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Claves para entender los cambios en el etiquetado del vino

Actualmente, los reglamentos del vino exigen que el etiquetado incluya una información obligatoria, que se puede combinar entre etiquetado físico y digital. A través de la plataforma Vitivin, Sara Rius, directora de Rius&Rius Assessors, ofreció una charla para abordar los cambios del etiquetado de vinos y bebidas aromatizadas a base de vino. Rius recordó que los reglamentos vienen desde 2011, “cuando ya era obligatorio que todos los productos alimentarios incluyesen la lista de ingredientes y la declaración nutricional”. Sin embargo, hasta 2021 no se incluyeron las bebidas alcohólicas a esta regulación. La experta aclara que no habrá prórrogas, puesto que pasaron dos años de transitoriedad, y actualmente están pendientes de que la Comisión Europea aclare algunos “conceptos que están en el aire”. Datos que se deben incluir en el etiquetado físico. Imagen de la presentación en la plataforma Vitivin Hay menciones obligatorias que ya debían figurar en el mismo campo visual, como son: categoría/DOP/UPG, grado de alcohol, procedencia, embotellador y volumen nominal. En el caso de espumosos, en este espacio también debe aparecer el contenido de azúcar; y en el de gasificados la adición de híbrido carbónico. A esto, con el nuevo reglamento, se añade el valor energético, la declaración nutricional, alérgenos e ingredientes. Ante la posible duda de qué es un ingrediente, Rius recurre a la definición que se incluye en la Ley: “Cualquier substancia o producto, incluidos los aromas, aditivos alimentarios y las enzimas alimentarias y cualquier constituyente de un ingrediente compuesto, utilizado en la fabricación o la preparación de un alimento y que siga estando presente en el producto acabado. Los residuos no se consideran ingredientes”. Los que se deben incluir son: proteína, hidratos de carbono, grasas, fibra, sodio y todas las vitaminas y minerales. Se pueden indicar con una analítica; con factores de conversión a base azúcar, alcohol y otros parámetros (se emplean fórmulas) y con valores medios conocidos o efectivos de los ingredientes utilizados. Otra información que debe aparecer en el etiquetado es el tipo de uvas utilizadas, si se utiliza mosto de uva concentrado y los alérgenos (que tienen que figurar en la etiqueta física). “Los alérgenos deben aparecer de una manera llamativa, en negrita, con otra tipografía o en otro color, para que destaque”, recalca. Además, también se incluyen los aditivos, que aparecen clasificados por categorías (reguladores de acidez, estabilizadores…). “A veces, según el lote pueden variar, por lo que se da la opción de indicar “pueden contener” para así no variar en cada lote”. Por el contrario, los coadyuvantes tecnológicos no se tienen que declarar a menos que causen alergias o intolerancias, por ejemplo, la levadura y las bacterias son auxiliares tecnológicos y por tanto no es necesario declararlos. En cuanto al valor energético, en la etiqueta física se permiten tres opciones: Utilizando únicamente palabras y símbolos; palabras, símbolos e imágenes; por último, presentando por proporción o unidad de bebida.

Etiquetado digital

Hay dos opciones para el etiquetado. Por un lado, está que toda la información se incluya en la etiqueta física; por el otro, que en la etiqueta física se indiquen los alérgenos y el valor energético, además de un QR que lleve a una lista completa de ingredientes y la declaración nutricional. Datos que se deben incluir en el etiquetado digital . Imagen de la presentación en Vitivin En la opción del etiquetado digital, el código QR debe estar en el mismo campo visual que otras menciones obligatorias, contener la información en el idioma del país de comercialización y estar disponible durante toda la vida útil del producto. Además, está prohibido que la plataforma utilizada recopile o haga seguimiento de datos del consumidor, ni que se utilice para ofrecer información comercial o de la bodega. Se pueden utilizar tres enfoques: un código QR estático (no puede modificarse), dinámico con opción de redireccionamiento futuro y utilizar un dominio propio para los códigos QR, incluida la función de redirección dinámica.

Aprueban el nuevo sistema de autorizaciones para el viñedo, adaptado a las novedades de la PAC

El último Consejo de Ministros ha aprobado un real decreto que modifica la normativa nacional sobre el potencial de producción vitícola, para adaptarla a las novedades introducidas en el sistema de autorizaciones de viñedo por la nueva Política Agraria Común (PAC). Esta adaptación busca mantener el crecimiento ordenado del potencial vitícola de España. Recogemos a continuación algunos de los principales cambios que introduce la nueva normativa: • Cambios en el procedimiento de reparto de autorizaciones de nuevas plantaciones, entre otras cuestiones, con el ajuste del criterio de prioridad relativo a las pequeñas y medianas explotaciones. • Se tendrá en cuenta solo la superficie de viñedo de la explotación, en lugar de la superficie agraria total de la explotación. • Se priorizan las solicitudes de medianas explotaciones vitícolas, con el objeto de favorecer a los proyectos con mayor viabilidad y perdurabilidad en el tiempo, que garanticen una mejor salida de su producción en el mercado. • Se añade como excepción de la aplicación del sistema de autorizaciones de viñedo el establecimiento de colecciones de variedades de vid para la conservación de recursos genéticos. La comercialización de la producción de estas colecciones queda expresamente prohibida. • Se permitirá la transferencia de autorizaciones en el caso de la disolución de una explotación de titularidad compartida. • Queda prohibida la comercialización de la producción de una plantación de viñedo sin autorización hasta el momento de su arranque. Además, fruto del proceso de actualización y mejora normativa se han introducido nuevas disposiciones y se actualiza la lista de variedades de uva de vinificación autorizadas.

