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Se activa desde hoy la tramitación electrónica para las agrupaciones forestales de gestión conjunta y los silvicultores activos

Después de que se presentara en el Consello de la Xunta de este jueves, el Diario Oficial de Galicia (DOG) publicó ayer la orden de la Consellería de Medio Rural por la que se regularán los procedimientos de tramitación electrónica para el reconocimiento de las agrupaciones forestales de gestión conjunta y de las personas silvicultoras activas. La previsión que maneja la Xunta es de alcanzar las 100 agrupaciones y los 25.000 silvicultores activos hasta el 2025. Las agrupaciones de gestión conjunta y las personas silvicultoras activas se encuentran recogidas en el eje II del Plan Forestal, relativo a la gestión de los montes y a la lucha contra el abandono. Las agrupaciones también están incluidas en la Ley de recuperación de la tierra agraria, como figura para poner en valor las parcelas abandonadas o infrautilizadas. Los procedimientos voluntarios de registro que se estrenan hoy estarán abiertos permanentemente. Como se indica en la orden, las solicitudes se dirigirán al órgano forestal, al Servicio de Montes de la jefatura territorial correspondiente. En el caso de las agrupación forestales de gestión conjunta podrán inscribirse las sociedades de fomento forestal (Sofor), las asociaciones sin ánimo de lucro constituidas para el auxilio, apoyo y asesoramiento a las personas propietarias o titulares de los derechos de aprovechamiento de terrenos en la planificación de la gestión forestal y en la gestión y comercialización conjunta de sus aprovechamientos, las sociedades civiles y comunidades de bienes, las cooperativas y otras entidades de economía social, las sociedades agrarias de transformación (SAT), las sociedades mercantiles reguladas en la legislación de sociedades de capital, así como cualquier otra que tenga por objeto la recuperación, de forma conjunta, de tierras forestales. Mientras, podrán solicitar el reconocimiento como silvicultores activos las personas o entidades, con o sin personalidad jurídica, ya sean propietarias, titulares o gestoras de los aprovechamientos y servicios ecosistémicos de unidades de gestión forestal que cuenten con un instrumento de ordenación o de gestión forestal y que dispongan de un certificado de gestión forestal sostenible emitido por un sistema de certificación forestal reconocido internacionalmente. Como destacan desde Medio Rural, estas dos figuras buscan incidir en la mejora de la gestión de las alrededor de 8 millones de parcelas catastrales rústicas forestales que hay en Galicia. Así las cosas, las iniciativas de gestión conjunta promoverán la recuperación de la tierra, ampliando la base territorial y aumentando la rentabilidad del sector forestal, al tiempo que se avanza en la anticipación a los incendios forestales. Mientras, el nuevo estatus que se establece de silvicultor activo también contribuirá la estos fines, mediante lo impulso de terrenos bajo instrumentos de ordenación y de gestión, y adheridos a sistemas de certificación forestal sostenible.

- Máis información:

-Orde en el DOG.

-Se Crea el registro de silvicultores activos y de agrupaciones forestales de gestión conjunta

Casos de éxito en la gestión conjunta del monte: la Sofor Santa Juliana

En el año 2017, las 180 hectáreas del monte de varas de Cereixedo, en A Fonsagrada, pasaron a constituir la primera Sociedad de Fomento Forestal (Sofor) de la provincia de Lugo y la número 7 de Galicia. La Sofor, una figura pensada para agrupar la gestión de parcelas particulares de monte, fue vista por los vecinos como una posibilidad para conseguir mejoras para su monte de varas. Los montes de varas, característicos de la montaña oriental de Lugo, son aquellos que la Lei de Montes de Galicia define como “conservados pro indiviso, y cuyas personas copropietarias tienen la costumbre de reunirse para repartirse entre sí porciones determinadas de monte para su aprovechamiento privativo”. Es decir, se trata de una propiedad comunal pero que se divide entre los vecinos para su aprovechamiento particular. Con la creación de la Sofor, los 18 vecinos renunciaron a la gestión privada de las parcelas que les correspondían y pasaron a una gestión en conjunto del monte. Este cambio supuso beneficios claros, pues recibieron apoyos para la puesta en producción de superficies abandonadas y para la mejora de caminos e infraestructuras. Cuando se creó la Sofor, alrededor de un 50% del terreno estaba desarbolado, raso, pero a día de hoy ese porcentaje se redujo al 9%. La mejora de acceso a los terrenos y la creación de dos depósitos de agua, como medida de prevención de incendios, fue otro de los avances cosechados.

Convocadas las ayudas para prevención de incendios en montes vecinales

La Consellería de Medio Rural ha convocado las ayudas para prevención de incendios forestales en montes vecinales y Sociedades de Fomento Forestal (Sofor). La convocatoria, igual que el pasado año, es de carácter bianual. Para este año se destinan 400.000 euros y para el 2022 un total de 3,6 millones de euros. Las aportaciones, cofinanciadas por fondos europeos, cuentan con dos líneas, una para control del combustible forestal y otra para construcción de puntos de agua. La primera línea es la que centra la mayor parte de los fondos, con 3,3 millones de euros. Se orienta a subvencionar el control del matorral en cortafuegos, franjas auxiliares de pistas y regenerados naturales, así como a hacer desbroces de penetración, rareos y eliminación de restos de entrefajas de masas forestales. El objetivo es crear discontinuidades horizontales y verticales de combustible, a fin de reducir la velocidad de propagación de posibles incendios. La segunda línea de apoyos, dirigida a construir puntos de agua, cuenta con 670.000 euros. Se subvencionarán puntos de agua colocados en zonas estratégicas para la defensa de núcleos de población y de las masas forestales. Las solicitudes pueden presentarse desde hoy hasta el 16 de marzo.

Los montes de varas salen del limbo

Los montes de varas, una figura de propiedad característica de las comarcas de A Fonsagrada y Ancares, se regularán en los próximos meses, según las previsiones que maneja la Xunta. El objetivo es poner en marcha un registro público y avanzar en la constitución y puesta en funcionamiento de los montes de varas, que abarcan al menos 7.800 hectáreas en la comunidad. La Administración tiene identificados 27 montes de varas, de los que la gran mayoría, 21, están en las comarcas de A Fonsagrada y Ancares, pero no descarta que aparezcan nuevos montes de varas en toda Galicia una vez se cree el registro público. Aparte de la zona oriental de Lugo, Medio Rural tiene constancia de otros tres montes de varas en la provincia (2 en la Terra Cha y 1 en la Mariña lucense), así como de otro en el Barbanza (A Coruña), y de otros 2 en la provincia de Ourense (A Limia y Miño-Arnoia). El funcionamiento de los montes varas se sitúa a medio camino entre el monte vecinal y la propiedad particular. El terreno es considerado un proindiviso común sobre el que los vecinos propietarios solían hacer un reparto de porciones individuales de monte para su aprovechamiento particular. Esa participación en el monte de varas es posible comprarla o transmitirla por herencia. Se da además la circunstancia de que la participación en el monte suele ser desigual entre las distintas casas del lugar. Montes de varas en Galicia. Desde la Consellería de Medio Rural se está trabajando en una normativa que regule los montes de varas. La cuestión fue también llevada por el grupo popular a la comisión de Agricultura del Parlamento, donde todos los grupos coincidieron en que era positiva la regulación. Desde el Bloque, el diputado Xosé Luis Rivas "Mini" señaló que consideraba preciso buscar fórmulas de gestión en común de los montes de varas para superar el minifundismo. Situación actual En al menos dos montes de varas, en A Fonsagrada y en Becerreá ya se están impulsando Sociedades de Fomento Forestal (Sofor) para su aprovechamiento en común, una opción que podría ser extensible a más montes. Buena parte de los montes de varas permanecían hasta ahora sin constituir y con una gestión en precario. En los Ancares, David López, técnico de la cooperativa A Carqueixa, está apoyando la constitución de varios montes de varas con la figura provisional de asociaciones sin ánimo de lucro. "La cuestión básica es que los montes de varas tengan una junta gestora que pueda llegar a acuerdos, por ejemplo para el alquiler de pastos, y que pueda solicitar subvenciones para la gestión del monte" -explica David-. "No estamos hablando de montes productores, sino de montes que en la mayoría de los casos tienen una función protectora del medio", precisa.

“De forma individual no haces nada en el monte, cualquier ordenación pasa por zonas agrupadas”

