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Cabra mee, las cabras como proyecto de presente y futuro

“En mi casa siempre hubo alguna cabra y son unos animales que siempre me han gustado, por eso decidí que ese podía ser mi proyecto de futuro”, explica Isaías Medela. Este joven de la parroquia de Vilatuxe, en Lalín (Pontevedra), decidió apostar por las cabras en el ayuntamiento con más vacas de Galicia. “Tenía claro que vacas no quería, en parte por la importante inversión que supone comenzar de cero con una granja de vacuno”, apunta. Comenzó hace poco más de dos años con la ganadería de cabras junto con su padre Miguel, que ya había comprado la primera pareja de animales cuando él era apenas un niño. Entre ambos compaginan las labores de cuidado de la ganadería Cabra mee. Hoy tienen un rebaño de 160 animales y quieren llegar a tener 600 cabezas, a base de recría propia y de ir incorporando alguna cabra nueva de raza pura.
“La verata es una raza que se adapta bien tanto para la producción de leche como de carne, además come bien, engorda bien y es bastante rústica”
En agosto del 2021 compraron el primer lote de cabras para comenzar con la actividad profesional. En aquel momento adquirieron unas 70 cabras procedentes de la Sierra de Gredos (Ávila). Reconoce que en estos primeros tiempos también tuvieron ciertas dificultades. “La humedad que tenemos en Galicia fue un problema para las cabras y tuvimos muchas bajas por eso en aquel primer invierno. También es cierto que eran cabras adultas, a las que les cuesta más adaptarse que se hubiesen sido cabritas jóvenes”, recuerda Miguel. La mayor parte de sus cabras son de raza Verata, aunque también tienen cruces de raza Malagueña. “Nos gusta la Verata porque es una raza que se adapta bien, tanto para la producción de leche como de carne, además come bien, engorda bien y es bastante rústica”, explican los ganaderos. Por el momento, no barajan incorporar otras razas, pero están interesados en conocerlas. “Este año estuvimos en la Semana Verde con criadores de cabras de raza gallega y tenemos pendiente visitar su ganadería para conocer más sobre esta raza”, valoran los pastores.

El día a día con el rebaño

Todos los días, el rebaño sale al monte o al prado a pastar, excepto en invierno cuando está muy mal tiempo, que quedan en el establo con hierba seca. “Casi siempre vamos los dos con el rebaño y cuando no, el que se queda prepara las camas en el establo o atiende los cabritos pequeños”, apunta Isaías. Manejan una superficie de alrededor de unas 100 hectáreas de monte y praderas. “Hay mucha gente que nos deja prados para pastar antes de renovarlos. También hay quien nos deja fincas de monte para que no se le cubra de maleza”, indican los ganaderos. Solo de prados desde finales de verano pastan unas 50 hectáreas. “Por ahora aún son pocas cabezas de ganado, pero cuando lleguemos a las 600 será un importante método para prevenir incendios”, reivindica Isaías.
En determinadas épocas del año gestionan alrededor de unas 100 hectáreas de monte y praderas. Tienen previsto sembrar cereales en parte de estas fincas para complementar la alimentación del ganado
La alimentación de las cabras se centra en el pasto y se complementa con hierba seca. Sin embargo, Isaías pretende sembrar cebada y trigo en los próximos años para introducir también estos cereales y la paja en la dieta de los animales, ya que tienen previsto comenzar con la producción de leche para la elaboración de quesos. “Con el aporte de cereales se consigue que las cabras tengan más leche tanto para criar las crías como para aprovechar para hacer quesos”, explica Isaías. La producción propia de cereal tienen pensado realizarla también en zonas de monte, una manera más de contribuir a reducir el riesgo de incendios forestales. De hecho, aunque Isaías casi no lo vivió por ser aun un niño, tanto su padre como su abuelo fueron durante años quien se encargaban de cosechar el trigo y el centeno, al contar con una de las pocas cosechadoras en la zona.

Conocer otras ganaderías

Antes de comenzar con la suya, Isaías estuvo también en contacto con otros ganaderos de distintas zonas de España para conocer de cerca cómo era el oficio de pastor y tener mayor conocimiento de estos animales. Así, hace 4 años estuvo en Ávila, en una ganadería con cabras Veratas donde tuvo oportunidad de conocer más sobre la raza. También estuvo en una ganadería de Los Gallardos (Almería), donde contaban con cabras de leche y ovejas de carne. “Fue una manera de ver cómo trabajaban en distintas ganaderías y conocer otras oportunidades de negocio, ya que en una de ellas también tenían visitas con jóvenes a la ganadería, una iniciativa que nosotros también estamos valorando”, detalla Isaías. Además, reconoce que ahora mantiene muy buena relación con esos ganaderos, con lo que ha sido una manera de crear contactos profesionales en el sector.

