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Se convocan las ayudas para compensar los daños causados por el lobo y el jabalí en los cultivos y en el ganado

La Xunta de Galicia convocó hoy las ayudas para paliar los daños que provocan el lobo y el jabalí sobre el sector agroganadero, dotadas de un presupuesto global de 2,06 millones de euros. Estos incentivos podrán solicitarse a partir de mañana, 18 de enero. En concreto, el Diario Oficial de Galicia publicó, por un lado, la orden en la que se establecen las bases reguladoras de las subvenciones para paliar los daños producidos por el lobo y se convocan para 2024. Con un presupuesto asignado de 612.724 euros, estas ayudas van dirigidas a los propietarios de ganado afectado por ataques de estos animales y que se comuniquen en el teléfono 012 entre el 1 de octubre de 2023 y el 30 de septiembre de 2024. Con carácter general, las cuantías de las ayudas variarán en función de las especies afectadas y de su edad, oscilando entre los 37,7 euros de un ejemplar de ganado ovino/caprino adulto de 6 años o más y los 2.598,7 euros de una res bovina de raza autóctona de entre 2 y 6 años. En todo caso, estos importes se calcularán en base al baremo establecido en la propia orden, pudiendo incrementarse en un 10% en el caso de aquellas explotaciones en las que se tenga comprobada la aplicación de medidas preventivas de manera favorable. La orden recoge también la posibilidad de sufragar los gastos veterinarios de las reses que resulten heridas; los gastos de eutanasia acreditados, de ser necesaria esta medida; y los abortos que sufran las reses, a consecuencia del acto de depredación. Esta convocatoria incluye también un importe adicional, en concepto de lucro cesante, para el ganado bovino y ovino-caprino reproductor de carne y leche (hembras), que oscilará entre los 9,1 euros (en el caso de una cabra hembra adulta de entre 1 y 6 años) y los 1.803,1 euros (para vacas de entre 2 y 6 años).

Medidas frente al impacto del jabalí

Por otra parte, hace falta subrayar que hoy también se publicó en el DOG otra orden de ayudas dotada de 1,44 millones de euros con el fin de paliar las consecuencias y el impacto que causan las incursiones del jabalí sobre los cultivos agrícolas. En este caso, se subvencionarán los daños producidos por esta especie entre lo 11 de octubre de 2023 y el 10 de octubre de este año y la cuantía máxima a la que podrán optar los afectados será de 2.750 euros por explotación, variando el importe en función de la superficie dañada. Por último, hace falta indicar que hoy también se publicó una nueva convocatoria de ayudas por parte de la Vicepresidencia Segunda e Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda destinadas a prevenir los daños producidos por determinadas especies de fauna silvestre, concretamente, el lobo, el jabalí y el oso. En este caso, el presupuesto global previsto suma 1,51 millones de euros con el siguiente detalle. La mayor partida, 1 millón de euros, se reserva para la adquisición y mantenimiento de perros protectores y defensores del ganado, pastores eléctricos y cercas móviles de malla electrificada frente al lobo. En el caso del jabalí, la dotación de la convocatoria asciende a 490.000 euros, y para prever los daños ocasionados por el oso, el presupuesto es de 20.000 euros, partidas destinadas, en ambos casos, a sufragar la compra de pastores eléctricos. En cuanto a los importes, los límites establecidos en la propia orden son de hasta 300 euros por perro protector adquirido y de 200 euros para mantenimiento —con un límite de 3 animales por explotación—; un máximo de 600 euros para la compra de hasta 3 pastores eléctricos; y hasta 800 euros por explotación para la compra de, como mucho, 8 mallas electrificadas. Estas ayudas para la prevención de los daños que causan el lobo, el oso y el jabalí en las explotaciones agrícolas y ganaderas de la Comunidad podrán solicitarse a partir de mañana y hasta el próximo 19 de febrero.

FRUGA apunta que el problema con el jabalí no se puede dejar en manos de las asociaciones de caza

La Federación Rural Galega (FRUGA) muestra su preocupación por la dejadez de funciones por parte del Gobierno gallego poniendo en manos de las asociaciones de caza el control del jabalí. Apuntan a la aparición de daños sobre la actividad primaria y también a cuestiones de alarma social, seguridad vial y protección civil, entre otras. Acusan a la Xunta de tomar decisiones de “oídas” o por las noticias de los medios de comunicación, “es decir, sin ningún rigor científico”. Recuerdan además, que el anuncio de la Consellería de Medio Ambiente de emergencia cinegética afecta al 80% del territorio gallego, un total de 37 comarcas. FRUGA dice no tener ninguna constancia de la existencia de la realización de un censo de la población de jabalí, ni de su estructura piramidal de edades, entre otros aspectos muy importantes como las edades de reproducción de las hembras. La Federación declara llevar años insistiendo para la realización de estudios de este tipo. En un comunicado emitido a los medios, desde FRUGA dicen ser conscientes de que existe un grave problema social, económico e incluso ecológico con esta especie, y evidentemente dejar la solución de este problema en manos de un colectivo que emplea la caza como deporte o afición, “no parece lo más idóneo, serio y riguroso”. De esta manera, el ejecutivo gallego estaría obviando toda la responsabilidad propia de la administración, e incluso como si los propios cazadores fueran los responsables de este grave problema del medio rural y en ámbitos más urbanos. De esta manera, quieren hacer un llamamiento a los cazadores para que no participen en este “ridículo esperpento al que nos tiene acostumbrados la Xunta de Galicia con este tema”. FRUGA entiende que los cazadores pueden ser unos grandes colaboradores pero nunca pueden ser los responsables de llevar a cabo el control de una posible “plaga”. Sin embargo, no sería la primera vez, ya que en el año 2019 la Xunta también realizó una declaración de Emergencia cinegética “y cuatro años después estamos viendo claramente que fue un fracaso total y absoluto”. Aparte, llama la atención que esta medida se tome a mediados de septiembre cuando gan parte de los frutos están recogidos, por lo que ven esta medida como populista y con propósitos electorales ante la cercanía de las elecciones al Parlamento de Galicia. Para finalizar, desde FRUGA reclaman que la Xunta no haga renuncia de sus responsabilidades, ejerza sus competencias y proceda a acometer la realización de un estudio para conocer la situación de la población y todos aquellos aspectos que ayuden a tomar decisiones objetivas. También piden que en caso de ser necesario, la Xunta tenga la valentía política para la declaración de plaga del jabalí.

¿Puede solucionar la declaración de emergencia cinegética el problema del jabalí?

La expansión del jabalí en Galicia ha llevado en los últimos años a un problema que ya presenta difícil solución. A falta de estudios concretos de su censo, las cifras de daños confirman la dimensión del problema. El jabalí genera en la comunidad alrededor de 4.000 avisos de daños en el campo al año al teléfono 012 y unos 10 siniestros diarios en las carreteras. A eso hay que unirle la alarma social que crean las incursiones de la especie en las ciudades y villas, con esporádicos ataques a personas. Para enfrentar la situación, la Consellería de Medio Ambiente ha publicado hoy en el Diario Oficial de Galicia la tercera declaración de emergencia cinegética del jabalí, que abarca 37 comarcas y 248 ayuntamientos. Es la declaración de emergencia más ambiciosa a nivel territorial y abre la puerta a la caza sin límite de la especie durante todos los días de la semana hasta el 25 de febrero, con inclusión de métodos no convencionales, como el uso de visores nocturnos, detectores de movimiento o comederos de atracción. Con todo, la declaración de emergencia cinegética genera escepticismo tanto entre organizaciones agrarias como entre los propios cazadores. Desde el campo se considera la declaración de emergencia cinegética un parche, pues existe la convicción de que la caza social, la tradicional herramienta de gestión de la fauna salvaje, ya es insuficiente para enfrentar el problema. Entre tanto, los cazadores recuerdan que las declaraciones de emergencia cinegética pasadas apenas sí lograron resultados adicionales en algunas zonas concretas, pues los Tecores carecen en general de capacidad y tiempo para aumentar el esfuerzo tradicional de caza con días y batidas a mayores. ¿Qué cuestiones es precieso tener en cuenta para abordar el problema del jabalí?. Por parte de las organizaciones agrarias, pedimos la opinión de Jacobo Feijoo, y por parte de los cazadores, de Antonio Mota, de la Unión de Tecores de Galicia.
Jacobo Feijoo. Responsable de desarrollo rural de Unións Agrarias

“No se le puede pedir a la caza social que arregle el problema, la Xunta tiene que ser la directora de orquesta”

