Agroalimentación

¿Qué le piden los consumidores europeos a los alimentos?

Dos tercios de la población estaría dispuesta a cambiar sus hábitos por razones ambientales, pero sólo un 20% se declara dispuesta a pagar más por ese motivo

Campo Galego 12/06/2020 8:12 pm

Una encuesta sobre la transición a una alimentación más sostenible, realizada por una organización de consumidores europea (Beuc), deja interesantes conclusiones. Sólo un 10% de los consumidores piensa que lo que come tiene impacto sobre el medioambiente, en tanto un 63% descarta que haya ninguna relación entre los alimentos que elige y el impacto ambiental que genera.

Por países, llama la atención que en países del Sur como España, Italia, Portugal o Eslovenia hay un mayor porcentaje de consumidores que declaran prestar atención a los impactos ambientales de la alimentación, en comparación con países del Norte como Alemania, Bélgica, Holanda o Eslovaquia.

La encuesta se realizó en 11 países de la UE, con 1.000 consumidores por país, de diferentes edades, género, estudios y ubicación geográfica. El trabajo de campo se hizo antes de la crisis de la Covid-19, si bien las conclusiones se publicaron estos días, por lo que la organización de consumidores deja también su opinión sobre las tendencias de consumo que generará la crisis del coronavirus.

Estas son algunas de las principales conclusiones del trabajo, que tiene un enfoque claramente ambiental.

1) El consumidor tipo ignora el impacto ambiental de su elección de alimentos

Sólo un 10% de los consumidores es consciente de que lo que come tiene efectos sobre el medioambiente. Por ejemplo, pocos consumidores se percatan o evalúan la huella ambiental que deja el transporte de alimentos que llegan de fuera de la UE.

Más de la mitad de los consumidores (53%) no quiere que nadie les diga lo que deben o no comer.

La organización de consumidores es partidaria de aumentar la educación y las campañas informativas sobre esta cuestión. Incluso propone implantar un etiquetado que indique la sostenibilidad de los alimentos.

2) Buena parte de los consumidores asocian la idea de ‘alimento sostenible’ a un bajo impacto ambiental y a la ausencia de pesticidas o transgénicos

Cuando se les pregunta qué es un alimento sostenible, la mayoría de los consumidores se decanta por un producto con bajo impacto ambiental (48%), sin uso de transgénicos o pesticidas (42%) y con cadenas de suministro locales (34%).

En Bélgica y Holanda destaca el hecho de que un tercio de los consumidores asocian el concepto a ingresos justos para el productor, si bien los autores de la encuesta consideran que eso se debe a que las preguntas fueron formuladas en un ciclo de protestas del campo.

La organización de consumidores también incide en que si la pregunta fuera formulada a día de hoy, tras la crisis de la Covid-19, es probable que en el concepto de sostenibilidad aumentara el peso de la seguridad alimentaria, es decir, la importancia de tener alimentos disponibles y accesibles. También que los consumidores consideraran como más importantes las cadenas locales de suministro.

De hecho, un estudio desarrollado en Suiza prueba que durante la crisis de la Covid-19 hubo un aumento de la tendencia de compra hacia alimentos locales, con un aumento de consumidores que tienen intención de aumentar la compra de esa gama de alimentos o de comprarle directamente a las granjas.

Desde la organización de consumidores europea abogan por una definición clara de sostenible y por un etiquetado que le ofrezca información útil a las personas. “Una serie de indicadores distintos correspondientes a varios componentes puede ser preferible a una etiqueta / logotipo que agregue diferentes atributos de sostenibilidad”, considera la entidad.

El caso de los ‘Productos Lácteos Sostenibles (PLS)’
En España, un ejemplo de un etiquetado de un producto como sostenible es el caso de la leche, en la que hace años se popularizó el logo PLS (Producto Lácteo Sostenible) en los envases. Fue un logo creado tras la crisis de precios del 2015 y que nacía para identificar la leche que tuviera una remuneración justa a lo largo de toda la cadena, pero enseguida perdió ese sentido, puesto que marcas que se vendían a bajos precios en los lineales también usaban ese logo, y el consumidor nunca reconoció su función.

3) El 80% de los consumidores no quieren pagar más por productos más sostenibles

Seis de cada diez consumidores declaran que las preocupaciones ambientales tienen alguna influencia en sus decisiones de compra (42%) o mucha influencia (16%), pero sólo hay un 20% que esté dispuesto a pagar más por alimentos más sostenibles.

El porcentaje sube al 29% cuando se les pregunta si estarían dispuestos a pagar más a cambio de que los productores tengan ingresos justos.

Desde la organización de consumidores europea consideran que es importante que con la crisis de la Covid-19 no se encarezcan las opciones de alimentos sostenibles: “Los consumidores no los deben percibir como más caros que los convencionales”, advierten. Consideran que eso puede lograrse con cadenas más cortas de comercialización o con la promoción de un menor consumo de carne.

Otro problema lo sitúa la entidad en la falta de información a la que tienen acceso los consumidores. La organización aboga por medidas como informar en las etiquetas sobre el origen de los alimentos y sus modos de producción y transporte.

4) Un tercio de los consumidores dice haber reducido su consumo de carne roja

Alrededor de un 35% de los consumidores declara estar reduciendo su consumo de carne roja, en tanto un 6% dice que dejó de consumirla (De promedio, un 4,6% de los encuestados declararon ser vegetarianos o veganos).

Preguntados sobre el consumo de productos lácteos, un 56% dice no estar dispuesto a reducirlo y sólo un 20% estaría dispuesto a hacerlo.

En cuanto a alternativas a las proteínas cárnicas, sólo hay un 10% de consumidores que estaría dispuesto a comer insectos y un 13% carne de laboratorio. La alternativa más aceptada (60%) son las legumbres.

La organización de consumidores europea es partidaria de que los productos vegetales se puedan comercializar con nombres ligados a la carne, como hamburguesa vegetal, algo en lo que un 20% de los consumidores no está de acuerdo en ningún caso.

5) Los consumidores quieren normas más estrictas en el campo

Un porcentaje importante de consumidores (39%) piensa que los productores deberían estar obligados a producir alimentos más sostenibles. La mayoría de los consumidores (53%) está de acuerdo en que los agricultores tengan ayudas para lograr una producción más sostenible.

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