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“Tengo las viñas para vivir de ellas, pero ante todo porque le quiero a mis cepas”

Josefa Álvarez es un ejemplo del orgullo y el amor por el viñedo”. Así reivindicaban desde el Consejo Regulador que esta viticultora de As Chas (Oímbra) fuera una de las últimas incorporaciones a la Cofradía de los Vinos de Monterrei. Hablamos con ella para conocer cómo trabaja en sus viñas, cómo comenzó en el mundo del viñedo y el futuro que le ve al sector, entre otros temas. -Este verano te incorporaste a la Cofradía de los Vinos de Monterrei, ¿cómo recibiste este nombramiento? ¿Qué supone para ti formar parte de la Cofradía?  -Para mí fue un orgullo y una enorme satisfacción. Nunca había imaginado que pudiesen pensar en mí para formar parte de la Cofradía. De hecho, cuando me llamaron incluso les dije que valorasen a otras personas, y no porque no quisiera serlo, sino porque me parecía muy importante cómo para que me nombrasen a mí. Para mí fue increíble. El acto fue muy significativo porque estuve rodeada de mi familia e incluso me acompañó un nieto que tiene solo 4 años y al que ya le estamos mostrando el amor por las viñas.
“La pasión por las viñas me viene por mi padre, que ya me llevó a la vendimia con apenas unos días de vida, metida en un cesto. Él era un apasionado de las viñas y yo siempre fui tras él”
-¿De dónde te viene la vinculación con el mundo del vino y los viñedos? -Nací en agosto del 1965 y ese mismo año, en septiembre, mi padre ya me llevó a la vendimia con apenas unos días de vida, metida en un cesto. Y desde entonces. Mi padre siempre fue un apasionado de las viñas y yo siempre fui tras él. -¿Aprendiste entonces de tu padre sobre el viñedo? -Sí. Mi padre fue emigrante en Alemania, pero se marchó solo con el objetivo de ganar dinero para volver y plantar las viñas. Y así lo hizo. En cuanto tuvo suficiente dinero vino y las plantó y vivió cuidando de sus viñas. Así fue que de él aprendí mucho, como a hacer los injertos. En mi casa tuve un gran referente en el cuidado del viñedo. -¿Ha cambiado mucho el viñedo desde entonces a hoy? -Desde luego. En aquel momento, todas las cepas estaban en vaso, no había ningunas en espaldera, como hoy. Mi padre también tenía dos caballerías para trabajar los viñedos. Cuando trabajaba mi padre se vendía todo el vino a granel para la zona de Lugo. Eran otros tiempos y otra manera de trabajar. Teníamos muchas variedades que ahora no trabajamos, que tenían un manejo más sencillo. Lo duro en aquella época era cómo estaban los viñedos, por tener que hacer parte del trabajo a mano. Aquello era otra vida. -¿Desde cuando te centraste más en los viñedos? - Yo también fui emigrante, me marché para Andorra, pero como mi padre yo sabía que volvería para cuidar el viñedo. En 1998 fue cuando conseguí volver y ya comencé con el viñedo. En ese momento reestructuramos la primera viñ. También comenzamos a comprar tractores para poder trabajar de otro modo. En 2004 y 2005 fuimos arrancando y plantando nuevas cepas y así fuimos haciendo en los años siguiente y aún a día de hoy seguimos. De hecho, en el 2024 vamos a plantar otro viñedo. Con el que plantaremos este año tendremos unas 4 hectáreas de viñedo en el pueblo de As Chas, en Oímbra.
“En 2014 vino una helada tan grande que tuvimos que podar las viñas de segunda en el mes de mayo. Fue horrible ver las cepas así. Aquella vendimia solo cogí 42 cajas de uva, pero logramos salvar las cepas”
-¿Cómo han sido estos años en el cuidado del viñedo? -Hemos tenido algo de todo. Tienes años muy buenos y otros malos en los que pierdes. En 2014 cayó una helada muy grande y aquella campaña fue horrible. Coseché solo 42 cajas de uva y tuve que podar la viña en el mismo año dos veces: una en el mes de febrero y otra en mayo. La helada afectó a todas las cepas a la altura del alambre, pero por abajo había quedado un brote verde. Los técnicos de la Extensión Agraria nos recomendaron podarla. A mí nunca tal cosa me había pasado en la viña y decidimos seguir su recomendación. Fue horrible ver así las cepas. Mi marido no soportaba ver así de afectado al viñedo. Allá nos fuimos y entre mi hijo y yo en un día podamos de segunda vuelta las 1.700 cepas afectadas. Al finalizar la poda le echamos un tratamiento cicatrizante. Es cierto que solo cosechamos esas 42 cajas de uva, pero conseguimos salvar la viña, que quedó impecable y no se le nota que haya pasado por eso. Otro año también tuvimos el problema del fuego. Un incendio muy grande nos quemó muchas viñas y tuvimos que replantar. Aquel año fue muy complicado, porque habíamos quedado solo con gastos. Finalmente tuvimos ayudas de la Consellería y el Ayuntamiento. Desde entonces, tengo