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El 39,9% de los viticultores de España están en Galicia

Con una cifra de 219.356 personas dedicadas a la viticultura, Galicia suma el 39,9% de viticultores de España, según el estudio La importancia económica y social del sector vitivinícola en Galicia, publicado por la Interprofesional del Vino de España (OIVE). Galicia cuenta con un tejido empresarial vitivinícola atomizado, indica el texto, donde el 79% de las empresas de la muestra tomada en 2019 para el informe son microempresas. En cuanto a su forma jurídica, el 7% de las empresas son cooperativas. Con todo, el sector vitivinícola aporta un 1,4% del PIB gallego y las actividades de viticultura, elaboración y comercialización de vino suponen unos 890 millones de euros de Valor Añadido Bruto (VAB) al año, de los cuales 484 millones son una contribución directa del sector, 208 son generados por otras actividades suministradoras del sector (comercio, energía, transporte etc.) y 198 son de efecto inducido. El estudio apunta a la contribución positiva del sector a la balanza de pagos, con un superávit comercial superior a los 50 millones de euros anuales. Los dos principales mercados de destino son Estados Unidos y Reino Unido, que concentran el 43,2% del total exportado. En cuanto a su impacto social, el sector genera 15.900 empleos a tiempo completo (el 55,5% en puestos de trabajo directos) y hay presencia de vides en 150 concellos de Galicia (un 47,3% del total), con una superficie aproximada de 33.283 hectáreas, lo que indica presencia de minifundismo aunque puede también suponer un factor de fijación de población en el medio rural. Respecto a la producción, Galicia aporta el 2,3% del vino nacional, con 777.123 hectolitros al año que proceden, en un 86,7%, de las provincias de Pontevedra y Ourense. Desde la OIVE afirman que con el informe “se pone una vez más de manifiesto la importancia socioeconómica del sector vitivinícola en España y en cada una de sus Comunidades Autónomas”. El documento es parte de una línea de informes (a nivel nacional y regional) que ponen de relieve la relevancia del vino en el plano económico, social y medioambiental. “Desarrollar y consolidar la información relevante del sector es una de las acciones contempladas también en la Estrategia del sector vitivinícola español 2022-2027, una hoja de ruta consensuada por todo el sector para afrontar los retos de futuro”, afirman.

Descargar Informe “La relevancia del sector vitivinícola en Galicia”

«Si no se contiene su expansión, la Flavescencia Dorada puede ser una grave amenaza para el viñedo español»

“Los vectores de enfermedades emergentes son una gran amenaza para la agricultura europea, por ejemplo, la Flavescencia dorada de la vid puede ser una grave enfermedad si no se contiene su expansión”, destaca Alberto Fereres, jefe del Grupo de Insectos Vectores de Patógenos de Plantas del Instituto de Ciencias Agrarias (ICA-CSIC).  Incide en que especies como Scaphoideus titanus, Trioza erytreae o Draeculacephala robinsoni ya están instaladas en España, “pero otras muchas están aún por llegar”. Síntomas visuales de la Flavescencia Dorada da vid. Imagen de Alberto Fereres El profesor impartió una sesión informativa en Pontevedra, organizada por el Servicio de Explotaciones Agrarias de la localidad. Esta jornada tuvo lugar con motivo de la ampliación del número de zonas demarcadas por la Xunta ante la presencia de la Flavescencia dorada de la vid.

Llegada de la enfermedad

“Para introducir el tema de la Flavescencia, hay que hablar de las enfermedades emergentes”, explicó el profesor. Tienen una incidencia que aparece de forma repentina y aumenta a medida que la población del huésped (plantas que permiten la subsistencia o el alojamiento de un agente infeccioso) crece. Suelen ser causadas por virus RNA, pero también pueden ser otros agentes los que atacan plantas y animales. “Hay ejemplos, como el ébola o el COVID, en los que pasaron de animales a humanos. Su virulencia es muy grande”, detalla.  La mayoría de los virus de plantas los transmiten los pulgones (41 %) y la mosca blanca (30 %). Tanto pulgones como mosca blanca tienen alta capacidad para reproducirse y tiempos de generación muy cortos.
La enfermedad llegó a Europa por Francia en 1949 y su fitoplasma afecta a ocho de los principales países productores de uva de la UE
En el caso de la Flavescencia dorada, está causada por un fitoplasma (bacteria de pared celular) y es un parasito obligado que vive en insectos y plantas. El agente bacteriano ha sido nombrado recientemente Candidatus Phytoplasma vitis, y su vector es el cicadelido de la subfamilia Deltoceplhalinae, Scaphoideus titanus. La infección puede matar a las vides jóvenes y reducir en gran medida la productividad de las vides viejas. Su vector insecto, S. titanus, es nativo del este de los Estados Unidos y Canadá, y se cree que fue introducido en Europa durante la II Guerra Mundial o antes, con portainjertos estadounidenses traídos para combatir la filoxera. Actualmente es una enfermedad bien conocida en Europa, porque lleva aquí desde 1949 que apareció en la región de Armgnac. Cabe puntualizar que su fitoplasma ocurre únicamente en Europa, en ocho de los principales Estados miembros de la UE productores de uva (Austria, Croacia, Francia, Hungría, Italia, Portugal, Eslovenia y España), así como en Suiza y Serbia.

Transmisión de la Flavescencia

Las especies alternativas de vectores en Europa son polífagos, pero ocasionalmente pueden aparecer otros en la vid (Orientus ishidae, Dictyophara europaea o Phlogotettix cyclops). “Todos son vectores alternativos que mantienen infecciones primarias desde hospederos alternativos hasta la vid. También mantienen la enfermedad en espacios naturales”, aclaró Feres y añadió que hay numerosas plantas huésped de FD como especies de Vitis o Clematis vitalba, Alnus incana, etc. El Scaphoideus pone los huevos en agosto-septiembre, en la corteza, y luego entran en diapausa hasta abril, dando lugar a 5 estados ninfales (dura unas 5-7 semanas el estado ninfal en España). Los adultos aparecen en los meses de julio y agosto y su longevidad es aproximadamente 1 mes, aunque en Italia se observan adultos hasta octubre. Gráfico del vector de la FD. Imagen de Alberto Fereres El fitoplasma se transmite por insectos de forma persistente y propagativa, estando restringido al floema de las plantas. Solo se puede adquirir o inocular cuando el insecto vector se alimenta del floema. No hay transmisión mecánica, pero sí se puede transmitir por injerto. “El tiempo de latencia es de 2-3 semanas, pero tras acumularse en las glándulas salivares del insecto, se puede transmitir durante toda la vida del vector”.

Manejo de la enfermedad

“La presencia del vector se monitorea actualmente colgando trampas amarillas pegajosas en los viñedos y contando directamente las ninfas debajo de la vid, para respaldar decisiones sobre la aplicación de insecticidas y su momento”, mencionó el profesor y aclaró que “es un factor importante porque para hacer un tratamiento eficaz hay que saber cuál es el momento preciso”. Según Fereres, se suelen aplicar 2-3 tratamientos contra ninfas y adultos, siempre que hayan eclosionado la mayor parte de los huevos. También es obligatorio eliminar plantas infectadas es y se debe establecer una zona tampón de al menos de 1,3 km. Por último, se deben eliminar todas las plantaciones abandonadas, que son un reservorio de FD.
En Italia se ha demostrado que la variedad Moscato es tolerante a la FD e induce una alta mortalidad de S. titanus
El profesor destacó la termoterapia, como un tratamiento eficaz. Se tratan con agua caliente (45 minutos a 50ºC) a los patrones en estado de reposo y esquejes injertados. “Es eficaz para eliminar tanto el fitoplasma como los huevos del vector”. También recalcó la importancia de las plantas certificadas de variedades y patrones de vid, que pueden evitar la Flavescencia dorada. En cuanto a las variedades tolerantes a FD expone los resultados de un estudio que realizó en el CSIC un investigador de la Universidad de Turín (Italia). En el mismo se indica que ninguno de los genotipos explorados es inmune a la Flavescencia dorada de la vid, pero se encontraron algunos genotipos poco susceptibles disponibles para identificar rasgos genéticos involucrados en la tolerancia/resistencia a la FD. Se evaluaron las variedades Barbera, Barchetto y Moscato mediante la técnica Electrical Penetration Graph y los resultados afirmaron que la variedad Moscato, además de ser tolerante a FD, indujo una alta mortalidad de S. titanus.

Otras amenazas

Entre otras amenazas que sufre la agricultura se encuentra la Xylella fastidiosa. Se trata de una enfermedad conocida que puede ocasionar pérdidas en cultivos como la vid y cítricos, pero infecta a más de 600 especies de plantas. En Europa es conocida desde 2013, cuando se identificó en Italia. Presencia de otras amenazas en las vides. Imagen de Alberto Fereres También hay enfermedades transmitidas por otros grupos de insectos que son de origen bacteriano, que los transmiten las psilas (Psyllidae), vectores principalmente de bacterias y fitoplasmas.

El vermicompostaje, una manera de aprovechar el bagazo y fertilizar el suelo de las viñas

A través del proyecto Viñ@Sostenible, la Cooperativa Vitivinícola Arousana, S.C.G. (Paco&Lola) apostó por valorizar el bagazo de uva a través del vermicompostaje. Mediante lombrices se crea un compost que ofrece un proceso acelerado de biooxidación y estabilización de materias orgánicas del bagazo para su incorporación a los suelos vitícolas. Se emplea como enmienda orgánica ya que es rico en nutrientes, principalmente nitrógeno y potasio, e incrementa la actividad microbiana del suelo. Ciclo del vermicompostaje. Imagen de Daniel Durán Durante la exposición de los primeros avances del proyecto, que tuvo lugar en el Pazo de Toubes (Cenlle, Ourense), Daniel Durán Pereira, técnico de innovación y viticultura de Paco & Lola, explicó como fue el proceso de vermicompostaje. "El bagazo lo tenemos y la necesidad de fertilizar el suelo también la hay, entonces teníamos que buscar un anexo, que fue a través del vermicompostaje, para cerrar el círculo. El objetivo es obtener biofertilizantes con un gran valor agronómico que sirva de abono orgánico con riqueza y diversidad de microorganismos", indica.

Fases del proceso

Las lombrices se denominan el "molino biológico", ya que modifican las características físicas, químicas y biológicas, acelerando su estabilización y higienizando la materia orgánica. Pasan por dos fases durante el proceso: una inicial (actividad de la lombriz) y otra activa (población microbiana). Para el vermicompostaje se emplearán las lombrices Eisenia y Dendrobaena. Para realizar los ensayos contaron con la colaboración de EcoCelta. "Establecemos un período mínimo de seis meses, pero finalmente nuestro ensayo duró siete. Es decir, si en septiembre hacemos la vendimia, en marzo ya podríamos tener el vermicompostaje", indica Durán. En el ensayo se partió de un volumen de 25 m3 de bagazo. Primeramente, hay una fase de homogeneización, con una estabilización durante 12 días de almacenado "para evitar que haya fermentaciones u otros procesos, ya que el bagazo fresco puede alcanzar más de 40º C". Luego ya se preparan los contenedores de 600 litros para posteriormente realizar la inoculación de las lombrices, que en el ensayo se realizó de dos modos: superior e inferior. Cajas donde se empezó el proceso de vermicompostaje. Imagen de Daniel Durán Durante el proceso es necesario controlar los parámetros de humedad, temperatura y oxigenación de los contenedores para que se produzca una correcta cría de las lombrices. La humedad idónea es del 80-90 %, que se puede conseguir con riego natural o con la propia agua de la lluvia. La temperatura "en este caso fue la ambiental, ya que el proceso se realizó en el exteriores" y a la oxigenación "si es necesario, hay que hacer un removido cada cierto tiempo". También es necesario observar cómo ve la evolución de la población de lombrices, revisar si hay mortalidad de individuos, presencia de huevos, etc.

Toma de muestras del primer humus

Se tomaron muestras del bagazo recibido y del humus obtenido para analizar sus calidades físico-químicas. "Se observó que el contenido de la humedad es un factor que limita el desarrollo de las lombrices", explica el técnico. También se detectó un incremento del pH durante el proceso de vermicompostaje, factor limitante en la aplicación del bagazo directamente a los suelos, particularmente en el caso de suelos con uno bajo pH como el de la subzona del Valle del Salnés de la D.O. Rías Baixas. Durante el vermicompostaje se produce una mineralización de la materia orgánica, reduciéndose el carbono orgánico total y la relación C/N. Detectaron un incremento al final del proceso de nitrógeno debido a la mineralización de la materia orgánica, a la vez que se produce una reducción de compuesto como el potasio debido a que es un nutriente lábil que sufre fácilmente los procesos de lixiviación ocasionados por la lluvia o riego.

