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Arrancan en Galicia las entresacas de robles, castaños y abedules para usos de valor

Francisco Pedras, José Martel y Roque Rodríguez Soalleiro durante la primera jornada del simposio internacional sobre frondosas que se celebra en Lugo Galicia cuenta con unas 617.000 hectáreas de frondosas, que representan el 40% de las áreas cubiertas de arbolado de la comunidad. La mayoría vienen de regeneración natural, fruto del abandono del monte, y esa falta de una silvicultura idónea lleva a que las industrias gallegas no cuenten en este momento con materia prima local de calidad y se vean obligadas a importar roble o castaño de países como Francia. Cómo aprovechar y valorizar la madera de frondosas que hay actualmente en los montes, de escasa dimensión, a través de la innovación y de nuevos usos, y cómo mejorar las labores culturales aplicadas en estas masas para obtener de cara al futuro pies de porvenir que nutran el desarrollo de una industria centrada en las frondosas caducifolias es el objetivo del Proyecto para la Valorización Sostenible de la Madera de las Masas de Frondosas de Galicia, puesto en marcha hace un año por la Agencia Gallega de la Industria Forestal (XERA). Los resultados preliminares de este proyecto fueron presentados este miércoles en Lugo en el marco de un Simposio internacional que reúne hasta el viernes a 32 expertos, 16 de ellos procedentes de 9 países europeos (Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Letonia, Suecia y Suiza) donde se están dando nuevos usos a las frondosas.
Tenemos la necesidad de asegurar un futuro aprovisionamiento de madera de frondosa de calidad a los aserraderos gallegos
El proteccionismo o conservacionismo excesivo por parte de la Administración de las masas de frondosas autóctonas, la escasa dimensión de las parcelas privadas individuales y la falta de profesionalización de muchas de las CMVMC existentes en Galicia juegan en contra de un mayor aprovechamiento de las masas existentes y de las posibilidades que ofrecen. “Tenemos la necesidad de asegurar un futuro aprovisionamiento de madera. Cuando visitamos aserraderos de frondosas vemos muchas veces que esas materias primas no son locales, porque no tenemos en Galicia los diámetros y largos necesarios”, evidencia Francisco Pedras, del CIS Madera. Primeras cortas en Labio, Couso y A Veiga Aprovechamientos de castaño en el monte vecinal de Couso (Gondomar) El Proyecto para la Valorización Sostenible de la Madera de las Masas de Frondosas de Galicia surge para disponer de experiencias piloto concretas en parcelas de experimentación de las que obtener datos cuantificables que sirvan de referencia para el impulso de una nueva industria de la madera de frondosas en la comunidad. “Se están haciendo ya señalamientos y apeando madera de roble en Labio (Lugo), de castaño en Couso (Gondomar) y de abedul en A Vega. Estamos trabajando fundamentalmente con estas tres especies”, explica Francisco.
Las entresacas se están haciendo con maquinaria adaptada para que no queden afectados los árboles de porvenir que quedan en el monte
Este tipo de entresacas y talas quirúrgicas se están realizando con maquinaria adaptada, de manera que no afecten a los árboles de porvenir que van a quedar en el monte. Una vez cortada y serrada se comenzará el proceso de secado de la madera antes de su transformación. Nuevos usos para las frondosas De cara a esa fase de industrialización es donde entra en juego la necesidad de encontrar nuevos usos que permitan valorizar esa madera de poco diámetro que se obtiene de estas talas intermedias. “Sabemos qué podemos hacer con madera de calidad y buen porte, pero hasta que tengamos ese tipo de madera tenemos que desarrollar productos de mayor valor añadido para esta otra”, razona Francisco. “Estamos en este momento en el proceso de buscar partners tecnológicos que nos den ese impulso. Tenemos empresas forestales muy importantes en Galicia que pueden ser tractoras y que deberían abrir ese camino que otras industrias de menor tamaño quizás no tengan esa capacidad”, argumenta.
Además de innovar explorando nuevas oportunidades y mercados, se pretenden mejorar también las técnicas de aserrado y secado actuales
Además de innovar explorando nuevas oportunidades y mercados, se pretenden mejorar también las técnicas de aserrado o secado actuales, procurando un aprovechamiento en cascada, de manera que parte de la madera que va para leña en la actualidad pueda tener un uso de otro tipo, de mayor valor, y así sucesivamente en todos escalones a medida que se sube de calidad. Postes para cierres que puedan sustituir los de pino tratado o elementos para mobiliario urbano pueden ser alguna de las utilidades para esta madera de frondosa de poco diámetro. “El diseño y la innovación va a ser una parte fundamental de nuestro proyecto; tenemos que pensar lo que quiere nuestro cliente final”, asegura el técnico del CIS Madera.
Queremos conocer de primera mano qué se está haciendo en otras latitudes con maderas muy similares a las nuestras
A mayores, se pretenden aprovechar los desechos de la madera a través de procesos químicos, a través de los cuales obtener por ejemplo taninos que puedan ser empleados en la industria de la curtiduría, la producción de adhesivos o en alimentación animal. “No estamos condicionando ningún tipo de aprovechamiento, solo vamos a evaluar las distintas posibilidades y aportar las mejores herramientas tecnológicas, pero queremos articular también nuevos usos viendo qué están haciendo en otros países con maderas muy similares a las nuestras”, indica Francisco. Necesidad de adaptar la selvicultura a la tipología de los montes gallegos Visita al marteloscopio de Labio, en Lugo, de alguno de los expertos internacionales que asisten al simposio  Roque Rodríguez Soalleiro, profesor de la USC en la Escuela Politécnica Superior del Campus Terra de Lugo explica que el 80% de los montes de frondosas actuales que hay en Galicia requieren de algún tipo de actuación, sean podas, desbroces o incluso cortas para aprovechamiento comercial. “La selvicultura de frondosas requiere hacer señalamientos, es algo esencial”, destaca. “Y tenemos que adaptar esa selvicultura a la tipología forestal y a la estructura de la propiedad que tenemos”, añade.
El 80% de las masas de frondosas actuales que hay en Galicia requieren de algún tipo de actuación
“En el caso de la selvicultura de frondosas se trata de intervenciones no muy intensas, por lo que se requiere de una superficie bastante amplia para alcanzar un lote de madera que compense esa intervención. En los montes privados individuales de pequeña dimensión que tenemos en Galicia en la mayoría de los casos la venta de los productos obtenidos no compensa los costes de realización de los trabajos”, indica. A mayores de la función productiva, “tener una superficie de frondosas gestionadas resulta positivo a nivel de incendios y también aporta resiliencia sanitaria ante plagas que afectan a otras especies, como la banda marrón en el pino o las que castigan al eucalipto (Gonipterus y Mycosphaerella)”, asegura Roque. “Tenemos un recurso poco explotado y aprovechado” El profesor de la Escuela Politécnica es uno de los artífices del Marteloscopio de Labio, una parcela de robles ubicada en el monte vecinal de esta parroquia de Lugo donde se ha llevado a cabo una labor de clasificación de los distintos pies en función de su calidad.
En Galicia se cortan anualmente unos 0,3 millones de metros cúbicos de madera de frondosas autóctonas, frente a los 6,2 millones de eucalipto y a los 3,5 millones de pino
Esta parcela, incluida en una red europea de marteloscopios y que fue visitada este miércoles por la tarde por los asistentes al simposio internacional, “es un lugar donde enseñar cómo hacer los señalamientos”, explicó Roque. En Galicia se cortan anualmente unos 0,3 millones de metros cúbicos de madera de frondosas autóctonas, frente a los 6,2 millones de eucalipto (3,7 de glóbulus y 2,5 de nitens) y a los 3,5 millones de pino (1,6 pinaster, 1,6 radiata y 0,3 sylvestris). “Tenemos un recurso poco explotado y aprovechado”, concluyó hablando de las frondosas caducifolias.

“Hay que favorecer las cortas de frondosas; no podemos vivir de espaldas a 620.000 hectáreas del territorio”

El director de la Axencia Galega da Industria Forestal, Jacobo Aboal, durante su intervención La prohibición lleva al abandono. Por eso, el director de la Agencia Gallega de la Industria Forestal, Jacobo Aboal, abogó en la inauguración de las jornadas por favorecer desde la Administración las talas de frondosas para fomentar su aprovechamiento. “Tenemos que entender que hay cabida en el monte para la biodiversidad, pero también para el aprovechamiento de la madera. No podemos vivir de espaldas a 620.000 hectáreas del territorio y que cada vez van a ser más”, aseguró. Estas talas servirían para incentivar en los propietarios forestales las labores silvícolas necesarias y para dotarlos de ingresos con los que financiarlas, algo a lo que también contribuirían los pagos por los servicios ecosistémicos que prestan estas masas de frondosas autóctonas, una medida que la Xunta de Galicia está valorando para su puesta en marcha. “Tenemos que empezar a hacer silvicultura ya” El director de XERA apostó por este tipo de medidas incentivadoras y por centrar esfuerzos en convencer a las industrias de transformación de que hay futuro en las frondosas, lo mismo que a los propietarios forestales, empezando por las comunidades de montes.
No podemos aplicar recetas basadas en la silvicultura del 50%
La Xunta de Galicia ha elaborado 42 modelos silvícolas de los que 23 están íntimamente relacionados con el manejo de frondosas caducifolias. “Los técnicos forestales deben conocerlos y saber aplicarlos y no aplicar recetas genéricas o basadas en la silvicultura del 50%. Tenemos que pasar a una silvicultura de claras y entresacas”, insistió. Aprovechamiento industrial En cuanto al papel de las empresas de la cadena monte-industria, Jacobo aseguró, en relación al simposio internacional que se está desarrollando esta semana en Lugo, que “este evento será un éxito en caso de que alguna compañía industrial del sector forestal de Galicia valore la posibilidad de abrir una línea de producción industrial basada en la frondosa caducifolia, con el material que nosotros tenemos, que es de pequeñas dimensiones”, reconoció.
Tenemos que ponernos a trabajar lo antes posible y hacerle la silvicultura precisa a nuestros bosques
“No estamos en la situación de Francia, no estamos en una situación en la que podamos escoger árboles que tengan un precio de mercado de 250 euros la tonelada. Pero para llegar a esa situación dentro de 20 o 30 años tenemos que empezar ya a hacer silvicultura”, insistió. La situación de Galicia, dijo, no es diferente a la que se da en otros países europeos y cambiar esa situación pasa por convencer tanto a las empresas como a los productores primarios de madera para que valoren más las masas de frondosas existentes.
En otros países europeos se está aprovechando material de pequeñas dimensiones como el que tenemos en Galicia
Algunas de ellas llevan abandonadas los últimos 30 o 40 años, por lo que es posible hacer ya algún tipo de aprovechamiento en ellas, unas talas selectivas necesarias además para que los árboles de porvenir que queden desarrollen todo su potencial, argumenta el director de la Agencia Gallega de la Industria Forestal. “Y con ese material que nosotros retiremos tenemos que tratar de obtener el mayor valor añadido”, defiende.
Contamos con masas abandonadas en los últimos 30 o 40 años en las que ya hay madera para cortar
“Desde XERA pensamos que la transformación química y mecánica de esas frondosas de escaso porte o dimensión puede abrir nuevas posibilidades de valorización. Por ejemplo la extracción de taninos dirigida a lograr un mejor aprovechamiento digestivo en los piensos de alimentación animal, para emulsionantes o su uso en materiales aislantes térmicos y acústicos”, indicó. Y en materia de elementos de construcción, “el abedul o la haya son maderas que ahora mismo ya se están prescribiendo por parte de los arquitectos para introducirlas con usos estructurales”, aclaró Jacobo.

Mazaricos celebra este sábado la tercera jornada en Defensa do Monte Veciñal

Mazaricos acoge este sábado, 20 de enero, la tercera edición del Día da Loita da Veciñanza Comuneira en Defensa do Monte Veciñal. Por tercero año consecutivo, la jornada recogerá la memoria de esta forma de propiedad tradicional gallega y de todas las personas que lucharon por mantenerla frente a las tentativas de especulación sobre los montes. En particular, lémbrarase la figura del vecino Xosé Esperante, ‘Che de Pedro’, quien murió en un enfrentamiento con fuerzas de seguridad franquistas y que causó también varios heridos. Este acontecimiento motivaría penas de prisión para varios vecinos de Mazaricos. La jornada había comenzado a las 11h en el local social de Eirón, con la apertura a cargo de la entidad organizadora, el Instituto Galego das Terras Comunitarias (INGATECO). Dará la bienvenida el alcalde de Mazaricos, Juan Blanco. Posteriormente, se impartirá la conferencia “El futuro de los Montes Vecinales en mano común en la Galicia rural del siglo XXI” por el profesor del departamento de Economía Aplicada de la USC y antiguo director general de Desenvolvemento Rural de la Xunta de Galicia, Edelmiro López Iglesias. A las 12h se celebrará un homenaje a la Organización Gallega de Comunidades de Montes (ORGACCMM), que viene de alcanzar el cuarto de siglo de existencia. Hablará su presidente, Xosé Alfredo Pereira. A las 13h tendrá lugar a homenaje y ofrenda floral en el monumento situado en el monte en Eirón en recuerdo de Che de Pedro y los vecinos represaliados. Intervendrán INGATECO, el Ayuntamiento de Mazaricos, la ORGACCMM y la familia de Xosé Esperante. Se colocará una ofrenda floral en el monolito y se entonará el himno de Galicia. La organización del evento, el INGATECO, con la colaboración de la ORGACCMM y del Ayuntamiento de Mazaricos, vuelve a invitar a toda la ciudadanía a participar de este homenaje, que pretende servir de restitución de la memoria y reivindicación de la dignidad de todas las personas que lucharon contra la usurpación de las tierras comunales y por la riqueza y el futuro del mundo rural.

