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La estabilidad en el tiempo da comienzo a la campaña de ensilado de hierba en toda Galicia

Trabajos de ensilado de praderas en la zona de Lugo Las máquinas comienzan la rugir estos días por toda Galicia. La llegada del buen tiempo, después de la inestabilidad vivida en las últimas semanas, está lanzando de lleno a las explotaciones agroganaderas, a las empresas de servicios y a los parques de maquinaria de las cooperativas a la campaña de ensilado de hierba. Con un par de semanas de retraso con respecto a otros años en algunas zonas, el corte de la hierba dará paso a la preparación de las tierras para labrar el maíz, que de momento iría en su tiempo. La previsión meteorológica habla de estabilidad para la próxima semana, lo que ayudaría a agilizar los trabajos y no acumular más demoras. La estrategia de sembrar antes y con ciclos más largos se está extendiendo como una forma de intentar minimizar los efectos de la sequía en verano, incluso en zonas de costa, como sucedió el año pasado en A Mariña de Lugo, con mermas importantes en la cosecha de maíz forrajero.
Cada vez más explotaciones apuestan por hacer un único corte de hierba con leguminosas y adelantar la siembra del maíz
Cada vez más las explotaciones lecheras que siembran maíz están apostando por hacer un único corte de hierba en el mes de abril. Por un lado porque reduce el riesgo que supone tener que ensilar un primer corte en febrero o marzo en años en los que la climatología no ayuda, como este, y también porque de este modo se reducen a la mitad los costes de ensilado. La introducción de leguminosas en las mezclas, una práctica fomentada desde Bruselas a través de la PAC, lleva también en muchos casos a hacer un solo corte, ya que vezas, guisantes o tréboles no crecen en condiciones de humedad y bajas temperaturas y necesitan, por lo tanto, la llegada del buen tiempo para desarrollarse. Las mezclas ganan peso frente a las praderas monofitas Debido a su aporte en proteína a la ración y a sus beneficios agronómicos, las especies mejorantes se están abriendo camino en los últimos años, bien en mezclas con gramíneas o cereales de invierno para ensilado, bien como abono en verde para fijar nitrógeno atmosférico y aportar materia orgánica al suelo.
Las especies mejorantes se están abriendo camino impulsadas por la PAC
El monocultivo de raigrás, habitual en las praderas gallegas años atrás, está dejando paso a una variedad mayor de especies, tanto a tréboles y otras leguminosas (guisantes, vezas) como la brassicas como los nabos. La entrada en vigor el año pasado en la PAC de la exigencia de rotación de cultivos y las primas por introducción de especies mejorantes motivó cambios en las decisiones de siembra y en los cultivos escogidos para la rotación anual, lo que provocó escasez de semilla y que ésta se encareciese.

"La tendencia cada vez más es ir a un solo corte y nosotros apostamos por mezclas de cereal con leguminosa"

El parque de maquinaria de Irmandiños comenzó ya la semana pasada la campaña de ensilado El peso del silo de hierba en la ración varía de unas ganaderías a otras, en función de las distintas estrategias nutricionales seguidas y también de la mayor o menor disponibilidad de otros ingredientes. Por eso, en la zona de A Mariña la campaña de ensilado de la hierba tendrá más importancia este año, debido a la escasa cosecha de maíz lograda en el pasado otoño, lo que obligó incluso a importar de otras zonas para cubrir las necesidades de las explotaciones y del CAVI de Irmandiños, el centro de mezcla húmeda que CLUN tiene en el municipio de Barreiros. La cooperativa lleva años apostando por sembrar en invierno mezclas de cereal con leguminosa en las tierras que gestiona directamente y que trabaja con su parque de maquinaria. "Este ano aumentamos un pouco e botamos unhas 220 hectáreas, todo con estas mesturas nas que predominan as leguminosas, cun 51% de semente de chícharo e veza e despois avea ou triticale", explica José Ramón Loza, responsable de maquinaria e cultivos na zona.  La abundancia de lluvias hasta ahora ralentizó el crecimiento de las leguminosas, por lo que hubo que esperar para que este tipo de praderas pudieran llegar a las máximas producciones y calidades, sobre todo en cuanto a nivel de proteína en el silo. "La producción se sitúa de media entre 15 y 16 toneladas de materia verde por hectárea y en cuanto a proteína, pasamos normalmente del 16%, moviéndonos entre el 16 y el 18%", detalla José Ramón. 
Muchas explotaciones de la comarca necesitan una buena cosecha de hierba para suplir la escasez de silo de maíz
Aunque para el CAVI en las fincas de gestión directa solo sembraron cereal con leguminosa, el parque de maquinaria de Irmandiños también labró en otoño praderas de raigrás en parcelas de socios de la cooperativa, en ocasiones mezclado con veza y trébol para cumplir con los condicionantes de la PAC. "Hay gente que hace dos cortes porque necesita más forraje, aunque la tendencia cada vez más es ir a un corte solo, también en el raigrás con trébol o veza, para no retrasar la siembra del maíz. En una pradera en raigrás puedes estar en 10-11 toneladas por corte, por lo que con dos cortes lograrías 20-22 toneladas y más o menos la misma proteína que en el cereal con leguminosa. Lo que ganas es más kilos y otra diferencia con respecto a nuestras mezclas es que el raigrás tolera mejor las condiciones de estrés por humedad, por lo que se adapta mejor a terrenos más encharcadizos", indica el responsable de maquinaria y cultivos de Irmandiños.
El raigrás tolera mejor las condiciones de estrés por humedad, por lo que se adapta mejor a terrenos más encharcadizos que el cereal
Más hacia el interior, en la zona de A Terra Chá, el raigrás sigue siendo mayoritario pero el encharcamiento que viven aún muchas fincas en ayuntamientos como Cospeito no permiten por el momento entrar con la maquinaria para segarlo y ensilarlo. Lo mismo sucede en muchas parcelas de A Pastoriza y también en algunas de las principales zonas lecheras de la provincia de A Coruña, pero la previsión meteorológica para los próximos días habla de altas temperaturas y algo de viento, lo que ayudará a secar el terreno. Irmandiños comenzó a ensilar la semana pasada (entre el jueves y el viernes segaron y picaron 100 ha) y esta semana tienen tres máquinas trabajando. "Ya hemos metido 80 hectáreas para el CAVI y el grueso prevemos ensilarlo la semana que viene", explican. Después comenzaría ya la preparación de las tierras para labrar el maíz. Prevén sembrar en total en esta campaña entre 1.200 y 1.300 hectáreas, contando las 350 que labran para el CAVI y las que siembran para los socios, lo que supone un ligero aumento con respeto a la campaña pasada. José Ramón insiste en la necesidad de adelantar todo lo que se pueda la siembra debido al cambio en las condiciones climatológicas, incluso en zonas como A Marina en las que las precipitaciones no eran hasta ahora un factor tan limitante. "El año pasado fue terrible, lo que se labró temprano aún se fue librando, pero en el maíz que se echó después la cosecha fue muy escasa", recuerda.

“Hay que dejar secar un poco las fincas antes de meterse, sino llevas mucha tierra para el silo”

Ganxabar ha comenzado a segar el segundo corte en las praderas permanentes este viernes Jesús Otero, técnico de Ganxabar, la cooperativa de ganaderos de las comarcas de Xallas y A Barcala, que cuentan con planta de alimentación en conjunto para el ganado en Mazaricos, recomienda empezar el ensilado por las fincas más secas para permitir entretanto que las más húmedas se vayan secando tras las abundantes lluvias de las últimas semanas para permitir de este modo entrar con la maquinaria. “Nosotros empezamos este viernes a la tarde cortando las fincas más secas y que están a pradera permanente y después continuaremos por las que están en rotación con maíz, que hay que dejar secar un poco antes de meterse porque sino llevas mucha tierra para el silo y eso complica el ensilado”, reconoce. Además, el paso de la maquinaria cuando el suelo mantiene aún mucha humedad acaba haciendo muchos rodales, algo que es contraproducente desde el punto de vista agronómico. “Las que están a pradera permanente no interesa estropearlas y en las que va a ir maíz esa compactación del suelo tampoco conviene”, afirma.
Ganxabar ensila siempre la hierba tras dos días de presecado
El corte actual, que es el segundo, “va en su momento”, afirman, por lo que “si se hace un buen presecado la calidad del silo va a ser buena”. Suelen tener la hierba tirada 2 días, lo mismo que harán en esta ocasión. “Cortamos el viernes y empezaremos a meter el domingo”, explican. Si la climatología ayuda, en la pradera permanente harán aún dos cortes más, uno a mediados de mayo y otro a finales de junio. Hicieron ya un primer corte de limpieza que ensilaron en febrero, y después aprovecharon unos cuantos días que vinieron de buen tiempo para abonar, hace ahora justo 40 días. “El corte que vamos a hacer ahora está abonado de hace 40 días, como después vino frio no hubo temperatura para que la hierba se disparase, por lo que ni está pasada ni se tumbó con el agua de los últimos días”, aseguran.
La hierba va en su momento; la calidad del silo va a ser buena
En las instalaciones del centro de forrajes, Granxabar ensilará este año unas 600 hectáreas de hierba, sumando la pradera permanente y las mezclas de raigrás con leguminosas (tanto tréboles como veza), que empezarán a segar a partir del día 15. A mayores, los socios de Ganxabar sembraron otras 100 hectáreas de cultivos mejorantes para abonado en verde, que a partir de la próxima semana empezarán también ya a triturar para después incorporar a la tierra, con la idea de empezar ya a labrar el maíz en las próximas semanas. “Las fincas que se pueda se van a echar ya este mes a maíz. Zonas como Landeira llevarán un ciclo 600 y después la mayoría irán con ciclos entre 450 y 500”, explica Jesús.

“La hierba está bastante retrasada por culpa de los encharcamientos y la falta de temperatura”

Pradera para ensilar en la zona de Chantada El parque de maquinaria de la cooperativa Aira, uno de los más importantes de Galicia, ensila en la comarca de Chantada tres veces más hierba que maíz. Jorge Meiriño es técnico de la cooperativa en la zona y explica que la campaña va este año con unos 15 días de retraso con respecto a las fechas habituales. “Estamos aún empezando a ensilar cuando otros años ya llevábamos un par de semanas cortando. Por ahora no va adelantada la hierba, está retrasada por culpa de los encharcamientos y la falta de temperatura en las últimas semanas”, dice.
No se pudieron hacer ni siquiera los primeros cortes de principios de marzo, no lo permitió la climatología
Al no estar aun el forraje para segar, las precipitaciones caídas en marzo no van a perjudicar la calidad de los ensilados. “La hierba que tiene mucha hoja cualquier agua la tumba pero después se recupera rápido. El problema se da solo cuando está encañada, antes de espigar, que si la tira ya no se levanta”, aclara Jorge.
Este año se han usado más tréboles anuales para cumplir con la PAC
En el sur de Lugo lo más habitual es hacer un solo corte de ensilado. “Aquí la practica de dos cortes de hierba y después maíz apenas se hace, las heladas afectan al crecimiento del forraje en invierno y después ya no da tiempo a hacer dos cortes, porque si esperas por el segundo sembrarías el maíz muy tarde y en esta zona no conviene porque después le afecta la sequía en verano. Aquí casi todo el mundo va ya a un corte solo, excepto la gente que no siembra maíz, que adelanta el primer corte y hace dos”, explica el técnico de Aira. La cooperativa hizo este año tres mezclas diferentes para sus socios para cumplir con la PAC en el 10% de las parcelas en las que era necesario sembrar especies mejorantes. Una de las opciones consistía en veza (70%) y avena (30%); otra era una fórmula con un 45% de raigrás y un 55% de trébol encarnado y veza; y la tercera llevaba 20 kg/ha de trébol violeta y 15 kg/ha de raigrás italiano.

Diferentes estrategias de las ganaderías gallegas para rotar las tierras del maíz y cumplir con la PAC

Los cultivos de invierno se abren paso en Galicia. Dos son las razones principales: por una parte, a medida que las explotaciones van creciendo, sus necesidades de forraje aumentan; por otra, la PAC empuja hacia la implantación de técnicas de mejora y conservación del suelo, como lo es no dejar los suelos vacíos o sembrar especies mejorantes que fijan nitrógeno ambiental al terreno. A la hora de diseñar su estrategia anual de cultivos y rotaciones, cada explotación tiene que tomar sus decisiones en función de sus características y de factores como la zona en la que se encuentra, la climatología, la tipología de las parcelas o el nivel de autosuficiencia forrajera de la ganadería. La disponibilidad de semilla, que está siendo limitada en algunos casos este año, y su precio, que se ha incrementado notablemente debido a la alta demanda, ha hecho subir los costes de siembra en esta campaña, la primera tras la entrada en vigor de la nueva PAC, que apuesta por la rotación de los cultivos.
La climatología condiciona las siembras y también la producción final obtenida con las leguminosas, que son sensibles al encharcamiento y necesitan calor para crecer
La climatología condiciona en ocasiones las siembras y también el rendimiento obtenido cuando se labran leguminosas, pero especies como guisantes, altramuz, veza o tréboles anuales se están abriendo camino en las explotaciones gallegas por los beneficios agronómicos y nutricionales que aportan. Conocemos algunas experiencias concretas:  

“Este año no vamos a echar raigrás; sembraremos en todas las fincas una mezcla de varias leguminosas para enterrar”

La Cooperativa Agraria Provincial de A Coruña posee dos ganaderías (Granxa O Cancelo en Miño y Granxa A Esperanza en San Sadurniño), además de asesorar a otras explotaciones por toda Galicia. La mayoría de las explotaciones lácteas gallegas intentan sacar el mayor provecho a la producción forrajera, siendo una de las posibilidades la rotación anual de cultivo de invierno y verano con aprovechamiento de las dos cosechas para ensilado, pero “no en todos los casos es posible, pues depende de las condiciones edafoclimáticas o de la superficie total de la explotación”, indican desde el equipo técnico de CAP Coruña.
No sirve para todos lo mismo; las cosas hay que verlas en directo en la explotación y estudiar cada caso
Por eso insisten en que “cada quien tiene que optar por lo mejor para su explotación, estableciendo una estrategia adaptada a las condiciones que uno tiene”, sin que sirvan recomendaciones generalizadas. “El cultivo principal para nosotros es el maíz, por lo que este año ya no vamos a sembrar nada con raigrás, todo va a ir con una mezcla de leguminosas para enterrar. Este año vamos a hacer lo mismo o muy parecido en Miño y en San Sadurniño”, cuentan.
CAP Coruña lleva mucho tiempo trabajando con leguminosas en las fincas que no tienen cultivo en invierno
CAP Coruña lleva mucho tiempo trabajando con leguminosas para abonado en verde las fincas que no tienen cultivo en invierno. “En años anteriores hemos probado con guisantes, con vezas y con altramuces”, explican. La mezcla escogida para esta campaña lleva varias leguminosas, entre ellas trébol y altramuz, no con vistas al aprovechamiento forrajero sino con el objetivo de fijar nitrógeno.
El abonado en verde tiene un coste asociado, el de sembrar, triturar y enterrar, pero fijas nitrógeno, evitas la escorrentía y mejoras la estructura del suelo
“Estamos contentos y pensamos que es lo mejor para la tierra en comparación con dejar el suelo desnudo, porque abonas y mejoras la estructura y fertilización del suelo. Tiene un coste asociado, el de sembrar, triturar y enterrar, pero creemos que tiene más ventajas que costes, siendo a su vez una práctica que encaja en las nuevas medidas regulatorias en cuanto a la condicionalidad y los ecorregímenes de la nueva PAC”, argumentan.
Pradera de raigrás con veza y trébol en SAT O Palomar en la última campaña de ensilado de la hierba

“Sembramos una mezcla de raigrás, veza y trébol donde el 60% son leguminosas”

SAT O Palomar, de Láncara, tiene una superficie agraria de 206 hectáreas, 120 de ellas son de pradera permanente y el resto están enfocadas al cultivo de maíz. “Hacemos rotación en todas, no dejamos ninguna vacía”, destaca Odón Castro. Como cultivo de invierno, llevan ya 9 años apostando por una mezcla de gramíneas con leguminosas, donde el 60% son leguminosas. En concreto, emplean dos tipos de raigrás (un raigrás inglés y un raigrás híbrido muy tardío) y tres leguminosas (dos tipos de tréboles y veza).
Quiero tener más elasticidad en el momento de la siega y no estar tan condicionado por el tiempo
“Quiero más elasticidad en el momento de la siega y no estar tan condicionado por el tiempo”, explica. Hacen un solo corte, entre la segunda quincena de abril y el 5 de mayo, dependiendo de cómo venga el tiempo. “Vamos siempre al límite en producción, con cosechas de entre 16.000 y 18.000 kilos haciendo un buen presecado y alcanzando una media de entre el 14% y el 16% de proteína en el silo”, detalla. Este año, en la campaña de ensilado de hierba en primavera, únicamente hicieron dos cortes en las primeras praderas sembradas, labradas a primeros de septiembre, para preservar la calidad del forraje. “Hicimos un primer corte en marzo con un 18% de proteína y otro en la primera semana de mayo”, cuenta. Fue una excepción, ya que asegura que “no compensa hacer dos cortes, porque estás ensilando todo el tiempo y los gastos son mayores”.

