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En la gestión de ensilados hay que tener presente que no todo el ensilado producido llegará a convertirse en alimento. Esto es así dado que, desde el cultivo del forraje hasta su cosecha en fresco y el posterior almacenamiento, tanto el valor del alimento como la cantidad física pueden verse disminuidos hasta en un 25 %. Lo que deriva en un incremento de los costes de alimentación y perjuicios sobre el rendimiento de los animales.
Aquí es donde entran en juego los inoculantes, que presentan múltiples beneficios para maximizar la protección de los nutrientes y de la materia seca de los ensilados. Este es el caso de Egalis, nueva gama de inoculantes de Alltech para ensilados de alta calidad. Así, con Egalis se reducen las pérdidas cuantitativas y cualitativas inherentes al proceso de ensilado al tiempo que se obtiene un perfil fermentativo que garantiza maximizar el consumo voluntario del rebaño. Adecuado para su uso en todos los forrajes, Egalis impulsa la fermentación de manera eficiente y rápida a un pH final estable.
Si el silo no está tratado, la fermentación será llevada a cabo por los microorganismos endémicos presentes en el forraje. Estos microorganismos son menos eficientes que los microorganismos contenidos en Egalis para bajar el pH del medio rápidamente, por lo que se generan más pérdidas en el proceso y se obtiene un perfil fermentativo que puede penalizar el consumo voluntario. Con Egalis, se dispondrá de más ensilado para alimentar a los animales y de mejor calidad, lo que supone menos preocupaciones sobre el desperdicio de alimento. A través de una mayor palatabilidad e ingesta de materia seca, Egalis contribuye a una producción de leche y carne más rentables.
Para conseguir los resultados deseados, es conveniente dosificar adecuadamente y repartir el producto de manera uniforme por toda la masa de forraje. Las cosechadoras más modernas llevan de serie equipos de aplicación que ajustan la dosis de producto al rendimiento esperado.
Características clave de los forrajes para obtener un buen ensilado
La predisposición de un forraje a ser ensilado se conoce como “ensilabilidad”. La ensilabilidad está en relación con el contenido en azúcar (cuanto más, mejor), la humedad (cuanta menos, mejor, siempre que no comprometa su compactación) y la capacidad tampón (mejor cuanta menos capacidad). Por tanto, aquellos forrajes muy húmedos, con poco azúcar y alto poder tampón (Ej., una alfalfa sin orear), representarán el caso más comprometido. Por el contrario, un maíz cosechado con un 30-33 % de materia seca tendrá la mejor predisposición: poca humedad, mucho azúcar y bajo poder tampón.
Es importante señalar que es condición necesaria para obtener un buen ensilado conseguir una alta densidad y condiciones de anaerobiosis. Forrajes muy secos y/o poco picados tienen una mayor dificultad para conseguir anaerobiosis y habrá que poner más empeño en la compactación.