Subasta pública de la Xunta para vender 37 lotes de pino en Lugo

El Diario Oficial de Galicia (DOG) ha publicado la resolución de la convocatoria de una venta de madera en Lugo, a través de la Dirección Xeral de Planificación e Ordenación Forestal de la Consellería de Medio Rural, en una subasta pública electrónica que tendrá lugar en la Delegación Territorial de la Xunta en la provincia lucense. En esta subasta, se adjudicarán 37 lotes con un valor total de 1.780.000 euros, de los cuales 23 cuentan con certificación forestal sostenible PEFC y 3 disponen de la doble certificación, PEFC y FSC, los dos sistemas de certificación más implantados en el mundo. Casi todos los lotes, pertenecen a comunidades de montes vecinales que tienen convenios o consorcios de gestión forestal con la Consellería de Medio Rural. Las empresas que opten a los lotes deben tener un certificado de cadena de custodia, que garantiza la trazabilidad de la madera. La certificación forestal sostenible asegura que la gestión de los bosques de donde procede la madera es respetuosa con el medio ambiente, mientras cumple con otras funciones ecológicas, económicas y sociales. Los lotes suman 67.204 metros cúbicos de madera de pino. La madera toda verde y será vendida bajo la modalidad de enajenación de riesgo y ventura. Al igual que en subastas electrónicas anteriores, los licitadores realizarán los trámites de forma telemática, desde la consulta de los lotes disponibles hasta la subasta final. Para seguir todo el proceso, dispondrán de una sala virtual creada para tal fin. Plataforma de consulta Los interesados en subastar por alguno de estos lotes disponen de una plataforma desarrollada por la Consellería de Medio Rural y la Agencia para la Modernización Tecnológica de Galicia (Amtega) para consultarlos y obtener información sobre sus características a través de un visor web cartográfico creado por el Instituto de Estudios del Territorio. Además, este espacio también permite hacer consultas o buscas por múltiples campos, exportar en formato PDF los planos o descargar los límites de los lotes en dispositivos móviles, para localizar fácilmente las superficies arboladas objeto de subastas públicas. Por otra parte, los licitadores tendrán que presentar sus ofertas económicas a través de la sede electrónica de la Xunta, apoyándose en un videotitorial elaborado para ayudar en esta situación.

Frente común de las comunidades de montes contra la «usurpación» de sus tierras y la «falta de apoyo» de la Xunta

Representantes de las Comunidades de Montes Vecinales en Mano Común de Galicia presentaron este miércoles en Vigo un manifiesto común contra lo que consideran "usurpación" de sus tierras para usos empresariales, y criticando lo que entienden como falta de apoyo del Gobierno de la Xunta. La presunta ocupación de tierras de montes vecinales por parte de empresas y propietarios particulares, principalmente en el área de Vigo y sur de la provincia de Pontevedra, generó ya por lo menos una decena de denuncias en los juzgados, según trascendió esta primavera. El propio presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, abogó por un entendimiento entre las partes, con advertencia de que legislará para buscar una solución al problema, algo que las comunidades teme nque se hará sin tenerlas en cuenta en la futura reforma de la ley gallega que regula los montes vecinales. En este sentido, el manifiesto "El monte vecinal en mano común: Una realidad histórica viva del siglo XXI" fue acordado por la Asociación Forestal de Galicia, la Organización Gallega de Comunidades de Montes y la Mancomunidad de Montes de Vigo y suscrito también por las Mancomunidades de Montes de Pontevedra, del Barbanza, del Morrazo, de Val Miñor y de Baixo Miño (en constitución), así como por uno amplio abanico de Comunidades de Montes Vecinales en Mano Común presentes: Salvaterra, Atios, Tameiga, Beluso, Xinzo, Vilaboa, Cabral, Beade, Comesaña, Matamá, Candeán, Teis, Oia, entre otras Las entidades firmantes manifiestan su "completo desacuerdo con las manifestaciones realizadas por la Consellería de Medio Rural posicionándose en contra del que la legislación establece y la jurisprudencia confirma día tras día"·. Tampoco están de acuerdo con las declaraciones del Presidente de la Xunta de Galicia en el mes de julio de 2023 en la dirección de que "en la futura ley que regulará los montes vecinales, y que está en elaboración, tendremos que dar una respuesta que dé satisfacción a todos los afectados - viviendas, instalaciones industriales, equipaciones públicas-" y "si no es posible -el consenso- está la capacidad de gobernar y tomar decisiones" sobre el monte vecinal que ya no se usa como tal. En este sentido, consideran "una falta de respeto absoluto para un montón de comuneros y comuneras que siguen trabajando de manera desinteresada por el bien común, ahora con nuevos retos para atender las necesidades del vecindario y de la realidad socioeconómica que les envuelve". Y reconocen "auténtica preocupación que a las puertas duna modificación legal de la Ley de Montes Vecinales en Mano Común de Galicia pueda haber un tic autoritario impropio de los tiempos que vivimos y el posicionamiento desafortunado a favor de un colectivo autodenominado Plataforma Gallega de afectados por las Comunidades de Montes que representa a un lobie empresarial que quiere retrotraerse a la usurpación de antaño". Por todo lo citado, de cara a la próxima tramitación del Libro Blanco de los Montes Vecinales en Mano Común de Galicia, los firmantes trasladan a la sociedad y a los gobernantes autonómicos que "consideramos preciso no se legisle de espaldas al sector de las Comunidades de Montes Vecinales en Mano Común (CMVMC)". En este sentido, reclaman: 1. Reconocer la función social que desarrollan las CMVMC en la gestión de sus territorios -recordemos que es la cuarta parte de Galicia y que abarca tantos espacios agroforestales como industrias y sociocomunitarios-. Resulta una visión de corto alcance querer reducirlas a gestoras de espacios forestales, toda vez que en muchos casos las cargas de gestión de superficies industriales vienen derivadas de la herencia recibida de la previa gestión de los ayuntamientos. 2. Recoger que el proceso de normalización del monte vecinal en mano común aun no se cerró y subsisten situaciones de abusos y usurpaciones que limitan la extensión de las propiedades vecinales en mano común, siendo un deber de la Administración autonómica velar y defender este patrimonio identitario de Galicia. 3. Consolidar el carácter germánico del monte vecinal en mano común, lo que conlleva que en ningún momento se puede cuestionar la imprescriptibilidad de los montes vecinales en aras de pretender legalizar situaciones de usurpación y apropiación indebida. En este sentido no se considera de recibo que se quiera intentar colar que haya que demostrar la "constatación inmemorial y continuada del monte de forma consuetudinaria", cuando se acaba de demostrar anteriormente que por  lo acontecido, fundamentalmente en la dictadura, esto se vio truncado sin voluntad del vecindario. 4. Mantener con su papel los Jurados provinciales de clasificación de los montes vecinales, lo cual garantiza que se preserve el criterio de que para clasificar a un monte como vecinal en mano común la clave es en la posesión inmemorial y no documentada del uso del monte vecinal, recogido en la legislación vigente. Dudar de este procedimiento lleva a pensar que se puede estar queriendo trasladar a otro campo de juego -la vía judicial- para precisamente intentar imponer los criterios de "no continuidad" o "abandono" para evitar clasificaciones o incluso desclasificar los mismos, así como que predomine el criterio de exigir documentación registral para la clasificación, saltándose un principio básico del monte vecinal en mano común. 5. Garantizar en el texto legal a declaración de nulos de pleno derecho los actos de disposición llevados adelante antes de que los montes fueran declarados cómo vecinales en mano común. Este proceder evitaría mucho litigio estéril que lo único que pone la prueba es la capacidad económica que tienen las CMVMC para soportar largos juicios y darle falsas esperanzas a empresarios que obtener sus beneficios a cuenta de un bien común. 6. Permitir que se cumpla la legislación de montes vecinales que le abre a las CMVMC la capacidad para negociar con los agentes económicos los diversos usos del suelo mencionados, y no únicamente el forestal, para así proporcionar seguridad jurídica con contratos realizados delante del correspondiente notario y proceder a la posterior comunicación de tales contratos a la Xunta de Galicia. 7. Prevalecer la legislación de montes sobre cualquiera otra legislación de fomento económico o simplificación administrativa para evitar que esta vía sea la que empleen las empresas, consiguiendo la clasificación de singularidad autonómica, para asentarse en los montes vecinales en mano común sin tenerse que sentar a negociar y acordar con sus legítimos propietarios.

Descarga aquí el manifiesto

Los montes vecinales con convenios tendrán 6 meses para firmar los contratos de gestión pública tras la aprobación de la normativa

La Consellería de Medio Rural ha sometido a información pública el proyecto de decreto por el que se aprueba el reglamento que regirá los contratos temporales de gestión pública de los montes. El plazo de información pública de este borrador será de veinte días hábiles, contados a partir del lunes. En línea con lo definido en el Plan Forestal de Galicia, la Xunta proyecta finalizar los actuales convenios y consorcios, que mantiene principalmente con montes vecinales. Son acuerdos que datan del siglo XX y por eso la Administración decidió diseñar un nuevo modelo de contratos temporales de gestión pública de los montes. El objetivo es firmar, antes de finales de 2025, contratos que sumen entre 150.000 y 200.000 hectáreas de gestión pública bajo esta figura, según señala Medio Rural. De alcanzarse esas cifras, la gestión pública de montes vecinales mantendría una importancia considerable, pues Medio Rural gestionaría alrededor del 25-30% de la superficie vecinal, si bien lejos de las 300.000 hectáreas que llegaron a sumar las superficies en convenio o consorcio. Una vez que se apruebe la nueva normativa, los montes vecinales que mantengan en la actualidad convenios con la Xunta tendrán seis meses de plazo para firmar contratos de gestión pública, siempre y cuando quieran mantener ese modelo. La Xunta señala que este decreto se basa en la necesidad de superar los modelos anteriores de convenios y consorcios, centrados exclusivamente en la repoblación, enfocando la gestión pública en la multifuncionalidad y en la gestión forestal sostenible del monte, pudiendo incluir aprovechamientos como pastos, resina, miel o setas. Fondo de mejoras El decreto establece un fondo de mejoras que la Xunta asegura que permitirá incrementar las inversiones en los montes de gestión pública. Este fondo tendrá tres secciones: montes catalogados de dominio público, montes patrimoniales de la Comunidad Autónoma y montes con contratos temporales de gestión pública. El fondo se financiará con aportaciones de la administración autonómica gallega y de otras administraciones públicas, con las procedentes de donaciones u otras aportaciones del sector privado, así como con los rendimientos derivados de las propias operaciones del fondo. En el caso de los montes con contratos de gestión pública, las personas firmantes del contrato ingresarán en el Fondo un mínimo del 30% de los ingresos obtenidos por todos los aprovechamientos y de los derivados de actos de disposición voluntaria, de los ingresos procedentes de expropiaciones, o cualquier otro ingreso de naturaleza extraordinaria, hasta satisfacer las cantidades invertidas por la administración forestal en el monte en concepto de anticipos reintegrables. El documento completo del decreto se puede consultar en este pdf, que está en el Portal de Transparencia y Gobierno Abierto para consulta pública. Los interesados pueden entrar en el Portal de Transparencia para hacer sus aportaciones al borrador.

