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Prosigue la polémica por la ocupación de tierras de montes vecinales

La presunta ocupación de tierras de montes vecinales por parte de empresas y propietarios particulares ha generado ya al menos una decena de denuncias en los juzgados, según trascendió esta primavera. El problema, que tiene su foco principal en el área metropolitana de Vigo y sur de la provincia de Pontevedra, fue abordado estos días por el propio presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que a preguntas de los periodistas, abogó por el entendimiento entre las partes, con advertencia de que legislará para buscar una solución al problema. Esas declaraciones de Rueda sentaron mal en las comunidades de montes, pues consideran que la Administración gallega está ignorando una característica fundamental de los montes vecinales, como es su imprescriptibilidad. “La Xunta de Galicia está poniendo sobre la mesa un debate ya ampliamente superado, como es el de la imprescriptibilidad del monte vecinal, una característica que avala tanto la normativa vigente como la jurisprudencia en la materia y la propia Constitución española”, señala la Asociación Forestal de Galicia en nota de prensa. La Asociación Forestal, que agrupa a propietarios particulares y comunidades de montes vecinales de toda la comunidad, recuerda que los montes vecinales constituyen un valioso patrimonio a nivel ambiental y cultural: “Es un reto de la sociedad gallega culminar su recuperación y transferirlos en las mejores condiciones a las generaciones futuras”, valoran. El colectivo recalca que si una superficie fue monte vecinal en el pasado, “no se pierde nunca esa condición porque la imprescriptibilidad del monte vecinal es una característica principal que tiene este tipo de propiedad. Existe innumerable normativa en vigor que hace referencia a esa característica principal y gran cantidad de jurisprudencia reafirmando ese carácter imprescriptible, con ratificación posterior del Tribunal Supremo en aquellos casos que llegaron la esa instancia”, afirma Xosé Luis Campos, vicepresidente de montes vecinales de la Asociación Forestal de Galicia. Otro argumento de la Asociación Forestal de Galicia es que la Constitución española califica como imprescriptibles a los montes comunales, “por lo que se puede considerar que la propia Constitución española apoya el criterio de imprescriptibilidad de los montes vecinales que, sin ser comunales, tienen muchas características afines con ellos”. Así las cosas, la Asociación Forestal de Galicia tacha de “desafortunadas” las palabras del presidente de la Xunta: “Criticar sentencias judiciales, asegurando al mismo tiempo que se regulará en sentido contrario a esas sentencias, de forma que se acabará eliminando la característica principal del monte vecinal, no es defendible desde el punto de vista del interés general”, concluye Xosé Luis Campos. Problemas con los jurados provinciales de montes vecinales La Asociación Forestal de Galicia cuestiona además el comportamiento que están manteniendo en los últimos tiempos los jurados provinciales de montes vecinales, dependientes de la Xunta. “Se está observando que el criterio de estos jurados está siendo, de forma general, no clasificar como comunales superficies con usos distintos al forestal, lo que obliga a acudir a la justicia ordinaria, donde se confirma que son decisiones contrarias a Derecho”, advierte el colectivo en nota de prensa.

El Día de Lucha en Defensa del Monte Vecinal se celebra este sábado en Mazaricos

El ayuntamiento coruñés de Mazaricos acoge el próximo sábado, 21 de enero, el II Día de la Lucha Comunera en la Defensa del Monte Vecinal. Un año más se volverá a recordar al vecino mazaricano Xosé Esperante, Che de Pedro, muerto el 22 de enero de 1963 a manos de las fuerzas de seguridad mientras defendía el monte comunal en unos enfrentamientos que dejaron varios heridos y penas de prisión. "La jornada homenajeará y reivindicará la memoria histórica de las personas que se movilizaron en defensa de la propiedad de la tierra y del monte vecinal desde muchas parroquias gallegas ante los intentos de robo y usurpación acompañados, con frecuencia, por dura represión", destacan desde la organización. En esta segunda edición también se homenajeará a Llorenç Soler, cineasta valenciano que entre 1977 y 1978 realizó dos filmes documentales en Galicia: "La autopista, un navajazo a nuestra tierra" y "El monte es nuestro". En este último, producido por la Coordinadora de Montes de Pontevedra, mostraba los intentos de usurpación del monte vecinal en mano común por parte de intereses particulares y empresariales. Esos documentales son un testiimonio fundamental de la conflictividad y las luchas en la defensa de la tierra y contra la especulación en la Galicia de la Transición.

Programa

Un año más, las personas participantes se juntarán en una ofrenda floral en el monumento conmemorativo de estos hechos en San Fins de Eirón. La jornada arrancará a las 11h en el Centro Social de Eirón, donde dará la bienvenida a los participantes el alcalde, Juan Blanco. Posteriormente, intervendrá el presidente de la ORGACCMM (Organización Gallega de Comunidades de Montes Vecinales en mano Común). A continuación se proyectará "El monte es nuestro" luego de una introducción de Anna Turbau, fotógrafa y compañera de Llorenç Soler. A las 13h tendrá lugar la ofrenda floral, en la que intervendrá un año más una representación de la familia Esperante. Desde la ORGACCMM y INGATECO (Instituto Gallego de las Tierras Comunitarias), organizadores del evento, y el Ayuntamiento de Mazaricos, colaborador, se invita a toda la ciudadanía a participar de este homenaje en la que se recupera la memoria de las personas que lucharon por evitar la usurpación de las tierras comunales y por un rural vivo.

Jornada de limpieza del monte vecinal de Viso, en Redondela, este sábado 5

La comunidad de montes del Viso, en Redondela, detectó diversos puntos de vertido ilegal en sus terrenos, por lo que decidió organizar una jornada abierta para la retirada de vertidos y basura en el monte vecinal en mancomún. El punto de encuentro de las personas que quieran participar será el Crucero de Baltar a partir de las 10:00 h de la mañana de este sábado 5 de noviembre. Se aconseja llevar guantes de trabajo y capacho, quien tenga. En las últimas semanas, la comunidad de montes detectó un repunte de los vertidos, con hasta tres nuevos puntos localizados en menos de un mes. Por eso, la comunidad se decidió a convocar una jornada de limpieza abierta, que sirva también como actividad de concienciación. A lo largo del año, el monte vecinal del Viso celebra otras jornadas de participación, como el Día del Árbol, en el que se suelen hacer plantaciones de frondosas caducifolias en el monte vecinal. Para la actuación de este sábado 5 de noviembre, de retirada de basura y escombros, la comunidad de montes contará también con la colaboración del Concello de Redondela, que instalará un container en la zona del Baltar y se encargará de la posterior retirada de la basura recogida para proceder a su procesamiento reglamentado. En cuanto a los vertidos detectados, la directiva de la comunidad de montes señala que “desgraciadamente aún perduran las malas costumbres de considerar los montes como vertederos y cargar un carro de escombros y basura para depositarlos en cualquier lugar”. Desde el monte vecinal recuerdan que esta basura se puede depositar en puntos limpios y contenedores, “incluso los electrodomésticos, muebles y voluminosos pueden ser recogidos en nuestro ayuntamiento por Urbaser sólo realizando una llamada y concertando fecha de recogida. Por lo tanto, resultan inexplicables estas actitudes incívicas”, lamentan. Ante esta situación, los comuneros demandan de la policía autonómica, los agentes ambientales y del Seprona una mayor presencia y control de los montes, sobre todo de aquellos más periurbanos y que son más propensos a sufrir estos ataques. Desde la junta directiva, incluso se está evaluando la posibilidad legal de instalación de cámaras camufladas en los terrenos comunales para poder identificar a los delincuente que realicen estas actividades incívicas.

La gestión del ganado en la parroquia de Boimente: 250 yeguas y 250 vacas para 1.000 hectáreas de monte comunal

Caballos en el curro de Candaoso, en el monte comunal perteneciente a la parroquia de San Andrés de Boimente En el año 1984 los vecinos de la parroquia de Boimente, en Viveiro, solicitaron una ayuda para la reparación del Curro de Candaoso, donde cada primer domingo de julio se celebra una de las tres rapa das bestas que aún quedan en la comarca de A Mariña. Aquella actuación fue el punto de partida para la recuperación de los usos ganaderos tradicionales del monte. “Nos ofrecieron participar en el programa de mejora de pastos en comunidades de montes y fue cuando hicimos la siembra de las praderas”, explica Antonio Yáñez Rúa, uno de los siete ganaderos que quedan en la parroquia y miembro de la junta directiva de la CMVMC Buio y Lerín. Es una de las más grandes de esta zona de A Mariña, con 1.002 hectáreas. De ellas, 300 son prados y 681 mantienen uso mixto forestal y ganadero (100 hectáreas son bosque de robles y 581 pinar pastoreado).
Los pinos están en retroceso y tenemos problemas con los eucaliptos por la competencia que ejercen sobre los pastos para el ganado
Esta zona de la costa norte gallega está orientada al Cantábrico, lo que hace que los montes de Boimente sean muy batidos por los vientos del noreste. De hecho, en terrenos de la comunidad de montes hay instalado un parque eólico con 9 aerogeneradores. La labor del ganado en la implantación de las praderas Vacas paciendo en el monte comunal de la parroquia de San Andrés de Boimente con los molinos de viento al fondo Como es habitual en amplias zonas de la sierra de O Xistral, los suelos en esta zona son de turba y 21 de las hectáreas del monte comunal están ocupadas por una mina de turba. Por esta composición del terreno, los suelos son muy ácidos y con baja fertilidad inicial. Este hecho condicionó la siembra inicial de las praderas en el otoño de 1984. La vegetación existente, de carácter acidófilo, estaba formada por sedio (agrostis curtisii) como vegetación dominante y diferentes especies de brezo, uz y tojo.
Los suelos son de turba, muy ácidos y con baja fertilidad inicial
Se hizo un desbroce inicial y luego un gradeo de discos, con alguna quema superficial, con cierto peligro por tratarse de suelos turbosos donde se corre el riesgo de que el terreno arda durante meses. Entre las tareas que la comunidad debe hacer en el momento actual está la corrección de la acidez del suelo. "Tenemos que encalar de manera moderada, porque tratándose de suelos de turba y al tener poco aluminio, las necesidades de cal son menores que en otro tipo de suelos", explica Antonio.  Miembros de la Comunidad de Montes durante la rapa del año 2000. Antonio, de pie el segundo por la izquierda En el primer proyecto se actuó sobre unas 200 hectáreas y en una segunda fase sobre las 100 restantes. Se llevó a cabo un encalado con 4.000 kg/ha de caliza molida y se abonó el terreno con 600 kg/ha de 8-24-16. Para la fertilización del año siguiente se aplicó un abono complejo 15/15/15 con una dosis de 400kg/ha. “Al principio, en los primeros años, carecíamos prácticamente de ganado y a causa de la baja carga de animales las praderas se fueron degradando y volviendo a estar dominadas por el agrostis, pero en la medida en que fuimos aumentando el número de animales y realizando rotaciones en el pastoreo, los pastos se fueron recuperando”, explica Antonio.
Los pastos bajo arbolado fueron hechos por el ganado a lo largo de estos 38 años
En los 38 años que llevan hechas, las praderas nunca fueron renovadas. Se mantienen productivas y en buen estado gracias a la presencia del ganado, que se encargó de esparcir las semillas del raigrás y el trébol blanco hacia otras zonas, como por ejemplo cebajo de los pinares, que hoy en día tienen también aprovechamiento ganadero. “La zona arbolada también encampiza y produce pasto porque son los propios animales los que se encargan de extender la pradera hacia la zona forestal”, asegura. La comunidad de Boimente participa, junto a otras 10 de los ayuntamientos de Xove, Ourol, Muras, O Valadouro y Abadín, con las que comparte los montes de la Sierra de O Xistral, en el proyecto europeo Life on common Land, que estudia precisamente los beneficios del ganado en el cuidado del territorio. Vacas y caballos En el monte comunal de Boimente hay caballos pura raza gallega y cruzados En los montes de Boimente hay vacas y caballos. “Las yeguas son de la comunidad de montes y las vacas se gestionan individualmente”, explica Antonio. La comunidad es propietaria de 250 yeguas y sus crías. “Las yeguas son esenciales para mantener el matorral controlado y la calidad del pasto y nos evitan tener que hacer desbroces”, cuenta. Las vacas, sin embargo, son de propiedad individual. “En Boimente quedamos 7 ganaderos activos, con un total de 250 vacas en el monte vecinal. Las plazas son de 20 vacas, pero hay quien cede plazas”, dice.
La carga ganadera se sitúa en 0,6 UGM por hectárea y la superficie está dividida en 7 parcelas
Con todo, una de las cláusulas establecidas para este traspaso de derechos es que ambos tienen que vivir en la parroquia. “No se pueden ceder a ganaderos de fuera de la comunidad, especialmente por el control sanitario”, detalla Antonio. La carga ganadera se sitúa en 0,6 UGM por hectárea, adecuada al potencial del monte y a las necesidades de los comuneros. Las 300 hectáreas están divididas en 7 parcelas. “Comenzamos con 3 parcelas pero reducimos superficie para tener el monte más controlado”, argumenta. Los beneficios del arbolado para el ganado Pinar pastoreado, que sirve de refugio para el ganado, que a su vez ayuda a extender e implantar la pradera Tanto los caballos como las vacas están todo el año fuera, excepto por enfermedad o cesárea. “El pinar es un buen protector para los animales en los días más duros del invierno porque la sensación de frío en el monte es muy elevada por culpa de la niebla”, cuenta. Pero la mayoría de los pinos son viejos y es necesario proceder a su sustitución para garantizar abrigo en los próximos años.
Es una zona batida por los vientos del noreste y con una sensación térmica baja
La Comunidad de Boimente cuenta con un plan de ordenación y gestión del monte que se encuentra en estos momentos a la espera de aprobación por parte de la Consellería de Medio Rural para poder iniciar los trabajos de tala y repoblación.

