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«Los abonos orgánicos son mucho más beneficiosos para el suelo que los químicos»

La fertilidad de los suelos es uno de los ejes tanto de la agricultura como de la ganadería actuales y se mantiene el debate sobre las actuaciones más aconsejables para garantizarla. Ahondamos, de la mano el ingeniero agrónomo procedente de México, Jesús Ignacio Simón Zamora, en la utilización de los abonos orgánicos. Simón Zamora es uno de los especialistas, reconocido a nivel mundial, en el empleo de este tipo de abonos. Es el fundador y director de la empresa Gaia centrada en la asesoría del uso y elaboración de abonos orgánicos y otros productos empleados en la agricultura ecológica como los hongos entomopatógenos, las bacterias benéficas, los biofertilizantes o los caldos minerales, además de complejos minerales naturales como las harinas de rocas. Abordamos con el experto el empleo de abonos orgánicos y de otras soluciones de fertilización respetuosas con el suelo tanto en la agricultura en general como en la viticultura. De hecho, Simón participó recientemente en una jornada sobre viticultura regenerativa, organizada por un grupo de viticultores en ecológico en Ribadavia. Con él tratamos también la incidencia que determinados tratamientos empleados incluso en la agricultura ecológica pueden tener para los suelos. -¿Por qué elegir hoy en día un abono orgánico para los cultivos? En la actualidad, recuperar los suelos se ha convertido en una tarea imprescindible. El deterioro del suelo y su fertilidad lleva a proponerse no sólo emplear abonos orgánicos, sino la necesidad de cambiar de prácticas agrícolas. Es preciso comenzar a pensar en no renovar los suelos, descartar el uso de herbicidas del tipo del glifosato, entre otras prácticas. -Al hablar de abonos orgánicos, ¿son productos totalmente respetuosos con el medio ambiente? Los abonos orgánicos no sólo son respetuosos, sino que ayudan a regenerar el medio ambiente.
"El deterioro del suelo nos lleva a proponernos no sólo emplear abonos orgánicos sino a cambiar prácticas agrarias"
-¿Se consiguen producciones competitivas con estos abonos frente a las soluciones químicas? Aunque esté muy extendida la creencia de que se obtienen mayores producciones con fertilizantes químicos es preciso cuestionar si las cosechan han sido realmente cosechas rentables por los químicos. ¿Acaso sacar unos kilos más en bruto hace un cultivo competitivo? Tenemos que pensar en los costes que esto realmente ocasiona. ¿La agricultura con venenos y fertilizantes químicos es más barata o económica? -Las propuestas de fertilización química han ganado terreno a los abonos orgánicos y llevan años siendo muy populares y empleadas, pero ¿están teniendo muchas contrapartidas? ¿Provocan un desgaste del suelo aunque se utilicen adecuadamente? Para abordar esta cuestión es preciso echar un vistazo a lo que se ha echo creer acerca de las 'bondades' de la agricultura convencional. Se apunta a que este tipo de agricultura tiene un menor coste, pero la realidad de esa afirmación es que no se han considerado los costes reales de recuperación de los suelos que este tipo de prácticas implica. Un fertilizante químico altera la vida del suelo pero, además, ya provoca que ese cultivo sea dependiente al proporcionarle todo de manera soluble a la planta.