“Llevamos tres declaraciones de emergencia cinegética del jabalí y probablemente habrá una cuarta, una quinta y una sexta, porque esto no es una solución”, opina el responsable de Desarrollo Rural de Unións, Jacobo Feijoo. “Es cierto que tenemos que reinvindicar el papel de la caza social como una herramienta de gestión de la fauna y del propio equilibrio ecológico, pero lo que no podemos es pedirle a los cazadores que arreglen un problema de tal dimensión. Necesitamos que la Xunta actúe de directora de orquesta y planifique los controles de población de la especie”, defiende Feijoo. Sobre los 4.000 avisos de daños que el agro comunicó el año pasado a la Xunta, Feijoo opina que es la "punta del iceberg". "Hay mucha gente que no llama porque los daños comunicados ya exceden la cuantía de la ayuda que le pueden pagar, o bien porque se cansan de la situación o dada la reiteración de daños, sólo llaman puntualmente". Planificación de objetivos Desde la perspectiva de Unións Agrarias, es preciso que la Administración coordine con los Tecores unos objetivos y plazos de animales a abatir, en función de un plan técnico. “En general, estamos teniendo buena coordinación con los Tecores cuando les comunicamos la existencia de daños y la necesidad de controles, pero en los casos en que esa colaboración no exista, si la Administración detecta que un Tecor no cumple con unos objetivos que se marquen, quizás sea preciso llevar allí cazadores de otras zonas”, valora Jacobo Feijoo. Jaulas capturadoras de grupos familiares La organización agraria considera también imprescindible el uso de jaulas capturadoras de mayor dimensión a las que se están empleando en la actualidad, de cara a la captura de grupos familiares completos, sobre todo en zonas en las que la caza no es viable, como pueden ser las áreas de viñedo del Ribeiro.
Antonio Mota. Unitega

“Tres días de caza a la semana son suficientes, la solución no es aumentar los días de caza, hay que hablar y consensuar acuerdos”

La declaración de emergencia cinegética, que abre la puerta a cazar en batida cualquier día de la semana, previa comunicación, es una medida que los cazadores consideran “de cara a la galería”. “En plena temporada de caza, tres días de caza a la semana (jueves, sábados y domingos) y los festivos son suficientes. Abrir el melón a batidas los lunes, martes, miércoles o viernes nos parece desproporcionado, es una cortina de humo”, valora Antonio Mota, secretario de la Unión de Tecores de Galicia (Unitega). Como elemento positivo, Mota señala que algunas posibilidades que introduce la declaración de emergencia cinegética, como el uso de visores nocturnos, pueden ser parte de la solución. “En Portugal vemos que están funcionando, por lo que de cara al futuro, los visores pueden ser interesantes, siempre y cuando se haga un uso seguro”. Disponibilidad de los cazadores y seguridad en el rural La ampliación de días de caza es una decisión a la que Mota le ve poco recorrido, no solo por las dificultades de disponibilidad de las cuadrillas para buscar días adicionales de caza. Mota incide en especial en la cuestión de la seguridad. “En el monte y en el campo hay más gente, aparte de los cazadores. Es bueno que los días de batidas de caza sean los habituales, los conocidos por los vecinos, para evitar situaciones de riesgo” -valora-. “Otra cosa son las esperas, que ya se podían hacer todos los días”, recuerda. Evitar un segundo conflicto en la caza En relación a las demandas que llegan de las organizaciones agrarias, Mota señala que en general hay entendimiento con ellas cuando se sientan a hablar, pero advierte de posibles conflictos adicionales. “Si hablan de llevar cazadores de una zona a otra, estaríamos probablemente creando tensiones y conflictos donde no los hay. Tenemos ya un problema, que es el del jabalí, no creemos otro nuevo”, cuestiona. “Hay que decir también que llevamos dos temporadas en que no percibimos un aumento de las peticiones de batidas excepcionales. Quizás el problema del jabalí se haya estabilizado y no vaya a más, que es algo que ya está pasando en otras autonomías, como Aragón. Carecemos de estudios detallados de la población de la especie, pero quizás su curva de crecimiento se esté parando, si no doblando”, sopesa Antonio Mota. Afrontar situaciones concretas: el caso del Ribeiro, Ribeira Sacra y Monterrei Mota es partidario de afrontar los casos de zonas concretas con problemas. Reconoce que el jabalí, y también el corzo, son un problema en zonas de viñedo como el Ribeiro o la Ribeira Sacra, “y probablemente lo vayan a ser también en Monterrei”, apunta. “Son zonas en las que creció la superficie de viñedos y donde, al ser una superficie agrícola intensiva, no se caza. Por tanto, ahí la caza no es una solución, habrá que valorar otras medidas”, subraya. Comarcas vitícolas como el Ribeiro presentan la singularidad de numerosos núcleos de población rodeados de viñas, en los que por las características del entorno, habitado y con plantaciones y personas trabajando, la caza no es posible. Sobre la opción de que se empleen jaulas para la captura de los ejemplares en las comarcas vitícolas, Mota señala que es una posibilidad que Medio Ambiente descarta. “Quizás sea una medida efectiva, pero en las reuniones Medio Ambiente considera inviable esa medida por los altos costes de gestión que le ve. No es solo colocar las jaulas, es luego gestionar como residuo los ejemplares que se capturen”, señala Mota. Como vía para definir soluciones, Mota es partidario de sentarse a hablar para llegar a acuerdos. “El lugar podría ser una comisión parlamentaria, con intervención de todos los colectivos implicados”, apunta.

Claves de la declaración de emergencia cinegética

El Diario Oficial de Galicia publica hoy cuatro resoluciones de Medio Ambiente, una por provincia, con las correspondientes declaraciones de zonas de emergencia cinegética. Estas son las claves de la medida: - Se permite abatir o capturar jabalís sin límite de ejemplares, prioritariamente hembras adultas y subadultas. También se permite abatir crías y hembras seguidas de crías. - En los Tecores, las cacerías correspondientes a jornadas que no estén aprobadas en el plan anual deberán ser comunicadas previamente a la jefatura territorial competente en caza. - En las zonas libres de caza, las cacerías estarán sujetas a autorización y deberán pedirse con 10 días de antelación. Hasta el 6 de enero, se podrán autorizar cacerías los lunes, martes, miércoles, viernes y sábados, siempre que no sean festivos. De 7 de enero a 25 de febrero se excluyen los sábados. - En la modalidad de espera, pueden agruparse en una sola comunicación varias jornadas, debiendo indicarse expresamente las coordenadas de los puestos fijos que se vayan a ocupar. - En los Tecores, se podrá autorizar a los propietarios de los terrenos afectados a realizar personalmente, o mediante terceros, esperas, con autorización del titular del aprovechamiento cinegético. - Se permite el uso de visores ópticos durante las esperas nocturnas, así como fuentes luminosas. También el uso de dispositivos electrónicos, como detectores de movimiento o controladores de horas de paso, para la posterior realización de esperas nocturnas. - En los cultivos donde haya daños, se podrán disponer cebaderos con grano o frutos, con el objetivo de aumentar la eficacia de los controles. Del mismo modo, se permite la captura en vivo de los jabalís, con posterior sacrificio de los ejemplares, de acuerdo con el procedimiento establecido por la Consellería de Medio Ambiente.

Declarada la emergencia cinegética temporal por el jabalí en 37 comarcas gallegas

La Directora general de Patrimonio Natural, Belén do Campo, anunció que a partir de este viernes quedará declarada la emergencia cinegética temporal por la presencia y los daños ocasionados por el jabalí en un total de 37 comarcas gallegas. En concreto, durante la vigencia de la declaración en estas comarcas se permitirá abatir o capturar, sin límite de ejemplares, jabalís de ambos sexos, prioritariamente hembras adultas y subadultas de cualquier edad. “Las circunstancias que se están produciendo con relación al jabalí hacían necesario articular una declaración excepcional de este tipo en la búsqueda de eliminar el riesgo y reducir el tamaño de las poblaciones de la especie mediante la adopción de medidas que ayuden a prevenir dentro de lo posible futuros daños”, señaló do Campo. Asimismo, en las zonas en situación de emergencia cinegética temporal será posible abatir crías y hembras sucesivas de crías siempre y cuando haya una autorización especial previa por parte de la Dirección General de Patrimonio Natural, de acuerdo con el establecido en la Ley de caza de Galicia. Además, se habilitan en estas zonas una serie de herramientas cinegéticas que contribuyan al control de las poblaciones del jabalí, como la ampliación de los períodos en los que se puede ejercer la actividad cinegética, en jornadas que no estén aprobadas en el correspondiente plan anual de aprovechamiento de la temporada 2023-2024 de los tecores, o la autorización para el uso de medios auxiliares —como visores ópticos, detectores electrónicos de paso o presencia de animales y cebaderos de grano o frutos colocados en los cultivos dañados— que favorezcan la eficacia y el excelente aprovechamiento cinegético, faciliten la identificación de los ejemplares y garanticen la seguridad de las personas. Del mismo modo, en las comarcas con declaración de emergencia se podrá autorizar a los propietarios afectados a realizar esperas o esperas en terrenos de régimen cinegético especial —personalmente o mediante terceros— con autorización del titular del aprovechamiento, así como otra serie de medidas que complemente la actividad cinegética regrada y el control de los daños de la especie establecidos en la resolución anual. Las declaraciones de emergencia cinegética temporal en las árelas señaladas incluyen los tecores y zonas libres donde se podrán desarrollar estas medidas extraordinarias y excepcionales. En total, la declaración abarca 37 comarcas (12 en la Coruña, 9 en Lugo, 11 en Ourense y 5 en Pontevedra) que comprenden 248 concellos (75 de ellos coruñeses, 54 lucenses, 87 ourensanos y 32 pontevedreses) y un 80,7 % de la superficie total de Galicia. La vigencia de estas resoluciones se extenderá desde este sábado, 16 de septiembre —fecha de entrada en vigor de las 4 resoluciones— hasta el 25 de febrero del próximo año, abarcando así el período hábil de caza del jabalí en la temporada 2023-2024. Con todo, podrá quedar suspendida antes en su conjunto o en parte del ámbito de aplicación, siempre previa resolución, de constatarse que desaparecieron las causas que motivaron la declaración. Zonas sobre las que tendrá efecto la nueva medida excepcional. // Fuente: Xunta de Galicia