“Las vacas van poco al monte por el problema del lobo”

La explotación familiar de Antonio, Yáñez y Cuadrado SC, está formada por un rebaño de vacas de raza rubia gallega y cruces con limusín. “El número de animales que podemos tener es muy dependiente de los pastos comunales, porque la competencia de los eucaliptales reduce mucho las posibilidades de acceder a fincas para cultivo y pastoreo en la zona”, lamenta. Las vacas solo comen hierba y silo como suplemento en invierno, mientras que los becerros maman hasta los 7 meses. Una vez destetados entran a un alojamiento habilitado como cebadero hasta los 10 meses.
Los terneros entran en el cebadero desde los 7 hasta los 10 meses y el 20% de las hembras quedan para recría
“No concentro los partos, miro de tener terneros todo el año, por lo que dependiendo de la época del año y de la disponibilidad de pasto están más tiempo en el prado o entran antes al cebadero, pero las madres pacen en las fincas de alrededor para que así puedan seguir mamando hasta los 7 meses”, explica. Instalaciones para llevar a cabo el cebo final de los terneros El 95% de los terneros los venden como Ternera Gallega Suprema, con un peso canal de los machos entre 220 y 260 kilos y entre 180 y 200 en las hembras. En el cebadero separan las hembras de los machos y el 20% las dejan para recría. También ceban algún macho de más edad para un carnicero local, al que se los venden con 16 meses como Añojo y un peso de unos 400 kilos canal. “Esos terneros a veces quedan más tiempo fuera en el prado”, cuenta.
Cuando tengo muchos terneros para cebar les doy hierba verde para ahorrar en concentrado
El consumo medio de concentrados por animal de Suprema, sacrificados a los 10 meses de edad, es de unos 460 kilos. “Les doy una ración diaria, no les doy a discreción, para tener más controlado el gasto. Cuando tenía muchos para cebar les daba hierba verde todos los días para ahorrar en concentrado, porque el precio del pienso se ha incrementado en 110€ por tonelada en el periodo de un año. Lo de la hierba verde me iba bien, pero había que segarla por la mañana y recogerla por la tarde para dársela, para que no se me descompongan, porque sino no asimilan el concentrado como deberían”, indica Antonio. Ataques del lobo Collar GPS instalado en un potro de la comunidad La sierra de O Xistral y los territorios que se encuentran en su zona de influencia es una de las zonas de Galicia con mayor presencia de lobo y donde los ataques al ganado son constantes. Además de los efectos sobre la merma de la cabaña equina, la presencia del lobo condiciona lo manejo del ganado vacuno. “Las vacas van poco al monte por el problema del lobo”, indica Antonio.
En el recuento realizado en el mes de enero echaron en falta varias yeguas y 5 potros
En colaboración con la empresa gallega Innogando el pasado mes de abril comenzaron un proyecto de investigación para la detección de los ataques del lobo en el ganado caballar en extensivo. Se colocaron 50 collares a yeguas y potros de los que, a partir de ahora, se tendrá toda la información de localización GPS y actividades en tiempo real.
En colaboración con la empresa Innogando, en el mes de abril instalaron 50 collares GPS a yeguas y potros para detectar ataques a través del movimiento de la manada
En los montes de Boimente las manadas de caballos de pura raza gallega y cruzados viven en condiciones de semilibertad. Normalmente estás manadas están separadas para evitar cruces no deseados y poder de este modo criar en pureza racial los caballos de pura raza gallega. Un par de veces al año, en el mes de enero y en el mes de julio para la rapa, recogen todo el ganado, se hace un recuento de los animáis y de sus crías (en el recuento del mes de enero echaron en falta varias yeguas y más de 5 potros por ataques del lobo), se desparasitan, se identifican con su respectivo microchip y se mira que los animales estén en buenas condiciones para volver al monte.

Facenda Currodeguas e Saragás SC, una explotación con relevo generacional femenino

Lidia, con las vacas de la ganadería familiar en Espiñarcao (Abadín) Hace dos años que Lidia Díaz Otero acabó de estudiar el Máster de Agrónomos en la Escuela Politécnica Superior de Lugo. Lo hizo con la intención de aplicar los conocimientos adquiridos en la explotación familiar, una ganadería de vacuno de carne con más de 100 cabezas, a la que se incorporó en el año 2018, nada más acabar la carrera de Ingeniería Agrícola. “Ahora mismo no cambiaría por nada trabajar en mi explotación, el grado de satisfacción para mí es muy elevado”, afirma. Además de la explotación familiar, sus padres tienen una comercial veterinaria en Abadín, Agro Dicam, pero Lidia prefiere estar con el ganado.
Ahora mismo no cambiaría por nada trabajar en mi explotación, el grado de satisfacción para mí es muy elevado
Con todo, reconoce que “a las nuevas generaciones no se nos forma para la producción, ni en la escuela ni en la universidad”. Lidia conoce esa parte, la de ser ganadera, por su padre Marcelino y su madre Sonia. La explotación familiar, heredada ya de sus abuelos paternos, cuenta en la actualidad con 100 vacas reproductoras en régimen extensivo, con un sistema de pastoreo rotacional. Una finca de 54 hectáreas en una pieza Están situados a 650 metros de altitud y en inverno tienen que suplementar la alimentación a base de pasto La ganadería está ubicada en la parroquia de Espiñarcao, en el ayuntamiento de Abadín, y dispone de una base territorial de 90 hectáreas en propiedad, más otras fincas arrendadas en la vecina parroquia de Quende. “Lo importante es tener base territorial y parcelas amplias, porque si las circunstancias son favorables, el trabajo no aumenta de manera proporcional al número de cabezas; si las fincas son buenas la necesidad de mano de obra no se incrementa en la misma medida que lo hace el tamaño de la ganadería”, defiende.
Lo importante es tener base territorial y parcelas amplias, en las que el manejo es sencillo y las necesidades de mano de obra disminuyen
Por eso la intención de Lidia, más que seguir incrementando el número de cabezas, es mejorar la superficie de pastos. “Tenemos 54 hectáreas todas unidas, solo con cierres en medio y el manejo es muy fácil”, explica. Esa finca, heredada de su abuelo, la hicieron a base de roturar monte. “Mis abuelos tenían allí sobre todo caballos porque es una ladera de mucha pendiente, pero todo lo que pudimos hacer a pasto se hizo; tuvimos que traer tractores de cadenas”, detalla.   Ceban entre 120 y 130 terneros al año Controlan el peso de los animales tanto a la entrada como a la salida del cebo Las vacas están siempre en el prado y cuentan además con un cebadero donde finalizan tanto los terneros propios de la ganadería como otros que compran para completar su capacidad. Las instalaciones disponen de unos 550 metros cuadrados, en los que ceban entre 120 y 130 becerros al año. Los animales entran con 7 meses de vida al cebadero y se venden antes de cumplir los 10 meses bajo a IGP Ternera Gallega Suprema, en el caso de los que proceden de la propia explotación, y como Ternera Gallega convencional, en el caso de los comprados a otras ganaderías.
A las nuevas generaciones no se nos forma para la producción, ni en la escuela ni en la universidad
En este momento están comercializando la carne directamente con el matadero de Baixomiño. Logran un peso medio de 260 kilos en canal en los machos y de 220 kilos en las hembras. “Intentamos conseguir una conformación U+”, indica. “Para eso tenemos un consumo medio de 7 kilos de pienso por ternero y día y 2 kilos de paja diarios, entre la comida y la cama”, detalla Lidia. Este año, los animales que pesaban más de 270 kilos de peso vivo al entrar a cebar ya se mandaban directamente al matadero, debido a la subida de los costes de los piensos.
Abonan las praderas con 6.000 kilos de estiércol por ha y cada tres años encalan
El cebo es en cama de paja, produciendo de este modo el estiércol que emplean después como abono en las praderas. La fertilización la realizan entre mediados y finales del mes de marzo por medio de remolques esparcidores. Extienden unos 6.000 kilos de estiércol por hectárea y cada tres años encalan, con una dosis de 2.000 kg/ha. Cambiando la rubia gallega por limusín Uno de los toros de la explotación, que está apostando por la raza limusín Carrodeguas e Saragás SC partía de un rebaño original de raza rubia gallega pero la mala elección de los toros en su día en la explotación derivó en problemas de partos que hicieron que se habían decidido a cambiar de raza. “Primero probamos con Blonde de Aquitania y las F1 salían muy bien, porque parían bien y amamantaban muy bien porque daban mucha leche, pero a medida que la descendencia iba avanzando hacia una mayor pureza empezaban los problemas de cojeras, fallaban sobre todo en las patas. En esta zona estamos a 650 metros de altitud, con inviernos duros y el clima no ayuda para eso”, razona Lidia.
Probamos con cruces con la Blonde y las F1 salían muy bien, pero a medida que avanzaban hacia una mayor pureza empezaban los problemas de cojeras
En la actualidad están introduciendo la raza limusín y forman parte de la Federación Española de Criadores de Limusín. “Ahora apostamos por limusin y estamos contentos. Buscamos facilidad de partos, con becerros de unos 35 kilos al nacimiento y que enseguida se pongan a mamar, porque no atendemos los partos y sobre todo en invierno si no maman rápido enseguida les baja la temperatura y morirían con el frío”, indica. Reemplazan las vacas a los 14 años Hace 5 años trajeron las primeras vacas limusín de Francia y después un toro y este año compraron animales en el País Vasco y en Zamora, pero Lidia reconoce que aún les queda “un largo camino” para conseguir cambiar por completo la raza de su rebaño de rubia gallega a limusín: “La idea es ir cambiando poco a poco a medida que vamos recriando y reponiendo las vacas viejas”.
Agrupan los partos en dos épocas del año: la primavera y el otoño
Las vacas se retiran a los 14 años y es común la recría de hembras para reposición como reproductoras y también la compra de novillas en otras explotaciones. Los machos puros de limusín con carta los venden como futuros sementales a otros ganaderos. Sin mano de obra contratada Reservan el 25% de la superficie para forraje y hacen unos 500 rollos de silo al año en los meses de junio y julio La explotación la atienden sobre todo Lidia y su padre y no tienen mano de obra contratada. Su hermano Pablo, que está estudiando Biología, echa una mano cuando viene de vacaciones y para la recogida del forraje cuentan con la ayuda de otros vecinos.
Hacen silo de hierba porque la climatología en esta zona no ayuda para la recogida de hierba seca
Necesitan unos 500 rollos anuales para pasar el invierno, que es duro y obliga a suplementar la alimentación durante varios meses. Por eso, reservan el 25% de la superficie para hacer silo de hierba, que realizan en los meses de junio y julio. Es un trabajo que les ocupa entre 15 y 20 días y en función de cómo venga el tiempo pueden contratar algún trabajo para de este modo adelantar la recogida. Siegan la hierba y hacen un presecado de un día y posteriormente la enrollan y la encintan. Para el manejo y cuidado del ganado cuentan con la ayuda de perros de distintas razas: border coli para mover el ganado y mastines para evitar los ataques del lobo. “Son fundamentales en nuestra explotación”, asegura Lidia.

