Las claves de la gestión de la mano de obra en las explotaciones lácteas

Resumen de la ponencia de Víctor Manrique Arroyo, veterinario del Servicio de Alimentación de Seragro, dentro de las XIII Xornadas Técnicas de Vacún de Leite

Las claves de la gestión de la mano de obra en las explotaciones lácteas

Trabajadores de Granxa O Cancelo, un referente en Galicia en gestión del capital humano

La incorporación de mano de obra externa es una realidad en aumento en las explotaciones lácteas gallegas. Su trabajo, con muchas connotaciones subjetivas, va a influir de una forma directa en los resultados de la explotación.

De ahí la importancia de la selección de personal en las ganaderías de leche. Su trabajo, en el que es crucial el “cómo” se hace, se complica por la ausencia de protocolos en la mayoría de las explotaciones lácteas -a excepción del horario de ordeño-, y por la existencia de importantes diferencias entre unas explotaciones y otras.

También hay que valorar muy bien las condiciones laborales que se ofrecen a los trabajadores, tanto en salarios como en horarios y días de descanso y vacaciones.

Del mismo modo, una vez realizada la contratación, resulta de vital importancia una adecuada motivación del empleado, intentando mejorar su capacitación técnica y su implicación en el desarrollo y futuro de la empresa.

“Es de gran importancia la motivación y la formación de los trabajadores”

El objetivo final debería ser, como en cualquier empresa, que en las ganaderías haya trabajadores comprometidos, que cumplan sus horarios, con iniciativa, que no precisen ser mandados, sabiendo qué hacer y que se muestren satisfechos con su puesto de trabajo.

Con la intención de abordar la situación de la mano de obra en las explotaciones gallegas, Seragro realizó un trabajo de campo sobre la situación del personal laboral de las ganaderías de leche.

Trabajador tipo: varón de 34 años y que realiza múltiples tareas en la explotación

Uno de los primeros datos que nos aporta es que la granja media que cuenta con empleados externos tiene una media de 93 vacas en ordeño y una producción anual que supera ligeramente las 1.000 toneladas de leche y la recría se hace en la propia explotación.

El perfil del empleado se sitúa mayoritariamente en un varón de 34 años, mientras que la presencia de las mujeres no llega al 10%. Casi el 91% es personal contratado por cuenta ajena, frente al poco más de 9% de autónomos.

En cuanto a las tareas que realizan los empleados son variadas y múltiples, lo que complica tanto la especialización como la protocolorización del trabajo a lo largo de la jornada laboral. Así se refleja en la siguiente gráfica:

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El salario medio está entre 700 y 900 euros netos

Por lo que respecta a las condiciones laborales, el trabajo de Seragro arrojó un salario medio situado en el rango de 700 a 900 euros mensuales netos. Otro dato a destacar es que los trabajadores de las explotaciones lácteas gallegas encuestadas disponían de 4 días mensuales libres y de alrededor de 18 días mensuales de vacaciones. Debemos considerar que se trata siempre de valores medios.

El ganadero debe ser consciente de que a un desempeño laboral determinado debe corresponderle un salario pactado, justo y de mercado. El desequilibrio mantenido en el tiempo acabará por romper la relación laboral y generando una rotación de personal, con los prejuicios a nivel de tiempo de formación que esto supone.

El 58% de los trabajadores del sector tienen estudios primarios y el 27% realizó FP

Otro aspecto que debe considerar el ganadero a la hora de contratar es la capacitación previa existente. En este sentido, la experiencia previa en el sector, contrastada y mantenida en el tiempo, debe ser valorada. Tanto si existe experiencia previa como si no el ganadero debe velar por la formación de sus empleados, ya que una mayor capacitación, unida a una buena motivación, redundará en una mejora evidente en la marcha de la explotación.

En cuanto a la formación, con los datos que manejamos, más de la mitad de los encuestados cuentan con estudios primarios; el 27% con formación profesional y solo un 12,4% carece de estudios de cualquier tipo.

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En relación a la experiencia previa en el sector, más de la mitad de los encuestados, el 56,8%, manifestó tenerla. La media de años de experiencia previa se situó en 8,7 años. En este caso, un 26% de los encuestados manifestó tener contacto previo con el manejo de animales.

