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Pedro Codesido es podólogo en Seragro, Sociedad Cooperativa Gallega. A finales del pasado mes de octubre participó en la EFA-Fonteboa, en Coristanco, en la IV Jornada de Unificación de Criterios de I-SAP y en el I curso de podología organizados por la Confederación de Asociaciones de Frisona Española (CONAFE).
Seragro es una de las fuentes de información de CONAFE para su programa de podología. ¿Como está funcionando esta colaboración?
Hace unos cuatro años que CONAFE se puso en contacto con nosotros para el programa I-SAP con la finalidad de aprovechar los datos de varios países para mejorar los caracteres de podología en la mejora genética. En SERAGRO ya teníamos una aplicación informática propia de nuestros servicios, y en lo que sí que colaboramos con CONAFE, previo consentimiento de los ganaderos, es en facilitar los datos de podología. Pienso que es un programa que puede dar más de sí.
¿Cuáles son las enfermedades podológicas del ganado vacuno con más incidente en Galicia?
En Galicia posiblemente las enfermedades con más presencia son las dermatitis y las úlceras por problemas de presión. Con respecto a otras autonomías, sí que es cierto que quizás haya menos dermatitis en otras Comunidades por la menor humedad. También hay que destacar la importancia del manejo, a parte de la climatología. Es decir, en Galicia la mayor parte de las vacas están estabuladas bastante tiempo, o permanentemente, mientras que en otras comunidades utilizan más los parques de tierras, lo que hace variar la incidencia de dolencias podológicas.
¿Cual puede ser el porcentaje medio de afectación de las enfermedades de patas y cascos en las explotaciones de vacuno?
La evolución en los últimos años fue totalmente positiva. Llevo algo más de veinte años en esta profesión y en mis inicios sólo estaban acogiéndose a este programa de prevención y de tratamiento de lesiones podales sólo ciertos ganaderos más punteros y había mucha más incidente de esta problemática.
“Al ganadero que llama antes al podólogo le sale más barato”
Es difícil hablar de porcentajes medios, porque nos podemos encontrar con granjas en las que un 5 o 10% de los animales sufren algún tipo de lesión podal a lo largo del año, y en otras explotaciones este porcentaje puede subir hasta el 60 o incluso el 80%.
¿El ganadero acude cada vez más rápido a vosotros para solucionar un problema de cojera que antes igual tardaba más en avisar?
Las lesiones podales en el ganado vacuno suponen una pérdida económica importante y al ganadero que acude antes le sale más barato, porque todos estos problemas se complican con el paso del tiempo. Hay que tener en cuenta que la curación varía mucho si atendemos al animal en el día 5 de la enfermedad que en el día 20. Sin meternos a valorar la pérdida en rendimiento del animal en esos días de cojera.
Sí que tenemos datos de ganaderos que deciden agrupar los casos de animales con problemas podales porque piensan que les va a salir más barato, y al final del año es lo contrario: es mejor ir atendiendo puntualmente a los animales con problemas.
¿Que consejos le darías a un ganadero para mejorar la salud de patas y cascos de su ganado?
Básicamente, estar muy en contacto con su podólogo, y no solo para llamarlo porque tiene una vaca con cojera, sino que preocuparse por las problemáticas que hay en la explotación y ver cuáles son las pautas que se deberían seguir para bajar las lesiones podales.
Cada granja es distinta y la problemática así lo será también, pero con un trabajo en equipo entre ganadero y podólogo siempre se ha de encontrar una solución a cada caso.
“Con las camas de arena estamos teniendo problemas de carencia de casco por el excesivo desgaste”
Por ejemplo, desde hace unos años se están incorporando en Galicia las camas de arena, que acaban siendo una lija extendida por el pasillo del establo y acaba provocando la problemática de que el desgaste de los cascos es mayor que el crecimiento. Es decir, pasamos de realizar recorte podal a carencias de casco, con lo que las pautas, tanto del trabajo técnico del podólogo como las de manejo por parte del ganadero, son distintas.
¿Hay menos lesiones podales en las explotaciones que hacen pastoreo?
La problemática podal de estas explotaciones es distinta, lo que no quiere decir que sea menor. La situación idílica sería que la vaca saliera del establo al prado. El problema es que los caminos por los que transitan en realidad son en la mayor parte pistas asfaltadas, o caminos endurecidos por el paso de la maquinaria y con piedras sueltas que van provocando también lesiones podales.
El estado natural de la vaca es la tierra, el pasto, y en el momento en que la metemos en una superficie dura le estamos cambiando las condiciones. Si esa superficie sólo es estancia, es siempre menos problemática que si es también de traslado, o si los traslados son muy largos. Hay vacas que caminan al día hasta 3 kilómetros para ir al prado y eso, en animales de muchos kilos y alta producción láctea, llega a ser un problema.
¿Cuál es la mejor inversión frente a la problemática podal?
Trabajar en prevención; existen programas de recorte destinados a prevenir las distintas lesiones de los pies de las vacas, y está demostrada su eficacia a la hora de rebajar las cifras de animales afectados. Pero la prevención no finaliza sólo con el trabajo del técnico, sino que será el manejo del día a día lo que condicionará de manera importante a consecución de los objetivos. Por eso, tan importante como el trabajo específico en el pie de la vaca es la rutina de medidas pensadas para mejorar la salud podal en el rebaño.