Las ayudas por los daños causados por el lobo y el jabalí podrán pedirse a partir de hoy

La directora general de Patrimonio Natural, Belén do Campo, visitando una explotación de bovino en Rodeiro Este jueves salen publicadas en el DOG dos órdenes de ayudas para, por un lado, implantar medidas preventivas frente al lobo, el oso y el jabalí en explotaciones ganaderas, agrícolas y de autoconsumo, con una dotación de 1,06 millones de euros; y por otro, para contribuir a los costes derivados de la instalación de vallas fijas para proteger al  ganado de los ataques del lobo, una línea a la que se destinarán 400.000 euros. A partir de este viernes y durante el plazo de un mes, las ganaderías podrán acogerse a estas nuevas convocatorias de ayudas, gracias a las cuales la Xunta movilizará en 2023 algo más de 1,4 millones de euros solo para apoyar al sector en la implantación de medidas efectivas que protejan sus propiedades del impacto causado por la fauna silvestre con la que comparten el territorio.
El plazo para solicitar las ayudas es de un mes
En concreto, entre las medidas de prevención subvencionables está la adquisición y mantenimiento de perros para proteger y defender el ganado (hasta 300 euros por ejemplar y 200 euros para gastos de alimentación, con un límite de 3 perros por explotación); la compra de pastores eléctricos (hasta 600 euros para comprar como máximo 3 pastores); y la instalación de cercas con mallas electrificadas (8 mallas y 800 euros por explotación).
Se subvencionan un máximo de 3 perros, 3 pastores eléctricos y 8 mallas electrificadas por explotación
Además de las subvenciones para prevención que se convocan en el DOG de este jueves, en el mes de diciembre se publicó otra orden de ayudas para compensar los daños ocasionados por el lobo, con un presupuesto reservado de 646.000 euros, la misma cuantía que en 2022. Medidas preventivas e indemnizaciones frente a los jabalís En el caso de las medidas frente a los jabalís, el pasado 21 de diciembre también se convocó la orden de subvenciones para paliar el impacto de este tipo de incursiones en los cultivos agrícolas ligados a explotaciones profesionales y a propiedades particulares, con un presupuesto inicial de 1,45 millones de euros.
La cuantía máxima de la ayuda por daños del jabalí será en esta ocasión de 2.750 euros por explotación, 250 euros más que en la convocatoria anterior
Se subvencionarán los daños producidos por esta especie entre el 11 de octubre de 2022 y el 10 de octubre de este año y, como principal novedad, la cuantía máxima de la ayuda será en esta ocasión de 2.750 euros por explotación, es decir, 250 euros más que en la convocatoria anterior. Al presupuesto destinado por la Xunta para indemnizar a los afectados por las incursiones del jabalí en sus cultivos hay que sumar también los 286.000 euros reservados para prevenir o minimizar los daños dentro de la orden de ayudas que se publicó hoy en el DOG.

‘Futuro del jabalí ante el declive de la caza social en Galicia’

¿Podrá la caza social gallega controlar los daños del jabalí en el agro gallego en el medio plazo?. Opinamos que la respuesta es un claro no, y ello por la falta inmediata de cazadores que se avecina. En apenas 15 años es previsible que haya solo la cuarta parte de los 35.000 cazadores actuales, lo que hará colapsar el actual sistema de caza social en Galicia tal y como lo conocemos hoy día. Entremos en el análisis. Para ello usaremos los datos oficiales de licencias A1 y A2 de caza con armas, expedidas en Galicia entre 1997 y 2021, y analizaremos igualmente el marco de gestión del jabalí. Que el jabalí es una especie en expansión, parece indiscutible, como lo atestiguan datos indirectos crecientes, como que en 2020 hubo ya 3.300 accidentes de tráfico en las carreteras gallegas causados por atropellos de jabalí, unos 12 millones de euros de pérdidas en cultivos, mayormente maíz, praderas y castaña, y unos 17.000 jabalíes abatidos en acciones de caza. Dada la actual capacidad reproductiva de la especie, controlar las poblaciones exige un alto nivel de presión cinegética. Para ello se organizan unas 21.000 batidas al año en Galicia, en las que se da caza a los citados aproximadamente 17.000 ejemplares. Todo a cargo de 35.000 cazadores, si bien no todos cazan el jabalí. Probablemente el censo de cazadores de caza mayor esté en el entorno de un tercio de los cazadores con licencia en vigor.
Es razonable estimar que en diez años, el número de cazadores se reducirá a la mitad en Galicia
Y aquí es donde empieza el problema: Entre el año 2000 y el año 2020 el censo de cazadores en Galicia, según datos oficiales de la Xunta de licencias de caza A1 e A2, ha descendido en un 50%. (desde 71.178 a 35.100 licencias). Pero es que además, el censo de cazadores en 2021 presenta un 48% de licencias en manos de personas mayores de 65 años, cuando al principio de la serie, en 1998, ese tramo de edad representaba apena el 15%. La caza hoy va siendo una práctica de viejos, cuando ayer lo era de jóvenes. Siendo así los datos, es razonable estimar que en unos 10 años el número de cazadores se va a reducir en Galicia a la mitad. Y en otros 5 años, otra vez otra mitad, también por razones puramente de edad de los titulares de las licencias y la falta de incorporaciones a la afición cinegética. O lo que es lo mismo: de seguir la tendencia actual en Galicia, los cazadores se reducirán a una cuarta parte en los próximos 15 años. Con un censo ya por debajo de 9.000 cazadores, no es realista pretender mantener la misma presión cinegética que en la actualidad, donde ya la caza social está desbordada por la pujanza reproductora del jabalí, y un marco legal y un ambiente social absolutamente contrarios al relevo generacional y la incorporación de jóvenes a la afición de la caza. Este razonamiento heurístico coincide con un análisis estadístico de proyección de los datos de licencias anuales de caza, como se muestra en el gráfico siguiente, donde las medias estimadas a partir del año 2022, calculadas por un algoritmo predictivo a partir de la tendencia histórica previa, se dan con una confianza estadística del 95%: La situación va a ser muy delicada, pues el control poblacional del jabalí no será posible sin medidas que, de alguna forma, complementen la actividad de una caza social en franco descenso.
El control poblacional del jabalí no será posible sólo a través de la caza social
¿Qué nos dice la experiencia sobre cómo se regulan las poblaciones de animales salvajes, de alta tasa de reproducción como el jabalí, cuando la caza deja de ser el elemento principal de control de las mismas? La respuesta es simple, el factor de regulación pasa a ser la enfermedad, sea en forma de parásitos, enfermedades infecciosas, zoonosis (que son aquellas enfermedades de los animales que pueden pasar al ser humano), y ya más concretamente en el caso del jabalí, la peste porcina africana, que tendría además un terrible impacto fuera del monte, en el sector porcino. Estamos pues ante un serio dilema, de cómo evitar un desastre de sanidad animal en ausencia de una intensidad de caza suficiente, aunque tenemos un cierto tiempo para ir planificando el futuro. Mejoras en el uso de jaulas de captura En cuanto al control directo de los daños del jabalí sobre la agricultura, y la intrusión del jabalí en los entornos urbanos, y ya hablando de complementos de la caza, el uso de jaulas de captura tiene que empezar a cobrar el protagonismo que ya tiene en otras zonas de España, donde es un elemento imprescindible en la captura de grupos familiares de jabalíes que incursionan en plantaciones frutales y diversos cultivos. Para ello, la Administración tiene que dar pasos decisivos para ir incorporando esta técnica de una forma clara y eficaz, aunque su coste, claro está, no puede correr a costa del agricultor o ganadero que sufre los daños, como ocurre con el marco actual en Galicia, donde el coste del manejo de la jaula, de la eutanasia de los animales y el tratamiento de los cadáveres se pretende imputar al ganadero, y no a la Administración. Responsabilidad de daños Por otro lado una reforma legal, en el sentido de no imputar la responsabilidad objetiva de los daños del jabalí a los que cada vez van a pasar a ser menos y menos cazadores, parece igualmente imperativa, y más pronto que tarde habrá que abordarla. Y no descartemos que haya que profesionalizar en el futuro el control de la fauna, algo que ahora sale gratis a la sociedad con la caza social.
No descartemos que en un futuro haya que profesionalizar el control de la fauna, algo que ahora le sale gratis a la sociedad
De lo dicho hasta este punto, queda claro que independientemente de la sensibilidad o afinidad personal que se tenga hacia la caza, es un instrumento de gestión absolutamente necesario para el control de poblaciones de animales que, como el jabalí, son enormemente prolíficos, y que carecen de depredadores naturales, excepto el lobo, el cual a día de hoy probablemente no tenga en el jabalí en Galicia ni un 15% de su dieta, pues prefiere presas que le exijan menor gasto calórico y peligrosidad. Los cazadores hacen un papel fundamental en la conservación del equilibrio ecológico y la sanidad animal, y utilizan el mismo instrumento que la naturaleza: la caza. Pues no olvidemos que el depredador que controla una población en el medio natural, sea un lobo, un águila, o un tigre de Bengala, hace uso de la caza. Pero, como se viene analizando, todo indica que entraremos pronto en una nueva fase en la que la caza, tal como se viene practicando en Galicia, no va a tener la capacidad de controlar las poblaciones del jabalí, ni tampoco sus daños sobre los cultivos. Y por eso, para poder complementar a la caza social a donde ella ya no pueda llegar en el futuro, hay que usar la imaginación, ponerse a trabajar y tomar medidas que nos anticipen soluciones, antes de que vayamos ya corriendo detrás del problema.

