso importado

Siguiendo la línea fijada en la última década, las importaciones de queso muestran una clara tendencia ascendente en los últimos dos años. Los datos de comercio exterior del 2023 consolidan el ascenso en las entradas de queso a bajo precio que ya se habían dado en la segunda mitad del 2022. Las 363.039 toneladas de queso importadas entre enero y diciembre de 2023 superan las cifras de los 12 meses de 2022 (358.450), un año en el que ya se había notado con fuerza el aumento en la entrada de queso barato procedente de los países centroeuropeos. Pero hasta ahora las cifras mensuales se situaban normalmente por debajo de las 30.000 toneladas de queso de importación, una cifra que en el último ejercicio se superó en 8 de los 12 meses: marzo, mayo, junio, julio, agosto, octubre, noviembre y diciembre.
Las entradas de queso aumentaron un 1,3% con respecto al año anterior, en el que las importaciones ya habían subido un 5,4%
Por países, casi una cuarta parte de las toneladas importadas proceden de Holanda (88.677 toneladas, 13.000 más que en todo el 2022) y otro 22% de Alemania (79.412 toneladas,10.000 más que las inscritas en el conjunto del 2022). El tercer mayor exportador de queso hacia España es Francia, con 59.749 toneladas el año pasado, seguido de Italia (41.184), Bélgica (27.552), Dinamarca (24.047), Irlanda (8.751) y Portugal (7.615), que ha triplicado sus exportaciones de queso a España en los últimos dos años.
Portugal ha triplicado el queso exportado hacia España en los últimos dos años
Otros países, como Rumanía o Austria contribuyen con cantidades inferiores, de unas 1.000 toneladas/año. Fuera ya de la Unión Europea, el Reino Unido ha perdido mucha influencia en los últimos tres ejercicios, a raíz del Brexit, pasando de casi 14.000 toneladas en 2020 a unas 4.000 el año pasado.

“Es preciso avanzar en el etiquetado del origen del queso para frenar las importaciones de lácteos”