Aplicación de los cambios

Con este nuevo texto legislativo finaliza la modificación del sistema de autorizaciones de viñedo derivada de la reforma de la PAC, que extiende hasta el año 2045 el sistema de control del potencial productivo. Este real decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación, pero las modificaciones en el criterio de prioridad de pequeña y mediana explotación vitícola, se aplicarán de forma retroactiva a las solicitudes de autorizaciones de nuevas plantaciones que se presenten entre el 15 de enero y el 28 de febrero de 2023.

¿Cuándo comenzó a hacerse vino en Valdeorras?

El pasado vitivinícola de las tierras de Valdeorras nadie lo ponen en entredicho, sin embargo hasta el momento resultaba difícil concretar cuanto se remonta en el tiempo la tradición de hacer vino en esta comarca ourensana. “Los restos que teníamos catalogados daban cuenta de que se elaboraba vino desde la Edad Media, pero ahora podríamos tener pruebas que confirmen que ya los romanos hacían vino en los propios viñedos que cultivaban en Valdeorras”, declara el experto en arqueología y geología José Fernández, quien ratificó el descubrimiento de restos de dos antiguos lagares en el ayuntamiento de Larouco (Ourense).
“Podríamos tener pruebas que confirmen que ya los romanos hacían vino en los propios viñedos que cultivaban en Valdeorras”: José Fernández, experto en arqueología
Aunque por el momento sólo se ha llevado a cabo una primera evaluación por parte de técnicos de Patrimonio en días pasados, las características arcaicas de estos antiguos lagares hacen pensar al experto que puedan datar de los primeros siglos de nuestra era. Sin embargo, hasta que no se realice un estudio en detalle, Fernández, que ha participado en numerosas excavaciones arqueológicas, se mantiene cauto. La retirada de la capa superficial de tierra que lo cubría permite ver ya la forma del lagar. // Foto José Fernández.

Construcciones arcaicas y singulares

Se trata de dos lagares rupestres rectangulares realizados en la propia roca, lo que evidencia que se trata de una construcción arcaica. “En ellos pisaban la uva con los pies, no hay duda porque no hay marcas de postes para colocar cualquier otro aparejo, lo que nos asegura que se trata de piezas muy antiguas”, explica Fernández, que es además el presidente de la Sección de Arqueología del Instituto de Estudios Valdeorrenses. Las características de los lagares hacen pensar al experto que puedan ser anteriores a los encontrados en el municipio de Oímbra, considerados los más antiguos de la provincia.
La cerámica encontrada en los lagares y en las proximidades puede ser determinante para concretar la fecha del yacemiento
Además, en el depósito donde se decantaba el mosto, han aparecido restos de cerámica que podrían ser claves para datar el yacimiento y confirmar, que cómo se sospecha, sean anteriores a la Edad Media. En las cercanías de los lagares también han localizado restos de tégulas, antiguas tejas romanas, lo que podría vincularlos a la civilización romana. Incluso la ubicación de los lagares parece reforzar la teoría de que se trate de restos romanos, puesto que por la zona transcurre una antigua vía romana. La excavación de los restos en detalle sería determinante para poder concretar una fecha más aproximada de la construcción de los lagares. En los lagares y en las proximidades se han encontrado restos de cerámica y tégulas romanas. // Foto Mario Yáñez. El experto también destaca que los lagares están realizados en roca Gneis, una de las piedras más antiguas, lo que hace que sean aún más especiales. Así, aparte del interés que pueda suscitar el hallazgo en el mundo vitivinícola también podría ser apreciado en el campo de la geología.