El jabalí se adelanta a la campaña del maíz

Las altas temperaturas registradas este verano están haciendo que los ciclos del maíz se adelanten en muchas zonas. Con todo, en la mayor parte de las plantaciones aún está por criar la espiga. Pese a eso, ya se están produciendo importantes daños del jabalí en distintos puntos de Galicia. En muchas de las parcelas afectadas, aun estando cerradas con hilos del pastor eléctrico, el cerdo bravo está causando igualmente estragos. La Mariña Lucense es una de las zonas más afectadas por los ataques del jabalí. “El maíz aún casi no tiene espiga con granos y las manadas de jabalís están causando grandes danos”, explican desde la cooperativa Os Irmandiños, integrada en Clun. Precisamente en ayuntamientos como Ribadeo o Trabada están detectándose parcelas arrasadas ya por la fauna salvaje. “Este año los ataques están siendo mucho peores que en otras campañas”, señala José Ramón Loza, responsable del área de cultivos de la cooperativa Os Irmandiños.
“El maíz aún casi no tiene espiga con granos y las manadas de jabalís están causando grandes daños”: José Ramón Loza, de Os Irmandiños
En esta zona ya habían tenido daños del jabalí durante la siembra, aunque puntuales y habían conseguido atajarlos con distintas medidas realizadas por los cotos de caza. Ahora apuntan que están sufriendo daños muy severos. Más hacia el interior de la provincia, en parcelas de Castro de Rei también están acusando daños provocados por la incursión de manadas de jabalís. En algunos casos, los daños se produjeron en fincas que ya acusaban importantes dificultades por la sequía y que ya dan totalmente por perdidas tras pasar los jabalís por ellas. Daños en una finca de maíz en Castro de Rei (Lugo). En la provincia de A Coruña, en ayuntamientos como Lousame, la incidencia del jabalí dejó daños importantes ya en la siembra y ahora vuelven a tenerlos. Es el caso por ejemplo de Henrique Laranga que en esta campaña tuvo que sembrar de nuevo 4 hectáreas de maíz, con el gasto que eso implica. En algunos casos incluso tuvo que resembrar hasta 4 veces el maíz. “El maíz que no me comió en la siembra es el que está viniendo más temprano y el que me está comiendo ahora. Lleva ya más de 1,5 hectáreas de daños”, apunta el ganadero.
Ganaderos de Lousame tuvieron que sembrar varias veces las parcelas y ahora tienen ya más de una hectárea de maíz nuevamente afectado por el jabalí
Aunque están autorizadas batidas para este fin de semana, apuntan que llegan tarde, ya que hay muchas fincas con muchos daños, en una campaña en la que la producción ya está siendo menor por la sequía. Insisten en que las acciones preventivas deberían llevarse a cabo más ajustadas a los calendarios de las cosechas y siembras, para que resulten más efectivas. “El jabalí está siendo una plaga, aunque no quieran reconocerlo”, valora el ganadero. También en el Deza están registrándose ya daños en parcelas de maíz, al que aún le falta tiempo para madurar. En Lalín detectaron daños incluso en fincas que estaban cerradas con el pastor eléctrico. Al igual que los ganaderos de la costa lucense, reclaman acciones para controlar la fauna. Esta zona está siendo muy castigada por la sequía y los daños del cerdo bravo reducen una cosecha que ya se espera muy inferior a la de otros años. Solo por la sequía se estima que la cosecha se reduzca en más del 40% en la comarca, a lo que se añaden ahora los daños causados por el jabalí. Prados con daños por el jabalí en Cervantes.

Arrasa con las praderas en Os Ancares

Aunque en los meses centrales del verano es habitual que casi no haya daños del jabalí, en la zona de Os Ancares están sufriendo importantes daños en las praderas ya en los últimos meses. José Manuel Rodríguez, ganadero de Cervantes, registró importantes pérdidas en sus prados ya desde junio. “Ya no se esconden nada. Estamos cansados de ver los jabalís junto al rebaño, por entre las vacas”, apunta el ganadero. En los prados donde tiene algo de riego los daños se prolongan todo el año.
“Además de los daños que te hace en la hierba, tuve que segar con la máquina pequeña, con lo que me lleva más tiempo y las vacas no pacen allí por mucho tiempo”: José Manuel Rodríguez, ganadero de Cervantes
Esta campaña, José Manuel tuvo importantes daños en las praderas que tenía para seco, lo que le ocasionó recoger menos cantidad de forraje del que contaba, en un año en el que el aprovisionamiento de forraje es fundamental, dados los altos costes que está teniendo el pienso. Al margen de coger menos hierba, los estragos del jabalí en los prados también llevan parejo mayor carga de trabajo para el ganadero. “Además de los daños que te hace en la hierba, tuve que segar con la máquina pequeña, con el que me lleva más tiempo y las vacas no pacen allí por mucho tiempo”, explica. José Manuel ya dio cuenta este año de 20.000 metros cuadrados de praderas afectadas, aunque reconoce que es más superficie la dañada. “Muchas veces son daños pequeños en un prado y en otro, y solo acabas por poner aquellas fincas en las que hay más destrozo, pero al final todo suma. Vas reduciendo de un lado y de otro y cuando te das cuenta te quedas con menos hierba de la que precisas”, argumenta el ganadero, que tiene un rebaño de unas 60 cabezas de ganado de carne. Como él, ganaderos de Os Ancares llevan tiempo reclamando medidas que les ayuden a paliar los daños de la fauna salvaje, dado que muchas acciones de control están limitadas al encontrarse en plena Red Natura y Reserva de caza. “No están haciendo batidas, aunque lleguen a estar autorizadas y los que pagamos siempre somos los ganaderos. Cada vez quedamos menos y de este modo no va a quedar nadie con ganado”, señala.

Instalación de jaulas-trampa

Desde organizaciones como Unións Agrarias apuntan que está habiendo una mayor sensibilidad y entendimiento entre cazadores, ganaderos y agricultores, lo que está dejando una mayor colaboración a la hora de organizar batidas por daños en aquellas zonas afectadas. Con todo, desde Uniones siguen insistiendo en la importancia de contar con más medidas para el control de la fauna salvaje, tal y como habían recogido en la Iniciativa Legislativa Popular que habían presentado al Parlamento Gallego y que fue rechazada por el gobierno autonómico. En este mismo mes, desde Unións remitieron de nuevo a la Consellería de Medio Ambiente una petición para el uso de jaulas-trampa para el control de los jabalís en aquellas zonas con mayor incidencia. Solicitan cambios en la gestión de este método, ya que en la actualidad es el ganadero o agricultor quien debe hacerse cargo del animal que cae en la jaula, lo que está suponiendo un importante gasto para los productores, al tiempo que limita su uso “Mientras obliguen a los ganaderos a asumir la gestión de los animales que caen, no se utilizarán. La tutela de estos animales debe ser de la Xunta y debe haber unos protocolos estrictos del manejo de este método, por lo complejos que son para que resulten efectivos”, señala Jacobo Feijoo, responsable de Desarrollo Rural en Unións. Tal y como señalan desde Unións, el empleo de jaulas-trampa está siendo un método empleado en zonas como Extremadura para reducir los daños en plantaciones y con el que están logrando resultados exitosos al conseguir eliminar las manadas de esa zona. Desde Uniones también temen que la incidencia de los fuegos forestales provoque movimientos de las manadas de jabalís y que puedan incrementarse los daños en zonas que en otras campañas tenían una menor carga de esta fauna.

