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Otero Vilar SC, una granja en constante crecimiento

Ubicada en la zona de Marquide, en la parroquia de A Rigueira, esta sociedad fue constituida en el 2006, siguiendo el paso de tres generaciones de ganaderos anteriores. A día de hoy, sus titulares, Javier, Carlos y María, junto con cuatro empleados, atienden diariamente a cerca de 550 animales. El punto de partida, hace ya 16 años, fue una explotación con 30 vacas en ordeño en régimen semi-extensivo. “Teníamos un establo antiguo y pequeño. No era cómodo ni para nosotros ni para las vacas, por lo que decidimos en ese momento realizar una obra nueva”, recuerda Carlos. Esta nave, tenía capacidad ya para 90 vacas. “En el establo nuevo cogían las vacas de producción, secas, recría y aún sobraba sitio”. Desde que entraron las primeras vacas, en mayo del 2007, hasta hoy en día se produjeron hasta cuatro ampliaciones sucesivas, para dar cabida al total de animales que hay actualmente. “Hoy tenemos falta de hacer una nueva ampliación porque el establo actual está saturado y además, también estamos tramitando la construcción de una obra para la recria, en la que instalaremos una amantadora” prevén Carlos y Javier. Vista de la granja. Manejo del ganado La cabaña ganadera en Otero Vilar se va dividiendo en diferentes lotes de acuerdo con su edad o la etapa productiva. Una vez nacen las terneras, pasan unos días en boxes individuales, donde toman el calostro de la madre los primeros días. Pasadas las primeras 3 semanas se incorporan a un lote en el que permanecen hasta el destete. En esta fase, las terneras ingieren dos veces al día leche en polvo, además de tener a libre disposición forraje seco, pienso y agua fresca. Lote de vacas secas. Posteriormente se agrupan en lotes por edades, hasta que llega la hora de la inseminación. “Les vamos poniendo la primera dosis de semen a los 16 o 17 meses, para que vengan pariendo con poco más de dos años”. Una vez están confirmadas, pasan al siguiente lote, en el que permanecen “hasta tres semanas antes del parto, que las pasamos con las vacas secas y de preparto”, comentan Javier y Carlos. Lote en cama caliente de paja. Cama caliente y colchonetas En el grupo de producción, las vacas están agrupadas en dos lotes, uno en cama caliente de paja y otro en cubículos con colchoneta y carbonato. “El lote de cama caliente está ocupando el espacio en el que en principio irían las vacas secas, pero al ir aumentando necesitamos echar mano de este espacio, desplazando a estas a otra nueva nave” explica Carlos. En el lote de cama caliente hacen una limpieza diaria para volver a cubrir con paja nueva. Con esto consiguen controlar los casos de mastitis, sobre todo en épocas de calor en las que los animales buscan zonas más húmedas en las que refrescarse. “Es un trabajo laborioso que tenemos que hacer todos los días, por lo que de cara a la nueva ampliación, nos decantaríamos por poner cubículos”.
El estiércol da bastante trabajo en la cama, pero después se nota en las fincas, ya que es un abono muy bueno
Para el ordeño, cuentan con una sala en espina de pescado con capacidad para 24 animales y en la que realizan el ordeño dos veces al día, a las 6.30 y las 18 h. Orientación de la genética En el aspecto de la genética, trabajo al que se dedica principalmente Javier, buscan animales con altas producciones. “En estos momentos, la industria está demandando más cantidad que sólidos. Apostamos por vacas de altas producciones y que no penalicen en calidades, patas, ubre o longevidad”. Actualmente la media de producción se sitúa en 35 litros por vaca y día con unas calidades de 3.4 de proteína y 3.7 de grasa. Para esto seleccionan dos toros a principios de año, que serán los que emplean durante esa campaña. A mayores, utilizan semen de razas cárnicas para aquellos animales que no les interesa sacar recría. Tres generaciones de la familia en la granja. Alimentación Para elaborar la ración diaria, en Otero Vilar SC contratan el servicio de carro mezclador a una empresa. Se elaboran cuatro carros diariamente, dos para las vacas de producción, uno para las novillas y otro para las vacas secas. La mezcla de las vacas en producción se compone por 0.5 kg de paja picada, 32 kg de silo de maíz, 12 kg de silo de hierba y otros 12 kg de concentrado. Un aspecto a destacar es la calidad de conservación que consiguen en los silos. Tanto Carlos como Javier atribuyen esta buena conservación a que “durante el ensilado estamos con dos tractores en el silo, uno extendiendo y otro pisando, logrando de este modo una buena compactación. Luego para tapar empleamos un film que actúa como barrera frente al oxigeno, por encima una lona de plástico, una malla que protege de picaduras y luego cubrimos el silo todo con ruedas.” comenta Carlos, mientras muestra el silo de maíz y hierba.
Este año, debido a la subida de los precios de la paja para la ración, van a recoger un último corte de hierba para henolaje
Carlos enseñando el silo de maíz. En la alimentación del ganado son autosuficientes e incluso tienen excedentes en la producción de maíz, lo que les permite vender cada año unas 20 hectáreas. Este año, debido a la subida de los precios de la paja para la ración, van a recoger un último corte de hierba para ‘henolaje’, un paso intermedio entre el silo y la hierba. “Este año vamos a recoger una parte para hierba seca y otra de este modo. “Tenemos que esperar a que la hierba espigue, para que haga el efecto de la fibra de paja. La segamos, la dejamos unhos días secando y cuando ya casi valdría como hierba seca la hacemos en rollos y los encintamos” explica Javier. Gestión de las tierras Trabajan una superficie agrícola de unas 190 hectáreas en las que el principal cultivo es el maíz, que se rota con raygrass como cultivo de invierno. “Del total de las fincas tenemos unas 40 hectáreas de praderas permanentes, que son terrenos más secos y donde el maíz no sacaría rendimiento. En las 150 restantes hacemos una rotación de maíz y una mezcla de raygrass inglés e hibrido. En las fincas con mejor suelo llegamos a superar las 60 toneladas de maíz por hectárea, bajando a 50 en aquellas que no tienen tanto fondo” comenta Carlos. La siembra del maíz comienza a principios de mayo. Para no retrasarse realizan un único corte de hierba, “a no ser que venga un invierno seco y podamos entrar en marzo en las fincas, pero esta es una zona muy llana en la que el agua no escurre rápidamente, por lo que casi siempre vamos a un corte” comentan Javier y Carlos. Para las primeras fincas de maíz emplean un ciclo 400, que van reduciendo a medida que avanzan en el calendario, llegando a principios de junio con un ciclo 260. En esta campaña, como en muchas otras granjas, sufrieron el ataque de rosquilla en muchas fincas, teniendo que volver a sembrar 40 hectáreas. “El próximo año queremos emplear una semilla con tratamiento porque es una garantía, y al final teniendo que resembrar no se ahorra nada”, dice Carlos. Para la fertilización de las fincas, tanto de maíz como de hierba, utilizan el purín y el estiércol producidos en la granja. "El estiércol de la trabajo a la hora de manejarlo en la cama, pero la verdad es que producimos bastante y eso se nota después en las fincas, ya que es muy bueno como abono", reconoce Carlos. En el caso del maíz complementan con 400 kg por hectárea de un abono de liberación lenta 20-7-10, que esparcen a voleo previamente a la siembra. Para la hierba utilizan 200 kg de NAC por hectárea. El trabajo de las fincas lo reparten entre Javier y Carlos. Excepto para el picado de la hierba y del maíz o del enrolado, tienen un extenso parque de maquinaria con el que realizar las tareas de campo. “Quitado algún día que estamos apurados y nos hace falta ayuda externa para no retrasar, los trabajos agrícolas los hacemos todos con nuestra maquinaria”, apunta Carlos. Maquinaria de la granja. Veranos Esta granja está ubicada en una zona alta en la que el aire enfría las instalaciones sin necesidad de ventilación forzada, por lo que el estrés por calor hasta ahora no fue un problema. Aun así, el año pasado, las altas temperaturas fueron motivo de baja de varios animales. “Fue un verano fuera de lo normal, en el que día tras día había temperaturas muy altas, ya desde primeras horas de la mañana y con noches en las que no bajábamos de 25 grados. Hubo algún caso de vacas que al pasar al lote de las secas, que tienen acceso a una finca exterior, pasaron muchas horas al sol y no recuperaron. Este año de momento no tenemos problemas de temperaturas, pero en caso de que veamos que se repite la situación, tendremos que valorar medidas para mejorar el bienestar de los animales” apunta Carlos. Este año, debido a la subida de los precios de la paja para la ración, van a recoger un último corte de hierba para henolaje El estiércol da bastante trabajo en la cama, pero después se nota en las fincas, ya que es un abono muy bueno Tenemos la granja en una zona alta con circulación de aire, pero el pasado verano las altas temperaturas nos crearon problemas, así que valoramos medidas para mejorar el bienestar animal

Claves en el manejo de la cerda reproductora en la raza Porco Celta

La cría de la raza Porco Celta se está cada vez a profesionalizar más, lo que exige también un manejo adecuado de las cerdas reproductoras. En este sentido, la última jornada técnica organizada por ASOPORCEL, la asociación de Criadores de la Raza Porco Celta, abordó las claves para optimizar los resultados de las granjas de esta raza autóctona. En líneas generales, los objetivos del apartado reproductor del Porco Celta, al igual que en el resto del sector porcino, deben procurar maximizar el número de lechones por camada, el número de camadas o la producción lechera, además de optimizar cuestiones como el peso al nacimiento o su longevidad y vida productiva. Pero, “¿cuánto maximizamos o cuanto optimizamos?”, pregunta Ignacio Ortolani, veterinario especialista en nutrición animal en Agrifirm España. La respuesta parte de “establecer unos objetivos concretos a diferente niveles -recría, gestación, lactancia, y primeros cuatro días de vida del lechón- además de llevar unos registros para conseguir establecer eficazmente un plan de mejora”, señala.

Una correcta recría en Porco Celta

En la recría el objetivo principal es generar las futuras madres, pero para que tenga éxito hace falta poner una serie de metas, siempre teniendo en cuenta que la edad de pubertad de la raza Porco Celta es menor a la del cerdo blanco -por debajo de 160 días-. La primera meta que Ortolani propone es buscar una edad adaptada para el primer servicio. “Esta no debe ser menor a los 200 o 225 días, y siempre y cuando el animal tenga un peso corporal de entre 135kg y 160kg” detalla el veterinario. De este modo, “lo indicado es esperar a un segundo celo para que el animal haga el primer servicio, y de no cumplir con el peso recomendado, a un tercero”, explica.
Una edad adaptada al primero servicio no puede bajar de los 200-225 días y con un peso corporal del animal de entre 135kg y 160kg
Si no se cumple con los mínimos de peso pautados anteriormente o con la edad del primer servicio “estaríamos ante madres primerizas inmaduras con un menor desarrollo ovárico de la cerda y, por lo tanto, menos capacidad de fecundación. Además, tendría pocas reservas corporales, lo que repercute en una reducción de la capacidad de consumo durante la lactancia”, avanza Ignacio Ortolani. Por el contrario, si se espera a un sobredesenvolvimiento de la cerda, superando la edad del primero servicio y criando con animales de mayor tamaño, la primera consecuencia es la existencia de más días improductivos y un aumento del gasto. Durante estos días a alimentación del ejemplar continúa, tiene más necesidades para mantenerse y vivir, y pueden aparecer problemas articulares debido al aumento de volumen. Además, todo esto genera un engrasamiento del tracto reproductivo dando lugar a posibles problemas en el parto y la una menor producción de leche. Tanto la selección de ejemplares de este tipo, como de aquellas hembras que están subdesenvolvidas degenera en una merma de la vida productiva.
La selección de ejemplares subdesenvolvidos o sobredesenvolvidos en la edad del primero servicio lleva a una merma de la vida productiva
Los criterios de selección para la raza Porco Celta pasan por diferentes fases, correspondientes al tiempo de vida del animal: al nacimiento, a las 10 semanas, a los 6 o 7 meses. En la primera “se deben elegir animales sin defectos, con buen peso durante el nacimiento y el destete, y con un bueno número de tetas”, recomienda el veterinario de Agrifirm. “En la segunda fase, a las 10 semanas, es necesario observar que se cumplan los rasgos de la raza, que tengan una buena calidad de las tetas, y un correcto desarrollo de las pezuñas”, señala. En la tercera fase, entre los 6 y 7 meses, se debe continuar estudiando la evolución de los caracteres de la raza Porco Celta sobre los ejemplares seleccionados -orejas, jamón, etc.-. “En este punto es donde se debe hacer mayor presión de selección, incluso atender la cómo se desarrolla el animal sobre el terreno ya que, cuanto más estricto sea el criterio, más se prolongará la vida útil de las cerdas”, avanza. Una vez cumplidas las metas expuestas, y aplicados los criterios de selección, es necesario tener en cuenta unos puntos básicos, como por ejemplo el origen de los animales. Cuidar los temas de consanguinidad o mantener en cuarentena ejemplares externos con los que se pretende criar son conductas que siempre se deben tener en cuenta. Igualmente, proporcionar un ambiente cómodo, con un sitio habilitado para el descanso, y con unos parámetros higiénicos o de temperatura acomodados favorece una correcta reproducción. Del miesmo modo, el contacto con el macho durante la etapa previa al primero servicio estimula la salida en celo de las hembras.

