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“Volvemos a las podas de la viña que hacían nuestros abuelos, más respetuosas con la planta”

Llega la época de poda de la vid y viajamos hasta Cambados para hablar con Joaquín Martínez Rodiño, técnico de campo de Bodegas Martín Códax. Joaquín es uno de los mayores expertos en poda a nivel gallego y profundizará en las claves para hacer una poda adecuada. ¿Por qué es tan importante la poda en el ciclo vegetativo de la vid? La vid es una liana y tiene tendencia a trepar, a brotar en la punta, entonces, el objetivo de la poda es darle forma y arquitectura a la planta, equilibrando el vigor (cantidad de hojas), el crecimiento vegetativo (la biomasa) y la cantidad de fruta que genera… Para que en este equilibrio la uva madure de forma equilibrada y homogénea y tengamos vinos de calidad. Dependiendo de la variedad y la zona hay distintas técnicas de podas. Aquí, estamos en Rías Baixas, donde la variedad mayoritaria es el albariño. Es una variedad que tiene los entrenudos largos y en las tres primeras yemas tiene menos fertilidad que a partir de la tercera, lo cual es una peculiaridad. Entonces, para que la arquitectura y la cantidad de uva y hojas esté en equilibrio vamos a hacer una poda larga, donde los sarmientos van a medir más de 4 yemas. Normalmente la longitud de la vara que dejamos suele estar entre 8 y 12 yemas. El sistema de conducción también influye mucho en el tipo de poda. En el Salnés la mayoría de viñedos están emparrados, lo cual es un sistema horizontal y nos hace ordenar el número de yemas, varas, y colocarlas en el espacio para que cuando esta brotación tenga lugar se vayan ordenando y los racimos queden sueltos, ventilados, ordenados y esparcidos en el espacio. El factor limitante es la cantidad de luz. Por tanto, cuanta más cantidad de luz capte mejor. Necesitamos en torno a un metro y medio cuadrado por cada kilo de uva que recolectemos, y el emparrado, al ser horizontal, es el sistema que capta más luz. Es importante no amontonar, porque las hojas que van a trabajar más son las que están más expuestas, las que están a la sombra consume más recursos de los que aportan, por eso tiene que haber un equilibrio para que la planta funcione bien. ¿Cuál es la mejora época para realizar la poda y cómo influyen las fases lunares? La época de poda habitual es el momento de parada vegetativa, cuando cae la hoja. El objetivo es que la mayor parte de los recursos y reservas que puedan estar generando las hojas pasen a la madera y sirva de starter o reserva para la brotación del próximo año. Entonces la época de poda en las Rías Baixas suele ser entre los meses de diciembre y principios de marzo, el momento de parada vegetativa. El momento de la poda influye en el momento de la brotación. Si son demasiado tempranas o tardías pueden retrasar o adelantar la brotación, respectivamente. Puede ser interesante hacerlo por varios motivos. En las viñas con exceso de vigor vamos a sangrar un poco esta planta y tender a equilibrarla con podas con hoja para intentar equilibrar su exceso de vigor. Otro motivo sería en zonas con riesgo de helada alta, donde se suele retrasar el momento de poda lo máximo (final de febrero o principio de marzo) para que este retraso en la brotación nos salve de una helada tardía, que ocurre más hacia el interior normalmente.
 “Lo ideal es podar en luna menguante y con tiempo seco”  
El tema de las fases lunares es controvertido. Es difícil encontrar una justificación causa-efecto donde las fases lunares influyan. La tradición, que viene de la experiencia de los viticultores y realmente si podemos elegir las semanas que vamos a podar, en luna menguante en teoría la sabia está más parada y hacia la parte interna, sería la más recomendable. En algunas pruebas que hicimos, vimos que son muchos los factores que influyen, pero si te dan a elegir la mejor luna sería la menguante. La antítesis es el cuarto creciente, donde la sabia estaría en la parte más alta y externa, y tendríamos más lloros, perdiendo más reservas. En nuestro caso creo que influye más la climatología, si podamos con helada o lluvia, vamos a dañar más la madera, entonces lo ideal sería podar en tiempo seco. ¿Cómo ese está comportando este invierno para la poda en vuestros viñedos? Estamos a día 1 de febrero, llevamos 15 días de tiempo seco y bueno pero hasta mediados de enero llevamos un invierno muy lluvioso, lo que retrasó un poco las labores de poda y suelo que decidimos no entrar por estas lluvias. Las fases más intensas de poda son ahora en febrero y principios de marzo. Estamos teniendo buen tiempo ahora y si el anticiclón sigue será un invierno normal. También tuvimos temperaturas máximas muy altas para la época, y esto, si se mantiene en el tiempo, lo que va a producir es una brotación anticipada. Esta brotaciones anticipadas si se mantienen en el tiempo pueden ser buenas pero normalmente el frió que no hace en enero y febrero lo hará en marzo y abril. Entonces, lo más preocupante son las primaveras frías, incluso brotaciones anticipadas que luego vienen con época de frío e incluso heladas. El frío ahora es bueno pero en marzo y abril va a ser muy limitante, con brotaciones irregulares y riesgo de helada. La vid es un cultivo que necesita ciertas horas de frío para crecer bien. En Galicia no suele ser un problema, pero una primavera fría suele ser el prólogo de una cosecha irregular.
“Nos preocupa que el frío que no hizo en enero y febrero venga en marzo y abril, porque sería muy malo para la vid”  
Para evitar propagar enfermedades de la madera, ¿qué medidas deberíamos tomar durante la poda? Para minimizar el avance de las enfermedades de la madera, que suelen verse más en verano, donde los brazos de la cepa se secan o salen manchas en las hojas y/o racimos. Nuestra recomendación sería marcar esas cepas, podarlas antes, y ya al hacer el corte vas a notar que la madera está manchada, con síntomas. Ahí es recomendable retirar y quemar esos restos de poda para que el inóculo que pueda haber no se transmita el resto de plantas. También desinfectar las herramientas de poda. Con el resto de sarmientos de plantas sanas, lo más cómodo sería triturarlo (cuanto más fino mejor) y devolverlo a la tierra para abonarla, también podríamos compostarlo antes con otros restos. Nosotros los trituramos y los incorporamos directamente, pero las plantas enfermas son retiradas y quemadas.
 “Si todas las yemas que has dejado han brotado, entonces está equilibrada"  
Comenzamos con la poda, ¿cómo influye esta en el rendimiento de la vid?                                                          Uno de los objetivos de la poda es equilibrar el vigor de la planta, es decir, la cantidad de brotes o sarmientos que vamos a tener por superficie. Lo primero es ser observador y ver la planta, si sabes escucharla te habla, entonces vas a ver si ha tenido una buena brotación, si todas las yemas que has dejado han brotado, entonces está equilibrada. Si hay más brotes es un síntoma de exceso de vigor. Si además estos brotes son excesivamente largos, gruesos, o tienen muchos nietos, es otro síntoma. Si por el contrario, si brotaron menos yemas y son raquíticos es un síntoma de falta de vigor. Una planta equilibrada suele repetir la misma poda que el año pasado, una con exceso de vigor te está diciendo auméntame la carga de trabajo que soy capaz de esto y un poquito más… Y una con poco vigor me está diciendo que no puede con tanta carga y que le dejes menos para así poder brotar y madurar toda la carga. Si está equilibrada la uva es de mayor calidad. Para poder avalar esta parte intuitiva, hacemos peso de madera en poda. Es decir, contar las yemas y brotes que hemos dejado el año pasado, y pesamos esa planta. Con esa información nos dice si la parcela o una parte de la parcela está equilibrada o no. Si el número de yemas y brotes cuadra es un síntoma de equilibrio, y su peso medio. En el caso del albariño, si el peso medio del brote es de 60 gramos es un síntoma de equilibrio, por debajo de 40 gramos es síntoma de falta de vigor y por encimad e 80 gramos estaría en el exceso de vigor. Esto nos ayuda para decidir la poda pero también otras cosas como el abonado y la gestión de la parcela. ¿Cuál es el sistema de poda que más se utiliza en Galicia, y en el caso de Bodegas Martín Códax? Un factor que influye en el tipo de poda que vamos a hacer en cada parcela y que aún no comenté es la edad de la planta. En cepas jóvenes hay que hacer la llamada poda de formación, mientras las plantas se están formando y expandiendo su sistema radicular, y tiene que estar acorDe con la parte aérea, con los brotes. Entonces, los primeros años hay que dejar dos yemas hasta que salga un brote, hasta que estemos en plena producción, y va a depender del sistema de conducción y el número de plantas por hectáreas. El objetivo en Rías Baixas para un viñedo equilibrado es en torno a las 65.000-70.000 yemas por hectárea. En emparrados vamos a estar entorno a 1.000 plantas por hectárea.
“Hemos pecado a veces de hacer cortes demasiado agresivos, que le cuesta a la planta cicatrizar”  
Dependiendo de la variedad y su manera de fructificar decidimos si hacer podas cortas o largas. En el albariño lo hacemos con podas largas por sus características, pues su fertilidad aumenta a partir de la tercera yema hasta la 8 o 10. En otras variedades como godello o treixadura hacemos cortas porque ya son fértiles desde las primeras yemas, y los entrenudos son más cortos, dificultando el reparte de brotes en emparrado. En Rías Baixas, como es una DO relativamente joven, se creó en el 88, cuando había 400 hectáreas, ahora hay unas 4.500. Entonces empezamos a tener cantidad de viñedos adultos, entorno a los 20-30 años, donde vemos errores de poda, que al no ser más respetuosas con la planta hacen que no sean longevas. En los últimos años volvemos a las podas que hacían nuestros abuelos, más respetuosas con la planta, que tiene que tener la suficiente madera vieja para que le dé arquitectura y soporte, pero hemos pecado a veces de hacer cortes demasiado agresivos, que le cuesta a la planta cicatrizar, sin tener en cuenta bien toda la fisiología y flujo de savia de la planta. Estamos formándonos y retomando estas técnicas más respetuosas para que las plantas adultas sean longevas. Se basa en dos principios: dejar conos de desecación (al hacer el corte sabemos que va a secar parte de la madera) y tener en cuenta el flujo de savia, que tenga el mínimo de heridas posibles, y que todas las que tengamos que hacer que sea de manera ordenada, haciéndolos por la parte posterior, dejando la parte inferior de la planta para el flujo de savia. Si tenemos en cuenta esto tendremos plantas más sanas durante más tiempo. Explícanos como se realiza la poda Para poder decidir qué vara vamos a dejar para renovar la del año pasado, vamos a tener en cuenta el flujo de savia. La planta tiene un canal de tuberías que cada vez que hacemos un corte vamos a interrumpirlo. En cada nudo tenemos como una rotonda donde se unen los vasos que conducen la savia, y si hay alguna obstrucción va a cambiar de tubería, por decirlo así, pero va a hacer una cicatriz que va a impedir que el flujo de savia sea homogéneo y contínuo. Entonces, vamos a dejar los cortes por esta parte de aquí, más posterior. Aquí solemos dejar un pulgar, un trozo de dos yemas que va a segurar la brotación del próximo año, y la vara va a ser de más de 6 yemas que es la parte que va a fructificar este año. Entonces, vamos a dejar aquí el pulgar con dos yemas, y vamos a dejar esta vara de aquí. En un emparrado es un poco más complejo, porque vamos tener que sacar del mismo tronco varias varas, pero tendremos en cuenta que los cortes siempre por la parte delantera. Si lo tenemos en cuenta a la hora de podar, evitaremos heridas grandes, teniendo partes sin brotes y menos productivas y longeva. El cono de desecación que expliqué antes. Cada vez que hacemos un corte, donde se hace el corte, el mismo diámetro del corte se va a secar hacia el interior la madera, entonces nunca lo haremos próximo a donde salga la madera, dejando el cono de desecación para que la madera seca no se introduzca en el tronco de la planta. Y al año siguiente vamos a hacer el rebaje, como es el caso, para garantizar que no vamos en el tronco viejo, que sería la tubería principal, para asegurar una buena brotación en el próximo año. Ahora hay que coger una atadora y atar los brotes y así ya dejamos esta parte acabada. Este proceso de poda y atado suele durar unos 4 meses, de noviembre al 19 de marzo, San José. Se podría llegar a alargar a finales de marzo en los casos de podas tardías. ¿Os cuesta encontrar podadores e injertadores ? ¿Es una profesión con futuro? Aquí gestionamos 450 hectáreas de viñedo, y tenemos una sección de servicios que gestiona viñedos de manera directa. Tradicionalmente nuestros viticultores tienen una superficie en torno a una o dos hectáreas que ellos mismos trabajan, normalmente solos. Estamos con un tema de que no hay relevo generacional, así que cada vez hay mayor demanda de podadores. La poda es una labor que se hace unos 4 meses al año y exige ser observador y tener conocimientos. El primer año la gente va como ayudante, y después, al año siguiente, esta persona ya puede hacer la poda por sí misma. Pero sí, cada vez cuesta más encontrar personal para la poda y la agricultura en general. Estamos intentando desarrollar sistemas de conducción que sean más sencillos y por lo tanto las labores de poda sean más fáciles de entender y realizar, incluso mecanizar algunos procesos como una máquina que ayuda a bajar la madera para la poda larga. Primero hay un marcado, que es lo que exige más experiencia y conocimiento. Tiene que haber un profesional que marque las directrices. Luego hay que retirar la madera del medio de los alambres y luego viene el alambre. Estamos probando una máquina para optimizar esa labor. El atado, tradicionalmente se hacía con mimbres, y ahora vamos a hilos con una alma metálica y un recubrimiento de algún material biodegradable. Para el atado existe una máquina que puede rebajar las horas de atado de 40-45 horas por hectárea a unas 25 horas por hectárea. Tenemos que hacer atractiva la agricultura y darle actividad todo el año para que sea un oficio más continuo. Para los injertadores también tenemos problemas pues el período es más corto, pero es cierto que muchas plantas ya las compramos injertadas y no tenemos que hacerlo nosotros. Lo que se hace cuando queremos hacerlo en muchas plantas es contratar cuadrillas especializadas. Muchas veces son procedentes de América del Sur y se mueven por toda España en las épocas específicas y se dedican en exclusivamente a estas labores, son especialistas. ¿Estáis trabajando en algún proyecto en Martín Códax vinculado con la poda? Estamos trabajando en buscar clones sanitariamente libres de virus y que sean equilibrados, pues nos va a ayudar a estandarizar la cantidad de yemas que dejamos por planta y viñedo. Hace unos 6 años si que tuvimos un proyecto europeo donde testamos diferentes tipos de podas y la conclusión fue que en el equilibrio está la virtud, en torno a 60-70.000 yemas sería lo que mejor se adapta a nuestra zona, y las podas cortas van a dar buenas cosechas pero menos constantes en el tiempo, especialmente en años difíciles lo vamos a notar más. Por eso tradicionalmente se podaba el albariño en poda larga.

