La Consellería de Medio Rural indemnizará económicamente a aquellos propietarios cuyos cultivos hayan sido dañados por las medidas fitosanitarias adoptadas sobre los vegetales afectados por los organismos de cuarentena. Así lo recoge el Diario Oficial de Galicia (DOG) con la publicación de la correspondiente orden, que cuenta con un presupuesto inicial de 75.000 euros.
Podrán ser beneficiarias de estas indemnizaciones las personas, tanto físicas cómo jurídicas, y las entidades sin personalidad jurídica cuyos productos vegetales se vean afectados por las medidas fitosanitarias adoptadas debido a la declaración de plaga por parte de la autoridad competente. Asimismo, también podrán optar a estas indemnizaciones las pymes agrarias.
En concreto, las ayudas buscan paliar las pérdidas derivadas de la polilla guatemalteca de la patata, por entrega de producciones que se tuvieran que destruir en las zonas afectadas, y por el hongo ‘Fusarium’ en viveros dedicados a la producción de planta de coníferas.
El plazo para su presentación será de tres meses contados a partir del día de mañana.
Un gran vigor de emergencia con la máxima protección es clave para conseguir una cosecha exitosa. Los híbridos DEKALB tratados con Maxim®Quattro, un nuevo fungicida de amplio espectro, están protegidos frente a enfermedades propias de la semilla y del suelo, y tienen una nascencia con mejor vigor y mayor uniformidad. Asegura tu maíz frente a enfermedades como Phytium, Rhizoctonia o Fusarium. Maxim®Quattro ayuda a disminuir el estrés de la planta en la germinación para un comienzo más robusto, protegiendo el valor de tu semilla desde el primer instante.
Las semillas de DEKALB tratadas con Maxim®Quattro tendrán, adicionalmente, un recubrimiento especial que mejorará la apariencia de la semilla y otorgará mayor fluidez a la misma a lo largo del tubo de siembra.
Maxim®Quattro es un fungicida de amplio espectro aplicado en los mejores híbridos de DEKALB. Su formulación contiene cuatro poderosos principios activos: fludioxonil (37,5 g/L), metalaxyl-M (29 g/L), tiabendazol (300 g/L) y azoxistrobin (15 g/L); cuya acción resulta en un eficaz control de las enfermedades propias de semilla y suelo. Empleando la formulación química más eficaz del mercado, DEKALB es capaz de facilitar una protección efectiva desde los primeros estadíos del desarrollo de la planta; cuando ésta es más vulnerable a los daños y cuando más efecto tienen éstos sobre el rendimiento futuro si la planta no se encuentra convenientemente protegida.
Además, Maxim®Quattro tiene un impacto positivo en la sostenibilidad, al actuar de manera específica en todos los tipos de suelos y bajo todas las prácticas agronómicas; generando un bajo impacto ambiental. Las semillas de DEKALB con el tratamiento Maxim®Quattro están protegidas frente a un amplio rango de enfermedades propias de semilla y suelo como: Fusarium spp., Phytium spp. y Rhizoctonia; ayudando al desarrollo vigoroso de la planta en la germinación y disminuyendo el riesgo de caída.
Maxim®Quattro tiene una protección e influencia sobre el rendimiento extra demostrada en ensayos de campo frente a Maxim XL, un fungicida estándar.
Con una protección de serie, las plantas de maíz pueden emerger mucho más fuertes, con mejor vigor y potencial de rendimiento. La protección está dirigida a optimizar la emergencia y asegurar la población de plantas, mejorando además el estado sanitario. Con 4 ingredientes activos, hay más beneficios para el agricultor. La adición de los fungicidas azoxistrobina y tiabendazol amplía significativamente el espectro de control de la enfermedad en comparación con Maxim XL, que contiene solo 2 ingredientes activos.
En los ensayos desarrollados por Syngenta en 2017, en los que las semillas de maíz fueron inoculadas con Fusarium, Rhizoctonia y una combinación de ambos, las semillas tratadas previamente con Maxim®Quattro dieron lugar a una mayor población de plantas sanas respecto a las tratadas con Maxim XL, en todas las situaciones. Ello supuso un significativo beneficio adicional en rendimiento.