La falta de leche, por el descenso de producción en los últimos meses, y sus precios, que se mantienen en niveles elevados, pese a la bajada generalizada en la renovación de los contratos de esta primavera, están llevando a las industrias y cadenas de distribución asentadas en España a tirar de las importaciones para suministrarse. Cada día, más de 30 cisternas de leche y nata cruzan la frontera, principalmente de Francia y Portugal, pero también de Alemania y Holanda, entre otros países. Son cantidades significativas, que no se veían en los últimos años.
La llegada de cisternas de leche y nata se duplicó con respecto al año pasado y la importación de quesos aumentó un 20%
El queso sigue la misma tendencia. Las más de 51.000 toneladas importadas en los dos primeros meses del año suponen un máximo histórico, junto al año 2016. Conviene tener en cuenta además que el volumen importado de quesos en estos dos meses representa aproximadamente unas 350.000 toneladas de leche equivalente. Ante esta situación, el sector llama a adoptar medidas. Hablamos de la situación con Román Santalla, responsable del sector lechero de UPA, la matriz estatal de Unións Agrarias, y secretario de la Interprofesional Láctea, un órgano que reúne a productores e industrias en el que se hace un seguimiento trimestral de las importaciones de leche y derivados, entre otras muchas funciones. “Lo estábamos viendo. Ante el precio que estaba manteniendo aquí la materia prima, tanto la industria como la distribución recurren a lo de siempre, a las importaciones, generando presión interna para intentar desmantelar el mercado”, cuestiona. Román pone el foco en la importancia de un etiquetado claro. “El etiquetado del origen de la leche, iniciado a partir de la crisis de precios del 2015-2016, dio muy buenos resultados. La leche que se vende hoy es básicamente de origen español, porque nadie quiere cogerse las manos diciendo que está vendiendo leche francesa”, asegura.
Con el etiquetado del origen de la leche conseguimos que nadie quiera cogerse las manos diciendo que está vendiendo leche francesa
Por eso, dice, “es muy importante seguir avanzando también en el etiquetado del origen del queso". "Nos queda un camino largo aún por andar en ese sentido. Sabemos que hay una valoración creciente de los productos de proximidad por parte del consumidor”, argumenta. Altibajos en el precio del queso El queso sufrió en los últimos meses una serie de oscilaciones en el precio, con un comportamiento distinto en España con respecto al resto de países europeos. “Las queserías españolas no lograron trasladar a la distribución la subida de costes. Por eso están echando mano a la leche spot para hacer queso industrial. El flujo de las cisternas de leche importadas viene básicamente para queso y la leche desnatada se usa también mucho para producto industrial”, asegura Román.
Las importaciones de cisternas de leche vienen básicamente para queso, no para envasar para consumo directo
“La subida del queso en Europa fue espectacular en una primera fase, con una subida fortísima, de un 35% de penalti, mientras aquí el queso español, particularmente el gallego, fue capaz de trasladar tan sólo un 10% de subida al punto de venta. Por eso las queserías gallegas estuvieron en problemas. Pero en los últimos meses el queso gallego y español siguió aumentando el precio, hasta lograr una revalorización del 20-25% en este momento, mientras el queso en grandes barras que viene de Europa, y que después se trocea aquí, sufrió una bajada tremenda”, cuenta. “No somos capaces de competir con el queso alemán” Román, que es también presidente de la cooperativa Cobideza, que cuenta con quesería propia (Doña Cobiña), reconoce que “en España las queserías no somos capaces de competir en precio con el queso alemán”.
En España las queserías no tenemos tecnología ni volumen para competir con las grandes fábricas alemanas, donde ‘desnaturalizan’ la leche y logran hacer queso a precios irrisorios
“El queso que viene a España es un queso prefabricado. Lo que llega aquí son, por así decirlo, los 'despojos' de la leche convertidos en queso, pero como se corta en una máquina y se echa en una hamburguesa o en una pizza, se sigue usando. Primero desnaturalizan la leche, le sacan hasta la última 'alegría', aprovechan la materia grasa y la proteína a tope y con lo que queda hacen queso. Son fábricas muy grandes que tienen capacidad para hacer eso. El valor añadido se lo sacan a los otros productos y logran producir el queso a precios irrisorios. En España las queserías no tenemos tecnología ni volumen para competir con eso”, admite. El sector español está posicionado en el mercado sobre la base de la calidad y origen, pero advierte de la necesidad de controlar las importaciones y de etiquetar correctamente los quesos importados, así como los sucedáneos de queso que, en ocasiones, se etiquetan como queso, un problema del que se viene advirtiendo desde hace años.