aseguradas las viñas. -¿Cómo valoras la respuesta de la Administración en estos años como viticultora? -Para mí es muy importante todo el apoyo que me han brindado siempre desde la Extensión Agraria de Verín. Los profesionales de esta oficina siempre me facilitaron todas las gestiones y me aconsejaron en todo lo que he necesitado. Es muy importante la labor que hacen. -¿Estás tú sola para el cuidado de las viñas o tienes más gente? -Son una viticultora pequeña porque estoy yo sola, aunque siempre cuento con la ayuda puntual de la familia, cuando pueden. Así, tanto mi marido como mi hijo se encargan de algunas labores con el tractor como la aplicación de tratamientos fitosanitarios, pero yo freso y aro la viñas. De la poda también me encargo yo sola. En estos años le he ido cogiendo el truco a podar para que la viña produzca poca uva y de muy buena calidad. -¿Qué tipo de variedades tienes en tus viñedos? -Cuando desde el Consejo Regulador nos empezaron a recomendar plantar otras variedades autóctonas no sabíamos como iba a resultar. Yo empecé plantando una parcela pequeña, de unos 1.000 metros, con Mencía y otra con Treixadura y Godello en el 2004. El año siguiente volví a plantar otra parcela con las tres variedades. Cuando la Treixadura comenzó a producir ya vi que era difícil de trabajar esta variedad y aquellas parcelas que había plantado de esta casta en el 2005, en el 2008 ya las injerté de Godello.
“Yo soy una enamorada del Godello, así es que de todos los viticultores del pueblo, soy la única que trabaja con esta casta. Casi todo el viñedo que tengo es de esta variedad”
Hoy tengo 525 cepas de Treixadura, 5.000 metros de Mencía y el resto es todo Godello y sigo plantando Godello. Soy una enamorada del Godello. En todo el pueblo, que aún somos unos cuantos viticultores, soy la única que trabaja con el Godello. -¿Por qué te gusta tanto el Godello? -Porque mientras para otros viticultores es difícil de trabajar yo le tengo el truco cogido y me gusta. Hay que saber trabajar con él, ya que es verdad que es una variedad que si la destapas mucho te la quema el sol, si no lo destapas te coge ceniza... yo lo sé hacer en mis viñedos, me resulta fácil y me gusta trabajar con esta variedad. Hoy por hoy si pudiese tendría todo el viñedo de Godello. También es cierto, que a mí me gusta experimentar y no estoy cerrada a probar con otras castas, me gusta trabajar y descubrir cosas nuevas. Josefa en sus viñedos. -¿Tienes también bodega o vendes las uvas? -Desde 2007 soy socia de la bodega Terras de Cigarrón y le vendo a ellos las uvas, rigiéndome por las pautas que marcan desde la bodega. Desde hace unos años la bodega se asoció con Martín Códax y son ellos ahora los que marcan los parámetros que tenemos que seguir. -¿Cómo valoras la experiencia de comercializar así tus uvas en vez de elaborar tú el vino? -Estoy realmente contenta con esta manera de hacerlo, porque yo así me dedico al cuidado de las viñas, que es lo que me apasiona y no tengo que buscar la manera de comercializar el vino, que en los tiempos de hoy, siendo pequeños viticultores como es mi caso, resultaría muy difícil abrir mercado. Además, así tenemos asesoramiento tanto de la bodega como de Martín Códax y resulta de mucha utilidad. Muchas veces te avisan cuándo aparecen enfermedades en otros viñedos y así tú te mantienes alerta y vigilas más los tuyos para dar tratamiento en cuanto sea preciso.
"Animo a la gente joven a que venga para los viñedos, ya que hay sitio para todos y futuro para ellos en los viñedos"
-¿Le ves continuidad a tus viñas? -Pues nunca se sabe las vueltas que dará la vida. Es verdad que mi hijo ahora tiene otro trabajo, pero también es cierto es que a él las viñas también le gustan. Al igual que yo hacía con mi padre, él desde que era pequeño andaba conmigo en los viñedos. Ahora en los fines de semanas siempre viene y cuando me llama siempre se preocupa por cómo van las viñas. Incluso hace coincidir sus vacaciones con la vendimia. Del mismo modo, a mi nieto, con 4 años también le estamos inculcando ese amor por las viñas, esa ilusión que a mí me mueve. Yo tengo las viñas para vivir de ellas, pero ante todo porque le quiero a mis cepas. No sé si ellos seguirán o no con las viñas, pero lo que tengo muy claro es que en el campo hay mucho futuro. Yo animo a la gente joven a que venga para los viñedos, ya que cabemos todos. Aquí, hay sitio para todos y futuro para ellos en los viñedos. Solo hace falta que se animen y apuesten por los viñedos. También los animo a que cuenten con nosotros, con los viticultores que ya estamos trabajando, porque yo estaré encantada de enseñarle a trabajar en las viñas y a cuidarlas, como en su momento me enseñaron a mí.

