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Jornadas de formación en Chantada sobre bioseguridad en las granjas porcinas

La Agencia Gallega de la Calidad Alimentaria, dependiente de la Consellería de Medio Rural, tiene previsto celebrar dos jornadas en Chantada sobre bioseguridad en las explotaciones porcinas. Los talleres se desarrollarán en el aula CeMIT de Chantada el próximo jueves 1 y el viernes 2 de diciembre en horario de 16,00 a 21,00 horas. El objetivo de estas formaciones es que los alumnos obtengan los conocimientos necesarios en el ámbito de la prevención, bioseguridad y la reducción de tratamientos con antimicrobianos. Además, se busca mejorar la competitividad de las explotaciones porcinas y preparar a los ganaderos para que afronten con éxito la lucha contra las nuevas emergencias sanitarias. Los cursos están dirigidos a la juventud del medio rural gallego, así como a las personas vinculadas profesionalmente, o con expectativa de incorporación, a los sectores productivos ganaderos, agrarios, agroalimentarios y de cadena forestal-madera. La incrición puede hacerse onlie en el siguiente enlace: https://ovmediorural.xunta.gal/gl/consultas-publicas/accions-formativas El coordinador se pondrá en contacto con las personas interesadas a través del correo electrónico comunicándoles si están o no admitidas. Para consultar cualquier duda, puede llamarse al teléfono 982 294 988, o enviarse un correo a oscar.cacharron.mojon@xunta.gal

Evitar el contagio de IBR y BVD: ¿cómo actúan las granjas en Galicia y en Cataluña?

Siguen diferentes estrategias y medidas de bioseguridad las granjas de Galicia y de Cataluña a la hora de prevenir enfermedades como la rinotraqueítis infecciosa bovina (IBR) y la diarrea vírica bovina (BVD)? Esta es una de las preguntas a la que da respuesta la investigación de la Universidad de Santiago (Campus Terra) sobre la prevención de estas dos afecciones en las ganaderías. El estudio, realizado entre 2017 y 2018 en 124 granjas, 90 de ellas gallegas y el resto catalanas permite conocer y evaluar las medidas preventivas más implantadas y que mejores resultados están ofreciendo en ambas comunidades. Al mismo tiempo, esta investigación permite saber en qué aspectos deben mejorar las ganaderías para frenar la incidencia y el contagio de sus animales. Los resultados muestran también importantes diferencias derivadas del tamaño del rebaño y entre las dos regiones. En el estudio participaron diferentes ganaderías con perfiles muy variados, tanto pequeñas y medianas granjas hasta de gran tamaño.
El estudio muestra importantes diferencias entre Galicia y Cataluña, relacionadas con el tamaño del rebaño, a la hora de afrontar la prevención de las enfermedades
En las ganaderías gallegas la labor llevada a cabo por las Asociaciones de Defensa Sanitaria (ADS) está siendo fundamental en la prevención tanto de IBR como de BVD, sin embargo las medidas de bioseguridad en el día a día de la granja son aún una tarea pendiente y por mejorar en muchas de ellas. En las ganaderías de menor tamaño está costando más establecer estos parámetros de prevención, al existir mayor colaboración entre ganaderías.

Las ADS, claves en la prevención

La principal vía de entrada de las infecciones de IBR y BVD en las ganaderías sigue siendo la introducción de animales en la granja. "Estas enfermedades entran en las ganaderías, en gran medida a través de animales comprados, aunque no es la única vía de infección", explica Javier Diéguez, profesor del área de Producción Animal en la Facultad de Veterinaria de Lugo y uno de los investigadores participantes en el estudio.
Los controles que realizan periódicamente las ADS sobre IBR y BVD está ayudando a reducir la incidencia de las enfermedades en Galicia
En este sentido, el trabajo que están realizando las ADS en Galicia es fundamental para reducir el número de contagios de ambas enfermedades. ·Buena parte de las granjas gallegas están ya en ADS y estas asociación se encargan de comprobar que todos los animales que entran en la ganadería están libre de, entre otras infecciones, BVD e IBR. Además, los veterinarios de las ADS tienen una amplia experiencia en el tratamiento y detección de estas enfermedades", detalla Diéguez. En la actualidad, en Galicia el 56% de las granjas se encuentran adscritas a alguna ADS, lo que contribuye a detectar y atajar antes estas infecciones. "Es importante que aquellas granjas con perspectivas de futuro se adhieran a la ADS por el control sanitario que se hace de los animales", apunta el investigador.
Es frecuente que en las granjas catalanas las ADS no se encarguen de realizar un control sanitario de los animales que llegan a la ganadería
Sin embargo, tal y como comprobaron en este estudio, en Cataluña pese a contar también con ADS, estas entidades están centradas en otras tareas y no suelen realizar un control del ganado sobre enfermedades como la diarrea vírica o la rinotraqueítis infecciosa. "Es habitual que no se testen los animales que llegan a la granja y no se realiza un control sanitario como el que en Galicia llevan a cabo las ADS", concreta Diéguez en base a las encuestas y a los controles realizados en las 34 ganaderías catalanas que participaron en el estudio.

