El uso permitido del plato invertido evita a las explotaciones tener que adaptar las cisternas existentes o comprar una nuevaEl departamento que dirige José González asegura que ya ha comunicado a las organizaciones agrarias, en conversaciones mantenidas esta misma semana, que ejercerá la facultad recogida en el artículo 10.4 del Real Decreto, que permite el empleo de métodos de aplicación de purines alternativos a los recogidos en el anexo V siempre que cuenten con el aval técnico y medioambiental. En este sentido, la Xunta aclara que, contando con los informes técnicos favorables del CIAM, su intención es la de regular la aplicación de los purines con plato invertido en Galicia. En el caso de fincas de menos de 2 hectáreas de superficie o con pendientes medias superiores al 10%, el propio Ministerio aclara que el Real Decreto estatal permite seguir empleando el sistema habitual de plato o abanico.
La Consellería siente celos porque el Ministerio anunció su marcha atrás en una carta la UPARecuerdan además que pidieron, a través de las alegaciones presentadas, que fueron acordadas con las organizaciones agrarias, que la legislación estatal "tuviera en cuenta los condicionantes del campo gallego", entre otros, factores como la orografía, edafología, clima, minifundismo o tamaño de las explotaciones y su dispersión.
Hay que contemplar la idiosincrasia de cada territorio y este texto legal no tenía en cuenta las peculiaridades de Galicia"Creemos, y así lo defendimos en su momento con informes del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo, que nuestra tierra tiene mucha más capacidad de asunción de purines que otras zonas, por las condiciones edafoclimáticas y de cultivos que tenemos aquí", concluye la Consellería.
El Real Decreto de Nutrición Sostenible de Suelos Agrícolas forma parte del cuerpo normativo de la nueva PAC y puede acarrear penalizaciones en las ayudasCon un enfoque restrictivo que carga las tintas sobre la granjas de vacas con tierras, desde el sector en Galicia se apuesta por otro tipo de medidas, más “realistas y viables” para reducir la contaminación y las posibles emisiones, como el redimensionamiento y cubrición de las fosas o la elección de momentos más adecuados de aplicación, más que por la exigencia del tipo de cisterna a emplear. Problemas para cobrar la PAC el año que viene A la obligación de echar el purín con tubos colgantes o inyectores se añaden otros deberes: disponer de Planes de Abonado, hacer analíticas de tierras y del purín, contar con un asesor en fertilización o emplear una herramienta de cálculo de nutrientes reconocida a nivel oficial. Para las granjas que trabajan más de 30 hectáreas de tierras de cultivo o solicitan en la PAC el ecorregimen de rotación con especies mejorantes se suma otra obligación: tras cada cisterna, hacer también en el plazo de un mes las anotaciones de las aplicaciones realizadas en las distintas parcelas en el Cuaderno Digital de la explotación.
El trabajo burocrático y administrativo de las granjas aumenta mucho con la aplicación de las nuevas normativasPara las explotaciones de mayor tamaño las nuevas exigencias normativas van a suponer un incremento de costes “y de tiempo dedicado a cubrir papeles”, pero para las granjas más pequeñas puede ser su sentencia definitiva, advierte el presidente de Agromuralla, José Luis Pérez Barreiro. Alerta además de las posibles consecuencias del incumplimiento normativo: “si se ponen serios puede suponer la pérdida de las ayudas de la PAC porque no estarías cumpliendo con la condicionalidad”, explica, por lo que “hay que tener en cuenta que esto puede ir al bolsillo”, dice.
Muchas explotaciones trabajamos fincas que no podemos declarar en la PAC y eso va a ser un problema a la hora de abonar o aplicar productos fitosanitarios (José Luis Pérez, Agromuralla)Hay aspectos de la normativa que no está aún definidos, como las cantidades máximas de abonos orgánicos e inorgánicos que se podrán echar por hectárea, pero el presidente de Agromuralla pone sobre la mesa una realidad frecuente en Galicia: “El problema es la gente que solicita la PAC y no trabaja las fincas, porque esas tierras no pueden ser declaradas por la explotación que las lleva ni son tenidas en cuenta a la hora de calcular los abonos o fitosanitarios aplicados. Sería necesario adaptar las solicitudes de la PAC a la realidad, pero el peaje del 30% en la transmisión de los derechos no ayuda, porque no incentiva el traspaso”, asegura.
Si no nos dejan sacar el purín con las cisternas que tenemos y desbordan las fosas el problema de contaminación sería mucho mayorDesde Agromuralla aseguran que el sector no está preparado para cumplir una normativa que consideran “inviable” y advierten de que “el purín tiene que seguir sacándose de las fosas para evitar que desborden, y más con lo que ha llovido este año en noviembre”. “Si nos impiden usar las cisternas que tenemos y no hay en este momento maquinaria suficiente con la que sacar todo el purín que se produce en las explotaciones el problema puede ser mucho peor, eso sí que podría convertirse en un problema ambiental importante. Sería peor el remedio que la enfermedad”, asegura Pérez Barreiro. ¿Cuánto purín se genera en Galicia?
Según los cálculos de la Xunta, una vaca lechera estabulada produce 26 metros cúbicos de purín al añoÓscar Pose, responsable del sector lechero de la organización Unións Agrarias, pide a la Xunta que corrija sus cálculos, recogidos en las Instrucciones Técnicas para la realización del Plan de Gestión de Deyecciones Ganaderas y Fertilización. “Los cálculos de aporte de nutrientes están mal hechos, la cantidad que se indica es mayor de la real, tanto lo que produce cada animal como la composición del purín y eso deriva en lo que se puede aportar a la tierra. Otras comunidades, como Cataluña, ya lo han corregido. Las granjas de porcino son las más afectadas por eso”, asegura.
Había soluciones técnicas más fáciles, como permitir el plato invertido (Óscar Pose, Unións Agrarias)En cuanto a la aplicación de la norma a partir del próximo 1 de enero, Óscar Pose afirma que “es un canto a Cartagena”. “Hay que hacer cosas, pero no es viable económicamente para las explotaciones adquirir ese tipo de máquinas, que han triplicado su precio nos últimos dos años”, explica. “Es una reglamentación hecha desde los despachos y que no ve la realidad del sector. Por eso no sirve que se aplace su cumplimiento; es necesario que se revise totalmente la norma porque no tiene ningún sentido. Hay que ver en primer lugar quién contamina, porque las explotaciones de vacuno que tienen tierras no son las responsables de la contaminación”, asegura.