“Para hacer abonado en verde, la semilla de nabo sale más barata porque lleva menos quilos por hectárea”

Ganxabar, la cooperativa formada por 8 explotaciones de las comarcas de O Xallas y A Barcala, sembró este año 850 hectáreas de maíz para ensilar en sus instalaciones de gestión conjunta de forrajes. Una vez levantado el maíz, tienen previsto sembrar la mitad de la superficie con pradera para hacer silo de hierba en primavera y en la otra mitad de las fincas sembrarán una cobertura vegetal para enterrar como abono en verde. “Siempre se echó algo para enterrar, pero no tanto. Cada vez son menos las fincas que quedan vacías”, reconoce Jesús Otero. “Antes sembrabas maíz y dejabas vacío en invierno para volver a echar maíz, pero eso ahora no se va a poder hacer. En esta zona se están dando ciertos cambios en ese sentido”, asegura. E insiste en que la nueva PAC va a obligar a las explotaciones a cambiar algunas prácticas. “Antes trabajabas con mezclas pero no estabas pendiente de que tuviesen más del 50% de leguminosa”, ejemplifica.
El valor del ecorrexime no compensa el coste de la sementeira, pero es una práctica buena para el terreno
En su caso, han optado por el raigrás para las praderas y por introducir mezclas con leguminosa en el 10% de la superficie para cumplir con el ecorregimen de rotación de cultivos de la PAC.  En el resto de las fincas, en las que no han previsto hacer corte de hierba para ensilar, Ganxabar les echará nabos a la mayoría de las parcelas. “La semilla de nabo sale más barata porque lleva muchos menos kilos por hectárea, entre 8 y 10 kilos, cuando otras mezclas de leguminosas para enterrar pueden andar entre 25 y 35 kilos”, compara. El valor del ecorregimen de rotación de cultivos con especies mejorantes, establecido finalmente en 68,64€ para las primeras 30 hectáreas y en 48,05 para las siguientes, “no compensa el coste de la siembra”, dice, pero “es una práctica buena para el terreno, independientemente de la PAC, porque estás abonando y mejorando el suelo”, defiende Jesús. “Si lo quieres hacer bien y trabajar bien la tierra, te tienes que ir a una hectárea por hora, por lo que el coste del laboreo está entre 60 y 80€. A eso hay que añadir el coste de la semilla, que en el caso del nabo son unos 30€. Es decir, por menos de 100€/ha no consigues hacer la siembra”, calcula.
Cultivo de cereal con leguminosa en Casa Barbeiro, que superó el metro de altura la pasada primavera

“Sembramos cereal con veza porque el rendimiento es altísimo y las calidades son buenas”

Ganadería Casa Barbeiro cuenta con dos granjas en la comarca de A Mariña, ubicadas en los ayuntamientos de Alfoz y Ribadeo, y trabaja unas 190 hectáreas de terreno. Excepto 30 hectáreas que labraron a comienzos de septiembre con una mezcla de wester con raigrás híbrido con la intención de hacer un corte de forraje a comienzos de noviembre, en las otras 160 hectáreas repetirán la mezcla por la que llevan años apostando: la de veza con cereal. “El rendimiento es altísimo y las calidades buenas. Lo segamos con cinta, con las mariposas, y va el producto muy limpio, también porque no lo recogemos muy bajo. El año pasado hubo parcelas de muchas toneladas, en las que la hierba tenía más de un metro de alto, con proteínas medias de un 15% y pasando del 17% en alguna muestra puntual”, explica Juanjo Fraga.
Si se sega a principios de mayo es cuando se consiguen producciones extraordinarias, porque el crecimiento de la veza se produce fundamentalmente después de abril
Hacen un solo corte y procuran estirarlo lo máximo posible. “Lo cosechamos lo más tarde posible, para conseguir cantidad de forraje y que la veza esté mucho más desarrollada, porque el crecimiento de la veza se produce fundamentalmente después de abril. Si se deja la siega para finales de abril o principios de mayo es cuando se consiguen producciones extraordinarias”, indica. Sementeira directa Ganadería Barbeiro está apostando también por el mínimo laboreo, después de la compra este año de una máquina compuesta por cuba de purín y equipo de siembra directa, lo que les permite en una misma pasada ir enterrando el purin y labrando con strep-till y grada rotativa detrás. La mezcla de semillas varía en función de la parcela de la que se trate y del tipo de veza, que combinan principalmente con trigo híbrido y algo con cebada híbrida. “Dependiendo de las vezas y del tipo de cereal vamos adaptando la mezcla y jugamos también con la humedad de las parcelas, porque la veza con la humedad no se lleva bien”, explica Juanjo.
La combinación habitual incluye un 60% de veza sativa y un 40% de trigo híbrido
Las combinaciones van desde un 60% de veza y un 40% de cereal en las fincas más secas a una mezcla al 50% en las más mojadas. El tipo de veza tampoco es siempre el mismo. “Si hay sativa, echamos sativa, pero está siendo difícil de conseguir. A mí me gusta más la variedad sativa porque tiene más digestibilidad y se aguanta mejor, aunque el comportamiento depende mucho del año”, reconoce. En años climatológicamente adversos y parcelas muy húmedas acabaron usando el cultivo para abono en verde. “Algún año muy húmedo optamos por enterrar la leguminosa en vez de ensilarla, pasándole la grada de discos, y también vale, porque fija mucho nitrógeno y deja la tierra esponjosa para labrar el maíz”, argumenta. “No hemos tenido que cambiar nada para cumplir con el ecorregimen” Ganadería Barbeiro lleva muchos años apostando por la leguminosa con cereal en invierno frente a las gramíneas. “El raigrás para el manejo de la alternativa con el maíz es mucho más complicado, tienes que hacer varios cortes, requiere más abonado y te deja la tierra en mucho peor estado, porque queda más seca y más dura”, relata. “Nosotros no hemos tenido que hacer ningún cambio para cumplir con la PAC, porque ya estábamos trabajando con leguminosas. Y ahora con el equipo de siembra directa más aún”, dice. A las ventajas ambientales se añaden las económicas, con una reducción en el gasto en abono químico, una de las estrategias que están siguiendo en los últimos años para mejorar la eficiencia de sus dos granjas, junto con el incremento de la producción de forrajes propios.
En invierno usamos el purín en cobertera en vez de abonos minerales
La compra de la nueva máquina para echar el purín persigue el objetivo de adaptarse a la inminente entrada en vigor del Real Decreto de Nutrición Sostenible de Suelos Agrícolas en el próximo mes de enero y, al mismo tiempo, lograr un mejor aprovechamiento del poder fertilizante del purín. “En los momentos de siembra, tanto ahora como para echar el maíz, lo enterramos, y después en cobertera usamos un aplicador de tubo localizado con ballesta, que hace una hendidura de 3 cm de fondo en la tierra y lo va dejando por ese canal como si fuese con el disco. Es el único abono que le metemos al cultivo de invierno, no usamos abonos químicos”, cuenta.

Las exigencias de la nueva PAC para las tierras del maíz: rotación dentro del mismo año o cambio de cultivo cada cuatro

El actual período de la Política Agraria Común, que entró en vigor el pasado 1 de marzo, trae importantes cambios en lo que se refiere a las tierras del maíz, que deberán ser tenidos en cuenta por las ganaderías para no perder ayudas ni sufrir penalizaciones. Analizamos algunas cuestiones importantes a tener en cuenta de cara a la actual campaña de siembra de las praderas. En primer lugar, la rotación y diversificación de cultivos pasa a ser una exigencia para poder cobrar la PAC, por lo que dejar la mayor parte de las tierras vacías en invierno, una práctica frecuente hasta ahora en muchas explotaciones, sobre todo en las que tenían una mayor superficie agraria en comparación al número de cabezas, pasará a tener los días contados.
Si se echa en la misma parcela maíz sobre maíz durante tres años en el cuarto año habría que sembrar otro cultivo
Pero son varias las posibilidades para cumplir con esta exigencia de la llamada condicionalidad reforzada, que obliga a que todas las tierras cambien de cultivo al menos una vez cada cuatro años, excepto en explotaciones que labren menos de 10 hectáreas o dediquen más del 75% de su superficie a pradera. La otra de las grandes novedades de la PAC de este año es el ecorregimen de rotación de cultivos con especies mejorantes, al que se han acogido 57.428 hectáreas de tierras de cultivo en Galicia. El alta demanda de semillas y las dificultades para conseguir algunas de ellas, como la veza, ha hecho que se hayan disparado los precios. No se pueden dejar más de la mitad de las tierras vacías La rotación de cultivos está incluida como una obligación dentro de las Buenas Condiciones Agrarias y Medioambientales (BCAM 7), aunque ha quedado en suspenso en la actual campaña de la PAC a consecuencia de la guerra de Ucrania y solo tendrán que cumplir aquellas explotaciones que se hayan acogido al ecorregimen de siembra directa o rotación con mejorantes. Esta diversificación de cultivos es más exigente a medida que aumenta la superficie cultivada (si se labran más de 30 hectáreas son obligatorios 3 cultivos diferentes, sin que el mayoritario supere el 70% de la superficie y los dos más importantes el 90%).
Si una explotación se decanta por la rotación dentro del mismo año debe mantener esta práctica durante tres campañas
Otra manera de cumplir la BCAM 7 es la rotación dentro del mismo año con dos cultivos diferentes, si bien si se opta por esta práctica, deberá mantenerse al menos durante 3 campañas. Es decir, no se permite justificar el uso de cultivo secundario intraanual como opción para la rotación exclusivamente en el tercer año si no se usó en los 2 años anteriores. El FOGGA comprobará en el año 2025 el cumplimiento de la exigencia de rotación de cultivos teniendo en cuenta los declarados en cada parcela en los tres años previos. Esto implica que si en 2022 se repitió el cultivo de maíz en las mismas tierras sin labrar después nada en ellas en invierno, bien este año o el año que viene habría que sembrar un cultivo diferente al maíz en esas fincas.
Lo que se labre ahora en otoño será el considerado cultivo principal de cara a la solicitud de la PAC del año que viene
En caso de acogerse a la opción de rotación dentro del mismo año se mirarán solo los dos años anteriores. Esto implica que las explotaciones que sembraban hasta ahora maíz sobre maíz no podrán dejar las tierras vacías y este año ya tendrán que echar algo en esas parcelas de cara al invierno. El incumplimiento de los requisitos mínimos establecidos en cuanto a rotación y diversificación de cultivos se castiga con una rebaja en el monto de ayudas de la PAC de ese año de entre el 3% (incumplimiento no intencionado) y el 20% (incumplimiento intencionado).  Usar especies mejorantes Entre las principales novedades que introduce la Política Agraria Común para el período 2023-2027 están los nuevos regímenes en favor del clima, el medio ambiente y el bienestar animal (ecorregímenes), una serie de prácticas anuales de carácter voluntario primadas con pagos adicionales. Son dos los principales ecorregímenes aplicables en las tierras de cultivo: rotación de cultivos con especies mejorantes y siembra directa, una práctica poco habitual aún en Galicia. Consiste en no arar para echar el siguiente cultivo y el importe final a percibir es el mismo que en el caso de la rotación convencional con especie mellorante.
En el caso de la siembra directa se exige rotar el 40% de las parcelas, no el 50%, como ocurre en el ecorregimen de rotación con especie mejorante
Se puede hacer siembra directa siempre sobre la misma parcela, algo que se prima con 25€/ha adicionales, pero es necesario igualmente rotar los cultivos. El porcentaje de rotación sobre el total de las parcelas incluidas dentro del ecorregimen que se exige en este caso es del 40%, en vez del 50% que se pide para el cobro por rotación con especie mejorante. Si se opta por echar especies mejorantes del suelo, se exige que como mínimo se labren el 50% de las tierras de cultivo por las que se solicita el ecorregimen, aunque se cobraría por el 100% de la superficie. Se admite también en este caso como rotación la introducción de un cultivo secundario dentro del mismo año.
Una explotación con 100 hectáreas de cultivo deberá rotar como mínimo 50 y labrar al menos 10 con especies mejorantes, entre ellas 5 de leguminosas
Por lo tanto, las explotaciones que quieran solicitar el ecorregimen el año que viene deberán sembrar los porcentajes mínimos exigidos de especies mejorantes y leguminosas ya en este otoño, dado que será considerado el cultivo principal de cara a la próxima solicitud de la PAC. En la normativa aprobada tiene consideración de cultivo principal aquel que ocupe más tiempo en la parcela entre el 1 de enero y el 30 de abril de cada año, de manera que en Galicia el maíz está considerado el cultivo secundario. Como mínimo el 10% de la totalidad de las tierras de cultivo por las que se solicita el ecorregimen deben ser sembradas con especies mejorantes, de las cuales por lo menos la mitad serán leguminosas, que se permiten también como abonado en verde.
En el 5% de la superficie total de cultivo las semillas de leguminosas deberán ser mayoritarias en la mezcla
La rotación raigrás-maíz cumpliría para la BCAM 7 de rotación de cultivos, siempre que se haga todos los años, pero no serviría para cobrar el ecorregimen de rotación con especie mejorante, ni siquiera cuando lo que se siembra es una mezcla de raigrás con trébol anual, dado que se exige que en un 10% de la superficie la especie considerada mejorante, en este caso el trébol, sea mayoritaria en la mezcla (al menos el 51% de la semilla). El trébol solo cumpliría, al igual que distintas mezclas de leguminosas con cereales de invierno, como por ejemplo guisante con triticale o veza con avena, siempre que la leguminosa sea la predominante en la mezcla. Casi la mitad de las tierras de cultivo no han pedido el ecorregimen Al ecorregimen de rotación de cultivos con especie mejorante se han acogido en esta campaña 57.428 hectáreas de tierras de cultivo en Galicia. Es una buena práctica que se acomoda bien al sistema habitual de cultivo del maíz en la cornisa cantábrica aunque el desconocimiento y las obligaciones que conlleva han desincentivado su adopción por parte de los productores.
Una de las principales novedades de la nueva PAC son las primas por sembrar especies mejorantes, que quedan reducidas en un 20% para esta campaña
El importe final con el que se primará a las ganaderías que labren especies mejorantes en sus parcelas es de 68,64 euros por hectárea (48,05€ después de las primeras 30 ha), tras la reducción del 20% en el importe previsto inicialmente. Las explotaciones gallegas han declarado este año como cultivo principal en la PAC un total de 50.485 hectáreas de forrajes herbáceas y 21.837 de maíz. Poco más de la mitad (el 56%) del total de las tierras de cultivo declaradas en la comunidad (102.345 hectáreas) solicitaron acogerse al ecorregimen de rotación de cultivos con especies mejorantes o mediante la siembra directa. En concreto, han sido 55.745 hectáreas en secano húmedo y 1.676 en regadío.  

Se permiten las leguminosas para abonado en verde

El nuevo ecorregimen de la PAC permite también sembrar especies mejorantes para abonado en verde, una práctica que siguen desde hace años explotaciones en Galicia y que permite una mejora agronómica y una reducción de herbicidas.  En el listado de semillas admitidas para enterrar como abono en verde están leguminosas como guisante, alubia, altramuz, haba, veza o trébol; crucíferas o brassicas como colza, nabo o camelina y otras especies como el girasol o el cártamo. Este tipo de plantas actúan como cultivo regenerador y mejorante del suelo, de manera que favorecen una mejora en el rendimiento del siguiente cultivo por la fijación de nitrógeno y el aporte de materia orgánica.
Al enterrar los cultivos mejorantes en la profundidad del maíz (20-25 cm) se aportan nutrientes y materia orgánica
A mayores del nitrógeno atmosférico almacenado gracias a la acción del rizobium, y del resultante de la mineralización de la materia orgánica tras el enterrado, buena parte de estas especies mejorantes tienen una raíz pivotante que explora una profundidad mayor, captando los nutrientes que el suelo almacena y trayéndolos hacia capas superiores, donde pueden ser aprovechados por los demás cultivos.
La raíz pivotante del nabo o la colza explora superficies más profundas, trayendo nitrógeno y potasio y haciendo disponibles estos nutrientes para el siguiente cultivo
Ocurre en el caso de las brassicas, por ejemplo, que son ricas en nitrógeno y potasio, pues especies como el nabo o la colza tienen una raíz pivotante que se va a más profundidad que otros cultivos como el maíz, con raíces más superficiales (20-25 cm), haciendo emerger nutrientes que se van a zonas más profundas, como potasio o nitrógeno.