Pasado y futuro vinculado al vino

Los restos de los lagares rupestres fueron encontrados por el viticultor Mario Yáñez cuando trabaja la parcela para disponer de nuevos viñedos. “Estábamos preparando la finca para disponer de bancales en los que plantar nuevas cepas de viña, cuando vi el reborde de una roca que me llamó la atención y ya paramos los trabajos con la pala”, explica el viticultor.
“¡No podía creerme que acabásemos de encontrar en la parcela dos lagares rupestres!”: Mario Yáñez, el viticultor que descubrió los restos
Expectante, Mario retiró manualmente la capa de tierra que cubría el primero de los lagares detectado. El hallazgo lo hizo revisar la zona, lo que le permitió detectar un segundo lagar a unos 30 metros de distancia. ¡No podía creerme que acabásemos de encontrar en la parcela dos lagares rupestres!”, detalla. El viticultor Mario Yáñez adquirió hace años la parcela y se disponía a hacer bancales para el viñedo cuando encontró los lagares. Descubrirlos resultó toda una buena nueva para el viticultor, puesto que lleva años interesado en estos restos del pasado vitivinícola. “Siempre me sorprendió que en la zona de Valdeorras no se hubieran localizado antiguos lagares como los que hay en ayuntamientos próximos como Monterrei u Oímbra”, valora. De hecho, el viticultor ya había localizado en la zona de Portomourisco una construcción que podría ser un antiguo lagar para la elaboración de vino y que durante mucho tiempo en la tradición popular se vinculaba a la extracción del aceite, pese a carecer de estructuras para el aprovechamiento de las olivas, tal y como explica el productor.
“Para mí, contar con un lagar rupestre en el viñedo, como hay en otras zonas de España y del mundo, me parecía una gran suerte”: Mario Yáñez
Por otra parte, para Mario el descubrimiento de los antiguos lagares supone una confirmación a sus sospechas sobre el potencial de la parcela. “Si ya en la antigüedad hacían vino aquí quiere decir que es buena tierra para el viñedo”, apunta. Además, el productor tenía claro desde un principio la importancia del hallazgo. “Muchos me decían que los rompiese o los tapase, que sólo me iban a suponer problemas para poder plantar, pero para mí, contar con un lagar rupestre en el viñedo, como hay en otras zonas de España y del mundo, me parecía una gran suerte”, apunta. Así fue que ya en un primer momento avisó directamente a Fernández, que además es oriundo de Larouco, para que hiciera una primera evaluación de los restos y puso a disposición del Ayuntamiento el yacimiento para intentar llevar a cabo su puesta en valor. Técnicos de Patrimonio y diferentes expertos han hecho ya las primeras evaluaciones de los lagares. // Foto de José Fernández. Desde Patrimonio le confirmaron ya que, mientras no se dañen los restos, podrá continuar con la plantación de las cepas. Los trabajos se retrasaron este año a causa de la crisis del coronavirus y espera poder plantarlas de cara el otoño. “Hasta el momento todo el viñedo que teníamos era de Godello, pero estamos mirando de incorporar variedades autóctonas como el Brancellao por la calidad de los vinos que producen y para diversificar”, concreta el viticultor.
Desde el lugar donde se descubrieron los lagares puede contemplarse una panorámica del valle de Larouco, con una importante producción de vino. // Foto Mario Yáñez.

Nuevo atractivo para lo enoturismo

El descubrimiento de estos lagares puede suponer un impulso para el enoturismo en la comarca, como indican desde el Consejo Regulador de Denominación de Origen Valdeorras, órgano que colaboró desde el principio en la gestión del hallazgo. “En el momento en que nos avisaron de que habían aparecido estos restos empezamos a movilizarnos para que administraciones como el Ayuntamiento o la Xunta, que cuenta con capacidad presupuestaria, puedan afrontar su excavación, estudio y puesta en valor”, detalla José Luis García Pando, presidente del Consejo Regulador.
“Los lagares son un nexo visible del patrimonio vitivinícola de la comarca de Valdeorras”: José Luis García, presidente del Consejo Regulador de la DO Valdeorras
Esperan que los lagares rupestres supongan un nuevo atractivo. “Son un nexo visible del patrimonio vitivinícola de la comarca de Valdeorras”, reivindica García Pando, quien valora también la destreza del viticultor para pensar ya en un primer momento que podía tratarse de restos arqueológicos. “Puede que tengamos más restos de lagares en la comarca, pero es necesario tener ciertas nociones sobre estas construcciones para poder identificarlos sin dañarlos, como ha sido el caso de los de Larouco”, apunta. Por su parte, el experto en arqueología, José Fernández, también valora que “los lagares son un descubrimiento importantísimo para la comarca y que puede servir para poner en valor el pueblo”. La situación de los lagares facilitaría que se conviertan en un punto de interés enoturístico puesto que, además de contar con buenos encendido, permite contemplar una panorámica de Larouco, que cuenta con una destacada producción vitícola.

¿Qué rutas seguía el vino del Ribeiro en el medievo?

En la época medieval, el vino del Ribeiro era conocido no solo en todo Galicia sino que ya traspasaba fronteras cara zonas del norte de la cornisa cantábrica, otros territorios como Inglaterra o incluso viajaba ya en expediciones como la de Colón a América, segundo recogen los documentos de la época. En este trasiego comercial del vino del Ribeiro, la Ruta de los Arrieros, es una de las huellas históricas que evidencia esta comercialización.

«No se puede hablar de una única ruta de los arrieros, sino que hay varios caminos en las márgenes del Avia», (José Luis Sobrado, historiador)

Sin embargo, como bien señalan expertos como el historiador José Luis Sobrado, «no se puede hablar de una única ruta de los arrieros, sino que hay varios caminos que eran empleados para el transporte del vino, principalmente hacia ciudades como Pontevedra o Santiago», señala.

Las rutas de los arrieros

Aunque en los últimos años se está reivindicando como Ruta de los Arrieros, la que transcurre por el margen izquierdo del río Avia, tal y como explica el historiador, existen otras alternativas en los márgenes de este río que dan buena cuenta del transporte de vino que se llevó a cabo en estas zonas. “Hay un patrimonio histórico muy rico y abundante que evidencia la importancia de la comercialización del vino por estas tierras, desde bodegas históricas, pazos, puentes o castillos”, indica el historiador.