Ultiman un protocolo para instalar jaulas trampa de jabalí en áreas urbanas y periurbanas

La Consellería de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda ultima un nuevo protocolo, en colaboración con los Ayuntamientos, para controlar las poblaciones de jabalí en zonas urbanas y periurbanas mediante la adopción demedidas preventivas y de control alternativas a las acciones cinegéticas.medidas preventivas y de control alternativas a las acciones cinegéticas. Una de las iniciativas previstas es la colocación de jaulas trampa en lugares estratégicos y que suelan frecuentar estos animales. Además, el plan incluye posibles actuaciones sobre el territorio, como desbroces, para hacer que estas áreas resulten hábitats menos favorables para el asentamiento del jabalí. El objetivo de la iniciativa es reducir de forma efectiva y segura el número de ejemplares y avistamientos de esta especie silvestre en zonas próximas a las ciudades o a núcleos de carácter urbano y periurbano, en las que no está permitida la actividad cinegética y donde la presencia de jabalís suele generar una notable alarma social. Buscan evitar la aparición de posibles enfermedades y reducir los daños ocasionados y los accidentes de tráfico a través de una gestión que permita armonizar los métodos de control poblacional de la especie con los criterios de conservación. El plan de acción se llevará a cabo en colaboración con los ayuntamientos y se articulará a través de la firma de un convenio marco al que se podrán ir adhiriendo de forma individual los municipios interesados donde la presencia de esta especie en el entorno de las ciudades genera problemas de seguridad ciudadana e incluso de salud pública.
La Consellería asumirá la instalación de las jaulas y la mitad de los gastos ocasionados por la retirada de los ejemplares que resulten capturados
A falta de que se concrete el acuerdo con los Ayuntamientos, la Consellería asumirá la instalación de las jaulas y la mitad de los gastos ocasionados por la retirada de los ejemplares que resulten capturados. Los ayuntamientos, por su parte, asumirán el resto de los costes y deberán comprometerse a mantener limpias de maleza las zonas periurbanas y movilizar a la Policía Local para realizar los controles necesarios.

Las primeras trampas

Ferrol y su entorno será la primera zona donde se ponga en práctica esta medida, de carácter pionero en áreas urbanizadas, pero que ya se puso en marcha con buenos resultados en algunas explotaciones agroganaderas de distintos puntos de Galicia. Las jaulas trampa contarán con un cebo para atraer hasta ellas a los jabalís que frecuentan el entorno de la ciudad. La Xunta y el Ayuntamiento ultiman los detalles del convenio, en el que se fijarán los compromisos económicos y técnicos que asumen ambas partes con el objetivo de establecer un control efectivo de las poblaciones de jabalí dentro del término municipal. De hecho, como indicaron desde la Xunta, personal de la Consellería mantiene contactos con técnicos de Ferrol para definir y poner a disposición aquellas zonas y terrenos que se consideran más adecuadas para colocar estos dispositivos, una medida que tendrá que venir reforzada desde el Ayuntamiento con acciones encaminadas a reducir las condiciones de refugio que ofrecen determinadas zonas urbanas y periurbanas para el jabalí. La principal actuación consistirá en rozar el matorral nos terrenos rústicos —de uso agrícola el forestal—, y en su caso urbanos, con la limpieza de las fincas y de los espacios de encame que convierten al entorno ferrolano en una de las áreas urbanas de Galicia con una mayor presencia de estos animales.

Convocadas las ayudas de la Xunta para medidas de prevención de ataques del lobo y jabalí

La Consellería de Medioambiente, Territorio y Vivienda publica hoy en el Diario Oficial de Galicia la convocatoria de las ayudas para la prevención de los daños que causan determinadas especies de fauna silvestre (lobo, jabalí y oso) y se convocan para el año 2022. Podrán acogerse a estas ayudas las personas físicas o jurídicas titulares de un REGA o REAGA (en el caso del jabalí). Inversiones subvencionadas línea lobo son: - Perros de protección del ganado: Razas Mastín Español, Mastín de los Pirineos y Can de Palleiro. Adquisición de perro de hasta 4 meses de edad correctamente identificados, desparasitados y vacunados. De 1 a 3 perros por explotación en función del censo. 300 €/perro - Mantenimiento de perros de protección: hasta 3 perros en función del censo. 200 €/perro - Mallas móviles: 8 mallas móviles de un mínimo de 90 cm de alto y 50 m de ancho. 100 €/malla - Cierres fijos con 6-8 alambres (altura mínima de 1,80m) : Hasta 2 cierres de 500 m (solicitar licencia municipal). 3,5 €/metro lineal de cierre - Cierres fijos con malla de 1,48 m y 2 alambres electrificados hasta llegar a los 1,70m: Hasta 2 cierres de 1000 m (solicitar licencia municipal). 4,5 €/metro lineal de cierre - Pastores eléctricos: hasta 3 pastores en función del censo o hasta 600 € en total. 150 €/pastor de red o batería y 300 €/pastor con placa solar Inversiones subvencionadas línea oso (estar en zona osera): - Pastores eléctricos: hasta 3 pastores en función del censo o hasta 600 € en total. 150 €/pastor de red o batería y 300 €/pastor con placa solar Inversiones subvencionadas línea jabalí: - Pastores eléctricos: hasta 3 pastores en función del censo o hasta 600 € en total. 150 €/pastor de red o batería y 300 €/pastor con placa solar. Las ayudas se pueden solicitar hasta el 21 de febrero. Para más información: https://www.xunta.gal/dog/Publicados/2022/20220120/AnuncioG0532-271221-0001_gl.html

La llegada de la peste porcina a Italia suscita preocupación en el sector en España

Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, tras conocer la aparición de un nuevo caso de peste porcina africana (PPA) en el noroeste de Italia, ha reiterado al Ministerio de Agricultura las propuestas de la organización para prevenir y paliar una eventual entrada de la enfermedad al territorio español. Son ya tres los casos de peste porcina detectados en jabalíes en la última semana en el norte de Italia. Cuestiones importantes que reconoce el Ministerio en su informe sobre el foco italiano son que se vuelve a demostrar la capacidad del virus de realizar saltos a larga distancia (los focos más cercanos a éste se daban en Hungría y en el nordeste de Alemania) y que esta nueva cercanía supone un incremento del riesgo para España.
Los focos más cercanos hasta el momento se daban en Hungría y en el nordeste de Alemania
Sin embargo, a pesar de que desde el propio Ministerio se asume este incremento del riesgo, la organización profesional agraria critica que este análisis no venga acompañado de una batería de medidas que blinden a España contra la PPA. “A medida que la PPA ha ido pasando a países más cercanos, hemos hecho llegar al MAPA propuestas que serían de gran ayuda para evitar la aparición de la enfermedad en nuestro territorio, y este nuevo foco nos enseña que cualquier medida no tomada puede suponer un gran efecto negativo para el sector” indican desde la organización.
Reclaman la puesta en marcha de un programa de vigilancia y mayor control en el movimiento de animales entre los distintos Estados europeos
Por ello la organización ha actualizado sus propuestas y ha hecho llegar una vez más las mismas al Ministerio para que sean tenidas en cuenta en beneficio del sector porcino. Entre ellas, se recogen por un lado propuestas destinadas a reforzar la prevención. Por ejemplo, Unión de Uniones considera inasumible que España no tenga un programa de vigilancia contra la PPA con cofinanciación europea (que permitiría aumentar los recursos destinados a prevención) mientras que por ejemplo Alemania en 2018, (previo a contar con la PPA en su territorio) ya contaba con este tipo de plan. Otras propuestas pasan por implantar medidas con el objetivo de reducir y activar un mayor control en el movimiento de animales entre Estados miembros. Control de la población de jabalíes Otra parte de las medidas propuestas se centra en el control de la población cada vez mayor de jabalíes, ya que, aseguran, "estos parecen estar expandiendo la enfermedad según los focos de otros países europeos y, además, son vectores de otras enfermedades". Además de estas medidas de prevención, Unión de Uniones recuerda la vocación exportadora del sector porcino español: más de la mitad de la carne de cerdo que se produce en España se exporta y en 2020 el 36% de la producción se exportó a terceros países fuera de la UE.
Más de la mitad de la carne de cerdo que se produce en España se exporta, con los países asiáticos como principal destino extracomunitario
“La problemática con los terceros países es que muchos no reconocen el principio de regionalización en la lucha contra determinadas enfermedades animales, por lo que, si apareciera, por ejemplo, un foco de PPA en una comunidad autónoma, aunque el resto estuviera libre de la enfermedad, no podría exportar carne a países terceros, lo que tendría gravísimas consecuencias económicas, como ha ocurrido en Alemania”, aseguran.
De producirse un caso en una comunidad autónoma el resto de granjas españolas tendría dificultades para vender su producción al no reconocerse en los países de destino la regionalización en el control de enfermedades
Por ello, Unión de Uniones urge al MAPA a alcanzar de forma individual acuerdos con terceros países clave en la exportación, como China, Japón, Corea del Sur, Filipinas o Hong Kong (que acumulan 77% de las exportaciones a países fuera de la UE entre 2011 y 2021 según datos de la Comisión Europea) para que reconozcan esta regionalización en caso de aparición de la PPA en España. “Esto no es nada nuevo ni nos saltamos las normas: recientemente el gobierno francés anunció este tipo de acuerdos con China para proteger sus exportaciones de cerdo” indican desde la organización, y critican que desde el Ministerio de Agricultura no se haya hecho lo mismo cuando el sector porcino en España tiene un peso tan relevante en la economía y una gran dimensión social en el medio rural.

