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¿Qué razas de vacuno de carne están creciendo más en Galicia?

La rubia gallega ha perdido en los últimos 10 años más de 34.000 animales, la mitad de los censados en el libro genealógico En la última década, desde el año 2013 al 2022, Galicia perdió más de 30.000 vacas reproductoras destinadas a la producción cárnica (el 39% de su cabaña) y más de 1.000 ganaderías (el 37% de las granjas existentes hace 10 años). Pero esa merma no fue homogénea ni afectó a todas las razas por igual, sino que castigó especialmente a la principal raza cárnica gallega, la rubia gallega, que perdió en este período el 52% de su censo de animales (pasando de 65.469 cabezas inscritas a 31.390) y el 42% de las explotaciones (cayendo de 2.282 a 1.310).
Razas como la limusín, la charolesa o la blonde crecen a costa de la rubia gallega, que ha perdido más de la mitad de sus animales inscritos
Esta tendencia a la baja en la rubia gallega coincide también en el tiempo con un momento de limpieza en el censo, lo que llevó a dar de baja en el libro genealógico gran cantidad de animales por parte de Acruga, un purgado muy acusado que se dio precisamente en el año 2013. Pero el goteo de cierre de granjas y pérdida de cabezas continuó en los años sucesivos, revirtiéndose esa tendencia únicamente en el último año, en el 2022, donde la rubia gallega ganó en el conjunto del Estado 10 explotaciones y 15 animales (además de en Galicia, hay inscritos machos y hembras de rubia gallega en Castilla y León, Madrid, Aragón, Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha). Caída en picado de los animales censados Evolución del censo de animales de raza rubia gallega inscritos en el libro genealógico en la última década (Fuente: ARCA)  Galicia cuenta en este momento con 21.331 vacas nodrizas y 468 toros de raza rubia gallega, más 9.591 terneros y terneras tanto de cebo como de recría registrados en el libro genealógico. Estas cifras forman parte de la base de datos oficial ARCA (Sistema Nacional de Información de Razas), dependiente del Ministerio de Agricultura, y que contiene datos censales actualizados de todas las razas presentes en el territorio español con fecha 31 de diciembre de 2022. El ARCA incluye exclusivamente a aquellos animales de las razas del Catálogo Oficial y que forman parte de las asociaciones correspondientes (en el caso de Galicia, serían los animales con carta pertenecientes a ACRUGA, CACHEGA, CALDEGA, FRIEREGA, LIMIAGA y VIANEGA). Mucha rubia gallega fuera de Acruga Evolución del censo de animales y del número de explotaciones por razas en Galicia (Fuente: ARCA) Si comparamos estos datos con los incluidos en el Sistema Integral de Trazabilidad Animal (SITRAN), también dependiente del Ministerio de Agricultura, la cifra para la rubia gallega se eleva a 75.171 animales, según el último informe del 2021, con datos del 2020, lo que evidencia que hay tanta rubia gallega fuera del libro genealógico y de Acruga como dentro de la asociación, que no ha sido capaz de aglutinar en su medio siglo de historia a todos los animales y productores en su seno. Otro tanto pasaría en otras razas, como la limusín, y en mucha menor medida con la cachena, caldelá, frieiresa, limiá y vianesa, donde las asociaciones juegan un papel vertebrador fundamental que está sirviendo para recuperar los censos de animales, impulsados también por las primas en las ayudas de la PAC. Cada vez mas limusín En la clasificación se excluyen las razas Frisona, Parda y Fleckvieh por ser de aptitud láctea, contabilizando un total de 45 razas cárnicas, tanto autóctonas como integradas Aún así, la rubia gallega sigue siendo la principal raza cárnica presente en la comunidad, pero con una clara tendencia a la baja. En los últimos 10 años (2013-2022), el censo de rubia gallega ha pasado de 66.162 animales en 2013 a 32.145 animales en el año 2022, lo cual supone una pérdida de más de la mitad de las cabezas. Por el contrario, en el mismo período la limusín ha aumentado un 150% el número de animales inscritos. Esto hace que haya logrado ya dar el sorpasso a la raza gallega en el ranking estatal. Según los datos del ARCA a nivel nacional, la Rubia Gallega sigue siendo la raza autóctona de Galicia mejor clasificada, en el puesto número 7, pero perdiendo 4 posiciones en la clasificación en 10 años.
En el mismo periodo, mientras la limusín aumentó en un 150%, la rubia gallega cayó en más de un 50%
Tanto la raza de Lidia como la Asturiana de los Valles mantienen la primera y segunda posición, respectivamente, en el listado de las principales razas de carne españolas, mientras que la Rubia Gallega pierde el tercer puesto, que es ocupado ahora por la raza Limusina. Esta raza de origen francés tiene una fuerte subida en los últimos 10 años, con un aumento aproximado del 60% en España y del 150% en Galicia, en comparación con el descenso de más del 50% de la Rubia Gallega. También la raza Blonde de Aquitania gana presencia en Galicia, lo mismo que la Charolesa. Cierre de granjas En cuanto al número de explotaciones, baja en todas las razas autóctonas de la comunidad gallega, siendo la Cachena la que menor bajada tiene (-1,2%), y la Rubia Gallega a que más desciende (-42%). Teniendo en cuenta las razas del Top 10 del ranking nacional, la Rubia Gallega es la peor parada en todos los aspectos. Los censos de animales de la raza Rubia Gallega tienen un descenso dramático, que supone la pérdida de más de la mitad de las cabezas en los últimos 10 años, en paralelo a la caída producida en el número de explotaciones.
La rubia gallega pierde productores y animales, mientras el resto de razas autóctonas gallegas logran aumentar su censo a pesar de cerrarse explotaciones
En el resto de razas autóctonas gallegas se da un aumento en el número de animales y un descenso en el número de granjas, lo que indica claramente una mayor profesionalización en los últimos años, con explotaciones cada vez más grandes. Pero a pesar de que ACRUGA ha perdido un 42% de las explotaciones que tenía hace 10 años, la Rubia Gallega se sigue manteniendo en la 2ª posición del ranking estatal en cuanto a número de explotaciones con animales inscritos. Al igual que pasa en el número de animales, la Limusina está creciendo de manera significativa también en el número de granjas, al igual que lo hacen las razas Blonde y Charolesa.  

