El cerezo bravo (Prunus avium) es una especie caducifolia que suele encontrarse en Galicia como árbol acompañante en carballeiras y bosques de ribera. Su presencia habitual es de forma aislada o en pequeños grupos, preferentemente en zonas frescas y sombrías. Es un árbol productor de madera noble y con un crecimiento medio. Para su uso en plantaciones forestales, se recomienda emplear clones con calidad demostrada, preferentemente de origen autóctono, de forma que estén adaptados al suelo y al clima.
El Centro de Investigación Forestal de Lourizán tiene certificados por el momento dos clones de cerezo de origen gallego, que ya se pueden encontrar en el mercado, aunque con dificultades, y este año está cerrando la certificación de tres nuevos clones de calidad superior.
Los dos primeros clones certificados por Lourizán presentan tolerancia al encharcamiento pero son sensibles a la sequía
Los clones ya certificados son el ‘ Prunus avium Lourizán 1’, que presenta una supervivencia en plantación superior al 94%, y el ‘ Prunus avium Lourizán 2’, con supervivencias superiores al 90%. Los fallos en las plantaciones suelen estar relacionados con una mala calidad de suelo. Estos clones fueron seleccionados en el 2011 y 2012 por conseguir mayores crecimientos que los otros presentes en las plantaciones de ensayos de Lourizán, en especial el Lourizán 1.
Los árboles suelen presentar fustes rectos, sin bifurcaciones, y toleran encharcamientos, pero en su debe hay que subrayar que son sensibles a la sequía. Uno de los clones que se está registrando este año, el Lourizán 3, sí presenta una mayor adaptación a los periodos secos.
En función de la ubicación de la plantación, es necesario tener también en cuenta la fecha de floración. El Lourizán 1 es de floración tardía, en la segunda semana de abril, en tanto el Lourizán 2 es de floración precoz, a partir de 24 de marzo.
Aspectos claves
De acuerdo con las recomendaciones de Lourizán, las principales cuestiones a tener en cuenta en una plantación forestal de cerezo son las siguientes:
- Para el establecimiento de plantaciones forestales, es preciso partir de plantas de buena calidad genética y morfológica, con entre uno y dos años de crecimiento en vivero, fase en la que superan el metro o metro y medio de altura.
- Se precisan terrenos con buena profundidad y buena disponibilidad de agua, sin sequía y sin estar encharcados en los periodos vegetativos, para que los árboles consigan buenos crecimientos. En caso de sequías, sería preciso hacer riegos los primeros años
- Utilizar terrenos protegidos de los vientos. Se recomiendan terrenos de valle y antiguos terrenos agrícolas. Deben evitarse cumbres y zonas muy expuestas a los vientos dominantes. También debe protegerse la plantación de los depredadores, como los corzos, que gustan de los brotes tiernos de esta especie.
- Establecer marcos de plantación de 4x4 metros. No se prevén claras, ya que se utilizan pies de buena calidad. Podría establecerse un marco más amplio, pero exigiría de mayores podas.
- Realizar cuidados culturales, lo que permitirá obtener buenos crecimientos, con turnos de tala de unos 30 años.
- Proceder a la poda de las ramas, especialmente cuando los árboles tiendan a formar ramas gruesas o haya alguna que compita con el eje principal y comprometa la rectitud en el fuste del árbol. Las ramas de uno a dos años se podarán parcialmente, para ser eliminadas en años posteriores. Ninguna rama que se pode debe superar los 2,5-3 centímetros de diámetro, a fin de evitar la formación de nudos. La poda se ejecutará en la parte final de la primavera.