Gestación: fases y alimentación

El objetivo primordial es llegar al parto con el animal en las mejores condiciones corporales posibles. Para esto, es útil establecer tres fases -o tercios- en las que se cubran unos requerimientos nutricionales y medio ambientales específicos. En la primera de ellas -entre los días de servicio y el día 30-, la curva de alimentación tiene que estar enfocada a recuperar las reservas corporales anteriores a la última lactancia, por lo que la cantidad recomendada de pienso es de unos 2,8kg se perdió peso, y de unos 1,8kg si engordó. Este es el momento de la fecundación de la hembra por lo que hay que evitar el estrés del animal, y a los 25 días de la inseminación aproximadamente, realizar una confirmación de preñez. Curva de alimentación en gestación. Fuente: Ignacio Ortolani “En el segundo tercio -entre el día 30 y 90- la curva de alimentación irá enfocada a mantener las reservas corporales, por lo que la cantidad idónea será de unos 2,2kg”, concreta Ortolani. Finalmente, “en los últimos 30 días de gestación correspondientes a la última fase -hasta el periparto-, aumenta la demanda nutricional para el crecimiento mamario, por lo que a la cerda no le podrá faltar alimento y puede aumentarse gradualmente la ración hasta los 2,8kg, aproximadamente”, afirma. Gráfico sobre la evolución en días de un feto porcino. Fuente: Ignacio Ortolani “Durante el periparto hace falta apartar a la cerda al sitio donde va a parir con material accesible para anidar, mantenerle la zona mamaria limpia, y comprobar que todos los signos del parto, como el calostro, transcurren correctamente”, insiste el experto.

Lactancia y primeros 4 días del lechón

Una vez se produce el parto es importante estimular el consumo de alimentos ya que es probable que la cerda pierda apetito. “Muchas veces se sienten estresadas por la cantidad de lechones que las rodean, o por estar constantemente alimentándolos, por lo que ofrecerles alimentos apetecibles -incluso húmedos- en horas frescas del día favorece una correcta nutrición. Igualmente, si la cerda está continuamente acostada es recomendable levantarla”, aconseja Ortolani. Lechón de Porco Celta a los pocos días de su nacimiento. Fuente: Ignacio Ortolani La curva de alimentación en lactancia cambia. “Si en el parto se alimenta con 1,5kg aproximadamente, a partir de ahí hay que ir aumentando de forma escalonada, y sobre el día 10 se llegará al máximo consumo, lo cual depende de cada animal, pero puede situarse en unos 5kg. En este momento, se están formando los ovocitos del siguiente celo, por lo que es importante conseguir ese máximo”, explica el veterinario de Agrifirm. Del mismo modo, a medida que avanzan los días hace falta observar cuestiones como la temperatura, la postura del animal, la piel o la capacidad corporal, y ver que todo se desarrolla correctamente. En las primeras 8 horas del lechón “lo fundamental es asegurar el encalostramiento puesto que representa la única fuente de inmunidad y energía, con una cantidad de entre 200g y 250g de calostro”, detalla Ortolani. Así mismo, el veterinario referencia a que “en las primeras 24 horas es muy importante no mover o intervenir sobre el lechón, y mantenerlos secos y calientes”, destaca. Sin embargo, en el día 1 o 2 ya se pueden hacer adopciones; en este caso, con cerdas de primer parto es aconsejable hacerlo con lechones más grandes puesto que favorece una estimulación mamaria. “A partir del día 2 es cuando se comienzan a dar los tratamientos, como el de hierro o contra parásitos, y después del día 10 o 15, ya se pueden comenzar a alimentar con pienso”, adelanta el veterinario.

Finca Marco da Curra, manejo de ganadería extensiva en montaña

La Finca Marco da Curra es una estación experimental dependiente del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM). Ubicada en Monfero (A Coruña), cuenta con una extensión de 180 hectáreas en media montaña, en las que investiga sobre líneas de manejo con la ganadería extensiva. Entre los últimos proyectos llevados a cabo, está uno sobre control de la matorralización del monte con diferentes tipos de ganado, así como otro sobre la defensa del ganado contra el lobo. “Estamos ante un suelo característico de montaña, con muchas pendientes, pedregoso y difícil de trabajar. Por esto, introducimos especies como el caballo, de los cuales hay 60 ejemplares de Pura raza galega, cruzados e hispano bretones, mientras que en las zonas más pastables, hay unas 70 cabezas de vaca rubia galega, 250 ovejas, y en un número más reducido, cabras de raza autóctona Cabra galega”, detalla Abelardo Nimo, director del CIAM. El mantenimiento de toda la superficie lo llevan 7 personas que están contratadas para atender "el manejo de los animales, el control de las cercas, y las necesidades de los proyectos de investigación, entre otras”. Líneas de investigación A finales del año 2021 se finalizó un proyecto de investigación que consistió en el desarrollo de experimentos enfocados a evitar la matorralización del territorio “que es un problema que se extiende por todo el norte peninsular”, afirma Santiago Crecente, técnico del CIAM. “Aquí uno de los experimentos que hicimos se centró en observar la eficiencia de los caballos y de las cabras para el control de diversas especies de mato. Lo que observamos fue que, después de 3 años de pastorear una superficie inicialmente dominada por matorral y que fue desbrozada, la superficie cubierta se mantuvo en un 20%, mientras que en las parcelas de control que no fueron pastoreadas el porcentaje aumentaba hasta el 80%”, amplía.
“En las superficies con caballos y cabras a porcentaje de mato se mantuvo en un 20%, mientras que en las parcelas no pastoreadas alcanzaba el 80%” (Santiago Crecente)
“Estos experimentos nos permitieron determinar que el pastoreo con estas especies puede ser una medida eficaz en la reducción del riesgo de incendios y en su intensidad”, avanza Crecente. Asimismo, el técnico del CIAM añade que “esta investigación fue llevada a cabo entre el CIAM de Mabegondo en colaboración con el Centro de Investigación y Formación Agrarias de Cantabria, el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Alimentario de Asturias, y el Centro Tecnolóxico da Carne”. El proyecto demostró que tanto caballos como cabras fueron eficaces en la reducción de matorrales, pero desde el CIAM observaron diferencias en la vegetación en los terrenos controlados con caballos frente a los de las cabras. “Por ejemplo, el ganado caprino fue muy eficiente en el control de la silva y en el rebrote de árboles y arbustos, mientras que el equino demostró mayor eficiencia en el tojo”, explica Santiago Crecente. Cercas frente al lobo Por otra parte, la Estación Experimental Marco da Curra está participando en otro proyecto sobre “la eficacia de distintos tipos de cercas en la protección contra el lobo”, afirma Crecente. “Para esto diseñamos tres cercas experimentales, y de cada uno, hicimos 10 repeticiones en diferentes ganaderías de Galicia”, avanza. Cierre de malla contra el lobo renovado en la Finca Marco da Curra Hace falta añadir que años atrás Marco da Curra tuvo ataques de lobo recurrentes, una cuestión que los llevó a la utilización de perros de defensa. “Aquí hubo ocasiones de fuertes ataques pero con la introducción de mastines criados correctamente, con una adecuada fase de socialización, vimos reducidos ampliamente los daños; aun así, lo ideal sería hacer una mezcla de las dos medidas de prevención, esto es, una correcta construcción de los cierres y disponer de perros de guardia con el ganado”, aconseja Santiago Crecente.

Un veterinario gallego en Latinoamérica: recorrido por la producción de leche de México a Brasil

El veterinario gallego Antonio Souto aterrizó en México en el 2015 con la multinacional Hipra, especializada en la salud animal y en atender las necesidades del ganado vacuno de leche. “Salí de mi villa de Zas (A Coruña) para Jalisco, el principal estado productor de leche en el país mexicano y que durante algún tiempo se incluía en el conocido como Reino de Nueva Galicia”, comenta el veterinario. La experiencia en Latinoamérica, que compartió recientemente con los asistentes a los Encuentros Ganaderos de la ADS Xundeva en Lalín, le sirvió para conocer los diferentes modelos y las particularidades de la producción de leche en países como Brasil, Perú, Colombia o Costa Rica, entre otros. Su labor como asesor, con el objetivo de divulgar la importancia de las vacunas y de la prevención en la producción de leche, le acercó de una manera directa a los productores de leche latinoamericanos.
Latinoamérica, con Brasil y México a la cabeza, es uno de los principales productores de leche a nivel mundial
De los 1.400 millones de vacas que hay en el mundo, en Latinoamérica se concentra el 28%, con unos 400 millones de cabezas de ganado vacuno. Así es que Latinoamérica aporta más del 25% de la carne de vacuno mundial y el 8,7% de la leche. Con Brasil y México a la cabeza, el continente se sitúa entre los mayores productores de leche a nivel mundial, pues se producen unos 71 millones de toneladas de leche al año.

A diferencia de Europa

Al comparar el sector de vacuno de leche en estos países latinos con la producción europea se aprecian tres grandes diferencias determinantes. “En Latinoamérica es más barato alimentar el ganado, hay disponibilidad de mano de obra y las limitaciones ambientales y legislativas aun son bastante más laxas, con respeto de las exigencias en Europa”, apunta Souto.
“En Latinoamérica es más barato alimentar el ganado, hay disponibilidad de mano de obra y las limitaciones ambientales son bastante más laxas”
La producción de leche en Latinoamérica está marcada por el alta disponibilidad de materias primas para la alimentación del ganado, gracias a las grandes tierras de cultivo que manejan y a unas condiciones climáticas idóneas. Incluso en zonas con climas extremos están logrando producciones de forrajes para alimentación del ganado de una manera competitiva. Una de las grandes diferencias con Europa es que aún hay mano de obra. “Es fácil encontrar gente para trabajar en las granjas, así la mano de obra no es un condicionante que esté limitando el crecimiento del sector”, apunta Souto. Por lo general, se trata de una producción con un grado de tecnificación bajo o medio, aunque también hay ejemplos de grandes granjas tecnificadas en países como México o Brasil.

