El manejo del ganado en el monte está experimentando una cadena de trabas en los últimos años. Primero fueron las restricciones a los pastos arbustivos en las ayudas de la PAC y la última ola de fuegos dejó patente otro problema endémico, las penalizaciones que sufren las ganaderías en extensivo por los pastos quemados.
Marta Rodríguez Losada, ganadera de ovino y caprino de Ferreira de Pantón (Lugo), abordó estas cuestiones en la comisión de incendios forestales del Parlamento, en la que compareció como vocal de la junta directiva de Ovica, la asociación de criadores de ovino y caprino de Galicia. “Nunca hacen caso de nuestras demandas, pero hay que insistir. Yo soy tozuda como un perro”, declara.
- Comencemos hablando de tu explotación en concreto. ¿Qué rebaño gestionas?
- En mi caso, cada día saco a pastorear 150 ovejas y 70 cabras por las tierras de pasto permanente, pasto arbustivo y pasto bajo arbolado que tengo en propiedad o que me fueron cediendo con el paso del tiempo. De pastizales tengo 33 hectáreas, el pasto arbustivo no lo cuento porque en los últimos años no nos lo computaban para las ayudas de la PAC, aunque hay que decir que son las tierras mejores para las cabras, son las que prefieren.
- ¿Cómo os afectaron a los fuegos de este año?
- En nuestro concello, Ferreira de Pantón, hubo unos 55 incendios, alguno de los cuales afectó a pastizales nuestros. Con todo, el principal problema es que tenemos que cruzar zonas quemadas para llevar el rebaño a pastos lejanos. Las dos márgenes del camino están quemadas y como es entendible, las ovejas no van en fila india.
Le solicité permiso a la Consellería de Medio Rural para poder pasar por camino público con afectación de tierras quemadas particulares a ambas márgenes y, siguiendo escrupulosamente la Lei de Prevención de Incendios, la Consellería me contestó, textualmente:
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“Aunque el paso con animales por caminos públicos en los terrenos quemados no es objeto en la prohibición establecida, dicho paso requiere la debida diligencia del responsable de los animales para que estos no paren a pastorear en los terrenos forestales afectados por el incendio, ya que de detectarse que esto sucede, estaría incurrindo en una infracción administrativa”.
Finalmente, pudimos resolver esta situación y ahora parece que no nos van a poner problemas para llevar los animales por ese camino.
- En cuanto a los pastos quemados en la ola de fuegos, la Consellería había anunciado que, de manera excepcional, iba a permitir computarlos en la PAC, así como el pastoreo en ellos. ¿Está solucionado este tema?
- La realidad es que en la orden de ayudas de la PAC no se marca ningún tipo de excepcionalidad para que los ganaderos podamos hacer uso del pasto que precisamos para alimentar los animales. En teoría, por tanto, no se pueden emplear en los dos años siguientes a la fecha del fuego ni declararlos en la PAC, por lo que nos sentimos doblemente damnificados.
"La conselleira dijo que se podría pastorear en terrenos quemados y declararlos para la PAC, pero sus técnicos siguen diciendo lo contrario"
Si declaramos esa superficie quemada estaremos incurriendo en una sanción administrativa, pero si seguimos las directrices que marca la Lei, perderemos nuestros derechos de pago base por no declarar esa superficie durante dos años sucesivos.
No entendemos como en Asturias, que sufrió una situación similar, el Principado sí aplicó un levantamiento de acotamiento del pastoreo por fuegos. En Galicia, la conselleira dijo en los medios de comunicación que sí podíamos pastorear y declarar esa superficie en la PAC, pero la información que le transmitió la Consellería a nuestro equipo técnico es la contraria. En los cursos de formación para la PAC, les subrayaron claramente que no podemos declarar esas parcelas, por lo que no entendemos por qué la administración no acaba por legislar y regularizar esta situación, y más cuando ya han transcurrido seis meses de la ola de fuegos del otoño.
La legislación vigente penaliza y criminaliza a las ganaderías que pastoreamos, cuando somos nosotros precisamentes quien mantenemos el territorio y el paisaje.
- Este invierno compareciste como directiva de Ovica en la comisión de estudio de incendios del Parlamento. ¿Qué papel crees que puede jugar la ganadería ante los fuegos?