El Libro Blanco de los montes vecinales: perspectivas de la nueva regulación

Uno de los primeros pasos de la Consellería de Medio Rural para renovar la actual Ley de montes vecinales en mano común, aprobada en el 1989, ha sido la elaboración de un borrador de Libro Blanco sobre la regulación de este tipo de montes. Este documento incorpora las aportaciones recibidas en el proceso de participación pública que la Consellería llevó a cabo el año pasado, así como la consulta que realizó entre los miembros del Consejo Forestal de Galicia para afrontar la revisión de la Ley. Precisamente, las comunidades de montes vecinales llevaban años reclamando esta modificación de la normativa, dados los cambios registrados en la gestión del monte en estos últimos 30 años.
El plazo para presentar aportaciones la este documento se mantiene abierto hasta el próximo día 8 de septiembre
Como se señala en el propio Libro Blanco, este “es un documento de trabajo, a modo de punto de encuentro, que sirva para aúnar esfuerzos de las Administraciones Públicas con los de otros sectores involucrados que comparten los mismos objetivos de puesta en valor de los montes vecinales en mano común”. Así, la Consellería mantiene hasta el próximo 8 de septiembre abierto el plazo para presentar aportaciones a este documento, como paso previo a iniciar la modificación de la Ley.
Los montes vecinales ocupan la cuarta parte del territorio gallego y casi la mitad de la superficie forestal con arbolado
A la hora de analizar esta reforma de la Ley hace falta tener presente que en Galicia hay 3.371 montes vecinales en mano común (MVMC), que ocupan una superficie de unas 665.000 hectáreas, lo que supone la cuarta parte del territorio gallego y casi la mitad de la superficie forestal con árboles. La mayoría de estos montes se encuentran en la provincia de Ourense y Lugo, seguida de Pontevedra y por último A Coruña. A continuación recogemos algunos de los aspectos que se incluyen en este primer borrador de Libro Blanco sobre los montes vecinales en mano común:
  • El concepto de monte vecinal

Una de las primeras cuestiones que se abordan es el propio concepto de montes vecinales, en el que se alude a la posesión de este monte basado en la costumbre y sin que figure una asignación de cuotas por un grupo de vecinos, sino como colectividad. Así, cada comunero tiene el derecho de propiedad completo pero limitado, ya que los demás tienen igual derecho total. También se hace referencia a que se trata de montes con una honda tradición y en régimen de propiedad germánica, un tipo de titularidad singular en Galicia. Así, se concreta que los montes vecinales en mano común tienen una propiedad privada y colectiva. Precisamente, preservar el origen germánico de esta figura fue una de las reclamaciones que hicieron desde distintos colectivos.
  • La condición de comunero

Definir la condición de comunero de estos montes vecinales es uno de los retos que también coincidían en pedir desde distintos colectivos, ya que estaba siendo uno de los problemas a los que hacer frente en las comunidades. El Libro Blanco aborda esta cuestión y mantiene vinculada la condición de comunero con una casa abierta que sea la residencia habitual y que esté situada en el área geográfica a la que pertenecen los montes vecinales en mano común. Además, recoge que los comuneros deberán ejercer algún uso, costumbre o actividad relacionada con esos montes. Al mismo tiempo se abre la puerta a flexibilizar la condición de comunero con el objetivo de evitar el abandono y la desaparición de algunas comunidades vecinales. Se valora que pueda eximirse temporalmente de tener que residir de forma habitual en esa población y estaría pendiente si es preciso pedir justificación legal y la duración por la cual se puede residir en otra área geográfica. Esta excepción se propone pensando en aquellas personas que han nacido en el seno de la comunidad vecinal y mantienen tanto la casa como vínculos con la comunidad, pero no viven en la aldea. Se abre la posibilidad de nombrarlos comuneros con voz, pero sin voto. Además, la vinculación de los comuneros con el monte vecinal no siempre tiene que estar circunscrita solo a la parroquia, puesto que la concepción de parroquia es posterior a esta titularidad de monte vecinal en mano común.
  • Aprovechamiento del monte

Se aborda también el aprovechamiento que se hace del monte, decisiones que deben acordarse en asamblea y debe tener el apoyo de al menos la mitad de los comuneros en primera convocatoria y del 30% en segunda. También se reconoce que en los montes vecinales en mano común pueden realizarse permutas, cesiones temporales, arrendamientos o derechos de superficie. Asimismo, este tipo de montes también pueden ser objeto de expropiación forzosa o de imposición de servidumbres por causa de utilidad pública o interés social prevalentes a los del propio monte. Además, también pueden incluirse en procesos de reestructuración parcelaria.
  • Adquisición de terrenos

Las comunidades de montes vecinales también podrán adquirir nuevos terrenos, siempre que redunden en el beneficio de la comunidad vecinal, de manera que con esta adquisición se procure el interés general de las personas comuneras. En la actual normativa esta compra debe ser autorizada por la Administración forestal y este es uno de los aspectos sobre los que también se abre reflexión, poniendo sobre la mesa la posibilidad de mantener o suprimir esta autorización.
  • Ordenación y gestión de los montes vecinales

Para la gestión forestal y ordenación de este tipo de montes, la actual normativa recoge que en el caso de aquellos montes que tengan una superficie superior a las 25 hectáreas en coto redondo deberán contar con un proyecto de ordenación. Mientras, aquellos con una superficie inferior basta con que dispongan de un documento simple de gestión. En este sentido, inicialmente no se contemplan modificaciones específicas.
  • Gobernanza del monte vecinal

Como se reconoce en el Libro Blanco, la regulación de los montes vecinales y su gobernanza es una cuestión compleja, por lo que se propone estructurar un modelo con alto grado de autonomía interna de las comunidades que pueda facilitar el funcionamiento de las comunidades. También se recoge que las comunidades de montes vecinales en mano común tengan una mayor participación y representación en la propiedad forestal. En este sentido se apuntan varias posibilidades: -La creación de un Consejo Gallego de Comunidades de Montes Vecinales en mano común. -Modificar la composición del actual Consejo Forestal de Galicia para que haya un mayor número de representantes tanto de las comunidades de montes vecinales en mano común como de mancomunidades. -La creación de una Mesa de la propiedad forestal dependiente del Consejo Forestal con representación de las CMVMC proporcional a la superficie de este tipo de propiedad. -La revisión de la regulación de la representación de las CMVMC en los jurados provinciales. En lo tocante a la gobernanza también se abordan los órganos que deben integrar estas comunidades, así como el funcionamiento de los estatutos y el voto o la documentación de la que deben disponer.
  • Otros aspectos incluídos

En el Libro Blanco también se atiende a otros aspectos que afectan directamente a los montes vecinales como son los deslindes o los convenios de explotación, en los que se incluyen los contratos temporales de gestión pública que vienen a sustituir a los consorcios y convenios. Además, hay otras cuestiones que también afectan a la gestión de este tipo de montes y que se recogen para abordar en la futura Ley como son la pervivencia o eliminación de los jurados provinciales de los montes vecinales en mano común, así como los trámites de registro de estos montes. También se hace referencia a distintos aprovechamientos como el cinegético, con la correspondiente regulación que precisaría para llevarse a cabo, así como la función social y recreativa que tienen sobre todo de aquellos montes vecinales que se encuentran en zonas periurbanas o la gestión de los residuos abandonados en estos montes. Además, incluso se aborda la propia desaparición o abandono de los montes vecinales en mano común.

¿Cómo afrontan montes vecinales y propietarios la prevención de incendios alrededor de las viviendas?

Dos de cada tres hectáreas de Galicia son forestales. El resto del territorio se divide entre tierras agrarias y más de 30.000 núcleos de población. Durante décadas, las tierras agrarias constituían una frontera natural entre aldeas y monte, pero la progresiva pérdida de actividad agraria, unida a la pérdida de población en el interior gallego, difuminó la barrera de prados y tierras de cultivo. Otro fenómeno paralelo fue el acercamiento de urbanizaciones y viviendas al monte en áreas periurbanas, con el consentemento de las Administraciones. Ese escenario explica la situación actual, en la que la gestión de las alrededor de 85.000 hectáreas forestales que se ubican en franjas de seguridad de viviendas se ha convertido en una tarea titánica. ¿Cómo afrontan montes vecinales y propietarios particulares ese desafío?. Hablamos con técnicos del sector que trabajan con las comunidades de montes y propietarios particulares. Hay coincidencia en dos apreciaciones. Primera, las comunidades de montes están adaptándose de manera progresiva a las exigencias de prevención, básicamente con inversiones propias. Segundo, sería preciso un mayor apoyo público para la gestión de la red seguridad. Xosé Covelo. Director técnico de la Asociación Forestal de Galicia (AFG)

“Las comunidades de montes están invirtiendo en una labor de protección civil que no les corresponde”

La Asociación Forestal de Galicia destaca en primer lugar su trabajo de información y asesoramiento a los propietarios y montes vecinales, “que en general tienen poca información de la Administración, en muchos casos solo por vía de propuestas de sanción”, señala el director técnico de la AFG, Xosé Covelo. En cuanto a las comunidades de montes, Covelo apunta que la mayoría de las redes de prevención figuran en los instrumentos de ordenación de las comunidades. De acuerdo con esos instrumentos, los montes vecinales están procediendo a eliminar pinos y eucaliptos en las fajas de seguridad establecidas (50 metros alrededor del límite de suelo urbano o viviendas). Un segundo paso es la plantación en las franjas de corredores verdes de frondosas caducifolias, “principalmente abedules y robles”, señala Covelo. Tras la plantación, queda el deber de acometer periódicos desbroces del matorral, “que representan un gasto permanente”. “Es un trabajo que con frecuencia se hace en exclusiva con fondos propios, ya que las ayudas de la Xunta para forestación con frondosas obligan al propietario a elegir sólo una línea de forestación: o bien plantaciones en parcelas forestales no ubicadas en redes de seguridad o bien la plantación en fajas de seguridad” -cuestiona Covelo-. Así las cosas, “las comunidades de montes están asumiendo el peso del gasto de una labor de protección civil que no les corresponde”, valora. A pesar de las dificultades, la mayoría de montes vecinales está acometiendo la gestión de las franjas, a excepción, en algunos casos, de algunas zonas que, por su orografía, tienen complicada mecanización. Aumentar la biodiversidad “Para la gestión de las franjas de seguridad alrededor de viviendas, estamos recomendando en general la plantación de frondosas, salvo algunas zonas que no tienen suelo apto para estas especies”, apunta Covelo. “Son una vía para aumentar la diversidad del monte y en 15-20 años, cuando su copa impida el paso de la luz, se reducirá el coste del mantenimiento, pues no crecerá el matorral”, explica. La recomendación principal de especies pasa por el abedul, un árbol pionero que suele implantarse bien, con el complemento del roble autóctono. “En zonas con suelo profundo de orientación norte u oeste, también puede plantarse castaño, pero en orientación sur no tendría sentido”, señala el director técnico de la AFG. “Para zonas de exposición sur, en algunos casos se emplean alcornoques”. Franja plantada con frondosas en una zona de orografía difícil. / Imagen: AFG. Propiedades particulares Entre los propietarios particulares, en zonas marcadas por el minifundio, las actuaciones son más complicadas. Hay que tener en cuenta que una parte de las parcelas es de propietarios desconocidos o ausentes, en tanto en el resto del monte, los propietarios suelen actuar, en general, a requerimiento de la Administración. Alejandro Oliveros. Director de ordenación forestal de Ence.

“Estamos animando a los propietarios a respetar las franjas de seguridad, para las que les entregamos de manera gratuita planta de abedul”

Ence, la principal consumidora de eucalipto en la comunidad, inició este verano una campaña para incentivar la plantación de frondosas caducifolias en las franjas de protección de viviendas y núcleos de población. “Estamos regalándole planta de abedul a los propietarios forestales que nos venden madera de eucalipto y, en esta primera fase, estamos corriendo además con los costes de plantación”, explica Alejandro Oliveros, director de ordenación forestal de Ence. Plantación de abedules por Ence. Oliveros considera que el abedul es una especie que además puede proporcionarle a los propietarios una renta futura, si deciden cortarlo. En Galicia, en la actualidad el principal destino del abedul es para leñas y tableros, si bien se trata de una especie que en países del norte de Europa se emplea también para pasta de papel. Preguntado sobre esa posibilidad, Oliveros no la descarta, si bien precisa que Ence en la actualidad trabaja en exclusiva con eucalipto. La pastera valora también introducir otras frondosas caducifolias en la oferta de planta para las franjas de prevención de los propietarios que les vendan madera. Manuel Méijome. H20 Iniciativa en medio rural

“Los montes con proyectos de ordenación aprobados están dejando las distancias exigidas en todas las repoblaciones”

Manuel Méijome, de la consultora forestal H20 Iniciativa en medio rural, apunta a que la mayoría de comunidades de montes con proyectos de ordenación aprobados están cumpliendo los deberes derivados de las franjas, tanto en el caso de las secundarias, alrededor de núcleos de población, como de las primarias, alrededor de carreteras. “En las carreteras, la idea de la normativa es crear cortafuegos verdes con frondosas en las dos orillas de la carretera. En general, se están empleando para eso abedules y robles. Es un sistema que para tener eficacia, está condicionado a que las frondosas no mueran y a que esa superficie se mantenga desbrozada, lo que es complicado”, apunta. En los propietarios particulares, la gestión de las franjas difiere de unos ayuntamientos a otros, según la experiencia de Méijome. “En el interior de Lugo, tenemos casos como el de O Incio, que cumple al pie de la letra a normativa, con notificaciones a los propietarios en el caso de incumplimiento, en tanto otros Concellos tienen una actitud más flexible”, valora. En cuanto a las dificultades que se están encontrando comunidades de montes y propietarios para cumplir con la normativa, aparte de las económicas, Méijome apunta la carencia de plantas de frondosas de origen gallego. “La orden de ayudas obliga a emplear planta de origen gallega, pero nos encontramos con que no existe suficiente roble de origen gallego”, cuestiona. Ante esa situación, la alternativa que queda es el abedul y el castaño, este último en el caso de suelos profundos con humedad suficiente. “Si el castaño se planta en un sitio equivocado, en un verano seco puede morir la mitad de la planta”, advierte. José Manuel Iglesias. Xesforest Ingeniería

“Los corredores de frondosas alrededor de las carreteras tienen un coste laborioso”

Otro técnico que trabaja en el interior de Lugo es José Manuel Iglesias, de Xesforest Ingeniería, que analiza lo que sucede en el entorno de Friol. “Las comunidades de montes y propietarios están gestionando por sí mismas en gran medida las áreas lindantes con las casas, tanto por iniciativa propia como por requerimientos de los Concellos”, explica. En cuanto a las orillas de las carreteras, donde hay que cortar pinos y eucaliptos y se pueden implantar frondosas, “es un trabajo muy laborioso que exige una inversión anual de desbroces. Es más complicado, sobre todo cumplir en tiempo y forma con los desbroces del matorral cada año”, valora José Manuel. “Lo ideal sería hacer allí una selección de brotes de frondosas, para regenerarlas, pero es un trabajo que tiene un coste laborioso y que no ofrece rendimiento económico”, explica. En cuanto a las especies con las que más se trabaja, José Manuel coincide en señalar el abedul, “que tiene fácil implantación, incluso en terrenos malos” y el castaño para fruto en zonas que fueron tierras de cultivo en su día.