Mejorar la bioseguridad en la granja

Con el control y la supervisión que realizan las ADS gallegas se está consiguiendo el retroceso de estas infecciones, sin embargo hay otros aspectos en los que las granjas gallegas deben mejorar para atajar otras vías de contagio que también propician la aparición de cualquiera de estas dos enfermedades. En buen número de las ganaderías gallegas la aplicación de medidas de bioseguridad es aún una tarea pendiente, en parte por las propias características de las granjas de vacuno en la comunidad. "A diferencia de lo que ocurre en Cataluña, donde las ganaderías tienen un tamaño medio de unas 110 vacas, las granjas gallegas son pequeñas o medianas y suelen estar muy ligadas a la casa familiar. Además existe una gran densidad de granjas, mientras que en Cataluña suelen estar más separadas entre sí", comenta el investigador. El hecho de que en general las granjas gallegas estén muy vinculadas con la vivienda, bien por su cercanía o porque toda o buena parte de la familia está involucrada en esa actividad, también hace más complicado implantar y respetar ciertas medidas de bioseguridad, tal y como evidencia este estudio. En cambio, el gran tamaño de la mayoría de las granjas en Cataluña hace que las medidas de bioseguridad formen parte de los imprescindibles de la gestión de la granja.

Medidas biosanitarias primordiales

El investigador Javier Diéguez insiste en la importancia de incorporar cada vez más estas medidas biosanitarias para conseguir reducir el incidencia tanto de BVD como de IBR en las ganaderías gallegas. Recogemos las principales recomendaciones: -Control de las visitas en la granja. La cercanía a la vivienda y la familiaridad y convivencia con otros ganaderos hace habitual que en la granja haya más visitas de las estrictamente necesarias, lo que se puede convertir en un foco de infección cuando estos visitantes están en contacto con otros animales. -Establecer zonas de aparcamento específicas y controladas es de ayuda para evitar el riesgo de infección cuando los vehículos proceden de otras ganaderías. -Proporcionar material específico para acceder a la granja. "El personal que accede a la granja debe hacerlo con equipos adecuados como calzas o botas limpias y desinfectadas para reducir los riesgos de contagio", detalla el investigador. -Establecer protocolos de limpieza y desinfección para maquinaria común. El empleo de maquinaria común en diferentes ganaderías puede ser un foco de transmisión para estas enfermedades. La utilización de un carro mezclador de comida en varias ganaderías o la gestión de los purines o el abono con tractores, cubas o remolques que atiendan a más de una granja puede convertirse en una vía de contagio. Por este motivo, y aunque por el momento no es lo habitual en las ganaderías de vacuno gallegas, hace falta establecer sistemas de limpieza y desinfección para estos vehículos. "Tampoco son procedimientos que supongan un coste elevado para las ganaderías, ya que con una máquina a presión y una bomba para la limpieza y desinfección del equipo bastaría", apunta Diéguez. -Otras medidas que también pueden ser de interés son los cierres perimetrais de la granja, al igual que se emplean ya en ganaderías de aves y de porcino, estos sistemas evitan los riesgos de acceso tanto de personas como de fauna ajena a la granja. -Pertenecer a una ADS. "El control sanitario que se hace en las ADS resulta fundamental para evitar que entren animales enfermos en la ganadería", insiste Diéguez. Esta es una de las medidas principales para los ganaderos gallegos. La prevención de estas enfermedades no sólo beneficia a la propia granja sino a las ganaderías próximas.

Presentan un sello de certificación de buenas prácticas en el sector porcino

La Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (Interporc), acaba de presentar el sello de certificación Bienestar Animal Certificado para avalar las buenas prácticas en materia de bienestar animal y bioseguridad en el sector porcino.

Interporc ha aprovechado su participación en el primer Congreso Nacional de la Profesión Veterinaria, celebrado en Murcia, para mostrar en detalle esta nueva certificación que tiene un carácter global, ya que podrá ser utilizado por todas las granjas e industrias españolas.

“El sello responde a las nuevas exigencias del consumidor, que demanda cada vez más, prácticas acordes con el bienestar de los animales y con el cuidado del medio ambiente”, destaca el Quintiliano Pérez Bonilla, presidente del Comité Científico de Bienestar Animal de INTERPORC.