Recuperación de los censos de cachena, vianesa, caldelá, limiá y frieiresa a pesar de la disminución de productores

La raza cachena cuenta en la actualidad con 147 productores y 5.452 animales inscritos En el territorio español hay un total de 40 razas autóctonas de bovino, de las cuales 6 razas son originarias de Galicia: Rubia Gallega, Cachena, Vianesa, Caldelá, Limiá y Frieiresa. El análisis de la evolución de los censos y del número de explotaciones revela la recuperación de las razas autóctonas gallegas en peligro de extinción. Todas las razas de morenas gallegas tienen una evolución positiva en el período 2013-2022. La Limiá es la raza que mas crecimiento, ya que casi duplica el número de animales. La raza Vianesa tiene un aumento del 19% de su cabaña, mientras que las otras 3 razas (Cachena, Caldelá y Frieiresa) aumentan aproximadamente un 25% en el número de animales. La Limiá mejora su puesto en el ranking estatal de razas, la Caldelá y la Cachena se mantienen, y la Vianesa y la Frieiresa pierden posiciones, a pesar de que la evolución del censo de todas las razas es positivo. Profesionalización de las explotaciones Evolución de los censos de número de animales de las razas autóctonas gallegas en peligro de extinción Teniendo en cuenta el número de explotaciones, se observa una tendencia clara a la pérdida de granjas y al redimensionamento de las que quedan. Todas las razas autóctonas gallegas pierden productores, de manera muy moderada en las razas Cachena y Limiá y más acusada en la Frieiresa y en la Vianesa. Así, la Cachena mantiene el puesto 17º en el ranking español de razas por número de explotaciones, la Limiá mejora 3 puestos, y las otras tres razas gallegas (Caldelá, Frieiresa y Vianesa) empeoran.

Pinzás: un rebaño de 60 vacas vianesas para pacer el monte y mantener a raya los incendios