La cooperativa Aira arranca la campaña de ensilado de maíz de este año en la zona de Chantada

La cooperativa Aira está siendo un año más la más madrugadora de Galicia en el ensilado del maíz. Las cosechadoras de su parque de maquinara han comenzado esta semana la campaña de recogida en fincas de la zona de Chantada y Taboada plantadas en el mes de abril con maíces de ciclo corto. Estas primeras cortas puntuales de siembras tempranas hechas a comienzos de la primavera en parcelas secas son habituales en esta zona todos los años. En esta ocasión ya se iniciaron en los últimos días de agosto y previsiblemente continuarán la próxima semana con alguna otra cosecha ya programada, según confirman desde la cooperativa.
Se trata de parcelas puntuales sembradas en abril con ciclos cortos y que a mediados de agosto ya acusan habitualmente la sequía
Los realizados hasta ahora son trabajos en parcelas puntuales para determinadas ganaderías, como Raxeiras SC de Chantada o Cadahias de San Julián SC de Taboada, aunque el fuerte de la campaña arrancará, si las condiciones meteorológicas lo permiten, en las fechas habituales, entre el 15 y el 20 de septiembre.
El fuerte de la campaña viene este año con retraso porque el verano fue fresco y el cultivo aguantará más tiempo sin secarse
Estas primeras cosechas están siendo buenas, más abundantes de lo habitual en estas fincas secas, con rendimientos superiores a los 40.000 kilos por hectárea. "Son cifras que están por encima de la media de estas parcelas porque este año le ha llovido mucho al maíz, tanto a finales de la primavera como durante el verano", confirma Jorge Meiriño, técnico de Aira. Las previsiones también son optimistas para el resto de la campaña en toda Galicia. Un parque de maquinaria con 11 cosechadoras La cooperativa Aira cuenta con un de los parques de maquinaria más completos de Galicia, ya que ha adquirido esta primavera un lote de equipos entre los que se incluyen tres cosechadoras (una modelo Claas 970 de 10 filas y dos Claas 960 de 8 filas), ocho tractores y 10 remolques. Con esta compra, valorada en 1,5 millones de euros, Aia pasa a disponer de un parque de maquinaria en el que destacan sus 11 cosechadoras, lo que lo convierte en el más grande de los existentes en la comunidad en volumen de maquinaria, para que todos los ganaderos realicen el ensilado en el momento óptimo de los cultivos, lo que se traduce en unos silos de mejor calidad.
Para optimizar la recogida del forraje para los socios en su momento óptimo, Aira refuerza los equipos y la plantilla propia en las épocas más demanda con la contratación de empresas de servicios externas
Para optimizar la producción de forraje para los socios, además de los equipos y la plantilla propia, Aira cuenta con autónomos y empresas de servicios para reforzar el incremento puntual del volumen de trabajo. El servicio de maquinaria de Aira programa los trabajos a una semana vista, por lo que para solicitar vez para el ensilado es necesario avisar a la cooperativa con 15 días de antelación indicando una estimación lo más aproximada posible de las hectáreas a cosechar, de manera que se pueda optimizar el tiempo de trabajo de los equipos.

Los daños del jabalí son cuantiosos

La Xunta de Galicia acaba de autorizar la caza sin límite de ejemplares de jabalís en 198 ayuntamientos gallegos para tratar de frenar su expansión y reducir los daños que provoca en los cultivos, pero parece que la medida llega tarde para la campaña de este año. Al menos en la zona de Chantada los daños son generalizados e importantes, según constata Jorge Meiriño, técnico de Aira. "En esta zona hay daños por todos los lados y aún estamos empezando, por lo que pueden ir a más", teme.
Se ven camas muy grandes en las fincas porque los jabalís andan en manadas muy grandes y provocan muchos destrozos
"Se ven camas muy grandes en las fincas, de 2.000 o 3.000 metros cuadrados, porque los jabalís andan en manadas grandes a causa del lobo y de la superpoblación que hay de jabalí, y cuando es así hacen mucho daño al entrar en las parcelas", dice. Aunque es difícil hacer a estas alturas de la campaña una cuantificación aproximada de los daños y pérdidas que puede ocasionar el cerdo salvaje en la cosecha, Jorge indica que "los destrozos están en la media del año pasado, en el que ya habían sido importantes", asegura. 

La Xunta permitirá cazar el jabalí sin límites en 198 ayuntamientos para frenar los daños que provoca

La Consellería de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda publica hoy en el Diario Oficial de Galicia las cuatro resoluciones por las que se declara la emergencia cinegética temporal por los daños ocasionados por el jabalí en un total de 29 comarcas gallegas. Es la segunda ocasión en la que la Xunta recurre a este instrumento, de carácter provisional y extraordinario, con la finalidad de agilizar la aplicación de medidas dirigidas al control de las poblaciones de esta especie en aquellas zonas con mayor incidencia, a través de distintas modalidades y procedimientos de captura. "Las circunstancias extraordinarias que se están produciendo con relación al jabalí hacían necesario articular una declaración excepcional de este tipo en la búsqueda de eliminar el riesgo y reducir el tamaño de las poblaciones de la especie mediante la adopción de medidas que ayuden a prevenir dentro de lo posible futuros daños", explican desde el departamento que dirige Ángeles Vázquez. Se trata, en todo caso, de un instrumento adicional y complementario a la caza regrada dentro de los terrenos de régimen cinegético especial y común y también a las actuaciones de control por daños, que seguirán desarrollándose en los términos fijados en la resolución anual por la que se regula la caza en Galicia y en los protocolos de actuación establecidos al efecto.

Condiciones para la caza del jabalí

Así, durante la vigencia de la declaración en estas comarcas se permitirá abatir o capturar, sin límite de ejemplares, jabalís de ambos sexos, prioritariamente hembras adultas y subadultas de cualquier edad. Asimismo, en las zonas en situación de emergencia cinegética temporal será posible abatir crías y hembras seguidas de crías siempre y cuando haya una autorización especial previa de la Dirección General de Patrimonio Natural, de acuerdo con lo establecido en la Ley de caza de Galicia. Además, se habilitan en estas zonas una serie de herramientas cinegéticas que contribuyan al control de las poblaciones del jabalí, como la ampliación de los períodos en los que se puede ejercer la actividad cinegética, en jornadas que no estén aprobadas en el correspondiente plan anual de aprovechamiento de la temporada 2021-2022 de los tecores, o la autorización para el uso de medios auxiliares "como visores ópticos, detectores electrónicos de paso o presencia de animales y cebaderos de grano o frutos colocados en los cultivos dañados" que favorezcan la eficacia y el óptimo aprovechamiento cinegético, faciliten la identificación de los ejemplares y garanticen la seguridad de las personas. De igual manera, en las comarcas en emergencia cinegética temporal se podrá autorizar a los propietarios afectados a realizar esperas en terrenos de régimen cinegético especial, personalmente o mediante terceros, con autorización del titular del aprovechamiento, así como otra serie de medidas que complementen la actividad cinegética reglada y el control de los daños de la especie establecidos en la resolución anual. Las declaraciones de emergencia cinegética temporal en las áreas señaladas incluyen los tecores y zonas libres donde se podrán desarrollar estas medidas extraordinarias y excepcionales. En total, la declaración abarca 29 comarcas (7 en A Coruña, 9 en Lugo, 11 en Ourense y 2 en Pontevedra) que comprenden 198 ayuntamientos (50 de ellos coruñeses, 53 lucenses, 87 ourensanos y 8 pontevedreses) y un 68,4% de la superficie total de Galicia. La vigencia de estas declaraciones se extenderá desde mañana, Fecha de entrada en vigor de las cuatro resoluciones, hasta el 27 de febrero del próximo año, abarcando así el período hábil de caza establecido para el jabalí durante la temporada 2021-2022. Con todo, podrá quedar suspendida en su conjunto o en parte del ámbito de aplicación, siempre previa resolución, en el momento en el que se constate que desaparecieron las causas que motivaron la declaración de la emergencia.