Aprovechamiento del monte vecinal

Comuneros de Espiñarcao, el año pasado durante las tareas de saneamiento del ganado Además de la superficie propia de la que dispone, Facenda Currodeguas e Saragás SC hace un aprovechamiento comunal del monte vecinal de la parroquia. La CMVMC de Espiñarcao está formada en la actualidad por 15 comuneros, de los que 8 aprovechan los pastos. Cuentan con 5 toros propiedad de la Comunidad de Montes y cada vecino con ganado tiene 24 vacas, por lo que la cabaña está formada por 192 reproductoras en total más los terneros. Los animales están en régimen extensivo, rotando durante todo el año por las diferentes parcelas de la comunidad.
En la actualizad somos 15 comuneros, pero solo 8 aprovechamos los pastos, unas 167 hectáreas en las que cada uno tenemos 24 vacas
Entre todos los comuneros se llevan a cabo las tareas de renovación de los cierres o desbroces, pero otras labores, como la fertilización, corre a cargo únicamente de aquellos vecinos que hacen un aprovechamiento de los pastizales. “Abonábamos con 300 kilos de 8-24-16 por hectárea pero este año por los elevados costes del fertilizante se optó por no abonar”, explica Lidia.
Tenemos aún 15 ha a matorral que no se pudieron transformar a pasto por las pendientes
Reservan una parcela para el ensilado y hacen unos 300 rollos de silo de hierba anuales para complementar el pasto en invierno, ya que se trata de una zona de alta montaña donde los inviernos son duros, con presencia de nieve y mal tiempo, pero donde los pastizales se mantienen verdes en los meses del verano. “El tiempo es húmedo y con nieblas en verano, que nos ayudan a mantener unos pastos verdes y sin problemas de sequías”, afirma. Manejo del ganado en conjunto Los animales son propiedad de cada uno de los vecinos, aunque el manejo y el cuidado del ganado se realiza en común, excepto a la hora de los partos. “Cuando hubo problemas de brucelosis se acordó que las vacas tienen que ir a parir a los pastos individuales de cada comunero, y aún se sigue manteniendo”, cuenta Lidia.
Tenemos un CEA diferente para las vacas que están en el monte comunal por culpa del cebadero, para no obligar al resto de vecinos a hacer el saneamiento cada 6 meses
En su caso, además, cuentan con dos CEAS diferentes, uno para la explotación particular y otro para las vacas que tienen en el pastizal comunal. “Dado que en Facenda Currodeguas e Saragás SC incluimos el cebadero y compramos animales en otras explotaciones, los servicios veterinarios de la Xunta la consideran una explotación de riesgo y nos obligan a hacer el saneamiento cada 6 meses. Por eso tenemos dos CEAS, para evitar tener que sanear todo el ganado cada 6 meses y no hacerle a todos los vecinos que tienen vacas en el monte comunal sanear también”, razona. Transformación del matorral a pasto Estado actual de las praderas de la Comunidad de Montes, creadas en 1985 y formadas por unas 167 hectáreas El monte comunal de Espiñarcao está formado por 204 hectáreas, de las que 15 están plantadas con pinos, 15 siguen a matorral y el resto, 167 hectáreas, han sido transformadas a pasto. La transformación del pastizal comenzó en el año 1985. “Fue difícil convencer a los comuneros inicialmente porque estaban acostumbrados a trashumar con el ganado, vacas de pequeño tamaño y caballos, a los montes de O Xistral”, explica Lidia de lo que le cuentan los vecinos, ya que ella aún no había nacido.
Fue difícil convencer a los comuneros inicialmente porque estaban acostumbrados a trashumar con el ganado a los montes de O Xistral
El trabajo de roturar y sembrar se hizo poco a poco y la transformación duró varios años. Se empleó un ripper para abrir el terreno, además de quitar las piedras por parte de los comuneros. Luego se hicieron dos pasadas de grade de desmonte y finalmente una grade de refino para llevar a cabo a siembra con una mezcla de raigrás inglés (30 kg por ha) y trébol blanco (3 kg por ha).
Se sembró una mezcla de raigrás inglés y trébol blanco que no se ha renovado desde el año 1985
El abonado inicial consistió en 3.000 kilos de cal por hectárea 15 días antes de la siembra y 500 kilos de 8-24-16 aplicados 8 días antes de sembrar la hierba. A los 90 días tras la siembra se comenzó a pacer con el ganado. Cada comunero, 18 en aquel momento, introdujo 3 vacas y después poco a poco fueron aumentando el número de animales pastoreando y disminuyendo el de vecinos con ganado. Desde entonces no se ha vuelto a hacer renovación de los pastizales, simplemente labores de mantenimiento.  

En revisión la Lei de montes veciñais en man común

La Lei de montes veciñais en man común data del año 1989. Desde aquella, se le fueron haciendo cambios puntuales para adaptarla al marco legislativo y a las necesidades actuales, pero tras más de tres décadas en marcha, le llegó el momento de una revisión en profundidad. La Xunta inició en enero la consulta de su revisión con el Consello Forestal, un órgano consultivo de la Administración con participación de todo el sector. En cuanto se cierren las aportaciones del Consello Forestal, la Xunta abrirá un periodo de exposición y participación pública, según se anunció este viernes en el Parlamento.

Antes de la actual revisión, los últimos cambios en la Lei de montes veciñais llegaron en diciembre pasado a través de la ley de acompañamiento de los presupuestos, una normativa que con frecuencia se aprovecha como cajón de sastre para modificar múltiples disposiciones legales.

En el caso de la Lei de montes veciñais, los cambios se centraron en el supuesto de montes que se declaren en estado de grave abandono, es decir, cuando no haya una comunidad vecinal para gestionar el monte. Entonces, la Xunta pasaría a asumir su gestión pública, con posibilidad de alquilar el terreno por 50 años a empresas.

Esa opción de alquiler por 50 años es vista con reticencia por el Bloque y por colectivos como la Organización Galega de Comunidades de Montes, pues interpretan que un acuerdo de cesión de 50 años es excesivo y “un primer paso para que se acabe perdiendo la memoria del monte vecinal y este desaparezca”.

Desde la Xunta se sostiene que el mecanismo sólo busca evitar que las tierras queden en abandono y se incide en que la normativa garantiza la reversión del monte en cuanto haya una comunidad vecinal constituida que lo reclame, algo que ponen en entredicho los nacionalistas: “Si una empresa hace una inversión, con la idea de gestionar ese monte 50 años, ¿cómo se le va a devolver a los vecinos?”, se preguntan.

Iniciativa Legislativa Popular
En vista de la situación, la Organización Galega de Comunidades de Montes ha optado por iniciar la recogida de firmas para promover una Iniciativa Legislativa Popular en torno a la nueva ley de montes vecinales La Organización considera que es preciso “proteger los montes vecinales del expolio”, un expolio que atribuye a empresas de diversa índole (forestales, madereras, eólicas, mineras, etc.).

El colectivo aboga por defender el carácter germánico de la propiedad vecinal, consolidándola como propiedad diferencial, diferente de la particular y de la pública.

Jornada de voluntariado forestal en el Parque del Lago de Castiñeiras

El Lago de Castiñeiras luce nuevas especies. La comunidad de montes San Martiño de Vilaboa promovió este fin de semana una doble jornada de reposición de castaños y plantación de nuevas especies de alto valor botánico. La jornada se completó con una visita guiada por el Roteiro de las Mámoas, de la mano del arqueólogo Benito Vilas, de Árbore Arqueología. Los trabajos fueron realizados durante una jornada de voluntariado convocada por la Comunidad en colaboración con las Brigadas Deseucaliptizadoras de Verdegaia. Ambas partes se juntaron por la mañana para realizar tareas de control del eucalipto en dos plantaciones de castaños en montes comunales, así como para su reposición. Se trata de terrenos para la producción de castaña de variedades tradicionales que, en el futuro, contará con una extensión de más 20 hectáreas. Después de la eliminación de brotes de eucalipto se dirigieron al Lago de Castiñeiras para realizar una nueva plantación en la zona de la entrada, de la que previamente se habían retirado árboles enfermos. Especies ornamentales y de valor botánico como morales blancas, árboles de Santo Outelo, abrunos o nogales de Japón hacen parte ya del paisaje de un parque con voluntad de jardín botánico.

Couso, el monte que pasó de escombrera a referente ecológico

Cuando Xosé Antón Araúxo y su equipo llegaron a la dirección de la Comunidade de Montes de Couso en 2008, las parcelas forestales de su parroquia eran "un estercolero". "Era algo escandaloso. Hasta que llegamos nosotros, las anteriores directivas no creían en el monte. Lo entendían como un apéndice de los ayuntamientos.", explica Araúxo. El primer objetivo que se marcaron por aquel entonces fue sacar toda la basura que estaba tirada en el monte. Cientos de kilos de escombro de obras ensuciaban gran parte del monte e impedían comenzar los trabajos de reforestación que tenían en mente. Pero con muchas horas de limpieza y una gran labor de educación, consiguieron revertir aquella situación y centrarse de lleno en los proyectos de revalorización del monte. Esos trabajos y su gestión del monte fue reconocida por la Organización de las Naciones Unidas como ejemplo de cuidado del entorno: "Los comuneros y comuneras estamos muy orgullosos de nuestra gestión. Tanto es así que desde 2019 estamos en el registro de Áreas Conservadas por Comunidades Locales (ICCA) de la ONU", explica Xosé Antón.
La ONU puso en valor a nivel internacional su labor de preservación de especies como el castaño y el roble
Uno de los factores fundamentales que llevaron a la ONU a otorgarles este reconocimiento fue la preservación de las frondosas autóctonas como el roble y el castaño y la eliminación progresiva de especies como el eucalipto e invasoras como la acacia. Esta estrategia se acompañó de una técnica de nueva implantación en Galicia, la inoculación de shiitake en tocones de eucalipto. Junto a la empresa Circular Forest, capitaneada por Miguel Ángel Martínez y José Luis Ríos, los montes en mancomún de Couso están sirviendo de campo de ensayo para el cultivo de shiitake. "Cada vez hay más comuneros que quieren darle un valor mayor a los montes e ir eliminando progresivamente las plantaciones de eucalipto que sólo son rentables para las grandes empresas", opina Araúxo. El proceso que siguen es el siguiente. Tras las talas en parcelas que quieren repoblar con frondosas, inoculan shiitake en los tocones que quedan. De este modo, "el hongo va transformando la biomasa en setas de alto valor culinario. Además, como el tronco tiene que quedar cubierto de la luz, también impide el rebrote", explica José Luis. Sin embargo, la relación de la Comunidad de Montes de Couso con Circular Forest nació con anterioridad. El proyecto en el que comenzaron a trabajar juntos fue en la elaboración de unidades de producción autónoma de shiitake. En este caso, habilitaron una parcela de 500 metros cuadrados para hacer un cubierto en el que acopiaron ordenadamente ramas de frondosas a las que, posteriormente, también les inocularían shiitake. La idea de llevar a cabo esta revalorización del monte nació, como explica Xosé Antón, para crear puestos de trabajo fijos. Con la venta de madera veían que no sacaban un buen rendimiento. "Nosotros nos dedicábamos a la venta de pino y eucalipto. El rendimiento que le sacábamos al eucalipto era de 1,14 euros por metro cuadrado cada veinte años. Para nosotros aquello era una miseria", argumenta Araúxo. En aquel momento se decidieron a buscar alternativas como la plantación de frambuesas, grosellas y arándanos para comercializar y, por supuesto, el cultivo del shiitake. El presidente de la Comunidad de Montes de Couso reconoce que tienen trabas para competir con los precios de los elaborados industriales y, por eso, están trabajando mano a mano con el Consello Regulador da Agricultura Ecolóxica de Galicia para certificar sus productos. Actualmente, venden shiitake fresco y mermeladas, pero esperan que, en el corto plazo, puedan comercializar un paté de shiitake, castañas y derivados de ellas.

