Cosecha de miel: escasa producción en el interior por la sequía e importante presión de la velutina en la costa

Galicia estará un año más lejos de sus registros históricos, con una reducción drástica en los kilos por colmena y una previsible subida en el precio al consumidor. El estado de los apiarios obliga a alimentar para pasar el invierno

Mel_DeGalicia

La producción de miel lleva varios años siendo baja en Galicia y este 2022 no será una excepción. La sequía y los incendios forestales del verano, el ataque más prolongado de la avispa asiática a los apiarios y el descontrol en las floraciones a lo largo del año están reduciendo de manera significativa la productividad de las abejas.

La producción, en general, no ha sido buena este año. “Únicamente se pudo salvar en zonas concretas de eucalipto, zonas con mucho brezo en el mes de mayo o zonas de vaguada donde el castaño no se vio afectado por la sequía”, indica José María Seijo, presidente de la Agrupación Apícola de Galicia.

La cosecha de miel de castaño y de silva ha sido prácticamente nula a no ser en alguna zona concreta

Desde el Consejo Regulador de la IGP Mel de Galicia llevan una cuantificación real de la producción de miel por colmena inscrita y certifican la caída generalizada en la producción. “Desde hace ya varios años los kilos por colmena no suben de 10 o 12, cuando antes lo habitual eran 20”, detalla Esther Ordóñez, presidenta de la IGP.

“Las producciones actuales no son óptimas”, reconoce por su parte Pepe Torres, presidente de Asociación Galega de Apicultura (AGA). “Galicia estaba produciendo sobre 2.000 toneladas anuales de miel pero este año no vamos a llegar a ellas; no creo que pasemos de las 1.700 toneladas”, calcula.

Diferencias notables incluso dentro de la misma zona

La de este año ha sido una campaña muy variable, con diferencias significativas incluso en zonas relativamente próximas. “Fue una campaña imprevisible e irregular, con mucha variabilidad en función de la zona, incluso dentro de la misma zona y con condiciones aparentemente semejantes”, asegura Pepe Torres.

El brezo de mayo fue bien aprovechado este año

Por eso, dice, “este año la cosecha de miel depende casi de la parroquia, si en una las abejas lograron néctar para hacer la miel, en la de al lado no hubo esa producción esperada. No podemos decir, por ejemplo, que el castaño haya sido un éxito en toda Galicia,  en algunas zonas funcionó bien pero en otras la sequía tuvo efectos en el castaño, igual que en el mielato de roble o en la silva”, añade.

La producción de eucalipto ha sido mejor en la zona de transición más hacia el interior que en la costera

En cuanto a otro de los principales recursos melíferos gallegos, el eucalipto, “la producción en la zona costera fue más baja, pero en la franja de transición, más hacia el interior, hubo una producción de eucalipto elevada”, dice.

Efecto de la sequía y los fuegos

En el interior se esperaba una buena producción este año, por la primavera adelantada que hizo despertar a las colmenas. “Pero de nuevo vino el frío, consumieron lo que tenían y tuvieron que volver a arrancar, y cuando lo estaban haciendo fue cuando vino la sequía tan grande de este año”, relata el presidente de la Agrupación Apícola.

Las colmenas arrancaron muy temprano la primavera pero cuando volvió el frío consumieron lo que tenían y tuvieron que empezar de nuevo

“Muchas colmenas se vieron muy afectadas por la bajada de producción de néctar que se produjo en algunas zonas y hubo que alimentarlas en algún momento para evitar una mortalidad importante de las abejas jóvenes que salen y que necesitan néctar fresco”, explica.

Los incendios forestales que quemaron en el mes de agosto amplias zonas de Quiroga, A Pobra do Brollón o Valdeorras afectaron a zonas apícolas y colmenares, bien directamente arrasados por el fuego o porque se quemó la zona y perdieron vegetación melífera y mucha población.

Los incendios de Quiroga y Valdeorras afectaron a importantes zonas apícolas

Al quemarse la flora próxima a los asentamientos, los apicultores se ven obligados a mover sus colmenas de sitio, porque en los siguientes 4 o 5 años no hay alimento para las abejas. Por eso, desde la Agrupación Apícola se puso en marcha una iniciativa solidaria dirigida a las Comunidades de Montes para facilitar posibles emplazamientos apícolas alternativos.

Se pedía que estos terrenos fuesen, dentro de lo posible, contiguos a las áreas incendiadas, porque las propias abejas ayudan a la recuperación de las zonas quemadas gracias a la polinización de las gramíneas, que son de las primeras plantas en instalarse.

“Los precios van a subir”

El descenso de la producción en los últimos años está impactando también en la IGP Mel de Galicia, según reconoce Esther. “Seguimos siendo la denominación de calidad con más productores, pero se ha bajado al número de certificados puesto que la producción en los últimos años está siendo mala, sobre todo en la zona interior, que es donde hay más colmenas y más productores profesionales, porque la climatología no nos está ayudando”, lamenta.

En la actualidad unos 300 apicultores están inscritos en Mel de Galicia, con una producción de 260 toneladas de miel, cuando se han llegado a envasar 600 toneladas con anterioridad dentro del distintivo de calidad.