"Los abonos orgánicos regeneran los suelos, no los degradan como hacen los químicos"
También es preciso valorar que se precisa mucho combustible fósil para producir fertilizantes químicos, mientras que para conseguir el abono orgánico no es necesario ningún gasto de combustible, al contrario este tipo de abonos genera energía, en vez de consumirla. Al mismo tiempo, los abonos orgánicos regeneran los suelos, no los degradan como ocurre con los químicos. -¿Hay una tendencia a recuperar los abonos orgánicos? Claramente el empleo de los abonos orgánicos se ha convertido en una corriente mundial después de ser reconocidos por la comunidad agronómica tanto europea como americana. Tenemos que ser conscientes de que sin materia orgánica los suelos están perdidos. -Además de los abonos orgánicos, hay alternativas como el uso de bacterias benéficas que también se consideran una opción respetuosa con el medio ambiente y que son utilizadas por agricultores y ganaderos. ¿Qué beneficios aporta este tipo de bacterias? Los microorganismos se convirtieron en el reconocimiento a la vida del suelo. Estos microorganismos movilizan nutrientes, cuidan a las plantas de enfermedades, descomponen materia orgánica residual y la convierten en humus y muchas otras calidades más.
"Se quiere conseguir un suelo estéril en vez de promover suelos vivos, con diversidad de microorganismos"
-¿Que frena que no sean una opción más popular? ¿Hay riesgos a largo plazo para los suelos o los cultivos con la utilización de estas bacterias? ¿Puede producirse también una descompensación del equilibrio del suelo por utilizarlas? Sólo es miedo. La misma industria de los químicos promueve este miedo fomentando la esterilidad de los suelos. Se habla de inocuidad y se quiere conseguir un suelo estéril en vez de promover suelos vivos, con diversidad de microorganismos actuando en ellos. -Se apunta a que la solución a la falta de productividad de los terrenos es lograr un suelo diverso, ¿cómo se consigue? La fórmula es realmente muy simple. Basta con promover en el suelo el aumento de materia orgánica, microorganismos y enmiendas de harina de rocas que complementen la fertilidad. -Insiste en la importancia de optar por organismos autóctonos frente a otras alternativas que presentan las grandes empresas para conseguir suelos de calidad. ¿Qué desventajas detecta en estas soluciones comerciales que prometen regenerar los suelos? Los microorganismos autóctonos o nativos nos ayudan a regenerar el microbioma del suelo y se realiza desde los microbios que evolucionaron con el mismo. Si nos atenemos a los microbios de laboratorio, aún de empresas grandes, tendrán que pasar años para que se aclimaten a las condiciones del suelo en el que se añaden, por eso es tan importante contar contar con microorganismos autóctonos. -¿En qué medida los complejos minerales naturales pueden ser una solución para atajar plagas como el nematodo de la patata? Apostamos por las harinas de rocas por ser una fuente de nutrientes. Además, este tipo de complejos contribuyen a que proliferen los hongos que atajan a diversos nematodos.