Sus primeras Jornadas Micológicas y Gastronómicas

La entidad organiza este fin de semana sus primeras Jornadas Micológicas y Gastronómicas. Las actividades se desarrollarán en la Casa Vecinal de la parroquia gondomareña y arrancarán el sábado, día 27, a las 9.30 con una salida al campo que incluye una visita al recinto de cultivo. A continuación, habrá una charla teórica y una degustación y, ya por la tarde, una exposición micológica. El domingo a las 13.00 tendrá lugar una degustación de shiitake a 3 euros a tapa. Los asistentes disfrutarán de 3 recetas de 3 cocineros. Por la tarde Alejandro Mínguez impartirá una charla sobre cocina de setas y a las 18.00 comenzará un magosto. El aforo está limitado a 40 personas y los interesados pueden inscribirse a través de la web montesdecouso.gal. El precio es de 12 euros por persona.

«A medida que las cabras desaparecieron del monte, aparecieron los incendios»

Visita de los participantes en la jornada a la granja Teixeiro e Pistón SC en Becerreá La Sociedade Galega de Pastos e Forraxes centró su última reunión en el ganado caprino, reuniendo el pasado fin de semana en Vilela (Navia de Suarna) experiencias de ganaderos de la zona, unos jóvenes y otros ya jubilados, un intercambio necesario para lograr recuperar la presencia de cabras en los montes de Os Ancares. El caprino fue un sector que históricamente tuvo mucha importancia en esta zona de la montaña de Lugo como forma tradicional de limpiar el monte y mantener a raya los incendios, pero la decadencia del censo de este ganado en las últimas décadas, tanto en las aldeas de Os Ancares como en otras zonas de Galicia, ha sido más que notable. Y a medida que las cabras iban desapareciendo de los montes de las parroquias iban apareciendo los fuegos, como el que en 1998 quemó Vilela o en el 2017 calcinó 4.000 hectáreas de Donís, Cereixedo y Noceda, en el vecino ayuntamiento de Cervantes.
A medida que las cabras desaparecieron del monte, aparecieron los fuegos
Los pequeños rumiantes (cabras y ovejas) fueron esenciales en el control del matorral hasta los años 70, cuando comienza a desaparecer el sistema tradicional de pastoreo en el monte. Hasta entonces, cada familia disponía de un pequeño rebaño de medio centenar de animales que se pastoreaban con sistemas de veceira (turnos entre los vecinos para llevar el ganado al monte). Pero a medida que la población en las casas mermaba y las familias se iban deshaciendo de las cabras y las ovejas para no tener que atenderlas, más a menudo les tocaba al resto de vecinos, los que aún las mantenían, ir con el ganado al monte, lo que aceleró una desaparición en cadena en la mayoría de parroquias.
El ganado se pastoreba tradicionalmente mediante sistemas de 'veceira' pero a medida que menos familias tenían cabras, más a menudo les tocaba a los que las mantenían ir con los animales al monte
Revertir esa situación no parece fácil, más aún cuando la despoblación ha ido avanzando a la par que lo hacía el matorral en muchas de esas aldeas donde antes había cabras y ovejas, pero existen jóvenes en Os Ancares que están viendo una oportunidad en el sector, siguiendo los pasos de otros ganaderos más veteranos y que han mantenido la tradición hasta la actualidad. Conocemos sus historias.

"Mi pueblo no vale para vacas porque es muy pendiente, pero para cabras sí"

José Claudino Alba Regueiro fue hasta hace tres años el mayor pastor de Os Ancares. Llegó a tener un rebaño de 400 reproductoras en Teixeira, en la parroquia de Vilapún, perteneciente al ayuntamiento de Cervantes. Es un lugar con una fuerte pendiente y de suelo pobre, poco apto para el ganado vacuno, pero donde las cabras se adaptaron a la perfección. "Es un tipo de ganado que se adapta bien al tipo de terreno que hay en esta zona, porque aquí en muchas zonas de Os Ancares no puedes meter 150 vacas y sin embargo de cabras sí que te permite tener un rebaño importante. Eso era un poco lo que me pasaba a mí. Yo con 6 o 7 vacas andaba reventado de trabajo porque el sitio no vale para mecanizar y no podía aumentar tampoco el número de cabezas porque la mayoría de la superficie de la que podía disponer yo era monte y no valía para las vacas, pero para tener cabras sí", cuenta. "Hay que adaptar el ganado al lugar, no el lugar al ganado", opina.
Hay que adaptar el ganado al lugar, no el lugar al ganado
Aunque en Teixeira nunca había habido cabras u ovejas, al contrario del que sucedía históricamente en otras muchas aldeas de Os Ancares, José apostó por el ganado caprino de manera profesional. "No tenía experiencia ninguna con cabras y tuve que ir aprendiendo sobre la marcha y muchas veces perdiendo dinero", reconoce.
José Claudino producía en ecológico con cabra gallega fundamentalmente
Esa experiencia es la que le lleva a intentar ayudar a los jóvenes que se incorporan “para que les vaya bien”. Se jubiló hace 3 años y está dispuesto a compartir su conocimiento con ellos e incluso las instalaciones de las que disponía. "Sería una explotación viable para quien la quisiera coger, para mí lo fue, pero yo no puedo obligar a nadie", dice.
Lo máximo de carga ganadera sin suplementar en esta zona sería de 2,5 cabras por hectárea
La de José Claudino es la única casa habitada a diario en Teixeira, donde hay 6 casas y 180 hectáreas de monte comunal. De joven José Claudino se había marchado a trabajar a Bilbao pero con el tiempo decidió volver al lugar donde había nacido y vivir de la tierra. "Volví porque pensé que me podía ganar mejor la vida aquí", dice. En la casa tenía una pequeña explotación familiar, con 5 o 6 vacas, y pocas posibilidades de crecimiento. Por eso apostó por el ganado caprino. "En 1986 compré 2 cabras y luego al poco tiempo ya introduje otras 40 y fui recriando de ellas", recuerda. Transformación del matorral en pradera Su idea era tenerlas en el monte, que en esta zona es muy pobre y muy pendiente, imposible de mecanizar. Llegó a tener 400 cabras en 180 hectáreas de superficie, pero de las 180 hectáreas solo 4 pudieron transformarse en prado de manera mecanizada. Sin embargo, si hay alguien capaz de transformar los brezales en praderas esas son las cabras.
José Claudino empleaba sistemas de silvopastoreo rotacional, pero con una duración de la rotación de 6 meses
Al introducirlas en el monte de Teixeira dejaron los brezales, que tenían 80 cm de altura, totalmente defoliados, como si hubiese pasado un fuego. Después de pasar un tiempo se retiraron las cabras para que la vegetación se fuese recuperado y volviesen a tener brotes verdes que comer. Mediante este sistema de silvopastoreo rotacional se logró controlar el matorral y bajar la altura de la biomasa, formada por brezo fundamentalmente, a entre 15 y 20 cm. No hubo necesidad de hacer ningún tipo de quema controlada. Un animal delicado A mayores de las 4 hectáreas de monte transformadas inicialmente a pradera, se cercaron otras 30 ha con una malla de 2 metros de altura, un lugar seguro que le permitía a José Claudino tener las cabras protegidas del lobo y de las inclemencias meteorológicas en invierno bajo una zona arbolada.
La cabra es más delicada que la oveja en días de mal tiempo y tolera mal la lluvia
La cabra es un animal del desierto que tolera mal el agua, sobre todo de noche cuando duermen. Por el día, mientras están comiendo, no les afecta tanto porque no pierden tanta temperatura. Los cambios bruscos de temperatura del día a la noche también les provocan problemas de neumonía. Una cuadra para los cabritos Las cabras de José Claudino estaban siempre en el monte, pero la explotación contaba a mayores con unas instalaciones cubiertas de 400 metros cuadrados de superficie destinadas a los cabritos, que estaban siempre dentro. "Con 400 cabritos cada año no podía pasar el trabajo de meterlos y echarlos todos los días y si pasaran la noche fuera al día siguiente la mitad no volverían", asegura.
En una ocasión el lobo le mató 41 cabras, unos daños que las compensaciones de la Xunta no cubrieron
Este ganadero de Cervantes tiene mal recuerdo del lobo. Aún recuerda cuando en otoño del 2002 una manada le mató 41 cabras, unas pérdidas valoradas en unos 9.000 euros que las compensaciones de la Xunta no cubrieron en su totalidad. José Claudino vendía los cabritos entre los 2 y los 3 meses de vida, fundamentalmente a carnicerías de la zona de Ponferrada y también a particulares. Se trataba de una carne tierna y de mucha calidad. "Los cabritos criados en el establo tienen una carne más blanda y más blanca que los criados fuera; esa carne es más roja y de textura más dura porque los cabritos hacen más ejercicio", explica. "Solo con brezo no es suficiente" Foto de familia de los asistentes a la reunión de la Sociedade Galega de Pastos e Forraxes La ganadería ecológica de José Claudino compatibilizaba un sistema de manejo en extensivo puro para las cabras con otro estabulado para los cabritos. La alimentación de las crías una vez destetadas pasaba a ser hierba seca y pienso ecológico. “Yo recogía muy poca hierba seca, unos 100 rollos, y los gastaba fundamentalmente en los entre 350 y 400 cabritos que tenía cada año", explica. Las cabras, sin embargo, las alimentaba con lo que ellas comían, sin suplementar. "Solo les daba algo de pienso o cereal molido antes de cubrirlas", cuenta. La mitad del menú diario consistía en monte bravo a base de brezo fundamentalmente y la otra mitad pastizales o prados. "Normalmente por la mañana las tenía en el monte y por la tarde las movía al pasto. Si era un día de mucha lluvia podían estar en el brezo todo el tiempo y si nevaba había que bajarlas a un sitio sin nieve y tenerlas allí", indica.
La cabra necesita comer bien, no sirve darle cualquier cosa, le hace falta el monte para la fibra y la pradera para la proteína
Este sistema le permitía reducir mucho los costes de alimentación de las madres, pero José Claudino advierte de que no llega solo con llevarlas al monte. "El cabrito si no mama leche no sale adelante y la cabra para que dé leche tiene que comer bien, igual que una vaca o una oveja, no sirve que coman cualquier cosa", compara. Por eso, dice, "solo con brezo no se mantienen las cabras". El brezo tiene un nivel de proteína muy bajo, por lo que la combinación con tojos o retamas funciona muy bien porque son arbustos con niveles de proteína mucho más altos. Pero en el monte de Teixeira no abundaban.
Los cabritos estaban siempre en la cuadra, no salían con las madres, y una vez destetados comían hierba seca y pienso ecológico
La cabra es un animal muy selectivo en su dieta, pero se les puede obligar a comer el tipo de vegetación que al ganadero le interese, para domesticar una zona o controlar el matorral, manteniéndola más tiempo en una parcela concreta. Pero "si las tienes una semana castigadas en una zona muy mala hay que llevarlas después dos semanas a una zona buena para que recuperen", dice. En 2018 José Claudino se jubiló y vendió las cabras y esa labor de control del matorral en el monte que su ganado hacía ya no lo hace nadie. En las 180 hectáreas que rodean a las 6 casas de Teixeira está volviendo a crecer la vegetación y toda esa infraestructura de cierres y cercas está hoy en desuso.

