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El cruce industrial es una práctica habitual en las explotaciones de vacuno de leche, consistente en la utilización de toros de razas de carne en vacas frisonas, buscando crías con un mayor rendimiento cárnico y, por lo tanto, un mayor precio en el mercado.
Esta práctica de inseminar con toros de carne viene dada por los siguientes factores:
-Falta de tradición como criadores, o falta de instalaciones o recursos forrajeros o de mano de obra, que actúan de factores limitantes a la hora de recriar.
-Bajos precios de la leche, que hacen que el ganadero busque ingresos alternativos por la venta de los novillos cruzados.
-Problemas sanitarios, como altas tasas de prevalencia de enfermedades como neospora o paratuberculosis, que hacen que las hembras afectadas no se dediquen a la recría.
-Animales poco rentables de los que no interesa recriar.
-Falta de información sobre la fertilidad de los toros, siendo utilizados toros de razas de carne, supuestamente más fértiles, en vacas repetidoras.
-Utilización de semen sexado, que asegura el nacimiento de hembras y deja disponibles más vacas para inseminar con cruce.
La tendencia de uso del cruce tiene variaciones, principalmente deber al precio de la leche, siendo inversamente proporcional, de manera que el cruce aumenta en la medida que el precio de la leche disminuye.
En el primero trimestre de 2016 la inseminación con cruce industrial en vacas frisonas subió hasta el 20,5%
Los datos muestran una fuerte tendencia al alza del cruce, pasando del 15,9% de las inseminaciones en el primer trimestre de 2015 al 20,5% en el mismo período del 2016.
Respecto de los otros factores, de momento el uso del semen sexado no justifica la tendencia al alza del cruce industrial, ya que sólo se está empleando en el 2% de las inseminaciones. Y en cuanto a los problemas sanitarios, la labor de las ADS hace que las prevalencias disminuyan, por lo que tampoco se observa que tengan una influencia en esta tendencia.
“De mantenerse la tendencia, habrá desabastecimiento de recría de Holstein en los próximos años”
En la serie histórica, podemos apreciar la evolución del uso del cruce industrial, que se solapa de forma inversa con la evolución del precio de la leche. De mantenerse esta tendencia, el incremento del uso de cruce conllevará desabastecimientos de recría en los próximos años, algo que ya sucedió a finales de 2007 y durante el año 2008, de una manera más marcada, con alzas de precio en el mercado de recría por falta de oferta, que elevaron el precio de las novillas próximas al parto por encima de los dos mil doscientos euros de promedio.
Las principales razas utilizadas en el cruce industrial son la Limousin, Azul Belga y Rubia Gallega, por esta orden. También se recogen inseminaciones con otras razas, como Blonde de Aquitania, Asturiano o Angus, pero en un número muy reducido.
En diversos estudios realizados por Africor Lugo en colaboración con otras entidades, como el CIAM, Xenética Fontao o la USC, se trataron varios factores a tener en cuenta a la hora de emplear las distintas razas de toros de carne en vacas frisonas, con diferencias estadísticamente significativas. Los resultados pueden variar dependiendo de las poblaciones de referencia o del período de estudio, pero en todos los casos, las tendencias se mantienen.
Entre los factores estudiados, la facilidad de parto es el principal factor a considerar a la hora de decantarse por una u otra raza, siendo, según las encuestas realizadas, el principal motivo a la hora de elegir una u otra raza.
Facilidad de parto:
En un estudio realizado en el año 2012 con 95.465 partos, el porcentaje de partos fáciles, en los que la vaca no precisó de asistencia, pariendo sola, fue del 80,1% para cruces de frisón con frisón, seguido del 77,4% para los cruces con Rubia gallega, del 76,5% para los cruces con Limousín, siendo los toros Azul belga los de mayor dificultad de parto, con tan solo un 73,1% de partos fáciles.
Fertilidad:
En Control lechero se establece la fertilidad de los toros empleados en base a la Tasa de No Retorno (TNR), que representa el porcentaje de vacas inseminadas que no vuelven a salir en celo en los 56 días posteriores a la inseminación, teniendo en cuenta sólo las primeras inseminaciones para no sesgar la información en toros que se emplean mayoritariamente en vacas repetidoras.
Los toros de raza Rubia Gallega destacan por ser los más fértiles cuando se inseminan vacas frisonas, con una TNR del 57,1%, seguido del Limousin con el 55,1% y de Azul belga, con el 49,0%. Aunque estos son los valores medios para cada raza, hay que tener en cuenta que existe una grande variabilidad en la fertilidad de los toros utilizados dentro de una misma raza, por lo que es importante consultar esta información.
Duración de la gestación:
La duración media de la gestación de una vaca frisona cuando está preñada de un toro frisón es de 279,16 días. Cuando son inseminadas con toros de otras razas, se alarga la duración de la lactancia, con el retraso que eso supone en la vida productiva de la vaca y el riesgo de un parto difícil por el excesivo tamaño de la cría.
Los toros Limousín, en su cruce con Frisona, son los que producen una mayor duración de la gestación, 285,10 días; seguidos de los cruces con Rubia gallega, 284,22 días y los cruces con toros de raza Azul belga con un promedio de 281,48 días.
Conclusión:
A modo de conclusión, se puede conseguir una optimización de los rendimientos económicos de las explotaciones de producción de leche mediante la utilización de razas de carne en cruce con vacas frisonas, siempre que esta práctica no conlleve un mayor porcentaje de partos distócicos ni un alargamiento de la gestación, y siempre que se mantenga un nivel de recría que no obligue a depender del exterior para la reposición.
