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La movilidad de tierras en Galicia, 10 veces inferior a la francesa

Buena parte de la superficie de las explotaciones agroganaderas que dejan la actividad se pierde para la agricultura, mayormente porque se forestan o quedan abandonadas. En Galicia, la superficie agraria útil se redujo en una cuarta parte en los últimos 30 años, un proceso que no consiguió frenar la puesta en marcha del Banco de Terras. Un informe del Laboratorio del Territorio analiza la movilidad de tierras en Galicia y concluye que es diez veces inferior a la francesa o a la italiana. El Parlamento de Galicia volvió debatir ayer sobre cómo ponerle freno a la pérdida de tierras agrícolas. El aprovechamiento de la tierra en Galicia se presenta como un problema complejo. El debate político y del sector agrario parte de la base de que resulta necesario que la superficie agrícola de las explotaciones que abandonan sea transferida a agricultores y ganaderos activos, bien vía arrendamiento, bien vía venta. Sin embargo, esa movilidad de las tierras está dándose de manera muy reducida.
El grado de transferencia de parcelas presenta una gran diversidad. En Ourense y Pontevedra es menor
El informe 'Propiedad, movilidad de tierras y valorización territorial', elaborado por el Laboratorio do Territorio (Universidade de Santiago), concluye que en Galicia sólo hay una tasa de transferencia de la superficie agraria del 0,10% año, diez veces inferior a la tasa francesa o italiana. El problema, a mayores, va unido a altos precios medios de 1,5 euros por metro cuadrado en caso de venta, una cotización ligeramente superior a la media española y equiparable a la de Reino Unido o Dinamarca. Mientras tanto, la pérdida de superficie agraria útil (SAU) en Galicia no para. Si en el periodo 1985-2005 se redujo en 145.000 hectáreas, desde aquella hasta hoy se perdieron en torno a 120.000 hectáreas. Debate en el Parlamento El problema de la falta de SAU volvió ayer al debate parlamentario, tras la reciente aprobación de la Ley de Mejora de la Estructura Agraria de Galicia. Desde la oposición se entiende que la aprobación de leyes o instrumentos como el Banco de Terras son insuficientes si no van acompañados de recursos y medios. El Bloque presentó una proposición no de ley por la que demandaba una actitud más proactiva de la Xunta en la movilización de tierras y también apuntaba la posibilidad de una ley que ordenara los usos de la tierra en la comunidad. La propuesta de la diputada nacionalista Tareixa Paz fue apoyada por los otros grupos de la oposición, Alternativa Galega de Esquerda y PSdeG. "Este es un problema complejo que no se soluciona con leyes", valoró al diputado socialista Pablo García. "Hay multitud de casos de tierras agrarias que se abandonan y que se plantan con eucaliptos, incluso cerca de las aldeas, sin que se haga nada para evitarlo”, criticó García, una queja compartida por los otros grupos.
"Saben de sobra que la permisividad de la forestación de tierras agrarias no es cierta" (Isabel García, grupo popular)
El grupo popular, sin embargo, entiende que las medidas en vigor, como el Banco de Terras o la Ley de Mejora de la Estructura Agraria, son suficientes. "Las actuaciones que demandan ya se están realizando", sostuvo a la diputada Isabel García. "Saben de sobra que la permisividad de la forestación en tierras agrarias no es cierta. Estamos tramitando sanciones y expedientes día a día", aseguró. Los datos de Medio Rural indican que la Consellería puso 44 sanciones al año por forestación de tierras agrarias desde el 2009, si bien desde el sector agrario se advierte de que la Administración sólo actúa cuando hay denuncias previas, pero no de oficio. Diferencias por comarcas La movilidad de superficie agraria en Galicia se presenta en general baja, aunque existen escenarios diversos dentro de Galicia. El documento 'Propiedad, movilidad de tierras y valorización territorial', elaborado por el Laboratorio do Territorio (USC) en colaboración con la Fundación Juana de Vega y con el Banco de Terras, revela que hay grandes diferencias entre las distintas comarcas. En las provincias del norte, A Coruña y Lugo, las transacciones son mucho mayores que en Ourense y Pontevedra.
Un informe del Laboratorio do Territorio (USC) sugiere la creación de unidades comarcales del Banco de Terras
El mayor nivel de movilidad está asociado a comarcas con un sector agrario potente, en tanto aquellas con mayor absentismo y mayor parcelación, registran menos transacciones. En cuanto a los precios, en un marco de precios elevados, las cotizaciones más bajas se registraron en Lugo y las más altas en las Rías Baixas y en el entorno de las siete grandes ciudades, en parte por posibles expectativas de urbanización. Recomendaciones para la mejora de la movilidad El informe del Laboratorio do Territorio, concluido a finales del pasado año, también hace una serie de recomendaciones para la mejora de la movilidad de tierras. La mayoría de las acciones que propone el documento apuntan en la dirección de la potenciación del Banco de Terras, un organismo para el que incluso se sugiere la creación de unidades territoriales a nivel comarcal -apoyándose en organismos ya existentes-, dada la particularidad de problemas que se da en cada comarca. Entre las acciones propuestas por el documento, figuran las siguientes: - Caracterizar la aptitud productiva de la tierra agraria y su estado actual, especialmente aquella infrautilizada. Se trata de que aflore el "capital muerto". - Aumento y refuerzo de los servicios de intermediación en el mercado de tierras rústicas. Debe mejorarse la información sobre la oferta y su difusión a los posibles interesados. - Promoción de servicios de asesoramiento específicos para los nuevos emprendedores agrarios que compaginen búsqueda de tierras con el apoyo al desarrollo del plan de negocio agroganadero o agroalimentario. - Potenciar instrumentos como las permutas o la reorganización de usos. Son acciones que permiten superar en parte algunas limitaciones estructurales (como tamaño y forma de la parcela) sin acometer grandes procesos de reforma. - Abordar los conflictos por concurrencia de usos en tierras rústicas, en especial en las zonas de mayor demanda y en las de mayor aptitud productiva, donde en ocasiones los usos forestales y urbanísticos compiten con el agrario.