Natividad González, presidenta de la Comunidad de Montes, y Sara, otra de las comuneras, con las vacas vianesas “Cada 10 años la cuesta de Oia arde, es una constante. En los últimos años nosotros hemos logrado escapar al fuego, incluso nos salvamos de la ola de incendios del 2017, porque tuvimos mucha suerte y quedamos un poco en medio”, cuenta Natividad González, la presidenta de la CMVMC de la parroquia de Pinzás, en Tomiño, donde en los últimos años han puesto en marcha un ambicioso programa de pastoreo con ganado en el monte vecinal. Aunque los terrenos de la Comunidad de Montes, situados entre Tomiño, Baiona y Gondomar, se libraron casi milagrosamente de la ola de incendios que en otoño de 2017 cercó la ciudad de Vigo, los vecinos de Pinzás estaban acostumbrados a ver el fuego cerca de sus casas. Por eso quisieron ponerle remedio.
Contamos con 532 ha en un solo monte denominado Cereixo, dedicadas a usos forestales, ganaderos y recreativos
“La idea de recuperar el pastoreo surgió en el año 2015 a raíz de una conversación entre los comuneros”, explica Francisco Javier López, secretario de la Comunidad de Montes. La nueva directiva se puso a trabajar en el proyecto, aunque los animales no comenzaron a llegar a Pinzás hasta tres años después, en el 2018. Producción de madera La Comunidad de Montes Vecinales en Mano Común de Pinzás está formada por 52 vecinos comuneros. La extensión total es de 530 hectáreas de monte, que se reparten entre producción de madera y pastizales recuperados. “La actividad forestal constituye una de nuestras actividades principales. Contamos en nuestro monte con zonas dedicadas a la producción de madera, principalmente pino, y otras zonas con carácter protector en las que hay frondosas autóctonas, como robles”, explican.
En la zona de donde nos viene habitualmente el fuego teníamos eucaliptos, pero los hemos cortado y ahora vamos a plantar castaños
“En la zona de donde nos viene habitualmente el fuego teníamos eucaliptos, pero los hemos cortado y ahora vamos a plantar castaños en una superficie de unas 11 hectáreas para mantener un poco el monte protegido del fuego”, añaden. A mayores, la nueva directiva de la CMVMC de Pinzás quiso diversificar los usos del monte, añadiendo al aprovechamiento maderero el agroganadero, así como la vertiente social, patrimonial y ecosistémica. “La ganadería incrementa la rentabilidad del monte, crea empleo y ayuda a prevenir incendios”, destacan Nati y Fran, que contaron su experiencia en las últimas jornadas organizadas por la Sociedad Gallega de Pastos y Forrajes. Recuperar la actividad ganadera tradicional Mapa del monte comunal de Pinzás con los pastizales recuperados “Teníamos 120 ha de monte raso que eran antiguos pastizales que habían hecho en los años 80 la Comunidad de Montes y los vecinos. Se habían hecho para el ganado que había en las casas pero al ir dejando de haber ganado se habían ido abandonando y solo estaban aprovechados por caballos salvajes, que eran los que mantenían un poco a raya el matorral”, explica Fran. “Con todo, en las zonas donde no había animales la vegetación crecía muy rápido, así que cuando entramos en la directiva de la Comunidad de Montes en el 2015 empezamos a pensar qué hacer con esas 120 hectáreas”, recuerda.
La idea de recuperar el pastoreo surgió en el año 2015 a raíz de una conversación entre los comuneros
Después de visitar varias explotaciones en la provincia de Ourense se decantaron por la introducción de animales de raza vianesa, por tratarse de una raza autóctona que podía adaptarse bien a las características del monte de Pinzás. “Nuestro monte se encuentra entre la Sierra da Groba y la Sierra de O Galiñeiro, a una altitud media de unos 380 metros sobre el nivel del mar y rodea casi por completo el núcleo de casas de la parroquia. En general, nuestros terrenos no cuentan con grandes pendientes, y el punto más alto es el Alto das Pozas, situado a 600 metros sobre el nivel del mar”, detallan. Apuesta por la raza vianesa En 2018 llegaron las primeras novillas de raza vianesa a Pinzás. Pero fue un momento crítico, reconocen, ya que “cuando llegaron las vacas pasto no teníamos, solo teníamos monte raso”, recuerdan.
Hasta que trajeron las vacas vianesas había caballos salvajes que eran los que mantenían a raya el matorral
Fue entonces cuando se decidieron a crear pastizales y recuperar aquellos que estaban abandonados, una labor en la que contaron con la ayuda y el asesoramiento técnico del CIAM de Mabegondo. “Si no hubiese sido por la ayuda del CIAM no habríamos salido adelante”, asegura Nati. 51 hectáreas y 60 animales En 2020 empezaron a hacer las praderas. “El GDR nos hizo 4 hectáreas de cierre y la plantación. Necesitábamos también una nave para guardar el tractor y los aperos de la Comunidad de Montes, que hicimos también con ayuda del Plan Leader”, cuenta Fran.
Se demuestra que el monte puede ser pradera, porque teníamos zonas pedregosas e incluso una que había sido aeródromo, con pista de graba, donde la hierba se está implantando bien
Al año siguiente, los vecinos de Pinzás pidieron otra subvención de la Consellería de Medio Rural, dentro del Plan de Pastos del 2021, para hacer 31 hectáreas más. “Es lo que nos permite sacar adelante a los animales, porque es una zona sin tradición ganadera donde no es fácil comprar forraje. Tendríamos que ir a Lugo o a Ourense y nos saldría carísimo”, argumenta Nati. Cebo de los terneros para venta directa Además de la recuperación de los pastizales, la realización de cierres e instalación de bebederos, colocaron un túnel de lona donde ceban a los terneros. “Cebamos dos meses, los sacrificamos entre 1 año y 14 meses con unos 200 kilos. Separamos a los machos para ir al matadero y a las hembras, que las recriamos y las vendemos para vida”, detallan.
La carne que producimos la repartimos entre los comuneros y el resto la vendemos a particulares
“Para la venta de carne estamos en la zona ideal, porque es una zona de mucho consumo pero al mismo tiempo también es una zona donde se está produciendo abandono del rural. La carne que producimos la repartimos primero entre los comuneros y el resto hacemos venta directa a particulares, pero nos está costando bastante porque aún no nos hemos dado mucho a conocer”, admiten. Crear empleo La puesta en valor del monte es una manera también de generar empleo, ya que la CMVMC de Pinzás tiene personas contratadas para el cuidado del ganado y del monte. “Tenemos dos trabajadores que hacen trabajos forestales de podas y desbroces y que atienden también el ganado”, explica Fran.
Tienen el Plan Forestal del Monte hecho del año pasado, donde pidieron el cambio de uso y delimitaron las zonas de pasto
La recuperación de la tradición ganadera de la parroquia, el cuidado medioambiental del territorio y la educación y sensibilización de la población son los objetivos que persiguen con este proyecto integral que apuesta por la multifuncionalidad del monte. Uso de nuevas tecnologías Otra de las bases del proyecto es el empleo de nuevas tecnologías que contribuyan a facilitar la gestión del monte y a divulgar la importancia de su cuidado. En este campo, los comuneros de Pinzás cuentan con soluciones tecnológicas de apoyo al manejo del ganado, como dispositivos de localización GPS que trasladan también alertas sobre su actividad que ayudan a detectar celos o partos y a interpretar el estado sanitario de los animales. “Tenemos collares, que nos ayudan bastante con el ganado. Cuando tenemos a las vacas perdidas por el monte si no fuese por los collares no sabríamos donde están. Con los collares la verdad es que es una maravilla”, asegura Fran. Proyecto didáctico ‘As Vaquiñas de Pinzás’ Nave de maquinaria e aula didáctica En el año 2020 el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural, en el programa de desarrollo Rural 2014-2020 le concedió a la CMVMC de Pinzás una subvención para su proyecto As Vaquiñas de Pinzás. Además de la construcción de la nave agrícola para la maquinaria, las praderas para las vacas, las instalaciones para cebar a los terneros y la colocación de los dispositivos de seguimiento del ganado por GPS, también se instaló una estación meteorológica y se habilitó un aula de interpretación para divulgación entre los niños y niñas de los centros de enseñanza y entre la población en general.
La inversión total, incluido el proyecto productivo y la parte divulgativa, fue de 180.000 euros
El aula de interpretación centraliza la dimensión educativa del proyecto de la Comunidad de Montes. Se trata de un espacio interactivo anexo a la nave de maquinaria y que dispone de unidades didácticas sobre el entorno, el propio proyecto y la importancia del cuidado del monte; con temáticas que van desde el papel de las CMVMC, los usos tradicionales del monte en Galicia, la ganadería extensiva, las razas autóctonas en peligro de extinción, las causas y consecuencias de los incendios forestales o la biodiversidad y los servicios ecosistémicos asociados a la presencia del ganado en el monte.

“Son montes de características graníticas, distintos a los que habitualmente se destinan a producción ganadera en Galicia”