Beneficios de la introducción de especies mejorantes en las praderas

Pradera mixta de raigrás y trébol en la Finca de Cartelos, en Carballedo (Lugo), en un ensayo del CIAM El otoño es el momento idóneo para sembrar nuevas praderas o renovar las existentes. Bien sea para pasto o para ensilado, las leguminosas son una buena opción. La implantación suele ser mejor que en primavera, además de coincidir con la rotación habitual en Galicia con el cultivo del maíz. Este año, después del ensilado del maíz, muchas ganaderías tendrán que variar su estrategia para cumplir con lo exigido en la nueva PAC, lo que supone una oportunidad para mejorar algunas prácticas. “Dejar la tierra sin cultivar en invierno agronómicamente no es recomendable, habría que sembrar un cultivo de invierno cuando se coseche el maíz. Lo recomendable es introducir un cultivo regenerador y mejorante del suelo y cuando te dedicas a la ganadería lo que hay que introducir son leguminosas”, insiste Juan Valladares, investigador del CIAM.
Cuando te dedicas a la ganadería hay que introducir leguminosas en las praderas
En el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo llevan varios años estudiando distintas alternativas para los cultivos de invierno en Galicia, comparando los resultados de las diferentes mezclas de gramíneas y leguminosas. Juan enumera los beneficios de sembrar especies mejorantes en las praderas desde el punto de vista agronómico (el terreno queda mejor preparado y es más fácil de trabajar; salen menos malas hierbas, por lo que son necesarios menos herbicidas; y se logra un aporte extra de nitrógeno para el siguiente cultivo, que redunda en una mayor producción); pero también desde el punto de vista nutricional, al lograr mayor contenido en proteína en la ración.
De los tréboles hay mucho que estudiar aún y es necesario aprender a trabajar con ellos
Pero con las leguminosas, dice, “es necesario aprender a trabajar con ellas”. En los últimos años el CIAM ha estado realizando ensayos con leguminosas anuales en distintas zonas de Galicia, como en la finca de Mabegondo o en la del Pazo de Cartelos (Carballedo), perteneciente a la Fundación José Luis Taboada, donde se probaron distintas mezclas de tréboles para comprobar su implantación y rendimiento: trébol migueliano, también llamado balansa; trébol resupinatum (persa); trébol maral (trifoliun suaveolens o trébol resupinatum de hoja grande) y trébol encarnado. “Según en que zonas de Galicia, se dan mejor unos tréboles que otros. El trébol maral, por ejemplo, tiene capacidad de rebrote, pero es tardío, por lo que se implanta mejor en Mazaricos que en zonas del interior”, asegura Juan. Mezclas de tréboles y gramíneas Independientemente de la variedad escogida, el trébol funciona mejor mezclado con una gramínea, que aporta el contenido de azúcares suficiente para una buena conservación del silo. “Además, en los estudios que hicimos vimos que había que introducir un raigrás porque la implantación de los tréboles es lenta; el que mejor funciona es el raigrás híbrido”, explica. “Si después del maíz siembras solo trébol, como tarda en implantarse, si vienen lluvias se lava el terreno. Mezclado con el raigrás, sin embargo, se evita la escorrentía, porque el raigrás al mes ya tiene el desarrollo suficiente para frenar el efecto de lavado del suelo por la lluvia”, detalla.
Los tréboles funcionan mejor mezclados con raigrás híbrido, porque se evita el lavado del suelo cuando llueve
Además de las diferencias en la implantación, la preparación del terreno debe ser también diferente cuando se siembran solo gramíneas que cuando se aportan mezcladas con leguminosas. “El trébol obliga a preparar mejor el terreno para la siembra y después hay que pasar siempre un rulo. El raigrás, cuando se siembra solo, va creando una especie de fieltro en el suelo que impide la contaminación por piedras y cenizas cuando ensilas la hierba, algo que no sucede en el caso del trébol”, indica.   Cereal con leguminosa Mezcla de veza, raigrás y avena El CIAM también hizo ensayos con veza, una leguminosa cada vez más frecuente en Galicia tras el maíz en combinación con cereal de invierno. “Se probaron mezclas de veza villosa con tréboles y raigrás. La veza villosa es menos digestible que la sativa, pero la sativa tiende la tumbarse y necesita un cereal (triticale, cebada o avena) como tutor”, indica Juan.
La veza sativa es más digerible que la villosa pero tiende a tumbarse y necesita un cereal (triticale, cebada, avena) como tutor
Junto con la veza, otra de las leguminosas empleadas en las mezclas con cereal es el guisante. “La clave está en la proteína. Se ponen estos cultivos porque vas a un solo corte y logras un contenido proteico más elevado. En raigrás si vas a dos cortes puedes igualar la cantidad de proteína, pero los costes se duplican”, razona. Labrar sin abonar De cara a la siembra del cultivo de invierno no es imprescindible abonar las tierras. Es más, puede ser incluso contraproducente. “En los ensayos que realizamos hicimos laboreo y sembramos sin abonar en fondo, aprovechando únicamente los excedentes de la fertilización con purín en el cultivo del maíz (entre 50 y 60 metros cúbicos por hectárea). En el purín una cuarta parte del nitrógeno que aporta quedaría para el año siguiente, porque se corresponde con la mineralización de la materia orgánica. Por la composición habitual del purín en Galicia, unos 25 kg de nitrógeno por hectárea quedan para el siguiente año, que es lo que se necesita para el arranque de las leguminosas. Y no hay que pasarse de 25 kg/ha de nitrógeno porque sinó se perjudica el desarrollo del rizobium”, advierte el investigador del CIAM.
El momento de abonar en cobertera está determinado en función de la temperatura del suelo (entre 8 y 10 grados)
Sería conveniente, eso sí, aplicar una fertilización después en cobertera, de unos 50 kg de nitrógeno por hectárea. “Cuando el cultivo empieza a desarrollarse sería el momento de aplicar esta fertilización con abono químico convencional o incluso purín, pero depositado en el terreno. La leguminosa tiende a crecer cuando la temperatura del suelo está entre 8 y 10 grados. Según las zonas, esto se produce a finales del invierno o comienzos de la primavera; en el interior de Galicia suele coincidir a primeros o mediados de marzo”, ejemplifica. La fecha de abonado marca también el momento de segar, pues habría que cortar dentro de los 40 días posteriores. Sembrar en octubre o en enero? Hay ganaderías que optan por retrasar la siembra del cultivo de invierno al mes de enero, para evitar la presencia de malas hierbas, algo que Juan solo recomienda en determinados casos. “La implantación de las leguminosas es lenta y eso hace que si tenemos en el suelo un banco de malas hierbas salgan y se desarrollen antes. Sembrando el cultivo de invierno en enero evitaríamos esta competencia, pero hay que tener en cuenta que las leguminosas en general son bastantes sensibles al frío. El guisante, por ejemplo, es sensible a la humedad excesiva y al frío”, alerta, de ahí que debamos considerarlo.
Las leguminosas son bastante sensibles al frío, por lo que si en la zona hay heladas es preferible no esperar
Por eso, si en la zona hay heladas en enero y febrero, recomienda sembrar el cultivo antes, en otoño, sin esperar a los meses de invierno. “En zonas donde no hay heladas, puedes sembrarlo más tarde, pero en zonas donde hiela es preferible sembrar en otoño, para que cuando vengan las heladas ya esté implantado. La leguminosa cuando nace es extremadamente sensible, a medida que ya tiene 3 hojas aguanta mejor las heladas”, explica. Un único corte en abril Las mezclas con leguminosa tardan más en desarrollarse que cuando se siembra solo raigrás. El punto de crecimiento lo marca la temperatura del suelo (por encima de 8-10 grados), que es cuando se activan las bacterias (rizobium) y la planta aprovecha el nitrógeno atmosférico y crece más. “Las leguminosas se quedan paradas a la espera del buen tiempo. Los tréboles si hay lluvias, frío o encharcamiento no crecen. Con el guisante pasa algo parecido. Son cultivos de implantación lenta y que dependen de la temperatura del suelo para crecer y desarrollar todo su potencial”, indica Juan.
Las leguminosas se quedan paradas a la espera del buen tiempo. Son de implantación lenta y dependen de la temperatura del suelo para crecer
El ensilado, mediante uno solo corte, depende de la zona y de cómo haya venido el tiempo. “El momento de segar es cuando comienza la floración de las leguminosas, que en un año normal podría estar en torno al 15-20 de abril en zonas como Mazaricos, pero en zonas interiores viene un poco más tarde”, explica. “Si viene mal tiempo y no da crecido tienes que meter nitrógeno extra, mediante abono químico, pero en ese caso no estaríamos aprovechando la función de las leguminosas como fijadoras de nitrógeno ambiental”, dice. Rendimientos En los ensayos realizados en Cartelos en el año 2021 con una mezcla de raigrás híbrido y tres tréboles anuales y una fertilización de 60 metros cúbicos de purín por hectárea previos en el cultivo del maíz más un abonado de cobertera con tres dosis diferentes de abono químico en el mes de marzo, se lograron los siguientes rendimientos:
  • Sin abonado en cobertera = 4,7 toneladas de materia seca por hectárea
  • Con 50 kg de nitrógeno por hectárea = 5,8 toneladas de materia seca por hectárea
  • Con 100 kg de nitrógeno por hectárea = 6,3 toneladas de materia seca por hectárea
“Cuanto más abonas más se incrementa el rendimiento, pero habría que ver si compensa desde el punto de vista económico pasar de una determinada cantidad, porque con 50 kg de nitrógeno por hectárea tenemos unos rendimientos superiores a si metes 0 kg pero similares estadísticamente a si metes 100”, argumenta Juan.
Introduciendo trébol mezclado con el raigrás obtienes un 40% más de proteína por hectárea en el forraje e incrementas un 5% la proteína bruta en la ración
Pero además de la cantidad de forraje obtenido, el investigador del CIAM pone el énfasis en la calidad del ensilado. “En una pradera de raigrás solo, con los mismos 50 kg de nitrógeno por hectárea sacas 400 kg de proteína por hectárea, mientras que con la mezcla con leguminosas obtienes 577 kg por hectárea de proteína, un 40% más”, compara. El porcentaje de incremento depende del nivel de implantación de las leguminosas. “Cuanto mejor se implanten más proteína vas a tener después en el silo, pero hay que tener en cuenta que el raigrás tiene un 6% de proteína frente al 11% de los tréboles. Si vas a más de un corte en el raigrás se incrementaría la proteína, pero los costes de siega, recogida y ensilado también son mayores”, razona. Mejora en el siguiente cultivo La ventaja de introducir una leguminosa de invierno es que el suelo queda más abonado y en mejores condiciones para recibir el siguiente cultivo. “Las raíces y la parte aérea no segada quedan en el terreno, se descomponen y aportan nitrógeno. La cantidad se cuantifica entre 40-100 kg de nitrógeno por hectárea dependiendo de la implantación de leguminosa”, explica Juan.
Las leguminosas pueden llegar a fijar en el suelo a mitad del nitrógeno que necesita el maíz
Esa fijación de nitrógeno supone un ahorro considerable en fertilizante, o bien un extra de cosecha, debido al plus de abonado. “El maíz es vicioso en nitrógeno, cuanto más le aportas más crece, y tener ese nitrógeno almacenado en el suelo supone una gran ventaja a nivel de toma de decisiones”, considera. Por eso, en función de la estrategia que adopte el ganadero (ahorrar en abono o recoger más forraje) se puede variar o no la fertilización del maíz tras el cultivo de invierno con leguminosa.
Con el raigrás solo el terreno queda más compacto y es más difícil de trabajar
Según el tipo de terreno, la disponibilidad de nitrógeno puede ser mayor o menor, pero la dosis recomendada para el maíz puede ser establecida en función de los rendimientos esperados. “En base al rendimiento (proteína) se tienen unas extracciones de nitrógeno u otras. Si espero un rendimiento para el ciclo que he sembrado de 15 toneladas de materia seca por hectárea (7% de proteína), las extracciones serán de 170 kg de nitrógeno por hectárea, por lo que el nitrógeno disponible (en el suelo más el aportado) debe ser superior a esa cantidad”, ejemplifica Juan. En base a ese cálculo, para hacer una correcta fertilización sería necesario conocer el nitrógeno mineral presente en el suelo al inicio del cultivo y el que se genera por mineralización de la materia orgánica. Este nitrógeno mineral puede ser importante cuando se cultiva previamente una leguminosa o cuando se incorpora al terreno un cultivo como abonado en verde. “Además, agronómicamente, de cara al laboreo, al introducir leguminosas el terreno queda más mullido, por lo que es más fácil de trabajar”, concluye el investigador del CIAM.