Taller de poda de castaño organizado por el Distrito Forestal Lugo-Sarria

El Distrito Forestal IX Lugo-Sarria organiza un taller de poda de castaño para lo 28 de octubre en la ciudad de Lugo. Concretamente, las aulas se impartirán en el polígono industrial de las Gándaras. La formación estará a cargo de Pablo Antonio Fraga Gontán, ingeniero agrónomo especialista en castaño. Este taller figura dentro de los cursos de formación “Cadeiras de divulgación forestal, Outono 2023”. La preinscripción puede realizarse en: https://foagro.xunta.gal/foagro/inscripcion/publica/accionsFormativas Información: distrito.forestal9@junta.gal 982828620 @Dist_Forestal9

ENCE transformará restos de poda vitícolas en cajas de vino y etiquetas

Dos bodegas de Ribera del Duero, bodega Matarromera y Pago de Carraovejas se han aliado con Ence para la puesta en marcha del proyecto VINEBOX en busca de soluciones sostenibles para los restos de poda vitícolas.

El consorcio, a través de este proyecto de I+D, pretende dinamizar en el sector vitivinícola una gestión de recogida y provisión de podas de la venid para la producción de pulpa de celulosa renovable y su posterior validación mediante demostradores de papel y tarjeta. El papel producido será empleado en la fabricación de tarjeta para la elaboración de cajas para vino y para el diseño de nuevas etiquetas de naturaleza 100% renovable.