-Pythium spp: que afecta a las plántulas jóvenes en el campo y puede tener efectos devastadores en los primeros estadíos del cultivo si no se trata.
-Rhizoctonia: que puede causar encamado al final de la campaña, donde la pérdida de rendimiento puede alcanzar el 30% de la cosecha.
-Fusarium spp: en la mazorca puede ocasionar pérdidas de rendimiento proporcionales al número de granos contaminados, así como la producción de micotoxinas dañinas si no se trata de manera efectiva.
Conviene evitar el alarmismo, pues aunque la enfermedad fúngica se detecte en Galicia, podría cursar con menor virulencia a lo sucedido en el País VascoLa banda marrón y la banda roja actúan secando parte de las hojas de los pinos, provocando su caída tempranera. Esa situación deriva en un debilitamiento de los árboles y en un retraso de su crecimiento. Estas enfermedades fúngicas no tienen porque ser necesariamente mortales para el pino, si bien hay consenso en que en la situación en la que se encuentran los pinares del País Vasco, con un impacto extremo de la enfermedad, la situación será difícilmente recuperable para parte de las masas. El problema preocupa en extremo a los propietarios forestales y a las instituciones en el País Vasco. El Gobierno vasco solicitará autorización para ejecutar tratamientos aéreos de óxido cuproso en la próxima primavera y ya se trabaja en alternativas de futuro, como la búsqueda de familias de pino radiata más tolerantes a estos hongos o la plantación de especies alternativas, como el pino marítimo (‘Pinus pinaster’), la ‘Criptomeria japonica’ o el eucalipto. En Asturias, la plaga de cuarentena fue detectada este otoño en tres localidades limítrofes con Galicia, Vegadeo, Castropol y Taramundi. En la comunidad vecina, se asegura que la enfermedad llegó a Asturiras procedente de Galicia, si bien la Consellería de Medio Rural, consultada por ‘Campo Galego’, niega la existencia de la enfermedad en los pinares gallegos. La principal especie de los pinares gallegos es el pino marítimo, también llamado pino del país (‘Pinus pinaster’), que es poco susceptible a la plaga, pero en la provincia de Lugo la conífera dominante en parte de las comarcas del interior es el pino insigne (‘Pinus radiata’), una situación que genera preocupación entre los propietarios forestales, dada la virulencia con la que se manifestó en el último año en Euskadi la enfermedad de la banda marrón. Desde el sector forestal se advierte también de que aunque la enfermedad estuviera presente en Galicia, podría manifestarse de una forma menos virulenta a lo sucedido en el País Vasco, por lo que conviene evitar el alarmismo. La próxima primavera - verano, época propicia para el desarrollo del hongo, será clave para analizar la situación en los montes gallegos. Más información - La enfermedad de la banda marrón entra en Galicia por el oriente de Lugo (11-V-2021).
Por eso, son abundantes los trabajos que se desarrollaron sobre esta problemática para poder prever sus ataques (modelización) y para encontrar fungicidas eficaces que lo controlen.
La lucha sistemática según calendarios preestablecidos es la estrategia de control de mildiu habitualmente utilizada en la Denominación de Origen Rías Baixas. Se realiza así un número de intervenciones por campaña comprendido, en el mejor de los casos, entre 8 y 12, aunque estas cifras suelen ser superadas.
En cuanto a los fungicidas utilizados, se puede elegir entre una amplia diversidad de productos de diferente naturaleza y modos de acción. Lo más habitual, en todo caso, es iniciar las intervenciones con fungicidas sistémicos (susceptibles de generar resistencias si no se alternan adecuadamente, lo que no suene ser frecuente) de síntesis química, y continuar con penetrantes unidos a algún formulado de cobre. En el contexto de la agricultura actual, sin embargo, resulta interesante la experimentación con productos lo más naturales posibles que minimicen los riesgos ambientales derivados de las sustancias obtenidas a través de la industria.