Cambios que afectan a las tierras de maíz en la nueva PAC

El cultivo de maíz es considerado el cultivo secundario a efectos de la PAC y el cultivo de invierno el cultivo principal Comienza la siembra de maíz en distintas zonas de Galicia y este año coincide en plena campaña de solicitud única de la PAC, retrasada con motivo de la entrada en vigor del nuevo período 2023-2027, que trae cambios importantes a respecto de las tierras de cultivo. Cada año se siembran en Galicia unas 70.000 hectáreas de maíz forrajero. Constituye uno de los ingredientes principales de las raciones de alimentación de las vacas de leche y una forma de abaratar el cebo de los terneros en las explotaciones de carne. Los cambios derivados de la entrada en vigor de nuevas medidas recogidas en la Política Agraria Común, como los ecorregímenes, incentivan la adopción por parte de las explotaciones de determinadas prácticas, como las rotaciones con cultivos mejorantes.
Las decisiones de siembra de este otoño condicionarán las ayudas que se podrán pedir el año que viene
Las nuevas exigencias son también una oportunidad para lograr fondos complementarios, para incrementar la suficiencia alimentaria de las ganaderías y para reducir las necesidades de fertilización y el uso de herbicidas, pero con los costes de gasóleo, semillas y abonos en niveles elevados cada granja tendrá que valorar su caso particular en función de la tierra, la mano de obra o la maquinaria disponible. Las decisiones de siembra deberán anticiparse y ser meditadas, ya que van a condicionar en buena medida las ayudas que van a poder cobrar las explotaciones, tanto en la actual campaña como en las próximas. Tratamos de responder a las principales dudas que surgen de la aplicación de la nueva normativa de la PAC: – ¿El cultivo de maíz condiciona el cobro de la PAC? – La nueva PAC incluye una condicionalidad reforzada que exige el cumplimiento de una serie de requisitos mínimos para acceder a las ayudas. Entre ellos está mantener unas buenas condiciones agrarias y medioambientales (BCAM). De no cumplirse podría haber penalizaciones e incluso la pérdida del derecho al cobro de la PAC por parte de la explotación.
Las explotaciones que echen menos de 10 ha de maíz no están obligadas a hacer rotación de cultivos
Entre las buenas prácticas de obligado cumplimiento que afectarían a las tierras de maíz se encuentra la BCAM 4, en la que es obligatorio dejar una franja de protección de por lo menos 5 metros sin labrar a ambos lados de ríos, riachuelos o cauces de agua; la BCAM 5, que prohíbe labrar la tierra en la dirección de la máxima pendiente cuando la pendiente media sea superior al 10%; la BCAM 7, por la que todas las parcelas de la explotación deberán rotar de cultivo por lo menos una vez cada 4 años; la BCAM 8, que exige reservar al menos el 4% de la superficie dedicada a tierras de cultivo de la explotación a elementos no productivos; y la BCAM 10, que obliga a la aplicación localizada del purín, al soterramiento del estiércol, a contar con planes de abonado y a registrar en el cuaderno de explotación las operaciones de fertilización realizadas. – ¿Hay que cumplir este año con todas estas buenas prácticas? – La prohibición del uso de plato o abanico para el purín entra en vigor el 1 de enero del próximo año, al igual que la necesidad de planes de abonado, que serán obligatorios a partir de septiembre de 2024, mientras que el cuaderno digital se aplicará de manera escalonada a partir del 1 de septiembre de este año en función del tamaño de la explotación, siendo necesario para aquellas que declaren más de 30 ha de tierras de cultivo en la PAC.
Las explotaciones que declaren más de 30 ha a maíz deberán cubrir el cuaderno digital a partir de septiembre
A consecuencia de la guerra de Ucrania, la Comisión Europea estableció excepcionalmente para este año que en la campaña de la PAC 2023 no es necesario cumplir con la BCAM 8, en lo relativo al porcentaje mínimo del 4% de elementos no productivos, excepto en el caso de acogerse al ecorregimen de espacios de biodiversidad; y con la BCAM 7, de rotación de cultivos, excepto para los productores que se acojan al ecorregimen de rotación con especie mejorante o siembra directa, que ya deberán cumplir este año. – ¿Todas las explotaciones deberán cumplir con la rotación a partir del año que viene? – El cumplimiento de la obligación de rotación en las tierras de cultivo no se exige cuando la superficie cultivada sea igual o inferior a 10 ha, cuando el 75% de las tierras de cultivo se utilicen para producir hierba, forrajes herbáceas o leguminosas o cuando el 75% de la superficie agrícola total de la explotación sean pastos permanentes. Estos mismos supuestos también permiten no estar obligados a dejar sin cultivar el 4% de las tierras.
Todas las parcelas de la explotación dedicadas a tierras de cultivo deberán rotar por lo menos una vez cada 4 años a no ser que en el 75% de la superficie se eche hierba
– ¿En qué consiste la rotación? – Si la explotación no entra en ninguno de los supuestos anteriores, deberá mudar el cultivo por lo menos una vez cada cuatro años en todas las parcelas. Esta diversificación será más exigente a medida que aumenta la superficie cultivada, de manera que entre 10 y 20 hectáreas se deben labrar por lo menos 2 cultivos diferentes sin que el mayoritario suponga más del 75% de la superficie; entre 20 y 30 hectáreas la superficie del cultivo mayoritario no puede superar el 70%; y si se labran más de 30 hectáreas se exigen al menos 3 cultivos, sin que el mayoritario supere el 70% de la superficie y la suma de los dos mayoritarios el 90%.
El ‘pago verde’ del anterior período era más simple que la actual rotación, aunque también exigía diversificación de cultivos
– ¿La rotación dentro del mismo año cumpliría? – Sí, pero esta rotación tiene que mantenerse durante 3 años. No se permite justificar el uso de cultivo secundario intraanual como opción a la rotación exclusivamente en el tercer año si no se usó en los 2 años anteriores, es decir, no serviría echar 2 años únicamente maíz y el tercer año sembrar un cultivo de invierno al cosechar el maíz. – ¿En qué campaña se hará la comprobación? – El FOGGA comprobará en el año 2025 el cumplimiento de la exigencia de rotación de cultivos teniendo en cuenta los cultivos declarados en cada parcela en los tres años previos. Esto implica que si en el 2021 y 2022 se echó maíz en las mismas parcelas, bien este año o el año que viene habría que sembrar un cultivo diferente al maíz en esas fincas. En el caso de acogerse a la opción de rotación dentro del mismo año se mirarán solo los dos años anteriores. Esto implica que las explotaciones que echan maíz sobre maíz no podrían dejar las tierras vacías y este año ya tendrían que echar algo en esas parcelas de cara al invierno. – ¿Qué se considera cultivo principal y cultivo secundario? – Tiene consideración de cultivo principal aquel que ocupe más tiempo en la parcela entre el 1 de enero y el 30 de abril de cada año, de manera que en Galicia el maíz sería considerado cultivo secundario y el cultivo de invierno el principal. Esto obliga a una planificación por parte de las explotaciones, dado que el cultivo principal para la PAC del año que viene será el que se siembre en octubre de este año. – ¿Pueden dejarse vacías las tierras del maíz? – En caso de que una explotación esté obligada a cumplir con la BCAM 7 de rotación en las tierras de cultivo (más de 10 hectáreas cultivadas y menos del 75% de la superficie dedicada a cultivos herbáceos o a prado permanente) pero opte por echar maíz sobre maíz en las mismas parcelas, en el último año (2025), no podrá sembrarlo, estando obligado a cambiar de cultivo.
Si se echa en la misma parcela únicamente maíz durante tres años en el cuarto año habría que sembrar otro cultivo o echarle raigrás todo el año
– ¿Se considera barbecho no sembrar un cultivo de invierno? – Para declarar barbecho las fincas tienen que estar sin cultivo durante 6 meses entre el 1 de enero y el 30 de septiembre, por lo que el período establecido en la normativa no se adapta a los ciclos de cultivo habituales en Galicia. Dejar las fincas vacías en invierno, una práctica que realizan algunas explotaciones en una parte de las parcelas una vez ensilado el maíz, no estaría por tanto considerado barbecho, pues no entraría dentro de lo fijado en la norma de la nueva PAC, aunque pasen más de 6 meses de separación entre cultivo y cultivo. – ¿Qué ocurre si no se dejan sin labrar los 5 metros de márgenes fluviales? – Aunque no está aún aprobado el decreto de penalizaciones, este incumplimiento va a ser considerado una infracción grave. Con todo, muchas de estas franjas en torno a los cauces de agua no aparecen marcadas debido a las deficiencias que tiene el SIGPAC en esta campaña a este respecto.

La rotación dentro del mismo año en la mitad de las tierras con un 10% de superficie labrada con especies mejorantes se paga a 85€ por hectárea

La mezcla de raigrás y trébol anual en rotación con el maíz no sirve para cobrar el ecorregimen Entre las principales novedades que introduce la Política Agraria Común para el período 2023-2027 están los nuevos reximes en favor del clima, el medio ambiente y el bienestar animal (ecorregímenes), una serie de prácticas anuales de carácter voluntario primadas con pagos adicionales. Son dos los principales ecorregímenes aplicables en las tierras de cultivo, aunque solo uno, el de rotación de cultivos con especies mejorantes, se acomoda bien al sistema habitual de cultivo del maíz en Galicia.
El nuevo ecorregimen de rotación de cultivos con especie mejorante es la principal novedad para el maíz en la PAC
La otra posibilidad sería la práctica de la siembra directa, muy poco habitual aún en Galicia. Consistiría en no arar para echar el siguiente cultivo y el importe a percibir (87,72€/ha) es prácticamente el mismo que en el caso de la rotación convencional con especie mejorante (85,72€/ha).
En el caso de siembra directa se exige rotar el 40% de las parcelas, no el 50%, como ocurre en el ecorregimen de rotación con especie mejorante
Se puede hacer siembra directa siempre sobre la misma parcela, una práctica que se prima con 25€/ha adicionales, pero es necesario igualmente rotar los cultivos. El porcentaje de rotación sobre el total de las parcelas del ecorregimen que se exige en este caso es del 40%, en vez del 50% que se pide para el cobro por rotación con especie mejorante. – ¿Cuánto se paga por el ecorregimen? – El importe mínimo estimado está fijado en 85,72€/ha en secano húmedo para las primeras 30 ha solicitadas, y 151,99€/ha para tierras de cultivo en regadío para las primeras 25 ha, con una posible reducción a partir de esa superficie en función del número de solicitudes de cobro del ecorregimen que se produzcan en cada campaña. La degresividad, en todo caso, está limitada y el importe final a percibir no podrá ser inferior al 70% del importe planificado inicialmente. El importe se calcula a nivel estatal, repartiéndose el montante económico asignado para esta práctica entre la totalidad de las solicitudes, de manera que la cantidad final a percibir podría ser sensiblemente superior a los 85€/ha establecidos, sobre todo en este primer año, en el que se espera un menor número de peticiones. – ¿Es necesario contar con derechos sobre una parcela para cobrar el ecorregimen? – No. El cobro por las nuevas prácticas en favor del clima y el medio ambiente no está ligado a derechos históricos, sino a la superficie de la explotación. No es necesario tampoco acoger toda la superficie de la explotación a estos ecorregímenes, sino que son de adopción voluntaria, por lo que una explotación que labre 50 hectáreas de maíz no tiene por que solicitar el ecorregimen sobre la totalidad de las tierras de cultivo.
Las explotaciones que se acojan al ecorregimen deberán cumplir con la BCAM 7 de rotación de cultivos ya en esta campaña
– En caso de solicitar el ecorregimen en esta campaña, ¿se exige un compromiso plurianual? – No. El compromiso de cumplimiento del ecorregimen es anual y voluntario, por lo que el hecho de solicitar o no el ecorregimen en una campaña no condiciona las próximas, aunque sí lo hace el tipo de cultivo que la explotación realice en otoño una vez levantado el maíz, ya que será el cultivo principal tenido en cuenta para la solicitud de la PAC del siguiente año. – ¿Hay que rotar todas las parcelas acogidas al ecorregimen? – No. Se exige que como mínimo deben rotar el 50% de las tierras de cultivo por las que se solicita el ecorrexgimen, aunque se cobraría por el 100% de la superficie. Se admite como rotación la introducción de un cultivo secundario dentro del mismo año.
Las explotaciones que quieran solicitar el ecorregimen el próximo año deberán sembrar un cultivo mejorante este otoño
Como mínimo el 10% de la totalidad de las tierras de cultivo por las que se solicita el ecorregimen deben ser sembradas con especies mejorantes, de las cuales por lo menos la mitad serán leguminosas, que se permiten también como abonado en verde. – ¿La rotación raigrás-maíz sirve para cobrar el ecorregimen? – No. La rotación raigrás-maíz cumpliría para la BCAM de rotación de cultivos, siempre que se haga todos los años, pero no serviría para cobrar el ecorregimen de rotación con especie mejorante, ni siquiera cuando lo que se siembra es una mezcla de raigrás con trébol anual, dado que se exige que en un 10% de la superficie la especie considerada mejorante sea mayoritaria en la mezcla. – ¿Qué especies se consideran mejorantes? – En el listado de especies mejorantes admitidas están leguminosas como guisante, alubia, altramuz, haba, veza o trébol; crucíferas o brásicas como colza, nabo o camelina y otras especies como el girasol o el cártamo.
Se permiten las leguminosas para abonado en verde
El trébol solo cumpliría, al igual que distintas mezclas de leguminosas con cereales de invierno, como por ejemplo guisante con triticale o veza con avena, siempre que la leguminosa sea la predominante en la mezcla. – En caso de no haber echado una especie mejorante en este invierno, ¿se puede pedir el ecorregimen? – Sí, pero para cumplir con la exigencia de sembrar un 10% de especies mejorantes habría que sembrarlas esta primavera, reduciendo un 10% las hectáreas de maíz para sembrar la mitad de esa superficie con girasol y la otra mitad con una leguminosa de verano (altramuz, alubia o veza, por ejemplo). – En caso de incumplimiento, ¿cuáles son las consecuencias? – Este año no va a haber penalizaciones por incumplimiento de los ecorregímenes, pero en las siguientes campañas si el incumplimiento es superior al 20% de la superficie solicitada no se cobraría nada. La penalización es, en todo caso, únicamente sobre el ecorregimen y no afecta al resto de ayudas de la PAC percibidas por la explotación. – ¿Qué sucede si se echan menos de 10 ha de maíz? – En el caso de explotaciones que labren menos de 10 ha de maíz, que están exentas del deber de rotación de cultivos (BCAM 7), pero que quieran acogerse al ecorregimen, entrarían en una rotación simplificada en la que no se les obliga a sembrar una especie mejorante. En este caso la rotación maíz-raigrás dentro del mismo año en el 50% de las tierras serviría para cobrar el ecorregimen o bien ir cambiando cada año la mitad de las fincas en las que se echa el maíz. – ¿Es compatible la ayuda agroambiental de producción ecológica con el ecorregimen de rotación con especies mejorantes? – Sí. Pola misma superficie podría cobrarse el ecorregimen de rotación de cultivos con especies mejorantes y la ayuda agroambiental de producción ecológica: 326€/ha en los 2 años de conversión y 275 €/ha en el posterior período de mantenimiento. – ¿Puede una misma explotación solicitar el ecorregimen de rotación de cultivos con especies mejorantes y el ecorregimen de espacios de biodiversidad? – Sí, pero en parcelas distintas. En este caso la misma finca no podría cobrar por los dos. El importe será menor en el ecorregimen de espacios de biodiversidad (54,06 €/ha frente a los 85,72€/ha de la rotación con especies mejorantes). Para cobrar el ecorregimen de espacios de biodiversidad se exige una superficie mínima sin cultivar del 7%, dentro de la que computan los distintos elementos del paisaje (setos, árboles, charcos, etc). En el caso del cultivo de maíz, podría optarse por solicitar este ecorregimen en superficies marginales o poco productivas. Estas zonas de no cosechado, en las que está permitido el uso de fitosanitarios y fertilizantes, deberán estar labradas con un cereal o una oleaginosa y deberán mantenerse en el terreno por lo menos hasta el 1 de septiembre. El cobro sería por el 100% de la superficie solicitada, incluyendo el 7% sin cultivar y el 93% restante cultivado.
Los márgenes fluviales cuentan para el ecorregimen de espacios de biodiversidad pero no para el mínimo del 4% de tierras sin cultivar
Los 5 metros de márgenes fluviales no cuentan para el porcentaje mínimo del 4% de las tierras de cultivo a superficies no productivas pero sí para el ecorregimen de espacios de biodiversidad. Se da, sin embargo, una contradicción, pues estos márgenes de biodiversidad tienen que ser sembrados, pero en las franjas de los ríos y riachuelos no se puede laborear.

Campaña de ensilado de hierba 2023: Menor producción pero buena calidad

Este año la climatología no ha ayudado al crecimiento de la hierba y se está notando en los silos. Las heladas del invierno y la falta de lluvia en el comienzo de la primavera ha mermado considerablemente a cantidad de forraje cosechada, aunque la calidad está siendo buena. La campaña de ensilado de hierba avanza en toda la comunidad condicionada por las precipitaciones de los últimos días y con la vista puesta en la siembra del maíz, que ya se ha iniciado en las zonas más madrugadoras, como A Marina de Lugo y O Xallas en la provincia de A Coruña, en aquellas fincas en rotación con hierba, en las que no se espera a cosechar un segundo corte. La estrategia de sembrar antes y con ciclos más largos se está llevando a cabo también en zonas del interior como una forma de intentar minimizar los efectos de la sequía en verano, como sucedió el año pasado en áreas del centro y sur de Lugo, o en la comarca de O Deza, con mermas importantes en la cosecha de maíz forrajero.
El monocultivo de raigrás, habitual hace unos años, está dejando paso a una variedad mayor de especies
La entrada en vigor de la nueva PAC está motivando también cambios en las decisiones de siembra y en los cultivos escogidos para la rotación anual. Las especies mejorantes se abren camino, bien en mezclas con cereales de invierno para ensilado, bien como abono en verde para fijar nitrógeno atmosférico y aportar materia orgánica al suelo. El monocultivo de raigrás, habitual hace unos años, está dejando paso a una variedad mayor de especies, tanto tréboles y otras leguminosas como guisantes, vezas o habas a brassicas como los nabos. Analizamos cómo se está desarrollando la campaña de ensilado en distintas zonas de Galicia:  

“Hay producciones bajas por falta de agua y mucha desigualdad en las parcelas”

Ensilado de raigrás y trébol anual en la zona de Chantada en una parcela en rotación con maíz Jorge Meiriño es responsable de cultivos de la cooperativa Aira en la zona de Chantada, donde los efectos de la sequía se han dejado notar este año en la hierba. “Empezamos a cosechar hace 10 días, aunque con las lluvias del fin de semana se paró un poco de segar hasta que mejore el tiempo y se estabilice, pero estamos teniendo producciones bajas, similares a las del año pasado, con una media de 15 toneladas por hectárea en verde”, calcula. En esta zona del sur de Lugo está notándose mucha desigualdad en las parcelas. “Las fincas más profundas, que son normalmente en las que se hace rotación con maíz, se han comportado mucho mejor que otras en las que ya se estaba secando la hierba. Vuelve a haber una sequía enorme, peor que la del año pasado. La capa freática está muy abajo. Aquí el suelo es franco arenoso, no hay arcilla, y se pierde muy rápido el agua”, explica Jorge.
Este año no se pudieron hacer cortes de limpieza por las heladas
“A las praderas este año las castigó la helada en invierno y después les faltó agua”, dice. Las heladas hicieron también que no se hayan podido realizar los habituales cortes de limpieza, por lo que la calidad del forraje estaría en un 6 sobre 10, indica. Un solo corte en las tierras de maíz El ensilado se está produciendo más o menos en las mismas fechas de otras campañas. “No se puede esperar más. Aquí ya no vamos a hacer segundo corte, porque estamos a finales de abril y hay que intentar sembrar el maíz a principios de mayo. No se puede hacer mucho más tarde porque estamos limitados por la precipitación y el año pasado aguantaron las parcelas que se sembraron temprano”, recuerda. El parque de maquinaria de Aira trabaja mucha más superficie de hierba que de maíz. “Podemos estar hablando del triple, porque en los últimos años muchas ganaderías han aumentado su superficie agraria y han dejado de sembrar maíz”, argumenta.
El segundo corte es cada vez más complicado, es necesario tener un mes de tiempo fresco y precipitaciones para que la hierba no espigue
Por eso, dice, los segundos cortes solo se pueden hacer en parcelas donde no se va a echar maíz. “El segundo corte cada vez es más complicado, dependes mucho más de la climatología. Tiene que llover y venir tiempo fresco para que la hierba no espigue”, dice Jorge.