Evolución de las cifras de importaciones

Las entradas de leche y nata del exterior se doblaron en enero de este año, en comparación con el mismo mes del 2022, en tanto las importaciones de quesos fueron las más altas de un mes de enero en toda la serie histórica -junto a 2016-, con consecuencias sobre las queserías gallegas. Febrero sigue el mismo camino. Solo en el mes de febrero llegaron del exterior 26.138 toneladas de leche y nata (tanto sin concentrar como concentradas), 25.710 toneladas de queso, 3.000 toneladas de mantequilla y 19.215 toneladas de suero de mantequilla y lactosuero.
Llegan cada mes casi 1.000 cisternas de leche y nata, el doble que el año pasado
Por países, la leche y la nata proceden mayoritariamente de Francia, Portugal, Países Bajos y Alemania, mientras que el queso viene, por este orden, de Holanda, Alemania, Francia, Italia, Bélgica y Dinamarca. Fonte: DataComex, Estatísticas de comercio exterior (Ministerio de Industria, Comercio e Turismo) En conjunto, las 51.500 toneladas de leche y nata importados en enero y febrero son más del doble de las compradas al exterior en los primeros dos meses del año pasado.
El queso que procede de Francia e Italia es un producto de mayor valor añadido que el procedente de Alemania o Holanda
Precios un 10% más altos en España en febrero El precio medio de la leche pagada en origen en la UE se situaba en el mes de febrero en 53,3 céntimos, descendiendo en marzo hasta los 51,8 céntimos. De los principales países productores de leche, España era el que mantenía en febrero el precio más alto (58,5 céntimos), muy por arriba de otros países como Francia (50 céntimos), Alemania y Portugal (54,1), Holanda (56) o Italia (57,4). Del mismo modo, España también era en febrero uno de los países con mayor caída en la producción con respecto al mes de febrero del año anterior. En el lado contrario se situaban Bélgica (+5%), los Países Bajos (+4%), Alemania (+2,3%), Dinamarca (+1%), Polonia (+1%) o Portugal (+0,4%). En marzo, la producción repuntó en España, pero aún se situó por debajo de la de marzo de 2022 un 0,4%. Galicia, por su parte, retomó la senda de leve crecimiento, con cerca de un 1% más de entregas en el último mes que en marzo de 2022.
En los últimos 12 meses la producción bajó en España un 2,6% mientras en Holanda se incrementó un 2,2% y en Alemania un 0,7%
Estos dos factores, precio y producción, están empujando las importaciones en lo que va de año. Así, las industrias lácteas y cadenas de distribución están compensando la menor producción de leche en España con un significativo aumento de las importaciones de lácteos. El queso, producto refugio La caída en la cotización de productos lácteos como la leche en polvo en los mercados internacionales en el último año está haciendo del queso un producto refugio para los países excedentarios, como Alemania. La producción de queso en la UE aumentó en los dos primeros meses de este año un 0,9% con respecto al mismo período de 2022; la de mantequilla un 3,4% y la de nata un 3,8%. La caída de las exportaciones a terceros países está derivando parte de la producción europea al mercado interno de los países del sur de la UE, como puede ser España.
Alemania produce mucha más leche de la que consume y deriva parte de su producción a la fabricación de queso para la exportación
La estrategia transformadora de la industria láctea española es muy diferente a la de países como Francia, Alemania, Italia o Holanda. Las fábricas existentes en España están mucho más enfocadas al envasado de leche líquida y mucho menos a la producción de quesos.

“Está volviendo a entrar queso barato de Centroeuropa, desplazando a los quesos en barra gallegos”