Juan Valladares, ingeniero agrónomo e investigador del CIAM, fue quien dirigió la recuperación de los pastos de Pinzás. “Lo que había era pinos y eucaliptos en las zonas forestales y matorral en las partes altas, en las que decidimos localizar tres parcelas”, explica. La estrategia seguida en ellas fue distinta, en función de sus características.
Se trata de una zona de valor ambiental, que está muy cerca del Monte Aloia, el primer parque natural que se declaró en Galicia
“En las parcelas que podían ser laboreadas hicimos laboreo convencional con siembra, que no se pudo hacer en otoño y se hizo en primavera, por lo que falló y hubo que hacer una resiembra en el otoño siguiente, mientras que en las zonas con peñascos se hizo mínimo laboreo o siembra directa”, detalla. Mezcla de tréboles y gramíneas La dificultad para encontrar maquinaria en la zona (gradas pesadas, sembradoras y abonadoras), por no ser zona de tradición agroganadera, provocó retrasos en la siembra inicial prevista en otoño. “Cuando conseguimos la maquinaria ya había comenzado a llover y no pudimos entrar en las parcelas hasta la primavera y sabíamos que las siembras de primaveira difícilmente se instalan porque los tréboles cuando se comienzan a implantar tienen mucha competencia de adventicias y luego llega el verano y las sequía cuando el trébol aún se está comenzando a implantar”, razona Juan. El objetivo era implantar una pradera con tréboles anuales mezclados con tréboles perennes. “Lo que había era helechos. Las vacas vianesas andaban por allí y pastoreaban lo que encontraban”, indica.
Para conseguir que el trébol anual funcione como un trébol perenne hay que dejarlo ir a semilla, por lo que no se puede pastorear hasta el mes de agosto
Las semillas escogidas eran una mezcla mitad y mitad de tréboles y gramíneas. “Metimos una batería de gramíneas, con festuca y datilo, porque no sabíamos cuáles se iban a implantar mejor, ya que era una zona desconocida para nosotros”, reconoce Juan. “El raigrás está funcionando muy bien pero a la festuca le está costando”, admite. Los tréboles eran también al 50% tréboles anuales pero con la intención de que se convirtiesen en tréboles plurianuales. “Para conseguir que el trébol anual funcione como un trébol perenne hay que dejarlo ir a semilla, porque esa semilla germina después de manera gradual durante varios años. Por eso, cuando se siembra trébol en una pradera hay que esperar a agosto para pastorear para que caiga semilla viable”, explica el investigador del CIAM. Encalado y fertilización La zona tiene un clima de características atlánticas, que se adapta a tener pasto en cuanto a temperaturas y lluvias. Pero otra cosa es el suelo. “Son montes de características graníticas, distintos a los que habitualmente se destinan a la producción ganadera en Galicia, muy altos en la saturación de aluminio y con un pH de 5. Había que encalar de manera intensiva y aportar fertilización fósforo-potásica”, explica Juan.
El ganado hace una labor de esparcimiento de las semillas que es importante
Por las dificultades para encontrar maquinaria en la zona, finalmente la siembra se hizo a comienzos de marzo de 2020, pero por culpa de la sequía de agosto y de la competencia de las adventicias (el hecho de encalar y abonar hizo que las adventicias, mejor adaptadas a la zona y al terreno, se desarrollaron mejor), la pradera sembrada en primavera no prosperó y hubo que resembrar en otoño. “No aplicamos nitrógeno, porque la idea es que sean los tréboles los que aporten el nitrógeno necesario. La idea de la Comunidad de Montes de Pinzás era ir a producción ecológica y en esa zona no es fácil conseguir estiércol y purín. Por eso nuestra idea era que las praderas fuesen autosuficientes en nitrógeno”, argumenta. Se mejora lentamente, por lo que hay que seguir introduciendo semilla durante varios años para ir instalando la pradera que nos interesa”, concluye.