En este contexto, además de buscar estrategias de racionalización del control de la enfermedad que lleven a intervenir únicamente cuando es necesario, en la Estación Fitopatológica Areeiro (centro dependiente de la Diputación de Pontevedra) estamos experimentando con algunas sustancias de origen natural alternativas a los fungicidas tradicionalmente empleados, al igual que se lleva haciendo en otras zonas de Europa.
Siguiendo la experimentación realizada en esas otras áreas, las sustancias evaluadas no suenen tener la consideración de fitosanitarios, sino que están destinadas a mejorar ciertos procesos fisiológicos de las plantas.
Por otra parte, como es sabido, el cobre es prácticamente el único elemento natural con efectos contrastados frente al mildiu y, debido al uso masivo de productos cúpricos y a las repercusiones ambientales del ion de cobre, la Unión Europea reguló limitar el uso de sus productos a 6 Kg/ha y año en viticultura. De este modo, en los ensayos, aunque sí evaluamos algún cobre, analizamos el comportamiento de productos bioestimulantes, fortificantes o inductores de la resistencia, agentes de control biológico o, como decimos, nuevos formulados de cobre que en teoría son menos lavables, más bioasimilables y menos persistentes en el suelo.
En esta experimentación, que llevamos a cabo algunas campañas en el viñedo de la propia Estación Areeiro, sometemos a estas sustancias a condiciones extremas; es decir, les aplicamos a lo largo de toda la campaña y según la estrategia de Lucha Oportuna Adaptada.
En esta estrategia de control se optimiza el número de intervenciones relacionando determinados parámetros climáticos con la epidemiología del hongo y con observaciones de la enfermedad en campo. Así, la primera intervención no se realiza hasta que aparece la primera mancha de aceite y se registran condiciones para la esporulación y para la infección secundaria. Las condiciones para la esporulación son oscuridad, temperatura media superior a 13 ºC y humedad relativa superior a 92-95% durante por lo menos cuatro horas.
“Los productos fueron testados en condiciones extremas para cuantificar su eficacia”
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Para la infección secundaria, el resultado del producto “número de horas de hojas mojadas” (por lluvia, llovizna o niebla densa) por la “temperatura media durante ese período” debe ser superior a 50. Las demás intervenciones antimildiu se realizan una vez se cumplan las mismas condiciones en presencia de esporangios vitales.
Esta estrategia de aplicación no es, sin duda, la idónea para ensayar productos que no tienen siempre la condición
de fitosanitarios y que, según los fabricantes, deben aplicarse cautelarmente. Pero nuestra intención era testarlos en condiciones extremas debido a que si algún producto conseguía lograr cierto control en esa situación podría ser interesante para integrarlo en programas de aplicación típicos, reduciendo así el uso de productos menos recomendables desde el punto de vista medioambiental.
Para decidir que sustancias podíamos utilizar realizamos una revisión bibliográfica de cuales se estaban empleando en el mundo en ensayos de similar naturaleza. Centramos nuestra atención en aquellas que en alguno de esos experimentos habían dado resultados aceptables, por lo menos en alguna zona de nuestro entorno, aunque no fue posible encontrar todas ellas en España.