El monte particular de la comarca del Morrazo (Pontevedra) se ha convertido en las últimas décadas en un espacio con escasas perspectivas. Hay un minifundio forestal extremo, con parcelas medias que rondan los 700 - 800 metros cuadrados, y una mayoría de propietarios que ya no vive de la tierra y que es incapaz de situar buena parte de sus parcelas. “Mucha gente piensa que el monte no vale para nada”, resumen en la Asociación de Propietarios del Morrazo, un colectivo que surgió en el 2015 con la idea de recuperar el monte. Hablamos con el presidente de la Asociación, Luciano Guimeráns, de Marín, y con el vicepresidente del colectivo, José Manuel Carracelas (Bueu), sobre el trabajo que están haciendo. “Queremos dejar un monte vivo”, enuncia Luciano. - ¿Cómo nació la Asociación, una iniciativa que es singular a nivel de Galicia? Luciano: La Asociación nació por iniciativa de un grupo de propietarios que veíamos que la situación del monte era a cada paso de más abandono. Nos sentamos un grupo de gente de Marín y Bueu y decidimos constituir una asociación para animar a los propietarios a sumarse. El objetivo era abrir un debate sobre lo que hacer en el monte. La idea inicial era llegar a todo el Morrazo, pero enseguida vimos que era muy complicado, así que finalmente nos centramos en Bueu y Marín. - ¿Qué se puede hacer frente a ese abandono del monte del que habláis? Luciano: Cualquier iniciativa tendría que pasar por crear zonas agrupadas. En el Morrazo, individualmente no haces nada en el monte porque está muy dividido, en parcelas muy pequeñas. José Manuel: Nuestros socios, que son 160, tienen más de 1.400 parcelas, con un promedio de 700-800 metros por tomada, pero dentro de eso, tenemos parcelas de 50 metros cuadrados. El monte aquí está con mucho minifundio por las particiones que había en las herencias. Un propietario puede tener 10 parcelas dispersas y en muchos casos, tienen identificadas algunas fincas y otras no saben ni por donde están. - ¿Qué respuesta encontrasteis a vuestra inquietud entre los propietarios forestales? Luciano: Cada vez que hacemos una asamblea en una parroquia, a la gente le parece muy buena idea la Asociación y está interesada, pero tampoco podemos ofrecer soluciones concretas, ya que por el momento la Xunta no apoya figuras de gestión del monte que se adapten a nuestra realidad. También hay propietarios que dicen: ‘A mí no me interesa porque tengo mis tomadas limpias y están localizadas’. Igual a él no le interesa, porque tiene por ejemplo 60 años y aún va al monte, pero cuando tenga 70 o 75 dejará de ir al monte y sus hijos igual no quieren saber nada. Entonces, tenemos que buscar remedio y ese remedio tiene que ser de manera agrupada. - ¿Pensasteis en promover una Sociedad de Fomento Forestal (Sofor) para agrupar la gestión de las fincas? José Manuel: Se pensó en una Sofor, pero no es viable. Las dimensiones mínimas que se exigen para las Sofor, de 50 hectáreas, están pensadas para otras zonas, no para el Morrazo. En A Estrada, hay una Sofor de 30 propietarios que suma 50 hectáreas. Aquí 30 propietarios sumamos poco más de 4 hectáreas. Luciano: La Sofor es la figura que apoya actualmente la Administración, pero para el Morrazo la vemos difícil. Nosotros apostamos por agrupar la gestión en unidades que tengan un mínimo de 3 hectáreas en coto redondo, con continuidad entre las parcelas, que es algo que nos parece más factible. Estamos trabajando en varias zonas concretas en las que tenemos socios y otra parte de propietarios que estarían interesados. Lo que precisamos es que la Administración apoye este tipo de agrupaciones. Si vamos a una zona y le decimos a los propietarios, vamos a valorar la madera de cada uno, cortar y plantar en conjunto, es algo que puede salir adelante. Trabajar en conjunto permitiría además satisfacer las distintas visiones que hay sobre el monte. Hay propietarios que defienden el eucalipto, otros el castaño, el cerezo o el roble. Si tienes varias hectáreas en conjunto, puede haber diversidad de especies, eucaliptos, pinos, castaños... y no como ahora, que en el Morrazo caminamos hacia un monocultivo del eucalipto. - José Manuel: Con una ordenación del monte y plantaciones diversas, estarían todos los propietarios contentos. Pensamos que el monte tiene que tener rentabilidad porque se no tiene rentabilidad, mal vamos. Me lo decía una propietaria estos días: ‘Le hablo a los hijos del monte y los hijos me dicen que el monte no vale nada’. Luciano: Uno de los motivos del abandono es ese. No hay manera de rentabilizar parcelas pequeñas. Por eso nosotros decimos que trabajando de manera agrupada, puede haber precios al alza y una mejora de rentabilidad. - Entonces, ¿vuestra idea sería la creación de agrupaciones de más de 3 hectáreas en las que mantendríais la propiedad individual y gestionaríais en conjunto? José Manuel: Exactamente, pero no llega con crear sólo zonas agrupadas porque hay muchas fincas que tienen muros de separación o carecen de accesos. Tenemos también que superar el minifundio interno. Luciano: Uno de los objetivos sería la concentración. Dentro del mismo polígono, hay propietarios que tendrían varias parcelas. Una primera medida sería limpiar, medir toda la zona, investigar la propiedad y hacer un plan de reordenación, que debería ser aprobado por los propietarios antes de su inscripción notarial. Si un propietario tiene cuatro parcelas en un polígono, puede acabar teniendo una, lo cual le favorece. José Manuel: Esa es nuestra propuesta, pero tiene que ser asumida por la Administración. Hasta el momento, tuvimos cero apoyos de la Administración a nuestras propuestas y necesidades. La cuestión de fondo es que somos una zona muy pequeña en el conjunto de Galicia y nos ignoran. Luciano: Si tu le dices al propietario que tiene que salir todo de su bolsillo, el propietario es reacio. - Hablabais de investigar la propiedad. Aparte de las fincas de vuestros socios y de propietarios que tenéis identificados, ¿hay mucha propiedad desconocida? Luciano: A la hora de identificar las propiedades, contábamos con que Catastro colaborase más con nosotros, pero nuestra sorpresa es que, aunque ya lo intuiamos, la información que hay en el Catastro está muy atrasada. Hablando con Catastro, nos confesaron que hay alrededor de un 20% de parcelas de propietarios desconocidos. Eso dificulta mucho el trabajo. Tiene que haber alguna norma que respalde a las entidades que quieran ordenar una zona para que lo puedan hacer incluyendo las parcelas de propietario desconocido. Si un día aparece el propietario, pues se buscará una solución, pero de otro modo es imposible hacer nada. José Manuel: Hay parcelas que están a nombre de una persona que a día de hoy tendría 130 años. Esa es la realidad. Tenemos dificultades para localizar a los propietarios reales de esas parcelas y no tenemos ninguna ayuda. Si vas a Catastro buscando información de los lindantes de una parcela, tienes que pagar por esa información, cuando es información sin actualizar y que no te resuelve nada. Y si vas a pedir una corrección, te piden que aportes un informe técnico, que en algunos casos va a valer más que la propia parcela, y un acuerdo con los lindantes. Ese es el papel que juega la Administración, cuando debería intervenir ella directamente para buscar soluciones. En la Asociación estamos haciendo un trabajo de hablar con los propietarios y de investigar la propiedad que no tiene ningún respaldo. Una vez nos dijo un propietario que el trabajo que estábamos haciendo era de apostolado y no le falta razón. Vamos llamando a las puertas y hay gente que nos dice: ‘Menos mal que alguien se ocupa de esto’. Luciano: También hay que decir que en alguna zona, como Marín, tenemos gente que nos combate, gente que igual tiene sus intereses e ingresos del monte y piensa que le va a ir peor si los propietarios nos agrupamos y trabajamos en conjunto. Eso también deriva en que tengamos dificultades en agrupar a los propietarios. José Manuel: Hay mucha picaresca en el monte y también hay que entender a la gente. Hubo muchos engaños y la gente se vuelve desconfiada.
"¿Qué monte queremos dejarle a nuestros hijos? ¿Diez parcelas pequeñas que no sabemos ni donde están o tres más grandes y bien gestionadas?"
Luciano: Al final, lo que estamos haciendo es un planteamiento de futuro y todo el mundo se va dando de cuenta del sentido que tienen nuestras propuestas. ¿Qué queremos dejarle a nuestros hijos? ¿Diez parcelas de monte pequeñas que no sabemos ni donde están o 3 - 4 parcelas agrupadas y bien gestionadas?. Por eso pensamos que puede triunfar. - En vuestros casos concretos, en qué situación se encuentran vuestras parcelas? José Manuel: Tengo unas 16 parcelas que suman unos 8.000 metros y que se encuentran en tres ayuntamientos distintos. De todas esas, sólo tengo perdidas 2 pequeñas, me las enseñaron alguna vez, pero no fui capaz de volver. Y eso es algo que le sucede a mucha gente. En mi caso, cuando era pequeño, mi padre andaba al mar y cuando venía, recuerdo que me llevaba al monte a pasar el día, llevábamos una mochila con comida y bebida, me enseñaba los marcos y los pintaba. Es un recuerdo maravilloso que tengo de aquello y por eso yo sigo con esto. Mi padre me decía, ‘Vosotros vais a perder el monte’. Pero no lo perdimos, tenemos una asociación para recuperarlo. Luciano: En nuestro caso, yo soy un pequeño propietario y mi mujer tiene unas 12 tomadas, sumando 6.000 metros, todas en el ayuntamiento de Marín, pero no sabríamos identificarlas. Tenemos estado en alguna de ellas hace años, pero ahora ya no se entra con la altura de matorral que hay. Esta es la realidad de muchos propietarios. Por eso la asociación es tan importante y es la esperanza que tenemos.

“Las franjas de protección no son la solución, limpias la ribera y dejas un polvorín detrás”

- Estamos ahora en plena época de fuegos. Como veis la situación del monte en el Morrazo ante los incendios? Luciano: La realidad es que tenemos un peligro muy serio. Nosotros vivimos en zonas rurales, pegadas al monte, y hay un peligro serio no solo para el monte sino para la vida de la gente. José Manuel: Si hay una ola de calor, con circunstancias extremas, tenemos miedo. Así de claro. Luciano: Piensa que si entra un fuego en Moaña con viento del sur o del suoeste, el incendio llega a Pontevedra. Con viento y calor no hay quien lo apague. - ¿Cómo veis la normativa que obliga a la creación de franjas de protección alrededor de los núcleos de población? ¿Es una solución? Luciano: La Xunta debería ser consciente de que por esa vía no va a resolver el problema de los incendios en Galicia. El problema para nosotros está en el interior del monte. Si tú tienes la ribera limpia, pero detrás tienes un polvorín, no es solución. ¿Vamos a seguir invirtiendo en apagafuegos o planteando medidas preventivas? José Manuel: Una asociación como la nuestra podría jugar un papel importante en prevención, pero de momento nunca tuvimos apoyos. Luciano: Las franjas son además algo tremendamente costoso para el propietario. Al que le cae, si tiene amenaza de multa, no le queda otra, pero si un propietario que tenga una tomada del lado de una zona urbana tiene que estar gastando todos los años y no puede tener arbolado, al final el monte representa una carga constante.

Chequeo a las Sofor, ¿solución para la gestión del minifundio forestal?

El minifundio forestal en Galicia genera dificultades de gestión para los propietarios, que en ocasiones incluso desconocen o pierden la ubicación de parte de sus parcelas. Afrontar ese escenario, que acaba por dejar parte del monte en el abandono, es uno de los grandes retos del monte gallego. Para encararlo, la Xunta buscó impulsar agrupaciones de propietarios forestales a nivel de parroquia o aldea. Primero fueron las Uxfor (Unidades de Gestión Forestal), en el Gobierno bipartito, una figura que derogó la actual Xunta para crear en el 2011 las Sociedades de Fomento Forestal (Sofor). ¿Están siendo las Sofor una solución? Galicia cuenta en la actualidad con 10 Sofor creadas y con otras 12 en proceso de inscripción. Las 10 sociedades ya en funcionamiento agrupan 1.386 hectáreas de 447 socios, en tanto las 12 en creación suman 2.915 hectáreas. Valoraciones Los primeros pasos de las sociedades son considerados positivos por el actual director xeral de Defensa do Monte, Tomás Fernández Couto, impulsor de la figura de las Sofor, que entiende que las agrupaciones creadas generarán un efecto ejemplo en el monte gallego que actuará como semilla de futuros proyectos. El director xeral de Ordenación do Monte, José Luis Chan, defiende también la figura de las Sofor como un acierto, aunque ya anunció que la Xunta creará otras 2-3 figuras de gestión conjunta del monte, con distintos grados de compromiso de los propietarios, de cara a facilitar la aparición de nuevas iniciativas. Otra de las líneas de trabajo que prevé iniciar la Xunta es la búsqueda de una fiscalidad atractiva para esas figuras de gestión conjunta, de forma que la tributación derivada de las talas de madera o de otros aprovechamientos sea beneficiosa para los propietarios, en comparación con una gestión individual. La valoración de la oposición sobre las Sofor es bien distinta. Estos días, la situación de las Sofor llegó al Parlamento con motivo de la presentación del anuario de estadística forestal publicado por la Consellería de Medio Rural. La creación de 10 sociedades de fomento forestal “en diez años” es calificada por En Marea como “un fracaso absoluto”, en palabras del diputado Antón Sánchez. “Después de 10 años, están gestionando un 0,06% del monte gallego con las Sofor. Si esta es la solución, a este ritmo necesitarían mil años para crear figuras de gestión conjunta de todo el monte gallego”, criticó. Franjas de protección Por parte del Bloque, el diputado Xosé Luis Rivas ‘Mini’ ahondó en la misma línea argumental, señalando además las posibilidades de fórmulas conjuntas de gestión para enfrentar la prevención de fuegos en los núcleos de población. “Con la creación de franjas de protección en torno a las aldeas, hay muchos propietarios que se están encontrando con que tienen sus fincas en esas franjas y con que les toca fastidiarse, pero la gente ya se está cansando. O ligamos las franjas de protección a la creación de figuras de gestión mayores o habrá problemas”, pronosticó.