No sirve que se aplace el cumplimiento de la norma, hay que revisarla por completo para ajustarla a la realidadDesde UUAA proponen otro tipo de medidas, como por ejemplo cubrir las fosas que no están cubiertas, aplicar en las fosas productos que reducen las emisiones de amoniaco, fijar un calendario de aplicación del purín en función de las temperaturas ambientales y autorizar la alternativa del plato invertido como sistema para echar el purín en las tierras y praderas. “Hay que ponerle cabeza y plantear soluciones viables y realistas”, resume. Oposición unánime a las plantas de tratamiento Los productores de vacuno se oponen a la intención de la Xunta de crear una red de plantas de tratamiento de purines en Galicia, donde los ganaderos tendrían que pagar por enviar su purín a tratar y donde sería empleado como materia prima para generar electricidad y biogás. “Nos parecen un despropósito las plantas de tratamiento de purines. Hasta ahora la experiencia de estas plantas es que funcionan solo si hay una inyección de fondos públicos muy elevada para cubrir los gastos de funcionamiento, pero cuando desaparecen esos fuertes incentivos al Kilowatio cierran. Pasó en Cataluña. Y aquí parece que vamos en el camino de repetir ese mismo error”, dice Isabel Vilalba, secretaria general del SLG. “Esa es la consecuencia de apostar por un modelo equivocado. Si nosotros tuviésemos un modelo donde se priorizara lo extensivo y dotar de base territorial a las granjas, ya habría una merma de las emisiones”, añade.
Galicia produce anualmente unos 8,5 millones de metros cúbicos de purín (57% procedente de ganado vacuno, 35% de porcino y 9% de avicultura)“La materia orgánica es un fertilizante esencial que tienen las granjas cuando se tiene un número de animales adecuado a la superficie. Otra cosa son las granjas que no tienen tierra, que es donde está el problema. En ese caso deja de ser un recurso importantísimo en un equilibrio con el suelo para convertirse en un residuo del que hay que hacer una gestión adecuada. El problema del Real Decreto es que no distingue entre esos dos modelos”, asegura Isabel. El presidente de Agromuralla también defiende que “el purín hay que gestionarlo bien, pero no sobra”. “No hay exceso de nitrógeno en Galicia, solo hay que ver la cantidad de fertilizantes químicos que se compran cada año”, razona José Luis, que propone, en vez de plantas de tratamiento, mejoras en las instalaciones de almacenaje, como ampliar y cubrir las fosas de las explotaciones, y acuerdos entre granjas de pollos y cerdos que no disponen de superficie y ganaderías de vacuno, tanto de leche como de carne, que tengan capacidad para asumir ese purín en sus tierras.
Si sobra el purín, también sobran los lodos de depuradora; son debates que hay que abrir (José Luis Pérez)"Los ganaderos no nos negamos a cuidar el medio ambiente; al contrario, ya lo hacemos, porque somos los verdaderos gestores del territorio. Pero hay una doble vara de medir, porque a las ciudades no se les está pidiendo la trazabilidad de sus residuos que se nos pide a los ganaderos. Nosotros no tenemos donde echar nuestro purín pero quieren que echemos los lodos de las depuradoras de las ciudades”, se queja el presidente de Agromuralla. Un problema generado por la propia Administración “El problema viene dado por la mala gestión de la Administración a la hora de organizar las granjas. Las explotaciones intensivas sin tierra de pollos y cerdos de zonas como A Limia o Rodeiro son un poco el problema. No les estoy echando la culpa a ellos, pero por unos vamos a pagar todos. Se dieron licencias y autorizaciones donde no se deberían haber dado. El del purín es un problema generado por la Administración que nos traslada ahora a los ganaderos”, se queja José Luis.
No está aún definido cuánto abono se va a poder echar por hectáreaUUAA considera una clara discriminación el hecho de que al vacuno de leche, responsable según los datos oficiales del 8% de las emisiones de amoniaco, se le obligue a una reducción del 40% de sus emisiones; mientras las granjas de porcino, que suponen el 20% de las emisiones totales de amoniaco, únicamente tienen que reducir un 8%. “En Galicia no tenemos un problema general de contaminación y donde lo hay no se debe al vacuno, sino a la contaminación por acumulación de otras especies. Así que con esto no se va a solucionar el problema en esas zonas porque no está causado por las vacas”, afirma Óscar Pose.
Los despachos están cada vez más distantes del campo (Isabel Vilalba, SLG)“Están poniendo unas condiciones que no son cumplibles. Es una evidencia más de una Administración más burocratizada y más distanciada de la realidad de las propias granjas. Los despachos están cada vez más distantes del campo”, asegura Isabel Vilalba. Inversiones en maquinaria La entrada en vigor de la prohibición de las cisternas de plato y abanico va a obligar a muchas explotaciones a adaptar su maquinaria o la externalizar los trabajos. Pero el problema es que la capacidad con la que cuentan las empresas de servicios y las cooperativas para acoger esa sobrecarga de trabajo con los parques de maquinaria actuales es insuficiente, sobre todo teniendo en cuenta que las épocas de echar el purín coinciden con momentos de cosecha y siembra, donde las empresas de servicio y las cooperativas tienen picos de trabajo importantes.
Las cooperativas no tienen aún una previsión de cuál va a ser la demanda real de los socios“Desde las cooperativas se ha hecho un esfuerzo para poder ofrecerles a los socios ese servicio, pero no se sabe aún cuál va a ser la demanda real. En todo caso, los medios que en este momento hay para abordar la normativa en toda su dimensión desde el día 1 de enero son claramente insuficientes”, reconoce Higinio Mougán, gerente de la Asociación Gallega de Cooperativas Agrarias (Agaca), que aboga por una “aplicación paulatina de la norma”. “Entendemos que tiene que haber cierta flexibilidad y producirse una larga implantación de la normativa; no puede ser de un día para otro”, reclama, puesto que “el sector no está aún suficientemente preparado”, dice. “No se ha explicado en detalle la norma a todos los ganaderos y los propios encargados de cumplirla no saben cómo les afecta y hasta dónde les afecta”, asegura.
No hay suficientes aparatos en el mercado y a precio razonable para que se pueda hacer una implantación inmediata“Hay que ir poniéndole sentido a todo esto y va a llevar su tiempo. No hay suficientes aparatos en el mercado en este momento a precio razonable para que se pueda hacer una implantación inmediata. Pero además se añaden otros problemas que complican la situación, ya que muchas veces no hay tractores con suficiente potencia, esa maquinaria no entra en las fincas porque son muy pequeñas, tenemos caminos estrechos y complicaciones en los accesos a los pozos de purín en explotaciones antiguas. Esto es como exigir la digitalización sin tener ni siquiera cobertura de telefonía y mucho menos banda ancha”, compara Higinio. Sentencia definitiva para las pequeñas granjas Las granjas más grandes llevan años adaptándose a los nuevos deberes en materia de gestión de purines, metiendo en los planes de mejora el aumento de la capacidad de almacenamiento y la cubrición de las fosas, algo ya exigido en el caso de llevar a cabo ampliación del número de cabezas, y muchas cuentan con cisternas de mayor tamaño para echar el purín que sería viable adaptar para colocarles un sistema de tubos colgantes.