A través de este proyecto se ofrece una solución sostenible al sector vitivinícola, en aras de cumplir con las exigencias que supone la entrada en vigor de la nueva Ley 7/2022 de Residuos y suelos contaminados para una Economía Circular, que no permite la quema de residuos vegetales generados en el entorno agrario.

“Para nosotros la sostenibilidad es más que un compromiso: es el nuestro día a día; es un tramo del camino del que nos queda mucho por recorrer. El respeto por nuestra entorno forma parte de nuestra filosofía, del esfuerzo que hacemos por implementar medidas en el presente que se vean reflejadas en el futuro”, expresa Pedro Ruiz, CIELO de Alma Carraovejas.

Eva Navascués, directora de I+D+i de Pago de Carraovejas, sostiene que con VINEBOX “es posible cerrar el ciclo aprovechando este material procedente de sarmientos en las etiquetas de vino y cajas de embalaje que empleamos en las bodegas. Se demostraría que evitar la quema de los desechos no solo redunda en la protección ambiental, sino que permite la sostenibilidad en sentido amplio, también la social y económica”.

“Ante todo somos viticultores y agricultores, y todo lo que hacemos en nuestras bodegas para ser más sostenibles es por obligación para con la tierra, es nuestro deber cuidarla y transmitir nuestro mejor legado a las siguientes generaciones”, explica Carlos Moro, presidente y fundador de Nodega Matarromera. “Hasta no hace muchos años, creíamos ilimitados los recursos naturales, y no había conciencia de las graves consecuencias ambientales de “producir, usar y tirar”. Las empresas tenemos no solo la responsabilidad moral de contrarrestar el impacto negativo que nuestra actividad genera en el entorno, sino también de apostar por formas de producción más equilibradas, más sostenibles, más responsables y más eficientes, y este proyecto es un claro ejemplo de eso”.

Explica Sonia Villanueva Sánchez, directora de calidad e I+D+i de Adega Matarromera, que este proyecto de investigación permite a profundizar en su estrategia de incorporar coproductos en su proceso productivo. Granza fue la primera marca agroalimentaria española en utilizar etiquetas con papel elaborado a partir de residuos de uva remplazando el anterior 15% de pulpa virgen. Ahora los resultados son más amplios, pues el proyecto permite integrar los restos en la producción de celulosa Naturcell, en aras de generar etiquetas y cajas de tarjeta.

Para Antonio Casal, director de Desarrollo de Negocio de Celulosa de Ence, esta alianza “demuestra una vez más el papel protagonista de Ence en el impulso de la bioeconomía circular, no solo en su proceso productivo, sino también buscando sinergias con otros sectores, como el vitivinícola en este caso, para innovar y buscar nuevas formas de contribuir al desarrollo sostenible”. “Queremos seguir acercando nuevas soluciones ante los retos que nos expone una sociedad cada vez más exigente. Estamos acercando alternativas basadas en un aprovechamiento responsable de los recursos naturales”, concluye Casal.

El proyecto, cofinanciado por la Unión Europea y por el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI) con fondos FEDER, cuenta con un presupuesto de 879.539,00 € y un tiempo de ejecución de 30 meses.

Además, participan, como entidades subcontratadas por las empresas, el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC), el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (Itene), y la empresa Athisa, que acerca soluciones para el servicio de recogida y provisión de pódalas de sarmiento.

¿Cómo ayudar a la viñas con el manejo que se realiza para evitar enfermedades?

La poda y el seguimiento que se hace del viñedo resultan de vital importancia para el desarrollo adecuado de las cepas, tal y como señaló el viticultor e ingeniero agrónomo Julián Palacios en unas jornadas sobre prácticas sostenibles en el viñedo celebradas en Ribadavia, en las que también ofreció recomendaciones prácticas a los viticultores de la zona. El experto, impulsor de la firma de asesoramiento agronómico Viticultura Viva, ha colaborado ya con distintas bodegas gallegas para optimizar el manejo del viñedo. Uno de sus últimos trabajos ha sido con los viticultores de Cume do Avia, bajo el proyecto Eiravine, con el que perseguían recuperar antiguos viñedos, con más de 25 años, de los que disponía la bodega. Con ellos llevaron a cabo una estrategia en la que contemplaron aspectos claves como la poda, la recuperación de las cepas o la reposición de marras. Además también prestaron especial atención a la nutrición y el manejo que se hacía de las viñas. “Nos centramos en el manejo del suelo y la planta para mejorar la salud del viñedo”, apunta Julián Palacios. Las recomendaciones se incluyen dentro de una estrategia sostenible y respetuosa con el medio ambiente, ya que la bodega trabaja siguiendo un manejo ecológico. El experto Julián Palacios durante su intervención en Ribadavia.

Conocer los suelos y la planta

Uno de los primeros aspectos a los que Palacios recomienda prestar atención es al estado de los suelos y a la salud de la planta. “El primer paso es realizar un análisis de suelo, ya que puede aportar importantes datos sobre cuestiones como cantidad o calidad de la materia orgánica que tiene el viñedo”, explica el experto.
Las analíticas de suelos y foliar junto con la revisión de la plantación son herramientas claves para realizar un manejo adecuado de la viña
Lo mismo ocurre con la salud de la planta, por lo que también realizaron un análisis foliar, ya que también aporta información sobre los nutrientes que está absorbiendo la planta. Además, la observación de la plantación ofrece también datos de utilidad sobre la situación del viñedo o sobre prácticas que pueden resultar beneficiosas o perjudiciales para la cepas. “Revisando la plantación descubrimos que algunas cepas tenían heridas en la corteza debido al desbroce manual que estaban realizando. Un práctica sostenible, propia de un manejo ecológico, estaba causando daños puntuales en el viñedo”, explica el ingeniero agrónomo.

Adecuar la poda

Otro de los aspectos que Palacios recomienda priorizar en el viñedo es la realización de una poda adecuada, que debe ajustarse a las condiciones edafoclimáticas para evitar causar daños a la cepa. ‘Es muy importante realizar la poda favoreciendo el crecimiento de la cepa, teniendo en cuenta la circulación del flujo de savia’, indica el viticultor. Además, las malas prácticas de poda pueden provocar problemas en el sistema vascular de la planta y dejar el sistema circular con heridas, como recuerda el experto.
‘Es muy importante realizar la poda favoreciendo el crecimiento de la cepa, teniendo en cuenta la circulación del flujo de savia’
Tan importante como la poda es la estrategia que se siga en la reposición de marras. En esta bodega optaron por reponer con planta injertada y reponer en barbado parra injertar en campo 2 o 3 años después. Palacios también recuerda que una opción válida es realizar acodos. “La práctica tradicional del acodado es muy efectiva para la reposición de planta”, apunta. En el caso de la reposición de marras, al igual que cuando se trata de planificar nuevas plantaciones, Palacios recomienda optar por planta de calidad, es decir, tener en cuenta la genética de la planta y la calidad sanitaria, ya que la presencia de virus supone un grave problema para los viñedos.
En la reposición de marras y en nuevas plantaciones, Palacios recomoenda apostar por planta e injertos de calidad
Palacios también recomienda prestar atención a la calidad técnica de las plantas. “Muchas veces está en nuestras manos comprobar la calidad técnica de las cepas que adquirimos, comprobando la calidad del injerto, con la prueba del pulgar, presionando de esta manera confirmamos que la conexión de vasos está bien conectada”, apunta.

Seguimiento del desarrollo del viñedo

Del mismo modo que la revisión de la plantación para detectar problemas que puedan surgir del manejo que se realiza del viñedo, Palacios recomienda realizar un seguimiento detallado del desarrollo de las cepas para conocer su evolución. “Es interesante realizar un protocolo de control del viñedo en puntos concretos”, reconoce. Así, en el caso de los viñedos de Cume do Alvia realizaron un seguimiento de las cepas, las yemas, los pámpanos, los racimos y el peso y maduración de estos que ayuda después a la toma de decisiones para el manejo del viñedo.