"El objetivo es limpiar el monte y evitar que vuelva a arder la aldea igual que en el año 1998"

Suso Méndez durante su participación en la reunión de la Sociedade Galega de Pastos e Forraxes  Los últimos incendios que han afectado al corazón de Os Ancares en el 2017, quemando a mediados del mes de octubre 4.000 hectáreas en Cervantes, se produjeron en las zonas donde más ha desaparecido la actividad ganadera y el pastoreo como sistema de manejo. Cervantes, al igual que otros ayuntamientos de Os Ancares, como Navia de Suarna, tienen más del 50% de su superficie comunal. Distintas experiencias en este tipo de montes han demostrado la utilidad de las cabras y las ovejas para el control del matorral y la vegetación espontánea.
Navia y Cervantes en los últimos 70 años han perdido el 83% de su población
Cabras y ovejas se complementan bien, pero las cabras duplican la capacidad de comer brezo de las ovejas, así como otras leñosas, por eso la cabra debería ser el animal pionero para el tipo de vegetación que hay hoy en los montes de esta zona de Os Ancares. Público participante en las jornadas organizadas el pasado fin de semana en Vilela Suso Méndez tiene eso claro y por eso está apostando por el ganado caprino en su proyecto de reinicio de la actividad de pastoreo en el monte vecinal de Vilela, en Navia, una aldea en recuperación de solo tres casas hasta hace poco deshabitadas y que está reviviendo de la mano del cineasta Oliver Laxe, autor de películas como Lo que arde.
Vilela es una aldea en recuperación en la que a finales del año pasado se reinició la actividad de pastoreo en el monte vecinal
Suso vivía en Becerreá pero hace 5 meses se trasladó a Vilela con su mujer y su hija y están arreglando la casa de la familia, a unos 100 metros de la que Óliver Laxe está convirtiendo en centro cultural. "Me dedico a comprar terneros para sacrificar pero quiero dejar eso y dedicarme por completo a la ganadería. El objetivo es quedarnos aquí y vivir de las posibilidades que nos ofrece el rural, no solo con el ganado, sino con la ayuda de otras cosas que puedes hacer aquí y que en Becerreá no podía hacer. La casa es grande, la estamos arreglando y la idea es montar habitaciones para que la gente que venga a hacer actividades al centro que está montando Óliver se pueda quedar a dormir", explica.
Pagué 600€ para que me desbrozaran con un tractor 2 ha alrededor de la casa pero enseguida volvía a estar igual, eso no era la solución
Vilela está rodeada por casi 100 hectáreas de monte vecinal y la intención es que formen parte de una aldea modelo promovida por la Xunta. En 1998 ardió todo y el fuego incluso se acercó a las viviendas. "Las casas se salvaron pero incluso había ardido un hórreo. Yo limpiaba alrededor de la casa todos los años porque no quería que si venía otro fuego me ardiera, pero no daba limpiado. Rozaba en enero y en agosto pero enseguida volvía a crecer el matorral. Hasta que un día me calenté, tiré con la desbrozadora y dije aquí hay que buscarle otra solución porque esto no es sostenible", cuenta Suso. Uno de los cierres electrificados con 4 alambres con los que han cercado 10 hectáreas de monte en Vilela para as cabras A finales del año pasado comenzaron con la introducción de cabras y mastines y este año incrementaron el número de animales. "Tengo 26 cabras en este momento, pero voy a hacer la incorporación para el año que viene, lo que me va a obligar a incrementar el rebaño", explica.
Las cabras tienen que estar aquí, tienen que volver a formar parte de Os Ancares y de toda Galicia
Suso estuvo durante un año formándose en la ganadería Teixeiro e Pistón SC en cuestiones como el manejo del ganado o la confección de los cierres, un aspecto importante en el caso del ganado caprino. "Tenemos esas 10 ha cercadas con varillas de hierro y 4 hilos de pastor eléctrico. Llevamos un año con animales y de momento no tuvimos problemas de ataques de lobo", explica. "El objetivo es limpiar el monte y evitar que vuelva a arder la aldea igual que en el año 1998. De momento ya hicimos una franja de seguridad de 10 o 11 hectáreas alrededor de las casas por la parte de arriba del pueblo, porque por abajo está el río, por lo que si viene el fuego va a llegar por la parte de arriba", explica.  

La Xunta adjudica 34 lotes de madera por más de 2,1 millones de euros

La Consellería de Medio Rural, a través de la Dirección General de Planificación y Ordenación Forestal, acaba de adjudicar 34 lotes de madera por casi 2,1 millones de euros en su tercera subasta pública electrónica, celebrada esta semana en la jefatura territorial de Lugo. La práctica totalidad de los lotes pertenecían a comunidades de montes vecinales en mano común con convenios o consorcios de gestión con la Consellería. En total, se enajenaron 39 lotes que sumaban 90.500 metros cúbicos de madera, principalmente de pino. En concreto, se presentaron ofertas para 34 de ellos, por parte de 28 empresas del sector. La madera vendida alcanzó los 2.104.222 euros, frente a la tasación inicial de 1.889.108 euros. A mayores, 15 de los lotes contaban con certificación forestal sostenible PEFC y uno más con doble certificación PEFC y FSC, cumpliendo así los requisitos de los dos sistemas de certificación más implantados a nivel mundial. Además, las empresas que optaron a los lotes certificados disponen también de un certificado de cadena de custodia, que permite garantizar la trazabilidad de la madera.

Las subastas telemáticas

Como en el caso de las subasta electrónicas de madera celebradas anteriormente en Ourense y en A Coruña, los licitadores pudieron realizar todos los trámites de manera telemática, desde la consulta de los lotes disponibles hasta la subasta final. Asimismo, tanto las empresas participantes en la subasta, como todo aquel que lo deseara, pudieron seguir el proceso a través de una sala virtual creada al efecto. El procedimiento on line se lleva a cabo gracias a la plataforma desarrollada entre la Consellería de Medio Rural y la Agencia para la Modernización Tecnológica de Galicia (Amtega), que permite consultar los lotes de enajenación y obtener información de sus características a través de un visor web cartográfico creado por el Instituto de Estudios del Territorio (IET), dependiente de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda. Además, permite hacer consultas o búsquedas por múltiples campos, exportar en formato pdf los planos e incluso descargar los límites de los lotes en dispositivos móviles para localizar fácilmente las superficies arboladas que son objeto de las subastas públicas.  Los licitadores pueden presentar directamente sus ofertas económicas en la Sede electrónica de la Xunta de Galicia, apoyándose en un videotutorial elaborado al efecto. Toda la información relacionada con las subastas de madera puede consultarse a través de este apartado ubicado en el portal web de la Consellería de Medio Rural. "Con estas subastas electrónicas, la Xunta muestra su compromiso para seguir trabajando con los agentes del sector forestal en la construcción de herramientas digitales que faciliten su actividad económica", apuntan desde la Consellería de Medio Rural. También destacan que la iniciativa se integra en un contexto marcado por los nuevos objetivos de descarbonización fijados desde Europa, así como el Pacto Verde Europeo y la transición a la bioeconomía, donde será clave el potencial de ecomateriais substitutivos basados en la madera -en sectores como la construcción, los textiles, los productos químicos o el envasado.

“Somos una comunidad pequeña, pero intentamos aprovechar bien la madera que produce nuestro monte”

La Comunidad de Montes de Oural e Costa gestiona alrededor de unas 400 hectáreas de monte vecinal en la parroquia de Lebozán, en Beariz (Ourense). Cuenta con una treintena de comuneros que apuestan por el aprovechamiento forestal, centrado en el pino, pero sin olvidar el mantenimiento de las masas de frondosas con las que cuentan y que ofrecen también un espacio de ocio y proporcionan otros beneficios para los vecinos. La directiva actual, que lleva dos años gestionando el monte, busca aprovechar al máximo tanto las potencialidades de su monte para la producción de madera como las oportunidades de financiación que ofrecen las distintas administraciones. “Somos una comunidad de montes pequeña, pero intentamos aprovechar bien la madera que puede producir nuestro monte”, detalla José Manuel Alonso Rivas, presidente de la comunidad.
Es una de las comunidades de montes vecinales gallegas que solicitó y percibió más ayudas forestales en los últimos años
Hoy, esta comunidad de montes es también una de las entidades de gestión de montes vecinales gallegas que más ayudas forestales solicitó y recibió en los últimos años, según los datos de la Consellería de Medio Rural. Algunas de las últimas partidas que recibieron fueron para la plantación de coníferas, el mantenimiento de las plantaciones y para realizar tratamientos silvícolas en áreas de frondosas.

Centrados en el pino

Alrededor del 60% del monte vecinal que gestionan en la comunidad está ocupado por plantaciones de coníferas. “El pino nos está dando buenos resultados y contamos seguir con ellos, en vez de optar por otras especies como el eucalipto, que casi no tenemos en estos montes”, detalla Alonso. Una de las últimas actuaciones que realizaron en el monte fue la plantación de unas 20 hectáreas de pino para lo cual lograron una ayuda de la Consellería de Medio Rural de 27.000 euros. Esta partida les permitió afrontar trabajos como el desbroce del terreno y la plantación. Al tratarse de un monte conveniado con la Xunta, el distrito forestal, en este caso el Distrito XI de O Carballiño, se encarga de supervisar la gestión del monte. También es el que organiza los turnos de venta de la madera en base al Plan Forestal con el que cuenta la comunidad. Así, en los próximos meses tienen prevista una tala en una zona de 5 hectáreas, unas 3 hectáreas de pino. “Este primer lote saldrá a final de año y se trata de una zona donde es difícil lograr mucha madera por las características del terreno”, detallan desde la comunidad de montes.
Recientemente plantaron unas 20 hectáreas de pino y en los próximos meses tienenprevisto vender unas 35 hectáreas
Para el próximo año tienen prevista una segunda subasta para la corta de 30 hectáreas, de la que esperan sacar buenos rendimientos. Los beneficios los vuelven a invertir en el monte, así además de plantar de nuevo la superficie en la que corten la madera, tienen previsto actuar en otra parte del monte. “Contábamos que esa zona del monte se fuera regenerando poco a poco, pero como no lo conseguimos decidimos plantarlo”, explica Alonso. La comunidad maneja un presupuesto de unos 150.000 euros procedentes en exclusiva de la madera y que destinan a la gestión del monte, tanto de labores de silvicultura como de mantenimiento de accesos y del punto de agua con el que cuentan en la parroquia, para reducir el riesgo de incendios forestales. “Además del punto de agua que tenemos en la zona, en los pueblos del entorno también cuentan con pozos a escasos kilómetros, lo que es una herramienta muy buena contra los fuegos”, señala el presidente de la comunidad. Con los fondos de la comunidad de montes también se realizó, hace años, un pozo con sistema de bombeo para evitar los cortes de agua en el abastecimiento a los vecinos en la época estival. De hecho, la propia comunidad además de la gestión del monte vecinal también se encarga de gestionar el suministro de agua de la parroquia. Corta de pino prevista

Sin olvidar las frondosas

El mantenimiento de las masas de frondosas es otra de las líneas en las que la comunidad de montes está centrando sus esfuerzos. En los últimos tiempos aprovecharon una de las líneas de ayuda de la Consellería de Medio Rural para lograr financiación con la que afrontar el mantenimiento de una destacada masa de frondosas de la parroquia. “Se trata de una carballeira que tenemos en medio del lugar y que queríamos mejorar para el uso de los vecinos”, concreta Alonso.
Realizaron trabajos de poda y rareo en masas de frondosas para mejorar su aprovechamiento por parte de los vecinos
Con una aportación autonómica de algo más de 29.000 euros afrontaron trabajos tanto en esa masa de robles como en otras zonas del monte donde predominan las frondosas y que llevaban tiempo sin ningún tratamiento silvícola. Realizaron tanto entresacas como podas en altura para mejorar el estado de estas masas. “Aclaramos algo el monte, para que esté más separado al tiempo que realizamos podas para conseguir guías más derechas y una masa más saneada”, detallan desde la comunidad de montes. Zona de frondosas donde se realizó un aclareo Estos trabajos, según indican, posibilitan un mejor aprovechamiento social y de ocio de la masa de frondosas y permiten a los vecinos obtener frutos del otoño como las castañas, en mejores condiciones. Además del mantenimiento de las masas de frondosas actuales, desde la comunidad de montes tienen previsto incrementar la superficie de este arborado en las cercanías de Lebozán. “Llevamos tiempo pensando en plantar más frondosas en las zonas próximas al lugar para que hagan de cinturón verde de seguridad y protección de las viviendas ante posibles fuegos forestales”, apunta Alonso.