Larsa es una de las empresas que fabrica queso en barra en Galicia, al igual que Prado, Hoxe, Farelo o Lorán Prácticamente habían desaparecido de los lineales en el último año pero están volviendo con fuerza. En las últimas semanas se están volviendo a ver en los supermercados quesos de importación, con precios de venta al público de 7 euros el kilo, que están desplazando a los quesos en barra fabricados en Galicia, con precios entre 2 y 5 euros más caros y que no son capaces de competir con los de origen europeo. Los precios de compra de queso de importación por parte de las cadenas de distribución se mueven en este momento alrededor de los 4 euros, cuando la simple compra de la materia prima con los precios actuales en Galicia ya excedería ese nivel.
Fabricar un kilo de queso de barra a nosotros nos sale a 6,5 euros y ahora mismo está viniendo de Alemania y Holanda a 4 euros
“El precio de la leche aquí no está para competir. El aprovisionamiento de la materia prima y el transporte a la fábrica supondría ya 5,5 euros, a lo que habría que sumar otro euro del proceso de elaboración. Fabricar un kilo de queso de barra a nosotros nos sale a 6,5 euros”, explican en una quesería gallega. Problema recurrente La entrada de queso barato procedente de Europa es una circunstancia con la que están acostumbradas a tener que lidiar las queserías gallegas. No es algo nuevo que las grandes industrias lácteas de Alemania, Holanda o Dinamarca utilicen las exportaciones de queso Edam o Gouda a bajo coste para regular sus excedentes mientras mantienen precios elevados en su mercado interno. Pero la competencia que supone esta práctica para los fabricantes gallegos de queso en barra y queso loncheado casi había desaparecido en el último año y medio, sobre todo tras la guerra de Ucrania, que llevó a una caída generalizada de la producción láctea en Europa a causa de los elevados costes de producción y al repunte de las cotizaciones de los productos industriales como la nata, la mantequilla o la leche en polvo, que monopolizaron durante meses la transformación láctea.
Mientras la mantequilla y la leche en polvo mantuvieron precios altos monopolizaron la transformación industrial en detrimento de los quesos
Pero el descenso que están sufriendo desde hace algunos meses estos productos en los mercados internacionales están volviendo a derivar los excedentes de producción de los países del centro y norte de Europa de nuevo hacia aquellos tipos de queso considerados comodities y que no están sufriendo caídas tan acusadas en sus cotizaciones. Aumento de la producción en el norte de Europa y falta de leche en el sur A esto se añade el incremento de producción que se está dando en los países del norte de Europa, con aumentos superiores al 4% en Holanda y al 3% en Alemania, en contraposición con lo que sucede en los países del sur, como España, Italia o Portugal, que no han sido capaces de recuperar su producción y mantienen aún niveles en negativo.
El incremento de producción en Alemania, Holanda y Polonia estaría empujando la exportación de quesos hacia países deficitarios como España
“Aquí no está habiendo tanta abundancia de leche y no priva que en otoño tengamos falta de ella otra vez”, admite Benigno Pereira, de Queizuar, que recuerda lo que pasó en 2022. “Faltó leche casi todo el año, ya a partir de febrero o marzo, pero la caída más fuerte fue de julio a octubre. Andaba todo el mundo desesperado peleándose por un litro de leche”, admite. La situación llegó a ser crítica en verano y los supermercados llegaron a notar la ausencia de productos lácteos en sus lineales. “Fuimos agotando los stocks porque en febrero recogíamos medio millón de litros de leche a la semana y en agosto solo 300.000”, reconoce.
Aquí no está habiendo tanta abundancia de leche y no priva que en otoño tengamos falta de ella otra vez. Hay que buscar el punto de coherencia y de equilibrio en los precios, manteniendo el diálogo con el productor
La empresa que fabrica los quesos Bama mantiene un acuerdo estable con la cooperativa Pico Sacro, con la que llevan trabajando 30 años. Benigno defiende que la industria y los productores vayan de la mano y puedan mantener sus márgenes de beneficio. “Nosotros no necesitamos una leche barata porque si los ganaderos no ganan dinero no producen. Yo soy partidario de que los alimentos tengan un precio digno. Todo el mundo está pendiente de la cadena de valor, pero nadie está pendiente de la cadena de suministro; nadie se preocupó de asegurar el aprovisionamiento y las industrias lo vamos a pasar mal. Lo que no puede ser es que una granja viable cierre. Si no tiene sucesión hay que buscar una solución para que esa explotación siga produciendo”, afirma. Efecto en cadena Queizuar transforma en este momento 18 millones de litros de leche al año, poniendo en el mercado 2 millones y medio de kilos de queso, pero en 5 años quieren crecer hasta los 30 millones de litros de leche transformados, tras una inversión de 10 millones de euros para incrementar la capacidad productiva de su factoría de Touro. Su producción está centrada en quesos con denominación de origen, por lo que la entrada de queso barato de Europa no les afectaría directamente, aunque sí de manera más indirecta. “Afectar nos afecta a todos porque se da un movimiento acordeón. Ya nos están llamando para preguntarnos cuándo vamos a bajar el queso y cuánto”, reconoce Benigno.
Ya nos están llamando para preguntarnos cuándo vamos a bajar el queso y cuánto
Larsa, Queserías Pardo, o la Cooperativa Hoxe estarían entre las más perjudicadas por la competencia directa del queso de importación. “El queso barato había desaparecido un poco, pero está entrando otra vez. Eso nos afecta a las ventas. Lo estamos notando desde principios de año”, reconoce Lito Andión, gerente de la quesería de Lalín. Hoxe es una de las empresas que hacen queso barra en Galicia. Hace 20 años suponía el 80% de su producción, que han ido derivando hacia otro tipo de quesos. En la actualidad, la producción de la cooperativa se reparte al 50% entre el formato industrial y los quesos con DOP. “La barra es muy variable en el mercado y dependes de lo que suceda en el exterior para defender el producto; los otros quesos que fabricamos tienen precios más estables”, admite Lito.
La barra es muy variable en el mercado y dependes de la coyuntura exterior para defender el producto
Otras queserías más industriales, como Entrepinares o TGT, no se verían tan afectadas. La empresa de Valladolid, con factoría en Vilalba, mantiene acuerdos estables con Mercadona que le garantizan la venta del producto, mientras que la compañía catalana propietaria de las queixerías Ruta Xacobea y Ferrado Verde cuenta también con importadora, por lo que tendría capacidad para comprar fuera el queso industrial cuando está barato y compensar la caída de producción en las fábricas de O Pino y Santa Comba, más enfocadas a la producción de quesos de denominación de origen Tetilla y Arzúa-Ulloa.