«Uno de los desafíos clave del monte gallego está en las oportunidades de comercialización de servicios ambientales»

Conocemos con dos de los socios de Bioeco2, el ingeniero forestal Manuel Beiro y la ingeniera de montes Noemi García, esta asociación profesional técnica de ámbito forestal y del medio natural. Nos acercamos a los proyectos que están impulsando y abordamos sus líneas de trabajo. -¿Por que se creó Bioeco2? -La asociación se creó por la necesidad de unir un colectivo que estaba muy disgregado. No estábamos identificados ni en el sector, ni ante la sociedad o las Administraciones. Vimos que no teníamos la representación necesaria, a pesar de formar parte de los motores del sector forestal. Veíamos que precisábamos estar unidos. Con la asociación se busca tener un foro en el que abordar los problemas cotidianos a los que nos enfrentamos las consultoras forestales. También queríamos que sirviera como herramienta para poder dirigirnos a las Administraciones para tratar estas problemáticas que nos afectan e intentar que ya no lleguen a producirse. La experiencia está siendo muy positiva. -Algunas de estas funciones podrían pensarse como propias del Colegio Profesional, ¿en qué os diferenciáis? -El Colegio incluye un abanico mucho más amplio de empresas y profesionales, que abarcan actividades muy diversas y que no siempre están relacionadas con el sector forestal. Mientras, en Bioeco2 estamos empresas y profesionales que se dedican a gestionar y a hacer proyectos sobre el monte gallego. Además, otra diferencia significativa es que Bioco2 está integrado, en gran medida, por ingenieros técnicos colegiados, pero también hay otros perfiles como técnicos que proceden de los ciclos de Formación Profesional. ¿En qué ámbitos trabajan los socios de Bioeco2? -Somos empresas y profesionales que nos encargamos de fomentar la llamada gestión forestal: se planifican las obras y proyectos, se solicitan las intervenciones, se controlan las actuaciones... Somos las consultoras que asesoran a los propietarios y gestores forestales y que elaboran los documentos de gestión y planificación forestal, lo que nos coloca en un lugar privilegiado para echar una mano en la gestión del monte gallego. Nuestros clientes son los propietarios, tanto privados como comunitarios del monte e incluso los rematantes y las empresas que integran la industria forestal.
“Somos una asociación de empresas multitarea, donde cada empresa está especializada en un área geográfica y en una actividad, y entre todas complementamos las necesidades que vemos en el sector forestal”
Al ser un grupo de profesionales diverso abarcamos un amplio número de servicios. No nos quedamos solo en el acompañamiento del comunero, sino que dentro de Bioeco2 hay empresas que también se dedican a la certificación forestal o al testeo técnico para aquella madera que se usará con fines estructurales. Esta diversidad hace que podamos abarcar más posibilidades y temas que son de interés para la gestión del monte, así como ser más conscientes de las oportunidades y amenazas que tenemos para nuestra profesión. Somos una asociación de empresas multitarea, donde cada empresa está especializada en un área geográfica y en una actividad y entre todas complementamos las necesidades que vamos viendo en el sector forestal. -¿Está teniendo buena acogida la asociación? -La gente veía esta necesidad y se está uniendo, sobre todo porque puede ser una manera de afrontar problemas del día a día de una manera conjunta. Se está viendo como una vía para poder abordar no solo problemáticas, sino para tener mayor acceso a cuestiones novedosas, como los sumideros de carbono o los servicios ecosistémicos que ofrecen nuestros montes, en general, y por supuesto, para abordar aquellos temas para los que es preciso crear nuevas herramientas y que de este modo conjunto resulta más fácil. -¿Qué iniciativas habéis llevado a cabo en estos primeros años? -Ya ha sido todo un hito histórico el propio hecho de constituirse, ya que somos un perfil de profesionales que no estábamos acostumbrados a agruparnos, a diferencia de lo que ocurre con otros sectores. En este tiempo llevamos a cabo 3 proyectos destacados. Por una parte estamos ultimando una plataforma de subastas, Mercamadeira. También accedemos a dos ayudas de formación de la Axencia Galega da industria Forestal (Xera) y creamos una revista especializada, Conecta Savia, en colaboración con el Clúster de la Biomasa, que echó a andar casi al mismo tiempo que Bioeco2. -Hablemos un poco más sobre en qué consiste esta plataforma de subastas y cómo la creasteis. -Desde hace unos años la Administración, para la comercialización de los montes de gestión pública optó por la digitalización de las subastas y nosotros vimos que este es un sistema útil y de interés, también ahora que estas superficies van a pasar a ser gestionadas de manera privada, y por lo tanto también la venta de la madera. Nos parece de utilidad tener una plataforma digital para la venta de la madera, de manera que los maderistas puedan tener acceso a todos los lotes, así como a los pliegos de condiciones y a la documentación técnica. Además esta plataforma permite, con todas las garantías, presentar los sobres con las ofertas para realizar la subasta.
"Nos parece de gran utilidad tener una plataforma digital para venta de la madera con todas las garantías y donde los profesionales tengan acceso a la información sobre los lotes o la documentación técnica”
Incluso proponemos enlazar esta plataforma con otras herramientas digitales que tiene la Administración, como la gestión de los permisos de corta. También valoramos que en un futuro pueda ser empleada por nuestros clientes como un punto de venta de los productos forestales, desde madera o sumideros de carbono. -¿Está funcionando ya esta plataforma? -Estamos a punto de realizar la primera subasta digital, que se hará también de manera presencial para que los usuarios puedan comprobar que se realiza con todas las garantías y por ir mostrando el funcionamiento de ella. -También solicitasteis formar parte del Consello Forestal, ¿por qué esta petición? -Al igual que estamos viendo que en nuestro día a día encontramos dificultades en procedimientos y en la gestión administrativa del monte también vemos que podemos proponer soluciones viables. Por eso creemos que lo lógico sería que pudiéramos participar en el Consello Forestal y contribuir con las aportaciones antes de que se aprueben los procedimientos o las órdenes de subvención, para que aquellas dificultades que se puedan detectar ya en una fase inicial no continúen y nos encontremos con ellas a la hora de hacer el trámite en cuestión. Por eso creemos que es importante estar en el Consello Forestal, ya que muchas de estas cuestiones pueden abordarse ahí.
Pedimos formar parte del Consello Forestal, ya que conocemos los problemas del día a día de la gestión forestal
-¿Habéis tenido ya respuesta por parte de la Administración? -Por el momento desde la Administración solo nos han indicaron dónde tramitar la solicitud, aunque sin concretar mucho cómo debemos tramitarla. Estamos esperanzados en que acepten que participemos, porque creemos que podemos aportar mucho.

“Los montes vecinales son muy interesantes por su componente social, pero también a nivel de gestión forestal por las grandes superficies que abarcan”

-Otra de las gestiones recientes de la Asociación ha sido una reunión con la Dirección General de Montes en la que entre otros temas habéis abordado distintas problemáticas que afectan directamente a las Comunidades o a los montes vecinales en mancomún. ¿Cómo veis la realidad de estos montes? -Todos apreciamos que son un tipo de superficie muy interesantes, no solo por el componente social que tienen detrás, sino también desde un punto de vista técnico en la gestión forestal por la superficie que se maneja de media. Es preciso tener en cuenta que la superficie media de un monte vecinal en Lugo son 220 hectáreas, por lo que las posibilidades son inmensas. -También es una gestión compleja... -Es cierto que la gestión de este tipo de propiedades es ilusionante, por las posibilidades que ofrecen, y al mismo tiempo están cargadas de problemas, ya que las comunidades tienen muchas obligaciones con la Administración, que deben realizar, muchas veces, de manera digital. Precisamente, una de las grandes aportaciones de la asociación es la puesta en común y la búsqueda de soluciones digitales que puedan servir de ayuda a los comuneros e incluso a las juntas rectoras, además de ayuda técnica en procedimientos de por sí bastante enrevesados, como pueden ser los deslindes para montes vecinales.
“El problema en el caso de los deslindes con propietarios privados es que se ha copiado el procedimiento que llevaba a cabo la Administración en los montes de utilidad pública, por lo que resulta inviable”
-Precisamente el tema de los deslindes de los montes vecinales ya ha generado debate, ¿cómo está ahora esta tramitación? -Desde la Administración son conscientes que los deslindes de montes vecinales con propietarios privados no está funcionando. Se está viendo que las comunidades, al no conseguirlo mediante el procedimiento, están optando por la vía judicial. Por el contrario, cuando se trata de dos comunidades de montes es un proceso más simplificado y está funcionando. El problema en el caso de los deslindes con propietarios privados es que se ha copiado el procedimiento que llevaba a cabo la Administración en los montes de utilidad pública, cuando la realidad es que un propietario no tiene acceso a la misma información y garantías que las Administraciones a la hora de afrontar este procedimiento, por lo que resulta inviable. Ahora mismo hay una situación de incertidumbre sobre cómo se le dará solución. -¿Habéis tratado el tema de las dificultades para abordar los deslindes en la reunión con la Dirección General? -Nos pidieron que elaboremos un informe en el que se contemplen las dificultades y posibles soluciones. La realidad es que nos estamos encontrando con ayudas finalistas que no tienen en cuenta que los plazos de tramitación en temas como los deslindes suelen ser de 2 años, con lo que resulta imposible poder optar a ellas. También estamos viendo que se está restando dinero de las ayudas por cuestiones que no estaban contempladas en las órdenes y no hay un criterio unánime entre provincias, lo que está provocando una situación caótica. -También advertísteis de problemas en las ayudas de la PAC para las comunidades de montes -El problema deriva desde el momento que se empezó a hablar de que las comunidades de montes vecinales tendrían que presentar un Plan de aprovechamiento silvopastoril. La falta de una regulación clara, sin que se adaptase a la realidad de este tipo de aprovechamiento, y el choque con otras figuras como el plan de ordenación de estas comunidades hizo que se hayan perdido ayudas específicas activadas para desarrollar estos planes. -Otra de las cuestiones sobre las que también parece haber cierta problemática es la certificación forestal en los montes vecinales conveniados con la Xunta. Explícanoslo. -Lo que está ocurriendo es que los montes que están en gestión pública están trabajando en exclusiva con un grupo de certificación pública y no es posible que ese monte sea certificado por empresas de certificación. La situación se agrava porque en la mayoría de los montes vecinales no todo el monte está en convenio, es decir, en gestión publica, sino solo una parte. El hecho de que este grupo de certificación público solo certifique la parte conveniada provoca que muchas veces queden por certificar espacios que no están teniendo un aprovechamiento forestal ni una rentabilidad, pero certificar toda la superficie es imprescindible para las comunidades de montes, puesto que es un requisito en los planes de ordenación que deben presentar y para obtener financiación para su gestión. Esta exclusividad de certificación está ocasionando perjuicios para las empresas que certifican, porque además de ejercer una competencia directa está, en cierto modo, obligando a las otras empresas a certificar gratis aquellas áreas menos productivas, para que los propietarios puedan acceder a realizar estos trámites o lograr subvenciones, que de otro modo perderían.
-Cuando se habla de la gestión de los montes, otro de los temas que está de actualidad son los proyectos de absorción de carbono. ¿Estáis trabajando en esto desde la asociación? -Precisamente otro de los proyectos que hemos impulsado desde la Asociación es BiomaisCO2, en el que se propone una nueva propuesta de cálculo de CO2 basado en la silvicultura. Junto con la Universidad de Compostela, el Clúster de la madera y empresas como Asefor y Bioeco2, establecemos una metodología de cálculo para la absorción de carbono. Es un proyecto pequeño, en cuanto a desembolso económico, pero creemos que es imprescindible estar en estos momentos abordando este tema para obtener un conocimiento más claro de cómo se va a gestionar esta compensación del carbono y la relación que guarda con la silvicultura y el cálculo derivado de los productos forestales. Es un tema muy novedoso.
“En Bioeco2 estamos participando en un proyecto conjunto para obtener una metodología de cálculo de la absorción de carbono basado en la silvicultura”
-¿Cómo valoráis el tratamiento que se está haciendo con los sumideros de carbono? -Vemos que hay mucha falta de información veraz: falta divulgación. Sabemos que hay diferentes iniciativas funcionando, cada una con su fórmula. Hay algunas iniciativas foráneas que incluso rondan la usura, pura compra de derechos del territorio para su especulación. Desde Bioeco2 alertamos de esto ya hace unos meses y la Administración frenó entonces este tipo de iniciativas a raíz de un decreto que buscaba poner un poco de orden. Es un tema muy complejo e importante para los recursos de las comunidades de montes y seguimos sin tener información. Además es un tema fundamental de la responsabilidad social de las empresas, ya que hay una exigencia desde Europa, pero esto tampoco está haciendo que se agilice y se proporcione información sobre él.
“Europa está viendo las oportunidades que tienen nuestros bosques y debemos saber aprovechar las oportunidades que nos brinda con ayudas y proyectos”
-Vosotros que trabajáis día a día en la gestión forestal, ¿qué opinión tenéis sobre la situación actual del monte gallego? -Estamos en un momento muy ilusionante, con mucha capacidad de desarrollar proyectos muy distintos y de dar respuesta a la necesidad de que el monte termine siendo una fuente de recursos, no solo desde un punto de vista forestal, sino también contemplando otros servicios ecosistémicos, de manera que la sociedad sea consciente de todo lo que tenemos gracias al monte. Europa también está viendo las oportunidades que tienen nuestros bosques y debemos saber aprovechar las oportunidades que nos brinda con ayudas y proyectos. En este marco, los montes vecinales van a ser muy útiles para aprovechar todo esto. Estamos en un momento de cambio, de revolución en todos los ámbitos, desde los peligros del cambio climático, pero también de manera positiva por todas las cosas en las que avanzar. Estamos también incluso ante un cambio generacional y hay que ser capaces de traccionar a las nuevas generaciones que sustituirán a las directivas actuales, tanto de la propiedad privada como comunal. Tanto desde Bioeco2 como desde las consultoras forestales tenemos que ser capaces de liderar ese cambio y estar a la altura de los retos que se están presentando. Debemos de saber organizar toda esta información para que impacte de forma positiva. -Habláis de un momento ilusionante y de revolución, justo cuando se habla mucho del abandono actual del monte y del rural... -Todo forma parte del mismo reto. El abandono es un gran problema, pero no es solo eso sino lo que trae parejo como pueden ser los incendios, la pérdida de biodiversidad y de recursos... El abandono generacional y la obtención de recursos económicos a través de la gestión forestal es algo que tenemos que intentar solucionar, junto con la Administración, que también debe saber, que estas empresas y profesionales somos parte de su ejército, ya que estamos formados y preparados para abordar algunos de estos retos. Es más fácil que se haga a través de nosotros, que solo con la normativa. Todo forma parte del mismo reto: poner información en el territorio, hablar con los viejos, pero también con los nietos... Hay respuestas, solo hay que buscarlas. Estamos ante un reto de toda la sociedad, pero que debe ser articulado a través de los profesionales que estamos en el día a día. Hay que ser conscientes también de que muchas veces el propietario que abandona el monte es porque no sabe bien cómo gestionarlo y aprovecharlo y todo le resulta una carga. Si esas personas tienen un mejor acceso a los profesionales que integramos la asociación y los podemos asesorar sobre las posibilidades de aprovechamiento que puedan tener quizás no piensen en abandonarlo. Si además disponemos herramientas digitales para que los pequeños propietarios puedan sumarse a aprovechamientos alternativos y rentables, puede ser más fácil luchar contra el abandono del monte.
“La gestión forestal no es solo hacer trabajos en el monte con máquinas. Hay que saber ver las necesidades que tiene el monte y ofertar opciones y herramientas de interés para los propietarios”
-¿Qué creéis que es prioritario para el monte gallego? -Es cierto que hay que potenciar la gestión, pero la gestión forestal no es solo hacer trabajos en el monte con máquinas. Hay que saber ver las necesidades que tiene el monte y proporcionar opciones y herramientas de interés para los propietarios. Tenemos que estar mucho más relacionados y tener una comunicación fluida y coordinada para que la gestión forestal sea más activa que la actual. -Y para finalizar, ¿qué líneas de trabajo os marcáis desde Bioeco2 de cara al futuro? -Vamos a seguir trabajando en las líneas que iniciamos y además tenemos otro proyecto con el que buscamos proporcionar un mercado en el que ofertar servicios ecosistémicos y de sumidero de carbono. Pero sobre todo, desde la asociación vamos a seguir trabajando en aquellos temas que de manera individual nos resulta más complicado desarrollar, pero que vemos que son de gran utilidad y necesidad. Vamos a seguir moviéndonos para ser interlocutores con la Administración y seguiremos trabajando en temas de formación e información para el sector.