Líneas de ayudas forestales

La comunidad de montes de Oural y Costa fue una de las beneficiarias de las líneas de ayuda para el mantenimiento forestal de la Consellería de Medio Rural. Este año la Xunta destinó 13,5 millones de euros en ayudas para acciones silvícolas de prevención y para el incremento del valor ecológico de los montes gallegos, lo que supone la mayor ayuda pública de la Consellería en la materia, consiguiendo la mayor cuantía Feader y superficie de concesión de la historia de estas ayudas. Las aportaciones benefician a 546 entidades y particulares. En concreto, la Dirección General de Planificación y Ordenación Forestal notificó recientemente la concesión de las ayudas dirigidas a rareos y podas en masas de coníferas, así como tratamientos silvícolas en masas de frondosas caducifolias, alcornoques y encinas y para la regeneración y/o mejora de sotos de castaño. Hace falta destacar que la concesión de ayudas públicas en materia de silvicultura de las masas de frondosas supone un salto cualitativo. Se trata mayoritariamente de ayudas destinadas a comunidades de montes vecinales en mano común, pero también son perceptores las asociaciones y agrupaciones de propietarios particulares, cooperativas agrarias, proindivisos, entidades locales, comunidades de bienes, montes de varas, Sofor y propietarios particulares de manera individual. Además, la gestión forestal sostenible fue objeto de priorización, toda vez que aquellos montes ordenados bajo sistemas de certificación forestal obtuvieron la máxima puntuación. Si analizamos los beneficiarios por provincias, en A Coruña se aprobaron 51 expedientes para trabajar en 505 hectáreas, con un importe de casi 900.000 euros; en la de Lugo fueron 173 expedientes para 2.021 hectáreas, con un importe de 3,6 millones de euros; en la de Ourense fueron 183 expedientes para 3.374 hectáreas, con un importe de 6,3 millones de euros y, finalmente, Pontevedra con 139 expedientes para 1.488 hectáreas e importe de 2,6 millones de euros. Estas ayudas están bianualizadas y prácticamente la totalidad de la cuantía concedida (sobre el 90%) se corresponde al primer semestre del próximo año 2021. De este modo, la Consellería se adelanta y asegura una necesaria continuidad en la actividad de las brigadas silvícolas. Otras líneas de gestión forestal Por otro lado, la Dirección General de Planificación y Ordenación Forestal tramitó hasta ahora pagos por otros 13 millones de euros, en las diferentes líneas de ayudas en materia de gestión forestal activa en los montes gallegos, que presentaron el final de los trabajos en este año 2020. En concreto, se trata de las órdenes bianualizadas convocadas y concedidas en el año 2019 referidas a las ayudas para forestación de tierras no agrarias, para silvicultura preventiva y elaboración de instrumentos de ordenación y gestión forestal.

A Campiña, 30 años produciendo leche en una de las SAT más veteranas de Galicia

Ricardo Pérez, en la nave de producción que SAT A Campiña tiene en Vilaxuste "Estamos buscando estabilizar la explotación en 280 animales en producción y tenerlos cómodos. Si las vacas están cómodas nosotros trabajamos cómodos también", afirma Ricardo Pérez, uno de los tres socios de la SAT A Campiña, una de las más veteranas de Galicia, con 3 décadas ya de trabajo en conjunto. Los 2,9 millones de litros producidos en 2019 (400.000 más que en el 2018), que entregan a Leche Río desde hace 2 años, convierten a esta explotación de Portomarín en una de las más grandes de la provincia de Lugo. Pero su principal característica, además de apostar por la unión con otras granjas de la zona, es su capacidad para ir adaptándose al paso del tiempo.
"A quien más beneficia el bienestar animal es al ganadero, porque si la vaca no está cómoda y bien no produce"
"Aunque son instalaciones antiguas, fuimos haciendo reformas para actualizarlas y tener a las vacas cómodas. A quien más beneficia el bienestar animal es al ganadero, porque si la vaca no está cómoda y bien no produce", insiste Ricardo. SAT A Campiña cuenta en este momento con 234 vacas en ordeño y 390 cabezas totales pero acaban de hacer una ampliación para 50 animales más en producción. "Es una zona nueva con cama caliente para reubicar a las vacas de más edad o que no se adaptan bien a los cubículos", explica. Paridera "Para incrementar nuestra producción estuvimos dudando entre pasar a hacer 3 ordeños diarios con las vacas que teníamos o seguir con dos ordeños y aumentar el número de animales y pensamos que nos sería más factible esta segunda opción, por eso decidimos ampliar", razona. Ordeñan a las seis y media de la mañana y a las seis de la tarde y les lleva dos horas y media ordeñar y media hora más lavar. Tienen una sala 2x10 semitrasera remodelada en el 2011 y ordeñan dos personas mientras otras dos limpian los patios y las camas. 390 cabezas repartidas en tres ubicaciones Tienen toro para las repetidoras La explotación en su conjunto la forman tres núcleos diferentes ubicados tres ubicaciones distintas. El núcleo principal, donde se encuentran las vacas en producción, las vacas secas y las terneras más pequeñas (hasta que son destetadas a los 2 meses de vida) está en Vilaxuste. Los siguientes lotes de recría se reparten después, a medida que van creciendo, entre Recelle y Guntín, con 70 y 20 novillas respectivamente. Esta SAT fue creada en el año 1989 por tres socios, de los que en la actualidad siguen dos, Ricardo y José Pérez. El otro de los fundadores, José Luis López, dejó en 2009 la sociedad, a la que se había incorporado en el 2003 José Manuel López, que continúa hoy en la SAT junto a Ricardo y José. José Manuel es de Recelle, un pueblo vecino a Vilaxuste, y en el que era su establo se encuentra la mayor parte de la recría, que atiende su mujer. "Las novillas las llevamos durante tres años a un centro en Escairón pero no nos resultó y decidimos volver a hacerla nosotros", explica Ricardo. Menos recría Logran animales muy productivos aunque lo que buscan también es que duren. "A nivel genético estamos a un nivel medio-alto. Buscamos producción, evidentemente, pero también patas y ubres, lo que queremos son animales medios que a nivel de establo respondan bien", indica. A los dos meses, las terneras se reparten entre Recelle y Guntín "Hoy tenemos menos recría, con criar un ciento de terneras al año arreglamos, tuvimos épocas en las que recriábamos todo, ahora no, solucionamos con menos. Las que tenemos nos llegan y sino compramos, hoy hay animales buenos a buenos precios", asegura Ricardo. Tienen toro para las repetidoras, para asegurar la reproducción después de tres intentos mediante inseminación. Tres de las primerizas del 2018 de esta explotación se situaron entre las de más producción de Galicia según los datos de control lechero. Las tres superaron los 16.000 litros en su primera lactación, colocándose entre las 10 con más producción al primer parto de la provincia de Lugo y Campiña Rosendo 5738 incluso se subió al podio como tercera clasificada con un total de 17.609 litros producidos en el 2018 con el 3,62% de grasa y el 3,25% de proteína. Mano de obra estable Además de los tres socios y de la mujer de José Manuel, que atiende la recría en Recelle, cuentan con tres trabajadores, tras la incorporación en 2019 de un tercer empleado. El que más tiempo lleva en la explotación es Ricardo, portugués asentado en Vilaxuste y que lleva trabajando en la granja desde el principio. Hace 10 años empezó Enrique y Álvaro lleva 6 meses. "Nosotros tenemos todos entre 50 y 60 años y no tenemos hijos que quieran seguir con las vacas pero la idea es seguir por los empleados", explica Ricardo. Las camas son una mezcla con el 80% de carbonato y el 20% de serrín o cascarrilla de arroz En esta SAT tienen distribuido el trabajo de manera semanal con horarios que facilitan la libranza tanto de los socios como de los trabajadores. "Los horarios en la explotación son de 6 a 10 por la mañana y de 7 a 9 por la tarde pero si acaban el trabajo antes se marchan. Si no hay trabajo no los queremos aquí para nada, las vacas si están listas no hay que estar aquí, tienen que descansar las vacas y también los empleados. A nosotros nos interesa que se haga el trabajo, no si un día hacen una o dos horas menos y se marchan antes porque ya acabaron", afirma.
Después de la jubilación de los socios pretenden seguir con la explotación unos años más por los empleados, que llevan mucho tiempo con ellos
En A Campiña los trabajadores tienen día y medio libre a la semana y "si hacen una hora más se les paga, no regateamos en eso, porque la gente si no la tratas bien no te dura", añade Ricardo. La organización del trabajo busca descargar los fines de semana para que las necesidades de personal sean mínimas. "En las camas, por ejemplo, lo que hacemos es picarlas los miércoles con una gradilla y meter material el jueves, para que el viernes quede encamado y el fin de semana no haya que tocarles", explica. De este modo, los sábados y domingos solo hacen los ordeños y la alimentación del ganado y revisan si hay vacas para parto o para inseminar. "No tenemos collar ni podómetros y hacemos la detección visual de los celos", indica Ricardo, que añade que él, José  e José Manuel se van turnando "para que uno de los tres socios esté siempre en el fin de semana". Vilaxuste Sociedad Cooperativa Gallega Maquinaria perteneciente a la CUMA y que da servicio a 6 explotaciones de la zona SAT A Campiña es una de las 6 explotaciones que forman la CUMA Vilaxuste S. Coop. Gallega, junto a SAT A Cruz, Abrita SC, Ganadería Luchana, San Martiño SL y Ganadería Outeiro. Foi la primeira CUMA en crearse en Galicia y segunda a nivel de todo el Estado, en el año 1998, y cuenta con un parque de maquinaria y con una persona contratada que lleva la gestión de todas las granjas. "La CUMA nos hace todos los trabajos, pero tenemos límites, porque todas las explotaciones que la formamos fuimos ampliando y no tenemos horas para todos, así que las explotaciones más grandes tenemos maquinaria de apoyo para la CUMA que empleamos sobre todo en campaña. En nuestro caso son 2 tractores y una cisterna para sacar purín", indica Ricardo.
Además de maquinaria, la CUMA cuenta con una persona que lleva la gestión de todas las granjas
Vilaxuste S. Coop. Gallega cuenta con 5 empleados fijos durante todo el año: tres tractoristas, una persona que se encarga del carro mezclador y la persona de la oficina. "En campaña metemos un tractorista más y ayudamos también los socios", explican. Aunque la CUMA hace todos los trabajos agrícolas en las 6 explotaciones que la forman, en los últimos años decidieron contratar a otra empresa externa el picado para el ensilado. "Antes teníamos cosechadora propia en la CUMA pero ahora no, contratamos una o dos cosechadoras en campaña y nosotros ponemos los remolques y nos sale más rentable. La campaña hay que sacarla rápido porque el maíz no puede esperar y somos muchos socios con mucha superficie", razona Ricardo. 170 hectáreas de superficie SAT A Campiña dispone de 170 hectáreas de terreno y tiene dificultades para ampliar su base territorial por encontrarse en una zona con muchas explotaciones de leche y por la presión que ejercen sobre los terrenos agrícolas las plantaciones forestales. "Llevamos tierras en los ayuntamientos de Guntín y de Portomarín y pagamos 250 euros por hectárea de alquiler, se nos van mucho dinero en eso", indican.
Redujeron las hectáreas que sembraban a maíz porque no en todas las parcelas lograban buenos rendimientos
Esta explotación decidió en los últimos años reducir la superficie que echaban a maíz para sembrarlo solo en aquellas parcelas donde los rendimientos por hectárea eran interesantes, dedicando a hierba el resto de la superficie agrícola. "Cambió la climatología y no todas las fincas son productivas para maíz, en algunas sacábamos rendimientos pequeños, así que este año echamos solo 60 hectáreas, pero hubo años que llegamos a echar el doble, unas 120 hectáreas, pero pienso que seguramente nos compense comprar, porque escoges forraje y así es siempre de calidad", cuenta Ricardo. Ración dos veces al día Nave de producción Cada una de las seis explotaciones que forman la CUMA de Vilaxuste ensila en sus propias instalaciones y diariamente el carro mezclador que tienen en común acude a las granjas de los distintos socios a hacer las diferentes raciones de alimentación de cada una de ellas. En el caso de SAT A Campiña el carro de la CUMA va dos veces al día, la primera de ellas a las 7 de la mañana, porque para las vacas en producción prefieren hacerles la mezcla fresca dos veces al día.
En 2019 quedaron escasos de silo de maíz y tuvieron que suplirlo con más silo de hierba
Este año la cosecha de maíz en esta zona fue buena, pero la del 2018 había sido muy escasa, por lo que no les llegó para todo el año. "Quedamos escasos dos meses", admite Ricardo. En esta explotación de la alimentación se encarga el nutrólogo Ángel Ávila y se vieron obligados entonces a suplir la falta de silo de maíz con silo de hierba variando la ración de leche por una con 14 kilos de pienso, 1 kilo de hierba seca y 33,5 kilos de silo de hierba. "Arreglamos bien con el silo de hierba que teníamos porque era de buena calidad, con un 17% de proteína", aclara. En el caso de las vacas secas la ración lleva 3,5 kilos de hierba seca, 3,2 kilos de concentrado, 12 kilos de silo de hierba y 1,5 kilos de morea (un pienso liquido complementario elaborado con azucares de alta digestibilidad, microelementos minerales y vitaminas). La de las novillas de recría es semejante a la de las secas pero sin silo de hierba y con 2 kilos de morea. Mejoras en el confot de los animales Separan a las vacas que van a secar para bajarles progresivamente la alimentación y reducirles la cantidad de agua disponible Uno de los mayores énfasis que ponen en esta ganadería es en la comodidad del ganado y en los últimos años fueron realizando mejoras buscando el aumento del confort de las vacas. "La nave de producción era una granja de cerdos de uno de los socios que reconvertimos, por lo que son instalaciones antiguas y más bajas de lo debido, y aunque son ventiladas, tenemos chorros de agua y ventiladores para combatir el estrés por calor, porque aquí el calor aprieta en verano y el año pasado llegamos a estar la 40 grados", explica Ricardo. El sistema de ventiladores y aspersores de agua se enciende automáticamente cuando la temperatura pasa de los 25ºC. La cama de las vacas en producción es de una mezcla de carbonato (80%) con serrín o cascarrilla de arroz y en la última ampliación, acometida en 2019, apostaron por un espacio con cama caliente con capacidad para 50 animales, pensado para aquellas vacas de más edad o que no se adaptan bien a los cubículos. También una parte de la recría, la que se encuentra en Guntín, está en cama caliente. "Las secas las tenemos en paja porque queremos que estén cómodas", dice también Ricardo. La instalación de las secas cuenta con una cubierta con trabantes y acceso al exterior, a una finca al lado de la nave de producción, pero las meten todos los días a comer para también vigilarlas y tenerlas controladas. "Les respetamos a todas las vacas dos meses de secado. En algún caso es difícil hacerlo bien porque llegan dando 50 litros, pero lo que hacemos cuando secamos es separarlas durante unos días para bajarles a la alimentación y al agua", explica.