Amanei SC, apuesta por la raza vianesa en la montaña de Lugo

Amaro López, con su ganado de raza vianesa en Córneas (Baleira) El ganado y el monte forman parte de la vida de Amaro López. Tiene una empresa de desbroce y trabajos forestales y mantiene una explotación con 50 reproductoras de raza vianesa. Compatibilizar las dos actividades requiere buscar facilidad de manejo. Fue lo que le llevó a cambiar las vacas de raza rubia gallega, parda y asturiana por animales más autónomos y que necesitaran menos atenciones. "Yo lo que peco es de tiempo, porque a mayores tengo tractores para desbroce de monte. Di en las vianesas por problemas de partos que tenía con el ganado de las otras razas, y para no tener que meterlas y sacarlas de la cuadra, porque esta es una zona de difícil orografía", explica.
Me quedé con la vianesa porque la cachena da menos producción, pero la caldelá me gusta también mucho
Se decantó por la raza vianesa y fue el primero que las trajo para la montaña de Lugo. "Cambié en el 2006, comencé con 7 que fui a buscar a Vilardevós y luego seguí comprando y recriando de las mías. En poco tiempo monté la cabaña actual, que está formada por 50 madres", cuenta. Tres lotes de animales Amaro, moviendo uno de los tres lotes en los que tiene dividido el ganado para cambiarlo de parcela El ganado está dividido en tres lotes para hacer más fácil su manejo. "Tengo tres grupos distintos de animales para no tener que rotar tanto en las fincas y en invierno tener los puntos de comida con menos animales", explica Amaro. "Además, si las tienes todas juntas y hay un problema, es más difícil de ver y para mover el rebaño junto es más complicado, lo ideal es en grupos de 14 o 15 animales", argumenta.
Mover el rebaño junto es más complicado y si hay un problema es más difícil de ver
"Las muevo por la carretera, con una persona delante y otra detrás simplemente por los coches, porque ellas me siguen a mí. El manejo ahora es fácil, pero al inicio cometí errores, porque al ser el primero y el único que las tenía en esta zona no tenía de donde copiar. Estas vacas hay que tratarlas con mucho cariño, como a todas, pero a estas quizás más porque tienen un instinto más nervioso", considera. 36 hectáreas de superficie "Las atiendo yo solo y por manejo podría tener más ganado, pero no tengo más por problemas de superficie, porque no veo viable alquilar fincas", asegura Amaro. La ganadería dispone de 36 hectáreas de praderas, algunas de ellas pastizales hechos en el monte, y declara 4 hectáreas de pasto arbustivo. La superficie está conformada por 15 parcelas de diferentes tamaños. "Tengo 12 hectáreas juntas en lo alto del monte y 16 en otra finca, pero después también hay parcelas pequeñas", detalla.
Tengo varios puntos donde darles de comer en invierno para no deshacer los prados y quiero poner agua en todas las fincas
En invierno, de noviembre a marzo, el ganado está en unas zonas de comederos alimentadas con silo de hierba y paja. "Si las tienes en los prados te los destrozan y luego tardan más en dar en primavera", argumenta Amaro. Renueva las praderas menos pendientes cada 5 o 6 años para incrementar su producción y la calidad del pasto. "Roturo, encalo y hago la siembra con mezcla de raigrás inglés, raigrás italiano y trébol. En las zonas más duras echo algo de festuca, que aguanta bien la sequía, pero datilo aquí no hace falta echar", explica.
En invierno necesita tres rollos de silo y una alpaca de paja a la semana
Para favorecer el rebrote de la hierba abona con purín todos los años y encala cada dos, además de emplear abono de síntesis en grano en algunas parcelas. En primavera, cuando tiene excedente de hierba, hace rollos de silo, entre 200 y 250 al año. "Hierba seca no hago, porque da trabajo y porque hacer una hierba seca de buena calidad es difícil. Compro paja de cebada de Castilla, porque es difícil encontrar paja buena de avena seca. La que viene sin desgranar, semiseca, es muy buena, pero se va de precio", detalla. 5 caballos para domesticar el monte Los caballos son de pura raza gallega Con el paso de los años en esta zona de la montaña se dejó de echar cereal y se hicieron praderas. Amaro incluso roturó zonas de monte para hacer prados. "Ahora están en buenas condiciones, pero antes era monte cerrado y muchas veces en esas zonas aún se da de todo menos hierba", admite. El proceso para transformar los matorrales en praderas comienza con un desbroce mecánico y la introducción posterior de caballos para en último término meter las vacas a pastar. "Ahora que ya está domesticado invierto el orden, primero meto las vacas y después los caballos para que coman los brotes del tojo pero a veces aún hay que ayudar algo con desbroce mecánico al final", explica.
Tengo prados que antes eran monte cerrado
Los caballos son de pura cepa gallega y su manejo es fácil. "Los caballos sí que no me dan trabajo ninguno, los llamo con el pitido del coche y ya casi se cambian solos de finca", asegura Amaro. En la zona comienza a haber algo de lobo y, de hecho, el año pasado le llevó una potra. "Otros años también tuve problemas con las vacas, un año me mató cuatro terneros y otro año dos", cuenta. Un pequeño cebadero para los terneros Después de mamar unos seis o siete meses en las madres, los terneros son finalizados con paja y pienso Amaro se incorporó en el año 1996 a la ganadería familiar de sus padres y en el 2001 montó un pequeño cebadero donde ahora solo ceba sus terneros. Fue el origen de la actual explotación y de donde toma su nombre: Ganados Amanei SC. "Cuando cogí la explotación en el 96 pasé de 6 vacas que había a 15 que me exigían para la incorporación. Mi padre me decía que estaba loco, que dónde las iba a mantener, porque antes no había medios para hacer las cosas como se hacen hoy y en esta zona las tierras se dedicaban más a sembrar centeno y las vacas pacían algo de hierba por la mañana y por la tarde se llevaban a las uces al monte. Después en invierno las mantenían con cereal dentro de casa", recuerda.
Los machos alcanzan los 240 o 250 kilos canal y las hembras están entre los 200 y los 220 kilos
La finalización de los terneros la hacen en la actualidad con paja y con pienso. "No programo los partos, pero la mayoría se dan en primavera. Los terneros están mamando 6 o 7 meses, hasta septiembre más o menos, y luego los encuadro y los tengo hasta que alcanzan cierto grado de engrase y un nivel óptimo de finalización para ir saliendo al mercado", explica. Los machos alcanzan los 240 o 250 kilos canal y las hembras están entre los 200 y los 220 kilos. "A partir de eso las terneras ya engrasan de más", asegura. Comercializa directamente a restaurantes y particulares Amaro no sacrifica por edad, sino por nivel de engrasamiento, los machos con 240 kilos y las hembras con 200 Tiene un sistema de comercialización propio, en el que sacrifica y distribuye directamente la carne, tanto a restaurantes como a particulares. "Mato siempre en Castro, transporto los animales yo directamente", cuenta. Suministra a tres restaurantes de la zona: Mesón Catro Ventos, de A Fonsagrada; Restaurante Moneda, de O Cádavo; y Casa Cazoleiro, de Meira. "Había más interesados en comprarme pero no me comprometí con ellos por no tener suficiente abastecimiento", explica.
A la hora de sacrificar Amaro prima la calidad de la carne sobre el rendimiento cárnico
La relación de Amaro con sus clientes se basa en la confianza, ya que él prima la calidad de la carne sobre el rendimiento cárnico. "Normalmente no miro ni la edad ni el peso, me da igual matar a los 12 o a los 16 meses si el animal está bien para sacrificar", dice. Vende también a particulares, con lo que logró suplir en parte la caída de la demanda de la hostelería a consecuencia de las restricciones en los momentos más duros de la pandemia sanitaria del coronavirus. "A los particulares tienes que llevarle las canales despiezadas y me da más trabajo", admite. En los últimos dos años ha sido mucho trabajo para poco provecho, dice, porque el precio de la carne se redujo y el del pienso aumentó de manera notable. "Al tener un sistema de comercialización propio dependiente en gran medida de los restaurantes, a mí esta circunstancia del coronavirus me afectó mucho", asegura. Animales muy longevos Amaro vende también mucho para vida, tanto recria como vacas. Cuatro o 5 hembras las recria para él todos los años y otra docena y media las vende para otras explotaciones. Los animales de raza vianesa criados de este modo, en extensivo, duran mucho, por lo que las necesidades de reemplazo propias no son muchas. "El año pasado mandé a matadero dos vacas con 22 años, una que no empreñaba y otra con problemas por tener las ubres muy grandes, pero tengo todavía varias con 18 años", detalla.
Los problemas de partos desaparecieron al pasarme a la raza vianesa. Tengo tres toros, uno en cada lote y empreñan y paren solas
Con cada lote de vacas nodrizas tiene un toro, siempre el mismo por grupo, sin mezclarlos. "Hasta el tercer o cuarto partos los dejo siempre, luego los cambio", explica. El veterinario solo pisa la explotación para hacer las recetas para los productos desparasitantes y poco más. "Aquí no hay ni diarreas ni enfermedades respiratorias y al pasarme a la raza vianesa los problemas de partos que había antes desaparecieron", asegura.

