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¿Cuáles son los factores clave en la recría de terneras?

¿Cuáles son los factores clave en la recría de terneras?

De Heus, con su dilatada experiencia en el ámbito de la nutrición de vacuno lechero, ha sido capaz de adaptar, según la demanda genética de los animales y la evolución de las explotaciones, un plan de recría que permite cubrir las necesidades de una manera eficiente, aprovechando así todo el potencial genético de las terneras, desde el nacimiento hasta el parto, buscando como último fin el alcanzar una producción vitalicia excelente y un animal sano.

En este período son muchos los factores que influyen en el resultado. Las granjas se juegan mucho en esos 22 a 24 meses de duración de la recría, puesto que se está haciendo una inversión de dinero en forma de alimento que ronda entre los 1.650 y 1.850 euros hoy en día, además de los costes de mano de obra, uso de instalaciones, y también otros factores ocultos difíciles de medir, como el impacto económico de la edad al primer parto, o el impacto de una recría ineficiente en la productividad futura de ese animal.

Por este motivo, es clave diseñar sistemas de recría simples pero muy eficientes para conseguir novillas que lleguen al parto en menos de 24 meses, con unas condiciones de desarrollo óptimas que garanticen animales muy productivos, eficientes y longevos que permitan generar un retorno económico de la recría óptimo.

Todo esto se resume en las características de una novilla Kaliber.

• Edad al primer parto siempre menor a 24 meses.

• Gran desarrollo musculoesquelético.

• Sin engrasamiento.

• Peso posparto 570 kg.

Para conseguir estos resultados debemos conseguir la máxima eficiencia durante todo el período de recría. Son muchos los factores que influyen en los resultados:

• El plan de manejo y alimentación de las vacas en transición. El Plan Prelacto para período seco es clave para la viabilidad de la futura ternera. Las últimas tres semanas de gestación suponen un reto metabólico crucial, por las demandas de calcio tanto para el crecimiento rápido de la ternera, como para la formación del calostro. Recientes estudios relacionan directamente equilibrios macrominerales en raciones de vacas secas con calidades de calostro y, por lo tanto, la inmunidad de la ternera.

Condiciones de Score Corporal inadecuadas afectan directamente a la cantidad y a la calidad del calostro en términos de concentración de IgG. La pregunta obligada es: ¿medimos y registramos la calidad del calostro para obtener conclusiones de soporte a la toma de decisiones? La estrategia de manejo y suministro es un punto clave que determina la productividad futura.

• Las instalaciones y el manejo de las vacas secas, tanto en la estrategia de alimentación como en la duración del período seco.

• Agrupamientos y momentos de emplazamientos.

• Plan vacunal para la prevención de problemas respiratorios y profilaxis de problemas digestivos.

• La higiene de la paridera.

• Diseños de estrategias de alimentación durante la lactancia personalizados en función de las posibilidades y características de cada granja.

• Sistemas de ventilación artificial. Existen sistemas muy avanzados, capaces de calcular niveles de CO2 y NH3 en función del número de terneras y programar en función de una temperatura de aire ideal ciclos de extracción y renovación de aire que brindan niveles de confort muy altos.

A nivel nutricional, es fundamental considerar las realidades fisiológicas cambiantes a lo largo de las cuatro fases del período de recría.

Si nos centramos en la edad comprendida entre el destete y el primer parto, a veces nos encontramos con instalaciones no adecuadas, novillas alimentadas con restos de raciones de lactación o con forrajes de baja calidad. Esto hace que el desarrollo de la novilla no sea el correcto y se retrase la edad del primer parto.

El objetivo sería conseguir que el primer parto tuviera lugar antes de los 24 meses, incluso acercándose a los 20 meses, siempre y cuando el desarrollo del animal en el momento de la inseminación sea correcto.

En una granja de 100 cabezas, cada mes de retraso en la media de los partos supone una pérdida de 9.000 euros al año

El impacto económico es considerable. Para una explotación de 100 cabezas, cada mes de retraso en la media de partos supondría aproximadamente 9.000 euros al año, o visto de otro modo, cada mes que adelantamos el primer parto supone un ahorro de un 10% del coste de recría de la novilla, basado en el menor coste de alimentación del ciclo de recría más corto, el menor stock de animales necesarios y la mayor productividad contrastada de los animales que llegan antes al parto.