México

Souto inició su recorrido en Latinoamérica en México, que ocupa la decimocuarto posición en la producción mundial de leche de bovino, con un 2% del total. La producción de leche en el país se concentra en regiones húmedas como Querétaro o Jalisco. “En la región de Querétaro, con un clima semejante al gallego, hay granjas desde 100 vacas hasta ganaderías de unas 4.000 vacas, siendo estas últimas las más habituales”, explica el veterinario.
Vistas por satélite de la granja Establo Chilchota, con unas 20.000 vacas en producción. Otra de las regiones con granjas de leche en el país mexicano es Torreón, una zona casi desértica donde predominan las macrogranjas con hasta 20.000 vacas. Pese a tener un clima extremo de altas temperaturas y solo contar con pozos subterráneos, en esta zona logran producir dos cosechas anuales de maíz y alfalfa y tienen materias primas procedentes de Estados Unidos para abastecer su demanda.
México, uno de los principales productores de leche del continente, cuenta con granjas de hasta 20.000 vacas en ordeño como Establo Chilchota
De hecho, allí se encuentra la granja más grande de Latinoamérica, el Establo Chilchota, que cuenta con 20.000 vacas en ordeño. “Esta granja es ya una factoría con una facturación que ronda los 70 millones de euros”, explica. Este tipo de macrogranjas resultan también objetivo en un país aquejado desde hace años por la violencia extrema. Precisamente el propietario del Establo Chilchota sufrió un intento de asesinato en un tiroteo en su vehículo cuando viajaba con su familia.  En el país conviven también granjas ligadas a grupos religiosos como los menonitas, con una destacada producción de quesos.

Brasil

Hablar de ganadería de vacuno en Latinoamérica es hablar de Brasil, ya que se sitúa como el principal país del continente en número de vacas, con 219 millones, lo que le hace tener también la segunda posición a nivel mundial, solo por detrás de la India, donde se contabilizan 301 millones de vacas. 
Brasil cuenta con unos 219 millones de vacas y tiene una producción de leche de 33,4 millones de toneladas de leche al año
Brasil cuenta con una producción de 33,4 millones de toneladas de leche al año, que se concentra en los estados de Sao Paulo, Paraná, Santa Catalina y Río Grande del Sur, todos ellos con un clima suave, donde las temperaturas máximas en verano se sitúan en los 20 grados y las mínimas en invierno no bajan de los 9 grados. Como en el caso de México, en estos estados las granjas van desde las 150 vacas en producción hasta casos como la Fazenda Colorado, situada en Sao Paulo, un ejemplo de granja tecnificada en Latinoamérica, con casi 20.000 vacas en ordeño y con una sala rotativa de 90 puntos. En esta explotación las vacas están en camas de arena y tienen una alimentación en base a forrajes y maíz. “Esta es una granja de grandes dimensiones, pero con un manejo muy semejante al que se puede hacer en las granjas europeas”, comenta el veterinario.
Apostaron por introducir razas de vacas de la India para conseguir vacas más adaptadas. Son frecuentes los rebaños de vacas Girolando, un cruce de Holsteins y Gyr
Brasil es uno de los países donde los productores de leche han procurado razas de vacas adaptadas a sus condiciones climáticas, en vez de producir solo con vacas Holstein, como venía siendo habitual. Importaron toros de raza Gyr, procedentes de la India, para cruzarlos con vacas Holstein, lo que dio lugar a las conocidas como vacas Girolando. Se trata de una raza de vacas de poco tamaño y con una producción láctea que se sitúa en los 20 litros. Vaca de la raza Girolando, habitual en los rebaños de Brasil.

Perú

La producción de leche en Perú se concentra sobre todo en la zona costera y en las montañas, con muy pocas granjas en las regiones más interiores y donde predomina la selva, ya que allí las condiciones climáticas tropicales dificultan la actividad. “Algunas de las granjas de vacuno están casi literalmente encima de la playa”, comenta el veterinario.
Una granja que ordeña 1.000 vacas puede ingresar al año 250.000 euros vendiendo el estiércol para explotaciones de huerta
Con una potente industria de huerta, el estiércol es la segunda fuente de ingresos de las ganaderías de vacuno de leche peruanas. “Una granja que ordeña 1.000 vacas puede ingresar al año 250.000 euros vendiendo el estiércol para la huerta”, concreta Souto. De hecho, muchas de las explotaciones hortícolas cuentan con una granja propia para poder disponer del estiércol de manera directa, ya que el país carece de industrias de fertilizantes, lo que hace incrementar los precios y motiva que los productores opten por las granjas como solución. El estiércol es una fuente de ingresos más en las granjas en el Perú, por lo que la mayor parte de las ganaderías tienen estas camas calientes. La producción de leche en este país está sujeta a la importación de materias primas para la alimentación del ganado, ya que casi no disponen de tierra para el cultivo. Las granjas cuentan con amplios espacios para el ganado al aire libre.

Colombia

Colombia produce unos 7 millones de toneladas de leche al año, cifra muy semejante a la de España. Las cuatro regiones colombianas con producción de leche son Antioquía, Sabana de Bogotá, Eje Cafetero y Nariño. “Las granjas están situadas en estas regiones donde el clima les permite producir leche”, comenta el veterinario. El clima en estas zonas es suave y tienen mucho pasto, así la producción de leche se centra en el pastoreo y casi no existen ganaderías estabuladas. Es habitual que el ordeño se haga en el propio prado en el que las vacas están pastando, mediante sistemas de ordeño móviles, conocidos en el país como “ ordeño en potrero”. El tanque se lleva en el remolque del tractor y cuentan con un motor de baterías o gasóleo para poder realizar el ordeño. “Este tipo de granjas son un ejemplo de adaptación al medio”, comenta el veterinario.   En Colombia la mayor parte de las ganaderías ordeñan las vacas en el prado, con salas de ordeño móviles. Colombia es otro de los países donde han apostado por el cruce de razas para lograr animales mejor adaptados a su clima y condicionantes. Optaron por cruces de Jersey y Holstein, conocidas como Jerhol. Resulta una raza de vaca con la que optimizar el pastoreo. “Las Jerhol le permiten tener 3 animales por hectárea frente a un animal por hectárea que tendrían con Holstein”, detalla Souto. Son vacas con producciones máximas de 24 litros y con un 4% de grasa y que están muy adaptadas al clima de Colombia. Vaca de raza Jerhol, cruce de Jersey y Holstein, muy presente en las ganaderías de Colombia.

Costa Rica

Es otro de los países donde la producción de leche está muy condicionada por el clima. Las granjas ubicadas en las zonas más bajas, donde el clima es tropical, suelen tener que hacer frente a retos como el estrés por calor. Mientras, en las zonas más altas, el clima es más suave y predominan las granjas de alto rendimiento y producción. “La geografía y el clima determina el tipo de granjas que hay en el país”, comenta el veterinario. En el país es muy habitual las granjas invernadero, ya que en vez de cubierta, las vacas se encuentran en naves que emplean plástico. Costa Rica cuenta con unas 130.000 vacas en ordeño y con una sola cooperativa en el país, Dos Pinos, que recoge prácticamente el 90% de la leche. “Es una cooperativa muy tecnificada y profesionalizada que tiene servicios veterinarios de calidad de la leche desde hace más de 20 años y que mima mucho al productor y la imagen de sus productores”, explica Souto.  Desde la cooperativa llevan mucho tiempo mimando la producción de leche e involucrando también a la sociedad y a las nuevas generaciones con iniciativas como visitas educativas a las granjas. “Producir leche en Costa Rica es muy prestigioso socialmente y está muy bien pagado”, apunta el veterinario.
“Producir leche en Costa Rica es muy prestigioso socialmente y está muy bien pagado”
El precio medio del litro de la leche en Costa Rica se sitúa en los 0,5 euros para el productor, mientras que el consumidor suele pagar por él en torno a 1,10 euros. [ box style="0"]

Consumo y precio de la leche

Latinoamérica cuenta con una gran población, de unos 626 millones de habitantes, con un crecimiento en auge que hace prever que en 50 años llegarán a los 800 millones. Este crecimiento de la población tiene consecuencias directas en el sector, ya que influye directamente en las necesidades internas del mercado y sigue permitiendo una disponibilidad de mano de obra para el sector.
“Hay un gran número de países latinos a los que le queda el reto de incrementar el consumo de leche y esto va a ser determinante para la evolución del sector”
En buena parte de los mercados latinos aún se consume una baja cantidad de leche y derivados, en muchos de ellos ese consumo se sitúa lejos de los 150 litros de leche por persona al año que recomienda la Organización Mundial de la Salud. Solo en Uruguay, Argentina y Costa Rica se alcanza esa cifra. Hay casos como el de Brasil, donde se alcanza ese consumo recomendado, pero la gran dualidad del país apunta que en las clases acomodadas se supera ampliamente ese consumo, mientras que la población de menos recursos está lejos de ese consumo mínimo. “Hay un gran número de países latinos a los que le queda el reto de incrementar el consumo de leche y esto va a ser determinante para la evolución del sector”, señala Souto. Hay un déficit de producción en todo el continente lo que provoca un gran mercado de exportaciones e importaciones entre los distintos países de Latinoamérica. “Se exporta leche de Argentina, de Chile o Uruguay a Brasil. A pesar de que la producción de leche se va incrementando año a año es un mercado que va a permanecer con estas dinámicas, puesto que su producción no consigue abastecer su demanda”. Así, se prevé que en los próximos años la producción de leche de los países latinos no compita con Europa, ya que el propio consumo interno absorberá esta producción sin tener que buscar sitio en el mercado internacional.
El precio medio que se paga al productor oscila entre los 0,30 euros por litro en Argentina y los 0,50 de Costa Rica
En cuanto al precio medio que el productor recibe por la leche en Lationamérica, varía de los 0,30 euros por litro que se manejan en Argentina, los 0,31 de Colombia y Uruguay o los 0,35 euros de México y Brasil. Entre los mejor pagados se encuentran Perú, que alcanza los 0,39 euros y destaca Costa Rica, donde es habitual que el litro de leche se sitúe en los 0,5 euros. El consumidor paga de media 1,09 euros por el litro de leche en Costa Rica, unos 0,9 euros en el Perú, unos 0,89 euros en México o 0,79 euros en el Uruguay, mientras que en Brasil, Colombia y Argentina el precio en los mercados se encuentra alrededor de los 60 céntimos por litro. [/ box]

«Antes trabajábamos con tarjetas de reproducción, pero con el programa Uniform-Agri es todo más rápido y eficaz»

Rubén Noya atiende junto con su mujer la ganadería familiar A Chabola Holstein SC, situada en Tordoia (A Coruña). Tienen unas 50 vacas en producción y una media de 35 litros diarios por animal y manejan unas producciones de 4,2 de grasa y 3,6 de proteína, con un recuento de células somáticas de 120. Conocemos su ganadería y su experiencia con el programa de manejo del ganado UNIFORM-Agri.

-¿Cómo fueron los inicios de la granja? ¿Cuál es su historia?
-Yo no vengo del sector de la ganadería. En 2018 decidí incorporarme y comenzar a trabajar en una granja que se había quedado vacía. Apareció la oportunidad y me pareció una muy buena opción.

-¿Cuál es la situación actual? ¿Tenéis base territorial? ¿Cómo es el manejo?
-Actualmente trabajamos en la granja mi mujer y yo. Llevamos 40 hectáreas de alquiler y disponemos de una nave con vacas en lactación, otra nave con vacas secas y novillas próximas al parto y el resto de la recría se encuentra en cama caliente o boxes. En cuanto al sistema de ordeño, tenemos una sala de 2 x 6 en espina de pescado de la marca SAC.

Recría de la ganadería.

-¿Qué aspecto te parece más importante en cuanto a la gestión del rebaño? ¿El bienestar? ¿La recría? ¿La reproducción?
-La reproducción. Considero que el bienestar es muy importante y la producción también, pero la producción se consigue con una buena reproducción.

-¿Te parece importante tener un programa de gestión?
-Si, hoy en día el papel no es una opción. Antes trabajábamos con cartones de reproducción y ahora ya lo gestionamos a través del programa. Es mucho más rápido y eficaz.