Claves de la poda en la viticultura para largar la vida de los viñedos

El sistema de savia de una vid, al igual que el de cualquiera otra planta, es comparable al sistema circulatorio del cuerpo humano, por lo que, mejorándolo se conseguirá alargar su esperanza de vida. Existen dos aspectos clave a los que prestar atención: el primero es el injerto, esto es, haciendo una correcta conexión de los vasos y comprobándolo mediante el palanqueo de este, y el segundo es la poda, es decir, con una práctica idónea que facilite el tránsito de savia desde la raíz. “Hace 2000 años Columela dejó escrito que la poda de la vid es la labor más necesaria de todas las que nos proponemos dar a la viña”, asegura Julián Palacios, ingeniero agrónomo especializado en viticultura y viticultor, que quiere recuperar ese enfoque en la actualidad. Durante su intervención en el taller práctico de poda de la vid, celebrado en la Estación de Viticultura e Enoloxía de Galicia (Evega), el ingeniero hizo hincapié en las claves para hacer una poda que mejore los flujos de savia, así como en el correcto desarrollo de los dos tipos de poda más utilizados: en cordón Royat y en Guyot. “Hay una importante demanda para aprender a mejorar la poda, por eso realizamos un curso práctico con especialistas acorde a un tipo de poda que permita respectar lo máximo posible la circulación canal de savia por la cepa. Hoy en día se hace una viticultura cada vez más intensiva, con podas muy rápidas que derivan en heridas que le hacen daño a planta, por eso hace falta profesionalizar el sector y hacer prácticas idóneas que amplíen la vida de la vid”, detalla la directora de la Evega, Emilia Díaz. Imagen de la parte práctica del curso de poda impartida en Evega

Principios de poda

Es necesario hacer una poda atendiendo la salubridad de la planta y sin comprometer su desarrollo futuro. Partiendo de esta premisa, hace falta realizar la poda acorde a “siete principios; tres que tienen que ver con la arquitectura de la planta y otros cuatro que obedecen a la forma de hacer los cortes”, detalla Julián Palacios. Estos principios se mantienen independientemente del tipo de conducción seleccionado para la vid.
“Hace falta realizar la poda acorde a siete principios; tres que tienen que ver con la arquitectura de la planta y otros cuatro que obedecen a la forma de hacer los cortes” (Julián Palacios)
“El primero de ellos es adecuar la poda al sistema de conducción elegido; el segundo, favorecer un crecimiento ordenado todos los años, puesto que las plantas leñosas, como es el caso de la vid, nunca deben dejar de crecer, y el tercero consiste en realizar una poda pensando en el desarrollo futuro de la vid. Estos tres representan la pauta que moldea la arquitectura de la planta, y que nos permiten darle a la cepa una forma determinada, distribuir adecuadamente la savia de la vid y mantener una producción regular”, señala Palacios. Por otra parte, están los cuatro restantes que se centran en la correcta ejecución de los cortes. “El primero de ellos es procurar una continuidad del flujo de savia siempre que sea posible, para evitar interrupciones; el segundo, utilizar madera de protección de los cortes en aquellas heridas de poda que lo precisen porque no siempre podemos mantener el flujo de zumo; el tercero corresponde al uso de yemas de corona en los chupones que ayudará a la cicatrización, aunque luego tendremos que corregirlo en primavera, pero si por el contrario se hace un corte muy raso, se promueve un cono de secación en una de las zonas principales de savia de la planta; el cuarto hace referencia a la realización de cortes en madera de 1 a 2 años”, concreta el ingeniero agrónomo y viticultor.

De la teoría a la práctica

En viñedos nuevos, para formar una vid próspera hace falta hacerlo “desde la prudencia en la velocidad de formación y en la entrada en producción, dándole prioridad al crecimiento radicular sobre el aéreo, y moderando el vigor de los pámpanos”, apunta Palacios. En esta línea, hace falta tener en cuenta que instrumentos utilizados habitualmente como los protectores, por ejemplo, “actúan como un efecto invernadero fomentando el desarrollo aéreo respecto del radicular, por eso yo intento evitarlo en todas las fincas, y en caso de que haya daños por fauna, intento cercar las parcelas a ser posible”, comenta. Por otra parte, en viñedos adultos se realiza bien una poda larga o una poda corta. La primera es aquella en la cual los brotes largos que salen cada año de la cepa se podan a más de tres yemas. Esta tipología se aplica en muchos casos cuando el rendimiento es menor del deseado y la fertilidad es baja en las yemas basales. Esta fertilidad depende de varios factores entre los que se sitúan “las condiciones genéticas de la variedad, la temperatura e iluminación en el momento de la iniciación de las inflorescencias, el estado nutricional del ‘año -1’, y la acumulación de reservas en el ‘año -2’”, amplía Julián Palacios. “El riesgo de hacer poda larga es de que no broten las yemas más bajas de la vara, y entonces, ¿cómo se renovaría el año que viene? Hay pocos sitios en los que se hace poda larga, y estos se corresponden con zonas en las que las variedades que se cultivan son más propensas a brotar todas las yemas, y en aquellas que hay mucho vigor y es necesario movilizar yemas por todos los lados”, matiza Palacios. Sin embargo, “es muy raro podar solo en poda larga, en muchas ocasiones se recurre a la poda mixta; en Galicia es muy común encontrar viñedos podados al sistema Guyot, puesto que, bien ejecutado, permite una ramificación en dos canales y al mismo tiempo se respeta el flujo de savia sin atrofiar ningún lado de la planta”, afirma el ingeniero agrónomo. Esta combinación de estructuras largas y cortas garantiza renovar al año siguiente en el sitio que se seleccione. En estos casos es muy importante mantener pulgares a ambos lados de la planta. “Hay que podar el pulgar pensando en el desarrollo futuro de la planta, y eso se elige en función de las yemas que se dejen; si coincide que la primera yema franca mira hacia abajo, pues se poda a dos yemas ese pulgar porque de la yema de rango 2 se sacará la vara del próximo año”, explica el ingeniero agrónomo.
“Si coincide que la primera yema franca mira hacia abajo, pues se poda a dos yemas ese pulgar porque de la yema de rango 2 se sacará la vara del próximo año” (Julián Palacios)
Después está la incógnita de arquear o no las varas, ya que hay que pensar que al arquearlas tienen más yemas por metro lineal, pero sería necesario otro alambre por arriba del de formación. También hay la posibilidad de hacer un Guyot doble o uno simple según la distancia que tengas entre las cepas, “por ejemplo se tienes 80 centímetros con un Guyot simple deberías cubrir, pero si hay 1’20 metros, necesitara más. En el caso de los simples, sería recomendable alternar el lado de la vara”, avanza Palacios. En cuanto a poda corta, que corresponde con aquellas viñas que se podan como mucho a tres yemas, y que normalmente son vasos, sistemas libres o espalderas -fundamentalmente cordón Royat-, sucede lo contrario al caso anterior. “Cuando el rendimiento es el deseado podas corto, con 2 yemas francas principalmente”, comenta Julián Palacios. Así como en poda larga todos los sistemas suelen estar dirigidos, “la poda corta de la opción a tener sistemas libres y poner pulgares donde se quiera”, detalla.
“En este caso sucede el contrario al caso anterior puesto que cuando el rendimiento es el deseado podas corto, con 2 yemas francas principalmente” (Julián Palacios)
¿Qué pasa cuando tenemos una espaldera a cordón? “Tenemos un sistema de dos dimensiones, y la dimensión del ancho no debemos utilizarla, entonces, cuando se forma el viñedo, el largo ya se ocupó con la formación de los brazos, por lo que la única dimensión que nos queda para trabajar sería el alto”, expresa el viticultor. En este crecimiento vertical es más complejo ya que dificulta el respecto por la conducción de la savia y “el criterio que debe primar es dejar tacos de madera en todos los cortes”.

¿Para que podamos?