“¿Regular el eucalipto? Veremos si hay que regularlo más porque ya está muy limitado”

La separación en la Administración entre gestión del monte y lucha contraincendios era una vieja demanda del sector forestal, que entendía que los incendios se comían buena parte de los presupuestos y esfuerzos públicos dedicados al monte. El dictamen parlamentario sobre la ola de fuegos de 2017 abogó también por esa separación, que se llevó a la práctica con la creación en diciembre del 2018 de la Dirección Xeral de Ordenación e Planificación Forestal, desmarcada de la Dirección Xeral de Defensa do Monte, encargada de los incendios. Casi seis meses después de la división de competencias, hablamos con el director xeral de Ordenación e Planificación Forestal, José Luis Chan, un profesional con una experiencia larga en los servicios forestales de la Consellería de Medio Rural y que en los últimos cuatro años fue jefe de servicio en la provincia de A Coruña. - En el sector forestal hubo descontento en los últimos años por la gestión de las subvenciones en todo lo referente a su convocatoria, plazos e inspecciones. También quejas por los retrasos o falta de inversiones en montes conveniados. ¿Separar gestión forestal e incendios va a permitir una corrección de esos errores? - La separación de la gestión es un hecho. Tenemos ahora mismo una Dirección Xeral de Ordenación e Planificación Forestal con unas competencias diferenciadas, con un servicio dedicado a la propiedad forestal, otro a la sanidad de los montes, otro al fomento forestal y un cuarto servicio centrado en los montes de gestión pública. Por lo tanto, hay líneas del ámbito forestal que corresponden a esta Dirección Xeral, otras a la Dirección Xeral de Defensa do Monte y otras compatibles con las dos direcciones. En función de eso, se irán determinando los presupuestos anuales. En cuanto a las ayudas, ahora mismo tenemos todas las ayudas ya lanzadas, estamos pagando las órdenes de silvicultura y forestación 2018-2019 y estamos a punto de aprobar la orden de forestación 2019-2020. También estamos revisando los expedientes de ayudas de silvicultura 2019-2020, que llevan muy poca anualidad para este año, pues lo importante es que tanto comunidades de montes como propietarios y empresas de servicios forestales tengan tiempo de organizar sus medios para acometer todos los trabajos. Por eso estamos convocando ayudas bianualizadas, que es lo lógico. Por otro lado, tenemos aprobadas ayudas para proyectos de ordenación que afectan a casi 130.000 hectáreas y está aprobado el apoyo a la creación de 12 nuevas Sociedades de Fomento Forestal (Sofor), al amparo de la convocatoria 2018-2019. Para la orden de Sofor 2019-2020, en la que estamos trabajando, haremos alguna modificación. - La figura de las Sofor la crearon en el 2011 con el objetivo de enfrentar uno de los grandes problemas del monte, la reducción del minifundio, pero hasta el momento tuvo un escaso éxito. ¿Barajan otras fórmulas para enfrentar el problema del minifundio forestal?
"Crearemos entre dos y cuatro nuevas figuras para promover la gestión conjunta del monte"
- El movimiento asociativo de buscar fórmulas de gestión conjunta de la propiedad particular en Galicia no es fácil, a nadie se le escapa. El monte no es una excepción, pero en la primera orden de ayudas se aprobaron 10 Sofor, ahora son 12 más (22 en total). El camino, como decía el poeta, se hace andando. Por eso queremos darle continuidad a las Sofor, porque sabemos que ya hay iniciativas fuera de estas órdenes de ayudas para iniciar nuevas Sociedades de Fomento Forestal, pero al mismo tiempo, estamos estudiando todo lo que la ley pone a nuestra disposición para crear entre dos y cuatro figuras nuevas de agrupaciones de gestión conjunta. Algunas de estas nuevas figuras serán más ambiciosas y otras más sencillas, igual encaminadas a garantizar sólo una gestión conjunta de mínimos, manteniendo a la vez la propiedad individual. Esas figuras asociativas pretendemos que aparezcan ya en la Lei de Movilidad de Tierras, en la que está trabajando la Consellería.
"Las fórmulas asociativas deberán contar con una fiscalidad que las incentive, un tema que abordaremos con la Administración central"
En cuanto tengamos las nuevas figuras reglamentadas, habrá que abordar algo que depende de la Administración central, que es tener una fiscalidad idónea para todas esas fórmulas, que esa fiscalidad sea un atractivo que sirva de impulso para que la gente se organice. Si queremos un medio rural activo, las inversiones y aprovechamientos tienen que tener una fiscalidad idónea, cuando además el aprovechamiento forestal se obtiene en un periodo largo de tiempo, no hablamos de cosechas anuales sino de muchos años y unos riesgos evidentes. Precisamos por tanto una fiscalidad que favorezca la gestión forestal. - Pasemos a algunos de los temas que están siendo más polémicos en los últimos años, Plan Forestal y eucalipto. En el borrador del Plan Forestal, hablan de limitar la superficie del eucalipto en Galicia. ¿Tienen previsto establecer restricciones a su plantación en determinadas comarcas? - Respecto al eucalipto, cada uno opina lo que considera oportuno, que es algo válido, pero hay que opinar siempre sobre un eje de coordenadas reales. Si disfrazamos la realidad según nos conviene, estamos haciendo un flaco favor. La política forestal en Galicia está siempre condicionada por un factor clave, el fuego. Somos una comunidad con incendios forestales y que en un porcentaje alto son intencionados. Por tanto, hablo en plural, le ponemos fuego al monte, que es algo inconcebible en otros países europeos.
"Hay qué preguntarse por qué el propietario elige el eucalipto y ya no se plantea otras especies"
Entonces, ante esa situación de inestabilidad y de falta de garantías, la gente reacciona con las cartas que mejor tiene. ¿Qué le garantiza el eucalipto a la gente?. Un rendimiento económico, incluso un rendimiento económico a corto plazo, y una garantía de que, en el caso del eucalipto globulus, tiene una capacidad de rebrote. Es una especie que para los propietarios tiene una serie de ventajas a la hora de valorar que plantar en sus montes. Hay que preguntarse por qué los particulares eligen el eucalipto para sus montes y por qué ya no se plantean la utilización de otras especies que también serían adecuadas para esas superficies. En cuanto a la regulación del eucalipto, en el Plan Forestal, que aún no está aprobado, se habla de la regulación y minoración de la superficie forestal del eucalipto. - ¿Acometerán entonces esa regulación del eucalipto? ¿Que la plantación del eucalipto la hay que regular?. La plantación de eucalipto veremos si hay que regularla más, porque ya está muy regulada. El eucalipto no se puede plantar en núcleos rurales, por supuesto en núcleos urbanos, no se puede plantar en suelo rústico de especial protección agropecuaria, no se puede plantar en la Red Natura, no se utiliza como especie en los montes de gestión pública y hay una serie de distancias detalladas tanto en la Lei de Incendios como en la Lei de Montes que obligan a la retirada de eucaliptos y pinos en determinadas circunstancias: ríos, carreteras, viviendas, núcleos rurales, etc.
"Haremos un inventario forestal cada 5 años, pero de forma anual tendremos datos para valorar la evolución de las distintas especies en el monte"
Por tanto, hay ya mucha regulación que limita la plantación de eucalipto. ¿Con eso mantendremos un umbral de superficie de eucalipto que consideramos adecuado?. Pues eso hay que verlo. Para tomar decisiones, tenemos que basarnos en información contrastada. Los inventarios forestales a nivel estatal se hacen cada diez años. Eso se puede considerar idóneo a nivel de otras comunidades autónomas, pero en Galicia, teniendo especies de crecimiento rápido, no parece que eso permita un seguimiento adecuado de la evolución de las masas. Nuestra intención es plantear un inventario forestal continuo para tener una revisión más detallada cada cinco años, pero anualmente tendremos datos para valorar la evolución de las superficies en base a la información de talas, vuelos satelitales y datos de los viveros. - Habla de que el eucalipto está muy regulado, pero otra cosa es el grado de cumplimiento de la regulación. En las comarcas lácteas, es una queja recurrente la impunidad de las plantaciones ilegales en tierras agrarias. ¿Piensan aplicar un mayor control?
"Llevamos tramitados más de 1.500 expedientes sancionadores por plantaciones ilegales"
- A veces se hacen juicios de valor, como si todo estuviese bien o mal. Cuando bajamos a la planificación territorial, a nadie se le escapa que la ordenación del territorio en muchos Concellos no es de todo correcta. A la hora de determinar si un suelo rústico es ordinario, de protección agropecuaria o de protección forestal, hay dificultades. Hay personas que entienden que porque haya actividad agrícola en una zona, eso ya es agrícola 100%. A lo mejor, esa actividad agrícola está sobre un suelo rústico de protección forestal, con lo cual se puede plantar. Es también cierto que hay plantaciones que se hicieron en un determinado momento sobre suelos que deberían ser agroganaderos exclusivamente. En ese sentido, hay que decir que se llevan tramitados cerca de 1.500 expedientes sancionadores, pero hay más de 4.000 advertencias y apercibimientos, aparte de un trabajo continuo del personal de la Consellería para trasladarle a los propietarios la necesidad de retirar plantaciones sin llegar a la fase de sanción.