Pese a que una parte importante de estas rutas de los arrieros, que confluían próximas al Avia, fueron sustituidas con el paso del tiempo por nuevas vías de comunicación y empleadas para la construcción de carreteras, el patrimonio próximo evidencia su existencia. “Se sabe que tenía que existir más de una ruta por el patrimonio que hay a ambos márgenes y por la escasez de puentes para cruzar el río, lo que evidencia, una vez más, que no había una única ruta”, concreta el historiador.

Rutas de los arrieros próximas al río Avia, en Ourense, donde se localizaban granjas, puentes o castillos.

También hay algunos tramos donde los antiguos caminos de los arrieros se conservan en muy buen estado. “Ahora mismo hay distintos ayuntamientos que están intentando recuperar estos antiguos trechos que, en algunos casos, están muy bien conservados”, indica el historiador.

Al margen de construcciones como los castillos, pazos o los puentes, la existencia de un importante número de granjas monásticas es, segundo explica el historiador, otra de las claves para reforzar la idea de que existan varios caminos de arrieros. Estas antiguas granjas pertenecieron a diversos monasterios que, aún sin ser del Ribeiro, se asentaron en estas zonas mediante estas estructuras que le permitían garantizar un suministro de vino procedente de los terrenos que tenían en propiedad.

Así, algunos de los monasterios más importantes de Santiago como San Martiño Pinario y San Paio o el cabildo de la catedral tenían granjas en el Ribeiro. También el monasterio de Sobrado dos Monxes (A Coruña) o el monasterio de San Xusto de Toxosoutos en Lousame (A Coruña) contaban con granjas en esta zona. Las granjas funcionaban como pequeñas sucursales del monasterio, con una administración similar, y gestionaban el territorio que tenían en esta zona.

El hallazgo de nueva documentación sobre el transporte del vino recoge el importante tráfico que registraban estas rutas

Normalmente un monje, acompañado por otro personal de la granja, se encargaba de gestionar los viñedos de los que disponían y con los que abastecían las necesidades de los monasterios. A excepción de alguna granja que también contaba con otros cultivos de cereales, los viñedos eran el principal aprovechamiento de estas granjas que también generaban un flujo de transporte de vino en la zona.

El hallazgo de nueva documentación sobre el transporte del vino, localizada recientemente y que están estudiando, recoge el importante tráfico que registraban estas rutas. “En estas rutas había una gran afluencia de arrieros y de animales que venían expresamente al Ribeiro a por vino llegados desde distintos puntos a lo largo de todo el año”, concreta el historiador.

De hecho, Sobrado también incide en que la existencia de muchas pequeñas villas y pueblos, así como de un rico patrimonio histórico en estas zonas por las que confluyen los caminos de los arrieros, se produjo gracias al vino.

Una red de rutas de comercio

Junto con las rutas que transcurren próximas al río Avia, en Galicia existían otros flujos comerciales del vino del Ribeiro hacia ciudades como Pontevedra o Santiago, que es ya un punto de peregrinaciones. “A Santiago llega una importante cantidad de vino del Ribeiro, ya no sólo por las necesidades de la ciudad sino por el consumo que tienen los peregrinos mientras están allí”, explica el historiador.

En Pontevedra se recaudaban más impuestos con el vino del Ribeiro que con la pesca

Son muchos los peregrinos que, además, quieren llevar de Santiago no sólo la bendición del peregrinaje sino también el vino del Ribeiro. “Se sabe que en los barcos que partían para Inglaterra en los que marchaban los peregrinos también se llevaban importantes cantidades de vino del Ribeiro”, indica Sobrado. Así, el puerto de Noia es otro punto destacado del comercio del vino en la Edad Media.

Pontevedra fue otro de los núcleos destacados para la comercialización del Ribeiro durante el medievo. Su puerto fue uno de los enclaves donde se embarcaba vino con destino a zonas como Asturias o el País Vasco. El vino del Ribeiro se convirtió en esa época en una importante fuente de ingresos para la ciudad. “En una villa pesquera y de marineros como era en el medievo Pontevedra, se recaudaban más impuestos con el vino que con el pescado”, explica el historiador José Luis Sobrado.

Flujos comerciales en la Edad Media desde las zonas de producción del vino.

Los riesgos del transporte del vino desde el Ribeiro

El transporte del vino hizo que estas rutas fueran muy concurridas y a la par peligrosas. “A saberse que había mercancías de valor es bien sabido que también había bandidos que intentaban aprovechar la oportunidad”, indica el historiador. Eran, además, frecuentadas por señores y caballeros que también se volvían objetivos para los asaltos.

La red viaria medieval resultaba peligrosa por la presencia de bandidos

Tal y como explicaba el historiador durante su participación en las jornadas organizadas por el Consejo Regulador del Ribeiro sobre “La huella histórica del vino en el Camino de Santiago”, los castillos y las torres servían también a modo de protección en estas rutas, lo que contribuía a garantizar que el vino llegara al destino.

Sobrado también incide en que esta red viaria medieval era de carácter público pero estaba ya sometida a impuestos.