Siendo una de las actividades fundamentales para el desarrollo de la cepa, entre los objetivos más aparentes están la consecución de una forma determinada para después mantenerla en el tiempo, obtener una cosecha regular a lo largo de la vida de la plantación, buscando unos rendimientos, y distribuir adecuadamente la savia que proviene de la raíz. Bajo este contexto es importante “repartir adecuadamente el vigor y la expresión vegetativa de una planta, esto es, buscar un equilibrio; asimismo, esto será consecuencia de que la cepa tenga un desarrollo vegetativo determinado porque si no hay brotes con cierta longitud, no hay hojas, por lo que hace falta acercarse a las 8-10 hojas sanas en cada sarmiento”, especifica Palacios. “Partiendo de que toda la expresión vegetativa de una viña debe repartirse en un vigor moderado, es necesario tener claro que los sarmientos más delgados crecen menos y durante menos tiempo, mientras que con los de mayor grosor pasa el contrario; resultado de los primeros habrá una menor producción por eso hay que buscar un equilibrio”, hace hincapié Julián Palacios. “¿Por qué en Rías Baixas se utiliza parral en 3x3 mientras que en el Ribeiro se usa espaldera en 1x1 en muchos casos? Esto se hace para una correcta distribución de la savia, para conseguir un número de yemas determinado por cepa, y gestionar el vigor”, ejemplifica.
“Los sarmientos más delgados crecen menos y durante menos tiempo, mientras que con los de mayor grosor pasa lo contrario” (Julián Palacios)
En definitiva, el vigor de una viña se controla inicialmente a través del marco de plantación y el sistema de conducción, pero luego, la poda es una herramienta fundamental, ya que permite regular el número de yemas que se dejan en función del viñedo. Por último, hay que pensar también en regular todo lo relacionado con la gestión general del viñedo, como la nutrición, el riego o las cubiertas vegetales, por ejemplo.

La Xunta ofrece formación en técnicas de ascenso, desplazamientos y trabajos en altura en árboles

La Agencia Gallega de la Calidad Alimentaria, dependiente de la Consellería de Medio Rural, prevé celebrar en el ayuntamiento lucense de Becerreá un curso sobre técnicas de subida, desplazamientos y trabajos en altura en los árboles. La formación se impartirá de manera presencial en el Centro de Formación y Experimentación Agraria de Becerreá los próximos días 27 y 28 de octubre. La formación acerca de las técnicas de subida, desplazamientos y trabajos en altura en los árboles tendrá una duración total de 15 horas y se impartirá en horario de 9,00 a 14,15 y 15,30 a 18,30 horas. El objetivo de esta formación es que los alumnos adquieran los conocimientos necesarios acerca de las técnicas elementales de instalación de cuerdas, ascenso y descenso en seguridad sobre árboles que no presenten dificultades específicas. Además, también tratarán otros temas como nociones básicas de la arboricultura moderna o las características generales de un EPI. Todos los interesados pueden consultar más información sobre esta formación llamando al teléfono 982 828 367, o enviando un correo a cfa.becerrea@xunta.es

Curso de introducción a la poda de ejemplares juveniles de castaño en Lugo

La Consellería de Medio Rural, a través de la Agencia Gallega de la Calidad Alimentaria, organiza un curso en Lugo de introducción a la poda de ejemplares juveniles de castaño. El taller se realizará el próximo viernes 21 de octubre y tendrá una duración de 4 horas. La formación se impartirá en turno de tarde, de 16:00 a 20:00 horas en el polígono industrial de As Gándaras (Lugo). El objetivo de esta formación es dotar a los alumnos de los conocimientos técnicos y prácticos para realizar una poda adecuada de ejemplares juveniles de castaño con el fin de obtener árboles rectos con destino a madera de calidad. Así, el programa incluye nociones tanto de las técnicas y herramientas a emplear en este tipo de ejemplares como de los distintos tipos de poda de los mismos. Esta iniciativa está dirigida en general a cualquier persona vinculada profesionalmente con los sectores productivos relacionados con la agricultura, ganadería, industria agroalimentaria y cadena forestal-madera, así como a jóvenes del medio rural gallego y la personas con expectativas de incorporación al sector. Las personas interesadas en asistir podrán formalizar la inscripción localizando el curso en el catálogo de acciones formativas para este año 2022 de la Consellería de Medio Rural. El coordinador se pondrá en contacto con las personas interesadas a través del correo electrónico comunicándoles si están o no admitidas. Para consultar cualquier duda, puede llamarse al teléfono 982 828 620 o enviar un correo a distrito.forestal9@xunta.gal.

Calendario 2021-22 de podas e injertos en la viña

Para la elaboración de este calendario seguimos las indicaciones del calendario lunar, al igual que ya hacían nuestros abuelos, que nunca podaban sin tener en cuenta a luna, así como para otras muchas tareas de la viña y del resto de cultivos. Los líquidos internos de las plantas ascienden y descienden con la luna. De este modo, con la luna ascendente tenemos más sabia en la parte de la planta que está por encima del suelo; mientras que con la Luna descendente los líquidos internos de las plantas descienden, y la mayor parte de la actividad de la planta se realiza en las raíces. Precisamente eso es lo que buscamos podando en Luna descendente, que la actividad de la parte aérea sea la menor posible. La poda es muy traumática para la planta, por lo que si no la hacemos en la luna adecuada los cortes provocarán lloros en las vides. Además, a parte del trauma del propio corte y de la variación que producimos en la estructura natural de la planta, con una poda en mala época también estamos generando un vaciado de las reservas que la cepa acumuló en otoño, después de la vendimia, reservas que son muy necesarias para en primavera tener una buena brotación. Será también conveniente proteger los cortes de madera de más de dos años. Para eso, podemos aplicar después de finalizar la jornada de poda un caldo sulfocálcico o cualquier preparado a base de arcilla, ceniza de leña, bosta de vaca...

Calendario de poda e injerto 2021-22:

Diciembre 2021 Este año el período de poda en diciembre coincide muy bien para recuperar viñas que estén muy flacas, o para impulsar el crecimiento de nuevas plantaciones de más de 4 años ya asentadas, puesto que se juntan dos de los movimientos de la luna, descendente y menguante, con el cual la parada de la planta es case total (poca sabia en la parte aérea de la vid), de este modo vamos a alargar mucho el ciclo vegetativo de la planta, siempre y cuando no sea una zona de muchas heladas. Días de poda: 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31. Luna descendiente y también menguante. Enero 2022 Días de poda: 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29. Luna descendente y también menguante. Febrero Días de poda: 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25. Luna descendente y menguante a partir del día 16. Días de injertado: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 10, 11, 26, 27, 28. Luna ascendente. Marzo Días de poda: 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 23, 24, 25. Luna descendente, podemos seguir unos días más, ya que estamos también en luna menguante hasta el 31 y no va a subir aún la sabia. De este modo, se podría aún podar en los días 26, 27, 28, 29, 30, 31. Días de injertado: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 9, 10, 11. Luna ascendente.

Curso sobre poda e injerto de frutales en Barbadás

La Consellería de Medio Rural, a través de la Agencia Gallega de la Calidad Alimentaria (Agacal), tiene previsto celebrar desde el próximo lunes 22 de noviembre hasta el viernes 26 un curso sobre el manejo, la poda y el injerto de árboles frutales. La jornada, que será en horario de tarde, tendrá lugar en el Centro Empresarial Transfronterizo de Barbadás. El objetivo de este curso es enseñar los principios básicos de cultivo y de la poda de estos árboles para conseguir una fruta y cosecha de calidad. Así, se abordarán los tipos de poda existentes en los frutales de pepita y en los de hueso, los injertos y las plagas y enfermedades que afectan a estos árboles. La acción está dirigida en general a cualquier persona vinculada profesionalmente con los sectores productivos relacionados con la agricultura, ganadería, industria agroalimentaria y cadena forestal-madera, así como jóvenes del medio rural gallego y personas con expectativas de incorporación al sector. La Agacal, a través de la formación no reglada y dentro del Plan de formación continua 2021, pretende contribuir a la consecución del aumento de la competitividad del sector agrícola y forestal tanto a nivel técnico como económico mediante la oferta de cursos como este. En el siguiente enlace puede encontrarse el formulario de inscripción para participar en el curso, que debe remitirse cubierto a la dirección electrónica oac.seca.orense@xunta.gal. Los interesados en obtener información adicional pueden llamar al teléfono 988386535.