“El descenso de las coníferas en Galicia es un tema que nos preocupa y que tenemos presente”

- Hablaba antes de que los propietarios se están decantando de forma mayoritaria por el eucalipto. ¿Ve posible políticas que incentiven alternativas, como los pinos? - Las coníferas siempre fueron un aprovechamiento básico del sector forestal gallego. La industria forestal gallega está basada mayoritariamente en el aserrío de coníferas, por lo que el descenso de superficie de pinares que se aprecia en los sucesivos inventarios forestales es un tema que nos debería preocupar y que tenemos presente en la Dirección Xeral. La especie que paulatinamente va bajando en superficie es el pino porque empuja fuerte el eucalipto y hay cambios de especies entre pinos y eucaliptos. Las frondosas se mantienen más o menos constantes en torno a las 600.000 hectáreas que dan todos los inventarios. En cuanto a las ayudas, quiero remarcarlo, a ver si queda claro de una vez. Las ayudas de la Xunta para silvicultura y forestación son siempre para potenciar coníferas y frondosas autóctonas. No hay ninguna línea de ayudas ni inversiones dedicadas al eucalipto. Por lo tanto, podremos valorar si las ayudas son suficientes o no para potenciar plantaciones de pino, pero que las ayudas están enfocadas hacia las coníferas no es algo discutible. También son de destacar los movimientos que han aparecido en el sector privado, como la plataforma que creó parte del sector forestal para potenciar las coníferas. Que el sector forestal se organice para defender algo que es vital para ellos, en una comunidad donde el 98% del monte es particular o vecinal, es de aplaudir y hasta es lógico y coherente. - ¿Qué impacto cree que alcanzará la plaga del nematodo del pino, que ya afecta al sur de Pontevedra, y qué se puede hacer al respecto? - Las amenazas de riesgos bióticos y abióticos en Galicia y en la Península están a la orden del día. La globalización tiene ventajas, pero de cara al movimiento de recursos naturales, está produciendo la introducción de plagas y enfermedades. El nematodo entra por Setubal (Portugal) a inicios de siglo y se extiende por todo Portugal, que es zona demarcada.
"Estamos entrando a cortar madera quemada en el 2017 que queda, sobre todo, en montes particulares de Pontevedra"
En Galicia, tras los primeros positivos, lo teníamos controlado, pero tuvimos la mala suerte de que se produjese un incendio forestal de gran magnitud en la zona demarcada, con lo cual el vector que expande el nematodo del pino, que es un coleóptero, el ‘Monochamus galloprovincialis’, encontró un hábitat propicio. Los coleópteros suelen anidar en la madera y tener una etapa de perforadores, por lo que cuando comienza a haber madera seca, es la panacea para ellos. Tras los incendios, hubo un comportamiento ejemplar de las comunidades de montes en la retirada de la madera quemada. En cuanto a la propiedad particular, tiene los problemas que sabemos todos. Hay un porcentaje importante de propietarios desconocidos y propietarios que no son silvicultores activos. En estos momentos, estamos entrando nosotros a cortar esa madera afectada por los fuegos en el sur de Pontevedra, a fin de reducir los riesgos. El nematodo es una plaga que afecta a otros países y nunca se logró una medida concreta que solucione el problema. En el Centro de Investigación Forestal de Lourizán iniciamos un plan para comprobar si había cierta resistencia en las familias gallegas de pino que maneja el Centro y los primeros resultados coinciden en que hay una serie de familias que tienen una cierta resistencia a la enfermedad. Tendremos que profundizas en las investigaciones, pero toda mejora en genética forestal no tiene resultados inmediatos en el monte. Ahora bien, hay esa posibilidad y la vamos a trabajar.
- En cuanto al Plan Forestal de Galicia, en el que la Consellería lleva trabajando varios años, ¿cuándo está previsto tener un documento final, para su posterior aprobación? - Cuando se creó la Dirección, encontramos el Plan Forestal a punto de ser finalizado, pero coincidió con que la comisión parlamentaria creada en el Parlamento Galego a raíz de la ola de fuegos del 2017 elaboró un dictamen con una serie de 123 recomendaciones. Entonces, parece lógico que esas recomendaciones, que contaron con un amplio consenso, se incluyan en lo que ataña al Plan Forestal para que se reconozcan claramente.
"Nuestra intención es tener finalizado el Plan Forestal en junio o a comienzos del verano"
Por otro lado, estamos elaborando una información estadística, a modo de anuario de estadística forestal, con datos cerrados a 31 de diciembre del 2018, y todas las referencias a talas, montes de gestión pública, etc. van a utilizar esos datos. Estamos a la espera también de que el Ministerio nos remita oficialmente la documentación de un inventario de especies de crecimiento rápido en Galicia, del que ya presentó un avance, a fin de incluir esos datos. Durante el desarrollo del Plan Forestal, hubo además muchas aportaciones y por eso estamos revisando todo el documento. Nuestra intención es tenerlo finalizado a lo largo del mes de junio o comienzos del verano. Con ese documento, se continuará por un lado la tramitación medioambiental y por el otro, la coordinación con las otras fuerzas políticas para que valoren el contenido del Plan Forestal. Sería conveniente que ese Plan fuera respaldado por todas las fuerzas políticas, pues establece las directrices a seguir en el monte en Galicia en el periodo 2020-2040.

“Queremos tener un contrato de gestión pública de montes vecinales antes de que finalice la legislatura”

José Luis Chan en su despacho. - Los convenios y consorcios que tienen suscritos con la Xunta parte de los montes vecinales acabarán, a más tardar, a finales del 2021. ¿Cómo están enfocando la rescisión de esos convenios? - Estamos agilizando todas las rescisiones de convenios que vienen de parte, es decir, por solicitud de las comunidades de montes o particulares. En los dos últimos meses, debemos llevar rescindidos en torno a 50 montes, más de 6.000 hectáreas, y estamos semanalmente rescindiendo consorcios y convenios. Hay también una posibilidad de rescindir de oficio desde la Administración unilateralmente, pero parece lógico que, ya que esa gestión pública duró décadas, se hable con las comunidades, y hay comunidades que ya están solicitando la rescisión, por lo que mientras que esa línea esté abierta, seguiremos trabajando así. - A una parte de los montes vecinales que están conveniados tienen previsto ofrecerles un nuevo contrato de gestión pública. ¿Qué previsiones tienen para su puesta en marcha? - Nos gustaría abordarlo en esta legislatura. En la Lei de Montes se marcan las prioridades de montes que van a ser objeto de esa gestión pública, que irá enfocada a montes protectores, montes de alto valor genético, masas de frondosas y montes descapitalizados. Esas superficies, si no se abordan desde una iniciativa pública, probablemente va a ser complicada ponerlas bajo el paraguas de una gestión forestal sostenible. También parece lógico que montes productivos, incluso con eucaliptales, no estén bajo el paraguas de la gestión pública, pues tienen medios suficientes para gestionarse directamente por la propiedad y además, para el manejo de masas de coníferas y frondosas autóctonas, tendrán apoyo de las líneas de ayudas de la Xunta. - Cuando se conocen los informes anuales de talas en Galicia, siempre llama la atención del sector la baja cifra de talas en montes vecinales conveniados. ¿Ve posible una mejora de rendimientos en las superficies de gestión pública?
"En gestión pública hay mucho monte claramente protector. A nivel productivo, no se pueden comparar con otros montes"
- La primera conclusión de la información de talas es que en los montes de gestión pública las talas de madera son menores, pero hay que tener en cuenta que tenemos mucho monte claramente protector en gestión pública. Los últimos cuatro años estuve de jefe de servicio en la provincia de A Coruña y en esta provincia, donde no hay mucho monte en gestión pública, los montes que teníamos eran montes en los que productivamente se podía sacar algo, pero no se podían comparar con otros próximos. Teníamos montes de Camariñas, el Pindo, la zona alta de Barbanza, la zona de la Cova da Serpe... No se podían comparar con montes próximos que producían eucalipto en cotas bajas y con capacidades de crecimiento de 30 metros cúbicos por hectárea y año. Si en Lugo hablamos de los Ancares, en Ourense del Macizo Central o en Pontevedra del Suído, hablamos de montes con una capacidad productiva inferior a otros montes. No obstante, tuvimos hace poco una reunión con los jefes de servicio provinciales y vamos a tratar de hacer un esfuerzo para aumentar las talas y la silvicultura. Los montes de gestión pública deberían ser montes modelo, pero para eso tendremos también que reducir la superficie en gestión pública y así está estipulado en el Plan Forestal. Probablemente una superficie adecuada pueda estar en 100.000 o 125.000 hectáreas. Ahora estamos, ya bajando, en torno a las 270.000 hectáreas.

Parada, pioneros en el aprovechamiento del monte gestionado en común

En Parada (Silleda) hace años que los vecinos decidieron juntarse para gestionar su monte. Tenían claro que para poder afrontar el mantenimiento de esa zona y buscar un aprovechamiento debían hacerlo de forma conjunta y comenzaron por plantarlo. Poco a poco fue tomando forma, después de varios procesos, la constitución de dos sociedades de fomento forestal (Sofor), que actualmente congregan buena parte del monte de esta parroquia. La gestión unificada del monte en Parada comenzó en el año 2000, cuando decidieron plantar pino en 180 hectáreas que pertenecen a 47 propietarios. "Plantamos en conjunto y siguiendo las referencias del documento de partición del monte porque de muchas fincas no se sabía bien cuáles eran los lindes", explica José Lamazares, presidente de la Sofor Outeiro-Parada y que participó desde el principio en esta gestión conjunta del monte. Dos años después, otros 36 titulares, plantaron más de 300 hectáreas de monte. En el 2006, los dos grupos de propietarios asentaron las bases para constituirse como Uxfor, el modelo de aprovechamiento forestal en conjunto de aquel momento. Sin embargo, con el cambio de Gobierno, comenzaron a funcionar las Sofor y tuvieron que adaptarse. "Ya teníamos el proyecto hecho e incluso nos habían hecho algunos trabajos como Uxfor, pero esta no había llegado a tramitarse y aprobarse formalmente por la Xunta y tuvimos que cambiar el modelo", detalla Lamazares. Fue entonces cuando decidieron constituir dos Sofor, buscando una optimización de los recursos a los que podían optar por parte de las administraciones. "Trabajamos siempre en conjunto y coordinados", puntualiza Lamazares.
Las decisiones en las sofores de Parada, con casi 500 hectáreas de monte, se toman atendiendo a criterios técnicos y en asamblea
Con casi 500 hectáreas de monte, Lamazares tiene claro que "sin hacerlo en conjunto es muy difícil poder gestionar esta cantidad de monte", confirma el presidente de la Sofor. Uno de los mayores beneficios de optar por este sistema es la posibilidad de poder mantener limpio el monte. "Con las ayudas a las que optamos con la Sofor estos años pudimos hacer cortafuegos, podas o limpiezas al lado de los caminos" -recuerda el vecino de Parada-. "Si no se hace en conjunto, siempre es más complicado que toda la zona esté limpia". Una de las parcelas de pino en las que harán un rareo. Casi 20 años después de plantar están comenzando a hacer la primera clara en una superficie de 30 hectáreas. Esta tala estuvo condicionada hasta hace poco por la necesidad de contar con un puente para poder sacar la madera, según explican desde la directiva. Al igual que los criterios para realizar esta corta, las decisiones en las sofores se toman atendiendo a criterios técnicos y son debatidas en asamblea, como destaca el presidente de uno de estos colectivos.