La cosecha 2018 de la DO Ribeiro, calificada de “muy buena”

El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribeiro acaba de calificar la cosecha 2018 como “muy buena”, tras la reunión celebrada en su sede, situada en Ribadavia. Esta calificación, que se aplica a la cosecha 2018, actualmente en pleno proceso de comercialización, resulta de los análisis organolépticos realizados a lo largo del año por el Órgano de Control y Certificación del Consejo Regulador. En concreto, cada año el Órgano de Control analiza una media de 303 muestras y se comparan los resultados de las últimas 20 cosechas.
Cada año analizan más de 300 muestras y se comparan con los resultados de las últimas 20 cosechas
Según informan desde el Consejo Regulador, actualmente ya se analizaron y validaron más de 289 muestras de la cosecha 2018, que suponen más de 3.23 millones de litros válidos para su comercialización con Denominación de Origen Ribeiro. A partir del tratamiento estadístico de estos datos, obtienen una información representativa, que es la que permite calificar la cosecha de manera objetiva en función de su calidad organoléptica.

Tapias-Mariñán: una bodega que combina la mecanización tecnológica con el apego a la tierra

"Desde bien jóvenes, nuestro abuelo nos inculcó el sentimiento por la tierra, nos enseñó a comprenderla, a sentir su fruto, sus heladas, sus problemas y ventajas", recuerda Aníbal Blanco Núñez, gerente y uno de los propietarios -junto con su hermano- de la bodega Tapias Mariñán, asentada en el lugar de Pazos, en Verín. En esta bodega familiar, que ahora se encuentra en pleno proceso de expansión, la mecanización tecnológica y el apego a la tierra caminan de la mano. Tal es así que es una de las pocas que cuenta con vendimiadora propia y a la vez, fue de las primeras en la zona en comenzar a dejar de labrar la tierra, procurando así una mayor protección tanto para los suelos como para las cepas.
"Desde el principio, nosotros creíamos mucho en la calidad de las uvas de Monterrei, y eran ya los vinos que comercializábamos"
Procedentes de Laza, pero emigrados buena parte de su vida en Barcelona y dedicados a la distribución de bebidas y alimentación, en 1992 decidieron adquirir sus primeros viñedos: una finca de 4 hectáreas que replantaron con viña nueva de Godello. "Desde el principio, nosotros creíamos mucho en la calidad de las uvas de Monterrei y ya eran los vinos que comercializábamos", apunta Aníbal. En aquellos inicios, las dificultades para encontrarle comprador a las uvas de esta plantación los llevaron a construir su propia bodega, que comenzó con una producción centrada sólo en sus viñedos. "Pero la demanda que tuvimos de nuestros vinos nos llevó a comenzar a comprar uva a otros viticultores de la zona", comenta. Los viñedos propios se sitúan en las cercanías de la bodega. Y ahora son las dificultades para seguir encontrando uva las que motivaron que la bodega se encuentre en plena fase de expansión para incrementar sus plantaciones propias. "El abandono del rural y la falta de relevo generacional en la zona, al igual que ocurre en buena parte de Galicia, nos obligaron a tener más viñedo propio para garantizar una estabilidad y calidad", indica Aníbal.

Producción centrada en el Godello

En la actualidad, la bodega cuenta con una producción propia de 700.000 kilos y las perspectivas son de que estas nuevas plantaciones les permitan que el 80% de sus vinos sean de producción propia. En unos 4 o 5 años buscan llegar a 1,5 millones de kilos, pasando de las 80 hectáreas de viñedo con las que cuentan ahora a las 120 hectáreas. Este año incorporan ya 8 hectáreas, la próxima temporada esperan sumar 10 más y en el 2020 estiman que añadirán otras 15 hectáreas, continuando el crecimiento en los siguientes años.
En 5 años quieren que el 80% de su producción sea de viñedos propios y contar con 1,5 millones de kilos de uvas
La mayor parte de los nuevos viñedos son de Godello, que es también ya la variedad predominante en la bodega y que supone el 60% de una producción donde son mayoritarios los vinos blancos (70%) frente a los tintos (30%). "En los próximos años el Godello va a ser lo que predomine en la bodega, mientras el mercado no cambie y demande otras variedades", indica el productor. Treixadura, Loureira y Albariño, en blancos; y Mencía, Arauxa y Sousón, en tintos, son las variedades que complementan las plantaciones, que se extienden en un radio de 7 km en las cercanías de la bodega.
Bodega Tapias Mariñán.