Para evitar este sobrecoste y conseguir una altura y pesos correctos a fin de reducir la edad de primera inseminación deben de marcarse unos objetivos a seguir. Para ello, podemos dividir el período de recría en 4 etapas. La primera, desde el nacimiento al destete (fase joven). Como ya mencionamos anteriormente, es una etapa clave para la futura ternera.

La etapa de crecimiento. Va desde el destete hasta los 8 meses. La intención es conseguir 900-1000 gr GMD, promover el crecimiento del sistema esquelético, tanto óseo como muscular, y evitar el engrasamiento, que es contraproducente para una correcta función ovárica y desarrollo mamario.

Momento de inseminación
La siguiente etapa sería la fase de pubertad, entre los 8 y 14 meses. La pubertad aparece cuando el animal alcanza el 45 a 50% de su peso como adulto. El cuerpo de la novilla continua su desarrollo en peso y altura, evitando el depósito de grasa al igual que en la etapa anterior. A esta edad, incluso un poco antes (5 meses), ya existe la capacidad plena de digerir fibras y producir ácidos grasos volátiles como sustrato energético. Los requerimientos energéticos y de PB son algo menores, pero no debemos descuidarlos.

La recomendación para esta etapa es de una GMD entre 800- 900 g/día. La inseminación debe hacerse cuando las novillas tienen una estructura corporal adecuada acorde al Punto Kaliber objetivo, sin ser el peso un carácter definitivo a la hora de hacerlo. Deberían tener una altura superior a 1,33 metros a la cruz.

En la fase de gestación, desde el momento de la inseminación hasta parto, nuestro objetivo es el desarrollo de la novilla con un mínimo depósito de grasa. Un correcto crecimiento permitirá el óptimo desarrollo del feto y un animal saludable. El objetivo de esta etapa a nivel nutricional es conseguir altos consumos de materia seca con un buen aporte de fibra de calidad.

Una vez confirmada la preñez, la ración debería estar en torno al 15% de PB. El objetivo sería alcanzar consumos de materia seca de aproximadamente 11 kg a los 22 meses. La altura ideal de las novillas al parto es de 1,40 metros de altura a la cruz y un peso de entre 610 y 630 kg en preparto.

¿Cómo identificamos una novilla Kaliber?

Los ‘Puntos Kaliber’ son los indicadores que utilizamos como complemento de la ganancia de peso diaria para confirmar que vamos por el camino correcto. Consisten en la visibilidad de la marca de las últimas costillas, la visibilidad de la línea dorsal en unas proporciones de altura y peso adecuadas como garantía de que no estamos engrasando a las novillas y estamos evitando los efectos nocivos que este proceso tiene sobre nuestro proyecto.

Para garantizar un buen crecimiento es esencial controlar en las dos primeras fases la ratio PB/EM, puesto que si esta relación no es correcta no cumpliremos los puntos de control futuros y no lograremos el objetivo. A modo de conclusión podemos decir que, en el diseño de un plan de recría, es muy importante saber a dónde queremos llegar.

Nuestro objetivo debe ser lograr una novilla de alta producción, que mejore la longevidad del establo, al mínimo coste y evitar los costos ocultos que generan ineficiencias tales como:

• Bajos aumentos medios diarios en la etapa de lactancia.

• Mortandad.

• Retrasos en la edad al primer parto.

• Eliminación de novillas en primera lactación.

Para llegar a este ambicioso objetivo, debemos poner en orden todos los factores, tanto internos como externos, para que nos aporten:

• Un rápido crecimiento para optimizar la ocupación del espacio y no sobrecargar el establo de recría.

• Una óptima transición de pre-rumiante a rumiante que nos permita seguir afrontando los cambios fisiológicos internos y como pilar para el desarrollo musculoesquelético, que será factor primordial en la capacidad de ingestión de materia seca.

• Una rápida llegada a la fase de pubertad con buen desarrollo del aparato reproductivo que nos permita una gestación a una edad media de 13 a 14 meses. Hasta que llega el momento de la pubertad, la ternera ha pasado por dos fases en las que hay que procurar que el equilibrio entre necesidades de crecimiento y lo que le aportamos sea correcto.

Para evitar llegar a la fase de pubertad con terneras fuera de condición corporal es necesario establecer un sistema de monitorización y pesadas periódicas basados en el sistema Nutriexpert del equipo técnico de De Heus.

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