"Los abonos verdes son de las mejores opciones para los suelos"

-Centrándonos en la viticultura, ¿qué valoración hace de los abonos foliares? ¿Cuáles son los más efectivos en viñedo? Existen varios tipos de abonos foliares. Solemos recomendar los hechos a base de microorganismos acidolácticos y las fermentaciones. -¿Qué influencia tienen los tratamientos con cobre en viñedo en la fertilidad del suelo? Se ha comprobado que un exceso de cobre puede llegar a contaminar el suelo. -¿Cómo valora los abonos verdes? Sin duda son una de las mejores propuestas para incrementar tanto la materia orgánica como la salud de los suelos. -Uno de los mayores problemas del viñedo hoy por hoy son las enfermedades de la madera, como la yesca. ¿Qué papel cree que puede jugar la gestión del suelo en la prevención o en la lucha contra este problema? El incremento de la población de microorganismos de un suelo puede llegar para reducir la presencia de diversas enfermedades. Aunque, también hay preparados de caldos minerales que pueden ayudar a reducir su ataque.

Hacer podas tempranas, una estrategia para prevenir las enfermedades de la madera del viñedo

Las aficiones fúngicas de la madera de la vid son una de las principales amenazas para los viñedos en la actualidad. Las enfermedades de Petri y del Pie negro, en los viñedos nuevos; y la Eutipiosis, el decaimiento por Botryosphaeria y la Yesca, en las cepas adultas; son algunas de las afecciones más prevalentes. La falta de tratamientos efectivos con los que combatir los efectos, junto con el elevado número de patógenos asociados a ellas, hacen que se hayan convertido en uno de los retos para la viticultura.
No existen tratamientos curativos para erradicar la infección provocada por las enfermedades de la madera de la vid
"A día de hoy no existen estrategias de control curativas, ni químicas ni biológicas, que sean capaces de erradicar la infección provocada por los patógenos fúngicos asociados a las enfermedades de la madera de la vid", explica Pilar Martínez, investigadora de la Estación de Viticultura y Enología de Galicia (Evega), que está abordando en su tesis el estudio de estas afecciones. Los primeros resultados de su trabajo, que fueron presentados en el Congreso Internacional de Enfermedades de la madera de la vid en Canadá, muestran que hacer podas tempraneras podría ser una estrategia para prevenir estas enfermedades.

Adelantar la poda a noviembre

"Observamos que la incidencia de las infecciones fue, en general, muy baja tras podas tempraneras realizadas a mediados del otoño, en el mes de noviembre, en comparación con las podas tardías, hechas a finales del invierno, en el mes de febrero, en las que aumentó la presencia de estos patógenos", concreta la investigadora. Aunque estas conclusiones son provisionales, ya que se basan en los resultados del primer año de estudio, ofrecen una vía de prevención frente a los efectos de estas afecciones. Además, se centran en una fase del ciclo de la vid, la poda, en la que de forma natural se producen infecciones por estos patógenos en las heridas realizadas a la planta, causando, con el tiempo, la aparición de estas enfermedades.
El estudio se realizó en viñedos de Valdeorras, Ribeiro y Rías Baixas para intentar abarcar las distintas áreas climáticas de Galicia
Los resultados obtenidos abren la posibilidad a variar la época de poda en el viñedo, que en muchas zonas de Galicia suele retrasarse al final del invierno. Sin embargo, la investigadora incide en que los resultados se centran en unas zonas concretas y que es preciso combinar otras prácticas preventivas. "Bajo las condiciones climáticas y ambientales de las áreas concretas gallegas en las que se está llevando a cabo el estudio, podríamos recomendar realizar podas tempraneras, que combinadas con otras medidas de control, podrían reducir las infecciones", matiza la investigadora. Las investigaciones fueron realizadas en distintos viñedos situados en tres de las cinco denominaciones de origen (DO) gallegas. En concreto, se llevaron a cabo en el Ribeiro, Valdeorras y Rías Baixas. "En la medida del posible, intentamos abarcar las distintas áreas climáticas y vitivinícolas de Galicia", concreta la experta.

Prevención y control, las únicas herramientas para reducir daños

Hoy en día, no existe ninguna solución para atajar los efectos de estas enfermedades. "Las únicas medidas que podemos emplear actualmente son de prevención y control", explica Pilar Martínez. En este sentido, se están empleando estrategias con un enfoque interdisciplinario en el que se integran distintas medidas. Se opta por medidas de prevención y control físicas, como la termoterapia con agua caliente, con otras alternativas biológicas que implican el uso de agentes de biocontrol.
El tratamiento de las heridas de la poda o la eliminación de los restos vegetales infectados son prácticas con las que reducir los riesgos
Prácticas culturales idóneas como la protección de las heridas de la poda o la eliminación de los restos vegetales infectados, tanto en el vivero como en los viñedos, contribuyen también a reducir el riesgo de infección.

Recomendaciones

La experta incide en la importancia que tienen estas enfermedades en el viñedo. "Viticultores y viveristas tienen que ser conscientes de que las probabilidades de que hongos asociados a las enfermedades de la madera infecten sus vides son muy altas", apunta. Estas afecciones implican un impacto económico y pérdidas de rendimiento sustanciales por lo que, Martínez recomienda no esperar a tener el problema para comenzar a atajarlo. La experta aconseja emplear prácticas de manejo integrado de prevención y control, que contribuyan a reducir las infecciones por estos hongos para conseguir minimizar el impacto económico que causan. La investigadora recuerda que es muy importante mejorar la calidad fitosanitaria de las vides producidas en los viveros. En cuanto a los viñedos, Martínez incide en cuidar las plantas desde el momento de su plantación, evitando realizar podas severas y protegiendo las heridas, para así intentar prevenir al máximo las infecciones por estos hongos.