Buenos resultados con la primera experiencia

La emergencia cinegética temporal es una medida prevista en el reglamento de caza de Galicia para cuándo en una comarca exista una determinada especie cinegética en circunstancias tales que resulte especialmente peligrosa para las personas o perjudicial para la agricultura, la ganadería, los montes o la propia caza. En 2019 la Xunta declaró por primera vez a emergencia cinegética en 33 ayuntamientos de cuatro áreas geográficas de Galicia: Betanzos-Eume, Terra Chá, Viana y Deza. Tras esta experiencia pionera, la efectividad de la medida quedó avalada por los datos ya que los avisos en estas comarcas se redujeron un 29,4% respecto a la temporada de caza precedente. Por eso, en la última reunión de la comisión de seguimiento del plan de acción frente al jabalí, celebrada a mediados de junio, las distintas administraciones y colectivos que desde hace años colaboran en la gestión conjunta del problema coincidieron en la oportunidad de volver a estudiar el empleo de la emergencia cinegética temporal en ciertas zonas de la Comunidad como medida adicional para aminorar el impacto de la especie en las mismas.

Unións Agrarias: "La Xunta reconoce el descontrol de los daños del jabalí en Galicia"

Precisamente, la directora general de Patrimonio Natural, Belén do Campo, convocó hoy a los principales sindicatos y organizaciones agrarias de Galicia con el fin de informarlos en persona sobre el contenido y alcance de las declaraciones de emergencia cinegética temporal. La junta se enmarca en los contactos que, de forma periódica y continua, mantiene la Xunta con los diferentes colectivos implicados en la gestión de este problema en la Comunidad y teniendo en cuenta, además, que el sector agroganadero es uno de los más afectados por el impacto socioeconómico que genera la sobrepoblación de jabalís en determinadas zonas. En este sentido, Unións Agrarias es especialmente crítica con la actuación de la Consellería de Medio Ambiente ante los daños del jabalí. "Solicitamos del presidente de la Xunta que lidere la respuesta la esta crisis dada la total ineficacia que caracteriza la gestión de este asunto por parte de la consejera de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, quien no está dando la cara ni propone soluciones para los daños del jabalí en el campo gallego, escondiéndose detrás de los técnicos y de la Dirección General de Patrimonio Natural", reclaman desde la organización agraria.. En concreto, critican que "las medidas conocidas consisten sólo en la flexibilización de la caza del jabalí, basándose en el aumento de días de caza (que pasan a ser todos los días de la semana) y en la simplificación administrativa de la tramitación de las autorizaciones de caza, todo bajo el amparo de la declaración de emergencia cinegética en las comarcas y ayuntamientos de mayor actividad agraria, estado excepcional que prevé la legislación de caza para el control de situaciones extraordinarias generadas por actividad descontrolada de poblaciones de animales, en este caso el jabalí". Unións Agrarias entiende que esta medida por parte de la Consellería de Medio Ambiente, "es un reconocimiento tácito del descontrol de las poblaciones de los jabalís y sus efectos en el rural durante los últimos años, en los que se está dando una escalada progresiva tanto de accidentes de tráfico (que ya superan los 3.200 al año según datos oficiales) como daños en las cosechas, que según estimaciones de UUAA, superan ya los 12 millones de euros cada año, fundamentalmente en cultivos forrajeros, y también en viñedo, patata y castaña". Para la organización agraria la Xunta no va al fondo del problema de los daños del jabalí, que "es la obligación que tiene la Caza Social Gallega de responder del pago de los daños en la agricultura, cuando carecen de la planificación idónea para controlar las poblaciones de jabalí, y sobre todo, cuando no tienen fondos para el pago de los más de 12 millones de euros anuales que se están dando en el campo gallego por la acción de las manadas". Por todo ello, Unións seguirá en su campaña en la búsqueda de apoyo en el mundo de la caza social, para demandar un cambio legal en la legislación de caza, "que ponga el deber de responder por los daños de la fauna salvaje en la Xunta de Galicia, y no en los TECOR y Sociedades de Caza que no son los propietarios de esta fauna, únicamente los responsables de su gestión conforme la normativa autonómica".

Reunión de Unións con Tecores de Xallas y de la Costa da Morte para impulsar cambios en la Lei de Caza

Unións Agrarias se reunió con representantes de los Tecores de Muxía, Santa Comba, Zas, Mazaricos y Camariñas para analizar la situación de los daños del jabalí en la agricultura. Del encuentro salió el acuerdo de mantener una postura conjunta ante la Xunta en relación a los daños del jabalí. Tanto la organización agraria como los cazadores están a favor de un cambio de la Lei de Caza que obligue a la Xunta a asumir la totalidad de los daños causados por el jabalí. En la actualidad, las indemnizaciones por daños en el campo le corresponden en teoría a los Tecores, salvo en zonas libres de caza, en las que es la Administración la que tendría que asumirlas. En la práctica, los Tecores carecen de recursos para afrontar el pago de indemnizaciones, por lo que los afectados o bien se contentan con las ayudas por daños que convoca la Xunta, que en algunos casos solo cubren parte de los destrozos, o denuncian al Tecor para pedir el pago de mayores indemnizaciones. De hecho, Unións anunció recientemente que apoyaría a los ganaderos y agricultores que quisieran denunciar a un Tecor, en vista de la dimensión que estaban alcanzando los daños en algunas zonas. Eso generó malestar en los Tecores, hasta el punto de que uno de los afectados por denuncias, como es el de Dozón (Pontevedra), decidió excluir las parcelas de los denunciantes de la superficie del Tecor. Unións recuerda que la actual Lei 13/2013 de Caza de Galicia, en su Artículo 62, establece la responsabilidad del pago de los daños de la fauna cinegética a los TECOR y Sociedades de Caza, exonerando a la Xunta, pero no está de acuerdo con esa situación. Por eso, la organización agraria se declara decidida a impulsar un cambio de la Lei de Caza, conjuntamente con los Tecores. Así se plasmó en la reunión mantenida con Tecores del Xallas y de la Costa da Morte. “Tanto los representantes de los cazadores reunidos como Unións Agrarias estuvieron de acuerdo en que las sociedades de caza no tienen capacidad económica para hacer frente a los más de 14 millones de euros de pérdidas que se estima causa el jabalí en la agricultura gallega anualmente. Asimismo, los colectivos reunidos coinciden en que el jabalí representa un problema social en el rural gallego, siendo ya el principal factor de riesgo de la seguridad viaria, con más de 3.200 accidentes de tráfico en el año 2019”, destaca Unións. La propuesta del cambio de la Lei de Caza se quiere consensuar con la mayoría de sociedades de caza posibles, uniendo además otras cuestiones, como la distinción entre la caza cinegética y la caza por control de daños; o un papel más activo de la Consellería de Medio Ambiente en la protección de los cultivos, especialmente durante la época de veda.

«Si los Tecores desaparecen, el problema del jabalí se va a multiplicar»