-¿Qué te hizo decidirte por Uniform-Agri?
-Lo vimos en una revista del sector ganadero Nos pareció una buena opción para llevar una mejor gestión y control de la granja. Además, con UNIFORM-Agri existe la posibilidad de poder enlazar UNIFORM con el programa de la sala de ordeño.

-¿Qué aspectos destacarías del programa? ¿Qué dirías que es lo que más utilizas del programa?
-Lo que más utilizo es la lista de control veterinario a la hora de realizar la reproducción. Facilita mucho el trabajo. Además, realizo los acoplamientos en base a los datos que me aporta el programa e importo datos de control lechero. Destacaría también la aplicación móvil, muy útil para tener los datos siempre a mano.

-¿Qué opinión tienes a cerca del servicio de asistencia del programa?
-Nunca he tenido ningún problema, siempre han estado presentes, desde la instalación y formación hasta las dudas y preguntas del día a día.

-¿Cómo ves el futuro, en cuanto a tu granja y en cuanto al sector?
-Considero que no hace falta volumen para vivir. Me gustaría mantener una granja familiar, con un robot y 65 vacas en ordeño y poder gestionarla sin mano de obra externa, ya que la mano de obra externa hoy en día es un aspecto muy complicado.

Jornada sobre el buen manejo de las ganaderías lácteas en Monforte

La Consellería de Medio Rural, a través de la Agencia Gallega de la Calidad Alimentaria, organiza la semana que viene en el Centro de Formación y Experimentación Agroforestal de Monforte de Lemos una jornada sobre la importancia del buen manejo en las ganaderías de leche. La jornada será el próximo martes 9 de noviembre en horario de 10:00 a 14:00 horas. El objetivo es demostrar que un buen manejo puede incidir positivamente en la producción de la leche. Así, se abordará qué es un bueno manejo y se hablará de alojamientos, de condiciones ambientales o de las peculiaridades a tener en cuenta en función del estado productivo de las vacas. También de las características y manejo de la recría o del bienestar animal, entre otras cuestiones. La acción está dirigida en general a cualquier persona vinculada profesionalmente con los sectores productivos relacionados con la agricultura, ganadería, industria agroalimentaria y cadena forestal-madera, así como a jóvenes del medio rural gallego y a personas con expectativas de incorporación al sector. Las personas interesadas pueden inscribirse cubriendo la solicitud que encontrarán en este enlace y enviándola a la dirección electrónica maria.estrella.rodriguez.rodriguez@xunta.gal. Los interesados en asistir podrán solicitar cualquier información adicional llamando al teléfono 982 889 102. El curso se incluye dentro del plan de formación de la Consellería de Medio Rural para este año 2021. La oferta formativa puede consultarse aquí.

«Ahora nos resultaría realmente difícil manejar la granja sin el programa UNIFORM-Repro»

La ganadería lucense SAT García Quintana, situada en Trabada, lleva trabajando tres años con el programa de gestión del ganado Uniform-Repro. Conocemos su experiencia y valoraciones con respeto de esta herramienta que contribuye a la digitalización de la granja. Paco Oliveros, uno de los socios de la SAT valora el uso del programa.

-¿Cómo es tu ganadería hoy?
-Actualmente tenemos entre 180 y 200 vacas en ordeño. El rebaño lo tenemos dividido en dos zonas de naves, distanciadas unos 500 metros entre ellas. En una zona están las vacas en lactación y las secas, en la otra la recría. Seguimos llevando la ganadería 6 socios, 4 trabajamos donde las vacas, los otros 2 trabajan en la recría.

Nuestra SAT fue fundada en 2004 (con 4 socios). En 2015 nos fusionamos con otra ganadería, para formar SAT García Quintana, y pasamos a ser 6 socios.

Cuando teníamos sistema de ordeño en sala, dos socias se dedicaban expresamente a ordeñar a las vacas a la mañana y a la tarde. Ahora que ya tenemos todo el ordeño con robots, lo que hacemos es trabajar los 4 que estamos con las vacas a turnos, mañana y tarde, y hacemos varias labores (alimentación, encamado, arrimar vacas al robot, etc). Hemos ganado mucho en calidad de vida.

-¿Cómo crees que serán las ganaderías de producción de leche en el futuro?
-Creo que el futuro se presenta complicado. No lo veo oscuro del todo, pero tampoco claro. Las ganaderías que queden serán muy profesionales y eficaces. Ahora mismo, con los márgenes que tenemos, por los precios de los cereales o las cuestiones medioambientales para la gestión de los purines, especialmente aquí en la cornisa…hay que ser muy eficaces y aprovechar la tecnología de la que disponemos.

-¿Cuál es la última innovación que habéis hecho?
-La última innovación que hemos hecho ha sido la instalación del tercer robot en agosto de 2020.
También hemos renovado la nave de recría, siguiendo las últimas recomendaciones para el bienestar de las terneras y novillas. Nos asesoramos en la orientación de la nave, ventilación, metros por animal, etc. Hemos hecho la obra a principios de este año.

-¿Cuál es vuestra experiencia con UNIFORM después de estos años? ¿Cómo os ayuda en el día a día?
-Nuestra experiencia con UNIFORM-Repro es muy positiva. Ahora nos resultaría realmente difícil manejar la granja sin el programa. Revisamos y utilizamos las listas de tareas todos los días, es lo primero que hacemos al llegar a la granja. También utilizamos mucho la App móvil. La usamos sobre todo los que trabajamos con las vacas adultas. Ya apenas usamos el papel, sólo para cosas muy puntuales.

-¿Te parece importante tener un programa de gestión? ¿Qué beneficios le ves después de este tiempo utilizándolo?
-Hoy en día me parece algo imprescindible. Con un programa tienes acceso a datos e información en todo momento, en listados, en gráficos… Además, con UNIFORM-Repro, a primeros de año tenemos ya toda la revisión de cómo va a ir el año, porque revisando datos e informes de años pasado podemos hacer ese análisis. También nos aporta el saber cuál es nuestro margen de mejora, en qué aspectos de la ganadería podemos mejorar, o si estamos estancados o no.

«Con el programa tienes acceso a datos del pasado para poder analizar bien, y también un acceso sencillo y rápido para el trabajo diario»

-¿Crees que es importante para las ganaderías de tamaño como la tuya utilizar el programa de gestión UNIFORM? ¿Por qué?
-Creo que es muy importante, por lo que ya he comentado antes. Con un programa como éste tienes acceso a datos del pasado para poder analizar bien, y también un acceso sencillo y rápido para el trabajo diario, tienes los datos al instante.

-¿Cómo valoras el servicio de asistencia?
-Pues en una escala del 1 al 10 le daría un 9, y porque la perfección no existe (ríe). La asistencia es muy rápida, siempre que lo hemos necesitado, el equipo de soporte ha reaccionado rápido y nos ha dado una solución. También está muy bien toda la información adicional que se nos ofrece a los usuarios, como los seminarios online y presenciales, los videos demostrativos o los boletines.

-¿Estás contento con la interfaz con robots Lely? ¿Por qué?
-Sí, mucho. El programa de los robots lo usamos para lo imprescindible, para aquello que se requiere enviar la orden directamente a la máquina para evitar cualquier error o interferencia. Básicamente, para la separación de leche por uso de antibióticos. Para todo lo demás utilizamos UNIFORM-Repro como programa principal. Pasa todos los datos perfectos al programa de los robots, al instante, y las máquinas funcionan bien.

-¿Cuál es el mayor reto en tu ganadería actualmente? ¿Cómo te ayuda UNIFORM-Repro a superarlo?
-Ahora que ya tenemos las naves completas, podríamos plantearnos poner un cuarto robot. Pero no lo estamos valorando. Creo que ahora el reto real es que, con lo que ya tenemos, lleguemos a la máxima rentabilidad posible, y manteniendo un buen nivel de vida.

El programa UNIORM-Repro nos ayuda mucho, porque muestra dónde podemos mejorar, en que partes de la gestión reproductiva tenemos que trabajar más, qué toros podemos utilizar, … También puedes ir viendo la producción a diario e ir haciendo seguimiento. Es muy rápido, y esa es la gran ventaja para ser más eficiente, ser rápido.

-¿Recomendarías UNIFORM-Repro a otros ganaderos? ¿Por qué motivos?
-Lo recomendaría sin lugar a duda. Es muy fácil de usar en el ordenador y la App móvil es súper cómoda.

Cómo la digitalización está mejorando el manejo de las ganaderías de carne

Localizar el ganado en el monte, cuando las parcelas comprenden dehesas enteras, en alta montaña o con cientos de hectáreas, es uno de los retos a los que se enfrentan en su día a día las ganaderías de vacuno en extensivo españolas. Solventarlo echando mano de nuevos sistemas de geolocalización es un claro ejemplo de lo que la ganadería de precisión puede hacer por el sector, pero ¿pueden contribuir estas nuevas herramientas más allá del manejo diario del ganado? Este fue uno de los temas que expertos y empresas especializadas en estos sistemas abordaron en la tercera sesión del ciclo de videoconferencias Ganadería de precisión: la digitalización de la ganadería, organizado por Cajamar. Este encuentro virtual celebrado recientemente, puso el foco en conocer los avances digitales que ya se incluyen en ganaderías de vacuno de carne españolas y en las oportunidades que pueden brindar tanto a los ganaderos en su gestión diaria como a la evolución y al futuro del sector.

Monitorizar el día a día

“Hace 8 años nos encontramos con un brote de diarrea vírica (BVD) en los terneros recién nacidos que teníamos en la sierra de Ávila. Si no los localizábamos a tiempo los animales terminaban muriendo deshidratados. En pleno siglo XXI no podíamos tener estos problemas”. Esta necesidad real en su ganadería fue la que llevó a Rubén Blanco, ingeniero industrial y director comercial de la empresa Digitanimal a comenzar a trabajar en soluciones para geolocalizar al ganado en extensivo.
La ganadería de vacuno de carne en extensivo incorpora nuevos sistemas tecnológicos para mejorar el manejo del ganado como los collares o crotales localizadores o las básculas de autopesaje en cebaderos
Hoy su empresa ha logrado financiación europea y participar en diferentes proyectos internacionales sobre la digitalización del campo, en los que han desarrollado herramientas para la localización de las nodrizas o básculas de autopesaje en cebaderos de terneros. “No solo ofrecemos la ubicación del animal al ganadero, sino también otra información que puede resultarle de utilidad como la actividad o la temperatura.Tener monitorizado el rebaño permite también al ganadero contar con aplicaciones de control reproductivo, tanto global como individuales”, explicó Blanco durante el webinar. Juan José Núñez, veterinario y responsable en España de la firma Allflex livestock intelligence (MSD), empresa que lleva desde 2014 implementando los sistemas de monitorización del ganado vacuno, reivindica el papel de estas herramientas ante algunos de los retos actuales del sector como la reducción del uso de antibióticos, el bienestar animal, la falta de mano de obra o la trazabilidad. Aunque esta firma, pionera en controlar la rumia o el estrés por calor a través de la respiración de la vaca, comenzó con el vacuno de leche en intensivo, también están dando pasos para la monitorización del ganado de carne en extensivo.
"El objetivo es determinar qué vaca necesita atención y cuándo. Se trata de gestionar la excepción”: Juan José Núñez, responsable de Alltech en España
El control de la salud de la vaca es uno de los ámbitos en los que pueden contribuir estos dispositivos. “Distintos estudios han demostrado cómo este tipo de sistemas permite detectar problemas en el animal con 3 días de antelación con respecto a la revisión humana”, detalla Núñez. Controlar la salud del animal es sinónimo de bienestar y de mejores cifras en la producción y en la rentabilidad de la ganadería. “Se está trabajando por una monitorización del animal. El objetivo es determinar qué vaca necesita atención y cuándo. Se trata de gestionar la excepción”, concreta el veterinario.