Reglamento Técnico de Bienestar Animal y Bioseguridad

El sello surge de los protocolos que conforman el Reglamento Técnico de Bienestar Animal y Bioseguridad Iterporc Animal Welfare Spain. “Estos protocolos que se han elaborado por profesionales ganaderos e industriales que conocen bien la realidad y características del sector”, reivindica Pérez.

De hecho, los procedimientos han sido evaluados, corregidos y modificados por el Comité Científico de Bienestar Animal, que integran el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (Inia), la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España, el Consejo General de Veterinarios, la Asociación Nacional de Veterinarios de Porcino, el Colegio de Veterinarios de Murcia y Universidades como las de Murcia, Lleida, la Complutense y la Politécnica de Madrid o la Universidad de Zaragoza.

Sello de Bienestar Animal Certificado presentado por Interporc.

Una vez evaluados, las empresas certificadoras también han revisado el reglamento y dado su visto bueno ya que ven posible certificar estas medidas en base a datos objetivos, medibles y cuantificables.

La Interprofesional también ha presentado estos protocolos a las organizaciones de protección y defensa de los animales, por lo que “cuenta con todas las garantías técnicas y con el consenso necesario entre todos los agentes implicados en el bienestar animal”, concluye Pérez.

5 medidas para controlar la bioseguridad en las granjas durante las visitas

En materia de bioseguridad en las granjas, un momento clave son las visitas, ya que pueden convertirse en una vía de acceso de infecciones, sobre todo en aquellas granjas con una producción más propensa a las afecciones víricas como las explotaciones cunícolas, las de porcino o las avícolas.
“La bioseguridad es la forma barata de evitar las pérdidas por enfermedades en la granjas”
“La bioseguridad es uno de los elementos fundamentales para que una granja sea viable económicamente, ya que es una forma barata de evitar las pérdidas por enfermedades”, reivindica el investigador Gonzalo Fernández, del departamento de Patología Animal, de la Facultad de Veterinaria de Lugo. De hecho, Fernández incide en que “la aparición de brotes de enfermedades en las explotaciones pueden considerarse como un fallo de bioseguridad”, ratifica. Así, el experto se centra en 5 medidas para abordar la bioseguridad en las explotaciones durante las visitas en base a un estudio realizado en granjas cunícolas con la colaboración de Cogal.

1. Minimizar el número de visitantes

Cada visita a las instalaciones puede suponer un riesgo potencial para los animales, por lo que la principal recomendación del experto se centra en reducir al máximo el número de visitantes que accedan a las instalaciones y, sobre todo, que estén en contacto con los animales. Pero la contaminación no solo existe en los lugares donde se encuentran los animales. “En algunos de nuestros estudios hemos detectados una fuerte carga de virus en maquinaria y utensilios guardados en almacenes o incluso en mesas, puertas o bolígrafos situados en oficinas”, apunta el experto. Las medidas de seguridad deben incluir a todas las personas que visiten la granjas y no solo aquellas que estén en contacto con los animales.
Detectaron contaminación en personas que ni siquiera manipularon animales y estuvieron en la granja menos de 30 minutos
El riesgo de contagio de virus tampoco se reduce realmente aunque se hagan visitas cortas. “Hemos constatado contaminación en personal que ha realizado visitas de menos de media hora, sin ni siquiera manipular a los animales. Se han contaminado simplemente por caminar por la granja”, detalla el patólogo.