“El silo va a tener bastante humedad porque la climatología no ha permitido hacer buenos presecados, pero la calidad va a ser buena”

En la comarca de O Xallas y A Barcala, en la provincia de A Coruña, también han apostado este año por hacer un solo corte. “Había un pequeño porcentaje de socios que hacía dos cortes, pero con el frío del invierno ha venido todo más retrasado y se va a hacer un corte solo en las fincas con maíz”, explica Adrián Cundíns, el responsable de Forxabar, la cooperativa para gestión en conjunto de forrajes y alimentación del ganado de las ganaderías de la zona de Santa Comba y Mazaricos. Forxabar va a tener también una merma en la cantidad de forraje en los silos, aunque los motivos son distintos que en el caso de Aira. “Aquí no ha sido por escasez de precipitaciones, sino por todo lo contrario, se retrasó por el frío y por mucha agua. Este ha sido un año atípico y malo para el crecimiento de la hierba”, asegura Adrián.
Ha sido un año atípico y malo para el crecimiento de la hierba. Con el frío ha venido todo retrasado y vamos a hacer un corte solo en las fincas con maíz
En Forxabar ensilaron el raigrás permanente hace tres semanas y las parcelas en rotación con maíz el jueves pasado. “Al ser un corte solo, fue un corte largo, con muchos días en la tierra, y el rendimiento fue bueno”, explica. También la calidad será buena. “El silo va a tener bastante humedad porque la climatología no permitió hacer buenos presecados pero la calidad en general va a ser buena”, asegura Adrián. Levantando la pradera para sembrar el maíz En Forxabar basan la ración que reparten a las ganaderías lecheras socias en el ensilado de maíz, por lo que trabajan más hectáreas a este cultivo que a hierba. “De forrajes van 40 kg en la ración y de ellos el 75% es maíz y el 25% hierba”, explica Adrián. Este año han previsto sembrar unas 800 hectáreas a maíz. Una parte de ellas ya las tienen labradas, aquellas en las que no hacen rotación con hierba, mientras que en las ensiladas el pasado jueves comenzarán en los próximos días. “Estamos empezando a levantar para el maíz. Con estos días de agua está todo un poco parado. Ya hemos sembrado más o menos la mitad, donde no hubo rotación, y ahora nos falta lo que ensilamos la semana pasada. Estamos esperando a ver si estabiliza el tiempo, porque ha llovido mucho el fin de semana y nos va a retrasar hasta el final de esta semana poder ponernos con la tierra. Si llueve seguirá retrasándose la siembra”, cuenta. Apuesta por el cultivo verde en las rotaciones La entrada en vigor de nuevas exigencias en la PAC para el período 2023-2027 está provocando cambios en el esquema habitual de rotación maíz-hierba llevado a cabo por las ganaderías de vacuno de leche de Galicia. “Nosotros ya hemos hecho este año algún cambio. Hemos metido más leguminosas. Una parte de lo que ensilamos fue solo con trébol, 2 o 3 variedades de trébol, con buena implantación. En otra parte de las tierras hicimos cultivo verde, con especies mejorantes como nabo u otras brassicas, y con guisantes, un tipo de haba o cualquier leguminosa que entre en el rango de forrajeras y que esté disponible en el momento de la siembra”, indica.
No hay mucha disponibilidad de semillas para hacer abono verde, porque son especies que no tienen mucho aprovechamiento y no se cosechan
“No hay mucha disponibilidad, es una problemática que se va a dar de cara a este año. Como son variedades que no se cosechan y no tienen mucho aprovechamiento a no ser para abono verde no hay mucha oferta. Los precios de la semilla el año pasado fueron desorbitados”, explica Adrián. Aunque, a consecuencia de la excepcionalidad acordada tras la guerra en Ucrania, en esta campaña está en suspenso el deber de cumplir con la buena práctica de la rotación de cultivos para poder cobrar las ayudas de la PAC, se prevé que en los próximos años no se puedan dejar vacías las tierras del maíz, por lo que estrategias como las implantadas este año por Forxabar se convertirán en habituales. “Tal como están los precios hoy de la siembra creo que no cubre para cobrar el eco-regimen, pero si es una obligación ya no es cuestión de que cubra o no, habrá que hacerlo para adaptarse a las nuevas exigencias de la condicionalidad y poder cumplir para cobrar la PAC”, argumenta.

“Con las mezclas de cereales de invierno y vezas hemos obtenido producciones mayores en comparación con los primeros cortes de raigrás”

“En nuestra zona el único limitante que hubo fue falta de lluvias, en A Mariña pega mucho el noreste y no ha crecido mucho la hierba”, explica José Ramón Loza, responsable de maquinaria y cultivos de CLUN, que dispone en A Mariña de centro de alimentación (CAVI) y parque de maquinaria perteneciente a Irmandiños. “A nivel general los primeros cortes fueron mucho menos productivos que otros años, se acusó la falta de lluvias de principios de la primavera. Las calidades están siendo buenas pero las producciones mermadas”, describe. En A Mariña suelen hacer dos cortes en las praderas de raigrás antes de echar en ellas el maíz. “Ya hemos estado abonando para los segundos cortes y con estas lluvias esperamos obtener un segundo corte un poco más productivo que los primeros”, asegura José Ramón. 200 hectáreas de cereal con veza Irmandiños sembró este año cerca de 200 hectáreas de cultivo de invierno a base de cereal y leguminosa, que ya han ensilado en las instalaciones del CAVI en Vilamartín (Barreiros). “Por aquí se está implantando mucho la mezcla de cereales de invierno y vezas y con esas fórmulas hemos obtenido una producción algo mayor, en comparación con los primeros cortes de raigrás”, indica. A mayores de las parcelas que la cooperativa siembra directamente, habría que sumar la hierba que mandan los socios que no están dentro del servicio de Gestión Integral de las tierras y que son unas 150 ha de raigrás y otras tantas de prado natural (en los dos casos a 2 cortes) y 50 ha de cereal-veza (a un solo corte).
El cereal lo ensilamos por separado, pero los prados naturales vamos mezclándolos en el silo con el segundo corte de raigrás
“Los prados naturales aun no empezamos a segarlos, la previsión es comenzar de cara a la semana que viene para ir mezclando con el segundo corte de raigrás. El cereal sí que lo ensilamos por separado, pero en el caso del prado natural lo intercalamos en los silos con cultivo de raigrás”, explica José Ramón. La cooperativa sembrará este año unas 450 hectáreas de maíz, de las que a día de hoy ya llevan labradas unas 70. “Ya tenemos levantadas las tierras donde habíamos echado el cereal de invierno, en las que hacemos un solo corte. Empezamos a sembrarlas la semana pasada con una máquina y a partir de ahora incorporamos ya la segunda”, detalla.  

Rotación con leguminosas en las granjas: ventajas y claves para su cultivo

La rotación con leguminosas es una práctica realizada en Galicia por algunas ganaderías y que ofrece múltiples ventajas, al poder obtener un forraje de calidad para el ganado, así como por los beneficios que pueden proporcionar estas especies para otras cosechas o incluso para la salud de los suelos. El aporte de nitrógeno es una de las principales ventajas que asegura escoger leguminosas como cultivos forrajeros, como apuntó el ingeniero agrónomo y ganadero Miguel Fernández Labrada durante su participación en unas jornadas realizadas en la Granja Gayoso, dependiente de la Diputación de Lugo, y en las que se abordaron alternativas forrajeras para las ganaderías de vacuno de leche. Una de las maneras en las que proporcionar un aporte de nitrógeno a los suelos es emplear las leguminosas como abono verde, es decir, enterrarlas una vez que alcanza su ciclo. “Cultivar una leguminosa para enterrarla va aportar mucho nitrógeno al siguiente cultivo. Por ejemplo el altramuz, así como la alubia pueden fijar 100 o 150 kilos de nitrógeno en el suelo en el período de invierno, de octubre a abril”, explica el ingeniero. Al margen de las leguminosas, como abonos verdes también se suelen emplear crucíferas como los nabos, por su acción bactericida; así como gramíneas que permiten enriquecer los suelos con materia orgánica.
Optar por las leguminosas permite enriquecer los suelos por el aporte de nitrógeno que proporciona y deja disponibles nutrientes para otros cultivos
Por otra parte, la simbiosis que logran las leguminosas con las bacterias rhizobium, que están naturalmente en el suelo, permiten un mayor aprovechamiento del nitrógeno. Como recordaba Fernández Labrada, el nitrógeno es uno de los nutrientes más importantes para el crecimiento de las plantas, más necesario para lograr una buena producción que otros nutrientes como puede ser el potasio o el fósforo, presentes ambos en los fertilizantes complejos más empleados. Nitrógeno fijado en el suelo y disponible en función de los cultivos empleados. Al margen del aporte de nitrógeno que proporcionan, otra de las ventajas del uso de leguminosas es que son especies con raíces profundas, que adquieren nutrientes de las capas más hondas y los acercan a la superficie, de manera que enriquecen la capa superficial para otros cultivos. Además, las leguminosas protegen de la erosión hídrica y compiten con otras semillas adventicias y consiguen mejorar la actividad biológica del suelo. “Las leguminosas también permiten un aporte de nitrógeno y de otros nutrientes de una manera más paulatina que cuándo se emplean fertilizantes químicos”, destaca.

Recomendaciones para el cultivo de las leguminosas

Algunas de las leguminosas más empleadas por las ganaderías gallegas suelen ser los tréboles (blanco, violeta, encarnado), a veza, alfalfa, así como los guisantes o las alubias, entre otras. Una de las primeras claves a tener en cuenta para el cultivo de estas especies es proporcionar una fertilización adecuada. “El aporte de nitrógeno no está recomendado para las leguminosas, excepto cuando no pueda obtenerlo del aire, es decir en los primeros días después de la siembra o tras una siega”, especifica Fernández Labrada. En estos casos, el ingeniero agrónomo recomienda una aplicación de 30 kilos por hectárea. También hace falta tener presente que las leguminosas extraen más minerales de los suelos que el raigrás, especialmente Calcio, Magnesio y Fósforo. Una manera de proporcionar estos minerales es empleando purín de vacuno de leche. Sin embargo, debe aportarse antes de la siembra, evitando proporcionar purín en cobertera, ya que el pisado que se precisa para abonar resulta contraproducente para muchas leguminosas, que luego tienen dificultades para continuar creciendo. Además la aplicación directa del purín sobre las leguminosas tampoco es recomendable, por las características de estas especies. “El propio purín se pega más a las hojas, impidiendo la fotosíntesis y si hace calor y viento puede llegar a crearse un ambiente muy ácido en la hoja y llegar a quemarla”, concreta. Así, de querer aplicar purín a las leguminosas es recomendable hacerlo con llovizna o previsión de lluvias débiles para que el agua lo arrastre hasta el suelo y no quede en la planta. Recomendaciones de fertilización de leguminosas. A la hora de sembrar las leguminosas, se debe hacer de manera semejante a los procedimientos seguidos con otras especies, aunque se recomienda enterrar más aquellas especies que tengan una semilla más grande. Debe enterrarse siempre 1,5 veces el diámetro de la semilla. En la siega, hay maquinaria que cuenta ya con rodillos pensados para las leguminosas, puesto que los acondicionadores de púas en V, pensados para romper los tallos de las gramíneas como el raigrás, resultan poco adecuados para las leguminosas. “Usando estas V de hierro podemos llegar a perder casi el 7% de la biomasa de alfalfa. Por eso, so sembramos leguminosas puras es aconsejable no apretar casi el acondicionador o segar sin él”, explica.

Obtener silos de leguminosas de calidad

Para conseguir ensilados de calidad con leguminosas es preciso tener en cuenta la capacidad tampón de estas especies, que suele ser alta, por lo que tiende a ser complejo lograr buenos ensilados. La capacidad tampón viene determinada por el contenido de azúcares, por lo que a más azúcares mayor cantidad de ácidos se producirán. También influye la alta cantidad de proteína que tienen las leguminosas, así como de Calcio y Potasio. “Para mejorar el ensilado se pueden realizar mezclas con gramíneas y aportar ácidos, con conservantes químicos”, recomienda el ingeniero agrónomo. Otro de los aspectos a tener en cuenta para lograr silo de leguminosas de calidad es el riesgo de proliferación de clostridios, procedentes de la contaminación por tierra. Los clostridios consumen el ácido láctico y las proteínas del silo, pero que además de empeorar la calidad del ensilado suponen una amenaza para la salud de los animales. “El clostridium crece en forrajes muy húmedos y con pH mayores de 4.2, por lo que una acidificación buena es básica”, concreta Fernández Labrada. Al ser la presencia de tierra uno de los contaminantes del clostridios, hace falta trabajar con aperos altos, a más de 6 centímetro del suelo, y contar con prados bien nivelados. También es importante tener las entradas a los silos sin tierra.

La rentabilidad económica de los silos de leguminosas

El impacto económico y en la alimentación de las vacas que proporcionan los silos de hierba es uno de los factores que determina que sean una alternativa por la que apostar en las granjas. Para evaluarlo es preciso prestar atención a cuestiones como la proteína y la energía que proporcionan a los animales y el coste que tiene el cultivo. La estimación de la ingesta de proteína y energía se calcula con la capacidad de ingestión (FND), de manera que a valores más alto, la vaca se siente saciada antes e ingiere menos kilos de silo al día, con lo que la ingesta de nutrientes es menor. Por otra parte, si el forraje es muy digestible se consigue una mayor cantidad de nutrientes por cada kilo. Otro dato que será importante tener en cuenta es la fracción de la fibra que la vaca no consigue digerir (FAD), que debe ser lo más baja posible. “Con silos con trébol podemos conseguir muy buenas calidades y en especial con menor cantidad de fibra, de manera que se pueden aportar más kilos en la ración”, apunta el ingeniero agrónomo. Comparativa entre los silos de raigrás y leguminosas como el trébol anual o la veza. Se compara la proteína (PF), energía (UFL), capacidad de ingestión (FND) y digestibilidad (FAD). Además de en el aporte nutricional en la ración, los costes de siembra, fertilización y producción marcan la diferencia entre los silos con leguminosas o solo con raigrás. Uno de los gastos más elevados en los silos de leguminosas es la semilla, mientras que se reduce de manera notable el gasto en fertilizantes químicos. También hay que tener presente que con los silos de leguminosas se consigue una menor producción de materia fresca. “De elegir raigrás a trébol tenemos una diferencia de 3.9 toneladas de materia fresca menos. Esto implica que cada tonelada producida cuesta 16 euros más”, estima el experto. Así, en una ración media en la que se proporcionen 12 kilos de silo de hierba, hacerlo con un silo de leguminosas supondrá 19 céntimos más por vaca y día. Con la diferencia de calidad que proporcionan las leguminosas el objetivo sería conseguir un ahorro de 435 gramos de pienso, es decir unos 17 euros por tonelada en la fórmula o que la vaca proporcione 0.2 litros más, según los cálculos del ingeniero agrónomo. “En mi opinión, es bastante fácil conseguir esos objetivos. Si la FND es menor y la vaca puede comer más silos, tanto de hierba como de maíz, y depender menos del pienso. A mayores se mejora la digestibilidad y calidad, por lo que también puede conseguirse el aumento en la producción de leche”, valora Fernández Labrada. Comparativa entre los costes de producir silos de raigrás o trébol anual.