Otros beneficios

Más allá de facilitar el manejo diario, tener el ganado geolocalizado puede convertirse en un aliado en otros ámbitos. “Conocer en qué áreas pastan las vacas ofrece una forma de justificar en la PAC parcelas como los pastizales bajo arbolado, que suelen ser rechazados”, apunta Rubén Blanco. También abre la posibilidad a implementar iniciativas de prevención frente a ataques del lobo al disponer de información sobre la reacción de las vacas ante ellos o al saber de las rutas más habituales que hacen. Rutas seguidas por un rebaño en extensivo. // Foto Digitanimal. La monitorización del ganado permite visualizar de una forma más directa uno de los principales beneficios ecosistémicos de las ganaderías en extensivo: la reducción del riesgo de incendio al disminuir la biomasa en el monte. Precisamente, la firma Digitanimal está llevando a cabo proyectos en esta línea en la sierra de Madrid o con el Cabildo de Gran Canaria con rebaños de cabras y ovejas.

Ganaderías más eficientes

Frente a las importantes ventajas con las que cuentan otros países productores de carne, Europa liga el futuro de su ganado extensivo de carne a la eficiencia y a convertirse en un referente mundial en la reducción de impacto ambiental. Buena prueba de ello son las políticas europeas del Pacto Verde y la estrategia del Campo a la Mesa, que buscan ganaderías cada vez más eficientes y sostenibles. Tanto ganaderos, expertos y empresas del sector han visto en estas mejoras digitales una vía para hacer frente a otros desafíos como las modificaciones de la demanda de los consumidores, la competencia internacional o el cambio climático. “La digitalización puede favorecer la mejora de la eficiencia y trazabilidad de las ganaderías de carne en extensivo”, señala el ingeniero agrónomo de la Universidad de Córdoba, Francisco Maroto, que participó en el proyecto europeo, IoF2020 una de las iniciativas de referencia en producción primaria. Un ejemplo do intercambio de datos de un rebaño en extensivo, con información como el destete que puede ser de utilidad para el ganadero o el cebadero. En este camino hacia la eficiencia, el experto incide en lo necesario que resulta compartir esta información entre los integrantes del sector. “No se trata de monitorizar individualmente cada eslabón sino que lo realmente importante es que estos datos que proporcionan los sistemas de digitalización se compartan para así mejorar no solo la trazabilidad sino también la eficiencia en toda la cadena”, concreta Maroto. La información que el ganadero pueda proporcionar sobre cuestiones como la fecha de parto o de destete permite hacer una previsión al cebadero con varios meses de antelación. Maroto incide en contar con sistemas flexibles que permitan ofrecer soluciones personalizables, de manera que se superen también las reticencias a compartir datos, al poder intercambiar solo determinada información. También es fundamental disponer de una plataforma que posibilite disponer de los datos y que en base a ellos se puedan tomar decisiones.

Contárselo al consumidor

Este intercambio de información no tiene tampoco que limitarse al sector, sino que puede llegar al propio consumidor, incrementando la trazabilidad, otro de los ejes que Europa quiere potenciar para mantener el vacuno de carne en extensivo como referente mundial. “Sectores como el vacuno de leche llevan ya tiempo sacando partido de ello y diciéndoselo al consumidor, al certificar el pastoreo y el bienestar animal de sus animales, mientras que en vacuno de carne no se está aprovechando”, valora Maroto.
“La digitalización puede ser una herramienta clave para la valorización de la ganadería extensiva, especialmente de cara al consumidor”: Francisco Maroto, ingeniero agrónomo
Al incorporar esta tecnología, que contribuye a mejorar tanto la gestión como el manejo del rebaño, se está apostando por el bienestar del ganado, por lo que Maroto incide en transmitírselo al consumidor. Sistemas de certificación de bienestar como el sello Welfair pueden echar mano de esta monitorización continua y sensorizada. “En lugar de tener una foto fija, que es lo que representan las visitas puntuales a las ganaderías, acceder a los datos que manejan en su día a día es como visualizar un vídeo, aporta mayor cantidad de información para acreditar el bienestar de los animales”, coinciden en señalar tanto Maroto como los demás ponentes del encuentro digital. Los collares de monitorización permiten tener localizado el gando y proporcionan información sobre el estado del animal. // Foto Digitanimal. “La digitalización puede ser una herramienta clave para la valorización de la ganadería extensiva, especialmente de cara al consumidor. Se trata de acortar la cadena y llegar más pronto al consumidor y ofrecerle información de cómo y qué está ocurriendo en la granja”, reivindica Maroto. Así lo están haciendo ya diferentes ganaderías en extensivo al trasladar información directamente al consumidor. “Podemos incrementar la trazabilidad de la carne que producimos a través de un código QR que proporcione al consumidor información sencilla, real y tangible”, explica Rubén Blanco, que colabora con algunas ganaderías implicadas en estas iniciativas para aproximarse al consumidor. Proporcionar mayor información sobre la carne y cuidados del ganado puede contribuir a atender las nuevas demandas. Datos como la fecha del destete resultan ya de interés para consumidores de distintos países europeos donde se está valorando en gran medida que el ternero se críe con su madre en los primeros días de vida.

El coste de la ganadería de precisión

La implantación de los sistemas digitales como los localizadores de ganado en el vacuno de carne extensivo se ha encontrado con dos obstáculos principales: el desembolso a realizar y la cobertura del rural, en ocasiones precaria o incluso nula. Aunque el coste es una barrera inicial, tanto ganaderos como expertos apuentan a que esta se diluye si realmente resultan de utilidad los datos que aportan. “Cuanto más uso le doy al dato que me ofrecen los sistemas de monitorización más se diluye el coste. El valor añadido debe ser proporcional al gasto, por eso se plantea también que se distribuya el coste entre diversos eslabones que se puedan beneficiar de esa información”, explica Maroto. Los precios de los collares son muy variables, en función de la tecnología que utilicen, la autonomía que ofrezcan o los programas de monitorización que se contraten. Los precios manejados por ambas empresas que participaron en el webinar se sitúan entre los 100 y los 150 euros. En el caso de Allflex, sus crotales se sitúan entre los 70 y 90 euros, con una autonomía de 3 años, por debajo de los 8 que alcanzan sus collares. Mientras, la báscula de autopesaje desarrollada por Digitanimal para los terneros de cebo, que ofrece información no solo de su peso sino del comportamiento del animal al situarse en las zonas de acceso al bebedero, se sitúa en torno a los 3.000 euros. A colocación das básculas de autopesaxe faise nas zonas de bebedoiro. // Foto Digitanimal. En el caso de la cobertura, las empresas han diseñado distintas estrategias para hacerle frente y conseguir garantizar el seguimiento del animal. “Queríamos que nuestro sistema sirviese y llegase a todo tipo de ganaderías, desde aquellos rebaños en dehesas, a los de la alta montaña o los que continúan con la trashumancia”, detalla el ingeniero Rubén Blanco, de Digitanimal. Sus collares localizadores emplean la tecnología 2G, en aquellos lugares con mayor problemática, y con una autonomía de cerca de 7 meses. Su opción preferente es la cobertura Sigfox, que les ofrece mejores prestaciones y permite que la batería de sus dispositivos llegue casi a alcanzar los 2 años. Por su parte, para dar cobertura a sus collares y crotales Allflex ha apostado por un sistema compuesto por un router 4 g equipado con un panel solar, lo que permite su colocación sin necesidad de una fuente de alimentación o conexión a internet y lo convierte en una opción para la ganadería extensiva. Sus collares cuentan con una memoria de 24 horas lo que permite almacenar los datos durante este tiempo y que se descarguen cuando el animal se acerque al punto en el que se instala el router.

Malas hierbas de las praderas….que no lo son tanto

Labaza, lengua de oveja, pico de cigüeña, diente de león o hierba de Santiago son algunos de los nombres populares de hierbas que aparecen en las praderas empleadas por ganaderías de vacuno de leche y que resultan un quebradero de cabeza para muchos ganaderos. Son hierbas inoportunas cuando se procura una producción forrajera específica con otras especies como el raigrás o el trébol. Sin embargo, la presencia de estas plantas proporciona claves sobre el estado del terreno. Conocer los motivos por los que germinan en la pradera estas especies puede ser el camino para conseguir reducir su presencia o eliminarlas. Esas fueron algunas de las conclusiones de la jornada formativa que el ingeniero agrónomo y asesor técnico Xan Pouliquen ofreció recientemente en el Centro de Experimentación y Formación Agraria de Sergude (Boiqueixón, A Coruña).
Las hierbas inoportunas pueden proporcionar un aporte significativo de nutrientes
"Las llamadas 'malas hierbas' no lo son tanto, sino más bien se trata plantas inoportunas. En definitiva, son hierbas que en determinados momentos pueden crear problemas con distintos cultivos por diversas razones", concreta Pouliquen. De hecho, muchas de esas plantas consideradas en las praderas como malas hierbas pueden hacer un aporte significativo de nutrientes, minerales o vitaminas o tienen efectos positivos sobre la fauna del suelo, como es el caso, por ejemplo, del diente de león (Taraxacum officinale) que aporta una significativa cantidad de minerales como hierro, calcio o magnesio. Ejemplar de margarita silvestre recogida durante la sesión formativa. Hay también casos de hierbas que en la actualidad están consideradas como inoportunas pero fueron cultivadas en otras épocas. Algunas de ellas incluso son cultivadas en otros lugares. Así ocurre, por ejemplo, con las distintas variedades de Plantago lanceolata, conocido popularmente como lengua de oveja, y que sirve como cultivo forrajero en distintas partes del mundo. "Mientras aquí los ganaderos no la quieren en la pradera, hay mucha gente que siembra esta variedad en diferentes latitudes", detalla Pouliquen.

¿Por qué aparecen?

Una de las claves para atajar la presencia de estas plantas en las praderas es conocer los motivos por los que brotan. "Es preciso conocer en qué condiciones germinan esas plantas y ver cómo es nuestro terreno, puesto que si no cambiamos ninguno de estos factores vamos a seguir teniendo esas plantas en la pradera", explica. Es habitual pensar que la presencia de estas plantas está ligada a semillas procedentes de forrajes que se adquieren, purines o que vienen incluso mezcladas cuando se realiza la siembra de la pradera. Aunque todas ellas son vías de entrada de semillas a las praderas, Pouliquen compara la gran cantidad de semillas que muchas de estas plantas pueden llegar a producir con la presencia real de estas plantas en los pastos para poder ver la dimensión real que estas acciones pueden suponer. "En el caso de hierbas como el cenizo podemos tener entre 1.000 y 5.000 semillas, pero en el amaranto cada planta produce más de 40.000 semillas. Si al año siguiente no tenemos 40.000 amarantos pequeños en el lugar, algo más ocurre para que eso sea así", detalla.
"Vamos a tener millares de semillas en nuestras praderas, tenemos que gestionar los suelos para conseguir que sólo prosperen las que nos interesan"
Teniendo en cuenta estos datos y echando mano de diversos estudios, Pouliquen señala que en los suelos de las praderas se pueden contabilizar entre 17.000 y 3,4 millones de semillas por metro cuadrado, por lo que recomienda otras estrategias en vez de intentar controlar las semillas presentes en la pradera. "Vamos a tener millares de semillas en nuestras praderas, algunas vendrán de fuera y otras serán las que tengan acumuladas nuestros suelos de prácticas que hicimos en el pasado, así como de la acción de los animales. Lo que tenemos es que gestionar los suelos para conseguir que solo prosperen las que nos interesan. Jugar solo con la cantidad y el control de las semillas no es suficiente", concreta. Pouliquen señala que el manejo que se realiza de los pasteros y las condiciones en las que se encuentran los suelos son determinantes para que estas hierbas germinen, por lo que también será indispensable tener en cuenta esto para reducir su presencia.
Algunas de las plantas inoportunas recogidas para su identificación y clasificación durante la sesión.

