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¿Qué se puede hacer para mejorar la gestión del personal de la granja?

La especialista Libby Eiholzer y el equipo de MSD Animal Health ofrecen algunas claves para capacitar a los trabajadores de la granja y facilitar el funcionamiento de las ganaderías con operarios. Explicamos también como trabaja Sat Prolesa

¿Qué se puede hacer para mejorar la gestión del personal de la granja?

El empleo de protocolos para tareas como el ordeño puede contribuir a la mejora de los resultados de la ganadería.

«Una buena gestión del personal en la granja es tan importante como el manejo que se hace de los animales para conseguir buenos resultados», reivindica Libby Eiholzer, especialista en gestión y formación de personal en granjas de leche en la Universidad de Cornell, en Nueva York (Estados Unidos). La experta incidió, durante un reciente seminario web organizado por el equipo de ruminantes de la firma farmacéutica MSD Animal Health, en el papel fundamental que supone en las ganaderías de leche contar con personal formado e implicado para garantizar el buen funcionamiento.

Junto con Eiholzer, Carlos Carbonell, integrante del equipo técnico de MSD Animal Health, y el veterinario Román González, de la ganadería lucense SAT Prolesa, donde ambos están implicados en un programa de mejora del manejo de la recría, también coinciden en destacar el valor de formar un equipo de trabajadores para conseguir los objetivos de la ganadería. «El principal activo de una ganadería no son sus animales, ni la maquinaria con la que cuenta, sino sus trabajadores», apunta Román González.

«El principal activo de una ganadería son sus trabajadores»: Román González, veterinario en SAT Prolesa

La experta incide en la importancia de conseguir la implicación de los trabajadores para lograr buenos resultados en la granja. «No basta con ordenar tareas y pagar para ser un buen patrón, es preciso saber motivar al personal», indica Eiholzer. En este sentido, invita a los ganaderos a tener en cuenta los motivos que los hicieron decidirse a dedicarse a esta profesión e intentar conocer también los de los empleados, con el objetivo de asignarles las tareas para las que encajan mejor. «A veces ciertas personas no están en el puesto más adecuado para sus capacidades. Hay que ir viendo las potencialidades de cada trabajador y aprovecharlas», detalla.

A la hora de afrontarse a la gestión del personal en la ganadería, Libby Eiholzer recomienda someter a evaluación los distintos procesos que se llevan a cabo en la granja por el personal para detectar aquellas secciones donde puede haber problemas y atajarlos. Así, será clave ver quién hace cada tarea, cómo se realiza, cómo se le comunicó ese trabajo al empleado y los resultados que se están teniendo. Para apoyar a los ganaderos en esta revisión y análisis de sus rutinas de trabajo, la experta propone herramientas y métodos que contribuyen a mejorar resultados y conseguir objetivos.

En la gestión del personal en la granja es necesario evaluar los procedimientos y los resultados.

Protocolos, la llave del éxito

Una de las medidas más efectivas para organizar la gestión del personal en la granja es la definición de protocolos, donde se detallen tanto las funciones más básicas como aquellas que sean fundamentales para el funcionamiento de la ganadería, aunque no se desarrollen a diario. Deben ser instrucciones básicas y claras para realizar las tareas. «Los protocolos son una guía que ayuda tanto al empleado a desarrollar el trabajo como al patrón para indicarle al operario cómo quiere que se realice esa tarea», detalla la especialista.

«El uso de protocolos sirve para recordar la explicación de un trabajo y, al mismo tiempo, ayuda a capacitar a los trabajadores que se acaban de incorporar»: Libby Eiholzer

Los protocolos son también una herramienta para generar un criterio único en aquellas ganaderías con varios responsables. «No hay peor situación para un empleado que recibir órdenes contradictorias de sus patrones», valora Eiholzer. Tampoco hace falta que los protocolos se desarrollen para todas las tareas de la granja, sino que es preciso identificar aquellas áreas de interés o aquellas de máxima prioridad para mejorar el funcionamiento de la ganadería. Además, cuando se trata de trabajos complejos, la experta recomienda desarrollar varios protocolos secundarios, que concreten y especifiquen cómo realizarlos.

La experta detalla varias recomendaciones para asegurar que estas herramientas sean de utilidad en la granja para los operarios:

-Deben ser escuetos y claros. Resumir en pocas palabras la tarea.

-Es preciso tener en cuenta las dificultades que pueden tener los trabajadores con el idioma y emplear expresiones sencillas y directas. Debe evitarse que los protocolos sean manuales densos, sino unas instrucción claras.

-La utilización de imágenes y esquemas para concretar las indicaciones puede facilitar la comprensión y ayudar a que se empleen estos protocolos. «Algunos de los ganaderos con los que estoy trabajando incluso están empezando a emplear vídeos a modo de tutorial para compartir con sus operarios», detalla la especialista.

-Hace falta colocar los protocolos en lugares visibles y en láminas plastificadas o impermeables, de modo que sean accesibles y no se deterioren con el uso. «El uso de protocolos sirve para recordar la explicación de un trabajo y, al mismo tiempo, ayuda a capacitar a los trabajadores que se acaban de incorporar», señala Eiholzer.

Uno de los protocolos empleados por Libby Eiholzer en las granjas.