Estrategias para recuperar las tierras abandonadas

¿Cuales son las mejores estrategias para dinamizar las tierras agrarias abandonadas en Galicia y ponerlas a disposición de quien las quiera trabajar?. Este fue la pregunta que se abordó ayer en una mesa redonda dentro del curso de verano de la USC "Calidad agroalimentaria y desarrollo rural: un enfoque agroecológico". José Manuel Andrade, moderador del debate y director de la Fundación Juana de Vega, que acoge estos días el curso, recordó que "en Galicia la Superficie Agraria Útil (SAU), no llega al 25% del territorio, una de los porcentajes más bajos de Europa, y que aun fue reduciéndose en los últimos años como consecuencia del éxodo rural". En concreto, informó de que entre el año 1999 y el 2009 "en Galicia se abandonó al 10% de la SAU". De esta manera, "tenemos en este momento unas 114.000 hectáreas de tierras agrícolas abandonadas de las que 46.000 hectáreas son de máxima aptitud para la producción agraria, con el impacto socioeconómico y ambiental que esto supone", aseguró José Manuel Andrade. La situación para abordar este problema se complica por la existencia de 1,6 millones de propietarios de tierras en Galicia, el 60% de la población gallega, con una media de 1,3 hectáreas repartidas en varias parcelas de 0,3 hectáreas de superficie media. Sobra decir que la mayor parte de esos propietarios no las tienen cultivadas y muchos incluso desconocen su localización.