Algunas de las hierbas inoportunas más presentes en las praderas gallegas

De la mano del técnico, con experiencia en la evaluación de las praderas, conocemos algunas de las hierbas inoportunas más comunes en Galicia. Su presencia puede ser un indicador del estado de los suelos y conociendo esto puede ser más sencillo adecuar el manejo del pasto. -Rumex spp., conocidas popularmente como labazas. La gran variedad de rumex que existe dificulta su identificación y en función de la especie concreta que brote en las praderas puede ser un indicativo positivo o negativo del estado del prado. Por lo general, evidencian mucha fertilidad y, según la especie, la falta de aire en la tierra debido, en parte, a un exceso de agua. Además, pueden indicar carencias de actividad biológica y un alto contenido de nitritos de origen no natural, así como un exceso de potasio y nitratos. "A veces estas hierbas inoportunas también son verdaderos aperos para trabajar la tierra, es el caso de la labaza, que debido a sus raíces es una planta que contribuye a descompactar los suelos", explica Xan Pouliquen. -Plantago Lanceolata, son las lechugas o lenguas de oveja. Su presencia en la pradera indica la falta de aire en el terreno y la fosilización de la materia orgánica, así como la falta de arcilla y humus. Son además un indicativo de que existe una buena actividad biológica en estas praderas. "Suelen ser un indicador de que se trata de un terreno fértil y bueno", concreta. Lenguas de oveja y hierbas de Santiago en una pradera dedicada al pastoreo de vacuno de leche. -El diente de león, Taraxacum officinale, es una de las plantas que brota en suelos muy ricos, pero que acusan una falta de osigenación de la tierra y un exceso de nitrógeno de origen animal. Suelen ser terrenos con un alto grado de fosilización. La presencia de estas plantas se asocia también a turnos de pastoreo largo. -Conocida como bolsa de pastor, la Capsella bursa-pastoris, es una hierba que crece en suelos muy ricos y que de nuevo tienen una importante falta de aire, por lo que el terreno tiene un problema de compactación. También suele aparecer en tierras con una gran cantidad de nitrógeno de origen animal y revela que se está produciendo un bloqueo del fósforo. "Dado que la presencia de estas plantas está asociada a suelos compactos puede ser recomendable realizar análisis del perfil del suelo para conocer si esta compactación es superficial o más profunda y actuar en consecuencia para atajarla", explica el técnico. -Las margaritas silvestres, Bellis sylvestris, abundan en aquellas praderas que tienen un suelo rico, pero con carencias de calcio y de nitrógeno animal. Son un indicador de una alta fosilización, lixiviación y erosión de estos suelos. Suelen aparecer en prados con ciclos de pastoreo muy cortos. "Es frecuente encontrar en la misma pradera plantas que indican lo contrario, como tener margaritas y bolsa de pastor, por lo que es preciso hacer un análisis pormenorizado de la variedad y cantidad de plantas que hay en la parcela, ya que una sola no basta para dar un diagnóstico del estado del terreno", concreta Pouliquen. -La presencia de garranchuelos, Digitaria sanguinalis, en tierras de cultivos como el maíz evidencia que el terreno acusa la falta de osigenación y un exceso de agua. Además indica una gran cantidad de nitrógeno de origen animal y nitritos derivados de la acción humana. Los garranchuelos también suelen ser un indicador de que esa tierra presenta una salinización provocada por un exceso de potasio. -Los cardos, Cirsium vulgare por ejemplo, suelen crecer en suelos muy ricos y son una señal de compactación del terreno y de una gran cantidad de nitrógeno animal. Su presencia indica también el agotamiento de las especies forrajeras de la pradera. El cardo es una de las especies que aparece en las praderas gallegas. -Las distintas especies de Agrostis son también habituales en pradeiras gallegas y su presencia indica una importante falta de aire en ese terreno y el exceso de agua. También evidencia que se trata de suelos con una gran cantidad de nitritos procedentes de la acción humana, así como la falta de actividad biológica. Estas plantas suelen crecer en praderas con un pastoreo continuo o que acusan un sobrepastoreo, bien sea por la densidad de animales o por el tiempo que estos pasan allí. -Las borrajas, Echium spp., son un indicador de que ese terreno tiene importantes carencias tanto de calcio, como de agua, carbono, nitrógeno y de actividad biológica. En definitiva, crecen en terrenos empobrecidos y que tienen una importante lixiviación y erosión.

Factores que degradan el pasto

A la hora de abordar la presencia de estas hierbas indeseadas en las praderas, Pouliquen incide en que no se trata tanto de una invasión de este tipo de hierbas sino de la desaparición de las especies que queremos y que sembramos. "Estamos teniendo un manejo de la pradera que provoca la desaparición de las hierbas que queremos", explica.
"Estamos haciendo un manejo de la pradera que provoca la desaparición de las hierbas que queremos"
El especialista señala que la compactación del terreno es una de las principales causas de la aparición de estas hierbas inoportunas. En ocasiones esta compactación se debe al empleo excesivo de maquinaria pesada y el laboreo reiterativo. Las condiciones de humedad del terreno también provocan una menor osixenación del suelo y que remate siendo más compacto. Incluso la pisada de los animales contribuye a favorecer ese efecto. Otro de los factores claves es el sobrepastoreo de las parcelas, lo que impide que especies como las gramíneas, los raigrases y las leguminosas lleguen a reproducirse como debieran. "Si no le dejamos reposo, tanto en invierno como en verano, esas plantas se van a ir agotando", concreta el técnico.

‘Retos en las explotaciones de vacuno de leche’, webinar de MSD Animal Health

La firma MSD Animal Health está programando una serie de webinars en los que técnicos y ganaderos de referencia ofrecen su visión y recomendaciones sobre cuestiones de interés. El próximo webinar, que lleva por título ‘Retos y desafíos del presente y futuro en las explotaciones de vacuno de leche’, se desarrollará el próximo jueves 12 de noviembre a las 12 horas. Podrá seguirse tanto en directo como en diferido, pero es preciso registrarse previamente a través de la web www.vacunalavacawebinars.com.

En la jornada online del próximo jueves 12 habrá una mesa redonda en la que intervendrán José Manuel Fernández (Sat Busto Corzón, Mazaricos), José María Pont, propietario de Granja San José (Zaragoza) y Manuel Sánchez, encargado de Granja Santa Teresa (Córdoba). Los tres ganaderos, moderados por Ángel Revilla (director de la unidad de rumiantes de MSD), abordarán retos y desafíos para las explotaciones de vacuno de leche.

El seminario de MSD contará además con una primera parte introductoria en la que se presentará el proyecto digital Vacuna la Vaca por parte de Yasmina Haendler y de Marta Romero, del departamento de Marketing de Rumiantes de MSD.

Serie de jornadas online
Este webinar, encuadrado en la serie ‘Rumiando los jueves’, tendrá continuidad en próximas semanas con nuevos contenidos de interés para las granjas de vacuno. A través de estos webinars, MSD Animal Health explica que pone de manifiesto su apuesta por apoyar la profesionalización del sector y por estar junto a los profesionales, veterinarios y ganaderos, que con su esfuerzo y dedicación en el día a día, hacen posible disponer de productos de alto valor nutricional para las personas, garantizando en todo momento la salud y el bienestar de los animales.

MSD divulga también experiencias de profesionales del sector y otra información de interés a través de sus canales de Facebook e Instagram @vacunalavaca.

¿Qué se puede hacer para mejorar la gestión del personal de la granja?

«Una buena gestión del personal en la granja es tan importante como el manejo que se hace de los animales para conseguir buenos resultados», reivindica Libby Eiholzer, especialista en gestión y formación de personal en granjas de leche en la Universidad de Cornell, en Nueva York (Estados Unidos). La experta incidió, durante un reciente seminario web organizado por el equipo de ruminantes de la firma farmacéutica MSD Animal Health, en el papel fundamental que supone en las ganaderías de leche contar con personal formado e implicado para garantizar el buen funcionamiento.

Junto con Eiholzer, Carlos Carbonell, integrante del equipo técnico de MSD Animal Health, y el veterinario Román González, de la ganadería lucense SAT Prolesa, donde ambos están implicados en un programa de mejora del manejo de la recría, también coinciden en destacar el valor de formar un equipo de trabajadores para conseguir los objetivos de la ganadería. «El principal activo de una ganadería no son sus animales, ni la maquinaria con la que cuenta, sino sus trabajadores», apunta Román González.

«El principal activo de una ganadería son sus trabajadores»: Román González, veterinario en SAT Prolesa

La experta incide en la importancia de conseguir la implicación de los trabajadores para lograr buenos resultados en la granja. «No basta con ordenar tareas y pagar para ser un buen patrón, es preciso saber motivar al personal», indica Eiholzer. En este sentido, invita a los ganaderos a tener en cuenta los motivos que los hicieron decidirse a dedicarse a esta profesión e intentar conocer también los de los empleados, con el objetivo de asignarles las tareas para las que encajan mejor. «A veces ciertas personas no están en el puesto más adecuado para sus capacidades. Hay que ir viendo las potencialidades de cada trabajador y aprovecharlas», detalla.

A la hora de afrontarse a la gestión del personal en la ganadería, Libby Eiholzer recomienda someter a evaluación los distintos procesos que se llevan a cabo en la granja por el personal para detectar aquellas secciones donde puede haber problemas y atajarlos. Así, será clave ver quién hace cada tarea, cómo se realiza, cómo se le comunicó ese trabajo al empleado y los resultados que se están teniendo. Para apoyar a los ganaderos en esta revisión y análisis de sus rutinas de trabajo, la experta propone herramientas y métodos que contribuyen a mejorar resultados y conseguir objetivos.

En la gestión del personal en la granja es necesario evaluar los procedimientos y los resultados.

Protocolos, la llave del éxito

Una de las medidas más efectivas para organizar la gestión del personal en la granja es la definición de protocolos, donde se detallen tanto las funciones más básicas como aquellas que sean fundamentales para el funcionamiento de la ganadería, aunque no se desarrollen a diario. Deben ser instrucciones básicas y claras para realizar las tareas. «Los protocolos son una guía que ayuda tanto al empleado a desarrollar el trabajo como al patrón para indicarle al operario cómo quiere que se realice esa tarea», detalla la especialista.

«El uso de protocolos sirve para recordar la explicación de un trabajo y, al mismo tiempo, ayuda a capacitar a los trabajadores que se acaban de incorporar»: Libby Eiholzer

Los protocolos son también una herramienta para generar un criterio único en aquellas ganaderías con varios responsables. «No hay peor situación para un empleado que recibir órdenes contradictorias de sus patrones», valora Eiholzer. Tampoco hace falta que los protocolos se desarrollen para todas las tareas de la granja, sino que es preciso identificar aquellas áreas de interés o aquellas de máxima prioridad para mejorar el funcionamiento de la ganadería. Además, cuando se trata de trabajos complejos, la experta recomienda desarrollar varios protocolos secundarios, que concreten y especifiquen cómo realizarlos.

La experta detalla varias recomendaciones para asegurar que estas herramientas sean de utilidad en la granja para los operarios:

-Deben ser escuetos y claros. Resumir en pocas palabras la tarea.

-Es preciso tener en cuenta las dificultades que pueden tener los trabajadores con el idioma y emplear expresiones sencillas y directas. Debe evitarse que los protocolos sean manuales densos, sino unas instrucción claras.

-La utilización de imágenes y esquemas para concretar las indicaciones puede facilitar la comprensión y ayudar a que se empleen estos protocolos. «Algunos de los ganaderos con los que estoy trabajando incluso están empezando a emplear vídeos a modo de tutorial para compartir con sus operarios», detalla la especialista.

-Hace falta colocar los protocolos en lugares visibles y en láminas plastificadas o impermeables, de modo que sean accesibles y no se deterioren con el uso. «El uso de protocolos sirve para recordar la explicación de un trabajo y, al mismo tiempo, ayuda a capacitar a los trabajadores que se acaban de incorporar», señala Eiholzer.

Uno de los protocolos empleados por Libby Eiholzer en las granjas.