Vendimar en el momento óptimo

La cercanía de los viñedos a la bodega es una de las ventajas con las que cuenta esta bodega, puesto que les facilita, sobre todo, la vendimia. Además, es unas de las pocas en Galicia que cuenta con vendimiadora propia, con la que consiguen vendimiar "cada variedad en su momento óptimo y cada zona en el día que mejor están", apunta el viticultor. Según explican, la principal ventaja que les ofrece este sistema es la rapidez, con la que evitar también pérdidas en la calidad. "En media hora la uva pasa de la cepa al equipo de frío", detalla Aníbal.
"Con la vendimiadora conseguimos que en media hora la uva pase de la cepa al equipo de frío"
Se decidieron a comprarla para poder disponer de ella en el momento justo que la precisaban. "Económicamente no es rentable porque es una gran inversión que tienes parada muchos días al año, pero aquí no estamos en la Rioja o en otras zonas de producción vinícola y alquilar este tipo de máquinas es complicado. Siempre estás sujeto a disponibilidad y a no poder vendimiar en el momento más idóneo", indica. Incorporar esta maquina también les implicó algunos cambios en sus plantaciones, puesto que el viñedo debe estar en espalderas, disponer de un radio de giro más amplio que el del tractor y eliminar el viñedo que estaba plantado a menos de 70 cm de los lindes de la finca. Pese a emplear esta maquinaria, en la vendimia la bodega sigue contratando puntualmente a más de una veintena de trabajadores que se encargan de recoger la uva de las fincas donde las vides están en tramos muy cortos, de menos de 100 metros. "En estos tramos pierde mucho tiempo en voltear y no es rentable, por lo que seguimos haciéndola a mano", explica.
"La máquina no redujo puestos de trabajo, sino que nos ayudó a crear empleo durante todo el año"
Desde que hace 4 años la bodega haya optado por incorporar esta máquina, su plantel se incrementó en un 30% y ahora cuenta con 14 empleados fijos entre el personal de la bodega y del campo. "Contar con la máquina no redujo puestos de trabajo, porque ir a trabajar 15 días al año no es un puesto real. A decir verdad, nos ayudó a crear más empleo fijo, porque para que la máquina sea rentable hay que tener mayor producción y eso implica más personal todo el año", matiza Aníbal. Llevan cuatro años empleando la vendimadora. Además de en la vendimia, en la bodega también apuestan por buscar otras innovaciones, optando incluso por diseños personalizados. Disponen de técnicas de control de temperatura, equipos de filtración, tolvas vibrantes e incluso algunos sistemas diseñados por ellos mismos para adaptarse a las necesidades que se les presentan. "Somos una bodega tecnológicamente puntera. Trabajamos hacia una viticultura tradicional pero con técnicas modernas", reivindica.

De los primeros en dejar de labrar la tierra

A veces, sus métodos rompieron con los procedimientos más asentados, como fue la decisión de comenzar a dejar de labrar la tierra. "Hace años, en los viñedos no podía haber una hierba, todo era cavar. Para nosotros esos procedimientos eran contraproducentes y la causa de que muchas cepas secasen porque se cortaban las raíces que le llamamos pacederas, las que están más superficiales", detalla.
En vez de trabajar la tierra, cortan y pican la hierba para que sirva de aislante y ayude a retener la humedad
Para evitar esos daños a sus viñedos decidieron dejar de labrar la tierra y tampoco entierran el abono. De este modo, buscan que el abono se vaya filtrando al suelo y llegue a la planta más fácilmente. La hierba crece en sus viñedos hasta el mes de junio, cuando comienzan a cortarla y picarla para que sirva de cobertura para las cepas. "En esta zona son muchos los días que se llega a los 40º y con esto conseguimos proteger la tierra de la insolación y que la tierra conserve mucho mejor el agua, es lo mismo que si la cubriéramos con paja, es un muy buen aislante", explica. En los primeros tiempos recibieron muchas críticas por dejar que creciera la hierba en los viñedos. Hace 6 años que comenzaron a trabajar de este modo, pese a que al principio recibieron muchas críticas y comentarios. "Nos decían que dejábamos las viñas abandonadas y nos iban a secar todas, pero ahora se está implantando en la comarca porque es el método más rentable económicamente a la par de ser respetuoso con la naturaleza", apunta.

La Finca de las Tapias, vinos con historia

La bodega produce en la actualidad alrededor de un millón de botellas al año. De cara a las próximas campañas, según vayan incorporando los nuevos viñedos, esperan producir 3 millones de botellas, la capacidad máxima de la bodega. Definen sus vinos como "muy afrutados y de mucha intensidad aromática".
El Tapias 10 es su vino más singular, un mencía del que se producen entre 10.000 y 15.000 botellas en añadas especiales
En su producción destacan los vinos de la Quinta de las Tapias, una finca emblemática y con historia, puesto que en el año 1884 era ya un vivero de patrón americano, que en aquel momento tenían un elevado valor económico. Pero un año después, los conejos y los corzos comían las cepas y no dejaban que los injertos creciesen, por eso los dueños decidieron levantar un muro, lo que hizo que todo el mundo comenzara a conocer el lugar como la Finca de las Tapias. Hoy, aún se conserva parte de ese muro tras una ampliación de la parcela, que ahora abarca 20 ha. "Son unas cepas muy especiales, lo que se nota ya con el aroma que dejan cuando comienzas a vendimiarlas", comenta Aníbal. Vinos que elaboran en la bodega. De esta finca procede también uno de los vinos más destacados de la bodega, el Tapias 10, un mencía del que se producen entre 10.000 y 15.000 botellas en cosechas especiales. La última es la del 2016. "Consideramos que tiene que tener unas condiciones muy especiales. Si su evolución en barrica o en botella no es la idónea, ya no salen al mercado", detalla. La mayor parte de sus vinos se comercializan en el mercado estatal y envían cerca del 20% de su producción a mercados europeos, aunque también tienen algunas exportaciones a China o Estados Unidos.
"El campo actualmente es rentable, es viable económicamente trabajarlo y es una profesión muy digna"