La venta a granel es pan para hoy y hambre para mañana, aunque los precios puedan ser buenos en un año concreto

A la menor producción se añade el incremento de costes. Por eso, la presidenta de la IGP considera que es de esperar una revalorización del precio de venta. “Los precios van a subir al consumidor final porque han aumentado mucho los costes de producción, como la luz, el gasóleo, los tratamientos o el envasado. En este momento aún no hay un precio determinado en el mercado, ya que se fija normalmente a finales de octubre o comienzos de noviembre, porque el mercado a nivel global, lamentablemente, sigue pesando a la hora de fijar precios”, explica.

Esther pide a los consumidores que apoyen la miel de Galicia “porque la miel podrá venir de otros sitios, pero la polinización no; los apicultores son los que hacen la polinización en el territorio”, sentencia.

Destaca también la importancia de la IGP como “nexo de unión para el sector” y la representatividad que otorga a los productores gallegos delante de instituciones como el Ministerio de Agricultura, por lo que hace también un llamamiento a los apicultores para que se inscriban.

Nuevas prácticas de manejo: alimentar en otoño y doble tratamiento contra la varroa

Non esquezas alimentar a colmea que levará a cabo a cría real

El cambio climático y la avispa velutina son factores que están transformando la apicultura en los últimos años, obligando a adaptar las prácticas tradicionales de manejo de las colmenas para hacer frente a estas nuevas circunstancias.

El cambio climático está mostrándose claramente en el adelantamiento de las floraciones. “Las mimosas van a reventar antes de la Navidad y no es lógico, deberían hacerlo en febrero. Eso hace que las abejas no estén preparadas y no puedan aprovechar todos esos recursos”, explica Pepe Torres.

Las condiciones meteorológicas están condicionando claramente la producción apícola y la resistencia de la varroa está obligando a los apicultores a tratar más de una vez

“Si hay un adelanto, las colmenas se van a desarrollar temprano y luego hay que mantenerlas con alimentación artificial. Además, la resistencia de la varroa está obligando a los apicultores a tratar más de una vez, incrementando los costes”, argumenta.

Bajas reservas para pasar el invierno

“En la zona de costa, en general, las reservas que tienen las colmenas están siendo bajas, no han metido en la cámara de cría y tenemos mucha presión de velutina, por lo que la presencia de polen brilla por su ausencia; y aún seguimos teniendo una sequía importante, porque llovió solo un par de días pero las colmenas están muy deseosas de néctar fresco. Por eso, necesitan un aporte de alimento líquido y de tortas proteicas para que la reina siga poniendo un poco más y tengamos una población fuerte y sana para pasar el invierno”, recomienda Esther como veterinaria.

Muchas veces los apicultores se obcecan en alimentar a principios de temporada, pero es mucho más importante alimentar antes del parón invernal

“Muchas veces los apicultores se obcecan en alimentar a principios de temporada, pero es mucho más importante alimentar previo al otoño. Hay que anticiparse, la colmena no hay que dejarla caer y que pierda población porque sino muchas veces ya no se recupera”, afirma.

Mayor incidencia de la varroa

“La afectación por varroa está siendo más alta en los últimos años”, asegura Esther. Se debe a varios factores. Por un lado, dice, “hay cada vez menos principios activos en el mercado, cogen resistencias y baja a eficacia”.

A mayores, la climatología tampoco ayuda, porque cuanto más cálido es el tiempo, más cría hay en la colmena y mayor desarrollo de la varroa. “Antes había parada invernal de puesta en la colmena y los tratamientos eran efectivos. Ahora las colmenas tienen cría todo el año y no hay un momento propicio para hacerlos”, asegura.

Debido a la subida de las temperaturas, las colmenas ahora tienen cría todo el año y no hay un momento propicio para hacer los tratamientos

Por eso, dice, “el apicultor tiene que cambiar de mentalidad y de manejo debido a los cambios en la climatología y estar atento y vigilante a sus condiciones, porque es difícil dar unas pautas y normas generales para toda Galicia, hay que adaptarlas a cada lugar”.

En caso de alta incidencia, es bueno repetir el tratamiento a comienzo de temporada usando un producto ecológico alternativo para minimizar las resistencias

Esther no es partidaria de, por rutina, hacer dos tratamientos anuales contra la varroa, pero recomienda realizar un control de infección en el apiario a comienzo de temporada para repetir el tratamiento únicamente en caso de alta incidencia. Aconseja en estos casos la alternancia de tratamientos, usando un tratamiento ecológico alternativo que pueda contrarrestar las resistencias de los tratamientos convencionales.

Presión de velutina en octubre

Dentro de ese conocimiento individualizado de la situación de cada apiario, en zonas de costa con alta incidencia de velutina, Esther propone, por ejemplo, adaptar el momento de aplicación del tratamiento antivarroa al parón de la puesta provocado por la avispa asiática. Este momento se produce cuando la presión de la velutina no deja entrar nada de néctar en la colmena y coincide normalmente alrrededor del mes de agosto.

En las zonas de costa del norte de la comunidad la presencia de la velutina en los colmenares se ha incrementado notablemente en el mes de septiembre

En este sentido, José María Seijo explica que este año la presencia de la avispa asiática ha sido más prolongada. “En las Rías Baixas el 15 de junio las abejas ya no trabajaban, cuando el año pasado la presión sobre las colmenas empezó en julio, un mes más tarde”, dice. Hacia el norte, esta presión aún se mantiene en estos momentos, en pleno mes de octubre, con mayor incidencia incluso que en los meses de julio o agosto.

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