Fernando Rois es un cazador curtido, con años de caza a sus espaldas y también con experiencia en la gestión cinegética, ya que lleva años al frente del Tecor da Ulloa, que abarca los ayuntamientos de Palas de Rei y Monterroso (Lugo). Además, es el presidente de la Asociación de Tecores Gallegos, Ategal, que nació a comienzos del 2020. Hablamos con el sobre el problema del jabalí y abordamos también otras cuestiones de actualidad, como el aumento de las restricciones a la caza del lobo por daños o la reducción de las poblaciones de perdices y conejos en los montes gallegos. -¿Cómo valoran la situación actual de los tecores en la gestión del jabalí? -Los tecores estamos pasando un momento difícil, una auténtica persecución. El problema del jabalí es responsabilidad de la Administración. Los cazadores llevamos tiempo aportando soluciones para su gestión, pero no se están teniendo en cuenta. En Ategal vamos a estar siempre al lado de los agricultores y ganaderos, ya que no pueden estar sufriendo los daños del jabalí como vienen haciendo. Los cazadores no somos el problema, sino la solución para la gestión del jabalí. Nosotros no creamos el problema del jabalí y ahora parece ser que nos quieren hacer los únicos responsables. Nos responsabilizan de los accidentes y de los daños. Tanto para Administración como para los ganaderos parece que los únicos responsables hayamos sido los cazadores. -Las últimas sentencias judiciales de daños provocados por especies cinegéticas fallaron a favor de los denunciantes y resolvieron que son las sociedades de caza, como la de Xermade, las que se deben hacer cargo de ellos, ¿cómo recibieron estas sentencias? -No podemos dejar un problema como el actual en manos de una de las partes implicadas, los agricultores. Nosotros tenemos claro que ellos tampoco tienen la culpa de que la Administración no haya visto venir el problema ya hace unos años y que no haya actuado para atajarlo. Lo que no se entiende es que ahora seamos los cazadores los responsables. Los tecores ya llevábamos tiempo advirtiendo que la población de jabalí en Galicia se estaba desmandando y mientras vivimos una persecución de la Administración con medidas como los cupos o el cobro de los precintos... Los ganaderos deben ser conscientes de que si los tecores desaparecen el problema se va a multiplicar.
"Los cazadores no creamos el problema del jabalí y ahora parece ser que nos quieren hacer los únicos responsables de los accidentes y de los daños a cultivos"
-¿Se está responsabilizando a los tecores en exclusiva de esta proliferación de jabalí? -Los tecores no creamos este problema. Nosotros estábabamos muy bien como Coto Privado de Caza, ya que gestionábamos la caza menor y si había jabalí hacíamos una batida por daños. La Administración fue la que le pasó el problema a los tecores, al pasar a ser los responsables de la caza menor y mayor. El problema es que en la caza mayor quien la continúa administrando es la propia Administración, puesto que hubo momentos en los que se solicitaron batidas y no se autorizaron, así como hubo épocas en las que había mucha población de jabalí y no se aumentaban los cupos anuales.
"Llevar a los tecores al juzgado no es la solución, tenemos que procurar acuerdos entre todos, no tiene sentido enfrentarnos entre nosotros"
-Tanto desde Aperfasa como desde Unións Agrarias apuntan a que las denuncias cursadas contra los tecores reclamando compensaciones por los daños buscan hacer reaccionar a la Xunta y hacer frente a las pérdidas que le supone el jabalí. ¿Esperan respuesta por parte de la Xunta? ¿Abordaron la cuestión con la Consellería desde Ategal? -Agricultores y tecores tenemos que ir de la mano. Se hay daños debemos hacer un frente común para que la Administración reaccione. Desde Ategal estamos abiertos a reunirnos con la Consellería para tratar de buscar soluciones entre todos, de hecho ya tenemos solicitada una reunión con la Conselleira, quien nos consta que tiene intención de abordar la problemática. Ahora tenemos que sentarnos y comenzar a trabajar entre todos. En Galicia tenemos el problema de que nadie ha defendido nunca a los agricultores ni a los cazadores. Hacían a unos culpables por sembrar maíz y a los otros por cazar jabalí. La Administración es la responsable de que estemos como estamos. Llevar a los tecores al juzgado no es la solución, tenemos que procurar acuerdos entre todos, no tiene sentido enfrentarnos entre nosotros. Desde Ategal estamos dispuestos a reunirnos con los sindicatos, la Conselleira y distintas entidades que puedan aportar soluciones a la situación actual y a los daños que se están sufriendo. Hace falta empezar a trabajar ya. -Algunos tecores como el de Dozón (Pontevedra) ya anunciaron que valoran excluir aquellas parcelas de explotaciones que los denuncien por daños. ¿Creen que esta medida se puede extender a otros tecores? -Los tecores tienen que defenderse, pero yo le pediría que no excluyan las fincas que nos denuncien, porque tenemos que defender a esos agricultores, tenemos que permanecer a su lado. Un agricultor no puede sembrar una finca de maíz y que el jabalí se la como toda, habrá que indemnizarlo con precios justos. Por ahora recomendamos evitar esas medidas de presión, porque en cuanto se excluyan zonas el problema va a ser mayor para esos ganaderos. Entendemos que, a veces, los cazadores se sienten marginados por los ganaderos, ya que intentamos solucionarle un problema que están teniendo y, como presión a la Administración, rematan pagándolo con el tecor. -Se ha propuesto también que los tecores aporten una tasa anual al fondo de corresponsabilidad de la Xunta para hacer frente a los daños por jabalí. ¿Apoyan esta medida? -Tenemos que tener reuniones para buscar soluciones. Los cazadores no podemos ser los que carguen con todos los gastos. Nosotros ya estamos pagando las licencias, las hectáreas que tenemos acotadas, las pólizas de vehículos, los daños a los cultivos... Los tecores no vamos a dar soportado todos esos gastos.
"En Galicia, la caza no busca el beneficio económico, sino que son tecores sociales, con lo que los ingresos son mínimos y ya estamos teniendo importantes gastos"
-¿Está en peligro la viabilidad de las sociedades de caza? -Desde luego. Si esta situación se mantiene, muchas de las sociedades de caza van a rematar por desaparecer. Podrán mantenerse en las zonas de alta montaña, pero en aquellas comarcas con cultivos no podrán mantenerse por los costes que les reclaman. En Galicia, la caza no busca el beneficio económico, sino que son tecores sociales, donde cazan los propietarios de los terrenos, con lo que los ingresos son mínimos y ya estamos teniendo importantes gastos. Al año pagamos unos 6.000 euros por responsabilidad civil, otros 2.000 euros en tasas, junto con las licencias de los cazadores y por si fuese poco ahora también nos hacen pagar los precintos a los jabalís que cazamos. Con todo lo que nos hacen pagar, ya podría la Administración destinar una parte para ese fondo de corresponsabilidad y no pedir un pago a mayores. -¿Qué medidas creen que se podrían aplicar para que el jabalí no siga a ser un problema para muchas ganaderías? -Tenemos el fondo de corresponsabilidad que aún no llegó a ponerse nunca en marcha. Todos tendremos que asumir los costes, no solo una de las partes implicadas. Además tenemos otras medidas que le trasladaremos a la Conselleira cuando nos reunamos con ella.

"Del Duero para el norte, el lobo no debe ser una especie protegida y que no se pueda cazar por daños"

-Este año también se revisó la gestión del lobo en España y está previsto que se restrinja aún más su caza por daños a partir del 25 de septiembre. ¿Qué opinión tienen al respecto desde Ategal? -Nosotros lo hemos dicho ya desde que se comenzó a debatir esta cuestión: el lobo del Duero para el norte no debe ser una especie protegida y que no se pueda caza. Como todas las comunidades han tenido el mismo peso a la hora de decidir sobre esta medida, tuviesen o no presencia de lobo, también creo que a lo mejor ahora era interesante llevarles la mitad de las manadas que tenemos en los territorios que convivimos con el lobo para estas regiones y que sepan lo que es. No tiene lógica que hayan podido decidir la gestión que vamos a hacer las comunidades que tenemos lobo aquellas que no tienen. Estamos a favor de una regulación del lobo, pero no se puede permitir que de nuevo los ganaderos sean los perjudicados. -Al margen de la caza mayor, ¿especies como el conejo o la perdiz están sufriendo un retroceso en los últimos años? ¿Hay conejos en los montes gallegos? -La caza menor es muy difícil recuperarla, aunque los tecores están haciendo un esfuerzo muy importante. Cambiaron los cultivos, ahora no hay aquellas fincas de trigo o centeno que había hace años y que permitían sobrevivir a las perdices bravas. En otras zonas de España, el conejo está siendo una auténtica peste, pero en Galicia está siendo muy difícil garantizar que los haya en el monte. Los tecores llevan invertido mucho dinero en repoblaciones, creaciones de biotopos, desbroces para facilitar su recuperación, pero no ha habido unas directrices claras sobre las que trabajar para su recuperación. No se contemplaron medidas de mayor impacto como la ordenación del territorio o la investigación para crear vacunas con las que combatir la mixomatosis o la hemorragia vírica.
"El jabalí es uno de los grandes depredadores de la perdiz, al arrasar las puestas de huevos del suelo"
Otra de las causas de que no haya conejos y perdices bravas en el monte es que en Galicia no se hace un control de los depredadores. Lo único que están haciendo los tecores con las sueltas de conejos y perdices es proporcionar carne para depredadores como la marta o los visones. En el caso de la perdiz, uno de sus grandes depredadores es el jabalí, que arrasa los huevos que ponen en el suelo. - ¿Qué propuestas han previsto llevar a cabo a corto plazo desde Ategal? -Nosotros somos una asociación sin muchos recursos económicos. Las actividades van a estar orientadas a reuniones con los tecores y a poder ayudar a los cazadores a defender sus derechos.

Balance del primer año de Ategal

- ¿Cuántos tecores integran Ategal? -Ahora mismo la asociación integra 53 tecores de Galicia, pero es un número que esperamos que se incremente, ya que aún no hemos llevado a cabo la campaña de captación de socios. -¿Surgió con presencia en las 4 provincias? -Sí, en estos momentos tenemos tecores de las 4 provincias. -¿Con qué objetivos crearon la asociación? -Ategal nace con el claro objetivo de defender los intereses de los cazadores, tecores y de la caza en general. Los presidentes de algunos tecores sentíamos que los tecores no estábamos representados en un momento difícil para la caza como el que estamos viviendo en los últimos años. En la Administración ya vimos también que no se estaban defendiendo los intereses generales de los cazadores, sino que en muchos casos se atendía a intereses propios. Somos una asociación sin ánimo de lucro y que no vamos a pedir subvención de ningún tipo, para así poder mantenernos desvinculados del poder, ya que al recibir ayudas de las Administraciones luego terminas maniatado. Nosotros nos sustentaremos con las aportaciones de los socios. -¿Cómo ha resultado este primer año de trayectoria? -El primer año ha sido duro, ya que acabábamos de empezar cuándo apareció el Covid-19 y tuvimos que hacer frente ya a diferentes conflictos, como la autorización de la Administración para cazar y saltarse el confinamiento a aquellos cazadores que tenían la tarjeta federativa. Lógicamente no apoyábamos que una entidad pudiera vender estas tarjetas para librarse de las limitaciones de movimiento que otros cazadores estábamos teniendo. Nosotros defendemos que todos los cazadores debíamos ser tratados de igual manera. Así, la asociación nació con la intención de defender los intereses generales de todos los cazadores, no sólo de los que están asociados a Ategal.