- La llave del problema de los incendios pasa por la gente, por mantener la actividad agrícola y ganadera. Hay que evitar como sea el abandono del rural porque cada persona que cesa en el campo es un aumento de riesgos. Quizás la superficie y paisaje que gestionaba esa persona no vuelva a ser productiva. Desde Ovica constatamos una constante pérdida de superficie agraria útil y una invasión de especies forestales en terrenos agrarios, sin que la Administración haga cumplir la ley.
"Siempre me gustó el campo y, sobre todo, los animales. Las ovejas y las cabras son cariñosas y es una compañía que valoro"
- Llevas ya casi dos décadas en Ovica, desde que te iniciaste en el sector con tu explotación, en el año 2000. Cuéntanos cómo fueron tus inicios en el campo.
- Siempre me gustó el campo y sobre todo, siempre me gustaron los animales, es una compañía que valoro mucho. Las ovejas y cabras son animales cariñosos y tengo cabras que atienden como se fueran un perro. Del inicio de nuestra explotación, hay que decir que fue una casualidad. Cuando volvimos de la emigración en Suiza, nos regalaron una cordera, con la idea de que la matásemos para comer, pero nuestra hija se encariñó con ella y no quiso, así que al final compramos otra cordera para que le hiciera compañía a la primera y al poco, nos ofrecieron un pequeño rebaño de 10 ovejas y una cabra de una persona que ya no podía atenderlas.
No teníamos ni idea de ganadería, pero gracias a los cursos de formación y al apoyo de Ovica, que nos asesoró desde el principio, creamos un proyecto viable y exitoso en el tiempo.
- En cuanto a tierras, nos comentabas que gestionas 33 hectáreas de pastos. ¿Cómo os fuisteis haciendo con esa superficie?
- Compramos una propiedad y poco a poco incorporamos tierras a la granja, casi siempre en régimen de cesión por cambio o alquiler verbal, como en la gran mayoría de los casos de incorporaciones a la ganadería extensiva en nuestro sector.
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- Estáis en una zona con problemas de ataques por el lobo. ¿Qué manejo hacéis para tratar de reducir el problema?
- Últimamente hubo ataques de lobo cerca y nosotros también los hemos sufrido, así que hay que tener cuidado. Salimos a la mañana con el rebaño, que siempre va acompañado de mastines, y lo recogemos al mediodía a una finca próxima a la casa. Siempre vamos con los animales.
- ¿Cómo valoras el apoyo de la Administración al sector ovino y caprino?
- La mayoría de ganaderías están cansadas de las dificultades burocráticas y de la falta de apoyo de la Administración. Siempre se nos tuvo por los parientes pobres de la ganadería. Me llamó la atención una campaña de promoción del consumo de carnes gallegas que hizo el año pasado la Consellería porque cuando miré el cartel, aparecían todos los sectores, vacas, conejos, gallinas... pero no aparecían ni ovejas ni cabras. En general, le prestan poca atención a nuestras demandas, aunque hay que seguir insistiendo. Yo soy tozuda como un perro y es la manera de que te hagan caso.
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Propuestas de Ovica para la prevención de incendios: el fomento de la diversificación productiva del monte
La Asociación de Criadores de Ovino y Caprino de Galicia, Ovica, incide en las posibilidades que ofrecen ovejas y cabras para el control del matorral en el monte, una función que considera clave para la prevención de incendios forestales.
La potencialidad del sector ovino en la comunidad es grande, si se tienen en cuenta los datos del pasado. A comienzos del siglo XX, en Galicia había más de 2 millones de ovejas y cabras que vivían exclusivamente del pasto y del matorral. En la actualidad quedan 229.000 cabezas de ganado ovino y caprino repartidas entre 21.709 explotaciones ganaderas, de las cuales únicamente 76 ganaderías tienen más de 250 animales.
Desde Ovica se cuestiona que en lugar de fomentar las ganaderías de ovino y caprino, la Administración esté aplicando medidas que las penalizan. El colectivo marca una serie de prioridades para el desarrollo del sector en Galicia.