La mayoría de los trabajadores consultados están razonablemente satisfechos con su trabajo

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Otro aspecto que se analizó fue el grado de satisfacción laboral del personal laboral, que va a depender fundamentalmente, de la motivación.

La motivación extrínseca, aplicada por la mayoría de las empresas y consistente en una recompensa económica o material por la consecución de objetivos delimitados y marcados (reducir RCS, por ejemplo), es necesaria, tanto más cuánto menor sea el salario, pero no suficiente para el caso de las explotaciones lácteas, cuando de fidelizar al empleado se trata.

Y esto es así porque la consecución de los objetivos depende de la observancia de una serie de aspectos periféricos (ordeño, camas, limpieza, alimentación, descanso…etc) que hacen más difícil su consecución.

“Se debe consultar al trabajador, debe sentirse valorado”

En este sentido, y partiendo de que el salario es pactado y de mercado y debería permitir la satisfacción de las necesidades básicas del trabajador, se debe incidir más en la motivación intrínseca, ya que los aspectos económicos no son los únicos que motivan a las personas. Este otro tipo de motivación consiste en la participación del empleado en la toma de decisiones del día a día, especialmente en las tareas que realiza; es decir, a medida que su capacitación aumente, que sea consultado y escuchado de manera que sepa que su labor es imprescindible y fundamental para la empresa.

A este respecto, y ante la cuestión relativa a la asunción de mayores responsabilidades, la encuesta realizada por Seragro revela que un 43,7% de los empleadores no estarían dispuestos a ceder mayor grado de responsabilidad a sus trabajadores, frente al 56,3% que si estarían dispuestos a ello. De estos, el 71,4% estaría de acuerdo en incrementar a cambio las contrapartidas salariales, frente a un 28,6% que no lo contempla.

Casi el 60% de los trabajadores estarían dispuestos a asumir más responsabilidades, a cambio de mayor salario

Respecto a los trabajadores, el 59,5% estaría dispuesto a asumir nuevos retos en su día a día. De ellos, el 80% lo haría a cambio de ver incrementado su salario y un 20% asumiría más responsabilidades por el mismo salario, aunque bien es cierto, que el 90% de ellos se encuentra en el rango salarial más alto. Un 40,5% no contempla el incremento de sus competencias bajo ningún concepto.

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En definitiva, lo que se persigue en una explotación láctea es la organización de un grupo de trabajo. Y en todo grupo de trabajo debería haber un líder, en este caso el responsable de la explotación, que elabore los objetivos de la granja, que sea capaz de transmitirlos a sus empleados de manera que estos los comprendan y que organice y gestione las tareas particulares para que contribuyan al objetivo general.

También debe ser capaz de supervisar y valorar las tareas particulares de cada empleado, intentando motivarlo para que con su trabajo contribuya de manera decisiva a la consecución del objetivo general.

En resumen, a la hora de realizar una contratación el ganadero debe tener claro: ¿Que quiero?, ¿Que necesito?, ¿Que ofrezco?

“La inestabilidad laboral y la desmotivación perjudican el resultado económico de la explotación”

Es importante saber lo que realmente necesitamos en la granja, esto debería coincidir con lo que estamos buscando y debería ir en consonancia con lo que estamos dispuestos a ofrecer.

De lo contrario, posiblemente una vacante se convierta en un puesto de trabajo temporal por el que pasan con una frecuencia demasiado elevada personas a las que no les gusta ese trabajo, ni se sienten debidamente remuneradas por él. La inestabilidad y la falta de pasión en la realización de las tareas tendrán un impacto directamente negativo en el día a día de la granja, mayor o menor en función del puesto de que se trate, y que, sin duda, también repercutirá negativamente en el resultado económico de la explotación.

En definitiva, el ideal que se debe perseguir es el de que el empleador se sienta orgulloso de sus trabajadores, y los trabajadores estén orgullosos de la granja.

Víctor Manrique Arroyo

Víctor Manrique Arroyo es veterinario perteneciente al Servicio de Alimentación de Seragro

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