Odón López empezó su ponencia recordando que “el problema de la gestión forestal en Galicia es el minifundio: precisamos una superficie mínima para que gestión forestal sea sostenible y rentable”. En concreto, situó el mínimo en las 25 hectáreas y lo óptimo a partir de 60 hectáreas de monte. “Las comunidades de montes por debajo de 25 hectáreas de superficie no son sostenibles”, subrayó.
En este sentido, destacó que una gestión sostenible del monte “implica que haya una regularidad en las rentas para que haya una gestión técnica y unas inversiones periódicas en silvicultura, defensa contra fuegos, plagas y enfermedades”.
Además, el jefe del Distrito Forestal IV del Barbanza, uno de los más activos en Galicia en el asociacionismo forestal y en el aprovechamiento multifuncional del monte, recordó que una superficie mínima “también nos permitirá mayor resiliencia en caso de una adversidad -incendio, plaga...etc- ya que lo normal es que no afecte a toda la masa forestal y mejore precios, ya que a partir de los 1.500 metros cúbicos los maderistas pagan más al reducir costes”.
“Ni las UXFOR funcionaron ni las SOFOR están funcionando”
A este respeto, Odón López lamentó que las figuras que creó la Xunta de Galicia en los últimos años para favorecer el asociacionismo forestal y, por tanto, más superficie y una gestión sostenible del monte, no funcionaron.
“Las SOFOR no están funcionando -sólo hay 3 en Galicia- porque implican la creación de una Sociedad Limitada, lo que supone una cuestión compleja para el propietario”, explicó el ponente.
Además, advirtió de que “tampoco ayuda que las SOFOR impliquen la cesión de los derechos sobre las parcelas, abandonando el concepto de propiedad por el de participación; y a un propietario que vea que en su terreno le toca un cortafuegos no lo anima mucho”.
Y en tercero lugar, Odón López lamentó que “tanto las UXFOR como luego las SOFOR son dos figuras que imponen una única filosofía para todo el territorio gallego, cuando existen grandes diferencias en la gestión, en la propiedad y en el tipo de monte entre las comarcas gallegas”.
Alternativas a las SOFOR
Ante esta situación, el ponente explicó que están surgiendo otras figuras para hacer sostenible el aprovechamiento forestal, como son las asociaciones privadas de productores de madera, “con propietarios que comparten intereses y crean una sociedad básicamente orientada para la producción de eucalipto y con una filosofía de rendimiento a corto plazo”.
Otra figura alternativa son las cooperativas de servicios comunes, como gestión técnica y tratamientos silvícolas, a través del pago de cuotas por parte de los asociados, pero sin una verdadera unión de las superficies.
Aspectos mínimos a la hora de legislar sobre asociacionismo forestal
Ante esta situación, Odón López expuso una serie de aspectos mínimos que consideró necesarios tener en cuenta a la hora de legislar para que las figuras de asociacionismo forestal que impulsa la Xunta tengan éxito:
-Un modelo que se adapte a todos los escenarios de la realidad gallega.
-Que implique una cesión de derechos durante un tiempo determinado.
-Necesidad de seguridad jurídica para evitar que los asociados salgan cuando haya que aportar capital o realizar talas.
-Tiene que ser exigible la ordenación (la gestión sostenible a través de un plan técnico o documento simple) para garantizar la sostenibilidad de esa explotación forestal.
-Deber de certificación forestal.
Por último, Odón López apuntó dos consideraciones que, en su opinión, son claves para el éxito del asociacionismo forestal: la importancia de un liderazgo a nivel de los propietarios que impulse su asociación y la necesidad de que haya consenso social y compatibilidad de usos (actividad ganadera, turística...etc).