Aplicación en terrenos

Para finalizar este proceso, aplicaron el vermicompostaje en viñedos en producción de la subzona Valle del Salnés, en las Rías Baixas. Tomaron 189 muestras en el presente año, con diferentes objetivos: analíticas rutinarias de fertilidad del suelo y de abundancia y diversidades de la microbiota en los suelos tras la aplicación del vermicompost. En estas determinaciones se contó con la colaboración del Laboratorio de Suelos de la Estación Fitopatlógica del Areeiro y de la Estación de Viticultura y Enología de Galicia, respectivamente. Humus creado por el vermicompostaje. Imagen de Daniel Durán A partir de ahí, afirman que "el proceso de transformación del bagazo en humus de lombriz a través del proceso de vermicompostaje tuvo buenos resultados a nivel del humus de lombriz obtenido". Añade que como resultado se obtuvo en siete meses una enmienda orgánica adecuada para abonado o plantación de viñedo cuyas dosis se recomendarían en función de las condiciones del suelo agrícola. "Esperamos confirmar que el vermicompost final es una enmienda cuya aplicación agrícola mejora las propiedades fisico-químicas, aumentando la actividad microbiana del suelo y favoreciendo las condiciones nutricionales de los cultivos". Se puede decir que es una tecnología de gestión de residuos de bagazo eficiente y respetuosa con el medio ambiente. Además, del proceso de valorización "también se pueden obtener compuestos bioactivos de alto valor añadido para la industria cosmética, farmacéutica y alimentaria".

Galicia espera una gran vendimia que supere los 75 millones de kilos de uva

Aun no ha finalizó agosto y la vendimia ha comenzado ya en todas las Denominaciones de Origen. En algunas de ellas fueron bodegas puntuales, pero en otras, como es el caso de Valdeorras, a comienzos de esta semana ya estaban realizando la recogida de la uva unas 30 bodegas. Incluso en las denominaciones donde la vendimia suele comenzar a mediados de septiembre, como Rías Baixas, están ya con los trabajos en algunas bodegas. Las previsiones de todas las DO’s apuntan a un incremento de la producción, lo que hace prever que en términos generales sea una vendimia que supere a las cifras del año pasado, cuando se habían alcanzado los 70,2 millones de kilos de uva recogida. Pese a que en algunas demarcaciones, como las Rías Baixas o el Ribeiro hubo una fuerte presión de mildio, hay una gran calidad de uva y están entrando en bodega racimos en muy buenas condiciones, lo que hace prever también muy buenos resultados. Hacemos un repaso por las cinco Denominaciones de Origen para conocer las previsiones que manejan en estos primeros días de la campaña.

Rías Baixas: Vendimia récord de 46 millones de kilos de uva

En algunas subzonas de la DO Rías Baixas ya comenzó la vendimia en estas últimas semanas de agosto y se prevé que se vayan sumando más bodegas. El calor también apuró incluso las previsiones iniciales del Consejo Regulador, que apuntaban ya a un adelanto de la vendimia a comienzos de septiembre, puesto que lo habitual en esta demarcación es que se inicie a mediados de ese mes. En las Rías Baixas se prevé que la vendimia de este año alcance los 46 millones de kilos de uva, una cifra récord, bastante superior a los 40 millones cosechados en 2022. Se estima que se logre un rendimiento medio de 10.507 kilos por hectárea.
Aumento en 114 hectáreas en la superficie vitícola respecto de 2022
En parte este incremento de la producción se debe al aumento de la superficie vitícola. En concreto, en este último año se sumaron 114 hectáreas de viña, una superficie que se reparte entre 22.808 parcelas atendidas por 5.033 viticultores.

Ribeiro: Se espera una vendimia extensa, pese a comenzar ya en agosto

En el Ribeiro también se adelantaba el inicio de la vendimia y cinco bodegas comenzaban ya los trabajos la pasada semana para recoger las uvas de maduración más temprana, como el Godello, de algunas parcelas ubicadas en zonas bajas. Ya en sus inspecciones técnicas realizadas por el personal del Consejo Regulador en días previos apuntaban que algunas variedades se encontraban en un excelente grado de maduración para la recogida. Aunque ha comenzado más temprano que otros años, se prevé que sea una vendimia que se prolongue en el tiempo, casi hasta mediados de octubre, ya que algunas variedades y en algunas comarcas de gran altitud las uvas aun no alcanzaron el grado de maduración adecuado.
Se prevé que en algunos viñedos la vendimia no se haga hasta mediados de octubre
Las previsiones iniciales apuntaban también a que puede ser una campaña con buena cosecha en cuanto a cantidad se refiere, aunque ha podido verse reducido el número de kilos final por la sequía de los últimos meses. Con todo, podría volver a situarse en las medias de los últimos años o superarse. El año pasado en esta DO se recogieron un total de 10,3 millones de kilos de uva.

Valdeorras: El calor de la última semana apuró la maduración del Godello y buena parte de las bodegas comenzaron la vendimia

Las altas temperaturas de la semana pasada precipitaron el inicio de la vendimia en la DO Valdeorras, donde las previsiones iniciales apuntaban a que la recogida de la uva comenzara aún en esta semana. Así, bodegas como Godeval y Sampayolo iniciaban ya alrededor del día 20 las primeras labores de recogida de la uva, siendo también de las vendimias más adelantadas. “Tenemos ya unas 30 bodegas con la vendimia y se espera que en esta semana se sigan sumando más”, explican en la DO. El calor de estos días hizo que aumentara el grado alcohólico de las uvas y se alcanzara el óptimo para la recogida. “Algunas bodegas nos comentaban que en esos 4 días se incrementó casi 2 grados”, apuntan desde el departamento técnico del Consejo Regulador. En algunas zonas, las plantas también acusan ya cierto estrés hídrico, con riesgo de deshidratación, lo que motivó que no se esperara más para su recogida. “El Godello está maduro y, salvo que haya malas condiciones que obliguen a paralizarlos trabajos, se espera que se recoja como es habitual en un mes y medio, por lo que a finales de septiembre casi tendríamos finalizada la vendimia”, concretan en el Consejo Regulador. Faltan por comenzar las cooperativas, que están ultimando la campaña, de manera que se prevé que en la próxima semana estén ya buena parte de las bodegas con la vendimia.
Están teniendo unos rendimientos de 11.000 kilos por hectárea con una uva excelente, con un sabor, acidez, grado alcohólico y pH muy buenos
“Están entrando racimos con un buen peso y una buena calidad. Todo apunta a que sea una vendimia espectacular, porque la piel de la uva está resistente, la uva tiene sabor y tiene acidez y pH muy buenos”, indican en las valoraciones iniciales desde el departamento técnico. También están teniendo unos buenos rendimientos, que se sitúan alrededor de los 11.000 kilos por hectárea, lo que hace prever que se superen también los 7,5 millones de kilos de uva entre blancos y tintos. Así, esperan recoger más de 5 millones de kilos de uva solo de las variedades blancas. Pese a las buenas previsiones generales, algunas pequeñas bodegas tuvieron problemas con el mildiu que afectó de manera considerable a la producción. “No fueron despistes, sino que fueron tratamientos con los que no se acertó en su aplicación y luego fue muy difícil de controlar”, apuntan. Aunque son casos puntuales, las pérdidas por el mildiu llegan a reducir a la mitad la cosecha.

Ribeira Sacra: Comenzó de manera puntual la recogida de uva en variedades blancas y tintas

En la Ribeira Sacra las primeras uvas se recogieron el 22 de agosto, pero en esta primera semana de vendimia solo se hicieron trabajos puntuales. “Por el momento solo entraron 70.000 kilos de uva”, explicaban desde el Consejo Regulador. En esta semana, se fijará la fecha recomendada para el inicio de la vendimia, por lo que en los próximos días arrancará el fuerte del trabajo en buena parte de las bodegas. Así, se recogieron aquellas variedades que alcanzaron ya su grado óptimo de maduración. Lo que más se ha recogido por ahora es Godello, con unos 26.000 kilos, así como Albariño. Con todo, no solo hay recogidas ya variedades blancas, que suelen madurar antes, sino que también se recogieron ya uvas de Mencía o Merenzao.
Esperan que lleguen lluvias en estos días que contribuyan a la maduración de la uva y a paliar la sequía que acusan en estos meses
Además, la uva recogida tiene una muy buena calidad. “Esperemos que llueva algo para que dé un último empujón a las viñas que aún no maduraron”, apuntan desde el departamento técnico. Pese a que las cepas más viejas tienen una gran resistencia a la sequía, en esta DO no se produjeron lluvias desde las tormentas de junio y las plantas más jóvenes acusan la escasez de agua y en algunas parcelas las viñas tienen ya las hojas secas e incluso hay racimos con cierta deshidratación. En cuanto a rendimientos, las previsiones iniciales apuntan a que se puedan situar cerca de los 6 millones de kilos que se obtuvieron el año pasado, ya que los ataques de mildiu y la sequía afectaron en cierta medida.

Monterrei: Afronta una de las vendimias más prematuras con la uva en unas condiciones sanitarias excelentes

“Estamos ante una de las vendimias más prematuras en esta DO”, explican desde el departamento técnico de la Denominación de Origen Monterrei. El pasado domingo, día 27, comenzaban a recogerse las primeras uvas. En esta semana fueron incorporándose ya varias bodegas y se espera que en los próximos días se sigan sumando buena parte de las 28 bodegas que integran la DO. Se comenzó con la recogida del Godello, así como de parcelas con Merenzao, una variedad conocida en la zona popularmente como Bastardo. También se recogieron ya uvas de Mencía en aquellas parcelas con un grado óptimo de maduración. Si las condiciones climáticas no apuran los trabajos de recogida de la uva, se espera que esta sea una vendimia larga, ya que comenzó muy temprano e irá haciéndose de manera gradual, segundo vayan madurando las variedades en las distintas zonas. “Se comienza en las zonas de valle, donde la uva ya está madura, para ir subiendo en altitud donde la maduración es más tardía”, detallan.
Cuentan superar los 6,4 millones de kilos de uva recogidos el año pasado, ya que se está incrementando la superficie de viñedo
Aunque en algunas parcelas hay ya plantas con cierto grado de estrés hídrico, las abundantes precipitaciones de junio y la capacidad de resistencia de la planta, hacen que las cepas vayan resistiendo. El estado sanitario de la uva a comienzos de la campaña era excelente. Esperan superar las cifras del año pasado, en el que se habían recogido 6,4 millones de kilos de uva, ya que se ha incrementado la superficie de viñedo. “La demanda constante de nuestros vinos hace que también aumente el número de hectáreas plantadas”, apuntan. La demarcación cuenta a día de hoy con 720 hectáreas de viñedo.

¿Puede ser el ozono una alternativa para atajar el mildiu en los viñedos?

La presión para reducir el uso de tratamientos fitosanitarios químicos en la agricultura en general hace que se estén probando diferentes productos en la búsqueda de alternativas más sostenibles y que generen un menor impacto ambiental. Una de las opciones a estudio es el empleo del ozono para atajar plagas como el mildiu o el oídio en el viñedo. Este es precisamente el objetivo del proyecto Vitiozón, promovido por la bodega Martín Códax, de la DO Rías Baixas y desarrollado por la Estación de Viticultura y Enología de Galicia (Evega) que también contó con la Universidad de Santiago de Compostela. Los primeros resultados de este trabajo fueron presentados recientemente en una jornada técnica que contó con viticultores e investigadores, celebrada en Leiro y en la que se dieron a conocer distintas propuestas innovadoras en la viticultura. La experiencia práctica de un de los viticultores socios de la bodega con el uso del ozono para el tratamiento de aguas para acuicultura hizo que se decidiese a diseñar un prototipo para el empleo del ozono en el viñedo. Esta fue la primera aportación de la bodega con el uso del ozono. “Aquellos primeros resultados no fueron concluyentes, pero seguimos investigando con la intención de probar en los viñedos para ver si el ozono resultaba una técnica alternativa o complementaria en la protección del cultivo”, explican desde el departamento técnico de Martín Códax.