“Que venga queso de importación es un obstáculo para poder retribuir como hasta ahora la leche a los ganaderos”

Lito Andión, en el interior de la quesería de la cooperativa Hoxe en Lalín Países de centroeuropa, como Alemania y Holanda son los grandes productores de queso barato en Europa. En el caso de Alemania, la leche procede en ocasiones de Polonia, aunque la empresa fabricante sea alemana. “Hasta ahora la leche que sobraba en esos países iba para mantequilla y nata, pero al caer el precio de esos productos nos inundan a nosotros con queso”, explica Lito, que asegura que el hecho de que venga queso de importación es un obstáculo para poder retribuir como hasta ahora la leche a los ganaderos. Ofertas imposibles Para poder mantener su queso barra en los supermercados y la restauración las empresas gallegas se ven obligadas a hacer promociones imposibles, puesto que ese queso que tienen almacenado y al que quieren dar salida fue fabricado con costes de producción elevados. “Es cierto que el precio ahora ha bajado, pero no hemos sido las empresas queseras las que más hemos bajado la leche. Nosotros intentamos aguantar los precios”, indica el gerente de Hoxe, con precios en el campo que se acercan en este momento, tras la renovación de contratos, a los 53 céntimos. También Queizuar está produciendo en este momento con costes elevados, después de pagar la leche de marzo a 60 céntimos. Cuando el precio comenzó a dispararse, la empresa de Touro llegó a un acuerdo con sus granjas proveedoras para aplicar un decalaje de un mes tanto en las subidas como en las bajadas de precio para poder retribuir de este modo al productor acorde al precio de venta alcanzado por el producto elaborado en el mercado.
El año pasado sufrimos un aumento de costes del 55% y solo logramos repercutir la mitad de eso en el precio de venta del queso
“Las cadenas de distribución te empiezan a pedir que bajes pero nosotros aún tenemos unos costes muy altos y un hueco por cubrir del año pasado que no hemos recuperado aún porque no trasladamos al precio del queso todo el incremento de costes que tuvimos”, explica Benigno. Queizuar tuvo el año pasado un aumento de costes del 54,7% (incluida la subida del 60% en el precio de la leche en origen) pero solo logró subir el precio de venta del queso a los supermercados un 27%, un desfase que se dejó notar en la cuenta de resultados de la empresa. El salvavidas de las denominaciones de origen Benigno Pereira, en las instalaciones de Queizuar en Touro Benigno lleva 34 años en el sector y es un claro defensor de las denominaciones de origen, “aunque tengan que ir evolucionando con el mercado”, dice. “Hay que seguir apoyando los productos de calidad diferenciada porque son los que pueden dar un poco de estabilidad en los precios. Las denominaciones de origen son un paraguas defensivo”, asegura.
Francia hace otro tipo de quesos a los de Alemania y Holanda, que no compiten con los gallegos
El responsable de Bama es partidario de imitar el modelo italiano. “Allí la leche que producen la meten en quesos y productos de valor y el brick lo importan de Alemania y Austria”, explica. El consumo de queso en el mes de marzo “se portó bien”, dice, por el efecto de la Semana Santa, pero pasado ese momento que supone una mayor salida de producto, abril puede ser más complicado. “Seguimos estancados en un consumo medio de 7 kilos por habitante y año cuando el promedio en Francia es de 22 kilos y en Italia de 18”, compara Benigno.
Desde que los precios del queso aumentaron se consume más pieza grande al corte en la charcutería en detrimento del queso entero de tamaño estándar
Otra tendencia que se está notando en el consumo a raíz de la subida de precios motivada por la inflación y de la pérdida de poder adquisitivo de la población es la recuperación de la venta de queso al corte en detrimento de las piezas individuales. “Se consume más la pieza grande que se compra en porciones en la charcutería que la pieza pequeña entera porque el queso de tamaño estándar, de 750 gramos, pasó de costar 7€ a costar ahora 9 o 10 euros y la gente sigue gastando los mismos 7€ y llevando menos cantidad”, explica Lito. 