Son inversiones inasumibles que no se adaptan a la pequeña propiedad que hay en GaliciaPor eso, el problema se plantea sobre todo en las pequeñas granjas, con tractores de menor potencia y cisternas más pequeñas y antiguas, inservibles para los aplicadores. “Estamos en contra de que se exijan esas grandes máquinas, porque si reduces las emisiones por introducir el purín en el suelo pero produces más emisiones por quemar más gasóleo no has hecho nada”, razona la secretaria general del SLG, que aboga por analizar la medida con una mirada más integral. Desde esa óptica, dice, “la implantación de grandes máquinas para la aplicación del purín mediante grandes cisternas arrastradas no es una solución, porque no se adaptan a la estructura de la propiedad que tenemos en Galicia y porque suponen mayor riesgo de compactación de la tierra y mayor uso de combustibles fósiles, por lo que se amplían las emisiones en vez de reducirlas”, concluye.
El incremento de la demanda se ha notado sobre todo hacia final de año, después de la convocatoria de las ayudas de la Xunta para maquinaria 4.0El incremento de la demanda se ha notado sobre todo hacia final de año, después de la convocatoria de las ayudas de la Xunta para nuevas tecnologías, agricultura de precisión y digitalización de granjas, las conocidas como subvenciones Next Generation para maquinaria 4.0, que exigen la compra de cisternas con inyectores dotadas del sistema NIRS para analítica de nutrientes y composición del purín. “La gente aprovechó para meter la cisterna con el inyector porque las cuantías de la subvención están por encima del 40%, dependiendo de la puntuación del solicitante. Hubo también alguna solicitud a través del Plan Renove del Ministerio e incluso a través de las ayudas de nuevas incorporaciones o planes de mejora, pero fueron las menos”, detalla José Ángel.
Sería algo lógico que de cara a 2024 hubiese una línea de ayudas específica para cumplir con el Real Decreto como la que hubo hace 12 añosPero más allá de las líneas existentes este año, el gerente de la empresa lucense considera necesario que de cara a 2024 se habiliten ayudas específicas para cumplir con el Real Decreto. “Hace 12 años hubo una subvención específica de medio ambiente para cisternas en la que daban el 75%. La gente aprovechó para cambiar la cisterna y se vendieron inyectores cuando no se sabía lo que eran. Como no se exigía su utilización, después el inyector a veces acababa aparcado en el pajar, pero ahora es diferente. Sería algo lógico que ahora volviera a haber estas ayudas”, argumenta. Cisternas a partir de 80.000 euros Una cisterna nueva puede adquirirse a partir de 80.000 euros, dependiendo de su capacidad y equipación. La situación de los suministros también se ha ido normalizando, con un plazo medio de entrega que se sitúa hoy en los 4-5 meses, cuando esa espera llegó a ser de casi un año.
Hay un plazo medio de entrega en estos momentos de 4-5 meses, cuando antes llegó a casi un añoUna cisterna de 16.000 litros con inyector de 10 metros y medio de largo puede adquirirse por menos de 100.000 euros pero el responsable de Millares Torrón admite que está aumentando la demanda de cubas más grandes. “Estamos notando mucho el incremento de capacidades, se están pidiendo cisternas de 20.000 litros y algunas con 3 ejes incluso”, explica.
Estamos notando mucho incremento en la demanda de cisternas de gran capacidadEl precio para este tipo de máquinas, con inyectores de 15 metros de longitud, se sitúa entre los 170.000 y los 230.000 euros. A mayores, aclara, “estamos hablando de que precisaríamos un tractor de entre 250 y 280 caballos para mover esa cisterna”. En cuanto a la instalación de tubos colgantes en las cisternas ya existentes, la adaptación de una cuba vieja puede situarse entre los 1.200 y los 2.000€ dependiendo “del tipo de cisterna, los enganches de los que disponga detrás y de si lleva brazos para la elevación del inyector o por el contrario va fijo”, indica.
En cisternas de menos de 10.000 litros no es rentable instalar inyectoresJosé Ángel aclara sin embargo que en buena parte de las cisternas que hay en Galicia, sobre todo de las que disponen las granjas más pequeñas, no es viable la instalación de los inyectores. “En muchas cisternas de 6.000 o 8.000 litros no es rentable porque se produce una descompensación de peso atrás”, explica.
El almacenamiento del purín es uno de los puntos críticos en las ganaderías en estabulación, especialmente en vacuno de leche y en porcino. La construcción de fosas es costosa, exige numerosas licencias y si no está cubierta reduce considerablemente su eficiencia al recoger también el agua de lluvia. Por no hablar de los malos olores que se generan en la fosa y del nitrógeno que se pierde, y por tanto valor fertilizante del purín, a través de las emisiones de amoníaco.
Estos inconvenientes tienen fácil solución si se opta por los depósitos flexibles Labaronne, una alternativa sencilla, segura y duradera para el almacenamiento del purín. Inventados y fabricados por la empresa francesa Labaronne hace 60 años llegan a España gracias a Nutriset, empresa barcelonesa que los distribuye para toda la península ibérica.
Las cisternas flexibles Labaronne son la MTD (Mejores Técnicas Disponibles) más eficiente para el almacenamiento de purín. Reducen las emisiones de amoníaco el 100% y cumplen con la normativa europea de reducción de emisiones. Además, son perfectas para eliminar riesgos laborales, ya que no dejan escapar vapores y eliminan la posibilidad de caídas al interior.
Estas son las principales ventajas de un producto que cuenta con una garantía de 10 años sobre el tejido y las soldaduras:
Las cisternas flexibles de Labaronne son muy fáciles de instalar en tres sencillos pasos: abrir, desenrollar y desdoblar. Una vez hecho esta se conectan a la tubería por la que entrará el purín y ya pueden entrar en funcionamietno. Sin necesidad de obras, son la solución más práctica e inteligente para el almacenamiento de líquidos.
Sin necesidad de permisos de obra, se adapta a cualquier superficie plana y sólida. Bajo coste y sin gastos extras de mantenimiento. Ligero y fácil de transportar, con reparaciones sencillas y montaje rápido. Se puede desmontar con facilidad y reubicar para no afectar el terreno disponible.
Están hechas con un trenzado de poliester ultrarresistente y luego bañadas en PVC flexible. Esta combinación es la que hace que sean flexibles y muy resistentes. Están preparadas para soportar temperaturas de entre -30º y 70º en exteriores y agauntar la radiación solar gracias a su tratamiento anti-UV.