¿Por qué emplear ozono en el viñedo?

El proyecto Vitiozón se centró en comprobar la eficacia que puede tener el ozono para combatir el mildiu, por la incidencia que tiene la plaga, sobre todo en las viñas de las Rías Baixas. En la bodega Martín Códax, durante la campaña 2020 se registraron 80 infección secundarias de mildiu desde la brotación hasta el envero.
Las restricciones al empleo de las materias activas clásicas de protección de los cultivos y la dificultad por parte de las empresas fitosanitarias para registrar nuevas obliga a procurar alternativas en los tratamientos
Desde la bodega también señalan que optaron por estudiar los beneficios del uso del ozono para procurar una reducción de usos de plaguicidas. Además, los cambios que se produjeron en los tratamientos, luego de las restricciones al empleo de las materias activas clásicas de protección de los cultivos y la dificultad por parte de las empresas fitosanitarias para registrar nuevas materias activas obliga a procurar alternativas. El uso del ozono se estudió en este proyecto para combatir el mildiu, pero también podría ser una alternativa para otras plagas que afectan a los viñedos. “Intuitivamente nos parecía que incluso podía ser más efectivo contra el oídio que contra el mildiu, pero durante las campañas en que se llevaron a cabo los trabajos de investigación casi no hubo incidencia de oídio en los viñedos y no vimos grandes avances con el tratamiento”, concretan desde Martín Códax. Dejan la puerta abierta aún a poder estudiar la aplicación de ozono contra otras enfermedades, en especial contra el oídio. El uso del ozono también se emplea en el cultivo de la viña tras la vendimia, ya que el ozono tiene un efecto positivo en polifenoles, permite incrementar la concentración de compuestos aromáticos y contribuye a la reducción de levaduras. Además, ya se está empleando en el propio viñedo, a través del riego, por el efecto vigorizante que proporciona a la planta, así como en los viveros para mejorar la sanidad de los injertos.

Aplicar el ozono en los viñedos

Uno de los retos del empleo del ozono en los viñedos es que el ozono tiene una vida útil baja desde que se produce y debe aplicarse en situ, por lo que su aplicación también supuso un reto para la bodega. De hecho desarrollaron un ozonizador para poder aplicar el ozono de manera inmediata. En concreto, este aparato permite el aplicación de agua ozonizada sobre el viñedo. En este estudio realizaron 6 tratamientos de ozono en los viñedos. Generador de agua ozonizada empleado por la bodega Martín Códax.

Los efectos del ozono frente a las plagas

En el estudio establecieron 8 estrategias para comprobar la eficacia del ozono contra el mildiu, de manera que contaban desde viñedos sin tratamiento, hasta viñedos tratados únicamente con ozono o aquellos en los que se empleaban tratamientos químicos para atajar todas las plagas o para mantener controladas otras como el oídio y se trataba exclusivamente con ozono el mildio. Los resultados obtenidos fueron gestionados por la la Evega y también participó un equipo liderado por el profesor Javier Cancela Barrio, de la Universidad de Santiago que se encargó de la evaluación de parámetros fisiológicos de la planta.
“Una vez que aumenta la presión, el ozono deja de ser efectivo, tanto en los ataques en la hoja como en el racimo”: Emilia Díaz, técnica de la Evega
Aunque se trata de datos recogidos durante una única campaña, se muestra que el tratamiento con ozono puede ser efectivo para controlar las plagas solo durante las primeras fases, ya que después el grado de infección se incrementa significativamente, mientras que con tratamientos químicos convencionales se logra un mayor control. Así, aunque en las primeras etapas no se encuentran diferencias y el ozono pueda ser una alternativa contra el mildiu, en cuanto se incrementa el riesgo y la presencia del patógeno es preciso optar por otras soluciones para mantener la plaga a raya. “Una vez que aumenta la presión, el ozono deja de ser efectivo, tanto en los ataques en la hoja como en el racimo”, explica Emilia Díaz, técnica de la Estación de Viticultura y Enología de Galicia (Evega), dependiente de la Agencia Gallega de Calidad Alimentaria (Agacal). Evaluación de la incidencia de enfermedades realizada por un técnico de la Evega.

El ozono y la microbiota de los suelos

El proyecto también evaluó el efecto que tiene el ozono en la microbiota de los suelos, es decir su impacto en los microorganismos que tienen los suelos y que cumplen una función imprescindible en los procesos bioquímicos de la materia.  Una de las principales conclusiones obtenidas es que los tratamientos con ozono fomentan la biodiversidad de microorganismos en hoja y racimos frente a las soluciones convencionales. “Con los tratamientos estándar se están eliminando microorganismos, que pueden ser interesantes o no para el viñedo”, explica Díaz Losada. De hecho, el agua ozonizada parece actuar sobre un escaso número de géneros. Aunque no pudieron comprobarlo en campo, el uso de ozono también sirvió para reducir la abundancia de patógenos como la botritis en racimo.

Recomiendan aplicar fitosanitarios protectores en las cepas afectadas por el granizo en Sober

Las tormentas de los últimos días están causando estragos en cultivos en distintos puntos de Galicia. Una de las zonas afectadas ha sido el ayuntamiento de Sober, donde una tromba de granizo registrada el pasado domingo provocó importantes daños en los viñedos. Este jueves se desplazó hasta la zona el director de la Agencia Gallega de la Calidad Alimentaria, José Luis Cabarcos, para conocer de primera mano los daños ocasionados. Con él estaban el director de la Estación de Viticultura y Enología de Galicia (Evega), Juan Casares, técnicos de la Oficina Agraria Comarcal de Monforte de Lemos, el presidente de la denominación de origen Ribeira Sacra, José Manuel Rodríguez, y el alcalde de Sober, Luis Fernández. Precisamente, los técnicos de la Evega y de la OAC se están encargando de orientar a los productores perjudicados sobre los tratamientos que deben llevar a cabo en los viñedos con mayor celeridad y sobre las prácticas más aconsejables, con el objeto de minimizar las pérdidas. Así, los técnicos de la Xunta recomiendan aplicar hasta el próximo sábado 4 de junio diversos productos fitosanitarios protectores, con el fin de evitar más daños y teniendo en cuenta las previsiones meteorológicas para estos días. En la medida del posible, también recomiendan realizar la poda en verde de las cepas, rebajando la longitud de los brotes más desarrollados en aproximadamente 1/3 de su longitud. En este sentido, cabe señalar que los técnicos de la Consellería de Medio Rural hicieron un primer recorrido por la zona y constataron que en una superficie de unas 11,5 hectáreas las viñas quedaron sin hojas ni racimos. También hubo afecciones, aunque en menor medida, en otras 74,8 hectáreas adicionales. Con todo, el director apuntó que habrá que esperar unos días más para que se manifieste el total de los estragos.
Aconsejan a los productores y bodegueros afectados solicitar asesoramiento con la OAC de Monforte y Castro Caldelas
Así, José Luis Cabarcos comprometió en su visita todos los mecanismos al alcance del Gobierno gallego para que técnicos especializados puedan asesorar convenientemente a los viticultores en la recuperación de los viñedos dañados. En ese sentido, los productores y bodegueros afectados puedan resolver dudas y solicitar asesoramiento en el teléfono 982 889 112, correspondiente a la OAC de Monforte. Cabarcos también señaló que estas recomendaciones fitosanitarias serán enviadas a la oficina agraria comarcal de Castro Caldelas, por cercanía también a las zonas afectadas, cuyo número de teléfono es el 988 788 827.

Seguros agrarios

Por otro lado, desde la Consellería de Medio Rural también recordaron que este año destinaron 7 millones de euros, un 17% más que el presupuesto del año pasado, a las ayudas para fomentar los seguros agrarios. Cabarcos incidió en la necesidad de asegurar los cultivos frente a incidencias de este tipo, recordando que los daños en explotaciones debido a fenómenos meteorológicos extraordinarios están cubiertos por las pólizas agrarias. “Con las ayudas de la Xunta para impulsar la contratación de estos seguros se persigue que los productores puedan obtener rentas dignas a pesar de sucesos como el registrado, aportando estabilidad a la gestión de sus explotaciones”, señaló el responsable de Agacal. Cabe señalar que el plazo de contratación de las líneas de seguro está abierto hasta el 15 de noviembre, según la línea de la que se trate, y que la ayuda correspondiente se recibe en el momento de la contratación. Así, la Xunta concede estas ayudas de forma directa a los agricultores y podrán ser beneficiarios los asegurados que sean titulares de explotaciones agrarias gallegas, siempre que suscriban pólizas de seguros de líneas agrícolas del Plan 2022 y de líneas ganaderas de los planes 2021 y 2022, formalizadas este año.

-Consulta aquí la orden del DOG sobre las ayudas para contratar los seguros agrarios.

Claves en el proceso de injertado de las viñas

Uno de los retos de la viticultura actual es conseguir cepas resistentes a enfermedades y volver a contar con viñedos longevos, que puedan vivir 100 años como otrora, después de que en los últimos siglos se haya experimentado una reducción de la longevidad de las viñas. Las perspectivas apuntan a que en 2050 los viñedos durarán poco más de 50 años, cuando al remontarse a 1850 las cepas de promedio alcanzaban los 200 años. Enfermedades de la madera como el pie negro, la yesca, la eutipiosis o el decaimiento por Botryosphaeria son algunas de las causas para que las viñas sequen antes. Una de las claves para lograr incrementar la longevidad de las viñas es conseguir cepas con un sistema vascular sano. El injerto, aunque ha sido el gran olvidado durante años, es una de las herramientas para lograrlo, tal y como recuerda Gonzaga Santesteban, investigador y director del Departamento de Agronomía, Biotecnología y Alimentación en Universidad Pública de Navarra, una comunidad en la que se produce entre el 25 y el 30% de todos los injertos de vid de España. Gonzaga lidera, además, el proyecto europeo Vites Qualitas (EFA 324/19), en el que se estudia la importancia de disponer de plantas injertadas de calidad y de una buena poda para aumentar la rentabilidad y longevidad de los viñedos.
Conocer el proceso del injerto y sus peculiaridades puede ayudar a mejorar la longevidad de los viñedos
En su participación en la jornada técnica organizada por la Estación de Viticultura y Enología de Galicia (Evega) y la Agencia Gallega de Calidad Alimentaria (Agacal) sobre el injerto y el portainjerto, Gonzaga apuntó algunas claves para mejorar esta práctica. Además, el investigador recordó que el injerto ha sido la tabla de la salvación del viñedo frente a la filoxera.

La evolución a la hora de producir injertos

Gonzaga insiste en la necesidad de conocer mejor el injerto, en especial por parte de los viticultores y bodegas, ya que les ofrece información extra sobre la evolución que tendrá su viñedo. En este sentido, el sector del vivero, como proveedor de planta y de injertos, es una pieza fundamental para la evolución del viñedo. Ejecución del injerto en omega en el taller. // Fotografía cortesía de Vitis Navarra. El investigador pone también el foco en la transformación que ha experimentado el sector en los últimos años. "En las últimas décadas se han producido enormes cambios en la producción de planta injertada, tanto a nivel técnico como empresarial", señala Gonzaga Santesteban.
"Se han producido enormes cambios en la producción de injertos tanto a nivel técnico como empresarial"
Uno de los principales cambios, al igual que ocurrió con otros procedimientos de la agricultura en general o de la viticultura, es que se ha pasado de un procedimiento muy manual a contar con un mayor grado de mecanización. Además, durante mucho tiempo, lo más frecuente era injertar en el campo o el injerto en hendidura en taller. Sin embargo, en los últimos años se ha hecho una apuesta clara por el injerto en Omega. Otro de los cambios significativos que se han producido a la hora de realizar injertos ha sido la introducción de las cámaras de callogénesis, que sustituyen al proceso tradicional en el que el callo se realizaba en campo. Comparación del bueno y mal alineamiento del material en el momento del injerto. La primera imagen es un ejemplo de un injerto omega bien alineado. Las tres imágenes siguientes son injertos omega mal alineados. // Fotografía cortesía del proyecto Vites Qualitas EFA 324/19. En definitiva, todos estos cambios consiguieron proporcionar unos mejores rendimientos a los injertos en particular y al viñedo en general, puesto que los métodos tradicionales de injertado dejaban unos rendimientos limitados. Sin embargo, la producción de plantas injertadas es un proceso complejo e intentar maximizar los rendimientos puede llevar en ocasiones a una pérdida de calidad de las plantas producidas. 