Manzanas y abejas en Boborás, una combinación en beneficio mutuo

Una plantación de manzanos con dos colmenares en un monte comunal de Ventosa (Boborás, Ourense) centrada en la producción ecológica de miel y manzanas. Así es la colaboración que surgió de la mano de Ouro de Feás (Manuel Lastres y Sergio Rey) y Mel da Alborada (Daniel Caiña), que nos explican como nació esta iniciativa y los puntos clave de su trabajo. En el año 2019, Manuel Lastres y Sergio Rey, vecinos de Meaño y Vilanova de Arousa respectivamente, comenzaron con su empresa “Ouro de Feas”, plantando manzana para sidra y mesa en ecológico en una finca de 22 hectáreas ubicada a 600 metros de altura en Ventosa. Cuando estaban acondicionando la finca, contactó con ellos Daniel Caiña, bombero, apicultor y vecino de Boborás, estableciéndose una relación de amistad. De esta amistad surgió la idea de copiar un modelo que ya habían visto en varias plantaciones, abejas y manzanos coexistiendo en las mismas fincas. El resultado de esta colaboración es un beneficio mutuo, manzanas y miel de una calidad y características organolépticas óptimas y un 15-20% más de producción. Los inicios del proyecto “Estábamos buscando terrenos grandes y Patricia Torres, alcaldesa de Boborás, nos puso en contacto con la comunidad de vecinos de Ventosa, la aldea en la que se sitúa la plantación, llegando al acuerdo de un arrendamiento por 30 años en su monte comunal. Era monte que estaba muy abandonado y al que no le sacaban provecho, pues además habían tenido incendios”, cuenta Manuel. La ejecución de la plantación llevó consigo un importante trabajo:”Hubo que subsolar el suelo con un bulldozer, ejecutamos un cierre perimetral… Pedimos algunas ayudas para cierres, pistas, cortafuegos,pero no recibimos ninguna ayuda económica. En Galicia, hay ayudas para otro tipo de plantaciones pero no para las plantaciones de manzanos. También hicimos analíticas del terreno, para saber como estaba a nivel de nutrientes. Como la tierra tenía un exceso de acidez, decidimos contrarrestarlo con cal para que las raices creciesen mejor. ”, dice Manuel. Sobre el estado del monte, Daniel aclara que “era una zona de matorrales, había mucha zarza, mucho tojo, estaba bastante boscosa. Lo que hubo que hacer fue un acondicionamiento previo, desbrozar todo, remover la tierra, y una vez que la tierra estaba oxigenada, se plantó de forma sectorizada. También se hizo un gran trabajo perimetrando y cerrando la finca con postes y con malla para protegerla de animales como el corzo o el jabalí, que podrían entrar a comer los frutos”. “Además, creamos pistas, siempre respetando la orografía del terreno. En definitiva, lo que buscamos es colaborar con el medio ambiente y con la agricultura, poner en valor las aldeas y montes abandonados… Limpiar, hacer cortafuegos, trabajar de forma totalmente natural”, señala Daniel. Los manzanos están en los primeros años de producción. Ouro de Feás: manzanas a la carta Los impulsores de la plantación de manzanos, Manuel y Sergio, decidieron plantar 11 de las variedades de manzana más demandadas en el mercado nacional, que son: Madiedo y Amariega (amargas), Raxao, Regona y Durona de tresali (ácidas), De la Riega, Carrió y Collaos (semiácida), Verdialona y Paragües (dulce), y Florida y Carrió (mixtas). Lo hicieron de forma sectorizada, para poder tener un control total y poder servir las variedades específicas que busque cada cliente. El manejo se limita a abono orgánico ecológico, desbrozado y poda. La plantación está inscrita en el Consejo Regulador de la Agricultura Ecológica de Galicia, Craega. El proyecto está aún en sus primeras fases, pero en cuanto al mercado de la manzana, Manuel asegura que, por lo que escucha en el sector, el precio al que se paga el kilo de manzanas en Galicia “apenas cubre gastos de producción”. “Resulta muy complejo hacer una estimación de la producción, pues hasta dentro de 2-3 años no tendremos suficiente producción como para poder comercializar la manzana, pero cada manzano puede dar entre 200 y 60 kg, dependiendo de varios factores, como la vecería, que es la tendencia a dar una producción más pobre en los años pares. Es muy complejo de contrarrestar, pero se puede hacer algo con ciertos sistemas de poda y abonado que pretendemos implantar aquí”, aclara Manuel. Otra mejora llegará de las colmenas colocadas por Daniel en el monte, que contribuirán a una mejor polinización: “Las manzanas alcanzan un mayor tamaño, piel más crujiente, color más intenso, conservan su punto de acidez mejor y tienen alto índice de azúcar, pudiendo aumentar la producción entre un 5 y 15%”. “Todo esto se debe tanto al beneficio que les aporta la polinización de las abejas como a las características de la finca, orientada al sur y con el norte tapado, protegida de temporales y totalmente expuesta al sol, a 600 metros de altura y con notables oscilaciones térmicas. La polinización de las abejas y las características de la finca le otorgan a las manzanas una calidad excepcional”, destaca Daniel. Mel da Alborada: miel de calidad y variedad de productos. Respecto a la miel y a las abejas, lo que se consigue en la plantación de manzanos es un crecimiento temprano de los enjambres y la posibilidad de obtener una miel monofloral, que el propio apicultor reconoce que será dificil, pues se trata de una finca rodeada de una gran variedad de fuentes de miel, como la silva, castaño, roble, carrasca… Se trata de un “paraje virgen” que facilita la producción de una miel de calidad. De cara al futuro, valoran crear un sello relacionado con la zona de Boborás y también incorporarse a la IGP Miel de Galicia, con una línea de producción ecológica y otra convencional. En cuanto a las variedades de miel que trabajan, la idea es dirigirse hacia un miel de sabor más fuerte, que sería la miel de castaño y la de carrasca, bien en mieles monoflorales o multiflorales. En los últimos análisis que hicieron de la miel, el resultado fue un 78% de castaño, excepto un colmenar que tienen apartado a modo experimental, que salió un 70% de carrasca. Además de la miel, también comercializan otros productos primarios de las colmenas como la tintura de propóleo, los propios panales de cera, el polen seco, así como licores y botes en los que combinan la miel con frutos secos de la zona: nueces, almendras y castañas. Daniel piensa que colocar la miel a nivel nacional resulta más complejo que a nivel autonómico o internacional. Asegura que en Francia, Suiza o Alemania, por ejemplo, se valora mucho la miel gallega y el precio puede triplicar el que se paga en España. En su opinión, se debería estandarizar un mínimo de 10 euros por el bote de kilo de miel, menos de eso piensa que no compensa para el apicultor. Daniel explica que “nuestro objetivo es ir creciendo poco a poco y llegar a tener una producción de miles de kilos.La idea es expandir nuestros productos a nivel internacional. Para esto, nos interesaría crear un sello de garantía de nuestra zona (Boborás), además de llevar la etiqueta de la IGP Miel de Galicia. Con las manzanas la filosofía es a misma”. Lucha biológica con aves En esta zona ya había aves,pero colocando cajas, los productores favorecen su anidamiento en la finca. Esta idea la sacaron de algunas plantaciones profesionales que visitaron y en las que vieron que hacían esto para combatir ciertas plagas. “Contra el pulgón y el gusano el único control es el biológico, las mariquitas, los pájaros… Realmente aún no tuvimos ninguna plaga significativa, solo pequeños casos aislados, pero lo que está claro es que nos interesa que se autorregule el medio e intervenir lo menos posible” recalca Manuel. La velutina es otro de los graves problemas a los que se enfrentan de cara al futuro. Caja nido en un árbol. Plan de trabajo “El trabajo de campo en la colmena queremos seguir haciéndolo igual, como se hizo toda la vida, con ahumador, con pinzas… trabajar siempre de manera natural con las colmenas. Después, en el proceso de extracción sí que valoramos mecanizar porque es mucho más rapido desopercular la máquina que a mano. Ese sería el único proceso que podríamos llegar a mecanizar” concluye Daniel. Por su parte, Manuel declara que “actualmente los manzanos son muy pequeños y podemos hacer todos los procesos nosotros mismos con nuestras propias manos, planta por planta, tanto abonado como poda. Con el tiempo, cuando los manzanos crezcan, será inevitable mecanizar estos procesos y otros”. “Además, también tendremos que contratar a gente para que nos ayude en el mantenimiento de la finca, y eso nos pone frente a otro de los grandes problemas en el rural actualmente: la falta de mano de obra. También será necesario instalar una estación meteorológica para poder registrar los datos de forma seria y un sistema de riego automático centralizado. Son grandes inversiones, pero necesarias”.