Enfermedades de la madera del viñedo en el mundo

Encontrar tratamientos para las enfermedades de la madera del viñedo está resultando una tarea complicada debido a la complejidad de estas afecciones. Actualmente, hay 133 especies de hongos asociadas con estas patologías en todo el mundo, lo que dificulta el conocimiento en profundidad de todas para encontrar soluciones. A esto se añade que estos patógenos viven tanto en los suelos, como es el caso de especies asociadas con la enfermedad del Pie negro y de algunas de las asociadas con la enfermedad de Petri, mientras que otros se dispersan principalmente a través de esporas transportadas por el viento, la lluvia o insectos, como acontece con los asociados, con la Yesca, el decaimiento por Botryosphaeria, la Eutipiosis y algunos de los asociados con la enfermedad de Petri.
Hay 133 especies de hongos asociadas con estas patologías en todo el mundo
Además, varios patógenos pueden infectar a la vid al mismo tiempo, lo que hace complicado identificar la infección. Incluso, hay casos en los que las vides contrajeron la enfermedad de jóvenes y no desarrollan los síntomas hasta que son adultas, luego de un período latente. Tal y como explica Martínez, la incidencia de estas enfermedades es muy elevada en todo el mundo y la tendencia va en aumento. Aunque, por el momento hay poca información sobre el impacto que estas enfermedades tienen tanto en los viñedos gallegos como en los españoles. Sin embargo, los datos manejados por la Organización Internacional de la Vid y del Viño (OIV) destacan que en España el incidencia de estas enfermedades en vides de entre 15 y 18 años está próxima al 10%. La tendencia observada tanto por los viticultores como por los investigadores evidencia que el incidencia de estas enfermedades aumentó en los últimos años. Un estudio realizado en las regiones vitivinícolas de Castilla y León en el año 2007 mostró que la presencia de estas enfermedades pasó de un 1,8% en el 2001 a un 7% en el 2006.
La incidencia de las enfermedades de la madera del viñedo es muy elevada en todo el mundo y está en aumento
También a nivel internacional se está observando este incremento. La OIV también reportó que la presencia de estas enfermedades en Italia se sitúa entre el 8 y el 19% para vides en la misma franja de edad que en el caso español. LA incidencia de la Yesca alcanza cifras de entre el 60 y el 80% en viñas adultas en zonas del centro y del sur del país. La situación es similar en Francia, donde aproximadamente el 13% de los viñedos son improdutivos, con pérdidas estimadas de alrededor de los 1.000 millones de euros en el 2014. Martínez, que ahora mismo se encuentra continuando su investigación en Canadá, refiere que una encuesta realizada en ese país, constató que en la provincia de la Columbia Británica el 90% de los viñedos tenían síntomas de alguna enfermedad de la madera de la vid. Mientras, en California, las pérdidas atribuidas a estas afecciones son cuando menos de 260 millones de dólares americanos al año. En países como Australia se estima que la Eutipiosis es responsable de pérdidas para la industria vitivinícola de hasta 8.300 millones de dólares australianos.

Programa integral de Blue Heron para el control de las enfermedades de la madera en viñedo

La empresa especializada en i+d agro, Blue Heron PBD, sl., propone un programa “integral” para el control de yesca y de otras enfermedades de la madera en viñedo.

En España, las patologías más preocupantes que afectan a la vid en la actualidad son las enfermedades vasculares de la madera. Además, las condiciones climatológicas que se están dando durante la presente campaña en Galicia, con una primavera marcada por las lluvias y un verano con elevadas temperaturas favorecen el desarrollo de estas enfermedades, que afectan tanto a plantaciones adultas como a las jóvenes.

