El estudio muestra importantes diferencias entre Galicia y Cataluña, relacionadas con el tamaño del rebaño, a la hora de afrontar la prevención de las enfermedadesEn las ganaderías gallegas la labor llevada a cabo por las Asociaciones de Defensa Sanitaria (ADS) está siendo fundamental en la prevención tanto de IBR como de BVD, sin embargo las medidas de bioseguridad en el día a día de la granja son aún una tarea pendiente y por mejorar en muchas de ellas. En las ganaderías de menor tamaño está costando más establecer estos parámetros de prevención, al existir mayor colaboración entre ganaderías.
Los controles que realizan periódicamente las ADS sobre IBR y BVD está ayudando a reducir la incidencia de las enfermedades en GaliciaEn este sentido, el trabajo que están realizando las ADS en Galicia es fundamental para reducir el número de contagios de ambas enfermedades. ·Buena parte de las granjas gallegas están ya en ADS y estas asociación se encargan de comprobar que todos los animales que entran en la ganadería están libre de, entre otras infecciones, BVD e IBR. Además, los veterinarios de las ADS tienen una amplia experiencia en el tratamiento y detección de estas enfermedades", detalla Diéguez. En la actualidad, en Galicia el 56% de las granjas se encuentran adscritas a alguna ADS, lo que contribuye a detectar y atajar antes estas infecciones. "Es importante que aquellas granjas con perspectivas de futuro se adhieran a la ADS por el control sanitario que se hace de los animales", apunta el investigador.
Es frecuente que en las granjas catalanas las ADS no se encarguen de realizar un control sanitario de los animales que llegan a la ganaderíaSin embargo, tal y como comprobaron en este estudio, en Cataluña pese a contar también con ADS, estas entidades están centradas en otras tareas y no suelen realizar un control del ganado sobre enfermedades como la diarrea vírica o la rinotraqueítis infecciosa. "Es habitual que no se testen los animales que llegan a la granja y no se realiza un control sanitario como el que en Galicia llevan a cabo las ADS", concreta Diéguez en base a las encuestas y a los controles realizados en las 34 ganaderías catalanas que participaron en el estudio.
La Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (Interporc), acaba de presentar el sello de certificación Bienestar Animal Certificado para avalar las buenas prácticas en materia de bienestar animal y bioseguridad en el sector porcino.
Interporc ha aprovechado su participación en el primer Congreso Nacional de la Profesión Veterinaria, celebrado en Murcia, para mostrar en detalle esta nueva certificación que tiene un carácter global, ya que podrá ser utilizado por todas las granjas e industrias españolas.
“El sello responde a las nuevas exigencias del consumidor, que demanda cada vez más, prácticas acordes con el bienestar de los animales y con el cuidado del medio ambiente”, destaca el Quintiliano Pérez Bonilla, presidente del Comité Científico de Bienestar Animal de INTERPORC.
El sello surge de los protocolos que conforman el Reglamento Técnico de Bienestar Animal y Bioseguridad Iterporc Animal Welfare Spain. “Estos protocolos que se han elaborado por profesionales ganaderos e industriales que conocen bien la realidad y características del sector”, reivindica Pérez.
De hecho, los procedimientos han sido evaluados, corregidos y modificados por el Comité Científico de Bienestar Animal, que integran el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (Inia), la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España, el Consejo General de Veterinarios, la Asociación Nacional de Veterinarios de Porcino, el Colegio de Veterinarios de Murcia y Universidades como las de Murcia, Lleida, la Complutense y la Politécnica de Madrid o la Universidad de Zaragoza.
Una vez evaluados, las empresas certificadoras también han revisado el reglamento y dado su visto bueno ya que ven posible certificar estas medidas en base a datos objetivos, medibles y cuantificables.
La Interprofesional también ha presentado estos protocolos a las organizaciones de protección y defensa de los animales, por lo que “cuenta con todas las garantías técnicas y con el consenso necesario entre todos los agentes implicados en el bienestar animal”, concluye Pérez.
“La bioseguridad es la forma barata de evitar las pérdidas por enfermedades en la granjas”“La bioseguridad es uno de los elementos fundamentales para que una granja sea viable económicamente, ya que es una forma barata de evitar las pérdidas por enfermedades”, reivindica el investigador Gonzalo Fernández, del departamento de Patología Animal, de la Facultad de Veterinaria de Lugo. De hecho, Fernández incide en que “la aparición de brotes de enfermedades en las explotaciones pueden considerarse como un fallo de bioseguridad”, ratifica. Así, el experto se centra en 5 medidas para abordar la bioseguridad en las explotaciones durante las visitas en base a un estudio realizado en granjas cunícolas con la colaboración de Cogal.
Detectaron contaminación en personas que ni siquiera manipularon animales y estuvieron en la granja menos de 30 minutosEl riesgo de contagio de virus tampoco se reduce realmente aunque se hagan visitas cortas. “Hemos constatado contaminación en personal que ha realizado visitas de menos de media hora, sin ni siquiera manipular a los animales. Se han contaminado simplemente por caminar por la granja”, detalla el patólogo.
En lugar de calzas recomienda que las visitas usen botas que se desinfecten a la entrada y salida de la granjaUna vez que las calzas se rompen, los virus se acumulan en el espacio entre el calzado de trabajo y la calza, lo que aumenta la contaminación vírica. Al no tratarse de superficies lisas las calzas sin certificación terminan rompiéndose siempre y aquellas con certificación (lo que implica mayores garantías y precio) también se rompen el 30% de las veces, según comprobaron los expertos. “En lugar de utilizar calzas, nuestra recomendación es emplear botas de goma”, comenta el experto. Los visitantes deberán limpiar y desinfectar sus botas antes y después de la entrada a la granja. Otra posibilidad pasa por contar con un número suficiente de botas para que utilicen las visitas. -Cobertura del cuerpo. Para que las visitas puedan acceder a las granjas puede facilitársele ropa de trabajo de la propia granja o monos desechables. Al igual que con el calzado, debe haber ropa para todas las visitas y realizar una desinfección y limpieza adecuada de la vestimenta, además de contar con un vestuario en el que cambiarse.
“El registro de visitas nos va a permitir poder establecer un posible origen de la infección”“El registro de visitas nos va a permitir poder establecer un posible origen de una infección”, concreta el especialista. Aunque desde que se produce el contagio hasta que se detecta el brote de la enfermedad en la ganadería aún puede pasar un período de tiempo, contar con datos de la visita puede permitir establecer el posible origen del brote.
En el salpicadero o los mandos de los vehículos detectaron más de 900.000 virus, mientras que, las ruedas apenas están contaminadasSin embargo, otras zonas del vehículo como la guantera, las palancas de mandos así como los asientos o el volante acumulan una importante cantidad de virus, según los trabajos de campo que han realizado en granjas. Han llegado a detectar entre 41.000 y 972.000 virus en estas partes internas del vehículo. En base a estos datos, otra de las recomendaciones claves es evitar introducir el vehículo en la granja y que se sitúe lo más alejado posible de los animales. Así, los expertos recomiendan habilitar una zona de aparcamiento exclusivo para las visitas y que se diseñe un circuito específico para aquellos vehículos que tienen que acceder a las instalaciones, de manera que se reduzca al mínimo el riesgo de contagio. “Si no se puede evitar que el vehículo entre en las instalaciones, es importante asegurar que se haya desinfectado por completo, sobre todo si procede de granjas infectadas”, apunta Fernández.