Las leguminosas en la nueva PAC

La nueva PAC también tendrá en cuenta a las leguminosas, de manera que en el ecorégimen P3, en el que se aborda la rotación de cultivos con especies mejorantes, se contempla el pago de hasta 85 euros por hectárea por hacer rotación de cultivos en la mitad de la superficie, incluir un 10% de especies mejorantes del cual, por lo menos el 5% deben ser leguminosas. Además de esto, el barbecho no puede suponer más del 20%. Tampoco será obligatorio recoger las leguminosas, ya que el uso para abono verde también está aceptado. La nueva PAC también contempla ayudas para cultivos protéicos (como la alfalfa, veza, avena o altramuz...). En este caso el pago es de 60 euros por hectárea, pero no se permite emplearlo como abono verde.

Altramuz, un aliado para la producción de trigo autóctono en Galicia

El altramuz (Lupinus albus L.) lleva tiempo asentado en Galicia y es un cultivo adaptado a las condiciones  edafoclimáticas de Galicia. “Es fácil encontrar altramuz silvestre en suelos ácidos de las cuatro provincias”, apunta el ingeniero agrónomo Fernando Almeida, que participó recientemente en las jornadas sobre esta leguminosa celebradas en Lalín, con la organización del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM) y la empresa gallega de semillas Sementares S.L. Pero a pesar de estar adaptada al territorio, el altramuz apenas se cultiva en Galicia y por tanto, tampoco se están aprovechando las ventajas que puede ofrecer esta leguminosa. La creciente demanda asiática de proteína vegetal para la elaboración de piensos está acaparando la producción de soja de los principales países productores americanos, por lo que cada día resulta de mayor interés la producción propia de proteginosas en Europa. Una posibilidad es el altramuz, que se sitúa al nivel de la soja, con un aporte del 40% de proteína. “Países como Australia, Canadá o Chile son referencias en la producción de esta leguminosa. La creciente demanda internacional de proteína vegetal de calidad constituye una oportunidad de mercado que debemos aprovechar”, apunta Almeida. Al margen del aporte de proteína, el altramuz es una leguminosa con una alta digestibilidad, alto valor energético y bajo contenido en grasa. Almeida, que acaba de presentar su investigación de doctorado centrada en analizar la rotación sostenible de cultivos con el trigo autóctono (Triticum aestivum L.), apunta los buenos resultados que ofrece el altramuz dulce en especial con este cereal. Alternar el cultivo de trigo y altramuz permite incrementar la producción de trigo, al tiempo que se reduce el gasto necesario en fertilizantes por el aporte que proporciona al suelo esta leguminosa.
Alternar el cultivo de trigo y altramuz permite incrementar la producción de cereal y reducir el gasto en fertilizantes
Parcelas de ensayo de altramuz y trigo.

Trigo y altramuz, buenos compañeros

Una de las principales ventajas que proporciona rotar el cultivo de altramuz con trigo es el incremento de la producción del cereal, en especial en las variedades autóctonas gallegas, como Callobre o Caveeiro. Así, mientras que con el monocultivo del cereal acaba por reducirse la producción al tercer año de cosecha, si se alterna con altramuz la producción llega a ser más del doble. En concreto, según los estudios realizados por Almeida en parcelas de Carral (A Coruña), rotar altramuz con trigo autóctono ha permitido obtener hasta un 62% más de rendimiento que en monocultivo, lo que es también superior a las cifras alcanzadas en otros trabajos de investigación, donde se lograba un incremento del 50%, como las experiencias realizadas en los últimos años en el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM).
La rotación con altramuz también reduce la incidencia de enfermedades y la competencia de malas hierbas, incrementando la rentabilidad del cultivo de trigo
La rotación con esta leguminosa también contribuyó a una reducción de enfermedades y malas hierbas. “El monocultivo de cereal aumenta la presión de las plantas adventicias de similar ciclo vegetativo”, explica Almeida. Por otro lado, para reducir la competencia del altramuz con otras especies, el ingeniero recomienda realizar siembras tardías, puesto que en las siembras tempranas está más expuesto a la competencia. Además, recomienda utilizar entre 30 y 35 plantas de altramuz por metro cuadrado. Calidades del trigo En paralelo al aumento de rendimientos, la rotación con altramuz permitió la mejora en parámetros de calidad del grano, como el peso hectolitro, con incrementos entre el 7 y el 13%, así como el peso de 1.000 semillas con aumentos del 12 al 15%. Al igual que ocurre con el rendimiento, son cifras más altas que las que se habían observado en otros trabajos de investigación similares. En concreto, supone un 2,43% más que en otros ensayos. Al margen de las mejoras de la producción, otra de las ventajas que presenta la rotación con determinadas variedades de altramuz es que permiten activar el fósforo en terrenos con una elevada concentración de aluminio, de manera que el fósforo queda disponible para el cultivo siguiente, es decir para el trigo. “Las raíces proteoides de los altramuces blanco y amarillo permiten su desarrollo en suelos donde el fósforo se encuentra insoluble y queda inmovilizado por la presencia de aluminio. En Galicia, por desgracia, tenemos muchos suelos con estas características”, explica Almeida.
El altramuz moviliza el fósforo del suelo, dejándolo disponible para siguientes cultivos
Diferencias entre parcelas en las que se ha realizado un monocultivo de trigo y en las que se ha rotado con altramuz,. En el tercer año, la rotación ofrece mejores resultados. De esta manera, combinar el cultivo de altramuz y trigo autóctono también supone un ahorro en fertilizantes. En los ensayos realizados por Almeida, su cultivo se hizo sin necesidad de ningún tipo de fertilización química. “El altramuz amarillo y el blanco son dos cultivos para los que, en muchos casos, no sería preciso el aporte de nitrógeno y fósforo al suelo. El Rhizobium -complejo de bacterias fijadoras del nitrógeno atmosféricos, asociadas al altramuz- y las raíces proteoides permiten su desarrollo sin dichos aportes”, detalla el ingeniero agrónomo.

Portugal, el primer mercado para el altramuz gallego

Uno de los retos que se presentan para el aprovechamiento del altramuz en Galicia es conseguir una salida comercial para su producción. Pese a las ventajas que ofrece su cultivo para la producción de trigo, se busca que no se convierta en un año sin rendimiento para los productores. El altramuz dulce puede aprovecharse para la alimentación animal (y humana), bien sea como forraje o en grano para la elaboración de piensos, pero por el momento en Galicia apenas se está comercializando para estos fines, como señalaron en Lalín los distintos expertos que participaron en la jornada sobre el altramuz. “Estamos buscando una salida para la producción que se está realizando en Galicia en mercados próximos como el portugués”, señala Almeida. Así, más 15 de productores se han agrupado esta campaña para producir altramuz de grano dulce en diferentes zonas de Galicia y comercializar su producción en el país vecino. Más allá de otros condicionantes, la disposición de una producción estable es uno de los factores que determinan el interés de las industrias de piensos por este grano. De ahí que como señalaba Almeida, sea interesante que más productores vayan incorporando este cultivo para abrir un mercado también gallego. Por otro lado, la creciente demanda de proteína vegetal de calidad para alimentación humana es otra oportunidad de mercado con alto valor añadido.

Rotaciones alternativas del trigo

En su investigación doctoral, Almeida, en colaboración con la USC el CIAM, ha analizado además otras rotaciones de trigo autótoctono representativas en Galicia, incluyendo sistemas convencional y ecológico. En concreto, se estudió la inclusión de cultivos como la patata, el maíz forrajero o la colza. En esta comparativa, alternar el trigo autóctono, bien sea en convencional o en un cultivo ecológico, con la colza resultó la mejor opción desde un punto de vista ambiental en cuanto a su impacto en los suelos, al analizar parámetros como la toxicidad o la eutrofización. En el otro lado, rotar trigo con maíz forrajero o patata tiene un alto impacto ambiental, tanto por la emisión destacada de amoníaco al aire, en el caso del maíz; como la lixiviación de nitratos que puede producirse con las patatas. Como mejor opción económica de estas tres, se valoró la rotación trigo autóctono - patata.

Campos de ensayo en Galicia de mezclas de hierba con leguminosas: Hasta un 70% de ahorro en abonos nitrogenados

El aumento de los costes de producción en el sector agroganadero está motivando el desarrollo de la innovación y de la investigación en el entorno de las materias primas. La mezcla para el ganado fue el punto de atención de la jornada organizada en Mazaricos por Fertiprado, en colaboración con Fertiberia Tech, Botica del Xallas y la SAT Busto-Corzón. El objetivo era mostrar siete campos demostrativos diferentes con distintas soluciones de mezclas anuales biodiversas, todas ellas ricas en leguminosas.

En este caso se examinaron las posibilidades de un sólo corte caracterizadas por la alta cantidad de producción, y por ricos contenidos en fibra y proteína. La finalidad de estos ensayos se centró en extraer conclusiones a cerca de la viabilidad de la producción de forrajes propios, bajo las condiciones de uso, climáticas y de los suelos presentes en Galicia. Los resultados cumplieron las expectativas de los promotores de los campos de ensayo, permitiéndolos incentivar la puesta en marcha de estos cultivos.

Iniciativa, variedades utilizadas y pauta de abonado

 “La adaptabilidad de las mezclas biodiversas a Galicia nos llevó a promover el desarrollo de estos campos de ensayo con las posibilidades más adaptadas a esta región”, explica el gestor de producto de Fertiprado, Joel Presa. De este modo, el año pasado, la empresa portuguesa Fertiprado planificó, en colaboración con Fertiberia Tech y la Botica del Xallas, la puesta en marcha de un campo de ensayo de cultivos anuales biodiversos, sembrando franjas siete mezclas diferentes. La superficie utilizada forma parte de la propiedad de la SAT Busto-Corzón (Mazaricos).

Imagen de las franjas de cultivo de ensayo de los campos de Mazaricos

Para llevar a cabo esta comprobación a pie de campo, se seleccionaron siete tipos diferentes de mezclas anuales, seis de ellas concebidas para la alimentación ganadera, y una última únicamente de leguminosas destinada a la captación de nitrógeno para un posterior cultivo de maíz.

En la parcela 1 se plantó ‘Speedmix XL’ (30 kg/ha); en la 2, ‘Fertifeno XL’ (35 kg/ha); en la 3, ‘Avex AC’ (40 kg/ha); en la 4, ‘C-Mix AC’ (40kg/ha); en la 5, ‘Centauro AC’ (40g/ha); en la 6, ‘Tritimix L’ (65kg/ha); en la 7, ‘Max AC’, para enterrar y así producir abono verde y captar nitrógeno, en una proporción de 35 kg/ha.

Dentro de las seis primeras mezclas forrajeras, destacaron las variedades de leguminosas, tales como el trébol persa Maral, trébol vesiculoso Fertiseta, trébol squarroso Fertirrosa e a veza villosa Amoreiras combinadas con varios tipos de raygras y cereales.

En la parcela únicamente de leguminosas las especies cambian radicalmente pasando a formar parte de la mezcla variedades como la serradella Orniferti, trébol encarnado Diogene, veza Piedade, tremocilla Mister y Baryt, Altramuz Karo y Rumba.

Estas variedades fueron sembradas el 13 de octubre del año pasado, con una única pauta de abonado de 500 kg/ha de ‘Corbigran’, introducida el 25 de febrero de 2022. En este caso “Fertiberia Tech apostó por una fertilización más sostenible con menos unidades de aplicación, para que sea mejor tanto para el ganadero cómo para el medio ambiente, sin tener que recurrir a abonos nitrogenados que suponen un aumento de los costes de producción”, detalla el director regional de Fertiberia Tech, Nemesio García.

Resultados y conclusiones obtenidos

 “Aún falta entre una o dos semanas para terminar y hacer el ensilado”, avanza Joel Presa, pero con un ciclo de cultivo casi completado, las agrupaciones que llevaron a cabo el proyecto organizaron unas jornadas para la presentación de los resultados en los campos demostrativos. El gerente de la Botica del Xallas, Pepe Agra, explicó que “hace falta partir de la satisfacción percibida por la producción obtenida con una reducción de un 60-70% de los costes de abonado”.

Por su parte, el presidente de la SAT Busto-Corzón, José Manuel Fernández, afirmó que “con la semilla de Fertiprado, notamos un ahorro bestial este año porque prácticamente no utilizamos nada de purín y apenas abonamos”. Además, el ganadero concluye haciendo hincapié en que “hay un gran forraje, y pensamos que vamos a sacar una gran cantidad de kilos y con una gran calidad en base a proteína”.

El punto de vista del gestor de producto de Fertiprado, respalda las percepciones de José Manuel, explicando que “se demostró que es posible producir forrajes de alta calidad, optimizando recursos y utilizando menos abonos nitrogenados; de hecho, se observa como hierbas como el raygrass tiene buen color y buen tamaño gracias al aporte de las leguminosas y a la biodiversidad de la semilla, por lo que en Galicia se puede conseguir producir reduciendo costes”.

En conclusión, Joel Presa cree que “este tipo de mezclas biodiversas ricas en leguminosas (MBRL) son una buena solución para la rotación de cultivos, protección del suelo, fomento de la biodiversidad y reducción de la huella de carbono en las explotaciones introduciendo prácticas de agricultura regenerativa”.

Las legumbres como alternativa a la soja en la alimentación del ganado

La gran dependencia del sector ganadero de las importaciones de soja como fuente de proteína vegetal para la elaboración de piensos compuestos motiva a buscar alternativas con las que suplir esa carencia, más aún en un contexto como el actual, en el que las materias primas están registrando una gran demanda y subida de precios. La soja ha experimentado en los últimos meses un importante incremento del valor, pasando de los 320 euros por tonelada en verano de 2020 a cotizarse a 500 euros a comienzos de este mes de febrero. Este incremento está dejando completamente expuesto al sector ganadero, con aumentos significativos de los precios de los piensos. Hace falta recordar además, que Europa tiene una dependencia del 70% de proteína vegetal. El grupo operativo Proteinleg apunta a otras leguminosas, algunas de ellas variedades autóctonas y ya adaptadas al clima gallego, como una opción para cubrir esa necesidad, tal y como explicaron este martes durante la presentación del proyecto y los primeros resultados que están obteniendo, en una sesión online en la que participaron algunos de los miembros de esta iniciativa liderada por la Fundación Empresa-Universidad Gallega (Feuga).
El objetivo de Proteinleg es procurar nuevos alimentos ricos en proteínas vegetales a partir del cultivo sostenible de variedades tradicionales de leguminosas
Los principias objetivos de este grupo operativo, que incluye a 14 entidades, es procurar nuevos alimentos ricos en proteínas vegetales a partir del cultivo sostenible de variedades tradicionales de leguminosas. Además, buscan desarrollar cultivos innovadores, rentables y eficientes en el empleo de recursos. También están trabajando para mejorar la calidad y la cantidad de proteína procedente de leguminosas.

Ventajas del cultivo de las legumbres

Los trabajos del grupo operativo se centraron en 5 tipos de leguminosas: judías, alubias, garbanzos, guisantes y altramuz. A nivel medioambiental estos cultivos, que pueden ser fuente de proteína vegetal, tienen importantes ventajas para los productores. Así, las leguminosas tienen unas bajas necesidades de fertilizantes, gracias a su capacidad de fijación de nitrógeno en la tierra, lo que resulta también de interés con los elevados precios que están alcanzando los fertilizantes nitrogenados, por la escasez de gas. Desde el punto de vista agroambiental, las leguminosas son también una vía para incrementar la producción en cultivos rotativos. Además, disminuyen la degradación de la tierra.

Procurar variedades adaptadas

Una de las primeras fase del proyecto Proteinleg se centra en seleccionar las variedades de leguminosas mejor adaptadas a diferentes condiciones y zonas climáticas de España, así como en mejorar la productividad de las leguminosas mediante enfoques sostenibles. Este trabajo de selección de las variedades se está desarrollando por parte del Grupo de Genética para el Desarrollo de las Plantas (Devoleg) de la Misión Biológica de Galicia (MBG), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Así, echaron mano de los recursos genéticos con los que cuenta el centro, reconocido a nivel europeo por su importante colección de semillas, para hacer una selección de variedades tradicionales de leguminosas.
Para las primeras plantaciones experimentales seleccionaron 122 variedades, en especial de judía y guisante
En la primera criba seleccionaron un total de 122 variedades para sembrar. En concreto fueron 70 variedades de judías, ya que es también la leguminosa de la que cuentan con mayor diversidad, al contabilizar un total de 2.279 variedades locales cultivadas y 122 tipos silvestres procedentes de diferentes orígenes geográficos. A ellas se añaden 9 variedades de alubia, 20 variedades de guisante tanto de grano como de vaina, 6 de garbanzo y otros 17 tipos de altramuz, entre las que se incluyen 3 especies que crecen de manera espontánea en Galicia. Las variedades seleccionadas fueron plantadas en Almería, en dos turnos (abril y septiembre de 2021), así como en Ourense y Pontevedra, donde se sembró solo en el mes de junio de ese mismo año. Para este cultivo contaron con la colaboración de otros de los socios del proyecto como el Centro Tecnológico de la Carne (CTC), situado en Ourense; y con la firma Ramiro Arnedo, especializada en la investigación de cultivos y con un amplio catálogo de variedades, buena parte de ellas propias, entre las que se encuentra la judía. Tras su caracterización agronómica y de evaluar los rendimientos y la calidad, así como la adaptación y respuesta a diferentes tipos de estrés, como la tolerancia a la sequía o la resistencia a enfermedades, la selección se redujo a 23 leguminosas (3 variedades de garbanzo, 4 de altramuz, 6 de judía, 6 de guisante y otras 4 de alubia). Con estas variedades hicieron nuevas plantaciones a finales del año pasado, cuyos resultados evaluarán en los próximos meses.

