La comarca de A Mariña constituye una de las zonas cero de la presencia de la avispa velutina en Galicia desde que fue avistada por primera vez en Burela en 2012. En estos años a extensión de la plaga avanzó a la par que la conciencia ciudadana para combatirla. Y hay un ayuntamiento que es ejemplo por la implicación de sus 2.000 vecinos. Hablamos con Luis Maseda, concejal de Medio Ambiente de O Valadouro, sobre la estrategia que siguen.
“En el año 2017 retiramos más de 400 nidos y hubo una afectación muy importante sobre la producción de miel en el municipio. Por eso el año pasado decidimos actuar desde el Ayuntamiento. Pusimos casi 300 trampas. Lo hicimos directamente, con personal de Protección Civil, pero asesorados técnicamente por la empresa Serpa. Era el primer año que trampeabamos, fue como una experiencia piloto, y los resultados fueron muy positivos. Pasamos de retirar más de 400 nidos en 2017 a solo 73 en el 2018. Es cierto que fue un peor año para ellas por las condiciones climatológicas que se dieron, pero aquí al lado, en el ayuntamiento de Viveiro no trampearon y, con la misma superficie que O Valadouro, unos 110 kilómetros cuadrados, retiraron 529 nidos”, explica.
“Pasamos de retirar más de 400 nidos en 2017 a solo 73 en el 2018 tras colocar 300 trampas por todo el municipio y capturar 1.500 reinas”
Animados por esos datos, el Ayuntamiento de O Valadouro volverá a aplicar este año el Plan de Contención de la avispa velutina en su territorio. Este año se encargará directamente la empresa Serpa, que hará un estudio de las mejores ubicaciones (en función de la altitud, de la presencia de camelias, de los puntos de agua o de la cercanía a las colmenas) donde colocar las trampas, que irán dotadas de GPS, y en las que habrá un control individual cada 15 días.
“El año pasado colocamos nosotros las trampas casa por casa, fue un trabajo descomunal y este año queremos hacer un trampeo más profesional”, reconoce Luis. “Las trampas eran caseras, las hicimos con botellas de agua y usamos de atrayente zumo de arándanos mezclado con cerveza negra. La proporción que usamos fue aproximadamente de un 30%, es decir, una cerveza de 33 cl. por cada litro de zumo de arándanos. Siete centímetros por encima del nivel del líquido le hacíamos a las botellas dos agujeros pintados de amarillo para que por ellos entrasen las velutinas”, explica.
Trampeo selectivo
Uno de los efectos negativos del trampeo masivo es la captura de otras especies de insectos que, la diferencia de la avispa asiática, son positivos. Para tratar de minimizar estas consecuencias sobre la biodiversidad redujeron al máximo el tamaño de los orificios de entrada. “Lo importante en el trampeo es hacerlo lo más selectivo posible. Con un hueco de 8 milímetros de diámetro evitas que entren mariposas u otros insectos beneficiosos”, cuenta Luis.
Los orificios de entrada tienen solo 8 milímetros de diámetro para reducir la captura de otros insectos
La captura de reinas en primavera constituye la principal medida preventiva que usan en O Valadouro. “El año pasado capturamos 1.500 reinas, con el efecto multiplicador que eso supone de cara a nuevos nidos y nuevas reinas al año siguiente. Y tuvimos trampas que capturaron entre 25 y 30 reinas”, detalla.
Colaboración vecinal
Pero la razón del éxito logrado en O Valadouro está sin duda de la implicación de los vecinos. “O Valadouro es una zona formidable para la velutina porque tiene abejas y tiene fruta y aquí la gente está bastante concienciada”, afirma el responsable de Medio Ambiente. Además de charlas periódicas, en la página de facebook del Ayuntamiento informan a los vecinos de cuando colocar las trapas y como hacerlas.
O Valadouro tiene históricamente una importante tradición apícola (todos los años se celebra una Feria de la Miel que junta a productores de la zona) y desde hace tres años mucha gente se está animando a plantar también frutales, sobre todo manzanos, tanto para sidra como para fruta y se constituyó una asociación (Afruval) que engloba a los productores.