Las cisternas Labaronne están fabricadas cumpliendo la normativa ISO 9001, con tejido adaptado a cada capacidad y soldado por Alta Frecuencia para asegurar resistencia, seguridad y estanqueidad de las uniones, sin roturas por degradación.
Su volumen está garantizado con un coeficiente de seguridad y tiene una larga vida útil (hay cisternas con más de 45 años de servicio).
Disponen de una amplia gama de capacidades de cisternas, que van desde unos pocos litros hasta 2 millones de litros. Además, ofrecen la posibilidad de modular volúmenes con varias cisternas interconectadas, todo a medida para adaptarse a las necesidades de cada ganadería.
Los depósitos Labaronne no contienen aire en su interior, sino que se inflan y desinflan en función de la cantidad de producto que entre y salga. Esto evita los malos olores propios del purín y reduce las emisiones de amoníaco a la atmósfera por completo. Está considerada la mejor solución para esto porque es la única que reduce esta contaminación al 100%.
Además, estas cisternas son seguras, sin riesgo de accidentes por caídas.
En Nutriset, además, acompañan y aconsejan a los responsables de las explotaciones ganaderas para crear proyectos individuales, valorando cada caso independientemente en lugar de vender productos estándar. También disponen de un servicio técnico que ayuda en las instalaciones de grandes proyectos para asegurar la calidad de todo el proceso. En Nutriset nunca dejan al cliente solo, sino que lo acompañan de principio a fin.
Teléfono: 93 836 00 62
labaronne@nutriset.com
Aunque no es un gas de efecto invernadero (GEI), el amoníaco es otro de los gases contaminantes generados como consecuencia de la actividad agroganadera sujeto a limitaciones de emisión (Directiva UE/2016/2284). El informe de proyección de emisiones de amoníaco realizado por el Ministerio para la Transición Ecológica en marzo de 2019 propone una reducción del 45 % de las emisiones para el sector de vacuno de leche.
Para completar el nuevo marco legal señalaremos la entrada en vigor del RD 1051/2022 sobre Nutrición Sostenible de los Suelos Agrarios que obliga a las granjas a establecer planes de abonado en función de los rendimientos forrajeros esperados teniendo en cuenta las analíticas de suelo y del purín.
Debemos considerar el purín como el recurso principal y prioritario sobre el que debe gravitar la nutrición de nuestros cultivos. Será clave la gestión, el manejo y la valorización de los purines
El desafío que planteamos con Blue Cycle es aumentar el valor fertilizante de nuestros purines al tiempo que nos minimizamos las emisiones nocivas.
Una UGM genera 20 m3 de purín al año con un contenido medio de MS del 12%, que puede variar si a la fosa llegan aguas pluviales o de limpieza de las instalaciones, o por la adición de material de camas u otros restos vegetales (Castro, 2002).
En cuanto a su valor nitrogenado, el purín contiene dos fuentes repartidas al 50%: una de origen inorgánica, en forma de amoníaco que procede de la fracción líquida; y orgánico en forma de péptidos, aminoácidos o N asociado a lignocelulosa contenidos en la fracción sólida.
El amoníaco se caracteriza por su alta volatilidad. Es en gran medida responsable de los olores, otro de los impactos que más sensibiliza a la población. El nitrógeno orgánico se libera más lentamente después de sufrir procesos de mineralización.
Con respecto al nitrógeno del purín, el desafío está en tratar de evitar las pérdidas por volatilización del amoníaco que contiene. Cubrir las fosas o aplicar el purín con incorporación al terreno son algunas medidas que contribuyen a mitigar sus pérdidas.
Un paso más en esta dirección es aditivar nuestro purín con Blue Cycle. Blue Cycle contiene tecnologías que permiten fijar el amoniaco y retenerlo en el purín de forma estable. Gracias a ello, disponemos de más N disponible para los cultivos y minimizamos los olores en granja o durante su aplicación al suelo.
En pruebas llevadas a cabo en aplicaciones directas de Blue Cycle a la fosa de purín, en este caso de porcino, se han acreditado disminuciones del nivel de amoníaco en el ambiente del 44% con aumentos del valor nitrogenado del purín del 16% frente a control.
En caso de porcino, se han acreditado disminuciones del nivel de amoníaco en el ambiente del 44%
Blue Cycle contiene además tecnologías que contribuyen a acelerar la descomposición de la fracción sólida del purín, facilitando su biodisponibilidad para los cultivos. La consecuencia más inmediata y visible es el aumento en la fluidificación del purín. Gracias a ello, podemos evitar en gran medida tener que batir en la fosa antes de cargar. También se minimizan las obturaciones en los circuitos de aplicación localizada de las cisternas. Desde el punto de vista agronómico, una pradera tratada con un purín más fluidificado nos va a contribuir a obtener mejores rebrotes. También minimizaremos los riesgos de contaminación clostrídica en los ensilados resultantes.
Como hemos anticipado, Blue Cycle es un mix de aditivos tecnológicos para el tratamiento de las deyecciones ganaderas. Se trata de una presentación líquida para diluir en agua.
La dosificación se hará atendiendo al volumen de purín generado y al desafío con el que nos encontremos (costra relevante, fuertes olores, etc). En todo caso, se recomienda que se sigan las prescripciones del proveedor.
Blue Cycle no necesita activación, pudiéndose preparar la dilución justo antes de la aplicación. La cantidad de agua empleada será la adecuada para garantizar un reparto homogéneo por la zona a tratar. Una vez preparada la dilución, puede aplicarse en los pasillos, emparrillados, canales o directamente a la fosa.
Daniel Baizán. Product Manager Blue Cycle Delagro
daniel.baizan@delagro.org / 636264718
El purín es un recurso muy valioso en las explotaciones ganaderas debido a su importancia como fertilizante natural y su capacidad para mejorar la calidad del suelo y, por ende, el rendimiento de los cultivos. El purín contiene nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas, como nitrógeno, fósforo y potasio, así como macros y micros, que son fundamentales para el desarrollo de los cultivos y la producción de las cosechas.
Al utilizar el purín como fertilizante, los agricultores pueden optimizar la aplicación de fertilizantes químicos sintéticos, lo que se traduce en un ahorro de costes para el agricultor. También tiene un impacto positivo en la sostenibilidad del sistema agrícola, ya que se disminuye la cantidad de productos químicos que ingresan al medio ambiente disminuyendo la huella de carbono asociada a su producción, algo que va en consonancia con las nuevas legislaciones en toda la Unión Europea en materia ambiental.