«Si no se contiene su expansión, la Flavescencia Dorada puede ser una grave amenaza para el viñedo español»

“Los vectores de enfermedades emergentes son una gran amenaza para la agricultura europea, por ejemplo, la Flavescencia dorada de la vid puede ser una grave enfermedad si no se contiene su expansión”, destaca Alberto Fereres, jefe del Grupo de Insectos Vectores de Patógenos de Plantas del Instituto de Ciencias Agrarias (ICA-CSIC).  Incide en que especies como Scaphoideus titanus, Trioza erytreae o Draeculacephala robinsoni ya están instaladas en España, “pero otras muchas están aún por llegar”. Síntomas visuales de la Flavescencia Dorada da vid. Imagen de Alberto Fereres El profesor impartió una sesión informativa en Pontevedra, organizada por el Servicio de Explotaciones Agrarias de la localidad. Esta jornada tuvo lugar con motivo de la ampliación del número de zonas demarcadas por la Xunta ante la presencia de la Flavescencia dorada de la vid.

Llegada de la enfermedad

“Para introducir el tema de la Flavescencia, hay que hablar de las enfermedades emergentes”, explicó el profesor. Tienen una incidencia que aparece de forma repentina y aumenta a medida que la población del huésped (plantas que permiten la subsistencia o el alojamiento de un agente infeccioso) crece. Suelen ser causadas por virus RNA, pero también pueden ser otros agentes los que atacan plantas y animales. “Hay ejemplos, como el ébola o el COVID, en los que pasaron de animales a humanos. Su virulencia es muy grande”, detalla.  La mayoría de los virus de plantas los transmiten los pulgones (41 %) y la mosca blanca (30 %). Tanto pulgones como mosca blanca tienen alta capacidad para reproducirse y tiempos de generación muy cortos.
La enfermedad llegó a Europa por Francia en 1949 y su fitoplasma afecta a ocho de los principales países productores de uva de la UE
En el caso de la Flavescencia dorada, está causada por un fitoplasma (bacteria de pared celular) y es un parasito obligado que vive en insectos y plantas. El agente bacteriano ha sido nombrado recientemente Candidatus Phytoplasma vitis, y su vector es el cicadelido de la subfamilia Deltoceplhalinae, Scaphoideus titanus. La infección puede matar a las vides jóvenes y reducir en gran medida la productividad de las vides viejas. Su vector insecto, S. titanus, es nativo del este de los Estados Unidos y Canadá, y se cree que fue introducido en Europa durante la II Guerra Mundial o antes, con portainjertos estadounidenses traídos para combatir la filoxera. Actualmente es una enfermedad bien conocida en Europa, porque lleva aquí desde 1949 que apareció en la región de Armgnac. Cabe puntualizar que su fitoplasma ocurre únicamente en Europa, en ocho de los principales Estados miembros de la UE productores de uva (Austria, Croacia, Francia, Hungría, Italia, Portugal, Eslovenia y España), así como en Suiza y Serbia.

Transmisión de la Flavescencia