Diferentes estrategias para dinamizar las tierras abandonadas

En este sentido, Eduardo Corbelle Rico, del Laboratorio del Territorio Universidad de Santiago de Compostela (LaboraTE), el centro de referencia en Galicia en esta área, expuso "los diferentes instrumentos que permitan actuar sobre el uso de la tierra, sin tocar la propiedad, algo que podría abordar una reforma agraria, que por ahora no se atisba". Eduardo Corbelle subrayó que "la mayor parte de la superficie abandonada se concentra en los suelos de peor calidad agraria, aunque hay un porcentaje significativo en los suelos de mejores aptitudes, que deberían ser los prioritarios sobre los que actuar". A este respecto, Eduardo Corbelle expuso cuatro estrategias de actuación para poner estas tierras abandonadas en activo: Análisis multicriterio: Se trata de una herramienta para localizar grandes bolsas de tierra abandonada y de muy buena calidad agraria. Los resultados de este sistema revelan las siguientes bolsas disponibles: Banco de Terras de Galicia: Una herramienta puesta en marcha por el Gobierno Bipartito y que actúa de intermediaria entre los propietarios y los demandantes. Proyecto MARCOS: Un proyecto de tesis de Iván Díaz López que busca reordenar el uso de la tierra a nivel local, haciéndolo más racional, pero sin modificar el paisaje mediante concentraciones parcelarias. Eduardo Corbelle explicó que "el proyecto MARCOS consiste en crear un organismo gestor a nivel de varios núcleos locales, que recibe tierras de los propietarios de tierras, tanto de explotaciones agroganaderas, como de los que las tienen abandonadas. El organismo gestor actúa de manera que los propietarios de explotaciones reciben las fincas más próximas a su explotación a cambio de un pago a los propietarios de los terrenos que no los trabajan". Permuta de parcelas entre múltiples propietarios: Se trata de Sistemas de ayuda a la decisión basados en algoritmos genéticos. El proyecto, de Corbelle, Porta & Otero, está en revisión y consiste en introducir algoritmos para que a cada propietario le toque más cerca de donde le conviene. Eduardo Corbelle concluyó lamentando que “le dedicamos mucha atención los instrumentos jurídicos y técnicos para movilizar la tierra abandonada en Galicia, pero lo que echamos en falta es un debate y un consenso social para abordar este problema".

La experiencia de la bolsa de tierras de la Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas y Tierras del Mandeo

Como experiencia dinamizador de tierras abandonadas a nivel local,Beatriz Suárez, técnica de la Reserva de la Biosfera Marinas Coruñesas y Tierras del Mandeo, expuso el caso concreto de la bolsa de tierras de esta asociación. "Se trata -explicó- de una de una base de datos para poner en contacto a los propietarios de terrenos agrarios abandonados de los ayuntamientos de la Reserva con los demandantes de tierras, y que lleguen a un acuerdo mediante cesión, alquiler o venta". Las parcelas son visitadas, evaluadas y fotografiadas por la técnica de la Reserva que luego las ofrece a los posibles demandantes a través de Internet. El usuario interesado contacta con la Reserva y esta la pone en contacto con el propietario y lo asesora sobre la forma de acuerdo. Hasta ahora, la bolsa de tierras de la Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas y Tierras del Mandeo incorporó 28 parcelas y 23 demandantes se pusieron en contacto con la asociación solicitando información. La próxima semana se firmará el primer contrato. Principales dificultades A partir de esta experiencia, Beatriz Suárez expuso las principales dificultades con las que se encontraron a la hora de dinamizar las tierras agrarias abandonadas: -Dificultad para acordar contratos a largo plazo (de 5 a 10 años), por las reticencias de los propietarios. -Escasez de fincas con acceso al agua o a la electricidad. -Necesidad de una gran inversión posterior para la puesta en cultivo de las parcelas. -Escasez de fincas ofertadas. -Dificultad para encontrar a los propietarios, especialmente en el caso de los viñedos. -Problemas con las fincas heredadas: muchos propietarios, parcelas sin registrar por los excesivos costes y la excesiva burocracia.