Polémica entre empresarios de la comarca de Vigo y montes vecinales por la propiedad de tierras

En la comarca de Vigo se ha constituído en las últimas semanas una autodenominada Plataforma Gallega de Afectados por las comunidades de montes. El colectivo, impulsado por empresarios y con presencia también de particulares, acusa a comunidades de montes del área metropolitana de Vigo de intentar apropiarse de terrenos ocupados por empresas y viviendas. La Plataforma señala que hay diez casos en los juzgados, después de que fueran denunciadas cuatro empresas y seis particulares, por lo que demanda de la Xunta una "solución", pues consideran que se ven en una gran "inseguridad jurídica". Desde la Organización Gallega de Comunidades de Montes, por su parte, han emitido un comunicado en el que consideran a la Plataforma un intento de "perpetuar la usurpación franquista de los montes vecinales". Contexto Conviene recordar que los montes vecinales fueron intervenidos de manera generalizada durante el periodo franquista, cuando se acometió su forestación por parte del Patrimonio Forestal del Estado, en colaboración con los Ayuntamientos y Diputaciones. La recuperación de la propiedad por parte de las comunidades se inició de manera generalizada a comienzos de los años 80. Este es un proceso que prácticamente se puede dar por finalizado, pero que en determinadas zonas ha dejado conflictos puntuales, bien por falta de un deslinde correcto del monte vecinal, bien por la presencia de propiedades particulares en los terrenos del monte vecinal. Herencias de la intervención pública La Organización Galega de Comunidades de Montes considera que los integrantes de la Plataforma "saben que están ocupando unas tierras que no son suyas, sino de titularidad de las comunidades de montes". "Son tierras que les fueron cedidas o vendidas por los respectivos Ayuntamientos, cuando estos no eran los titulares legítimos de estas tierras, sino que eran los beneficiarios de la usurpación de los montes vecinales llevada adelante por la dictadura franquista" -argumenta la Organización-. "Y estos empresarios, para perpetuar esa ilegalidad, le exigen a la Xunta que acometa una nueva usurpación de los montes vecinales". Cuestión algo distinta es el caso de los particulares, según la Organización Galega de Comunidades de Montes. "Están también ocupando en régimen de propiedad terrenos de montes vecinales de una manera alegal, pues en origen, quien vendió o cedió esa tierra fue un Ayuntamiento que no era titular de la misma. Por lo tanto, sus reclamaciones de daños y perjuicios deben dirigirlas a estas administraciones, no contra los legítimos propietarios", argumentan los comuneros. Desde la Organización Galega de Comunidades de Montes inciden en que la nueva ley de montes vecinales que prepara la Xunta es un buen momento para resolver estos conflictos. "Deben declararse nulos de pleno derecho todos los actos y negocios jurídicos llevados adelante por los Ayuntamientos en el tiempo en que duró la usurpación franquista de los montes vecinales", defienden.

Avanza la implantación de pastizales en los montes del ayuntamiento ourensano de Cartelle

El director general de Ganadería, Agricultura e Industrias Agroalimentarias, José Balseiros, acompañado por el delegado territorial de la Xunta en Ourense, Gabriel Alén, acaba e reunirse con el alcalde de Cartelle, Jaime Sousa, y con representantes del monte vecinal en mano común de Cabadas, en el que se prevé instaurar un pastero de cerca de 20 hectáreas. Así, en compañía también de ganaderos que se beneficiarán de la iniciativa, estuvieron visitando la zona en la que se trabajará en el marco del Plan de pastos de la Xunta. De este modo, se busca promover un mejor aprovechamiento de los recursos naturales para trabajar en la anticipación a los incendios forestales y, sobre todo, para garantizar la rentabilidad de las explotaciones, al facilitarles más base territorial y proporcionarles nuevas herramientas para generar oportunidades de riqueza en el rural. En este caso concreto, los ganaderos beneficiados cuentan con más de una treintena de ejemplares de la raza autóctona bovina Frieiresa, a la que le buscan dar un mayor impulso con esta iniciativa. El Plan de pastos -que se encuentra en su tercera fase de ejecución- prevé actuar en una superficie total de 2.250 hectáreas en toda Galicia. Así, las dos primeras fases ya están rematadas con actuaciones en alrededor de 1.200 hectáreas de terreno. En el caso de la provincia de Ourense, se ejecutaron pastos en 15 ayuntamientos que supusieron el acondicionamiento de 355 hectáreas en esta provincia.

Recomendaciones a las ganaderías para evitar recortes en las ayudas por pastos en la PAC 2023

La campaña de la solicitud de la PAC de este año se prevé problemática. A la complejidad añadida en la tramitación, a consecuencia de la entrada en vigor en el nuevo período 2023-2027 de elementos como los ecorregímenes, se añade una actualización del SIGPAC que modifica el porcentaje subvencionable en parcelas de pasto arbustivo y bajo arbolado. Desde el pasado 1 de febrero se pueden consultar a través del Visor del SIGPAC los datos de las parcelas que se tendrán en cuenta para la Solicitud Única que comienza el próximo 1 de marzo. Como novedad para esta campaña 2023 se incorporan nuevas capas de Pastos Comunales y Franjas de Protección de Cauces y se actualiza el valor del nuevo Coeficiente de Subvencionabilidad de Pastos (CSP), que sustituye al anterior Coeficiente de Admisibilidad de Pastos (CAP). El nuevo CSP, definido en los Decretos que regulan el nuevo período de la PAC, aprobados a finales de diciembre, se aplica a aquellas superficies de pastos “que presenten características que de forma estable impidan un aprovechamiento total de las mismas por la presencia de elementos improductivos tales como zonas sin vegetación, pendientes elevadas o masas de vegetación impenetrable” (Real Decreto 1048/2022 artículo 3.13).
Para la fijación del nuevo Coeficiente de Subvencionabilidad de Pastos se tienen en cuenta las condiciones de la parcela, la pendiente, la presencia de arboledo y las características botánicas del pasto
Como novedad respeto al CAP fijado en el año 2015, el CSP del 2023 introduce el factor de la especie forrajera a la hora de fijar el porcentaje de superficie de pasto subvencionable, que valora la pastabilidad del tipo de vegetación presente en la parcela. Además, se introduce una nueva categoría para la clasificación de las parcelas, la de Matorral (MT), que se añade a las ya existentes de Pastizal (PS), Pasto Arbustivo (PR) y Pasto Bajo Arbolado (PA). Consecuencias a la hora de solicitar la PAC La reducción de la superficie admitida afecta sobre todo a ganaderos en las zonas de montaña, que verían comprometidas las ayudas que percibían estos años. Xoán González es titular de una explotación ovina en el ayuntamiento de Viana do Bolo. Este joven detectó el problema al revisar en el SIGPAC sus parcelas tras la última actualización del 1 de febrero. “Tengo fincas calificadas como pasto arbustivo que están muy bien cuidadas y que valen para pastar casi como si fuesen un prado que pasaban de un 85% de CAP a cero y otras al 35%. La rebaja total me suponía tener 6 hectáreas menos de superficie, con lo que perdería la línea de ayudas de ecológico y me caerían todos los compromisos de carga ganadera exigidos”, explica.
Yo recomendaría a todo el mundo que revise cómo aparecen sus parcelas para que no se encuentren con este problema el día que vayan a presentar la solicitud de la PAC
Al igual que Xoán, otros productores de la zona se encontraron con el mismo problema y decidieron dirigirse al FOGGA pidiendo explicaciones. “Llamamos al FOGGA y las volvieron a poner bien. Nos dijeron que había sido un error, pero si no llegamos a llamar no lo habrían arreglado y nos encontraríamos con ese problema el día que hubiésemos ido a hacer la solicitud de la PAC, que es lo que le va a pasar a la mayoría de la gente, que se va enterar ese día”, asegura. Xoán se queja del cambio de oficio realizado “sin un motivo de peso ni un acta que hubiese justificado ese cambio”, cuando el propio FEGA, en su última circular sobre cómo presentar alegaciones al SIGPAC, indica que “cuándo como resultado de una actualización masiva del SIGPAC, se vieran afectados a los cálculos de las ayudas de la PAC (pagos directos y pagos al desarrollo rural) así como cualquier otra subvención en la que se utilice el SIGPAC como referencia para la declaración de superficies, aquellas personas cuyos intereses se vieran afectados deberán ser notificadas en el marco del procedimiento de tramitación de dichas ayudas o subvenciones”. Un requisito que no se está cumpliendo en este caso, algo de lo que se quejan los afectados. Procedimiento para alegar al SIGPAC Desde el 1 de enero del 2005 el SIGPAC es la única base de referencia para la identificación de las parcelas agrícolas en el marco de la PAC, pero los productores deben realizar la declaración de superficies en base a la realidad del terreno. “En caso de que el SIGPAC no refleje la situación real de las parcelas y se observe que sus recintos no están correctamente delimitados o se cambió el uso de algún recinto, el productor lo notificará a su administración autonómica a través de la oportuna solicitud de modificación al SIGPAC, y entre tanto, en su solicitud única declarará la situación real”, aclara el FEGA.
Las alegaciones al SIGPAC deberán incluir un informe técnico y fotografías georeferenciadas
Para corregir los errores detectados los afectados tendrán que presentar alegaciones al SIGPAC en el propio proceso de solicitud de la PAC, a través de la aplicación que habilitará la Xunta. La alegación deberá incluir un informe técnico con antigüedad inferior a 6 meses que justifique el cambio solicitado, así como fotografías geoetiquetadas. Amaia Santamarta, técnica de Ovica y encargada de tramitar la PAC dentro de la asociación, asegura que “las alegaciones son una tortura y los resultados son muy variables dependiendo de la provincia, porque aunque supuestamente los técnicos del FOGGA tienen criterios comunes en la realidad hay mucha diferencia”. Además, dice, “las parcelas de menos de 3.000 metros cuadrados las deniegan de oficio, ya no las van ni a ver, y en Galicia hay muchas así”, se queja. Por eso “jugarse las ayudas de la PAC a esas alegaciones es un riesgo, como productor no puedes jugártelo todo a la carta de las alegaciones”, considera.
Este año la PAC va a ser un foco de problemas por todas partes. El propio FOGGA admite que el SIGPAC tiene muchas deficiencias
“Los ganaderos más afectados por la revisión del CSP son los de las zonas de montaña que tienen ganado vacuno de carne, caballos o rebaños de ovino y caprino. Los pastos arbustivos y pastos con arbolado siempre van a tener rebaja de superficie pero hay parcelas que ya habían sido alegadas y a las que se les había asignado un CAP más alto que ahora las han vuelto para atrás”, explica. “Este año la PAC va a ser un foco de problemas por todas partes. El propio FOGGA admite que el SIGPAC tiene muchas deficiencias porque coge los datos del Catastro, que en Galicia está muy mal, por lo que arrastra esos mismos errores. Galicia tiene unas circunstancias muy concretas que deberían ser tenidas en cuenta”, dice Amaia. El cambio de calificación de las parcelas puede llevar a una pérdida de fondos, sobre todo para los productores que anden muy justos de superficie declarada. “Hay zonas donde es complicado encontrar más terrenos y si los encuentras van a ser de características similares, por lo que vas a tener el mismo problema”, concluye.