Conflicto por la gestión del monte comunal entre ganaderos y vecinos sin vacas que quieren plantarlo

"La mayoría de las fincas que tenemos era antes monte pero fue roturado y se llevan trabajando muchos años. Tenemos 40 hectáreas alquiladas al Monte Veciñal en Man Común Rañadoiro, de la parroquia de Vilaxuste, y otras 20 hectáreas alquiladas al monte comunal de Recelle", explican los socios de la SAT A Campiña. Pero en esta parroquia, como en otras muchas en Galicia, la presión de las plantaciones forestales sobre las explotaciones que quedan en activo es cada vez mayor, sobre todo por parte de aquellos vecinos que no tienen vacas y quieren obtener un rendimiento maderero del monte. El acta fundacional del monte comunal de Vilaxuste, un documento original del siglo XVIII, establece que el monte tendrá "usos agrícolas" para aquellos vecinos "que demuestren que la casa está abierta y que hay humo en la chimenea", aclarando además que "no concede derechos ni a los curas ni a los viandantes". Pero este uso agrícola tradiconal del monte comienza a estar en peligro en muchas parroquias a medida que los ganaderos fueron quedando en minoría en las comunidades de montes. Fue lo que ocurrió en Vilaxuste. La nueva directiva de la CMVMC quiso hace 5 años modificar el uso de muchas de las parcelas que habían sido convertidas en pastizales, algunos mediante subvenciones públicas, y que las explotaciones usaban para alimentar al ganado, poniendo así en peligro la viabilidad de las ganaderías de la parroquia y que suman en conjunto más de 1.500 cabezas de ganado.
NOTA ACLARATORIA: EL PERIODISTA DE CAMPO GALEGO VISITÓ ESTA GANADERÍA PARA REALIZAR EL REPORTAGE ANTES DE LA CRISIS DEL CORONAVIRUS COVID19

Armental, una ganadería en peligro de extinción, cercada por plantaciones forestales

José Rodríguez, coas súas frieiresas en Donalbai Ganadería Armental, situada en la parroquia de Donalbai, en Begonte, es hoy una de las mayores explotaciones que hay en Galicia de vacas frieiresas, la más amenazada de las seis razas autóctonas de vacuno gallego, con un censo de unos 900 animales en toda la comunidad y declarada en peligro de extinción. Pero la explotación de José Rodríguez Teijeiro se encuentra en peligro de extinción por otro motivo: la comunidad de montes decidió plantar de eucaliptos los pastizales donde pacían sus vacas. La falta de superficie disponible condiciona el futuro de esta explotación que decidió hace 5 años reconvertir su actividad de la producción de leche a la de carne de calidad. Porque si para la mayoría de los productores de carne contar con superficie suficiente es fundamental, si además se trata de razas autóctonas en ecológico, este es un condicionante básico. José mantiene su ganado en un sistema de pastoreo en extensivo, por lo que sin fincas donde pacer tendrá que cerrar, dice. El conselleiro de Medio Rural, José González, anunciaba en mayo pasado en esta entrevista en Campo Gallego una Ley de Recuperación y de Puesta en Valor de la Tierra Agraria de Galicia "para que ninguna explotación agroganadera de Galicia deje la actividad por falta de base territorial". Por eso su tocayo José piensa ir este viernes a la asamblea que tendrá lugar en el Pazo de Fontefiz, a la que está prevista la visita del conselleiro, para exponerle de primera mano su problema en demanda de una solución a su caso.
"Yo estoy muy aburrido ya, pero no de los animales ni de la tierra, sino de la Administración"
"A mí me gustaría que la Administración tomase decisiones y que las aplicase conociendo las consecuencias sobre el terreno", dice José. "Estamos en una zona en la que sobra base territorial, en toda la parroquia solo hay otras 15 o 20 vacas y la explotación más próxima está a tres kilómetros, pero se están plantando todas las fincas con eucalipto", denuncia. "Y la Administración lo permite", añade. Este ganadero reclama que la Xunta haga "labor de vigilancia y control de oficio". "A mí que me importa que hagan una ley cada semana si después no la aplican", argumenta. La normativa forestal vigente no permite forestar tierras agrarias con especies como pinos o eucaliptos y en el caso de frondosas caducifolias, esos terrenos deben pasar antes por el Banco de Terras, por lo que tampoco se pueden acometer esas plantaciones si hay ganaderos interesados en el arrendamiento de esas tierras. Y en este caso, José las precisa. "Necesito base territorial cerca, tengo fincas muy lejos de la explotación que no me sirven para llevar y traer las vacas a pacer todos los días", explica. El único comunero que quiere hacer pastizales en el monte Plantación de eucaliptos feita nas pradeiras do monte comunal Armental cuenta con 14 hectáreas alrededor de la explotación y hasta esta primavera llevaba otras tres hectáreas dentro del monte comunal de la parroquia. "Antes éramos más comuneros y el monte estaba dividido en parcelas y cada vecino trabajaba una. Si coges el catastro histórico, el del vuelo americano de 1956, se ve que en el monte había labradío, prado y fincas aradas. Yo llevaba la parcela que me correspondía a mí y la de un vecino. El monte estaba sin estatutos y hace 5 años se puso la comunidad en regla y comenzamos a gestionar el monte en conjunto", explica José. La comunidad de montes de Donalbai cuenta con más de 100 hectáreas, todas juntas, solo divididas por la carretera que une Begonte con Friol y por una pista. Es terreno llano y una buena parte de él valdría para pradera. Pero sólo José está interesado en darle este uso al monte y en las votaciones lleva las de perder. "Sólo somos 12 comuneros, muchos de más de 70 años y además de mí solo dos tienen vacas, pero pocas, 8 o 10 entre los dos", explica.
"Las vacas fijan población, los eucaliptos no, con venir cada 15 años cortar lo que haya llega"
Así que la comunidad de montes decidió plantar de eucaliptos los pastizales que alimentaban al ganado de José, una decisión que lo deja sin parte de su base territorial. "Están plantando desde abril, no me dejaron ni recoger la hierba para ensilar", se queja. El monte comunal linda con la propiedad de José y se encuentra a unos 200 metros de la explotación. "El monte comunal para lo único para lo que se puede trabajar de manera individual es para agricultura o ganadería. Yo les decía que separasen la superficie que me corresponde como comunero y me la dejasen para pradera, pero no quieren. O bien alquilar. Les hice las dos ofertas, todas las opciones habidas y por haber, pero no hubo manera", dice. "Sin superficie, me abocan a cerrar" José dice que "la Administración puede actuar sobre el uso que se hace del monte comunal" porque "toda plantación de eucaliptos de más de 5 hectáreas está sujeta a autorización administrativa previa". Sin embargo, cuenta, en la comunidad de montes de su parroquia "están plantando a trozos y no hacen gestión alguna ni cuentan con un Plan de Ordenación". "Lo que no se puede hacer es un monocultivo de eucaliptos ni plantar las fincas que valen para cultivar", considera.
"Muchas parcelas están abandonadas porque no tiene ningún coste para el propietario tener una finca sin uso"
El problema para la Ganadería Armental se agrava porque si por un lado de la granja tiene los eucaliptos del monte comunal, por el otro un vecino plantó tierras que antes también eran agrarias. Son unas 15 hectáreas que pertenecen a una casa que ahora está sin habitar. "Plantaron el labradío y cambiaron los sotos de castaños por eucaliptos también", denuncia. "Es una vergüenza y la Xunta no hace nada", dice mientras recuerda "el despropósito -hace años- de haber dado incluso subvenciones para plantar las agras y las fincas y desplazar las explotaciones fuera de las aldeas". "De toda España, la única zona donde se perdió tierra agrícola fue en Galicia", evidencia. "Las vacas fijan población, el eucalipto no. Con venir cada 15 años a cortar lo que haya llega. Si no vino antes el fuego, claro, porque el fuego en estas circunstancias, cuando se dan las condiciones, no hay quien lo pare. Arde hasta que ya no tiene nada que arder, por eso cuando informan de la situación de un incendio dicen de que está controlado pero no extinguido", argumenta José. "Yo estoy muy aburrido ya, pero no de los animales ni de la tierra, sino de la Adminstración", dice. Y achaca la situación de abandono de muchas parcelas al hecho de que "no tiene un coste para el propietario tener la finca parada porque si lo tuviese no estaban las tierras paradas y abandonadas como están", asegura. Y añade que "si no tengo superficie me abocan a cerrar y supongo que en ese caso también me dejarán plantar a mí eucaliptos en mis fincas, igual que se lo consienten a los demás. Así que de este modo, para fijar gente en el rural, como no la aten con una cuerda al eucalipto, imposible", resume. De la producción de leche a las razas autóctonas José ten tamén cachenas, que xa usaba cando tiña as vacas de leite para limpar os prados José tiene 61 años y hace 5 que reconvirtió su explotación de la producción de leche a la de carne. "Pasamos de las vacas de leche a estas en el 2014 por varias razones: por los precios bajos de la leche y por la mayor demanda de mano de obra y de base territorial", explica. "Para producir leche tenía que comprar mucha comida y no era rentable. No te da la explotación de leche para pagar un obrero como es debido y si no es como es debido es mejor no tenerlo. Atendía yo solo la explotación. Llevaba 40 años haciendo lo mismo y ordeñar era como tener que fichar todos los días dos veces. Quería sacarme de eso", resume. Hizo el cambio también pensando en el relevo una vez que él se jubile. "Tengo un hijo y una hija que trabajan en otras cosas y no podrían hacerse cargo de la explotación de leche, pero sí con el modelo que tengo hoy. Este tipo de animales son fáciles de gestionar y podrían compatibilizar la explotación con su trabajo cuando yo me jubile", razona. Armental cuenta hoy con 92 cabezas de ganado, 86 de raza frieiresa y 6 cachenas. "Las cachenas ya las tenía cuando tenía las vacas de leche para limpiar las fincas", explica. Pero cuando se pasó de la leche a la carne apostó por las frieiresas. "Me decanté por esta raza porque era de la que había menos vacas. De inicio compré 30 en distintas zonas de Ourense, 1 o 2 en cada sitio. Las primeras las traje de A Mezquita, se las compré a Gabriel, el suegro de Baltar, del presidente de la Deputación de Ourense. Luego fui recriando y ampliando", explica. Y del modelo intensivo al extensivo en ecológico José tiene su ganado en extensivo y desde que se pasó a las razas autóctonas está también en ecológico. "Suplemento con hierba seca en invierno o en este momento, mientras que no llueve y sale el pasto de otoño", cuenta. As pradeiras aínda se están a recuperar, 10 anos despois, das esixencias para a produción de millo Pero su granja producía leche con un modelo totalmente distinto. Tenía aún más vacas que hoy y echar maíz se convertía en imprescindible. "De los primeros que echamos maíz en esta zona fuimos nosotros, pero cada año las tierras daban menos, una por el cambio climático y otra porque la producción intensiva de maíz consume el terreno y los herbicidas acaban con todo. Cuando echaba maíz no veías por aquí un grillo, ni una mariposa o una abeja. La velutina es algo muy grave, pero yo pienso que mataron más abejas los herbicidas y los insecticidas. Y esa plaga no se para si la gente no se conciencia. Hace ya más de 10 años que no echo maíz, porque ya había parado de echarlo antes de dejar las vacas de leche y comienzan aún ahora a volver a verse grillos y mariposas y no he conseguido acabar aún con la labaza en los prados, que viene de esa época, en la que cargas las tierras de purín, de abonos químicos y de herbicidas. Eso no pasaría si las explotaciones tuviesen base territorial suficiente para hacer rotación de cultivos y poder usar el maíz para renovar la pradera, que es lo que se hizo siempre, en vez de echarlo todos los años en las mismas fincas", opina José. Armental aprovechó las instalaciones que tenía de cuando producía leche para el ganado de carne. Eran unas naves sencillas, abiertas, de estructura y techo metálico, construidas en los años 90. "Tú de las cuadras no quitas nada, el rendimiento lo sacas de lo que tengas dentro de ellas", dice José.
"Las fincas de maíz dan cada vez menos y cada año hay que cargarles más abono químico y más herbicida para que produzcan"
Tampoco había tenido nunca mucha maquinaria y ahora necesita usarla menos. Notó el cambio por ejemplo a la hora de echar purín. "Ahora saco sólo 10 o 12 cisternas en todo el año, antes era una cada día, ni las cuentas". Un problema cada vez mayor en las explotaciones de leche, sobre todo de cara a la nueva PAC, que José está convencido de que estará muy vinculada al medio ambiente. "La mayor parte de las ayudas estarán ligadas a condicionantes ambientales", dice. El purín será seguramente uno de esos condicionantes a los que habrá que dar solución. "La Administración nada hace, y si algo hace es porque los aprietan desde Bruselas, sino nada harían", recrimina. Lo mismo pasa con el lobo, que ya le comió este año 6 terneros, o con el jabalí, que le levanta todas las praderas. Pero a pesar de las dificultades, José no se arrepiente del cambio. "Cuando dejas de producir leche echas un par de años sin producción, entre que compras las novillas, paren y crías los terneros, y eso te supone una descompensación en los ingresos y en los gastos, pero ahora vivo más tranquilo que antes", concluye.