Vivir del viñedo

Inmersos en un proceso de crecimiento, con ampliación del viñedo y de la producción, desde la Adega Tapias de Mariñán reivindican poder vivir del campo, donde la pasión por lo que hacen compensa el tiempo y esfuerzo que implica. "El campo actualmente es rentable, es viable económicamente trabajarlo y es una profesión muy digna", reivindica Aníbal, que ve en la burocracia administrativa y en el sistema actual de subvenciones unas de la peores trabas para el futuro del campo. "Las ayudas por daños, cuando un ganadero tiene que sacrificar sus vacas o cuando hay daños por heladas en los viñedos, son necesarias, pero no las subvenciones para crecer. Se supone que si puedes crecer también puedes invertir en maquinaria o en las mejoras que precises", apunta el productor.

Valtea, la pasión por el albariño al estilo borgoñón

Valtea mira y mima la tierra y la cepa como señal de identidad de sus vinos. Esta bodega familiar, situada en Crecente, en los valles del Miño y bajo la Denominación de Origen Rías Baixas, decidió apostar por un albariño diferenciado por la calidad y opta por esmerarse en el cuidado de las cepas y de las uvas en todo el proceso. Es por eso que, frente a otros procedimientos más industriales y 'cómodos', llevan años apostando por la vendimia por parcelas, para obtener las uvas en el momento óptimo y no condicionar los caldos por las peculiaridades que cada una pueda presentar en la temporada.
"Nosotros trabajamos al estilo borgoñón, vendimiamos por parcela, aunque es un trabajo más laborioso"
"Nosotros trabajamos al estilo borgoñón, vendimiamos por parcela aunque es un trabajo más laborioso, pero eso nos permite después en la bodega hacer la selección pertinente que estimen nuestros técnicos", explica Lázaro Moreno, gerente de la bodega. En vez de emplear una prensa de mayor tamaño que agilizaría la vendimia, optaron por un conjunto de cuatro prensas de menor tamaño que les permiten tratar de manera diferente cada parcela, vendimiando de forma independiente. Antes de entrar en la prensa, las uvas ya pasaron una selección manual y minuciosa previa, tanto en la recogida como en la bodega, que según comenta Moreno, es clave también en la identidad de sus caldos.

Vinos apegados a la tierra

'El vino se hace en la tierra, el vino se hace en la cepa'. Estas metáforas resumen la identidad de la bodega, como ellos mismos reivindican. "La calidad de nuestros vinos no es producto del azar ni de la magia, depende de las uvas, y las uvas de la cepa y la cepa de la tierra. Con uvas malas se pueden hacer vinos correctos, pero no vinos que digan algo, que respondan a las características de la tierra", puntualiza Moreno, que reconoce que ese cuidado por la tierra se debe a la cultura vinícola de los ancestros y a una deuda muy grande con Francia.
"La selección de la tierra donde esté el viñedo es fundamental para elaborar vinos de calidad"
"La selección de la tierra donde esté el viñedo es fundamental para elaborar vinos de calidad", concluye el gerente de la bodega. Por eso, los esfuerzos desde el comienzo, en el 1996, se focalizaron en encontrar un viñedo idóneo. Una finca en la zona de O Condado, con un terreno irregular de ligera pendiente formado por auténticos balcones en los márgenes del río Miño, con orientación norte-sur y con cepas muy viejas y una baja producción, fue su apuesta. "Era una finca con tierras pobres orgánicamente pero ricas mineralmente, debido en gran parte a los arrastres", recuerda Moreno. Durante los cuatro primeros años se centraron en acondicionar la finca y eliminar el manto vegetal con el que lograron una gran calidad sanitaria. En el 2000 comenzaron a trabajar los viñedos y en el 2001 lograron la primera cosecha.

Vinos con permanencia en la bodega y espumosos

El primer caldo que elaboran es el Valtea, un monovarietal de albariño fruto de una vendimia con uvas en perfecto estado de maduración. "Hay que trabajar el campo durante el año cepa a cepa, cuidando la evolución de cada una y hacer una recogida manual y selectiva", concreta Moreno. Es un vino que cuenta con un amplio abanico de reconocimientos nacionales o internacionales, como las medallas de oro logradas en el Concurso mundial de Bruselas en el 2008 o las de plata en el International Wine Competition Bacchus en el 2008, 2009 y 2010. Ya en el 2008 comenzaron a diferenciar las cepas mas viejas para elaborar el vino Finca Garabato, donde todas las labores de cultivo y recogida se realizan a mano, incluso el aclareo. Este vino permanece un año en depósito y seis meses en botella antes de salir al mercado. Es un vino de tercer año que disfruta también de un amplio reconocimiento. Cinco años más tarde, en el 2013, dos nuevos proyectos diferenciadores echan a andar en la bodega. Por una parte, realizan un caldo elaborado con las uvas de la parcela más diferenciada de esa cosecha. Así, este vino no se corresponde siempre con las mismas cepas y cada año muestra resultados diferentes. Junto con esta variedad, comienzan a elaborar un espumoso (del que cuentan en la actualidad con tres variedades), así como un vino envejecido en sus propias lías, de entre 12 y 13 grados. En la bodega, elaboran también un vino de cosecha limitada a partir de un coupage de albariño, treixadura y loureira, que también procede de cepas seleccionadas y vendimiadas manualmente. La oferta se completa con destilados procedentes de prensadas que "nunca se apuran hasta el final del ciclo", continuando así en la apuesta por la calidad.