2. Contar con equipos de protección adecuados para las visitas

El hecho de contar con equipos de protección individual (EPIS) no garantiza que se vaya a lograr una protección total y no se acumulen virus, sino que debe prestarse especial atención a la elección de estos equipos de manera que sean lo más efectivos al adaptarse a las necesidades particulares de cada granja. “La ropa y calzado se contaminan tanto por el contacto con superficies con virus como por el simple hecho de estar en un local con aire contaminado”, apunta el investigador. En su investigación detectaron más de 7.900 virus por 1.000 litros de aire en explotaciones con conejos afectados por mixomatosis, una de la enfermedades víricas más relevantes en el sector cunícola. En su investigación evaluaron los distintos elementos de protección, por lo que ofrecen recomendaciones concretas al respecto: -Cobertura de los pies. Normalmente se utilizan calzas cubrebotas para que las visitas accedan a las granjas pero no resultan efectivas ya que no se adaptan a las condiciones de las explotaciones, al ser superficies rugosas que propician que, en la mayoría de los casos, terminen por romper.
En lugar de calzas recomienda que las visitas usen botas que se desinfecten a la entrada y salida de la granja
Una vez que las calzas se rompen, los virus se acumulan en el espacio entre el calzado de trabajo y la calza, lo que aumenta la contaminación vírica. Al no tratarse de superficies lisas las calzas sin certificación terminan rompiéndose siempre y aquellas con certificación (lo que implica mayores garantías y precio) también se rompen el 30% de las veces, según comprobaron los expertos. “En lugar de utilizar calzas, nuestra recomendación es emplear botas de goma”, comenta el experto. Los visitantes deberán limpiar y desinfectar sus botas antes y después de la entrada a la granja. Otra posibilidad pasa por contar con un número suficiente de botas para que utilicen las visitas. -Cobertura del cuerpo. Para que las visitas puedan acceder a las granjas puede facilitársele ropa de trabajo de la propia granja o monos desechables. Al igual que con el calzado, debe haber ropa para todas las visitas y realizar una desinfección y limpieza adecuada de la vestimenta, además de contar con un vestuario en el que cambiarse. Recogida de muestras en el mono tras una visita a una ganadería. Si se opta por los monos desechables, el experto recomienda emplear monos con certificación para barrera de agentes infecciosos y partículas aéreas ya que “utilizar monos de papel sin certificación no evita, en ningún caso, el paso de las partículas, es casi como si no se llevasen puestos”, señala Fernández en base a las muestras de virus recogidas en la ropa de los investigadores al utilizar este tipo de monos. También se debe cubrir lo máximo posible las partes descubiertas del cuerpo como las manos, la cabeza, o incluso usar gafas en función de la zona a la que se vaya acceder de la visita y los riesgos de salpicaduras. Fernández también insiste en que si la visita se realiza en una granja con riesgo o con una infección confirmada, el personal deberá ducharse al salir de las instalaciones y esperar entre 48 y 72 horas antes de acceder a otra granja. Además, en las granjas de alto valor genético en sectores como la cunicultura, las visitas también deberán ducharse ya antes de entrar a la granja. El experto también indicó la importancia de tener un vestuario donde se diferencie las zonas sucia y limpia para evitar el contacto de la vestimenta de calle y de granja.

3. Realizar un registro de las visitas

Tener un registro de las visitas que se realizan en la granja es fundamental para aportar información ante posibles brotes que se produzcan en la granja. En este registro deben incluirse datos que puedan ser de utilidad como la fecha, los datos de contacto con la persona o empresa que ha hecho la visita, así como el motivo y el recorrido y si ha tenido o no contacto con los animales.
“El registro de visitas nos va a permitir poder establecer un posible origen de la infección”
“El registro de visitas nos va a permitir poder establecer un posible origen de una infección”, concreta el especialista. Aunque desde que se produce el contagio hasta que se detecta el brote de la enfermedad en la ganadería aún puede pasar un período de tiempo, contar con datos de la visita puede permitir establecer el posible origen del brote.

4. Control de los vehículos

Lo ideal es que todos los vehículos que entrasen a la ganadería se desinfectaran totalmente tras cada visita pero, en muchos casos, como el transporte de animales o los suministros de alimento, esto resulta casi imposible ya que se utiliza un único vehículo que incluye rutas con varias granjas. En este caso, Fernández apunta a la importancia de programar las rutas para reducir, al máximo, los riesgos. De esta forma, deberán realizarse primero las granjas sin riesgo de infección, luego las que tengan alguna sospecha de infección y, por último, en las que se haya detectado una infección. Aunque una de las medidas de bioseguridad más utilizadas en las granjas en referencia a los vehículos se centran en desinfectar las ruedas, “nuestra experiencia es que las ruedas no son la parte del vehículo más contaminada, ya que el calor generado en el movimiento del vehículo puede disminuir la carga vírica de las ruedas”, apunta el investigador.
En el salpicadero o los mandos de los vehículos detectaron más de 900.000 virus, mientras que, las ruedas apenas están contaminadas
Sin embargo, otras zonas del vehículo como la guantera, las palancas de mandos así como los asientos o el volante acumulan una importante cantidad de virus, según los trabajos de campo que han realizado en granjas. Han llegado a detectar entre 41.000 y 972.000 virus en estas partes internas del vehículo. En base a estos datos, otra de las recomendaciones claves es evitar introducir el vehículo en la granja y que se sitúe lo más alejado posible de los animales. Así, los expertos recomiendan habilitar una zona de aparcamiento exclusivo para las visitas y que se diseñe un circuito específico para aquellos vehículos que tienen que acceder a las instalaciones, de manera que se reduzca al mínimo el riesgo de contagio. “Si no se puede evitar que el vehículo entre en las instalaciones, es importante asegurar que se haya desinfectado por completo, sobre todo si procede de granjas infectadas”, apunta Fernández.

5. Limpieza y desinfección de las instalaciones

Otro de los focos donde se concentran los virus son las propias jaulas. “Hemos llegado a detectar más de un millón de virus de mixomatosis en las jaulas de una granja afectada”, concreta Fernández. Por este motivo, es fundamental tenerlo en cuenta en las visitas pero también en los protocolos de limpieza y desinfección de la instalación para evitar los contagios de enfermedades.