Las especies alternativas de vectores en Europa son polífagos, pero ocasionalmente pueden aparecer otros en la vid (Orientus ishidae, Dictyophara europaea o Phlogotettix cyclops). “Todos son vectores alternativos que mantienen infecciones primarias desde hospederos alternativos hasta la vid. También mantienen la enfermedad en espacios naturales”, aclaró Feres y añadió que hay numerosas plantas huésped de FD como especies de Vitis o Clematis vitalba, Alnus incana, etc. El Scaphoideus pone los huevos en agosto-septiembre, en la corteza, y luego entran en diapausa hasta abril, dando lugar a 5 estados ninfales (dura unas 5-7 semanas el estado ninfal en España). Los adultos aparecen en los meses de julio y agosto y su longevidad es aproximadamente 1 mes, aunque en Italia se observan adultos hasta octubre. Gráfico del vector de la FD. Imagen de Alberto Fereres El fitoplasma se transmite por insectos de forma persistente y propagativa, estando restringido al floema de las plantas. Solo se puede adquirir o inocular cuando el insecto vector se alimenta del floema. No hay transmisión mecánica, pero sí se puede transmitir por injerto. “El tiempo de latencia es de 2-3 semanas, pero tras acumularse en las glándulas salivares del insecto, se puede transmitir durante toda la vida del vector”.

Manejo de la enfermedad

“La presencia del vector se monitorea actualmente colgando trampas amarillas pegajosas en los viñedos y contando directamente las ninfas debajo de la vid, para respaldar decisiones sobre la aplicación de insecticidas y su momento”, mencionó el profesor y aclaró que “es un factor importante porque para hacer un tratamiento eficaz hay que saber cuál es el momento preciso”. Según Fereres, se suelen aplicar 2-3 tratamientos contra ninfas y adultos, siempre que hayan eclosionado la mayor parte de los huevos. También es obligatorio eliminar plantas infectadas es y se debe establecer una zona tampón de al menos de 1,3 km. Por último, se deben eliminar todas las plantaciones abandonadas, que son un reservorio de FD.
En Italia se ha demostrado que la variedad Moscato es tolerante a la FD e induce una alta mortalidad de S. titanus
El profesor destacó la termoterapia, como un tratamiento eficaz. Se tratan con agua caliente (45 minutos a 50ºC) a los patrones en estado de reposo y esquejes injertados. “Es eficaz para eliminar tanto el fitoplasma como los huevos del vector”. También recalcó la importancia de las plantas certificadas de variedades y patrones de vid, que pueden evitar la Flavescencia dorada. En cuanto a las variedades tolerantes a FD expone los resultados de un estudio que realizó en el CSIC un investigador de la Universidad de Turín (Italia). En el mismo se indica que ninguno de los genotipos explorados es inmune a la Flavescencia dorada de la vid, pero se encontraron algunos genotipos poco susceptibles disponibles para identificar rasgos genéticos involucrados en la tolerancia/resistencia a la FD. Se evaluaron las variedades Barbera, Barchetto y Moscato mediante la técnica Electrical Penetration Graph y los resultados afirmaron que la variedad Moscato, además de ser tolerante a FD, indujo una alta mortalidad de S. titanus.