Primeros pasos para la producción de quesos

Por ahora, los animales que van naciendo en la ganadería los dedican para la recría, en el caso de las hembras, mientras que los machos los comercializan directamente tanto a vecinos como a restaurantes locales. Tienen previsto centrarse también en la producción de leche para la elaboración de quesos, de hecho en los últimos meses estuvieron ya comenzando con las primeras pruebas. “Estuvimos haciendo ya algunos quesos y dándoselos a probar a los conocidos y amigos para ir teniendo valoraciones del producto”, indican.
Tienen previsto comenzar con la quesería propia en el 2025
Aunque en un primer momento valoraron alquilar una nave para la quesería, optaron por instalarla en las cercanías de la granja para poder optimizar el tiempo y compaginar la atención de la ganadería con la elaboración de los quesos. “ La intención es comenzar con la quesería de cara al 2025”, apunta Isaías. Junto con la producción de quesos, en Cabra mee también han pensado realizar visitas a la ganadería. “Queremos que la gente pueda acercarse y conocer cómo es atender una ganadería e incluso ir con las cabras, para disfrutar de la tranquilidad y la paz de estar en el monte con el rebaño”, reivindican los ganaderos. De hecho, ya han tenido algunas experiencias con grupos de niños de los campamentos estivales o de grupos que se acercan hasta la capital dezana para conocerla y tienen de este modo una oportunidad de ver de cerca sus montes y una forma de vida en el rural con su ganadería.
  • Este contenido se elaboró en colaboración con el Mercado de la Cosecha. El Mercado de la Cosecha es un proyecto de impacto positivo de Corporación Hijos de Rivera que trabaja con el propósito de transformar el rural.

Cómo el monte vecinal de Meira repensó su ganadería de cabras para hacerla viable

La comunidad de montes de Meira (Moaña) se ha replanteado su proyecto de pastoreo con cabras tras ver que los costes de mantenimiento eran difíciles de asumir. La iniciativa había arrancado hace 5 años con el pastoreo diario de unas 120 cabras. Con el paso del tiempo, la comunidad llegó a tener 170 cabezas aproximadamente. Para su manejo, llegaron a contratar a tres personas, pues en los inicios, las cabras se pastoreaban a diario por diferentes partes dentro de las más de 400 hectáreas que abarca este monte vecinal. Los animales se rotaban por las diferentes zonas del territorio para ir limpiando la maleza que se da. Apenas existían cierres, por lo que, todas las noches las cabras tenían que volver a una nave construida por la comunidad. Tal y como especifica Javier Fernández, presidente de la Comunidad de montes de Meira, “las cabras tienen mucha utilidad pero con un cierre nada más como teníamos antes, requerían muchos recursos de tiempo y mano de obra”. La inversión desde un principio fue cuantiosa, y según especifica Jesús Collazo, miembro de la directiva de la Comunidad, “a nuestra inversión se le sumó a mano de obra del trabajo diario de tres personas, además de los gastos de mantenimiento de los animales porque conviene tener en cuenta que no es un monte que le dé una alimentación completa al ganado”. Por este motivo, se vieron en el deber de cambiar el formato de esta iniciativa para buscar la continuidad del proyecto con menores costes.
"Arrancamos con una inversión para la nave de unos 150.000 euros y con gastos de mano de obra de tres personas, y no era viable" (Jesús Collazo)
“Hemos tenido que dar una pequeña marcha atrás porque teníamos tres trabajadores y muchos gastos, y esto tiene que estar acompañado de algún rendimiento económico”, explica Collazo. Tras vender una parte de la explotación, aproximadamente 100 cabezas, a un particular orensano, “la idea es continuar con el proyecto introduciendo más cierres, esa nos dimos cuenta qué era a clave”, detalla el presidente. En estos momentos cuentan con dos cierres, uno de 15 ha, otro de 12 ha, a los que incorporarán un más de 6 hectáreas. Jesús Collazo y Javier Fernández coinciden en que “sigue siendo una buena idea por la labor que hacen las cabras en el monte y por su utilidad en un terreno tan extenso” pero “tienen que reducir gasto para ‘casi empatar’ los costes a cero”. Asimismo, entre sus objetivos futuros están el aumento de cabezas bajo la premisa de “darles un cuidado especial, dándole prioridad a los cuidados veterinarios y su salud para tratarlos como se habían ido personas”, avanzan.

Instalaciones y ayudas

“Los inicios fueron totalmente sobre nuestra responsabilidad, no recibimos ayuda de nadie”, confirma Javier Fernández. En aquel año, la Xunta concedía ayudas a la compra de cabezas de ganado, pero “justo cuando arrancamos nosotros, quitaron este tipo de subvenciones”, detalla Collazo. Luego, una ayuda que habían tenido por parte de Medio Rural había sido para colaborar en una de las propuestas de cierre que habían pensado. Ahora, “la Consellería va a colaborar haciendo un nuevo cierre, y los va a hacer un refugio de ‘tres paredes’ cubierto para que los animales no tengan que ir todos los días la una nave, y que en caso de temporal tengan un lugar donde resguardarse”, adelante Fernández. De la misma manera aclara que “este año van a salir unas ayudas para el mantenimiento de razas autóctonas, en este caso de cabra gallega, las cuales intentaremos solicitar”. “Este proyecto hay que readaptarlo la otra forma de funcionar para continuar teniendo un buen complemento a nuestros montes”, concluye Javier Fernández. Las cabras del proyecto comunitario en su refugio
"Estaremos atentos a unas nuevas ayudas que van a salir el próximo año para el mantenimiento de razas autóctonas" (Javier Fernández)
“Este proyecto hay que readaptarlo la otra forma de funcionar para continuar teniendo un buen complemento a nuestros montes”, concluye Javier Fernández.