"La industria solo quiere kilos, por eso no le da valor a las razas autóctonas"

Armental se pasó a la ganadería ecológica y José destaca las características de la carne que produce. "No tiene nada que ver con la industrial, la carne de frieiresa tiene muy poca grasa pero es muy jugosa y rica en omega 3 y omega 6. La gente debería concienciarse y aprender a comer", afirma. A pesar de la calidad de su carne, dice que "la industria no diferencia ni le da valor, solo quiere kilos, por eso tampoco se valoran las razas autóctonas". "La industria se aprovecha y te pagan lo ecológico a precio de convencional y la alimentación no tiene nada que ver y los costes son casi el doble", indica.
"La industria se aprovecha y paga lo ecológico a precio de convencional. Si no le suben el precio al productor, por lo menos que se lo bajen al consumidor"
José es rotundo y asegura que "hay más mafia aún en la carne que en la leche porque está controlado el negocio por menos gente" y reclama a la industria y a la distribución que "si no van a subir el precio al productor, por lo menos que lo bajen al consumidor para que haya más consumo de carne ecológica y más mercado para este tipo de producciones". Este ganadero destaca además otro valor de sus animales, su buena adaptación al medio (es un animal rústico adaptado a la climatología extrema con calor en verano y frío en invierno) y los beneficios que aportan al entorno, realizando una labor de desbroce natural que contribuye a reducir el riesgo de incendios. Son animales dóciles y de manejo fácil, que fueron usados tradicionalmente para los trabajos agrícolas, aunque hoy en la mayoría de los casos su vocación es la producción cárnica. Una de las vacas de José, Finlandia, lleva dos años ganando el concurso morfológico de la raza frieiresa organizado coincidiendo con la celebración de la Semana Verde de Silleda. Tan sólo 28 explotaciones mantienen la raza frieiresa La raza frieiresa toma su nombre de la comarca natural de As Frieiras, situada el sureste de Ourense, norte de Zamora y parte de Portugal. El área geográfica de origen se encuentra en A Mezquita (A Canda, Castromil, Santigoso, Cádavos, Manzalvos, Esculqueira y Chaguazoso), con diferentes aldeas ubicadas en otras zonas del sudeste de la provincia de Ourense en ayuntamientos como el de A Gudiña (Tameirón y O Cañizo). Asimismo, se constató históricamente la presencia de animales de la raza en aldeas colindantes de la provincia de Zamora. Esta raza, por diferentes motivos, tuvo a lo largo del tiempo pocas posibilidades de expansión pero en este momento se encuentra ya distribuida por toda la geografía gallega, con mayor presencia en la provincia de Ourense pero con explotaciones que la fueron introduciendo también en las provincias de Lugo, A Coruña y Pontevedra. Con todo, solo hay 28 explotaciones con animales de esta raza y su censo ronda las 900 cabezas.
En el año 1991 solo había 94 ejemplares de esta raza. Hoy el número de cabezas se multiplicó por diez pero sigue estando en peligro de extinción
La raza frieiresa está catalogada como raza autóctona en peligro de extinción por el Real Decreto 2129/2008, de 26 de diciembre, por lo que se establece el Programa nacional de conservación, mejora y fomento de las razas ganaderas. El año 1991 marca los inicios de los programas de conservación por parte de la Xunta de Galicia, con un censo en aquel momento de solo 94 cabezas. Existen varias teorías sobre el origen de la raza pero estudios filogenéticos realizados con marcadores genéticos relacionan el origen con el Bos primigenius estrepsiceros. Los machos adultos pesan de promedio 860 kilos y las hembras 600, con una alzada a la cruz de entre 131 y 156 centímetros en el caso de los machos y de entre 128 y 145 centímetros en el caso de las hembras. La capa es castaña, más oscura en los machos y más clara en los animales más jóvenes. Otra característica a destacar en la raza es el pelo largo de la región frontal, una melena, más abundante en los machos. FRIEIREGA es la entidad gestora del Libro Genealógico de la raza frieiresa y del Programa de Conservación de la raza, reconocida oficialmente mediante lo Decreto 149/2011 de 7 de julio de la Xunta de Galicia, e integrada desde el 2001 en la Federación de razas autóctonas de Galicia (BOAGA).

Cursos sobre nematodo del pino y gestión de montes vecinales

La Asociación Forestal de Galicia está desarrollando este otoño un amplio programa formativo en temáticas en las que han manifestado interés las personas y comunidades de montes socias. Las próximas actividades programadas son un curso sobre el nematodo del pino, en Salvaterra do Miño, y otro sobre gestión de juntas rectoras de comunidades de montes, en O Rosal. El curso del nematodo del pino abordará la situación de la plaga en el sur de Pontevedra y su impacto en el mercado de la madera. Se desarrollará en Salvaterra do Miño este viernes 13 de septiembre a las 16 horas, en el centro cultural de Alxén. Podrán asistir a la actividad, que es gratuita, propietarios forestales, representantes de comunidades de montes, técnicos, empresas del sector y cualquier persona interesada. Al día siguiente, el sábado 14 de septiembre, se desarrollará en O Rosal un curso sobre gestión de juntas rectoras de comunidades de montes. La actividad tendrá lugar en la Casa del Monte de Santa Mariña de O Rosal a las 10 horas. El objetivo del curso sobre gestión de juntas rectoras es revisar los aspectos básicos para mejorar el funcionamiento de las comunidades. La acción formativa aborda las siguientes cuestiones, entre otras: organización y administración de la comunidad, legislación aplicable, planificación de la gestión de los recursos del monte y régimen fiscal al que están sometidas las comunidades de montes. Los cursos, que cuentan con el apoyo de la Axencia Galega da Industria Forestal (Xera), son gratuitos, pero es precisa la inscripción previa, bien a través del e-mail afgxinzo (arroba) asociacionforestal.org, bien a través de los teléfonos 986 660 864 o 618 752 220. Certificación de la cadena de custodia En Santiago, la Asociación Forestal desarrollará otra acción formativa este viernes 13 de septiembre, en el Edificio Cersia Empresa (San Lázaro, rúa alcalde Raimundo López Pol), a las 15 horas. El objetivo del curso es revisar todos los aspectos documentales y de buenas prácticas relativos a la cadena de custodia de la madera certificada que sale del monte, a fin de garantizar su trazabilidad desde el monte hasta que los productos finales elaborados con ella llegan al consumidor.