El proceso de injertado

Aunque pueda parecer que el injertado, realizado en viveros es un proceso ajeno a los viticultores, Gonzaga insiste en que los productores deben conocer el proceso de producción, sobre todo por la información que puede proporcionarle en aspectos como la sanidad y la calidad de las cepas.

Fase 1. Campos de plantas madre

El proceso de injertado comienza en los campos de plantas madre. En estos campos se cultivan variedades de portainjerto, normalmente cruces de especies de vid americana. Es importante que en estas parcelas se tomen las medidas de prevención sanitaria, como proteger las heridas de poda de la planta y la desinfección de herramientas, para evitar contagios de enfermedades entre las plantas. 
En los campos de plantas madre deben extremarse las medidas de desinfección para evitar la aparición de hongos
Las cepas suelen cultivarse en 'cabeza de mimbrera', el sistema más habitual en España, aunque hay plantaciones realizadas en espaldera en otros países, de climatología más lluviosa. En esta fase Gonzaga Santesteba señala que uno de los puntos críticos podría ser el sistema de conducción. "La cabeza de mimbrera podría aumentar el riesgo de infección por hongos del suelo, sin embargo no disponemos aún de estudios que lo demuestren", concreta. "Son plantas con muchos cortes y heridas por año, por lo que la higiene de herramientas puede ser clave para evitar la entrada de hongos", apunta el experto. También debe prestarse atención al marcado y retirada de plantas enfermas, ya que puede ser un factor de riesgo por ser fuente de inóculo de patologías. En cuanto al remplazo de las plantas, tal y como indica Santesteban, "lo normal es que se haga entre los 15 y 25 años de las cepas", explica. 

Fase 2. Procesado en vivero e injertado

Tras la recogida y transporte del material vegetal, la segunda fase se iniciará en el vivero. El primer paso es el procesado de las plantas, en el que se procede a la eliminación de nietos, zarcillos y zonas no agostadas. Es un proceso que suele realizarse en grandes naves, de manera que se proteja las cepas de las inclemencias meteorológicas.
En la fase de conservación es muy importante evitar que la planta se deshidrate y conservarla en condiciones higiénicas y en frío
A continuación, es turno para realizar el estaquillado del portainjerto, que deberá tener unos 40 centímetros de largura y entre 7 y 15 milímetros de grosor. Es en este momento también cuando si procede al desyemado de los sarmientos de dónde se obtendrán las estacas, para evitar la aparición de rebrotes de la vid americana en el viñedo. Corte longitudinal de un injerto en omega, en el que se aprecia la conexión entre la vid americana y la vinífera. // Fotografía cortesía del proyecto Vites Qualitas EFA 324/19) En esta fase de procesado se realiza el taqueado de púas de Vitis vinífera, que deben contener una yema y además tendrán que tener un calibre y un estado adecuados para garantizar el éxito del injerto. Una vez procesadas, es fundamental la conservación del material. Deben permanecer entre un y tres meses en frío, en cámaras y contenedores con una buena higiene. "Hay que evitar situaciones de anoxia, es decir de falta de oxígeno, pero sobre todo es importantísimo evitar la deshidratación de la planta", detalla Gonzaga. En la fase de injertado es necesario extremar las medidas de higiene. "Asegurar un bueno calibrado de la púa y la estaca es lo que condicionará el éxito del injerto y la calidad de las plantas producidas. Tras producirse la callogénesis del injerto, es momento de volver a plantar estas cepas ya injertadas.

Fase 3. Campos de enraizamiento

Antes de volver a plantar las cepas injertadas, es preciso realizar un tratamiento previo de las plantas con fungicidas y hormonas de enraizamiento. Se trata de un proceso que se realiza a mano y que condicionará el éxito de los nuevos injertos. En estos campos, debe disponerse de sistemas de riego por goteo. Además, suelen aplicarse herbicidas y acolchado para el control de las malas hierbas, además de fungicidas y otros tratamientos para garantizar el desarrollo de la planta. El arranque se realiza de forma mecanizada, con un tractor y aperos especiales para esta labor. Es fundamental que se haga un control de calidad exhaustivo para asegurarse de que se ha producido un buen enraizamiento y que las plantas cuentan con raíces bien desarrolladas. Una vez arrancadas y clasificadas las cepas es conveniente que el vivero someta las plantas a una prueba de 'palanqueo', ejerciendo presión sobre el injerto, para certificar que este está consolidado. Campo de enraizamiento con el material injertado recién plantado. // Fotografía cortesía de Vitis Navarra.

Recomendaciones a la hora de comprar plantas injertadas

A la hora de adquirir plantas injertadas, Gonzaga recomienda prestar atención a la calidad y sanidad de la planta. "Las plantas de calidad son aquellas con calidad genética, sanitaria y fisiológica", comenta. Para garantizar la calidad genética, es preciso prestar atención a la elección del portainjerto, la variedad y los clones, buscando que coincida la identidad del material solicitado con el adquirido, algo sencillo de verificar mediante análisis genético. En cuanto a la sanidad, las plantas deben estar libres de enfermedades víricas como el Entrenudo corto, Enrollados 1 y 3 y Jaspeado. No se puede pretender que las plantas no tengan presencia de hongos asociados a enfermedades de la madera de la vid, pero sí que debe observarse sí aparecen zonas de la planta con necrosis extendidas. Por último, hay que verificar un aspecto a veces olvidado, la calidad fiosiológica de las plantas, siendo preciso comprobar que se realizó una unión de calidad en el punto del injerto, con una correcta vascularizacion entre púa y portainjerto.
 

Más información: Claves para el injerto de las viñas

 

Claves para el tratamiento de las principales plagas del viñedo

Buena parte de las plagas que afectan al viñedo hoy en día llevan siendo una amenaza desde hace años, en algunos casos como el Oídio, una enfermedad originaria de América del Norte, ya se detectó en Europa en 1845. Pero, la evolución de las plagas a lo largo de los años es constante y también se va modificando su tratamiento. Los nuevos conocimientos que se van teniendo de ellas, la introducción de nuevas especies en los ecosistemas, el cambio de variedades, las nuevas técnicas de control que alteran los ecosistemas o el cambio climático son algunos de los factores que señaló como determinantes para la evolución del tratamiento de las plagas del viñedo la ingeniera agrónoma Nuria de Prado Ordás, de la Estación de Avisos Agrícolas del Bierzo, durante su participación en la jornada de Asesoramiento en Gestión Integrada de plagas organizada desde el Servicio de Explotaciones Agrarias de Ourense. “La investigación en umbrales de tratamiento y métodos de control debe ir aparejada con dicha evolución”, reivindica la especialista.
“La investigación en umbrales de tratamiento y métodos de control debe ir aparejada con dicha evolución”
Mildiu, Oídio, Botritis o la Polilla del racimo fueron algunas de las patologías en las que se centró De Prado y sobre las que aportó información en cuanto a la lucha integral que se está realizando desde el centro especializado de León. La especialista incide en la importancia de la detección de las plagas y la necesidad de ajustar el tratamiento a la fase en la que se encuentre, para lograr una mayor efectividad.

Detectar el Mildiu

A la hora de detectar los ataques del Mildiu pueden constatarse infecciones primarias o secundarias en base a las condiciones meteorológicas y el estado de la viña. Las infecciones primarias suelen aparecer con temperaturas alrededor de los 11 grados y unas condiciones de humedad de 11 litros por metro cuadrado. Es necesario que la viña tenga brotes de al menos 11 centímetros, y que haya oscuridad: las infecciones primarias solo se producen por la noche. Aunque, como matiza De Prado, estas son indicaciones orientativas, ya que las infecciones primarias pueden aparecer con temperaturas mucho más bajas, puesto que en El Bierzo han detectado Mildiu incluso con 4ºC y con lluvias también muy inferiores a los 11 litros por metro cuadrado. Aunque las infecciones primarias suelen ser más frecuentes cuando aparecen los botones florales separados, pueden producirse desde que los racimos son visibles hasta el envero. Mientras, las infecciones secundarias aparecen al registrarse lluvia o alta humedad por más de 2 horas y una temperatura de entre 10 y 30 grados.

Tratamientos contra el Mildiu

La prevención es clave para enfrentarse al Mildiu, por eso es recomendable recurrir a fungicidas de contacto antes de que se produzca la infección. Una vez que se produce la penetración del hongo en la planta, el micelio del hongo comienza a crecer y a invadir el tejido vegetal. En esta fase, sólo es posible detener el crecimiento del Mildiu con tratamientos curativos, a base de fungicidas sistémicos y penetrantes. Pero hay que tener en cuenta que estos tratamientos solo son eficaces durante los dos primeros días transcurridos desde que penetra el hongo en la planta (momento de la infección). Después ya el micelio está demasiado extendido para que los fungicidas puedan detener su crecimiento. 
Pasados esos dos primeros días, en los siguientes días de fase de crecimiento del hongo dentro del tejido de la vid, no es eficaz aplicar tratamientos
Durante la fase de crecimiento del hongo dentro del tejido de la vid, que puede durar entre 8 y 20 días, no es eficaz aplicar tratamientos. Mientras, transcurrida esta fase, cuando los síntomas se manifiestan y aparecen manchas en las hojas, pelusilla en el envés de las hojas, los racimos, en flor, o en recién cuajados es momento de aplicar tratamientos antiesporulantes. En el caso del Mildiu, la prevención es fundamental. “Se debe tratar cuando hay condiciones de riesgo, pero en todo caso en el Bierzo debemos tratar preventivamente para proteger el racimo desde que aparecen los botones florales separados hasta el envero”, detalla la ingeniera agrónoma. Principales características de los grupos de productos para el tratamiento de Mildiu. En cuanto a los tratamientos químicos del Mildiu, De Prado apunta soluciones para un manejo en ecológico del viñedo que incluyen desde el aceite de naranja al hidróxido cúprico o el óxido cuproso. Tratamientos para el control químico de Mildiu, en convencional y ecológico.// Fuente: Registro de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura. De Prado recuerda que para renovar los tratamientos fungicidas deben darse condiciones de infección y el tratamiento anterior debe haber perdido la efectividad. En los tratamientos sistémicos esto ocurre al cabo de 14 días (aunque varía según el producto), mientras que los fungicidas de contacto persisten 10-12 días si no son lavados por lluvias y para ello deben producirse precipitaciones de más de 12-15 litros por metro cuadrado. La experta recomienda la instalación de un pluviómetro en la parcela para poder conocer mejor la lluvia registrada y saber en qué momento repetir el tratamiento.

El Oídio

La brotación de la viña es el período crítico para la aparición de Oídio (Erysiphe necator), un hongo ectoparásito que surge cuando se registran temperaturas de entre 25 y 28 grados combinadas con humedad. “La humedad ambiental influye en la germinación de las conidias del hongo, pero el agua libre les molesta. También se desarrolla mejor en zonas sombreadas”, detalla la ingeniera agrónoma. El Oídio puede suponer una amenaza para el viñedo hasta que la uva alcanza los 8 grados brix de madurez. Los primeros síntomas se detectan en hojas y racimos, por eso es fundamental revisar las cepas, en especial las variedades y plantas más sensibles. Entre las variedades cultivadas en El Bierzo, las más sensibles al oídio son el Tempranillo y la Doña Blanca.
“El tratamiento más eficaz para la sanidad de la viña en cuanto a oídio es una buena aireación”
“El tratamiento más eficaz para la sanidad de la viña en cuanto a oídio es una buena aireación. Todo lo que facilite la aireación de la vegetación y los racimos y conseguir que los tratamientos cubran bien los racimos es fundamental”, explica De Prado. Por eso, es recomendable evitar el exceso de vigor, realizar poda en verde, así como llevar a cabo deshojados y desnietados de las cepas. También aconsejan colocar los pámpanos en la espaldera y tener en cuenta la orientación de las plantaciones para favorecer la ventilación y aireado de las plantas. En cuanto a los tratamientos para atajar el oído, es necesario ajustar el tratamiento al estado fenológico del viñedo. Así, durante la brotación y la floración es recomendable utilizar tratamientos penetrantes o sistémicos. Mientras que, cuando el racimo está en grano guisante y durante el envero será más adecuado emplear azufre.
Para minimizar la aparición de resistencia a los tratamientos es importante utilizar fungicidas de diferentes familias químicas
Además, la especialista incide en la importancia de utilizar fungicidas de diferentes familias químicas para minimizar la aparición de resistencias por parte de estos patógenos a los tratamientos. En estas soluciones también resulta vital tratar todas las calles del viñedo para que la aplicación cubra por completo todos los racimos. Tratamientos para el control químico de Oídio. //Fuente: Registro de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura. En los viñedos en ecológicos, la ingeniera agrónoma apunta además tres opciones de tratamientos: utilizar carbonato hidrógeno de potasio (bicarbonato potásico), recurrir a la lucha biológica y emplear el hongo Ampelomyces quisqualis, parásito del oídio; o aplicar azufre. En este último caso, es muy importante que la temperatura media a la hora de aplicar el tratamiento se encuentre entre los 18 y los 30 grados, ya que con temperaturas más elevadas con el azufre se produce fitotoxicidad.
Pupa de Polilla del racimo. //Foto. Estación de Avisos Agrícolas del Bierzo.