Mercados

Valtea cuenta con una producción anual de 300.000 litros, unas 400.000 botellas, de la que el 30% procede de viñedo propio y el resto de viticultores a los que asesoran y con los que llevan muchos años trabajando. La bodega tiene su mercado diferenciado en cuatro grandes áreas. Por una parte se concentra en la restauración de Galicia, occidente asturiano y de Castilla y León, que abastecen desde la propia bodega. La restauración a nivel nacional es su segundo mercado, que realizan ya mediante distribuidores y el tercer mercado se centra en la alimentación. "En el mercado de exportación creo que estamos recuperando e incluso situándonos por encima de los mejores momentos, tras la crisis que se había sufrido", reflexiona el gerente. Sus mercados internacionales son Europa Occidental, además de América, donde ya están implantados en buena parte de la Costa Este y algunos estados de la Costa Oeste, así como en México, en Australia o Japón. En la actualidad, las exportaciones suponen el 18% de su producción aunque aspiran a destinar el 25%.

Proyectos de futuro

En la actualidad, Valtea trabaja en productos derivados del vino, del espumoso o de la uva, como producciones menores que sirvan de apoyo a la comercialización, como son las mermeladas y gelatinas de uvas. "Pero el objetivo principal que tenemos es seguir trabajando e investigando en nuestros vinos, y sobre todo en los espumosos".

Galicia Calidade, un sello que transmite dentro y fuera de la bodega

En el 2008, Valtea recibió el distintivo Galicia Calidade, convirtiéndose en la segunda bodega de Rías Baixas que se adhiere a este distintivo. "Que un organismo oficial que tiene el amparo de la administración reconozca el proceso productivo y la calidad de los productos es un elemento motivador interno y ayuda a que se reconozca la calidad de los vinos que estamos haciendo", reflexiona Moreno. Sin embargo, el gerente de la bodega reconoce que más allá de los beneficios de cara al mercado que este distintivo le trajo a la bodega, "seguir los procesos rigurosos que marca el sello Galicia Calidade provoca que te acostumbres internamente a trabajar bajo unos criterios que no teniendo ese sello es más difícil mantener en el tiempo". Además, el responsable de la bodega, apunta que estos preceptos fueron interiorizados también por los viticultores con los que llevan años trabajando. "Mantenemos un concepto abierto de la bodega, donde cada uno puede venir y resolver las dudas que le surjan. Hay una permanente línea de comunicación y una vigilancia constante del trabajo de campo que realizan y al final, ellos trabajan también en esa calidad, superior al promedio", concluye Lázaro Moreno.

En Galicia se recogerá un 20,85 % más de uva y de calidad “excelente”

La vendimia de este 2015 en las cinco denominaciones de origen de Galicia (Monterrei, Rías Baixas, Ribeira Sacra, Ribeiro y Valdeorras) puede calificarse como excelente, de acuerdo con las previsiones hechas por los propios consejos reguladores, tanto desde el punto de vista de la cantidad como de la calidad. Así se desprende de un informe elaborado por la Consellería de Medio Rural y del Mar, en el que se constata un incremento del 20,85% en la cantidad total de uva recogida con respeto a la vendimia de 2014. De este modo, para este año la previsión de la cosecha es de 63 millones de kilos de uva, frente a los 49,8 millones de la campaña de 2014. Rías Baixas, la DO en la que aumenta más cosecha de uva Por denominaciones de origen, el mayor incremento previsto con relación al año pasado se registra en la de Rías Baixas, con un 27,82%. Le siguen la DO Monterrei, con un 19,4% de aumento. Muy cerca de esta cifra está el Ribeiro (incremento del 19,3%). La positiva evolución registrada en relación con la última temporada viene a confirmar la tendencia de los últimos diez años. En la siguiente tabla figuran los datos totales de kilos recogidos en la última década, evolución que también se puede apreciar en la gráfica: Este año la mayoría de comarcas comenzaron la vendimar en la última semana de agosto, adelantándose así una semana respeto a anteriores campañas. En Ribeiro, Rías Baixas y Ribeira Sacra estiman finalizar la vendimia en la primera semana de octubre, mientras que en Monterrei y Valdeorras esperan haber acabado a mediados o finales de septiembre. Las temperaturas fueron en general superiores a otras campañas, provocando el adelanto en la maduración y las importantes oscilaciones térmicas entre el día y la noche favorecieron la síntesis de compuestos aromáticos, aportando complejidad e intensidad, al tiempo que se conserva el frescor. La falta de precipitaciones durante el ciclo de la vid favoreció un excelente estado fitosanitario de la uva, con lo que disminuyó la cantidad de tratamientos necesarios. El estrés hídrico de las plantas permitió además la obtención de uvas de pequeño tamaño aumentando la relación piel/pulpa y, por tanto, la concentración de aromas.