Los ensayos los realizamos entre 2011 y 2014, así como en 2017, incluyendo en todos los ensayos un cobre comercial como comparativo, además del correspondiente testigo. Las sustancias evaluadas, prácticamente un mínimo de dos años, se recogen en la tabla siguiente:
Producto (composición) |
Fortificante a base de fermentos de Lactobacillus y enzimas de Trichoderma + solución a base de Fósforo y Potasio |
Bentonita |
Dióxido de Silicio 98% |
Nitrógeno 1% + Fósforo 30% + Potasio 20% + Aminoácidos 4% |
Fitofortificante de las respuestas de defensa a base de carboxilaminas y extracto de Saccharomyces cereviseae |
Peróxido de hidrógeno 25% |
Fosfanato potásico 75,5% |
Propóleo |
Fósforo 30-32% + Potasio 20-24% |
Cobre 8% en forma de gluconato + Pentóxido de fósforo 30% y Óxido de potasio (K2O) 20% |
Potenciador de las defensas naturales a base de anhídrido fosfórico y óxido de potasio |
Cobre sistémico (Gluconato e galacturonato) |
Cobre quelatado |
En cuanto a los resultados medios obtenidos por cada producto, es decir, promediando las respuestas de todas las repeticiones de los diferentes productos en el año o años en que fueron testados, todos ellos obtuvieron cierta respuesta al control del patógeno en las condiciones del ensayo, si bien esta afirmación debe ser matizada. Ante todo hay que tener presente que no en todas las campañas el hongo presentó la misma agresividad porque tampoco las condiciones climáticas fueron igual de favorables. Así, los años 2011, 2013 y 2017 fueron los más secos y menos propicios al desarrollo de la enfermedad, mientras que en el 2012 y en el 2014 las condiciones húmedas durante la campaña provocaron infecciones de consideración.
Por estos motivos, la respuesta de algún producto puede variar bajo otras condiciones ambientales, aunque es cierto que la práctica totalidad de ellos fue evaluada más de un año.
En la gráfica siguiente se recogen los resultados medios, expresados en forma de porcentaje de racimos afectados a final de campaña, de cada producto:
Analizando estos datos de una manera global, se puede comprobar que solo seis de las sustancias ensayadas obtuvieron medias inferiores al 50% de ataque en racimo, aunque bien es cierto que uno de ellos, el compuesto por levaduras de Lactobacillus y enzimas de Trichoderma unidos a la solución de Fósforo y Potasio, quedó solo ligeramente por debajo, por lo que lo vamos a excluir del análisis pormenorizado de los resultados.
Tampoco el fosfonato potásico 75,5% tuvo una respuesta aceptable, ya que implicó pérdidas del 41% de los racimos. El fosfonato potásico está referido en la bibliografía como un producto con efecto contra enfermedades causadas por hongos debido que al aplicarlo se estimulan los mecanismos de resistencia natural de los vegetales. Sin embargo, en nuestros ensayos, y en las condiciones extremas a las que sometemos los productos, no tuvo buenos resultados, aunque sí es cierto que bastante alejado de las sustancias que peor comportamiento tuvieron, el peróxido de hidrógeno (que ya sabíamos que actuaba principalmente frente a bacterias) y la bentonita (que ya había tenido resultados poco concluyentes en ensayos realizados en diferentes zonas de Europa).
Tres de los productos ensayados sí mostraron respuestas favorables, aunque no completas: se trata de un formulado compuesto por las mezclas de “Nitrógeno 1% + Fósforo 30% + Potasio 20% + Aminoácidos 4%”, otro con “Cobre 8% (gluconato) + Pentóxido de fósforo 30% + Óxido de potasio 20%” y de un ”Potenciador de las defensas naturales a base de anhídrido fosfórico y óxido de potasio”.
El producto que mejor comportamiento tuvo rebajó los años del mildiu en racimo a un 15%
El primero de estos productos, que en ninguno de los tres años ensayados superó el 15% de daño en racimo pese a ser probado también en un año húmedo (2012, pero igualmente en 2011 y 2013), es un formulado que, según el fabricante, aumenta la resistencia al estrés biótico producido por el ataque de ciertos hongos y aumenta la tolerancia al estrés abiótico.
La segunda sustancia con mejor comportamiento frente al mildiu (Cobre 8% (gluconato) + Pentóxido de fósforo 30% + Óxido de potasio 20%) consta de una solución de gluconato de cobre que se caracteriza por ser bien absorbida por las plantas a través de hojas, raíces y corteza, unida a una combinación de fósforo y potasio para favorecer y activar los mecanismos de defensa hormonal de la planta contra ataques externos.
Por su parte, el último producto con bastante buen resultado (20% de daños medios a final de campaña) es un bioestimulante sistémico con fósforo y potasio que, siempre según el fabricante, estimula la producción de sustancias naturales de defensa de las plantas (fitoalexinas) contra enfermedades fúngicas.