Polilla del racimo

Otra de las plagas que afecta al viñedo es la conocida como Polilla del racimo (Lobesia botrana). Esta plaga puede tratarse con insecticidas ovicidas o con larvicidas, dependiendo de la fase de desarrollo de esta mariposa. Hay que tener en cuenta que cuando el insecto se encuentra protegido por las propias uvas, el tratamiento resultará poco efectivo. Una de las alternativas en los tratamientos pasa por emplear difusores de confusión sexual para evitar la reproducción de los ejemplares. Las trampas de feromonas, que utilizan como reclamo y atrayente para la polilla sirven para hacer un seguimiento de la plaga y conocer la incidencia que está teniendo en el viñedo.
En la lucha contra la Polilla del racimo pueden emplearse trampas de feromonas así como métodos biológicos e introducir un depredador natural
Al emplear confusión sexual los difusores deben colocarse antes del primer vuelo del insecto. Además, deben situarse en superficies amplias para que resulten eficaces y reforzando los bordes del viñedo. También se puede optar por emplear la feromona pulverizada. Otra de las opciones para atajar la polilla es la lucha biológica e introducir un insecticida natural como es el Bacillus thuringiensis.

Botritis

Entre las principales afecciones del viñedo se encuentra la Botritis (Botrytis cinera) que aparece cuando las temperaturas se sitúan entre los 15 y 20 grados y se producen lluvias o una humedad relativa del 90%. Las heridas en las uvas causadas por la incidencia de otras plagas como el Oídio o la Polilla o por otras causas como el granizo son factores de riesgo para que se produzcan daños por Botritis. La infección en primavera suele aparecer en las hojas mientras que, en verano los daños se concentran en el racimo. Del mismo modo que con el Mildiu o el Oídio, en la Botritis el seguimiento de las condiciones climáticas es fundamental y la prevención es determinante para frenar el ataque del hongo. Mantener la viña aireada, como ocurre con el Oído, es una de las medidas más eficaces para garantizar la sanidad del viñedo. Así, De Prado incide en la importancia de realizar aireados, deshojados y despuntes que favorecen la aireación. “Debe evitarse el exceso de vigor de la planta y si se mantienen las calles enherbadas, es preciso desbrozar con frecuencia”, apunta.
Eliminar otras plagas como el Oídio o la Polilla es una manera de reducir la incidencia de Botritis en el viñedo ya que pueden contribuir a su aparición
Una de las formas para reducir la incidencia de Botritis es atajar otras plagas que puedan desencadenarla, como la Polilla o el Oídio. De Prados también recomienda alternar en el uso de familias químicas y respetar escrupulosamente el plazo de seguridad de la última aplicación. Deshojar el viñedo en espaldera es una medida para reducir el riesgo de Botritis al tiempo que no se reduce el grado alcohólico en cosecha. Control químico de Botritis en ecológico y convencional. //Fuente: Registro de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura.

Black Rot

Otra de las patologías de la viña es el Black Rot (Guignardia bidwellii), que aparece tras registrarse lluvias y temperaturas de alrededor de 27 grados. “A temperaturas inferiores o superiores se precisan períodos de humedad más largos para que se produzca la aparición de Black Rot”, detalla De Prados. Así, con temperaturas por encima de 32 grados ya no se produce la infección. Los fungicidas autorizados para tratar el Black Rot son Ametroctradim y metiram, Azoxistrobin, Difenoconazol, Fenbuconazol, Folpet, Kresoxim-metil, Mancoceb, Miclobutanil, Tebuconazol y Tebuconazol con trifloxistrobin.

“Aposté por los tintos del Ribeiro, cuando todo el mundo estaba centrado en los blancos”