Hasta el 50% del nitrógeno que se aporta en abonado puede perderse por volatilización o lixiviado. En ambos casos se produce un perjuicio económico y medio ambiental. Las pérdidas de nitrógeno pueden acabar tanto en la atmósfera, en forma de gases nocivos para la salud y gases de efecto invernadero, como filtrarse a aguas subterráneas destinadas al consumo humano. Al mismo tiempo, debido a estas pérdidas, el ganadero está desaprovechando gran parte del valor fertilizante del purín, por lo que tendrá que recurrir al uso de más fertilizantes de origen químico, con el consecuente gasto que eso supone.
BLUE CYCLE es el producto más completo para la optimización y mejora de los purines que podemos encontrar a día de hoy en el mercado. Tiene como principal objetivo ayudar al ganadero a optimizar la fertilización y mejorar el manejo del purín, ya que evita la formación de costras y malos olores. Esto se traduce en que el tiempo de manipulación y batido del purín se reduce, produciendo un ahorro de costes y tiempo muy importantes.
Otro de los beneficios que podemos obtener con BLUE CYCLE es evitar la pérdida de nitrógeno amoniacal, un elemento fundamental en la fertilización, evitando así pérdidas por volatilización o lixiviado. Con esto, conseguimos aumentar el valor fertilizante del purín, maximizando la disponibilidad de nutrientes para los cultivos, lo que se traduce en una mayor producción.
Los microorganismos presentes en este producto ayudan a mitigar las emisiones de amoníaco, otros gases nocivos y malos olores que se producen como consecuencia de la descomposición de los residuos, lo que reduce el impacto ambiental del uso del purín.
BLUE CYCLE es una formulación líquida que se aplica directamente en los pasillos, emparrillados o en la fosa. Su aplicación fácil y sencilla garantiza al ganadero un mejor uso y manejo de los purines. Delagro, conjuntamente con Alltech, pone a disposición del ganadero una solución novedosa, sostenible e innovadora cuyo objetivo es contribuir a mejorar la rentabilidad y eficiencia de las granjas.
Daniel Baizan.
Product Manager Blue Cycle Delagro
daniel.baizan@delagro.org / 636264718
Se financia la construcción, ampliación y cubierta de fosas de purín y estercoleros, así como la instalación de separadores de purínEstá dotada con 2,2 millones de euros y se dirige a actuaciones por importe superior a 10.000 euros, entre las que se incluyen la construcción o ampliación de fosas de purín o estercoleros, su cubrición mediante cubiertas rígidas o cubiertas flexibles de lona, así como la instalación de separadores de purín y equipos de compostaje.
Se subvenciona la adquisición de abonadoras, cosechadoras y sulfatadoras de precisión, así como los robots de ordeño y los collares GPS de geolocalización y toma de datos de los animalesEn relación con la línea dirigida a agricultura de precisión, dotada con 6,57 millones de euros, se apoyarán inversiones en agricultura y ganadería de precisión y en tecnologías 4.0, como puede ser la adquisición de maquinaria (sembradoras, cosechadoras y abonadoras por GPS, cisternas de aplicación localizada de purín, carros mezcladores con análisis NIR de la ración, tractores con sistema de autoguiado, robots de ordeño, collares GPS) o de diversas aplicaciones y programas informáticos, con el objetivo de mejorar la seguridad alimentaria, la rentabilidad económica y la sostenibilidad ambiental. Concurrencia competitiva Estas ayudas se convocan en régimen de concurrencia competitiva y las posibles beneficiarias son, en la mayoría de los casos, las explotaciones agrarias o sus entidades asociativas. Entre los criterios de ponderación, se conceden 5 puntos cuando la inversión es conjunta entre al menos 5 explotaciones, 2 puntos por ser una explotación de titularidad compartida y 2 por tener el solicitante menos de 41 años. También se prima con 3 puntos que el proyecto sea ejecutado en una zona vulnerable a la contaminación por nitratos (en Galicia aun no hay ninguna zona declarada) y con otros 3 que el promotor sea un consorcio público-privado.
En el caso de la maquinaria, se prima la compra de cisternas de aplicación localizada de purinesEn el caso de la maquinaria, se prima con 3 puntos las inversiones en cisternas con inyectores o tubos colgantes, así como las sulfatadoras de precisión, con 2 puntos las sembradoras y cosechadoras con GPS y con 2 puntos a mayores cuando se trata de una CUMA, empresa de servicios u otra modalidad de uso en común de la maquinaria. Los porcentajes subvencionables variarán entre el 40 y el 85% del proyecto y el plazo de solicitud es de un mes. Las inversiones que pueden recibir subvención abarcan fundamentalmente la obra civil, las instalaciones y equipos fijos, la maquinaria y la digitalización.
Con tantos purines las granjas de cerdos lo que necesitan son tierras y eso compromete a las demás explotaciones de vacuno para poder crecer"Con tantos purines las granjas de cerdos lo que necesitan son tierras y eso compromete a las demás explotaciones de vacuno para poder crecer”, asegura Guillem. Por eso, dice, “nuestra filosofía non es crecer más, porque para ampliar tendríamos dificultades y las tierras disponibles son limitadas". Comparativamente con otras comarcas catalanas, Osona todavía mantiene una importante presencia de granjas lecheras, aunque son menos de la mitad de las que había hace 30 o 50 años, y las que quedan son de un cierto tamaño, con un volumen medio de entre 150 y 200 cabezas en ordeño. Leche A2A2
Buscamos generar más ingresos con un volumen de explotación contenido en torno a las 180-185 vacas en ordeño y 400 cabezas totalesCon la intención de diferenciar sus productos en el mercado, hace 5 años empezaron a trabajar a nivel genético para lograr animales A2A2 y hoy prácticamente el 100% de la cabaña produce leche con betacaseína A2A2. “En estas pequeñas cosas es en lo que nos podemos diferenciar. Las industrias lo tienen más difícil al mezclar y homogeneizar la leche, pero para que esto gane valor es cierto que los grandes se tienen que sumar, porque al ser pequeñitos tienes una capacidad justa de comunicación”, reconoce. Tercera generación de ganaderos desde 1920
Nos encontramos en una fase de restructuración, tanto en la gestión de la granja como en la transformación, para ganar capacidad productiva en la parte de elaboraciónHoy en día la cuarta generación, representada por Guillem, el hijo de Josep, y por Elisabet, la hija de Ramón, está incorporada a la empresa, aunque centrada sobre todo en la parte de transformación y venta. “Ahora mismo nos encontramos en una fase de restructuración, tanto de la producción lechera como de la parte de transformación”, admite Josep. “Tanto mi hermano como yo estamos ya en la edad de jubilación y tenemos que buscar una alternativa para la gestión de la granja. Necesitamos también un nuevo obrador para aumentar la transformación propia porque estamos capados por las infraestructuras con las que contamos”, indica. Transforman el 30% de la leche que ordeñan