13 kilómetros de cierres muy cuidados

Hace dos años la empresa de pastores eléctricos Ion le premió por la calidad de sus cercados Mantener un buen sistema de cierre electrificado y en condiciones óptimas es una de las claves para el funcionamiento de una explotación como la de Amaro, que hace un par de años fue premiado por la empresa gallega de pastores eléctricos Ion por la calidad y cuidado de los cierres de esta explotación. En total, sus fincas suman 13 kilómetros de cierre perimetral, en los que va mezclando varilla de hierro y estacas de madera, con dos o tres líneas de hilo, dependiendo de la zona. "No descarto tener que poner 3 hilos en todo el perímetro exterior por el tema de que no entre el jabalí. Para el ganado con 2 sería suficiente y de esa forma además para limpiar es más fácil porque no hay que estar tan encima", razona.
Para el ganado con dos hilos de pastor sería suficiente, pero para que no entre el jabalí son necesarios tres
"Si tienes los cierres en buenas condiciones, fuera de momentos puntuales de más trabajo, con una hora diaria tienes atendido el ganado", asegura. La tarea de vigilar y limpiar los cierres es continua. "Mucha gente va a pasear por el tema del colesterol, pues yo de paso llevo algo en la mano y además de caminar voy limpiando", bromea.

Ganaderia Gayo, apuesta por la comercialización directa de carne de raza vianesa en ecológico