En este sentido, existe una gran diversidad de especies patógenas fúngicas y bacterianas entre los agentes causales de las principales enfermedades de la madera, causando todos ellos una sintomatología común que consiste en una alteración estructural y colapsos internos en la madera, lo que impide la correcta vascularización y circulación de la savia por el interior de la planta.

Como consecuencia, las plantas muestran menor vigor y desarrollo, ausencia o retraso de la brotación, acortamiento de entrenudos, clorosis y necrosis en hoja, lo que provoca un decaimiento general de la planta que puede llegar a acabar con la muerte de la vid.

La primavera es el momento óptimo para iniciar los tratamientos contra la yesca

Precisamente, una de las principales enfermedades de la madera que más afectan a la vid es la “Yesca”. Se trata de una patología producida por un complejo fúngico representado por varias especies presentes en una misma planta. Los principales hongos que causan esta enfermedad son: Stereum hirsutum, Phaeomoniella chlamydospora, Cylindrocarpon sp., Botryosphaeria obtusa y Fomitiporia punctata.

Las hifas de estos hongos penetran directamente en la madera de la vid a través de lesiones que se producen por la poda y a través de las heridas en las raíces, e invaden progresivamente los vasos del xilema. Durante la primavera, debido a la intensa circulación de agua por la cepa, se facilita su avance por la difusión de ciertas enzimas. Además, las elevadas temperaturas que acontecen durante los meses de verano, favorecen un colapso vegetativo debido a las enfermedades de la madera y en especial a las producidas por el complejo fúngico Yesca, siendo estos periodos los óptimos para la realización de los tratamientos.

Kryptonite® y Máximo®, dos novedosos productos contra las enfermedades de la madera

El equipo científico de Blue Heron ha desarrollado un programa fitosanitario y nutricional, basado en una serie de productos, cuyas aplicaciones secuenciales contribuyen en gran medida a prevenir y minimizar los daños producidos por este tipo de enfermedades.

En este programa, intervienen: Máximo®, compuesto por un complejo cúprico con aminoácidos y ácidos orgánicos procedentes de extractos de algas, con acción vascularizante, desinfectante y cicatrizante.

Vid con parte ya necrosada por la yesca

De esta forma, este producto desobstruye los vasos parcialmente infectados y limita el desarrollo de los agentes patógenos gracias a su capacidad doblemente sistémica, además de prevenir la propagación de la enfermedad al ser aplicado sobre heridas y cortes de poda que son una de las principales vías de entrada de los patógenos causantes de las enfermedades de la madera.

Su acción sinérgica se ve poderosamente reforzada por Kryptonite®, una solución nano-coloidal a base de micro-péptidos AMP’s de origen vegetal y con efecto activador del sistema de defensa de las plantas, favoreciendo de esta manera una respuesta natural ante el ataque de agentes patógenos.

Los tratamientos se aplican durante la primavera al inicio de la brotación, cuajado (caída de capuchón) y en el engorde o envero de las bayas y terminan con un último pase tras la vendimia con la finalidad de reducir el inóculo.

En los casos más graves se recomienda la aplicación localizada de los productos a altas concentraciones mediante “pintado” con brocha de las zonas afectadas, del tronco, corona, y heridas de poda y de recolección o en aquellos casos donde la afectación sea tan grave que sea necesario realizar limpieza de tronco, consistente en la eliminación de las zonas podridas de la cepa.

Dada la intensidad y rapidez con la que afectan a las cepas estos organismos patógenos y a su elevada complejidad en su control, se recomiendan tratamientos continuados durante al menos 2 o 3 campañas.

Con la experiencia recogida durante varios años, fruto de la colaboración de bodegas de reconocido prestigio, los resultados obtenidos han sido realmente alentadores y dignos de tener en cuenta, confirmando la eficacia de nuestros programas a base de soluciones naturales, y reconocidas para su empleo en Agricultura Ecológica.