Las legumbres más viables para la alimentación animal

Entre las leguminosas que más posibilidades presentan para poder convertirse en alternativas a la soja en la alimentación del ganado se encuentran los guisantes, las alubias y los altramuces, no solo por su aporte proteico sino por ser alternativas con un precio competitivo como para emplearse en la fabricación de piensos compuestos sin que esto dispare los precios finales. Así es que, mientras los garbanzos y las judías alcanzan un precio medio de más de un euro, los guisantes se sitúan alrededor de los 30 céntimos. El Centro Tecnológico de la Carne, que ya llevó a cabo pruebas en microparcelas, está encargándose de evaluar las leguminosas que presentan mayores posibilidades para sustituir, bien sea por completo o solo de forma parcial, a la soja en la alimentación del ganado. En este primer año de estudio, ya pudieron también seleccionar 4 variedades de guisante adaptadas al clima gallego y con las que lograron calidad del grano y alta productividad, con entre 2.500 y 2.124 kilos por hectárea.
Seleccionaron 4 variedades de guisante adaptadas al clima gallego y con producciones superiores a los 2.000 kilos por hectárea, que van a probar en cultivos en extensivo
También destacan los resultados obtenidos por variedades de alubia procedente de Andalucía y Extremadura, dos variedades con las que lograron productividades de más de 1.800 kilos por hectárea, lo que motivó que fueran seleccionadas para nuevas plantaciones en extensivos. “Al estar centrados en procurar alternativas para la alimentación del ganado precisamos cultivos en extensivo y que puedan ser mecanizados para ser una opción real”, detalla Lucio García, responsable del área de Producciones Agroalimentarias en el CTC. En estos próximos ensayos en extensivo también incluirán una variedades de judía caupí, originaria de Galicia, en concreto de Pontevedra, con la que lograron una producción de 1.533 kilos por hectárea. Además, incluirán 3 variedades de guisante silvestre, con las que en las primeras fases tuvieron problemas de germinación, sin que llegara a producirse floración, pero que pudieron deberse a una siembra tardía, por lo que al tratarse todas ellas de variedades gallegas, decidieron continuar investigando. Con las variedades que presenten mejores resultados tienen previsto elaborar piensos específicos para alimentación de cerdos y pollos, criados en extensivo. De la fabricación de los piensos se encargará la firma Almacenes Gamallo, situada en Ourense y con una trayectoria de más de 20 años. “La formulación del pienso se hará teniendo en cuenta también la disponibilidad de alimentos que tengan estos animales criados en extensivo”, comentan desde el CTC. Las primeras pruebas se harán con pollos de Mos y con cerdos de raza Duroc por Cerdo Celta. En estos primeros meses, en Almacenes Gamallo ya han estado haciendo pruebas con la elaboración de harina y granulados que incluían las leguminosas y por el momento está resultando más satisfactoria la mezcla presentada en granulado. Aunque las pruebas continuarán en los próximos meses.

Otras líneas del proyecto

Al margen de analizar las posibilidades que ofrecen las leguminosas para la fabricación de piensos y como alternativa a la soja, el grupo operativo Proteinleg también está evaluando las oportunidades que ofrecen estos cinco tipos de leguminosas en la alimentación humana, como fuentes de proteína vegetal, toda vez que la sociedad está reclamando alternativas a las proteínas de origen animal que sean sostenibles y saludables. En esta línea, la firma Mimic SeaFood, especializada en procurar alternativas veganas, apuntó las posibilidades que pueden ofrecer las legumbres para elaborar alimentos que proporcionen proteína vegetal de calidad. El grupo operativo Proteinleg, que comenzó en el 2021, cuenta con un presupuesto de 556.947,36 euros y con una subvención de 552.147,36 euros, el 80% procedente de fondos Feader y los 20% con fondos nacionales.

Razones por las que sí es rentable meter un cultivo de invierno en rotación con el maíz

Se viene observando en algunas granjas de vacuno de leche gallegas como parcelas que dedican al cultivo del maíz en verano, una vez recogido, quedan sin cultivar, presentando un aspecto de abandono en invierno y parte de la primavera siguiente, con abundancia de adventicias de alto desarrollo invernal, lo que obliga al ganadero a deshacerse de ellas para preparar la tierra para la siembra del maíz de la campaña siguiente. Los motivos son diversos pero principalmente ocurre por: -Tardanza en ensilar el maíz para forraje, de forma que a continuación comienzan las lluvias y ya no se puede entrar en la parcela. -Siembras tempranas del maíz -Creencia de que el cultivo de invierno trae más problemas que beneficios. -Necesidad de vaciar el purín en invierno por no tener bien dimensionadas las fosas o no estar cubiertas La tardanza en ensilar el maíz forrajero motivada por el empleo de variedades de ciclo largo o siembras tardías de ciclos habituales en la zona, implica que en la época habitual de ensilado el maíz aún no esté en el estado óptimo para su cosecha (línea de leche entre 1/3 y 1/2), obligando al ganadero a retrasar la ensila. A continuación comienza el período de lluvias, que le impiden la siembra del cultivo de invierno.

Sí compensa y es rentable sembrar un cultivo de invierno después del maíz

A veces el ganadero quiere sembrar temprano el maíz, lo que le permite ciclos algo más largos o luchar contra el estrés hídrico lo que obliga a tener el terreno libre de cultivos unas semanas antes para hacer las labores de preparación del suelo y siembra, teniendo la creencia de que es mejor un buen rendimiento anual del maíz que un buen rendimiento anual de la parcela. A este respeto, ensayos llevados a cabo en el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM) durante tres años (Flores,2017) empleando dos variedades de maíz de ciclo 130 días de siembra a cosecha (ciclo FAO 350) en condiciones de secano húmedo, indican que la producción para la rotación Maíz- Raigrás italiano fue de 18.8 toneladas de materia seca por hectárea MS/ha y de 1.07 t PB/ha aportando el cultivo del maíz 12.7 t MS/ha y 0.647 t PB/ha y la parte restante el raigrás italiano. Si se opta por una mezcla de raigrás con tréboles anuales como cultivo de invierno la rotación tuvo mayor rendimiento: 19.7 t MS/ha y de 1.4 t PB/ha aportando el maíz 14.0 t MS/ha y 0.797 t PB/ha. Por tanto, sembrando un monocultivo de maíz con un ciclo más largo, y dejando la tierra vacía en invierno, difícilmente nos dará esos rendimientos en materia seca y desde luego no alcanzará los rendimientos en proteína de las rotaciones, dado que el porcentaje de proteína bruta del maíz oscila entre 5.7% y 7.2% en las condiciones de secano húmedo de Galicia (Bande, 2021), siempre inferior a los cultivos de invierno en condiciones óptimas de aprovechamiento.

Echar el purín en invierno en parcelas sin cultivo, una práctica antieconómica y perjudicial

Dejar parcelas sin cultivo en invierno también le permite a algunos ganaderos cuyas explotaciones tienen las fosas de purín mal dimensionadas o sin cubrir poder deshacerse de ese excedente de purín echándolo en las parcelas sin cultivo. Sin embargo, esta es una practica desaconsejable, incluso en el código de buenas practicas agrarias, pues aplicar purín con el terreno saturado de agua, además de que no estamos aprovechando su potencial de fertilidad en un cultivo, pues perdemos la mayor parte del nitrógeno del purín, estamos provocando también la compactación del suelo al meter maquinaria pesada en la parcela, por no hablar de que incluso podemos contaminar las aguas de los riachuelos por el efecto de la lixiviación y escorrentía del nitrógeno.

Mayor gasto para combatir las malas hierbas en las parcelas sin cultivo de invierno

La forma mas común de eliminación de las adventicias desarrolladas en invierno es mediante herbicidas sistémicos totales no persistentes, de los cuales el más eficiente, barato y autorizado actualmente es el glifosato 36%, siendo muy habitual en abril ver las fincas donde no se sembró un cultivo de invierno después del maíz, amarillas por su efecto. Respecto del glifosato indicar que está incluido en el anexo I del Reglamento de la UE con fecha de expiración de la aprobación a 15 de diciembre de 2022, fecha en que deberá dejarse de comercializar si no hay moratoria, recordando que ya en el año 2017, la última vez que fue incluido en el anexo I, fueron muchas las voces críticas que fomentaron la eliminación de su uso intentando influir en la Comisión Europea. Cabe pensar que conforme se acerque la fecha limite del 2022 se volverá a ponerse en duda su continuidad en el anexo I. Finca sin cultivar en invierno después de maíz, quemada en abril con herbicida total para poder sembrar maíz de nuevo. FOTO: CIAM Una vez que la parcela esta "quemada" con herbicida las adventicias se van secando y muriendo, pero la masa vegetal nos se retira sino que se entierra, lo que obliga a una labor de vertedera más profunda de lo habitual para poder colocar dicha vegetación fuera del alcance de la labor superficial de siembra. De esta forma, labores de vertedera habituales con profundidad para el maíz de 20 a 25 cm pasan a ser de 25-30 cm con el consiguiente uso de más potencia o de menor velocidad del tractor, lo que implica mayor coste de laboreo.

Las ventajas de tener un cultivo de invierno

Para las granjas de vacuno de leche que tienen las fosas descubiertas y/o mal dimensionadas la solución pasa por cubrirlas y/o hacer nuevas fosas que permitan acumular el purín para poder aplicarlo cuando realmente es efectivo, por ejemplo antes de sembrar el maíz . Resuelto ese problema, la solución general pasa por hacer una rotación de cultivos introduciendo un cultivo de invierno que rote con el maíz y ocupe el suelo durante ese período. Las ventajas son evidentes: -Aprovechar el exceso de fertilizantes del cultivo de verano (maíz), que sin un cultivo a continuación generaría un problema de lixiviación de nitratos (Baez,1999) -Ocupar la tierra evitando el lavado del suelo, muy importante ya que la tierra fértil que tantos años costó conseguir se pierde en el fondo de los ríos o mares en muy poco tiempo con la consiguiente contaminación de los mismos -Aportar un alimento extra generado en la explotación, como es la hierba, rico en proteína que combina muy bien con el maíz que es rico en energía en la ración de alimentación del ganado vacuno de leche. -Dejar el terreno limpio de adventicias de invierno quedando más fácil de trabajar para preparar la siembra del cultivo de verano -Si se añaden leguminosas en una proporción del 50% se puede declarar en la PAC como superficie de interés ecológico al considerarse un cultivo fijador de nitrógeno.

Rotación de cultivos:

La rotación de cultivos consiste en asociar cultivos de diferentes familias con necesidades nutritivas distintas a una misma parcela. El objetivo es combinar cultivos con altas necesidades extractivas de nutrientes con otros que mejoren las características del suelo evitando que se agote. Además, también se persigue evitar que se perpetúen las adventicias, plagas y enfermedades.
El 17.2% de las ganderias gallegas declara sembrar maíz sin cultivo de invierno
En un estudio de la estructura y sistemas de alimentación en explotaciones lecheras de Galicia realizado por el CIAM y el LIGAL sobre una encuesta llevada a cabo en el año 2016 a un grupo de 50 explotaciones representativas de los distintos modelos de producción de leche, se obtuvo que en el 51.7% de las granjas de vacuno de leche gallegas se rota maíz como cultivo de verano con raigrás italiano como cultivo de invierno, seguida de pradera y maíz y de mezclas de raigrás y leguminosas con maíz (34.5% y 26.7% respectivamente), mientras que el 17.2% declaraba sembrar maíz sin cultivo de invierno (Botana,2018). Como conclusión, en las granjas de leche gallegas intensivas los cultivos empleados en la rotación serían maíz como cultivo de verano, raigrás italiano o mezcla de leguminosas con raigrás como cultivo de invierno, introduciendo la pradera plurianual en la rotación en las menos intensivas o extensivas y en las ecológicas.

Las ventajas de incorporar leguminosas en el cultivo de invierno

-Rotación maíz / raigrás italiano Es la rotación usada tradicionalmente en las granjas intensivas de Galicia. El raigrás tiende a aprovecharse a uno o dos cortes, y ya en la siembra requiere una aportación de nitrógeno para su desarrollo y entre cortes debe hacerse otro aporte para obtener buenos rendimientos. Los raigrases alternativos ( tipo westerwold) son más adecuados para aprovechamientos tempraneros perdiendo calidad respecto de las variedades no alternativas e híbridas cuando se retrasa el aprovechamiento, de ahí que encajen mejor yendo a dos cortes. En aprovechamientos más tardíos a un solo corte pudieran ser preferibles los cultivares no alternativos y los raigrases híbridos (Flores,2013). La rotación raigrás/maíz no es aconsejable desde el punto de vista agronómico ya que consiste en dos especies de la misma familia de las gramíneas, lo que provoca una esquilma de nutrientes del suelo. -Rotación maíz-mezcla de leguminosas con gramíneas Parcelas sembradas con cultivo de invierno después de maíz. A la izquierda mezcla de raigrass híbrido, con 3 leguminosas anuales y a la derecha raigras italiano alternativo donde ya se dio un corte y fue fertilizada para el segundo. FOTO: CIAM Esta rotación es más idónea agronómica y medioambientalmente pues combina gramíneas (maíz y raigrás) con leguminosas (trébol, veza, guisante...etc). En la mezcla de invierno interesa que la proporción de leguminosas sea elevada, lo que repercute en el incremento de la proteína del cultivo que se produce por la fijación del nitrógeno atmosférico a través de las bacterias del tipo Rizobium que están en simbiosis con las raíces de las leguminosas. De ahí que sea importante que el rizobium esté presente en el terreno, y si no es así debe venir inoculado en la semilla comprada. Si ademáis la semilla viene peletizada con carbonato mejor pues es una manera de conservarlo vivo durante más tiempo. El empleo de leguminosas en el cultivo de invierno evita tener que aplicar nitrógeno en forma de fertilizante o, en todo caso, aplicaríamos una pequeña parte en la implantación, del orden de 25 kg N/ha en forma nítrica o amoniacal ya que el rizobium al estar inactivo por debajo de los 8 ºC del suelo no aporta el nitrógeno atmosférico a la mezcla teniendo como consecuencia un menor crecimiento invernal, pudiendo en algunos casos no llegar a cubrir la parcela dejándola a merced de las lluvias que provocarían el lavado del suelo.
“El rendimiento del maíz crece un 30% si el cultivo previo de invierno fue una mezcla con leguminosas”
Una vez retirado el cultivo de invierno en base a leguminosas quedan en el suelo los restos aéreos y las raíces con sus nódulos de Rizobium en simbiosis, lo que supone un aporte extra de nitrógeno al cultivo siguiente. La descomposición de las raíces y de los residuos de las leguminosas pueden influir en gran medida en los procesos de mineralización del nitrógeno y por lo tanto en el contenido de N mineral del suelo, reduciendo así la utilización de fertilizantes nitrogenados o incrementando el rendimiento del cultivo siguiente. En concreto, el aporte de un cultivo de invierno con leguminosas respecto de un cultivo de raigrás supone una mejora en el rendimiento del maíz de un 30% (Baez,2014). En un ensayo llevado a cabo en el CIAM donde se comparó una rotación maíz-trébol encarnado con otra de maíz-raigrás italiano alternativo con distintos grados de fertilización, indicar que el cultivo de maíz no fertilizado con N en rotación con trébol encarnado supone una producción de kg PB/ha numéricamente similar a un cultivo de maíz fertilizado con 160 kg N/ha en rotación con raigrás italiano. (Baez,2021).

Conclusiones:

Las granjas de vacuno de leche para evitar dejar parcelas sin cultivar en invierno deberían tener las fosas de purín bien dimensionadas y cubiertas así como rotar el maíz , buscando un ciclo que se adapte, con leguminosas anuales (solas o en mezcla).