Otros problemas del SIGPAC: muchos elementos del paisaje y cauces fluviales siguen sin aparecer

Una de las novedades introducidas en el actual período de la PAC dentro de la condicionalidad reforzada es la obligación de que las explotaciones mantengan un porcentaje mínimo del 4% de superficies de interés ecológico (SIE), en las que se incluirían elementos del paisaje o márgenes fluviales sin cultivar. Aunque el deber de cumplimiento de esta práctica agrícula y medioambiental (BCAM 8) se mantendrá este año en suspenso, al igual que la de la rotación de cultivos (BCAM 7), a consecuencia de la excepcionalidad aprobada por la UE a raíz de la guerra de Ucrania (tal como se recoge en el Real Decreto 1049/2022), estas superficies deberán ser tenidas en cuenta sin embargo en el caso de solicitar los ecorregímenes de rotación de cultivos con especies mejorantes o el de mantenimiento de espacios de biodiversidad.
Las superficies o elementos no productivos podrán dedicarse excepcionalmente este año a producción de alimentos, excepto maíz y soja
Pero surge en este caso el problema de que en el SIGPAC no aparecen en muchos casos reflejados la totalidad de los elementos del paisaje (setos, lindes, árboles o frutales aislados en los prados y tierras de cultivo, balsas de riego, muros de piedra seca y otros elementos singulares, etc) ni tampoco los 5 metros de franja entorno a los ríos y riachuelos. El FOGGA recomienda no alegar La única alternativa en caso de que una explotación quiera marcar estos elementos para cumplir con el ecorregimen de espacios de biodiversidad sería presentar también una alegación al SIGPAC, que complicaría la solicitud de la PAC. “Los ríos siguen sin estar todos cargados y en el caso de los que no estén dibujados desde el FOGGA desaconsejan que los introduzcamos en la solicitud”, explica Ana Rodríguez, responsable de la Política Agraria Común en el Sindicato Labrego Galego. El propio FEGA admite que la capa cargada en el SIGPAC el pasado 1 de febrero relativa a los cauces fluviales “es provisional, de forma que permitirá ir depurando y consolidando la información”. Por lo tanto, “en caso de que un agricultor no esté de acuerdo con la información recogida deberá presentar ante su administración autonómica una solicitud de modificación del SIGPAC”, recomienda la entidad estatal, en contra del criterio seguido por el FOGGA. Conflictos en los montes vecinales El SIGPAC incorpora también como novedad una nueva capa de Pastos Comunales, donde se incluirían los montes vecinales en mano común que hacen aprovechamiento ganadero. En los casos en los que las parcelas son pastadas de manera individual por los comuneros, la directiva de la comunidad de montes tiene que hacer una declaración asignando esas superficies para que después los productores las puedan incluir en sus solicitudes individuales.
Las directivas de los montes vecinales tienen que declarar las diferentes superficies que les asignan a los ganaderos
Si no está hecha esta declaración previa no se podrían solicitar ayudas por estas parcelas trabajadas individualmente, lo que está destapando toda la problemática existente con los montes vecinales en Galicia. “Si la directiva del monte vecinal no hace este trámite previo, los ganaderos están vendidos”, advierten desde la Sociedad Gallega de Pastos y Forrajes. Muchas veces los conflictos de intereses entre comuneros con ganado y comuneros con intereses forestales impiden el acuerdo. Otras veces las juntas directivas de las Comunidades de Montes están sin renovar desde hace años, por lo que no tendrían capacidad legal para operar sin antes proceder a la renovación de sus órganos de representación. Problemas con la clasificación de las granjas extensivas Otro de los cambios introducidos en la solicitud de la PAC de este año tiene que ver con la ayuda asociada por vaca nodriza, que solo van a poder cobrar las explotaciones clasificadas como extensivas. “Antes no pedían ninguna clasificación en concreto, pero ahora si no tienes bien la categoría no vas a poder cobrar esta ayuda, que representa una cantidad económica importante, y muchas granjas en Galicia que eran de leche y se pasaron a la carne siguen figurando como explotaciones intensivas, por lo que perderían las ayudas”, advierte la responsable de la PAC en el SLG.
Hay muchas explotaciones en Galicia que están mal clasificadas y perderían la ayuda asociada por vaca nodriza
Ese cambio de categoría, en función de la clasificación que establece el nuevo Real Decreto de Ordenación de granjas bovinas, pueden pedirlo las explotaciones en cualquier momento, previo pago de la tasa correspondiente, aunque se espera que se habilite un período extraordinario para hacer el cambio, bien a través de la solicitud única de la PAC o en la Oficina Virtual. “La gente debería ir mirando cómo tiene las parcelas, en qué región está encuadrada y cómo está clasificada su granja; es algo muy importante”, recomienda Ana. Retrasos en la presentación de las solicitudes El FOGGA celebró este jueves una reunión con entidades colaboradoras en la tramitación de la PAC, que sirvió para dejar patente su malestar por el incremento de la carga de trabajo que va a suponer la solicitud de este año, en vez de la simplificación anunciada, así como lo ajustado de los plazos.
A estas alturas, cuando falta menos de una semana, no está aún operativa la aplicación para cargar las solicitudes ni ha sido aprobada la norma reguladora a nivel gallego
Aunque oficialmente el plazo se abre el 1 de marzo, no se van a poder presentar las solicitudes hasta bien avanzado el mes marzo o principios de abril. “El día 1 no va a estar nada operativo, la aplicación de prueba no estará hasta el día 6 pero hasta el día 20 no van a hacer la formación porque no va a haber hasta entonces una versión de la que se fíen para poder cargar las solicitudes. No sé si es culpa del Ministerio o de la Xunta, de la Consellería o del FOGGA, pero este año es todo un auténtico desastre. Está todo aún en el aire a menos de una semana de que se abra el plazo y de la reunión salimos peor de lo que entramos, con más dudas, porque tienen muy poca seguridad en las cosas que nos dicen”, asegura Ana. El plazo oficial de presentación de solicitudes finaliza el 30 de mayo, con plazo para modificaciones hasta el 15 de junio, pero el FOGGA ya estudia su ampliación hasta finales de mes. “Más allá del 30 de junio no pueden alargarlo porque después no les dan los plazos. Pero vamos a perder el mes de marzo por no estar listo el sistema y abril comienza con la Semana Santa”, advierten desde el SLG.

Pinzás: un rebaño de 60 vacas vianesas para pacer el monte y mantener a raya los incendios

Natividad González, presidenta de la Comunidad de Montes, y Sara, otra de las comuneras, con las vacas vianesas “Cada 10 años la cuesta de Oia arde, es una constante. En los últimos años nosotros hemos logrado escapar al fuego, incluso nos salvamos de la ola de incendios del 2017, porque tuvimos mucha suerte y quedamos un poco en medio”, cuenta Natividad González, la presidenta de la CMVMC de la parroquia de Pinzás, en Tomiño, donde en los últimos años han puesto en marcha un ambicioso programa de pastoreo con ganado en el monte vecinal. Aunque los terrenos de la Comunidad de Montes, situados entre Tomiño, Baiona y Gondomar, se libraron casi milagrosamente de la ola de incendios que en otoño de 2017 cercó la ciudad de Vigo, los vecinos de Pinzás estaban acostumbrados a ver el fuego cerca de sus casas. Por eso quisieron ponerle remedio.
Contamos con 532 ha en un solo monte denominado Cereixo, dedicadas a usos forestales, ganaderos y recreativos
“La idea de recuperar el pastoreo surgió en el año 2015 a raíz de una conversación entre los comuneros”, explica Francisco Javier López, secretario de la Comunidad de Montes. La nueva directiva se puso a trabajar en el proyecto, aunque los animales no comenzaron a llegar a Pinzás hasta tres años después, en el 2018. Producción de madera La Comunidad de Montes Vecinales en Mano Común de Pinzás está formada por 52 vecinos comuneros. La extensión total es de 530 hectáreas de monte, que se reparten entre producción de madera y pastizales recuperados. “La actividad forestal constituye una de nuestras actividades principales. Contamos en nuestro monte con zonas dedicadas a la producción de madera, principalmente pino, y otras zonas con carácter protector en las que hay frondosas autóctonas, como robles”, explican.
En la zona de donde nos viene habitualmente el fuego teníamos eucaliptos, pero los hemos cortado y ahora vamos a plantar castaños
“En la zona de donde nos viene habitualmente el fuego teníamos eucaliptos, pero los hemos cortado y ahora vamos a plantar castaños en una superficie de unas 11 hectáreas para mantener un poco el monte protegido del fuego”, añaden. A mayores, la nueva directiva de la CMVMC de Pinzás quiso diversificar los usos del monte, añadiendo al aprovechamiento maderero el agroganadero, así como la vertiente social, patrimonial y ecosistémica. “La ganadería incrementa la rentabilidad del monte, crea empleo y ayuda a prevenir incendios”, destacan Nati y Fran, que contaron su experiencia en las últimas jornadas organizadas por la Sociedad Gallega de Pastos y Forrajes. Recuperar la actividad ganadera tradicional Mapa del monte comunal de Pinzás con los pastizales recuperados “Teníamos 120 ha de monte raso que eran antiguos pastizales que habían hecho en los años 80 la Comunidad de Montes y los vecinos. Se habían hecho para el ganado que había en las casas pero al ir dejando de haber ganado se habían ido abandonando y solo estaban aprovechados por caballos salvajes, que eran los que mantenían un poco a raya el matorral”, explica Fran. “Con todo, en las zonas donde no había animales la vegetación crecía muy rápido, así que cuando entramos en la directiva de la Comunidad de Montes en el 2015 empezamos a pensar qué hacer con esas 120 hectáreas”, recuerda.
La idea de recuperar el pastoreo surgió en el año 2015 a raíz de una conversación entre los comuneros
Después de visitar varias explotaciones en la provincia de Ourense se decantaron por la introducción de animales de raza vianesa, por tratarse de una raza autóctona que podía adaptarse bien a las características del monte de Pinzás. “Nuestro monte se encuentra entre la Sierra da Groba y la Sierra de O Galiñeiro, a una altitud media de unos 380 metros sobre el nivel del mar y rodea casi por completo el núcleo de casas de la parroquia. En general, nuestros terrenos no cuentan con grandes pendientes, y el punto más alto es el Alto das Pozas, situado a 600 metros sobre el nivel del mar”, detallan. Apuesta por la raza vianesa En 2018 llegaron las primeras novillas de raza vianesa a Pinzás. Pero fue un momento crítico, reconocen, ya que “cuando llegaron las vacas pasto no teníamos, solo teníamos monte raso”, recuerdan.
Hasta que trajeron las vacas vianesas había caballos salvajes que eran los que mantenían a raya el matorral
Fue entonces cuando se decidieron a crear pastizales y recuperar aquellos que estaban abandonados, una labor en la que contaron con la ayuda y el asesoramiento técnico del CIAM de Mabegondo. “Si no hubiese sido por la ayuda del CIAM no habríamos salido adelante”, asegura Nati. 51 hectáreas y 60 animales En 2020 empezaron a hacer las praderas. “El GDR nos hizo 4 hectáreas de cierre y la plantación. Necesitábamos también una nave para guardar el tractor y los aperos de la Comunidad de Montes, que hicimos también con ayuda del Plan Leader”, cuenta Fran.
Se demuestra que el monte puede ser pradera, porque teníamos zonas pedregosas e incluso una que había sido aeródromo, con pista de graba, donde la hierba se está implantando bien
Al año siguiente, los vecinos de Pinzás pidieron otra subvención de la Consellería de Medio Rural, dentro del Plan de Pastos del 2021, para hacer 31 hectáreas más. “Es lo que nos permite sacar adelante a los animales, porque es una zona sin tradición ganadera donde no es fácil comprar forraje. Tendríamos que ir a Lugo o a Ourense y nos saldría carísimo”, argumenta Nati. Cebo de los terneros para venta directa Además de la recuperación de los pastizales, la realización de cierres e instalación de bebederos, colocaron un túnel de lona donde ceban a los terneros. “Cebamos dos meses, los sacrificamos entre 1 año y 14 meses con unos 200 kilos. Separamos a los machos para ir al matadero y a las hembras, que las recriamos y las vendemos para vida”, detallan.
La carne que producimos la repartimos entre los comuneros y el resto la vendemos a particulares
“Para la venta de carne estamos en la zona ideal, porque es una zona de mucho consumo pero al mismo tiempo también es una zona donde se está produciendo abandono del rural. La carne que producimos la repartimos primero entre los comuneros y el resto hacemos venta directa a particulares, pero nos está costando bastante porque aún no nos hemos dado mucho a conocer”, admiten. Crear empleo La puesta en valor del monte es una manera también de generar empleo, ya que la CMVMC de Pinzás tiene personas contratadas para el cuidado del ganado y del monte. “Tenemos dos trabajadores que hacen trabajos forestales de podas y desbroces y que atienden también el ganado”, explica Fran.
Tienen el Plan Forestal del Monte hecho del año pasado, donde pidieron el cambio de uso y delimitaron las zonas de pasto
La recuperación de la tradición ganadera de la parroquia, el cuidado medioambiental del territorio y la educación y sensibilización de la población son los objetivos que persiguen con este proyecto integral que apuesta por la multifuncionalidad del monte. Uso de nuevas tecnologías Otra de las bases del proyecto es el empleo de nuevas tecnologías que contribuyan a facilitar la gestión del monte y a divulgar la importancia de su cuidado. En este campo, los comuneros de Pinzás cuentan con soluciones tecnológicas de apoyo al manejo del ganado, como dispositivos de localización GPS que trasladan también alertas sobre su actividad que ayudan a detectar celos o partos y a interpretar el estado sanitario de los animales. “Tenemos collares, que nos ayudan bastante con el ganado. Cuando tenemos a las vacas perdidas por el monte si no fuese por los collares no sabríamos donde están. Con los collares la verdad es que es una maravilla”, asegura Fran. Proyecto didáctico ‘As Vaquiñas de Pinzás’ Nave de maquinaria e aula didáctica En el año 2020 el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural, en el programa de desarrollo Rural 2014-2020 le concedió a la CMVMC de Pinzás una subvención para su proyecto As Vaquiñas de Pinzás. Además de la construcción de la nave agrícola para la maquinaria, las praderas para las vacas, las instalaciones para cebar a los terneros y la colocación de los dispositivos de seguimiento del ganado por GPS, también se instaló una estación meteorológica y se habilitó un aula de interpretación para divulgación entre los niños y niñas de los centros de enseñanza y entre la población en general.
La inversión total, incluido el proyecto productivo y la parte divulgativa, fue de 180.000 euros
El aula de interpretación centraliza la dimensión educativa del proyecto de la Comunidad de Montes. Se trata de un espacio interactivo anexo a la nave de maquinaria y que dispone de unidades didácticas sobre el entorno, el propio proyecto y la importancia del cuidado del monte; con temáticas que van desde el papel de las CMVMC, los usos tradicionales del monte en Galicia, la ganadería extensiva, las razas autóctonas en peligro de extinción, las causas y consecuencias de los incendios forestales o la biodiversidad y los servicios ecosistémicos asociados a la presencia del ganado en el monte.