¿Qué logrará el etiquetado en origen de los lácteos ante una balanza comercial negativa de 1,9 millones de toneladas?

El decreto que obligará al etiquetado en origen de la leche y de los productos lácteos a partir de enero es uno de los pocos frutos visibles de un acuerdo lácteo que el sector ganadero considera fallido. Unións Agrarias presentó hoy un balance del acuerdo lácteo y aprovechó para trasladar propuestas de trabajo. Una de las prioridades para la organización pasa por aprovechar la oportunidad del etiquetado en origen de los lácteos, de forma que haya una campaña institucional que promueva la calidad y garantías sanitarias de la producción española. La balanza comercial de España en leche presenta un déficit de casi 1,9 millones de toneladas de leche equivalente, según los cálculos de Unións Agrarias. En el 2017, se importaron lácteos por un volumen de 3,4 millones de toneladas de leche y se exportaron por volumen de 1,5 millones de toneladas. Esa diferencia de 1,9 millones de toneladas se podría recortar en teoría con aumentos progresivos de la producción de las ganaderías españolas, si bien el sector es consciente de que no es tarea fácil. El principal objetivo se centra en reducir las importaciones de leche en cisternas, así como de productos lácteos para su transformación industrial en España. También se espera que la entrada de leche y otros lácteos envasados queden retratados ante los consumidores por la ausencia de la mención al origen español en las etiquetas. Más complicado se presenta el panorama en los quesos, que copan las dos terceras partes de las importaciones españolas en leche equivalente. Los lineales de quesos de las grandes cadenas de la distribución están dominados por los quesos europeos, una competencia en precio y variedad de oferta ante la que el sector quesero español de vacuno se ve impotente. Tres años del acuerdo lácteo Este mes se cumplió el tercer aniversario del acuerdo lácteo y también se cumple otro aniversario, el del año que hace que no se reúne la comisión de seguimiento del acuerdo, que en principio iba a tener reuniones trimestrales, con participación de las industrias, cooperativas, cadenas de distribución y organizaciones agrarias firmantes. Unións Agrarias urge al Ministerio de Agricultura a reactivar la comisión de seguimiento del acuerdo y marca tres temas prioritarios. El primero, el ya hablado de la campaña para promover la leche en origen. El segundo, el abordaje de la situación de la cadena de valor de la leche, “con unos grupos de distribución que siguen usando la leche como producto reclamo y con unas industrias que están aumentando beneficios a cuenta de los ganaderos”, cuestiona el secretario general de Unións, Roberto García. Y un tercer punto, la negociación de precios de la leche en el campo en línea con la tendencia al alza que se está registrando en Europa. El balance que hace Unións Agrarias de los tres primeros años del acuerdo lácteo es claramente negativo, marcados por la banalización de la leche en los supemercados y por unos precios de la leche en el campo que no se corresponden -dicen- con los beneficios de las industrias. “El precio de la leche en el supemercado no debe bajar de 68 céntimos y estamos viendo ofertas todos los días en el entorno de los 55 céntimos”, cuestionan. La organización agraria apunta también a la revalorización que experimentó la grasa láctea en los últimos años, de la que considera que se beneficiaron las industrias en mucha mayor medida que los ganaderos. Unións espera que en los próximos meses las organizaciones de productores cobren peso real en la negociación de la leche en el campo, una vez que se publique el decreto de reforma del Paquete Lácteo. “Es una lástima que aquí en Galicia tengamos una Consellería que en lugar de apoyar a las organizaciones de productores, se dedica a boicotear a Ulega -la organización de productores impulsada por Unións Agrarias-, dejándonos todos los años al margen de las ayudas que convoca para OPs”, critica Roberto García.