Como vemos, y a modo de conclusión, de los resultados de las cinco campañas en las que se realizaron ensayos empleando sustancias naturales en una estrategia muy arriesgada de optimización de las aplicaciones que implica intervenir únicamente cuando es necesario, se puede inferir que por lo menos con tres de ellas se obtiene un control aceptable de la enfermedad, que sin duda será superior si son integrados en un programa de tratamientos con fungicidas químicos tradicionales en los momentos de mayor sensibilidad de la uva y con las prácticas agronómicas de manejo del ambiente en la plantación.
Con tres de los productos testados se logra un control aceptable
Se tratan de resultados obtenidos únicamente en una finca que no tiene una elevada sensibilidad a la enfermedad por lo que en otros casos los resultados pueden ser diferentes, como ya se demostró entre otros países de Europa donde se están haciendo este tipo de ensayos.
De poder garantizar una buena eficacia con más ensayos, su uso como fungicidas frente al mildiu dependerá de que las empresas titulares de los productos soliciten su inclusión en el Registro de Productos Fitosanitarios, proceso muy costoso y complejo por las exigencias europeas.
La multinacional BASF presentó el pasado viernes en Cambados a Enervin®, su nueva familia de productos para combatir el Mildiu en viñedo
Ante un público compuesto por profesionales del sector vitícola, Lidia Paredes Cañadas, Crop Manager de Viña y Frutales y Miquel Sans, responsable técnico de BASF España para Viñedo, informaron de los avances que suponen los productos de la familia Enervin® de cara a lograr un racimo perfecto.
En este sentido, Miquel Sans destacó que los tres productos de la familia Enervin -Enervin Top, que fue presentado el pasado año, y los nuevos Enervin Pro y Enervin Duo SC- “comparten que tienen Initium®, una nueva materia activa registrada por BASF y que presenta como principal novedad que es de carácter preventivo y específica para oomicetos, la familia botánica a la que pertenece el mildiu, provocando la muerte del hongo al inhibir su actividad energética”.
Además, al tratarse de una nueva molécula, “no provoca resistencias cruzadas, por lo que se puede emplear sin problemas con otros fitosanitarios”. Otras ventajas de la familia Enervin® son, según Miquel Sans, “su baja toxicidad para el ser humano y para el medioambiente y su alta efectividad en la prevención y lucha contra las enfermedades fúngicas”.
Esta alta eficiencia, comprobada en distintos estudios, se basa en que la molécula Initium® se adhiere muy bien a las ceras de las hojas, del pedicelo y de los uvas de la vid, con lo que resiste al lavado por la lluvia o el rocío. Esto permite que actúe durante un largo período y que sean necesarios menos tratamientos, con el ahorro económico y menor riesgo fitosanitario que esto supone para el viticultor.
En cuanto a los resultados, el responsable de BASF explicó que “hemos realizado un ensayo de campo el pasado año en Llodio, en Álava, y los resultados han sido muy positivos”.
Enervin Pro: Es un producto sistémico indicado para inicio de brotación, que refuerza y activa las defensas de la viña.
Combina Initium® con Fosfonato Potásico (KHP) como materias activas. Este último es de rápida absorción, activando el mecanismo de defensa natural de la planta, de forma que puede afrontar mejor el hongo.
En el estudio realizado por BASF el pasado año Enervin Pro mostró un mejor comportamiento que los otros productos estándares existentes en el mercado. Así, en una situación en la que la parte del viñedo sin tratar era del 100% de afectación, la frecuencia de aparición de mildiu en hoja en la parte del viñedo tratada con Enervin Pro fue del 27% y del 13% en racimo. Sin embargo, con el producto estándar sube al 37 y al 19% respectivamente el porcentaje de vides afectadas por mildiu.
Enervin TOP: Ideal para aplicar en floración para prevenir la aparición de mildiu. Se recomiendan hasta 3 aplicaciones cada 10 o 12 días, con una dosis de 2,5 kilogramos por hectárea.