El fuego, un temor constante

Uno de los mayores retos que afrontan estas sofores es el temor constante a que se pueda producir un incendio en sus montes. Para eso intentan poner todos los métodos a su alcance, tanto en materia de prevención como para mejorar la extinción. Destinan importantes esfuerzos y recursos para mantener limpios los caminos de acceso y para establecer cortafuegos que bordean toda la plantación.
En la época de mayor riesgo de incendios organizan turnos diarios de vigilancia del monte
Otra de las medidas que llevan años aplicando es la de la vigilancia. Desde 2006, en colaboración con la comunidad de montes, organizan turnos de supervisión del monte. En la época de mayor riesgo de incendios, tres vecinos recorren el monte a diario en un vehículo todoterreno que les permite abarcar esta superficie. A estos métodos también se suman otras medidas para facilitar la extinción, que incluyen dos pozos que permiten a los helicópteros cargar agua directamente y otros cuatro de menor tamaño repartidos por el monte.

Caballos para mantener limpio el monte

En los últimos tiempos, las sofores estudian incorporar ganado para la limpieza del monte. La propuesta fue remitida ya al Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo que, tras estudiar el proyecto y visitar la zona, recomienda introducir caballos en estos montes. Es una opción que los propietarios consideran acertada y viable, atendiendo a los recursos de los que disponen y que están sopesando por el momento. El estudio de los técnicos para introducir animales en estos montes apuntó también la necesidad de llevar a cabo clareos en las plantaciones para que, en concreto, los caballos contasen con más espacios de luz. Ahora que proceden a hacer las primeras talas, vuelve a estudiarse la opción de introducir caballos.

Madera para la red de calor de Silleda

La red de calor proyectada en el concello de Silleda, que se abastecerá de astillas de madera, puede resultar un destino viable para los pinos de los montes de Parada. Aunque el proyecto está en su fase inicial, técnicos del Concello ya abordaron la cuestión con las sofores e incluso visitaron las plantaciones. Lamazares indica que podría ser un acuerdo beneficioso para ambas partes. "Nosotros nos ahorraríamos los portes de tener que mandar la madera más lejos, como a Finsa o a Portugal, que son los principales destinos ahora mismo", ratifica. Por su parte, el Concello ya anunció que su objetivo es crear un ciclo que le permita aprovechar la biomasa de los montes del municipio en esta apuesta por las energías renovables.

Parada, la parroquia con más terreno gestionado mediante Sofor

La parroquia silledense es la que mayor superficie de monte tiene gestionado mediante las sociedades de fomento forestal (Sofor) a nivel de Galicia. Con más de 308 hectáreas, la de Parada es la Sofor más grande de las 11 existentes en el territorio gallego y a esas aún se suman las 180 hectáreas que congrega la Sofor de Parada-Outeiro. Sofor actuales en Galicia. En amarillo, las más recientes.

La primera concentración privada de la provincia

La experiencia de colaboración a la hora de gestionar los montes no fue el único proyecto en el que los vecinos sumaron esfuerzos para conseguir una alternativa de futuro en la parroquia. En el 2004, iniciaron la que sería la primera concentración parcelaria privada de la provincia, que se concluyó en el 2010 con la entrega de los títulos. "Aquí tenemos el monte y la ganadería, es lo que nos puede dar de comer y teníamos que apostar por ellos", reflexiona Lamazares. Pese a los esfuerzos de los vecinos por convertir el campo en una alternativa de futuro donde vivir, lamentan trabas como las pérdidas causadas por los ataques del jabalí. "Tenemos un gran problema con el jabalí, que acaba con todo. Este año estamos teniendo ya muchos daños en los prados y cuando llegue el tiempo del maíz ya contamos que sea bastante peor", informa Lamazares, que atiende una explotación de vacuno en la parroquia. "Desde la Consellería no hacen lo suficiente para atajar el problema y acabamos pagándolo siempre los ganaderos", sentencia.

El Plan Forestal mantiene la apuesta por las Sofor para agrupar la gestión del monte

El minifundio que predomina en la parte privada del monte gallego impide una gestión forestal racional, pues el tamaño medio de las parcelas ronda los 2.700 metros. Es una dimensión escasa que dificulta los trabajos silvícolas y que reduce la rentabilidad de los aprovechamientos. Desde hace más de una década, la Xunta se esfuerza por promover agrupaciones de propietarios para la gestión conjunta de sus parcelas, pero con más pena que gloria. El Plan Forestal de Galicia, a debate, insiste en la misma línea. En los seis años que lleva en vigencia el modelo de las sociedades de fomento forestal (Sofor), se han creado en Galicia un total de 11, que agrupan en conjunto algo más de 1.800 hectáreas, el 0,1% de la propiedad forestal privada de Galicia. Hay consenso en el sector sobre la necesidad de promover la agrupación de la gestión de la propiedad, pero los limitados resultados conseguidos con este modelo hacen que se cuestione su futuro. Tanto las asociaciones de propietarios forestales como los grupos políticos del Parlamento tienen abogado por definir otra figura jurídica distinta de las Sofor, que sea más ágil y con una fiscalidad más favorable para el propietario, de forma que se haga atractiva la creación de las agrupaciones. Entre los grupos de la oposición del Parlamento, también hay consenso en demandar un modelo de agrupación que se pueda poner en marcha cuando exista una mayoría amplia de propietarios implicados, a imagen de lo que sucedía con las antiguas Uxfor del Gobierno bipartito. El actual modelo de las Sofor exige que todos los propietarios participantes se integren de manera voluntaria en la sociedad. Aquellas parcelas que no entren en la iniciativa quedarían provisionalmente a modo de enclavados dentro de la Sofor, si bien la sociedad podría acometer tras su constitución un proyecto de concentración de su propiedad, a modo de una concentración parcelaria. Delimitación de zonas de interés El Plan Forestal de Galicia, ahora a debate parlamentario, insiste en el modelo de las Sofor como vía para agrupar la gestión forestal en la comunidad, introduciendo nuevas variables. La Administración se otorga ahora la posibilidad de promover la constitución de Sofor en aquellos ámbitos que se delimiten como de interés preferente para la reorganización de la propiedad forestal particular. Esa delimitación se hará por medio de los Planes de Ordenación de Recursos Forestales de distrito, que se acometerán en los próximos años. Con esta iniciativa, la Xunta busca movilizar a los posibles propietarios que, de forma voluntaria y con líneas de ayuda y colaboración de la Administración, decidan la constitución de una Sofor. “Este tipo de actuaciones deberían realizarse en aquellas áreas más dinámicas, donde existe una mayor posibilidad de éxito (población propietaria residente, montes en producción, etc.)”, valora la Consellería de Medio Rural en el borrador del Plan Forestal.

El minifundio forestal en números

- El 64% del monte gallego, 1,3 millones de hectáreas, es de carácter privado y pertenece a alrededor de 670.000 propietarios. Otro 34% del monte de Galicia es vecinal en mancomún y el restante es propiedad pública. - Los propietarios privados gestionan 7,8 millones de parcelas, con una superficie media de 2.757 metros cuadrados por parcela. - Galicia tiene el 6% de la superficie rústica de España y el 28,3% de las parcelas catastrales de rústica del país. Cuenta también con una cuarta parte de los propietarios de parcelas rústicas de España.

Sólo el 10% del monte gallego tiene planes de ordenación, obligatorios desde 2020

Galicia cuenta con alrededor de 210.000 hectáreas de monte ordenado, dotado de planes que organizan cuestiones como el uso del espacio, el calendario de trabajos silvícolas o los turnos de tala. Esa superficie representa un 10% de todo el monte gallego, pero queda otro 90% sin planificación. La cuestión es que desde junio del 2020, la Lei de Montes de Galicia establece que solo podrán ejecutar talas los montes que tengan un instrumento de gestión. Los principales requisitos de ordenación recaen sobre las comunidades de montes vecinales, pues la legislación marca que los montes vecinales o agrupaciones de propietarios particulares con más de 25 hectáreas tendrán que tener obligatoriamente un plan de ordenación. Entre 25 y 15 hectáreas, se exige un documento de gestión, en tanto que en el caso de propietarios particulares y montes vecinales que dispongan de menos de 15 hectáreas, será suficiente con que los titulares suscriban un compromiso de adhesión a alguno de los modelos silvícolas diseñados por la Xunta.
El 60% del monte arbolado en Europa tiene instrumentos de gestión. En Galicia, el porcentaje es cuatro veces inferior
Los modelos silvícolas definen para cada especie los marcos de plantación y los tratamientos silvícolas que deben tener las masas (desbroces, podas, claras, etc.), así como los turnos orientativos de tala. El objetivo de fondo tanto de los modelos silvícolas como de los instrumentos de gestión es avanzar en la gestión profesional del monte, reduciendo el descuido de las masas y su abandono. La superficie de monte gallego que tiene en la actualidad planes de ordenación ronda las 210.000 hectáreas, un 10% de todo el monte y un 15% de la parte arborada. Es una superficie inferior al promedio del conjunto de España, donde un 16% del monte y un 19% de la parte arbolada están ordenados. Si se miran los datos a nivel de Europa, el retraso es mayor, pues en la UE el 60% del monte arbolado cuenta con instrumentos de gestión, según los datos que expone la Xunta en el borrador del Plan Forestal de Galicia. La urgencia de acometer la ordenación de los montes en Galicia radica en que a partir de junio del 2020 solo podrán ejecutarse talas en montes que cuenten con un instrumento de gestión o que se hayan adherido a un modelo silvícola. El objetivo de la Administración es que en el plazo de 20 años, el 60% del monte arbolado gallego cuente con proyectos de ordenación o instrumentos equivalentes, lo que situaría a la comunidad en el promedio actual de monte ordenado en Europa. Medio Rural tiene previsto convocar ayudas este año para apoyar la puesta en marcha de planes de ordenación en los montes gallegos. Montes conveniados La propia Xunta, que gestiona por medio de convenios con las comunidades de montes alrededor de 315.000 hectáreas, tendrá que dotar a estos montes de un instrumento de gestión. De la superficie que maneja, la Administración autonómica reconoce que la mitad carece de planes de ordenación, que tratará de acometer en los próximos años.
En los montes conveniados, la Xunta priorizará la ejecución de planes de ordenación en las superficies más capitalizadas
“En los montes de gestión pública, se priorizará la ordenación de los montes capitalizados, especialmente aquellos cuya gestión se vaya a devolver al titular o titulares de los montes, ya que uno de los requisitos de la devolución deberá ser disponer de planes o proyectos de ordenación de los montes”, señala la Xunta en el borrador del Plan Forestal de Galicia. Los actuales convenios de la Xunta con los montes vecinales expiran en el 2021, por lo que antes de esa fecha deberían estar elaborados los instrumentos de gestión correspondientes. Las comunidades de montes han reclamado que en aquellos montes conveniados que aún no dispongan de un plan de ordenación, la Xunta consensúe las talas con las juntas rectoras, a fin de evitar irregularidades. Objetivos del Plan Forestal - Superficie ordenada en la actualidad: 210.000 hectáreas. - Objetivo a corto plazo (5 años): 150.000 hectáreas más. - Objetivo a medio plazo (10 años): 160.000 hectáreas más. - Objetivo a largo plazo (20 años): 320.000 hectáreas más. - Superficie total ordenada en el plazo de 20 años: 850.000 hectáreas.