“Son montes de características graníticas, distintos a los que habitualmente se destinan a producción ganadera en Galicia”

Juan Valladares, ingeniero agrónomo e investigador del CIAM, fue quien dirigió la recuperación de los pastos de Pinzás. “Lo que había era pinos y eucaliptos en las zonas forestales y matorral en las partes altas, en las que decidimos localizar tres parcelas”, explica. La estrategia seguida en ellas fue distinta, en función de sus características.
Se trata de una zona de valor ambiental, que está muy cerca del Monte Aloia, el primer parque natural que se declaró en Galicia
“En las parcelas que podían ser laboreadas hicimos laboreo convencional con siembra, que no se pudo hacer en otoño y se hizo en primavera, por lo que falló y hubo que hacer una resiembra en el otoño siguiente, mientras que en las zonas con peñascos se hizo mínimo laboreo o siembra directa”, detalla. Mezcla de tréboles y gramíneas La dificultad para encontrar maquinaria en la zona (gradas pesadas, sembradoras y abonadoras), por no ser zona de tradición agroganadera, provocó retrasos en la siembra inicial prevista en otoño. “Cuando conseguimos la maquinaria ya había comenzado a llover y no pudimos entrar en las parcelas hasta la primavera y sabíamos que las siembras de primaveira difícilmente se instalan porque los tréboles cuando se comienzan a implantar tienen mucha competencia de adventicias y luego llega el verano y las sequía cuando el trébol aún se está comenzando a implantar”, razona Juan. El objetivo era implantar una pradera con tréboles anuales mezclados con tréboles perennes. “Lo que había era helechos. Las vacas vianesas andaban por allí y pastoreaban lo que encontraban”, indica.
Para conseguir que el trébol anual funcione como un trébol perenne hay que dejarlo ir a semilla, por lo que no se puede pastorear hasta el mes de agosto
Las semillas escogidas eran una mezcla mitad y mitad de tréboles y gramíneas. “Metimos una batería de gramíneas, con festuca y datilo, porque no sabíamos cuáles se iban a implantar mejor, ya que era una zona desconocida para nosotros”, reconoce Juan. “El raigrás está funcionando muy bien pero a la festuca le está costando”, admite. Los tréboles eran también al 50% tréboles anuales pero con la intención de que se convirtiesen en tréboles plurianuales. “Para conseguir que el trébol anual funcione como un trébol perenne hay que dejarlo ir a semilla, porque esa semilla germina después de manera gradual durante varios años. Por eso, cuando se siembra trébol en una pradera hay que esperar a agosto para pastorear para que caiga semilla viable”, explica el investigador del CIAM. Encalado y fertilización La zona tiene un clima de características atlánticas, que se adapta a tener pasto en cuanto a temperaturas y lluvias. Pero otra cosa es el suelo. “Son montes de características graníticas, distintos a los que habitualmente se destinan a la producción ganadera en Galicia, muy altos en la saturación de aluminio y con un pH de 5. Había que encalar de manera intensiva y aportar fertilización fósforo-potásica”, explica Juan.
El ganado hace una labor de esparcimiento de las semillas que es importante
Por las dificultades para encontrar maquinaria en la zona, finalmente la siembra se hizo a comienzos de marzo de 2020, pero por culpa de la sequía de agosto y de la competencia de las adventicias (el hecho de encalar y abonar hizo que las adventicias, mejor adaptadas a la zona y al terreno, se desarrollaron mejor), la pradera sembrada en primavera no prosperó y hubo que resembrar en otoño. “No aplicamos nitrógeno, porque la idea es que sean los tréboles los que aporten el nitrógeno necesario. La idea de la Comunidad de Montes de Pinzás era ir a producción ecológica y en esa zona no es fácil conseguir estiércol y purín. Por eso nuestra idea era que las praderas fuesen autosuficientes en nitrógeno”, argumenta. Se mejora lentamente, por lo que hay que seguir introduciendo semilla durante varios años para ir instalando la pradera que nos interesa”, concluye.

¿Qué aspectos es preciso revisar de la Ley de montes vecinales en mano común?

A comienzos de año, la Consellería de Medio Rural iniciaba el proceso para modificar la actual Lei de montes veciñais en mancomún, aprobada en el 1989. Se trata de una modificación que las comunidades de montes vecinales llevaban años reclamando, dados los cambios registrados en la gestión del monte en estos últimos 30 años, para los que la norma vigente parecía no dar respuesta. Desde la Xunta pidieron la colaboración de las distintas entidades que integran el Consello Forestal de Galicia para afrontar la revisión de la Lei. Los distintos colectivos forestales han estado recogiendo propuestas para esta actualización. Así, en la Organización Galega de Comunidades de Montes incluso impulsaron una Iniciativa Legislativa Popular que recopila sus principales aportaciones. Otros colectivos como la Asociación Forestal de Galicia llevaron a cabo reuniones con las comunidades de montes para incluir sus peticiones. Con las propuestas sobre la mesa y aún pendientes de que se concreten los cambios que se afrontarán en la norma, o incluso la elaboración de una nueva ley que regule los montes vecinales, recogemos algunos de los aspectos que coinciden en revisar desde el sector forestal.
  • Definir la condición de comunero.

    Esta es una de las cuestiones que las asociaciones señalan que es imprescindible abordar, ya que regular quién puede ser comunero es de los aspectos que está trayendo de cabeza en más de una ocasión a las comunidades de montes vecinales. Definir de forma clara y concisa cómo se consigue la condición de comunero/a es una cuestión que todo el sector considera preciso. Hasta el momento, muchas comunidades de montes vecinales se regían por la norma de “casa con humo”, es decir una vivienda habitada en la parroquia o lugar, ¿pero es necesario que esa familia o persona viva todo el año ahí o basta con que sea la vivienda en la que pasa los fines de semana y las vacaciones?. Esa es una de las respuestas que procuran. Así, por ejemplo, desde la Organización Gallega de Comunidades de Montes abogan porque sea la comunidad de montes quien pueda establecer un plazo mínimo de residencia para adquirir la condición de comunero, que no debe ser superior a 9 meses ni inferior a 3 meses. También solicitan que una persona no pueda ser comunero en dos comunidades de montes vecinales a la vez. Mientras, en la Asociación Forestal de Galicia inciden en la importancia de mantener cierta flexibilidad con estos requisitos para facilitar el funcionamiento de las comunidades del interior gallego, teniendo en cuenta la despoblación y avejentamiento de las poblaciones de muchos ayuntamientos de estas zonas.
  • Preservar el origen germánico.

    Los montes vecinales están catalogados como de titularidad germánica, singular en Galicia, es decir, no son públicos ni privados, son de titularidad comunitaria, gestionados por la comunidad de montes vecinales. Este es uno de los puntos que es preciso preservar, según coinciden todos los colectivos forestales, como la Organización Gallega de Comunidades de Montes, la Asociación Forestal de Galicia o la Asociación Sectorial Forestal Gallega (Asefoga). Desde la Organización Gallega de Comunidades de Montes mostraron cierto temor a que esta reforma no preserve este origen y se acabe por cambiar la titularidad, pero el carácter germánico está protegido ya por leyes de ámbito estatal, como la Ley de montes de naturaleza especial de 1980 o la Ley de montes 43/2003.
  • Mejorar la gestión y potencialidades del monte

    En las zonas del interior gallego más marcadas por la despoblación, uno de los principales retos que afrontan buena parte de las comunidades es el de la escasa gestión y aprovechamiento que se está haciendo de los montes, una situación que desde el sector forestal extienden a las superficies conveniadas con la Administración. Así, desde Asefoga apuntan que la producción media de madera de las talas que se hicieron en los montes con convenios en los últimos 20 años se sitúa en un metro cúbico por hectárea y año, cuando podría llegar a encontrarse en torno a 8 o 9 metros cúbicos. En términos generales, se estima que de los 10 millones de toneladas de madera que se cortan en Galicia apenas 1,5 millones de toneladas de madera procede de los montes vecinales, que ocupan unas 600.000 hectáreas, lo que supone un 30 % de la superficie del monte gallego.
  • También conviene tener en cuenta que en ocasiones los montes vecinales ocupan superficies poco productivas, como los altos de los montes, así como el hecho de que algunas de las zonas con mejores condiciones en Galicia para la producción de madera, como son la provincia de A Coruña o la Mariña de Lugo, tienen escasas superficies de montes vecinales.
  • Reservar espacio para los aprovechamientos agroganaderos

  • Desde Asefoga inciden en que es preciso garantizar la compatibilización de los usos forestales (madereros, etc.) con los agroganaderos, para lo cual proponen que se establezca una reserva de superficie del monte para usos agroganaderos, atendiendo de este modo la demanda de base territorial que puedan tener ganaderías asentadas en esa parroquia o lugar y que contribuyen a fijar población en el rural. En similar línea, la Organización Gallega de Comunidades de Montes propone que este aprovechamiento ganadero o agrícola pueda hacerse tanto por parte del vecindario comunero de manera individual o en cooperativa por medio de lotes. Desde esta organización señalan que el aprovechamiento debe ser gratuito y por un período máximo de 12 años. Por otra parte, señalan que es necesario que parte de la superficie de estos montes vecinales pueda cederse de manera temporal para su aprovechamiento, de forma que proporcione un beneficio directo para las comunidades de montes.
  • Usos sociales

  • El uso que se hace de los montes vecinales con fines sociales es otro de los aspectos sobre los que se precisa concretar la regulación, según proponen los diferentes colectivos. En la Asociación Forestal de Galicia piden regular la titularidad de los caminos y pistas forestales, ya que este es un aspecto que en numerosas ocasiones lleva a disputas entre usuarios y las comunidades de montes. Incluso se están dando casos de caminos comunales, es decir ‘privados’ y de servicio de ese monte, que pasan a estar identificados en el Catastro y en inventarios municipales como de dominio público. La Asociación Forestal de Galicia aboga además por formalizar contratos entre las sociedades de caza y los montes vecinales incluidos en un Tecor. Mientras, en la Organización Gallega de Comunidades de Montes también hacen hincapié en este aspecto y apuntan que el uso social de los montes vecinales en mancomún que se haga por parte de personas que no sean comuneras debe hacerse sin dañar el monte y respetando la titularidad de las tierras. Inciden en que deberá contar con la autorización de las comunidades de montes y piden que, por estos usos, se eviten responsabilidades civiles y penales sobre las comunidades de montes.
  • Medidas para los montes afectados por un parque eólico

  • Desde Asefoga inciden en que la reforma de la ley de montes vecinales es una ocasión para que las comunidades de montes vecinales jueguen un papel más activo en las negociaciones para la instalación de parques eólicos, sin que prime sólo el interés público del proyecto eólico y se tengan en cuenta otros beneficios del monte antes de las expropiaciones forzosas. La asociación considera que las comunidades de montes vecinales pueden pasar a ser herramientas claves para la constitución de comunidades energéticas que permitan ventajas no solo para los propietarios de los terrenos sino para los vecinos afectados por esa instalación.
  • Garantizar el reconocimiento jurídico

    "En los últimos años se amplió la capacidad jurídica de obrar de las comunidades de montes vecinales y debe reconocerse en la ley. Quizás hoy se pueda formular el reconocimiento de la personalidad jurídica plena de las comunidades de montes vecinales, dada la práctica pérdida de los aprovechamientos individuales de los comuneros sobre el monte", valora la Asociación Forestal de Galicia.
  • Acercar los montes vecinales a los más jóvenes

    Por otra parte, desde la Organización Gallega de Comunidades de Montes también están tratando de acercar de una manera práctica los montes vecinales a los más nuevos, para lo cual han realizado una guía didáctica titulada Las Tierras Comunitarias de Galicia: el Monte Vecinal en mano común, con la que mostrar el funcionamiento de las comunidades de montes a la juventud en edad escolar. La guía fue elaborada por el Instituto Gallego de las Tierras Comunitarias y la distribuirán en los colegios e institutos gallegos como libro guía para el profesorado y alumnado. Esta guía busca ser una herramienta que les permita comprender y evaluar la importancia de la propiedad colectiva que representan los montes vecinales en mano común, basados en un funcionamiento democrático y asambleario.
    La guía busca ser una herramienta que les permita comprender y evaluar la importancia de la propiedad colectiva que representan los montes vecinales en mano común, basados en un funcionamiento democrático y asambleario
      Además, pretenden dar mayor visibilidad a las comunidades de monte vecinales, que han sido un referente de trabajo comunitario y que se mantienen vivas. Además destacan que las comunidades de montes vecinales están muy ligadas a la sociedad rural pero también tienen una gran incidencia en la población urbana y en su calidad de vida. “Su condición de propiedad comunal y su gestión asamblearia convierte a los montes vecinales en un referente para construir una sociedad más solidaria y cooperativa”, reivindican desde el colectivo.

    -Descarga aquí la Guía Didáctica para escolares.