El excedente de leche lo venden a Leche Pascual, con planta de transformación en GurbEl precio de venta de la leche en la actualidad es de 55 céntimos, tras haber sufrido una bajada de 5 céntimos en la última renovación de contrato, el día 1 de mayo. Pero la vigencia del contrato es de sólo 3 meses y temen nuevas bajadas. “En los últimos años hemos invertido sobre todo en transformación, para darle el valor añadido que merece nuestra leche y no depender para eso de los demás. En la venta de leche hay monopolio de la industria y siempre va a ser así”, afirma Guillem. Elaboración propia
Estamos haciendo un buen producto y queremos defenderloComercializan directamente en la propia granja y venden en tiendas gourmet, fruterías y supermercados. La red de distribución se completa con cadenas como Aldi, para la que fabrican flanes de marca blanca, aunque su presencia en este tipo de grandes superficies es “comedida”. “Intentamos cubrirnos las espaldas. Nuestro principal punto de venta es la tienda especializada y delicatessen que se quiere diferenciar y cuida el producto. Llegamos a toda Cataluña a través de distribuidores y repartimos prácticamente a diario en la provincia de Barcelona”, detalla Guillem. La parte comercial y de logística es externa, a través de distribuidores y vehículos subcontratados. “Pedagogía” del valor de lo local
Estamos a 3 km de Vic, donde viven 47.000 personas; tenemos muy cerca al potencial clienteCon ella quieren hacer también “pedagogía”. “Queremos concienciar al consumidor de que con su decisión de compra diaria o semanal está beneficiando o perjudicando al sector. No es necesario comprar leche de marca blanca, existen otras posibilidades”, afirma. Guillem defiende la autosuficiencia alimentaria. “Hay que volver a creer en el producto local, al que por culpa de políticas cuestionables no se le está dando la importancia que realmente tiene. ¿Por qué tenemos que importar el yogurt de Alemania y la leche de Francia? De la globalización se pueden aprovechar cosas, pero el alimento tenemos capacidad de generarlo nosotros aquí”, dice. Incremento de los costes de producción
La sequía extrema que este año sufre Cataluña ha empeorado la situación de las ganaderíasLos costes de transformación también se han disparado. “De luz pagamos el doble, el cartón, el plástico, ha subido todo. El año pasado fue difícil a nivel de transformación de producto, porque tratabas de aguantar y no repercutir todo al consumidor”, relata. Por el tipo de productos que fabrican, aumentar el porcentaje de leche que transforman se hace más complicado. “Para hacer un quilo de queso necesitas 10 litros de leche, pero con un solo litro de leche haces 8 yogures”, explica. Alfalfa, el alimento principal
Casi no usamos soja. La ración unifeed lleva 16 kilos de alfalfa, paja y silo de maízLa alfalfa la ensilan en microsilos, con un presecado largo para que pierda humedad antes de hacer las bolas. “Buscamos conseguir mucha proteína, llegamos a un 18%, con más de un 60% de materia seca”, explica Josep. “Cuando hay años buenos de alfalfa prácticamente no tenemos consumo de soja, sólo compramos harina de maíz para suplir la falta de energía”, indica. Se aprovisionan en la cooperativa Plana de Vic, que cuenta también con fábrica de pienso. “La harina de maíz históricamente siempre ha estado a un precio razonable; lo que nos cuesta caro es la proteína y por eso intentamos producirla nosotros y autoabastecernos con la alfalfa”, recalca. Rotación de cultivos “Trabajamos con un sistema de producción de círculo cerrado, en el que incluimos agricultura, ganadería y elaboración. Y el primer paso son los cultivos. La alimentación de nuestras vacas es una cuestión que cuidamos mucho”, insiste Josep.
En Granja Comas utilizamos un sistema de producción de círculo cerrado y el primer paso es el cultivo propio de la alimentación de nuestras vacas“Utilizamos un sistema rotativo de cultivos, que consiste en alternar los cultivos para que la tierra sea lo más fértil posible, evitando así las malas hierbas, plagas y problemas ocasionados de sembrar siempre el mismo forraje. Principalmente trabajamos con leguminosas (alfalfa) y gramíneas (sorgo, trigo, maíz)”, detalla.
Hacemos algo de sorgo y maíz, pero estamos dejando de cultivarlo por el cambio climático“Con la alfalfa podemos hacer rotaciones bastante largas, es un cultivo plurianual que nos dura 4 o 5 años, y para hacer las rotaciones metemos cereal, por ejemplo trigo o cebada. La alfalfa fija el nitrógeno y esa tierra ya nos sirve para labrarla directamente después, sin tener que abonar. Aramos profundo y funciona bien con poca agua. El maíz al necesitar mucha agua estamos dejando de cultivarlo y todo lo que podemos sembrar con alfalfa lo tenemos con alfalfa”, explica. Precio disparado de la tierra
La hectárea se paga en la zona en arriendo entre 500 y 600 euros al añoEl grupo aragonés Jorge, propiedad de la familia Samper, una de las principales empresas europeas exportadoras de carne de porcino a China, mantiene una importante presencia en la zona y se ha lanzado a comprar tierras. “Desde entonces se han disparado mucho los precios, llegando a más de 60.000 euros la hectárea, y el coste de arriendo se mueve entre 500 y 600€/ha al año y es secano, es decir, dependes de que llueva para tener buena producción”, explica Josep. Granja Comas no dispone de regadío, poco habitual en Osona, a diferencia de lo que sucede por ejemplo de la zona de Lleida. Veranos calurosos
La recría sale al exterior hasta el momento del primer parto, con dos años de edadPara reducir el estrés térmico de las vacas disponen de ventiladores, techos aislados y cortinas para evitar el sol directo sobre los animales. Las vacas en producción no salen fuera, pero el lote de secas y la recría sale a diario a un campo que conecta con las instalaciones de la granja. Cruces cárnicos y cebo en la propia explotación En la actualidad realizan la recría en la propia granja, aunque Josep todavía recuerda cuando el reemplazo necesario se cubría comprando novillas en Francia y a las vacas de la explotación les ponían cruces cárnicos para cebo. “En ese momento era rentable comprar en Francia, pero eso generaba algún problema sanitario y las novillas de importación han subido mucho de precio”, reconoce Josep.
La base genética del rebaño es la raza holstein, aunque están valorando otras razas, como la montbeliardHoy inseminan entre un 20 y un 25% con holstein para garantizar recría propia con vocación lechera y al resto ponen limusín para lograr un cruce industrial para cebo, que realizan ellos mismos en un establo perteneciente a uno de los empleados de la explotación. Desde hace dos años han recuperado esa fuente de ingresos complementaria a la producción láctea de la explotación. “Decidimos aprovechar los machos. Mi tio y mi padre lo hacían al principio, hace más de 30 años, aunque después lo dejaron un poco de lado para centrarse en producir leche”, explica Guillem.
