Cultivos forrajeros alternativos al raigrass

Estamos en la época de final de la siembra de los cultivos forrajeros de invierno, en Galicia claramente dominados por el Raigrass, una especie que a pesar de su elevada producción, tiene el handicap de bajo porcentaje de proteína y a veces difícil ensilabilidad.

En este sentido, Javier Blanco Anta, director comercial de Coluga (Comercial Lucense Ganadera), habló la pasada semana sobre “Cultivos alternativos al raygrass: costes de producción y estrategias nutricionales”, dentro de la jornada sobre praderas organizada por el Centro de Promoción Rural EFA-Fonteboa.

Coluga acumula una amplia experiencia en asesoramiento técnico a explotaciones ganaderas y cuenta con campos de ensayos propios tanto de leguminosas como de cereales. Prueba de la importancia de estos cultivos es que en Galicia se siembran más de 200.000 hectáreas de pratenses, la gran mayoría para forrajes para ganaderías de vacuno de leche y de carne.

Como punto de partida, Javier Blanco recordó que “es preciso definir el sistema de explotación que tenemos y marcarnos unos objetivos para poder tomar decisiones” y optimizar la producción de forrajes.

Ventajas de los cultivos alternativos al raigrass:

Como principales ventajas de los cultivos alternativos al raigrass, el responsable de Coluga destacó que:

-Su coste de producción es casi la mitad que el maíz forrajero: 74 euros por tonelada de materia seca en el caso del triticale frente a los 138 de promedio en el caso del maíz forrajero.

–Tienen una alta producción y calidad.

-Permiten diseñar diferentes fórmulas de mezcla de variedades según las necesidades nutricionales de cada explotación y las características del terreno del que dispone.

-Son de fácil manejo.

-Son cultivos poco esquilmantes del terreno en cuanto a necesidades nutricionales, y en el caso de las leguminosas incluso son mejorantes al fijar nitrógeno en el suelo a través de sus rizomas.

-Presentan una muy buena ensilabilidad y en general hay pocas pérdidas por fermentaciones anómalas en el silo. Cuanto más leguminosas menor materia seca y más dificultad para ensilar, por lo que es preciso realizar una buena mezcla de leguminosa con un cereal o con un raigrass.

-Estos cultivos forrajeros alternativos permiten disponer de raciones muy homogéneas en presentación y con estabilidad en el tiempo.

-Permiten siembras tardías y cosechas tempranas. De este modo, es posible realizar una rotación con maíz forrajero y reducen la proliferación de malas hierbas, mejorando la estructura del suelo e incluso la productividad de la cosecha posterior de maíz forrajero.

En cuanto a las variedades, dentro de su catálogo de cultivos de invierno 2016 Coluga ofrece cereales como triticales, avenas (blanca y negra), centeno o cebada; así como leguminosas, como la veza (tanto sativa cómo villosa), titarro, tréboles, alfalfa, esparceta, guisante y diferentes mezclas de cereales más leguminosas.

Claves del éxito de los cereales y leguminosas de invierno para ensilar:

“Son cultivos que hay que saber manejar, destacando el momento óptimo de corte, pero por lo demás su cultivo no es más complicado que el de un raigráss”, destaca Javier Blanco.

Así, los principales aspectos en los que hay que incidir para lograr una buena cosecha son:

Elección de la variedad:

-Correcta elección del cultivo y de la variedad. Hay que elegir variedades específicamente para forraje, que son de ciclo más largo, para que espigue más tarde, y que, a diferencia de las de grano, priorizan la producción de hoja.

-Factores nutricionales: realizar un correcto abonado, tal y como se recomienda en las diferentes fichas de cultivo del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM).

-Tener en cuenta la precocidad y el momento de la floración.

-Que tengan resistencia a las condiciones meteorológicas de Galicia, sobre todo a la humedad y al encamado. En este sentido, son interesantes las variedades de triticale.

-Elegir variedades que sean resistentes a enfermedades.

-Tener en cuenta la relación calidad/precio: suelen ser variedades algo más caras que las de grano pero su rendimiento es mayor, por lo que compensa pagar un poco más por la semilla.

Dosis de siembra:

La dosis de siembra recomendable debe ser específica para ensilado en verde, no para grano. Así, por ejemplo, mientras que la dosis recomendada en triticale para grano es de 170 kilogramos por hectárea, en el caso de ser para ensilado en verde sube a 250 kilos por hectárea. Un mayor coste en semilla que se ve compensado con un rendimiento mayor de la cosecha.

Momento óptimo de corte:

-El cereal siempre nos va a avisar del momento óptimo de corte: en el caso de la avena espiga en el tercer nudo y el triticale en el quinto. “También podemos abrir la planta con un cutter y ya vemos el punto y el grado de formación de la espiga, y en función de eso podemos programar la fase de ensilado óptima”, explica Javier Blanco.

Ensilado:

-Los cereales son cultivos que tienen mucha materia seca en el momento del corte, por lo que con un día de presecado en hilera suele ser suficiente. El presecado es necesario sobre todo si están asociados con leguminosas, como guisantes.

-Es mejor dejarlos extendidos una vez cortados, sin extenderlos, para evitar contaminaciones.

-Se debe realizar un picado del cultivo antes de ensilarlo.

-El objetivo es lograr entre un 25 y un 30% de materia seca, porque si nos pasamos podríamos tener problemas de hongos en el silo. En general, los forrajes de cereales tienen mejor ensilabilidad que el raigrass y se reducen las pérdidas.

¿Qué variedades elegir?

Para Javier Blanco el cultivo que produce mayor cantidad de materia seca es el triticale, seguido de la avena, cebada y centeno, estos tres con cantidades similares. En cuanto a leguminosas, destaca que “la que mejor se comporta es la veza, sobre todo la variedad Villosa, que presenta menor encamado, sobre todo asociada con el titarro, y mejor ensilabilidad que la Veza Sativa, la que más se planta en Galicia”.