Al lado del Avia a su paso por Leiro, y a pocos metros de la antigua sede de la Cooperativa del Ribeiro, la 'pequeña' bodega de Xulia Mar Bande Pivida, como ella misma habla de ella, sirve a modo de bastión por la recuperación y la diferenciación del vino de O Ribeiro. Xulia lleva toda una vida abriéndose camino entre las cepas y en el mundo del vino. Autodidacta y emprendedora, Xulia comenzó hace más de 30 años y ahora tiene un proyecto consolidado y cargado de identidad. Su abuelo, que era arriero, fue quien despertó esa curiosidad por la viticultura en ella. El propio nombre de sus vinos, Son de Arrieiro, es un reconocimiento a ese legado familiar. Los vinos de esta colleiteira son una apuesta continua por combinar tradición con innovación. Mantener aquellas variedades tradicionales con las que trabajaba su abuelo la llevó a recuperar castas casi desaparecidas. En un tiempo en el que los vinos del Ribeiro sólo podían ser de año, Xulia sólo elaboraba vinos de guarda. Ahora vuelve a romper con convencionalismos y tiene en el mercado un rosado de esta zona, aunque sin el amparo de la Denominación de Origen (DO). Xulia es de las que disfruta en el viñedo y en la bodega, para quien trabajar en esto 'excepto cuando una helada o el granizo te lleva todo' es un gusto y no una obligación. En su bodega y tras atender una visita, conocemos más en detalle su manera de trabajar y sus elaboraciones. -¿Cómo comenzaste en el mundo de las viñas? -Fue cuando mi abuelo, que era un gran apasionado de las viñas, comenzó a tener dificultades para mantener el viñedo. Yo quise echarle una mano con el cuidado de las cepas, pero no tenía mucho tiempo y tampoco encontré nadie que hiciese el trabajo. Esto, junto con el hecho de que ya me gustaban las viñas, hizo que me decidiera montar una empresa de servicios para trabajar en los viñedos. Comencé con unos amigos que estaban sin trabajo y al poco tiempo ya tenía 25 empleados repartidos por toda Galicia y el norte de Portugal. Realmente con el vino empecé ya en aquel momento, va a hacer 32 años. Tras la muerte de mi abuelo, durante unos años tuve que dejar aparcadas un poco sus viñas, porque no daba abasto, ya que estaba empezando con la empresa y teníamos mucho trabajo. Pero en cuanto pude ya retomé los cuidados del viñedo y me propuse también mantener aquellas variedades que trabajaba mi abuelo y que no se veían ya por ningún lado y que a mí me resultaban muy interesantes. -Y con la bodega, ¿cuándo diste el paso? ¿Por qué te decidiste? -Mi abuelo, que era arriero, además hacía un vino bárbaro y yo no encontraba ese tipo de uva en ningún sitio, por lo que decidí recuperar sus viñas y comenzar a plantar. Al principio lo hice con la idea de vender la uva, pero con el tiempo decidí probar a elaborar mi propio vino. En su momento no aproveché la sabiduría de mi abuelo y luego tuve que aprenderlo por mi cuenta. El primer año que hice vino haría unos 2.000 litros, que vendí a granel y el resto de las uvas las vendía directamente. Estuve así unos 10 años. En la campaña del 2015 fue cuando me decidí a sacar mi primer vino etiquetado como Son de Arrieiro. Era una manera de no tener que vender las uvas y poder apostar por los tintos, en un momento en el que todo el mundo seguía diciendo que el Ribeiro era sólo de blancos, algo que ya ha ido cambiando. La sorpresa vino cuando lo presentamos a los Premios de Galicia en ese mismo año y resultó el mejor tinto de Galicia. Eso me hizo pensar que igual no lo estaba haciendo muy mal y tomarlo más en serio. Hicimos una reforma en la bodega para incorporar un equipo de frío y seguir trabajando en los vinos que buscaba. -Tenías claro que tipo de vino querías elaborar cuando comenzaste como colleiteira. ¿Has logrado ya dar con la receta de tu abuelo? -Yo tenía un vino en la cabeza y creo que aun no he llegado a él. Sabía qué uvas empleaba mi abuelo, pero no las proporciones y tuve que trabajar mucho en eso. Yo soy autodidacta y tuve que trabajar mucho porque no tenía conocimientos sobre la elaboración del vino.
"Tengo algún vino fuera de la DO porque está elaborado con variedades autóctonas que por desgracia aun no están amparadas por el Consejo Regulador, pese a ser de esta zona"
- ¿Con qué variedades trabajas? -Ahora mismo tengo un poco de todo. De hecho, incluso tengo algún vino fuera de la DO porque está elaborado con variedades autóctonas que por desgracia aun no están amparadas por el Consejo Regulador, pese a ser de esta zona. En tinto tengo Carabuñeira, que es una variedad que muy poca gente conoce, Espadeiro (de la que hay muy poca) Raposeira y Ferrón. En blancos trabajo con Albilla del Avia o Lado, entre las variedades más desconocidas. Luego tengo Sousón, Caíño, Brancellao, Treixadura o Godello. -¿Por qué te decidiste a apostar por ellas? ¿Qué te resulta atractivo de estas variedades? -Comencé a interesarme por ellas un poco por recuperar el patrimonio que teníamos. Son variedades muy delicadas y que fueron cayendo en desuso por ser menos productivas. Un año tienes cosecha y otro puede que casi no tengas nada. Muchos dejaron de tener estas variedades porque no se lograban grandes cantidades de uva cuando, en pleno auge del Ribeiro, las grandes bodegas sólo buscaban tener kilos de uva. Se fomentó que mucha gente injertase estas variedades y fue una lástima porque muchas de ellas son resistentes incluso a enfermedades como la filoxera. Además, estaban adaptadas a las condiciones de aquí. Para mí lo realmente interesante de estas variedades es que son uvas de mucha calidad y eso es lo que te permite elaborar un vino diferenciado. -¿Cómo está resultando el proceso de recuperar estas variedades? -Tengo la suerte que al tener la empresa de servicios recorro mucho viñedo y siempre encuentras plantas interesantes. Incluso he llevado a la Evega plantas para que las identifiquen porque no éramos capaces de saber qué casta era. Tienes que andar buscando por plantas en viñas muy viejas, como algunas de las que tengo que tienen más de 80 años. De ahí vas aprovechando algún testigo para poder ir injertando. Lo malo es que antes no plantaban con criterio. Si se secaba una planta podían plantar una cepa tinta en medio de una parcela de blanco. Así, ahora resulta más difícil hacerte con ellas. Es una labor importante, pero que ya estoy haciendo para los que vienen detrás, realmente yo poco provecho le voy a sacar. -¿Qué superficie manejas? -Mías tengo sobre unas 3 hectáreas. Ha sido muy difícil llegar a tener esta superficie. Partíamos de 3.000 metros heredados de mi abuelo y mis tíos. Para juntar esta tierra tuvimos que comprar 178 parcelas, muchas de ellas de propietarios que estaban emigrados. Esto retrasó muchos años el proyecto. Luego tengo también sobre 8.000 metros cuadrados de viñedos alquilados. Son viñedos muy viejos, normalmente con accesos complicados y que no se pueden mecanizar.
"Hago coupage de variedades y de zonas porque cada casta se comporta de distinta manera dependiendo del sitio y da un vino muy diferente"
-¿Dónde tienes estas viñas? -Hago coupage de variedades, pero también hago coupage de zonas. Así, tengo viñas en las tres subzonas más marcadas del Ribeiro, ya que si algo he aprendido en estos años con la empresa de servicios es que cada variedad se comporta de distinta manera en cada zona y da un vino muy diferente. Para mí es muy interesante tener un poco de todos los suelos, así tenemos zonas de cuarzo, de granito, de esquistos... -¿Has pensado incrementar la producción? -Soy más de hacer un producto diferenciado que de apostar por grandes cantidades. Además, lo que plante ahora voy a tener que esperar unos 8 o 10 años para poder elaborar con esas uvas y ya me pillaría con 68 años... Sí es verdad que sigo cogiendo fincas que me resultan interesantes, de gente que se va jubilando y que tienen variedades de las que no tengo.
"Al día siguiente de recoger las uvas entra un rebaño de ovejas en el viñedo que ya se encargan de desbrozar y del abonado"
-¿Qué manejo haces del viñedo? -Nosotros hacemos vinos naturales, apostando por la mínima intervención, aunque no estamos en ecológico. Aquí es bastante sencillo hacer un vino ecológico en bodega, pero en la viña es prácticamente imposible, según me ha demostrado la experiencia. Digamos que hago una viticultura ecológica con sentido común, ya que no me puedo permitir el lujo de perder toda la cosecha, puesto que vivo de esto. Hacemos muy poca intervención, de hecho no aplicamos ningún herbicida. Tenemos un manto verde todo el año, con vegetación espontánea, ya que lo que nazca en cada sitio te indica las carencias de la tierra con el manejo que estás haciendo y te guía un poco sobre lo que tienes que hacer. Damos mucha desbrozadora de mochila, cuando hay mucha vegetación. Al día siguiente de coger las uvas entra un rebaño de ovejas en el viñedo que se encargan del desbroce y abonado y echan allí 6 meses. Como vamos a producciones bajas, de 1,2 kilos por planta aproximadamente, nos llega con este abonado sin más aporte. Tampoco empleamos insecticidas, ni acaricidas o productos sistémicos. -¿Estás ti sola en la bodega o cuentas con colaboración? -Cuento con Benigno Freijedo, mi pareja y la mitad imprescindible de este proyecto. Yo son más la que matina en las elaboraciones, pero él se encarga del cuidado en gran medida del cuidado de las venías y de echar una mano en la bodega.
-Ya en la bodega, ¿mimas especialmente algún proceso en la elaboración del vino? -En la bodega, cada vino tiene su fermentación y sus tiempos y temperaturas, pero no puedes hacer mucho más para diferenciarte. Lo único que puedes hacer para buscar un vino diferenciado es traer un producto diferente a la bodega para que le aporte matices. Luego, las mezclas son horas de estar probando combinaciones que se me van ocurriendo y viendo si funcionan o no. También es verdad que todo lo que he hecho hasta el momento no hubo nada que no haya sacado al mercado. -¿Cómo son los vinos que elaboras? -Son vinos naturales y diferentes, al menos esa es la pretensión. Buscamos que sorprendan al consumidor, por eso optamos por las variedades diferenciadas y distintas zonas, ya que ahora mismo hay mucha gente haciendo muy buen vino. -¿Cuántos vinos comercializas en estos momentos? -Tenemos seis vinos en el mercado. Me gusta experimentar y voy sacando distintas elaboraciones. Todos ellos son vinos de guarda, que al menos pasan dos años en la bodega antes de salir al mercado. Los vinos con los que comencé Son de Arrieiro, blanco y tinto, son vinos que están cuando menos un año en depósito y otro en la botella. Tenemos Son de Arrieiro sobre lías, que está 15 meses en crianza de lías y que sale de la bodega como mínimo con 3 el 4 años. Luego tenemos Son de Arrieiro añadas (blanco y tinto), una elaboración de 6 años en bodega, un coupage de 3 o 4 cosechas, dependiendo de las características de cada una de ellas. Al ser vinos naturales, dependiendo de cómo sea el año va a determinar mucho el resultado, por lo que yo intento jugar con lo que me aporta cada una de ellas. Además, tienen un paso muy ligero por madera. El año pasado por primera vez hice un rosado, aunque está fuera de la DO, porque como dicen: 'es algo que nunca se ha hecho aquí'. Yo soy de las que digo que alguien debe ser el primero... La verdad es que encantó y tengo ya el otro listo para sacarlo y esperando que tenga el mismo éxito. A este le he puesto A argalllada de Xulia, precisamente por no tener la DO y se lo dedico así al Consejo Regulador para ver si abren el abanico y nos dejan crecer, ya que también es necesario. -¿Alguna novedad más en la que estés inmersa? -Estamos trabajando con un monovarietal que por el momento apunta muy bien, aunque no me quiero adelantar ni dar más detalles por el momento.
"Todos mis vinos son de guarda. Me parece muy interesante cómo evolucionan los vinos del Ribeiro y creo que se pierde mucho vendiéndolos pronto"
-En una tierra como el Ribeiro, ¿cómo resultó apostar por vinos de guarda? -Fue una de las cosas que la gente no entendía al principio, sobre todo los viticultores del Ribeiro. Me decían que el Ribeiro es un vino para beber en el año, que sino se estropea. Ahora eso ha ido cambiando y la tendencia es a ir esperando para venderlos y no perder en el camino todo lo que pueden aportar estos vinos. Me parece muy interesante cómo evolucionan y creo que se pierde mucho vendiéndolos muy pronto. -¿Cómo ves el Ribeiro en la actualidad? -O Ribeiro está en un muy buen momento, si lo sabemos aprovechar creo que va a ser muy interesante. Se están elaborando vinos de muy buena calidad y eso se nota en el mercado nacional e internacional, ya que cada vez viene más gente para ver si es verdad lo que contamos. Estamos despertando el interés fuera, se nota que la gente viene buscando el Ribeiro. Se hay relevo generacional, que es el problema más grave que tenemos, esto puede llegar la muy buen puerto, porque el Ribeiro acaba de renacer.
-¿En qué mercados tienen presencia tus vinos? -El nuestro es un vino que se comercializa para restauración y en tiendas gourmet. Vendemos mucho en Galicia y en Asturias. Tenemos mucho en A Coruña y Lugo y también vendo bastante en Ourense, aunque ha sido donde más tarde entré y donde más me ha costado. Lo hice con un pequeño distribuidor de O Porriño, que está trabajando muy bien, ya que se interesó desde el primer día por conocer el producto. -¿Te interesa el mercado internacional? -Ahora estamos muy centrados en eso, ya que es donde más valoran económicamente los vinos que hacemos. Es una manera de hacer viable el proyecto y afianzarse en el mercado. Estamos en Holanda, Inglaterra y Canadá. Esta misma semana cerré una venta con unos escoceses a los que le encantó nuestro vino tras estar en la bodega y probando elaboraciones en la zona. -También has tenido ya contactos con el mercado asiático... -Teníamos un contrato cerrado por 5 años para comercializar buena parte de la producción, pero el Covid-19 lo retrasó todo, ya que para ellos es un vino nuevo que aún tienen que dar a conocer al mercado.
"Estuvimos más de un año sin vender una botella de vino. Al abrir de nuevo la hostelería, en 2 meses lo vendimos todo"
-¿Hubo otros inconvenientes por el coronavirus? -El Covid-19 nos frenó en todo, excepto en la viña donde tuvimos que seguir trabajando. Estuvimos más de un año sin vender ni una botella de vino, al cerrarnos la hostelería. Además, me pilló con la página web a medio hacer. Al abrir de nuevo la hostelería, en 2 meses lo vendimos todo hasta quedar sin vino preparado para sacar al mercado. No fue solo que no se vendiera el vino, ahora tenemos dificultades para encontrar desde botellas, hasta etiquetas o corchos. Así tengo el vino del 2020 aún todo en depósito. -¿Cambiaron también las visitas a la bodega por la pandemia? -El Covid-19 hizo que mucha gente se acercara por primera vez a la bodega, ya que era una alternativa de ocio segura. Nosotros reducimos mucho el aforo de la visita, con un máximo de seis personas cuando antes llegamos a tener visitas de más de un centenar. El poco vino que sacamos en la pandemia fue así, con las visitas de la bodega. Nos ayudó a salir del paso y nos dio la oportunidad de enseñarle nuestro trabajo y historia a gente que no habría venido en otras circunstancias. Vino mucha gente joven. Hicimos cultura del vino, que es uno de los retos del sector. Algunos de los premios recibidos en estos años de trayectoria. -Acabas de recibir el premio Una vida entre Vides del Consejo Regulador de la DO Ribeiro. ¿Qué significa para ti este galardón? -Es el premio que más ilusión me ha hecho, porque nunca pensé que pudiese optar a él. Cuando me llamaron por teléfono para decírmelo no se lo creí. Comencé a creerlo cuando lo ví publicado nos medios. No podía creer que me dieran un premio de esta importancia a mí, que tengo 53 años, cuando se lo llevan dado a gente con una trayectoria mucho más larga o incluso ya a título póstumo. Un premio como este es lo más bonito que te puede pasar cuándo estás luchando por tu tierra y más aún siendo como soy crítica con el trabajo de la DO. -No fue el único premio que recibiste en estos primeros años de andadura. ¿Cómo recibes estos premios?  -En los últimos tiempos hemos recibido una docena de medallas de oro y dos grandes oros. Los premios son muy importantes para vender el vino, ayudan a darlo a conocer. Es una manera de que les pique la curiosidad por aproximarse a tu producto. Lo que encuentren dentro es lo que hará después que repitan o no, pero los premios nos ayudan a que el consumidor se acerque a nuestro vino.

Las técnicas de intensificación ecológica logran mejoras en los viñedos y en el vino

La bodega de O Rosal Terras Gauda emprendió hace dos años el proyecto internacional ‘ Bettersoil’ (Mejor suelo), en colaboración con la Finca Von Wigstein (Argentina), con Jorge Domínguez, catedrático del departamento de Ecología de la Universidad de Vigo, y con el INTA de Mendoza (Argentina). El marco de la investigación es la búsqueda de la sostenibilidad en su viticultura. Los resultados obtenidos en 2020 y 2021 supusieron un cambio de perspectiva de la marca, llevándolos a un tercer año de prueba en el estudio. Hasta ahora, entre las conclusiones más llamativas está la conexión de las técnicas de intensificación ecológica con una mejora de la biodiversidad del suelo y de la salud de la planta. Los retos de desarrollo sostenible obligan a una mayor implicación de las empresas en el ámbito medioambiental. En este contexto, ‘ Bettersoil’ nació con la intención de “reactivar y mejorar la biodiversidad del suelo y ver los efectos directos que esto tiene sobre la planta y el vino”, explica Emilio Rodríguez Cañas, director enológico de la bodega. Su campo de experimento fue una parcela de ensayo, que mantuvieron en contraste con un terreno testigo, en el cual se seguía trabajando de la manera que era habitual hasta ahora. < strong>¿En qué consisten las técnicas de intensificación ecológica? La búsqueda de un manejo del suelo más sostenible es una de las bases sobre las que se asienta esta metodología de trabajo experimental. La colaboración de Terras Gauda con la bodega argentina, que practica viticultura biodinámica, llevó a la bodega gallega a introducir técnicas de intensificación ecológica, como la oxigenación del suelo, el uso de determinadas cubiertas vegetales o la aplicación de compost naturales a base de orujo de uva. Durante el estudio, la oxigenación del suelo incluyó trabajos manuales en la línea de cultivo de la planta, así como en las calles, en las que posteriormente sembraron cubiertas vegetales con una mezcla de semillas, como leguminosas, alfalfa y especies florales, para incrementar la riqueza microbiológica del suelo. Con el objetivo de no usar fertilizantes químicos, el proyecto generó un ‘ vermicompost’ a base de orujo de uva para abonar la vid. “Sacamos una materia prima natural a partir de la propia uva, por lo que las propiedades que puede aportar son interesantes”, comentó Rodríguez Cañas. Bajo la misma concepción ecológica del cultivo, redujeron el máximo posible el uso de fitosanitarios , “para impulsar la restauración de la diversidad del suelo”, detalló Emilio Rodríguez. < strong>Resultados y futuro del proyecto La respuesta conjunta de la tecnificación ecológica de la parcela se analizó a través de diferentes tipos de análisis. El resultado observado en todos fue que “el contenido de clorofila de las hojas de las vides fue mayor que en la parcela testigo, lo que se tradujo en plantas más vigorosas, con mejor salud, y más resistentes a las enfermedades”, concretó el director enológico de Terras Gauda. Estos cambios inducidos en el sistema de las plantas dio lugar a avances sanitarios con respecto a las viñas de control. “En consecuencia de las mejoras en la vitalidad de la planta y de su resistencia a enfermedades, también se incrementó la producción de uvas”, afirma el Rodríguez Cañas. Una vez realizado el proceso de vinificación de las dos parcelas, experimental y de testigo, los expertos de las gincas realizaron una serie de catas ciegas, en el 2020 y en el 2021. “A pesar de que no había una muy marcada diferencia cualitativa, en ambas se eligió muy mayoritariamente el vino tratado con las técnicas de intensificación ecológica, debido a su perfil aromático, a los matices de sabor y al equilibrio en boca”, avanzó Emilio Rodríguez. Esto confirmó que una mayor biodiversidad en los suelos influye positivamente en el resultado final del vino, si bien las diferencias cualitativas son escasas. Terras Gauda encara ahora el último año de ‘ Bettersoil’ con el objetivo de disponer de resultados de tres campañas, procurando aportar solidez sobre las primeras conclusiones de este proyecto. El mayor valor científico vendrá determinado por la comparativa entre los resultados obtenidos por la bodega de O Rosal, en el Hemisferio Norte, frente a la colaboradora ubicada en el Hemisferio Sur. En función de los resultados obtenidos, la bodega planteará la aplicación de estas técnicas sobre todas sus viñas, “intentando mecanizar el proceso de tecnificación ecológica, por la amplia extensión que tenemos que cubrir”, adelantó Rodríguez Cañas. "Sólo con que estas técnicas se demostraran útiles para mejorar la salud y vigor de las viñas, ya serían positivas y estaríamos satisfechos, pero es que además comprobamos que mejoran los vinos", concluyó.

