Las jornadas de puertas abiertas son el momento perfecto para conocer el día a día de una granja robotizada y ver cómo se gestiona el trabajo diario en esta ganadería de A Coruña.
Ganadería Queirugueira es una explotación familiar gestionada por el matrimonio de Marcos Blanco y Patricia Vázquez, que ejercerán de anfitriones para todo el mundo y contestarán a las preguntas de los asistentes sobre el manejo del robot, producción diaria, reproducción, alimentación… Además, el personal comercial de Lely también atenderá y resolverá cualquier duda que los ganaderos puedan tener en relación a los robots de ordeño.
Queirugueira tiene su granja dividida en tres parques diferentes, uno por cada robot de ordeño. Además de las 180 cabezas en producción, tienen unas 400 cabezas en total entre recría y secas. En cuanto al terreno, gestionan unas 115 hectáreas para abastecer a sus animales de comida.
Con respecto a la producción de leche, esta granja ronda los 41 litros por vaca y día, lo que se traduce en más de 7.000 litros diarios de producción de leche.
La nave, parte de hormigón y parte de hierro, fue hecha para los robots de ordeño y para que cada lote trabajase de forma independiente.
Donde más diferencias encuentra es en las entradas a los robots, “las vacas entran y salen mejor de los A5 al poder hacerlo recto, eso es una gran ventaja, ya que así la vaca no pierde nada de tiempo ni en la entrada ni en la salida”, argumenta Marcos.
Cuando se le pregunta al ganadero porqué escogió Lely lo tiene claro, “es el que más tiempo lleva en el mercado, nosotros queríamos ir a lo seguro, y Lely era y es la mejor opción”. Pasados casi cinco años desde que se pusieron a funcionar los Astronauts en Queirugueira, Marcos no se arrepiente “en absoluto, no sé qué hubiera pasado con otra marca, pero sé que hicimos lo mejor para nosotros”.
Algo fundamental para Marcos y su mujer Patricia es “tener siempre los robots bien cuidados y limpios, dentro de que esto es una granja de vacas”, pero no les gusta “tener las cosas desorganizadas, y para eso los robots son la mejor opción”.
La alimentación también es una parte fundamental para Blanco, “tenemos una ración bastante pesada pero muy buena para el animal”, en esta ganadería no dan mucho pienso en el robot, “somos conservadores en este caso”. De esta forma, Marcos dice que “las vacas están más estables y pican más la producción en el pico de lactación, arrancan mejor así, ya que siempre queremos evitar los empachos y los brotes acidóticos”. La media de pienso en robot por vaca y por día es de “4,5 kg de concentrado, y así nos va bien, tanto para la salud de la vaca como para las calidades”.
La digestibilidad y la calidad del forraje son básicos “para que todo vaya bien, las vacas con una ración más digestible se mueven y circulan mucho mejor”.
Los tres robots de ordeño Lely Astronaut cuentan con áreas de separación, incluso en el lote del A3 tienen una cama caliente que usan como paridera, y así “tenemos a las vacas más cerca de los robots”. El uso de estas áreas de separación es “para vacas más delicadas y para aquellos animales que no queremos que compitan con otros dentro de la cuadra”. En Queirugueira “no separamos celos, e incluso usamos esas áreas para secar a las vacas de una forma más natural, con la ración de las vacas secas”.
Las novillas se acostumbran muy rápido al robot, aunque para Blanco no hay una regla establecida, opina que “suelen ser animales más ágiles con los que no hay que trabajar mucho tiempo”.
Los cubículos son de hierro y las camas de arena, con las cuales Marcos asegura que están muy contentos. “No hay nada que nos encajara mejor en la cama, antes teníamos carbonato con serrín, pero no es comparable con la arena”. De la composición de la cama de las vacas, dice Blanco que “solo tiene un problema, cuando el material cae de la cama -se ríe-“. El rendimiento que da esta cama es “confort y un bienestar para la vaca increíble”, apunta el ganadero.
Para la reproducción, en Ganadería Queirugueira utilizan “semen sexado cien por cien en las novillas, salvo que alguna se alargue en el tiempo, y también lo usamos con las vacas que son de élite, luego usamos algo de semen convencional para animales más adultos y carne, porque sino, no tendríamos dónde meter tanta vaca”.
Los robots Lely Astronaut no tienen ningún extra, salvo la báscula que viene de serie con el Lely A3. Para Marcos, los extras “no están mal, pero si tienes a las vacas bien, ni los necesitas ni los echas de menos”.
El aumento de la producción en esta ganadería coruñesa fue significativo, “fue más o menos de unos cuatro litros por vaca y día”, asegura Marcos. “Pero es que al final en esta granja hubo muchos cambios, mejoramos el confort y las instalaciones al hacerlas por y para el robot de ordeño, pensando siempre en el bienestar de las vacas”. Antes también gozaban de una buena producción, pero lo que notan ahora en Queirugueira es “que no tenemos fluctuaciones en las producciones, estamos mejor y más estables en ese sentido”.
Esta granja cuenta también con un arrimador de comida Lely Juno Flex, algo que para Blanco es “fundamental, sobre todo por la noche, así cuando llegas por la mañana todas las vacas tienen la comida a su alcance en la cornadiza”.
El carro lo hacen una vez al día, siempre por la mañana, menos en la temporada de más calor, que lo hacen dos veces por día.