Utilizan un 75% de cruce con limusin para disponer de terneros de engorde“La gente que viene a la granja a comprar nuestros lácteos es susceptible de comprar también la carne. Lo que hacemos es llevar el ternero al matadero y hacer lotes de 7 kilos para venta directa a particulares y hamburguesas para algún colegio. El volumen es muy bajo por el momento pero creo que puede tener un cierto desarrollo porque la gente responde bien”, indica. La mayor parte de los terneros son vendidos por ahora a la industria, a un precio medio de 5,60 euros el kilo.
La burocracia nos está comiendo, nos hace perder mucho tiempoEl área en la que está ubicada Granja Comas está declarada zona vulnerable a la contaminación por nitratos desde el año 2009, lo que les supone restricciones a la hora de fertilizar sus campos, con una reducción de 220 a 170 unidades de nitrógeno por hectárea como máximo, y un sinfín de controles. “Padecemos mucha burocracia, que nos hace perder mucho tiempo y no nos facilita en nada el trabajo”, se queja. El 45% de los municipios catalanes declarados vulnerables El 45% de los municipios catalanes están declarados como vulnerables a la contaminación por nitratos de origen agrícola. La Generalitat de Cataluña ha designado desde el año 1998 un total de 13 zonas vulnerables, lo que representa un 33,8% de la superficie total de Cataluña. Trabajar en estas zonas supone un control exhaustivo de periodos de aplicación, dosis empleadas, momentos de siembra y parcelas utilizadas, con un calendario estricto de abonado. A las granjas instaladas en estas zonas vulnerables se les exigen prácticas agronómicas específicas que sobrepasan las recogidas en el nuevo Real Decreto de Nutrición Sostenible de suelos agrícolas. “Hace años que usamos cisterna con tubos colgantes para aplicar el purín”, ejemplifica Josep. Valorando el paso a ecológico
Prácticamente no usamos abono químico de ningún tipo, únicamente el purín que genera la propia granjaEste tipo de prácticas respetuosas con el medio ambiente, primadas en la nueva PAC, entran también dentro de los preceptos de la agricultura ecológica, a la que están estudiando si se incorporan. “Lo hemos planteado, pero el tema burocrático y el coste de la certificación nos echa para atrás. Aunque si vemos que el mercado lo valora, daremos el paso, porque lo que hacemos a día de hoy no es muy distinto, tendríamos que hacer únicamente pequeños cambios”, indica Guillem. “Estamos valorando si merece la pena o no dar el paso, de momento hemos frenado un poco la decisión, porque cuando entras en ecológico tienes que comprometerte a estar una serie de años, ahora son 5 años como mínimo, y esto supone algún problema para los arrendamientos de las tierras, ya que hay propietarios a los que ese tipo de alquileres de larga duración les echa para atrás”, explica Josep.
En un momento en que los costes de los fertilizantes están disparados, optimizar la eficiencia del abonado es una obligación para todas las explotaciones. El encarecimiento de los fertilizantes químicos ha llevado en el último año a un descenso en sus cifras de venta y aplicación. Esa situación puede ser un problema para el rendimiento de las cosechas agrícolas, pero también una oportunidad en el caso del sector vacuno de Galicia, pues existe margen para optimizar el abonado orgánico con purines.
El purín puede cubrir gran parte de las necesidades de nutrientes agrícolas de las explotaciones, con los fertilizantes químicos como complemento. Claro que el aporte de materia orgánica al suelo tiene condicionantes, uno de ellos es la acidez del suelo. Para la correcta descomposición de la fracción sólida del purín, el pH del suelo debe ser próximo a la neutralidad. La mayor parte de los cultivos precisan un pH del suelo que ronde el 6,5, por lo que en suelos ácidos como los gallegos, hace falta usar enmiendas calizas, en cualquiera de sus formas.
El aporte de estos productos, además de facilitar la liberación de las sales presentes en la materia orgánica, aporta los siguientes beneficios:
– Se evita el bloqueo y fijación de los fosfatos, al formarse compuestos de calcio más asimilables por las plantas.
– Se reduce la toxicidad de determinados minerales para las plantas, como el aluminio, el hierro o el manganeso.
– Se favorece la absorción de Molibdeno (Mo) presente en el suelo por parte de las plantas, algo que es especialmente positivo en las leguminosas, que presentan altas necesidades del mineral.
– Mejora la estructura del suelo y sus propiedades físicas.
– Se estimula la actividad de los microorganismos, lo que repercute en una mejor transformación de la materia orgánica y en una mayor disponibilidad de nutrientes.
– Contribuye al buen desarrollo y distribución de las raíces de las plantas.
Incorporación al suelo
Dado que la acción del encalante es por contacto directo, es preciso hacer un esparcido homogéneo en toda la superficie, así como una incorporación inmediata al suelo por medio de un laboreo. De este modo, se garantizará el beneficio del producto en toda la zona que ocuparán las raíces del cultivo.
Subida del pH
Deben usarse dosis que no suban el nivel del pH del suelo más de un punto, ya que una subida repentina mayor tendría efectos negativos en los microorganismos del suelo.
Aplicación de purines y abonos
Dentro de lo posible, es conveniente esperar a que el producto encalante haya reaccionado en el suelo antes de incorporar purines, estiércoles o abonos. De no hacerlo así, el encalante puede reaccionar con el estiércol o con abonos nitrogenados amoniacales, desprendiendo amoniaco y, por tanto, reduciendo la capacidad de fertilización del abono o del purín. También puede repercutir de manera negativa en los fosfatos.
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Caliza agrícola
El carbonato cálcico, la caliza agrícola tradicional, es un producto muy empleado y no caústico. El grado de finura del producto determinará su tiempo de reacción en suelo.
“Cuanto más fino es un producto, tendrá un mayor número de partículas que se descompondrán antes en el suelo. En el caso de las calizas de Calfensa, estamos hablando de un tiempo de reacción de 3 – 4 semanas, dependiendo de factores como la humedad del suelo o sus características”, explica Alberte Momán, ingeniero técnico agrícola del departamento comercial de Calfensa.
“Vale la pena valorar qué tipo de producto se está usando, pues hay en el mercado productos poco reactivos o con un mayor grado de impurezas”, valora el técnico.