Curso básico de poda de frutales en Chantada

La asociación Montes Baixos y el Sindicato Labrego Galego (SLG) organizan un curso básico de poda de frutales en Chantada. La formación se impartirá los sábados 13 y 30 de marzo, en horario de 9:00 a 14:00 horas, e incluye una parte teórica y otra práctica a cargo de Afonso Touceda. Las personas interesadas en asistir pueden llamar al 982 440 804 o en el email derural@sindicatolabrego.gal o a través del enlace https://forms.gle/iHeZGNHprydc5STx5

Pazo Lalón, así se elabora el Mejor Vino Blanco de Galicia en 2020

"Este blanco es un fiel reflejo de la variedad autóctona Treixadura, del terruño. Es un vino con mucho volumen y donde priman los sabores a fruta del país como la manzana". Así describe Eduardo González Bravo su vino Pazo Lalón, que fue considerado el Mejor Blanco de Galicia en la pasada edición de las Catas de Galicia, que se celebró a finales del 2020. La distinción fue también un reconocimiento para la tradición y la pasión por la vitivinicultura que lleva mostrando esta bodega familiar del Ribeiro, asentada en Leiro (Ourense). "Para nosotros este premio es un orgullo, ya que el vino es la herencia que nos ha dejado mi padre", valora Eduardo, que trabaja a diario en la bodega junto con su hermano Tomás.
"Para nosotros este premio fue un orgullo, ya que el vino es la herencia que nos dejó mi padre"
La bodega se asienta en la antigua casa grande de Lalón, construida en el año 1204, y que fue propiedad del convento de Allariz y de la familia de los Ulloa. En el 1992 comenzó la producción de vino, aunque José González, el padre de Eduardo, la adquirió ya a comienzos de los años 80. "Mi padre era hostelero en O Carballiño (Ourense) por lo que compraba los vinos en el Ribeiro y siempre tuvo la ilusión de hacer su propio vino", recuerda. La bodega está situada en una antigua casa grande que data de 1204.

Variedades autóctonas

Asesorado por la Estación de Viticultura y Enología de Galicia (Evega), José recuperó y plantó nuevos viñedos en las cercanías de la bodega. A finales de los años 80 plantaron unas 8 hectáreas, buena parte de ellos de Treixadura, además de otras variedades autóctonas como Albariño, Loureira o Torrontés. Hoy en día Pazo Lalón cuenta con cerca de unas 12 hectáreas de viñedo. La parcela principal está situada en las cercanías de la bodega y abarca unas 8 hectáreas. Se trata de un viñedo plantado en la ladera sur de Gomariz y conducido en espaldera de arriba a abajo y con orientación norte-sur. Además, disponen de otras 2 hectáreas también en el lugar de Gomariz y a las que se añaden 1,5 hectáreas en la parroquia próxima de Cabanelas (O Carballiño, Ourense).
La bodega está especializada en las variedades blancas. La mayor parte de las cepas son de Treixadura y este año sacarán al mercado su primero tinto
En estos viñedos predominan las variedades blancas. La mayor parte de las cepas son de Treixadura, que supone el 65% de las cepas. Alrededor de un 10% son de Albariño y un 5% de Loureira y otro tanto de Torrontés. En los últimos años también comienza a aproximarse a las variedades tintas y cuenta con unos 4.000 metros cuadrados plantados de Sousón, Mencía y Caíño Longo. "Teníamos una producción de tinto mínima que hasta ahora destinábamos para autoconsumo y este será el primer año que sacaremos al mercado también un tinto", comenta Eduardo. En otoño aportan caliza de magnesio para corregir las carencias de los suelos graníticos.  Este año también quieren renovar parte del viñedo. "Una de nuestras prioridades va ser rehabilitar el viñedo. Pensamos arrancar algunas cepas que tenemos dañadas, sobre todo por enfermedades de la madera como la Yesca, pero vamos a seguir apostando por los blancos y por la Treixadura", apunta el viticultor.

Fieles al terruño y a la identidad del vino

Eduardo reivindica una vitivinicultura apegada tanto al terruño, a la identidad de las variedades autóctonas que cosecha, como a las elaboraciones más tradicionales, combinadas con la tecnología actual. De este modo, en el viñedo optan por reducir al máximo los tratamientos fitosanitarios. "No llegamos a estar en ecológico, pero sí trabajamos con esa línea", explica el viticultor.
Rechazan utilizar herbicidas y antibotríticos en sus viñedos y aplican el menor número de tratamientos de sulfatos
Así, rehusan emplear ningún tipo de herbicida en los viñedos, tampoco aplican antibotríticos, y el uso de sulfatos se reduce a los mínimos tratamientos imprescindibles. "Al tener buena parte del viñedo en la ladera sur de Gomariz, que es una zona soleada y ventilada, se reducen los tratamientos, con todo hay años como el pasado que el mildiu afecta mucho y merma la producción", comenta. Suelen tener unas producciones de 5.000 kilos por hectárea. Acostumbran a hacer clareos de racimos para adecuar la carga de cada cepa. Intentan mantener setos naturales en las márgenes del viñedo. "Estos espacios terminan siendo refugios de fauna que nos beneficia a la hora de controlar plagas en el viñedo", detalla. En los primeros años de producción, también optaron por sembrar centeno durante el invierno para en primavera enterrarlo. "Resultó ser un aporte de materia orgánica muy importante, pero una vez que conseguimos el nitrógeno necesario dejamos de hacerlo para no alterar el suelo", indica. Ahora aportan caliza y compost orgánico que compran a Ecocelta y con el que atiende las necesidades de las cepas. En la bodega, buscan potenciar y respetar las calidades de las variedades autóctonas, por lo que optan por intervenir lo menos posible en la evolución de los dos vinos que elaboran y que comercializan bajo las marcas Pazo Lalón y Eduardo Bravo. "El vino lo elaboramos echando mano de la máxima tecnología, pero intentando mantenernos fieles a la tradición", apunta el bodeguero.
Realizan un pie de cuba para conseguir realzar las características de las variedades autóctonas
En sus vinos tampoco añaden levaduras químicas, sino que optan por realizar siempre un pie de cuba, una preparación que se hace antes de las primeras vendimias al recoger las uvas más maduras a una temperatura idónea, dejando que comience la fermentación. "Controlar la temperatura y realizar el pie de cuba no permiten trabajar con las levaduras propias de nuestras variedades, que resaltan los matices varietales de los vinos, como es en el caso de la Treixadura la manzana, o en la Loureira los aromas a lavanda", detalla el bodeguero. Comercializan las marcas Eduardo Bravo y Pazo Lalón. Son vinos con una alta graduación, que suele situarse entre los 13 y los 13,5 grados de alcohol. "Al estar el viñedo en una ladera sur, nuestras uvas suelen madurar siempre mucho, lo que eleva la graduación de nuestros vinos", concreta Eduardo. Tienen una producción de unas 25.000 botellas de su vino Pazo Lalón, elaborado a base de Treixadura y Albariño. Este año, dada el incidencia de mildiu que acusaron, la producción fue de 17.000 botellas. El otro vino que comercializan es Eduardo Bravo, elaborado con Treixadura, Loureira, Albariño y Torrontés. En este caso se trata de una elaboración con una crianza sobre lías de unos 2 meses y que luego van clarificando por gravedad. De este vino suelen producir unas 21.000 botellas, y esta cosecha también se ha visto reducida la producción a unas 19.000 botellas. Este año también pretenden sacar el mercado su primero tinto y un blanco de barrica, un monovarietal de Treixadura. En el trabajo diario de la bodega, junto a los dos hermanos, tienen también un empleado. El plantel se incrementa en dos operarios más para trabajos como la poda o el atado de las cepas y llega a las 10 personas en la época de la vendimia. En la bodega trabajan los hermanos, Eduardo y Tomás, y cuentan con un empleado durante todo el ano.

Vinos para la restauración

El principal mercado de sus vinos es el canal Horeca, en parte por su tradición y vinculación con la hostelería. "El 95% de nuestros vinos los comercializamos en establecimientos hosteleros", explica González Bravo. El establecimiento familiar el Mesón del Jamón, que regentan en pleno centro de O Carballiño, es otro de los destinos de sus vinos. Pese a estar centrados en la restauración y dadas las restricciones derivadas de la crisis sanitaria del Covid-19, ya han comercializado buena parte de su producción. "En los meses de verano conseguimos darle salida a la mayoría, y ahora sólo nos queda entregar un último pedido para darla por rematada", comenta Eduardo. También comercializan una parte de su producción en ciudades como Barcelona, Madrid y exportan a México o Francia.