¿Cómo mejorar los cultivos de maíz y hierba con un uso más eficiente del nitrógeno?

En el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo se está realizando un estudio sobre cómo mejorar el rendimiento de los cultivos forrajeros mediante un uso más eficiente del nitrógeno. El estudio se enmarca en un proyecto financiado por el Feader, del grupo operativo de la Asociación Europea de Innovación(EIP-AGRI), en el que participan la Cooperativa Agraria Provincial de A Coruña (CAP Coruña), ganaderos: la Ganadería Iglesias SAT 1040 XUGA y la Cooperativa Santo Estevo de Quintas y el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM). Se trata de ver como poder mejorar el aprovechamiento del nitrógeno por parte de los cultivos forrajeros (maíz forrajero y hierba), y por tanto su rendimiento, calidad y su sostenibilidad medioambiental, una exigencia que cobrará cada vez más importancia en las ayudas de la PAC. En el caso de la hierba, se está viendo cuál es el sistema más eficiente para que este forraje aproveche al máximo el Nitrógeno del purín, si aplicarlo con plato o en bandas superficiales, un sistema ya muy extendido en los países del norte de Europa. En el caso de maíz forrajero se comparan aplicaciones enterradas con inyector de reja o con grades. Se pretende ver también la efectividad de emplear un inhibidor de la nitrificación, en este caso el DMPP, para reducir las pérdidas del N del purín tanto por volatilización en forma de amoniaco como por lavado en forma de nitrato. Los resultados preliminares de este proyecto se presentaron la pasada semana en el CIAM en una jornada técnica sobre “La eficiencia en la utilización del nitrógeno por los forrajes”.

Cultivo de raigrás: la aplicación en bandas mejora la producción y la asimilación de nitrógeno

En este estudio se comparó la aplicación de purín en bandas y por aspersión en parcelas de las explotaciones colaboradoras. Se analizó la eficiencia en el aprovechamiento del Nitrógeno con tres sistemas: aplicación de purín en bandas, aplicación del purín en bandas con DMPP y aplicación del purín por aspersión con plato. La fertilización tras el primer corte se realizó a comienzos de abril con purín de vacuno y con una dosis de 40m3/ha (124,4 Kg/ha de N, 54 kg/ha de P2O5 y 100,8 Kg/ha de K2O) complementado con 250 kg/ha de NAC (115 Kg/ha de N). El DMPP se recomienda echarlo en la cisterna. La dosis empleada fue de 1,5 litros por hectárea cuando fue aplicado en bandas y de 3 litros por hectárea cuando fue aplicado mediante inyección o en plato con incorporación posterior con grade. Su coste estimado es de entre 22 y 44 euros por hectárea, según la dosis. Conclusiones preliminares: -La aplicación de purín en bandas incrementa la producción entre un 3 y un 8%, así como la asimilación del N por la planta. Es cierto que supone un mayor tiempo de aplicación que con plato, pero se compensa con un mayor rendimiento del cultivo, una menor necesidad de comprar nitrógeno de síntesis y con una mayor sostenibilidad medioambiental. - La influencia del uso del DMPP en la producción fue variable según las condiciones.

Cultivo de maíz: el uso de DMPP supuso un incremento en la producción del cultivo

En este caso, en los diferentes campos de demostración se compararon cuatro tratamientos: - Aplicación de purín mediante inyector con reja. - Aplicación de purín con DMPP mediante inyector con reja. - Aplicación de purín por aspersión con esparcidor de plato e incorporación del purín con grade inmediatamente después. - Aplicación de purín con DMPP por aspersión con esparcidor de plato e incorporación del purín con grade inmediatamente después. La fertilización que se realizó fue con purín de vacuno la una dosis de 50m3/ha (102 Kg/ha de N, 50 kg/ha de P205 y 129 Kg/ha de K20), complementado con 100 kg/ha de urea (46 Kg/ha de N). Conclusiones preliminares: - La aplicación de purín con inYector de reja puede tener resultados semejantes que cuando se hace con el plato invertido e incorporación inmediata del purín con grade de discos. - En maíz, en muestreos iniciales -el día 3 de junio con el maíz con una altura de unos 80 centímetros- la aplicación de DMPP supuso un incremento en la producción esperada. - El sistema de incorporación y aplicación del DMPP no mostró efecto sobre el contenido en proteína bruta de la planta en este estado inicial. Tras la cosecha de los campos de demostración se obtendrán los resultados finales. Las conclusiones definitivas de este estudio se presentarán al público en las próximas semanas.

¿Cómo influye en el rendimiento del maíz el cultivo precedente?

A lo largo de la jornada, María Isabel García Pomar, investigadora del CIAM expuso también la importancia de otros parámetros que influyen en el aprovechamiento del nitrógeno por parte de los cultivos. En este sentido, recordó que como punto de partida es muy recomendable realizar un encalado del terreno -previa analítica del suelo- para reducir el elevado porcentaje de saturación por aluminio, muy común en los suelos gallegos. “El encalado es fundamental para que los cultivos aprovechen mejor los fertilizantes del suelo. Y además, tiene un coste bajo en relación a los beneficios”, subrayó. Conocer las extracciones del cultivo y la riqueza fertilizante del purín es también muy importante. Finalmente, subrayó la importancia del cultivo de las leguminosas por la fijación simbiótica que realizan del nitrógeno atmosférico. Un buen porcentaje de leguminosas presente en los cultivos de hierba reduce las necesidades en fertilizantes nitrogenados, y además tiene un impacto importante en el cultivo siguiente. Así en el caso de incorporación al terreno de un monocultivo de leguminosas o tras un cultivo previo de pradera de larga duración (raigrás+ trébol) se pueden reducir las dosis de N recomendadas en un cultivo de maíz en torno a los 100-125 kg/ha. En el caso de leguminosa cosechada esa reducción estaría en los 40-50 kg de N/ha. En el Reino Unido el cultivo precedente se tiene en cuenta desde hace años en las recomendaciones de fertilización nitrogenada, donde aplican un factor de reducción del N en función del cultivo precedente.

Galería de imágenes:

Ensaio de fertilización do millo no CIAM

Aplicaciones recomendadas para el encalado y el abonado de las praderas:

-Aplicación RES del CIAM sobre recomendaciones de encalado. -Aplicación RAX del CIAM sobre recomendaciones de abonado de las praderas.
 

Recomendaciones para la implantación y manejo de praderas de raigrás y leguminosas

Para que una mezcla de raigrás y tréboles se implante bien tenemos varios factores que debemos tener en cuenta:

– Preparación del suelo: debemos preparar bien la capa superficial de 10 cm, después del cultivo de maíz. Lo más común es pasar una grada de disco para abrir la tierra e incorporar el rastrojo del maíz junto con el purín, después pasar la fresadora dejando la tierra desecha y llana. A continuación pasar el sembrador y rulo por detrás compactando la semilla al suelo. Con este tipo de preparación logramos una buena implantación y reducimos en la cosecha la contaminación del silo con cenizas por falta de incorporación del rastrojo e irregularidades de terreno.

-Purines: Es un punto clave, antes de sembrar se pueden aplicar sin problema incorporando en la capa superficial.  En cobertera, después de implantado el cultivo, podemos aplicar hasta 25 m3/ha,  teniendo en cuenta las condiciones climáticas y  el estado de desarrollo del cultivo. Debemos aplicar esta cantidad cuando se prevean precipitaciones para que pueda lavar rápidamente las hojas e incorporar el purín en suelo. No debemos aplicar con el cultivo demasiado desarrollado, pues el purín no llegaría fácilmente al suelo, y quedaría acumulado en las plantas provocando quemaduras.

-Profundidad de siembra: es importante sembrar superficialmente. Así, en mezclas con tréboles la profundidad máxima de siembra no deberá pasar de 1 cm.

-Fecha de siembra: sembrar con la temperatura de suelo por encima de 12ºC, mejora la actividad del rizobio y permite una más rápida implantación de los tréboles.

-Abonado: en formulas con leguminosas debemos tener en cuenta que los pH estén por encima de 5,3, que el nivel de fósforo sea medio y principalmente no utilizar demasiado purín o abono nitrogenado. Tener en cuenta que en estas mezclas aproximadamente mitad de las plantas son leguminosas y no necesitan nitrógeno. Por lo tanto, las necesidades de este nutriente son también la mitad comparativamente a un cultivo sólo de raigrás. Podemos y debemos ahorrar en los abonados nitrogenados en este tipo de mezclas.

-Inoculación de las leguminosas: la inoculación de cada especie con rizobio especifico garantiza que todas las plantas desarrollen correctamente nódulos en sus raíces, incrementando la fijación del nitrógeno y mejorando su desarrollo así como el aporte de proteína.

-Equilibrio de la mezcla: es muy importante conocer las características de cada variedad y su comportamiento en mezcla para tener formulas equilibradas, homogéneas y con ciclos ajustados al objetivo.

– Tipo de utilización: tenemos distintos tipos de fórmulas,  unas más dirigidas  para uso en un solo corte con especies y variedades capaces de acumular una gran producción resistiendo mejor al encamado y otras ajustadas a varios cortes compuestas por variedades de rápido crecimiento y elevada capacidad de rebrote. En función de la fecha de siembra y fecha de cosecha podemos escoger ciclos más cortos o ciclos más largos de forma a no comprometer la implantación del cultivo siguiente.

-Dosis de siembra: cuando trabajamos con mezclas es importante conocer y respectar las dosis de siembra para que no exista dominancia de unas especies sobre las otras.

– Malas hierbas: para control de malas hierbas recomendamos hacer un corte de limpieza temprano que puede ser para aprovechamiento en verde o para quedar en la finca desbrozando. Esta operación también ayuda en muchas mezclas a mejorar el equilibrio entre las distintas especies cuando las condiciones de clima son más favorables para unas que para otras (Gramineas/leguminosas)..

-Fecha de corte: el punto óptimo para hacer el corte en abril/Mayo, buscando un equilibrio entre cantidad y calidad. Este punto se dá cuando tenemos 10-15% de los tréboles en floración  y los raigrases están aún por iniciar el espigado. Después de este punto ganamos alguna cantidad pero la calidad va bajando pues la proteína y baja y suben las fibras. Este efecto es bastante más rápido en las gramíneas, las leguminosas consiguen mantener durante más tiempo un nivel alto de calidad aguantando mejor cuando las condiciones climáticas no permiten cortar.

-Presecado: es muy importante hacer un presecado adecuado, consiguiendo niveles  de materia seca entre 28 y 35% para una buena conservación en silo. Importante no esparcir o hilerar la hierba en las horas de más calor para reducir las pérdidas de hoja. Importante tener en cuenta que más de 60% de la proteína están en las hojas y estas son las partes más digestibles del forraje.

Terras da Mariña, un proyecto para valorizar la ‘faba’ de Lourenzá

La 'faba' de Lourenzá se caracteriza por ser una legumbre de calidad, de buen tamaño, piel fina, textura mantecosa y que absorbe los sabores de los productos que la acompañan. Esa calidad del producto, reconocida desde 2008 por la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Faba de Lourenzá, no se corresponde con su situación comercial, ya que buena parte de la faba de Lourenzá finaliza en comercializadoras asturianas. Con la idea de poner en valor su producción, un grupo de agricultores de la Mariña lucense constituyó hace un par de años la cooperativa Terras da Mariña. El proyecto lo integran 20 productores de distintos concellos de la Mariña, principalmente de Lourenzá y Ribadeo, que se juntaron con la idea de profesionalizar el sector y de lograr un precio más justo para la faba de Lourenzá.
"Antes de la cooperativa, el productor no sabía si iba a cubrir gastos o tan siquiera si iba a vender" (José Cuadrado, presidente)
Uno de los objetivos de la cooperativa pasa por lograr una estabilización de los precios del producto, pues la faba de Lourenzá con frecuencia oscila mucho de un año para otro, en función de lo que marca el mercado asturiano. "Asturias sigue siendo el primer mercado de la faba que se comercializa en la comarca, pues la cooperativa, con una producción anual de 20-25 toneladas, representa aún poco en el conjunto de la comarca, pero sí tenemos la impresión de que desde que surgió la cooperativa el precio de la faba es más estable, al alza" -destaca el presidente de Terras da Mariña, José Cuadrado.- "Antes el productor no sabía si iba a cubrir gastos o tan siquiera si iba a vender". Diversificación Otra de las ideas con las que nació Terras da Mariña fue la profesionalización del sector. "El cultivo de la faba era a menudo en la comarca un complemento de la renta" -explica José Cuadrado-. "La cooperativa busca una mayor profesionalización, que la gente joven pueda tener un respaldo y ver una alternativa de futuro en la faba. De hecho, desde que constituimos la cooperativa, gente que está trabajando en otros sectores ya se interesó por las posibilidades del cultivo", cuenta Cuadrado.
"Buscamos que la gente joven tenga un respaldo y pueda ver una alternativa de futuro en la faba"
La cooperativa la integran tanto agricultores de toda la vida como gente más joven en el mundo de la faba, una mezcla que casa bien, según explica el presidente de Terras da Mariña. "Tenemos por un lado la experiencia y por otro ilusión y nuevas ideas", valora. Terras da Mariña proyecta también introducirse en otros cultivos de huerta, como los grelos, de cara a posibilitar que los agricultores mantengan trabajo y producción todo el año, no sólo en la campaña de su cultivo estrella. Posibles fraudes en la venta a granel La labor de la cooperativa es un paso más para prestigiar en el mercado la producción de la Mariña lucense. "En muchas fruterías de Galicia, se vende haba a granel con un letrero que dice que es faba de Lourenzá, pero sobre esa faba no hay garantías ni de origen ni de calidad" -cuestiona el presidente de Terras da Mariña-. "Tenemos un producto de fama que se está desprestigiando en el mercado", critica.
"Envasamos cada parcela por separado, pues cada una de ellas puede tener características y calidades distintas"
Frente a ese panorama, Terras da Mariña se enfocó al cuidado del producto y a su comercialización envasado. "Para nosotros es muy importante la seguridad alimentaria y la trazabilidad. Tenemos un control de la faba en todo el proceso productivo y nos caracterizamos por procesar la producción de cada finca por separado", explica Cuadrado. "Si un socio tiene varias fincas, que es lo habitual, no se mezclan las producciones de sus parcelas, pues cada una de ellas puede tener calidades y características distintas. Con eso logramos que haya una cocción más homogénea", señala. Ese cuidado trabajo de la cooperativa hace que el producto tenga muy buena aceptación en la restauración y en tiendas gourmet, si bien le cuesta entrar más en el gran consumo por una cuestión de precio. "El producto de la IGP Faba de Lourenzá tiene un coste a mayores porque presenta unas garantías que no cumple la producción a granel. El consumidor se debería concienciar sobre eso", valora el presidente de Terras da Mariña. Procesado La cooperativa cuenta con unas instalaciones propias que le permiten acometer la selección y envasado del producto. Dispone también de unas cámaras de congelación, un paso imprescindible, obligado por la normativa de la IGP, para garantizar la sanidad de la haba y su buena conservación. Tras la recogida de las habas, la cooperativa las congela durante un mínimo de cuatro días. Después, una mesa de selección, con participación de varios socios, analiza manualmente todas las fabas y descarta las que presentan defectos. De entre las que pasaron la criba, se hará una elección por calibres. Las fabas de mayor tamaño serán las de calidad extra, que se venderán con el sello de la IGP. Terras da Mariña produce también la faba verdiña, de color y verde y más pequeña, conocida como la faba del marisco por acompañar con frecuencia pescados y mariscos. Conserva de fabas con bacalao. Proyección El objetivo de Terras da Mariña pasa por consolidar mercados primero en Galicia y después en el resto de España. También comenzó a participar este año en misiones en el extranjero junto con otros productos gallegos de calidad. La cooperativa estuvo ya presente en Bruselas, Berlín, Londres y Suiza, países en los que encontraron nichos de mercado para su producto. De cara a próximos años, se piensa en el inicio de la exportación. Con esa perspectiva en mente, Terras da Mariña ya obtuvo el sello Galicia Calidade, que le permite una mayor diferenciación en el mercado.

Fabas preparadas para su consumo

La cooperativa llegó a un acuerdo con una industria del sector para la comercialización conjunta de una línea de platos preparados, listos para el consumo. Se ofrecen cinco opciones: fabas acompañadas de bacalao, de setas, de callos o de pulpo; y ensalada de habas. El producto, que se comercializa con una doble marca (La familia de Lola - Terras da Mariña), está teniendo buena recepción en el mercado. "Tiene una calidad excepcional. Parece hecho por la abuela", concluye José Cuadrado.