Uno de los protocolos empleados por Libby Eiholzer en las granjas.

Implicar a los trabajadores

Otra de las cuestiones en las que Libby Eiholzer insiste para mejorar la gestión del personal en la ganadería se basa en conseguir la implicación de los trabajadores con la propia granja y los resultados que se obtengan. «Queremos que los empleados no solo entiendan que tienen que venir a trabajar, sino que quieran que la granja tenga éxito», explica la especialista. Para lograr esto, una de las vías es hacer partícipes a los trabajadores de los datos de rendimiento que se están a monitorizar en la granja, de modo que comprendan su significado, así como la meta a conseguir. «Es muy importante que sepan qué significan los números y cómo cambian en función de su trabajo», explica Eiholzer.

«Queremos que los empleados no solo entiendan que tienen que venir a trabajar, sino que quieran que la granja tenga éxito»

Para conseguir esta implicación del personal, la experta aboga por dedicar esfuerzos a la capacitación de los operarios, mediante charlas, seminarios o vídeos que los ayuden en su formación. También resulta fundamental contar con la persona adecuada para impartir la formación o mostrar cómo se realizan las tareas. «Un empleado puede ser muy bueno ordeñando el ganado, pero no tener habilidades para explicar cómo se debe hacer. Precisamos contar con un bueno capacitador, no todo el mundo sirve para eso», concreta.

También es preciso que los supervisores estén implicados con la capacitación de los operarios y que se defina claramente una estructura jerárquica para supervisar y resolver los problemas y las dudas de forma rápida a los trabajadores. Al mismo tiempo, para Eiholzer resulta clave que se reserve tiempo y un espacio idóneo para la capacitación del personal, sin que haya interrupciones y para conseguir que al operario le resulte clara la explicación y pueda llevarla a la práctica.

Zona destinada la recría en Prolesa SAT

Zona destinada a la recría en SAT Prolesa.

SAT Prolesa, un ejemplo de mejora en la gestión de la recría

La ganadería lucense SAT Prolesa, cuenta con 9 operarios que trabajan en 2 turnos, lo que le permite realizar 3 ordeños al día y que el personal tenga dos jornadas libres. En esta SAT, creada en el 2000 por 14 socios, en estos momentos tienen como objetivo el incremento de la producción y superar los 5 millones de litros que lograron el año pasado, con un aumento tanto del número de animales, como del promedio de producción y de la eficiencia en la granja.

Para lograr estas metas, están trabajando también de forma directa en la mejora de la recría, un proyecto en el que están implicados tanto el veterinario de la ganadería, Román González, como Carlos Carbonell, integrante del equipo técnico de MSD Animal Health. El trabajo conjunto comenzó en el 2019, pero la mejora de la recría había comenzado ya en el 2014 con el diseño de un protocolo, como una herramienta más para mejorar resultados.

Los protocolos les sirvieron para monitorizar los resultados y contar con datos objetivos para la toma de decisiones

En los primeros tiempos, la falta de control y de monitorización fue haciendo que el protocolo dejara casi de existir. Por eso, uno de los aspectos en los que incidieron desde MSD fue en la necesidad de monitorizar los protocolos y los resultados, para contar así con datos objetivos y rentables que les ayudaran en la toma de decisiones. «A veces, se produce el conocido como síndrome de la ‘ceguera en la granja’, que lleva a interiorizar y aceptar prácticas que antes no se concebían cómo idóneas, e impide que el ganadero o el personal se dé cuenta de que esas prácticas le están impidiendo avanzar, por lo que es muy importante contar con datos que le ayuden a comprenderlo», reflexiona Carbonell.

En la actualidad, cuentan con protocolos detallados para facilitar el trabajo al personal. Disponer de esta herramienta también les está ayudando a mejorar el manejo de los animales, consiguiendo atajar problemas como las diarreas. Uno de los momentos claves es el encalostrado, por lo que definieron un protocolo específico en el que se incluye desde la recogida de muestras de calostros, hasta una estimación de la calidad y del encalostrado así como un registro de datos.

«Cuanto menos tenga que intuir el operario a la hora de hacer la tarea mejor va a funcionar la granja»:Román González

Además, en la ganadería están desarrollando protocolos para otras tareas como la limpieza y desinfección. La monitorización le aporta información en la toma de decisiones para implantar nuevas prácticas. También disponen de protocolos ante situaciones que son determinantes para la recría, como la aparición de diarreas. «Cuanto menos tenga que intuir el operario a la hora de hacer la tarea mejor va a funcionar la granja. El trabajador tiene que disponer de unas instrucciones claras para hacer el trabajo», explica el veterinario, Román González.

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Uno de los protocolos que emplean con las becerras para confirmar el estado de los animales y detectar problemas.

Los protocolos también les sirven como herramienta de comunicación entre los distintos empleados para actualizar el estado de los animales y detectar problemas de una manera más inmediata. De hecho, uno de los protocolos instalados informa sobre las tomas que realizaron los animales para extremar el control sobre los animales.

González reivindica tanto la necesidad de protocolos en la granja como la implicación del personal en el desarrollo de esas pautas, para conseguir que sean efectivas, al tiempo que valora que los gastos de la capacitación del personal son siempre una inversión que se recupera.

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