Bodegas Granbazán, pioneros en la maceración de la uva y la crianza en barrica en Rías Baixas

Construida en los años 80, la bodega Granbazán destaca al recordar a los Châteaux franceses rodeada de viñedos, situada en tierras de Vilanova de Arousa y a escasa distancia de Cambados. La bodega se ha caracterizado por la apuesta decidida que ha hecho siempre por el Albariño. Ha sido una de las pioneras en la Denominación de Origen Rías Baixas en comenzar a macerar las uvas para sus vinos o en aplicarles una crianza en barrica, técnicas empleadas en otras regiones y con otras variedades. Los orígenes de la bodega están ligados a la familia Otero, quien quiso esta estética francesa para la construcción, que primero se caracterizó por sus fachadas blancas y que en 2007 daría paso a un azulejo azul, que la hace aún más característica y que recuerda más a las casas indianas. En 2017, la bodega y sus viñedos pasarían a manos del murciano Pedro Martínez, propietario también de las bodegas Baigorri, en la Rioja alavesa, y que es su actual propietario.
La bodega, propiedad del murciano Pedro Martínez, está centrada en el Albariño y ofrece también una oferta enoturística con visitas y la preparación de eventos
Además de la elaboración de los vinos, Granbazán lleva 20 años trabajando con la vista puesta en el enoturismo y la restauración vinculada al atractivo que suponen sus viñedos. En 2001 construyeron una nueva edificación pensada especialmente para acoger celebraciones y donde la cocina gallega ha sido siempre protagonista. Tras un año marcado por la pandemia y la reducción de eventos, este verano retoman poco a poco la actividad con veladas en las que maridan sus vinos con sesiones musicales, así como con bodas y banquetes. La bodega se encuentra rodeada de cepas de Albariño y a menos de un kilómetro en línea recta del mar.

Los vinos elaborados en Granbazán

La primera añada de Granbazán fue la de 1988, embotellada en el 89 y de la que aún conservan alguna botella en la bodega. Precisamente, durante el recorrido de los visitantes a las instalaciones también muestran la evolución que han experimentado a lo largo de los años y que puede verse tanto en sus botellas como en sus etiquetas. En la actualidad, tienen 6 vinos, todos ellos elaborados en exclusiva con uva Albariño. Se trata del Albariño Contrapunto, los Granbazán Etiqueta Verde y Ámbar, Granbazán Veigalobos, así como Granbazán Limousin y Granbazán Don Álvaro de Bazán. Estos últimos son las elaboraciones más especiales de la bodega. Así, el Limousin termina la fermentación en barrica de roble francés durante 4 meses y luego lo cambian para que permanezca otros 16 meses en tanque de acero antes de embotellarlo. Los principales vinos elaborados por la bodega y la evolución de sus etiquetas. La fermentación en barricas de roble francés, que realizan tanto para su Limousin como para el Granbazán Don Álvaro ha sido también una marca de la casa, ya que esta fue una de las primeras bodegas del Salnés en proporcionar dicha fermentación a un Albariño. Su Limousin ha sido destacado ya en varias ocasiones con algunos de los reconocimientos más prestigiosos como el Concurso Mundial de Bruselas, cuyo fallo de la edición 2021 se conoció en días pasados, y que otorgó una plata a un Limousin de 2017. No es el único, ya que también un Limousin de 2015 se había hecho ya con un oro en 2018, edición en la que consiguieron además la medalla dorada para un Granbazán Etiqueta Ámbar 2016.
Uno de sus Limousin, la añada 2017, logró en esta edición del Concurso Mundial de Bruselas una medalla de plata
Por su parte, el Granbazán Don Álvaro de Bazán, es el único que conserva en su etiqueta el emblema del barco, empleado en sus primeros vinos. “Es nuestro vino más salino. Es un vino muy indicado para pescados y mariscos”, apunta Carina Vázquez, responsable del área de enoturismo y quien guía a las visitas en su recorrido por las instalaciones. El vino Don Álvaro de Bazán lo elaboran con las uvas procedentes de las cepas más viejas y de la parte más alta de la finca principal de la bodega, situada en Tremoedo, según detalla Adolfo Picáns, director financiero de la bodega. Su vino Don Álvaro de Bazán lo elaboran con sus uvas más especiales. Es un vino especial que solo elaboran cuando se logran las condiciones óptimas para ello. “Ha habido varios años que no hemos podido sacar nuestro Don Álvaro de Bazán, así del 2015 pasamos a la añada del 2018”, detalla Vázquez. Este vino macera 18 meses sobre lías, para aportarle una dimensión extra de aromas y redondez en boca. “La bodega sigue fiel a la tradición y principios de sus orígenes en una apuesta por la calidad de nuestros vinos, con producciones más limitadas”, reivindican. Otro de sus vinos particulares es Granbazán Veigalobos, un vino elaborado principalmente con las uvas procedentes de la Finca Cobas de Lobos, en la parroquia de San Adrián, en Cambados. Se trata de una parcela con 2,85 hectáreas cultivadas en parra gallega sobre suelo arenoso junto a la ribera del Río Umia. “En estas condiciones extremas y bajo la influencia del océano Atlántico brotan bayas de lenta maduración, potente acidez e inigualable calidad aromática”, detallan desde Granbazán. El principal mercado de los vinos de Granbazán es Galicia aunque casi un 35% de la producción tiene como destino el resto de España y Europa, así como Estados Unidos o Asia.

Maceración de la uva

En Granbazán miman la uva en su paso por la bodega, para así contribuir a obtener los mejores resultados del producto de calidad con el que cuentan. “Despalillamos toda la uva que llega a bodega, la enfriamos y comenzamos el proceso de maceración. Hemos sido de las primeras bodegas en Rías Baixas en tener depósitos específicos para la maceración, ya que tradicionalmente esta Denominación de Origen siempre optó por el prensado directo”, explica Diego Ríos, enólogo de la bodega desde 2019. En la primera campaña de Ríos en la bodega, hace ya casi 2 años, toda la uva pasó por un proceso de maceración. Mientras, en 2020 lograron una cosecha más abundante y optaron por tratar parte de la uva en la prensa directa. “El tiempo de maceración depende de la logística del proceso, pero suele rondar entre las 4 o 6 horas como mínimo hasta las 12 horas en partidas especiales”, concreta Ríos. Fueron de los primeros en macerar la uva, cuando la mayor parte de las bodegas hacía un prensado directo. Los depósitos están colocados en la parte alta de la bodega para poder sacar el líquido sin necesidad de utilizar una bomba. Tras el proceso de prensado es tiempo del desfangado, una fase más angosta y que realizan de forma natural y estática, sin utilizar ningún tipo de añadido para conseguir que este proceso de decantación sea más rápido. Las últimas añadas (2019 y 2020), de las que ya se ha encargado el enólogo, se han caracterizado por realizar proceso de decantación largos, que llegaron a ser de semana y media. Casi todas las fermentaciones las realizan en depósitos de 15.000 litros. En ellos también realizan los vinos especiales y con una producción más reducida. Mientras, los otros dos vinos son coupage para los que utilizan depósitos de unos 45.000 litros para conseguir una mezcla homogénea. “De nuestro vino base tenemos una producción de unas 200.000 botellas a los que se suman unas 170.000 botellas de las ediciones especiales”, explica el enólogo. Granbazán se caracteriza por incorporar tecnología que pueda facilitar el tratamiento de sus vinos sin alterar su esencia y calidad. Así, trabajan con un filtro tangencial, una tecnología muy utilizada en la industria alimentaria y también en países de Latinoamérica, con el que asegurar un embotellado que evite las microfiltraciones y garantizar un mayor control en la bodega. Gestionan unas 12 hectáreas de viñedos tanto en las proximidades de la bodega como en fincas en los alrededores.

Los viñedos

La bodega cuenta con unas 12 hectáreas entre los viñedos situados en las proximidades de la bodega y la uva procedente de plantaciones próximas. “Hemos agrupado a todos nuestros proveedores, que son hasta 80 familias distintas por parroquias o por sector del que procede, de manera que todas las fermentaciones son partidas por separado”, detalla el enólogo. Los viñedos de la bodega, así como buena parte de los viticultores trabajan con parra alta. “Optamos por la parra alta por la humedad, ya que este sistema nos ayuda a ventilar y mejorar a nivel fitosanitario, aunque no lo parezca estamos a un kilómetro en línea recta del mar”, apuntan desde la bodega. Los viñedos se asientan en suelos graníticos arenosos y optan por una cubierta vegetal. La bodega tiene previsto incrementar la superficie de viñedo y esta temporada ha comenzado a acondicionar una parcela próxima de unas 5 hectáreas, en la que tienen previsto plantar más viñas de Albariño.
La bodega está incorporando prácticas más sostenibles para mejorar y conservar la biodiversidad de fauna y flora en sus viñedos.