“Los viñedos duran cada vez menos porque se poda mal”

En las últimas décadas la incidencia de las enfermedades de la madera ha provocado un descenso creciente en la vida media de los viñedos, siendo cada vez más difícil que las plantas alcancen edades longevas. Unas malas prácticas de poda y la generalización del cordón royat, un sistema de conducción que mal aplicado incrementa las enfermedades de la madera de la vid, están en buena medida detrás de esta problemática. Así lo defiende Roc Gramona, director técnico de la Academia de Poda, el primer centro de España que ofrece formación para mejorar la poda del viñedo. En concreto, ofrecen por toda la geografía española cursos de formación: uno inicial de operario de poda y otro de técnico de poda, específico para personas con cierta experiencia. Además, la Academia de Poda ofrece también servicios de asesoramiento para el injertado de la vid y de poda de respeto. Hablamos con este enólogo y responsable de I+D en Bodegas Gramona de su interés por el mundo de la “poda responsable” del viñedo y de como puede ayudar a lograr una viticultura más sostenible. -¿Como surgió tu interés por el mundo de la poda de viñedo? Soy enólogo de formación y donde estudié, en Tarragona, en la Facultad de Enología de la Universidad Rovira i Virgili, la parte de viticultura se toca poco. El interés surgió en nuestra bodega familiar, casa Gramona, en Sant Sadurní d´Anoia. Mi padre conoció en 2010 a  Marco Simonit y Pierpaolo Sirch, los divulgadores en Italia de la conocida como poda de respeto, para reducir la incidencia de las enfermedades de la madera. Vinieron a nuestra bodega, donde nos impartieron una asesoría durante 2 años. Yo nunca había podado la vid y tuve la suerte de que me fui formando con ellos en la poda de respeto. Posteriormente, también continué la formación con el máster en poda de la Universidad de Burdeos. No creo que haya un único creador de poda de respeto: en España en la viticultura tradicional ya se hacía desde antiguo con la poda en vaso, donde aún encontramos cepas centenarias en pié franco, o con el sistema de vara y pulgar en Jerez. Hay sistemas de poda tradicional que son sostenibles puesto que respetan los flujos de savia de la planta. En Francia también han sido pioneros en la recuperación de sistemas de poda que permiten aumentar la longevidad de las cepas, y en este sentido destacaría a François Dal, divulgador de la técnica conocida como Guyot Poussard. Ahora estamos aprendiendo lo que hemos desaprendido con la llamada viticultura moderna, puedes ver un viñedo viejo y lo bien que se hacían los cortes de poda. -Eres el director técnico de la Academia de Poda. ¿Que es y por que decidísteis impulsarla? Mi padre en 2010 era presidente de Innovi, el cluster del sector vitivinícola catalann. En 2014 se impartieron unas jornadas de formación en poda a través del INCAVI, el Instituto Catalán de la Viña y el Vino, y despertaron gran interés. Esto nos llevó a darnos cuenta de que en España, a diferencia de Italia o de Francia, no había escuelas de poda de viñedo. De la mano de  Marco Simonit y Pierpaolo Sirch fuimos creando la academia, primero a través de cursos entre 2014 y 2017. Esa primera formación iba orientada a formar personal cualificado para poda, una necesidad importante para las bodegas. A partir de 2018 yo me encargo de la dirección e intentamos impartir formación fuera de Cataluña, empezando a trabajar en Ribera del Duero y en Rioja, y ahora ya impartimos también formación en buena parte de las DO´s de España. -¿Que tipo de formación os demanda más el sector vitivinícola? Por una parte, cualificación del personal temporal para la poda de viñedo. Esa sería la parte principal, pero ahora lo que más nos demandan viticultores y bodegas es formación para conocer la poda de respeto. -¿Que se demanda hoy para un buen podador o injertador en viñedo? ¿Hay demanda de estos puestos de trabajo? Hay pocos injertadores y pocos buenos podadores quizás porque se ha recortado demasiado en costes, el precio del vino en muchas zonas se mantiene bajo y cada vez los viticultores y bodegas tienen menos contacto con los trabajos de la viña, de forma que la poda se subcontrata a empresas de servicios agrícolas.
“La edad media de los viñedos está disminuyendo alarmantemente porque se poda mal”
Sin embargo, estamos viendo que la edad media del viñedo está disminuyendo alarmantemente, quizás porque se están podando mal y porque se dedica menos tiempo a la viña, además de por la extensión en las últimas décadas del sistema de conducción cordón royat, que obliga a realizar periódicamente rebajes y, por lo tanto, grandes cortes en la cepa. Para mi un buen podador es un buen observador año tras año de sus vides y que aplica una metodología de poda de respeto, conociendo lo que está provocando en la planta cada vez que la poda. Si no invertimos en podar mejor nuestros viñedos seguirán deteriorándose cada vez más, con menos longevidad y mayor incidencia de las enfermedades de la madera. -¿Cual sería el país referente para ti en buenas prácticas de poda y buena formación de los profesionales y por qué motivos? Destacaría Francia e Italia y eso también está relacionado porque son también los países con mayor precio medio del vino y donde más se valora, invirtiendo más en las labores del viñedo como la poda. -¿Que errores comunes detectáis que en las prácticas de poda en el viñedo español en las últimas décadas? El error principal es la mecanización del viñedo y la implantación de un sistema de conducción como el cordón, que es un sistema muy limitante a nivel de ramificación. Y si no dejas ramificar y crecer algo la planta cada año debes realizar de forma periódica grandes cortes de rebaje. El cordón está perjudicando mucho a nivel mundial a la viticultura, porque además ha “contaminado” a los otros sistemas de conducción, que han imitado la moda de realizar rebajes y de no dejar madera de respeto en los cortes de poda, un aspecto estético que considero estúpido como es hacer los cortes rasos.
“El cordón royat está perjudicando mucho a la viticultura a nivel mundial”
-Desde la Academia de Poda insistís en los principios de la poda responsable. ¿Cuales son las claves para una poda que permita tener viñedos más longevos y sanos? El más importante es permitir la ramificación de la planta, permitiendo un crecimiento anual de la planta, sin hacer rebajes de grandes dimensiones. El segundo principio es ordenar los cortes, realizándolos en el mismo lado de la planta, de forma que el flujo de savia sea limpio y continuo en el otro lado. Otro aspecto clave es realizar cortes de pequeñas dimensiones: hacer cortes de madera de un año, respetando la corona, y como mucho en madera de dos años. Y por último, dejar madera de respeto cuando podamos, sobre todo cuando es madera de segundo año, para evitar que la desecación del corte penetre en la planta y dificulte el flujo de savia. -En cuanto a los sistemas de conducción, ¿Cual sería para ti el más respetuoso con una poda responsable? A nivel de poda corta el mejor es el vaso, pues no tienes limitación prácticamente de espacio en cuanto a la ramificación de la vid. Es cierto que es menos mecanizable y no se puede vendimiar a máquina, pero si se puede despuntar y realizar las labores agrícolas a máquina sin problema En sistemas de poda larga destaca nuestro autóctono de vara y pulgar, y en los foráneos destacaría el Guyot Poussard, que si respeta el flujo de savia y permite el crecimiento anual de la planta.
 “De los sistemas de conducción de la vid me quedaría con el vaso”
En cuanto al emparrado, no lo conozco mucho pero creo que se le puede aplicar sin problema una poda de respeto, sin hacer rebajes y dejando ramificación. -Sin embargo el vaso dificulta la mecanización del viñedo. ¿Existen vías intermedias que conjuguen poda responsable y mecanización de las labores? Se puede aplicar un sistema de ramificación en cordón, dejando crecer los pulgares, o la palmeta, como punto intermedio entre cordón y vaso. -Estamos en los meses de poda del viñedo. ¿Cuales serían los momentos óptimos para podar? Si hay luna ascendiente y hay exceso de vigor es cuando se debe podar. Si por el contrario, nos interesa que la planta acumule reservas buscaríamos podar en luna descendiente. En cuanto al mes, quizás principios de enero sea el mejor mes, sin buscar temperaturas demasiado frías, pero tampoco esperar a primavera, pues las temperaturas más elevadas y mayor humedad repercuten en una mayor incidencia de las enfermedades de la madera, como la yesca. La clave para reducir estas patologías es reducir los cortes y su tamaño y seguir unas pautas de higiene, desinfectando los equipos de poda.

Más información:

Poda de la viña: Las claves para lograr cepas longevas

¿Es aconsejable incorporar los restos de poda a la viña?