SOFOR 4.0, el reto de mejorar la gestión conjunta de los montes

Tres empresas gallegas del sector forestal (Cerna, Seistag y Forescultura) están desarrollando un proyecto de I+D+i financiado con fondos europeos en el que participa la Universidad de Santiago que tiene por objetivo principal el desarrollo de conocimiento y de herramientas tecnológicas para contribuir a la modernización de la cadena monte-industria en Galicia mediante la gestión conjunta de los propietarios forestales y su participación en las fases posteriores de tala, transformación y comercialización. Es el proyecto SOFOR 4.0 , que finalizará en este año 2018 con la creación de un modelo de negocio innovador adaptado a la estructura de la propiedad y a la competitividad del monte gallego. La creación de la SOFOR de Vilar de Frades está incluida en este proyecto. El nuevo Plan Forestal que pretende aprobar la Xunta de Galicia en el primer trimestre de este 2018 nace con el objetivo de poner en producción el monte gallego y ordenar la plantación de las distintas especies, pero con un hándicap aún por resolver: la fragmentación de la propiedad y el pequeño tamaño de la mayoría de las parcelas de monte que hay en la comunidad. Que este factor no sea un impedimento para la gestión forestal y la rentabilidad del monte, como mejor forma de evitar su abandono y problemas posteriores como los fuegos, fue el objetivo con el que nacieron hace casi 8 años, mediante el Decreto 45/2011 (publicado en el DOG número 58 de 23 de marzo) la figura de las Sociedades de Fomento Forestal (SOFOR) como agrupación voluntaria de terrenos forestales. Pero a pesar del tiempo transcurrido, de momento son contadas las SOFOR creadas hasta lo de ahora en Galicia, solo seis, ubicadas en la parroquia de Cuns, en Serra de Outes, en la provincia de A Coruña, y en Silleda y en A Estrada dentro de la provincia de Pontevedra, además de otras dos de carácter provisional en O Irixo, en Ourense, y en Lalín. En la provincia de Lugo se constituyeron este año las dos primeras: en el mes de agosto la Sociedad de Fomento Forestal Santa Juliana de A Fonsagrada, formada por 33 propietarios de Cereixedo que reunieron 189 hectáreas, y el pasado mes de diciembre la creada por 83 propietarios de la parroquia de Cirio, en Pol, que juntaron 52 hectáreas. La tercera en ver la luz será la SOFOR Vilar de Frades, constituida por 24 propietarios de este lugar de la parroquia de San Cosme de Ouselle, en el ayuntamiento de Becerreá, que van a agrupar unas 300 hectáreas de terreno forestal.. Acaban de formalizar su inscripción en el Registro mercantil y la presidenta será Carmen López Villares, una luchadora incansable que presidía también la comunidad de bienes Penas Pardas e Outros a través de la cual los vecinos gestionaban ya en conjunto sus montes particulares antes de constituir la SOFOR. “La primera dificultad que puedes encontrarte es poner de acuerdo a los vecinos, cuestión a la que yo no tuve que enfrentarme ya que el apoyo fue enorme, y una vez logrado eso te encuentras con la Administración, que es lenta y no hace más que poner obstáculos”, se queja. Carmen relata con detalle una lucha dura y difícil de muchos años de los vecinos de este lugar para poder hacerse con la plena propiedad de su monte y poder gestionarlo adecuadamente para sacarle una rentabilidad.

Burocracia y decisiones impuestas

Carmen López Villares, presidenta de la SOFOR Vilar de Frades La historia comienza, como en muchos otros lugares de Galicia, a mediados del siglo pasado. Fue entonces cuando se hizo en Vilar de Frades la primera plantación de pino por parte del ICONA. Casi por imposición, recuerdan los vecinos, se constituyó una SAT bajo la denominación Costa Formosa e Calamouco formada por 8 pueblos del municipio de Becerreá colindantes con Vilar de Frades. Se nombró una Junta Rectora y un presidente, pero nadie se ocupaba del monte y la única gestión forestal que se hacía era ir cortando los pinos que, periódicamente, los fuegos iban quemando. A comienzos de los 80 la SAT no solicitó el NIF, así que se disolvió y dejó de existir. “Se repartieron los 5 millones de pesetas que había en la cuenta del banco entre los 8 pueblos que formábamos la SAT y Vilar de Frades pidió la segregación y constituyó una sociedad (Cabezón, Penas Pardas e Outros) formada por 13 propietarios, que duró muy poco, y en 1998 nos recomendaron por tema tributario hacer una Comunidad de Bienes, que es cómo operábamos hasta ahora”, recuerda Carmen. En el pueblo hay solo 6 casas y a pesar de que Carmen no es originaria de Vilar de Frades (“vine casada para aquí hace 35 años”, aclara), los vecinos depositaron su plena confianza en ella para la gestión del monte. “Llevo 20 años luchando con este monte y ya casi es mi pesadilla. Acabaré siendo una experta, porque hay días que estoy desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche al teléfono y no arreglé nada. La Administración tiene mucha paciencia y yo no tengo tanta, si pido un permiso no pueden tardar 6 meses en dármelo si tengo derecho a él. Es casi imposible poner el monte a producir por culpa de la burocracia”, opina.

Primera tala en 60 años

Alrededor de 130 de las 300 hectáreas que va a integrar la SOFOR estaban conveniadas con la Administración autonómica, una situación a la que los vecinos pusieron fin en el mes de marzo cancelando el contrato de gestión que los vinculaba. “Está bien que la Administración ponga normas, pero tiene que permitir a los vecinos gestionar sus montes y no poner obstáculos a eso”, afirma, porque “no va a gestionar mejor nuestra casa la Xunta que nosotros, los propios vecinos”, considera. “Por la cuenta que nos tiene procuramos hacerlo lo mejor posible, porque si metemos la pata la metimos en la nuestra contra”, argumenta. Le reprochan a la Administración que no hubiera hecho en los años en los que estuvo bajo su tutela una gestión eficaz del monte en la búsqueda de un mayor rendimiento del terreno y que no hubiera reinvertido en el propio monte el 30% de los beneficios, tal como recogía el acuerdo con los vecinos. “El 30% que supuestamente tenía que reinvertir la Administración en el monte no venía para el monte, sino no estaría como está hoy, totalmente abandonado”, aseguran los vecinos. Hoy por hoy están haciendo la primera tala fuera de la Administración. Solo se había hecho un aclareo en el año 1998 y una tala reciente obligada por la normativa al pie de la carretera que une Cereixal y Louxas para dejar la distancia reglamentaria de 10 metros, así que muchos de los pinos de los montes de Vilar de Frades tienen ya unos 60 años y están “pasados de edad” por lo que se hace necesaria su tala porque “todos los años por el viento y la nieve caen muchos de viejos que son y acababan tirando a los del lado por el efecto dominó”, explica la presidenta de la SOFOR. Tras la tala volverán a repoblar con pino porque asegura que, en su caso, intentó por dos veces hacer plantación de castaños en el monte y “entre el jabalí y el corzo no fue posible lograrla”. Dentro del documento de gestión que se está elaborando para la SOFOR lo que sí se contempla es cuidar los sotos existentes y mantener las masas de frondosas y vegetación autóctona que hay sobre todo en las zonas de vaguadas próximas a arroyos. “Las frondosas también hay que gestionarlas, porque si están a monte ni paran el fuego ni producen”, asegura.

Monte de varas por suerte o “fabeo”

Las restantes 170 hectáreas se corresponden en su mayoría con montes abertales, áreas proindivisas procedentes de las antiguas “searas”, típicas de los denominados montes de varas (en concreto, el de Vilar de Frades, se correspondía con un monte de 30 varas, de a 12 palmos cada vara y cada palmo equivalía a 11 centímetros), gestionados normalmente mediante suerte o “fabeo” (cada año los vecinos echaban a suertes las distintas “searas” en las que se dividía el monte, con calidades del suelo distintas, y en las que se sembraba el centeno con el que se hacía el pan en las casas). “En su mayor parte es un monte personal proindiviso, que está sin partir pero es nuestro, y cada vecino tiene su participación”, explica Carmen. La suya se corresponde con el 15%, el porcentaje que posee la casa de Quietanín. Considera que es un modo de propiedad que se puede integrar perfectamente en una SOFOR. “Es un monte muy desigual, con sitios buenos y otros en los que solo hay peñascos, y en los que había tradición de gestión en conjunto, por lo que entendemos que tiene un perfecto encaje en una SOFOR”, dice.

Antídoto contra los fuegos

El interior de la montaña luguesa, junto con la Costa da Morte, son dos de las zonas donde existe especial interés en desarrollar esta figura, no solo para poner en valor el monte, sino también como manera de prevenir los incendios forestales. “Hoy estamos cortando unas 70 hectáreas de pino que se libraron del fuego milagrosamente porque esto está como una selva. Si hubiera un fuego, arrancaría en la carretera de Navia de Suarna y pararía en la autovía, ardería todo, porque sería imposible detenerlo”, admite Carmen. Para no correr ese mismo riesgo con la nueva plantación, van a limpiar y hacer entresacas para de este modo reducir la materia combustible que hay en el monte. La presidenta de esta Sofor defiende que debe ser la Administración directamente la que de oficio realice la vigilancia y control de las distancias entre las plantaciones y las viviendas porque “ese es su trabajo”, pero también reclama “mayor corresponsabilidad” por parte de los propietarios de montes y de la población en general: “Las zarzas del lado de mi casa tengo que cortarlas yo y no esperar a que venga la Administración a hacerlo; pensamos que nos va a solucionar todo la Administración, pero si arden las casas o el monte nos arden a los vecinos, no a la Administración”, dice.