O Valadouro tiene una importante tradición apícola y cuenta con una asociación que engloba a los productores de fruta
Con la colaboración de estos dos colectivos, que sufren en primera persona las consecuencias derivadas de la presencia de avispa asiática, el trampeo se extendió a todo el término municipal, donde fueron muchos otros los vecinos que también participaron en la campaña colocando sus propias trampas en sus huertas o frutales. “Nadie las quiere al lado de sus casas, así que el que el año anterior tuvo un nido cerca al año siguiente puso una trampa para evitar dentro de lo posible que se instalen nuevos nidos”, argumenta Luis.
“Las trampas deben estar solo del 15 de marzo hasta principios de junio como máximo”
Para activar de nuevo este año el programa de captura de reinas, el Ayuntamiento celebra este sábado una reunión formativa a la que están invitados todos los ciudadanos. De la parte técnica se encargará José María Vázquez, gerente de la empresa Serpa, especializada en la lucha contra la velutina.
Chema incide sobre el hecho de que el trampeo debe ser lo más selectivo posible. Por eso recomienda que el pistoletazo de salida no se dé antes de 15 de marzo para no afectar la otras especies. “El que trampee por su cuenta que no se precipite, llega a tiempo poner las trampas a mediados de marzo y hay que mantenerlas hasta principios de junio como máximo y después retirarlas”, pide. La primavera es la época en la que las reinas salen de su estado de hibernación y se trasladan para la creación de los nidos primarios por lo que es la época idónea para su captura.
También pone el foco sobre que el trampeo debe ser sistemático y coordinado y abarcar todo el territorio. “De poco sirve poner un ciento de trampas alrededor de un colmenar o que un vecino solo, de manera aislada, ponga un par de trampas en su huerta. Con eso no llega y no será efectivo, porque cubres puntos concretos pero no todo el territorio de manera global”, argumenta.
La empresa Serpa fue creada en el año 2014 en Viveiro y se fue extendiendo en la medida que también lo hacía la plaga hasta disponer hoy de 7 equipos distribuidos por toda la conrisa cantábrica y Cataluña, donde llegó a un acuerdo con un empresario para la comercialización en toda España y en el norte de Portugal de una de las patentes de la firma gallega: un módulo protector de colmenas contra ataques de la avispa asiática.
Chema asegura que “es posible controlar a la velutina pero hay que estar muy encima de la plaga” porque, dice, “el ser humano fue quien la trajo y tiene que ser también el que luche contra ella”. Es partidario de que exista un servicio permanente porque “el control tiene que ser anual”. “Retiramos nidos también en invierno”, asegura.
“Es posible controlar la plaga, pero hay que estar muy encima de ella”
Esta es precisamente otra de las estrategias que sigue el Ayuntamiento de O Valadouro. “Vamos eliminando los nidos a medida que se ven, sin dejarlos”, cuenta Luis, que certifica la capacidad de adaptación de la avispa invasora. “Sacamos nidos a O Cadramón, que está a 500 metros de altitud”, explica.
Los resultados obtenidos en O Valadouro llamaron ya la atención de otros ayuntamientos, como en los municipios vecinos de Ourol o Viveiro, interesados en llevar a cabo una experiencia similar este año. En Cantabria también hay ya 21 ayuntamientos que se pusieron en contacto con Serpa para hacer lo mismo.
La esperanza del abejero europeo
Por ahora, opina Chema, no existe método alguno más efectivo que la lucha preventiva mediante la colocación de trampas para la captura de reinas en los meses de la primavera y la retirada en los meses posteriores de los nidos que se vayan formando.
“Se está hablando del abejero europeo (pernis apivorus) como depredador natural de la velutina. Está bien que haya una esperanza de control natural de la plaga, pero no va a ser a corto plazo y en este momento tenemos un problema inminente que tenemos que atajar con medidas efectivas”, defiende.
Además, opina que la introducción masiva de esta ave rapaz para combatir la avispa asiática “puede ser un arma de doble filo porque en el momento en que se logre reducir el número de velutinas, qué va a comer el abejero sino abejas, que es su dieta”, pregunta. “No es una crítica, es una duda”, aclara.