El mercado de madera en Galicia confirma su estabilidad, con un volumen de talas que superó los 9,2 millones de metros cúbicos en el 2023, en la línea con la media del periodo 2018-2021, ejercicios todos ellos que superaron los 9 millones de metros cúbicos.
Los ingresos de los propietarios forestales por ventas de madera se situaron en el 2023 en 276 millones de euros, según los cálculos de la Asociación Forestal de Galicia, elaborados en base a las estadísticas de tala de la Consellería de Medio Rural.
Del total de facturación, 168,7 millones de euros corresponden al eucalipto, 101,3 millones de euros a los pinos y 6,6 millones de euros a las frondosas caducifolias, que más allá de su uso para leñas domésticas, continúan a tener un aprovechamiento residual en la industria de la madera.
Tras un año excepcional de mercado en el 2022, con altos precios de la madera y buena demanda, las talas experimentaron en el último año un ligero descenso, en consonancia con la menor demanda industrial y los menores precios. De los 10,7 millones de metros cúbicos cortados en el 2023 se pasó a los 9,2 millones de metros cúbicos del 2022.
El eucalipto descendió en talas alrededor del 10%, en tanto en el pino las cortas se redujeron un 23% tras un excepcional 2022, que se había cerrado con los mayores volúmenes de tala de la última década.
Datos por provincias
Los montes de A Coruña aportan el 45% de las talas totales de madera en Galicia. Siguen Lugo, con el 37%; Pontevedra, con el 14%; y Ourense, con solo el 4%.
Por especies forestales, el 60% del eucalipto se corta en la provincia de A Coruña, en tanto Lugo es líder autonómico en talas de pino, con más de la mitad del total.
Lugo y Pontevedra destacan por el equilibrio de cortas entre pino y eucalipto, pues Lugo tiene un 50,5% de talas de pino, un 45,5% de eucalipto y un 4% de frondosas. En Pontevedra, las cifras son muy similares, con el liderado en este caso del eucalipto: un 51% de talas de eucalipto, un 45% de pinos y un 4% de frondosas.
En el caso de A Coruña, las talas de eucalipto representan un 78,5% del total, por el 17,5% del pino y un 4% de las frondosas.
En Ourense, una provincia con escasa actividad forestal, el pino representa el 72% de las talas y le siguen las frondosas, con el 14%, y el eucalipto, especie poco apta para esta provincia, con el 13% de las talas.
Distritos forestales
En consonancia con los datos provinciales, los tres distritos líderes en talas de pino se sitúan en Lugo (Lugo – Sarria, Terra de Lemos y A Fonsagrada – Ancares), en tanto los tres líderes en tala de eucalipto están en A Coruña (Ferrol, Santiago – Meseta interior, y Bergantiños – Mariñas coruñesas).
Conviene recordar que todos estos datos de talas corresponden a propietarios de montes privados (comunidades de montes y propietarios particulares), que suman el 98% de la madera cortada en Galicia, en tanto el restante 2% procede de montes de gestión pública, principalmente de montes vecinales con convenios con la Administración.
Precios de la madera
En precios, la rolla selecta de pino, con mayores diámetros y calidades, se situó en el último año en los 70 euros, en tanto la rolla de 1ª y 2ª se movió en el arco de los 30 – 40 euros, y el puntal para trituración en el entorno de los 20 euros.
El eucalipto, por su parte, rondó precios en el arco de los 29-31 euros, según los datos recabados por la Asociación Forestal de Galicia. En todos los casos, se trata de precios medios en pie, sin Iva y con corteza. La entidad recuerda que en los precios de la madera influye mucho la dimensión de la parcela a cortar y la accesibilidad para tala y saca de la madera.
Multifuncionalidad del monte
A mayores de lo percibido por la venta de madera, la AFG apunta que los propietarios forestales completan sus ingresos con otros aprovechamientos a tener en cuenta, como castañas, setas, silvopastoreo o servicios ecosistémicos (como venta de derechos de carbono), entre otros.
Todos estos ingresos se producen en el marco de uno manejo sostenible del monte. La AFG subraya que la madera y los restantes aprovechamientos son un recurso renovable, pues los propietarios forestales proceden a la plantación o a la regeneración natural de todas las superficies cortadas, lo que contribuye a garantizar la sostenibilidad del recurso.