“Los yogures Kalekói son la vuelta al origen y a la calidad”

Entrevistamos a Susana Aguiar y a Álex Moure, una pareja de jóvenes emprendedores de Lalín que decidieron volver al rural para darle valor a la leche de la ganadería familiar. Llevan desde enero elaborando y comercializando los yogures Kalekói, una apuesta por los productos de calidad que en breve incorporará una línea de desnatados.

“Los yogures Kalekói son la vuelta al origen y a la calidad”

Susana Aguiar y Álex Moure

Susana Aguiar y Álex Moure son una pareja de jóvenes emprendedores que decidieron aparcar sus sus carreras profesionales en la ciudad para volver al campo y apostar por la transformación de la leche de la ganadería familiar que los padres de Susana tienen en Rodeiro.

A finales de 2014 comenzaron su proyecto y en enero de este año lanzaron al mercado sus yogures artesanos Kalekói, una vuelta al origen y a la calidad en todos los sentidos.

¿Que os llevó a iniciar este proyecto de transformar la leche de vuestra propia ganadería?
Susana: Mis padres siempre tuvieron ganadería de vacuno de leche. Y aunque desde pequeña mis pasos fueron formarme para trabajar lejos del campo, llegó un momento en el que me dí cuenta de que teníamos una materia prima excepcional en nuestra casa y que quería hacer un proyecto empresarial propio para darle valor.

¿Que diferencia los yogures de Kalekoi?
Susana: La calidad de la materia prima que le da un toque diferente al yogur y que le proporciona una diferenciación en sabor, en textura y en valor nutricional.

¿Como fueron los primeros pasos?, ¿Tuvisteis que realizar muchos cambios en la ganadería?
Álex: Ya desde un principio, visitando la elaboradores de yogures artesanos de otras partes de España, vimos que necesitábamos una leche con un buen porcentaje de proteína, fundamentalmente, y también de grasa, y mantener esas calidades en la leche a lo largo del año para poder elaborar un yogur con unas características similares. El primer objetivo fue lograr en la explotación una leche de calidad, de la que ya partíamos, y estandarizada a lo largo del año.

Lo que pretendemos es que la gente lo pruebe, que le guste y que siempre le sepa a yogur Kalekói.

Susana: Las calidades de la leche que producimos en la ganadería de mis padres está en valores altos de proteína y contenidos de materia grasa. Evidentemente existe una variabilidad a lo largo del año, pero esos son nuestros objetivos, conseguir una buena proteína sin que la grasa se dispare. Luego buscamos una leche con un PH alto, con menor acidez y más dulce. En la alimentación intentamos utilizar muchos cereales pero de calidad.

“Cuidamos la nutrición de las vacas para lograr una leche de gran calidad”

Álex: El coste de alimentación subió en la ganadería porque no cualquier leche vale para elaborar un buen yogur. De este modo, fuimos haciendo pruebas en la ración de las vacas desde medio año antes para lograr la leche que queríamos.

¿Con que formatos y sabores comercializáis vuestros yogures?
Susana: Diferenciamos nuestro producto en dos gamas: una de clásicos y otras de tentaciones. En los clásicos optamos por dos variedades comunes: yogur natural y con mermelada de fresa. Y en el caso de la gama de tentaciones queremos sorprender al cliente y tenemos dos sabores a lo largo de todo el año: yogur con mermelada de arándanos y yogur con mermelada de frutos del bosque. Y también en esta gama tenemos más sabores que adaptamos a la temporada. Así para el verano buscamos sabores ácidos como la grosella roja y la frambuesa y para el invierno tuvimos yogur con miel y nueces, con higo..etc. Buscamos siempre que estos ingredientes sean de Galicia.

Por otra parte, también tenemos formatos de mayor tamaño, de 400 gramos y de 3 kilos. Estos formatos están más enfocados para la hostelería, colegios…etc.

También vendemos leche pasteurizada pero para el ámbito local, ya que su fecha de caducidad es de alrededor de una semana y tiene unos costes de logística altos para venderla fuera. Para nosotros es un complemento.

¿Cómo está acogiendo el mercado a los yogures Kalekói?
Álex: Empezamos en enero de este año y en este momento estamos transformando alrededor de unos 800 litros a la semana. Estamos teniendo muy buena acogida por parte de los nuevos cocineros gallegos, que quieren tener un yogur distinto del industrial que les permita elaborar postres de calidad y sorprendentes. En los coles también vemos que le gusta a los niños, y para nosotros sirve también como promoción, ya que al llegar a la casa les piden a los padres que les compren yogur Kalekói.

¿Cuáles son vuestras previsiones para este año?
Álex: Hicimos un plan de empresa con varios escenarios y elegimos el pesimista y podemos decir que vamos mejor de lo que esperábamos. De todas formas, es complicado ir situando el producto en el mercado y lograr el nicho de clientela que valore tu producto. Primero empezamos a distribuirlo en el ámbito local del Deza, y ahora estamos llegando a las ciudades gallegas.

Susana: Procuramos tener en cuenta la opinión de los clientes. De hecho, hubo gente que nos empezó a pedir yogures y leche desnatados, por lo que intentaremos que hacia el mes de septiembre u octubre sacar una nueva línea de productos desnatados y semidesnatados.

 “Vamos a sacar una línea de yogures desnatados”

Álex: Queremos consolidarnos e ir creciendo poco a poco y, sobre todo, adaptarnos a las demandas del mercado.

¿Donde se pueden comprar los yogures Kalekói?
Susana: Por ahora vendemos a tiendas pequeñas y ya tenemos nuestros yogures en varios establecimientos de Santiago, de Ourense y también en Monforte de Lemos, Lalín, Chantada, A Estrada, Pontevedra, Vilagarcía…etc. En nuestra página web tenemos una lista actualizada de todos nuestros puntos de venta.

Álex: También hacemos envíos bajo pedido por transporte en frío para zonas en las que no estamos presentes. De este modo, estamos enviando nuestros yogures a varias partes de Galicia e incluso a otras partes de España.

Sois una empresa que elaboráis yogures artesanales, pero sin embargo este tipo de producciones artesanales no están reguladas en Galicia, pero sí en otras comunidades. ¿Cómo os afecta esta situación?
Susana: Creemos que sería conveniente que la Xunta publicara la norma que regula las producciones artesanales, tanto para evitar fraudes de aquellos que etiquetan como artesanales pero que no cumplen los parámetros de una elaboración artesana, como para defender nuestros productos fuera de Galicia.

Álex: En otras Comunidades sí está regulado y pueden etiquetarlos como artesanos, por lo que ahora están en ventaja. Por lo que sabemos, desde la Xunta se está trabajando para sacar adelante la norma, algo que nos igualaría con los artesanos de otras comunidades.

¿Y de donde ven el nombre de Kalekói?
Álex: Mucha gente nos dice que le suena a vasco, pero es un nombre muy gallego. Kalekói era el nombre con el que se conocía el Noroeste de la Península Ibérica en la época de los celtas, y sus habitantes eran los Kalekóis. Luego vinieron los romanos y evolucionó a Gallaecia hasta finalizar en Galicia.

Kalekói nos parece que es un nombre que nos vincula a la tierra y que llama la atención porque crea esas ganas de saber que significa.

Susana: Y sobre todo significa una vuelta al origen, también para los dos, que estuvimos trabajando fuera en otros sectores y decidimos volver y apostar por el sector ganadero.

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