Carlos y su hijo Samuel con sus vacas vianesas en Biduedo (Triacastela) Vivir de la ganadería de carne valorizando su producción. Fue lo que decidieron hace ya 5 años Carlos Gayo y Rocío Lago. Hoy tienen 70 madres de raza vianesa, están en producción ecológica y distribuyen y comercializan ellos mismos los terneros que producen entre restaurantes y particulares de la zona. Gracias a ese trato directo con el cliente final pudieron salvar mucho mejor que otros ganaderos de carne estos meses de parón por el coronavirus. "Vendemos a hostelería y a particulares y lo que hicimos fue derivar hacia clientes particulares algunos de los pedidos que antes teníamos de la hostelería. Nos cogió en una época con pocos terneros para sacar y fuimos arreglando así", explica Carlos. En Ganadería Gayo consiguieron también mantener los precios, frente a lo que les pasó a la mayoría de ganaderos de vacuno de carne, que no comercializan directamente y que sufrieron descensos importantes en estos meses, superiores al 20% en muchos casos, sobre todo en las canales de más valor marcadas como Ternera Gallega Suprema.
Tienes una calidad impresionante en la carne que produces pero en los mataderos solo valoran los kilos, así que tuvimos que buscarnos la vida y comercializar nosotros directamente
"Salvamos por hacer nosotros la comercialización, sino nos habría cogido a nosotros también. Llevamos tiempo sirviendo a los mismos restaurantes, nos tenían tres terneros reservados y se quedaron con ellos igual a pesar de que estuvieron cerrados y nos mantuvieron el mismo precio, también nosotros llevamos tiempo manteniéndoles el mismo precio, sin subirles", añade. Consiguieron mantener los precios Venden su carne de raza vianesa ecológica a 7 euros el kilo, un precio que ya incluye los gastos de sacrificio y maduración de la carne, el despiece y preparación de los pedidos y el embolsado y entrega a domicilio. "Realmente te quedan 5 euros", matiza Carlos.
Venden su carne de vianesa ecológica a 7 euros el kilo, un precio que ya incluye el sacrificio, despiece, preparación y entrega de los pedidos
Venden canales y medias canales. Llevan ellos mismos los animales al matadero y una vez sacrificados pasan por la sala de despiece y de ahí a la cámara de maduración, donde la carne está entre 10 y 15 días. "Luego distribuimos nosotros directamente a los clientes, pero cuando sale el ternero de la cuadra ya sabemos para quien va, ya va al matadero con un cliente asignado", cuenta. Tan sólo sacrifican machos, que matan a una edad de entre los 10 y los 11 meses. "A esa edad vienen pesando canal unos 180 kilos, puede haber algún fenómeno de 200 kilos, pero lo normal es un promedio de 180", indica. No concentran los partos para tener carne todo el año Los terneros maman en su madre hasta los 7 o 8 meses. Después se rematan con cereal y hierba seca Ganadería Gayo sacrifica a lo largo de todo el año para poder suministrar con regularidad a sus clientes. "Nosotros no concentramos los partos, tenemos para sacar todo el año. Yo no estoy mucho por la labor de concentrar precisamente por eso, porque al hacer nosotros mismos la comercialización es mejor así", argumenta.
Las hembras las recriamos todas y las vendemos para vida. Al matadero solo van los machos
Las hembras las recrían todas, bien para cubrir las necesidades de la propia explotación bien para vender a otras explotaciones que cuentan con raza vianesa. Trabajan en pureza 100% y disponen de tres sementales propios, Navarro, Gallardo y Platero, cada uno con su lote de vacas nodrizas. "Tenemos tres lotes por el tema de la consanguinidad, comenzamos con dos toros y dos lotes de vacas y íbamos cambiándolos, pero cuando volvían a cambiar de lote teníamos el problema de que ya había nietas suyas con ese toro, así que hicimos un lote más para evitar eso", explican. Crían también bueyes 'low cost' Esta explotación ubicada en el ayuntamiento de Triacastela, en la montaña luguesa, cuenta en la actualidad con 70 vacas adultas, más los tres sementales, la recría de las hembras, los machos de ceba y cuatro futuros bueyes. "Empezamos el año pasado a castrar algún macho, ya tienen ahora casi dos años. La idea es ir metiendo 4 machos castrados cada año para poder ir sacando también cuatro bueyes al mercado cada año. Mi idea es que estén los 4 años en medio de las vacas, con poco gasto, porque si los tienes que tener dos años dentro cebándolos con pienso considero que no compensa al final. Yo pienso que me va a funcionar así, teniéndolos fuera en el prado y con algo de ayuda suplementaria pero casi sin cebarlos, porque esta raza tiene una capacidad de engrase impresionante", relata Carlos.
Considero que si tienes que cebar los bueyes durante dos años con pienso al final no compensa
"El tener el ganado fuera te da libertad a ti también, pero los animales aunque están fuera hay que atenderlos igual", añade. Los terneros están siempre con las madres hasta la ceba final, como mínimo hasta los 7 meses. "Los becerros están con la leche y con el pasto solamente, estas son vacas de mucha leche y aguantan bien. Solo en invierno les metemos algo de cereal ecológico. En primavera y verano los recogemos a los 8 meses, en invierno antes, a los 7 meses, porque aquí los inviernos son duros. Cuando dejan el prado y vienen para dentro los cebamos con cereal y hierba seca", explica. El cambio de las rubias por las vianesas En casa de Carlos, ubicada en Biduedo, en Triacastela, siempre había habido vacas de carne pero eran de raza rubia gallega cuando los que atendían la explotación eran sus padres. "Había 24 vacas rubias en casa. Hace 13 años, por problemas de salud de mi padre, tuve que tomar la decisión de dejar la empresa en la que trabajé 17 años o coger la explotación. Entonces no me decidí y para poder seguir trabajando fuera de casa busqué una raza que me permitiese compatibilizar. Tenía claro que quería vianesa. Aquí ya hubo esta raza hace muchos años, se traían para trabajar bueyes y vacas vianesas", cuenta. Es por eso que Carlos ya conocía esta raza autóctona y la única duda que podía tener era su adaptación a estar fuera a una altura de entre 1.130 y 1.300 metros, que es la que tienen las sus fincas. "Fui a verlas a Montederramo, yo quería saber cómo toleraban la altitud y la nieve y ese día ya compré 5 novillas y a partir de ahí fui sustituyendo poco a poco las rubias por las vianesas. Hace 7 años que vendí las últimas rubias. Hoy tenemos todo el ganado de raza vianesa 100% Hay sobre 3.000 cabezas de esta raza autóctona en toda Galicia, unas 500 en la provincia de Lugo, y 72 las tenemos nosotros", bromea. De compatibilizar con el trabajo fuera de casa a centrarse en la ganadería Carlos siguió empleado hasta hace 5 años en otro trabajo, que compatibilizaba con la actividad ganadera en la explotación familiar, pero decidió finalmente centrarse solamente en la ganadería. "Abandoné el trabajo para dedicarme a esto al 100%. Tomé la decisión de manera consciente, ya sé que no me voy a hacer rico, pero me da para vivir de esto, que es lo que pretendíamos", razona.
Tomé la decisión de dedicarme a esto de manera consciente, no me voy a hacer rico, pero me da para vivir de esto, que es lo que pretendíamos
Más allá del aspecto puramente económico, Carlos valora otras cosas, como poder estar con la familia. "Durante el confinamiento fuimos unos privilegiados, porque las vacas tienen que comer todos los días y había que salir a trabajar igual. Lo único que hicimos fue reducir los viajes a lo imprescindible pero en el resto de cosas aquí para nosotros no fue muy diferente a todos los días", valora. En ese tiempo, además, contó con la ayuda de Samuel, su hijo, de 10 años. "Conoce a todas las vacas por su nombre y me ayuda mucho en vacaciones o cuando no tiene colegio", destaca su padre. "Tenemos que manejarlas de finca en finca y aunque el manejo para cambiarlas es fácil, hacemos falta dos personas. Son dóciles al no estar solas en el monte. Voy yo delante y ya vienen conmigo, pero tiene que ir otro detrás para que no queden los terneros atrás", justifica. El problema del minifundio Navarro, uno de los tres sementales. Están cada uno con su lote y se mueven con las vacas de finca en finca Ganadería Gayo maneja una superficie de 65 hectáreas marcada por el minifundio existente en esta zona de la montaña luguesa. "La finca más grande es la que está junto a la casa, de 10 hectáreas, el resto son todas parcelas mucho más pequeñas y eso nos dificulta mucho el manejo", indican. Biduedo se encuentra en la parte alta del ayuntamiento de Triacastela, camino ya de Pedrafita, pero aunque es una zona de alta montaña la disponibilidad de superficie no abunda. "En el pueblo somos solo 6 vecinos, pero los 6 tenemos vacas, así que he tenido que alquilar fincas en el pueblo de al lado, en Fonfría", cuenta Carlos.
En el pueblo somos solo 6 vecinos pero los 6 tenemos vacas
El ganado está en extensivo día y noche durante todo el año, alimentado solamente con pasto en primavera y verano y la otra mitad del año suplementando lo que pace. "A partir de octubre y hasta abril tengo que suplementar, los inviernos aquí son duros. Para cada rebaño tengo dos comederos de 14 plazas y una tolva de pienso para los terneros, eso en cada uno de los tres lotes. Hacemos forraje para el invierno nosotros y si no nos llega traemos de Castilla, porque en Galicia no hay en ecológico. El año pasado, por ejemplo, trajimos veza ecológica de Valladolid", relata. El paso a ecológico Poco antes de dejar la empresa en la que Carlos trabajó 17 años, él y su mujer, Rocío, ya habían pasado la explotación a ecológico, que lo único en lo que los condiciona en su sistema de producción es en la prohibición de emplear herbicidas para el control de las malas hierbas y abonos químicos sintéticos para la fertilización de las praderas.
Cuando no nos llega el forraje que recogemos nosotros traemos de Castilla porque en Galicia no hay en ecológico
"Hace 5 años, cuando nos pasamos a ecológico, empezamos abonando con abonos especiales para praderas ecológicas, pero no nos resultó. Ahora lo que hago es ir con el tractor pasando un mallazo para extender las bostas de las vacas y los restos de comida y abono así", detalla. A partir del momento de haber dado el salto a ecológico y de profesionalizar la producción, Rocío y Carlos tuvieron que dar el siguiente paso: el de la venta directa. "Tienes una calidad impresionante en la carne que produces pero en los mataderos solo valoran los kilos, no la calidad, así que tuvimos que buscarnos la vida y comercializar nosotros directamente la carne que producimos en ecológico", explican.