Otras amenazas

Entre otras amenazas que sufre la agricultura se encuentra la Xylella fastidiosa. Se trata de una enfermedad conocida que puede ocasionar pérdidas en cultivos como la vid y cítricos, pero infecta a más de 600 especies de plantas. En Europa es conocida desde 2013, cuando se identificó en Italia. Presencia de otras amenazas en las vides. Imagen de Alberto Fereres También hay enfermedades transmitidas por otros grupos de insectos que son de origen bacteriano, que los transmiten las psilas (Psyllidae), vectores principalmente de bacterias y fitoplasmas.

Unións pide a los consejos reguladores celeridad en la validación de las cosechas

Unións Agrarias hace un llamamiento para que los Consejos Reguladores aceleren al máximo la validación de esta cosecha. La organización insta a los organismos rectores de las diferentes DO's a realizar lo antes posible un trámite tras el que las bodegas disponen de un máximo de 30 días para pagar a los viticultores la uva entregada. Luego de una campaña caracterizada por los altos costes de producción y por unas condiciones meteorológicas que marcaron el ritmo de la vendimia y obligaron a aplicar más tratamientos que de costumbre para sacar la cosecha adelante, Unións Agrarias insta a los Consejos Reguladores a acelerar los trámites precisos para que los viticultores puedan recibir lo antes posible los pagos por el fruto entregado. Si bien es cierto que buena parte de las bodegas suele abonar el precio de la uva recibida al margen de que los Consejos hayan validado o no la cosecha, el hecho de que este trámite no haya sido realizado puede servir de excusa para retrasar los pagos. Algo que la organización quiere evitar. Unións Agrarias apela al sentido de la responsabilidad de los Consejos Reguladores y les pide que pongan todo de su parte para blindar los derechos del sector productor. La organización recuerda que, si bien en su conjunto estamos ante una campaña excelente, con más de 75,4 millones de kilos de uva recogidos en las cinco denominaciones de origen gallegas, se trató de una campaña muy desigual en la que la climatología causó importantes pérdidas a una parte importante del sector productor.

Precios y demanda de la uva en esta campaña

En lo que respeta al precio de la uva destaca el alza en las cotizaciones del Godello, que supera los 2 €/kilo. El Albariño se sitúa en una media de 2,80 €, el Ribeiro se mantiene en el entorno del 1,80 para las variedades preferentes y el Mencía en el 1,20. Destaca, sin embargo, la bajada en la demanda de variedades tintas detectada tanto en Monterrei como en Valdeorras y en la Ribeira Sacra. Una situación especialmente problemática para esta última DO, centrada en esta producción. Si bien puede decirse que en general la vendimia se desarrolló con normalidad no fue así en la Ribeira Sacra, donde se vivió una campaña caracterizada por la incertidumbre provocada por la reducción de las cantidades de uva recogidas por las bodegas. Alertan además, que la reducción de la demanda de tinto es una tendencia detectada a nivel estatal que está llevando a una reducción de la producción y, por ende, a la acumulación de un importante excedente de uva. Un problema de mercado ante el que es preciso mantenerse alerta y comenzar a trabajar para buscar soluciones y posibles alternativas que, en próximas campañas, permitan dar salida a la totalidad de la uva producida en las denominaciones de origen gallegas.