“Nos centramos en ofrecer un producto fino y altamente reactivo, que corrija el pH cuando el cultivo lo necesita” (Calfensa)
Otra cuestión a tener en cuenta es la capacidad de la caliza para corregir la acidez del suelo, que se mide por su valor neutralizante. La caliza agrícola de Calfensa presenta un valor neutralizante de 50, por lo que para la mayoría de suelos agrícolas gallegos, caracterizados por su acidez, serán precisas dosis de aplicación de 2.000 – 2.500 Kg. / hectárea. “Esta es la dosis habitual, pero siempre aconsejamos que el productor haga un análisis de tierras para hacer un encalado con mayor precisión”, señalan en Calfensa.
En el mercado de las calizas, hay además mensajes que llevan a la confusión, pues existen productos que se presentan en un formato de granulado esférico con dosis de aplicación recomendadas de 400 – 600 Kg. / hectárea. “No hay explicación técnica para aconsejar una dosis tan baja, pues el valor neutralizante de estos productos es igual que el de nuestra caliza, por lo que la cantidad a aplicar tiene que ser la misma” -advierte Alberte Momán.- “Hay que prestarle atención al valor neutralizante del producto”, recomienda.
Otra situación confusa puede producirse con calizas procedentes de Portugal, país que tiene un sistema diferente para medir el valor neutralizante. Así, calizas lusas que se presentan en Galicia con un valor neutralizante de 85 son equivalentes a las calizas españolas con valor neutralizante de 40.
Por último, conviene señalar que en el mercado hay también calizas a base de dolomita, con un tiempo de reacción más largo que el carbonato cálcico, si bien no es un producto con el que trabaje Calfensa.
Caliza magnesiana (Caliza agrícola + óxido de magnesio)
Los suelos agrícolas gallegos suelen presentar carencias de magnesio, por lo que Calfensa ofrece una caliza agrícola que incorpora un 20% de óxido de magnesio. Se corrigen así las deficiencias en calcio y magnesio, dos elementos importantes para mejorar la nutrición de los cultivos.
La incorporación del óxido de magnesio eleva el valor neutralizante del producto a 60, por lo que la dosis será ligeramente inferior a la del carbonato cálcico.
La aplicación de las calizas agrícolas es realizada por Calfensa por medio de equipos con brazos dosificadores, dotados de un sistema de pesado y dosificación programado. La empresa cuenta con tres equipos aplicadores, con los que responder a los picos de demanda de la primavera, y también se mantiene en servicio un aplicador con aire a presión, ya que es más versátil para parcelas que presentan dificultades en el uso de los equipos con brazos aplicadores.
Óxido de calcio y óxido de magnesio
Son los productos que presentan una mayor velocidad de reacción, si bien su coste también es más alto.
El valor neutralizante del óxido de calcio está en 92 y el de la dolomía calcinada (óxido de calcio y óxido de magnesio) en 92,8. Esos valores determinan la aplicación de dosis medias en Galicia de 1.200 – 1.600 kg. / hectárea. El producto servido por Calfensa se presenta granulado, a modo de gravilla, y puede ser esparcido por el propio ganadero por medio de abonadoras. “La principal ventaja que ofrece es la comodidad”, señalan en la empresa.
Nuevamente hay que tener en cuenta factores como el valor neutralizante del producto o su facilidad para deshacerse en el suelo.
El purín es un recurso de las granjas que conviene optimizar para ganar en rentabilidad. Así lo ven en Transfober, una firma gallega especializada en la gestión del purín que se distingue por su método de trabajo. La empresa se ha orientado en los últimos años a aumentar la eficiencia de las aplicaciones de purín, de manera que se eso se traduzca en mayor calidad de forraje, mayores producciones y ahorro de abonos químicos para las granjas.
“Una de las claves está en acompasar la planificación de siegas y siembras con las aplicaciones de purín. Siempre buscamos una buena coordinación con las ganaderías, ya que para nosotros lo más importante es cumplir con los tiempos y dar un buen servicio”, explican en la dirección de la empresa.
El trabajo en campo se inicia con un análisis a pie de fosa de los nutrientes del purín, mediante un conductímetro. Esos datos permitirán conocer los nutrientes que se aplican en cada parcela. “Sabiendo las necesidades que tiene el cultivo y los nutrientes que aporta el purín, puedes afinar más en el abono químico que precisas. Incluso tenemos experiencias de ganaderías con las que trabajamos que ya están abonando parte de las praderas solo con purín, con el consiguiente ahorro de costes”, explica el director de Transfober, Marcos Mata.
Sistema
Para agilizar la gestión del purín, Transfober trabaja con un sistema de camiones rígidos que transportan el purín de la fosa hasta las parcelas de aplicación. En la entrada de la parcela, se trasvasa el purín a la cisterna del tractor, que procederá a la aplicación por medio de un inyector de patines. Solo en las fincas más próximas a la fosa, trabajan directamente con el tractor y la cisterna.
La precisión de las aplicaciones es uno de los objetivos de base de Transfober. Para ello, el tractor está dotado de GPS y la cisterna de caudalímetro, lo que permite hacer aplicaciones de diferentes volúmenes de purín en función del mapa de rendimientos de la parcela, en el caso en que la ganadería cuente con esos datos.
Desde hace años, Transfober hace ya todas las aplicaciones de purín con un inyector de 15 metros de ancho, un método que consideran que aporta mejoras, con independencia de que haya casos para los que no se adecúe. “En tiempo de aplicación, nos lleva el mismo tiempo o menos. En resultados, es un método que animaría a probar, para que cada uno hable en base su experiencia”, valoran.
De cara al futuro, Transfober proyecta incorporar un NIR en la cisterna de aplicación, un sistema de análisis del purín que le permitirá suministrar automáticamente a las granjas los datos exactos de nutrientes aplicados en cada parcela.
También valoran dotarse de un inyector de discos, una tendencia, la del inyector de discos, que comprobaron que está dando buenos resultados en otros países, no sólo a nivel agronómico, sino también en la alimentación animal. “Hay estudios que indican que mejora la apetencia de los silos de hierba para las vacas, con el consiguiente aumento de la ingesta de materia seca”, señala Marcos.
“Tenemos mucho contacto con empresas de servicios y fabricantes de otros países de Europa, como Alemania, y ellos tienen dos cosas muy claras. Primero, que el purín es un recurso de las granjas que hay que optimizar para ganar en rentabilidad. Y segundo, que hay que emplearlo de una manera sostenible ambiental y socialmente; hacer las cosas bien y sin molestar a nadie, en definitiva”, concluye Marcos Mata.
Esa es la línea de trabajo que está también consolidando Transfober en Galicia. “Ahí hay que destacar la implicación de todo nuestro equipo humano, que trabaja en el día a día en el campo. Tenemos un equipo con talento, mentalizado en hacer las cosas bien y que participa en la toma de decisiones sobre las mejoras a introducir”, resume Marcos.