Implicar a los trabajadores

Otra de las cuestiones en las que Libby Eiholzer insiste para mejorar la gestión del personal en la ganadería se basa en conseguir la implicación de los trabajadores con la propia granja y los resultados que se obtengan. «Queremos que los empleados no solo entiendan que tienen que venir a trabajar, sino que quieran que la granja tenga éxito», explica la especialista. Para lograr esto, una de las vías es hacer partícipes a los trabajadores de los datos de rendimiento que se están a monitorizar en la granja, de modo que comprendan su significado, así como la meta a conseguir. «Es muy importante que sepan qué significan los números y cómo cambian en función de su trabajo», explica Eiholzer.

«Queremos que los empleados no solo entiendan que tienen que venir a trabajar, sino que quieran que la granja tenga éxito»

Para conseguir esta implicación del personal, la experta aboga por dedicar esfuerzos a la capacitación de los operarios, mediante charlas, seminarios o vídeos que los ayuden en su formación. También resulta fundamental contar con la persona adecuada para impartir la formación o mostrar cómo se realizan las tareas. «Un empleado puede ser muy bueno ordeñando el ganado, pero no tener habilidades para explicar cómo se debe hacer. Precisamos contar con un bueno capacitador, no todo el mundo sirve para eso», concreta.

También es preciso que los supervisores estén implicados con la capacitación de los operarios y que se defina claramente una estructura jerárquica para supervisar y resolver los problemas y las dudas de forma rápida a los trabajadores. Al mismo tiempo, para Eiholzer resulta clave que se reserve tiempo y un espacio idóneo para la capacitación del personal, sin que haya interrupciones y para conseguir que al operario le resulte clara la explicación y pueda llevarla a la práctica.

Zona destinada a la recría en SAT Prolesa.

SAT Prolesa, un ejemplo de mejora en la gestión de la recría

La ganadería lucense SAT Prolesa, cuenta con 9 operarios que trabajan en 2 turnos, lo que le permite realizar 3 ordeños al día y que el personal tenga dos jornadas libres. En esta SAT, creada en el 2000 por 14 socios, en estos momentos tienen como objetivo el incremento de la producción y superar los 5 millones de litros que lograron el año pasado, con un aumento tanto del número de animales, como del promedio de producción y de la eficiencia en la granja.

Para lograr estas metas, están trabajando también de forma directa en la mejora de la recría, un proyecto en el que están implicados tanto el veterinario de la ganadería, Román González, como Carlos Carbonell, integrante del equipo técnico de MSD Animal Health. El trabajo conjunto comenzó en el 2019, pero la mejora de la recría había comenzado ya en el 2014 con el diseño de un protocolo, como una herramienta más para mejorar resultados.

Los protocolos les sirvieron para monitorizar los resultados y contar con datos objetivos para la toma de decisiones

En los primeros tiempos, la falta de control y de monitorización fue haciendo que el protocolo dejara casi de existir. Por eso, uno de los aspectos en los que incidieron desde MSD fue en la necesidad de monitorizar los protocolos y los resultados, para contar así con datos objetivos y rentables que les ayudaran en la toma de decisiones. «A veces, se produce el conocido como síndrome de la ‘ceguera en la granja’, que lleva a interiorizar y aceptar prácticas que antes no se concebían cómo idóneas, e impide que el ganadero o el personal se dé cuenta de que esas prácticas le están impidiendo avanzar, por lo que es muy importante contar con datos que le ayuden a comprenderlo», reflexiona Carbonell.

En la actualidad, cuentan con protocolos detallados para facilitar el trabajo al personal. Disponer de esta herramienta también les está ayudando a mejorar el manejo de los animales, consiguiendo atajar problemas como las diarreas. Uno de los momentos claves es el encalostrado, por lo que definieron un protocolo específico en el que se incluye desde la recogida de muestras de calostros, hasta una estimación de la calidad y del encalostrado así como un registro de datos.

«Cuanto menos tenga que intuir el operario a la hora de hacer la tarea mejor va a funcionar la granja»:Román González

Además, en la ganadería están desarrollando protocolos para otras tareas como la limpieza y desinfección. La monitorización le aporta información en la toma de decisiones para implantar nuevas prácticas. También disponen de protocolos ante situaciones que son determinantes para la recría, como la aparición de diarreas. «Cuanto menos tenga que intuir el operario a la hora de hacer la tarea mejor va a funcionar la granja. El trabajador tiene que disponer de unas instrucciones claras para hacer el trabajo», explica el veterinario, Román González.

Uno de los protocolos que emplean con las becerras para confirmar el estado de los animales y detectar problemas.

Los protocolos también les sirven como herramienta de comunicación entre los distintos empleados para actualizar el estado de los animales y detectar problemas de una manera más inmediata. De hecho, uno de los protocolos instalados informa sobre las tomas que realizaron los animales para extremar el control sobre los animales.

González reivindica tanto la necesidad de protocolos en la granja como la implicación del personal en el desarrollo de esas pautas, para conseguir que sean efectivas, al tiempo que valora que los gastos de la capacitación del personal son siempre una inversión que se recupera.

Más información

¿Qué manejo hacer para mejorar la productividad en las ganaderías de caprino?

Una investigación llevada a cabo por el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentación de Asturias (Serida) ahonda sobre el manejo que se debe hacer en las ganaderías de caprino para obtener unos rendimientos excelentes, atendiendo tanto a las necesidades de las madres como de las crías. El estudio fue desarrollado por un equipo de investigadores integrado por Rafael Celaya Aguirre, Urcesino García Prieto y Koldo Osoro Otaduy, todos ellos del área de Sistemas de Producción Animal del citado servicio. Los expertos realizaron un estudio en campo sobre los efectos que la carga ganadera, la relación entre el número de animales y la superficie pastable disponible, tiene sobre el manejo que se hace del ganado. En general, la carga se relaciona inversamente con los rendimientos animales individuales, es decir, cuanto mayor sea la carga habrá menor cantidad de pasto disponible por animal. Por otra parte, la carga ganadera también está relacionada con la producción total por hectárea, al obtenerse más crías para la venta. Además, la investigación también tiene en cuenta los efectos de la carga en el rendimiento del animal, en base a la biomasa y a la calidad del pasto que ingieran las cabras y la disponibilidad de pasto, ya que afecta al estado sanitario del rebaño.
Recomiendan una carga ganadera de 15 cabras por hectárea para un aprovechamiento óptimo
Habida cuenta todos estos factores y en base a los datos recogidos en la investigación, los expertos apuntan a que una carga ganadera de 15 cabras por hectárea permitiría hacer un aprovechamiento óptimo tanto del pasto como garantizar unas condiciones idóneas para las reproductoras y los cabritos. Aun así, los expertos matizan que se trata de recomendaciones orientativas. "En la práctica es imposible recomendar una carga adecuada concreta, debido a la naturaleza cambiante del pasto disponible, tanto en la cantidad como en la composición", detallan los expertos. Sus estudios sirven de referencia para una amplia gama de prados y praderas dominados por gramíneas, pero inciden que el manejo debe ser flexible para ajustar el número de animales según el momento y el estado del pasto.

Los efectos de la carga ganadera

El equipo de investigación realizó un experimento para ahondar en las pautas de manejo a seguir para conseguir maximizar la producción caprina. Así, realizaron un experimento entre los años 2010 y 2012 en la finca experimental del Carbayal (Eilao-Illano, Asturias) en la que establecieron tres pares de parcelas con distintas superficies: 0,3, 0,6 y 0,9 hectáreas, todas ellas con pasto mejorado de raigrás inglés (Lolium perenne) y trébol blanco (Trifolium repens). En el primer par manejaron 6 cabras lactantes por parcela, lo que sería una carga alta, de 20 cabras por hectárea; en la segunda contaron con una carga media de 15 cabras por hectárea y en la tercera una carga baja de 10 cabras por hectárea. Contaron con un total de 48 cabras cachemira con sus crías, comenzando la estación de pastoreo en abril y tras una desparasitación. Los cabritos nacían en marzo y los destetan en julio, mientras que el pastoreo de las madres continuaba hasta octubre. En este tiempo observaron que la carga ganadera afectó significativamente a la altura media de la hierba, con un mayor consumo cuanto más se incrementaba la carga. En cambio, la composición botánica no presentó muchas variaciones. Tampoco la calidad nutritiva de los pastos se resintió, pese a que se había incrementado la cantidad de hojas y materia muerta cuando se reduce la carga ganadera. Por el contrario, incrementar la carga ganadera trajo efectos sobre la producción y la sanidad de los animales. Así, hubo una mayor infestación parasitaria, cuanto mayor fue la carga de ganado, al producirse una mayor excreción fecal de huevos de parásitos por unidad de superficie y una menor altura de hierba disponible. Además, el experimento permitió comprobar que cuanto menor era la carga, mejores resultaron los rendimientos individuales en las cabras. Durante la lactancia, las cabras manejadas a carga alta perdieron peso (43 gramos por día) y condición (-18), mientras que las manejadas a carga media o baja mantenían más o menos el peso vivo y llegaron a mejorar su condición corporal. Variaciones de peso vivo (PV) y condición corporal (CC) de las cabras manejadas en pastos mejorados de monte a 3 cargas ganaderas. En el caso de los cabritos, aunque inicialmente también responden mejor cuanto menor es la carga ganadera, en el balance absoluto desde el inicio del pastoreo hasta el destete resultaron más favorables las cargas altas y media (105 kilos por hectárea) en comparación con el peso que obtenían los cabritos alimentados en las parcelas con una carga ganadera baja (75 kilos por hectárea). Ganancias de peso vivo (PV) y PV final al destete de los cabritos (por animal y por hectárea) criados con sus madres en pastos mejorados de monte a 3 cargas ganaderas. A la hora de establecer una carga óptima para maximizar la producción, los expertos recomiendan buscar un equilibrio de manera que no se prime sólo obtener cabritos con mayor peso y calidad, sino que se procure también un mayor bienestar para las madres, de modo que se garantice su condición corporal antes de la invernada para reducir los gastos en alimentación y asegurar que preñen.

No solo pasto de calidad

Otro de los aspectos en los que incidió esta investigación es en la importancia de proporcionar pastos mejorados mediante la fertilización y la siembra de especies de calidad para cubrir las necesidades energéticas de este ganado. Sin embargo, al margen de este pasto, los expertos también inciden en facilitar el acceso a brezales o zonas de matorral para evitar que los animales terminen desarrollando parásitos internos. Tal y como recoge la investigación, el brezo tiene un efecto antiparasitario contra los nematodos gastrointestinales, que contribuyen a mejorar los rendimientos de las cabras. Por eso, apuestan por manejos alternativos donde los animales puedan acceder también a este tipo de alimentación que le aporta ciertos componentes químicos como los taninos, que ayudan a limitar la aparición de parásitos internos. "En vez de manejar los rebaños exclusivamente en pastos herbáceos o mejorados, sería más conveniente que las cabras tengan acceso a brezales próximos con el fin de mejorar su estado sanitario y nutricional", concluyen los investigadores.