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Reconocer los pastos arbustivos para las ayudas de la PAC
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Creación de una Escuela de Pastores
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Apoyo al uso de ovejas y cabras para la prevención de incendios forestales
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Eliminar la prohibición de pastorear en terrenos quemados
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Autorización de quemas controladas en invierno
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Control sobre las forestacións ilegales de tierras agrarias
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Evitar el abandono en el monte de restos de biomasa procedente de podas, claras o desbroces
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Acceso a la tierra
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Recuperar el programa de implantación de pastos en zonas de montaña
“En el 2015, la Consellería de Medio Rural aplicó unilateralmente una quita en los pastos arbustivos y pastos sobre arbolado declarados en la PAC. A mayores, todos los recintos de menos de 3.000 metros cuadrados fueron reasignados con un coeficiente de admisibilidad igual a cero” -critican desde Ovica.-. “Esto supuso que esta declaración de superficies de la PAC marcara el primer año de compromisos en el período del Plan de Desarrollo Rural 2015-2020, limitando el cobro por uso de toda esa superficie, salvo que fuera alegada”.
El reciente reglamento Ómnibus, de la Comisión Europea, del pasado otoño, reconoce la singularidad del aprovechamiento de los pastos arbustivos, si bien en Galicia no hay aún garantías de que se tengan en cuenta los nuevos criterios marcados por Europa, según Ovica. “Desapareció el criterio de que el 50% de la parcela tenga que tener cobertura herbácea, es suficiente con que exista una consolidación del pastoreo, pero oficialmente no se nos comunicó cómo se va a proceder en Galicia a aplicar esta nueva directriz”, valoran.
La asociación considera que es preciso regular la formación y capacitación de los futuros ganaderos de ovino y caprino, como ya hacen otras comunidades autónomas, caso de Extremadura, Aragón o Comunidad Valenciana.
“¿Por qué en Galicia no podemos disponer de una medida de apoyo real al sector como la de la ‘Oveja Bombera’ de Castilla La Mancha?” , se preguntan desde Ovica. La línea de ayudas de la ‘Oveja Bombera’ -dispuesta a mayores de las ayudas agroambientales- otorga en Castilla La Mancha 123 euros por hectárea para premiar el papel de la ganadería extensiva en la prevención de incendios forestales.
Ovica recuerda también que entre los años 2006 y 2009, por medio de un convenio con Medio Rural, asesoró a 115 comunidades de montes vecinales en el aprovechamiento silvopastoral del monte, sobre todo a comunidades de Lugo y Ourense. “Ese convenio fue rescindido en su día por falta de presupuesto, lo que limita los recursos de la asociación para dar asesoramiento a toda la demanda que nos está llegando, sobre todo de montes vecinales de las Rías Baixas, en los que está habiendo un ‘boom’ de explotación del monte con ganado caprino”, señalan.
La legislación marca que en los dos años siguientes al incendio esté prohibido el pastoreo en terrenos quemados. “La ley actual sólo conduce al abandono de esa tierra. Si los ganaderos que quedaron sin alimento y con la mayor parte de la superficie quemada o afectada no pueden pastorear en invierno, la explotación ganadera está condenada a su cierre. Cambiar la legislación es una necesidad básica”, advierte Ovica.
Para regeneración de pastos y de zonas abandonadas del monte, Ovica considera que debe hacerse un mayor uso de la herramienta de las quemas controladas, con la correspondiente gestión y autorización por parte de la Xunta. “En muchos casos, se trata de la única alternativa para recuperar superficies no productivas”, destacan.
El actual procedimiento sancionador de forestaciones ilegales o que incumplen las distancias de plantación marcadas por la ley puede dilatarse más de dos años tras una denuncia, según la asociación.
El abandono en el monte de biomasa lleva a un aumento de los riesgos en caso de un fuego forestal. Además, se limita el acceso a esa superficie por parte de los animales que realizan un aprovechamiento silvopastoral del monte.
“El acceso a la tierra es un factor clave. Debe dotarse con más recursos materiales y humanos al Banco de Terras y crear un Banco de explotaciones agrícolas y ganaderas que evite que las granjas que se vean obligadas a cerrar dejen improductiva la superficie territorial que gestionan”, señala Ovica.
La renovación y actualización periódica y constante del Catastro es también fundamental para propiciar el contacto entre la oferta y la demanda de tierras improdutivas y abandonadas, desde la perspectiva del colectivo.
“El anterior programa de implantación de pastos en zonas de montaña dentro de Galicia, que estuvo vigente en el período 1984-2016, permitió ejecutar unos 700 proyectos, casi todos desarrollados en Comunidades de Montes Vecinales. Se movilizaron cerca de 25.000 hectáreas que permitieron generar un movimiento dinamizador en las zonas en las que se implantó gracias a la recuperación de la ganadería extensiva”, valora Ovica.
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