‘Bienvenidas las nuevas herramientas de ordenación de la tierra, pero sin olvidar la concentración parcelaria’

El grupo de opinión 'El rural importa', integrado por ingenieros agrónomos, ingenieros técnicos agrícolas y otras entidades, valora la futura ley de recuperación y puesta en valor de tierras agrarias que ultima el gobierno autonómico

‘Bienvenidas las nuevas herramientas de ordenación de la tierra, pero sin olvidar la concentración parcelaria’

En el anterior artículo publicado en este mismo espacio por el grupo de opinión ‘Rural Importa’, hacíamos un breve repaso de la evolución de la concentración (o reestructuración) parcelaria desde la ley estatal de 1952 hasta la autonómica de mejora de la estructura territorial de Galicia de 2015. Como decíamos en él, con sus defectos, hasta la fecha ningún otro instrumento se ha mostrado tan efectivo en la ampliación del tamaño de las parcelas de cultivo, y de recuperación de la superficie agraria útil (SAU).

Mediante las leyes 7/2007, de 21 de mayo, del Banco de Terras de Galicia, y 6/2011, de 13 de octubre, de movilidad de tierras, se buscaron fórmulas para aumentar la base territorial de las explotaciones, que no implicase la modificación de la propiedad y además, obligaran a los propietarios absentistas a arrendar las parcelas en estado de abandono. El Banco de Terras pasó a gestionar la oferta y demanda de las parcelas que los propietarios ponen voluntariamente a su disposición, además de las masas comunes resultantes de los procesos de concentración parcelaria. Constatándose la demanda real de superficie agraria, el Banco de Terras se encuentra de nuevo con el problema del minifundismo, resultando de superficie insuficiente para las necesidades de las explotaciones actuales, la mayor parte de las parcelas ofertadas.

De acuerdo con lo que se adelanta desde la Consellería de Medio Rural, la futura ley de recuperación y puesta en valor de tierras agrarias que está ultimando el gobierno autonómico, vienen a reforzar el papel del Banco de Terras y añade dos nuevas herramientas de ordenación rural: los polígonos agroforestales y las aldeas modelo. Aunque varios proyectos de estas últimas se están desarrollando aplicando la Ley 6/2011, de movilidad de tierras, la nueva ley pretende mejorar los mecanismos de declaración de abandono, gestión de parcelas de propietario desconocido e incorporación de predios al Banco de Terras, así como regular el procedimiento.

Los proyectos de aldeas modelo están destinados a la recuperación de terrenos abandonados o infrautilizados alrededor de núcleos de población, con la doble finalidad de eliminar la acumulación de biomasa y el consecuente riesgo de incendio, y favorecer una actividad económica en esos núcleos, que evite su despoblación. Por lo tanto, los proyectos de aldeas modelo se conciben como actuaciones destinadas a un problema concreto que en Galicia se presenta principalmente en varias zonas de la provincia de Ourense y sur de la de Lugo, pudiendo convertirse en una herramienta muy útil para fijar población en esas zonas.

El otro instrumento que introduce la ley son los polígonos agroforestales. Se trata de poner en producción superficies con potencial agrario o forestal, que presenten un determinado grado de abandono. Se iniciarán siempre que exista un promotor, que presente un proyecto viable y que esté comprometido a realizar las inversiones necesarias en infraestructuras. Para desarrollarse, precisarán del acuerdo de la mayoría de los propietarios y contarán con los mismos mecanismos que las aldeas modelo para la inclusión en el proyecto de parcelas en estado de abandono y de propietario desconocido. Incluso contempla la posibilidad de reestructuración parcelaria conforme a la ley 4/2015, de mejora de la estructura territorial agraria de Galicia, en el interior del polígono. Esta herramienta facilitará que agricultores o inversores que precisen superficie para el desarrollo de proyectos de producción agraria puedan realizarlos, consiguiéndose así una nueva vía de inversiones en el rural.

Los proyectos de aldeas modelo y polígonos forestales son dos herramientas que pueden ser muy útiles en los casos concretos en los que son aplicables, es decir, en las zonas en las que existe abandono de tierras agrarias, y siempre que se priorice la recuperación de SAU. Las zonas agrarias productivas de Galicia siguen necesitando incrementar la base territorial de las explotaciones para garantizar su rentabilidad. En estas zonas no existe mas abandono que el de las parcelas que por sus características no son rentables con las técnicas actuales de cultivo. Para estas zonas, la reestructuración parcelaria sigue siendo la herramienta que, además de reunir su propiedad en fincas de mayor tamaño, permite a las explotaciones comprar o arrendar fincas de un tamaño suficiente que haga viable el cultivo.

Es un hecho contrastado que muchas explotaciones ganaderas están dispuestas a recorrer varios kilómetros para ir a otras parroquias o ayuntamientos a sembrar maíz o hierba para forraje, siempre que se trate de parcelas de varias hectáreas. En las zonas ganaderas de Galicia, las concentraciones parcelarias rematadas, registran mayor movilidad de tierras que las no concentradas al aumentar la oferta de fincas de más extensión y, consecuentemente, más rentables. Sería muy necesario rematar las zonas de concentración pendientes y, al menos, decretar una nueva zona por cada una que se cierre.

En conclusión, aldeas modelo, polígonos forestales y reestructuración parcelaria son tres herramientas complementarias destinadas a incrementar la rentabilidad del medio rural y, de este modo, mejorar sus condiciones de vida, frenar su despoblación y mantener la biodiversidad.

 

*José Antonio González Ferreira

José Antonio González Ferreira es ingeniero agrónomo y escribe en nombre del grupo de opinión 'O Rural importa', conformado por técnicos y otras entidades.

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