“Es posible hacer una gestión forestal que reporte un rendimiento económico todos los años a los propietarios a partir de 15 hectáreas de superficie”

Oscar Expósito, socio de CERNA Ingeniería Las Sociedades de Fomento Forestal se constituyen a partir de la cesión de parcelas de distintos propietarios individuales a una sociedad mercantil de responsabilidad limitada con el objetivo de hacer una gestión forestal conjunta de esos terrenos. Con esta fórmula se pretende que la excesiva fragmentación del monte que hay en Galicia, donde hay cerca de 700.000 propietarios forestales con parcelas pequeñas y dispersas, no suponga un problema para buscar su rentabilidad. Este tipo de sociedades, que admiten además una gestión multifuncional del monte y por lo tanto, con distintos aprovechamientos, garantiza el derecho de propiedad de los socios, que solamente ceden los derechos de uso. Óscar Expósito, ingeniero de montes y uno de los socios de CERNA Ingeniería [www.cernaingenieria.es], la empresa que está asesorando desde el ámbito técnico a los vecinos de Vilar de Frades para que le saquen mayor partido a su monte, asegura que “es inviable hacer una gestión forestal adecuada para una pequeña superficie como la que normalmente manejan la mayoría de los propietarios forestales gallegos", por lo que defiende el “aprovechamiento forestal en gestión conjunta”. “A partir de 15 hectáreas de superficie ya es posible diversificar producciones y alcanzar una sostenibilidad y una rentabilidad económica anual, aunque lo ideal sería poder manejar una superficie en torno a las 50 hectáreas”, considera. A su modo de ver, en Galicia sería un modelo “excelente” poder trabajar con la parroquia como unidad de actuación y de gestión forestal. El caso de Vilar de Frades constituye una especie de proyecto piloto dentro de la iniciativa SOFOR 4.0, un programa de trabajo que implica a tres empresas gallegas del sector forestal: CERNA Ingeniería, dedicada a la investigación, certificación y a la gestión forestal; SEISTAG, que trabaja en el campo de la investigación, transformación y exportación de madera; y FORESCULTURA, especializada en trabajos forestales. Este proyecto europeo busca, entre otros objetivos, mejorar la actual figura de las Sofor para que se adapte mejor a la realidad del medio rural y forestal gallego.
Óscar Expósito (CERNA): “Galicia tiene unas condiciones inmejorables para la producción forestal”
“Galicia tiene unas condiciones inmejorables para la producción forestal, con la mayor capacidad de crecimiento de toda Europa. Hoy por hoy entorno al 50% de la madera que se produce en todo el Estado procede de Galicia y la mitad de la producción gallega está en la provincia de Lugo. Son parámetros suficientemente claros para ver que tenemos un recurso increíble que tenemos que aprovechar y en el que es necesario mejorar mucho, optimizando procesos y rendimientos”, considera el responsable de CERNA. Es una opinión que comparte la presidenta de la Sofor de Vilar de Frades. “De momento no sabemos que rentabilidad le podemos sacar al monte, porque hasta ahora no se hizo gestión intensiva en condiciones”, dice. “Nosotros ahora vamos a invertir en el monte y tenerlo como es debido, limpio y con pistas de acceso, hasta ahora no se hacía nada de esto, ni siquiera se hacían entresacas”, explica Carmen.

Monte ordenado

Comenzaron por elaborar para 170 hectáreas de la superficie que va a integrar la SOFOR un documento técnico de gestión (Proyecto de Ordenación Forestal) que será ampliado para las 130 hectáreas restantes. Se trata, en definitiva, de un documento guía donde se establece una planificación de talas y de mejoras a ejecutar en el monte en los próximos 10 años, en los que está prevista la tala de unas 70 hectáreas, talas de mejora (rareos) en otras tantas y la posterior repoblación con las especies Pinus radiata (pino insigne), Pinus pinaster (pino del país) y diversas especies de frondosas autóctonas, que refuercen a las ya existentes, en zonas de vaguada. Según ese documento técnico de gestión, el modelo silvícola, por ejemplo, para el pino insigne sería el siguiente: AÑO 0: plantación, con una densidad de 1.100 pies por hectárea. AÑO 1: reposición de marras (plantas secas y faltas). AÑO 2 y 5: desbroces para eliminar la competencia del matorral sobre la plantación. AÑO 10: desbroce de penetración y poda baja hasta 3 metros y trituración de los restos AÑO 15-20: primera tala de mejora y aclareo que elimina el 40% de los pies (quedan entorno a 660 pies por hectárea) mediante la técnica de la tala sistemática (elimina 1 de cada 5 filas, lo que supone una reducción del 20% de los pies) y selectiva mixta (se sacan los peores pies de las filas que quedan, independientemente de su diámetro, lo que supone la tala de otro 20% de los pies). Hoy ya se saca el primer rendimiento maderero al monte (unas 100 tm de madera por hectárea) y unos ingresos de entre 16 y 18 euros por tonelada. En esa misma etapa, justo después de esta primera tala, se escogen los 400-500 mejores pies por hectárea, que son los que van a llegar a la tala final y se les hace una poda hasta 6 metros de altura, triturando los restos de esa poda. AÑO 25: se hace la segunda clara selectiva mixta (se eliminan los peores pies, entorno a un 30%), quedando el monte con los mejores 400-500 pies por hectárea que habían sido previamente podados. En esta segunda tala se sacan unos rendimientos de 200-250 toneladas de madera por hectárea y el precio sube a 20-22 euros por tonelada. AÑO 35: tala final de los 400-500 pies restantes con unas producciones de 450-500 toneladas de madera por hectárea y precios finales que rondan los 25-30 euros por tonelada. Las decisiones sobre talas, repoblaciones o trabajos a realizar en el monte son de los 24 vecinos en base a lo fijado en el documento de gestión y la empresa que lo elaboró hace tareas de seguimiento y control para asegurar que esos trabajos que se hacen en el monte sean los correctos.

La Xunta proyecta incorporar al Banco de Terras montes vecinales en abandono

En Galicia, alrededor del 10% del monte vecinal, unas 70.000 hectáreas, permanece en estado de abandono, según los datos que maneja la Xunta. Se trata de comunidades de montes que están inactivas, bien porque nunca tuvieron juntas rectoras en algún caso, bien porque la despoblación o la falta de relevo generacional las dejaron fuera de juego. La Administración proyecta ahora incorporar estas comunidades al Banco de Terras para su puesta en producción. La legislación de montes vecinales ya permitía que la Xunta declarara montes vecinales en estado de grave abandono, paso previo a asumir temporalmente su gestión, pero nunca hasta el momento se había echado mano de esta posibilidad, que se venía reivindicando desde hace años por parte del sector agrario y forestal. El Gobierno gallego prevé ahora, tras la última ola de fuegos, activar la declaración de grave abandono en los montes vecinales que carezcan de gestión. Esos montes en grave abandono pasarán a ser incorporados de manera temporal al Banco de Terras, siempre y cuando no haya una junta rectora dispuesta a hacerse cargo del monte y a gestionarlo. En cualquier caso, si en un futuro se crea y se activa esa junta rectora, podrá recuperar el control del monte. Esta fue una de las medidas contra los incendios anunciadas hoy en el Parlamento gallego por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, que desgranó una treintena de propuestas ligadas a la prevención, ordenación y dinamización del monte. Parte de ellas ya se habían anunciado con anterioridad. Propiedades particulares Feijoo también señaló que aquellas fincas particulares que estén sin propietario conocido o ilocalizable podrán pasar de forma cautelar al Banco de Terras, en tanto se investiga su titularidad. Cifró estas propiedades en 300.000, si bien el minifundio rústico tradicional en Galicia -salvo en las zonas de concentración parcelaria- abre interrogantes sobre las posibilidades reales de aprovechar esas parcelas. Otras de las propuestas del presidente de la Xunta son las siguientes: Prevención - La Xunta negociará un acuerdo económico con los Concellos para incentivar la limpieza de las áreas de monte que circundan los núcleos de población. El objetivo es que los propietarios puedan delegar en el Concello el desbroce básico de sus parcelas a un precio fijo y que las Administraciones cubran la parte restante en los casos en que sea preciso. - Anuncio de un plan (Aprol Rural 2018), dotado con 7 millones de euros, para que los Concellos del rural contraten personal dedicado a tareas de silvicultura, limpieza de montes y otros trabajos forestales. La Xunta quiere aumentar también las 195 brigadas forestales municipales que funcionaron este año. - Se crearán fajas de protección -pendientes de concretar- en torno a las subestaciones eléctricas e instalaciones de telecomunicaciones (como antenas de telefonía móvil). - Se obligará a la gestión de la biomasa en torno a las viviendas en suelo rústico, aunque estén a más de 400 metros del monte. - Se ampliarán las limitaciones en las llamadas fajas secundarias de monte en torno a los núcleos de población, es decir, en las áreas de monte más próximas la zonas habitadas. Hasta el momento, con carácter general, se permitía tener pinos y eucaliptos hasta a 30 metros de los núcleos o de casas aisladas. La Xunta proyecta ahora que de los 30 a los 50 metros, pinos y eucaliptos tengan que guardar una distancia entre sí de 10 metros. También prevé endurecer la normativa en zonas de especial riesgo, por factores como “viento” o “altitud”. Habrá que esperar por la concreción del anuncio de Feijoo para analizar el cambio normativo, si bien hasta el momento el control de oficio sobre el cumplimiento de la Lei de Montes en lo tocante a las fajas de protección fue escaso. - El presidente de la Xunta anuncia ahora que se crearán Equipos de Vigilancia de Incumplimientos para velar por la aplicación en la práctica de las medidas incluidas en la normativa forestal y de defensa contra incendios. Estos equipos serán los encargados de hacer cumplir las distancias de seguridad que debe haber entre arbolado con vías de comunicación y núcleos habitados. También localizarán parcelas abandonadas o que incumplan la normativa. Habrá dos agentes destinados a este fin en cada uno de los 19 distritos forestales de Galicia. - La Xunta destinará un mínimo de 3 agentes por distrito forestal para investigar las causas de los fuegos. Formarán parte de los llamados Equipos Forestales de Investigación, que sustituirán a las actuales Brigadas de Investigación de Incendios. Ordenación del monte y dinamización - Creación de planes de ordenación a nivel de Distrito Forestal. El objetivo es tener para los montes unos planes semejantes a los planes urbanísticos de los ayuntamientos, según señala la Xunta. Se quiere comenzar en el 2018 por los 9 distritos de Ourense y Pontevedra, por ser los que concentran mayores fuegos. - Se anuncia un plan de actuaciones de mejora de las zonas de pastoreo extensivo en las provincias de Ourense y Pontevedra. Feijoo señaló que las zonas de actuación incluirán todas las sierras y terrenos forestales con aprovechamientos ganaderos extensivos de relevancia. La Xunta señala que las infraestructuras a diseñar incluyen cierres ganaderos, mejora de accesos, mangas de manejo del ganado, pasos, comederos, bebederos, etc. - Modificación de las Sociedades de Fomento Forestal (Sofor), la figura promovida por la Administración autonómica para incentivar el asociacionismo forestal. Desde la aprobación de la Lei de Montes, en el 2012, sólo se constituyeron 5 Sofor en Galicia. La Xunta anuncia ahora que quiere flexibilizar su normativa, mejorar su fiscalidad y facilitar la entrada de nuevos inversores.

¿Es siempre el eucalipto el árbol más rentable?