La importación de leche ha bajado a la mitad los dos últimos años

El mercado lácteo español continúa siendo deficitario, produce más de lo que consume, pero los aumentos de las entregas de leche que se experimentaron en los últimos años en las granjas, tras el fin de las cuotas, se están notando en la balanza comercial. Durante 2017, España importó la mitad de leche sin concentrar que en el 2015, 149.000 toneladas por las 312.000 del 2015, con datos enero-noviembre. La nota negativa de la balanza continúa en el mercado de quesos, pues España incrementó un 12% las importaciones en los últimos años, llegando a las 265.000 toneladas, por las 236.000 del 2015. La reducción de la importación de leche sin concentrar revela menores compras de las industrias lácteas al exterior, si bien desde el sector se espera a que salga adelante la normativa que obligará a etiquetar el origen de los productos lácteos, de cara a evitar confusiones en el consumidor y a bajar aun más las compras foráneas de leche. En derivados lácteos, la balanza comercial continúa prácticamente sin cambios en los últimos años, con la excepción de los quesos extranjeros, que aumentaron su cuota un 12% y siguen dominando las ventas en la gran distribución. Mantequilla, lactosueros y leches y natas concentrados se mantienen en cifras similares a las de antes del fin de las cuotas. Exportaciones Las ventas al exterior de las industrias lácteas aumentaron de forma sensible en los dos últimos años, si bien principalmente en productos de bajo valor añadido. En leche y nata sin concentrar se pasó de las 185.000 toneladas del 2015 a 256.000, y en producto concentrado de 41.000 hace dos años a 65.400, siempre con comparatativas del periodo enero-noviembre, pues los datos de diciembre del pasado año están aún sin procesar. En quesos, las ventas al exterior aumentaron en 15.000 toneladas, la mitad de lo que crecieron las importaciones. Se exportaron 90.000 toneladas en el 2017 por las 75.000 del 2015. Galicia Frente a lo que sucede en el resto del Estado, las exportaciones gallegas bajaron en casi todas las categorías de producto en los dos últimos años, salvo en quesos, que representan una parte minoritaria de las ventas gallegas al exterior. Durante el último año, se exportaron 1.500 toneladas por las 980 de hace dos años. La parte positiva de la balanza comercial gallega es la reducción de las importaciones de leche. En el 2017, entraron en la comunidad 62.000 toneladas de leche y nata sin concentrar (periodo enero-noviembre) por las 158.000 del mismo periodo del 2015. También bajó la entrada de lactosueros y mantequilla, aunque aumentó ligeramente la de suero de mantequilla y la de leche y nata concentrados.