Con la vista puesta en la sostenibilidad

En el manejo de los viñedos, Granbazán está apostando por la sostenibilidad medioambiental con actuaciones que les ayuden a proteger la biodiversidad de flora y fauna. Entre otras acciones están llevando a cabo actuaciones en el cuidado de los suelos, reduciendo el uso de herbicidas o pequeños cambios en las gestión de los espacios verdes próximos a los viñedos, con los que conseguir mayor diversidad de flora y fauna, que en algunas ocasiones pueden convertirse en aliados para atajar algunas de las principales plagas del viñedo.
En sus viñedos han eliminado casi por completo el uso de insecticidas
“El principal enemigo de nuestros viñedos es el mildiu y para atajarlo trabajamos siempre con una mínima planificación y previsión en la medida de lo posible, al ser una patología muy ligada a las condiciones atmosféricas”, explica Carlos Fernández, técnico de campo de la bodega. Para atajar el mildiu aplican tratamientos sistémicos y en campañas como la de este año, con abundantes lluvias que han propiciado el desarrollo de la planta, también optan por soluciones penetrantes. En la bodega trabajan actualmente unas 20 personas, un número que se incrementa considerablemente durante la vendimia. “Estamos tratando de conseguir producciones menos agresivas con el medio ambiente, así hemos eliminado casi por completo el uso de insecticidas”, apunta Fernández. En su lugar han optado por tratamientos a base de feromonas. “Son tratamientos que, además de ser más respetuosos con el medio ambiente nos proporcionan otros beneficios, ya que son alternativas que no precisan de unos plazos concretos de aplicación como los herbicidas o larvicidas para conseguir resultados óptimos”, detalla el técnico de campo. Están empleando tratamientos con feromonas con los que están logrando muy buenos resultados. Estos procedimientos a base de feromonas buscan atraer a los machos y evitar la fecundación y la proliferación de algunos de los insectos que causan daños en el viñedo. Con este método tampoco queda ningún tipo de residuos en la uva, con lo que se está logrando un vino de mayor calidad. “Nosotros queremos ser un referente en aplicar tratamientos más respetuosos con el medio ambiente para que otros viticultores se sumen a estas prácticas al ver los resultados. Además ya se ha visto en otras zonas los resultados positivos que ofrecen”, indican desde Granbazán. La bodega, que ya había comenzado a trabajar por mejorar la biodiversidad de sus viñedos con pequeñas acciones, ha dado un paso más en los últimos meses y ha contado con el asesoramiento profesionalizado de la multinacional Bayer para llevar a cabo el proyecto Wildlife, un estudio pormenorizado de la flora y fauna que habita en las proximidades de sus cepas. “Tenemos un gran interés en mejorar y conservar la biodiversidad que existe junto a nuestros viñedos. Este ha sido el primer paso de mano de profesionales para seguir mejorando”, explican desde la bodega. El programa Bayerdiversity les proporciona asesoramiento profesional para mejorar y conservar la biodiversidad en zonas no productivas.
Están incorporando medidas para mejorar la biodiversidad. Estudian colocar posaderos para aves rapaces que espanten a los estorninos
En sus viñedos cuentan con una cubierta vegetal que les ayuda tanto a la gestión de las cepas y es fuente de biodiversidad. “Por las características del terreno sería muy desaconsejable labrar la tierra, ya que las lluvias terminarían arrastrándola, por eso nos decantamos por las cubiertas vegetales”, explica el técnico de campo. Además, por las condiciones climáticas de la zona, esta cubierta apenas necesita mantenimiento durante 6 meses. “En la primavera, los viñedos se llenan de pájaros como jilgueros o verderones que vienen a comer las semillas de las hierbas”, detalla. Ahora quieren ir más allá y utilizar sistemas que mejoren la presencia de aves que también contribuyan a la gestión del propio viñedo de una forma sostenible. Así, están valorando la colocación de posaderos para aves rapaces que puedan espantar a las bandas de estorninos, que suponen una amenaza para la uva madura. “Hace 10 años, en una de las fincas de nuestros proveedores, una banda de estorninos redujo la cosecha de uva de 2.000 kilos a poco más de 500 en un solo fin de semana”, recuerda el técnico.

Los viticultores de la DO Ribeiro tras el granizo: “Hay parcelas en las que se va a perder toda la cosecha”

Los viticultores de la Denominación de Origen Ribeiro comienzan a valorar los daños que sufrieron después de las tormentas con granizo de los últimos días: "En general, en la zona de Gomariz, en Leiro (Ourense), casi todas las parcelas están afectadas en un abanico amplio de incidencia. En las zonas altas, hay alguna parcela de alrededor de una hectárea en la que se va a perder casi todo", explica Inma Pazos, enóloga de la bodega Coto de Gomariz. A pesar de que los técnicos aún no han concluido el alcance de los daños, según los datos que manejaba en la mañana del jueves la DO Ribeiro, las zonas afectadas serían, por orden de impacto, Gomariz en Leiro, Pazos de Arenteiro en Boborás, Riobó en Cenlle y Cabanelas en Carballiño. "Aun no podemos dar cifras ni asegurar cuáles han sido los daños, pero algunos viticultores ya nos han reportado agravios severos", expone Juan Manuel Casares, presidente de la Denominación de Origen Ribeiro. Horas después, en la tarde del jueves, el conselleiro de Medio Rural, José González, avanzó que la superficie afectada rondaba las 190 hectáreas, de las que 60 presentaban daños importantes y otras 130 una leve incidencia. En estas últimas, González estima que se pudo ver afectada un 10-15% de la cosecha. La Xunta de Galicia acaba de desplegar técnicos de la Estación Experimental de Viticultura y Enología de Galicia (Evega) por la zona del Ribeiro en la que se registró ayer el episodio de granizo. El fin es realizar una primera evaluación provisional de los daños y también asesorar a los viticultores de las bodegas afectadas. Estos profesionales se encargarán de orientar a los productores perjudicados sobre los tratamientos que deben llevar a cabo en los viñedos con mayor celeridad y sobre las prácticas más aconsejables, con el objeto de minimizar las pérdidas.
Hace falta adoptar medidas preventivas con la aplicación de bioprotectores ecológicos sin plazo de seguridad o de bajo plazo
"Estamos estudiando cual va a ser la mejor forma de actuar y, en algunos casos, tratar de salvar la cosecha del año que viene", añade Inma Pazos. Esta última tormenta los cogió en el peor momento. A escasos 15 días de comenzar la vendimia de albariño y godello, los viticultores de esta bodega ya habían comenzado a deshojar las viñas de las uvas blancas para acelerar la maduración: "El granizo ha caído justo cuando dejamos los racimos más desprotegidos", explica la enóloga del Coto de Gomariz. En este sentido, la Evega advierte que hace falta adoptar medidas preventivas con la aplicación de bioprotectores ecológicos sin plazo de seguridad o de bajo plazo. Especialmente para prevenir y frenar, dentro de lo posible, la evolución de los daños en los racimos y sin que afecte a la higiene de la cosecha. Se trata de minimizar el incidente de dolencias en los racimos, la causa de este episodio adverso. Daños del granizo en uva blanca en una de las parcelas del Coto de Gomariz Junta y DEL Ribeiro remarcan la importancia de los seguros agrarios La Consellería de Medio Rural recuerda a los productores que pueden acogerse a la orden de ayudas que convocó el Gobierno gallego el pasado enero para fomentar los seguros agrarios. La Xunta insiste en la necesidad de asegurar los cultivos frente a incidentes de este tipo, recordando que los daños en explotaciones debido a fenómenos meteorológicos extraordinarios están cubiertos por las pólizas agrarias.
Los seguros agrarios están ahí y son extremadamente útiles. Es muy recomendable contratarlos y así se lo hacemos saber a los viticultores de la DO
En el Consello Regulador coinciden con la consellería que lidera José González Vázquez: "Los seguros agrarios están ahí y son extremadamente útiles. Es muy recomendable contratarlos y así se lo hacemos saber a los viticultores. Sin embargo, no debemos olvidar que, en cualquier caso, es una decisión personal de los profesionales y debemos respetarla", argumenta Juan Manuel Casares. La Xunta de Galicia recuerda a los viticultores que el plazo de contratación de las líneas de seguros está abierto hasta el 15 de noviembre -según la línea de la que se trate- y que la ayuda correspondiente se recibe en el momento de la contratación. La Xunta concede estas ayudas de forma directa a los agricultores y podrán ser beneficiarios los asegurados que sean titulares de explotaciones agrarias gallegas, siempre que suscriban pólizas de seguros de líneas agrícolas del Plan 2021 formalizadas este año.
Medio Rural quiere buscar fórmulas para asegurar todos los viñedos de la denominación de forma conjunta
Ante la magnitud de los daños, el conselleiro de Medio Rural, José González, avanzó que hay previstas varias reuniones con diferentes entidades aseguradoras y con los consejos reguladores para buscar mecanismos que permitan la posibilidad de tener asegurada la totalidad de la denominación de origen, “trabajando de forma colectiva y conjunta”. -- Información actualizada el viernes 3 de septiembre a las 8 horas.

Las viñas centenarias del Morrazo que resistieron la plaga de la filoxera

A finales del siglo XIX, el sur de Europa fue víctima de una de las plagas más agresivas de la historia: la filoxera. Este insecto parasitario emparentado con los pulgones llegó como invasor en las importaciones de esquejes de vides americanas, que se compraban para hacer frente a una plaga de oídio que estaba descontrolada, hasta aquel momento, en todo el continente. A pesar de que las intenciones eran controlar la plaga de oídio, los daños colaterales fueron inesperados. La filoxera acabó con gran parte de las vides autóctonas que no estaban adaptadas a este insecto y forzó a los viticultores europeos a injertar sus viñas en las variantes americanas. El avance de la plaga fue imparable en todo el continente excepto en algunos puntos muy singulares. Uno de ellos, las viñas dunares de la comarca del Morrazo (Pontevedra). En la aldea de Donón, en Cangas do Morrazo, aun hoy se pueden encontrar unas pocas viñas autóctonas con algo más de cien años que, sin estar injertadas en variantes americanas, resistieron las plagas de filoxera. Esa fortaleza no fue casual. El principal motivo de que estas viñas plantadas en el arenal de la playa de Barra resistieran fue su peculiar técnica de cultivo. Las raíces de todas las viñas recorren entre dos y tres metros de profundidad de arena blanca antes de encontrar la materia orgánica que les permite vivir. El ataque mayoritario de la filoxera se produce a través de las raíces de las viñas. Aunque el traspaso entre cultivos lejanos lo hace en su forma alada, es en el momento de la migración a la raíz cuando el ataque es devastador. Los insectos comienzan a picar en las raíces de las viñas para alimentarse de las substancias nutricionales y acaban por pudrir la planta entera. El hecho de que las raíces de las viñas de esta aldea de la comarca del Morrazo estén enterradas en más de dos metros de arena blanca, imposibilita la viabilidad de la filoxera. Esta peculiaridad es una excepción en los cultivos vitivinícolas de Europa y eso fue lo que hizo que el enólogo gallego César Alonso comenzara a investigar en él y consiguiera la cesión de un terreno de cultivo en la aldea de Donón. En el siguiente vídeo hablamos con él de las peculiaridades del cultivo.

El bioinsecticida Pirecris de Seipasa, ahora contra el mosquito verde y otros cicadélidos en vid

Seipasa, empresa española especializada en el desarrollo y formulación de bioinsecticidas, biofungicidas y bioestimulantes para la agricultura, ha obtenido la ampliación del registro fitosanitario del bioinsecticida Pirecris en España por parte del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

La nueva certificación se aplica al control de cicadélidos (mosquito verde, Scaphoideus titanus y otras especies de insectos) en viña y uva de mesa. Se añade al registro fitosanitario que el producto ya posee en España para el control de pulgón y mosca blanca en una amplia variedad de cultivos.

Para Javier Nácher, director técnico de Seipasa, esta nueva ampliación de etiqueta del bioinsecticida Pirecris consolida la apuesta de Seipasa con la agricultura del futuro: “Estamos muy contentos de haber recibido, tras muchos años de esfuerzo, la autorización definitiva que nos permite ofrecer a los productores españoles de vid una solución nueva y diferente, desarrollada durante años en los viñedos y parrales más exigentes de Europa. Desde España e Italia, pasando por Francia y Portugal, hemos sido capaces de demostrar su eficacia, rapidez y espectro de acción”.

Rápida acción y efecto de choque

El director técnico de Seipasa ha recordado que Pirecris ya había obtenido previamente la ampliación de etiqueta para el cultivo de vid en otros países europeos en los que ha demostrado ser una herramienta útil y contundente para el control de cicadélidos, tanto en agricultura ecológica como convencional, que facilita el establecimiento de programas de Gestión Integrada de Plagas. “Gracias a su rápida acción y efecto de choque Pirecris logra un control total sobre las poblaciones plaga evitando el daño sobre las vides o parras”, explica Nácher.

Pirecris es un bioinsecticida diseñado a partir de una exclusiva formulación gracias al perfecto equilibrio de las moléculas PI y PII que componen la sustancia activa, y que aportan la máxima eficacia insecticida tanto en campo abierto como en invernadero.

Las micromoléculas que componen su formulación condensan y generan una red estable y equilibrada en toda la disolución. Proporcionan un efecto insecticida que actúa bloqueando el sistema respiratorio sobre huevos y larvas, y procuran una cobertura perfecta sobre la hoja y el insecto.

Además de en España, Pirecris está registrado en Portugal, Francia, Italia, Grecia, Chipre, México y Marruecos, entre otros países.

Acerca de Seipasa

Seipasa es una empresa española pionera en la biotecnología aplicada a la agricultura. Diseña, registra y comercializa soluciones de origen botánico y microbiológico para la protección, la bioestimulación y la nutrición de los cultivos a nivel global.

La compañía nació en 1998 a partir de la visión empresarial de anticiparse al cambio y a la transformación que la industria agrícola vive hoy en día. 23 años después, Seipasa ha impulsado el modelo Natural Technology® a partir del cual desarrolla soluciones de alto valor tecnológico, alineadas con la sostenibilidad y que se aplican en las agriculturas más exigentes del planeta. Sus productos se exportan a 25 países en todo el mundo.