El monte gallego ya no es el banco de ahorros que representaba hace décadas para las familias, pues la pérdida de valor de la madera reduce los terrenos rentables. El problema afecta incluso al eucalipto, la especie maderera que mayor rentabilidad anual ofrece en Galicia. Los cálculos elaborados por la Asociación Forestal de Galicia (AFG) para una jornada sobre la especie concluyen que las inversiones en eucalipto son desaconsejables en terrenos de productividad baja o poco mecanizables. El eucalipto sólo se considera rentable en montes de calidad media-alta y que permitan un alto nivel de mecanización. “Con productividades por debajo de 15 metros cúbicos por hectárea y año, las inversiones en eucalipto no son rentables”, subrayan desde la Asociación Forestal. “En inversiones a tantos años, que implican trabajos y un cierto riesgo, consideramos que se deben buscar rentabilidades de al menos un 7% anual”, precisa Daniel Rodríguez, técnico de la AFG.
"Un terreno inferior a media hectárea hay que considerarlo no mecanizable. Lo mismo las zonas de mucha pendiente"
En montes de baja calidad o que permitan una escasa mecanización, ese mínimo no se conseguiría, según los cálculos del colectivo, que agrupa a propietarios forestales y comunidades de montes. “Un terreno inferior a media hectárea hay que considerarlo no mecanizable, en algún caso incluso hasta una hectárea, pues quizás no compense el desplazamiento al lugar de una procesadora forestal. En terrenos de elevada pendiente o pedregosidad pueden darse también problemas de mecanización”, explica Rodríguez. Alternativas El minifundio forestal en Galicia deja de cuando en cuando estampas de pequeñas parcelas de 1.000 o 2.000 metros cuadrados plantadas a eucaliptos. Son inversiones que, desde la óptica económica de la Asociación Forestal de Galicia, hay que poner en entredicho. “Puestos a no ganar dinero, en determinadas parcelas hay que cambiar el chip y pensar en el largo plazo” -propone Daniel Rodríguez.- “Quizás sea útil favorecer especies frondosas con carácter protector, que por ejemplo, en determinadas situaciones, puedan actuar como cortafuegos naturales o que generen biodiversidad. La biodiversidad y diversificación no implican siempre una reducción de resultados económicos. El propietario puede pensar, ‘planto pino o eucalipto y gano más’, pero igual no”. El caso del pino es incluso peor que el del eucalipto. “Un 70% de las plantaciones de pino generarían intereses inferiores al 2% anual”, valora Rodríguez. El pino sólo resulta rentable en zonas de alta productividad y mecanizables, según las estimaciones de la AFG.
"Puestos a no ganar dinero, en determinadas parcelas hay que cambiar el chip y pensar en el largo plazo" (Daniel Rodríguez, AFG)
En términos de rentabilidad anual, las frondosas caducifolias, salvo el castaño para fruto, tampoco resultan comparables con el eucalipto, si bien desde la óptica no exclusivamente económica que propone Daniel Rodríguez, pueden resultar de interés en determinados terrenos. Ante los problemas que genera en el monte el minifundio, el asociacionismo forestal se presenta desde hace años como la vía para aumentar la rentabilidad del monte, aunque la figura por la que está apostando la Xunta, las Sofor, ha generado hasta el momento un escaso interés. Intereses anuales que generaría una plantación de eucalipto globulus. Cálculo medio de tres cortas (1 de plantación y 2 de regeneración natural). La productividad media del globulus en Galicia ronda los 18 metros cúbicos por hectárea y año. Intereses medios anuales que generaría una plantación de nitens. Su productividad media en Galicia ronda los 30 metros cúbicos por hectárea y año.
Normativa sobre el eucalipto Desde la perspectiva de la Asociación Forestal de Galicia, si se quisiera restringir la plantación del eucalipto en Galicia, sería oportuno hacer un análisis económico para ver dónde no sería rentable y valorar los impactos de la restricción. El colectivo se muestra a favor de la ordenación del territorio, siempre con las premisas de un diálogo con los propietarios forestales y del establecimiento de compensaciones económicas por la pérdida de rentas en las zonas en las que se limite la plantación de la especie. Al respecto del borrador de decreto de la Xunta para prohibir el eucalipto en el centro y sur de Lugo y en la provincia de Ourense, la Asociación Forestal de Galicia pone de manifiesto que no está basado en estudios económicos sobre la rentabilidad y ecología de la especie para conseguir una ordenación del territorio óptima. Destaca también que es precisa la participación real y efectiva de los colectivos afectados por las prohibiciones.

Perspectivas de precios del eucalipto

Los precios del eucalipto vienen manteniéndose más o menos estables en la última década, salvo una importante bajada en el año 2009. Desde hace unos años, se estableció un menor pago por el eucalipto nitens, que en la actualidad se sitúa entre 6 y 14 euros por tonelada menos que el globulus, dado su inferior rendimiento para pasta de papel. El eucalipto nitens, a diferencia del globulus, es más resistente a la plaga del gorgojo y apto para zonas de altitud superior a los 400 metros, por lo que se expandió en los últimos años en Galicia. Cálculos conservadores sitúan las existencias actuales de eucalipto nitens en un 15% del total de eucalipto, según señaló en las jornadas de la AFG el catedrático de Producción Vegetal de la Universidad de Santiago de Compostela, Roque Rodríguez. El porcentaje que representa el nitens en las existencias y en las talas de madera seguirá aumentando en los próximos años. Se trata de una madera con menor interés para la pasta de papel que el globulus, pues tiene menor rendimiento y aporta menor calidad, si bien en la actualidad toda la madera de nitens que se corta tiene salida. Ence está aumentando sus compras de nitens y la perspectiva actual es que las pasteras se adapten a la oferta de eucalipto nitens, no descartándose que puedan aparecer nuevas industrias consumidoras o nuevos usos ligados a la bioeconomía. El aumento en los próximos años de la oferta de nitens llevará, sin embargo, a una progresiva reducción de sus cotizaciones, según las estimaciones de la Asociación Forestal de Galicia. Para el eucalipto globulus, se prevé estabilidad de precios, con las oscilaciones habituales.

Cinco problemas del monte gallego que destapa la tragedia de Portugal

El trágico incendio forestal que está viviendo Portugal, con más de 60 muertos y unas 40.000 hectáreas arrasadas, ha abierto un debate en Galicia sobre las medidas a adoptar para prevenir catástrofes incendiarias. Los grupos de la oposición apuntaron hoy en la comisión de Agricultura del Parlamento varios frentes de trabajo, si bien no hubo consenso y ninguna iniciativa salió adelante. El Plan Forestal de Galicia, que se presentará previsiblemente en la próxima semana, es esperado como punto de partida para trabajar en un nuevo monte gallego. Las principales cuestiones de prevención que quedan sobre la mesa son las siguientes.

1) Impunidad en la forestación de tierras agrarias

Las tierras de cultivo y los prados venían actuando de cortafuegos naturales frente a los incendios. Si se sustituyen por plantaciones forestales, que terminan por rodear los núcleos de población, se fomenta la continuidad de la masa forestal, sin fragmentaciones que eviten la expansión de los fuegos. Los grupos de la oposición recordaron hoy en el Parlamento que en Galicia hay más de 30.000 hectáreas agrarias forestadas de forma ilegal, la mayoría con eucaliptos. Desde el grupo popular fueron contundentes en asegurar que estaban en contra de la forestación de tierras agrarias, pero la oposición entiende que no se está haciendo nada para frenar esa situación, prohibida por la Lei de Montes de Galicia (Lei 7/2012): "No hacen nada para evitarlo. Se puede ver en cualquier concello de Galicia", se cuestionó desde el grupo de En Marea.

2) Franjas de gestión de la biomasa en el entorno de los núcleos rurales

La normativa obliga a mantener despejados de matorral 50 metros en el entorno de núcleos de población, viviendas o edificios aislados. Pinos y eucaliptos deben guardar además una distancia de 30 metros. Uno de los problemas que se vivió en Portugal fue que el monte llegaba a la puerta de las casas, por lo que varias aldeas quedaron arrasadas por el fuego. "En Galicia tenemos millares de núcleos de población sin una franja de seguridad. La ley dice que si el propietario no se encarga de limpiarla la responsabilidad es de los Concellos, pero los Concellos no tienen capacidad para afrontar ese problema. No es función de los Concellos, es función de la Consellería", defendió hoy en el Parlamento el diputado del Bloque Xosé Luis Rivas "Mini". La misma postura expresó ayer la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp), que advirtió de que los Concellos no contaban ni con medios técnicos ni con personal para acometer esos trabajos.

3) Distancias del arbolado a vías de comunicación

La Lei de Montes obliga a que las nuevas repoblaciones de pinos y eucaliptos mantengan una distancia de 10 metros a carreteras convencionales. En pistas forestales, la distancia se reduce en general a cuatro metros. Velar por el respeto a esas distancias garantizaría una mejora progresiva del actual escenario, con el monte pegado en muchos puntos a las vías de comunicación, sin apenas retranqueo. Otra cuestión que queda abierta es si, en determinadas zonas, sería preciso actuar para alejar el arbolado ya existente de las vías de comunicación. "Cuando vengo a Santiago desde Boimorto, cruzo por muchas carreteras provinciales que discurren entre hileras de árboles. No crecen en la cuneta porque por la cuneta pisan los tractores. Si me pilla un fuego ahí en medio, estoy perdido" -reflexiona el diputado del Bloque Xosé Luis Rivas "Mini"-. "Estamos vendidos y la Administración no reacciona".

4) Monocultivos

El grupo En Marea pidió hoy medidas que eviten la continuidad de grandes masas de eucalipto, ya que considera que esta especie facilita la propagación de los incendios a una mayor velocidad. "Deberían romperse los monocultivos cada 5 hectáreas", sugieren a efectos de crear en los montes un mosaico en el que se combinen eucaliptos o pinos con frondosas y tierras agrarias, espacios en los que el fuego o se detiene o avanza con menor rapidez. Desde el grupo popular, declararon que estaban en contra de presentar el eucalipto como la personificación del mal, pero coincidieron en la necesidad de medidas contra el monocultivo. "El monocultivo sí es un problema", reconocieron.

5) Asociacionismo forestal

La mayoría del sector forestal coincide en un mismo diagnóstico sobre los fuegos de Portugal. Más que de un problema del eucalipto o del pino, se trató de un problema de abandono y de falta de gestión, que llevó a una excesiva acumulación de biomasa en el monte. Como vía para encarar esa situación de abandono, extensible a buena parte del monte gallego, el sector aboga por la potenciación del asociacionismo forestal, si bien la figura implementada por la Xunta para promoverlo está naufragando. Existen sólo media docena de Sociedades de Fomento Forestal (Sofor) constituidas en Galicia. Esa situación es considerada un retroceso por la oposición. "Sólo en los últimos meses del Gobierno Bipartito había 45 Unidades de Xestión Forestal (Uxfor) en perspectiva", recriminó el diputado del Bloque Xosé Luis Rivas "Mini", que pidió que la Xunta asuma el fracaso de las Sofor y busque nuevas vías para promover el asociacionismo.