Tucheim eG, la evolución de una granja de los años 70 a la robotización

En Tucheim eG, una granja cooperativa de Sajonia (Alemania), conviven dos mundos. De un lado, un establo levantado en 1974, con capacidad para 1.000 vacas y hoy en día, después de reformas sucesivas, con menos de 800 animales. Del otro, una moderna nave de 250 vacas, con cuatro robots de ordeño, cortinas regulables en los laterales y sistema de autolimpeza del suelo. Este es el nuevo modelo, equiparable al de muchas granjas gallegas, por el que apuesta la ganadería, que visitamos en el mes de febrero en el marco de las Addcon Academies organizadas por Adial. Tucheim eG es una granja con una estructura inicial heredera de la antigua Alemania del Este. Desde 1991, la ganadería es propiedad de una cooperativa de 80 granjeros, que cuenta además con 1.000 hectáreas propias y con otras 2.000 arrendadas. Como es habitual en Sajonia, la producción de leche es sólo una parte del negocio de la cooperativa, que también se dedica a la producción de vacuno de carne y a la producción agrícola. En sus 3.000 hectáreas, reservan 1.400 para hierba y 350 para maíz, dedicando el resto a cultivos como cebada, colza, avena o centeno. Lote de vacas de preparto. La elevada disponibilidad de terreno le proporciona a la granja un importante autoabastecimiento alimentario. Su handicap es la arenosidad de las tierras, lo que genera una fuga rápida de los nutrientes y dificulta su manejo. “De 0 a 100, el valor de las tierras es de un 30”, calculan. Obtienen, no obstante, silos de calidad para las vacas de producción, pues sólo destinan para ellas el primer corte, en tanto el segundo va para la recría y el tercero para las vacas de carne. La ración de las vacas se basa en el silo de hierba y en el silo de maíz, incorporando también 3 kilos de colza y un máximo de 5 kilos de concentrado por vaca. Su producción media ronda los 9.500 Kg. por vaca al año, con un 4,1 de grasa y un 3,6 de proteína. En cuanto al precio, tienen una base de 31 céntimos, que sumada a las calidades da un precio final de 36 céntimos. Sala de ordeño. Cubierto exterior al que acceden las vacas en producción. Evolución de las instalaciones El núcleo de producción de la ganadería es un antiguo establo levantado en 1974. Se le hicieron desde aquella reformas para ampliar el tamaño de las plazas y reducir la densidad de animales, con lo cual ahora quedan 780 vacas en la instalación, pero aun así los espacios son ajustados. Los animales están mayoritariamente en camas de colchoneta, salvo el lote de preparto, que está en camas de paja. Para aumentar el confort y espacio disponible para los animales, se habilitó un cubierto contiguo, con camas de paja, al que tienen libre acceso las vacas en producción. Camas de goma y suelo emparrillado en el establo antiguo. La única parte de las cortes que se mantiene similar la como era en el 1974 es un sistema centralizado de alimentación, que por medio de una cinta transportadora lleva la ración desde la sala de elaboración hasta el pesebre de los animales. Centro de alimentación, de donde sale la ración para los animales. La parte más moderna de la granja es una nave con 250 vacas en producción que está dotada de 4 robots Lely, arrimador automático de comida, cortinas regulables en los laterales y sistema de autolimpieza de suelo. En lugar de las camas de goma del establo viejo, la ganadería apostó aquí por camas de paja picada mezclada con carbonato cálcico y agua, que se añade para compactar la mezcla. Un solo trabajador se ocupa de toda la nave, en horario partido de 7 a 18 horas, en tanto en el establo viejo precisan de 5-6 trabajadores y de otros 2 para la sala de ordeño. El equipo de trabajo de Tucheim eG organiza normalmente la libranza a razón de 7 días consecutivos de trabajo y 3 libres. Nave nueva con cuatro robots de ordeño. El sistema de trabajo del establo nuevo es el que primará en la ganadería en el futuro. La granja está levantando otras dos naves gemelas, que inicialmente dedicará a la recría de novillas, con la idea de que los animales queden ya allí como vacas en producción con robots de ordeño.

Cambios en la gestión de los purines en Alemania

Un momento de la visita organizada por Adial. Igual que en España, el endurecimiento del control de la UE sobre las emisiones de amoniaco llevó al Gobierno alemán a regular los sistemas de aplicación de purín. Desde final del 2020, las grandes granjas, como Tucheim eG, tendrán prohibido el esparcido de purines. La normativa especifica que tendrán que aplicarlo por inyectores o tubos colgantes, debiéndose laborear la tierra en las 4 horas siguientes. Con esas medidas, se busca reducir la contaminación atmosférica de amoniaco, un gas perjudicial para la salud. Otra línea de preocupación ambiental en Alemania son las filtraciones de nitrógeno a las aguas, un serio problema en el país, pues tiene alrededor de un 20% del territorio con afección de nitrógeno agrícola en las aguas. Desde febrero de este año ya están prohibidos los fertilizantes químicos de urea si no llevan inhibidores que reduzcan las pérdidas de nitrógeno. Para los purines, se pedirá desde final del 2020 un mínimo de 6 meses de capacidad de almacenamiento en las granjas, frente a los 4 meses de la normativa actual. Entre el 15 de noviembre y el 15 de febrero de cada año, en Alemania ya estaba prohibida la aplicación de purines, una prohibición que se extiende a cualquier otra fecha en la que esté el suelo nevado o congelado, salvo que descongele en el día.

Situación de la BVD en granjas gallegas

La diarrea vírica bovina (BVD) continúa siendo una de las principales enfermedades con las que habitualmente lidian las granjas de producción de leche. Hoy en día, aún hay factores de riesgo que se descuidan en las ganaderías y que son un foco de contagio de la enfermedad. Algunos de los efectos más habituales de la diarrea vírica son la reducción de la producción de leche o la capacidad reproductiva, así como la pérdida de peso de los animales, muerte en la recría o incluso, en los casos más graves, también la muerte de vacas adultas.
La investigación profundiza en la frecuencia y diversidad del virus y logra definir patrones de transmisión del virus en las ganaderías
Un estudio realizado por la facultad de Veterinaria de Lugo examina la frecuencia y diversidad del virus para tener mayor información sobre la enfermedad, que permita mejorar la respuesta en las ganaderías. “Es muy importante conocer los distintos tipos genéticos que hay en circulación en Galicia, ya que hay cepas con comportamientos diferentes en las que es preciso aplicar una u otra vacuna”, explica Javier Diéguez, profesor del área de Producción Animal de la Facultad de Veterinaria y uno de los investigadores participantes en el proyecto. Además, entre las conclusiones que extrae el equipo de investigadores figuran patrones de transmisión a tener en cuenta en las ganaderías. “Junto con la diversidad genética que se analizó, conocer estos patrones de transmisión es uno de los aspectos más interesantes de esta investigación, de cara al conocimiento de la enfermedad”, indica Diéguez.

La especie predominante en Galicia

El estudio, publicado el año pasado, se llevó a cabo entre los años 2013 y 2017 con los datos recompilados en 140 granjas de toda Galicia, todas ellas incluidas en la Agrupación de Defensa Sanitaria (ADS). “Todos los datos analizados son de granjas que formaban parte del programa voluntario de ADS, ya que este programa ya nos permitía tener acceso a ganaderías que detectaron la enfermedad”, explica Diéguez. Localización de casos estadísticamente significativos de tres cepas de BVDV-1b, según el muestreo realizado entre 2015 y 2017. // Inia. Las granjas se localizan en las provincias de Lugo y A Coruña, así como en las comarcas pontevedresas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes, una de las principales zonas de producción de leche de Galicia. Todas ellas son ganaderías con una producción en convencional, aunque con diferentes perfiles.
En Galicia predominan los casos del tipo 1b, que suele cursar con síntomas poco aparentes en la ganadería
Las investigaciones se realizaron en dos fases: la primera con datos recabados entre 2013 y 2015 y la segunda con datos tomados entre 2015 y 2017. Analizaron 243 muestras que permitieron concretar que en Galicia predominan los virus de tipo 1b. En concreto, un 86,4% de los casos de BVD analizados eran de esta especie. “Aunque la predominante es la diarrea vírica de tipo 1b, encontramos puntualmente otras cepas del tipo 1 e incluso, en menor medida, también encontramos alguno del tipo 2”, detalla el investigador. El resto de casos detectados en estas ganaderías correspondían a otras variedades, en su mayoría del tipo 1 . Así, del tipo 1d, se detectaron 16 casos (que representan un 6,6% del total), 9 del tipo 1e (3,7%), 2 del tipo 1f y solo uno del tipo 1h, 1k,1l y 1p, así como un caso del tipo 2a . “La presencia de tipo 2 nos lleva a estar atentos, ya que al igual que ocurrió en Alemania hace años, puede aparecer un brote de algún gen, que tenga una gran patogenicidad y que pueda suponer problemas graves en las ganaderías, como enfermedades hemorrágicas o incluso la muerte de los animales adultos”, concreta Javier Diéguez.
“La presencia de tipo 2 nos lleva a estar atentos, ya que puede aparecer un brote de algún gen que tenga una gran patogenicidad”
Tanto la variedad 1b, como buena parte de los tipos detectados en Galicia, cursan con síntomas que pueden ser difíciles de detectar en la granja. “Muchas veces, estas cepas de 1b cursan de una forma casi inaparente en la ganadería, que apenas llaman la atención del ganadero”, comenta. “Entre los efectos que deja la diarrea vírica del tipo 1b figuran pérdidas del rendimiento reproductivo de la granja, abortos, un pequeño incremento en los días abiertos o alguna diarrea neonatal más”, informa Diéguez. Los investigadores inciden en que conocer la variedad genética de la enfermedad que existe en Galicia ayuda a estar prevenido y enfocar los tratamientos preventivos a las cepas más presentes. “Las vacunas protegen frente a aquellas cepas similares a las que contienen o que estén genéticamente próximas, pero cuanto más lejana esté la cepa vacunal a la que infecte el rebaño, menos eficaz es la vacuna, por eso es muy importante saber la variedad de cepas que hay en Galicia”, detalla el investigador.

Vías de contagio

El estudio de los casos detectados también les permitió establecer patrones de transmisión, que ayudan a conocer las vías de contagio más habituales e incluso aquellas que pasan más desapercibidas. “Observamos que podíamos establecer algunos patrones de contagio, ya que en algunas granjas había factores comunes”, apunta. La principal vía de contagio de la diarrea vírica bovina en Galicia sigue siendo la compra de ganado.La principal vía de contagio de la diarrea vírica bovina en Galicia sigue siendo la compra de ganado. “Comprobamos que algunos de los casos detectados de la misma cepa se localizaban en granjas en las que la reposición procedía de un mismo proveedor de ganado o habían llegado a las ganaderías procedentes de la misma feria”, indica. Volver a introducir animales desde los puntos de concentración del ganado, como ferias, mercados o concursos, es otro de los principales focos de transmisión de la enfermedad. “Aunque en Galicia tampoco es muy habitual que el ganado vuelva a casa tras acudir a estos eventos, también supone un riesgo”, detalla el investigador. Al margen de estas vías de contagio, “a veces se dan casos que no se explican por ninguno de estos factores”, apunta Diéguez. En la investigación, consiguieron determinar que hay otras rutinas de la granja que implican el contacto con otras ganaderías y que pueden ser el origen del contagio. “En algunos casos, las granjas compartían maquinaria, como el carro mezclador de alimentación del ganado”, concreta. También el personal que acude a la granja, como profesionales veterinarios o la presencia de otros ganaderos puede suponer una vía de contagio de esta enfermedad, tal y como concluyen en la investigación.

Recomendaciones para reducir riesgos

Una de las medidas fundamentales para reducir el riesgo de contagio de diarrea vírica en la ganadería pasa por extremar las medidas de bioseguridad. “Muchas veces las pruebas se hacen en la propia granja, pero es fundamental que se pueda garantizar ya antes de la compra”, detalla Diéguez. En este sentido, incide en la importancia de conocer ya en la granja de origen que el animal no tiene la enfermedad y que tampoco se contagie en el traslado a la nueva granja. Extremar los controles de los protocolos de desinfección en el transporte de ganado es uno de los puntos clave para evitar o reducir la incidencia de la enfermedad en las granjas gallegas. Aunque por el momento no es habitual llevar a cabo rutinas de limpieza y desinfección de la maquinaria que entra en la ganadería, estas prácticas también pueden ayudar a reducir los riesgos. El control y la restricción de visitas a la ganadería es otra de las medidas preventivas. “A diferencia de otros sectores como el porcino o el avícola, en los que el control de acceso a la granja es más estricto, en el vacuno de leche el manejo es todavía diferente y no se extreman tanto estas medidas”, reconoce el experto.