Una explotación gravemente afectada por la plaga de rata-topo en más de 40 hectáreas de sus praderas

Destrozos provocados por la rata-topo en los pastizales de Ganadería Gayo La fauna salvaje, bien sea el lobo o el jabalí, son con frecuencia dos de los problemas más graves a los que se enfrentan la mayoría de las explotaciones de vacuno de carne como la de Carlos y Rocío. Pero en su caso es otro animal el foco de sus pesadillas, ya que Ganadería Gayo se encuentra gravemente afectada por la plaga de rata- topos que lleva meses extendiéndose sin control por los ayuntamientos de la montaña de Lugo. No se trata de una rata común. La rata-topo (arvícola terrestris) es un tipo de roedor que saca la tierra a la superficie cuando hace las galerías y está extendiéndose por la cornisa cantábrica favorecida por el cambio climático. De hecho, los Gobiernos de Asturias, Navarra y Castilla y León ya han adoptado medidas para frenar su propagación. La rata-topo come la raíz de las plantas y estas secan, por lo que en el caso de las praderas estas pierden productividad, además de mermar notablemente la calidad de los forrajes en los ensilados a causa de los montículos de tierra en superficie, lo que provoca también roturas en la maquinaria a la hora de segar y recoger la hierba.
Los Gobiernos de Asturias, Navarra y Castilla y León ya adoptaron medidas para frenar su propagación. La Xunta tan sólo hizo recuento de las zonas afectadas
Es además una plaga difícil de combatir, al vivir bajo tierra, y tiene una grande capacidad reproductiva. Mide entre 12 y 18 cm, con el rabo y hocico cortos y orejas muy pequeñas. Vive entre 15 y 24 meses y su periodo de gestación es de unos 22-24 días, pudiendo tener de 4 a 6 partos al año con entre 1 y 6 crías por camada. "Son ratas de más de una cuarta. Comenzó a haberlas hace 9 o 10 años y van avanzando. Son una invasión. Tuvimos una primera reunión hace un año con la Consellería y seguimos esperando por una solución, pero de momento no hicieron nada. Antes del confinamiento vinieron técnicos de la Xunta e incluso trajeron un técnico de Asturias, donde ya llevan más tiempo combatiendo esta plaga, y hubo más reuniones aquí en Triacastela, a la que vino el director general de Ganadería, José Balseiros, y en Becerreá pero con esto del confinamiento nos han abandonado por completo", se queja Carlos.
Seguimos esperando por una solución por parte de la Consellería desde hace un año pero de momento no hicieron nada, nos tienen abandonados por completo
Mientras la Xunta sigue sin mover ficha desde hace meses, la plaga sigue extendiéndose, sumando ya casi 2.000 hectáreas, según los recuentos de la propia Consellería, hechos públicos en el mes de enero. "La extensión no fue a más por el invierno, porque con el frío están como aletargadas, pero ahora con el buen tiempo siguen avanzando y reproduciéndose a velocidad abismal", explica. En Triacastela y Pedrafita es donde está el foco más grave, pero ha llegado ya a ayuntamientos limítrofes como el de Navia, A Fonsagrada, Cervantes, la zona alta de O Courel y Samos e incluso a Baralla. Ejemplares de 'arvícola terrestris' "Hemos estado recogiendo el forraje y es un escándalo, de pena. Tenemos que ensilar la hierba tirando a seca, porque sino va la tierra toda pegada y aun así en los rollos va tierra, piedras, ratas muertas, de todo menos calidad de ensilado", asegura Carlos, que tiene 40 hectáreas de praderas afectadas por la plaga. "Prácticamente el 100% de nuestra superficie está afectada en mayor o menor medida", dice. Son pocos los tratamientos eficaces para exterminar esta plaga que ha avanzado en los últimos años desde otros países europeos hacia Galicia por la cornisa cantábrica de la península. Uno de ellos es la roturación de las fincas, pero es algo que en esta zona de la montaña es inviable. "Aquí no puedes renovar las praderas, por la pendiente y porque salen muchas piedras a la superficie", explica.
Trabajar así es complicado, destrozas la maquinaria, tienes una merma muy importante en la producción de forraje y yo tengo miedo incluso que puedan transmitir alguna enfermedad al ganado
Así pues, la única solución pasaría por la autorización por parte de la Xunta de algún tratamiento específico o el empleo de trampas como las que ya se están usando en Asturias, (donde incluso el Gobierno del Principado ha establecido ayudas económicas específicas para los afectados), pero eso requeriría previamente la declaración como plaga por parte del Gobierno autonómico gallego, algo que la Xunta aun no ha establecido. También lobo y jabalí Pero el hecho de tener rata-topos en sus praderas no hace que Ganadería Gayo se libre del jabalí y el lobo. "Está copado de jabalí, van detrás de las ratas abriéndote los surcos por donde están las toperas y asustan a las vacas y se me echan fuera. "Trabajar así es complicado, destrozas la maquinaria, a la rotativa tienes que afilarle las cuchillas cada poco, cuando vas con el rastrillo no haces más que levantar tierra y piedras que van en la hierba y que recoges con la rotoempacadora. Pero además al deshacerte las praderas, tienes mucha menos producción de hierba y yo el miedo que tengo es que las ratas puedan incluso transmitir alguna enfermedad al ganado", teme Carlos.
Yo entiendo que el lobo está en peligro de extinción, pero mis vacas son de una raza autóctona que también está en peligro de extinción
Lobos también hay, dice. "Yo había tenido un ataque hace 10 años en el que me habían matado dos terneros pequeños. No he vuelto a tener bajas, pero este año lo he visto a las nueve y media de la mañana en medio de la finca. Porque el lobo en medio de estas vacas no se mete, pero espera a que se produzca el parto de una vaca y te coge el ternero que está solo. Yo entiendo que el lobo está en peligro de extinción, pero mis vacas son de una raza autóctona que también está en peligro de extinción", razona Carlos.