En este caso, la conjunción de Initium® más Metiram, la otra materia activa, forma una barrera protectora por contacto que aísla del mildiu a todo el tejido vegetal, tanto hojas como bayas.
“Combina una doble protección preventiva ante el mildiu, para estar siempre seguro. De hecho, el estudio que realizamos confirma su eficacia. Así, ante un ataque de mildiu, en la parte sin tratar de la finca de ensayo el 80% de las plantas tuvieron un ataque severo, pero en la que tratamos con Enervin Top bajó al 11% en el caso de racimo y al 2% en hoja, mientras que con un tratamiento de otro fungicida estándar el grado de afectación subió al 19% en racimo y al 5% en hoja”, explicó Miquel Sans.
Enervin Duo SC: está indicado para los momentos de máxima presión del Mildiu, a partir de que el fruto está cuajado y hasta el envero. En este sentido, junto al poder preventivo de Initium®, este producto incorpora el poder curativo del Dimetomorf (DMM), para años complicados con elevada humedad.
“Initium® se adhiere a la capa cerosa de hojas y bayas, mientras que el DMM penetra en la hoja y se difunde a los puntos cercanos”, explican desde BASF.
Miquel Sans: «En los ensayos que realizamos la incidencia del Mildiu es mucho menor con Enervin»
En cuanto al modo de aplicación, se recomienda realizar una en los momentos de máxima presión del Mildiu, con una dosis de 1 litro por hectárea. No presenta tampoco problemas de resistencias al mezclarse con otros productos.
Los resultados en campos de ensayo también confirman la eficacia del producto. Así, en una parcela de La Rioja, localizada en Alcanadre, el cultivar -de la variedad Tempranillo- sin tratar registró una incidencia de mildiu del 100%. Sin embargo, en la parte tratada con Enervin Duo el porcentaje de severidad bajó al 16% en hoja y al 1% en racimo, unos datos que suben en la parte de viñedo en la que se empleó un fungicida estándar hasta el 22% y 17%, respectivamente.
“En resumen, estos tres productos de la familia Enervin® permiten una protección de la viña frente al mildiu en las distintas etapas, desde la floración hasta el envero, de forma eficaz para lograr el racimo perfecto y con total seguridad para el operador, para el medioambiente y para el consumidor”, concluyó Lidia Paredes.
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“Es una enfermedad con síntomas inespecíficos que acaba provocando la muerte de la vid”Además, han contribuido también a la divulgación y el seguimiento del avance de la enfermedad en diversos cultivos. Actualmente existen varios programas subvencionados por la UE entidades, empresas, Comunidades Autónomas y a entidades de investigación y control estatal. Todo ello es muestra de la grave preocupación que genera esta enfermedad, lo que obliga a que el sector vitivinícola tome cartas en el asunto exigiendo y colaborando en los muestreos de los vectores y la detección de posibles cepas afectadas en todos nuestros territorios vitícolas. Máxime cuando los simples síntomas, que debemos conocer, no son específicos, ni mucho menos, de esta enfermedad, sus hospedantes son numerosísimos y sus vectores aún sin determinar con seguridad, a nivel de eficiencia y fuera de los habitualmente mencionados pero dentro de los cicadélidos y otros órdenes chupadores de savia vegetal.
“La esperanza está en el grupo de parasitoides de los vectores”Como hemos indicado, solo la lucha indirecta contra transmisores y huéspedes puede no ser suficientemente efectiva, rotenonas son poco eficientes y piretrinas algo más, pero desde luego al igual que los herbicidas no solucionarán el problema. La esperanza está en el grupo de parasitoides de los vectores, diversos himenópteros Ichneunonidos, Dryinidos, dípteros, Piponeulidos y arañas, aunque esta fauna auxiliar no parece suficientemente eficiente, hay más esperanza en el uso de bacteriófagos suficientemente eficientes y en la búsqueda de cultivares tolerantes o introducción de resistencias.