En los últimos años se generalizó la práctica de triturar las vides de la poda para incorporarlas superficialmente al viñedo, básicamente por motivos económicos -abarata los costes respecto a recogerlas- y también medioambientales. Antiguamente estas vides se solían recoger en manojos para combustible en los hogares -también para calentar hornos o forjas-, aunque también se enterraban en gavias en las viñas como abono, junto a estiércol, tojo...etc. Sin embargo, la propagación en las últimas décadas de las llamadas “enfermedades de la madera”, la principal causa de muerte de vides en este momento, pone en cuestión estas prácticas. Recabamos la opinión de tres expertos en la materia: Rosa Pérez Otero, de la Estación Fitopatológica de Areeiro; Francisco Rego González, investigador jubilado de la Estación de Viticultura y Enología de Galicia ( EVEGA) y Joaquín Martínez Rodiño, responsable técnico de viticultura y mecanización en Bodegas Martín Códax.

Rosa Pérez Otero: “Desde el punto de vista fitosanitario lo mejor es quemar las vides”

Rosa Pérez Otero advierte de que “desde el punto de vista fitosanitario, no es recomendable la incorporación de restos de poda al suelo porque estos restos constituyen fuentes de inóculo no solo para algunos de los hongos implicados en el complejo de enfermedades de madera, sino también de Armillaria, por ejemplo”. “Y hay que tener en cuenta que la mayoría de estos hongos pueden conservarse en esos sustratos durante largos períodos de tiempo, con lo que la incorporación continuada de restos  leñosos agrava el problema”, añade. La jefa de la unidad de Fitopatología de la Estación de Areeiro reconoce que “la recogida y quema de los restos no es una labor barata para el viticultor pues requiere de mano de obra y medios materiales, pero desde el punto de vista sanitario es lo más recomendable”.

Francisco Rego González: “Es imprescindible realizar un ensayo sobre los efectos de incorporar los restos de la poda al viñedo”

Francisco Rego González, investigador jubilado de la Estación de Viticultura y Enología de Galicia ( EVEGA), y con muchas décadas de experiencia en el cultivo de la vid, reconoce que “lo que pueda decir sobre este tema es solo una opinión personal, porque falta realizar un estudio serio, con ensayos a 10 o 15 años, para ver los efectos que tiene sobre el viñedo incorporar los restos de poda”. “Evidentemente que quemar las vides sería la medida más higiénica, y si se opta por tritularalas e incorporar esos restos superficialmente, hay un proceso de metabolización que acaba aportando materia orgánica y nutrientes al suelo”, explica. En este sentido, recuerda que “antes los viticultores incorporaban las vides a la viña: primero abrían las gavias y dejaban pasar tiempo para que la tierra se oxigenara, y luego se incorporaba estiércol bien compostado, tojo y vides y no había tantos problemas de enfermedades de la madera porque se tenía más cuidado a la hora de hacer los cortes en la poda y también porque en cada viña había un ecosistema propio, con miles de bacterias”. A este respeto, el ex-investigador de la EVEGA advierte que, en su opinión, el problema de las enfermedades de la madera “más que a incorporar o no las vides, se debe a un cúmulo de factores, que van desde hacer mal los cortes en la poda, compactar demasiado el suelo, y sobre todo, la alteración del ecosistema por organismos que vienen de fuera a través de plantas que no se sabe de donde proceden y pueden traer tipos de armillaria, de escoriosis o de yesca diferentes”. “Cuando alteras el ecosistema por organismos que vienen de fuera es donde pueden aparecer problemas”, concluye.

Joaquín Martínez Rodiño: “Llevamos 15 años triturando las vides en la viña y no tenemos más problemas de enfermedades de la madera”

Joaquín Martínez Rodiño, responsable técnico de viticultura y mecanización en Bodegas Martín Códax, explica que llevan 15 años triturando las vides de poda y asegura que “no observamos un incremento de las enfermedades de la madera con respecto a cuando sacábamos todos los restos de poda y los quemábamos”. “Para evitar problemas fitosanitarios, cuando detectamos una planta que manifiesta síntomas de enfermedades de la madera la marcamos ya durante la primavera o verano. Esas son las que primero podamos, y de ellas sí que retiramos todos los restos de poda y los quemamos, un proceso que supone un promedio de 20 horas más de trabajo por cada hectárea de viñedo”, explica. Los demás restos de poda son triturados finalmente e incorporados al suelo para su descomposión. “Lo hacemos así por un tema económico de ahorro de costes, pero también medioambiental de sostenibilidad, pues estamos fijando carbono, incorporando materia orgánica al suelo y evitando emisiones de CO2”, concluye.

Cursos sobre arboricultura, manejo de productos fitosanitarios y huerta ecológica en el CFEA de Guísamo

El Centro de Formación y Experimentación Agroforestal de Guísamo (A Coruña) acoge a lo largo de los próximos meses un programa de cursos centrados en trabajos de arboricultura, el manejo de productos fitosanitarios y la huerta ecológica. Está abierto el plazo de presentación de solicitudes que deberán remitirse al centro. A continuación detallamos el listado de cursos que se ofertan en el centro: -Taller temático de huerta ecológica, biodinámica y permacultura: Agricultura sintrópica. Fechas: 13 y 14 de octubre. El día 13 en turno de mañana y el 14 de mañana y tarde. Duración 12 horas. Este es el único taller donde una parte de la formación se impartirá fuera de las instalaciones del centro. Así, una parte del curso será en la Finca Os Biosbardos, en Cambre (A Coruña). En el taller se abordará el sistema SAFA y su implementación. El seminario será impartido por Sergio Olaya y Jaime Paramo, formados ambos con el agricultor e investigador suizo Ernst Götsch. -Mantenimiento de Maquinaria y útiles de Jardinería y arboricultura. Fechas: 14 , 15, 18 y 19 de octubre en horario de 16:00 a 21:00 horas los días 14,15 y 18 y de 9:00 a 14:00 horas el día 19. Tiene una duración de 20 horas. -Renovación de Usuario Profesional de Productos Fitosanitarios. Nivel cualificado. Fecha: 17 de octubre en horario de 9:30 a 13:30 horas y de 16:00 a 19:00 horas. Tiene una duración de 7 horas. -Seguridad en los trabajos de arboricultura. Introducción a las técnicas de trepa. Fechas: 21, 22, 23 y 24 de octubre en horario de 16:00 a 21:00 horas. Duración de 20 horas. En el curso se abordarán los trabajos en altura en los árboles y se tratarán aspectos como los desplazamientos a realizar en la copa así como el ascenso y descenso del árbol. El taller será impartido por el arborista y técnico en jardinería y floristería Lucas Gascón Prieto. -Seguridad en los trabajos de arboricultura. Mantenimiento básico de la motosierra. Fechas: 21, 22, 25, 26 de octubre en horario de 16:00 a 21:00 horas (días 21,22 y 25) y de 9:00 a 14:00 horas el día 26. Tiene una duración de 20 horas. -Seguridad en los trabajos de arboricultura. Técnicas avanzadillas de trepa. Fechas: 4, 5, 6 y 7 de noviembre en horario de 16:00 a 21:00 horas. El curso tiene una duración de 20 horas. Se tratarán técnicas avanzadas para los trabajos a realizar en altura en los árboles profundizando en técnicas como Single Rope Technique (SRT). El seminario estará impartido por el jardinero y paisajista Germán Rodríguez Vázquez. -Seguridad en los trabajos de arboricultura. Apeo Controlado. Fechas: 11, 12, 13 y 14 de noviembre en horario de 16:00 a 21:00 horas. El curso tiene una duración de 20 horas. Se analizarán los trabajos en altura en los árboles así como las herramientas empleadas y se realizarán diferentes montajes para efectuar un apeo controlado y seguro. El arborista y técnico en jardinería y floristería Lucas Gascón Prieto se encargará de impartir el taller.

Más información

Los interesados en participar en estos cursos deberán presentar la solicitud cubierta dirigida al CFEA de Guísamo o bien enviarla por correo electrónico a la dirección cfea.guisamo(arroba)edu.junta.gal o en los teléfonos 881 881 043 - 881 881 045. También pueden obtener más información sobre los cursos y el procedimiento de matrícula en la página web del centro.